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Compararse Con Los Demás
Compararse Con Los Demás
Los demás no nos dan ni nos quitan nada. Tan sólo son espejos que nos muestran lo que
tenemos y lo que nos falta”
Compararse con los demás se convierte casi en un hábito inconsciente en el que muchos caemos
prácticamente sin darnos cuenta.
¿Qué hay detrás de compararnos con otros? Realmente, si fuera para inspirarnos y mejorar como
personas, no sería ningún problema. Sin embargo, en general, la realidad es que cuando nos
comparamos, de alguna manera cambiamos el sentimiento de valía hacia nosotros mismos.
Sin embargo, cuando la persona con la que nos comparamos aparenta brillar más, se la ve más
feliz y realizada, recibe lo que percibimos como una mayor consideración y respeto por parte
de los demás… entonces la cosa cambia. Nuestro sentimiento de valía disminuye así como la
propia autoestima.
Es como si usáramos a los demás como indicadores de nuestro grado de valía. Y ahí está el craso
error. ¿Cómo podemos solucionarlo?
La clave está en comprender un sencillo pero profundo principio de la vida: Soy un ser único y
mi papel y mi contribución en este juego de la vida también son únicos.
De este modo, el foco dirigido hacia los demás como referentes sobre los que medir mi valía
cambia. El foco ahora se dirige hacia mi propio ser. Y ahora sí que está en mis manos aumentar
el sentimiento de valía.
Y, por tanto, es un tema a desarrollar y fortalecer en nuestro interior. Mirar a los demás y
compararnos con los demás no hace sino alejarnos de la verdadera satisfacción que viene de
alinearnos con nuestra verdadera esencia y vivir y actuar desde ahí.
Por qué nos comparamos con los demás?
Y es que la mente se acostumbra a seguir los mismos esquemas, y si queremos cambiar este
mal hábito mental creo que necesitamos darle a nuestra mente algo diferente que hacer.
Siempre nos estamos transformando en algo más. Quien somos hoy es el resultado de las
decisiones que tomamos ayer, siempre estamos en estado de creación, nosotros tomamos
decisiones todo el tiempo y la dirección de ellas normalmente es en el sentido y con la
intensión de progresar.
Así que he intentado aplicar esta estrategia a mis pensamientos porque pienso que es posible
modificar nuestros estados de ánimo y nuestras emociones, creo firmemente que nuestra
mente es la llave que controla toda nuestra realidad.
He encontrado más útil y lógico al hacer una evaluación de mi persona y de mi entorno, dejar
de compararme con otras personas y hacerme a mi mismo otro tipo de cuestionamientos.
¿Qué estoy haciendo hoy que no podría haber hecho hace diez o cinco o inclusive un año
atrás?
¿Qué nuevas decisiones he tomado que han resultado en un cambio positivo en mi vida?
¿Cuáles son las ganancias de este año en comparación con las ganancias del año pasado en el
mismo momento? ¿Cómo he mejorado personalmente? ¿Qué nuevas habilidades y
conocimientos tengo? ¿Cómo está mi relación con las personas a quienes más estimo?
El hecho de que una persona sea más rica que yo, no quiere decir que yo sea más pobre
que ella, simplemente soy menos rico que ella. El hecho de que una persona sea más bella
que yo, no quiere decir que yo sea más feo que ella, simplemente soy menos bello que ella.
Pero, independientemente de esto, cuando hablamos de valor personal, esencialmente
somos todos iguales. No hay superiores, no hay inferiores. Hay ricos y menos ricos, cierto,
pero ambos, como personas, en esencia, son iguales. ¿Por qué se comparan las
personas? Porque NO creen que en esencia todos somos iguales, si no que creen que
el rico es superior al pobre, y que el bello es superior al feo (menos bello), entonces se
comparan, y cuando son pobres, o “feos”, se sienten mal, porque creen que el otro vale más.
Esto no es así.