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Ulises Sosa Salinas
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Dr. Ulises Sosa Salinas
Dr a. Anabel Placeres Mompeller
Esp. de I G r ado en M. G. I.
PROLOGO
He aquí donde este insustituible libro del Dr. Sosa viene como anillo al dedo para toda
persona interesada en esta temática. O sea, padres, maestros, trabajadoras de Círculos
Infantiles, abuelos, médicos de familia, en fin, todo aquel que tenga relación directa o
indirecta con un niño en crecimiento.
Este manual del Profesor Sosa Salinas, quien dedicó más de 25 años de su carrera
profesional al tratamiento ortopédico de niños, está escrito en un lenguaje ameno y asequible
a todos. Posee la rara virtud de interesar desde sus primeras líneas y enseñar en toda su
extensión. La manera didáctica y sintética de su lenguaje; lo científico y profesional de su
contenido y lo original y actualizado de sus normas profilácticas, lo hacen imprescindible a
médicos y personal de la salud.
Recomendamos encarecidamente este pequeño pero gran libro y esperamos que su lectura
y el aprendizaje de su contenido, logren evitar las frecuentes deformidades infantiles en las
futuras generaciones de nuestra provincia y de nuestra Patria.
Dr. Ezequiel Bueno Barreras
Jefe de Grupo Provincial de
Ortopedia y Traumatología
Jefe de Cátedra y Prof. Titular
de Ortopedia y Traumatología.
ISCM, Camagüey
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La verdadera medicina no es aquella
que cura, sino la que precave...
J osé Martí
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I N T R O D U C C I O N
Hace algún tiempo publicamos un pequeño artículo sobre la profilaxis de las deformidades
infantiles (1) . En él se planteaba la necesidad de confeccionar un folleto destinado a las
futuras madres, donde se analizaran conceptos preventivos de las deformidades en los niños.
En 1997 publicamos un folleto con la misma temática titulado “Cómo evitar las
deformidades infantiles” cuya difusión se concretó, fundamentalmente, a la ciudad de La
Habana (2) .
Por todo ello, hemos decidido redactar este pequeño manual de profilaxis, vertiendo en él la
experiencia de más de 25 años atendiendo niños y, por supuesto tratando con padres,
madres, abuelitas y profesores quienes, la mayor parte de las veces, son magníficos aliados
del médico, pero que en algunas ocasiones, inadvertidamente, pueden constituir un
obstáculo para la recuperación del paciente. Dedicando esta edición, fundamentalmente, al
pueblo de Camagüey, cuna de su confección.
El símbolo clásico de la Ortopedia, o sea, la imagen del árbol torcido atado con una cuerda a
una estaca vertical y rígida, resume gráficamente los dos principios básicos de nuestra espe
cialidad: cuidar la dirección normal del cuerpo durante el crecimiento del individuo joven, y
en los incapacitados, efectuar la terapéutica de sostén correspondiente.
Es para mí un agradable deber expresar, en esta ocasión, mi profundo reconocimiento a los
que me han alentado y ayudado en esta empresa: recordando en primer lugar al Dr. Ulises
Sosa de Quesada, padre, amigo y maestro, a mis colegas, los Dres. Ezequiel Bueno, Eugenio
Rodríguez y Luis Martínez, Anabel Placers, William Porres y los licenciados Jorge Santos,
Enrique Henquén y Mirta Reyes, quienes han tenido una activa participación en la
confección de este libro.
Finalmente, quisiera que se comenzara la lectura de los capítulos siguientes recordando
aquel antiguo refrán popular en el que padres y ortopédicos debiéramos meditar: "Arbol que
crece torcido, jamás su tronco endereza".
El Autor.
(1)
Profilaxis de las deformidades ortopédicas infantiles.
Aspecto médicosocial. Revista de Ciencias Médicas Camagüey,
41, EneroJunio 1988:7781.
(2)
Cómo evitar las deformidades infantiles, Ed. Academia, La Habana, 1997.
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El viejo aforismo de que "prevenir es mejor que curar" tiene en las afecciones ortopédicas
infantiles, una real aplicación. No fue hasta el triunfo de la Revolución que se comenzaron a
tomar serias medidas tendientes a prevenir, mediante una correcta educación del pueblo,
algunos aspectos básicos y fundamentales de las deformidades infantiles.
Existen innumerables mitos y falsas creencias muy arraigadas y ya tradicionales en la
población, principalmente en la rural, relacionadas con el desarrollo músculoesquelético
normal del niño. Es más fácil que una madre consulte al ortopédico porque su hijo tiene 14
meses y no camina, que si tuviera 5 o 6 y ya se sostuviera en actitud erguida. Ellos entienden
que caminar prematuramente es mejor para su desarrollo y por supuesto, para el estímulo de
su ego paterno o materno; y cuando un bebito normal no se comporta de acuerdo con sus
erróneos criterios, lo fuerzan a sostenerse en pie e incluso lo caminan sujetándolo por la
manitas. Después, meses más tarde, acuden alarmados al especialista porque notan ciertas
deformidades en sus miembros inferiores.
MEDIDAS PROFILACTICAS GENERALES Y ESPECIFICAS
Se entiende por profilaxis: "El conjunto de medios que sirven para preservar de
enfermedades al individuo o a la sociedad, tratamiento preventivo”. La prevención de las
afecciones ortopédicas infantiles es tan importante, que debiera comenzar antes del
nacimiento . Es imprescindible que toda futura madre conozca las características esenciales
del desarrollo normal del niño que va a traer al mundo. En términos generales, la secuencia
normal del crecimiento es la siguiente (fig.1) (1) .
En las dos primeras semanas, el niño muestra una actividad masiva de los miembros (brazos
y piernas) y los ojos se dirigen hacia la luz y la cara del observador. El llanto se produce ante
alguna molestia. Al primer mes, los ojos siguen un objeto en movimiento. A los tres o cuatro
meses el niño ríe y lleva su mano a la boca. Empuja con los pies e intenta alcanzar la maruga.
Entre el sexto y octavo mes, aprende a sentarse solo, lleva un juguete de una a otra mano y
estira el pelo del observador.
Hacia el octavo o noveno mes, se mantiene de pie apoyado. Al undécimo o duodécimo mes,
intenta ponerse de pie sin apoyo y entre el duodécimo y el decimocuarto mes puede caminar,
repetir palabras cortas, reconocer sonidos y designar con palabras algunos objetos. Empieza
a correr a los dieciséis o dieciocho meses. A los venticuatro sube escaleras y salta, obedece a
los mandatos simples e investiga con interés todos los objetos y los lleva a la boca. Todas
estas manifestaciones son guías aproximadas, no reglas absolutas (2) .
El conocimiento de todos lo factores que intervienen en el desarrollo normal del pie, es
indispensable para el médico de niños. Las tendencias incorrectas de desarrollo, reconocidas
precozmente, permitirán adoptar medidas terapéuticas antes de que cualquier deformidad se
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instale (3) . Las medidas profilácticas comienzan desde el nacimiento, aconsejando siempre a la
madre (4) :
CONTENIDO :
NORMAS PROFILACTICAS
PROFILACTICAS
DESARROLLO NORMAL DEL NIÑO
1 mes Sigue la luz
2 meses Sonr ie, gorgea
3 meses Sostiene la cabeza
11 meses Se mantiene de pie con apoyo
1214 meses Camina solo
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1. Evitar los escarpines o boticas tejidas. Dice Thomsen que un lactante normal estira y
encoge sus dedos unas 200 o 300 veces diarias, disminuyendo considerablemente el número
cuando usa mediecitas, lo que, lógicamente, obstaculiza el normal desarrollo de su pie.
2. No exagerar las posición boca abajo, tan abusada en nuestro medio, pues contribuye a la
torsión interna o externa de las piernas y pies, dependiendo si coloca los pies hacia afuera o
hacia adentro al mantener dicha posición (fig. 2A, B) (5) .
El niño debe colocarse la mayor parte del tiempo de lado, calzado con almohadas,
alternando uno y otro lado cada vez que se le cambie el pañal o se le dé el pecho (fig 2
C) (5) . En el próximo Capítulo dedicado a la profilaxis de las deformidades de pies y piernas,
ampliaremos detalles sobre estas sugerencias que pudiera chocar a pediatras y madres por el
clásico temor a la broncoaspiración.
3. No debemos permitir que el niño se siente largo rato sobre sus rodillas con los pies
inclinados hacia adentro o hacia afuera, pues contribuye a la rotación interna de los pies, que
tanto preocupa a los padres.
4. Nunca debe facilitarse al niño mantenerse en actitud de pie, hasta que sus músculos estén
lo suficientemente fuertes para soportar el peso del cuerpo, lo que ocurre normalmente entre
el séptimo y el noveno mes.
5. Consideramos perjudicial el uso de andadores o cualquier otro aparato que facilite al niño
pararse. Debemos vigilar y combatir esta tendencia. Las cunas con barandas y el corralito le
permiten estar de pie todo el tiempo que desee, lo cual es perjudicial si el niño es obeso o
distrófico.
7. Desde ningún punto de vista debe adelantarse la actitud de pie ni la marcha. Hace años
había un anuncio televisado en el que se observaba a un pequeño bebé en correcta actitud de
gateo. Se acerca la mamá, lo toma de las manos y lo incorpora, mientras se escucha la voz
del locutor que dice: "igual que lo ayudaste a caminar, encamínalo en los estudios". Muy
bueno en lo que respecta a educación general, pero en lo concerniente a prevención de
deformidades infantiles, creo que no es prudente ni aconsejable esta sugerencia. Sabemos
que es innecesario obligar o enseñar a caminar, esto es algo que llega oportunamente. Por
desgracia, el falso orgullo de padres y familiares acorta el período de gateo o lo elimina por
completo, llevándolo a un desarrollo defectuoso de sus miembros inferiores.
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Fig. 1: Posición incorr ecta
Fig. 2: Posición correcta
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año, como si el hacerlo fuera demostración de fortaleza y buena salud. Es un error.
Inclusive, en algunos casos de obesidad, raquitismo o trastornos musculares, es aconsejable
retardar el inicio de la marcha para evitar posible deformidades.
10. Debe aconsejarse el caminar descalzo por terrenos blandos como césped, arena o
alfombras. Esta marcha proporciona un buen ejercicio para los músculos de la pierna y pie,
ya que a cada paso los dedos se afirman sobre el suelo de manera natural. En el,capítulo
dedicado a las deformidades de pie y pierna, ampliaremos estos conceptos e indicaremos los
ejercicios profilácticos del pie plano y otras patologías.
Cambiar ideas arraigadas tradicionalmente, no es fácil; pero tampoco es fácil ser una
potencia médica mundial y sin embargo se dan pasos muy efectivos y prometedores para
lograrlo. En relación con el tema que nos ocupa, en Cuba existen los medio idóneos para su
consecución. Los círculos infantiles, las organizaciones de masas, los cursillos de superación
de maestros, los médicos de familia, las consultas de puericultura, así como los medios de
divulgación y difusión masivas, pueden ser vías efectivas para hacer conocer estos
conceptos. Pero, por supuesto, implica lucha; y a luchar nuestro pueblo, con efectividad y
valentía, está ya acostumbrado. Recordemos las palabras de José Martí: "Todo esfuerzo por
difundir la instrucción es vano, cuando no se acomoda la enseñanza a las necesidades,
naturaleza y porvenir del que la recibe"(1885) (6) .
B I B L I O G R A F I A:
1 Jordán, J.R.: Los accidentes ni son tan inevitables, ni son tan accidentales, Rev. Med.
Gen. Int. Vol. 2, La Habana, 1987:5563.
2 Ferguson, A.B: Cirugía Ortopédica en la Infancia y Adolescencia, Ed. Jims, Barcelona,
1968:56.
3 Ruiz Moreno, V.: Pie plano en el niño, Ed. Médica Brascia, Buenos Aires, 1936:216220.
4 Sosa Salinas, U: Profilaxis de las deformidades ortopédicas infantiles. Aspecto médico
social, Rev. Ciencias Médicas, Camagüey, Vol.4 No.1, EneJun, 1988:7781.
5 Ginnestras, N.J.: Trastornos del pie. Ed. Salvat, Barcelona, 1981:8485.
6 Martí, J: Obras Completas, Ed. Nac. de Cuba, Tomo 10, P.327, La Habana, 1963.
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CAPITULO 2: PROFILAXIS DE LAS DEFORMIDADES DE PIE Y
PIERNA
Es un hecho indiscutible que las patologías más frecuentes en la consulta de Ortopedia
Infantil, son las de pie y pierna. Debido a la superación cultural de la población cubana en las
últimas décadas, la preocupación familiar por los trastornos de los miembros inferiores
infantiles ha aumentado considerablemente. Existen aún algunos conceptos erróneos
transmitidos por tradición oral de generación en generación, que es preciso conocer e impe
dir su propagación.
En el presente capítulo nos proponemos, en forma escueta y didáctica, analizar las
características esenciales y profilácticas de los trastornos de pie y pierna más observados en
la consulta ortopédica, ellos son: pie plano, inversión del antepie (metatarso varo),
deformidad torsional de la pierna, tibia vara o piernas en "o", genu valgo o piernas en "X" y
reconocimiento de los elementos fundamentales de las verdaderas patologías del pie que
aparecen en el nacimiento: pie varo equino, metatarso aducto y pie plano congénito.
PIE PLANO INFANTIL
Quizás el problema más común con que se enfrenta el médico que atiende niños en
crecimiento, es el pie plano (1) . Para comprender mejor las características fundamentales de
esta patología, es preciso mencionar lo que entendemos por un pie normal o equilibrado. En
realidad no es fácil esta tarea, pues lo que podría ser considerado un pie anormal en la raza
blanca, podría ser perfectamente normal en la raza negra o en chinos y japoneses. Por lo
tanto, debe evaluarse el pie sobre la base de su equilibrio y función (2) . En esencia, cuando el
niño comienza a caminar a los once o doce meses, presenta lo que ha dado en llamarse pie
plano fisiológico. O sea, es un pie plano aparente porque existe una pequeña almohadilla de
grasa que cubre el arco longitudinal o arco central del pie (la caída de este arco es lo que
habitualmente se conoce como pie plano). Este pie plano fisiológico debe desaparecer a los
dos años de edad aproximadamente, cuando, con el ejercicio, se vaya reabsorbiendo dicha
almohadilla de forma paulatina. Esto es aún mas evidente si el niño no es grueso u obeso. En
estos casos, la formación del arco normal pudiera retardarse algún tiempo.
El talón debe hallarse en posición neutra si se observa desde la cara posterior. En los niños
muy gruesos, el arco longitudinal no es tan evidente pues el pie está, lógicamente,
sobrecargado.
A medida que el niño crece, si no existen vicios de desarrollo, los pies van progresivamente
adoptando su status normal: pies bien equilibrados, con arco longitudinal visible, tobillos
alineados y no inclinados hacia adentro y talón en posición neutra, cuando se observa por
detrás. Hemos hablado del pie normal o equilibrado. ¿Qué pasa entonces en las patologías
evidentes?. Ocurre, además de las visibles anomalías, que el niño se encuentra cansado,
rehuye las largas caminatas y permanece en casa, con tranquilidad y falsa timidez, mientras el
grupo de niños de su edad se halla jugando. Si se presenta dolor, generalmente no se localiza
en el pie, sino en la pantorrilla. Estas molestias referidas a la pierna presentan dos
características: son intermitentes y tienden a presentarse al final del día (1) . El niño es llevado
a la consulta médica porque sus padres han notado el aplanamiento o la pronación (tobillos
prominentes hacia adentro con cierta elevación de la cara externa del pie) o bien porque
cojea o se queja de dolor en las pantorrillas.
PREVENCION O PROFILAXIS DEL PIE PLANO
Las medidas profilácticas comienzan desde las primeras semanas de vida. Deben evitarse los
escarpines o boticas tejidas que, impidiendo el libre movimiento de los pies, interfiere en su
normal desarrollo. El lactante debe tener cubierta la parte inferior del cuerpo con un pañal
amplio que no restrinja sus movimientos, con las piernas y los pies desnudos. Debe evitarse
el mantener mucho tiempo la posición boca abajo, pues predispone a la debilidad de los
músculos sostenedores del arco longitudinal (fig.2B). La posición correcta de colocar al
bebé es de lado, calzado con almohadas (fig.2C). De esta forma evitamos la temida
broncoaspiración y prevenimos las deformidades provocadas por la posición boca abajo o
decúbito prono. Si existiera el temor de que las almohaditas infantiles son muy endebles y
pudiera el lactante virarse boca arriba (decúbito supino), aconsejamos confeccionar un saco
de arena de 6 u 8 libras, coserlo y cubrirlo con una fundita limpia. Este saquito se coloca en
la espalda a manera de almohada. Actualmente muchos autores recomiendan evitar el
decúbito prono (boca abajo) para prevenir un posible Síndrome de Muerte Súbita Infantil
que aún no tiene una clara explicación, pero es más frecuente en los lactantes que adoptan
esa posición (3) .
Nunca debe facilitarse al niño mantenerse en actitud de pie hasta que sus músculos estén lo
suficientemente fuertes para soportar el peso del cuerpo, lo que ocurre, como ya se dijo,
entre el séptimo y el noveno mes. Consideramos perjudicial el uso de andadores o cualquier
otro aparato que facilite al niño pararse y caminar (fig.3). Las cunas con barandas y el corral
le permiten estar de pie largo rato con apoyo, lo que no es conveniente para el desarrollo de
sus pies. Es preferible que se mantenga la mayor parte del tiempo en el corral sentado,
entretenido con juguetes o en el suelo gateando.
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Uno de los puntos más importantes en la prevención del pie plano infantil, lo constituyen las
medidas que se tomen cuando empieza a dar sus primeros pasos. Es un período
trascendental en la evolución de sus pies (4) . Desde ningún punto de vista debe adelantarse la
actitud de pie ni la marcha. Es conveniente dejar que los niños gateen a su gusto, pues
constituye un excelente ejercicio que vigorizará sus músculos. Por desgracia, la impaciencia
o un falso orgullo de los padres acortan este período de gateo, poniendo al niño
precozmente de pie y estimulándolo para que camine. Con los músculos y ligamentos de la
pierna y el pie aún no preparados para soportar pesos y mucho menos caminar se provocará,
inconscientemente, un desarrollo defectuoso de sus pies.
La mayoría de los autores están de acuerdo en que el mejor momento para iniciar la marcha
es cuando el niño lo hace espontáneamente. En este sentido, como expusimos con
anterioridad, nosotros vamos aún más lejos, impidiendo o retardando la iniciación de la
marcha en los obesos (la obesidad es una de las causas más frecuentes de pie plano) o en
aquellos, que por haber pasado una enfermedad infecciosa o una distrofia presentan su
fuerza muscular y ligamentosa disminuidas.
El paso se desarrolla de forma instintiva, no requiriendo ninguna ayuda. Al comienzo, el
niño, luego de desplazarse un trecho, se sienta, descansa y vuelve a iniciar la marcha. Hay
que dejarlos solos, no estimularlo a una práctica intensa que le resultará nociva. A veces se
observa que luego de un período de marcha se niega a caminar, volviendo al gateo (4) . En
estos casos, hay que dejarlo tranquilo, probablemente sus estructuras no están preparadas
para soportar el esfuerzo que implica caminar. El aumento de resistencia de sus tejidos, la
adquisición del equilibrio y la confianza, los estimularán nuevamente a levantarse y echar a
andar.
Cuando el pequeño ya ha aprendido a caminar es común observar el error de los padres, que
llevándolo de la mano, lo sacan a pasear. El niño no podrá seguir el paso de ellos, viéndose
obligado prácticamente a correr, apareciendo rápidamente la fatiga muscular con sus fatales
consecuencias para la estática y dinámica del pie. Hasta los 3 años de edad, el niño debe ser
llevado cargado o en cochecito hasta las plazas o parques de juego donde podrá andar o
correr a su antojo.
Todos los autores están de acuerdo (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) , sobre los beneficios que reporta
caminar descalzo en terrenos blandos como: césped, arena y suelos alfombrados. Esta
marcha proporciona un buen ejercicio para los músculos de la pierna y pie. La vida civilizada
impone el uso de calzado y caminar sobre pisos duros; por eso es conveniente la práctica de
ejercicios apropiados para fortificar los pies:
1. Caminar descalzo en la punta de los pies
2. Hacerlo también sobre el talón o calcañal
3. Además sobre los bordes externos de los pies
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Estos ejercicios se hacen una o dos veces al día unos minutos, como un juego y sin agotar al
niño. Se pueden realizar también otros ejercicios profilácticos, como arrugar descalzo una
toalla o pañal en el suelo y recoger bolitas de cristal con los dedos de los pies. Estos
ejercicios se pueden realizar, incluso, cuando se está usando calzado ortopédico como
tratamiento.
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Fig. 3: POSICIONES INCORRECTAS; EVITAR EL ANDADOR
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La influencia de un mal zapato como causa o coadyuvante del pie plano es un hecho bien
conocido; lógicamente, la medida profiláctica fundamental será el uso de un calzado
adecuado de acuerdo a la edad. ¿Por qué en la deambulación precoz el niño debe llevar
botas?. Existe realmente una razón: para que sostenga el pie. El talón del niño es
redondeado y no está desarrollado en su parte posterior. Las botas no se llevan para sostener
el tobillo, ya que este constituye una mortaja rígida. El zapato alto mantiene el calcaneo
hacia arriba y, por consiguiente, se consigue la alineación de las articulaciones de la parte
posterior del pie cuando se produce la marcha. De esto se deduce que la época propicia para
calzar el zapato bajo, viene señalada por la capacidad del niño de usar el calzado sin que se
le salga de los talones (1) .
A pesar de lo explicado, consideramos que si existe alguna duda en padres, pediatras o
médicos generales sobre la existencia de un pie plano patológico, debe enviarse al
especialista lo antes posible, para evitar cualquier anomalía que requiera más tarde
tratamiento quirúrgico. Los primeros años son fundamentales para el tratamiento
profiláctico y curativo del pie plano mediante procedimientos conservadores, porque
después de los 6 u 8 años esa posibilidad se va perdiendo y obliga, en muchos casos a
diversas operaciones como única conducta terapéutica.
INVERSION DEL ANTEPIE (METATARSO VARO)
Esta deformidad consiste en la inversión o desviación hacia adentro del antepie (fig.4).
Cuando se instala precozmente puede confundirse con un pie varo equino, del que
hablaremos más adelante. Se observan tres variedades: la primera se presenta antes de los
doce meses de vida y suele ser más fácilmente corregida mediante suave presión o a veces
con el movimiento activo del niño. La persistencia puede ser estimulada si el niño duerme
boca abajo con las rodillas flexionadas y sus pies recogidos bajo él (6) .
El tratamiento preventivo, lógicamente, se concreta a consejos a los padres para que
coloquen al lactante de lado, calzado con almohadas y no en la abusada posición boca abajo.
La segunda variedad es algo más grave y no se enderezará totalmente bajo presión suave.
Debe enseñarse a la madre a que lleve el antepie hacia afuera con su mano, manteniendo el
talón neutral con la otra. Este ejercicio se aconseja hacerlo cada vez que le cambie el pañal,
unas 10 veces en cada pie. Existen casos en que una deformidad fija requerirá tratamiento
enyesado o quirúrgico. Una medida muy utilizada es el uso de los zapatos al revés (el
izquierdo en el pie derecho y viceversa), con el objeto de corregir progresivamente el
antepie, por supuesto debemos aclarar que esto es constante, o sea, para andar y para salir,
pues el crecimiento del niño es constante también. Además, hay que añadir la prohibición de
dormir boca abajo con los pies hacia adentro. Después de los 2 años el tratamiento
conservador consiste en la utilización de calzado ortopédico con las punteras invertidas.
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Finalmente existe una infrecuente tercera variedad que requiere tratamiento quirúrgico, en
especial si se trata de un paciente que acude tardíamente a la consulta especializada.
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Fig. 4: METATARSO VARO
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DEFORMIDAD TORSIONAL DE LA PIERNA
La deformidad por torsión, llamada también rotación interna de la pierna, es uno de los
problemas más comunes que atiende el especialista. El pediatra y el médico general pueden
ahorrarse muchas remisiones y tratar adecuadamente a la mayoría de estos pequeños (9) . Es
necesario referir al especialista sólo si la deformidad es intensa o si persiste a pesar del
tratamiento. Los pacientes son traídos a la consulta por ser niños que caminan inclinando los
pies hacia dentro (fig.5). Esta inversión puede o no estar acompañada de metatarso varo.
Existen dos formas de perpetuar esta torsión: mantener al niño boca abajo con los pies hacia
adentro durante el sueño y en los niños mayorcitos, cuando se mantienen sentados largo rato
sobre sus rodillas y con los pies rotados hacia dentro (fig.3).
Estas actitudes contribuyen a crear o mantener una deformidad que pudiera ser evitada, si se
combaten desde los primeros días de nacido estos vicios de posición al dormir y
posteriormente al sentarse. Ante una deformidad establecida, debe consultarse el criterio
especializado.
Fig. 5: DEFORMIDAD TORSIONAL
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DEFORMIDADES POSTURALES DE LAS RODILLAS Y PIERNAS INFANTILES
Existen dos deformidades de las rodillas y piernas infantiles que son motivo de gran
preocupación para los padres. Se trata del genu varo o tibia vara, en que las piernas y
rodillas forman una incurvación como una "O" (fig. 7) y el genu valgo, en que las rodillas y
piernas adoptan forma de "X" (fig. 8). Es importante que toda madre conozca la evolución
normal de las piernas y rodillas infantiles desde el nacimiento, si pretendemos hacer
profilaxis y evitar inútiles preocupaciones familiares.
No es raro observar en niños menores de dos años, un grado discreto de genu varo o piernas
en "O". Debemos señalar que todo niño nace con cierto grado de incurvación tibial debido a
la posición fetal mantenida durante su vida intrauterina. Esta pequeña incurvación debe
desaparecer hacia los dos años de edad, pero pudiera mantenerse en casos de raquitismo,
obesidad u otras patologías menos frecuentes.
Hacia los tres años, es normal cierto grado de valguismo o piernas en "X", que pudiera
mantenerse en algunos casos hasta los 6 o 7 años (10) (11) (12) (13) . Esta aparente deformidad
debe desaparecer con el crecimiento si no hay factores como la obesidad, raquitismo,
traumas u otros trastornos que obliguen a un tratamiento especializado.
Todo ortopédico aborda la difícil tarea de convencer a padres y abuelos que su niño no sufre
patología alguna y que esa deformidad es perfectamente normal o fisiológica y que
desaparecerá oportunamente con el crecimiento. Con frecuencia salen insatisfechos de la
consulta y empiezan a deambular por otros médicos, hasta encontrar uno más complaciente,
que indica aparatos, yesos, zapatos o ejercicios. Se van muy satisfechos los familiares,
aunque esto implica, en la mayoría de los casos, una gran molestia para el niño y un gran
dispendio para el bolsillo. Es importante llevar al conocimiento de los padres que, en
ocasiones, el médico no indica tratamiento alguno con objeto de poner en observación al
paciente durante un tiempo prudencial determinado por él. Es preciso entonces confiar en
este facultativo que durante años se ha preparado concienzudamente para servir a su pueblo.
Resumiendo, toda madre o padre debe conocer que existen, desde el nacimiento, ciertos
grados de incurvación de las piernas y rodillas infantiles, destinados a desaparecer
espontáneamente con el crecimiento. Desde el momento de nacer hasta los dos años
aproximadamente, existirá una discreta incurvación hacia afuera de las piernas. Alrededor de
los dos años y medio, se modificará esta incurvación y comenzará una actitud contraria en
que las rodillas se unen y las piernas se separan en "X". En los niños normales, pudiera
mantenerse esta situación hasta los 7 años aproximadamente. La profilaxis de estas
deformidades consiste en conocer lo anteriormente expuesto, acudir al especialista ante la
duda y seguir sus consejos.
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Fig. 6: GENU VARUM Fig. 7: GENU VALGUM
RECONOCIMIENTO DE ALGUNAS DEFORMIDADES CONGENITAS DEL PIE
Como hemos dicho anteriormente, el objetivo fundamental de este trabajo es señalar,
didácticamente, los medios de prevención o profilaxis de las deformidades infantiles más
frecuentes. A veces, esta profilaxis estará indicada por medidas concretas que deben ser
tomadas para evitar una deformidad. Pero, en ocasiones, la prevención consiste más bien en
un reconocimiento precoz de la deformidad, para acudir inmediatamente al especialista. Este
es el caso de las anomalías establecidas del pie, que aparecen al nacimiento.
Es esta una deformidad relativamente frecuente en nuestro medio, que aparece al nacimiento
y debe ser reconocida y tratada lo antes posible, si queremos evitar graves consecuencias.
Consiste en una deformidad permanente del pie, presente al nacimiento y caracterizada
anatómicamente por flexión plantar, inversión del calcaneo (talón), inclinación del pie y la
planta hacia adentro y frecuente torsión interna de la pierna (fig. 6). Es más común en el
sexo masculino y pueden estar afectados uno o ambos pies. Dada la extensión y objetivo de
este trabajo, es imposible describir las características esenciales de cada una de estas
afecciones, por lo que se remite al interesado a infinidad de obras clásicas que las analizan
exhaustivamente (1) (2) (5) (6) (7) (14) . Sólo pretendo subrayar la importancia de su conocimiento y
diagnóstico precoz.
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El pie varo equino, una vez reconocido, debe remitirse lo antes posible, en calidad de
urgencia, al especialista más cercano. Nunca esperar las vías habituales de turnos en
policlínicos con su correspondiente demora, pues puede ser fatal para el porvenir de una
lesión de por sí bastante invalidante. Decía un antiguo profesor, en calidad de exageración,
para impresionar a sus alumnos, que si él estuviera en el parto donde naciera un niño con el
pie varo equino, le ponía el yeso corrector antes de ligar el cordón umbilical. Esto
ejemplifica la importancia de considerar al pie varo equino una verdadera urgencia
ortopédica, como pudiera serlo una fractura u otra lesión aparecida al nacimiento.
Así como en el pie plano y en la tibia vara o piernas en "O", considerábamos los dos años
como la edad más apropiada para comenzar el tratamiento, en el pie varo equino
mantenemos el criterio de iniciar la corrección ortopédica dentro de la primera semana de
vida.
Fig. 8: PIE VARO EQUINO
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Estas dos deformidades, algo menos frecuentes, deben también ser reconocidas
tempranamente y remitidas como urgencias al ortopédico. En el pie plano congénito existe
una posición anómala del astrágalo, hueso central del pie, que se hace evidente en una
posición típica al nacer con el pie en calcaneo prominente, con el dorso del pie descansando
sobre la pierna y tobillo. Explicábamos anteriormente, que el pie bien equilibrado al
nacimiento, permite una flexión pasiva sobre la pierna de unos 45 grados (fig.9). Cuando
esta flexión se acentúa y se logra llevar el dorso totalmente sobre la pierna, observamos un
proceso patológico que requiere un tratamiento inmediato (fig.10) (2) .
Ya hablamos anteriormente de la inversión del antepié o metatarso varo (fig.4). Cuando esta
deformidad se manifiesta al nacimiento, estamos ante un metatarso varo o pie aducido
congénito. Se reconoce por una inversión marcada del antepié en el que los dedos aparecen
inclinados hacia adentro, pero sin llegar a tener las otras anomalías del pie varo equino. Si se
toma el antepié con los dedos de las manos, es posible con cierta presión, corregir la
deformidad. El paciente debe ser enviado al especialista, dentro de los primeros días de
nacido, para que se instaure precozmente el tratamiento adecuado.
Fig. 9
F LEXION NORMAL 45º
Fig. 10: PIE CALCANEO
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CONCLUSION
Hemos tratado en este capítulo la profilaxis de las deformidades más frecuentes del pie y la
pierna. Existen medidas preventivas concretas para impedir el desarrollo de algunas de estas
deformidades: evitar las boticas tejidas o escarpines, no abusar de la posición boca abajo del
lactante, no adelantar la actitud de pie ni la marcha, evitar la obesidad, no usar andadores ni
otros aparatos que estimulen la marcha del niño, permitir que gatee a su gusto y, en fin,
dejar que el mismo niño desarrolle normalmente sus habilidades sin ayuda. En otras
patologías, es preciso reconocerlas y esperar su evolución, como en el caso de las
deformaciones fisiológicas de las rodillas y piernas. Y por último, en las anomalías de los
pies que aparecen al nacimiento es importante su diagnóstico precoz para remitir, lo antes
posible al especialista.
B I B L I O G R A F I A
1 Ferguson, A: Cirugía Ortopédica en la infancia y adolescencia, Ed. Jims, Barcelona,
1968:3747; 391396.
2 Ginnestras, N.J: Trastornos del pie. Tratamiento médico y quirúrgico, Ed. Salvat,
Barcelona, 1981:6569; 104293.
3 Ponsoby, A.L: Factors potentianting the risk of Sudden Infant Death Syndrome
associated with the prone position, N Engl J Med. 329(6):377382, Aug
1993.(Potenciación de factores de riesgo del Síndrome de Muerte Súbita en lactantes,
asociada con la posición prona) Rev. Resumed, ECIMED, Vol.1, 1994:63(93).
4 Ruiz Moreno, V: Pie plano en el niño, Ed Médica Brascia, Buenos Aires 1936:21620.
5 Alvarez Cambras, R: Tratado de cirugía ortopédica y traumatológica, Tomo II, Ed.
Pueblo y Educación, Cuba, 1986:14043; 15776.
6 LLoyd Roberts, G.C: Patología osteoarticular en el lactante y el niño, Ed. Jims,
Barcelona, 1974:32946; 34752; 35662.
7 Malagón Castro, V: Texto de ortopedia infantil, Ed. Jims, Barcelona, 1967:4345; 199;
202203.
8 Sova Ruiz: Pie plano estático. Trabajo presentado en el V Congreso Nacional de
Ortopedia, Cuba, 1987.
9 Staheli, L.T: Deformidad torsional, Clin Ped Nor Nov. 1977:80111.
10Wilkins, K: Bowlegs, Ped Clin Nor 33:6, Dec 1986:142936.
11McDade, W: Genu Varum y Genu Valgus, Clin Ped Nor, Nov 1977:82741.
12 Engels G. M: The natural history of torsion and others factors influencing gait in
Childhood, Clin Orthop, 99:1217, 1974.
13Selenius, P: Development of the tibiofemoral angle in children, J. Bone Joint Surg.,57
A:25961, 1975.
14Devaric, D. M: Congenital clubfoot: Ethiology, Pathoanatomy Pathogenesis, and
changing spectrum of early management, Orthop Clin Nor, 20:4, Oct 1989:64148.
25
CAPITULO 3: PROFILAXIS DE LAS DEFORMIDADES DE LA COLUMNA
VERTEBRAL
El objetivo fundamental de este capítulo es señalar las deformidades más frecuentes del
dorso, sus características esenciales y su profilaxis. Para ello es preciso conocer, de forma
breve y concisa, los elementos constituyentes de la columna vertebral normal y de esa forma
tener una mejor comprensión de su patología.
ESBOZO ANATOMICO
La columna vertebral se encuentra ubicada en la parte media del dorso y por lo general
cuenta con 33 segmentos o vértebras. En la niñez forma una sola curva hacia atrás. Esta se
modifica gradualmente durante los dos primeros años de vida. Existen curvas normales
cuando vemos la columna de lado: hacia delante en la parte alta o cervical y en la baja o
lumbar, y hacia atrás en la zona media o dorsal. No debe existir curva lateral cuando vemos
la columna de frente. El aumento de las curvas normales, así como la aparición de curvas
hacia los lados, se considera patológico.
Mirando la columna de frente, la aparición de curvas laterales patológicas se llama
Escoliosis. Al ver la columna de lado, el aumento de la curvatura dorsal normal se llama
Cifosis (Fig. 11 y 12) y el aumento de las curvaturas cervical y lumbar, recibe el nombre de
Lordosis. En este capítulo sólo trataremos las dos primeras por ser mayor su frecuencia e
importancia, debiendo ser detectadas lo antes posible para instaurar precozmente el
tratamiento apropiado.
ESCOLIOSIS
Es una patología que ha aquejado al hombre desde la Edad de Piedra. Las pinturas rupestres
muestran personas escolióticas en diversas etapas de la deformidad, sometidas a diferentes
métodos de tratamiento (2) . Como dato interesante, muchos de estos métodos prehistóricos
aún se emplean, aunque con equipos más refinados y científicos. La Escoliosis es una
curvatura anormal de la columna hacia un lado, que suele acompañarse de una deformidad
en rotación originando cambios en el aspecto de la espalda, tórax y pelvis (Fig. 11).
26
Es mucho más frecuente en el sexo femenino. Según estudios de especialistas cubanos (3) , la
mayoría de esas mujeres realizaron juegos sedentarios durante la infancia, tales como el de
las muñecas, en espacios reducidos del hogar. A esta falta de ejercicios físicos en la niñez se
le confiere gran importancia, pues casi siempre contribuye a la presencia de escoliosis. Es
por ello que ya desde el Círculo Infantil se insiste en la importancia de los ejercicios físicos
calisténicos a temprana edad. Es sabido que a una gran proporción de adolescentes hem
bras, no les agrada la educación física escolar y buscan cualquier pretexto para evadirla
mediante certificado médico, al exagerar dolores y cansancio físico. Lo peor es que muchas
veces los padres secundan a sus hijas aduciendo que los ejercicios que les exigen son "muy
fuertes para su edad y sexo". Es imprescindible comprender que esta educación física es
producto de profundos estudios en la materia y que, bien aplicada, protege y facilita el
desarrollo normal de los adolescentes. Otras medidas profilácticas de la Escoliosis serían:
Caminar y sentarse correctamente en la escuela.
Detectar precozmente los signos indicadores de la Escoliosis: una cadera más alta que la
otra, deformidades de los hombros, una paleta más sobresaliente, molestias continuadas en la
espalda y una actitud incorrecta al sentarse o caminar (4) .
Vigilar estrechamente a las niñas en edad prepuberal (9 a 11 años) que es la edad más
frecuente en que aparece la Escoliosis Idiopática del adolescente.
Realizar ejercicios físicos y deportes, preferiblemente la natación.
Acudir al especialista ante cualquier duda de deformidad.
Hay que tener en cuenta también las medidas profilácticas que hemos mencionado en
capítulos anteriores, pues pueden influir en el correcto desarrollo de la columna vertebral:
permitir que el niño gatee a su gusto, no sentarlo antes de los 4 meses, no adelantar la
estación de pie ni la marcha, no utilizar andadores, no provocar fatiga muscular en el niño
exigiéndole más de lo que puede dar a su edad, no mantener la posición boca abajo al dormir
y tener un bastidor tenso y duro en su cuna o cama.
Insistir en el examen médico periódico de todos los niños, en particular de los que todavía
no han llegado a la pubertad y en aquellos que proceden de familias con antecedentes de
escoliosis.
27
Evitar los asientos inadecuados en el hogar y en la escuela.
Preocuparse seriamente por estos problemas y no tomarlos a la ligera pensando que
curarán espontáneamente.
Fig. 11: ESCOLIOSIS
28
Fig. 12: CIFOSIS
CIFOSIS
La cifosis postural casi siempre se combina con el aumento de la curvatura normal hacia
delante de las vértebras lumbares (lordosis postural). Si se deja persistir hasta la vida adulta,
el abdomen será muy sobresaliente, especialmente después del embarazo.
El tratamiento va encaminado, fundamentalmente, a evitar la progresión de la deformidad.
Consiste en ejercicios especiales y sugerir la práctica de algunos deportes. En los varones,
29
es aconsejable el levantamiento de pesas acostado en un banco. No interesa tanto el peso
que pueda levantar, sino más bien el número de repeticiones que puedan contarse. En las
niñas, se aconseja la danza, el ballet o la gimnasia rítmica. Al igual que en la escoliosis, la
natación es un excelente ejercicio profiláctico y terapéutico.
Los buenos resultados dependen, en gran parte, de la motivación y de la relación entre
padres e hijo o hija. Si el niño no colabora, o si observamos que la enfermedad va en
aumento, es conveniente enviar al especialista para un tratamiento adecuado.
CONCLUSION
B I B L I O G R A F I A
1 Kleinberg, S: Escoliosis. Patología, Etiología y Tratamiento, Ed. Alfa, Buenos Aires,
1951:16170.
2 Klein, H: Deformidades del dorso, Clin.Ped.Nor., Nov. 1977:87584.
3 Alvarez Cambras, R: Tratado de Cirugía Ortopédica y Traumatológica, Tomo II, Ed.
Pueblo y Educación, Cuba, 1986:22131.
4 Bunnell, W.P: Spinal Deformity, Ped.Clin.Nor., 33:6, Dec. 1986:147587.
5 King, H.A.: Evaluating the Child with Back Pain, Ped.Cli.Nor., 33:6, Dec. 1986:148992.
30
CAPITULO 4: LO QUE TODA MADRE DEBE SABER DE TRAUMATOLOGIA
INFANTIL
Tal vez parezca fuera de lugar esbozar conceptos del trauma infantil en un manual de
profilaxis, pues los accidentes y sus consecuencias, una vez producidos, están casi siempre
fuera del alcance de personal no calificado. Por otra parte, tampoco pretendemos hacer un
formulario de consejos sobre como evitar los accidentes infantiles, pues eso compete más
bien al psicólogo o al pediatra. En realidad consideramos necesaria la inserción de este
capítulo por existir gran cantidad de falsos conceptos en lo concerniente a las lesiones óseas
infantiles, sus complicaciones y su tratamiento. Además, es muy importante que toda madre
conozca los puntos de predilección de las fracturas infantiles, algunas características
esenciales del hueso en crecimiento y lo que debe evitarse para impedir las complicaciones.
CARACTERISTICAS DEL HUESO EN CRECIMIENTO
El niño es un ser en crecimiento, hecho que debe tenerse siempre en cuenta durante el
tratamiento de todo proceso ortopédico o traumatológico (1) . La comprensión de la
patología del esqueleto en la infancia presupone, necesariamente algunos conocimientos
básicos del crecimiento óseo y sus características. Sin precisar detalles técnicos sobre
osificación ni formación del hueso, debemos aclarar que esta se inicia a la octava semana de
vida intrauterina, partiendo del tejido membranoso que va a formar los huesos del cráneo y
del tejido cartilaginoso que formará los demás huesos del esqueleto. Sea cual fuere el tejido
en que tome origen la formación ósea (osteogénesis), ésta se hace en forma idéntica, ya que
siempre se lleva a cabo a partir del tejido conjuntivo. El crecimiento del hueso se hace tanto
en sentido transversal (ancho) como en el longitudinal (largo).
CRECIMIENTO TRANSVERSAL
En términos generales, los huesos largos aumentan su espesor por aposición simple de capas
de huesos en la corteza. Al tiempo que esto ocurre, capas de huesos medulares o internos, se
reabsorben.
Este doble proceso de creación y destrucción controla el espesor de las paredes de los
huesos y del canal medular (2) .
CRECIMIENTO LONGITUDINAL
Este tipo de crecimiento es el que más nos interesa en este capítulo de traumatología, pues
se realiza en el cartílago de conjugación o cartílago de crecimiento que se encuentra cerca de
los extremos del hueso. Si observamos una radiografía de un hueso largo infantil,
encontraremos que, cerca de los extremos del hueso, existe una franja o zona relativamente
estrecha de acuerdo con la edad del niño, que da la impresión de dividir el hueso a ese nivel.
Este es, precisamente, el cartílago de crecimiento.
31
El crecimiento puede ser enemigo del ortopédico o su aliado (3) . Es útil cuando corrige una
fractura mal alineada. Es molesto cuando, al igual que un árbol que crece en la dirección de
un viento dominante, se desarrolla una creciente deformidad tardía por fracturas que
lesionan el cartílago de conjugación, como es el caso de algunas fracturas del codo,
desgraciadamente muy frecuentes en los niños.
LOS GO LPES INFANTILES
Durante todo el crecimiento, el niño recibe infinidad de traumas o golpes, que pueden
determinar lesiones inmediatas o tardías en sus huesos y articulaciones. Es, precisamente,
parte de la evolución normal de un niño las frecuentes caídas que sufre en su etapa precoz de
la marcha y posteriormente durante el período escolar y deportivo. Más adelante hablaremos
de las fracturas infantiles, sus características y consecuencias. Ahora nos interesa aclarar
algunas actitudes erróneas, fruto de costumbres tradicionales, que adoptan los padres y
familiares ante un trauma infantil.
Si observamos la reacción de una madre cuando un niño se cae en su presencia y se lastima
un brazo o una pierna, comprobaremos que lo primero que hace es dar masaje con su mano
en la zona afectada, mientras cariñosamente le dice:" sana, sana, cuquito de rana". Esta
costumbre ha pasado de generación en generación y ya se ha hecho tradicional en nuestro
medio. Debemos aclarar que es totalmente incorrecto y perjudicial, dar ningún tipo de
masaje, ni untar ungüentos y bálsamos como el sebo de carnero, mentol chino o cualquier
otro similar en las afecciones traumáticas infantiles. El masaje o los ungüentos, pudieran
agravar cualquier lesión ósea que existiera y aumentar el dolor y la reacción local de un
golpe más sencillo. ¿Y qué es lo que en realidad está indicado?. En primer término, valorar
sin ansiedad la magnitud del golpe recibido. Si hay algún tipo de deformidad, que sugiera
lesión del hueso, colocar una tablilla, cartón o algo similar, que sostenga temporalmente el
miembro afectado y acudir al hospital o policlínico más cercano. Si carecemos de estos
medios, es mejor no hacer nada y trasladarse al médico lo antes posible. En el caso de que
fuera un trauma sencillo de los que le ocurren diariamente a cualquier niño, nada vamos a
lograr con el masaje ni el ungüento. Lo que está indicado, en ese caso, es colocar compresas
frías o bolsas de hielo en la zona lesionada, para evitar inflamaciones y dolorosos hematomas
(morados) que surgirían posteriormente.
Muchas complicaciones se evitarían si se siguieran estas sencillas instrucciones que
acabamos de exponer. Es frecuente observar en hospitales, serios trastornos provocados en
los miembros facturados por el uso indiscriminado del sebo de carnero y el masaje después
que se retira el yeso. Por ello, insistimos una vez más: jamás dar masaje ni untar pomadas
ante cualquier caso de trauma infantil, ni antes ni después del tratamiento médico. Si
queremos hacer algo, lo mejor es colocar compresas frías o bolsas de hielo. Recordemos que
en medicina, se puede hacer cualquier cosa menos daño.
LAS FRACTURAS EN LO S NIÑOS
32
Decía Blount (4) que: "las fracturas en los niños son tan distintas a las de los adultos como
son diferentes sus problemas metabólicos y psíquicos". Es muy lógica esta aseveración pues,
como explicamos anteriormente, el hueso del niño está en perpetuo crecimiento y esto puede
favorecer o perjudicar, de acuerdo al caso, la evolución final de una fractura. Por otra parte,
la presencia del cartílago de crecimiento puede, incluso, confundirse con una lesión ósea, si
no hay mucha experiencia en la interpretación de radiografías del esqueleto infantil. Además,
existen fracturas posibles únicamente en la infancia, e incluso hay lesiones que ocurren de
acuerdo con la edad del paciente, ya sea al nacimiento, en la infancia o en la adolescencia. El
diagnóstico de las fracturas infantiles se ve complicado por la falta de historias clínicas
exactas y por carecer de cooperación del paciente durante el examen. Para una mejor
comprensión, analicemos las lesiones más frecuentes al nacimiento, durante la infancia y en
la adolescencia.
FRACTURAS OBSTETRICAS
Llamamos lesiones obstétricas a las que ocurren antes o durante el parto. Las lesiones óseas
más frecuentes al nacimiento son: fracturas de clavícula, de fémur (hueso del muslo), del
húmero (hueso del brazo) y la luxación o dislocación de la cadera. Excepto ésta última, las
fracturas obstétricas no son de gran importancia y generalmente no dejan ningún tipo de
deformidad. Es conveniente recordar que el hueso del lactante está en un proceso rápido de
formación y crecimiento por lo que la consolidación o unión ocurrirá muy precozmente.
La lesión más frecuente es la fractura de clavícula, ocurrida en un parto distócico y difícil. A
veces al obstetra no le queda más remedio que permitir la fractura para evitar peores
complicaciones. Esta lesión es de tan poca importancia que a menudo pasa inadvertida a
médico y familiares. Es a los 7 u 8 días en que se percata la madre o la abuela de un
abultamiento, más o menos grande, en el hombro que les preocupa pues lo confunden con
un posible tumor a ese nivel. En realidad, ese abultamiento no es más que el callo o
"pegamento" con que consolida una fractura, de muy rápida formación a esa edad. Este
callo, en un niño mayor, demoraría de 15 a 21 días para formarse. La misión del médico, en
este caso, no es más que tranquilizar a los padres de la poca importancia de esta lesión y
asegurarles que el crecimiento, en los próximos meses, será el encargado de hacer
desaparecer totalmente esa fea deformidad. Efectivamente, a los pocos meses, es imposible
detectar a simple vista cuál fue la clavícula que se fracturó.
En las fracturas obstétricas de húmero y fémur, sí se requiere una sencilla inmovilización
durante algunas semanas, estando conscientes de que la remodelación del crecimiento,
resolverá cualquier deformidad que persista. La luxación congénita de la cadera, es un
capitulo aparte que requerirá años de tratamiento y no es precisamente traumática, sino
debida a trastornos ortopédicos de la articulación que pudieran ser, incluso, hereditarios.
33
FRACTURAS FRECUENTES DURANTE LA INFANCIA
Existen puntos de predilección en el esqueleto infantil, donde con frecuencia ocurren
fracturas. Ellos son: el codo, la muñeca, el muslo y la clavícula. Esto no quiere decir que no
haya fracturas en los otros huesos, pero estas zonas son las más frecuentes.
Como explicábamos anteriormente, hay fracturas típicas y exclusivas del niño en
crecimiento. Tal es, por ejemplo, la fractura en "tallo verde". Si rompemos la rama verde de
un árbol, notaremos que no se rompe tan fácilmente como una seca, pues solo se parte una
de las cortezas, la otra permanece adherida, necesita varias movilizaciones para que se
rompa. Lo mismo sucede en los huesos largos infantiles, en especial los del antebrazo. Al
producirse la fractura, solo se rompe una parte del hueso, adoptando el antebrazo una
alarmante angulación que preocupa mucho a los padres. Al igual que la rama verde del
árbol, ésta fractura requerirá como tratamiento, romper la otra corteza o cortical del hueso,
para evitar que permanezca la desagradable deformidad.
Otra lesión exclusiva de los niños es la que ocurre en el cartílago de crecimiento llamada
desprendimiento epifisario o epifisiolisis. Aquí se observa una dislocación de la articulación
(con frecuencia la muñeca) a expensas del cartílago de conjugación. Es imprescindible una
reducción manual como tratamiento. Generalmente no deja trastornos secundarios a pesar
de lesionarse el cartílago.
Las fracturas más graves, desgraciadamente muy frecuentes que se observan durante la
edad escolar, son las del codo. En ésta articulación existen zonas de predilección de
fracturas como son: el extremo inferior del húmero, cuna de la temida fractura supra
condílea; y los tres salientes que se palpan en el codo (epitroclea, epicóndilo y olécranon),
donde existen cartílagos de crecimiento que pudieran provocar deformidades tardías cuando
se lesionan. No vamos a extendernos en explicar las características de estas lesiones, pues
corresponde más bien a obras destinadas a profesionales de la salud, ,lo que no es el objetivo
de este manual de divulgación popular. Sí debemos insistir en la prohibición más categórica
al uso de sebo de carnero, pomadas o masajes de ningún tipo, una vez que se retire el yeso,
aunque se vea cierta imposibilidad del niño para la flexión o extensión del codo. Esta
limitación se debe tanto al tipo de fractura como al tiempo de inmovilización y desaparecerá
oportunamente con fisioterapia suave y gentil que indicará el médico. Cualquier masaje,
"untura" o "cañona" que empleemos en ésta articulación, solo traerá, a la corta o a la larga
graves complicaciones irreversibles, que dejarán imposibilitada dicha articulación para un
correcto desarrollo de sus funciones normales.
Por favor, confiemos en la pericia del especialista antes, durante y después del tratamiento
enyesado. El sabe perfectamente la gravedad e importancia de estas lesiones y actuará en
consecuencia. Los "tratamientos caseros" solo traerán complicaciones y problemas.
Otro aspecto importante en la evolución de las fracturas infantiles es la capacidad de
corrección espontánea de la secuela o deformidad remanente, una vez retirado el yeso. En el
34
adulto, una fractura debe quedar lo más afrontada posible pues no existe crecimiento que
pudiera compensar con el tiempo, cualquier vicio de alineación. En los niños, no solo es
posible la recuperación, sino a veces es necesario permitir cierto desplazamiento de los
fragmentos óseos para evitar futuras complicaciones. Para aclarar esto debemos definir
algunos términos usados en ortopedia:
AFRONTAMIENTO : Colocación de los extremos de una fractura bien alineados, uno junto al
otro
DESPLAZAMIENTO : Cuando fragmentos óseos no mantienen una correcta alineación
ANGULACION: Cuando la fractura provoca una curvatura o ángulo de sus fragmentos
ACABALGAMIENTO : La superposición de los fragmentos (uno sobre el otro). También se
llama "en bayoneta"
El clásico ejemplo de lo que significa la remodelación ósea en el niño, es la fractura del
fémur (muslo). Cuando ocurre una fractura del tercio medio del fémur o del húmero, en
niños menores de 10 años, no solo es permitido, sino aconsejado la consolidación en
bayoneta con los fragmentos acabalgados o superpuestos uno sobre otro 1 cm
aproximadamente (4) . Esto se explica porque la fractura produce un estímulo en el
crecimiento del hueso y si quedara perfectamente afrontada, con el tiempo sería más largo el
hueso fracturado que el sano. Por lo tanto, si fuera el fémur, quedaría una pierna más larga
que la otra con la consecuente y permanente cojera.
Existen normas médicas para la valoración de la angulación y su remodelado, en las fracturas
de los huesos largos infantiles: cuanto menor sea la edad y más próximo se encuentre la
fractura al extremo del hueso, mayor será la angulación aceptable (4) . Hemos explicado con
detalles estas circunstancias para evitar la preocupación de los padres si ven una radiografía
de una fractura infantil y observan un hueso "montado", como dicen frecuentemente. A
veces, por mucho que el médico explique las razones de esta situación, desconfían y acuden
a otros facultativos porque piensan que su hijo no quedará bien con el tratamiento impuesto.
Por último quisiéramos referirnos a la importancia del tratamiento conservador en las
fracturas infantiles. Es cierto que algunas fracturas en los niños, como las del codo,
requieren en ocasiones tratamiento quirúrgico, como única vía para un feliz resultado, pero
esto no es lo frecuente. En realidad, las fracturas infantiles se tratan por reducción y yeso, o
sea, por métodos conservadores, con magníficos resultados. Aclaro esto, porque hay padres
muy exigentes que consideran el tratamiento quirúrgico como ideal para todo tipo de lesión
ósea, siendo en realidad lo contrario. Ferguson (1) en la introducción de su libro, incluye la
siguiente advertencia de Robert Frost: "Nunca osé ser radical cuando joven. Por temor,
quise ser conservador cuando viejo".
35
OTRAS LESIONES FRECUENTES DURANTE LA NIÑEZ
Una lesión que no podemos olvidar es el clásico "codo tironeado", tan frecuente en el
Cuerpo de Guardia de Ortopedia Infantil. Este sencillo trauma se produce al realizar un
brusco tironeamiento en el brazo de un niño menor de 5 años (Fig.13A), quedando el codo
en una posición anómala que provoca gran dolor y obliga a una rápida consulta al médico.
El niño viene lloroso sujetándose el antebrazo con la otra mano.
Lo que ha ocurrido no es más que la subluxación o desplazamiento incompleto del ligamento
que une los dos huesos del antebrazo (cúbito y radio), a la altura del codo (Fig. 13B).
Veremos al niño mantener la palma de su mano hacia abajo y el codo flexionado. Si tratamos
suavemente de virar su mano hacia arriba, el niño llora pues le aumenta el dolor. Esta es la
forma de hacer el diagnóstico. La reducción se realiza traccionando el antebrazo en la
posición que trae y dar un giro de la palma hacia arriba, manteniendo la tracción. En ese
momento se sentirá un chasquido característico que indica la solución del problema.
Seguidamente hacemos flexión máxima del codo, manteniéndolo así unos 2 minutos. A los
pocos instantes el niño moverá el codo sin dolor. No es necesario ningún tipo de
inmovilización. Para evitar esta lesión, nunca debemos realizar tironeamiento del brazo
infantil cuando lo llevemos de la mano.
Fig. 13 B
Fig. 13 A
36
Otro traumatismo frecuente a estas edades es el producido al introducir el pie entre los rayos
de una bicicleta, estando el niño irresponsablemente sentado, sin protección, en la parrilla
sobre el guardafango trasero. Al quedar trabado el pie y el tobillo infantil en los rayos de la
bicicleta en marcha, se producen lesiones de la piel y partes blandas y, en ocasiones, hasta
una fractura. La prevención de este accidente no es más que la indicación de jamás llevar a
un niño pequeño sobre la parrilla trasera de una bicicleta, por lo peligroso que resulta.
Una costumbre muy arraigada y que debe ser combatida es el uso de anillos en los dedos
infantiles. Existen dos lesiones provocadas por ellos, frecuentemente vistas en el cuerpo de
guardia: el anillo incrustado en el dedo, causa de serios trastornos circulatorios; y el grave
traumatismo de la desgarradura ocurrida cuando un anillo queda enganchado en la puerta de
un ómnibus, una cerca o cualquier superficie saliente que lo aprisione. En ambos casos,
pueden producirse graves lesiones de partes blandas que a menudo obligan a la amputación
del dedo. Estas lesiones pudieran ser evitadas si se prescinde de la utilización de anillos,
hasta que sea lo suficientemente mayor y responsable de sus actos. Nuestra misión como
médicos es explicar y orientar sobre estos graves traumatismos. La de ustedes, padres
conscientes, es procurar evitarlos.
LESIO NES FRECUENTES EN LA ADOLESCENCIA
Como expusimos anteriormente, cada edad tiene sus características propias y lesiones
ortopédicas típicas. Durante la pubertad y adolescencia, estando los jóvenes en etapa de
secundaria y preuniversitario, las lesiones más frecuentes son: los esguinces de tobillos, las
lesiones deportivas y la epifisiolisis de cadera.
ESGUINCE DE TOBILLO
El esguince o distensión del tobillo es, probablemente, la más frecuente de las lesiones
traumáticas de la extremidad inferior y, aunque no se limita a determinada edad se observa
con frecuencia durante la adolescencia, principalmente entre jóvenes becados que suben y
bajan escaleras durante el día, a gran velocidad. La causa más frecuente de ésta lesión es
girar el tobillo mientras se carga el peso del cuerpo sobre él. Puede producirse por pisar una
desigualdad del suelo al andar o correr, por una caída y al bajar rápidamente una escalera.
El tobillo como toda articulación está sostenida y protegida por varios ligamentos. En el
esguince generalmente se lesionan los ligamentos de la cara externa. Todas las lesiones
ligamentosas de ésta articulación, se deben subdividir en tres tipos:
37
Tipo I: Distensión del ligamento.
Tipo II: Ruptura incompleta.
Tipo III: Ruptura completa.
LESIONES PRODUCIDAS DURANTE EL DEPORTE
La revolución ha desarrollado el deporte considerablemente a todos los niveles y es
frecuente la participación masiva de ambos sexos en competencias deportivas que requieren
gran esfuerzo y dedicación por parte del adolescente. Es por ello que no es infrecuente la
presencia de jóvenes deportistas en los Cuerpos de Guardia de Ortopedia Infantil.
Desde el punto de vista médico, el simple hecho de certificar que los niños tienen un estado
de salud adecuado para participar en deportes es una tarea monumental, y lo es más la tarea
de supervisar que dicha salud y adecuación no se pierda (7) .
Muy pocas lesiones en el deporte constituyen situaciones de verdadera urgencia, pero casi
todas las que ocurren en este tipo de actividades despiertan una sensación de urgencia por
parte del niño, su padre y el entrenador. Por supuesto, hay que considerar que a veces, el
éxito o fracaso de un equipo depende de la rápida incorporación del paciente a la actividad
deportiva, lo que genera cierta ansiedad en el niño y sus acompañantes.
En ocasiones, no existe una lesión evidente que implique un trauma, pero la disminución del
rendimiento habitual en un deportista puede ser índice de una posible patología causal. Están
descritas hasta fracturas provocadas por un esfuerzo exagerado o una marcha violenta.
El médico que trata lesiones deportivas debe evaluar que el resultado de su tratamiento
puede significar el futuro de ese deportista, pero también sus familiares y entrenadores deben
comprender la importancia de ese futuro y no solo su participación en la competencia.
Cuando el joven deportista se reintegre a sus actividades, no podrá hacerlo con la misma
intensidad de antes, sino progresiva y paulatinamente. Es muy importante que los profesores
participen también de esta realidad.
Por último, es sabido que existen medios de protección que evitan los accidentes deportivos.
El estado ha proveído de estos medios a escuelas y becas, su buen uso y cuidado es
responsabilidad tanto del entrenador como del propio deportista.
38
EPIFISIOLISIS DE CADERA
Un adolescente obeso, o uno muy delgado con extremidades largas, llega a la consulta de
ortopedia con cierta cojera y caminando con los pies hacia afuera. Muchas veces es llevado
con la sospecha de pie plano u otra patología de los miembros inferiores. Al realizar el
examen médico se comprueba limitación de la rotación interna del miembro, acompañada o
no de dolor. Este paciente es probablemente portador de una epifisiolisis de cadera,
patología por lo general no traumática, a pesar de tratarse de un desprendimiento epifisiario.
Se trata más bien de un trastorno metabólico o endocrino que provoca la enfermedad. Se
observa en algunos adolescentes muy gruesos o, por el contrario, en otros muy altos y
delgados con los miembros largos. Hemos incluido en el capítulo esta patología por ser algo
frecuente en nuestro medio y pasar inadvertida a familiares y médicos. Una vez detectada la
enfermedad por radiografías, es de ingreso inmediato y siempre de tratamiento quirúrgico.
LUXACION CONGENITA DE CADERA
Esta afección en realidad no es tan frecuente como tal, lo que ocurre en realidad es la
llamada Displasia de cadera, o sea, una predisposición congénita a la luxación o dislocación
de la cadera. Por fortuna, en Cuba es menos frecuente que el pie varo equino u otras
deformidades congénitas, no obstante se observa con bastante regularidad como para
constituir una seria preocupación. El lactante nece con cierta deformidad de la cavidad
cotiloidea, zona en la que se articula la cabeza del fémur en la cadera, y permite que, cuando
el niño se pare o camine, se disloque repentinamente la cadera.
Existe una forma relativamente fácil de diagnosticar esta anomalía, profilácticamente,
durante los primeros días de nacido. Como sabemos, todos los bebés tienen unos pliegues o
“rosquitas” en sus muslos, que pueden verse tanto por delante como por detrás. Estos
pliegues deben coincidir el de un muslo con el otro al juntar las piernas. Si existiera una
discrepancia en estos pliegues y uno estuviera más alto que el otro, se puede sospechar,
con bastante acierto, una posible displasia de cadera. La conducta a seguir debe ser la
remisión inmediata al ortopédico pues, tratada en los primeros días de nacido, es factible de
tener solución y no llegar a convertirse en una luxación.
RESUMEN
Hemos analizado en este capítulo, algo extenso, las diversa afecciones traumáticas de la
infancia y adolescencia que con más frecuencia acuden al Cuerpo de Guardia. El interés
fundamental ha sido aclarar falsos conceptos y costumbres arraigadas en la población, que
pueden conducir a serias complicaciones perfectamente evitables. El uso del sebo de carnero
y otros ungüentos o bálsamos, así como el masaje, son combatidos con ahínco por
considerarlos perjudiciales en los procesos traumáticos. Además se incluye un bosquejo
general de lesiones traumáticas frecuentes en los niños de diversas edades para su
39
reconocimiento y prevención adecuada. Por otra parte, incluimos la Epifisiolisis y la
Luxación Congénita de cadera, que no son traumas propiamente dichos, pero que,
conociéndolas, pueden ser susceptibles de tratamiento profiláctico.
B I B L I O G R A F I A
1 Ferguson, A.B: Cirugía ortopédica en la infancia y adolescencia, Ed. Jims, Barcelona,
1988:15.
2 Malagón Castro, V: Texto de Ortopedia Infantil, Ed.Jims, Barcelona, 1967:1518.
3 Lloyd Roberts, G.C: Patología osteoarticular en el lactante y el niño, Ed. Jims, Barcelona,
1974:11.
4 Blount, W.P: Fracturas en los niños, Ed. Alfa, Buenos Aires, 1958:19.
5 Bernbeck, R: Ortopedia Infantil, Ed. Alhambra, Madrid, 1957:24149.
6 Alvarez Cambras, R: Manual de procedimiento de diagnóstico y tratamiento en
ortopedia y traumatología, Ed. Pueblo y Educación, Cuba, 1986:6162.
7 Garrick, J.G: Medicina del deporte, Clin Ped Nor, Nov 1977:73747.
40
CAPITULO 5: OTRAS CAUSAS FRECUENTES DE PREO CUPACION FAMILIAR
Existen otros trastornos ortopédicos durante la infancia que son motivo de preocupación
familiar. No han sido analizados en los capítulos precedentes, pero no quisiéramos cerrar
este pequeño manual sin mencionar esas patologías y algunos aspectos relacionados con la
Ortopedia que consideramos deben ser conocidos por la población, si queremos realizar una
verdadera prevención.
Analizaremos brevemente algunos aspectos del niño que cojea, otros trastornos de las
rodillas y pies infantiles, la sacrolumbagia del adolescente y el uso y abuso de las radiografías
en los niños.
La cojera nunca es normal, pocos padres toleran el problema y buscan sin demora la
consulta médica (1) . Sin embargo, son muchos los trastornos y situaciones que pueden
producir cojera: desde una piedra en el zapato, hasta la primera manifestación de una
patología de cadera, una apendicitis o un trastorno de los riñones. El médico es el encargado
mediante un examen clínico profundo e investigaciones complementarias, de detectar el
origen de este síntoma.
Nuestro interés en este manual, es que los familiares comprendan la importancia de una
cojera y el peligro existente en tomarlo a la ligera. Por otra parte, a veces el ortopédico
descubre una lesión transitoria de la cadera y prescribe solamente reposo absoluto y
observación. Es necesaria la cooperación de todos para cumplir estrictamente esta
indicación. En efecto, el reposo es imprescindible en casi todas las lesiones que provocan
cojera y, muchas veces, del buen cumplimiento de esta prescripción, depende el éxito o el
fracaso del tratamiento.
Puede existir cojera a cualquier edad, dependiendo de la patología causal. Vimos en el
capítulo anterior, por ejemplo, como una epifisiolisis de cadera, en un niño obeso, pudiera
ser causa de una claudicación típica de la marcha. En los niños que comienzan a caminar, es
frecuente la cojera por lesiones simples de la cadera, rodilla o tobillo, que pudieran
complicarse sino se tratan con urgencia. En resumen, todo niño que cojea, debe ser llevado
al especialista y cumplir fielmente sus indicaciones.
41
OTROS TRASTORNOS DE LAS RODILLAS Y PIES INFANTILES
Existen muchas patologías que no hemos mencionado en este sencillo manual por
considerarlas más propias del conocimiento médico. No obstante, hay ciertos trastornos que
debemos incluir para evitar falsos conceptos y erróneos interpretaciones.
GENU RECURVATUM
En el capítulo dedicado a las lesiones de pie y pierna , explicamos que existen dos frecuentes
deformidades fisiológicas en las rodillas: el genu varo o piernas en "O" y el genu valgo o
piernas en "X". Hay otra deformidad no tan frecuente, pero que pudiera ser causa de
preocupación familiar, es el genu recurvatum o rodillas desplazadas hacia atrás (fig 14A).
Esta deformidad tiene tratamiento conservador o quirúrgico según el caso. Para el
tratamiento conservador, el Profesor Alvarez Cambras (2) a aplicado, durante más de 15 años,
un tipo de zapato que eleva la parte anterior del pie, basándose en los principios
fundamentales biomecánicos producidos en esta deformidad. El paciente, para evitar la
caída, tiene que contracturar los músculos de la corva y flexionar las rodillas, lo que
eventualmente lleva a la corrección de la deformidad (fig.14B).
Se utilizan además ejercicios y aparatos correctores. La prevención está dada en el
reconocimiento precoz de la patología y la consulta al especialista.
Fig. 14 A Fig. 14 B
42
HUESOS ACCESORIOS O SUPERNUMERARIOS DEL PIE
Existen varios huesecillos accesorios que aparecen a diversas edades en algunos niños y si
sobresalen mucho haciéndose visibles, causan preocupación y alarma en los familiares.
Señalaremos solamente los dos más frecuentes y aclararemos algunos conceptos.
HUESO DE VESALIO
Esta prominencia ósea aparece alrededor de los 9 años, en la cara externa del pie, por detrás
del quinto dedo. En los niños delgados llega a ser muy visible y a menudo presenta un ligero
proceso inflamatorio debido a la irritación por el calzado. Puede sufrir traumas cuando el
niño anda descalzo, o en las niñas que usan sandalias. Se confunde a veces en la radiografía,
con fractura de la base del quinto metatarsiano (3) .
HUESO TIBIAL EXTERNO
Este hueso accesorio del pie, llamado también escafoides supernumerario o prehallux, se
halla situado en la cara interna, casi inmediatamente debajo del tobillo. Se reconoce
fácilmente en la radiografía y con frecuencia es bastante grande para resaltar y traumatizarse,
produciendo inflamación, dolor y enrojecimiento. En la infancia, suele asociarse a pie plano
(3)
. Cuando es muy grande y se acompaña de pie plano, está indicado el tratamiento
quirúrgico a partir de los 9 o 10 años de edad.
HALLUX VALGUS O J UANETE
El tratamiento quirúrgico es raramente necesario en los niños y adolescentes; aunque, en
ocasiones, se hace obligatorio. La mayor parte de los casos se siguen hasta la adultez,
43
DEDO TRASLADADO O SUPERPUESTO
Los niños presentan en ocasiones, deformidad del tercero, cuarto o quinto dedo del pie,
desde muy temprana edad. Se caracteriza por la superposición de un dedo sobre otro, la cual
llega a ser muy molesta si se mantiene la deformidad hasta que el niño comience a usar
calzado. Es de fácil solución si se toman medidas inmediatas al descubrir la anomalía. El
tratamiento consiste en fijar el dedo con esparadrapo, entre los dos vecinos, de forma tal que
quede inmovilizado y sujeto (5) . Esta correción se realiza diariamente después del baño y se
mantiene hasta que logre la curación de la deformidad. Si no se toman estas medidas
precozmente, obligaría en el futuro a un posible tratamiento quirúrgico.
SACROLUMBAGIA DEL ADOLESCENTE
No es infrecuente la presencia de dolor de espalda o de "cintura" o "riñones", como se le
dice habitualmente, en jóvenes de ambos sexos, que practican deportes o mantienen una vida
muy activa. Son muchas las causas que pueden provocar estos dolores y deben ser siempre
estudiados por un especialista que descarte lesiones que pudieran ser de importancia. Como
profilaxis recomendamos que, ante cualquier dolor de la columna infantil, acudir a la
consulta médica y seguir las indicaciones y orientaciones que dé el facultativo. Estas
indicaciones pueden oscilar desde una simple observación del paciente, hasta el ingreso para
estudio y tratamiento. A veces, como ya dijimos anteriormente, las niñas exageran las
molestias para evadir los ejercicios físicos escolares; pero debe ser el médico quien, después
de un análisis profundo, diga la última palabra.
USO Y ABUSO DE LAS RADIOGRAFIAS EN LOS NIÑOS
Por último, quisiéramos dedicar algunos párrafos para hacer un breve análisis del uso y
abuso de las radiografías durante el crecimiento. Muy a menudo, los padres insisten en la
realización de frecuentes radiografías a sus hijos. Incluso llegan a exigir que el especialista
realice este examen o lo considerarían un maltrato al paciente. Otras veces acuden al
ortopédico y le dicen sencillamente: "he venido para que le haga una placa al niño porque
tiene un dolor". Todo médico que atiende niños ha tenido que afrontar, una que otra vez,
alguna de estas desagradables actitudes de padres o familiares acompañantes.
Trataremos de explicar algunas nociones sobre el peligro que encierra para los pacientes el
uso de los Rayos X. Las radiaciones ionizantes absorbidas por nuestro organismo actúan
sobre los tejidos, especialmente los de gran actividad celular:médula ósea, tejido linfoide,
células sexuales y la piel (6) . Todas las células vivas pueden sufrir modificaciones si son
sometidas frecuentemente, o por largo tiempo a las radiaciones. Si observamos un
departamento de Rayos X , veremos que existe protección plomada de puertas y paredes. Se
prohíbe la presencia de embarazadas por el peligro que encierra para la criatura que lleva en
44
su vientre. Al acompañante se le coloca un delantal plomado. ¿Son innecesarias estas
precauciones, o existe un peligro real en las radiografías?
Por supuesto, los modernos equipos radiográficos están protegidos para que pase al paciente
la menor cantidad de irradiaciones nocivas, pero siempre pasa alguna: la necesaria para
poder realizar la radiografía. Sí, por otra parte, estamos efectuando estudios prolongados y
frecuentes, la cantidad de radiaciones a la que se somete al paciente es aún mayor. El peligro
aumenta si se trata de organismos en crecimiento, como es el caso de los niños. ¿Por qué
entonces vamos a someter a nuestros hijos a esos peligros innecesariamente?
En resumen, no nos oponemos a todas las radiografías que sean necesarias e imprescindibles
para el diagnóstico correcto de una patología. Lo que sí criticamos es la radiografía
innecesaria o de "complacencia" y los estudios radiográficos repetidos con demasiada
frecuencia.
Insistimos una vez más, en que el médico ha dedicado la mayor parte de su vida a prepararse
concienzudamente para el buen servicio a su pueblo. Recordemos también que un médico
nunca termina de estudiar y actualizarse. Tengamos confianza en él y sigamos sus
orientaciones y consejos. Y, en aras de esa confianza, hagamos todas las preguntas y
aclaremos todas las dudas; él sabrá, dentro de sus posibilidades, responderlas.
RESUMEN
En este capítulo se valoran algunas causas de preocupación familiar como: la cojera infantil,
las deformidades de las rodillas no tratadas en el capítulo 2, otras anomalías del pie
como los huesos accesorios, el hallux valgus o “juanete” y el dedo traslapado. La
sacrolumbalgia del adolescente y el abuso de los Rayos X o “placas” en los niños,
completan este capítulo.
B I B L I O G R A F I A
1 Hensinger, R.N: Claudicación en el niño, Clin Ped Nor, Nov.1977:72330.
2 Alvarez Cambras, R: Tratado de Cirugía Ortopédica y Traumatología, Tomo II, Ed.
Pueblo y Educación, Cuba, 1968:142.
3 Hauser, E: Enfermedades del pie, Ed. Salvat, Barcelona, 1953:13738.
4 Wonger, D.R: Foot deformities in infants and children, Ped Clin Nor, 33:6, Oct.
1986:142326.
5 Giannestras, N.J: Trastornos del pie, Ed. Salvat, Barcelona, 1981:96101.
6 De Witte, F: Radiodiagnóstico fundamental, Ed. R. Cuba, 1968:68.
45
CAPITULO 6
COMPROBACIONES INVESTIGATIVAS
En el año 1996 concluyó el ensayo clínico y Tesis de Grado de la Dra. Anabel Placeres
Mampeller, titulado “Profilaxis de deformidades ortopédicas infantiles. Su conocimiento y
aplicación” (1) . El objetivo fundamental de la misma fue: “Conocer la aplicación de las
medidas profilácticas de las deformidades ortopédicas infantiles de miembros inferiores en
niños de un círculo infantil. Los objetivos específicos fueron:
v Detectar los niños con deformidades ortopédicas de miembros inferiores.
v Analizar la frecuencia de las deformidades ortopédicas en los niños según grupo etareo,
sexo, evaluación nutricional, tipo de deformidad ortopédica y los antecedentes de
factores predisponentes.
v Identificar el conocimiento y la aplicación de las medidas profilácticas y su relación con
la presencia de deformidades infantiles de miembros inferiores.
Para lograr estos objetivos se realizó un estudio transversal descriptivo para conocer la
aplicación de las medidas profilácticas de las deformidades ortopédicas de miembros
inferiores en los niños del Círculo Infantil “Moticas de Algodón” de la ciudad de Camagüey,
cuyo universo estuvo constituido por los 150 niños matriculados en el centro durante el
curso escolar 19941995, siendo la Historia Clínica Individual el registro primario de datos.
Se confeccionó una encuesta, según bibliografía revisada, completándose los datos con los
de la Historia Clínica Individual, un examen físico ortopédico realizado por un especialista
de II Grado en Ortopedia y Traumatología, para detectar los niños con deformidades y
además la entrevista a la madre o tutor, usándose las variables edad, sexo, evaluación
nutricional de los dos primeros años de vida, presencia de deformidad, tipo, conocimiento y
aplicación de las medidas profilácticas de las deformidades ortopédicas infantiles de
miembros inferiores, cuyos datos fueron procesados por medios computarizados.
Las deformidades se presentaron en cuatro de cada cinco niños, con predominio del pie
plano, metatarso varo, genus valgus y la torsión tibial interna, siendo más afectado el sexo
masculino y el grupo etáreo de 3 a 4 años; además se observó el antecedente de malnutrición
por exceso en los dos primeros años de vida en 9 de cada 10 niños, y en más de la mitad de
los casos que presentaron factores predisponentes se encontraron deformidades ortopédicas.
A pesar del predominio en el desconocimiento de las medidas profilácticas para las
deformidades ortopédicas de miembros inferiores, en la totalidad de los casos que las
aplicaron, no se presentó ningún tipo de deformidad ortopédica.
46
A continuación, expondremos en tablas los hallazgos de la Dra. Placeres, en los que se
evidencia la eficacia del conocimiento de las medidas profilácticas de las deformidades
ortopédicas infantiles:
CUADRO 1
DISTRIBUCION SEGÚN PRESENCIA DE DEFORMIDAD DE MIEMBROS INFERIORES
Presencia de deformidad de No. %
Miembros inferiores
SI 131 87,3
NO 19 12,7
TOTAL 150 100,0
FUENTE: ENCUESTA
CUADRO 2
DEISTRIBUCION SEGÚN EL TIPO DE DEFORMIDAD DE MIEMBROS INFERIORES
TIPO DE DEFORMIDAD No.
%
Pie plano 103
68,6
Genus Valgum 39
26,0
Genus Varum 2
1,3
Torsión tibial interna 32
21,3
Torsión tibial externa
Anteversión femoral 1
0,6
Metatarso Varo 54
36,0
Genus Recurvatum 7
4,6
Escafoides prominente (PreHallux) 12
8,0
FUENTE: ENCUESTA
47
CUADRO 3
DISRIBUCION SEGÚN SEXO Y PRESENCIA DE DEFORMIDAD DE MIEMBROS INFERIORES
PRESENCIA DE DEFORMIDAD FEM % MASC. %
SI 57 38,0 74
49,3
NO 12 8,0 7
4,7
TOTAL 69 46,0 81
54,0
FUENTE: ENCUESTA
48
CUADRO 4
DISTRIBUCION SEGÚN EL GRUPO ETAREO Y LA PRESENCIA DE DEFORMIDAD
PRESENCIA DE DEFORMIDAD
GRUPO ETAREO SI % NO %
1 – 2 años 29 19,3 9 6,0
3 – 4 años 68 45,3 6 4,0
Más de 4 años 34 22,7 4 2,7
TOTAL 131 87,3 19 12,7
FUENTE: ENCUESTA
CUADRO 5
DISTRIBUCION SEGÚN EL ESTADO NUTRICIONAL Y LA PRESENCIA DE DEFORMIDAD
PRESENCIA DE SOBREPESO U OBESO SOBREPESO U OBESO
DEFORMIDAD PRIMER AÑO DE VIDA SEGUNDO AÑO DE VIDA
No. % No. %
SI 37 24,6 41 27,3
NO 1 0,7 3 2,0
TOTAL 38 25,3 44 29,3
FUENTE: ENCUESTA
CUADRO 6
DISTRIBUCION SEGÚN LA APLICACIÓ N DE LAS MEDIDAS PROFILACTICAS Y PRESENCIA
DE DEFO RMIDAD ORTOPEDICA DE MIEMBROS INFERIORES
APLICACIÓN DE LAS PRESENCIA DE DEFORMIDAD
MEDIDAS PROFILACTICAS No. SI % NO %
SI 19 19 12,7
NO 131 131 87,3
TOTAL 150 131 87,3 19 12,7
FUENTE: ENCUESTA
49
CUADRO 7
DISTRIBUCIO N SEGÚN EL CONOCIMIENTO Y APLICACIÓ N DE LAS MEDIDAS
PROFILACTICAS Y LA PRESENCIA DE DEFO RMIDAD ORTOPEDICA DE MIEMBROS
INFERIORES
CONOCIMIENTO Y APLICACIÓN PRESENCIA DE
DEFORMIDAD
DE LAS MEDIDAS PROFILACTICAS No. SI % NO
%
Conoce las medidas y las aplica 15 15
10,0
Conoce las medidas y no las aplica 16 16 10,6
No conoce las medidas ni las aplica 115 115 76,7
No conoce las medidas pero las aplica 4 4
2,7
TOTAL 150 131 87,3 19
12,7
FUENTE: ENCUESTA
50
CUADRO 8
DISTRIBUCIO N SEGÚN ANTECEDENTES DE FACTORES PREDISPONENTES Y PRESENCIA
DE DEFORMIDAD ORTOPEDICA DE MIEMBROS INFERIO RES
FACTORES PREDISPONENTES PRESENCIA DE DEFORMIDAD
QUE INCIDIERON No. SI % NO %
Dormir en decúbito prono 125 120 80.0 5 3,3
Uso diario de medias, boticas,
escarpines y/o zapatos antes del año 92 91 60,6 1 0,6
Estimular al niño a pararse antes
de los 7 meses 54 53 35,3 1 0,6
Apoyar al niño antes de los 7 meses 75 70 46,6 5 3,3
Mantenerlo parado más de 3 horas
al día después de los 7 meses 84 83 55,3 1
0,6
No permitirle gatear libremente
después de los 7 meses 73 70 46,6 3
2,0
Caminar ayudado por andador,
manos, etc., antes del año 134 123 82,0 11 7,5
Caminar solo por estimulación
previa antes del año 80 77 51,3 3 2,0
Sentarse sobre las rodillas 14 14 9,3
FUENTE: ENCUESTA
51
CONCLUSIONES DEL ENSAYO CLINICO DE LA DRA. ANABEL PLACERES
2 Se presentaron deformidades ortopédicas rn más de la mitad de los casos que
presentaron factores predisponentes tales como: caminar ayudado antes de año, dormir
en decúbito prono (boca abajo), uso diario de mediecitas o botas tejidas antes del año,
mantenerse parado más de tres horas al día después de los siete meses y caminar sólo
por estimulación previa antes del año.
3 Predominó el desconocimiento de las medidas profilácticas para las deformidades
ortopédicas de miembros inferiores y la totalidad de los casos que las aplicaron no
presentaron ningún tipo de deformidad ortopédica.
OTRO ENSAYO CLINICO INVESTIGATIVO
En el año 2000, cuatro años después del trabajo anterior, concluyó en ensayo clínico y Tesis
de Grado del Dr. William Porres Varona, titulado: “ “ cuyos objetivos fundamentales
fueron:
OBJ ETIVO GENERAL:
· Conocer el comportamiento de las normas profilácticas de las deformidades
ortopédicas infantiles, en la consulta de puericultura ortopédica.
OBJ ETIVOS ESPECIFICOS:
1. Caracterizar a los sujetos de estudio según:
· grupos de edades
· sexo
· estado nutricional.
2. Identificar las deformidades ortopédicas infantiles más frecuentes.
3. Determinar la aparición o no de deformidades ortopédicas de miembros inferiores,
de acuerdo a la no aplicación de las normas profilácticas.
4. Precisar la cultura sanitaria en la población, con relación a las normas profilácticas
de las deformidades ortopédicas infantiles.
Para confeccionar el trabajo, se realizó un estudio descriptivo, transversal para conocer el
comportamiento de las normas profilácticas de las deformidades ortopédicas infantiles en
52
las consultas de puericultura ortopédica realizadas en el Policlínico Comunitario Docente
Centro del municipio Camagüey, desde Octubre de 1997 hasta Diciembre de 1999. El
universo de estudio estuvo constituido por 200 niños que asistieron a las consultas de
puericultura ortopédica, siendo las historias clínicas individuales, las fuentes de información
de datos primarios; elaborándose una encuesta según bibliografía revisada, la que se
convirtió en el registro primario de la investigación, procesándose los datos según paquete
de programa estadístico Microstat.
Se encontró, como resultados más importantes que las deformidades ortopédicas
infantiles de miembros inferiores más frecuentes resultaron; el pie plano con un 43.3 %, el
metatarso varo con un 20.0 %, la torsión tibial interna con un 13.3 %, las que se
presentaron fundamentalmente en niños mayores de un año de edad, con antecedentes de
malnutrición por exceso, prevaleciendo en el sexo Masculino en un 19.5 %, y la displasia de
cadera con un 63.3 %, estudiada de forma aislada como patología congénita, con mayor
incidencia en el sexo Femenino.
Se concluye comprobándose, el dominio de un mayor conocimiento y aplicación de las normas
profilácticas de las deformidades ortopédicas infantiles, 140 casos para un 70 %; y además que en
la totalidad de los casos estudiados en que se presentan estas deformidades, 60 niños para un 30 %,
no se aplicaron las medidas antes mencionadas.
A continuación, expondremos en tablas los hallazgos del Dr. Porres Varona, en los que se
evidencia la eficacia del conocimiento de las medidas profilácticas de las deformidades
ortopédicas infantiles:
53
CUADRO 1
DISTRIBUCIÓN SEGÚN EL GRUPO DE EDAD Y LA PRESENCIA DE DEFORMIDADES
ORTOPÉDICAS EN MIEMBROS INFERIORES.
Policlínico Comunitario Docente Centro
Camagüey, Octubre 1997 – Diciembre 1999.
Grupo etáreo
( meses) TOTAL Presencia de deformidad
No % SI % NO %
De 0 4 7 3.5 7 3.5
Mayor 1 año
(1 4 años) 55 27.5 34 17.0 21 10.5
Fuente : encuesta
CUADRO # 2
DISTRIBUCIÓN DE LA PRESENCIA DE DEFORMIDADES ORTOPÉDICAS EN MIEMBROS
INFERIORES SEGÚN SEXO.
Policlínico Comunitario Docente Centro
Camagüey, Octubre 1997 – Diciembre 1999.
Presencia
De
Deformidad Femenino % Masculino % Total %
Fuente: Encuesta
54
CUADRO # 3
DISTRIBUCIÓN SEGÚN EL ESTADO NUTRICIONAL (POR EXCESO)Y LA PRESENCIA DE
DEFORMIDADES ORTOPÉDICAS EN MIEMBROS INFERIORES.
Policlínico Comunitario Docente Centro
Camagüey, Octubre 1997 – Diciembre 1999.
Fuente : Encuesta
CUADRO # 4
DISTRIBUCIÓN SEGÚN PRESENCIA DE DEFORMIDADES ORTOPÉDICAS EN MIEMBROS
INFERIORES.
Policlínico Comunitario Docente Centro
Camagüey, Octubre 1997 – Diciembre 1999.
Presencia de deformidades
Ortopédicas
en miembros inferiores No. %
Si 60 30.0
No 140 70.0
Total 200 100. 0
Fuente : Encuesta
55
CUADRO # 5
DISTRIBUCIÓN SEGÚN TIPO DE DEFORMIDADES ORTOPÉDICAS EN MIEMBROS
INFERIORES.
TIPO DE DEFORMIDAD No. %
Torsión tibial interna 8 13.33
Genus recurvatum 5 8.33
Anteversión femoral 3 5.0
Torsión tibial externa 3 5.0
Genus valgun 2 3.33
Genus varum 1 1.66
CUADRO # 6
DEFORMIDADES CONGÉNITAS DE MIEMBROS INFERIORES DETECTADAS EN LA CONSULTA
DE PUERICULTURA ORTOPÉDICA SEGÚN SEXO.
Policlínico Comunitario Docente Centro
Camagüey, Octubre 1997 – Diciembre 1999.
Deformidad # de Casos
congénita Fem. Masc. Total %
Pie varo equino 1 5 6 20.0
Metatarso aducto 2 3 5 16.66
Fuente : Encuesta
56
CUADRO # 7
DISTRIBUCIÓN SEGÚN APLICACIÓN DE NORMAS PROFILÁCTICAS Y LA
PRESENCIA DE DEFORMIDAD ORTOPÉDICA
Policlínico Comunitario Docente Centro
Camagüey, octubre 1997 diciembre 1999.
Aplicación de Normas
Profilácticas # SI NO
# % # %
CUADRO # 8
DISTRIBUCIÓN SEGÚN EL CONOCIMIENTO Y APLICACIÓN DE LAS NORMAS
PROFILÁCTICAS Y LA PRESENCIA DE DEFORMIDADES ORTOPÉDICAS DE MIEMBROS
INFERIORES.
Policlínico Comunitario Docente Centro
Camagüey, Octubre 1997 – Diciembre 1999.
Conocimiento y aplicación de las Presencia de deformidad
Normas Profilácticas TOTAL
# % SI % NO %
Conoce las normas y las aplica 138 69.0 138 69.0
Conoce las normas y no las aplica 42 21.0 42 21.0
No conoce las normas ni las aplica 18 9.0 18 9.0
No conoce las normas pero las aplica 2 1.0 2 1.0
CONCLUSIONES DEL ENSAYO CLINICO DEL DR. WILLIAM PORRES
1. Las deformidades ortopédicas de miembros inferiores se presentaron aproximadamente
en uno de cada tres niños estudiados, fundamentalmente en niños mayores de un año de
edad del sexo masculino y con antecedentes de malnutrición por exceso durante los dos
primeros años de vida.
2. El Pie Plano, la Displasia de Cadera, el Metatarso Varo, y la Torsión Tibial Interna
resultaron las deformidades ortopédicas infantiles más frecuentes.
3. Se presentaron deformidades ortopédicas en la totalidad de los casos en que no se
cumplió con las normas profilácticas durante el primer año de vida.
4. Se observó una sensible disminución de la aparición de deformidades ortopédicas
infantiles en miembros inferiores, relacionado con un incremento en el conocimiento y
aplicación por parte de los padres de las normas profilácticas, hecho que habla a favor de
una cultura sanitaria positiva al respecto, gracias a la instauración de una consulta de
puericultura ortopédica.
58
A MANERA DE COMENTARIO FINAL
Si quieres darle de comer a un hombre un día, dale
un pescado.... si quieres darle de comer toda la vida,
enséñalo a pescar...
KUAN TSEU
Las deformidades ortopédicas ocupan, en la práctica médica pediátrica una alta incidencia
entre las afecciones de la infancia. No obstante, es muy poco lo que se ha escrito en relación
a su prevención o profilaxis. En este pequeño manual hemos tratado de “enseñar a pescar” a
madres, familiares, maestros y personal de la salud, en lo referente al qué hacer y qué no
hacer para evitar estas molestas y persistentes anomalías de desarrollo tan frecuentes en
nuestro medio. Ver crecer a nuestras futuras generaciones saludables y felices es el anhelo
de todo médico cubano consciente de su deber.
Conquistar la salud para todos es una obra participativa que hace posible la Revolución pero
que sería quimera sin el compromiso responsable y protagónico de la familia y los
ciudadanos en el cuidado y desarrollo de su propia salud y la de los demás, incluidos en
primerísimo lugar sus hijos.
Seguramente muchos ortopédicos juzgarán este manual superficial e incompleto. El autor no
ha querido hacer una obra profunda, pues esto se apartaría de los fines propuestos. En el
espíritu del libro se ha tenido como norma insistir y ser pródigos en las medidas a tomar por
médicos y familiares que son testigos activos del desarrollo infantil. Lo hemos escrito lo más
didácticamente posible para que llegue a toda persona interesada en esta temática.
Volvamos a la máxima inicial del refranero popular: “ Árbol que crece torcido jamás su
tronco endereza” y luchemos por eliminar ese jamás de nuestro vocabulario. Siempre se
puede más y el pueblo cubano está ya acostumbrado a triunfar en estas luchas. Es necesario
ahora desarrollar una batalla de ideas y principios profilácticos en la que cada uno podemos
ser portavoz consciente, inspirados en las palabras de quien ha sabido guiarnos todos estos
años: