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Evolución de Derechos Humanos
Evolución de Derechos Humanos
Antecedentes remotos
Uno de los documentos más antiguos que se han vinculado con los derechos humanos es el Cilindro de Ciro,
que contiene una declaración del rey persa Ciro el Grande tras su conquista de Babilonia en 539 a. C. Fue
descubierto en 1879 y la ONU lo tradujo en 1971a todos sus idiomas oficiales. Puede enmarcarse en una
tradición mesopotámica centrada en la figura del rey justo, cuyo primer ejemplo conocido es el rey Urukagina,
de Lagash, que reinó durante el siglo XXIV a. C., y donde cabe destacar también Hammurabi de Babilonia y
su famoso Código, que data del siglo XVIII a. C. No obstante, el Cilindro de Ciro presenta características
novedosas, especialmente en lo relativo a la religión. Ha sido valorado positivamente por su sentido
humanista e incluso se lo ha descrito como la primera declaración de derechos humanos. Numerosos
historiadores, sin embargo, consideran que el término es ajeno a ese contexto histórico.
Documentos medievales y modernos, como la Carta Magna inglesa, de 1215, y la mandinga Carta de
Mandén, de 1222, se han asociado también a los derechos humanos. En contra de esta idea, José Ramón
Narváez Hernández afirma que la Carta Magna no puede considerarse una declaración de derechos
humanos, ya que en esta época existen derechos pero sólo entre iguales, y no con carácter universal: 29 no
se predica la igualdad formal de todos los seres humanos. Lo mismo sucedía en el Imperio de Malí, cuya
constitución oral, la Kouroukan Fouga, refleja cómo la población se estructuraba según su tribu de origen.
Estas consideraciones son extrapolables a documentos como la Bula de Oro de Andrés
II en Hungría en 1222; la Confirmatio fororum et libertartum de 1283 y el Privilegio de la Uniónde 1287,
de Aragón ambos; las Bayerische Freiheitsbriefe und Landesfreiheitserklärungen desde 1311 o la Joyeuse
Entrée de Brabantede 1356. En todos estos casos, los derechos y libertades reconocidos pertenecen al
ámbito de los pactos entre el monarca y los estamentos del reino: no se trata, en suma, de derechos
humanos; sino de derechos corporativos o privilegios.
De manera formal se establece de que son tres los documentos precursores de los Derechos Humanos,
estos son:
1. La Carta Magna
La carta magna (de charta magna "volumen principal, escrito señalado" en latín) es uno de los antecedentes
de los regímenes políticos modernos en los cuales el poder del monarca o presidente se ve acotado o
limitado por un consejo, senado, congreso, parlamento o asamblea. También es constitucionalismo clásico.
La carta magna tiene su origen en Inglaterra, donde era conocida como Magna charta libertatum (Carta
magna de las libertades). Fue un documento aceptado por el rey Juan I de Inglaterra, más conocido como
Juan sin Tierra (originalmente Sans-Terre en francés, Lackland en inglés) ante el acoso de los problemas
sociales y las graves dificultades en la política exterior. Fue elaborada después de tensas y complicadas
reuniones en Runnymede. Después de muchas luchas y discusiones entre los nobles de la época, la Carta
Magna fue finalmente sancionada por el rey Juan I en Londres el 15 de junio de 1215. Los nobles normandos
oprimían a los anglosajones y éstos se rebelaron en contra de los primeros.
Sin embargo, procesos similares se habían producido con anterioridad en la Península Ibérica, en las Cortes
de León de 1188 o en las Cortes Catalanas de 1192. Entre otras cosas exigidas, se pedía el favor de no
pervertir el derecho; y se formó el derecho al debido proceso; también se separó la iglesia del estado.
Fue comparada con la Bula de Oro de 1222 sancionada por el rey Andrés II de Hungría. Similares
circunstancias obligaron al monarca húngaro a elaborar un cuerpo legal donde otorgaba privilegios a la
nobleza y reducía los del rey, convirtiéndose así la Carta Magna y la Bula de Oro de 1222 en los dos
documentos más antiguos que fungieron como antecedentes para los sistemas políticos modernos y
contemporáneos.1
2. El Hábeas corpus
El hábeas corpus es una institución jurídica que persigue "evitar los arrestos y detenciones arbitrarias". Se
basa en la obligación de presentar a todo detenido en un plazo preventorio ante el juez, que podría ordenar
la libertad inmediata del detenido si no encontrara motivo suficiente de arresto.
Este término proviene del latín hábeās corpus [ad subiiciendum] ‘que tengas [tu] cuerpo [para exponer]’,
"tendrás tu cuerpo libre", siendo hábeās la segunda persona singular del presente de subjuntivo del verbo
latino habēre (‘tener’). O puede ser llamado igualmente como "cuerpo presente" o "persona presente".
También puede decirse que tutela los derechos fundamentales derivados de la vida y la libertad frente a
cualquier acto u omisión de cualquier autoridad, funcionario o persona que pueda vulnerar dichos derechos.
La palabra persona libre incluía a cualquier niño o adulto, hombre o mujer, sea uno o sean varios, que
eran sui juris, deduciéndose de aquí que este remedio era para devolver la condición de persona libre a
aquella a quien se hubiese intentado convertir en esclavo sin motivos legales; es decir, que con
este interdicto ya se devolvía la libertad a aquellos a quienes se les privaba de ella con una esclavitud ilegal.
Su adopción en Inglaterra
El primer documento que establece la necesidad de justificar la detención de un súbdito -bajo las
restricciones siguientes: mediante un proceso público, controlado y solo por voluntad del Monarca- fue
la Carta Magna, conocida como Magna Carta Libertatum, elaborada después de tensas y complicadas
reuniones en Runnymede (Surrey) entre nobles normandos y la realeza inglesa. Después de muchas luchas
y discusiones, entre los nobles de la época, la Carta Magna fue finalmente sancionada por el rey Juan I o
Juan Sin Tierra, en Londres el 15 de junio de 1215.
El primer registro del uso de este recurso contra una autoridad establecida data de 1305 durante el reinado
de Eduardo I de Inglaterra, cuando se exigió al rey que rindiera cuentas de la razón por la cual la libertad de
un sujeto era restringida donde quiera que esta restricción se aplicara.
Más tarde se convertiría en la ley del Hábeas Corpus de 1640, aunque no sería hasta la ley del Hábeas
Corpus de 1679 que se establece los procedimientos correspondientes. La institución del Hábeas corpus
estaba concebida como una forma de evitar agravios e injusticias cometidas por los señores feudales contra
sus súbditos o personas de clase social inferior.1
Su adopción en España
Véase también: Manifestación de personas
Aparece en el derecho histórico español como el denominado «recurso de manifestación de personas»
del Reino de Aragón en el Fuero de Aragón de 1428, y en las referencias que sobre presuntos supuestos de
detenciones ilegales se contienen en el Fuero de Vizcaya de 1527.
La Carta de derechos o Declaración de derechos (en inglés Bill of Rights) es un documento redactado
en Inglaterra en 1689, que impuso el Parlamento inglés al príncipe Guillermo de Orange para poder suceder
al rey Jacobo.
El propósito principal de este texto era recuperar y fortalecer ciertas facultades parlamentarias ya
desaparecidas o notoriamente mermadas durante el reinado absolutista de los Estuardo (Carlos II y Jacobo
II). Constituye uno de los precedentes inmediatos de las modernas «Declaraciones de Derechos»,
incluyendo:
Historia
En la lenta evolución de los Derechos Humanos en la historia, es a partir del siglo XVII cuando empiezan a
contemplarse declaraciones explícitas con base en la idea contemporánea del “derecho natural”. Inglaterra
incorpora en 1679 a su constitución la Habeas Corpus Act (Ley de hábeas corpus) y la Bill of
Rights (Declaración de Derechos) en 1689. En Francia como consecuencia de la Revolución francesa, se
hace pública, en 1789, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
En 1927 el Convenio de Ginebra prohíbe la esclavitud en todas sus formas. Los llamados “Códigos de
Malinas” que abarcan la Moral Internacional (1937), Relaciones Sociales (1927), Relaciones Familiares
(1951) y el Código de Moral Política (1957), son intentos parciales de la conciencia pública por regular una
seguridad mínima de respeto al individuo, habitualmente ignorado por los Estados. Como consecuencia de
la Primera Guerra Mundial la Sociedad de Naciones impulsó los Convenios de Ginebra sobre seguridad,
respeto y derechos mínimos de los prisioneros de guerra, y en 1948 tras la Segunda Guerra Mundial,
la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el documento titulado “Declaración Universal de
Derechos del Hombre”, conjunto de normas y principios, garantía de la persona frente a los poderes públicos.
Proceso de elaboración
En virtud del artículo 68 de la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo Económico y Social de las Naciones
Unidas creó la Comisión de Derechos Humanos. A este organismo, formado por 18 representantes de
Estados miembros de la ONU, se le encomendó la elaboración de una serie de instrumentos para la defensa
de los derechos humanos. Dentro de la Comisión se creó un Comité formado por ocho miembros, que
serían Eleanor Roosevelt (nacional de Estados Unidos), René Cassin (Francia), Charles Malik (Líbano), Peng
Chun Chang (China), Hernán Santa Cruz (Chile), Alexandre Bogomolov/Alexei Pavlov (Unión Soviética), Lord
Dukeston/Geoffrey Wilson (Reino Unido) y William Hodgson (Australia). Fue también de especial relevancia
la intervención de John Peters Humphrey, de Canadá, director de la División de Derechos Humanos de la
ONU.
El proyecto de Declaración se sometió a votación el 10 de diciembre de 1948 en París, y fue aprobado, por
los que entonces eran los 58 Estados miembros de la Asamblea General de la ONU, con 48 votos a favor y
las 8 abstenciones de la Unión Soviética, de los países de Europa del Este, de Arabia Saudí y de Sudáfrica.
Además, otros dos países miembros no estuvieron presentes en la votación.
Estructura y contenidos
Artículos 1 y 2
Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza,
color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la
condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto
si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o
sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Artículos 3 al 27
Los derechos quedan enunciados en los artículos del 3 al 27, y pueden clasificarse, según René
Cassin, como sigue:
Los artículos del 3 al 11 recogen derechos de carácter personal;
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas
en todas sus formas.
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su
culpabilidad[...]
Los artículos 12 a 17 recogen derechos del individuo en relación con la comunidad;
Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.
Los artículos 18 a 21 recogen derechos de pensamiento, de conciencia, de religión y libertades
políticas
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la
libertad de cambiar de religión o de Creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia,
individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la
observancia.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser
molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas,
sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Y los artículos 22 a 27 derechos económicos, sociales y culturales.
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud, el
bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica [...]
Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la
instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria [...]
Artículos del 28 al 30
Recogen las condiciones y límites con que estos derechos deben ejercerse.
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.
Clasificación generacional
Aunque la mayoría de las doctrinas jurídicas distinguen varias generaciones de derechos humanos, existen
múltiples y diferentes clasificaciones. Todas suelen coincidir al describir la primera generación, pero posteriormente
se ramifican y se vuelven más complejas. Además, existen al menos dos concepciones de esta visión
generacional. Para una de ellas, son expresión de una racionalidad que se realiza progresivamente en el tiempo;
para otras, cada generación de derechos humanos es expresión de una racionalidad diferente y puede entrar en
conflicto con las demás. Por otra parte, existen posiciones que evitan pronunciarse acerca categorías de derechos
humanos y más bien tienden a enfocarlos como un sistema unitario.
Cada nueva generación, que se clasifica cronológicamente en relación con las anteriores, ha sido objeto de
críticas. Si ya los derechos de la primera generación fueron criticados, también sucedió con los derechos de la
segunda durante el siglo XX, si bien en la actualidad la casi totalidad de los juristas los aceptan. Hoy en día es
objeto de debate la existencia de una tercera generación de derechos humanos ya que, tanto desde el punto de
vista jurídico como político, se critica la indeterminación de esta categoría y su difícil garantía. No obstante estas
objeciones, existen teorías que hablan de cuatro e incluso cinco generaciones de derechos humanos.