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Contaminación acústica
El tráfico es la principal fuente de contaminación acústica en las ciudades.
Se llama contaminación acústica o contaminación sonora al exceso de sonido que altera
las condiciones normales del ambiente en una determinada zona. Si bien el ruido no se
acumula, traslada o mantiene en el tiempo como las otras contaminaciones, también puede
causar grandes daños en la calidad de vida de las personas si no se controla bien o
adecuadamente.
El término "contaminación acústica" hace referencia al ruido (entendido como sonido
excesivo y molesto), provocado por las actividades humanas (tráfico, industrias, locales de
ocio, aviones, barcos, entre otros.) que produce efectos negativos sobre la salud auditiva,
física y mental de los seres vivos.
Este término está estrechamente relacionado con el ruido debido a que esta se da cuando
el ruido es considerado como un contaminante, es decir, un sonido molesto que puede
producir efectos nocivos fisiológicos y psicológicos para una persona o grupo de personas.
Las principales causas de la contaminación acústica son aquellas relacionadas con las
actividades humanas como el transporte, la construcción de edificios, obras públicas y las
industrias, entre otras.
Se ha dicho por organismos internacionales, que se corre el riesgo de una disminución
importante en la capacidad auditiva, así como la posibilidad de trastornos que van desde lo
psicológico (paranoia, perversión) hasta lo fisiológico por la excesiva exposición a la
contaminación sónica.
Contaminación visual
La contaminación visual es un tipo de contaminación que parte de todo aquello que afecte
o perturbe la visualización de algún sitio o rompan la estética de una zona o paisaje, y que
puede incluso llegar a afectar a la salud de los individuos o zona donde se produzca el
impacto ambiental es un problema que nos está afectando a todos.
Se refiere al abuso de ciertos elementos “no arquitectónicos” que alteran la estética, la
imagen del paisaje tanto rural como urbano, y que generan, a menudo, una sobre
estimulación visual agresiva, invasiva y simultánea.
Dichos elementos pueden ser carteles, cables, chimeneas, antenas, postes y otros
elementos, que no provocan contaminación de por sí; pero mediante la manipulación
indiscriminada del hombre (tamaño, orden, distribución) se convierten en agentes
contaminantes.
Contaminación atmosférica
Se entiende por contaminación atmosférica a la presencia en el aire de materias o formas
de energía que implican riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de
cualquier naturaleza,1 así como que puedan atacar a distintos materiales, reducir la
visibilidad o producir olores desagradables.
"Desde que la Revolución Industrial inicio, en la segunda mitad del siglo XVIII, los procesos
de producción en las fábricas, el desarrollo del transporte y el uso de los combustibles han
incrementado la concentración del dióxido de carbono en la atmósfera y otros gases que
son muy perjudiciales para la salud, como los óxidos de azufre y los óxidos de nitrógeno."
La contaminación atmosférica puede tener carácter local, cuando los efectos ligados al foco
se sufren en las inmediaciones del mismo, o global, cuando por las características del
contaminante, se ve afectado el equilibrio del planeta y zonas alejadas a las que contienen
los focos emisores.
ALIMENTOS CON VITAMINAS
Vitamina A: Los alimentos ricos en vitamina A se encuentran tanto en el reino animal como
en el vegetal y destacan por su gran contenido en ella el hígado, la zanahoria, el brócoli,
las batatas, la col, la mantequilla o las espinacas.
Recordemos que es una vitamina liposoluble, por lo que la mayoría de los alimentos que la
contienen son ricos en grasas saturadas y el colesterol.
- Vitamina B1: Se encuentra sobre todo en los cereales integrales, en el hígado y vísceras
de los animales, en la carne de cerdo y de vacuno, en los frutos secos o en el huevo, por
ejemplo.
- Vitamina B2: La podemos encontrar en las carnes, pescados, lácteos, cereales integrales,
levaduras de cerveza, espinacas y espárragos.
- Vitamina B3: Se puede encontrar en cualquier tipo de carne, incluyendo las de ave o las
de cordero, en el hígado, en prácticamente todos los pescados, en los productos lácteos,
huevos, cereales integrales, patatas y legumbres, entre otros muchos.
- Vitamina B6: Como en los demás casos de este grupo, los lácteos y los huevos son dos
de las mejores fuentes para obtenerlas, aunque cualquier tipo de carne y de pescado
pueden contenerla también. Los cereales integrales y los frutos secos proporcionan una
buena cantidad de vitamina B6.
- Vitamina B8: Se encuentra en los lácteos, hígado, huevos, en todos los tipos de carne,
cereales, legumbres y frutos secos.
- Vitamina B12: Esta vitamina suele ser la más problemática en dietas vegetarianas, ya que
se encuentra casi en su totalidad en los animales. El hígado, la carne, los huevos y los
lácteos son grandes fuentes donde encontrar vitamina B12.
Los cítricos como las naranjas y los limones, el pimiento, el plátano, las patatas o la coliflor,
por mencionar algunas de las más frecuentes en nuestra dieta, son grandes fuentes de esta
vitamina. Como curiosidad, el Camu-Camu constituye la mayor fuente de vitamina C de
forma natural. Este fruto procedente de la región amazónica contiene, según los últimos
estudios, una cantidad entre el 50% y el 115% mayor de vitamina C que la naranja.
Vitamina D: Pese a que el cuerpo produce de manera natural esta vitamina, existen
alimentos que también la contienen para aquellos casos en los que sea necesario reforzar
su aporte.
Entre estos destacan sobre todo los de origen lácteo, los huevos, el aceite de pescado y en
general, la mayoría de los pescados azules como el atún o las sardinas.
Por otro lado, las frutas y verduras apenas proporcionan esta vitamina.
Como podemos ver, se puede obtener el aporte necesario de vitaminas de gran cantidad
de alimentos presentes en la mayoría de dietas habituales, por lo que lo único necesario
para paliar las necesidades diarias de estos micronutrientes es tener una dieta lo más
variada y equilibrada posible, intentando seguir siempre la recomendación de tomar 5
porciones de fruta y verdura frescos al día, combinándolas en el desayuno, almuerzo,
postres y meriendas.
No obstante, hay valorar la posibilidad de que muchos de estos productos, sobre todo en el
caso de las vitaminas liposolubles A, E, D y K, contienen además gran cantidad de grasas
y colesterol, por lo que hay que tratar de consumirlos de manera responsable intentando
distribuirlos en varias comidas a lo largo del día.
Además, hay que tener en cuenta que muchos alimentos habituales y casi indispensables
en cualquier cocina han sido enriquecidos. Esto quiere decir que sin alterar la composición
original del alimento se le han añadido otros elementos en la proporción adecuada para
asegurar que las personas tomen las cantidades diarias recomendadas, oscilando entre el
20% y el 100% de ésta.