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Resumen
Las dificultades e inconveniencias para la supresión o agrupación forzosa de municipios aconsejan plantear el di-
seño y gobierno de la intermunicipalidad. En un país de pequeños municipios poco poblados y con baja capacidad
de gestión, resulta necesaria la articulación intermunicipal, para evitar que la fragmentación municipal lleve al
control y supervisión de otros niveles de Gobierno, y a la financiación condicionada. La intermunicipalidad ha de
regularse como cuestión de Estado, basamento fundamental en la estructura del Estado autonómico, por tanto
fuera de la consideración de la autonomía local como una materia sujeta a la competencia autonómica de orde-
nación territorial, o a la disputa competencial entre el Estado y las comunidades autónomas. Este es, por cierto, el
régimen constitucional de la provincia: entidad local configurada como agrupación de municipios, cuyo órgano de
representación política tiene atribuidas las facultades de gobierno y administración. Por imperativo constitucional,
la agrupación de municipios debe ser gobernada para convertirla en una articulación de municipios. El Gobierno
provincial ofrece, así, una doble dimensión: Gobierno intermunicipal y Gobierno intermedio, en relación con los
municipios y con los restantes niveles de Gobierno. Por tanto, cuando Estado y comunidades autónomas legislan
encuentran un municipalismo articulado, donde las competencias provinciales hacen efectivo el principio de subsi-
diariedad, fijando las competencias municipales en el ámbito local e impidiendo que la baja capacidad de gestión
las haga saltar al nivel autonómico.
Palabras clave: Gobierno intermunicipal; Gobierno intermedio; principio de subsidiariedad; competencias provinciales;
concertación; coordinación; cooperación; asistencia.
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Cuadernos de Derecho Local (QDL)
ISSN: 1696-0955, núm. 29, junio de 2012, p. 119-140
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both the control of municipalities by higher levels of governments and the articulation of conditioned finan-
cial systems. Intermunicipal governance should be regulated as an affair of the State and considered as a pillar
of the “State of the Autonomies”. Moreover, it should not be treated as a subject under the urban or regio-
nal planning competence of the Autonomous Community or as a matter to be disputed by the State and the
Autonomous Communities. Precisely, this is the constitutional regime of the Province: a local entity that is the
result of an amalgamation of municipalities. In this regard, taking into account a constitutional mandate, the
amalgamation of municipalities should be governed to transform the same in an articulation of municipalities.
The Province, therefore, shows a twofold dimension: intermunicipal and intermediate level of government.
Consequently, when the State and the Autonomous Community legislate, they find an articulated municipa-
lity where the competences of the Province make effective the subsidiarity principle establishing municipal
competences and avoiding the intervention of the Autonomous Community because of the low management
capacity of municipalities.
Keywords: intermunicipal government; intermediate government; subsidiarity principle; competences of the Province;
harmonization; coordination; cooperation; assistance.
1. Tornos Mas, J., “La provincia en la legislación de las comunidades autónomas”, en Gómez-Ferrer Morant, Rafael (coord.),
La provincia en el sistema constitucional, Editorial Civitas, Madrid, 1991, p. 241-266.
2. Ortega Álvarez, L., El régimen constitucional de las competencias locales, Instituto Nacional de Administración Pública,
Madrid, 1988, p. 159-160.
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La intermunicipalidad, como cualquier reflexión ventar el fuego abrasándose las manos. El corto plazo
sobre instituciones, no puede ser contemplada única- de la supresión concentra todas las energías, orillando
mente desde una perspectiva de asignación eficiente la reflexión sensata para mantener lo bueno y prescin-
de recursos, buscando el tamaño ideal de los muni- dir de lo malo.
cipios para la provisión de servicios públicos. Es nece- Este trabajo intenta hacer la crónica de la evolución
sario afrontar el tema con visión política, valorando la seguida por la provincia en el proceso de la articula-
potencialidad para el civismo de los espacios locales, la ción del Estado de las autonomías. Desde su conside-
relación entre los intereses privados y los asuntos públi- ración inicial como instancia para la gestión ordinaria
cos, la cercanía entre gobernantes y gobernados, varia- de los servicios autonómicos hasta su final valoración
bles más decisivas que los meros criterios tecnocráticos en cuanto entidad local. El itinerario recuerda, de al-
de eficiencia en la calidad de los servicios públicos. Es guna manera, el curso de la provincia en los albores y
más, la doble acepción de la descentralización, técnica consolidación del Estado: desde división territorial para
y política, no necesariamente mantiene una dinámica el cumplimiento de los fines del Estado (y de las comu-
negativa de oposición, también proporciona una ten- nidades autónomas) hasta entidad local al servicio de
sión constructiva, una complementariedad positiva si los municipios.
la preferencia de los consumidores en la eficiente asig- De esta doble dimensión, la provincia ha recibi-
nación de recursos se desarrolla en espacios colectivos do mucha más atención como división territorial que
de deliberación pública. Solo si se acepta esta premisa como entidad local; si la Constitución configura la
tiene sentido el debate sobre la intermunicipalidad. Si provincia, en cuanto entidad local, como agrupación
la crisis provoca la primacía del peligro sobre la opor- de municipios, la relación institucional provincia-mu-
tunidad, el corto plazo se impondrá al largo plazo, la nicipios debería centrar el análisis y la valoración de la
inmediatez de las respuestas populistas a la sostenibi- autonomía provincial, sin embargo ha sido la relación
lidad institucional. entre provincia y comunidad autónoma el tema que
La supresión responde al instinto, a la reacción re- ha dominado la jurisprudencia y, en consecuencia, los
fleja del adanismo, pensando que el pasado constituye estudios jurídicos sobre la naturaleza y alcance en la
un error y que ante nosotros aparece el folio en blanco autonomía de la provincia. Separando la consideración
que escribimos con entera libertad. de ambos temas, pero mostrando su relación, las si-
La reforma implica otra actitud: mirar el pasado con guientes páginas abordan varios puntos:
ojos de futuro, renuncia al voluntarismo que lleva de 1. La provincia cumple en el Estado autonómico
la ignorancia al conocimiento, conciencia de caminar dos funciones: desde la perspectiva intermuni-
desde el conocimiento menos fiable al más fiable, en- cipal, la Constitución atribuye a su órgano re-
riqueciendo una tradición que libera a los seres huma- presentativo –la Diputación– las facultades de
nos de condenar a cada generación a inventar el fuego gobierno y administración de la provincia, con
abrasándose las manos. el fin de convertir una agrupación de munici-
La supresión y/o fusión de municipios subestima un pios en una articulación de municipios, para
dato elemental: la eliminación de ayuntamientos no garantizar la prestación integral de los servi-
elimina las distancias geográficas entre los núcleos de cios de competencia municipal y el ejercicio
población resultantes, una vez privados de la condi- de las competencias municipales. Como Go-
ción jurídica de municipios. El transporte y los servicios bierno intermedio, la Diputación convierte a la
personales como la asistencia a domicilio no aligeran provincia en el eslabón entre los municipios y
los costes de provisión porque se supriman municipios las comunidades autónomas y el Estado. Claro
mientras se mantenga la distancia entre los núcleos de está, para la realización adecuada de gobier-
población resultantes. La tentación del corto plazo ha no intermedio, la Diputación debe partir de
de considerar estos inconvenientes y pensar la necesi- las funciones desempeñadas como Gobierno
dad de una articulación municipal. intermunicipal.
Sin embargo el debate sobre la supresión o la re- 2. Como agrupación de municipios la provincia,
forma de las diputaciones y provincias no deja bagaje aunque con sustantividad institucional, no es
institucional para mirar el pasado con ojos de futuro, y una entidad local distinta de los municipios, sino
condena a la generación presente al adanismo de in- que constituye un sistema que la integra, junto a
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los municipios, en un mismo nivel de Gobierno, mantenidas por la provincia con la Comunidad
una sola comunidad política local. Autónoma (Estado) resultarán condicionadas
3. Asumiendo que municipios y provincias forman las establecidas con los municipios.
un solo sistema político e integran el mismo ni- 6. Retomando el hilo conductor de los anteriores
vel de Gobierno, los legisladores de otros niveles puntos, la peculiaridad de la autonomía pro-
de Gobierno, al valorar la capacidad de gestión vincial es la de una entidad local de carácter
de las entidades locales y la naturaleza de las instrumental con competencias funcionales y
materias o actividades públicas, no encuentran legitimidad indirecta. La cuestión esencial gira,
un municipalismo fragmentado, sino articulado. entonces, en torno a las relaciones instituciona-
El punto de referencia para Estado y, sobre todo, les de la provincia en la relación con la Comuni-
para comunidades autónomas, no es el munici- dad Autónoma y en relación con los municipios.
pio aislado, generalmente poco poblado y con Encauzar esta dinámica exige una reflexión sobre
baja capacidad de gestión, sino un sistema local la piedra angular de este trabajo. Los conceptos,
articulado por el Gobierno intermunicipal de la propios del federalismo cooperativo, como co-
provincia. operación y coordinación, que caracterizan las
4. Por imperativo constitucional la intermunici- relaciones entre diferentes niveles de Gobierno,
palidad es un rasgo propio de la estructura han de experimentar profundas modulaciones,
del Estado autonómico. No se puede reducir quizás prescindir de ellos, cuando se aplican a
a una expresión de la competencia autonó- dos entidades locales que forman el mismo nivel
mica sobre ordenación territorial, ni limitar su de Gobierno.
sentido institucional al de división territorial. 7. Ni la elaboración de planes y programas que la
La intermunicipalidad es cuestión de Estado, provincia promueva presenta afinidad con la co-
del Estado autonómico, en ningún caso ma- ordinación, ni la asistencia presenta similitudes
teria o sector sujeto a la distribución de com- con la cooperación. La provincia no planifica
petencias entre el Estado y las comunidades desde la supremacía institucional que impone
autónomas. limitaciones al ejercicio de las competencias
5. A partir de estas premisas, la autonomía pro- municipales, ni la asistencia tiene como presu-
vincial tiene que definirse para dar contenido puesto la voluntariedad. El rasgo diferencial de
a la doble dimensión de Gobierno intermuni- las relaciones institucionales entre la provincia y
cipal y Gobierno intermedio. No puede quedar los municipios es que la competencia provincial
reducida a los estrechos confines de la garan- no se proyecta sobre materias, sino sobre com-
tía institucional y la salvaguarda de un mínimo petencias municipales, no tiene como objeto la
indeterminado, sino a la configuración cons- relación directa con la ciudadanía, sino con los
titucional para el cumplimiento de unos fines municipios.
institucionales: el gobierno de la intermunici- 8. En coherencia con el punto anterior, la pro-
palidad y la relación con la Comunidad Autó- vincia, como entidad local determinada por la
noma y el Estado. La autonomía provincial, en agrupación de municipios, lleva a la conclusión
cuanto Gobierno intermedio, debe delimitar de considerar el ordenamiento local no tanto la
sus competencias con respecto a la Comuni- relación entre intereses provinciales e intereses
dad Autónoma y el Estado; como Gobierno municipales y, en consecuencia, las competen-
intermunicipal con respecto a los municipios. cias concurrentes de ambas entidades locales,
A pesar de la necesidad y conveniencia de di- cuanto la diferenciación de funciones ejercidas
ferenciar ambas dimensiones, lo cierto es que sobre un mismo ámbito de intereses –el local– y
dependiendo de la regulación de las relaciones de materias.3
3. Parejo Alfonso, L., “La provincia como entidad local determinada por la agrupación de municipios; fines básicos y com-
petencias mínimas”, en Gómez-Ferrer Morant, Rafael (coord.), La provincia en el sistema constitucional, Editorial Civitas, Madrid,
1991, p. 77-112.
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Estos temas se analizarán en torno a los diferentes tacando no solo la convencional acepción prospectiva,
ángulos que la provincia ofrece: sino también la retrospectiva, tratando de aprender
– Instancia para la gestión ordinaria de los servicios con el tiempo transcurrido, no tanto con la suficiencia
autonómicos. y severidad del juicio como con la sensatez y sereni-
– Entidad local con asuntos propios. dad de la comprensión. Comprender antes que juzgar
– Entidad local determinada, constitucionalmente, permite la continuación selectiva de la tradición, en-
como agrupación de municipios. tendiendo que los propósitos que llevaron a una polí-
tica ofrecían justificación en aquel momento, aunque
el transcurso del tiempo mostrara las vulnerabilidades
2. La provincia como instancia para la gestión de lo entonces concebido. La inquietud suscitada por
ordinaria de los servicios periféricos de las las consecuencias políticas e institucionales de un pro-
comunidades autónomas, y como objeto de ceso autonómico regido por el principio dispositivo, sin
la transferencia y delegación de las compe- una referencia sólida del modelo al que se quería llegar
tencias autonómicas (tesis de Cruz Villalón sobre la desconstitucionalización
del Estado de las Autonomías), proyectaba en los ini-
Ante la deriva preocupante en el desarrollo del Esta- cios de la democracia una incertidumbre justificada.
do de las Autonomías, los dos partidos mayoritarios Este horizonte sombrío motivó una reflexión académi-
de ámbito nacional suspendieron las hostilidades co- ca y una práctica política coherentes que, sin embargo,
yunturales y acordaron encauzar la constitución de las no encontraron respaldo en la jurisprudencia constitu-
nuevas comunidades autónomas. A partir del encargo cional ni, en consecuencia, reflejo en las comunidades
a un grupo de profesores de Derecho Administrativo autónomas de nueva creación.
presidido por E. García de Enterría, y del posterior In- Aunque el Pacto de Estado entre UCD y PSOE y
forme de la Comisión de Expertos en Autonomías, se las previsiones de la LOAPA encontraron acogida en
celebraron en 1981 los Acuerdos Autonómicos entre la los Estatutos de Autonomía posteriores, la STC 76/83
UCD y el PSOE, base, a su vez, de la Ley Orgánica para y la Ley del Proceso Autonómico (LPA) restablecieron
la Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA), con el principio dispositivo dando carta de naturaleza a la
el fin de neutralizar los efectos disfuncionales provoca- libertad de autoorganización de las comunidades au-
dos por el principio dispositivo en la constitución de las tónomas. Después de dejar sin efecto el carácter orgá-
nuevas comunidades autónomas, e impedir la creación nico y armonizador, el Tribunal Constitucional señaló
de Administración periférica autonómica. El remedio que “los preceptos relativos a las comunidades pluri-
pasaba por elevar la provincia a instancia para la ges- provinciales tienen carácter marcadamente dispositivo
tión ordinaria de los servicios autonómicos y como ob- y remiten a los Estatutos y a la legislación básica de
jeto de la transferencia o delegación de las competen- aquellos en orden a su ulterior integración normativa.
cias autonómicas. La preocupación que movía a esta No configuran un ‘modelo’ de Administración indirec-
propuesta era mostrar la innecesariedad de la Admi- ta que vincule a las comunidades y condicione al futuro
nistración periférica de las comunidades autónomas, y legislador, preocupación que subyace a las impugna-
evitar que la Administración autonómica reprodujera la ciones de los recurrentes; se trata, más bien, de la ar-
estructura estatal multiplicando los niveles administra- ticulación de una forma de gestión de servicios cuya
tivos. Se trataba, en definitiva, de utilizar la provincia operatividad depende no solo de que sea asumida por
como división territorial de la Comunidad Autónoma, las comunidades autónomas, sino de que las concreten
en sentido análogo al previsto en el artículo 141 de la a través de su propia legislación”.
Constitución cuando la regula como división territorial La LOAPA no imponía, sino que proponía o llamaba
para el cumplimiento de los fines del Estado. la atención sobre una vía recomendable que, en última
Como en los primeros pasos del Estado liberal, la instancia, correspondía a cada Comunidad Autónoma
provincia se toma como referencia en la articulación seguir o rechazar. Cobraba todo su vigor el principio
territorial de la Comunidad Autónoma, orillando la dispositivo y, pese a que los Estatutos determinaron
otra dimensión constitucional: entidad local determi- la obligación de gestionar los servicios autonómicos a
nada por la agrupación de municipios. Mirar el pasado través de las diputaciones, tras la sentencia, las comu-
con ojos de futuro exige redefinir la racionalidad, des- nidades autónomas se apresuraron a promulgar leyes
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que eludían o abiertamente incumplían los mandatos tonces habían desempeñado y sobre todo, directa o in-
estatutarios. directamente, las que pudieran corresponderles como
Tampoco tuvo mucha fortuna otra de las propues- propias una vez constitucionalizadas como entidades
tas contenidas en el Informe: la transferencia y delega- locales. A modo de contrapunto, en sentido contrario,
ción de competencias autonómicas en las provincias. las comunidades autónomas no solo no se apoyaron
No obstante el diferente régimen jurídico de la trans- en las provincias, sino que intentaron dominarlas, o
ferencia y la delegación, las comunidades autónomas, bien con propuestas radicales, como la supresión, o
en su voluntad de autoafirmación, también mostraron bien con otras más sutiles, como la coordinación de sus
rechazo a desprenderse de atribuciones a favor de las competencias, incluso duplicando las competencias de
entidades locales. De esta manera, no solo no trans- cooperación y asistencia.
firieron competencias, tampoco las delegaron. A pe- La Ley catalana 6/1980 marcó el comienzo. La Ley
sar de implicar la transferencia una redistribución de pretendía el significativo objetivo de la transferencia
competencias y la delegación una relación interadmi- plena y urgente de las competencias provinciales a la
nistrativa, en puridad, la delegación supone la división Generalidad. En las antípodas del Informe de la Comi-
de una competencia, originariamente unitaria, en dos sión de Expertos, la Generalidad suprimía la provincia
competencias, la del delegante que retiene el poder y proponía la creación de unos Consejos Territoriales
(funciones) de dirección, y la del delegado que reci- sujetos a desconcentración, y sin más alcance en sus
be el poder de gestión con facultades no limitadas a funciones que las de órganos consultivos. Con menos
la simple ejecución, toda vez que dispone de alguna intensidad, pero en la misma dirección, el Gobierno
capacidad decisoria. La delegación, pues, se distingue valenciano, en cumplimiento de la previsión estatuta-
de la mera gestión desconcentrada y ordinaria de los ria, aprobaba la Ley… con la finalidad de coordinar las
servicios propios del Gobierno que delega.Por tanto, competencias provinciales que tuvieran interés autonó-
ni transferencias, ni delegaciones a las provincias, ni mico. En realidad, la Comunidad Valenciana intentaba
gestión ordinaria de los servicios propios de las comu- “interiorizar” las provincias como Administración auto-
nidades autónomas a las diputaciones. Manuel Clave- nómica indirecta, no en el sentido propuesto por el In-
ro advirtió las dificultades que entrañaba simultanear forme de la Comisión de Expertos, sino degradando su
el desempeño por las provincias de sus competencias condición de entidad local. El Tribunal dictó sentencia
propias y de las que, eventualmente, les transfirieran sobre la Ley catalana el año siguiente a su promulga-
o delegaran las comunidades autónomas. En primer ción, recurriendo a la teoría de la garantía institucional.
lugar, las exigencias de medios personales y la recom- Teniendo en cuenta el objeto del litigio, la supresión
posición de la dirección política, porque los represen- de una institución protegida constitucionalmente, am-
tantes provinciales, como representantes locales, ejer- parada por una tradición histórica acrisolada y social-
cían las funciones propias del cargo. En segundo lugar, mente asumida, la sentencia se pronunció por un caso
el distinto color político del Gobierno autonómico y el límite y no por el contenido de la autonomía provincial.
provincial no facilitaría la fluidez necesaria en la diná- En este caso no se hicieron patentes los aspectos más
mica de la delegación de competencias o de la gestión vulnerables y controvertidos de la garantía institucio-
ordinaria por las diputaciones de los servicios periféri- nal. Pese a las características del litigio, el Tribunal sen-
cos autonómicos.4 tó algunos principios que tendrían influencia decisiva
en la posterior legislación básica para la configuración
legal de la autonomía provincial. La Ley Reguladora de
3. En torno a los intereses propios de la pro- las Bases de Régimen Local (LRBRL) recogió alguno de
vincia los principios de la LPA (los restos del naufragio del
Informe y de la LOAPA), en el artículo 8 se vuelve a
En paralelo a este proceso se puede seguir otro dirigido señalar el carácter potestativo de la gestión ordinaria
a subordinar a las provincias en su condición de entida- por las provincias de los servicios propios autonómicos,
des locales, asumiendo las competencias que hasta en- y en el artículo 37.1 la delegación (no se contempla
4. Clavero Arévalo, M., “La provincia ante una encrucijada histórica”, Revista de Administración Pública, núm. 100-102.
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Entre estas competencias, como hemos tenido ocasión les aparecen vinculadas a la prestación de servicios de
de analizar, se halla la prestación de servicios supramu- competencia municipal. Cabe sostener que las compe-
nicipales. tencias provinciales se ejercen sobre las materias enu-
No obstante la claridad en la expresión, la Diputa- meradas en el artículo 25 y los servicios mínimos del
ción carece de apoyo jurídico para la prestación unila- artículo 26. A reserva de la necesaria distinción entre
teral de servicios cuya titularidad reconoce la Ley a los ejercicio de competencias y prestación de servicios, no
municipios. La correcta comprensión de esta eventual puede ignorarse que la Ley remite a los legisladores
competencia provincial debe enmarcarse en el artículo sectoriales, estatal y autonómico, para la atribución de
2.1 de la Ley. Será el correspondiente legislador secto- competencias municipales.
rial, titular de la competencia sobre la materia, el que Ahora bien, que la provincia aparezca como una
decida atribuir la prestación del servicio a la provincia al entidad local de carácter instrumental al servicio de
valorar la naturaleza de la materia o la actividad pública los municipios, con competencias funcionales y legi-
y la capacidad de gestión de los municipios. Se podría timación indirecta, mientras que el municipio gobier-
aducir a favor del apartado c) que el legislador sectorial na un colectivo primario de ciudadanos y está dota-
viene obligado a reconocer a la provincia competencias do de competencias para la ordenación y gestión de
para la prestación de servicios supramunicipales, pero, materias y actividades en beneficio de sus habitantes;
aun siendo así, se dejan sentir los límites de la garantía que el municipio constituya “la” entidad local básica,
institucional: una ley admite impugnación por los de- mientras que la provincia recibe el tratamiento cons-
rechos de los que priva, no por los que deja de atribuir. titucional de “una” entidad local determinada por la
Además, las comunidades autónomas pueden crear agrupación de municipios, no debe llevar a sostener la
agrupaciones de municipios distintas de las provincias, mayor protección constitucional del municipio con res-
y atribuirles la prestación de servicios supramunicipa- pecto a la protección constitucional de la provincia. La
les, sin menoscabar la autonomía provincial, siempre Constitución, al configurar la provincia como agrupa-
que respeten sus competencias de coordinación y co- ción de municipios, está regulando el nivel local de Go-
operación y de asistencia. bierno como un sistema integrado por dos entidades,
Comentario similar cabe hacer del apartado d), el los municipios y la provincia. La autonomía provincial,
fomento y administración de los intereses peculiares de constitucionalmente, es indisociable de la autonomía
la provincia, en realidad una cláusula reconocedora de municipal. Conceptualmente ha de diferenciarse una
capacidad, pero no de ámbito competencial. autonomía de otra, pero en la práctica las dos enti-
dades, provincias y municipios, forman parte de una
misma comunidad política local. En este marco es ne-
4. La provincia como agrupación de munici- cesario analizar la relación institucional provincia-mu-
pios nicipios.
La singularidad institucional de la provincia se
La conclusión que se extrae de lo expuesto es que identifica con la de una entidad local constitucional-
el núcleo de la autonomía provincial se reduce a los mente configurada como agrupación de municipios.
apartados a) y b) del artículo 36.1. Esto significa que No obstante la sustantividad jurídica de la provincia,
la naturaleza de la autonomía provincial se identifica su sentido no puede desvincularse de la autonomía
con unas competencias funcionales, ejercidas sobre municipal: no existen intereses provinciales distintos
las competencias municipales, con el fin de alcanzar y menos opuestos a los municipales, existen intereses
la prestación integral de los servicios municipales y la municipales que deben ser articulados en garantía de
cooperación con aquellos municipios de menores re- la prestación integral de servicios y el ejercicio equili-
cursos y capacidad de gestión para su prestación. Pese brado de competencias; las competencias funcionales
a los términos y expresiones del artículo (intereses pe- de la provincia se proyectan sobre competencias muni-
culiares de la provincia, acceso de la población de la cipales con el fin de ponderar con visión intermunicipal
provincia al conjunto de los servicios de competencia los intereses específicos de cada municipio.
municipal), la Ley no identifica intereses propios de la Tanto las competencias propias que la legislación
provincia, no señala materias ni actividades de exclusi- autonómica atribuya a los municipios, como la pres-
va competencia provincial, las competencias provincia- tación de servicios supramunicipales y el fomento y
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administración de los intereses peculiares de la pro- mentado varias modificaciones; en 1990, en tres sec-
vincia, integran el elenco de competencias que la ciones: general para planes provinciales de cooperación,
provincia “puede” ostentar; las competencias de co- especial para programas de acción especial, y sectorial
ordinación y de cooperación y asistencia, en cambio, destinada a los programas específicos de competencia
constituyen las competencias propias que la provincia local; en 2003, además de los planes de cooperación, los
“tiene”,5 no dependen de la mayor o menor voluntad planes de desarrollo local y urbano; en 2005, planes de
descentralizadora del legislador sectorial. Es cierto que cooperación, planes de modernización y proyectos para
también están sujetas a la configuración legal, pero el la participación de la sociedad civil en la política local).
legislador básico ha concretado la genérica previsión Para obtener la colaboración económica del Estado
constitucional, e identificado un mínimo indisponible en la financiación del plan provincial, las diputaciones
para el resto de los legisladores. Igualmente hay que deben seguir un iter procedimental impuesto por el
tener en cuenta que los Estatutos de Autonomía pue- Estado con criterios y controles específicos. El procedi-
den modular el núcleo esencial regulado en las bases miento incluye los siguientes pasos:
estatales, pero, con la promulgación de la LRBRL, la 1. Remisión de los planes, una vez aprobados, al
autonomía provincial dispone de una referencia jurí- subdelegado del Gobierno.
dica para constatar los excesos del legislador sectorial: 2. Los planes provinciales serán sometidos a informe
puede impugnar las leyes por las competencias de las de las Comisiones Provinciales de Colaboración
que la privan y no solo por las que le dejen de atribuir. del Estado con las Corporaciones Locales. Los
informes deberán pronunciarse acerca del cum-
plimiento de los objetivos y criterios fijados por
4.1. Los planes provinciales el Estado para el otorgamiento de la subvención.
3. El plan provincial definitivamente aprobado y
Sin embargo esta atribución directa de competencias acompañado del correspondiente expediente
tiene lugar en unas condiciones de evidente precarie- administrativo, se remitirá al Ministerio de Ad-
dad para la autonomía provincial y, a la postre, tam- ministraciones Públicas para que, una vez com-
bién para la autonomía municipal. El ejercicio tanto probada la conformidad con la legislación apli-
de las competencias de coordinación como de las de cable, se inicie la tramitación de la subvención.
cooperación y asistencia, requiere la elaboración de un 4. El plazo para la adjudicación de las obras, el li-
plan provincial de cooperación a las obras y servicios bramiento de las subvenciones, la información
de competencia municipal que el Estado y las comuni- sobre el estado de la ejecución de las obras, y
dades autónomas pueden subvencionar y, como con- el plazo para la liquidación de los planes de co-
secuencia, imponer determinados criterios y condicio- operación, completan los criterios y condiciones
nes en su utilización y empleo. Además, la Comunidad que el Estado impone a las diputaciones para el
Autónoma asegura en su territorio la coordinación de otorgamiento de la subvención.
los diversos planes provinciales según lo previsto en el Merecen particular atención las exigencias impues-
artículo 59 de la LRBRL. tas para el libramiento de las subvenciones. El Estado
Lo paradójico del plan provincial, es que el ejercicio se reserva una serie de poderes de dirección sobre la
de las competencias que integran el núcleo esencial de la gestión de la subvención, lo que obliga a las diputacio-
autonomía provincial queda condicionado a una transfe- nes a remitir las certificaciones de adjudicación de las
rencia finalista, que debe observar el régimen jurídico de obras subvencionadas, o los acuerdos de ejecución de
las subvenciones. Una regulación que la Ley no desarrolla las obras por la propia Administración, al Ministerio de
y que corresponde al Gobierno, mediante Real Decreto, Administraciones Públicas, que, en ese caso, librará el
privando de estabilidad a los fondos, lo que somete a 75 por ciento del importe de la aportación. El 25 por
las diputaciones a la incertidumbre de cada anualidad ciento restante, se remitirá con la recepción de la certi-
presupuestaria (la cooperación económica ha experi- ficación final de obra y el acta de recepción.
5. Nieto García, A., “Cooperación y asistencia”, en Gómez-Ferrer Morant, Rafael (coord.), La provincia en el sistema consti-
tucional, Editorial Civitas, Madrid, 1991, p. 147-168.
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Esta exhaustiva regulación somete a las diputacio- trata de una política de fomento coyuntural, sino de
nes a un control que en nada las diferencia de órganos una práctica continuada, cuyos destinatarios no son
desconcentrados de la Administración estatal; la co- particulares a los que se incentiva para el ejercicio de
operación económica local así gestionada devaluaría determinadas iniciativas o a los que se distingue por
una transferencia de fondos en “un simple sistema de sus características especiales. Se trata de entidades lo-
pagos a justificar entre órganos que mantienen relacio- cales con autonomía política para la ordenación y ges-
nes de subordinación o jerarquía entre sí”. Difícilmen- tión de una parte importante de los asuntos públicos,
te pueden aplicarse a esta relación interadministrativa que se sujetan en algunos programas a concurrencia
mantenida entre el Estado y las diputaciones provincia- competitiva mediante una convocatoria de ayudas. En
les los principios de la cooperación, ni siquiera de la co- el caso de la cooperación económica local, el Estado y
ordinación. La Diputación se convierte en una instancia las diputaciones no concurren en el ejercicio de com-
ejecutora, pierde cualquier función en la gestión de la petencias compartidas sobre una supuesta materia, en
subvención, pues la Administración estatal mantiene este caso “una materia” tan impropia como Gobiernos
“la disposición o reserva de los créditos, y por tanto, la locales legitimados por sufragio popular. La regulación
determinación de sus definitivos importes y condicio- de los fondos de cooperación revela una manifestación
nantes, supeditando además el libramiento, es decir, del poder de gasto (la fuerza del mayor presupuesto)
el efectivo ingreso de las cantidades a transferir, a la que desvirtúa la autonomía de una entidad local hasta
remisión previa de una información normalizada en la degradarla a instancia ejecutora de la política estatal,
que consten la relación de beneficiarios y el objeto y pues su razón de ser se pierde al quedar sometida al
cuantía de las subvenciones aprobadas…”.6 cumplimiento de unos requisitos tan pormenorizados
Esta jurisprudencia constitucional (sentencias y exhaustivos que merman la libre disposición de los
152/1988, de 20 de junio; 201/1988, de 27 de octu- recursos recibidos.
bre; 96/1990, de 24 de mayo) dictada con ocasión de Otro de los problemas que implica que el núcleo
las políticas de fomento impulsadas por el Estado, y de la autonomía provincial dependa de la elaboración
que afectan a las competencias autonómicas, llevó al de un plan, cuya financiación priva de forma funda-
Tribunal a sentar el principio de condicionar la gestión mental a la provincia de capacidad de decisión, es el
de las subvenciones “conforme” y no “a pesar” de la tratamiento que recibe la autonomía municipal. El ar-
delimitación de competencias. El Estado puede promo- tículo 36.2 a) prescribe que para dar cumplimiento al
ver políticas de fomento, pero retendrá la gestión de ejercicio de las competencias de coordinación y de co-
las ayudas en función de las competencias ejercidas so- operación y asistencia, la Diputación aprueba un plan
bre la materia o actividad subvencionadas; si no osten- provincial de cooperación a las obras y servicios de
ta competencia alguna y las comunidades autónomas competencia municipal, “en cuya elaboración deben
tienen competencias exclusivas, solo fija la cuantía y participar los municipios”.
los objetivos y beneficiarios en términos genéricos para Esta participación no recibe regulación en la Ley de
que correspondan a la gestión autonómica la precisión Bases ni tampoco en la legislación autonómica de de-
o especificación de objetivos, las condiciones de otor- sarrollo, quedan a la potestad de autoorganización de
gamiento y la adjudicación. Sólo en el caso extremo de la Diputación los cauces para la participación municipal
gestión no susceptible de ser territorializada puede el en la elaboración del plan. A reserva del comentario
Estado reclamar la gestión completa de la subvención. que se hará más tarde de la jurisprudencia del Tribunal
En sentido análogo las diputaciones deberían reci- Supremo sobre el alcance y contenido de la participa-
bir los fondos de cooperación y disponer de autonomía ción de los municipios en la elaboración del plan pro-
suficiente para la gestión, quedando obligadas solo a vincial, adelantamos ahora que entre las condiciones
justificar el destino dado a las transferencias.El rasgo y criterios impuestos por el Estado a las diputaciones
diferencial que presenta la cooperación económica lo- para el otorgamiento de la subvención figura la necesa-
cal del Estado con las entidades locales, es que no se ria participación de los municipios como la concreción
6. Carballeira Rivera, T., “El plan provincial de cooperación a las obras y servicios de competencia municipal”, Revista de
Estudios de Administración Local y Autonómica, núm. 255-256, 1992, p. 643 y ss.
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Los criterios anticipados en la STC 32/81 sobre el al Estado la definición de la garantía institucional de
mínimo protegido por la garantía institucional y, una las diputaciones provinciales (sic), pues, de ser así,
vez respetado ese mínimo, la consideración de la auto- la garantía dependería del legislador en lugar de la
nomía local como derecho de configuración legal, re- Constitución. Reiterando una tesis esgrimida en otros
ciben en esta sentencia una concreción precisa. De las conflictos sobre el mismo tema litigioso, señala que la
competencias provinciales propias atribuidas, en todo competencia estatal se reduce a fijar las bases del régi-
caso, por el legislador básico, enumeradas en el artícu- men local, pero no a definir el ámbito de la autonomía
lo 36.1 de la LRBRL, el FJ 2 señala únicamente una, la local, pues también el legislador básico queda obliga-
cooperación económica a la realización de las obras y do por las previsiones constitucionales.
servicios municipales: Si fuera la normativa básica, en lugar de la Consti-
“… cabe considerar como núcleo de su actividad tución, la referencia jurídica sobre autonomía provin-
el apoyo a los municipios radicados en su ámbito terri- cial, se provocaría un uniformismo incompatible con la
torial, a cargo de las diputaciones provinciales u otras diversidad del Estado autonómico. Corresponde, por
corporaciones de carácter representativo; actividad tanto, al legislador autonómico identificar el mínimo
que se traduce en la cooperación económica a la reali- constitucional garantizado y entender respetada la au-
zación de las obras y servicios municipales, y que es lle- tonomía provincial, dado que el artículo 7 de la Ley
vada a la práctica a través del ejercicio de su capacidad 23/1987 permite a las diputaciones participar en la ela-
financiera o de gasto público por parte del ente provin- boración del plan autonómico.
cial. Es esta actuación cooperadora, pues, la que cabe Con razón se ha señalado la STC 109/98 como un
identificar como el núcleo de la autonomía provincial, exponente de la prevalencia y desplazamiento de la
de tal manera que la ablación o menoscabo sustancial legislación básica por los Estatutos de Autonomía. El
de dicho reducto indisponible han de reputarse lesivos Tribunal, en efecto, asume la tesis de la Generalidad
de la autonomía provincial constitucionalmente garan- cuando centra la discusión en la facultad de la Gene-
tizada.” ralidad de imponer a las provincias la exclusividad del
Sin embargo el núcleo esencial, de entrada identi- Plan Único como canal en las inversiones que efectúen
ficado en la cooperación económica a la realización de para la cooperación a las obras y servicios municipa-
las obras y servicios municipales, resulta cubierto si el les. En coherencia con la legislación básica, el Tribunal
legislador autonómico concede derecho de audiencia proponente entendía que no podía concebirse el Plan
a la Diputación Provincial en la elaboración del Plan Único como un mecanismo sustitutorio de los diversos
Único, esto es, si la Comunidad Autónoma interpre- planes provinciales previstos en el artículo 36.2 a) de
ta restrictivamente el concepto de participación, sin la LRBRL, pues vulneraría las competencias provincia-
más alcance que la presencia de los presidentes de les atribuidas en la Ley de Bases, al ser una de ellas la
las diputaciones, no habría menoscabo de la garantía elaboración del Plan. Hemos tenido ocasión de anali-
constitucional protegida en la Constitución. Obviando zar y valorar el parecer del Tribunal sobre este punto,
al legislador básico, el Tribunal reconoce a la Generali- interesa ahora seguir el razonamiento desarrollado en
dad la competencia para, en primer lugar, desconocer el FJ 5. Frente a la tesis del Tribunal proponente, las
los apartados a), c) y d) del artículo 36.1: ni la coordi- representaciones del Parlamento y el Ejecutivo autonó-
nación para la prestación integral de los servicios de micos esgrimen precisamente la cláusula contenida en
competencia municipal, ni la prestación de los servicios ese mismo artículo para demostrar que son las mismas
supramunicipales, ni el fomento y la administración de bases estatales las que ofrecen fundamento jurídico
los intereses peculiares de la provincia, forman parte para la sustitución de los planes provinciales por el Plan
del núcleo esencial, y, en segundo lugar, tampoco la Único. Cuando el artículo 36.2 a) reconoce a la Comu-
elaboración de un plan provincial, para dar contenido nidad Autónoma el aseguramiento en su territorio de
a las competencias atribuidas en los apartados a), la la coordinación de los planes conforme a lo previsto en
coordinación para la prestación integral de los servicios el artículo 59, salvaguarda las competencias recono-
de competencia municipal, y la cooperación y asisten- cidas en los Estatutos de Autonomía, al igual que las
cia a los municipios de menor capacidad de gestión. anteriores que hubieran sido asumidas por ellos.
La representación de la Generalidad apela directa- Con esta cláusula “sin perjuicio” se garantiza a la Ge-
mente a la Constitución para negar que corresponda neralidad una prerrogativa que excede de las contenidas
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elaboración de un plan de obras y servicios, el apartado la ampliación o la mejora de las obras y de los servicios
b), en términos más genéricos e imprecisos, establece de competencia municipal se harán efectivos mediante
unos fines que se suponen también en la cooperación el Plan Único de obras y servicios de Cataluña…”.
y asistencia del apartado a) como contenido del plan Teniendo en cuenta la coincidencia y afinidad de los
provincial. El apartado b) dice lo siguiente: conceptos de realización, ampliación y mejora señala-
“Asegura el acceso de la población de la provincia dos en este artículo, declarado inconstitucional, con
al conjunto de los servicios mínimos de competencia los contenidos en el artículo 1.1 de la misma Ley, con-
municipal y la mayor eficacia y economía en la presta- siderado conforme a la Constitución, resulta necesario
ción de estos mediante cualesquiera fórmulas de asis- precisar, más bien forzar, la distinción, con el fin de dar
tencia y cooperación municipal.” alguna seguridad jurídica a una cuestión tan decisiva
Este precepto no presenta diferencia alguna con los tras el pronunciamiento del Tribunal. En efecto, el con-
fines que el artículo 31.2 encomienda a la provincia: tenido del artículo 1.1 es el siguiente:
garantía de los principios de solidaridad y equilibrio “Mediante el Plan Único de Obras y Servicios de
intermunicipales y, sobre todo (en particular dice el ar- Cataluña se instrumentará la cooperación económica
tículo), asegurar la prestación integral y adecuada en para la realización de las obras y servicios de compe-
la totalidad del territorio provincial de los servicios de tencia municipal a que se refieren los artículos 63 y
competencia municipal. La prestación integral y ade- 64 de la Ley 8/87 de 15 de abril, Municipal y de Régi-
cuada es equiparable a la idea de prestación de servi- men Local de Cataluña, preferentemente los mínimos
cios con criterios de eficacia y economía. Sin embargo y obligatorios, en el marco del desarrollo de la nueva
el Tribunal se basa en esta reiteración para sostener organización territorial de Cataluña.”
que el plan autonómico no puede extender la coor- Lo artificioso de la distinción entre “realización de
dinación hasta el punto de absorber cualquier forma las obras y servicios de competencia municipal” (artí-
de cooperación y asistencia. Fue por esta razón que, culo 1.1) y “la realización, la ampliación o la mejora
con motivo de la Ley 57/2003 de Modernización del de las obras y de los servicios de competencia muni-
Gobierno Local, se añadió el párrafo siguiente: cipal” (artículo 2.3), obliga al Tribunal a una sentencia
“Con esta finalidad, las diputaciones podrán otor- interpretativa (FJ 13 in fine): para que el artículo 1.1
gar subvenciones y ayudas con cargo a sus fondos pro- no incurra en inconstitucionalidad, debe interpretar-
pios para la realización y el mantenimiento de obras y se “únicamente” como obligatoria la inclusión en el
servicios municipales que se instrumentarán a través plan autonómico de la financiación de obras y servicios
de planes especiales u otros instrumentos específicos.” municipales. Quedan en manos de las diputaciones
Basta leer el párrafo para comprobar el reflejo legal otras formas de cooperación, como las subvenciones y
del criterio jurisprudencial: las subvenciones y los pla- otras ayudas económicas destinadas a los municipios.
nes especiales para la realización y el mantenimiento La aporía que va emergiendo a medida que se avanza
de obras no se vehiculan a través del plan provincial, y en el razonamiento del Tribunal cobra alguna claridad
constituyen las formas de cooperación y asistencia que en la posterior jurisprudencia del Tribunal Supremo. La
integran, junto a la participación en la elaboración del sentencia de 26 de septiembre de 2002 acoge las ale-
plan autonómico, el mínimo de la garantía institucio- gaciones de la Diputación de Barcelona, porque consi-
nal protegido por la Constitución. El texto reproduce dera que los anexos 1 y 2 del documento aprobatorio
en términos casi literales lo que el Tribunal había decla- del plan se refieren a inversiones reales, mientras que
rado inconstitucional del artículo 2.3 de la Ley 23/87: el anexo 3 contiene un programa de ayuda o asistencia
“Sin perjuicio de lo establecido por el apartado 1.c), técnica. La diferencia entre inversiones reales y ayudas
todos los demás recursos financieros que las diputacio- o asistencia técnica fundamenta un fallo que declara la
nes de Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona destinen, en obligatoriedad de canalizar a través del plan las inver-
concepto de cooperación económica, para la realización, siones reales, y excluir las ayudas o asistencia técnica.7
7. Esquerda Roset, J. M., “Una interpretación congruente de la Sentencia del Tribunal Constitucional 109/98 con la autono-
mía financiera de las diputaciones catalanas”, en Caamaño Domínguez, F. (coord.), La autonomía de los entes locales en positivo,
Fundación Democracia y Gobierno Local, Barcelona, 2003.
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Según la Orden del Ministerio de Economía y Ha- en cuanto señala que las entidades locales aprueban
cienda de 2008 (en su momento Orden de 20 de Di- anualmente un presupuesto único que constituye la
ciembre de 1989), las inversiones reales son los gastos expresión cifrada, conjunta y sistemática de las obli-
a realizar directamente por las entidades locales desti- gaciones que, como máximo, pueden reconocer y de
nados a crear infraestructuras. De acuerdo con este cri- los derechos con vencimiento o que se prevean realizar
terio, solo se incluirán en el Plan Único las inversiones durante el correspondiente ejercicio económico.”
que realicen las diputaciones provinciales destinadas Esta jurisprudencia pone de manifiesto que la po-
a la creación de infraestructuras y obras municipales, testad de la Generalidad recogida en el Real Decreto
pero no las que, financiadas por la Diputación, realicen 2115/1978 no presenta diferencia alguna con respecto
los municipios. a la reconocida al resto de comunidades autónomas
La paradójica conclusión de esta concreción juris- en el artículo 59 LRBRL; por tanto, este Real Decreto
prudencial de la sentencia interpretativa dictada por no afecta a las competencias de las diputaciones ca-
el Tribunal Constitucional es que el núcleo esencial, talanas. La STS de 23 de junio de 1989 confirma la
el mínimo de la autonomía provincial, se identifica no ausencia de singularidades en el ordenamiento catalán
tanto con iniciativas provinciales a través de inversiones que justifiquen menor autonomía provincial que la re-
reales, sino con transferencias de capital, es decir, las conocida a la provincia en los artículos 36 y 59 LRBRL.
subvenciones que las diputaciones dirijan a los muni- Al interpretar los antecedentes de la cláusula “sin per-
cipios para la realización, ampliación o mejora de las juicio”, descarta que constituya una peculiaridad cata-
obras y servicios de competencia municipal. No es fácil lana en relación con el régimen local común:
reconocer en la transferencia de capital mediante sub- “Esta interpretación voluntarista, sin embargo, no
venciones las facultades que la Constitución atribuye a es correcta. Se trata, sin duda, de una fórmula transac-
la Diputación para el gobierno y la administración de cional en la elaboración de la Ley para expresar que la
la provincia. Ley de Bases no mermaba en modo alguno las com-
Con este añadido la LRBRL incurría en la enésima petencias señaladas en el Estatuto de Autonomía. Los
reforma puntual (veintidós modificaciones ha sufrido artículos 36 y 59 de la Ley de Bases lo que hacen es
la Ley desde su aprobación), consumando un proceso señalar las competencias de las diputaciones y comu-
de acarreo jurídico descontrolado. nidades vertebrándolas en los principios de autonomía
y coordinación que, con origen en la Constitución, im-
pregnan toda la normativa sobre régimen local, para
4.3. La jurisprudencia del Tribunal Supremo asegurar la coherencia de la actuación de las Admi-
nistraciones Públicas en el ámbito de la cooperación,
La STC 109/98 quiebra la jurisprudencia del Tribunal asistencia y, en definitiva, solidaridad entre las mismas,
Supremo (y explica la cuestión de inconstitucionalidad pero siempre sin menoscabo de su autonomía.”
propuesta por el Tribunal Superior de Justicia de Cata- Advierte también el Tribunal Supremo la estrecha
luña). En dos sentencias de este Tribunal (23 de junio vinculación entre autonomía financiera y potestad de
de 1989 y 1 de septiembre de 1990) se argumentó la planificación:
validez y aplicación de las bases estatales en Cataluña “… también la Diputación, si pierde por imposi-
negando virtualidad jurídica a la cláusula “sin perjui- ción de la Generalidad, su capacidad de dotar con
cio” del artículo 36 LRBRL. Ambos fallos destacan el sus presupuestos sus propios Planes y el Plan Único
marco normativo de la LRBRL: quedaría vacía de contenido su competencia planifi-
“… destacan los siguientes preceptos en relación cadora propia.”
con lo que nos ocupa: el artículo 1.2, en cuanto esta- De la misma forma que la sentencia comentada, la
blece que la provincia goza de autonomía para la ges- de 1 de septiembre de 1990 sobre el Decreto de la Ge-
tión de sus intereses; el artículo 4.1.c) al indicar que a neralidad de desarrollo del Plan Único, donde se fija el
las provincias corresponde, dentro de la esfera de sus carácter imperativo de las aportaciones provinciales al
competencias, la potestad de programación o planifi- plan autonómico, toma como referencia las relaciones
cación; el artículo 10.1.3, que establece que las funcio- entre autonomía provincial y coordinación autonómica
nes de coordinación no afectarán, en ningún caso, a la conforme a los criterios establecidos en los artículos 36
autonomía de las entidades locales; y el artículo 112 y 59, negando las supuestas especialidades del Real
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Decreto 2115/1978. El Tribunal deja clara la aplicación Considerar la elaboración de un plan provincial como
de la legislación básica: un simple instrumento sustituible por el plan autonó-
“El artículo 36… configura el haz mínimo de com- mico, sin que esta sustitución afecte a la titularidad
petencias, que configuran la autonomía provincial reco- de las competencias provinciales sobre cooperación y
nocida en el artículo 137 de nuestra Constitución, entre asistencia, permite la existencia de un Plan Único au-
ellas la asistencia y la cooperación jurídica, económica tonómico y la consiguiente desaparición de los planes
y técnica a los municipios, especialmente los de menos provinciales. Al disociar titularidad y ejercicio en la
capacidad económica y de gestión, y a estos efectos atri- competencia provincial de cooperación y asistencia, el
buye la aprobación anual de un plan provincial de co- Tribunal priva de carácter básico al ejercicio de la com-
operación de obras y servicios. La Diputación Provincial petencia, y considera solo protegida la titularidad por
no puede ser privada de facultades decisorias en este la garantía institucional, cuyo respeto se cubre con la
ámbito de actuación porque ello supondría privarle de presencia de la representación provincial en la elabora-
su propia autonomía garantizada constitucionalmente.” ción del plan autonómico.
El Tribunal reconoce la concurrencia de los intereses La identificación del núcleo esencial de la autono-
y competencias provinciales con los de la Comunidad mía provincial con las competencias de cooperación y
Autónoma, y la potestad autonómica para la coordina- asistencia, y la exclusión del resto de competencias del
ción de los planes provinciales, pero concluye de forma artículo 36.1, también es un parámetro jurisprudencial
inequívoca que el mínimo competencial de la autono- generalizable.8
mía provincial debe ser preservado. En consecuencia, y 4.4.2. Si, tomando en consideración la jurispru-
pese a la invocación de la peculiaridad catalana, resalta dencia del Tribunal Supremo, se podía afirmar que no
que el artículo 36 LRBRL se refiere a competencias asu- había peculiaridad catalana que exceptuara el carácter
midas o ratificadas estatutariamente, pero no a servi- excepcional de la coordinación de las relaciones entre
cios traspasados con anterioridad: la Generalidad y las diputaciones catalanas, después
“No existe, pues, un régimen especial o excepcio- de la STC 109/98 parece que el razonamiento se invier-
nal para la Generalidad de Cataluña reconocido en la te: la supuesta singularidad catalana se generaliza a las
Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de otras comunidades autónomas, y todas pueden elabo-
Régimen Local que permita a esta, en uso de sus facul- rar planes únicos de obras y servicios en sustitución de
tades de coordinación, fijar, con carácter obligatorio los planes provinciales.9
para la Diputación, la cuantificación de su aportación 4.4.3. La STC 109/98 señala como núcleo esencial
al Plan Único de Obras y Servicios de la Generalidad; la de la autonomía provincial la cooperación y asisten-
determinación del alcance de la autonomía provincial cia a los municipios y la autonomía presupuestaria; en
en este punto debe atenerse al régimen general esta- las sentencias del Tribunal Supremo comentadas no se
blecido por la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora del desvinculan autonomía presupuestaria y potestad de
Régimen Local.” planificación. El Tribunal Constitucional justifica que
una parte de los recursos provinciales se pongan a dis-
posición de la Comunidad Autónoma para la financia-
4.4. Conclusiones ción del Plan Único; de la misma forma que las com-
petencias propias de la provincia no configuran una
4.4.1. La STC 109/98, a pesar de resolver un caso autonomía que no admita modulaciones, igualmente
singular, las relaciones entre la Generalidad y las di- la autonomía presupuestaria las experimenta cuando
putaciones catalanas, emplea una argumentación tan el bloque de constitucionalidad lo permita.
abstracta y genérica que puede extenderse al resto de Esta tesis resultará controvertida en la STC 48/2004,
comunidades autónomas y diputaciones provinciales. de 25 de marzo, cuando el Tribunal se pronuncie sobre
8. Carro Fernández-Valmayor, J. L. “Autonomía provincial y Plan Único de Obras y Servicios (a propósito de la STC 109/98,
de 21 de mayo)”, Revista Andaluza de Administración Pública, núm. 13, 1988.
9. Ortega Álvarez, L., “El Plan Único de Obras y Servicios de Cataluña y la garantía institucional de la autonomía provincial”,
Cuadernos Civitas, Madrid, 1992.
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10. Suay Rincón, J., razona con acierto sobre la dificultad para manejar los términos cooperación y coordinación aplicados
a la relación municipios-provincia en “La competencia de coordinación”, en Gómez-Ferrer Morant, Rafael (coord.), La provincia
en el sistema constitucional, Editorial Civitas, Madrid, 1991, p. 169-200.
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Las políticas provinciales han de partir de las aspi- supondrá una concentración en su gestión, que se
raciones de las comunidades vecinales. Este es un dato hará de forma desconcentrada a través de los servicios
inesquivable en el ejercicio de las competencias pro- territoriales de los departamentos respectivos, pues…
vinciales; sin embargo, este condicionamiento u obli- la gestión desconcentrada (no) puede ser sustitutivo de
gación no priva a la provincia de iniciativa o autono- la descentralización, que implica autonomía,…” (FJ 4).
mía para definir políticas propias. Que la provincia esté Cuando se postula la necesidad de gobernar la in-
constitucionalmente configurada como una entidad termunicipalidad la referencia es garantizar la autono-
local determinada por la agrupación de municipios, y mía municipal, y la autonomía consiste en garantizar las
que su singularidad institucional ofrezca una estructu- prioridades políticas; en esencia, la política consiste en
ra compuesta y competencias funcionales, no significa la elección de bienes igualmente valiosos, sacrificando
que caiga en la irrelevancia institucional de un suma- unos para alcanzar otros. Si los municipios ven condicio-
torio indiferenciado de municipios. En la cláusula 3.ª nada esta elección por la convocatoria de ayudas técni-
del Protocolo General del Plan de Concertación 2008- cas o económicas promovidas desde otro nivel de Go-
2011, dedicada a los objetivos generales, se contempla bierno, su autonomía sufre una inevitable disminución.
la doble iniciativa que corresponde a ambas entidades En cambio, cualquier municipio puede establecer sus
locales para el impulso de políticas de calidad: prioridades haciendo efectivo el principio de subsidiarie-
“El Plan de Concertación crea un espacio de trabajo dad, poniendo en valor el conocimiento de una realidad
compartido y es un canal preferente para el ejercicio de y de unas necesidades por la cercanía entre gobernantes
la función de cooperación local reconocida a la Diputa- y gobernados y por la asignación eficiente de recursos
ción, con la finalidad última de desarrollar los objetivos que otorga la proximidad. Que la interacción entre am-
generales siguientes: bas entidades locales implique la modulación o incluso
“a) el fomento de políticas públicas de calidad: a la redefinición de las políticas municipales o provincia-
partir de la satisfacción de las necesidades locales ex- les, no tiene parangón en ningún otro procedimiento de
presadas por los entes locales o detectadas por la pro- asistencia a los municipios con poca capacidad de ges-
pia Diputación de Barcelona.” tión. La clave está en la relación entre ambas entidades
Las políticas provinciales no se reducen a asumir locales, en diseñar un procedimiento para que tenga
peticiones municipales, sino que deben articularlas sal- lugar una convergencia programática.
vaguardando la provisión equitativa de servicios y el
ejercicio equilibrado de las competencias municipales.
Esta necesidad requiere el gobierno de la intermuni- 6. Concertación entre provincia y municipios
cipalidad. La provincia no presta asistencia ni elabora
planes o programas gestionando las solicitudes o prio- La figura del plan provincial aparece como la referen-
ridades municipales; si así fuera debería someter a con- cia obligada. Lamentablemente, y como hemos tenido
currencia competitiva a los municipios mediante una ocasión de analizar antes, el plan ha perdido relevan-
convocatoria de subvenciones o ayudas, y asignar los cia, al calificarlo el Tribunal Constitucional en la STC
fondos con criterios técnicos y objetivos a los proyec- 109/98 como un instrumento para el ejercicio de la
tos mejor formulados o a los municipios que reunieran competencia provincial de cooperación y asistencia.
los requisitos exigidos en la convocatoria. Si la provin- Esta consideración accesoria y lateral de las competen-
cia ejerciera sus competencias en esas condiciones se cias provinciales desconoce que, en realidad, la elabo-
podría, sin merma para la autonomía local, suprimirla ración del plan sigue un procedimiento que favorece la
y sustituirla por unidades desconcentradas de la co- convergencia entre las políticas provinciales y las mu-
munidad autónoma. El Tribunal Constitucional advirtió nicipales. La LRBRL impone la elaboración de un plan
en la STC 32/81 la imposibilidad de equiparar gestión provincial de obras y servicios para hacer efectivas las
desconcentrada por la comunidad autónoma con au- funciones de coordinación y cooperación y asistencia,
tonomía política: en el que los municipios deben participar. Nada dice la
“No empece a esta manifiesta contradicción en- Ley sobre la concreción y el alcance de esta participa-
tre la exigencia constitucional y el contenido de la Ley ción. Tampoco la legislación autonómica de régimen
el hecho de que esta afirme (art. 8) que en ningún local ha desarrollado ni precisado esta regulación bási-
caso la asunción por la Generalidad de estos servicios ca. Más arriba se aludía a la inadecuación de conceptos
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Relaciones entre municipios y provincias
como cooperación y coordinación para dar cuenta unas fases que no observan la preclusión procesal de
cumplida de las relaciones institucionales entre muni- plazos sujetos a caducidad, sino que propician la inte-
cipios y provincias; en la búsqueda de un término que racción y el diálogo constructivo. En una primera etapa
refleje mejor la interacción entre dos entidades locales la Diputación pide a los ayuntamientos información so-
integrantes de un mismo nivel de Gobierno, la expe- bre sus necesidades e intereses; una vez procesados y
riencia promovida por la Diputación de Barcelona tras valorados los datos, la Diputación establece los criterios
la STC 109/98 proporciona una referencia afortunada: para que los municipios dispongan de una referencia al
concertación. fijar sus prioridades; a partir de las propuestas municipa-
La concertación intenta ubicar su espacio entre la les la Diputación Provincial elabora un proyecto de plan
voluntariedad de la cooperación y la imposición de la o programa articulando las prioridades de los munici-
coordinación, diseñando un procedimiento donde mu- pios según criterios de solidaridad y equilibrio territo-
nicipios y provincia estén obligados a contrastar moti- rial; el proyecto se somete a consulta y valoración de los
vaciones acerca de la viabilidad de las prioridades fija- municipios con el fin de llegar a un acuerdo; concluida
das por los municipios. El municipio solicita asistencia o la fase de consulta o audiencia e incorporadas las pro-
señala el sector o actividad de su preferencia teniendo puestas y efectuadas las modificaciones oportunas, la
en cuenta la normativa provincial y los criterios allí esta- Diputación iniciará un trámite extraordinario de consul-
blecidos, y, una vez conocidos por la provincia, se inicia ta si determinados municipios resultaran perjudicados
un procedimiento en el que ambas entidades locales o singularmente afectados; la aprobación definitiva del
aportan razones, datos, información y conocimiento, plan corresponde a la Diputación Provincial. El rechazo
con el fin de llegar a un acuerdo. La Ley no predetermi- de una prioridad municipal requiere motivación con es-
na el resultado, no dice “lo que debe decidirse”, sino pecificación del objetivo o criterio insatisfecho y propo-
“cómo debe adoptarse la decisión”, el derecho deja de sición de asistencia para otra obra, actividad o servicio
entenderse “como instrumental al servicio de la mera incluido en las prioridades planteadas por el Ayunta-
ejecución de políticas públicas, se da el paso a un de- miento. Cuando en el desarrollo del plan o programa
recho… que se preocupa también del establecimiento aparecieran condiciones o circunstancias especiales que
del derecho, de la formulación de políticas…”. Se di- aconsejaran modificarlo, se hará conforme a los trámi-
suelve la frontera entre la formulación de la política y tes de consulta y audiencia descritos.
su aplicación posterior; de la misma forma desapare- La concertación se desarrolla en un procedimiento
cen los límites entre la creación y aplicación del dere- más sustantivo que instrumental, lo importante y de-
cho, “el proceso regulatorio se concibe como un ciclo cisivo no es el fin a conseguir, sino la dinámica misma
constante, en permanente movimiento”. Cuando mu- de concertación con el intercambio de información, el
nicipios y provincia conciertan sus políticas siguen un contraste de motivaciones, la necesaria ponderación
procedimiento que no aplica las prescripciones legales, de las prioridades municipales y la visión intermunici-
sino que “representa un cauce para hallar o descubrir pal. La concertación no parte del procedimiento como
la mejor solución posible… No se trata de un proce- proceso prelitigioso que, inevitablemente, supone
dimiento meramente aplicativo… sino de un procedi- asumir los postulados de unos derechos municipales y
miento de carácter creativo o innovador, puesto que unas prerrogativas provinciales.
la solución ha de generarse en su seno y se desconoce
por completo antes de iniciarlo”.11
A estos principios responde el procedimiento esta- 7. Reflexión final
blecido en el artículo 13 de la Ley 5/2010, de 11 de
junio, de Autonomía Local de Andalucía. Los planes y La concertación pretende incentivar una interacción
programas de asistencia económica se descomponen en creadora entre municipios y provincias, a través de un
11. Barnés Vázquez, J., “Reforma e innovación del procedimiento administrativo”, en Barnés Vázquez, J. (ed.), La transfor-
mación del procedimiento administrativo, Editorial Derecho Global, Sevilla, 2008. Estas reflexiones también aparecen en la
contribución del autor, “Las relaciones entre la provincia y el municipio a través de procedimientos administrativos de tercera
generación”, en Zafra Víctor, Manuel (coord.), Estudios sobre la Ley de Autonomía Local de Andalucía, CEMCI, Granada, 2011.
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Cuadernos de Derecho Local (QDL)
ISSN: 1696-0955, núm. 29, junio de 2012, p. 119-140
Fundación Democracia y Gobierno Local
Manuel Zafra Víctor
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Cuadernos de Derecho Local (QDL)
ISSN: 1696-0955, núm. 29, junio de 2012, p. 119-140
Fundación Democracia y Gobierno Local