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Conclusiones

De la anterior investigación se puede concluir que, para que el concepto de


movimiento cambiara, se llevaron a cabo modificaciones ontológicas y metodológicas. Los
cambios ontológicos tuvieron que ver con modificaciones en los principios físicos del
movimiento. Los cambios metodológicos son aquellas ‘herramientas teóricas’ de
investigación que se crearon, o también, los cambios en los métodos de ‘medición’ existentes.
La interacción de ambos elementos dio como resultado un cambio conceptual del
movimiento, pasando de ser un cambio de lugar a ser una cualidad con distintos grados de
intensidad, la cual se puede medir por intervalos de tiempo y espacio de forma geométrica.

Las modificaciones ontológicas que analizo en esta investigación se llevaron a cabo


por los escolásticos de la Edad Media. Desde Aristóteles hasta Oresme se pueden encontrar
diferentes principios físicos que explicaban el concepto del movimiento, cada uno justificó
esos principios con base en distintas fuentes. Aristóteles por ejemplo, elaboró una física del
movimiento basada en los cambios y en la naturaleza de las cosas, los principios físicos
aristotélicos permitían explicar de forma coherente fenómenos como el del movimiento que
parecían correctos a la experiencia. Después, los medievales aceptarían las explicaciones que
los principios físicos aristotélicos proveían, sin embargo, comenzaron a surgir críticas como
la de Buridán acerca del movimiento violento, la cual, explicaba dicho movimiento como la
aplicación de una especie de ‘fuerza’ al objeto movido, esa ‘fuerza’ va aumentando y después
disminuyendo en intervalos discretos de tiempo y espacio. De esta manera los medievales
comenzaron a combinar aspectos cuantitativos geométricos a la interpretación del
movimiento.

Por otro lado, las discusiones acerca del aumento y disminución de las cualidades
influenciaron a los escolásticos medievales que comenzaron a pensar que las cualidades
podían disminuirse o aumentarse por una agregación de partes sin afectar las ya existentes,
de esta forma podían ‘medirse’ y ser representadas geométricamente. La concepción del
movimiento entonces, seguía siendo un cambio de lugar, es decir, seguía sujeto a la
interpretación aristotélica, sin embargo, los escolásticos medievales estaban iniciando el
proceso de cambio de los principios explicativos del movimiento, que posteriormente
desembocarían en su medición geométrica.

Sin dichas modificaciones ontológicas, no hubiera surgido el interés por geometrizar


el movimiento ni tampoco las metodologías empleadas para su medición, ya que estos
cambios llevaron a plantearse problemas de la mecánica de forma diferente, lo que llevó a la
invención de nuevas herramientas matemáticas de medición porque con base en ellas, se
había empezado a pensar cómo analizar fenómenos como el movimiento matemáticamente,
lo cual fue de gran importancia porque permitió a los pensadores escolásticos obtener nueva
información acerca del movimiento que no habían considerado, por ejemplo, que un cuerpo
parte de velocidad cero y que ésta va aumentando en intervalos proporcionales de tiempo y
espacio. La creación de estos nuevos métodos de investigación no sólo hizo posible concebir
los problemas del movimiento de una forma diferente a la tradición aristotélica, sino también
representarlos geométricamente y medirlos. Uno de los elementos epistemológicos derivados
de los métodos de investigación, es que permitieron que la conceptualización de movimiento
se hiciera más abstracta1. Se puede ver también un avance en las metodologías de medición,
pues los medievales desarrollaron nuevas herramientas matemáticas para estudiar el
movimiento basadas en la geometría griega, pero comparadas con éstas, los nuevos métodos
de medición integraban más elementos al estudio de la naturaleza, a saber, la cantidad de una
cualidad, el tiempo y la distancia, combinando magnitudes continuas y discretas en las
configuraciones geométricas de Oresme.

Esa nueva metodología que medía geométricamente la cantidad de movimiento hace


una diferencia en cómo se explicaban los fenómenos de la mecánica, pues aunque no se
abandona por completo la explicación del movimiento con base en el sentido común ― cuyo
habito de pensamiento había establecido Aristóteles ― sí había comenzado un interés por
una explicación matemática y más exacta del movimiento. Dicho interés llevó a Oresme a
pensar en las configuraciones geométricas como una representación en abstracto de una
cualidad, i.e., no conocemos la velocidad que recorre un cuerpo así que la representamos
geométricamente. Derivado de los anterior, Oresme pensó cómo eliminar la dificultad entre

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Cuando eliminan el dúnamis aristotélico y la capacidad del aire de mover el objeto. A los pensadores
medievales les interesó medir solamente la cantidad de movimiento con respecto del tiempo y el espacio
recorrido.
lo continuo y lo discreto tratando aritméticamente a las magnitudes geométricas elevándolas
a exponentes fraccionarios, por lo cual, no compara magnitudes geométricas, sino que
encuentra proporciones entre cantidades.

De esta manera queda expresado como el cambio conceptual del movimiento se dio
por la interacción entre los elementos ontológicos y metodológicos, la base fueron los
cambios ontológicos ya mencionados, estos implicarían la creación de nuevas metodologías
para la cuantificación del movimiento. Los principios ontológicos fueron tomados desde la
base de la explicación aristotélica del movimiento que luego fueron modificados por los
escolásticos antes de Oresme. Los cambios metodológicos fueron tomados de la medición
proporcional griega que estaba expuesta en los Elementos de Euclides. Estos dos aspectos
fueron aplicados por Oresme a la cuantificación del movimiento. Ambos elementos
permitieron nuevas concepciones también del tiempo y el espacio – conceptos implicados en
la medición del movimiento –, lo cual, junto con las nuevas formas de estudio permitirían
concebir al movimiento de una forma cuantitativa.

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