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El alma de Adam HaRishón

PREGUNTA: ¿Cómo podemos explicarles a las personas que en realidad existe


una sola alma de Adam HaRishón (el primer hombre)?
RESPUESTA: Existe un deseo de recibir y está lleno de Luz. Este estado es
llamado Ein Sof (Infinito). No hay fronteras, tiene límites; sin importar el tamaño del
deseo, la Luz lo llena al máximo. Esta es la razón por la cual en la espiritualidad
todo se mide no por medio de parámetros cuantitativos, sino cualitativos. Si hay
“un gramo” de deseo, hay “un gramo” de placer que se corresponde con él, y esto
ya es Ein Sof, sin límites, la Luz y el deseo son iguales.

Al mismo tiempo, cuando el deseo de recibir llega a conocerse a sí mismo más


profundamente, descubre dentro de él una mayor intensidad cualitativa hasta que
alcanzar el círculo central llamado el alma de Adam HaRishón. Dentro de mi deseo
de recibir, en mi Maljut, yo obtengo el del cual provine y por qué razón.

Entonces realmente quiero unirme con la Luz, y recibir el alma de Adam HaRishón.

Baal HaSulam nos da el ejemplo del huésped que le dice al anfitrión que quiere ser
como él.

- Bueno, dice el anfitrión, haré eso por ti.

Entonces, el invitado elimina la Luz, pero, de hecho, actúa contra el anfitrión y


comienza a alejarse de él en busca de un estado en el que pueda demostrarse a sí
mismo y al anfitrión que puede ser como él, para demostrarle al anfitrión su
verdadero otorgamiento.

De la misma manera, Adam HaRishón quiso saborear del “árbol del conocimiento”
usando todos los medios posibles, lo cual significa recibir la Luz en sus vasijas de
recepción, con la intención de otorgar. Este fue el “pecado del árbol del
conocimiento”, que es similar a la “ruptura de las vasijas” en el mundo de Nikudim,
pero de una manera más revelada. Aquí ya hay detalles como: “serpiente”, “Eva”, el
“Jardín del Edén”, y “El infierno”, es decir que hay partes enteras del deseo de
recibir cuya esencia y meta ustedes ya la saben. Así que ustedes penetran en la
profundidad del deseo que fue creado por el Creador. Éste se vuelve más
detallado, más claro, más maduro, como una fruta que está madurándose en un
árbol.
Esta fruta promete sabores maravillosos y evoca una gran pasión en ustedes. La
primera probada fue realmente con el fin de otorgar: Adam y Eva recibieron toda la
Luz de Ein Sof, pero aún no tenían el deseo completo con las Reshimot (genes
espirituales) dirigidas hacia este placer. Pero más tarde, cuando las
nuevas Reshimot, los nuevos sabores penetran en el deseo, ellos no pueden
renunciar a la intención egoísta en el segundo intento, o más exactamente, no
pueden evitar caer en la tentación. Después de todo, no existen “circunstancias
restrictivas” en la espiritualidad. Allí todo se resuelve con el deseo, y si yo quiero
robar, robo.

Ahora tenemos que corregir esos deseos, las vasijas. Cuando nosotros las
corregimos, volvemos al alma corregida de Adán HaRishón.

¿Por qué es uno para todos? Esto se debe a que todos alcanzan la unidad con
todos los demás. Después de todo, la corrección es en realidad la conexión con
todos, gracias a la cual yo puedo alcanzar la vasija unida y recibir en ella la Luz
única del alma.

Ustedes no pueden corregirse a sí mismos por separado y dejar que ellos


permanezcan en el “mal”. No hay tal cosa. Yo no me corregiré a mí mismo si no me
conecto con todos y los corrijo a todos.

Por ello, finalmente yo llego a un estado en el que todos están corregidos y


entonces soy llamado “justo completo”, es decir que yo me justifico y me juzgar a
mí mismo y al mundo en la escala de méritos.

Imaginen que alguien que está junto a ustedes, hablando desde su corazón puro,
dice que el mundo entero es bueno y que el Creador es bueno y benevolente y que
el mal simplemente no existe. Ustedes lo miran y no entienden de dónde viene:
“¿Tal vez deberíamos llamar una ambulancia? ¿Es que no ve lo que está sucediendo
en el mundo?” Ustedes no lo entienden, pero él si te entiende; puesto que ya
ascendido por la escalera del alcance espiritual, él alcanza el alma de Adam
HaRishón completa y los ve a todos en Ein Sof. A pesar de que ustedes sienten
nuestro mundo cruel en sus vasijas corruptas, ustedes también están allí.

¿Qué debemos hacer para sentir esto? Sólo una cosa, corregirnos a nosotros
mismos. El mundo no cambia, ustedes cambian, y entonces lo ven de otra manera.
Sólo en su percepción personal interna. Hoy en día ustedes están viendo todo a
través del prisma de sus defectos, así que no vea la verdadera realidad, sino que se
ven a ustedes mismos como son hoy…

(De la lección diaria de Cabalá, ″600.000 almas”, laitman.es)


¿A qué grado necesita llegar el hombre?
Pregunta: ¿A qué grado necesita llegar el hombre para que no tenga que reencarnarse
una segunda vez?

Está escrito en el libro Shaar HaGilgulim (El portal de las transmigraciones) que:
"Todos los hijos de Israel están obligados a reencarnarse hasta que sean completados con
todo el NaRaNJaY. Sin embargo, la mayoría de los seres humanos no tiene todas las cinco
partes llamadas NaRaNJaY, sino solamente Néfesh (lit. alma), la cual es de Asiyá".

Se infiere de aquí, que cada persona necesita corregir solamente su parte y la raíz de su
alma y, no más. Y con eso habrá completado el aspecto que necesita corregir.

El asunto es que nosotros debemos saber que todas las almas se desprenden del alma de
Adam HaRishón, (El Primer Hombre). Ya que luego de haber pecado con el pecado del
árbol del conocimiento, el alma del Adam HaRishón fue fragmentada en seiscientas mil
almas. Esto quiere decir que la única Luz que el Adam HaRishón tuvo en el Gan Éden
(Jardín del Deleite), al cual el Zóhar llama "Zehirá Ilaá” (Luz Superior), se fragmentó
ahora en múltiples partes.

En el libro "Panim Masbirot" (pág. 56), Baal HaSulam escribe: "Después de haber sido
mezclado lo bueno y lo malo (es decir, después del pecado), se formó una gran estructura
de Klipot que tenían el poder de aferrarse a la Kedushá. Y a fin de tener cuidado de ellas, la
Luz de los siete días de la Creación fue dividida en partículas muy pequeñas, de tal manera
que las Klipot no pudiesen succionarlas por causa de su pequeñez.

Esto es semejante a la parábola del rey que quiso enviar una gran suma de dinares de oro a
su hijo que vivía en una ciudad costera. Donde todos los habitantes de dicha ciudad eran
ladrones y embusteros, y al no disponer de un emisario leal. ¿Qué es lo que hizo? Fue y
cambió los dinares en centavos y los envió por medio de un gran número de emisarios, de
tal manera que no sea conveniente para ellos disfrutar del perjuicio del robo, tal que se
corrompan con él, deshonrando a la majestad.

En esta forma, de orden de tiempo en muchas almas, es posible por medio de la iluminación
de los días, esclarecer todas las chispas sagradas que fueron arrebatadas por las Klipot por
causa del pecado del árbol del conocimiento.

Y el secreto de las “grandes almas” se encuentra en el aspecto de la particularidad de las


luces internas, y el aspecto de los “muchos días” está en la particularidad del aspecto de las
luces externas. Y cada uno de los centavos se acumulan en la cuenta de la gran Luz con que
pecó el Adam HaRishón; y entonces será el fin de la corrección.

Lo que se obtiene de esto, es que cada uno nace con tan sólo una pequeña parte del alma de
Adam HaRishón. Y cuando se corrige dicha parte, ya no es necesario reencarnarse
nuevamente. Por eso, una persona no puede corregir solamente aquello que pertenece a su
parte. Sobre esto se encuentra escrito en “El Árbol de la Vida” de HaArí ZaL que: "No hay
un día que sea parecido a otro, o un momento parecido a otro, y no hay una persona que sea
parecida a otra, y la Jelboná (parte del sagrado incienso) corregirá lo que la Levoná, (otra
parte del sagrado incienso) no podrá. Sin embargo, cada uno necesita corregir su parte
correspondiente”.

Solamente que debemos saber, que cada persona que nace tiene un trabajo de elección,
puesto que no hay quien nazca siendo un justo. Tal como dijeron nuestros sabios en (Nidá
16b): “Rabí Janina Bar Papa dijo: ’El ángel encargado de la concepción, cuyo nombre es
Laila (noche), toma una gota y la trae delante del Creador, diciéndole: De esta gota, ¿qué se
hará de ella? ¿Será un héroe o un débil, un sabio o un tonto, un rico o un pobre? Pero él no
pregunta: ¿Será justo o malvado?”.

Es así que de aquí se infiere, que no hay quien nazca siendo justo, puesto que no preguntó:
“¿Será justo o malvado?” Sin embargo esto queda a elección del hombre, cada uno de
acuerdo a su esfuerzo en la Torá y Mitzvot. De esta manera uno se hace digno de purificar
su corazón y corregir el aspecto que le fue impuesto de acuerdo a la raíz de su alma, siendo
entonces él completado.

Sobre Adam HaRishon y Abraham


Zóhar. Las correcciones fundamentales.

Adam fue el primero que descubrió el orden que han de seguir las acciones para alcanzar el
éxito espiritual. Esta sabiduría fue transmitida, a continuación, a sus alumnos de boca a
boca. Y cada uno puede complementar al amigo (Baal HaSulam, artículo La esencia de la
sabiduría de la Cabalá).

Uno: El Creador es Único e incluye en sí la realidad de todos los tiempos. Todo procede de
Él. Es perfecto, a pesar de la observada imperfección de la creación. A esta investigación,
los cabalistas la llaman “Uno”.

El inicio de esta investigación lo realizó Abraham. Él llegó a la conclusión (en El libro de la


Creación) de que no existen dos poderes, el poder del bien y el poder del mal. Todo se
gobierna, solamente, por el bien. (Baal HaSulam, El carácter general de la ciencia de la
Cabalá).

El libro del Zóhar. La introducción (abreviado):

Abraham es la raíz de la misericordia en las almas. De esta forma se corrigió el alma común
(Shejina), haciéndola apta para el llenado por la Luz de la misericordia.

Pero en el caso de que la Luz de la misericordia (Jasadim) se hubiera quedado en las almas
de los alumnos de Abraham (“el pueblo de Israel”, el grupo creado por Abraham), éstos no
habrían podido realizar su deseo de recibir (deleitarse).
Por eso, con la corrección de la misericordia, no está terminado todavía el Pensamiento de
la Creación, porque lo más importante en el Pensamiento del Creador fue deleitar a las
creaciones precisamente por la recepción de Él.

LA VASIJA Y EL PARTZUF

La Vasija y el Partzuf
Regresemos a las fases de la Creación. Las fases del desarrollo de la criatura están divididas
en lo que la Cabalá llama Aviut. El espesor o aspereza del deseo de deleitarse se llama
Aviut. ¿Qué es el espesor o la aspereza? Entre más alejada se encuentra la criatura del
Creador, más deseo siente y más Aviut tiene. Por ejemplo, en la Fase O, Keter, y en la fase
1, Jojmá, no hay (o casi no hay) deseo. Casi no hay aspereza, no hay Aviut. Todo está bajo
el poder del Creador como un bebé recién nacido totalmente dependiente. Pero, en la última
fase, que es la más alejada del Creador, Maljut, la criatura tiene un intenso deseo de recibir.
Es importante recordar que este deseo de recibir lo tiene por decisión propia, por lo tanto es
egoísta, centrado en sí mismo.
La criatura se encuentra ahora en la cuarta fase, Maljut. Como en la primera fase, Jojmá, la
criatura sencillamente recibe y recibe al cien por ciento. Recordarán también que durante la
fase de Jojmá, la criatura también podía sentir los atributos del Creador. Esto es
exactamente lo que ocurre ahora. Maljut empieza a sentir a Aquel que da. Pero esta
sensación de Quien le da el placer es diferente que en la primera fase. Hay una enorme
diferencia entre la Fase 1, Jojmá, y en la Fase 4, Maljut. Maljut es una criatura
independiente, tomando sus propias decisiones de recibir, mientras que en Jojmá, el
Creador lo controlaba todo.
De la combinación de sentir al Creador y habiendo tomado su propia decisión de recibir,
por primera vez tiene una nueva sensación, la vergüenza. Maljut percibe que su atributo de
recibir es totalmente opuesto a la Luz y toma consciencia de su propio egoísmo. No se trata
de una vergüenza normal, como laque sentimos cuando alguien descubre que hicimos algo
malo, sino una vergüenza inmensa, intensa. La vergüenza es tan fuerte que Maljut decide
dejar de recibir la Luz y es exactamente lo que hace.
Al rechazo de la Luz por parte de Maljut se le llama la Primera Restricción. Restricción en
hebreo es Tzimtzum. Las letras hebreas representan también a los números, por lo que 1 es
Alef, o “primero”. Así es que la Cabalá llama a esta acción Tzimtzum Alef. Una vez más,
todo está en equilibrio, pero hacia atrás, ya que Maljut no recibe y el Creador no da.
En este momento, ya sé que ustedes piensan, “¡Ya va a empezar!” Pero, les aseguro que la
ayuda viene en camino. Si intentamos imaginar la escena, aparecerá una especie de
monstruo enorme de deseo, queriendo, queriendo, queriendo más y más, pero no puede
tomar lo que desea debido a la tortura que siente esta pobre y miserable bestia cada vez que
recibe.
Nuestra criatura lo piensa detenidamente, llegando por fin a una conclusión. Seguirá el
ejemplo del huésped y el anfitrión. Maljut puede rechazar toda la Luz que llega porque no
quiere sentirse receptor. Entonces, determina la condición para aceptar una porción de la
Luz, no para su propio deleite, sino porque desea complacer al Creador, ya que sabe que el
Creador desea complacerlo.
Recibir de esta forma es como dar, entonces Maljut se encuentra ahora en el papel del que
da. Recuerden, Maljut primero rechaza todo, después calcula qué tanto puede recibir para
dar al Creador. Únicamente después de hacer este cálculo, Maljut puede aceptar una
cantidad minúscula de Luz y por supuesto, sólo con la intención de complacer al Creador.

¿Qué es lo que podemos deducir de lo anterior? Lo que hemos descrito antes es el


nacimiento del deseo. Si un verdadero deseo va a tomar vida, vemos que la Luz necesita
pasar por cuatro diferentes fases. No contamos la fase de la Raíz. Esto es exactamente lo
que pasa con cada deseo que experimentamos. Antes que percibamos los deseos en nuestro
interior, ocurre este proceso exacto atravesando por todas las fases de desarrollo de la Luz
que viene del Creador hasta que al fin, la sentimos. Es totalmente imposible que aparezca
un deseo sin que primero haya Luz. Esto es muy importante: Primero llega la Luz, después
el deseo.
Ahora veamos la estructura de la criatura, tal como se encuentra en Maljut, la Fase 4. La
criatura es la vasija. En el diagrama que sigue están los diversos tipos de Luz. La Luz
Directa, Luz que brilla directamente del Creador y que se llama Ohr Yashar. La Luz que la
criatura, Maljut, inicialmente rechaza se llama Ohr Jozer. También se le conoce como Luz
Retornante, que la pantalla no deja pasar.
Finalmente, la Luz que Maljut determina que puede dejar pasar, porque la fuerza de la
pantalla es lo suficientemente fuerte para que pueda aceptar para el Creador, se llama La
Luz Interna, Ohr Pnimi. Nos ocuparemos de la Luz Circundante que la Cabalá llama Ohr
Makif más adelante. Estudien este diagrama hasta que se familiaricen con los términos y lo
que representan.
Diagrama 3. La vasija
¿Recuerdan nuestra historia sobre el huésped y el anfitrión? Cuando el huésped se
encuentra frente al anfitrión y la mesa servida con estos manjares deliciosos, al principio
rechaza todo, después decide comer un poco para complacer al anfitrión aunque le gustaría
devorar todo. Lo anterior significa que uno debe utilizar sus deseos egoístas pero de manera
altruista. Una vez que el huésped empieza a considerar la situación, comprende que no
puede aceptar toda la cena por el anfitrión; sólo puede aceptar una pequeña porción.
Nuestra criatura aplica exactamente el mismo concepto después de hacer el Tzimtzum Alef,
la Primera Restricción. Recuerden que debido a la tremenda vergüenza de Maljut después
de recibir el cien por ciento de la Luz, hizo Tzimtzum Alef y no tomó nada. Pero si acepta
la idea anterior, tomará tan sólo una pequeña porción de la Luz, digamos el veinte por
ciento y rechazará el restante ochenta por ciento.
Ahora veamos a la criatura que se encuentra en el momento que decide tomar únicamente
la cantidad de Luz que puede recibir para el Creador. Llamamos a la combinación de una
vasija y la Luz, un Partzuf, un ser emanado, una criatura que ha tomado la decisión de
restringir todo que lo que no pueda tomar con la intención de complacer al Creador. Como
con todos los nombres anteriores, Partzuf es el nombre de un estado de la criatura, pero un
estado muy importante.
La Cabalá divide el Partzuf en tres áreas generales: el Rosh, el Toch y el Sof. La parte del
ser creado que decide que tanta Luz aceptar en su interior para el Creador se llama Rosh
(Cabeza). Piense en esta parte como la que calcula, el elemento que verifica los datos y
determina lo que puede aceptar a partir de la información. La parte que acepta la Luz se
llama Toj (la parte interna). La última parte, que permanece vacía, se llama Sof (Fin). Este
es el sitio en donde el ser creado realiza una restricción y ya no acepta la Luz.
Diagrama 4. El Partzuf
Podemos observar que dentro de cada parte general, hay subdivisiones que corresponden al
conjunto de las cinco fases de la Creación, Keter, Jojmá, Bina, Zeir Anpin y Maljut. Cada
parte del Partzuf tiene dentro de sí un poco de la imagen total.
Este hecho será muy importante más adelante, pero por ahora, es bueno recordar que todas
las cosas contienen todas estas partes. No importa cuánto podamos fraccionar cualquier
parte, siempre va a contener estas partes interiores, hasta el infinito.
En lo que respecta a los nombres de las cosas, la Cabalá utiliza diversos nombres de partes
del cuerpo humano para designar diferentes partes de la creación. No existen términos,
etiquetas o números en los mundos espirituales. Es sin embargo más sencillo y más
comprensible utilizar palabras.
Los cabalistas han elegido expresarse en un lenguaje sencillo porque todo en nuestro
mundo proviene de los mundos espirituales, correspondiendo a las conexiones directas que
descienden de Arriba. Estas conexiones bajan de un objeto espiritual a un objeto en nuestro
mundo. Todo lo que tiene un nombre en nuestro mundo; podemos tomar el nombre de un
objeto de nuestro mundo y utilizarlo para designar el objeto espiritual que lo engendra.
Ninguno de los textos auténticos de Cabalá menciona nuestro mundo, ni una sola palabra,
aunque se utilice el lenguaje de nuestro mundo. Cada objeto de nuestro mundo se refiere a
un objeto igual en los mundos espirituales, pero la Cabalá únicamente habla sobre
espiritualidad. Así es que cuando hablamos de la parte del Partzuf que es responsable de
pensar en el cálculo y análisis de los datos se le llama Cabeza, o Rosh.
La pantalla, el Masaj, se encuentra entre el Rosh y el Toj en un lugar llamado la Boca o
Peh. Esta parte en donde la Luz puede penetrar se llama Cuerpo, o Guf. Hay una parte
donde la Luz no puede pasar porque la criatura ha determinado aceptar una determinada
cantidad. A esta parte se le llama Sof. La parte que divide Toj y Sof en el Guf se llama
Tabur, u ombligo en español. La parte más baja del Partzuf en donde la Luz no puede entrar
absolutamente se llama Sium que quiere decir conclusión. Toda la criatura se llama Maljut.
Tomemos el ejemplo de una piedra en nuestro mundo. Hay una Fuerza Arriba que genera
esta piedra: por lo tanto se llamará “piedra”. La única diferencia es que “la piedra
espiritual” es una raíz espiritual dotada de atributos específicos que a su vez es igual a una
rama en nuestro mundo, etiquetada como “piedra” un objeto material. Así fue creado el
lenguaje de las ramas. Por medio de nombres, denominaciones y acciones de nuestro
mundo, nos podemos referir a elementos y acciones de los mundos espirituales. Así, como
es arriba, es abajo.
Partzuf espiritual (1)
Un Partzuf espiritual es una manifestación de mi actitud (o deseo) que
está enfocada en mi prójimo. “El prójimo” es o alguien que uno siente dentro
de sí tras corregir su actitud o es el Creador mismo.

Un Partzuf refleja el grado de mi otorgamiento y su “forma”. Todos


los Partzufim (Aba, Ima, YESHSUT. Tvuna, ZeirAnpin, Nukva, Atik, ArijAnpin)
denotan varias formas de relaciones y diferentes sistemas de conexión.

Un Partzuf es un sistema de conexiones entre el Creador y la creación. El Creador


es llamado Ketery la creación Maljut. El resto de las Sefirot corresponden a las
propiedades de otorgamiento que vienen del Creador; la tarea de la creación es
adquirir (copiar) esas propiedades. Una forma especial de conexión que es impresa
en una instantánea llamada un Partzuf. Es un tipo único de relación entre la fuerza
que da y el recipiente, es decir, ya sea entre dos personas, o entre una persona y el
Creador.
A partir de Su deseo general de dar, el Creador nos transfiere ocho efectos: Jojma,
Bina, Jesed, Gevurá, Tifferet, Netzá, Jod, y Yesod. Nuestras propiedades
personales y el deseo de recibir nos permiten percibir Su otorgamiento al nivel de
la última Sefirá (Yesod), la cual es el lugar de reunión de todas las cualidades
otorgantes. Después de alcanzarlas; actuamos en correspondencia.

Nos sentimos a nosotros mismos y a nuestros deseos de recibir placer como


placenteros o no placenteros. Si nos sentimos mal, significa que todo el sistema
actúa de una manera que no nos permite rastrear quién es responsable en
particular por nuestro dolor. Nos parece que todos nuestros sufrimientos son culpa
de otros, y de pronto, descubrimos el mundo entero a nuestro alrededor.

Si uno comienza a corregirse a sí mismo al hacer un esfuerzo por justificar al


Creador, o uno trata de amar a su prójimo, y mediante hacer eso alcanza al Creador
(es decir que uno establece las relaciones correctas con el mundo externo),
entonces uno descubre que todo está arreglado previamente sólo para su propio
beneficio. Uno comienza a cambiarse a sí mismo de manera que en cada momento
de su vida pueda considerar a todos como maravillosos, amables, positivos.

Para ello, uno necesita constantemente cambiarse a sí mismo; esto eventualmente


lo corregirá. Si queremos ver el mundo como un lugar perfecto, tenemos que
cambiarnos perpetuamente y corregir nuestro egoísmo para que sea adecuado para
una nueva percepción del mundo. Esto es llamado “Amar a mis amigos”:
Continuamente nos esforzamos por mantener relaciones armoniosas, amables, y
atentas con otros, lo cual eventualmente nos llevará al Creador. Este mecanismo
constantemente nos cambia. Uno sigue continuamente alterándose internamente,
pero al mismo tiempo, uno debe retener la visión de sus amigos como grandes. Si
logra actuar así, uno ciertamente se auto corrige.

Esta es la manera en que uno trabaja en la estructura, en su Partzuf, el cual lo


conecta con el Creador. No es perfecto por ahora, así que uno no siente una
conexión recíproca dentro de su estructura como entre dos personas que están
enamoradas entre sí: “Yo soy por mi amado, y Él se esfuerza por estar conmigo”.
Sin embargo, uno tiene que crecer en esta condición.

Miren las grandes oportunidades para trabajar que el grupo y el entorno nos dan.
Es totalmente suficiente si nos revisamos perpetuamente al preguntar, “¿qué
pienso de ellos? ¿Cómo apoyo a mis amigos? ¿Cómo me conecto con ellos?
¿Realmente estamos juntos o no?”

Todo está justo frente a nosotros; no hay duda de que está orientado directo al
Creador. Sucede automáticamente, ya que Él está detrás de todo. Uno puede
confiar totalmente en este hecho; no hay necesidad de revisarlo. Por supuesto, uno
tiene que mantener la dirección correcta hacia el Creador, ya que la acción final
está ya incluida en el pensamiento inicial, así que tenemos que dirigirnos hacia el
Creador en primer lugar. Sin embargo, tenemos a nuestra disposición una
herramienta de medición maravillosa que claramente nos demuestra lo que se
supone que hagamos en nuestro estado actual.

(De la tercera parte de la Lección diaria de Cabalá "El Estudio de las Diez
Sefirot", laitman.es)

Reshimu (2)
Impresión

El reshimu es la impronta residual que quedó de la luz infinita que Di-s "retiró"
de la Creación por medio del proceso de tzimtzum. Al contrario del reshimu
resultante de la luz Divina infinita y el plan Divino de la creación que quedó en el
avir Kadmón, como ya se mencionó, en el caso que aquí nos ocupa el reshimu es
suficientemente "débil" y virtualmente "invisible" ("no existente") como para
permitir la existencia de una realidad independiente a la cual sirve como
"trasfondo" Divino.

El reshimu es comparado a la fragancia del vino que queda en la copa, después


de haberla vaciado.

Para meditar y experimentar:

El reshimu es la conciencia de saber que hemos "olvidado", es el conocimiento


que incita a buscar lo que se ha perdido, la percepción de que Di-s está "jugando"
con Su creación, por así decirlo, el juego Divino de "las escondidas". Una
melodía olvidada que resuena en el fondo de nuestra mente y aunque no se la
puede recordar se la busca constantemente; siempre que se oye una nueva
melodía, que podría ser la que buscamos, el reshimu nos dice que no es ella.

A menudo el reshimo se lo cita como el mivel de la luz trascendente de Di-s


(sovev kol almin) luego del tzimtzum inicial. Como una etapa intermediaria entre
la verdadera luz trascendente (previa al tzimtzum) y la luz inmanente (memale kol
almin, que aparece luego del tzimtzum, en la forma de kav, como se explicará), el
reshimu es denominado como "el que abarca todos los mundos" (sovev kol
almin). Es el poder inherente en la unicidad Divina capaz de "albergar"
("sustentar") la pluralidad de la existencia finita.

Es el reshimu el origen primario de los "recipientes", la "materia" de todos los


mundos. Es el primero, absolutamente abstracto "cuerpo" de la realidad. Así
como Adam fue creado primero como un cuerpo sin vida, "polvo de la tierra",
antes de que Di-s sople en sus narices el aliento de vida, similarmente la
existencia del reshimu precede la entrada de la kav, como será explicado.

Olam haMalbush (3)


Etapas del Proceso Creativo: Kadmón
Si Ein Sof, literalmente “sin fin“, se refiriese a la esencia de Di-s, sería más apropiado el
nombre Ein Tejiláh, es decir “sin comienzo” (ya que “sin fin” implica que existe algo que
lo precede, un “comienzo”, pero evidentemente no existe nada que preceda a Di-s). Sin
embargo, la luz infinita que emana de la esencia misma de Di-s, tiene un principio (la
esencia de Di-s), pero no un fin.
El Primordial
Kadmón es el tercero de los tres niveles generales de la esencia Divina en la vida (Yajid,
Ejad, Kadmón). Estos niveles preceden al comienzo del proceso creativo propiamente
dicho (el tzimtzum).

Este nivel surge como consecuencia inmediata de las dos etapas previas, Ana Emloj y Ein
Sof, antes descritas. En palabras del Zóhar (el pasaje de apertura):

“En el inicio del “decreto” del Rey, Él hizo un grabado en el brillo superior“.

“El inicio del decreto del Rey” se refiere al pensamiento y el deseo de Ana Emloj. “El
brillo superior” (tehiru ilaá) es el nivel de Ein Sof, descrito anteriormente. El “grabado”
dentro del brillo superior alude al nivel de Kadmón.

Este es el nivel al cual se refieren los escritos de los discípulos del Arizal como Olam
haMalbush (“El mundo de las Vestimentas”). Olam haMalbush es una expresión
figurativa que se usa para referirse al “súper plan” Divino para toda creación antes del
tzimtzum de la luz infinita de Di-s. (Tehilim 104:2: “Él envuelve Su luz como una
vestimenta”). El deseo de Di-s de gobernar parece estar “envuelto” (como por una
vestimenta) por este “súper plan” Divino (tal como el deseo más íntimo en el corazón del
hombre está envuelto por su plan consciente de cómo llevar a cabo su voluntad).

Este “súper plan” de creación es lo que en el Séfer Yetziráh se describe como Relá
Shearim (“231 Portales”).
Relá Shearim son las 231 posibilidades de combinaciones (no idénticas) de dos letras.
Estas combinaciones se generan de las 22 letras del alfabeto hebreo (de acuerdo a la
expresión matemática 22×21/2).

Cada combinación (“portal”) tiene dos permutaciones:

“Directa” (cuando la primera letra de la permutación está antes de la segunda según el


orden del alefbet) e “inversa”. Estas 462 permutaciones constituyen la totalidad de
subraíces de dos letras que se encuentran en el idioma hebreo.

En el Séfer Yetziráh, Relá Shearim están dispuestos en una serie de 22 alef-bet (ver Jilufei
Otiot).

El nivel de Kadmón en Jasidut, es dilucidado en la frase: “El concibió dentro de Sí mismo


en potencia todo lo que estaba destinado a volverse real”.

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Adam Kadmón
"El Hombre Primordial"
Dos etapas de Adam Kadmón: El plan y la voluntad específicos de Di-s de
emanar los "mundos"; las luces que emanan de los "oídos", la "nariz" y la
"boca" de Adam Kadmón.

Adam Kadmón (abr. Ak) es el primer partzuf (1) que se vuelve manifiesto en
el jalal (vacío) que resulta del tzimtzum (contracción) de la Luz Infinita de Dios
(Or Ein Sof).

Es emanado por el kav (rayo de luz Divina) que impregna inicialmente el jalal.
Su emanación tiene lugar en dos etapas, primero en forma de diez "círculos
concéntricos" (igulim) que son irradiados desde el kav y luego con la forma de un
ser (que para poder comprender sus características se "asimila a un ser humano")
que se "inviste" en el kav.

Para meditar y experimentar:

Adam Kadmón es una luz Divina pura, no posee recipientes. Su extensión dentro
del jalal está limitada por el poder del reshimu (2) y por el poder limitado
inherente de su propia luz (el potencial de la luz de crear recipientes).

Adam Kadmón es la manifestación posterior al tzimzum de la voluntad específica


y el plan bien definido de Di-s (al contrario de olam hamalbush (3) previo al
tzimtzum) de emanar el mundo Divino de Atzilut y crear los tres mundos
inferiores de Beriá, Ietzirá y Asiá (en adelante Abi"a).

Así, en relación a los cuatro mundos Abi"a, que corresponden en general a las
cuatro letras del Nombre de Dios Havaiá, a las cuatro sefirot jojmá, biná, tiferet
y maljut, o a los cuatro niveles inferiores del alma jaiá, neshamá, ruaj y nefesh,
Ak corresponde al kotzó shel iud (la punta superior de la letra iud), la sefirá de
keter y el nivel de iejidá del alma. La voluntad creadora Divina inherente en Ak
corresponde a la moja stimaa (el "cerebro oculto") del keter.

Las dos palabras que forman el nombre de Adam Kadmón aluden a su paradójica
naturaleza de ser, por un lado es un ser creado, Adam, y por el otro una
manifestación de la Divinidad primordial, Kadmón.

Para meditar y experimentar:

Por esta razón, a menudo a Adam Kadmón se lo ve como representando el alma


arquetípica del Mashíaj, la iejidá general de todas las almas de Israel, la "corona"
última de toda la Creación de Dios, el "intermediario" Divino que revela la
infinitud primordial en la finita realidad creada.

Adam Kadmón
Adam Kadmón del hebreo ‫ ןומדק מדא‬y este a su vez del arameo - Hombre de la tierra,
significa "Hombre Primordial" en los textos cabalísticos, comparable al Anthropos del
gnosticismo, sin embargo, en cábala luriánica, Adam Kadmón tiene un estatús más elevado
equivalente al Purusha en los Upanishads. Es la sintesis del Árbol de la vida que emana del
Ain Sof.

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