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PROGRAMA DE SISTEMA UNIVERSITARIO BASADO

EN LA EXPERIENCIA - SUBE

ESCUELA DE DERECHO

NOMBRE: CARMEN ALICIA RODRÍGUEZ AGURTO


CARLOS EDUARDO MADRID REQUENA

AÑO ACADÉMICO: 2014 - II

TEMA DE INVESTIGACIÓN:
“ESPONSALES”

CURSO:
DERECHO CIVIL VI – MÓDULO VII

CATEDRÁTICO:
DR. CARLOS SANCARRANCO

FECHA:
ONCE DE OCTUBRE DEL DOS MIL CATORCE
PRESENTACIÓN

Del conjunto de personas ligadas por la unión matrimonial o por el parentesco (y aun por el
concubinato), que representa la base de la sociedad y que se entiende por familia, emerge
una disciplina jurídica cuyo ámbito de aplicación son todas aquellas relaciones de índole
patrimonial y extrapatrimonial que surgen del matrimonio, de la unión de hecho, de la
filiación, así como de otras instituciones como la patria potestad, la tutela y la curatela.

Nos estamos refiriendo al Derecho de Familia cuya normatividad está orientada a regular
todas aquellas situaciones de orden jurídico que nacen del referido grupo social y que se
traducen en una serie de poderes y deberes asignados a sus integrantes que acarrean
consecuencias no sólo para ellos sino también respecto de terceros en algunos casos. Tales
situaciones de orden familiar y jurídico generan muchas veces conflictos de intereses o
incertidumbre jurídica que deben ser resueltos en sede judicial.

Atendiendo a la importancia del DERECHO DE FAMILIA y al interés que despierta su


estudio entre las personas involucradas en el quehacer jurídico y en toda la colectividad, es
que hemos considerado presentar esta investigación referida a la citada rama del
DERECHO CIVIL.

El análisis minucioso que se realizó, la precisión de los puntos tratados en este trabajo, así
como las fuentes bibliográficas consultadas, nos da la seguridad de brindar un material de
estudio valioso.

El presente trabajo, constituye un aporte de los autores, inclusive, se ha tratado de darle


mayor practicidad a esta investigación, buscando correlacionar la doctrina con la actualidad.

LOS ALUMNOS

páá g. 2
INTRODUCCIÓN

No hay en el mundo persona alguna que esté totalmente alejada de la vida social. No hay
sociedad que tenga su base en institución distinta a la familia. Ésta le da origen y es pilar en
el desarrollo de la humanidad. De allí su importancia y la preocupación del sistema jurídico
por preservarla y lograr su afianzamiento a través de la normatividad legal.

Surge así el DERECHO DE FAMILIA, que se va a ocupar de regular los derechos y deberes
derivados de las relaciones jurídicas familiares entre padres e hijos, entres los cónyuges,
teniendo repercusión frente a terceros, no solo en lo que concierne al patrimonio familiar
sino en todos los aspectos.

En razón a la importancia de la institución que tutela las normas del Derecho de Familia son
de orden público, es decir, de estricto cumplimiento, ya que constituyen un conjunto de
condiciones fundamentales de vida social instituida en una comunidad jurídica, las mismas
que no admiten alteración alguna por parte de los sujetos de derecho.

Conforme a lo manifestado, hemos creído conveniente avocarnos en la investigación sobre


una de las instituciones más importantes del Derecho de Familiar, que es el matrimonio, la
misma que está circunscrita en nuestro Código Civil.

El presente trabajo de investigación consta de CINCO CAPÍTULOS: El primero, denominado


GENERALIDADES, el segundo denominado DERECHO PERUANO, el tercero denominado
DERECHO COMPARADO, el cuarto denominado CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES, y el quinto denominado BIBLIOGRAFÍA Y ANEXOS.

páá g. 3
CAPÍTULO I:
GENERALIDADES

páá g. 4
1. ESPONSALES:

El término esponsales deriva del latín “SPONSUS” que quiere decir ESPOSO, o
“SPONDERE” que significa PROMETER. Consiste en la mutua promesa de matrimonio
formulada por dos personas aptas para casarse. (GUSTAVO PALACIOS PIMENTEL)

De similar parecer, otros autores señalan, que esponsales se les llama al compromiso que
contraen dos personas entre sí para casarse más adelante. (GEORGE RIPERT Y JEAN
BOULANGER).

Este término puede ser entendido de dos formas: La primera, como el acuerdo de un
matrimonio futuro; y La segunda, el vínculo generado por el referido acuerdo. Este último
sentido del término es lo que se conoce como noviazgo, institución tradicional que con el
transcurrir del tiempo va perdiendo significación, en cuanto al aspecto espiritual y solemne
de los esponsales.

HEINRICH LEHMANN sostiene que tienen lugar los esponsales en virtud de una declaración
de voluntad emitida por dos personas de sexo distinto en el sentido de desear concluir
matrimonio entre ellas, iniciando la situación de prometidos que justifique socialmente sus
relaciones más íntimas.

Jurídicamente aunque no obliga los esponsales a los promitentes, su rol es de gran


importancia con paso previo al matrimonio, hasta el punto de no ser posible imaginar un
matrimonio sin noviazgo, es decir; sin un convenio anterior entre los futuros cónyuges
respecto del matrimonio precisamente.

Comúnmente se entiende por ESPONSALES son la promesa de matrimonio mutuamente


aceptada; quienes contraen esponsales son esposos.

 Jurídicamente, los esponsales son un contrato, de naturaleza preparatoria, ya que


conducen al contrato definitivo del matrimonio.

páá g. 5
 En la actualidad, debido a la liberalización de costumbres y a la disminución de la
importancia social del matrimonio, los esponsales no tienen una gran relevancia
jurídica, aunque a nivel social perviven bajo la forma de noviazgo.

Sin embargo en otras épocas, mucho más ritualizadas y elaboradas, del compromiso de
contraer matrimonio en fecha próxima podían extraerse consecuencias bastante serias.

Por ejemplo, durante la Edad Media, si tenían lugar relaciones sexuales entre esposos no
casados, se entendía consumado de inmediato el matrimonio, siendo éste válido para todos
los efectos.

En sentido impropio, como una licencia poética, y también en el hablar popular, se llama
esponsales al matrimonio; de hecho, la palabra esposo designa en sentido vulgar a la
persona que ha contraído matrimonio, y no a la comprometida a hacerlo, como es su sentido
técnico (la palabra técnica en dicho caso sería cónyuge).

2. HISTORIA:

En la Roma antigua, existieron los esponsales como un pacto de que se ha de celebrar un


matrimonio. Si el matrimonio no se efectuaba, existía una acción
denominada actiosponsalitia, que cayó en desuso y, por lo tanto, solamente quedó la
obligación moral, pues no se podía exigir la celebración del matrimonio.

Sin embargo, estando vigente un contrato de esponsales no podía ser celebrado otro, con
otra persona, o si estando vigente el contrato se efectuaba el matrimonio con persona
distinta, se acarreaba una declaratoria de infamia.

En tiempos del imperio bajo se empezaron a conocer las arras esponsalicias, que era un
dinero o unos bienes que uno de los promitentes depositaba en manos del otro, como
garantía de que cumpliría la promesa, perdiéndolas si incumplía o con derecho a
reclamarlas, dobladas, si él era la víctima del incumplimiento.

páá g. 6
Los esponsales dejaban de tener vigencia, por su cumplimiento, por la muerte de una de las
partes, por mutuo acuerdo, por decisión de una de las partes o por sobrevenir un
impedimento para el matrimonio, por ejemplo, que una de las partes perdiese
el iusconnubium, que era la aptitud civil para contraer matrimonio (iustaenuptiae) y para
permanecer en matrimonio.

Según el DERECHO ROMANO, se entiende por esponsales:


 “LOS ESPONSALES son petición y promesa de futuras nupcias”; FLORENTINO, 3
inst. D. 23.1.1.
 “SE LLAMA ESPONSALES DE PROMETER POR ESPONSIONES; pues tenían
costumbre los antiguos de estipular y prometer por esponsión las que iban a ser sus
mujeres”; ULPIANO, D. 23. 1.2

Los esponsales son una promesa recíproca de contraer futuro matrimonio. En la época
clásica dicha promesa no requería una forma especial, pudiendo romperse en cualquier
momento la misma. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, se fue evolucionando en la
regulación de los mismos, y surgen las “ARRHAS SPONSALICIAS”, que eran cantidades
de dinero que se entregaban los prometidos en el momento de intercambiar promesas. Si
alguno de ellos rompía su promesa, debía devolver el doble de las arrhas que el otro había
entregado y además perdía la suma que él mismo había entregado.

3. NATURALEZA JURÍDICA:

El determinar la naturaleza jurídica de los esponsales por parte de la doctrina, ha dado lugar
a una serie de teorías, tales como:

 LA TEORÍA DE QUE LA PROMESA MATRIMONIAL FORMA PARTE DEL ACTO


MATRIMONIAL EN SU CONJUNTO: Se atribuye su planteamiento al derecho
romano. Se daba por hecho así que el matrimonio comenzaba con los esponsales y
culminaba como acto con la unión sexual de la pareja. Hoy en día no se sigue esta
posición, diferenciándose claramente la promesa matrimonial del acto celebratorio
del matrimonio, llegándose a establecer que cualquier vicio que adolezcan los
esponsales no repercute en el matrimonio celebrado que mantiene su validez.

 TEORÍA DEL HECHO: Tratadistas como MEISER, MUMM entre otros consideran
que la promesa matrimonial se deriva únicamente una relación de hecho parecida a

páá g. 7
un lazo de amistad. BARASSI plantea que “la promesa no es más que un hecho
jurídico”.

La consistencia de esta teoría reposa sobre la base de que no se puede hacer valer
en vía judicial el cumplimiento de la promesa matrimonial ya que justamente es
primordial para la celebración del casamiento la libre voluntad de los contrayentes; y
además, se funda esta teoría en que los esponsales pueden dejarse sin efecto por
voluntad mutua o unilateral de los interesados.

 LA TEORÍA DEL CONTRATO: Según esta corriente doctrinaria al significar los


esponsales una promesa mutua en la cual se aprecia la aceptación de ambas partes,
es que su naturaleza no puede ser otra sino contractual. Están dadas las condiciones
para la configuración del contrato, es decir; la oferta y la aceptación efectuadas por
personas que gozan de capacidad, el objeto lícito, la forma que dispone la ley, y la
creación de obligaciones para cada uno de los participantes en dicho acto. Rigen,
por ende, las disposiciones generales sobre los contratos.

 LA TEORÍA DE AVANT-CONTRACT: Según esta corriente los esponsales no


pueden ser vistos más que como un ante-contrato que, destacamos, difiere de un
contrato preliminar o de uno preparatorio; en razón de no poder obligarse a los
interesados a contraer matrimonio.

Se piensa que esta última teoría es la más acertada. Los esponsales no pueden ser simples
hechos, máxime si se requiere de la voluntad de los interesados para su configuración.
Tampoco pueden ser enmarcados dentro de los contratos, por la naturaleza personal y
subordinación a normas de orden público del derecho de familia.

4. INCUMPLIMIENTO Y EXTINCIÓN DE LA PROMESA DE MATRIMONIO:

a. EL INCUMPLIMIENTO DE LA PROMESA MATRIMONIAL:


El incumplimiento de una promesa recíproca se justificaría una acción judicial tendiente al
perfeccionamiento del matrimonio; es decir, que es rechazado porque la voluntad de los
contrayentes no puede ser impuesta sino que debe ser libre.

Lo expresado, es recogido del código civil peruano en su artículo 239° que señala lo
siguiente: “LA PROMESA RECÍPROCA DE MATRIMONIO NO GENERA OBLIGACIÓN
LEGAL DE CONTRAERLO, NI DE AJUSTARSE A LOS ESTIPULADO PARA EL CASO
DE INCUMPLIMIENTO DE LA MISMA”

páá g. 8
Se observa que los esponsales carecen de todo efecto obligatorio destinado a la
culminación del acto del matrimonio; sin embargo, como su configuración es lícita,
pueden generar consecuencias jurídicas como las que a continuación señalaremos:

 Implican una responsabilidad que se concreta en la indemnización por daños y


perjuicios que debe sufrir quien injustificadamente deja de cumplir la promesa
matrimonial.
 Representan un indicio que puede conducir a establecer la paternidad del
promitente por haber hecho uso de la promesa matrimonial a efecto de seducir a
la madre.
 Generan una obligación tácita en la que puede basarse la pretensión de
indemnización en caso de incumplimiento de la promesa matrimonial. Esto puede
dar lugar a una imposición materializada en la necesidad de continuar con el
proyecto matrimonial con pena de hacerse acreedor el promitente a una sanción
pecuniaria. Incidente en su voluntad inevitablemente

No obstante, la acción de indemnización por daños y perjuicios derivada del


incumplimiento malicioso, abusivo y culpable de la promesa matrimonial, más que
castigar a quien incumpla, busca evitar daño moral y económico; y resarcirlo, protegiendo
de esta manera a quien lo sufre.

El artículo 240° del código civil peruano, establece: SI LA PROMESA DE MATRIMONIO


DE FORMALIZAR INDUBITABLEMNTE ENTRE PERSONAS LEGALMENTE APTAS
PARA CASARSE Y SE DEJA DE CUMPLIR POR CULPA EXCLUSIVA DE UNO DE LOS
PROMITENTES, OCASIONNDO CON ELLOS DAÑOS Y PERJUICIOS AL OTRO O A
TERCEROS, AQUÉL ESTARÁ OBLIGADOS A INDEMNIZARLOS.

La acción debe interponerse dentro del plazo de un año a partir de la ruptura de la


promesa. Dentro del mismo plazo, cada uno de los prometidos puede revocar las
donaciones que haya hecho a favor del otro por razón del matrimonio proyectado.
Cuando no sea posible la restitución, se observa lo prescrito en el artículo 1635°.

Se aprecia que el citado dispositivo exige que los esponsales sean formalizados para que
proceda la indemnización derivada del incumplimiento culpable de uno de los
promitentes. Dicho requisito de solemnidad obedece a la necesidad de probar
fehacientemente la promesa matrimonial, caso contrario, cualquier promesa vaga de

páá g. 9
matrimonio daría pie a innumerables acciones indemnizatorias, que es lo que se quiere
evitar.

b. LA EXTINCIÓN DE LA PROMESA MATRIMONIAL:


Por lo general, las relaciones generad por ella alcanzarán su punto máximo con la
celebración del matrimonio. A partir de este momento terminan los esponsales.

Si el matrimonio se invalidara, los esponsales nuevamente adquieren vigencia, siempre


que aquel sea susceptible de subsanación o mejor dicho que se contraigan nuevas
nupcias, esta vez dentro del marco legal. Pero además, puede extinguirse la promesa
matrimonial con convenio entre los prominentes en ese sentido; por decisión unilateral,
con los efectos correspondientes; o por imposibilidad inculpable sobreviniente as los
esponsales que no permite la realización del matrimonio: en caso de fallecer uno de los
esposos, o por ocurrirle a alguno una enfermedad mental o física impidiente, etc.

páá g. 10
CAPÍTULO II:
DERECHO
PERUANO

páá g. 11
I. DEFINICIÓN. Entre los tratadistas de actualidad destacan los
siguientes autores:

Albaladejo: "La figura de tos esponsales consiste en la promesa de futuro


1
matrimonio, hecha y aceptada entre varón y mujer"

Planiol y Ripert: "Al matrimonio precede un acuerdo previo entre tos futuros
esposos que lleva el nombre de esponsales, y que ha desempeñado un papel en la
preparación del matrimonio"2

Lafaille Héctor: "La palabra esponsales como su nombre lo indica significa una
promesa (sponsio), que precede al matrimonio y en cuya virtud el hombre y la
mujer se obligan a contraerlo" 3

Zannoni Eduardo: "Se denomina esponsales la promesa que mutuamente se hacen


hombre y mujer de contraer matrimonio. La libertad de elección del cónyuge es uno
de los presupuestos del consentimiento prestado por ambos contrayentes en el acto
de la celebración del matrimonio"4

II. . TEORÍAS SOBRE LA NATURALEZA JURÍDICA DE LOS


ESPONSALES.
Como toda institución del derecho, los esponsales se encuentran igualmente
frente a una variedad de teoría acuciosas en investigar, pretender y determinar su
1
La Cruz Berdejo, José Luis: "Elementos del Derecho Civil". Editorial Barcelona - España. Edición
Tercera. Vol. I. Pág. 98-101.
2
Planiol, M. Y Ripert, J.: "Tratado de Derecho Civil rancés". Editorial Cultura SA. La Habana. Cuba
Tomo II. 39
3
López Cabana,, Roberto M,; "Nuevos Daños Jurídicos", Revista del Colero Público de Abogados,
Buenos Aires.1990.
4
Zannoni, Eduardo A.: "Derecho de Familia". Editorial Astrea-Buenos Aires. Tomo l. 1993.Pag.147.

páá g. 12
naturaleza jurídica, el producto de esa actividad intelectual ha influido en a legislación
positiva de cada nación que los diferentes Códigos Civiles, divergen unos a otros o
se acercan conforme sigan a tal o cual corriente teórica.
La divergencia que se advierte en las normas legales que regulan la figura de
los esponsales es reflejo de la más profunda discrepancia doctrinaria que existe
en cuanto a definir su naturaleza jurídica.

Las teorías sobre la naturaleza jurídica de los esponsales, cuanto menos


entre las más conocidas, son las siguientes: a) Teoría del Contrato de Derecho
Familiar, b) Teoría del Avant-Contrat., c) 1.2.3. Teoría de la Obligación Natural, d)
Teoría del Hecho, e) Teoría de la Responsabilidad Extra- Contractual, y, f) Teoría de
la Responsabilidad Contractual.
A continuación describo las más importantes:
a) Teoría de hecho.- Según Barra: "… no es posible exigir judicialmente el
cumplimiento de la promesa, pues la esencia misma del matrimonio, que en
materia de los
esponsales pueden ser libremente resueltos" 5
b) Teoría del contrato o Teoría del Contrato Del Derecho Familiar.- Según
Uruguayo Brumn "… los esponsales son un contrato de derechos de obligaciones
de hacer, que cuando una de las partes se negaban a cumplirla debe resarcir a la
otra de los daños y perjuicios que les cause…"
c) Teoría de Advant Contrat. Según Cornejo Chávez: "… los esponsales no
pueden ser considerados como un antecontrato que no es lo mismo que
contrato preliminar o previo ya que no es posible obligar a las partes a efectuar el
objeto de la promesa debido a que no puede encadenar definidamente su libertad
de contraer matrimonio.
d) Teoría de la Obligación Natural.- Según Planiol y Ripert y Ripert: "… si bien es
cierto los esponsales no engendraba una obligación civil, al menos creaban con
cargo a los que prometen el matrimonio una obligación de conciencia que la
jurisprudencia consideraba como obligación natural, y que puede, como tal servir
a causa jurídica, después de la ruptura, para una promesa de indemnización en
beneficio del novio abandonado"

Los autores Planiol y Ripert, considerando aquella naturaleza especial que deviene a
los esponsales desde el derecho romano, de ser una promesa de matrimonio,
determinan su aspecto que limita con el Derecho Natural.

5
BARASI, LUDOVICIO, Instituciones de Derecho Civil, Ed, Bosch, Barcelona 1955. Tomo I. Pág. 236.

páá g. 13
"Ante todo, es preciso observar si bien no engendra una obligación civil, los
esponsales crean al menos con cargo a los que prometen el matrimonio una
obligación de conciencia que la jurisprudencia considera como una obligación
natural, y que puede, como tal servir a causa jurídica, después de la ruptura,
para una promesa de indemnización en beneficio del novio abandonado"

III. Análisis del Artículo 239º del Código Civil


El Artículo 239º es el primero de los que nos interesa repasar en este estudio
que proponemos, establece este artículo: “La promesa reciproca de matrimonio no
genera obligación legal de contraerlo, ni de ajustarse a lo estipulado para el caso de
incumplimiento de la misma".
Pasamos a continuación a disgregar dicho contenido adecuadamente.

a) La promesa de matrimonio
A la hora de estudiar la promesa de matrimonio hay que destacar, de entrada,
la modificación terminológica sufrida por la institución: esta denominación que hoy
encontramos en el Código Civil, promesa de matrimonio, es la nomenclatura que
modifica la tradicional de "esponsales", fruto de toda una tradición histórica-jurídica y
que fije sustituída en la reforma de 1984.

Podemos ofrecer una definición de esta promesa o de los esponsales, por


utilizar la terminología clásica, señalando que estamos ante la "promesa hecha por
ambas partes de futuro matrimonio, libremente expresado por un signo sensible,
entre personas determinadas y hábiles en Derecho"6

En ésta definición vemos en primer lugar, que estamos ante una


promesa de matrimonio, por lo que no se ha celebrado matrimonio alguno; en
segundo lugar, dicha promesa es aceptada por ambas partes; por último, en tercer
lugar, esas partes son hábiles en Derecho.

Desde nuestro punto de vista, estamos ante un negocio jurídico de derecho


de familia que exige bilateralidad para su completa configuración respecto del
contenido de la promesa, parece posible distinguir un contenido necesario y un
contenido voluntario. Acerca del contenido necesario, parece evidente que debe

6
Borda, Guillermo A.: 'Tratado de Derecho Civil", Editorial Perrot Buenos Aires. Edición décima. II
1,981.

páá g. 14
constar en todo caso el deseo de ambas partes de contraer futuro matrimonio,
pudiendo ya determinarse por las partes más o menos, especificado una serie de
circunstancias adicionales de interés.

Esta promesa puede acompañarse de un contenido voluntario, puede venir


acompañada por el establecimiento de aquellos otros pactos que se estimen
oportunos, dependiendo del mayor o menor interés existente en los intervinientes y
entre los cuales es posible prever una serie de estipulaciones para el caso de que no
se celebre el matrimonio.

b) Consecuencia de la inexistencia de la promesa.


Señala el Artículo 239 que la promesa de matrimonio no produce obligación
de contraerlo, ni de cumplir lo que se hubiera estipulado para el supuesto de su no
celebración. Es decir, se defiende de hecho la ineficacia de dicha promesa, criterio
general a tener en cuenta en estos casos, y respecto de los cuales el Artículo 240
que repasaremos en su momento, no es antinómico, sino excepción a la regia
general del artículo 239.

Sin embargo, hay que señalar que esto no contradice lo expuesto con
anterioridad respecto del contenido: realmente, es posible celebrar un pacto de lo
más completo en cuanto a su redacción y contenido, pero después el Artículo 239
reduce su eficacia a la nada en lo tocante a cumplimiento de promesa y previsiones
para su cumplimiento, pues las únicas consecuencias que se derivan de ese
incumplimiento son las descritas en el artículo 240, y éstas, como veremos no se
derivan de lo pactado, sino del daño producido por ese incumplimiento.

Por otra parte, parece quedar la puerta abierta para que sea exigible
jurídicamente todo aquello que se hubiese pactado y que no se oriente
exclusivamente a especificar la promesa de matrimonio y las consecuencias
pactadas para el caso de incumplimiento, dado que es aquello a lo que el Articulo
239 niega eficacia jurídica.
Es decir no debe existir problema para que se exija el cumplimiento de
posibles pactos conexos que se establezcan al hijo de la promesa de
matrimonio, siempre que no afecten a la exigibilidad de la promesa de matrimonio o a
las consecuencias pactadas para el incumplimiento, dado que serán casos en los

páá g. 15
7
que se afecta a la libertad para emitir el consentimiento matrimonial. Desde nuestro
punto de vista, la celebración del matrimonio debe ser fruto de una decisión libre, y
no el cumplimiento de una obligación de hacer.

c) Conclusiones acerca del Artículo 239 del Código Civil Peruano


Una vez expuesto todo lo visto, a modo de conclusión, podemos señalar un
par de cuestiones que deben tenerse presentes.

En primer lugar, pese a la existencia de promesa de contraer matrimonio, no


existe obligación de contraerlo, pues atentaría contra la libertad que debe regir en
este campo, libertad ya señalada.

En segundo lugar, tampoco hay obligaciones de cumplir aquello estipulado


para el supuesto de ausencia de celebración, pues es ineficaz esta promesa
(ineficacia que se extiende a los pactos que pretenden sancionar el no-
cumplimiento).

IV. Causales de Ruptura de los esponsales


Si los esponsales se definen como "la promesa mutuamente aceptada de
contraer matrimonio", parece lógico que su incumplimiento debería originar una actio
matrimonialis. No obstante, según ya se ha expresado anteriormente, la doctrina y el
derecho positivo, tomando ejemplo en la legislación justinianea, rechazan semejante
acción, salvo contadas excepciones, a mérito de la absoluta libertad con que debe
otorgarse el consentimiento matrimonial.
Frente a la realidad de una ruptura de esponsales ya por una causa
justificada o sin ella, la doctrina en general es común a este punto en la mayoría de
las legislaciones, de considerar para el caso una indemnización para resguardar los
gastos que se hubiera hecho, las donaciones y hasta el posible daño moral que
hubiere causado al prometido que de manera inocente pague las consecuencias.

5.1. El Dolo y la Culpa como causales de ruptura


Esta situación está dada por la conducta de aquél que sin causa justificada
proceda con deslealtad, malicia y perfidia. Causando la ruptura dolosa del
compromiso o por la conducta dolosa de uno de los prometidos.

7
Belluscio Augusto C: “Manuel de Derecho de Familia” Editorial Depalma. Buenos Aires Tomo I. 987.
Pág. 115.

páá g. 16
La negativa al cumplimiento en todo caso se debe a la mera voluntad, al
capricho del novio, sino al comportamiento culposo del otro; siendo así la negativa a
cumplir una consecuencia inevitable de aquél comportamiento. La pretensión de
indemnización surge de la ruptura mediante la acción culposa de los esponsales.
Las partes se invierten, y el derecho de resarcimiento se atribuye no a quien sufre la
negativa; serÍa el caso del que, en forma absoluta e injustificada, interrumpe la
correspondencia, pone término a las visitas habituales, devuelve el anillo nupcial, las
cartas o presentes y usa así los medios encubiertos, con los que logra la ruptura,
encubriendo de tal manera su vocación del autor de la ruptura. 8

No es indispensable que la causa originaria de la ruptura esponsalicia se


produzca antes de contraída la promesa, siempre que hubiere sido ignorada por
aquella parte que de conocerla se presume.

5.2. El Daño Moral


El daño moral como supuesta causal de ruptura de los esponsales, puede
considerarse en el simple hecho de provocar la malignidad pública en torno a la
prometida, puede ocurrir también una ruptura inesperada y súbita, como dejar a la
novia en la puerta de la iglesia, o invocando pretextos que afectan el honor, o con la
seducción lograda mediante la promesa de matrimonio.9
El tratadista Lehmann, con respecto al daño moral ocasionado por el
incumplimiento de los esponsales por parte de uno de los promitentes nos dice:

5.3. La indemnización en los esponsales


La indemnización del daño causado por la ruptura dolosa del compromiso o
por la ruptura dolosa de uno de los prometidos que condujo al otro al arrepentimiento
y, por la aplicación de los mencionados principios generales, habría que admitiría en
caso de incumplimiento culposo o conducía culposa que condujera a la ruptura y
abarcando no solamente el daño patrimonial sino también el daño moral sufrido.

El Doctor Héctor Cornejo Chávez, especifica este hecho de la probanza con


el texto que transcribimos: "En realidad la diferencia en cuanto a la prueba no

8
Peralta Andia, Javier R; "Derecho de Familia en el Código Civil". Editorial San Marcos - Lima - Perú.
Edición Segunda, 1991. Pag.101-121.

9
Zannoni, Eduardo A: "Derecho de Familia", Editorial Astrea - Buenos .Aires. Tomo I 1993, Pág. 147.

páá g. 17
proviene de la teoría que se acepte, sino de quien sea el demandante. Si lo es
el esposo abandonado, corresponderá al que corto el compromiso probar que
obró con causa justificada. Si por el contrario quien demanda es el esposo que,
invocando la conducta irregular del otro, retiró la promesa, es el actor al que
incumbe el fardo de la prueba".10
V. Análisis del artículo 240º del Código Civil
El Artículo 240 completa la regulación de la promesa del matrimonio en
nuestro texto codificado, señalando expresamente que "Si la promesa de matrimonio
se formaliza indubitablemente entre personas legalmente aptas para casarse y se
deja de cumplir por culpa exclusiva de uno ocasionando con ello daños y perjuicios al
otro o a terceros, aquél estará obligado a indemnizarlos.

Ya expusimos en su momento que este artículo, de entrada, es la excepción a


la regla general del artículo 239 del Código civil, y añadimos ahora la gran
consecuencia derivada de él: pese a lo establecido en el artículo 239, parece que
estamos ante el reconocimiento de los esponsales como institución licita existente en
la práctica.

En este sentido exponemos tres argumentos que justifican dicha postura: En primer
lugar, el supuesto de hecho de efectos jurídicos indirectos; en segundo lugar, se
asigna por este artículo requisitos de capacidad contractual y en tercer lugar,
puede encajar dentro del expediente matrimonio de la ratificación y las proclamas.

VI. Consecuencias del incumplimiento de los esponsales


Nos ocuparemos de las consecuencias del incumplimiento, que conllevan la
obligación de resarcir, tal como señala este artículo 240 que la obligación es de
resarcir al interviniente "'que no incumple" (no al incumplidor, obviamente, que debe
peveer con las consecuencias de su decisión) de los gastos hechos y las
obligaciones contraídas, todo ello en consideración al matrimonio prometido.
Repasemos ambos casos, ya que parece que existe una expectativa de
cumplimiento de la promesa, y el no cumplimiento provoca la obligación de
indemnizar con fundamento en el empobrecimiento injusto provocado (injusto porque
se asumió por el destinatario de la promesa en consideración al matrimonio
prometido). £n ambos casos, sin la intención matrimonial no se hubieran realizado
los gastos o contraído las obligaciones, por lo que hay que indemnizarlos.

10
Cornejo Chávez Héctor,: "Derecho Familiar Peruana ". Editorial Librería Stidum Lima - Perú. Edición
octava. Tomo I. 1991. Oñag, 115-132

páá g. 18
Claro está, esa consideración al matrimonio prometido normalmente no
constará de modo expreso en los actos realizados, sino que basta con que se
desprenda de las circunstancias oportunas (naturaleza de los objetos a que se
dedican los gastos u obligaciones) que se destinan a la vida en común (por ejemplo,
objetos comprados para el que será el domicilio conyugal). Son resarcibles, en
primer lugar, los gastos hechos en consideración al matrimonio, es decir, todos
aquellos que realice el interviniente citado con miras al futuro matrimonio.

Señala Lagomarsino, Carlos que debe sobreentenderse que para ser


indemnizables, los gastos deben resultar proporcionados a las circunstancias. Por
ejemplo, los gastos que uno de los contrayentes realizase en concepto de obras en
casa del otro contrayente en atención a la celebración del futuro matrimonio, o si bien
los derivados de la compra de una vivienda, salvo que no resulte inútil
posteriormente11.

Por ejemplo, imaginaremos que un interviniente compra de modo individual


una vivienda que agrada especialmente al otro interviniente, que poco después
decide no casarse), habrá que estar al caso concreto y valorar siempre la presencia
de esa intencionalidad.

En segundo lugar, también son reparables las obligaciones contraídas en


consideración al Matrimonio. Por ejemplo, la contratación de la fiesta posterior
a la boda, que puede elevar su costo a grande cantidades de dinero (banquete
nupcial, posiblemente orquesta, imaginémonos algún otros espectáculo).

En lo que atañe a las donaciones efectuadas entre los promitentes se


presentan dos casos:

a. Desacuerdo entre Promitentes.- Cuando la ruptura de los esponsales se


produce como consecuencia de desavenencias, lo correcto es que se produzca la
devolución de las mismas, en caso contrario, el juez ordenará su destitución.

11
Spota Alberto G: "Tratado de Derecho Civil en al Derecho de Familia " Editorial Depalma Aires.
Tomo II. 1962. Pág.339

páá g. 19
b. Muerte de uno de los Promitentes.- Si la ruptura se produce por causa de
muerte de uno de los novios, las donaciones mencionadas pueden conservarse a
titulo de recuerdo, salvo que la restitución sea solicitada por los herederos, sobre
todo, cuando no se guarda con ese criterio.

Desde luego, no habrá restitución si la donación tuvo por objeto la reparación


de un principio ocasionado, corno por ejemplo cuando se traía de la donación por
reparar el daño moral ocasionado a una menor de edad por habérsela violado.

Las donaciones efectuadas por los parientes de uno u otro promitente o


las realizadas por terceras personas a uno o a ambos, deben distinguirse las
siguientes:

- Donaciones de escaso valor ofrecidas por galantería o afecto: Estas


podrán ser conservadas por los promitentes a título.

- Las donaciones cuantiosas entregadas por causa de matrimonio


proyectado: Supuesto en el cual, rige la condición legal de que las
nupcias se realicen; en caso contrario, se autoriza para solicitar su
revocación o, en su caso, para solicitar su restitución en forma judicial.

Los requisitos que se exigen para proponer una acción de Restitución de donaciones
son:
1. Que exista una donación hecha por razón de futuro matrimonio.
2. Que exista incumplimiento de promesa de matrimonio por parte del
promitente beneficiado.
3. Que el promitente culpable, se niegue a restituirlos bienes donados.
4. Intervención del Órgano Jurisdiccional.

El artículo 240 del Código Civil vigente, en su tercera parte dice: "Dentro del
mismo plazo (un año a partir de la ruptura de la promesa), cada uno de los
prometidos puede revocar las donaciones que haya hecho a favor del otro por razón
del matrimonio proyectado. Cuando no sea posible la restitución. Se observa lo
prescrito en el artículo 1635. De acuerdo con el articulo 1635 si el bien donado se
hallara gravado (embargo, prenda, anticresis e hipoteca) el donante liberara el
gravamen pagando la cantidad que corresponda y se subroga en todas las deudas
del acreedor.

páá g. 20
Otras acciones que se pueden derivar de la ruptura de los esponsales son: la Acción
Investigatoria de la paternidad extramatrimonial, prevista en el Artículo 402, inciso 3 del
Código Civil, la acción de alimentos temporales y resarcimiento de gastos de
embarazo y parto a que se refiere.

CAPÍTULO III:
DERECHO
COMPARADO

páá g. 21
I. Antecedentes y Orígenes Históricos De Los Esponsales En El Mundo

La promesa de matrimonio o convenio esponsalicio es una figura de profundo


arraigo histórico que, en otros tiempos, constituyó la fuente de auténticos vínculos
entre promitentes, ignorada en la mayor parte de las legislaciones del mundo y
acogida por otras con diferente amplitud por su importancia como institución natural
preparatoria del matrimonio.
Los caracteres y la forma de esta institución a lo largo de la historia han sufrido
diversas transformaciones conforme a los diversos pueblos y épocas de cada pueblo,
así tenemos que en los pueblos de la historia milenaria, como los asirios-babilonios
(Código de Hamurabi) y los antiguos griegos, le dieron a los esponsales un carácter
obligatorio, aunque no fijaran nítida y uniformemente sus formalidades.12

En la Antropología encontramos diversos ejemplos tanto de sociedades pre-


históricas, como en las tribus actuales salvajes y bárbaras, en la que la mujer
nunca ha podido disponer de su persona, ya que era considerada como una
propiedad siempre sumida al servicio o al placer del hombre; Así tenemos diversos
casos históricos que nos ejemplifican la modalidad del matrimonio por rapto ya que el
inevitable elemento de violencia que éste implicaba fue, ciertamente, incompatible
con la idea de un acuerdo entre las partes.

Entonces, es lógico que su aparición coincida sólo cuando el matrimonio


adopta la forma de compraventa debido a su carácter consensual. Por esta razón, en
un principio, el contrato de esponsales se concertaba entre el novio y los padres de
la novia y sin consentimiento de ella.

12
Peralta Andia, Javier R "Derecho de Familia en el Código Civil". Editorial San Marcos - Lima
-Perú. Edición Segunda. 1991. Pág. 115.

páá g. 22
En la historia del medio oriente, entre los hebreos existían los esponsales,
dándose el caso, que celebrados éstos los promitentes se consideraban ya esposos,
es decir, marido y mujer. Presentándose como un aspecto de honor el hecho de la
virginidad de la mujer, debía conservar hasta el momento de la cópula con el
desposado, de haber sido violado antes constituía una grave falta, delito que se
castigaba con la muerte, siendo la forma más común la lapidación.

En Grecia, la celebración de los esponsales se formalizaba con un ósculo o


con la unión de la mano derecha de los desposados y el regalo de un anillo que el
novio hacia a su novia o prometido. Quedando así perfeccionado los esponsales13

Es en Roma, donde los esponsales se constituyen e incluso como se nos ha


transmitido a nosotros en su esencia; los esponsales se consideraban desde
aquellos tiempos como una promesa de matrimonio.

En la Roma de los primeros tiempos según algunos historiadores, no


apareció una nítida separación entre los esponsales y el matrimonio mismo; donde
nacen los esponsales es con posterioridad tomando una forma de elemento
consensual del matrimonio, y siendo la "deductio puellae" la ejecución o
cumplimiento mismo del contrato.14

En el Derecho Germánico se basó en la costumbre ya que puso la


concreción de los esponsales como obligatorios indispensables para la celebración
de un casamiento.

En su primera etapa en que la lucha por la vida la fuerza era la ley, no existían
los esponsales ya que la forma común era el rapto, de hecho esta forma de
costumbre es opuesta a la manifestación de voluntad que supone la celebración
de los esponsales. Con posterioridad en la etapa del matrimonio en dos fases:
Los esponsales propiamente, que venía a ser el contrato de compra y la traditio o
entrega de la novia, como resultado y efecto del contrato de compra.

Se entendía los esponsales como un contrato de la libre manifestación de la


voluntad, pleno contrato sinalagmático, que se celebraba antes de la bendición
nupcial.

13
Bonfante Pedro. "Instituciones del Derecho Romano " Editorial Reus Madrid Toma I 1951 Pág. 90
14
Belluscio Augusto C.: "Manual de Derecho de Familia". Editorial Depalma. Bueno* Aires. Tomo I
1987. Pág.115

páá g. 23
Los esponsales constituían un acto formal celebrado ante los parientes de los
prometidos, mediante la tradición simbólica de la novia y con el pago aparente del
precio por el novio, cuyo formalismo se constituía por escrito fijando en dicho acto las
relaciones patrimoniales, que era la llamada fábula firmata. 15
El Derecho Canónico nace y se inspira en su etapa primera en los derechos
Romano y Germánico; así los esponsales guarda del derecho romano el sentido de
la libertad de los novios para su constitución y la imposibilidad de asegúralos; era
igualmente romano el impedimento de la publicae honestitatis ampliándose a todos
los parientes del desposado.

Los esponsales pueden disolverse por convenio entre las partes, por
resolución unilateral, por vencimiento de plazo o cumplimiento de condición
resolutoria, por imposibilidad de contraer matrimonio prometido o por dispensa
pontificia, y cuyo trámite supone presentar el escrito personalmente o por
representación, expresa o tácita, observando determinadas solemnidades o sin ellas.
16

En el Derecho Contemporáneo no existe uniformidad en las legislaciones del mundo, ni


unidad en cuanto a la forma que deben revestir, ni de las acciones que derivan de la ruptura
de los esponsales.

II. LEGISLACIÓN COMPARADA.

2.1 CON LA REPÚBLICA DE ITALIA.

El Novísimo Código Civil Italiano, promulgado en 1942, trata sobre los esponsales
en sus artículos 79 al 81, que en su orientación doctrinaria sigue al Código presente
de 1965. El tratadista Jamolo, comentando al respecto no aclara que ello no
contempla la mayoría de los compromisos matrimoniales como la costumbre
moderna la considera; resultando que la intención del legislador se reconoce como
dirigida a proveer ciertas formas escritas de la promesa de matrimonio, como
supervivencia de otros tiempos las que difícilmente se encontrará en la mayoría de
las clases y de las regiones.

15
Cornejo Chávez Héctor: "Derecho Familiar Peruano", Editorial Librería Studium Lima - Perú. Edición
Octava. Tomo I. 1991. Pág. 118-130
16
Zannoni, Eduardo A,: "Derecho de Familia", Editorial Astrea - Buenos Aires, Tomo I. 1993. Pág.147.

páá g. 24
El Artículo 81 dice: La promesa de matrimonio hecho recíprocamente por acto
público o por documento privado, por persona mayor de edad o por menor
autorizado, por quien debe dar consentimiento a la celebración del matrimonio, o
bien resultante del pedido de la publicación obliga al promitente que sin justo motivo
se niegue a cumplirla, a resarcir el daño causado a la otra parte por los gastos
hechos y obligaciones contraídas con motivo de aquella promesa. El daño es
resarcido en los límites en que los gastos y obligaciones contraídas con motivo de
aquella promesa. El daño es resarcido en los límites en que los gastos y las
obligaciones correspondan a la condición de las partes. El mismo resarcimiento es
que por su culpa ha dado justo motivo a la negativa del otro. La demanda no se
puede intentar después de un año de la negativa de celebrar el matrimonio.

2.2. CON LA REPÚBLICA DE FRANCIA

La corriente doctrinarias del Código Civil Francés niega todo efecto patrimonial a
los esponsales, y consecuentemente ésta no se encuentra legislada; pero la
doctrina y jurisprudencia consideran los efectos de la ruptura de la promesa de
matrimonio cuando ha existido vicios de voluntad como la culpa y el dolo; y puede
exigirse por consiguiente una indemnización por daños causados.

Es de notar que el ante proyecto del Código Civil Francés contenía ciertos
principios que ya imperaban en el país por obra de la jurisprudencia, estableciendo
algunos preceptos sobre los esponsales, así por ejemplo consagra no sólo la
responsabilidad del promitente incumplido, sino de aquellas personas que por
ejercer su representación legal lo hayan incitado a romper el compromiso, siempre
que el promitente sea menor de edad. }

También se responsabiliza al que haya dado al otro celebrante justos motivos para
romper, admitiendo para su probación toda clase de pruebas y fijando la
prescripción del daño.

2.3. CON LA REPÚBLICA DE ESPAÑA

El Código Civil Español, inspirado en el Código Civil Italiano de 1865, regula los
esponsales en los artículos 43 al 44.

páá g. 25
Sólo se admite una acción para el resarcimiento de gastos, que puede ejercer el
prometido que estuviese dispuesto a cumplir la promesa matrimonial, contra el que
rehusare hacerlo o lo dilatase indefinidamente, siempre que la promesa se hubiera
hecho por documento público y privado por un mayor de edad o por un menor
asistido de persona cuyo consentimiento fuese necesario para celebrar el
matrimonio, o se hubiese publicado.

En esta acción prescribe al año contado desde la negativa a celebrar el matrimonio.


En principio se rechaza al daño moral, aunque algunos autores consideran que es
pertinente si han mediado relaciones carnales.

2.4. CON LA REPÚBLICA DE ALEMANIA

El Código Civil Alemán se ocupa de los esponsales en sus artículos que van del
1297 al 1302. Se establecen en ellos que la promesa esponsalicia no autoriza a
exigir la celebración de matrimonio, así como también que puede estipularse una
pena para los casos de incumplimiento de dicha promesa, deviniendo esta en todo
caso nulo de ser considerada.

El promitente culposo de haber incumplido la promesa de Matrimonio,


está obligado a dar al otro prometido, a los padres de éste o a Terceras personas
que hayan efectuado gastos de orden económico, así como también el consiguiente
resarcimiento mediante una indemnización de los daños originados por
circunstancias que hayan inferido en el perjuicio económico moral, como los hechos
de haber frustrado la esperanza de matrimonio; este daño sólo se indemniza en
tanto que los gastos y otras medidas fuesen adecuados.

Si un prometido da lugar a la resolución del hecho, por culpa que constituye motivo
importante está obligado a la indemnización de los daños demandados.

2.5. CON LA REPÚBLICA DE CHILE

Consiste en la promesa de matrimonio mutuamente aceptada (artículo 98). La


palabra "esponsales" viene del latín spondere, que significa prometer.

páá g. 26
Aunque pareciera ser una pieza de arqueología propia de épocas en que los
matrimonios se convenían y las dotes se negociaban, los esponsales tienen
aplicación en otros países, la que sin ser generalizada, de todas maneras evita su
muerte y sepultación como institución.

Características.- La principal característica, y de la que derivan las demás, es que


se la considera como un hecho privado, "que las leyes someten enteramente al
honor y conciencia del individuo, y que no produce obligación alguna ante la ley
civil".

Esta falta de coerción, dejando sus efectos a las normas del decoro, y que parece
contradictorio con todo el sistema de Derecho de Familia, que apunta a restringir los
caprichos, se justificaba ya a la época de redacción del Código, cuando esta
institución ya estaba en decadencia.

De todos modos, ello no obsta a que la institución de marras tenga consecuencias


de interés jurídico.

páá g. 27
CAPÍTULO IV:
CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES

páá g. 28
I. CONCLUSIONES:

 PRIMERO: Los esponsales como institución de nuestro Código Civil tienen la


naturaleza de un contrato de promesa de futuro matrimonio, otorgado entre personas
que tienen capacidad para obligarse por su representante o quienes ejerzan la patria
potestad.

 SEGUNDO: En la historia del derecho universal, los esponsales surgen de las


costumbres de las diversas culturas, y sigue en su corriente evolutiva como norma
social hasta llegar a ser regulados por el derecho positivo, que los reglamenta; así
tenemos que cada nación ha legislado estableciendo diversas modalidades para su
constitución, sus elementos formales y los consiguientes efectos jurídicos.

 TERCERO: Existen diversas teorías que pretenden explicar la naturaleza de los


esponsales, a las que adhiere diversas naciones en la promulgación de sus Códigos.

 CUARTO : Aún cuando nuestro Código Civil no se refiere de manera expresa, se


deduce de sus artículos que su adhesión es por la “teoría de la responsabilidad
contractual”, ya que considera a los esponsales como un convenio bilateral con
derechos y obligaciones; si bien es cierto no origina obligación de contraer matrimonio,
es una convención licita de alcances limitados plantear una acción por los posibles
daños y perjuicios que ocasionen el incumplimiento por culpa exclusiva por uno de los
promitentes.

 QUINTO: Las condiciones de validez de los esponsales son: la capacidad de los


otorgantes y las formalidades, la necesidad del consentimiento para el matrimonio del
menor, ausencia de vicios que anulen el consentimiento o voluntad; en cuanto a las
condiciones el Código Civil nos la regula así como tampoco el término o plazo de los
esponsales, consideramos que pueden establecerse condiciones que vayan con las
buenas costumbres.

páá g. 29
 SEXTO: El análisis del artículo 239 del Código Civil nos permite señalar dos cuestiones
que se deben tener presente: Primero, que pese a la existencia de promesa de contraer
matrimonio no existe obligación de contraerlo, pues atentaría contra la libertad que debe
regir en este campo.
En segundo lugar tampoco hay obligación de cumplir aquello estipulado para el
supuesto de ausencia de celebración, puesto que es ineficaz este tipo de estipulación.

 SEPTIMO: Respecto a los impedimentos para la procedencia de los esponsales nuestro


Código Civil no trata específicamente este punto dentro de los esponsales, por lo que
por analogía se aplican a ellos los impedimentos establecidos para contraer matrimonio
referentes a la capacidad civil y física, así como los impedimentos de orden moral y
social establecidos en los artículos 241, 242, 243, del Código Civil.

 OCTAVO: El dolo y la culpa son las causales de ruptura de los esponsales que otorgan
al promitente perjudicado la acción para exigir la reparación de daños y perjuicios ya
sean de orden moral o patrimonial e incluso puede demandar la restitución de las
donaciones hechas por terceros.

 NOVENO: El análisis del artículo 240 del Código Civil, revela que el legislador exige que
la promesa de matrimonio se formalice de modo indubitable, lo que significa la forma
escrita, limitando los medios de prueba para accionar por daños y perjuicios, en
contravención del Código. Procesal Civil, que establece gran variedad de medios
probatorios.

 DECIMO: El plazo para interponer la acción indemnizatoria de daños y perjuicios y para


la revocación y restitución de las donaciones por causa de la promesa matrimonial, es
de un año, debe entenderse como plazo de caducidad, porque ataca al derecho.

 DECIMA PRIMERO: Existe una consecuencia de orden universal al considerar los


diferentes Códigos de los países el incumplimiento de la promesa esponsalicia, genera
una necesaria protección contra los agravios materiales y morales que se infieren a la
persona inocente.

 DECIMA SEGUNDO: Los esponsales sirven como presunción para la investigación de


la paternidad ilegítima, lo que no se puede aceptar es que nuestro código exija para la
prueba de la paternidad ilegitima la existencia de escrito indubitable del padre. Esta

páá g. 30
exigencia, es por lo demás impuesta para la novia que confiado en la promesa llega a
tener relaciones carnales con el prometido.
Los esponsales en este caso actúan como simple presunción, siempre que la promesa
coincida con la fecha de la concepción.

 DECIMA TERCERO: La amplitud de la revocatoria y restitución de las donaciones por el


incumplimiento de la promesa de matrimonio que concede el artículo 240 del Código
Civil, a nuestro criterio es excesiva, debiendo limitarse a los casos de enriquecimiento
indebido; esto es cuando hay desbalance patrimonial.

II. RECOMENDACIONES:

 PRIMERO: Debe modificarse el artículo 240 del Código Civil, en la parte que exige la
forma indubitable, ya que en nuestra realidad socio jurídica la mayoría de esponsales se
efectúa por acto público de cambio de aros, por lo que puede utilizarse la gran variedad
de medios de prueba, siempre que sean idóneos para dar certeza del acto.

 SEGUNDA: También debe modificarse en ese extremo el Código Civil, haciendo constar
que el plazo para interponer la acción indemnizatoria y la de revocación y restitución de
las donaciones, es un plazo de caducidad por los efectos distintos a los de la
prescripción.

 TERCERA: Las revocaciones y sustituciones de las donaciones; sólo debe ampararse


cuando han causado un enriquecimiento injusto.

 CUARTA: Se recomienda a los operadores jurídicos que al momento de establecer las


revocaciones y sustituciones de las donaciones sólo debe ampararse cuando han
causado un enriquecimiento injusto.

 QUINTA: Se recomienda a los operadores jurídicos que amplíen y difundan


conocimientos respecto al tema para brindar mayor información, seguridad y justicia, de
modo que los perjudicados reciban una indemnización por los daños sufridos y se
decidan a tomar acciones legales ante el incumplimiento de la promesa matrimonial.

páá g. 31
CAPÍTULO V:
BIBLIOGRAFÍA Y
ANEXOS

páá g. 32
I. BIBLIOGRAFÍA

 ARANGIO RUIZ, Vicenzo, "Instituciones del Derecho Romano"


Editorial Desalma. Buenos Aires.1952.

 Arias Schreiber, Max "El derecho de Familia y los contratos" Publicado en la


familia en el derecho peruano. Libro homenaje al Dr. Héctor Cornejo Chávez.
Editorial UPCI Lima - Perú 1990 página 268 – 269.

 Basadre, Jorge "Historia del Derecho Peruano" Editorial Antena. Lima.1937.

 Belluscio Augusto C. "Manual de Derecho de Familia" Editorial Desalma, Buenos


Aire, Tomo I 1987 página 111.

 Bonfante, Pedro "Instituciones del derecho Romano" Editorial Reus. Madrid. Tomo
I. 1951

 Borda, Guillermo A. "Tratado de derecho Civil" Editorial Perrot Buenos Aires.


Edición décima. Tomo II. 1991.

 Cornejo Chávez, Héctor "Derecho Familiar Peruano" Editorial Librería Stdium Lima
– Perú. Edición octava. Tomo I. 1991 pág. 115 – 132.

 Cornejo, Ángel Gustavo. "Código Civil exposición sistemática y Comentario"


Editorial Dionisio Mendoza – Chiclayo 1947.

 Diez Picazo, Luis y Gullón, Antonio. "Sistema del Derecho Civil" Editorial Tecnos –
Madrid. Edición Quinta. Volumen IV. 1990.

 Fernández Clérigo, Luis. "El derecho de familia en la Legislación Comparada"

 Hinostroza Mingues, Alberto. "Derecho de Familia" Edición tercera. 1990 Pág.63 –


69.

 La Cruz Berdejo, José Luis. Elementos del Derecho Civil Editorial Barcelona –
España. Edición tercera. Vol. I. pág. 98 -101.

 Mazeaud, Henri y León. "Lecciones de Derecho de Familia" Ediciones Jurídicas.


Europa – América. 1976. Pág. 86

 Mendez Costa, María J. "Derecho Familia" Editorial Rubinzal Cuizoni Santa Fe


1982. Pág. 136.

páá g. 33

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