Está en la página 1de 2

2.

LA ESPIRITUALIDAD Y LAS ESPIRITUALIDADES

1. Concepto de espiritualidad

Para comprender bien el sentido en el que hablamos de una espiritualidad latinoamericana


tenemos necesidad de clarificar el concepto central del curso: «espiritualidad». Normalmente
sucede la comprensión de tal término en sentido desgraciadamente espiritualístico que lo reduce
sólo a la interioridad de la persona. El prevalente dualismo griego en la reflexión teológica es el
motivo principal de este acercamiento parcial a la realidad escogida en la espiritualidad cristiana.

A la luz de la revelación, en cambio, aparece que la espiritualidad no es sólo importante en un


sector de la existencia cristiana, sino que es un estilo de vida que marca nuestro modo de aceptar
el don de la filiación, fundamento de la fraternidad, a la cual nos llama el Padre.

Intentemos definir la «espiritualidad» diciendo que: Es un estilo o modo de vivir la vida cristiana,
vida en «Cristo» y en el «Espíritu» acogida por la fe manifestada en el amor, vivida en la
esperanza, dentro de la comunidad eclesial.

En este sentido hablar de espiritualidad no significa hablar de una parte de la vida. Es hablar de
TODA LA VIDA incluida la actividad, bajo el impulso del Espíritu Santo.

El punto de referencia fundamental para la espiritualidad cristiana es Jesús, la “conversión” a Él, y,


el seguimiento bajo la guía del Espíritu. El fundamento de la espiritualidad es el encuentro con el
Señor.

“La espiritualidad cristina se parece a la humedad y al agua que mantiene empapada la hierba
para que ésta esté siempre verde y en crecimiento. El agua y la humedad del pasto no se ven, pero
sin ellas la hierba se seca. Lo que se ve es el pasto, su verdor y su belleza y es el pasto lo que
queremos cultivar, pero sabemos que para ellos debemos regarlo y mantenerlo húmedo”.

La espiritualidad por el hecho de ser un estilo, un modo de vivir la vida cristiana y un dinamismo
que empuja a la acción tiene necesidad de encarnarse en la realidad. Lo esencial en la
espiritualidad son las tres actitudes bíblicas de Fe, Esperanza y Caridad, vividas en la dimensión
personal y eclesial.

En esta perspectiva aparece claro que la espiritualidad cristiana no es una cosa propia de grupos
escogidos y en un cierto sentido cerrados, ligados la mayoría de las veces a la vida religiosa. La
espiritualidad, no es una cuestión de minorías. Es una EXCELENCIA PARA TODOS los cristianos.

Otro aspecto que surge de este concepto de espiritualidad es su carácter COMUNITARIO. El


camino espiritual siempre ha sido presentado como el cuidado de valores individuales en función
de la perfección personal. “Vida Espiritual” era sinónimo de “Vida interior” como aquello vivido en
lo íntimo de cada uno. Lo importante en aquella época era el desarrollo de las virtudes en cuanto
potencialidad individual sin ninguna o casi nada relación con el mundo exterior. La caridad era
una de las tantas virtudes cristianas a cultivar.
2. Las diversas espiritualidades.

La vida cristiana siendo una se diversifica a causa de dos razones principales:

a) La riqueza de la vida cristiana que ninguno puede plenamente agotar.

b) Las circunstancias diferentes en la que cada uno vive.

Es desde aquí donde salen las diferentes espiritualidades de la única vida cristiana. Estas
espiritualidades son clasificadas según criterios diversos. Será útil recordarlos para que no sean ni
pueden ser tomados en sentido absoluto y reduciendo a las espiritualidades.

Matanic enumera seis criterios :

a) El criterio étnico - geográfico; espiritualidades distintas según la geografía de las naciones, por
ejemplo, oriental, occidente, española, ecuatoriana, etc.

b) El criterio doctrinal o dogmático, donde las espiritualidades son distintas según la mayor verdad
o misterios de la fe, por ej. Trinitaria, cristocéntrica, eucarística, mariana.

c) El criterio psicológico o antropológico: espiritualidad intelectualista, afectiva, práctica.

d) El criterio histórico - cronológico: espiritualidad antigua, medieval, moderna, contemporánea o


también según los siglos cristianos.

e) El criterio de los grandes fundadores de las familias religiosas: agustina, benedictina,


carmelitana, etc.

f) El criterio de los estados de vida o de las profesiones; sacerdotal, laical, vida religiosa,
matrimonial, etc.

El Vaticano II, confirmó esta unidad de vida cristiana en la diversidad de las espiritualidades
cuando habló de la universal vocación a la santidad a la Iglesia y del multiforme ejercicio de la
misma santidad:

«Esta santidad de la Iglesia, se expresa multiformemente en cada uno de los que, con edificación
de los demás, se acercan a la perfección de la caridad en su propio género de vida» (LG. 39).

«Una misma es la santidad que cultivan, en los múltiples géneros de vida y ocupaciones, todos los
que son guiados por el espíritu de Dios, y obedientes a la voz del Padre, adorándole en Espíritu y
verdad, siguen a Cristo pobre, humilde y con la cruz, a fin de merecer ser hecho partícipes de su
gloria. Pero cada uno debe caminar sin vacilación por el camino de la fe viva, que engendra la
esperanza y obran por la caridad según los dones y funciones que le son propios>> (LG.41).

Cf. Arias Luna, Juan, Curso de Espiritualidad Cristiana, Quito, 2011.

También podría gustarte