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El tiempo se nos va de las manos

La gestión del tiempo se ha convertido en una obsesión. Hasta la invención del tren, no existía una hora global en los
países. Ahora, los minutos se esfuman sin darnos cuenta.

Iñigo Domínguez
7 MAY 2017

Pasamos mucho tiempo hablando del poco tiempo que


tenemos. De cómo gestionar nuestros aparatitos. De la
constante interpelación a intervenir, en una disposición
operativa perenne. Con expectativas incesantes de
respuestas y novedades. ¿Por qué se nos escapa el
tiempo y, sobre todo, pasa esto más que antes? El
tiempo, tal cual, es motivo de inquietud y están
surgiendo muchos libros sobre ello. Y eso que es un tema
sesudo, aparece Heidegger en cuanto te despistas.
Acaban de publicarse Cronometrados, de Simon Garfield
(Taurus), un paseo de anécdotas históricas; Tiempo
Una tienda de relojes en la frontera entre Macao y Zhuzhai.
(Tusquets), del filósofo alemán Rüdiger Safranski; Ser sin
tiempo (Herder), un “manual de instrucciones” para esta
Robinson Crusoe llega a una isla en 1659 y lo primero que
era alocada, de Manuel Cruz, y Cronografías (Anagrama),
se hace es un calendario, para sentirse en conexión con
de Graciela Speranza, sobre cómo el arte
el mundo civilizado, un consuelo contra la soledad. Hoy
contemporáneo destripa la idea de tiempo. Están llenos
buscamos la isla desierta para desconectar. La vivencia
de pistas para interpretar lo que nos está pasando.
colectiva de la simultaneidad arranca a finales del XIX.
Se podría decir que el tiempo propio choca cada vez más Entonces solo era coetáneo el espacio cercano, de lo
con el tiempo social. Viene de lejos, los griegos ya se demás te enterabas mucho más tarde. Más allá del
quejaban de que el reloj de sol del ágora era una horizonte solo había diversos niveles de retraso. Cada
intrusión en el ritmo de la vida privada. Pero la uno era, explica Safranski, “una pequeña isla de presente
homogeneización social del tiempo empieza con los rodeada de un océano de pasado”. Hoy vivimos inmersos
trenes, cuando en 1830 se puso en marcha la línea en un presente que nos ahoga, podemos saber a qué
Liverpool-Manchester, e irrumpe en la historia la hora pasa el autobús por nuestra parada y tenemos
puntualidad. Los trenes tenían horarios, pero no existía imágenes en directo de un robot en Marte.
una hora común y esto causaba accidentes. Cada ciudad
Esta exaltación del presente es un fenómeno nuevo.
tenía su hora, en su campanario, y la idea de unificarla
Antes el tiempo rey era el pasado, la tradición, incluso lo
fue vista como una imposición de las máquinas. Hay
nuevo se enlazaba con lo antiguo —el Renacimiento— y
artículos divertidísimos de la época, citados por Garfield,
había una proyección al futuro, en Occidente, por un
como un diario de Edimburgo que proclamaba en 1851:
relato cristiano de salvación. Hoy el cineasta Alexander
“¡Ingleses, que nuestro grito de guerra sea: el tren o el
Kluge habla de “un ataque del presente al resto del
sol!”. Perdieron, claro. En 1880 el ferrocarril británico se
tiempo”. El pasado es muy manejable, se puede buscar
unificó con la hora de Londres. Siguieron todos los países.
al compañero de pupitre o a una exnovia, y almacenamos
Lo curioso es que hoy viajar en tren es símbolo de
cantidades increíbles de datos. Al mismo tiempo se
lentitud y tranquilidad.
consume el futuro: cuando nos endeudamos, al destruir
Los nuevos inventos, tren, telégrafo, fotografía, el medio ambiente para las próximas generaciones. Ha
comenzaron a comprimir el tiempo y espacio, y aparece muerto el largo plazo, todo es a corto: el tacticismo
otro factor decisivo, hoy desquiciante: lo simultáneo. político, la remuneración salarial por objetivos. “La
destrucción de toda posible experiencia de continuidad mientras nos hacemos una foto y pensamos en lo que
crea angustia e inquietud, el mundo se ha quedado sin haremos luego.
tiempo”, concluye Cruz. Hay demasiada realidad, es muy
La pregunta es dónde queda el tiempo propio, personal.
penetrante, deja poco espacio y poco tiempo.
Piense en la última vez que se aburrió, quizá por
El mundo empezó a tener la sensación de que todo iba insomnio, o en un aeropuerto. Ya es una experiencia
más deprisa con la Revolución Francesa, en 1789, porque rara. Safranski dedica un capítulo muy interesante al
la historia ya podía hacerse, quedaba en manos de la aburrimiento, donde se produce “el encuentro
gente. En 1820 los médicos franceses ya diagnosticaban paralizante con el puro pasar del tiempo”. El problema,
la nostalgia como una enfermedad, la primera asociada obviamente, es existencial. Apagar el móvil puede llegar
al tiempo. Luego es la revolución industrial la que a ser como cuando entras en un hospital: aparece el
exprime el uso del tiempo en sentido económico. El tiempo y, por tanto, la muerte. Este horror vacui se cubre
taylorismo, la organización científica de las fábricas, se con un “tapiz de sucesos”, dice el filósofo, pero “se hace
especializa en buscar, desenterrar y anular reservas cada vez más corto el espacio de tiempo de la atención y
ocultas de tiempo libre. El tiempo empezó a ser dinero, cada vez más fragmentada la secuencia de la vivencia”.
lo dijo Benjamin Franklin ya en el siglo XVIII. Hoy esta Goethe predijo ya hace dos siglos que el hombre está
coacción ya se la hace uno solito con hojas Excel, hecho para vivir en “una situación limitada”, y que el
organizándose el tiempo por franjas de media hora. vértigo de la anulación de distancias le haría desgraciado.
Luego Amazon te entrega el paquete hoy mismo. Kindle La cantidad de estímulos e información supera con
te dice cuánto tiempo tardarás en leer un libro. Un reloj mucho la capacidad de respuesta, la acción.
mide tus pulsaciones cardíacas. Por no hablar de lo que
En todo caso, san Agustín o Wittgenstein sí veían en vivir
duran algunos entrenadores. El sociólogo alemán
intensamente el presente la clave de la atemporalidad,
Hartmut Rosa habla de “inmovilidad frenética” y
de la eternidad. Graciela Speranza recuerda Boyhood
diagnostica de forma apocalíptica que nos hallamos en
(2014), la magnífica película rodada en el tiempo de la
un colapso entre la expansión tecnológica y la creciente
vida real de los actores, y el protagonista dice al final: “El
sensación de que nunca conseguiremos los objetivos que
ahora es lo único que existe”. Hoy es difícil tener una
nos planteamos.
sensación de eternidad, salvo quien tiene una hipoteca.
Los expertos avanzan que un gran debate cultural del Se impone pararse un rato a pensar. Y olvidarse a sí
futuro será capitalismo digital acelerado contra mismo, que es olvidar el tiempo, una bendición que da el
desaceleración. El poder político, democrático, por arte o el amor. Wagner es capaz de levantar una
ejemplo, se mueve con mucho retraso respecto al experiencia estética total que anula el tiempo, una ópera
económico. Tras el derrumbe de 700 puntos del índice de cinco horas, por ejemplo. Aunque hoy la experiencia
Dow Jones en 2010, con una pérdida de un billón de artística es a menudo industria de entretenimiento. No
dólares, tardaron cinco años en encontrar al son momentos densos, con el rabillo del ojo ves el
responsable, un tipo de 36 años que lo hizo en pijama con tiempo que se escapa.
el ordenador de casa de sus padres en Londres.
Todo esto es nuevo para el mundo y los más jóvenes
Es difícil imaginar cómo era la sensación interna del viven ya en ese mundo nuevo. Manuel Cruz cuenta que
tiempo en el pasado. Los inuit esquimales no tienen una en una clase sobre el concepto de generación preguntó a
palabra que signifique “tiempo”. La luz, la luna, las sus alumnos cuál sería el evento distintivo que les podría
estaciones, las migraciones de animales marcaban su definir como tal, como generación del 68 o de la
ritmo de su vida. El tiempo es una duración de un antes Transición. Hubo desconcierto y al final uno respondió: la
y un después, y en medio, los intervalos, decía introducción de la tarifa plana de Internet.
Aristóteles. Y hoy está desapareciendo el intervalo, los
ratos en los que no sucede nada. La ciencia ha calculado
que el tiempo de percepción del presente en la
conciencia es de unos tres minutos. Quizá para un
campesino medieval era un rato largo, pero ahora en ese
lapso recibimos varios mensajes, contestamos otros,
actualizamos diez veces la web que estamos viendo y

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