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Relaciones entre municipios y provincias

Manuel Zafra Víctor


Profesor titular de Ciencia Política y de la Administración Pública de la Universidad de Granada

1. Una reflexión sobre intermunicipalidad


2. La provincia como instancia para la gestión ordinaria de los servicios periféricos de las comunidades au-
tónomas, y como objeto de la transferencia y delegación de las competencias autonómicas
3. En torno a los intereses propios de la provincia
4. La provincia como agrupación de municipios
4.1. Los planes provinciales
4.2. Un punto de inflexión: la STC 109/98, de 21 de mayo
4.3. La jurisprudencia del Tribunal Supremo
4.4. Conclusiones
5. La cooperación intraprovincial y la jurisprudencia del Tribunal Supremo
6. Concertación entre provincia y municipios
7. Reflexión final

Resumen
Las dificultades e inconveniencias para la supresión o agrupación forzosa de municipios aconsejan plantear el di-
seño y gobierno de la intermunicipalidad. En un país de pequeños municipios poco poblados y con baja capacidad
de gestión, resulta necesaria la articulación intermunicipal, para evitar que la fragmentación municipal lleve al
control y supervisión de otros niveles de Gobierno, y a la financiación condicionada. La intermunicipalidad ha de
regularse como cuestión de Estado, basamento fundamental en la estructura del Estado autonómico, por tanto
fuera de la consideración de la autonomía local como una materia sujeta a la competencia autonómica de orde-
nación territorial, o a la disputa competencial entre el Estado y las comunidades autónomas. Este es, por cierto, el
régimen constitucional de la provincia: entidad local configurada como agrupación de municipios, cuyo órgano de
representación política tiene atribuidas las facultades de gobierno y administración. Por imperativo constitucional,
la agrupación de municipios debe ser gobernada para convertirla en una articulación de municipios. El Gobierno
provincial ofrece, así, una doble dimensión: Gobierno intermunicipal y Gobierno intermedio, en relación con los
municipios y con los restantes niveles de Gobierno. Por tanto, cuando Estado y comunidades autónomas legislan
encuentran un municipalismo articulado, donde las competencias provinciales hacen efectivo el principio de subsi-
diariedad, fijando las competencias municipales en el ámbito local e impidiendo que la baja capacidad de gestión
las haga saltar al nivel autonómico.

Palabras clave: Gobierno intermunicipal; Gobierno intermedio; principio de subsidiariedad; competencias provinciales;
concertación; coordinación; cooperación; asistencia.

Relations between municipalities and provinces


Abstract
The difficulties of the suppression or forced mergers of municipalities lead to emphasise and design the inter-
municipal governance. In a country with small municipalities that have low management capacity and a high
level of municipal fragmentation, it is necessary the articulation of the intermunicipal governance to avoid

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both the control of municipalities by higher levels of governments and the articulation of conditioned finan-
cial systems. Intermunicipal governance should be regulated as an affair of the State and considered as a pillar
of the “State of the Autonomies”. Moreover, it should not be treated as a subject under the urban or regio-
nal planning competence of the Autonomous Community or as a matter to be disputed by the State and the
Autonomous Communities. Precisely, this is the constitutional regime of the Province: a local entity that is the
result of an amalgamation of municipalities. In this regard, taking into account a constitutional mandate, the
amalgamation of municipalities should be governed to transform the same in an articulation of municipalities.
The Province, therefore, shows a twofold dimension: intermunicipal and intermediate level of government.
Consequently, when the State and the Autonomous Community legislate, they find an articulated municipa-
lity where the competences of the Province make effective the subsidiarity principle establishing municipal
competences and avoiding the intervention of the Autonomous Community because of the low management
capacity of municipalities.

Keywords: intermunicipal government; intermediate government; subsidiarity principle; competences of the Province;
harmonization; coordination; cooperation; assistance.

1. Una reflexión sobre intermunicipalidad Esta singularidad institucional decantaría el deba-


te por la reforma y rechazaría la supresión porque, en
El debate sobre la supresión o reforma de la provincia ausencia de intermunicipalidad, el ámbito local pasa-
reverdece un tema latente, más o menos explícito según ría, fundamentalmente, a la condición de “objeto”
coyunturas, que ha de enmarcarse en la regulación de la de la política autonómica de ordenación territorial,
intermunicipalidad en el Estado autonómico. Pese a las, una materia sometida a la disputa competencial entre
de inicio, ilimitadas posibilidades del poder constituyen- el Estado y las comunidades autónomas; dejaría de
te, la historia da muestras de resistencia a la voluntad ostentar la condición de un pilar en la articulación
de innovación, y muchas instituciones perduran aunque territorial del Estado, de un elemento “estructurante”
deban adaptar su naturaleza y funcionamiento al nuevo del Estado autonómico, es decir, la condición de “su-
orden. Es el caso de la provincia. Constitucionalizada en jeto” dotado de autonomía. La intermunicipalidad,
el artículo 137 como instancia territorial vertebradora constitucionalmente garantizada, se erige no solo en
del Estado autonómico, a partir de ese momento expe- la protección de unos intereses locales, sino en garan-
rimentó una singladura afín a la seguida desde su crea- tía del esquema de distribución territorial del poder,1
ción hasta la promulgación de la Constitución de 1978: ya que, de no existir, las exigencias del principio de
desde la dimensión de división territorial, primero del subsidiariedad privarían de competencias al Gobierno
Estado y luego de las comunidades autónomas, hasta más cercano a la ciudadanía, y las harían saltar a otros
la dimensión de entidad local como agrupación de mu- niveles de Gobierno. Por tanto, el rasgo diferencial,
nicipios. Este itinerario muestra la complejidad de una la ventaja comparativa de la intermunicipalidad, con-
evolución cuyo estadio final debería ser la consolidación siste en fijar en el ámbito local competencias munici-
de una institución cuya singularidad ofrezca la ventaja pales que el principio de subsidiariedad colocaría en
comparativa de hacer posible la viabilidad política de un el nivel autonómico.2 Sin intermunicipalidad no hay
municipalismo inarticulado, poco poblado y con escasa viabilidad institucional para un nivel local integrado
capacidad de gestión. por pequeños municipios.

1.  Tornos Mas, J., “La provincia en la legislación de las comunidades autónomas”, en Gómez-Ferrer Morant, Rafael (coord.),
La provincia en el sistema constitucional, Editorial Civitas, Madrid, 1991, p. 241-266.
2.  Ortega Álvarez, L., El régimen constitucional de las competencias locales, Instituto Nacional de Administración Pública,
Madrid, 1988, p. 159-160.

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La intermunicipalidad, como cualquier reflexión ventar el fuego abrasándose las manos. El corto plazo
sobre instituciones, no puede ser contemplada única- de la supresión concentra todas las energías, orillando
mente desde una perspectiva de asignación eficiente la reflexión sensata para mantener lo bueno y prescin-
de recursos, buscando el tamaño ideal de los muni- dir de lo malo.
cipios para la provisión de servicios públicos. Es nece- Este trabajo intenta hacer la crónica de la evolución
sario afrontar el tema con visión política, valorando la seguida por la provincia en el proceso de la articula-
potencialidad para el civismo de los espacios locales, la ción del Estado de las autonomías. Desde su conside-
relación entre los intereses privados y los asuntos públi- ración inicial como instancia para la gestión ordinaria
cos, la cercanía entre gobernantes y gobernados, varia- de los servicios autonómicos hasta su final valoración
bles más decisivas que los meros criterios tecnocráticos en cuanto entidad local. El itinerario recuerda, de al-
de eficiencia en la calidad de los servicios públicos. Es guna manera, el curso de la provincia en los albores y
más, la doble acepción de la descentralización, técnica consolidación del Estado: desde división territorial para
y política, no necesariamente mantiene una dinámica el cumplimiento de los fines del Estado (y de las comu-
negativa de oposición, también proporciona una ten- nidades autónomas) hasta entidad local al servicio de
sión constructiva, una complementariedad positiva si los municipios.
la preferencia de los consumidores en la eficiente asig- De esta doble dimensión, la provincia ha recibi-
nación de recursos se desarrolla en espacios colectivos do mucha más atención como división territorial que
de deliberación pública. Solo si se acepta esta premisa como entidad local; si la Constitución configura la
tiene sentido el debate sobre la intermunicipalidad. Si provincia, en cuanto entidad local, como agrupación
la crisis provoca la primacía del peligro sobre la opor- de municipios, la relación institucional provincia-mu-
tunidad, el corto plazo se impondrá al largo plazo, la nicipios debería centrar el análisis y la valoración de la
inmediatez de las respuestas populistas a la sostenibi- autonomía provincial, sin embargo ha sido la relación
lidad institucional. entre provincia y comunidad autónoma el tema que
La supresión responde al instinto, a la reacción re- ha dominado la jurisprudencia y, en consecuencia, los
fleja del adanismo, pensando que el pasado constituye estudios jurídicos sobre la naturaleza y alcance en la
un error y que ante nosotros aparece el folio en blanco autonomía de la provincia. Separando la consideración
que escribimos con entera libertad. de ambos temas, pero mostrando su relación, las si-
La reforma implica otra actitud: mirar el pasado con guientes páginas abordan varios puntos:
ojos de futuro, renuncia al voluntarismo que lleva de 1. La provincia cumple en el Estado autonómico
la ignorancia al conocimiento, conciencia de caminar dos funciones: desde la perspectiva intermuni-
desde el conocimiento menos fiable al más fiable, en- cipal, la Constitución atribuye a su órgano re-
riqueciendo una tradición que libera a los seres huma- presentativo –la Diputación– las facultades de
nos de condenar a cada generación a inventar el fuego gobierno y administración de la provincia, con
abrasándose las manos. el fin de convertir una agrupación de munici-
La supresión y/o fusión de municipios subestima un pios en una articulación de municipios, para
dato elemental: la eliminación de ayuntamientos no garantizar la prestación integral de los servi-
elimina las distancias geográficas entre los núcleos de cios de competencia municipal y el ejercicio
población resultantes, una vez privados de la condi- de las competencias municipales. Como Go-
ción jurídica de municipios. El transporte y los servicios bierno intermedio, la Diputación convierte a la
personales como la asistencia a domicilio no aligeran provincia en el eslabón entre los municipios y
los costes de provisión porque se supriman municipios las comunidades autónomas y el Estado. Claro
mientras se mantenga la distancia entre los núcleos de está, para la realización adecuada de gobier-
población resultantes. La tentación del corto plazo ha no intermedio, la Diputación debe partir de
de considerar estos inconvenientes y pensar la necesi- las funciones desempeñadas como Gobierno
dad de una articulación municipal. intermunicipal.
Sin embargo el debate sobre la supresión o la re- 2. Como agrupación de municipios la provincia,
forma de las diputaciones y provincias no deja bagaje aunque con sustantividad institucional, no es
institucional para mirar el pasado con ojos de futuro, y una entidad local distinta de los municipios, sino
condena a la generación presente al adanismo de in- que constituye un sistema que la integra, junto a

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los municipios, en un mismo nivel de Gobierno, mantenidas por la provincia con la Comunidad
una sola comunidad política local. Autónoma (Estado) resultarán condicionadas
3. Asumiendo que municipios y provincias forman las establecidas con los municipios.
un solo sistema político e integran el mismo ni- 6. Retomando el hilo conductor de los anteriores
vel de Gobierno, los legisladores de otros niveles puntos, la peculiaridad de la autonomía pro-
de Gobierno, al valorar la capacidad de gestión vincial es la de una entidad local de carácter
de las entidades locales y la naturaleza de las instrumental con competencias funcionales y
materias o actividades públicas, no encuentran legitimidad indirecta. La cuestión esencial gira,
un municipalismo fragmentado, sino articulado. entonces, en torno a las relaciones instituciona-
El punto de referencia para Estado y, sobre todo, les de la provincia en la relación con la Comuni-
para comunidades autónomas, no es el munici- dad Autónoma y en relación con los municipios.
pio aislado, generalmente poco poblado y con Encauzar esta dinámica exige una reflexión sobre
baja capacidad de gestión, sino un sistema local la piedra angular de este trabajo. Los conceptos,
articulado por el Gobierno intermunicipal de la propios del federalismo cooperativo, como co-
provincia. operación y coordinación, que caracterizan las
4. Por imperativo constitucional la intermunici- relaciones entre diferentes niveles de Gobierno,
palidad es un rasgo propio de la estructura han de experimentar profundas modulaciones,
del Estado autonómico. No se puede reducir quizás prescindir de ellos, cuando se aplican a
a una expresión de la competencia autonó- dos entidades locales que forman el mismo nivel
mica sobre ordenación territorial, ni limitar su de Gobierno.
sentido institucional al de división territorial. 7. Ni la elaboración de planes y programas que la
La intermunicipalidad es cuestión de Estado, provincia promueva presenta afinidad con la co-
del Estado autonómico, en ningún caso ma- ordinación, ni la asistencia presenta similitudes
teria o sector sujeto a la distribución de com- con la cooperación. La provincia no planifica
petencias entre el Estado y las comunidades desde la supremacía institucional que impone
autónomas. limitaciones al ejercicio de las competencias
5. A partir de estas premisas, la autonomía pro- municipales, ni la asistencia tiene como presu-
vincial tiene que definirse para dar contenido puesto la voluntariedad. El rasgo diferencial de
a la doble dimensión de Gobierno intermuni- las relaciones institucionales entre la provincia y
cipal y Gobierno intermedio. No puede quedar los municipios es que la competencia provincial
reducida a los estrechos confines de la garan- no se proyecta sobre materias, sino sobre com-
tía institucional y la salvaguarda de un mínimo petencias municipales, no tiene como objeto la
indeterminado, sino a la configuración cons- relación directa con la ciudadanía, sino con los
titucional para el cumplimiento de unos fines municipios.
institucionales: el gobierno de la intermunici- 8. En coherencia con el punto anterior, la pro-
palidad y la relación con la Comunidad Autó- vincia, como entidad local determinada por la
noma y el Estado. La autonomía provincial, en agrupación de municipios, lleva a la conclusión
cuanto Gobierno intermedio, debe delimitar de considerar el ordenamiento local no tanto la
sus competencias con respecto a la Comuni- relación entre intereses provinciales e intereses
dad Autónoma y el Estado; como Gobierno municipales y, en consecuencia, las competen-
intermunicipal con respecto a los municipios. cias concurrentes de ambas entidades locales,
A pesar de la necesidad y conveniencia de di- cuanto la diferenciación de funciones ejercidas
ferenciar ambas dimensiones, lo cierto es que sobre un mismo ámbito de intereses –el local– y
dependiendo de la regulación de las relaciones de materias.3

3.  Parejo Alfonso, L., “La provincia como entidad local determinada por la agrupación de municipios; fines básicos y com-
petencias mínimas”, en Gómez-Ferrer Morant, Rafael (coord.), La provincia en el sistema constitucional, Editorial Civitas, Madrid,
1991, p. 77-112.

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Estos temas se analizarán en torno a los diferentes tacando no solo la convencional acepción prospectiva,
ángulos que la provincia ofrece: sino también la retrospectiva, tratando de aprender
– Instancia para la gestión ordinaria de los servicios con el tiempo transcurrido, no tanto con la suficiencia
autonómicos. y severidad del juicio como con la sensatez y sereni-
– Entidad local con asuntos propios. dad de la comprensión. Comprender antes que juzgar
– Entidad local determinada, constitucionalmente, permite la continuación selectiva de la tradición, en-
como agrupación de municipios. tendiendo que los propósitos que llevaron a una polí-
tica ofrecían justificación en aquel momento, aunque
el transcurso del tiempo mostrara las vulnerabilidades
2. La provincia como instancia para la gestión de lo entonces concebido. La inquietud suscitada por
ordinaria de los servicios periféricos de las las consecuencias políticas e institucionales de un pro-
comunidades autónomas, y como objeto de ceso autonómico regido por el principio dispositivo, sin
la transferencia y delegación de las compe- una referencia sólida del modelo al que se quería llegar
tencias autonómicas (tesis de Cruz Villalón sobre la desconstitucionalización
del Estado de las Autonomías), proyectaba en los ini-
Ante la deriva preocupante en el desarrollo del Esta- cios de la democracia una incertidumbre justificada.
do de las Autonomías, los dos partidos mayoritarios Este horizonte sombrío motivó una reflexión académi-
de ámbito nacional suspendieron las hostilidades co- ca y una práctica política coherentes que, sin embargo,
yunturales y acordaron encauzar la constitución de las no encontraron respaldo en la jurisprudencia constitu-
nuevas comunidades autónomas. A partir del encargo cional ni, en consecuencia, reflejo en las comunidades
a un grupo de profesores de Derecho Administrativo autónomas de nueva creación.
presidido por E. García de Enterría, y del posterior In- Aunque el Pacto de Estado entre UCD y PSOE y
forme de la Comisión de Expertos en Autonomías, se las previsiones de la LOAPA encontraron acogida en
celebraron en 1981 los Acuerdos Autonómicos entre la los Estatutos de Autonomía posteriores, la STC 76/83
UCD y el PSOE, base, a su vez, de la Ley Orgánica para y la Ley del Proceso Autonómico (LPA) restablecieron
la Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA), con el principio dispositivo dando carta de naturaleza a la
el fin de neutralizar los efectos disfuncionales provoca- libertad de autoorganización de las comunidades au-
dos por el principio dispositivo en la constitución de las tónomas. Después de dejar sin efecto el carácter orgá-
nuevas comunidades autónomas, e impedir la creación nico y armonizador, el Tribunal Constitucional señaló
de Administración periférica autonómica. El remedio que “los preceptos relativos a las comunidades pluri-
pasaba por elevar la provincia a instancia para la ges- provinciales tienen carácter marcadamente dispositivo
tión ordinaria de los servicios autonómicos y como ob- y remiten a los Estatutos y a la legislación básica de
jeto de la transferencia o delegación de las competen- aquellos en orden a su ulterior integración normativa.
cias autonómicas. La preocupación que movía a esta No configuran un ‘modelo’ de Administración indirec-
propuesta era mostrar la innecesariedad de la Admi- ta que vincule a las comunidades y condicione al futuro
nistración periférica de las comunidades autónomas, y legislador, preocupación que subyace a las impugna-
evitar que la Administración autonómica reprodujera la ciones de los recurrentes; se trata, más bien, de la ar-
estructura estatal multiplicando los niveles administra- ticulación de una forma de gestión de servicios cuya
tivos. Se trataba, en definitiva, de utilizar la provincia operatividad depende no solo de que sea asumida por
como división territorial de la Comunidad Autónoma, las comunidades autónomas, sino de que las concreten
en sentido análogo al previsto en el artículo 141 de la a través de su propia legislación”.
Constitución cuando la regula como división territorial La LOAPA no imponía, sino que proponía o llamaba
para el cumplimiento de los fines del Estado. la atención sobre una vía recomendable que, en última
Como en los primeros pasos del Estado liberal, la instancia, correspondía a cada Comunidad Autónoma
provincia se toma como referencia en la articulación seguir o rechazar. Cobraba todo su vigor el principio
territorial de la Comunidad Autónoma, orillando la dispositivo y, pese a que los Estatutos determinaron
otra dimensión constitucional: entidad local determi- la obligación de gestionar los servicios autonómicos a
nada por la agrupación de municipios. Mirar el pasado través de las diputaciones, tras la sentencia, las comu-
con ojos de futuro exige redefinir la racionalidad, des- nidades autónomas se apresuraron a promulgar leyes

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que eludían o abiertamente incumplían los mandatos tonces habían desempeñado y sobre todo, directa o in-
estatutarios. directamente, las que pudieran corresponderles como
Tampoco tuvo mucha fortuna otra de las propues- propias una vez constitucionalizadas como entidades
tas contenidas en el Informe: la transferencia y delega- locales. A modo de contrapunto, en sentido contrario,
ción de competencias autonómicas en las provincias. las comunidades autónomas no solo no se apoyaron
No obstante el diferente régimen jurídico de la trans- en las provincias, sino que intentaron dominarlas, o
ferencia y la delegación, las comunidades autónomas, bien con propuestas radicales, como la supresión, o
en su voluntad de autoafirmación, también mostraron bien con otras más sutiles, como la coordinación de sus
rechazo a desprenderse de atribuciones a favor de las competencias, incluso duplicando las competencias de
entidades locales. De esta manera, no solo no trans- cooperación y asistencia.
firieron competencias, tampoco las delegaron. A pe- La Ley catalana 6/1980 marcó el comienzo. La Ley
sar de implicar la transferencia una redistribución de pretendía el significativo objetivo de la transferencia
competencias y la delegación una relación interadmi- plena y urgente de las competencias provinciales a la
nistrativa, en puridad, la delegación supone la división Generalidad. En las antípodas del Informe de la Comi-
de una competencia, originariamente unitaria, en dos sión de Expertos, la Generalidad suprimía la provincia
competencias, la del delegante que retiene el poder y proponía la creación de unos Consejos Territoriales
(funciones) de dirección, y la del delegado que reci- sujetos a desconcentración, y sin más alcance en sus
be el poder de gestión con facultades no limitadas a funciones que las de órganos consultivos. Con menos
la simple ejecución, toda vez que dispone de alguna intensidad, pero en la misma dirección, el Gobierno
capacidad decisoria. La delegación, pues, se distingue valenciano, en cumplimiento de la previsión estatuta-
de la mera gestión desconcentrada y ordinaria de los ria, aprobaba la Ley… con la finalidad de coordinar las
servicios propios del Gobierno que delega.Por tanto, competencias provinciales que tuvieran interés autonó-
ni transferencias, ni delegaciones a las provincias, ni mico. En realidad, la Comunidad Valenciana intentaba
gestión ordinaria de los servicios propios de las comu- “interiorizar” las provincias como Administración auto-
nidades autónomas a las diputaciones. Manuel Clave- nómica indirecta, no en el sentido propuesto por el In-
ro advirtió las dificultades que entrañaba simultanear forme de la Comisión de Expertos, sino degradando su
el desempeño por las provincias de sus competencias condición de entidad local. El Tribunal dictó sentencia
propias y de las que, eventualmente, les transfirieran sobre la Ley catalana el año siguiente a su promulga-
o delegaran las comunidades autónomas. En primer ción, recurriendo a la teoría de la garantía institucional.
lugar, las exigencias de medios personales y la recom- Teniendo en cuenta el objeto del litigio, la supresión
posición de la dirección política, porque los represen- de una institución protegida constitucionalmente, am-
tantes provinciales, como representantes locales, ejer- parada por una tradición histórica acrisolada y social-
cían las funciones propias del cargo. En segundo lugar, mente asumida, la sentencia se pronunció por un caso
el distinto color político del Gobierno autonómico y el límite y no por el contenido de la autonomía provincial.
provincial no facilitaría la fluidez necesaria en la diná- En este caso no se hicieron patentes los aspectos más
mica de la delegación de competencias o de la gestión vulnerables y controvertidos de la garantía institucio-
ordinaria por las diputaciones de los servicios periféri- nal. Pese a las características del litigio, el Tribunal sen-
cos autonómicos.4 tó algunos principios que tendrían influencia decisiva
en la posterior legislación básica para la configuración
legal de la autonomía provincial. La Ley Reguladora de
3. En torno a los intereses propios de la pro- las Bases de Régimen Local (LRBRL) recogió alguno de
vincia los principios de la LPA (los restos del naufragio del
Informe y de la LOAPA), en el artículo 8 se vuelve a
En paralelo a este proceso se puede seguir otro dirigido señalar el carácter potestativo de la gestión ordinaria
a subordinar a las provincias en su condición de entida- por las provincias de los servicios propios autonómicos,
des locales, asumiendo las competencias que hasta en- y en el artículo 37.1 la delegación (no se contempla

4.  Clavero Arévalo, M., “La provincia ante una encrucijada histórica”, Revista de Administración Pública, núm. 100-102.

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la transferencia) de competencias autonómicas en las la prestación de servicios supramunicipales y el fomen-


diputaciones (reiterando la posibilidad de encomienda to de los intereses peculiares de la provincia, así como
para la gestión ordinaria de los servicios propios de la el aseguramiento del acceso de la población de la pro-
Comunidad). Junto a estas competencias delegadas, la vincia a los servicios públicos de competencia munici-
provincia tendrá como propias las que le atribuyan las pal, parecen sustantivar un interés provincial delimita-
leyes del Estado y de las comunidades autónomas en ble del interés municipal. En cambio, las competencias
los diferentes sectores, y, en cualquier caso, un elenco de coordinación de los servicios municipales entre sí
de competencias enumeradas en el artículo 36. para la prestación integral y adecuada en garantía de
Este artículo concretaba el contenido mínimo de los principios de solidaridad y equilibrio intermunicipa-
la autonomía provincial prefigurado en la STC 32/81 les, y las competencias de cooperación y asistencia a
sobre las diputaciones catalanas. Decía allí el Tribunal los municipios, decantan la autonomía provincial del
que el alcance de la autonomía provincial tendría más lado de una entidad local de carácter instrumental,
o menos amplitud dependiendo de la mayor o me- al servicio y en garantía de la autonomía municipal.
nor voluntad descentralizadora de las bases estatales, Mientras las primeras, aunque no explicitadas en la
condicionadas por la constitución de las comunidades Ley, responderían a la noción de competencia: fun-
autónomas y la eventual creación de entidades infra- ciones sobre materias, las segundas adoptan un claro
provinciales al amparo de los artículos 141.3 y 153.3 tono funcional: funciones sobre competencias munici-
de la Constitución. Cualquiera de estos legisladores, pales, sea mediante la coordinación para conseguir el
sin embargo, debería respetar un núcleo esencial que equilibrio intermunicipal, sea mediante la cooperación
hiciera socialmente reconocible la institución y no la y asistencia para facilitar a los municipios de menor
desnaturalizara reduciéndola a un simple nombre. El capacidad económica y de gestión la prestación de los
artículo 36 LRBRL ofrece una primera y básica concre- servicios mínimos obligatorios (artículo 26.3). En ter-
ción de la autonomía provincial que, a su vez, vincula a cer lugar, las competencias provinciales, en la dicción
los legisladores autonómicos. literal de la Ley, no se proyectan sobre competencias
Un estudio de las competencias provinciales con- municipales, sino sobre la prestación de servicios mí-
tenidas en este artículo permite determinar el alcan- nimos obligatorios. Parece concebirse la provincia en
ce real de la autonomía provincial. El análisis se hará función, no tanto en relación con la autonomía muni-
distinguiendo los apartados a) y b) de los apartados c) cipal, cuanto en garantía del derecho de los vecinos al
y d). Una distinción que encuentra fundamento en la acceso a los servicios públicos obligatorios.
regulación que hace la Ley de las competencias para Otra duda que gravita tras la lectura del artículo
la coordinación de los servicios municipales y la com- es cuándo puede la diputación ejercer la competencia
petencia de asistencia y cooperación, para cuyo ejer- para la prestación de servicios de carácter supramu-
cicio la Diputación deberá elaborar un plan de obras nicipal. En principio la impresión que deja la interpre-
y servicios, y las competencias para la prestación de tación sistemática de los apartados a), b) y c) es que
servicios supramunicipales y el fomento de los intere- procede la coordinación y la cooperación cuando la
ses peculiares de la provincia. Fuera del plan provincial, actividad provincial permite la prestación de los servi-
el apartado b) del artículo 36.2, con evidente afinidad cios por cada municipio, en cambio la prestación su-
respecto a las competencias de coordinación y coope- pramunicipal sería el siguiente estadio, cuando ni la
ración y asistencia de los apartados a) y b) del mismo garantía de la prestación integral ni la cooperación
artículo 36.1, atribuye a la provincia el aseguramiento y asistencia posibilitaran la provisión del servicio a la
del acceso de la población provincial al conjunto de los población provincial. La pregunta que suscita esta re-
servicios mínimos de competencia municipal, al tiempo flexión es la siguiente: ¿decide unilateralmente la pro-
que la mayor eficacia y economía en su prestación a vincia la prestación de un servicio cuando libremente
través de las fórmulas de cooperación y asistencia que aprecie la imposibilidad de coordinar o cooperar para
resulten precisas. su prestación municipal? El interrogante, sin embargo,
Varios puntos merecen comentario en esta regula- parece respondido cuando el artículo distingue entre
ción de las competencias provinciales. En primer lugar las eventuales competencias propias atribuidas por la
predominan los fines a conseguir más que la precisión legislación del Estado y de las comunidades autóno-
en la definición de las competencias. En segundo lugar, mas, y las competencias propias, “en cualquier caso”.

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Entre estas competencias, como hemos tenido ocasión les aparecen vinculadas a la prestación de servicios de
de analizar, se halla la prestación de servicios supramu- competencia municipal. Cabe sostener que las compe-
nicipales. tencias provinciales se ejercen sobre las materias enu-
No obstante la claridad en la expresión, la Diputa- meradas en el artículo 25 y los servicios mínimos del
ción carece de apoyo jurídico para la prestación unila- artículo 26. A reserva de la necesaria distinción entre
teral de servicios cuya titularidad reconoce la Ley a los ejercicio de competencias y prestación de servicios, no
municipios. La correcta comprensión de esta eventual puede ignorarse que la Ley remite a los legisladores
competencia provincial debe enmarcarse en el artículo sectoriales, estatal y autonómico, para la atribución de
2.1 de la Ley. Será el correspondiente legislador secto- competencias municipales.
rial, titular de la competencia sobre la materia, el que Ahora bien, que la provincia aparezca como una
decida atribuir la prestación del servicio a la provincia al entidad local de carácter instrumental al servicio de
valorar la naturaleza de la materia o la actividad pública los municipios, con competencias funcionales y legi-
y la capacidad de gestión de los municipios. Se podría timación indirecta, mientras que el municipio gobier-
aducir a favor del apartado c) que el legislador sectorial na un colectivo primario de ciudadanos y está dota-
viene obligado a reconocer a la provincia competencias do de competencias para la ordenación y gestión de
para la prestación de servicios supramunicipales, pero, materias y actividades en beneficio de sus habitantes;
aun siendo así, se dejan sentir los límites de la garantía que el municipio constituya “la” entidad local básica,
institucional: una ley admite impugnación por los de- mientras que la provincia recibe el tratamiento cons-
rechos de los que priva, no por los que deja de atribuir. titucional de “una” entidad local determinada por la
Además, las comunidades autónomas pueden crear agrupación de municipios, no debe llevar a sostener la
agrupaciones de municipios distintas de las provincias, mayor protección constitucional del municipio con res-
y atribuirles la prestación de servicios supramunicipa- pecto a la protección constitucional de la provincia. La
les, sin menoscabar la autonomía provincial, siempre Constitución, al configurar la provincia como agrupa-
que respeten sus competencias de coordinación y co- ción de municipios, está regulando el nivel local de Go-
operación y de asistencia. bierno como un sistema integrado por dos entidades,
Comentario similar cabe hacer del apartado d), el los municipios y la provincia. La autonomía provincial,
fomento y administración de los intereses peculiares de constitucionalmente, es indisociable de la autonomía
la provincia, en realidad una cláusula reconocedora de municipal. Conceptualmente ha de diferenciarse una
capacidad, pero no de ámbito competencial. autonomía de otra, pero en la práctica las dos enti-
dades, provincias y municipios, forman parte de una
misma comunidad política local. En este marco es ne-
4. La provincia como agrupación de munici- cesario analizar la relación institucional provincia-mu-
pios nicipios.
La singularidad institucional de la provincia se
La conclusión que se extrae de lo expuesto es que identifica con la de una entidad local constitucional-
el núcleo de la autonomía provincial se reduce a los mente configurada como agrupación de municipios.
apartados a) y b) del artículo 36.1. Esto significa que No obstante la sustantividad jurídica de la provincia,
la naturaleza de la autonomía provincial se identifica su sentido no puede desvincularse de la autonomía
con unas competencias funcionales, ejercidas sobre municipal: no existen intereses provinciales distintos
las competencias municipales, con el fin de alcanzar y menos opuestos a los municipales, existen intereses
la prestación integral de los servicios municipales y la municipales que deben ser articulados en garantía de
cooperación con aquellos municipios de menores re- la prestación integral de servicios y el ejercicio equili-
cursos y capacidad de gestión para su prestación. Pese brado de competencias; las competencias funcionales
a los términos y expresiones del artículo (intereses pe- de la provincia se proyectan sobre competencias muni-
culiares de la provincia, acceso de la población de la cipales con el fin de ponderar con visión intermunicipal
provincia al conjunto de los servicios de competencia los intereses específicos de cada municipio.
municipal), la Ley no identifica intereses propios de la Tanto las competencias propias que la legislación
provincia, no señala materias ni actividades de exclusi- autonómica atribuya a los municipios, como la pres-
va competencia provincial, las competencias provincia- tación de servicios supramunicipales y el fomento y

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administración de los intereses peculiares de la pro- mentado varias modificaciones; en 1990, en tres sec-
vincia, integran el elenco de competencias que la ciones: general para planes provinciales de cooperación,
provincia “puede” ostentar; las competencias de co- especial para programas de acción especial, y sectorial
ordinación y de cooperación y asistencia, en cambio, destinada a los programas específicos de competencia
constituyen las competencias propias que la provincia local; en 2003, además de los planes de cooperación, los
“tiene”,5 no dependen de la mayor o menor voluntad planes de desarrollo local y urbano; en 2005, planes de
descentralizadora del legislador sectorial. Es cierto que cooperación, planes de modernización y proyectos para
también están sujetas a la configuración legal, pero el la participación de la sociedad civil en la política local).
legislador básico ha concretado la genérica previsión Para obtener la colaboración económica del Estado
constitucional, e identificado un mínimo indisponible en la financiación del plan provincial, las diputaciones
para el resto de los legisladores. Igualmente hay que deben seguir un iter procedimental impuesto por el
tener en cuenta que los Estatutos de Autonomía pue- Estado con criterios y controles específicos. El procedi-
den modular el núcleo esencial regulado en las bases miento incluye los siguientes pasos:
estatales, pero, con la promulgación de la LRBRL, la 1. Remisión de los planes, una vez aprobados, al
autonomía provincial dispone de una referencia jurí- subdelegado del Gobierno.
dica para constatar los excesos del legislador sectorial: 2. Los planes provinciales serán sometidos a informe
puede impugnar las leyes por las competencias de las de las Comisiones Provinciales de Colaboración
que la privan y no solo por las que le dejen de atribuir. del Estado con las Corporaciones Locales. Los
informes deberán pronunciarse acerca del cum-
plimiento de los objetivos y criterios fijados por
4.1. Los planes provinciales el Estado para el otorgamiento de la subvención.
3. El plan provincial definitivamente aprobado y
Sin embargo esta atribución directa de competencias acompañado del correspondiente expediente
tiene lugar en unas condiciones de evidente precarie- administrativo, se remitirá al Ministerio de Ad-
dad para la autonomía provincial y, a la postre, tam- ministraciones Públicas para que, una vez com-
bién para la autonomía municipal. El ejercicio tanto probada la conformidad con la legislación apli-
de las competencias de coordinación como de las de cable, se inicie la tramitación de la subvención.
cooperación y asistencia, requiere la elaboración de un 4. El plazo para la adjudicación de las obras, el li-
plan provincial de cooperación a las obras y servicios bramiento de las subvenciones, la información
de competencia municipal que el Estado y las comuni- sobre el estado de la ejecución de las obras, y
dades autónomas pueden subvencionar y, como con- el plazo para la liquidación de los planes de co-
secuencia, imponer determinados criterios y condicio- operación, completan los criterios y condiciones
nes en su utilización y empleo. Además, la Comunidad que el Estado impone a las diputaciones para el
Autónoma asegura en su territorio la coordinación de otorgamiento de la subvención.
los diversos planes provinciales según lo previsto en el Merecen particular atención las exigencias impues-
artículo 59 de la LRBRL. tas para el libramiento de las subvenciones. El Estado
Lo paradójico del plan provincial, es que el ejercicio se reserva una serie de poderes de dirección sobre la
de las competencias que integran el núcleo esencial de la gestión de la subvención, lo que obliga a las diputacio-
autonomía provincial queda condicionado a una transfe- nes a remitir las certificaciones de adjudicación de las
rencia finalista, que debe observar el régimen jurídico de obras subvencionadas, o los acuerdos de ejecución de
las subvenciones. Una regulación que la Ley no desarrolla las obras por la propia Administración, al Ministerio de
y que corresponde al Gobierno, mediante Real Decreto, Administraciones Públicas, que, en ese caso, librará el
privando de estabilidad a los fondos, lo que somete a 75 por ciento del importe de la aportación. El 25 por
las diputaciones a la incertidumbre de cada anualidad ciento restante, se remitirá con la recepción de la certi-
presupuestaria (la cooperación económica ha experi- ficación final de obra y el acta de recepción.

5.  Nieto García, A., “Cooperación y asistencia”, en Gómez-Ferrer Morant, Rafael (coord.), La provincia en el sistema consti-
tucional, Editorial Civitas, Madrid, 1991, p. 147-168.

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Esta exhaustiva regulación somete a las diputacio- trata de una política de fomento coyuntural, sino de
nes a un control que en nada las diferencia de órganos una práctica continuada, cuyos destinatarios no son
desconcentrados de la Administración estatal; la co- particulares a los que se incentiva para el ejercicio de
operación económica local así gestionada devaluaría determinadas iniciativas o a los que se distingue por
una transferencia de fondos en “un simple sistema de sus características especiales. Se trata de entidades lo-
pagos a justificar entre órganos que mantienen relacio- cales con autonomía política para la ordenación y ges-
nes de subordinación o jerarquía entre sí”. Difícilmen- tión de una parte importante de los asuntos públicos,
te pueden aplicarse a esta relación interadministrativa que se sujetan en algunos programas a concurrencia
mantenida entre el Estado y las diputaciones provincia- competitiva mediante una convocatoria de ayudas. En
les los principios de la cooperación, ni siquiera de la co- el caso de la cooperación económica local, el Estado y
ordinación. La Diputación se convierte en una instancia las diputaciones no concurren en el ejercicio de com-
ejecutora, pierde cualquier función en la gestión de la petencias compartidas sobre una supuesta materia, en
subvención, pues la Administración estatal mantiene este caso “una materia” tan impropia como Gobiernos
“la disposición o reserva de los créditos, y por tanto, la locales legitimados por sufragio popular. La regulación
determinación de sus definitivos importes y condicio- de los fondos de cooperación revela una manifestación
nantes, supeditando además el libramiento, es decir, del poder de gasto (la fuerza del mayor presupuesto)
el efectivo ingreso de las cantidades a transferir, a la que desvirtúa la autonomía de una entidad local hasta
remisión previa de una información normalizada en la degradarla a instancia ejecutora de la política estatal,
que consten la relación de beneficiarios y el objeto y pues su razón de ser se pierde al quedar sometida al
cuantía de las subvenciones aprobadas…”.6 cumplimiento de unos requisitos tan pormenorizados
Esta jurisprudencia constitucional (sentencias y exhaustivos que merman la libre disposición de los
152/1988, de 20 de junio; 201/1988, de 27 de octu- recursos recibidos.
bre; 96/1990, de 24 de mayo) dictada con ocasión de Otro de los problemas que implica que el núcleo
las políticas de fomento impulsadas por el Estado, y de la autonomía provincial dependa de la elaboración
que afectan a las competencias autonómicas, llevó al de un plan, cuya financiación priva de forma funda-
Tribunal a sentar el principio de condicionar la gestión mental a la provincia de capacidad de decisión, es el
de las subvenciones “conforme” y no “a pesar” de la tratamiento que recibe la autonomía municipal. El ar-
delimitación de competencias. El Estado puede promo- tículo 36.2 a) prescribe que para dar cumplimiento al
ver políticas de fomento, pero retendrá la gestión de ejercicio de las competencias de coordinación y de co-
las ayudas en función de las competencias ejercidas so- operación y asistencia, la Diputación aprueba un plan
bre la materia o actividad subvencionadas; si no osten- provincial de cooperación a las obras y servicios de
ta competencia alguna y las comunidades autónomas competencia municipal, “en cuya elaboración deben
tienen competencias exclusivas, solo fija la cuantía y participar los municipios”.
los objetivos y beneficiarios en términos genéricos para Esta participación no recibe regulación en la Ley de
que correspondan a la gestión autonómica la precisión Bases ni tampoco en la legislación autonómica de de-
o especificación de objetivos, las condiciones de otor- sarrollo, quedan a la potestad de autoorganización de
gamiento y la adjudicación. Sólo en el caso extremo de la Diputación los cauces para la participación municipal
gestión no susceptible de ser territorializada puede el en la elaboración del plan. A reserva del comentario
Estado reclamar la gestión completa de la subvención. que se hará más tarde de la jurisprudencia del Tribunal
En sentido análogo las diputaciones deberían reci- Supremo sobre el alcance y contenido de la participa-
bir los fondos de cooperación y disponer de autonomía ción de los municipios en la elaboración del plan pro-
suficiente para la gestión, quedando obligadas solo a vincial, adelantamos ahora que entre las condiciones
justificar el destino dado a las transferencias.El rasgo y criterios impuestos por el Estado a las diputaciones
diferencial que presenta la cooperación económica lo- para el otorgamiento de la subvención figura la necesa-
cal del Estado con las entidades locales, es que no se ria participación de los municipios como la concreción

6.  Carballeira Rivera, T., “El plan provincial de cooperación a las obras y servicios de competencia municipal”, Revista de
Estudios de Administración Local y Autonómica, núm. 255-256, 1992, p. 643 y ss.

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reglamentaria de la imposición legal. La autonomía ridad de la competencia (empleando una expresión


municipal recibe protección del legislador estatal con adoptada en posterior jurisprudencia) sí estaría “en-
motivo de la subvención concedida a la provincia para raizada” en los artículos 137 y 141 de la Constitución,
la elaboración del plan de obras y servicios. Cuando el ejercicio, en este caso, la elaboración de un plan,
la Diputación de Lugo argumenta el rechazo de una no revestiría más peso que el de un mero instrumento
obra municipal y la imposición del criterio provincial en perfectamente sustituible. Pese a la prescripción indu-
el plan, lo hace con fundamento en sus competencias dable del legislador básico, el Tribunal no le atribuye tal
de coordinación y en la improcedencia de controles de carácter, y el plan provincial puede ser sustituido por el
oportunidad por parte del Estado. El Tribunal Supre- Plan Único de Obras y Servicios de Cataluña:
mo en la STS 20/1/2005, por el contrario, sostiene que “El Plan Único de Obras y Servicios de Cataluña,
el control ejercido por las direcciones generales de los en cuanto instrumento técnico sustitutivo de los pla-
ministerios de Administraciones Públicas y Hacienda nes provinciales, vendría a operar propiamente en este
encaja en los controles de legalidad previstos en los segundo plano, afectando a la actividad instrumental
artículos 65 y 66 de la LRBRL y en el artículo 40.2 de la con que cuentan las diputaciones, cual es la planifica-
Ley de Haciendas Locales. El motivo es que, como fija ción ex art. 36.2 a) de la LRBRL, en cuanto excluye que
el artículo 36.2 a) in fine, el Estado, al otorgar una sub- dichas corporaciones locales elaboren y aprueben los
vención a la provincia, queda facultado para imponer mencionados planes provinciales al margen del referi-
condiciones en su gestión. do Plan Único.”
Concluyendo lo expuesto, debe destacarse la para- Cuesta trabajo pensar que una de las potestades
doja de subordinar la autonomía provincial a la elabo- previstas en el artículo 4 de la LRBRL, la de planifica-
ración de un plan subvencionado por el Estado y, en ción, reciba la calificación de instrumento técnico, la
virtud de estos fondos afectados, a la imposición de potestad (función) es uno de los componentes de la
unas condiciones y criterios tan rigurosos, detallados competencia. El Tribunal Constitucional lo proclamó
y preclusivos que resulta imposible reconocer a la en- en la STC 32/81: “… para el ejercicio de esa partici-
tidad local constitucionalmente configurada, cuyo ór- pación en el gobierno y la administración de cuantos
gano representativo, la Diputación, tiene atribuidas fa- asuntos les atañe, los órganos representativos de la
cultades de gobierno y administración de la provincia. comunidad local han de estar dotados de las potes-
tades sin las que ninguna actuación autónoma es
posible”. De la misma manera carece de fundamen-
4.2. Un punto de inflexión: la STC 109/98, de to disociar titularidad y ejercicio de la competencia.
21 de mayo Para atenuar las consecuencias jurídicas lesivas en la
autonomía provincial provocadas por el artificio del
Este marco jurídico se vuelve particularmente negativo argumento, el Tribunal vuelve a la Constitución y al
para el ejercicio de la autonomía provincial y la auto- mínimo allí protegido:
nomía municipal. Sin embargo todavía era susceptible “… las diputaciones catalanas tienen asegurada su
de provocar efectos más perjudiciales. Con motivo de presencia en la confección del Plan Único de Obras y
las cuestiones de inconstitucionalidad planteadas por Servicios de Cataluña… Por consiguiente, el Parlamen-
el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, el Tribunal to catalán ha asegurado a las diputaciones su inter-
Constitucional culminó el trayecto por el que la auto- vención en la elaboración del Plan Único mediante la
nomía provincial quedó reducida casi a la irrelevancia presencia en la Comisión de Cooperación Local de sus
de un derecho de audiencia. representantes –que son los respectivos presidentes,
En el FJ 7 de la STC 109/98 el Tribunal fuerza una según establece el art. 4 b) del Decreto 112/1988–,
vuelta de tuerca, y considera que el plan provincial no actuando el legislador autonómico en consonancia
forma parte del núcleo esencial de la autonomía pro- con el derecho de los entes locales a participar en los
vincial. En un razonamiento difícilmente comprensible, asuntos que les afecten inherente a la garantía institu-
distingue entre la protección proporcionada por las cional de la autonomía local, derecho cuya necesaria
bases, la titularidad de la competencia de asistencia y observancia, por lo demás, recuerda expresamente el
cooperación, y su ejercicio, la elaboración de un plan art. 2.1 LRBRL, tanto al Estado como a las comunida-
provincial de obras y servicios. Mientras que la titula- des autónomas.”

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Los criterios anticipados en la STC 32/81 sobre el al Estado la definición de la garantía institucional de
mínimo protegido por la garantía institucional y, una las diputaciones provinciales (sic), pues, de ser así,
vez respetado ese mínimo, la consideración de la auto- la garantía dependería del legislador en lugar de la
nomía local como derecho de configuración legal, re- Constitución. Reiterando una tesis esgrimida en otros
ciben en esta sentencia una concreción precisa. De las conflictos sobre el mismo tema litigioso, señala que la
competencias provinciales propias atribuidas, en todo competencia estatal se reduce a fijar las bases del régi-
caso, por el legislador básico, enumeradas en el artícu- men local, pero no a definir el ámbito de la autonomía
lo 36.1 de la LRBRL, el FJ 2 señala únicamente una, la local, pues también el legislador básico queda obliga-
cooperación económica a la realización de las obras y do por las previsiones constitucionales.
servicios municipales: Si fuera la normativa básica, en lugar de la Consti-
“… cabe considerar como núcleo de su actividad tución, la referencia jurídica sobre autonomía provin-
el apoyo a los municipios radicados en su ámbito terri- cial, se provocaría un uniformismo incompatible con la
torial, a cargo de las diputaciones provinciales u otras diversidad del Estado autonómico. Corresponde, por
corporaciones de carácter representativo; actividad tanto, al legislador autonómico identificar el mínimo
que se traduce en la cooperación económica a la reali- constitucional garantizado y entender respetada la au-
zación de las obras y servicios municipales, y que es lle- tonomía provincial, dado que el artículo 7 de la Ley
vada a la práctica a través del ejercicio de su capacidad 23/1987 permite a las diputaciones participar en la ela-
financiera o de gasto público por parte del ente provin- boración del plan autonómico.
cial. Es esta actuación cooperadora, pues, la que cabe Con razón se ha señalado la STC 109/98 como un
identificar como el núcleo de la autonomía provincial, exponente de la prevalencia y desplazamiento de la
de tal manera que la ablación o menoscabo sustancial legislación básica por los Estatutos de Autonomía. El
de dicho reducto indisponible han de reputarse lesivos Tribunal, en efecto, asume la tesis de la Generalidad
de la autonomía provincial constitucionalmente garan- cuando centra la discusión en la facultad de la Gene-
tizada.” ralidad de imponer a las provincias la exclusividad del
Sin embargo el núcleo esencial, de entrada identi- Plan Único como canal en las inversiones que efectúen
ficado en la cooperación económica a la realización de para la cooperación a las obras y servicios municipa-
las obras y servicios municipales, resulta cubierto si el les. En coherencia con la legislación básica, el Tribunal
legislador autonómico concede derecho de audiencia proponente entendía que no podía concebirse el Plan
a la Diputación Provincial en la elaboración del Plan Único como un mecanismo sustitutorio de los diversos
Único, esto es, si la Comunidad Autónoma interpre- planes provinciales previstos en el artículo 36.2 a) de
ta restrictivamente el concepto de participación, sin la LRBRL, pues vulneraría las competencias provincia-
más alcance que la presencia de los presidentes de les atribuidas en la Ley de Bases, al ser una de ellas la
las diputaciones, no habría menoscabo de la garantía elaboración del Plan. Hemos tenido ocasión de anali-
constitucional protegida en la Constitución. Obviando zar y valorar el parecer del Tribunal sobre este punto,
al legislador básico, el Tribunal reconoce a la Generali- interesa ahora seguir el razonamiento desarrollado en
dad la competencia para, en primer lugar, desconocer el FJ 5. Frente a la tesis del Tribunal proponente, las
los apartados a), c) y d) del artículo 36.1: ni la coordi- representaciones del Parlamento y el Ejecutivo autonó-
nación para la prestación integral de los servicios de micos esgrimen precisamente la cláusula contenida en
competencia municipal, ni la prestación de los servicios ese mismo artículo para demostrar que son las mismas
supramunicipales, ni el fomento y la administración de bases estatales las que ofrecen fundamento jurídico
los intereses peculiares de la provincia, forman parte para la sustitución de los planes provinciales por el Plan
del núcleo esencial, y, en segundo lugar, tampoco la Único. Cuando el artículo 36.2 a) reconoce a la Comu-
elaboración de un plan provincial, para dar contenido nidad Autónoma el aseguramiento en su territorio de
a las competencias atribuidas en los apartados a), la la coordinación de los planes conforme a lo previsto en
coordinación para la prestación integral de los servicios el artículo 59, salvaguarda las competencias recono-
de competencia municipal, y la cooperación y asisten- cidas en los Estatutos de Autonomía, al igual que las
cia a los municipios de menor capacidad de gestión. anteriores que hubieran sido asumidas por ellos.
La representación de la Generalidad apela directa- Con esta cláusula “sin perjuicio” se garantiza a la Ge-
mente a la Constitución para negar que corresponda neralidad una prerrogativa que excede de las contenidas

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en el artículo 59 para el resto de comunidades. La re- La situación de marginalidad institucional que la


presentación procesal autonómica alude a los debates provincia sufre en la legislación catalana, culmina con
parlamentarios, y el Tribunal relativiza la alusión para la regulación de la participación provincial en la ela-
atender únicamente a la relación normativa entre el artí- boración del Plan Único. Al examinar las normas le-
culo 36 de la LRBRL y el apartado sexto de la Disposición gales y reglamentarias se comprueba que la Comisión
transitoria sexta del Estatuto, donde puede apreciarse de Cooperación Local de Cataluña está formada por
una atribución a la Comunidad Autónoma de Cataluña, cuarenta y ocho miembros, veinticuatro corresponden
en materia de coordinación de planes provinciales, más a la Generalidad, quince a los municipios, cinco a las
amplia que la reconocida al resto de comunidades au- comarcas y cuatro a las provincias. La perplejidad que
tónomas pluriprovinciales. El Tribunal justifica la inapli- suscita esta composición se justifica por la incompren-
cación de las bases recordando otra sentencia, la STC sión que supone entender compensada la privación de
27/1987, sobre diputaciones valencianas: la competencia más importante de la provincia, a cam-
“… el régimen jurídico de las Administraciones bio de la más minoritaria de las representaciones que
Públicas (art. 149.1.18 CE) ha de ser respetado a no integran la Comisión. La participación se reduce a re-
ser que, en algún aspecto concreto, su inaplicación re- cibir información sobre el destino de los recursos eco-
sulte expresa e inequívocamente de lo dispuesto en el nómicos, sin que en ningún caso uno de los miembros
Estatuto de Autonomía de una determinada Comuni- más afectados disponga de derecho de veto o se exija
dad, como característica específica de la misma… Y mayoría cualificada en la adopción de las decisiones.
es que, por más que con la atribución al Estado de la La impresión que deja esta importante sentencia,
competencia para establecer las bases se persiga ‘una es la oportunidad de la imposición legal a la provincia
regulación normativa uniforme y de vigencia en toda de la elaboración de un plan para el ejercicio de sus
la Nación’, no empece en absoluto a dicha noción el competencias más genuinas. Si a los condicionantes
hecho de que, junto al régimen básico aplicable a la que la normativa estatal impone a las provincias en el
generalidad de las comunidades autónomas, coexistan procedimiento para la tramitación del plan se une la
situaciones particulares; aunque, como es palmario, negativa lectura jurisprudencial, calificándolo de sim-
estas excepciones precisan ineludiblemente, bien una ple instrumento no protegido por las bases estatales,
expresa habilitación constitucional, bien –como sucede por entender el Tribunal no “enraizable” en los artícu-
en nuestro caso– un específico anclaje estatutario.” los 137 y 141 de la Constitución el peculiar ejercicio de
Queda la duda de si el anclaje estatutario desplaza la titularidad de una competencia, parece conveniente
en una determinada Comunidad Autónoma la aplica- regular las competencias provinciales en otra clave que
ción de la legislación básica, o es la legislación bási- genere menos equívocos y dote de mayor consistencia
ca la que legitima la diferencialidad autonómica. En a la autonomía de la provincia.
cualquier caso, el Tribunal declara la inaplicación de las Habría, en este sentido, que ponderar la convenien-
bases con la consecuencia jurídica de rebajar el míni- cia de distinguir entre formas de cooperación y asisten-
mo de la garantía institucional en la protección de la cia canalizables en el plan provincial y otras formas al
autonomía provincial. Cataluña queda exceptuada de margen del plan. La distinción recogida en el artículo
cumplir los requisitos del artículo 59; en primer lugar, 36 de la LRBRL entre el apartado b) del punto 1 y el
la coordinación no reviste el carácter excepcional de apartado b) del punto 2 no resulta fácilmente com-
una relación administrativa que solo se justifica una prensible; la cooperación y asistencia destinada a los
vez constatada la imposibilidad o insuficiencia de otras municipios menos poblados y con baja capacidad de
relaciones como la cooperación o el convenio; en se- gestión, y la cooperación y asistencia justificada por
gundo lugar, no reduce sus efectos a la elaboración razones de eficacia y economía, con el fin de garanti-
de un plan sectorial, detallado y acotado, con el fin zar el acceso de la población provincial a los servicios
de posibilitar un margen de decisión a las instancias de competencia municipal, no revelan una diferencia
coordinadas; por último, la prerrogativa que el Plan tan evidente como para recibir un tratamiento jurídico
Único ofrece a la Generalidad, como se ha expuesto distinto. Sin embargo, será esta doble versión de la co-
más arriba, es la sustitución de los planes provinciales, operación y asistencia la que lleve al Tribunal a conside-
preservando el mínimo de asegurar la presencia de la rar garantizado el mínimo de la protección constitucio-
representación provincial. nal. La normativa autonómica catalana pretendía que

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cualquier manifestación de la competencia provincial “La coordinación se realizará mediante la defini-


sobre cooperación y asistencia a los municipios debía ción concreta y en relación con una materia, servicio o
incluirse en el Plan Único; el Tribunal entendió que una competencia determinados de los intereses generales
exigencia tan exhaustiva privaba de autonomía a la o comunitarios, a través de planes sectoriales para la
provincia y desnaturalizaba su función constitucional, fijación de los objetivos y la determinación de las prio-
pero salvaguardando el derecho a participar en la ela- ridades de la acción pública en la materia correspon-
boración del plan y dejando al margen del plan otras diente. “Las entidades locales ejercerán sus facultades
formas de cooperación y asistencia, el núcleo esencial de programación, planificación u ordenación de los
de la autonomía provincial no experimentaba menos- servicios o actividades de su competencia en el marco
cabo. El Tribunal reconocía que la parte de coopera- de las previsiones de los planes a que se refiere el pá-
ción y asistencia vehiculada fuera del plan constituía la rrafo anterior.”
menos importante, pero era la que legitimaba la inclu- En coherencia con estos principios, el Tribunal
sión en el plan de la más significativa: Constitucional (STC 27/87) precisó de forma certera el
“… el… art. 2.3 de la Ley 23/1987 se inclina por ejercicio de la potestad de coordinación:
dotar al Plan Único de un carácter exhaustivo, integra- “… no supone… una sustracción o menoscabo de
dor de toda forma de cooperación económica en obras las competencias de las entidades sometidas a la misma;
y servicios de los municipios. En efecto, la obligada fi- antes bien, presupone lógicamente la titularidad de las
nanciación del Plan Único con aportaciones provincia- competencias a favor de la entidad coordinada…
les, en lugar de ceñirse a las cantidades destinadas por “… no pueden suponer (las directrices autonómi-
las diputaciones a la financiación de inversiones, se ex- cas) una modalidad de control ni colocar a las diputa-
tiende ahora, con afán de exhaustividad, a la totalidad ciones provinciales en una posición de subordinación
de los recursos económicos incardinados a las obras y jerárquica incompatible con su autonomía. … no pue-
servicios de competencia municipal, con independen- de traducirse en la emanación de órdenes concretas
cia de cuál sea su finalidad específica. … que prefiguren exhaustivamente el contenido de la
“Así pues, según el tenor literal del cuestionado art. actividad del ente coordinado, agotando su propio
2.3, a través del Plan Único habría de canalizarse, no ámbito de decisión autónoma; en cualquier caso, los
ya la manifestación fundamental en que se proyecta medios y técnicas de coordinación deben respetar un
la cooperación económica de las diputaciones con los margen de libre decisión de la discrecionalidad en fa-
municipios, cual es, sin duda, la financiación de inver- vor de las Administraciones sujetas a la misma, sin el
siones en obras y servicios municipales, sino que di- cual no puede existir verdadera autonomía.” (FJ 6).
cho instrumento vendría prácticamente a absorber tal No obstante negar el Tribunal al Plan Único el pro-
función de cooperación económica en su integridad. pósito agotador pretendido por la legislación autonó-
De este modo, el precepto que nos ocupa lesiona la mica, sí le concede una dimensión y amplitud supe-
autonomía provincial.” (FJ 13). riores a las atribuidas por la LRBRL a la coordinación.
A continuación, el Tribunal no da fundamento a la El plan autonómico en Cataluña sustituye a los planes
idea de extender la coordinación del plan autonómico provinciales, las diputaciones pierden la competencia
a cualquier forma de cooperación económica, porque, para programar, planificar u ordenar en el marco del
de ser así, el carácter limitado y excepcional de la coor- plan autonómico, únicamente participan con la repre-
dinación dejaría paso a una permanencia de la imposi- sentación más minoritaria en una Comisión autonómi-
ción autonómica sobre la autonomía provincial que la ca. Los límites de la coordinación, pues, no operan en
vaciaría de contenido. Merece la pena llamar la aten- la elaboración del plan, sino en la prohibición de privar
ción sobre un aspecto importante: el Tribunal reconoce a las diputaciones de otras formas de cooperación con
que a través del plan autonómico debe instrumentarse los municipios. Un límite que, aunque de forma forza-
la manifestación fundamental de la cooperación eco- da y reiterada, está previsto en la LRBRL y, por tanto, no
nómica de las diputaciones. Sin embargo, para esta fundamentado en la naturaleza jurídica de la coordina-
parte de la cooperación no rigen los límites y restriccio- ción como relación interadministrativa. El artículo 36.2
nes a los que debe sujetarse la actividad coordinadora diferencia de forma clara el ejercicio de las competen-
de las comunidades autónomas sobre las entidades lo- cias de coordinación y cooperación en dos apartados.
cales que señala el artículo 59 LRBRL: Mientras que el apartado a) obliga a la Diputación a la

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elaboración de un plan de obras y servicios, el apartado la ampliación o la mejora de las obras y de los servicios
b), en términos más genéricos e imprecisos, establece de competencia municipal se harán efectivos mediante
unos fines que se suponen también en la cooperación el Plan Único de obras y servicios de Cataluña…”.
y asistencia del apartado a) como contenido del plan Teniendo en cuenta la coincidencia y afinidad de los
provincial. El apartado b) dice lo siguiente: conceptos de realización, ampliación y mejora señala-
“Asegura el acceso de la población de la provincia dos en este artículo, declarado inconstitucional, con
al conjunto de los servicios mínimos de competencia los contenidos en el artículo 1.1 de la misma Ley, con-
municipal y la mayor eficacia y economía en la presta- siderado conforme a la Constitución, resulta necesario
ción de estos mediante cualesquiera fórmulas de asis- precisar, más bien forzar, la distinción, con el fin de dar
tencia y cooperación municipal.” alguna seguridad jurídica a una cuestión tan decisiva
Este precepto no presenta diferencia alguna con los tras el pronunciamiento del Tribunal. En efecto, el con-
fines que el artículo 31.2 encomienda a la provincia: tenido del artículo 1.1 es el siguiente:
garantía de los principios de solidaridad y equilibrio “Mediante el Plan Único de Obras y Servicios de
intermunicipales y, sobre todo (en particular dice el ar- Cataluña se instrumentará la cooperación económica
tículo), asegurar la prestación integral y adecuada en para la realización de las obras y servicios de compe-
la totalidad del territorio provincial de los servicios de tencia municipal a que se refieren los artículos 63 y
competencia municipal. La prestación integral y ade- 64 de la Ley 8/87 de 15 de abril, Municipal y de Régi-
cuada es equiparable a la idea de prestación de servi- men Local de Cataluña, preferentemente los mínimos
cios con criterios de eficacia y economía. Sin embargo y obligatorios, en el marco del desarrollo de la nueva
el Tribunal se basa en esta reiteración para sostener organización territorial de Cataluña.”
que el plan autonómico no puede extender la coor- Lo artificioso de la distinción entre “realización de
dinación hasta el punto de absorber cualquier forma las obras y servicios de competencia municipal” (artí-
de cooperación y asistencia. Fue por esta razón que, culo 1.1) y “la realización, la ampliación o la mejora
con motivo de la Ley 57/2003 de Modernización del de las obras y de los servicios de competencia muni-
Gobierno Local, se añadió el párrafo siguiente: cipal” (artículo 2.3), obliga al Tribunal a una sentencia
“Con esta finalidad, las diputaciones podrán otor- interpretativa (FJ 13 in fine): para que el artículo 1.1
gar subvenciones y ayudas con cargo a sus fondos pro- no incurra en inconstitucionalidad, debe interpretar-
pios para la realización y el mantenimiento de obras y se “únicamente” como obligatoria la inclusión en el
servicios municipales que se instrumentarán a través plan autonómico de la financiación de obras y servicios
de planes especiales u otros instrumentos específicos.” municipales. Quedan en manos de las diputaciones
Basta leer el párrafo para comprobar el reflejo legal otras formas de cooperación, como las subvenciones y
del criterio jurisprudencial: las subvenciones y los pla- otras ayudas económicas destinadas a los municipios.
nes especiales para la realización y el mantenimiento La aporía que va emergiendo a medida que se avanza
de obras no se vehiculan a través del plan provincial, y en el razonamiento del Tribunal cobra alguna claridad
constituyen las formas de cooperación y asistencia que en la posterior jurisprudencia del Tribunal Supremo. La
integran, junto a la participación en la elaboración del sentencia de 26 de septiembre de 2002 acoge las ale-
plan autonómico, el mínimo de la garantía institucio- gaciones de la Diputación de Barcelona, porque consi-
nal protegido por la Constitución. El texto reproduce dera que los anexos 1 y 2 del documento aprobatorio
en términos casi literales lo que el Tribunal había decla- del plan se refieren a inversiones reales, mientras que
rado inconstitucional del artículo 2.3 de la Ley 23/87: el anexo 3 contiene un programa de ayuda o asistencia
“Sin perjuicio de lo establecido por el apartado 1.c), técnica. La diferencia entre inversiones reales y ayudas
todos los demás recursos financieros que las diputacio- o asistencia técnica fundamenta un fallo que declara la
nes de Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona destinen, en obligatoriedad de canalizar a través del plan las inver-
concepto de cooperación económica, para la realización, siones reales, y excluir las ayudas o asistencia técnica.7

7.  Esquerda Roset, J. M., “Una interpretación congruente de la Sentencia del Tribunal Constitucional 109/98 con la autono-
mía financiera de las diputaciones catalanas”, en Caamaño Domínguez, F. (coord.), La autonomía de los entes locales en positivo,
Fundación Democracia y Gobierno Local, Barcelona, 2003.

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Según la Orden del Ministerio de Economía y Ha- en cuanto señala que las entidades locales aprueban
cienda de 2008 (en su momento Orden de 20 de Di- anualmente un presupuesto único que constituye la
ciembre de 1989), las inversiones reales son los gastos expresión cifrada, conjunta y sistemática de las obli-
a realizar directamente por las entidades locales desti- gaciones que, como máximo, pueden reconocer y de
nados a crear infraestructuras. De acuerdo con este cri- los derechos con vencimiento o que se prevean realizar
terio, solo se incluirán en el Plan Único las inversiones durante el correspondiente ejercicio económico.”
que realicen las diputaciones provinciales destinadas Esta jurisprudencia pone de manifiesto que la po-
a la creación de infraestructuras y obras municipales, testad de la Generalidad recogida en el Real Decreto
pero no las que, financiadas por la Diputación, realicen 2115/1978 no presenta diferencia alguna con respecto
los municipios. a la reconocida al resto de comunidades autónomas
La paradójica conclusión de esta concreción juris- en el artículo 59 LRBRL; por tanto, este Real Decreto
prudencial de la sentencia interpretativa dictada por no afecta a las competencias de las diputaciones ca-
el Tribunal Constitucional es que el núcleo esencial, talanas. La STS de 23 de junio de 1989 confirma la
el mínimo de la autonomía provincial, se identifica no ausencia de singularidades en el ordenamiento catalán
tanto con iniciativas provinciales a través de inversiones que justifiquen menor autonomía provincial que la re-
reales, sino con transferencias de capital, es decir, las conocida a la provincia en los artículos 36 y 59 LRBRL.
subvenciones que las diputaciones dirijan a los muni- Al interpretar los antecedentes de la cláusula “sin per-
cipios para la realización, ampliación o mejora de las juicio”, descarta que constituya una peculiaridad cata-
obras y servicios de competencia municipal. No es fácil lana en relación con el régimen local común:
reconocer en la transferencia de capital mediante sub- “Esta interpretación voluntarista, sin embargo, no
venciones las facultades que la Constitución atribuye a es correcta. Se trata, sin duda, de una fórmula transac-
la Diputación para el gobierno y la administración de cional en la elaboración de la Ley para expresar que la
la provincia. Ley de Bases no mermaba en modo alguno las com-
Con este añadido la LRBRL incurría en la enésima petencias señaladas en el Estatuto de Autonomía. Los
reforma puntual (veintidós modificaciones ha sufrido artículos 36 y 59 de la Ley de Bases lo que hacen es
la Ley desde su aprobación), consumando un proceso señalar las competencias de las diputaciones y comu-
de acarreo jurídico descontrolado. nidades vertebrándolas en los principios de autonomía
y coordinación que, con origen en la Constitución, im-
pregnan toda la normativa sobre régimen local, para
4.3. La jurisprudencia del Tribunal Supremo asegurar la coherencia de la actuación de las Admi-
nistraciones Públicas en el ámbito de la cooperación,
La STC 109/98 quiebra la jurisprudencia del Tribunal asistencia y, en definitiva, solidaridad entre las mismas,
Supremo (y explica la cuestión de inconstitucionalidad pero siempre sin menoscabo de su autonomía.”
propuesta por el Tribunal Superior de Justicia de Cata- Advierte también el Tribunal Supremo la estrecha
luña). En dos sentencias de este Tribunal (23 de junio vinculación entre autonomía financiera y potestad de
de 1989 y 1 de septiembre de 1990) se argumentó la planificación:
validez y aplicación de las bases estatales en Cataluña “… también la Diputación, si pierde por imposi-
negando virtualidad jurídica a la cláusula “sin perjui- ción de la Generalidad, su capacidad de dotar con
cio” del artículo 36 LRBRL. Ambos fallos destacan el sus presupuestos sus propios Planes y el Plan Único
marco normativo de la LRBRL: quedaría vacía de contenido su competencia planifi-
“… destacan los siguientes preceptos en relación cadora propia.”
con lo que nos ocupa: el artículo 1.2, en cuanto esta- De la misma forma que la sentencia comentada, la
blece que la provincia goza de autonomía para la ges- de 1 de septiembre de 1990 sobre el Decreto de la Ge-
tión de sus intereses; el artículo 4.1.c) al indicar que a neralidad de desarrollo del Plan Único, donde se fija el
las provincias corresponde, dentro de la esfera de sus carácter imperativo de las aportaciones provinciales al
competencias, la potestad de programación o planifi- plan autonómico, toma como referencia las relaciones
cación; el artículo 10.1.3, que establece que las funcio- entre autonomía provincial y coordinación autonómica
nes de coordinación no afectarán, en ningún caso, a la conforme a los criterios establecidos en los artículos 36
autonomía de las entidades locales; y el artículo 112 y 59, negando las supuestas especialidades del Real

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Relaciones entre municipios y provincias

Decreto 2115/1978. El Tribunal deja clara la aplicación Considerar la elaboración de un plan provincial como
de la legislación básica: un simple instrumento sustituible por el plan autonó-
“El artículo 36… configura el haz mínimo de com- mico, sin que esta sustitución afecte a la titularidad
petencias, que configuran la autonomía provincial reco- de las competencias provinciales sobre cooperación y
nocida en el artículo 137 de nuestra Constitución, entre asistencia, permite la existencia de un Plan Único au-
ellas la asistencia y la cooperación jurídica, económica tonómico y la consiguiente desaparición de los planes
y técnica a los municipios, especialmente los de menos provinciales. Al disociar titularidad y ejercicio en la
capacidad económica y de gestión, y a estos efectos atri- competencia provincial de cooperación y asistencia, el
buye la aprobación anual de un plan provincial de co- Tribunal priva de carácter básico al ejercicio de la com-
operación de obras y servicios. La Diputación Provincial petencia, y considera solo protegida la titularidad por
no puede ser privada de facultades decisorias en este la garantía institucional, cuyo respeto se cubre con la
ámbito de actuación porque ello supondría privarle de presencia de la representación provincial en la elabora-
su propia autonomía garantizada constitucionalmente.” ción del plan autonómico.
El Tribunal reconoce la concurrencia de los intereses La identificación del núcleo esencial de la autono-
y competencias provinciales con los de la Comunidad mía provincial con las competencias de cooperación y
Autónoma, y la potestad autonómica para la coordina- asistencia, y la exclusión del resto de competencias del
ción de los planes provinciales, pero concluye de forma artículo 36.1, también es un parámetro jurisprudencial
inequívoca que el mínimo competencial de la autono- generalizable.8
mía provincial debe ser preservado. En consecuencia, y 4.4.2. Si, tomando en consideración la jurispru-
pese a la invocación de la peculiaridad catalana, resalta dencia del Tribunal Supremo, se podía afirmar que no
que el artículo 36 LRBRL se refiere a competencias asu- había peculiaridad catalana que exceptuara el carácter
midas o ratificadas estatutariamente, pero no a servi- excepcional de la coordinación de las relaciones entre
cios traspasados con anterioridad: la Generalidad y las diputaciones catalanas, después
“No existe, pues, un régimen especial o excepcio- de la STC 109/98 parece que el razonamiento se invier-
nal para la Generalidad de Cataluña reconocido en la te: la supuesta singularidad catalana se generaliza a las
Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de otras comunidades autónomas, y todas pueden elabo-
Régimen Local que permita a esta, en uso de sus facul- rar planes únicos de obras y servicios en sustitución de
tades de coordinación, fijar, con carácter obligatorio los planes provinciales.9
para la Diputación, la cuantificación de su aportación 4.4.3. La STC 109/98 señala como núcleo esencial
al Plan Único de Obras y Servicios de la Generalidad; la de la autonomía provincial la cooperación y asisten-
determinación del alcance de la autonomía provincial cia a los municipios y la autonomía presupuestaria; en
en este punto debe atenerse al régimen general esta- las sentencias del Tribunal Supremo comentadas no se
blecido por la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora del desvinculan autonomía presupuestaria y potestad de
Régimen Local.” planificación. El Tribunal Constitucional justifica que
una parte de los recursos provinciales se pongan a dis-
posición de la Comunidad Autónoma para la financia-
4.4. Conclusiones ción del Plan Único; de la misma forma que las com-
petencias propias de la provincia no configuran una
4.4.1. La STC 109/98, a pesar de resolver un caso autonomía que no admita modulaciones, igualmente
singular, las relaciones entre la Generalidad y las di- la autonomía presupuestaria las experimenta cuando
putaciones catalanas, emplea una argumentación tan el bloque de constitucionalidad lo permita.
abstracta y genérica que puede extenderse al resto de Esta tesis resultará controvertida en la STC 48/2004,
comunidades autónomas y diputaciones provinciales. de 25 de marzo, cuando el Tribunal se pronuncie sobre

8.  Carro Fernández-Valmayor, J. L. “Autonomía provincial y Plan Único de Obras y Servicios (a propósito de la STC 109/98,
de 21 de mayo)”, Revista Andaluza de Administración Pública, núm. 13, 1988.
9.  Ortega Álvarez, L., “El Plan Único de Obras y Servicios de Cataluña y la garantía institucional de la autonomía provincial”,
Cuadernos Civitas, Madrid, 1992.

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la constitucionalidad del principio de conexión en sen- a zonas de la provincia o a sectores y actividades de la


tido inverso: el movimiento en la titularidad de una competencia municipal.
competencia hacia arriba, de la provincia a la comuni- Al mismo tiempo que se fortalece la autonomía de
dad autónoma, implica que también se transfieran los la provincia con el paso del estudio, elaboración y eje-
recursos necesarios para su ejercicio. El parecer gene- cución a la aprobación de los planes, también se con-
ral del Tribunal se inclinó por considerar contrario a la solida la autonomía municipal: la simple audiencia se
Constitución que el Gobierno que priva a otro de una califica de obligatoria participación.
competencia se apropie además de la financiación. El Según los apartados a) y b) del artículo 36.1 LRBRL,
voto discrepante de una magistrada y la adhesión de el plan provincial de cooperación presenta un doble
otra reflejan la controversia del tema. carácter, en cuanto se dirige, simultáneamente, a la
coordinación y cooperación para la prestación de los
servicios de competencia municipal. Esta simultanei-
5. La cooperación intraprovincial y la juris- dad se vuelve problemática porque los principios que
prudencia del Tribunal Supremo informan ambos conceptos son diferentes, incluso
opuestos: la coordinación implica supremacía e impo-
El texto refundido de la Ley de Régimen Local, de 24 sición, mientras que la cooperación requiere paridad y
de junio de 1955, dedicó la Sección 3.ª del Capítulo voluntariedad. Las sentencias recaídas en litigios sobre
Primero, del Título II, a la cooperación provincial de los planes provinciales han observado la lógica de las re-
servicios municipales, principalmente de los obligato- laciones interadministrativas: el carácter preferente y,
rios, que no pudieran ser establecidos por los ayunta- por tanto, la normalidad de la cooperación, frente al
mientos (artículo 255). Para el desarrollo de esta co- carácter puntual y, en consecuencia, la excepcionali-
operación redactarán las diputaciones, oídos los ayun- dad de la coordinación. La coordinación no permite la
tamientos, planes bienales ordinarios que se ejecuta- alteración de la distribución de competencias, simple-
rán anualmente. En los primeros tiempos de transición mente la limitación en su ejercicio. Que la norma sea
a la democracia se reconoce la competencia provincial la cooperación y la coordinación haya de concebirse
para la aprobación de los planes de cooperación a las como excepción, implica una consecuencia jurídica
obras y servicios en el Real Decreto 688/1978, de 17 de fundamental: la inclusión en el plan de una obra o ser-
febrero (artículo 9.1). Se culmina así el camino abierto vicio que no sea de competencia municipal supondría
por el Decreto 1087/1976, de 23 de abril, que enco- incurrir en una desviación de su contenido material;
mendaba a las diputaciones el estudio, la elaboración igualmente, tampoco resulta admisible la inclusión de
y ejecución de los planes. En el Real Decreto 688/1978, una obra o servicio distintos de los propuestos por el
la intervención estatal se reduce a la contribución en municipio. La provincia no podría invocar la coordina-
la financiación de los planes, y a las Comisiones Pro- ción para justificar la incorporación al plan de obras o
vinciales de Colaboración del Estado con las Corpora- servicios contrarios a la voluntad del respectivo ayun-
ciones Locales se les atribuye el control de la ejecución tamiento.
de las “obras y servicios en las que exista subvención La STS de 3 de abril de 1998 aborda cada uno de
estatal” (artículo 21). estos puntos controvertidos:“Los expresados términos
Los Reales Decretos 1673/1981 y 2689/1981 ade- literales del precepto (art. 36.2 LRBRL) dotan de una
cuaron el régimen jurídico de los planes provinciales de cierta ambigüedad a la planificación provincial de que
cooperación, y prepararon el camino a la regulación se trata, al presentarla simultáneamente como instru-
contenida en la LRBRL. mento de coordinación (letra a) del apartado 1) y de
El artículo 36.2 a) LRBRL denomina al plan, plan cooperación (letra b) del apartado 1), con las conse-
provincial de cooperación a las obras y servicios de cuentes dificultades de interpretación y aplicación
competencia municipal, regulando su contenido y pro- práctica. Sin embargo, desde el punto de vista de las
cedimiento de elaboración. Para tener conciencia cabal diputaciones, resulta preferente su carácter de meca-
de la importancia del plan es necesario tener en cuenta nismo de cooperación con las entidades municipales
los artículos 30 a 34 del texto refundido sobre régimen de la provincia, puesto que no solo es el propio precep-
local, que señalan como expresión de la autonomía pro- to el que califica como de ‘cooperación’ a los planes,
vincial que el plan de cooperación conceda prioridad sino que también es esta la naturaleza que resulta de

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Relaciones entre municipios y provincias

su regulación sistemática contenida en los artículos 32 el gobierno y la administración de la provincia, la legi-


y ss. TRRL. En resumen, puede decirse que los planes tima para la decisión final en la aprobación del plan.
provinciales de cooperación son realmente ‘planes de Tanto la práctica en la elaboración de los planes
cooperación’; sin perjuicio de que a través de esta co- provinciales como la jurisprudencia dictada en los liti-
operación logre la Diputación coordinar los esfuerzos gios planteados entre provincia y municipios, propor-
de las entidades locales que intervienen… Es cierto cionan un acervo fundamental para pensar el diseño y
que, como se ha razonado, los planes provinciales de los fundamentos de un procedimiento que no provo-
cooperación persiguen, junto a la preferente finalidad que el razonamiento forzado de creer que la coopera-
de ‘cooperación’, una cierta función de ‘coordinación’ ción continuada lleva a la coordinación puntual. Parece
en el aseguramiento y garantía de la adecuada presta- más aconsejable conjugar la autonomía provincial y la
ción de los servicios municipales, especialmente de los autonomía municipal a partir de premisas diferentes.
mínimos establecidos en el artículo 26.1 LRBRL, pero Los municipios expresan su autonomía en la interac-
en ningún caso ello supone que la Diputación asuma la ción con la provincia fijando las prioridades políticas
titularidad de los servicios y obras que ostentan los mu- con base en el principio de subsidiariedad, de ahí que
nicipios… En definitiva, la naturaleza del Plan Provincial la propuesta o solicitud municipal gane relevancia jurí-
de Cooperación no puede llevar a otra consecuencia dica y se erija en dato de obligada consideración por la
que la de excluir de él cualquier obra que cuente con la provincia. Por su parte, la provincia, cuando entabla re-
negativa del correspondiente Ayuntamiento afectado lación con un municipio, lo hace teniendo en cuenta al
y entender, incluso, que la propuesta de inclusión de resto de municipios, si encuentra inviable la propuesta
la obra corresponde a la propia corporación munici- o solicitud municipal no puede, unilateralmente, cam-
pal…”.10 biarla y sustituirla por la que estime más conveniente
La sentencia revela la dificultad para conciliar dos para el municipio, pero la Ley le reserva la decisión final
conceptos de sentido contrario, e intenta salvar la y le autoriza a la aprobación del plan sin atender la
contradicción con una lectura flexible de la naturaleza pretensión municipal.
preferente y normal de la cooperación sobre la excep- La STS de 3 de abril de 1998 (en términos casi idén-
cional y ocasional de la coordinación. El plan es de co- ticos a la STS de 20 de enero de 2005) fundamenta
operación, pero a medida que la Diputación coopera el acto complejo que supone la elaboración del plan
con los municipios es posible que deba rechazar la pro- provincial en varias razones: a) la base democrático-
puesta municipal, con el fin de garantizar la prestación participativa, expresión pleonástica que concede rele-
integral del servicio o el equitativo reparto de las obras, vancia a la intervención municipal en la elaboración
y en este caso la cooperación deja paso a la coordina- del plan suministrando datos, fijando prioridades de
ción; sin embargo, que el ejercicio de la competencia actuación o señalando las deficiencias; b) la aporta-
municipal no resulte efectivo, no significa que el muni- ción de datos y la fijación de prioridades, a su vez, es
cipio quede privado de titularidad. una expresión del principio de subsidiariedad por el
El plan provincial es un acto complejo cuyo proce- que el Gobierno más cercano a la ciudadanía, en prin-
dimiento de elaboración debe propiciar el acuerdo y cipio, tiene mejor conocimiento de la realidad (cuenta
evitar el conflicto y la imposición. La Diputación debe con datos y referencias empíricas fiables inherentes
asumir y valorar las propuestas municipales, aunque a la cercanía) y más legitimidad, debido a la proxi-
puede no satisfacerlas; la garantía de la prestación in- midad entre gobernantes y gobernados (fijación de
tegral obliga a ponderar con visión intermunicipal la prioridades); y c) la aportación económica municipal
prioridad municipal, y descartar aquellas incompatibles a la financiación del plan implica una incidencia en
con las disponibilidades presupuestarias y las priorida- el ámbito presupuestario que impide, para preservar
des de otros municipios. Cuando el artículo 141.2 de la la autonomía política municipal, el condicionamiento
Constitución atribuye a la Diputación facultades para ejercido por otra Administración.

10.  Suay Rincón, J., razona con acierto sobre la dificultad para manejar los términos cooperación y coordinación aplicados
a la relación municipios-provincia en “La competencia de coordinación”, en Gómez-Ferrer Morant, Rafael (coord.), La provincia
en el sistema constitucional, Editorial Civitas, Madrid, 1991, p. 169-200.

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Las políticas provinciales han de partir de las aspi- supondrá una concentración en su gestión, que se
raciones de las comunidades vecinales. Este es un dato hará de forma desconcentrada a través de los servicios
inesquivable en el ejercicio de las competencias pro- territoriales de los departamentos respectivos, pues…
vinciales; sin embargo, este condicionamiento u obli- la gestión desconcentrada (no) puede ser sustitutivo de
gación no priva a la provincia de iniciativa o autono- la descentralización, que implica autonomía,…” (FJ 4).
mía para definir políticas propias. Que la provincia esté Cuando se postula la necesidad de gobernar la in-
constitucionalmente configurada como una entidad termunicipalidad la referencia es garantizar la autono-
local determinada por la agrupación de municipios, y mía municipal, y la autonomía consiste en garantizar las
que su singularidad institucional ofrezca una estructu- prioridades políticas; en esencia, la política consiste en
ra compuesta y competencias funcionales, no significa la elección de bienes igualmente valiosos, sacrificando
que caiga en la irrelevancia institucional de un suma- unos para alcanzar otros. Si los municipios ven condicio-
torio indiferenciado de municipios. En la cláusula 3.ª nada esta elección por la convocatoria de ayudas técni-
del Protocolo General del Plan de Concertación 2008- cas o económicas promovidas desde otro nivel de Go-
2011, dedicada a los objetivos generales, se contempla bierno, su autonomía sufre una inevitable disminución.
la doble iniciativa que corresponde a ambas entidades En cambio, cualquier municipio puede establecer sus
locales para el impulso de políticas de calidad: prioridades haciendo efectivo el principio de subsidiarie-
“El Plan de Concertación crea un espacio de trabajo dad, poniendo en valor el conocimiento de una realidad
compartido y es un canal preferente para el ejercicio de y de unas necesidades por la cercanía entre gobernantes
la función de cooperación local reconocida a la Diputa- y gobernados y por la asignación eficiente de recursos
ción, con la finalidad última de desarrollar los objetivos que otorga la proximidad. Que la interacción entre am-
generales siguientes: bas entidades locales implique la modulación o incluso
“a) el fomento de políticas públicas de calidad: a la redefinición de las políticas municipales o provincia-
partir de la satisfacción de las necesidades locales ex- les, no tiene parangón en ningún otro procedimiento de
presadas por los entes locales o detectadas por la pro- asistencia a los municipios con poca capacidad de ges-
pia Diputación de Barcelona.” tión. La clave está en la relación entre ambas entidades
Las políticas provinciales no se reducen a asumir locales, en diseñar un procedimiento para que tenga
peticiones municipales, sino que deben articularlas sal- lugar una convergencia programática.
vaguardando la provisión equitativa de servicios y el
ejercicio equilibrado de las competencias municipales.
Esta necesidad requiere el gobierno de la intermuni- 6. Concertación entre provincia y municipios
cipalidad. La provincia no presta asistencia ni elabora
planes o programas gestionando las solicitudes o prio- La figura del plan provincial aparece como la referen-
ridades municipales; si así fuera debería someter a con- cia obligada. Lamentablemente, y como hemos tenido
currencia competitiva a los municipios mediante una ocasión de analizar antes, el plan ha perdido relevan-
convocatoria de subvenciones o ayudas, y asignar los cia, al calificarlo el Tribunal Constitucional en la STC
fondos con criterios técnicos y objetivos a los proyec- 109/98 como un instrumento para el ejercicio de la
tos mejor formulados o a los municipios que reunieran competencia provincial de cooperación y asistencia.
los requisitos exigidos en la convocatoria. Si la provin- Esta consideración accesoria y lateral de las competen-
cia ejerciera sus competencias en esas condiciones se cias provinciales desconoce que, en realidad, la elabo-
podría, sin merma para la autonomía local, suprimirla ración del plan sigue un procedimiento que favorece la
y sustituirla por unidades desconcentradas de la co- convergencia entre las políticas provinciales y las mu-
munidad autónoma. El Tribunal Constitucional advirtió nicipales. La LRBRL impone la elaboración de un plan
en la STC 32/81 la imposibilidad de equiparar gestión provincial de obras y servicios para hacer efectivas las
desconcentrada por la comunidad autónoma con au- funciones de coordinación y cooperación y asistencia,
tonomía política: en el que los municipios deben participar. Nada dice la
“No empece a esta manifiesta contradicción en- Ley sobre la concreción y el alcance de esta participa-
tre la exigencia constitucional y el contenido de la Ley ción. Tampoco la legislación autonómica de régimen
el hecho de que esta afirme (art. 8) que en ningún local ha desarrollado ni precisado esta regulación bási-
caso la asunción por la Generalidad de estos servicios ca. Más arriba se aludía a la inadecuación de conceptos

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Relaciones entre municipios y provincias

como cooperación y coordinación para dar cuenta unas fases que no observan la preclusión procesal de
cumplida de las relaciones institucionales entre muni- plazos sujetos a caducidad, sino que propician la inte-
cipios y provincias; en la búsqueda de un término que racción y el diálogo constructivo. En una primera etapa
refleje mejor la interacción entre dos entidades locales la Diputación pide a los ayuntamientos información so-
integrantes de un mismo nivel de Gobierno, la expe- bre sus necesidades e intereses; una vez procesados y
riencia promovida por la Diputación de Barcelona tras valorados los datos, la Diputación establece los criterios
la STC 109/98 proporciona una referencia afortunada: para que los municipios dispongan de una referencia al
concertación. fijar sus prioridades; a partir de las propuestas municipa-
La concertación intenta ubicar su espacio entre la les la Diputación Provincial elabora un proyecto de plan
voluntariedad de la cooperación y la imposición de la o programa articulando las prioridades de los munici-
coordinación, diseñando un procedimiento donde mu- pios según criterios de solidaridad y equilibrio territo-
nicipios y provincia estén obligados a contrastar moti- rial; el proyecto se somete a consulta y valoración de los
vaciones acerca de la viabilidad de las prioridades fija- municipios con el fin de llegar a un acuerdo; concluida
das por los municipios. El municipio solicita asistencia o la fase de consulta o audiencia e incorporadas las pro-
señala el sector o actividad de su preferencia teniendo puestas y efectuadas las modificaciones oportunas, la
en cuenta la normativa provincial y los criterios allí esta- Diputación iniciará un trámite extraordinario de consul-
blecidos, y, una vez conocidos por la provincia, se inicia ta si determinados municipios resultaran perjudicados
un procedimiento en el que ambas entidades locales o singularmente afectados; la aprobación definitiva del
aportan razones, datos, información y conocimiento, plan corresponde a la Diputación Provincial. El rechazo
con el fin de llegar a un acuerdo. La Ley no predetermi- de una prioridad municipal requiere motivación con es-
na el resultado, no dice “lo que debe decidirse”, sino pecificación del objetivo o criterio insatisfecho y propo-
“cómo debe adoptarse la decisión”, el derecho deja de sición de asistencia para otra obra, actividad o servicio
entenderse “como instrumental al servicio de la mera incluido en las prioridades planteadas por el Ayunta-
ejecución de políticas públicas, se da el paso a un de- miento. Cuando en el desarrollo del plan o programa
recho… que se preocupa también del establecimiento aparecieran condiciones o circunstancias especiales que
del derecho, de la formulación de políticas…”. Se di- aconsejaran modificarlo, se hará conforme a los trámi-
suelve la frontera entre la formulación de la política y tes de consulta y audiencia descritos.
su aplicación posterior; de la misma forma desapare- La concertación se desarrolla en un procedimiento
cen los límites entre la creación y aplicación del dere- más sustantivo que instrumental, lo importante y de-
cho, “el proceso regulatorio se concibe como un ciclo cisivo no es el fin a conseguir, sino la dinámica misma
constante, en permanente movimiento”. Cuando mu- de concertación con el intercambio de información, el
nicipios y provincia conciertan sus políticas siguen un contraste de motivaciones, la necesaria ponderación
procedimiento que no aplica las prescripciones legales, de las prioridades municipales y la visión intermunici-
sino que “representa un cauce para hallar o descubrir pal. La concertación no parte del procedimiento como
la mejor solución posible… No se trata de un proce- proceso prelitigioso que, inevitablemente, supone
dimiento meramente aplicativo… sino de un procedi- asumir los postulados de unos derechos municipales y
miento de carácter creativo o innovador, puesto que unas prerrogativas provinciales.
la solución ha de generarse en su seno y se desconoce
por completo antes de iniciarlo”.11
A estos principios responde el procedimiento esta- 7. Reflexión final
blecido en el artículo 13 de la Ley 5/2010, de 11 de
junio, de Autonomía Local de Andalucía. Los planes y La concertación pretende incentivar una interacción
programas de asistencia económica se descomponen en creadora entre municipios y provincias, a través de un

11.  Barnés Vázquez, J., “Reforma e innovación del procedimiento administrativo”, en Barnés Vázquez, J. (ed.), La transfor-
mación del procedimiento administrativo, Editorial Derecho Global, Sevilla, 2008. Estas reflexiones también aparecen en la
contribución del autor, “Las relaciones entre la provincia y el municipio a través de procedimientos administrativos de tercera
generación”, en Zafra Víctor, Manuel (coord.), Estudios sobre la Ley de Autonomía Local de Andalucía, CEMCI, Granada, 2011.

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ISSN: 1696-0955, núm. 29, junio de 2012, p. 119-140
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Manuel Zafra Víctor

procedimiento abierto y flexible que no limita la rela-


ción entre ambas entidades locales a plazos preclusivos
ni a la dinámica contradictoria de intereses enfrenta-
dos. En la línea de propiciar el entendimiento, extiende
la interacción tanto a la fase de programación, crea-
ción o establecimiento de servicios municipales, como
a la de gestión y realización. En este sentido, la ex-
periencia promovida desde la Diputación de Barcelona
supone un hito fundamental. La cláusula recogida en
la normativa reguladora de la Red Barcelona Munici-
pios de Calidad resulta esclarecedora del significado de
la concertación:
“Con carácter previo a la presentación de solicitu-
des, ente y Diputación pueden emprender los contac-
tos necesarios al efecto de elaborar una propuesta de
común acuerdo.”
Quizás no se repara en una perspectiva fundamen-
tal de los rasgos de apertura y flexibilidad contenidos
en la concertación: constituye una petición de principio
presumir en municipios de baja capacidad de gestión
las condiciones necesarias para presentar proyectos
competitivos ante una convocatoria de subvenciones;
sucede lo contrario, aquellos municipios con pocos re-
cursos técnicos y personales difícilmente concurrirán
con solicitudes que puedan rivalizar con las de otros
municipios dotados de mejores medios. La concurren-
cia competitiva exhibe el peor lado del municipalismo
fragmentado, que provoca un efecto perverso: reciben
la ayuda los municipios mejor situados, y resultan ex-
cluidos y penalizados los más necesitados.
En definitiva, los planes y programas impulsados
desde la provincia no pueden quedar reducidos a un
repertorio de subvenciones a los municipios supervisa-
do y controlado por el Estado o la Comunidad Autóno-
ma, deben constituir el ejercicio de unas competencias
provinciales que den cobertura jurídica a la capacidad
de dirección política desplegada por sus órganos de
gobierno. 

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