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EN LA EXPERIENCIA - SUBE
ESCUELA DE DERECHO
TEMA DE INVESTIGACIÓN:
“ESPONSALES”
CURSO:
DERECHO CIVIL VI – MÓDULO VII
CATEDRÁTICO:
DR. CARLOS SANCARRANCO
FECHA:
ONCE DE OCTUBRE DEL DOS MIL CATORCE
PRESENTACIÓN
Del conjunto de personas ligadas por la unión matrimonial o por el parentesco (y aun por el
concubinato), que representa la base de la sociedad y que se entiende por familia, emerge
una disciplina jurídica cuyo ámbito de aplicación son todas aquellas relaciones de índole
patrimonial y extrapatrimonial que surgen del matrimonio, de la unión de hecho, de la
filiación, así como de otras instituciones como la patria potestad, la tutela y la curatela.
Nos estamos refiriendo al Derecho de Familia cuya normatividad está orientada a regular
todas aquellas situaciones de orden jurídico que nacen del referido grupo social y que se
traducen en una serie de poderes y deberes asignados a sus integrantes que acarrean
consecuencias no sólo para ellos sino también respecto de terceros en algunos casos. Tales
situaciones de orden familiar y jurídico generan muchas veces conflictos de intereses o
incertidumbre jurídica que deben ser resueltos en sede judicial.
El análisis minucioso que se realizó, la precisión de los puntos tratados en este trabajo, así
como las fuentes bibliográficas consultadas, nos da la seguridad de brindar un material de
estudio valioso.
LOS ALUMNOS
páá g. 2
INTRODUCCIÓN
No hay en el mundo persona alguna que esté totalmente alejada de la vida social. No hay
sociedad que tenga su base en institución distinta a la familia. Ésta le da origen y es pilar en
el desarrollo de la humanidad. De allí su importancia y la preocupación del sistema jurídico
por preservarla y lograr su afianzamiento a través de la normatividad legal.
Surge así el DERECHO DE FAMILIA, que se va a ocupar de regular los derechos y deberes
derivados de las relaciones jurídicas familiares entre padres e hijos, entres los cónyuges,
teniendo repercusión frente a terceros, no solo en lo que concierne al patrimonio familiar
sino en todos los aspectos.
En razón a la importancia de la institución que tutela las normas del Derecho de Familia son
de orden público, es decir, de estricto cumplimiento, ya que constituyen un conjunto de
condiciones fundamentales de vida social instituida en una comunidad jurídica, las mismas
que no admiten alteración alguna por parte de los sujetos de derecho.
páá g. 3
CAPÍTULO I:
GENERALIDADES
páá g. 4
1. ESPONSALES:
El término esponsales deriva del latín “SPONSUS” que quiere decir ESPOSO, o
“SPONDERE” que significa PROMETER. Consiste en la mutua promesa de matrimonio
formulada por dos personas aptas para casarse. (GUSTAVO PALACIOS PIMENTEL)
De similar parecer, otros autores señalan, que esponsales se les llama al compromiso que
contraen dos personas entre sí para casarse más adelante. (GEORGE RIPERT Y JEAN
BOULANGER).
Este término puede ser entendido de dos formas: La primera, como el acuerdo de un
matrimonio futuro; y La segunda, el vínculo generado por el referido acuerdo. Este último
sentido del término es lo que se conoce como noviazgo, institución tradicional que con el
transcurrir del tiempo va perdiendo significación, en cuanto al aspecto espiritual y solemne
de los esponsales.
HEINRICH LEHMANN sostiene que tienen lugar los esponsales en virtud de una declaración
de voluntad emitida por dos personas de sexo distinto en el sentido de desear concluir
matrimonio entre ellas, iniciando la situación de prometidos que justifique socialmente sus
relaciones más íntimas.
páá g. 5
En la actualidad, debido a la liberalización de costumbres y a la disminución de la
importancia social del matrimonio, los esponsales no tienen una gran relevancia
jurídica, aunque a nivel social perviven bajo la forma de noviazgo.
Sin embargo en otras épocas, mucho más ritualizadas y elaboradas, del compromiso de
contraer matrimonio en fecha próxima podían extraerse consecuencias bastante serias.
Por ejemplo, durante la Edad Media, si tenían lugar relaciones sexuales entre esposos no
casados, se entendía consumado de inmediato el matrimonio, siendo éste válido para todos
los efectos.
En sentido impropio, como una licencia poética, y también en el hablar popular, se llama
esponsales al matrimonio; de hecho, la palabra esposo designa en sentido vulgar a la
persona que ha contraído matrimonio, y no a la comprometida a hacerlo, como es su sentido
técnico (la palabra técnica en dicho caso sería cónyuge).
2. HISTORIA:
Sin embargo, estando vigente un contrato de esponsales no podía ser celebrado otro, con
otra persona, o si estando vigente el contrato se efectuaba el matrimonio con persona
distinta, se acarreaba una declaratoria de infamia.
En tiempos del imperio bajo se empezaron a conocer las arras esponsalicias, que era un
dinero o unos bienes que uno de los promitentes depositaba en manos del otro, como
garantía de que cumpliría la promesa, perdiéndolas si incumplía o con derecho a
reclamarlas, dobladas, si él era la víctima del incumplimiento.
páá g. 6
Los esponsales dejaban de tener vigencia, por su cumplimiento, por la muerte de una de las
partes, por mutuo acuerdo, por decisión de una de las partes o por sobrevenir un
impedimento para el matrimonio, por ejemplo, que una de las partes perdiese
el iusconnubium, que era la aptitud civil para contraer matrimonio (iustaenuptiae) y para
permanecer en matrimonio.
Los esponsales son una promesa recíproca de contraer futuro matrimonio. En la época
clásica dicha promesa no requería una forma especial, pudiendo romperse en cualquier
momento la misma. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, se fue evolucionando en la
regulación de los mismos, y surgen las “ARRHAS SPONSALICIAS”, que eran cantidades
de dinero que se entregaban los prometidos en el momento de intercambiar promesas. Si
alguno de ellos rompía su promesa, debía devolver el doble de las arrhas que el otro había
entregado y además perdía la suma que él mismo había entregado.
3. NATURALEZA JURÍDICA:
El determinar la naturaleza jurídica de los esponsales por parte de la doctrina, ha dado lugar
a una serie de teorías, tales como:
TEORÍA DEL HECHO: Tratadistas como MEISER, MUMM entre otros consideran
que la promesa matrimonial se deriva únicamente una relación de hecho parecida a
páá g. 7
un lazo de amistad. BARASSI plantea que “la promesa no es más que un hecho
jurídico”.
La consistencia de esta teoría reposa sobre la base de que no se puede hacer valer
en vía judicial el cumplimiento de la promesa matrimonial ya que justamente es
primordial para la celebración del casamiento la libre voluntad de los contrayentes; y
además, se funda esta teoría en que los esponsales pueden dejarse sin efecto por
voluntad mutua o unilateral de los interesados.
Se piensa que esta última teoría es la más acertada. Los esponsales no pueden ser simples
hechos, máxime si se requiere de la voluntad de los interesados para su configuración.
Tampoco pueden ser enmarcados dentro de los contratos, por la naturaleza personal y
subordinación a normas de orden público del derecho de familia.
Lo expresado, es recogido del código civil peruano en su artículo 239° que señala lo
siguiente: “LA PROMESA RECÍPROCA DE MATRIMONIO NO GENERA OBLIGACIÓN
LEGAL DE CONTRAERLO, NI DE AJUSTARSE A LOS ESTIPULADO PARA EL CASO
DE INCUMPLIMIENTO DE LA MISMA”
páá g. 8
Se observa que los esponsales carecen de todo efecto obligatorio destinado a la
culminación del acto del matrimonio; sin embargo, como su configuración es lícita,
pueden generar consecuencias jurídicas como las que a continuación señalaremos:
Se aprecia que el citado dispositivo exige que los esponsales sean formalizados para que
proceda la indemnización derivada del incumplimiento culpable de uno de los
promitentes. Dicho requisito de solemnidad obedece a la necesidad de probar
fehacientemente la promesa matrimonial, caso contrario, cualquier promesa vaga de
páá g. 9
matrimonio daría pie a innumerables acciones indemnizatorias, que es lo que se quiere
evitar.
páá g. 10
CAPÍTULO II:
DERECHO
PERUANO
páá g. 11
I. DEFINICIÓN. Entre los tratadistas de actualidad destacan los
siguientes autores:
Planiol y Ripert: "Al matrimonio precede un acuerdo previo entre tos futuros
esposos que lleva el nombre de esponsales, y que ha desempeñado un papel en la
preparación del matrimonio"2
Lafaille Héctor: "La palabra esponsales como su nombre lo indica significa una
promesa (sponsio), que precede al matrimonio y en cuya virtud el hombre y la
mujer se obligan a contraerlo" 3
páá g. 12
naturaleza jurídica, el producto de esa actividad intelectual ha influido en a legislación
positiva de cada nación que los diferentes Códigos Civiles, divergen unos a otros o
se acercan conforme sigan a tal o cual corriente teórica.
La divergencia que se advierte en las normas legales que regulan la figura de
los esponsales es reflejo de la más profunda discrepancia doctrinaria que existe
en cuanto a definir su naturaleza jurídica.
Los autores Planiol y Ripert, considerando aquella naturaleza especial que deviene a
los esponsales desde el derecho romano, de ser una promesa de matrimonio,
determinan su aspecto que limita con el Derecho Natural.
5
BARASI, LUDOVICIO, Instituciones de Derecho Civil, Ed, Bosch, Barcelona 1955. Tomo I. Pág. 236.
páá g. 13
"Ante todo, es preciso observar si bien no engendra una obligación civil, los
esponsales crean al menos con cargo a los que prometen el matrimonio una
obligación de conciencia que la jurisprudencia considera como una obligación
natural, y que puede, como tal servir a causa jurídica, después de la ruptura,
para una promesa de indemnización en beneficio del novio abandonado"
a) La promesa de matrimonio
A la hora de estudiar la promesa de matrimonio hay que destacar, de entrada,
la modificación terminológica sufrida por la institución: esta denominación que hoy
encontramos en el Código Civil, promesa de matrimonio, es la nomenclatura que
modifica la tradicional de "esponsales", fruto de toda una tradición histórica-jurídica y
que fije sustituída en la reforma de 1984.
6
Borda, Guillermo A.: 'Tratado de Derecho Civil", Editorial Perrot Buenos Aires. Edición décima. II
1,981.
páá g. 14
constar en todo caso el deseo de ambas partes de contraer futuro matrimonio,
pudiendo ya determinarse por las partes más o menos, especificado una serie de
circunstancias adicionales de interés.
Sin embargo, hay que señalar que esto no contradice lo expuesto con
anterioridad respecto del contenido: realmente, es posible celebrar un pacto de lo
más completo en cuanto a su redacción y contenido, pero después el Artículo 239
reduce su eficacia a la nada en lo tocante a cumplimiento de promesa y previsiones
para su cumplimiento, pues las únicas consecuencias que se derivan de ese
incumplimiento son las descritas en el artículo 240, y éstas, como veremos no se
derivan de lo pactado, sino del daño producido por ese incumplimiento.
Por otra parte, parece quedar la puerta abierta para que sea exigible
jurídicamente todo aquello que se hubiese pactado y que no se oriente
exclusivamente a especificar la promesa de matrimonio y las consecuencias
pactadas para el caso de incumplimiento, dado que es aquello a lo que el Articulo
239 niega eficacia jurídica.
Es decir no debe existir problema para que se exija el cumplimiento de
posibles pactos conexos que se establezcan al hijo de la promesa de
matrimonio, siempre que no afecten a la exigibilidad de la promesa de matrimonio o a
las consecuencias pactadas para el incumplimiento, dado que serán casos en los
páá g. 15
7
que se afecta a la libertad para emitir el consentimiento matrimonial. Desde nuestro
punto de vista, la celebración del matrimonio debe ser fruto de una decisión libre, y
no el cumplimiento de una obligación de hacer.
7
Belluscio Augusto C: “Manuel de Derecho de Familia” Editorial Depalma. Buenos Aires Tomo I. 987.
Pág. 115.
páá g. 16
La negativa al cumplimiento en todo caso se debe a la mera voluntad, al
capricho del novio, sino al comportamiento culposo del otro; siendo así la negativa a
cumplir una consecuencia inevitable de aquél comportamiento. La pretensión de
indemnización surge de la ruptura mediante la acción culposa de los esponsales.
Las partes se invierten, y el derecho de resarcimiento se atribuye no a quien sufre la
negativa; serÍa el caso del que, en forma absoluta e injustificada, interrumpe la
correspondencia, pone término a las visitas habituales, devuelve el anillo nupcial, las
cartas o presentes y usa así los medios encubiertos, con los que logra la ruptura,
encubriendo de tal manera su vocación del autor de la ruptura. 8
8
Peralta Andia, Javier R; "Derecho de Familia en el Código Civil". Editorial San Marcos - Lima - Perú.
Edición Segunda, 1991. Pag.101-121.
9
Zannoni, Eduardo A: "Derecho de Familia", Editorial Astrea - Buenos .Aires. Tomo I 1993, Pág. 147.
páá g. 17
proviene de la teoría que se acepte, sino de quien sea el demandante. Si lo es
el esposo abandonado, corresponderá al que corto el compromiso probar que
obró con causa justificada. Si por el contrario quien demanda es el esposo que,
invocando la conducta irregular del otro, retiró la promesa, es el actor al que
incumbe el fardo de la prueba".10
V. Análisis del artículo 240º del Código Civil
El Artículo 240 completa la regulación de la promesa del matrimonio en
nuestro texto codificado, señalando expresamente que "Si la promesa de matrimonio
se formaliza indubitablemente entre personas legalmente aptas para casarse y se
deja de cumplir por culpa exclusiva de uno ocasionando con ello daños y perjuicios al
otro o a terceros, aquél estará obligado a indemnizarlos.
En este sentido exponemos tres argumentos que justifican dicha postura: En primer
lugar, el supuesto de hecho de efectos jurídicos indirectos; en segundo lugar, se
asigna por este artículo requisitos de capacidad contractual y en tercer lugar,
puede encajar dentro del expediente matrimonio de la ratificación y las proclamas.
10
Cornejo Chávez Héctor,: "Derecho Familiar Peruana ". Editorial Librería Stidum Lima - Perú. Edición
octava. Tomo I. 1991. Oñag, 115-132
páá g. 18
Claro está, esa consideración al matrimonio prometido normalmente no
constará de modo expreso en los actos realizados, sino que basta con que se
desprenda de las circunstancias oportunas (naturaleza de los objetos a que se
dedican los gastos u obligaciones) que se destinan a la vida en común (por ejemplo,
objetos comprados para el que será el domicilio conyugal). Son resarcibles, en
primer lugar, los gastos hechos en consideración al matrimonio, es decir, todos
aquellos que realice el interviniente citado con miras al futuro matrimonio.
11
Spota Alberto G: "Tratado de Derecho Civil en al Derecho de Familia " Editorial Depalma Aires.
Tomo II. 1962. Pág.339
páá g. 19
b. Muerte de uno de los Promitentes.- Si la ruptura se produce por causa de
muerte de uno de los novios, las donaciones mencionadas pueden conservarse a
titulo de recuerdo, salvo que la restitución sea solicitada por los herederos, sobre
todo, cuando no se guarda con ese criterio.
Los requisitos que se exigen para proponer una acción de Restitución de donaciones
son:
1. Que exista una donación hecha por razón de futuro matrimonio.
2. Que exista incumplimiento de promesa de matrimonio por parte del
promitente beneficiado.
3. Que el promitente culpable, se niegue a restituirlos bienes donados.
4. Intervención del Órgano Jurisdiccional.
El artículo 240 del Código Civil vigente, en su tercera parte dice: "Dentro del
mismo plazo (un año a partir de la ruptura de la promesa), cada uno de los
prometidos puede revocar las donaciones que haya hecho a favor del otro por razón
del matrimonio proyectado. Cuando no sea posible la restitución. Se observa lo
prescrito en el artículo 1635. De acuerdo con el articulo 1635 si el bien donado se
hallara gravado (embargo, prenda, anticresis e hipoteca) el donante liberara el
gravamen pagando la cantidad que corresponda y se subroga en todas las deudas
del acreedor.
páá g. 20
Otras acciones que se pueden derivar de la ruptura de los esponsales son: la Acción
Investigatoria de la paternidad extramatrimonial, prevista en el Artículo 402, inciso 3 del
Código Civil, la acción de alimentos temporales y resarcimiento de gastos de
embarazo y parto a que se refiere.
CAPÍTULO III:
DERECHO
COMPARADO
páá g. 21
I. Antecedentes y Orígenes Históricos De Los Esponsales En El Mundo
12
Peralta Andia, Javier R "Derecho de Familia en el Código Civil". Editorial San Marcos - Lima
-Perú. Edición Segunda. 1991. Pág. 115.
páá g. 22
En la historia del medio oriente, entre los hebreos existían los esponsales,
dándose el caso, que celebrados éstos los promitentes se consideraban ya esposos,
es decir, marido y mujer. Presentándose como un aspecto de honor el hecho de la
virginidad de la mujer, debía conservar hasta el momento de la cópula con el
desposado, de haber sido violado antes constituía una grave falta, delito que se
castigaba con la muerte, siendo la forma más común la lapidación.
En su primera etapa en que la lucha por la vida la fuerza era la ley, no existían
los esponsales ya que la forma común era el rapto, de hecho esta forma de
costumbre es opuesta a la manifestación de voluntad que supone la celebración
de los esponsales. Con posterioridad en la etapa del matrimonio en dos fases:
Los esponsales propiamente, que venía a ser el contrato de compra y la traditio o
entrega de la novia, como resultado y efecto del contrato de compra.
13
Bonfante Pedro. "Instituciones del Derecho Romano " Editorial Reus Madrid Toma I 1951 Pág. 90
14
Belluscio Augusto C.: "Manual de Derecho de Familia". Editorial Depalma. Bueno* Aires. Tomo I
1987. Pág.115
páá g. 23
Los esponsales constituían un acto formal celebrado ante los parientes de los
prometidos, mediante la tradición simbólica de la novia y con el pago aparente del
precio por el novio, cuyo formalismo se constituía por escrito fijando en dicho acto las
relaciones patrimoniales, que era la llamada fábula firmata. 15
El Derecho Canónico nace y se inspira en su etapa primera en los derechos
Romano y Germánico; así los esponsales guarda del derecho romano el sentido de
la libertad de los novios para su constitución y la imposibilidad de asegúralos; era
igualmente romano el impedimento de la publicae honestitatis ampliándose a todos
los parientes del desposado.
Los esponsales pueden disolverse por convenio entre las partes, por
resolución unilateral, por vencimiento de plazo o cumplimiento de condición
resolutoria, por imposibilidad de contraer matrimonio prometido o por dispensa
pontificia, y cuyo trámite supone presentar el escrito personalmente o por
representación, expresa o tácita, observando determinadas solemnidades o sin ellas.
16
El Novísimo Código Civil Italiano, promulgado en 1942, trata sobre los esponsales
en sus artículos 79 al 81, que en su orientación doctrinaria sigue al Código presente
de 1965. El tratadista Jamolo, comentando al respecto no aclara que ello no
contempla la mayoría de los compromisos matrimoniales como la costumbre
moderna la considera; resultando que la intención del legislador se reconoce como
dirigida a proveer ciertas formas escritas de la promesa de matrimonio, como
supervivencia de otros tiempos las que difícilmente se encontrará en la mayoría de
las clases y de las regiones.
15
Cornejo Chávez Héctor: "Derecho Familiar Peruano", Editorial Librería Studium Lima - Perú. Edición
Octava. Tomo I. 1991. Pág. 118-130
16
Zannoni, Eduardo A,: "Derecho de Familia", Editorial Astrea - Buenos Aires, Tomo I. 1993. Pág.147.
páá g. 24
El Artículo 81 dice: La promesa de matrimonio hecho recíprocamente por acto
público o por documento privado, por persona mayor de edad o por menor
autorizado, por quien debe dar consentimiento a la celebración del matrimonio, o
bien resultante del pedido de la publicación obliga al promitente que sin justo motivo
se niegue a cumplirla, a resarcir el daño causado a la otra parte por los gastos
hechos y obligaciones contraídas con motivo de aquella promesa. El daño es
resarcido en los límites en que los gastos y obligaciones contraídas con motivo de
aquella promesa. El daño es resarcido en los límites en que los gastos y las
obligaciones correspondan a la condición de las partes. El mismo resarcimiento es
que por su culpa ha dado justo motivo a la negativa del otro. La demanda no se
puede intentar después de un año de la negativa de celebrar el matrimonio.
La corriente doctrinarias del Código Civil Francés niega todo efecto patrimonial a
los esponsales, y consecuentemente ésta no se encuentra legislada; pero la
doctrina y jurisprudencia consideran los efectos de la ruptura de la promesa de
matrimonio cuando ha existido vicios de voluntad como la culpa y el dolo; y puede
exigirse por consiguiente una indemnización por daños causados.
Es de notar que el ante proyecto del Código Civil Francés contenía ciertos
principios que ya imperaban en el país por obra de la jurisprudencia, estableciendo
algunos preceptos sobre los esponsales, así por ejemplo consagra no sólo la
responsabilidad del promitente incumplido, sino de aquellas personas que por
ejercer su representación legal lo hayan incitado a romper el compromiso, siempre
que el promitente sea menor de edad. }
También se responsabiliza al que haya dado al otro celebrante justos motivos para
romper, admitiendo para su probación toda clase de pruebas y fijando la
prescripción del daño.
El Código Civil Español, inspirado en el Código Civil Italiano de 1865, regula los
esponsales en los artículos 43 al 44.
páá g. 25
Sólo se admite una acción para el resarcimiento de gastos, que puede ejercer el
prometido que estuviese dispuesto a cumplir la promesa matrimonial, contra el que
rehusare hacerlo o lo dilatase indefinidamente, siempre que la promesa se hubiera
hecho por documento público y privado por un mayor de edad o por un menor
asistido de persona cuyo consentimiento fuese necesario para celebrar el
matrimonio, o se hubiese publicado.
El Código Civil Alemán se ocupa de los esponsales en sus artículos que van del
1297 al 1302. Se establecen en ellos que la promesa esponsalicia no autoriza a
exigir la celebración de matrimonio, así como también que puede estipularse una
pena para los casos de incumplimiento de dicha promesa, deviniendo esta en todo
caso nulo de ser considerada.
Si un prometido da lugar a la resolución del hecho, por culpa que constituye motivo
importante está obligado a la indemnización de los daños demandados.
páá g. 26
Aunque pareciera ser una pieza de arqueología propia de épocas en que los
matrimonios se convenían y las dotes se negociaban, los esponsales tienen
aplicación en otros países, la que sin ser generalizada, de todas maneras evita su
muerte y sepultación como institución.
Esta falta de coerción, dejando sus efectos a las normas del decoro, y que parece
contradictorio con todo el sistema de Derecho de Familia, que apunta a restringir los
caprichos, se justificaba ya a la época de redacción del Código, cuando esta
institución ya estaba en decadencia.
páá g. 27
CAPÍTULO IV:
CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES
páá g. 28
I. CONCLUSIONES:
páá g. 29
SEXTO: El análisis del artículo 239 del Código Civil nos permite señalar dos cuestiones
que se deben tener presente: Primero, que pese a la existencia de promesa de contraer
matrimonio no existe obligación de contraerlo, pues atentaría contra la libertad que debe
regir en este campo.
En segundo lugar tampoco hay obligación de cumplir aquello estipulado para el
supuesto de ausencia de celebración, puesto que es ineficaz este tipo de estipulación.
OCTAVO: El dolo y la culpa son las causales de ruptura de los esponsales que otorgan
al promitente perjudicado la acción para exigir la reparación de daños y perjuicios ya
sean de orden moral o patrimonial e incluso puede demandar la restitución de las
donaciones hechas por terceros.
NOVENO: El análisis del artículo 240 del Código Civil, revela que el legislador exige que
la promesa de matrimonio se formalice de modo indubitable, lo que significa la forma
escrita, limitando los medios de prueba para accionar por daños y perjuicios, en
contravención del Código. Procesal Civil, que establece gran variedad de medios
probatorios.
páá g. 30
exigencia, es por lo demás impuesta para la novia que confiado en la promesa llega a
tener relaciones carnales con el prometido.
Los esponsales en este caso actúan como simple presunción, siempre que la promesa
coincida con la fecha de la concepción.
II. RECOMENDACIONES:
PRIMERO: Debe modificarse el artículo 240 del Código Civil, en la parte que exige la
forma indubitable, ya que en nuestra realidad socio jurídica la mayoría de esponsales se
efectúa por acto público de cambio de aros, por lo que puede utilizarse la gran variedad
de medios de prueba, siempre que sean idóneos para dar certeza del acto.
SEGUNDA: También debe modificarse en ese extremo el Código Civil, haciendo constar
que el plazo para interponer la acción indemnizatoria y la de revocación y restitución de
las donaciones, es un plazo de caducidad por los efectos distintos a los de la
prescripción.
páá g. 31
CAPÍTULO V:
BIBLIOGRAFÍA Y
ANEXOS
páá g. 32
I. BIBLIOGRAFÍA
Bonfante, Pedro "Instituciones del derecho Romano" Editorial Reus. Madrid. Tomo
I. 1951
Cornejo Chávez, Héctor "Derecho Familiar Peruano" Editorial Librería Stdium Lima
– Perú. Edición octava. Tomo I. 1991 pág. 115 – 132.
Diez Picazo, Luis y Gullón, Antonio. "Sistema del Derecho Civil" Editorial Tecnos –
Madrid. Edición Quinta. Volumen IV. 1990.
La Cruz Berdejo, José Luis. Elementos del Derecho Civil Editorial Barcelona –
España. Edición tercera. Vol. I. pág. 98 -101.
páá g. 33