Un satélite es un objeto que gira en torno a otro. La Luna, que gira en torno a la Tierra es un satélite de ella: es un satélite natural. Los avances tecnológicos actualmente permiten que el hombre construya y ponga en órbita satélites hechos por fábricas muy meticulosas: éstos son artificiales. Los satélites artificiales pueden ser de comunicaciones, meteorológicos, de observación, de navegación e incluso pueden ser muy sofisticados y permitir que las personas vivan durante meses en su interior como la Estación Espacial Internacional. El empleo de satélites de comunicaciones en México inicia en 1967 cuando nuestro país se integra como miembro del consorcio Intelsat Figura 1. La Estación Espacial Internacional es para transmitir un año después los Juegos un satélite artificial Olímpicos. En 1985 se colocan en órbita los primeros satélites mexicanos; los Morelos I y II que en órbita geoestacionaria1 brindan servicios de televisión, telefonía y datos. Su Centro de Control y Telemetría se construye en la Ciudad de México (Izatapalapa). En 1989 la operación de estos satélites es asignada a Servicios Fijos Satelitales deTelecomm – Telégrafos (Secretaría de Comunicaciones y Transportes). En 1993 y 1994 se lanzan los satélites Solidaridad I y II respectivamente. Con órbita geoestacionaria, sus servicios de televisón, telefonía y datos abarcan México, Sur de Estados Unidos y Latinoamérica. El Centro de Control de Iztapalapa se remodela y se construye uno nuevo en Hermosillo. En 1997 se concreta la primera reforma de telecomunicaciones y se incia la privatización de estos servicios de Telecomm – Telégrafos para convertirse en Satmex (Satélites Mexicanos S.A. de C.V.). En esta nueva etapa se lanza el satélite Satmex 5 en 1998, el Satmex 6 en 2006 y el Satmex 8 en 2013. El Satmex 7, aunque se planeó no llegó a construirse. Los servicios que proporcionan estos satélites son de comunicaciones: televisión, telefonía y datos. En 2014 a partir de otra reforma de telecomunicaciones, Satmex es comprada por el grupo francés Eutelsat Communications que queda a cargo de los satélites Satmex 5, Satmex 6 y Satmex 8. Para este año, éstos son los únicos en funciones pues los Morelos y los Solidaridad ya han concluido con su vida útil. Por otro lado, el gobierno mexicano decide comprar tres satélites con fines de seguridad nacional: Bicentenario (que conmemora el Bicentenario de la Independencia de México), lanzado en 2012; Morelos III, lanzado en 2015 y Centenario (que conmemora el Centenario de la Revolución Mexicana), cuyó lanzamiento falló en mayo de 2015 y tardará 36 meses a partir del fallo en ser repuesto con cargo al seguro comprado por nuestro país. Estos tres satélites conforman al nuevo Sistema Satelital Mexicano (Mexsat) y serán operados a través de Telecomm – Telégrafos (Secretaría de Comunicaciones y Transportes). La fabricación de los satélites tradicionalmente ha sido encargada a empresas extranjeras. Sin embargo desde 1991 la UNAM crea el Programa Universitario de Investigación y Desarrollo Espacial bajo el que se construyen en nuestro país tres satélites relacionados con la investigación como el estudio estadístico de trayectorias de impacto de meteoritos y el electromagnetismno terrestre durante terremotos. Estos satélites de manufactura nacional son: Unamsat I lanzado con apoyo de una base militar rusa y que no fue colocado en órbita por fallas en cohete tranasportador; Unamsat-B puesto en órbita en 1996, que estuvo en operaciones durante un añlo; y el Unamsat III cuyo lanzamiento está pendiente. En 2005 la Secretaría de Comunicaciones y Transportes otorgó una concesión a la empresa mexicana MedCom, que en 2011 puso en órbita al satélite Quetzsat 1 dedicado al servicio directo de televisión. Recientemente el proyecto Ulises I ha llamado el interés (figura 2). Se trata de un nanosatélite creado por el Colectivo Espacial Mexicano que busca abir una vía de participación en el uso del espacio para el beneficio científico, cultural, académico, educativo y nacional de México. Actualmente este Colectivo está en busca de fondos para su lanzamiento.
Figura 2. Ulises I. Pero, ¿por qué los los satélites artificiales se
mantienen en órbita?, ¿aplica lo mismo para los satélites artificales y para la Luna? Desde que Ptolomeo propone un modelo geocéntrico del Universo en el siglo II, ya se decribe correctamente cómo se mueve la Luna: en órbita en torno a la Tierra. A pesar de que Copérnico en el siglo XVI reitera esta descripción en el modelo heliocéntrico, sigue sin resolverse la cuestión de cuál es la causa que origina el movimiento orbital. Es hasta 1687 que Isaac Newton identifica la existencia de una fuerza de atracción a distancia entre los los cuerpos celestes, a la que llama fuerza de gravedad2. y que señala como la causa del movimiento lunar. Si bien ‘la leyenda’ relata que Newton descubrió la ley de gravitación al ver caer una manzana de un árbol cercano, con seguridad en su mente había muchas mas consideraciones que sólo la caída de esta fruta. En su obra Philosophiae naturalis principia mathematica describe el estudio que hace sobre los cuerpos que caen y que derivaron en la gravitación universal Newton observó que al lanzar un objeto horizontalmente éste caía hacía la Tierra y que podía arrojarlo cada vez más lejos pero invariablemente regresaba al suelo. Entonces, imaginó que podía lanzarlo desde lo alto de una montaña y que le era posible observar su movimiento desde fuera de la Tierra. Al reflexionar sobre la trayectoria de este objeto llegó a conclusiones sorprendentes: si se lanza con suficiente velocidad, un objeto puede estar cayendo indefinidamente hacia la Tierra sin llegar a tocar suelo describiendo un movimiento curvo Figura 3. Un objeto lanzado con en torno a ella. Es decir que estaría en órbita. velocidad suficiente queda en Newton ilusta esta idea en su obra con el dibujo órbita. presentado en la figura 3. Entonces, desde esta perspectiva la Luna y los satélites artificiales en órbita están ‘cayendo’ continuamente hacia la Tierra. En esta serie de pensamientos, el movimiento descrito por los objetos en órbita sólo es posible si sobre ellos actúa una fuerza (primera ley de Newton) y su sentido, identificado tras un sencillo examen, claramente se dirige hacia la Tierra. Así, la Tierra ejerce sobre la Luna una fuerza de atracción. Pero como las fuerzas son el resultado de una interacción, la Luna también ejerce una fuerza de atracción sobre la Tierra de igual magnitud y sentido contrario (tercera ley de Newton). Y, si ambas se atraen, ¿por qué es la Luna la que gira en torno a la Tierra y no a la inversa?... aunque la fuerza que ambas reciben tiene la misma magnitud, el efecto sobre ellas no es el mismo porque tienen masas diferentes. La Luna, al tener menos masa es la ‘más afectada’ y cae hacia la Tierra, que tiene más masa, describiento una órbita en torno a ella (segunda ley de Newton). Con la ley de gravitación, Newton precisa que la fuerza de atracción gravitacional es la causa de que una manzana y de que la Luna ‘caigan’ hacia la Tierra. Cuando esta idea fue expuesta causó un gran revuelo porque fue la primera vez que se estableció una ley que aplica para los objetos de la Tierra y para los del cielo. Así los satélites, naturales o artificiales, se mantienen en órbita por la fuerza de atracción gravitacional que los mantiene en una ‘caída permanente’. Gracias a aportaciones como la ley de gravitación, actualmente contamos con satélites de comunicaciones que nos permiten tener telefonía, televisión e internet. Ellos reciben la señal emitida en algún sitio de la Tierra y la retransmiten a otro, superando fronteras de manera rápida, eficiente y relativamente a bajo costo para quienes vemos televisión y empleamos teléfonos inteligentes, entre muchos otros servicios.