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Diplomado en tanatología.

El diplomado tiene como objetivo capacitar a profesionales de la salud en el área de tanatología,


con énfasis en el apoyo profesional y humano, sin olvidar las convicciones religiosas, creencias,
espiritualidad y psicología de los pacientes y sus familiares, todo lo anterior con el fin de hacer
posible: el curar el dolor ante la muerte y el de disminuir la desesperanza, tanto a los enfermos en
fase terminal, a la familia y a personas que han sufrido la pérdida de un ser querido por un
accidente o en un acto suicida.

1. introducción a la tanatología

La tanatología es la disciplina encargada de encontrar sentido al proceso de la muerte, con un


método científico que la ha convertido en un arte y en una especialidad. Su objetivo principal es
proporcionar calidad de vida al enfermo terminal buscando que sus últimos días transcurran de la
mejor forma posible, fomentando el equilibrio de y entre sus familiares. Además ocupa de todos
los duelos derivados de pérdidas significativas que no tienen que ver con la muerte ni con los
enfermos moribundos.

La tanatología es la ciencia de la muerte y sus manifestaciones. Gira alrededor del enfermo


terminal y se basa en las descripciones y observaciones que sobre él se realizan para ofrecer un
diagnóstico y mediante éste, determinar las acciones a seguir

Elie Metchnikoff denominó la tanatología como la ciencia encargada de la muerte. En ese


momento la tanatología fue considerada como una rama de la medicina forense que trataba de
ella y de todo lo relativo a los cadáveres, desde el punto de vista médico legal.

En 1930 como resultado de os avances de la medicina, empezó un periodo en el que se confinaba


la muerte en los hospitales, ya para la década de los cincuentas esto se va generalizando cada vez
más y así, el cuidado de los enfermos en fase terminal es trasladado de la casa a las instituciones
hospitalarias, dando por resultado que la sociedad de esa época “escondiera” la muerte en un
afán de hacerla menos visible, para que no le recordara los horrores de la guerra que acaba de
terminar.

En la década de los sesentas, la presencia de los familiares durante la muerte de un ser querido se
vio disminuida en un 25% y durante esa época, se hace creer a todos que la muerte es algo sin
importancia ya que al ocultarla se le despojaba de su sentido trágico, convirtiéndola en un hecho
ordinario a la vez que tecnificándola y programándola, se le relegó y se le consideró insignificante.

El concepto y definición de la muerte según Potter y Gutiérrez ha variado a través del tiempo de
acuerdo con la cultura, la religión y el pensamiento predominante de cada pueblo y de cada
época, con la creencia o no, de la vida después de la muerte, que conlleva la esperanza de una
vida cuando la estancia terrenal haya llegado a su fin.

Por la violencia tan frecuente en la vida cotidiana al igual que en las guerras, llega a verse a la
muerte como algo natural, como también llega a suceder con los profesionistas del área de la
salud, quienes con un pensamiento biologísta, consideran a la muerte como un evento natural,
normal y cotidiano, dándole una interpretación solamente científica y técnica.

Dans refiere que la muerte como disolución de la unidad organizacional y funcional que compone
a in individuo n realidad es un proceso, por lo que no se sabe cuándo comienza hasta que el
proceso ha terminado

La muerte es parte de la vida misma, es el resultado del envejecimiento y deterioro progresivo


tanto orgánico como funcional. En otras ocasiones es el resultado del daño producido por diversas
enfermedades agudas o crónicas, cuya historia natural llega a su fase terminal a corto plazo se ha
modificado por los recursos que proporciona el avance científico y tecnológico, los que muchas
veces lo único que hacen es modificar la forma ye l tiempo de morir.

La manera como se interpreta a la muerte, ya sea como un acontecimiento general o ajeno,


cambia cuando afecta a una persona en particular, cuando el enfermo o sus familiares se enteran
de la posibilidad de la cercanía o la inminencia de la muerte, por lo que es importe conocer sus
reacciones y actitudes en estas circunstancias.

Elizabeth Kübler Ross describe los fenómenos psicológicos que acompañan a los enfermos en la
fase terminal durante el proceso de muerte y define a la tanatología como una instancia de
atención a los moribundos, por lo que se le considera la fundadora de esta ciencia. Es ella a través
de su labor, quien hace sentir a los moribundos miembros útiles y valiosos de la sociedad y para tal
fin, crea clínicas cuyo lema es “ayudar a los enfermos en fase terminal a vivir gratamente, sin dolor
y respetando sus exigencias éticas.

En la actualidad, el término Tanatología no se circunscribe al hecho fatídico, sino a la serie de


circunstancias que rodean la muerte de un ser humano, por lo que se considera como una
disciplina que estudia el fenómeno de la muerte en los seres humanos y está enfocada a
establecer entre el enfermo en tránsito de muerte, su familia y el personal médico que lo atiende,
un lazo de confianza, esperanza y buenos cuidados, que ayuden al enfermo a morir con dignidad

2. la tanatología desde el punto de vista humanista

3. el ser humano ante la enfermedad

definición

4. concepto de enfermedades crónico- degenerativas y terminales


Las enfermedades crónicas degenerativas son causantes de múltiples limitaciones físicas y
emocionales, desencadenando una serie de impedimentos, que interfieren en el desempeño
diario de actividades y principalmente en el ámbito laboral de las personas que las padecen.

El término crónico-degenerativas significa que estas enfermedades van avanzando


progresivamente hasta que termina con la vida de la persona sin que exista alguna cura para
detenerla. Las enfermedades crónico degenerativas más comunes son hipertensión arterial,
diabetes, cáncer, artritis: las cuales son un problema evidentemente creciente conforme avanza la
edad de la población.

El término crónico degenerativo significa que estas enfermedades van avanzando


progresivamente hasta que terminan con la vida de una persona sin que exista alguna cura para
detenerla; pero que mediante un tratamiento adecuado se puede vivir con alguna de estas
enfermedades.

Los principales factores de riesgo, es decir aquellos factores que nos conducen a padecer alguna
de estas enfermedades son la obesidad, el tabaquismo, alcoholismo, estrés, sedentarismo, los
cuales nos llevan a padecer varios problemas de salud.

5. psicopatologías asociadas a la enfermedad y la muerte

6. filosofía y muerte: reflexiones sobre el morir y la muerte

Platón afirmó que la filosofía es una meditación de la muerte. La muerte puede ser entendido de
dos maneras. Ante todo, de un modo ambiguo, luego, de una manera restringida. Ampliamente
entendida, la muerte es la designación de todo fenómeno en el que se produce una cesación. En
sentido restringido, en cambio, la muerte es considerada exclusivamente como la muerte humana.
Lo habitual ha sido atenderse a este último significado, a veces por una razón puramente
terminológica y a veces porque se ha considerado que sólo en la muerte humana adquiere plena
significación el hecho de morir. Esto es especialmente evidente en las direcciones más
“existencialistas” del pensamiento filosófico, no solo las actuales, sino también las pasadas. En
cierto modo, podría decirse que el significado de la muerte oscila entre dos concepciones
extremas; una que concibe el morir por analogía con la desintegración de lo inorgánico y aplica
esta desintegración a la muerte del hombre, y otra, en cambio, que concibe inclusive toda
cesación por la analogía con la muerte humana.

Como el hecho del nacimiento, el de la muerte es una de esas realidades que constantemente nos
ciernen y nos conciernen. Pero si el primero, que marca nuestra incursión en el mundo, goza por lo
general de nuestra aceptación satisfecha, en el sentido que prácticamente a nadie le molesta
haber nacido, (el nacimiento plantea otros problemas de orden filosófico, biológico, sociológico,
etc.) la muerte nos angustia y nos produce toda clase de rechazos y de huidas encubridoras, pues
prácticamente nadie quiere marcharse de este mundo, sobre todo si aún goza de sus plenas
facultades o aún no ha sentido esa mordedura del dolor que hace calmar incluso por la muerte,
con tal de no sufrirlo más.

La filosofía se ha planteado desde siempre el hecho de la muerte como un problema.


Prácticamente no hay pensador o pensadora que no haya reflexionado sobre la realidad de
nuestra finitud y contingencia, en otras palabras, el hecho de nuestro evidente carácter mortal. A
tal extremo podemos llegar con esta constatación, que habría que señalar que casi nadie se
plantea como núcleo de su filosofar el hecho de la natalidad, nuestro carácter de seres que han
nacido, de seres que llegan que les preexiste, y en el cual, como iniciados e indicadores, han de
realizarse a partir de la libertad que los signa, y que es precisamente la capacidad de comenzar con
sus acciones, eventos y sucesos, trayendo así al mundo lo inesperado e impredecible.

La vida y la muerte son dos conceptos que pueden parecer que son la noche y el día, pero no nos
damos cuenta de lo mucho que se parce y de su interdependencia. ¿Cuál es el sentido de vida?, si
al fin y al cabo vamos a morir todos ¿Qué hay tras la muerte?, un paraíso, reencarnación en otro
cuerpo, inexistencia. Desde nuestros orígenes, el ser humano ha evolucionado hasta nuestros días.
Hemos aprendido que le fuego quema porque hemos sentido la curiosidad de tocarlo, de saber
que es, y han tenido que morir muchas personas quemadas para sacar la conclusión del funeral es
peligroso. Pero ¿podríamos aplicar este ejemplo a la muerte? Si consideráramos que la muerte es
un error ¿por qué el hombre no ha sabido solucionarlo? Si nos preguntamos que éramos antes de
nacer y donde estábamos, siempre transcurre por nuestra cabeza un sentimiento de curiosidad
que nos remuerde la conciencia. Esto se debe a que, tras dos milenios de historia, nadie ha podido
sacar la conclusión del sentido de la vida.

En la actualidad, las personas llevan sus vidas, siguiendo sus rutinas, hasta que la muerte les llama.
Si lo pensamos, nacemos para morir: estudiamos, trabajamos, comemos, creyendo que con ello
alcanzaremos muchos años de felicidad y tranquilidad, pero en realidad no tenemos un periodo de
vida establecido. Vivimos siendo inconscientes de que la muerte es una realidad, vemos que
afecta a personas de nuestro alrededor pero nunca pensamos que esta pueda llegar a repercutir
en nosotros. ¿Será por ello la vida, una fase de desconocimiento y preparación para alcanzar algo
más grande? ¿Por qué la muerte nos causa tanta tristeza, si al fin y al cabo es una realidad que
convive en nuestro entorno? ¿se puede lidiar con la muerte? ¿Será que el hombre es capaz de
comprender el sentido de la vida, o seguiremos siendo una humanidad ignorante que nace y que
muere sin ningún propósito?. Lo cierto es que la muerte nos resulta terrible porque así lo ha ido
concibiendo la humanidad durante nuestros siglos de historia. No hay un motivo concreto por el
que tener miedo a la muerte, desterrarla de nuestras mentes u odiarla, ya que de ésta realmente
no sabemos nada. El hecho que puede marcar este sentimiento es nuestra angustia acumulada al
pensar que la muerte, es decir la pérdida de la vida terrenal, se llevará consigo nuestras
aspiraciones, metas u objetivos propuestos en nuestra vida, y que éstos quedarán en el olvido.

La forma global de reflexionar ante la muerte es muy inquieta y estresante, ya que se piensa que la
muerte es la peor de las ocurrencias, cuando esta es una circunstancia natural de la vida, a la que
debemos amar y no temer en ningún momento, pues de nosotros no depende. Una forma positiva
de vivir la vida es no preocuparse por los males venideros, vivir en el presente y siempre sentirse
gratificado con la oportunidad tan bella que se nos ha brindado, que es la de sentirse vivo. Un
error que cometemos constantemente en nuestra vida diaria es que pensamos que la muerte es
imposible que se de en nosotros, que se trata de algo repugnante y que causa pavor, por lo que la
estamos considerando como algo “antinatural”.

El tiempo nos hace vivir la vida de formas muy paralelas entre sí: si supiéramos que nuestra vida
va a ser larga, nuestra reacción sería la de vivir tu rutina aburrida y reservarte las cosas que
siempre has querido hacer el final. en contraste, si supiéramos que nuestra vida va a ser corta,
nuestra reacción sería la de vivir cada instante de tu vida al máximo, evitar resentimientos
realizando las confesiones y anhelos que siempre te reservaste, y así poder morir tranquilo
sabiendo que todo lo que querías hacer en esta vida ya lo habías hecho. La enseñanza que
podemos extraer de esta profunda reflexión es que una muerte lejana nos hace vivir la vida de una
forma sosegada, viviendo de lo ordinario y aburrido y por tanto de la que podemos llegar a
arrepentirnos, mientras que una muerte cercana nos hace ver el sentido de la vida desde el punto
de vista más realista, sintiendo que tras la muerte cada instante de tu vida fue en vamos, siendo
esta mentalidad que todos debemos tener si queremos pensar que lo que hemos hecho durante
este periodo corto pero hermoso, ha sido lo que realmente queríamos hacer.

La vida no existirá sin la muerte y la muerte no existirá sin la vida, al igual que la alegría no existirá
sin la tristeza, y la tristeza no existirá sin la alegría. Por eso decimos que si la muerte no existiera
no valoraríamos la vida.

Si se tomara como cierto que la vida que protege el derecho es la existencia biológica ¿Qué sucede
entonces con la consideración del proceso de morir y de la muerte? Legalmente se considera a la
muerte un hecho natural con efectos jurídicos, donde la referencia a lo natural evoca nuevamente
este anclaje biológico que pretende desconocer que: “la muerte no es ni ha sido nunca un hecho
natural simple y unívoco, sino un complejísimo fenómeno cultural; es una creación del hombre.
Esto se advierte muy bien al formular una pregunta tan simple como la de cuándo está muerto un
ser humano. La única respuesta indudable es que el hombre está muerto cuando el cuerpo se
descompone. Al corrupción orgánica es el único signo cierto de muerte. Ahora bien, este hecho
biológico nunca ha sido culturalmente asumible.”

Prueba de ello es que en la mayoría de los ordenamientos jurídicos, descartada la figura de la


muerte civil. Conviven al menos tres definiciones de muerte: la muerte cardiopulmonar, la muerte
encefálica o cerebral y la muerte presunta.

Dese el punto de vista conceptual la determinación de la muerte no es una constatación empírica


desarrollada incluso con el auxilio de medios técnicos sofisticados. Ni siquiera se trata de un juicio
de valor. Más precisamente la verificación de la muerte es una deducción teórica a partir de unos
hechos. La confirmación de la muerte se coloca, en un nivel metaempírico, que es el de la
interpretación de los hechos.
La muerte marca, para el derecho, el fin de la persona, pero para poder establecer el ámbito de
potestades del sujeto que se encuentra en el tránsito final de su vida biológica, debe además
contemplarse lo que prevé la norma en cuanto a los márgenes de disposición del propio cuerpo,
así como las pautas sobre la disponibilidad o no del derecho a la vida y a la integridad.

7. muerte, religión y espiritualidad

El cristianismo ante la muerte

La muerte es la cesación definitiva de la vida. La vida es el resultado del juego de los órganos, que
ocurre al desarrollo y conservación del sujeto. La muerte es trágica. El hombre, que es un ser
viviente, se topa con la muerte, que es la contradicción de todo lo que un ser humano anhela:
proyectos, futuro, esperanzas, ilusiones, perspectivas y magnificas realidades.

ACTITUD INSTITNTIVA ANTE LA MUERTE

No es de extrañar, el horror a la muerte. Y no tan solo al misterioso momento de la cesación de la


vida. Sino tal vez más, el proceso doloroso que nos lleve a la muerte. Tenemos el maravilloso
instinto de conservación que nos hace defender y luchar por la vida. Sabemos que la vida es un
don formidable y la humanidad ama la vida, Propaga la vida, Defiende la vida, Prolonga la vida y
odia la muerte. En muchos casos luchamos por la vida aunque ésta sea un verdadero infierno.

Si hay personas que en el colmo de la desesperanza recurren al suicidio, lo normal es que no


queremos morir y estamos dispuestos a pasar por todos los sufrimientos y a gastar toda nuestra
fortuna para curar a un enfermo. Le peleamos a la muerte a un ser querido a cosa de o que sea, de
vez en cuando hasta en contra de la voluntad del intere

la religión budista fundaba con el objetivo de dar respuesta a las cuestiones de vida y de la
muerte, apoya firmemente que la muerte es una fase de descanso, como un sueño del que
posteriormente se recobra la vida, y que ésta nos prepara para un nuevo ciclo de la vida. Además
la muerte nos ayuda a despojarnos de nuestras preocupaciones, que tanto atormentaban nuestras
vidas del pasado. Por otra parte, el tiempo también es inseparable ligado a la vida y a la muerte.
Éste nos hace tomar decisiones que pueden decantar nuestra permanencia en el mundo terrenal,
lleno de bienes materiales que tras la muerte se pierden sin que nadie pueda oponer resistencia.

8. concepto de muerte a través de la historia. La muerte para el mexicano

Para comprender cabalmente el concepto actual de la muerte en el imaginario del pueblo


mexicano es menester retroceder a épocas pasadas. De la época prehispánica destacan los
pueblos nahuas quienes tuvieron un particular pensamiento sobre la vida y la muerte que los
llevó a integrase de una forma excepcional con el devenir del cosmos mismo. Su concepción
9. cuidados paliativos en el hospital y el hogar, aspectos básicos

Los cuidados paliativos son definidos como la asistencia total y activa a los pacientes y a sus
familias por un equipo multiprofesional, cuando no hay esperanza de curación y el objetivo
esencial del abordaje terapéutico ya no consiste en prolongar la vida sino en asegurar la máxima
calidad de vida posible. El concepto incluye la satisfacción de necesidades físicas, psicológicas,
sociales y espirituales para el enfermo y la familia.

La atención de los cuidados paliativos a lo largo del tiempo se ha visto influenciada por los cambios
en la sociedad que repercuten en la familia. En ocasiones el núcleo familiar no otorga el soporte
tradicional y la compañía que requieren los enfermos en situación terminal.

Existe un área que es dejada de lado y que requiere de una preparación adecuada para todos los
profesionales de la salud. Esta representa un interés especial y específico para la enfermería: es el
proceso de morir. Con un conocimiento adecuado de este difícil y necesario tema los pacientes y
familiares lograran tener un mejor nivel de atención y de apoyo para las duras etapas de la muerte
y el duelo.

Los cuidados paliativos deben ser individualizados e integrales, porque las intervenciones se
planifican dese un orden bio-psico-social, incluso espiritual y enfermería deberá abordarlos desde
todas estas tareas.

Evolución histórica.

10. muerte clínica, muerte encefálica muerte cardiorrespiratoria. Neurofisiología

11. depresión

12. Muerte y cadaverización

13. la familia ante la muerte y su asistencia tanatológica

14. Terapia y consejería tanatológica

15. De la negación a la aceptación de la muerte

16. Bioética y muerte

17. atención al equipo de salud. El dolor de la muerte y la desesperanza


18. duelo en la muerte de niños y adolescentes

19. duelo en la muerte de los ancianos, enfermos crónicos y con discapacidad

20. las pérdidas a lo largo de la vida: divorcio, separación, desempleo, secuestro y otro

21. muerte trágica e inesperada

22. suicidio

23. trasplante y donación de órganos. Dar vida después de la vida.

24. Distanasia, ortanasia, eutanasia, ensañamiento terapéutico. Voluntad anticipada

25. aspectos jurídicos, legales y normativos ante la muerte

26. testamentos, herencias y derecho de familia

27. la muerte y el duelo en el cine

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