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Juan Linares Cruz

Psicología criminal

ALIENACIÓN Y CAPITALISMO

Se entiende por alienación un tipo de experiencia en la cual la persona se experimenta a si


misma, como un extraño. Ya no se percibe como el centro de su mundo, como el creador de
sus propios actos; por el contrario, sus actos y las consecuencias de ellos se han erigido en
amos, a los que obedece o aun adora. La persona alienada está tan apartada de sí como de
cualquier otra. Se percibe a sí mismo y a los otros, tal como las cosas son percibidas: con
los sentidos y con el sentido común, pero sin vincularse productivamente consigo y con el
mundo exterior.

Pero mientras el uso de la palabra alienación en este sentido es reciente, el concepto


pertinente es mucho más antiguo; es el mismo al que se referían los profetas del Antiguo
Testamento con la palabra “idolatría. El hombre idólatra se inclina ante la obra de sus
manos. El ídolo representa sus propias fuerzas vitales de manera alienada. En la idolatría el
hombre se inclina y somete ante la proyección de una cualidad parcial de sí mismo. No se
experimenta como el centro desde el cual irradian los actos vitales de amor y razón. Se
convierte en una cosa, su prójimo se convierte en una cosa, así como sus dioses son cosas.

La alienación penetra la relación del hombre con su trabajo, con lo que consume, con el
estado, con su prójimo y consigo mismo. El hombre ha creado un mundo de cosas hechas
por él como nunca antes existió. El trabajo se torna cada vez más repetitivo y automático, al
tiempo que los planificadores, los directores científicos despojan cada vez más al trabajador
de su derecho a pensar y moverse con libertad. La vida está siendo negada por necesidades
de control., la creatividad, la curiosidad y el pensamiento independiente van siendo
obstaculizados, y el resultado, el inevitable resultado, es evasión y rebeldía pro parte del
trabajador, apatía o destructividad, regresión psíquica.

El papel del gerente también es alienado, por cierto maneja el todo y no una parte, pero
también está alienado por su producto como algo concreto y útil. Su finalidad es emplear
beneficiosamente el capital invertido por otros, aunque en comparación con el viejo tipo de
gerente-propietario, la gerencia moderna está mucho menos interesada en el porcentaje de
ganancias que se ha de pagar al accionista como dividendo que en la eficiente operación y
expansión de la empresa.

El gerente, como el trabajador, como todos, se maneja con gigantes impersonales: con la
gigante empresa competidora; con el gigante mercado nacional y mundial; con la gigante
masa consumidora, que debe ser motivada y manejada; con los gigantes gremios y con el
gobierno gigante. Sea como fuere, todos estos gigantes tienen sus propias vidas.
Determinan la actividad del gerente y dirigen la actividad del trabajador y el empleado.

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