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A

sesinato, romance, secretos y pasados ocultos. El engaño desde todos los


ángulos, ¿quién está diciendo la verdad?

La vida de Cheyenne Wilson queda sumida en el caos después de que


sus padres adoptivos mueren en un accidente. Con sólo su mejor amigo Colt
para consolarla, revisa los archivos de la familia, con la esperanza de calmar su
dolor. En cambio, empieza a desentrañar el misterio detrás de sus padres
biológicos, y su patrimonio secreto. Ella es una Eterna: un ser que envejece un
año por cada cien años humanos cuando alcanza los veinte, y de linaje real,
destinada a obtener un gran poder.

Pero Cheyenne tiene otros problemas. Los que mataron a sus padres la quieren
también, y Colt está ocultando algo propio. Rodeada de peligro y con pocos en
los que pueda confiar, Cheyenne debe enfrentarse a la oscura verdad de su
pasado, y elegir entre un amor prohibido que mantendrá para siempre su
corazón, o su destino...

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Índice
Capítulo 1 ....................................... 4 Capítulo 15 ................................182

Capítulo 2 ......................................17 Capítulo 16 ................................195

Capítulo 3 ......................................29 Capítulo 17 ................................207

Capítulo 4 ......................................37 Capítulo 18 ................................219

Capítulo 5 ......................................46 Capítulo 19 ................................235

Capítulo 6 ......................................61 Capítulo 20 ................................251

Capítulo 7 ......................................77 Capítulo 21 ................................266

Capítulo 8 ......................................91 Capítulo 22 ................................284

Capítulo 9 ....................................106 Capítulo 23 ................................299

Capítulo 10 ................................116 Capítulo 24 ................................314

Capítulo 11 ................................125 Capítulo 25 ................................323

Capítulo 12 ................................138 Sobre la autora .....................351

Capítulo 13 ................................151 Staff del Libro.......................353

Capítulo 14 ................................167
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Capítulo 1

Traducido por Shadowy y Maru Belikov

Corregido por Nanis

L
a cálida brisa acariciaba mis mejillas, y suspiré. El sol se filtraba a través
de los pinos de más de doce metros que rodeaban nuestra casa, echando
sonrisas de sol. Al menos, así es como mamá las llamaba cuando yo era
joven. Decía que el sol hacía esto para difundir su felicidad a través del bosque.
Sonreí, ella tenía una manera única de pintar el mundo para un niño de cuatro
años.

Un pegote grande de jabón cayó sobre mi cabeza seguido por una aspersión de
agua. Caí hacia atrás en mis manos, y el guante de auto que estaba utilizando
para lavar las ruedas de mi Jeep quedó incrustado con grava de la entrada de
mi casa. Sabía quién era el culpable.

—¡Colt, pórtate bien! —Sacudí mi cabeza mientras me ponía de pie. Él estaba


siendo especialmente tortuoso hoy por alguna razón.

Nuestros ojos se encontraron, azul con azul. Sus dedos voluminosos estaban
envueltos alrededor del rociador de la manguera como si fuera el gatillo de un
arma.

—Ni siquiera lo pienses —dije firmemente mientras un destello se formaba en


sus ojos. Él quería ver hasta dónde podía empujar mi paciencia.

—¿Y qué si sólo ocurre accidentalmente, Cheyenne? —Una sonrisa maliciosa se


formó en sus labios.
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—Entonces averiguarás lo que significa venganza. —Luché para proporcionar
un tono firme de reprimenda. Él sabía tan bien como yo que probablemente
nunca podría vengarme de él. Pero valía la pena intentarlo. Se paró y me miró
por un momento largo. Presionó el gatillo de la manguera y procedió a enjuagar
el jabón restante del techo de mi Jeep.

Mirando el guante en mi mano, empecé a arrancar la grava. Momentos más


tarde, me di por vencida y fui a su lado, levantando mi guante y lo vi sonreír.

—Simplemente no puedes mantener algo limpio, ¿verdad? —preguntó. Rodé


mis ojos. Él sabía que fue el que causó el problema, y aun así sentía la necesidad
de burlarse, tal como se burlaba de mí por todo.

—Sólo enjuágalo para mí, por favor. No puedo lavar mi auto con grava. —
Extendí mi brazo, y él accionó el aspersor en toda su fuerza. Me encogí mientras
los fragmentos de roca volaban, y el agua cubrió el frente de mi camisa y
también de mis vaqueros.

—Ups. —Una risa sonora lo siguió.

Calculadamente, poco a poco levanté mis ojos a los suyos y los estreché.

—¿Ups? —pregunté.

—Ups —respondió mientras levantaba sus cejas, tratando de no reírse.

Me lancé por la manguera. Los dos estábamos riendo y luchando por el control
del gatillo. Sabía que no era rival para él. Él era enorme en comparación con mi
constitución de un metro con sesenta y cinco. Él tenía más de un metro noventa,
fornido, y debería haber sido un jugador de fútbol. Debería haber sido un
montón de otras cosas, la última de las cuales era mi mejor amigo.

Corriendo por el lado del Jeep, agarré el cubo de agua jabonosa. Él estaba justo
detrás de mí. Me las arreglé para hacerlo girar en su dirección, y el agua salió
tambaleándose, golpeándolo directamente en el pecho. Estallé en carcajadas.
Colt no se detuvo mientras me levantaba del suelo y me cargaba a la hierba en
mi jardín delantero.

—¡Oh, pagarás por eso! —dijo mientras me hacía cosquillas.


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—¡Para! ¡Vas a hacer que me haga pis en mis pantalones! —chillé.


Continuó con sus cosquillas.

—¡Me gustaría ver eso!

—¡Colt! —supliqué. Eventualmente se detuvo y se sentó a mi lado, ambos


atrapando nuestro aliento—. Estoy empapada, sabes —dije a través de mi
sonrisa.

Miró hacia abajo y sonrió.

—Sí, lo estás. —Suspiró y se dejó caer de espaldas, y ambos nos tendimos y


miramos hacia arriba a través de los árboles. Estábamos tendidos en un pedazo
soleado, y el sol nos calentaba agradablemente. Había sido una primavera
inusualmente caliente hasta el momento. Hoy era el inicio de las vacaciones de
primavera para nosotros. Colt había venido a ayudarme a lavar mi auto antes
de irme para un viaje de campamento de una semana con mis padres.

—¿Estás seguro que no puedes venir con nosotros? —Rodé a mi costado para
obtener una mejor vista de él. Esta era una de las pocas veces en que podíamos
vernos a los ojos. Él había venido a unos pocos viajes de campamento con
nosotros en el último año y medio. Mis padres adoptivos, Gene y Alexis, lo
amaban. A menudo lo invitaban sin siquiera decírmelo.

—Lo haría si pudiera, pero ya dije que me voy por la semana.

—Has dicho que te ibas, pero no me has dicho a dónde. —Comencé a jugar con
una brizna de hierba entre mis dedos, un poco molesta de que no me contara
sus planes de vacaciones. ¿Cuál era el problema?

—No es importante. Estaré de vuelta el domingo. Tú deberías estar en casa para


entonces. Vendré tan pronto como pueda. —Tomó una ramita y le dio
golpecitos a mi brizna de hierba con ella—. Puedes llamar o enviarme mensajes
si tienes servicio. —Estaba tratando de aliviar mi irritación.

—Entonces, ¿cómo es que eres mi amigo, otra vez? Deberías estar jugando
fútbol y saliendo con la líder de las animadoras o algo así, pero en cambio estás
aquí, atormentándome y supuestamente ayudando a lavar mi auto. —El
sarcasmo acribillaba mis palabras. Si él podía ser un problema de una manera,
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entonces yo podía ser un problema en otra.


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—Yo mismo he estado preguntándome eso. —Comenzó a tocar su sien con su
dedo, fingiendo estar inmerso en sus pensamientos—. Sin embargo, esa
respuesta está probablemente perdida en las brumas del tiempo. —Arrugué mi
nariz hacia él. Un mechón de su cabello rubio cayó hacia delante y reí—. Vamos
a ver, soy tu amigo porque nos llevamos muy bien, para empezar. No eres
como cualquier chica típica con que he estado alrededor… hmm, en cuanto al
fútbol, ya te dije que he tenido demasiadas conmociones cerebrales, por lo que
no puedo jugar más. Y en cuanto a la líder de las animadoras —resopló—.
¿Quién necesita ese dolor de cabeza? —Inclinó hacia abajo su barbilla—. ¿Eso
funciona para ti?

—Supongo que tendrá que hacerlo. —Rodé mis ojos.

Se elevó sobre mí, mientras empezaba su asalto de cosquillas de nuevo.

—¡Para! —grité con poco éxito. Finalmente cedió y me ayudó a levantarme.

La tarde se había desvanecido, y comenzamos a limpiar el desastre. Llevé el


cubo y el guante de limpieza al porche mientras Colt enrollaba la manguera.

—Tienes que irte, ¿no? —Fruncí el ceño ligeramente mientras mi largo cabello
rubio flotaba en la brisa, alterando mi vista de Colt. Lo puse detrás de mis
orejas.

—Sí, tengo que tomar un vuelo. —Sonaba decepcionado—. Tus padres deben
estar en casa alrededor de las seis, ¿no?

—Sí. El avión de mi papá llegó hace casi una hora. Se suponía que iban a
detenerse y conseguirle a mi mamá un nuevo celular y hablar con ellos sobre el
servicio aquí. Ha estado muy impredecible últimamente. El código de error
aparece como problemas de red. —Me detuve mientras miraba hacia el bosque
que rodeaba nuestra casa. Mis ojos atraparon una sombra oscura. Se movió tan
rápido que, de haber parpadeado, me lo habría perdido. Miré fijamente,
tratando de determinar si fue real. Estaba teniendo un pequeño dolor de cabeza,
así que tal vez fue sólo una mancha oscura en mi visión.

—¿Cheyenne? —dijo Colt en voz baja, trayendo mi atención de vuelta a nuestra


conversación mientras sus dedos tocaban mi brazo.
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Miré hacia arriba.


—Después de eso estarán en casa. Gracias por tu ayuda, ya tengo el equipo de
campamento alineado en el pasillo. Ellos querían salir esta noche.

Colt miró su reloj, su mirada reflejando su reticencia a marcharse. Para ser sólo
mi amigo, era un poco protector. Supuse que era una cosa de hombres.

No estaba muy segura de cómo había llegado a ser tan afortunada de tener a
Colt como amigo. Él había empezado a pasar el rato conmigo al principio de mi
año junior. Viéndose un poco desconcertado, dijo que estaba perdido cuando
entró en la primera clase. Me pidió ayuda, y aunque me sorprendió que me lo
pidiera, lo hice. Nos dimos cuenta de que teníamos las mismas clases. En ese
momento pensé que era extraño, pero me imaginé que había sólo unas cuantas
combinaciones. Era fácil llevarse bien con él, y me encontré esperando que nos
convirtiéramos en amigos. Muy pronto, estábamos siempre juntos, y después
de que conoció a mis padres, empezaron a invitarlo a unirse a nosotros todo el
tiempo.

—Vamos. —Agarré su brazo—. Tienes que irte. Yo estaré bien. —Caminé con él
a su motocicleta.

Había estado emocionado de sacarla recientemente con el clima más agradable.


La tarde tibia era inusual para nosotros, viviendo en una región montañosa del
norte de Idaho. Las temperaturas de primavera eran más cálidas de lo esperado,
pero no estaba quejándome. Colt montó su moto, y yo me quedé a unos pocos
metros cuando la encendió.

—Sabes, para alguien que ha tenido demasiadas conmociones cerebrales,


realmente deberías estar usando un casco.

No respondió, sino que sólo sonrió, y negué con mi cabeza. Di un paso más
cerca para eliminar las pocas hojas que vi atrapadas en su cabello despeinado.
Muy lentamente e intencionalmente me dio un abrazo. Inhalé ligeramente, su
olor almizclado llenando mi cabeza mientras sus brazos se apretaban. No es que
fuera raro en él que me abrazara como despedida, sin embargo, la forma en que
lo hizo puso mis sentidos en alerta máxima. Se echó hacia atrás y puso en cálido
beso en mi mejilla, cerca de mi oreja, demorándose mientras su aliento hacía
que mi pulso latiera más rápido.
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—Ya te extraño, Cheyenne.


Tragué saliva y di un paso atrás.

—Lo mismo digo —contesté con voz ahogada, y juro que le oí reír por lo bajo.

—Te veré el próximo domingo. —Sonrió mientras aceleraba el motor.

Vi mientras bajaba por nuestro largo camino de grava y desaparecía entre los
árboles de pino que rodeaban la carretera. No estaba segura de qué pensar de
todo esto, su abrazo y su toque persistente.

La brisa tocó mi piel de nuevo e hizo que el pelo en la parte trasera de mi cuello
se pusiera de punta, pero no era por frío. Giré y miré hacia el bosque rodeando
mi casa, tratando de quitarme de encima la sensación de que alguien me estaba
observando, una sombra constantemente avecinándose, como la sombra que
pensé que vi antes. Siempre me sentía segura cuando Colt o mis padres estaban
alrededor, pero cuando se iban, era una historia diferente. No me atrevía a
decirles. No necesitaba que pensaran que estaba paranoica.

Entré rápidamente en la casa.

Colt no sólo era mi mejor amigo, era más o menos mi único amigo. Nos
habíamos mudado mucho a lo largo de los años, y este era el tiempo más largo
que nos habíamos quedado en alguna ubicación, Sagle, Idaho. Iban a ser tres
años. Reubicarse tanto hacía difícil acercarse lo suficiente a alguien. Siempre
tuve en la parte trasera de mi mente que no debería invertir demasiada energía
en ello, ya que no estaríamos alrededor. Colt y yo estábamos esperando
graduarnos en mayo, pero mis padres habían estado actuando raro de nuevo.
Esta era generalmente la señal de una inminente mudanza.

Dejándome caer en el sofá de la sala de estar, miré los sacos de dormir, la estufa
de campamento y el equipo diverso. A pesar de que eran mis vacaciones de
primavera, mis padres me habían vencido en una votación, e íbamos a acampar
de nuevo. No es que realmente objetara ir de campamento, pero preferiría
haber pasado las vacaciones de primavera en un lugar tropical para variar.
Quería un bronceado genial. Quería que el sol le diera a mi cabello mechas más
rubias. Quería presumirle a Colt sobre mi piel siendo más oscura que la suya
cuando volviera. Torturarlo y burlarme de él, sólo un poco, como siempre me lo
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hacía a mí. Sonreí. Siempre nos divertíamos juntos. Él siempre sabía cómo
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alegrar mi día.
Mis padres estaban emocionados sobre este viaje. Habían estado planeándolo
por meses, y el clima cálido era un extra. No que importaran las condiciones
climáticas, sin embargo,ellos no se dejaban intimidar por las tormentas en lo
más mínimo. No puedo decir que me sintiera de la misma manera. Mis padres
estaban emocionados de alejarse, de tener tiempo para hablar, eso dijeron ellos.
Habían mencionado que querían discutir algo conmigo. Mi mamá no me daría
ninguna pista, pero dijo que tenía la edad suficiente para saber y entender lo
que sea que este gran secreto fuera. Yo era hija única. Mis padres me habían
adoptado cuando era pequeña, porque no podían tener niños por su cuenta.
¿Tendría que ver con mis padres biológicos?, me preguntaba.

Mi teléfono vibro. Era mamá. “Se nos hizo tarde. Llegaremos a casa pronto”,
decía el texto.

Respondí: “Está bien. Nos vemos pronto”. Presioné el botón de enviar y


apareció “error de red”. ¡Argh! ¡En que dolor se estaba convirtiendo esto!
Aparentemente, ellos no se habían detenido para arreglarlo. Habría llamado,
pero cuando mi teléfono mostraba eso, nada funcionaba. Ya no teníamos una
línea fija, solo teléfonos celulares.

Mi estómago gruñó. Miré al reloj, era un poco después de las cinco treinta.
Tomando un yogurt y una botella de agua de la cocina, busqué en la despensa
por algunas barras de granola. Comí mi merienda y esperé pacientemente a que
llegaran.

Marcaban las siete en punto, y todavía no estaban en casa. Estaba empezando a


ponerme ansiosa. Porque vivíamos a las afueras de la ciudad, el aeropuerto
estaba al menos a una hora y media de distancia. Me tomaba cerca de media
hora llegar a la escuela. Empecé a caminar por la casa. Otros quince minutos
pasaron, y revisé mi teléfono otra vez para escribirle a ambos, a mamá y a papá.

“¿Dónde est{s? Dijiste tarde, ¿pero cu{n tarde?” Y presioné enviar, y esta vez
no apareció ningún mensaje que dijera error. Jugueteé con mi anillo mientras
esperaba. Mamá era usualmente muy rápida con sus respuestas, nunca me
dejaba esperando. Cinco minutos pasaron y nada. Marqué su número.
Afortunadamente sonó, pero fue directo a su buzón de mensajes.
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—Mama, ¿dónde estás? Me estoy preocupando. Llámame. —Colgué e


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inmediatamente marqué el número de papá. También fue a su buzón de


mensajes—. Papá, ¿qué ocurre? Pensé que ya estarían en casa. Por favor
llámame. Sólo quiero asegurarme de que todo está bien. —Presioné finalizar y
esperé.

Mi corazón empezó a golpear mientras esperaba. Algo no andaba bien, y lo


sentía en mis huesos. ¡La computadora! Corrí hasta mi computadora portátil e
inmediatamente empecé a buscar en internet por noticias recientes. Mi
imaginación estaba corriendo fuera de control. Traté de convencerme a mí
misma que sólo estaban retrasados porque había una construcción en la
carretera, o quizás había un accidente en la autopista y no eran capaces de
conseguir salir de la vía. Si yo estaba teniendo problemas con la red, entonces,
¿también era posible que ellos los tuvieran? Quizás estaban en una mala zona y
no podían recibir mis textos o los mensajes de voz. Estarían llamando en
cualquier minuto. Estaba segura de eso.

La televisión y el internet no me dieron ninguna información. Mi temblorosa


mano presionó el botón de apagado en el control remoto. Miré al reloj colgando
encima del escritorio antiguo en la esquina de la sala. Ahora eran las 10 p.m. mi
cabeza se sacudió al sonido de neumáticos en la entrada de grava y luego una
puerta de auto cerrándose. Alivio corrió a través de mí, y me dirigí hacia la
puerta de entrada.

Abriéndola, vi a la última persona que estaría esperando.

—¿Cheyenne Wilson? —dijo una cálida, profunda voz mientras el hombre


subía por el porche hacia la luz. Era el alguacil local. Lo había visto un par de
veces con mis padres en el pueblo.

—¿Sí? —respondí con voz temblorosa—. Lo recuerdo.

Dudando, tomó un paso más cerca. Su ceja estaba arrugada y su mandíbula


apretada. Sus dedos estaban blancos de presionar tan fuerte el sombrero que
sostenía entre sus dos manos.

—¿Puedo entrar? —pregunto—. Necesito hablar contigo.

Parpadeando, mi aliento creció pesadamente. No podían ser buenas noticias.


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—S-seguro —respondí y retrocedí hacia el pasillo. Tragué—. Cuidado por


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dónde camina. Mis padres y yo vamos a acampar esta semana. Tengo todo el
equipo en el pasillo. —Intente mantener la calma mientras lo decía, intentando
distraerme de pensar sobre la razón real de por qué él había venido.

—¿Nos podemos sentar? —sugirió él.

Aturdida, caminé hacia el sofá, y él se sentó en la mesa de café, enfrente de mí.

—¿Q-qué está pasando? —De repente estaba temblando de terror.

—Cheyenne —dijo suavemente, mientras colocaba el sombrero en la mesa cerca


de él—. Me temo que tengo malas noticias para ti.

Todo se congeló en el lugar cuando dijo esas palabras. No me moví. No respiré.


No parpadeé o tragué.

—Hubo un terrible accidente, y tus padres, Gene y Alexis, estuvieron


involucrados. —Dudó mientras sus ojos color avellana buscaban los míos—. Lo
lamento. No sobrevivieron.

Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. Todo lo que podía escuchar era
el pitido en mis oídos con las palabras. “No sobrevivieron”.

—¿Cheyenne? —Su cara se volvió preocupada, y sus manos estaban clavadas


en mis brazos.

Mis padres se habían ido, ¡ido! ¡Tuvieron un accidente, y no sobrevivieron! Debí


haber ido con ellos. ¿Por qué mamá insistió en que me quedara en casa? Debí
haber estado ahí con ellos. ¿Por qué no les dije que los amaba antes de que se
fueran? Lo había dicho cuando era pequeña, pero habían pasado años desde
que lo dije… esas dos palabras. Los amo. Por alguna razón, nosotros dejamos de
decirlo. Mi corazón se estaba rompiendo, y la presión estaba empujándome
abajo. Sentí mis ojos rodar hacia la parte trasera de mi cabeza, y me caí hacia
atrás.

Me sentía tan adormecida.

Una fría toalla tocó mi frente, y regresé a mis sentidos con un profundo respiro.
El alguacil estaba hablando quedamente en su teléfono.
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—Joni, creo que necesitas venir a la casa de los Wilson. Cheyenne se desmayó
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cuando le dije. Me sentiré mejor si vienes. No estoy seguro qué hacer por ella.
—Se detuvo—. Está bien, te veo en un rato.
Forzando mis parpados a abrirse, lo observé inclinarse enfrente de mí.

—Cheyenne, mi esposa Joni viene en camino, es enfermera, y quiero que te


revise. Estará aquí en un momento. Necesito que te quedes quieta y descanses.
Voy a estar justo aquí. Voy a buscarte un vaso de agua.

Asentí y cerré mis ojos. Lo escuché moviéndose alrededor de la cocina.


Regresando rápidamente, colocó el agua en la mesa cerca de mí. Vagamente
consciente de su presencia, miré a la pequeña ventana afuera mientras él
caminaba. Esto tenía que ser un error. Mis padres estarían llegando pronto, y
aclararían todo este enredo.

—¿Cheyenne? —dijo el alguacil con voz áspera, pero no respondí mientras él se


inclinaba otra vez y tocaba mi brazo. Era un esfuerzo seguir respirando.

Faros rompieron la oscuridad, Joni había llegado. El alguacil fue a abrir la


puerta, y su esposa caminó directo hacia mí. Me hizo unas preguntas mientras
bebía algo de agua. Logré calmarme lo suficiente para responder. Moviéndome
al sofá al lado de mí, ella se sentó sosteniendo mi mano mientras el alguacil
Taylor empezaba a contemplar su siguiente movimiento.

—Estás sola aquí, ¿cierto? —Él estaba caminando mientras su regordeta mano
pasaba a través de su cabello marrón.

—Sí.

Él tomo un profundo respiro.

—Me gustaría que consideraras venir al pueblo con nosotros hasta que
podamos localizar algunos familiares cercanos a ti.

Ahora, fui yo la que tomó un profundo respiro. Tanto como apreciaba su


preocupación, sólo quería estar sola hasta poder procesar que esto era real.

—No tengo otra familia, Gene y Alexis eran mis padres adoptivos. Mis padres
biológicos fueron asesinados cuando yo era pequeña. —Estaba sorprendida por
mi respuesta, cómo manejé decir las palabras en perfecta calma, en un tono
nivelado.
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El alguacil parpadeó e intercambio una mirada con Joni mientras ella apretaba
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mis dedos.
—Lo siento, no sabía que eras adoptada —dijo ella tiernamente.

—Está bien, no es como que lo anunciamos. No recuerdo a mis padres


biológicos.

—¿Qué sobre tus tías, tíos? ¿Hay algún abuelo sobre el que sepas?

—Mis padres no tenían ninguna otra familia. Éramos solo nosotros tres.

Los ojos del alguacil se entristecieron. Él estaba dudando y no sabía qué decir.

—Tengo dieciocho, y técnicamente no requiero un guardián, pero llamaré a mi


amigo, si eso le hace sentir mejor —dije firmemente—. Ahora mismo, realmente
me gustaría estar sola, si no le importa. —Necesitaba sacarlos de la casa. Quizás
les di la impresión de que era fuerte, pero por dentro, me estaba desmoronando
con cada momento que pasaba.

—A pesar de todo realmente me gustaría que vinieras con nosotros. No creo


que estés...

Lo corté mientras me ponía de pie, tocando su brazo.

—Estaré bien. Por favor, realmente no quiero dejar mi casa ahora. Le dejaré
saber si necesito algo.

Nos quedamos de pie y nos miramos el uno al otro. Unos tensos minutos
pasaron antes de que él cediera.

—Regresaré mañana para revisarte. —Tomó el brazo de Joni y la guió a la


puerta, sólo para girarse mientras alcanzaba la puerta—. ¿Prometes que
llamarás a tu amigo?

—Sí. Lo llamaré tan pronto ustedes se vayan.

—¿Será capaz de venir?

—No lo sé, pero lo llamaré.

—¿Quién? —Su barbilla levantada y mandíbula firme como si pensara que lo


estaba engañando.
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—Colt O’Shea, es un amigo de la escuela.


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—Colt O’Shea —repitió, tirando de su cara para hacer memoria—. ¿El chico alto
rubio?

—Sí. —Contactaría a Colt tan pronto como ellos se fueran, pero no sabía qué tan
rápido él sería capaz de venir. Yo estaba asumiendo que ya estaba en su camino
fuera de la ciudad.

El alguacil asintió y tomó el brazo de Joni otra vez mientras caminaban hacia la
puerta.

—Estaré de regreso mañana al mediodía. Llámame si necesitas algo.

Asentí. Él había dejado su tarjeta en la mesa.

De pie en la entrada, los vi entrar en autos separados y manejar abajo a lo largo


de la carretera. Mi fuerza se desvanecía con cada segundo que pasaba. Cerré la
puerta y le paséel cerrojo. Colapsé en el suelo, mi mano todavía sosteniendo la
perilla en un incómodo ángulo, y empecé a sollozar. Mi corazón estaba afligido
y cada parte de mi ser estaba gritando, gritando porque mis padres regresaran.
Todas las palabras que debí decir, todo el amor que debí mostrarles. Las dos
palabras que siempre me arrepentiré de no haber dicho… Los amo.

Mi mundo se estaba desmoronando alrededor de mí, y el peso de la situación


estaba aplastándome. Ahora estaba sola, no tenía a nadie más. Qué pequeña
cantidad de tiempo tuve con ellos, solo dieciocho años.

Me quedé viendo con la mirada perdida al equipo que estaba abarrotado en el


pequeño pasillo. No sécuánto tiempo me senté ahí, pero el torrente de lágrimas
finalmente se calmó. Mi mejilla estaba descansando en el frío, y duro piso de
madera, y mi teléfono todavía estaba en el final de la mesa cerca del sofá. Se
suponía que nos iríamos esta noche… nunca tendría otro minuto con ellos, y
nunca compartiría otra conversación.

Arrastrándome hasta el final de la mesa, levanté el teléfono. Sabía que no sería


capaz de calmarme lo suficiente para hablar con Colt así que tendría que
enviarle un mensaje de texto. “Mis padres tuvieron un accidente, nunca
vendrán a casa”. Presioné enviar y esperé. Mi corazón se hundió más en
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desesperación mientras el mensaje de error en la red se mostraba a través de la


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pantalla. Dejé caer el teléfono y empecé a llorar de nuevo.


Logré arrastrarme hasta mi cama, la noche era larga y un diluvio interminable
de lágrimas y emociones fluyó a través de mí. El llanto vino en incontrolables
ataques, pero de alguna manera el sueño me encontró y se llevó lejos el dolor.
Sólo era temporal, y cuando despertara en la mañana me daría cuenta que no
era un sueño. Mis padres se habían ido de mi vida, para siempre.

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Capítulo 2
Traducido por Florciscuchis y Aria25

Corregido por Nanis

E
l día siguiente lo pasé mandándole mensajes y e-mails a Colt, y no le
llegó ninguno. Mi teléfono no paraba de decir que no había señal, y que
la antena de internet se había caído. Recuerdo vagamente que la
compañía de mi teléfono me mandó un aviso que decía que iban a estar
trabajando solucionando algunos problemas, y que probablemente los teléfonos
no iban a funcionar muy bien. Uso la misma compañía en el teléfono y en el
internet. No estaba en condiciones de conducir hacia la ciudad y probar otro
medio de comunicación. Quería contactar al sheriff, pero sabía que si lo hacía,
iba a saber de mi soledad. Me iba a forzar a quedarme con él y con su esposa, y
no quería eso. Estaba mejor en mi casa. No necesitaba a nadie molestándome,
preguntándome si me sentía bien.

El sheriff Taylor y Joni llegaron a la tarde y me trajeron el almuerzo. Pude


mantener mis emociones bajo control con gran fuerza de voluntad, mientras
pasaba la tarde con ellos. Terminamos en la mesa de la cocina.

—Cheyenne. —La voz del Sheriff tenía demasiada lástima—. Necesitamos


hablar de los arreglos para el entierro. Te puedo llevar a la ciudad el lunes y
podemos ir a la casa de funerales.

Asentí. Ya sabía que esto iba a pasar, jamás en mi vida pensé que iba a tener
que enterrar a mis propios padres, y este lunes iba a la casa de funerales.

—¿Hablaste con Colt? —me preguntó Joni, apretándome la mano.


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—Le estuve mandando mensajes, va a estar aquí lo más rápido que pueda. —
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Era la verdad, pero no completa.


La silla hizo un ruidito cuando el sheriff Taylor se levantó.

—Joni —dijo suavemente, mientras miraba de ella hacia mí—. Nos vamos a ir
ahora Cheyenne. Llámame si necesitas algo, ¿está bien? —Otra vez, asentí y los
seguí hasta afuera de la puerta—. Me pasaré por aquí a las diez de la mañana.

Parada en la entrada, los miré mientras se iban, preguntándome otra vez cómo
demonios hice para evitar que me arrastraran a su casa. Lo mencionó una vez,
pero toqué el brazo el Sheriff, y le dije que iba a estar bien, así que no lo volvió a
mencionar.

Miré hacia el otro lado de la entrada, mi mirada quedándose un rato más en el


bosque, cuando lo vi, otra sombra oscura ciñéndose a los árboles. Un jadeo
tembloroso escapó de mis labios, y pestañeé rápidamente, luchando para
aclarar mi visión. Me congelé, mirando al objeto inmóvil. Sin ningún aviso, el
vello de mi cuello comenzó a erizarse. Cerré mis ojos por poco tiempo. Estás
imaginando cosas otra vez, imaginando que alguien me estaba observando. Sacudí mi
cabeza, volví al interior de la casa, echando el cerrojo a la puerta detrás de mí.
Fui a la cocina para comprobar que la puerta trasera estuviera cerrada también.
Mojé una toalla, y fui directo al sillón. Acostándome, puse la toalla mojada
sobre mis párpados hinchados. Mi cabeza empezó a doler otra vez, y estaba
empezando a ver borroso. Voy a intentar mandarle un mensaje a Colt pronto. Va a
contestar y toda va a estar mejor… tiene que estar.

El sheriff volvió el lunes a la mañana, y me llevó a la funeraria. Me ayudó con


las cosas que tenía que decidir. Me decidí por la cremación. Ni el caballero que
nos estaba atendiendo ni el sheriff me iban a decir que era la opción adecuada,
pero entendí que no quedaban muchas partes de los cuerpos. Iban a tener la
urna lista la próxima semana.

Volví a intentar mandarle mensajes a Colt en la ciudad, y por fin se mandó un


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mensaje. Esperé por una respuesta, pero ninguna llegó. Lo extrañaba. Lo


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necesitaba desesperadamente y no tenía forma de decirle.


La semana pasó sin nada interesante, con visitas frecuentes del sheriff y su
mujer. Pude manejar hasta la ciudad, y buscar las cenizas de mis papás. Sabía lo
que quería hacer y dónde quería ir. Una vez en casa, seguí el camino familiar
que había tomado tantas veces sola. Mientras pasaba por los árboles, todo
estaba tranquilo. Habíamos tomado este camino muchas veces en estos últimos
tres años. Esta casa era mi favorita de todas en las que habíamos vivido.

Mientras caminaba por el borde del barranco, miré hacia el hermoso paisaje de
abajo. Este era la parte favorita de mi mamá. En el verano, había altas flores
silvestres en el borde de las colinas. Cerré mis ojos, y me puse a recordar los
recuerdos de mis padres. Mi mamá siempre traía un ramo de flores con ella
cuando volvíamos a casa. Decía que era para que el olor de las flores se quedara
en su mente.

Bajé a la parte donde las flores crecen, y rociésuscenizas. Mientras pensaba en


todos los recuerdos que nunca iba a poder revivir, lágrimas mojaron mis
pestañeas. Me atraganté con los sentimientos que nunca iba a poder expresar y
lamenté el tiempo que nunca pasaría con ellos. Dejé que las lágrimas corrieran
hasta que no tenía más.

El tiempo pasó lentamente, pero pasó. Era viernes, ya había pasado una semana
exacta desde que mis padres murieron, y estaba mirando el equipo de acampar
que seguía en el pasillo intacto. Sabía que estaban muertos, pero creo que en el
fondo esperaba que aparecieran de la nada y nos fuéramos. Necesitaba tener las
cosas listas por si venían. Es por eso que no movía las cosas. No podía
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moverlas, por ahora no.


Página
Estaba empezando a tener ese familiar dolor de cabeza. Estaba teniendo
migrañas frecuentes últimamente, y a veces eran tan dolorosas que lo único que
podía hacer era acostarme en mi habitación a oscuras. Mis padres y Colt sabían
de ellas, y estaban preocupados. Traté de ignorar los dolores para que no se
preocuparan. Estaba segura que este dolor de cabeza era por todo lo que había
llorado esta semana.

Ya era domingo por la mañana, y el dolor de cabeza solo había empeorado.


Pasando por la esquina de las escaleras, me tropecé con la bolsa de dormir. Me
caí al piso y me quedé ahí sentada. Mis padres no iban a volver a casa, y las
emociones aterradoras se volvían a construir dentro de mí. Tenía que
deshacerme de estas cosas. Cada vez que las miraba, me hacían recordar que
mis padresse habían ido. Me levanté, y comencé a arrastrar las cosas hasta las
escaleras que llevaban al sótano, con el dolor de cabezaperforándome el cráneo.
Abrí la puerta y empecé a tirar todo hacia abajo. Cada cosa que tiraba, rompía
aún más mi corazón roto.

La estufa eléctrica se abrió cuando chocó contra el piso del sótano. Tiré las ollas
y linternas después, el vidrio roto ocupó aún más suelo. La caja de cosas de
utilidad siguió. La carpa y todas sus partes se mezclaron con el desorden
creciente. Las mochilas y las bolsas de dormir le siguieron. Me paré aturdida en
el principio de las escaleras, no lloré ni grité.

Estaba sola.

No pude hacer nada más que reclinarme contra la puerta y finalmente caer al
piso. Sabía que Colt volvía hoy. Me consolé al pensar que iba a venir apenas
pudiera.

Un rato después, se escuchó un golpe familiar contra la puerta. No me moví. La


llave giró en la cerradura y la puerta se abrió. Colt sabía dónde se encontraba la
llave de repuesto y la acababa de usar.

—¿Cheyenne? —Sonaba preocupado. Sus pasos intensos y ruidosos pararon en


lasala—. ¿Cheyenne dónde estás?

Seguía sin responder mientras subía las escaleras corriendo.


20
Página
—¡Cheyenne! —Su voz cada vez más presa del pánico, mientras corría hacia
abajo. Fue hasta la cocina y paró. Me encontró sentada en el principio de las
escaleras, dándole la espalda.

—¿Cuándo has vuelto? —pregunté con voz quebrada.

—Esta mañana —respondió con tristeza mientras se acercaba. Se puso en


cuclillas y me diola vuelta.

—Te extrañé —dije, con la cabeza baja.

Puso sus dedos debajo de mi barbilla y la levantó, haciéndome mirarlo a los


ojos.

—Recién recibí tus mensajes y llamadas —me explicó—. Lo siento mucho.

—Estás aquí ahora, eso es lo que importa. —Colt no vaciló. Puso sus grandes,
fuertes y seguros brazos alrededor de mí, y yo lo agarré cómo si mi vida
dependiera de eso. Me levantó, y me llevó hasta lasala, donde nos sentamos en
el sillón. El río de lágrimas volvió a recorrer mis mejillas. Había utilizado tanta
fuerza de voluntad para controlar mis emociones durante las visitas del sheriff
Taylor y Joni. Ahora que Colt había vuelto, era como si una presa se hubiera
roto. Quería decirle lo sola que me sentía, cómo el eco de mis sollozos recorría
la casa vacía, pero no lo hice. Sólo me senté en silencio y absorbí la seguridad
que su abrazo me brindaba.

Con el tiempo, las lágrimas pararon, y me di cuenta cuánto me dolía la cabeza.


Era como si una manada de caballos salvajes estuvieran corriendo y pisoteando
sobre mi cabeza.

—Lo lamento, Colt, no quería arruinar tu camiseta —dije de forma apagada.


Estaba presionada contra su hombro, que ahora tenía grandes manchones de
rímel.

Se inclinó hacia atrás, y levantó mi barbilla, secando las lágrimas restantes con
sus pulgares. Mis párpados estaban tan hinchados que apenas los podía abrir.

—¿Qué tal si te acuestas por un ratito? No te ves muy bien. ¿Cuándo fue la
21

última vez que comiste o tomaste algo?


Página

—Ayer —contesté, cerrando los ojos—. Me duele mucho la cabeza.


Él lanzó un suspiro profundo.

—Espera aquí, mientras hago algo de comer y de tomar. También te traeré una
aspirina para la cabeza.

Después de que estuvo un rato en la cocina, volvió con una bandeja con
sándwiches. Comí la mitad de uno, tomé un poco de agua, y me tomé el
medicamento. Me empujó hacia atrás gentilmente, para que mi cabeza
descansara en su regazo. Empezó a pasar sus dedos por mi cabello. No tardé
mucho en quedarme dormida.

Me desperté con pánico. Era lunes por la mañana, ya había amanecido, e


íbamos a llegar tarde a la escuela. Traté de sentarme, solo para que su mano
enorme me volviera a empujar suavemente hacia abajo. Miré hacia arriba con
desesperación en mis ojos.

—Está bien —dijo tranquilamente—. Ya llamé a la escuela. Saben lo que pasó, el


sheriff Taylor ya les avisó. Aparentemente estuvieron intentando contactarse
contigo. Puedes volver cuando estés lista.

Sabía que no importaba la cantidad de tiempo que me dieran, nunca iba a estar
lista. ¿Cómo podría?

Las semanas comenzaron a desdibujarse juntas, pero no pasó un momento sin


pensamientos sobre mis padres. Los echaba de menos desesperadamente. Colt
era una figura constante a mi lado. Habían pasado más de cinco semanas desde
la muerte de mis padres, y él había estado quedándose en el dormitorio extra.
Saber que estaba cerca me traía consuelo, pero sabía que no podía quedarse
conmigo en mi casa indefinidamente. Lo habíamos discutido, y esta noche era la
última que se quedaba. Iba a tener que estar por mi cuenta. Nunca había
conocido a sus padres, y él nunca los mencionó. Nunca íbamos a su casa, solo a
la mía. Ni siquiera sabía si les importaba que él se hubiera estado quedando
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conmigo todo este tiempo. Parecía raro, pero no había pensado en preguntar.
Página
—Cheyenne, sabes que no me importa quedarme.—Lo ojos azules de Colt eran
suaves y compasivos mientras tomaba mi mano sobre la mesa de la cocina.
Estaba intentando completar algunas tareas para la escuela. Me habían dado
tiempo extra debido a las circunstancias, pero realmente necesitaba hacer un
poco de esfuerzo.

Rápidamente apartando mis ojos, intenté concentrarme una vez más antes de
perder mi fuerza de voluntad. Retiré mi mano.

—Lo sé, pero ya es hora. Además, tú cuelgas de la cama de la habitación de


invitados. Estoy segura de que estás deseando dormir en tu propia cama.

Él suspiró.

—No se está tan mal aquí.

Bufé.

—Sí lo es. Te he visto.—Me encogí de inmediato. No quería que supiera que


había estado en su habitación mientras dormía. Un par de veces me había
despertado en la madrugada después de un mal sueño y me había arrastrado
por el pasillo para verle. Solo necesitaba el consuelo de saber que estaba ahí.

—¿Me has visto? —Su voz se alzó una octava por la sorpresa, pero podía ver el
humor detrás de su fingido shock. Acababa de darle munición para
molestarme. Dándome la vuelta, traté de encontrar la manera de salir de esta—.
¿Así que, cuántas veces me has observado dormir? —preguntó.

Intenté cambiar de tema.

—Hay un proyecto que tengo que entregar para mi clase de arte. Necesito un
sujeto para dibujar. ¿Te importa posar para mí? —Volteé las páginas del libro
en mi regazo.

—No sé —reflexionó—. ¿Estaré despierto o dormido?

—Quiero hacer una fuera y luego una dentro. La pose de fuera serás tú sentado
en una roca o algo. La de dentro será más natural, relajado. Puedes ver la
televisión o leer un libro o algo —dije nerviosamente.
23
Página

—Ya veo. Tal vez tomaré una siesta.—Miré hacia arriba para ver una sonrisa
tortuosa a través de sus labios. Esos labios… no debería estar pensando en esos
labios. Desde el día en el que me besó en la mejilla y me abrazó antes de irse en
su moto, algo había cambiado. El hecho de que él estaba más alrededor no
estaba ayudando. De repente, empecé a sentir que quería más de nuestra
relación. Estaba siempre ahí para mí, y no quería vivir sin él.

Por supuesto, siempre había sabido que Colt era atractivo. Veía a las chicas en
la escuela comérselo con los ojos. Simplemente nunca había considerado la idea
de él estando interesado por mí. Yo no era despampanante. Era del promedio,
no alguien que él iba a perseguir, al menos eso es lo que había pensado.

Parpadeé y luego asentí.

—Bien entonces. Esta tarde.

Levantándose de su silla, apretó mi brazo.

—Mientras terminas aquí, voy a arreglar el desorden en la parte inferior de las


escaleras del sótano.—Hizo una pausa, mientras una vez más su rostro se
suavizaba—. No tienes que lidiar con eso, me encargaré por ti.

Sentí las lágrimas queriendo venir, pero las contuve.

—Gracias —susurré. Vi como su larga zancada le llevó a la puerta del sótano y


rápidamente descendió las escaleras.

Oí el sonido metálico de la estufa portátil y las ollas mientras limpiaba el


desorden que yo había hecho del equipo de campamento. No podía hacer frente
a los recuerdos que emergieron, así que tomé mis libros y fui a la sala de estar.
Puse mi iPod y traté de pensar en otras cosas. Me las arreglé brevemente para
dejar de pensar en mis padres, sin embargo, no pude mantener mis
pensamientos lejos de Colt.

Él era el amigo más cercano que jamás había tenido. Había construido a
propósito una barrera alrededor de mí misma, para que no me lastimara
cuando me mudaba a menudo. De alguna manera, se las arregló para romper
esa pared, y lo dejé entrar en mi vida y en mi corazón. Me había abierto a él,
contándole secretos que nunca había contado a nadie. Le conté por qué no tenía
muchos amigos. Le conté que la mayoría de las veces me sentía fuera de lugar
24

en la escuela, y él lo entendió. Era como si supiera lo que estaba pensando. Él


Página

estaba en sintonía con lo que más necesitaba.


No le pedí que se quedara conmigo en la casa, simplemente lo hizo. Nunca le
pedí que me empezara a llevar a la escuela, pero lo acepté. Ahora que mis
padres se habían ido, me di cuenta de lo mucho que confiaba en él. Era como si
él desesperadamente quisiera ayudarme, cuidar de mí. Solo era un amigo, sin
embargo. Eso es lo que hacen los amigos el uno por el otro, ¿no? Estaba
empezando a confundir esas líneas, y no quería decir nada si él no estaba
confundiendo esas líneas también. Estaba tan absorta en mis pensamientos que
salté cuando él tocó mi hombro.

Se rió entre dientes.

—¿Estás lista para que haga una pose?

—Sí, perdón. Debo haber tenido la música demasiado alta. —Levantándome,


recogí mis carboncillos para dibujar y le seguí por la puerta principal.

—¿A dónde? —Él se alzaba ante mí. Echando un vistazo alrededor de la casa,
fui entonces al patio lateral. Había trozos de la luz del sol saliendo de los
árboles por las hierbas decorativas. Suspiré.

—Por ahí —dije quedamente y señalé a donde quería que él se sentara. Di una
serie de pasos hacia atrás y me apoyé contra una gran roca. Miré arriba y vi a
Colt pretendiendo posar y luego rápidamente cambiar de posición. Me hacía
sonreír, y él lo sabía—. Así —dije. Deposité mi material de arte en el suelo y me
acerqué más, poniéndome en cuclillas delante de él para reorganizar sus brazos,
piernas y cabeza—. Eso está mejor.—Me caí hacia delante, apoyándome un
poco en su hombro antes de recuperar mi equilibrio. Sus manos firmes me
ayudaron a estabilizarme, pero no antes de oírle inhalar mientras volvió la cara
a mi cuello.

—¿Alguna vez te he dicho lo bien que hueles? —preguntó.

Di unos pasos hacia atrás. Su rostro era suave y sincero. No estaba bromeando.

—Gracias —logré balbucear mientras volvía a la roca. Busqué con el carbón


entre mis dedos y no levanté la vista. Abrí mi bloc de dibujo y me congelé
mientras lo miraba fijamente. Sus ojos azules glaciares fijos en los míos, y me
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tomó todo el esfuerzo dentro de mí empezar con el dibujo.


Página
Traté de poner sobre el papel lo que estaba delante de mí, la forma de su cara,
cómo de angular era su mandíbula, y la perfecta colocación de sus ojos. Sopló
una suave brisa, causando que un mechón de su cabello rubio cayera sobre su
frente. Tuve un repentino impulso de empujarlo hacia atrás con mis dedos.
Necesitaba seguir adelante, tenía que terminar un dibujo. No tenía la necesidad
de quedarme atrapada en esta emoción, era solo un mechón de cabello. Mantén
tu mente centrada me dije. Centrada…

Mientras trazaba el contorno de sus anchos hombros, la imagen comenzó a


emerger en el papel. La camiseta de Colt estaba ajustada en su pecho. Se movió
un poco, y vi flexionar sus músculos. Intenté volver a concentrarme. Tenía las
piernas estiradas frente a él, largas y bien definidas. El tiempo era cálido, y sus
pantalones cortos revelaban más que suficiente de sus piernas bronceadas. Su
piel estaba ya dorada por el sol.

—Sabes —dijo Colt juguetonamente—, vas a tener que empezar a trabajar en tu


bronceado. Ya te he ganado en color hasta ahora.—Guiñó un ojo, y luché para
permanecer concentrada en el trabajo, al menos lo mejor que podía dadas las
circunstancias.

—Sí, bueno algunos de nosotros vamos a la escuela y trabajamos en los deberes.


—Sabía que Colt estaba conmigo todos los días y en casi todas las clases. Sin
embargo, nunca parecía trabajar en los deberes como lo hacía yo—. No tengo el
lujo de tumbarme al sol todo el día.

Se rió entre dientes y continué. Los dos sabíamos que yo estaba un tono o dos
más clara y pronto le pasaría si trabajaba en ello.

Moví los pies descalzos en el calor del sol. La hierba era suave y acogedora, me
deslicé aún más hacia abajo para sentarme. Los pinos se balancearon
ligeramente mientras se levantaba la brisa. Aparté el cabello de mis pestañas, ya
que me hacía cosquillas en la nariz y en la mejilla. Miré hacia arriba y vi las
oscuras nubes de tormenta acercándose. Suspiré y agregué mis toques finales.

—Bien, he terminado por ahora. Podemos esperar hasta más tarde para hacer la
pose interior.—Cerré mi bloc de dibujo y vi la mano extendida de Colt. Me
26

ayudó a tirar para arriba, y entramos en la casa justo antes de que la lluvia
golpeara.
Página
El viento comenzó a soplar, y la lluvia golpeaba el suelo mientras íbamos a la
cubierta del porche.

—Podemos hacerlo ahora.—Ofreció mientras abría la puerta y entrábamos. Se


dio la vuelta, levantando los dedos a mi mejilla. Mi corazón se detuvo con una
sacudida. La forma en la que me estaba mirando me paró en seco—. Tienes
carbón negro por toda tu mejilla y nariz, Cheyenne.—Usó el pulgar para
quitarlo.

—Gracias—murmuré y esperé hasta que terminó.

—¿Dónde me quieres? —Sonrió.

—En el sofá. Puedes ver la televisión o leer o lo que sea que quieras hacer. Yo
me voy a sentar en las escaleras.—Me senté en el rellano de madera. Dejándose
caer en el sofá, Colt tomó una revista y comenzó a leer. Al menos no estaba
mirándome. El viento disminuyó, pero continuó una lluvia ligera.

Dibujé sus facciones y sus alrededores. Intenté hacerlo lo más rápido posible, y
aunque no quería estudiarlo tan intensamente como lo había hecho afuera, mi
corazón se agitó. Terminé y caminé hacia él. Extendió su mano y tomó el libro.

—Vamos a ver lo que has hecho.

Yo no era en absoluto una artista. Podía dibujar un retrato pasable pero la


segunda mitad de la tarea era crear una pieza más moderna.

—¿Es así como crees que me veo? —Se rió—. Porque si es así, voy a programar
una cirugía plástica.

Arranqué el libro lejos de sus manos. Sus ojos bailaban con picardía.

—Es abstracto —dije con enfado—. No se supone que sea perfecto. Además,
nunca dije que era una artista. Sólo tomé la clase porque necesitaba los créditos.

—Bueno, es una buena cosa, porque si hubieras pagado por el curso, te diría
que necesitabas solicitar un reembolso.—Su risa fue creciendo y pronto,
también la mía.
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—¡Eres horrible!
Página
—Lo sé —dijo mientras me agarraba por los brazos y me abrazaba. Me dio un
beso en la mejilla—. Sin embargo te hice reír.

Suspiré.

—Sí, lo hiciste… gracias.

28
Página
Capítulo 3
Traducido por Jo

Corregido por Aldebarán

S
in mi aprobación, la vida sin mis padres continuó, y pronto la graduación
estaba encima de nosotros. Realmente no quería ir. No tenía a nadie a
quién invitar, y ese mismo hecho traía pensamientos dolorosos muy
fácilmente. Colt se las había arreglado para llevarme allí, pero todavía estaba
protestando.

—Colt, no quiero ir —dije con determinación.

—Estarás bien —respondió suavemente—. Me dejarán caminar contigo así no


estarás sola.

—No quiero ser la única cuyo nombre sea llamado y se mantenga silencioso. No
tengo familia en la multitud para aplaudir y animar como hacen con todos los
demás. Además, ¿quién necesita realmente verme recibir mi diploma?
Cualquiera que fuera importante en mi vida no puede estar aquí. —Miré
fijamente el suelo recientemente encerado del gimnasio. Se estaba volviendo
más fácil no llorar.

—Tal vez yo quiero verte caminar. Tal vez estás haciendo esto por mí, en lugar
de por ti. —Cometí el error de levantar la mirada, vi la firme determinación en
sus ojos azul bebé. Sabía que no me iba a zafar de eso—. Hazlo por mí,
Cheyenne. Es importante. —No tenía otra opción más que rendirme.

Bajé mi cabeza de nuevo.


29

—Sólo no esperes que vaya a alguna fiesta. —Sabía que él había recibido varias
invitaciones, yo sólo las recibí porque era su conocida—. Gracias —dije en voz
Página
baja. Me atrajo en un abrazo, y encontré seguridad en la calidez de sus fuertes
brazos.

Luego de la graduación, Colt me forzó a seguirlo alrededor mientras


encontrábamos a nuestros amigos y les deseábamos suerte. Se tomaron el
tiempo de preguntarme sobre mis futuros planes, e intenté responder lo mejor
que pude, pero realmente no había pensado tan lejano en el futuro. Se suponía
que estaría viajando con mis padres, pero el accidente había ocurrido. Apenas
estaba sobreviviendo, y el pensamiento de irme e ir a algún otro lugar donde
Colt no estuviera alrededor era inquietante. Estaba intentando distanciarme,
pero no era fácil.

Colt me llevó al auto y puso su brazo alrededor de mis hombros, haciéndome


sentir menuda y pequeña.

—¿Qué tal si te llevo a cenar? Podríamos ver una película después —preguntó
pensativamente, sabiendo que día tan especialmente difícil había tenido.

—Aprecio el ofrecimiento, pero creo que necesito ir a casa y estar sola.

La compasión arrugó su frente.

—Lo entiendo. Pero si cambias de opinión, llámame.

—Lo haré —prometí.

Mientras manejaba a casa, mis pensamientos fueron hacia Colt. La manera en


que me hacía sonreír, trayendo felicidad a mi día. Me encontraría girando el
anillo en mi dedo índice y pasando mis dedos sobre el diseño grabado. La
mayoría de las veces, me detendría al poner su mano sobre la mía y pasando
sus dedos sobre este en su lugar. Me impulsaría a soltar mis sentimientos e
intentar calmarme cuando me alteraba. Ambos sabíamos que él no podía
resolver todos mis problemas, no había nada que pudiera hacer para traer de
30

vuelta a mis padres, pero su consuelo me ayudaba a mejorar y hacer cada día
Página

soportable.
El viento voló mi cabello alrededor, e inmediatamente pensé en mi mamá. Ella
amaba mi cabello largo, rubio y ondulado. Decía que lucía como si el sol lo
besara durante los meses de verano. Naturalmente tenía luces más claras desde
las raíces hasta las puntas. Ella me decía que los rulos y olas la hacían pensar en
rizos. De esa forma era como solían llamarlos cuando ella era una niña. Me
hacía sonreír.

Llegué a casa a un hogar vacío, pero la soledad era lo que quería. Era lo que
necesitaba. Mucho había cambiado, y necesitaba repasar mis sentimientos. Colt
había hecho un trabajo excelente en no dejarme estar sola y no dejar que mis
pensamientos se dirigieran muy lejos. Era momento de enfrentarlos, la escuela
había terminado, y ya no tendría esa distracción. Tenía que lidiar con la nueva
realidad de mi vida en adelante. Necesitaba avanzar.

Sentada en mi sala de estar, miré fijamente mi piano. Mis padres amaban


escucharme tocar. Amaba mi música, necesitaba tocar para dejar salir mis
interminables hilos de pensamientos. Me levanté, y me senté en la banquilla con
mis manos temblando mientras observaba el teclado.

Miré el anillo en mi dedo índice. Era el anillo que mamá me había dado cuando
tenía como seis años. Siempre lo usaba. Era gracioso, me daba cuenta ahora, que
nunca había sido agrandado. Permanecía en la misma mano y el mismo dedo y
todavía encajaba perfectamente.

Le permití a mi pulgar pasar sobre este, sintiendo cada curva y cada símbolo
grabado. Cerrando mis ojos, dejé que mi música comenzara a llenar mi mente.
Nunca era algo más que lo que yo creaba, en el momento en que lo necesitaba.
Mi música me llevaría a mi lugar feliz, un lugar seguro. Me ayudaría a
encontrar algo de paz.

La música fluyó suavemente, y le permití deslizarse sobre mi corazón. Acaricié


cada pieza deshecha con el amor que sabía que mis padres me tenían. En mi
mente, vi las notas mezclarse en el aire. Estaban flotando sobre mis
pensamientos mientras comenzaba a repetir los recuerdos de mi vida con mamá
y papá. Mientras tocaba, me di cuenta de que mi amistad con Colt estaba de
alguna manera entrelazada.
31

Nunca había conocido a mis padres biológicos, habían muerto cuando nací. Era
Página

algo de lo que nunca hablábamos, pero siempre me había preguntado por ellos.
Mis padres adoptivos me amaban y se preocupaban por mí como si fuera suya
propia. Eran devotos, amables y considerados. Siempre mantenían un ojo
atento, sobreprotectores como probablemente lo son la mayoría de los padres.

Vivimos una vida simple y tuvimos casas modestas. La mayoría de ellas


estuvieron situadas afuera de los límites de la ciudad en comunidades vecinas a
las montañas. Siempre había asumido que era porque mis padres eran amantes
del exterior. Pasamos la mayoría de nuestro tiempo libre haciendo senderismo,
escalando, y explorando áreas de tierra salvaje. Mi papá siempre decía que era
sabio que supiéramos como manejarnos solos en lo salvaje. Me enseñó cómo
usar las estrellas, el sol, y la luna como mi brújula. Me mostro las diferentes
variedades de plantas que eran comestibles, su mejor método para pescar, cómo
empezar un fuego, y cómo construir un refugio. Realmente, me enseñó cómo
sobrevivir casi todo lo que pudiera o que fuera a aparecerse en mi camino.

Permití que estos recuerdos permanecieran en mis pensamientos mientras


tocaba el piano, juntando cada canción con la otra. No eran melodías de nadie
más, eran mías. Venían de mi interior. Continué tocando, pensando en lo que se
había vuelto mi vida y las semanas que habían seguido su pérdida. Sólo
terminé de tocar cuando supe que mi música me había dejado rebosantemente
llena. Mi corazón finalmente se sintió estable con las emociones. Había sido un
día muy abrumador. Necesitaba seguir adelante, y necesitaba ser fuerte.

—¿No te gusta cómo se ve tu habitación, Cheyenne? —preguntó Colt. Estaba


recostado contra el marco de mi puerta con sus brazos cruzados, viéndose un
poco desconcertado.

Estaba completamente angustiada por no ser capaz de encontrar un pequeño


joyero rosado y blanco. Había estado destrozando mi habitación, y mi ropa
estaba tirada a un lado y los cajones de la cómoda estaban en el suelo. Estaba
cavando frenéticamente a través de mi armario en ese momento.
32
Página
—No puedo encontrarla. Necesito encontrarla —jadeé mientras continuaba
buscando entre mis zapatos. Mi corazón comenzó a acelerarse mientras la
ansiedad hacía efecto.

Colt se acercó, pero permaneció en el armario detrás de mí.

—¿Qué no puedes encontrar?

Levantando la mirada, afectada por el pánico, repliqué:

—La caja. Mi joyero. —Mi corazón comenzó a latir aún más rápido, cuando
comprendí. Se había ido. Colt inmediatamente se puso en cuclillas al frente de
mí, tomando mis brazos en sus manos. Me levantó del suelo, sus ojos buscando
los míos.

—¿Es importante?

Las lágrimas que se habían vuelto menos frecuentes mientras pasaban los meses
comenzaron a derramarse.

—Sí. Era el joyero que mi mamá me dio cuando tenía seis. Era un regalo, y
contuvo mi anillo en algún momento. Sólo lo necesito… sólo lo necesito, Colt.

—¿Cómo luce?

—Es pequeño, con material rosado y blanco sobre él. La parte de arriba tiene
algunos rasguños y una abolladura en la esquina inferior izquierda donde lo
dejé caer una vez —repliqué a través de las lágrimas.

Sus palabras contenían tanta empatía.

—Déjame ayudarte a buscarlo. ¿Dónde fue el último lugar en que lo tenías?

—Estaba en mi cómoda… y ahora ya no est{.

Colt soltó su agarre mientras salíamos del armario.

—Lo encontraremos. Estoy seguro de que está aquí en algún lugar.

Buscamos por toda la casa pero no pudimos encontrarlo. No entendía cómo


33

podía perderse, pero mientras pensaba en ello, me di cuenta de que ni siquiera


había notado que no estaba hasta ahora. No tenía idea de cuándo había
Página

desaparecido. Mientras lo reflexionaba más a fondo, me di cuenta de que otras


cosas estaban perdidas también. ¿Cuál era la posibilidad de que alguien hubiera
venido a la casa y tomado cosas? No tenía sentido, pero, ¿dónde más podrían
haber desaparecido?

Estaba sentada en la terraza delantera de mi casa. Era oficial. Esta era mi casa
ahora y no la de mis padres. Me había sido heredada, y ya estaba pagada por
completo. Tenía una casa, pero no quería saber lo que eso significaría para mi
futuro.

Una brisa de verano corrió en el aire, moviendo los grandes y antiguos pinos y
causando que el olor de hierba recién cortada fuera a la deriva en el aire y
provocara a mi nariz. Colt había venido temprano en la mañana y me había
ayudado a cortarlo. Era una tarea enorme, considerando el tamaño del jardín. El
arreglado terreno era pequeño, pero la pradera rodeando la casa no estaban
listas todavía. Tomaba un par de horas completar el trabajo. Por suerte, sólo
tenía que hacerla dos veces al año, una en la primavera, la cual había pasado, y
una en el otoño.

Mi mente viajó de vuelta a mi circunstancia. ¿Qué iba a hacer? ¿Dónde iba a ir?
Tenía suerte de que mis padres me hubieran establecido tan bien para mi
futuro. No tenía preocupaciones financieras. Era como si supieran que algún
día iba a tener que mantenerme yo sola. Habíamos hablado generalizadamente
sobre sus muertes, y sabía que tenían un testamento en caso de que algo pasara.
Sólo que nunca creí que pasaría así… un accidente automovilístico cuando eran
tan jóvenes en lugar de tener todas nuestras vidas hasta que se hicieran viejos.

La casa había sido liquidada, y luego del accidente, había recibido el dinero del
seguro por la camioneta. También recibí un considerable pago de sus pólizas de
seguro de vida y cuando volví al banco, encontré que habían abierto varias
cuentas a mi nombre. Todas mostraban grandes cantidades de dinero en
dólares en sus saldos.
34
Página

Miré desde la distancia mientras la camioneta del correo depositaba los sobres
en el buzón. Mi húmedo cabello estaba enfriándose mientras se agitaba en el
viento, y comencé el largo paseo bajando por el camino de grava. Los pedazos
de luz del sol atravesando los árboles besaban mi piel mientras pasaba bajo su
dosel.

Luego de cerrar el buzón y revisar las cartas, levanté la mirada hacia la casa,
dentro del oscuro bosque. Instantáneamente, los cabellos en mi cuello se
pusieron en punta.

Inhalé una temblorosa respiración.

Algo peculiarmente grande permanecía en las sombras detrás de la casa.

—No es nada —murmuré, intentando convencerme. Observé por unos pocos


minutos más. Sólo estaba viendo cosas. Mi mente había jugado trucos conmigo
anteriormente. Cuando era niña, le había dicho a mi papá sobre las sombras,
pero él las había descartado como productos de mi imaginación. Sólo era mi
imaginación, eso es todo. Caminé de vuelta a la casa, y suspiré aliviada cuando la
puerta se cerró detrás de mí.

No estaba prestando mucha atención mientras lanzaba el correo al escritorio,


pero luego un viejo sobre atrapó mi visión. Estaba dirigido a Cheyenne Wilson,
y parecía ser de un banco, pero no uno que reconociera. Lo recogí. Dudando
por un momento, corrí mi dedo bajo la solapa trasera. ¿Otra cuenta? ¿Cuántas
habían abiertas para mí? ¿Y por qué? Era extraño. ¿Por qué mis padres tendrían
tantas? Saqué el papel del sobre. No era un informe de cuenta corriente. Era un
informe de facturación por una caja de seguridad. El pago de renovación tenía
fecha en un par de semanas y sería sacado de la cuenta listada debajo, la cual
parecía ser otra cuenta de ahorros.

No recordaba que mis padres dijeran algo sobre una caja de seguridad,
especialmente en un pequeño banco en Helena, Montana. No recordaba haber
visto una llave, pero hurgué a través de los cajones del escritorio buscando una
de todas formas. ¿Había algo que de alguna forma me había extrañado? ¿Qué
había en la caja de seguridad? ¿Por qué estaba a mi nombre? Abriendo el tercer
cajón del escritorio y pasando mi mano por los papeles, busqué algún tipo de
pista. Sentí algo raro en el fondo. Había un pequeño bache.
35

Saqué el cajón por completo, botando el contenido en el suelo. Mis dedos lo


Página

recorrieron de nuevo, sí, estaba allí, no había sido mi imaginación. Parecía ser
una pequeña pero deliberada imperfección del revestimiento del cajón. Busqué
una esquina para tirar, la sostuve arriba hacia la luz mientras suavemente
encontraba la parte de arriba y la de abajo. Mi uña se enganchó en una esquina,
y delicadamente la tiré del fondo del cajón. Una foto cayó.

Era una fotografía de mis padres y yo en la Catedral de Helena. Luché para


contener las lágrimas a raya.

Estábamos en una misa de navidad en Montana. La recordaba bien, porque era


una bellísima catedral, con dos campanarios levantados desde los cimientos.
Todavía podía ver los vitrales brillando por la luz que se reflejaba de ellos. Las
estatuas de mármol adornando la habitación. El blanco altar de mármol. El olor
a incienso en el aire combinado con los bancos de roble tallado, y la música
dispersándose a través de los pasillos desde el órgano.

Presioné la foto contra mi pecho. Qué no habría hecho para obtener un abrazo
de mis padres justo ahora.

Mi ensoñación terminó rápidamente mientras me di cuenta de la extrañeza de


tener una fotografía escondida en un cajón. ¿Por qué había sido dejada aquí?

La fotografía se cayó de mis dedos y llegó al suelo. Observé.

Había una nota en la parte de atrás.

La nota decía: La llave para tu futuro está escondida en el pasado. No dejes que lo que
está teñido te engañe. La música es tu guía. GA

GA… las iniciales de mis padres. ¿Qué estaban intentando decirme?

Leí la nota una vez más. La llave para mi futuro está escondida en el pasado.
No dejes que lo que está teñido te engañe. La música es tu guía.

Mi mente se arremolinó con las posibilidades. ¿Qué tenían estas en común?

Presioné mis dedos en mi cabeza y me dejé caer en el sofá. Odiaba las


adivinanzas, no tenía paciencia para ellas en absoluto… pero una cosa era
obvia. Tenía que encontrar esta nota. De alguna manera, sólo tenía que descifrar
lo que significaba.
36
Página
Capítulo 4
Traducido por flochi y Mari NC

Corregido por Aldebarán

C
olt llegó antes que yo estuviera lista. Había pasado tanto tiempo con la
fotografía y la nota que la tarde había pasado volando. Dudaba de
contarle mi más reciente descubrimiento. No sabía lo que mis padres me
habían ocultado. También me dio la impresión de que él no quería que fuera tan
lejos de casa. Y si esto era donde pensaba que el misterio me estaba llevando,
iba a viajar a Montana buscando una caja de seguridad.

Colt miró el revoltijo en el suelo junto al escritorio en la sala.

—¿Haciendo un poco de limpieza, Cheyenne? —preguntó él.

—Algo así. El cajón estaba atascado, y cuando le di un tirón, todos los papeles
se desparramaron por el suelo. Estaba intentando apartarlos y me entretuve. —
No era toda la verdad, pero lo bastante cerca.

—Ya veo —respondió a la vez que se inclinaba para ayudarme a recoger todo.
Deslizando el cajón en su lugar, lo probó para asegurarse de que funcionara sin
ningún inconveniente. Me miró, como si le estuviera escondiendo algo, pero no
dijo nada.

—¿Tienes hambre? Te puedo hacer algo de comer —ofrecí, intentando cambiar


de tema. Puso los objetos restantes en el cajón y lo cerré. Él había retrocedido
para apartarse de mi camino, y me estaba mirando fijamente.

—Estoy bien. ¿No has comido todavía? —respondió casualmente.


37

—No, pero en este momento no tengo hambre. —Rápidamente tuve que pensar
Página

en una distracción—. Gracias, por cierto, por ayudarme en el patio esta mañana.
—De nada, pero ya me has agradecido un par de veces.

—Oh —contesté y me volví hacia el sofá, golpeando sobre la pila de DVD que
estaba dispuesta cerca de la TV. ¡Dang! Si él no sospechaba nada de que le
estuviera ocultando algo, lo sabría con seguridad por mi torpe comportamiento.
Siempre podía saber cuando algo estaba pasando.

—¿Quieres ver una película? —pregunté, a la vez que hurgaba a través de la


pila de las películas.

—Seguro. —Su profunda voz hizo que mi nerviosismo se pronunciara aún más,
mientras se dejaba caer en el sofá y esperaba. Me conocía demasiado bien, no se
creería lo que le estaba diciendo. Puse una película y me senté en la silla, tan
lejos de él como pude. No tuve idea de qué miramos. Estaba intentando poner
distancia, intentando encontrar una manera de no contarle. Empecé a girar el
anillo con mi pulgar mientras pensaba.

La película terminó demasiado pronto para mi gusto, y Colt esperó hasta que
me tuvo arrinconada en la cocina. Había sólo una manera de entrar o salir de la
habitación, y él estaba en el quicio de la puerta bloqueándola.

—Entonces, ¿qué está pasando? —exigió.

—Nada —contesté con un poco de demasiada rapidez y me avergoncé por la


culpa.

—¿Nada? —respondió con un tono reprobador.

No respondí.

Se recostó en la puerta, cruzándose de brazos. Supe que lo hizo


deliberadamente para hacer que el músculo del brazo sobresaliera debajo de su
ceñida camiseta. Me sonrió con un brillo en sus ojos azules. Únicamente era un
amigo, pero cuando ponía esa sonrisa ladeada… ¡Mi rostro era una señal
reveladora de mis sentimientos! Me di la vuelta y empecé a rebuscar en el
armario para ocultar mi rubor.

—¿Qué es esto? —preguntó.


38

Miré en su dirección y fruncí el ceño. Había dejado la foto recientemente


Página

encontrada pegada en la nevera.


—Um, sólo una foto que encontré durante la limpieza.

—¿La encontraste en los cajones?

Parpadeé.

Él la había dado vuelta y leyó la nota en el reverso.

—No es importante —dije.

Asintió y entonces agregó:

—Si no es importante, entonces ¿por qué hay una nota en la parte posterior?

Estaba intentando ignorarlo cuando me moví a la despensa de la esquina y


empecé a revolver latas y cajas alrededor. Le tomó tres pasos cruzar el piso de
la cocina y atraparme en la despensa. No me di la vuelta. Podía sentirlo detrás
de mí, bloqueando la salida, mientras permanecía en la puerta. Sabía que en
algún momento iba a tener que girarme y enfrentarlo, y probablemente me
sacaría la información que estaba buscando. No era buena en mentirle.

Dándome la vuelta lentamente, me di cuenta que se había inclinado hacia abajo


y su cara estaba a sólo centímetros de la mía. Pegué un salto y se rió. Enfada por
su reacción, empujé sus bíceps duros como rocas. No cedieron. Suspiré y lo
fulminé con la mirada en una expresión exasperada, mientras hacía el esfuerzo
de agacharme debajo de su brazo. Esta vez, me agarró por los brazos y me giró
para mirarlo a la cara. Dos pasos y me tuvo sujeta contra la pared de la cocina,
su aroma almizclado peligrosamente cerca a tan sólo centímetros. Mantuve mi
mirada fija en el suelo. Movió su mano de uno de mis brazos y ahuecó sus
dedos debajo de mi barbilla, alzando suavemente mi cara para encontrar sus
ojos. Cerré los míos, temerosa de lo que expondrían. Esperó pacientemente a
que los abriera en tanto seguía sosteniendo mi barbilla. Pude sentir que sonreía.
Él sabía que se lo iba a decir.

Levantando lentamente mis ojos para encontrar su mirada, fue tal y como
pensé. Tenía una enorme sonrisa pegada en la cara. Supo que había ganado. Mi
mirada vagó desde su cabello rubio bajando por su cara hasta sus labios, podía
ser muy distractor a veces, en especial cuando yo no estaba segura de sus
39

acciones. Tal vez podía contarle parte de la verdad, pero no podía dejarle saber
Página

todo. Ni siquiera yo lo sabía todo aún.


—Tengo que salir de la ciudad por unos cuantos días y cuidar de un asunto
familiar —dije, por cierto.

—¿Eso es todo? Pareces más distraída que por sólo salir de la ciudad por lo que
un “asunto familiar” implicaría. —Había un cuestionamiento en su tono.

—Nop. Eso es todo. Es sólo que no quería que te preocuparas por mí, así que no
iba a decírtelo hasta que regresara. A veces, puedes ser un poco sobre protector
—le espeté, ligeramente irritada de que pudiera confundirme tanto.

Todavía seguía ahuecando mi cara suavemente con sus dedos y sonriendo


mientras me miraba. El problema era que yo podía mirar en sus ojos durante
mucho tiempo, eran cálidos e invitadores. En cierto modo me gustaba la
manera en que me estaba sujetando en ese momento. Supe que mi rostro se
había suavizado. Pude ver las mismas emociones reflejadas en el suyo. Un
escalofrío atravesó mi cuerpo. Él también lo sintió y rió en voz baja. Me había
estado torturando con su toque durante meses, pero me mantenía
constantemente adivinando la razón por la que nunca hacía una jugada.

Moviendo sus dedos desde mi barbilla, su pulgar acariciando suavemente mi


mejilla, deteniéndose en mi nuca.

Dejé de respirar.

Pasó bajando su mano por mi garganta, deteniéndose en mi escote. Todavía


estaba mirándolo a los ojos, pero su expresión parecía haber cambiado. Era más
protectora. Dio un paso hacia adelante y me presionó contra la pared. Su mano
derecha se movió de vuelta a mi hombro, acariciando brevemente mi cuello, y
luego bajó nuevamente por mi brazo para plantarla sobre mi cintura. Mi
corazón estaba revoloteando a esta altura, no estaba muy segura de lo que
estaba sucediendo, y no podía hacer nada para evitarlo, no quería tampoco. Mis
brazos estaban flojos a mis costados.

Su voz era suave y grave.

—¿Ser sobreprotector es algo malo? —preguntó, en una voz grave y profunda.

—No —respondí susurrando.


40
Página

Me miró fijamente por unos cuantos largos momentos y un destello de una


emoción más profunda brilló en sus ojos para luego retroceder. Pudo muy
fácilmente agacharse y besarme, ahí mismo. No habría hecho nada para
detenerlo. Mi respiración había regresado y se estaba volviendo más dificultosa
mientras miraba su pecho, sin saber qué esperar o qué quería yo. Sus cálidos
labios tocaron mi frente en un tierno beso. Dejó escapar un suspiro y retrocedió
un paso, liberándome de su toque.

—Llámame cuando regreses.

Inhalé y alcé la mirada para ver que estaba caminando hacia la puerta principal.
Su despedida casi había sonado despreocupada, lo cual fue extraño,
considerando la manera protectora que había actuado desde la muerte de mis
padres. Apenas escuché la puerta abrirse y cerrarse, y entonces ya no estaba. Me
quedé de pie en la cocina por un momento bastante largo. Mi corazón todavía
estaba latiendo muy rápido. ¿Qué acababa de pasar? No tuve respuesta. No
había visto venir eso. Poco a poco me dirigí hacia arriba, pero no pude dormir
bien esa noche. Estaba demasiado distraída, reproduciendo los eventos en mi
mente. Nada había pasado en realidad, pero no pude evitar preguntarme.
¿Hubiera ido más lejos y besarme? Sólo recordar la mirada en su cara me hizo
ruborizar. ¿Qué estaba planeando para mí? ¿Para nosotros? ¿Dónde nos dejaba
eso ahora… amigos o m{s que amigos?

Mientras estaba haciendo las maletas, me preguntaba si Colt de repente


aparecería y se ofrecería a acompañarme. Le había dicho que quería ir sola, pero
no hubiera protestado demasiado si viniera. Me di cuenta de que había estado
tratando inconscientemente de alejarme de él. Solía estar sola y perdiendo a
todas las personas que conocía, supongo que estaba tratando de hacer la
inevitable separación más fácil para mí cuando llegara el momento. Estaba
segura de que Colt eventualmente iría a la universidad o algo, aunque nunca
me mencionó sus planes futuros. Nunca pregunté, tal vez no quería saber la
respuesta. Estaba por mi cuanta ahora, y tenía que ser fuerte. Era lo que mis
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padres hubieran querido que hiciera: vivir.


Página
Con cuidado, colocando la llave de repuesto en la cornisa por encima del
porche, me dirigí hacia el Jeep, sólo volviendo la vista atrás una vez. Sólo iba a
estar fuera una semana o dos, pero dejar el lugar que figuraba en muchos de
mis buenos recuerdos de mis padres todavía dolía. Me giré a mi sistema GPS y
establecí mis coordenadas. Estaba en mi camino, segura de que este nuevo
destino tendría algunas respuestas para mí acerca de mis padres. Habían
escondido algo, y yo tenía que averiguar qué. No iba a defraudarlos.

Manejé el largo camino de entrada lentamente, escuchando el crujido de las


ruedas sobre la grava y giré hacia la carretera. Tendría que dirigirme a través de
la ciudad, y estaba convencida de que el sheriff Taylor me vería de alguna
manera y me detendría haciéndome señas si me fuera sin decirle nada. Desde
aquella grave noche, había convertido en un hábito visitarme cada dos
semanas. Quería asegurarse de que estaba teniendo cuidado, pero pareció
satisfecho cuando supo que Colt estaba conmigo.

Me detuve en su oficina, sabiendo que tendría que ser rápida al respecto, sólo
dejarle saber que estaba saliendo de la ciudad por unas semanas así que no se
preocuparía. Me estaba retractando un poco mientras entraba en el despacho
por la indiferente expresión que su rostro producía… era como si me esperara.

—Bueno, hola, Cheyenne —dijo—. Estaba a punto de hacer un viaje a tu casa


hoy y hablar contigo sobre algunas cosas… —se interrumpió, pareciendo
preocupado por el trozo de papel en su mano.

Yo estaba un poco aturdida. No era el momento de hacer otra visita a la casa.


Había llegado la semana pasada.

—¿Hablarme de qué? —pregunté con aprensión.

—Bueno. —Derivó su atención hacia mí de nuevo—. He estado esperando


hablar contigo sobre permanecer en tu casa sola. He estado preocupado.

—Oh, bueno, no creo que tenga que preocuparse de eso ahora. En realidad
estaba aquí para decirle que de hecho estoy saliendo hoy de la ciudad.

—Ya veo. ¿Puedo preguntar a dónde te diriges? —Sus cejas se arrugaron con
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preocupación paternal.
Página
—Montana. He estado haciendo algunas investigaciones sobre algunas cuentas
que mis padres mantenían. Tengo que hacer un viaje para cerrarlas. —No sentí
la necesidad de elaborar nada más.

Él no respondió de inmediato. Su mandíbula se apretó, y pareció vacilar sobre


sus próximas palabras.

—Quería hacerte saber que he estado preocupado por las recientes actividades
alrededor de tu casa. Me he dado cuenta de algunos sucesos extraños mientras
tú no estabas ahí. Tendré a los ayudantes rondando una vez por semana para
mantener un ojo en las cosas. —Se pasó los dedos por su cabello castaño,
empujando un poco su perfecta parte descentrada—. No muchas personas
conducen hacia tu propiedad a menos que se dirijan allí por una razón. No me
gusta que estés tan aislada.

Yo no sabía qué decir. En realidad, sí, eso explicaría las extrañas sensaciones
que obtenía y los escalofríos cuando miraba en el bosque, las sombras. Me había
estado diciendo a mí misma que era mi imaginación, pero tal vez no era sólo yo.

—¿Qué clase de extraños sucesos? —pregunté con cautela, sin saber si


realmente quería saber.

Una vez más vaciló, debatiendo si decírmelo o no.

—Sólo cosas extrañas —evadió. Me di cuenta de que estaba ocultando algo.


Obviamente no quería asustarme más, estaba segura de que el miedo estaba
claramente escrito en mi cara.

—Gracias —murmuré. Mi cabeza daba vueltas. Tendría que tener cuidado. No


era sólo mi reacción exagerada porque estaba sola tan a menudo, era real. ¿Qué
estaban buscando? Yo no había encontrado nada de mucho valor… nada para
resolver un gran misterio en la casa, excepto la foto y el enigma. ¿La caja fuerte
tiene algo que ver con esto?

—Realmente me gustaría que mantuvieras el contacto con nosotros. —El sheriff


interrumpió mi ensueño—. Sólo en caso de que me encuentre con algo nuevo.
—Alcé de golpe mi cabeza y llevé mi atención de nuevo a él.
43

—Claro, déjeme darle un número de celular al que puede contactarme. —


Página

Rápidamente apunté mi nuevo número en la libreta de papel sobre su


escritorio. Colt me había comprado un teléfono nuevo, y yo había cambiado los
servicios. Quería asegurarse de que pudiera hacer una llamada telefónica
cuando necesitara, especialmente después de lo que pasó la noche en que mis
padres murieron.

—¿Estás bien? —preguntó el sheriff, tocándome el brazo. Levanté la vista, un


poco distraída.

—Estoy bien. Sólo es mucho en mi mente. Tengo que irme ahora. Tengo un
largo camino por delante. Dale a Joni las gracias por mí.

—Lo haré. Ten cuidado ahora. —Podía sentir su mirada en mi espalda mientras
caminaba hacia la entrada principal.

La brisa debería haber sido refrescante, pero no fue así. Me senté en el


Wrangler1 brevemente, tratando de calmarme antes de salir de la ciudad. Estaba
pensando seriamente en llamar a Colt y le pedirle que viniera, pero no podía
hacerlo. No sabía lo que me iba a encontrar, y claro que no necesitaba arrastrar
a nadie más en esto si estaba siendo vigilada o seguida. También tenía que
aprender a manejar las cosas por mi cuenta. Quería que él estuviera alrededor,
pero no había garantías en la vida, yo era la prueba viviente.

Suspiré. Iba a perder a Colt. Sabía que lo había hecho como si sólo me iría un
par de días, pero sospechaba que una vez que estuviera en Montana, me
gustaría quedarme por más tiempo. Quizás entender por qué mis padres habían
venido aquí en primer lugar, y abierto una caja fuerte para mí, ¿por qué no en
Sagle?

Me debatí conmigo misma acerca de llamarlo. No lo quería enojado o herido


porque lo había engañado, y eso es lo que finalmente me convenció. Marcando
su número, esperaba que no contestara. Sería más fácil dejar un mensaje. La
suerte estaba de mi lado, mi llamada fue directamente a su correo de voz.

—Hey, Colt, es Cheyenne. Sólo quería hacerte saber que no fui completamente
honesta contigo anoche. Te di la impresión de que sólo estaría fuera unos días,
pero realmente pueden ser unas semanas. Te llamaré cuando pueda o cuando
regrese. Por favor no te enfades. Esto es algo de lo que me tengo que encargar
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Página

1Wrangler: El Jeep Wrangler es un automóvil todoterreno fabricado por la compañía


estadounidense Chrysler y vendido bajo la marca Jeep.
por mi cuenta —dudé un momento antes de continuar—. Me gusta el hecho de
que eres protector conmigo, y espero no haber herido tus sentimientos anoche
cuando lo dije. Te hablaré pronto.

Tendría que tratar con él cuando regresara. Mis sentimientos parecían estar
todos mezclados. Tenía demasiadas otras cosas en las que concentrarme, y tenía
que enfocarme.

Mientras conducía fuera de la ciudad, las ventanas estaban abajo, y el viento


soplaba mechones sueltos de cabello alrededor de mi cara. Pensamientos de mis
padres estaban en mi mente, y mientras loskilómetros desaparecían debajo de
mis neumáticos, dejé a mi mente divagar. Un fuerte sentimiento de pesar
agobió mi corazón. Debería haber expresado m{s mi gratitud, m{s…
simplemente esperaba que siempre estuvieran alrededor de mí.

Había cambiado a lo largo de los meses. Era más fuerte y ahora sentía que
podía manejar mi nueva vida sola. Con todo lo que mis padres me habían
dejado, sentía como si tuviera un destino, un propósito que cumplir. Qué era
ese propósito, estaba segura de descubrirlo pronto. Sin riesgo no hay
recompensa, asumiría esto y seguiría adelante a lo que sea que el destino
deparara.

El viento silbando a través del coche no era lo suficientemente fuerte como para
bloquear mis pensamientos atronadores. Metí la mano en mi mochila y saqué
mi iPod, lo puse en su plataforma, y pronto la música estaba colándose a través
de mis altavoces. Después de un par de canciones, me di cuenta de que
realmente hizo empeorar mi angustia. Se estaba convirtiendo incrementalmente
difícil conducir con lágrimas corriendo por mis mejillas. Apagué el iPod.

Sufrir en silencio parecía mejor, al menos por ahora.


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Página
Capítulo 5
Traducido por Kira.godoy

Corregido por Ale..

D
espués de pasar una paranoica noche en un hotel en un pequeño pueblo
en el camino, llegué a Helena por la tarde. Estaba claro y brillante, ni una
nube en el cielo, el clima perfecto para finales de junio. El aire estaba
caliente sobre mi piel, y se sentía reconfortante. El tiempo igualaba mi optimista
estado de ánimo. Decidí tomar un pequeño desvío antes de ir al banco, un café
helado sonaba bastante bien en este momento.

Pedí mi bebida favorita, café helado de vainilla con crema batida y jarabe de
caramelo por encima. La crema batida y el jarabe de caramelo eran los mejores.
Por lo general, cuando nadie estaba mirando, lamía el interior de la tapa para
obtener hasta la última gota del adictivo jarabe. Una vez, mi padre me agarró
haciendo esto y comenzó a reír. Yo había conseguido caramelo pegado sobre mi
nariz. Si Colt me hubiese visto hacer esto en su vida, yo nunca lo olvidaría.
Mirando a mi alrededor, me di el gusto y sonreí descaradamente.

Los pensamientos de mis padres me hicieron suspirar, y saqué la foto con el


enigma. Había estado tratando de descifrar su mensaje con muy poco éxito. Mis
dedos trazaron el contorno de ellos y sonreí ante el recuerdo. Sólo tenía doce
años en ese momento y no entendía por qué habíamos viajado hasta aquí para
aquella Navidad, había un montón de cosas que se habían mantenido como un
misterio y sólo ahora me preguntaba por qué.

Quería visitar la catedral mientras estaba en la ciudad. Eché un vistazo a mi


reloj, tenía un montón de tiempo antes de que el banco cerrara. Demasiado
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tiempo había pasado desde que había visitado la catedral. El enorme tamaño y
Página

la belleza eran tan abrumadores como lo recordaba, y mis dedos se apretaron


alrededor de la baranda mientras levantaba la mirada hacia las elevadas torres.
Era tan pequeña en comparación, tan insignificante en su presencia. Caminé
hacia arriba, por la escalera de cemento, hacia la entrada.

Caminé a través de las dos columnas que flanquean la puerta maciza de roble
tallado, y no podía dejar de pensar en que debería haber sido la entrada a un
castillo real. Me detuve en seco. En la puerta de la catedral había un cartel
anunciando su cierre.

Estaba en reformas/reparaciones. La decepción me golpeó duro, debería haber


hecho una investigación primero antes de presentarme. Todo lo que quería
hacer era caminar por dentro otra vez... Miré a mi alrededor, no había nadie a la
vista. Empujé la puerta y se abrió.

Mis zapatos de suela blanda sonaban suavemente mientras traspasaba el


umbral.

Los ángeles y los santos brillaron hacia mí desde los vitrales, y yo disfrutaba
bajo un torrente de colores. Momentos más tarde me encontré con un bloqueo
de paredes de la construcción. La determinación se hizo cargo y terminé mi
camino por el pasillo hasta el santuario principal agradecida de que estuviera
vacío mientras me asomaba por la esquina.

Las bancas talladas a mano eran de un caoba intenso, tan bien pulida que
hacían señales para sentarse en ellas. Candelabros con hojas de oro brillaron en
la penumbra. Durante mucho tiempo sólo me quedé de pie y miré tanta belleza
y paz rodeándome. Habían sido un difícil número de meses y tomar un
momento para mí era justo lo que necesitaba.

Comprobando sobre mi hombro para asegurarme de que estaba sola,


caminépor el vestíbulo de nuevo. Encontré un cartel con una imagen de cómo
se vería luego de la remodelación. El órgano tendría un nuevo hogar...

Sacando la foto desde mi bolsillo, le di la vuelta y leí el enigma de nuevo. Mi


mente se redujo a esas dos frases...

... Tu futuro está escondido en el pasado. La música es tu guía.

Empujé mis dedos a la cabeza, frotando suavemente la sien. Todavía no estaba


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segura de lo que mis padres estaban tratando de decirme. ¿Por qué no podía
Página

resolver esto? ¿Qué estaba haciendo aquí?


La catedral estaba cerrada, ni siquiera debería haber entrado. Pero revivir los
recuerdos parecía como la decisión correcta en este momento.

Suspiré y de repente tuve la inquietante familiar sensación de ser observada. El


cabello en la base de mi cuello se levantó, pero luego al mirar alrededor, no vi
nada. Abrí la puerta de la construcción con el corazón golpeando en mi pecho,
con miedo de ser atrapada curioseando sin permiso. Pero sólo tenía que echarle
un vistazo al órgano.

Me acordé de mi padre levantándome a la banca, permitiéndome pulsar las


teclas.

Este fue un viaje de la memoria después de todo...

Caminando por el pasillo, encontré la puerta de la galería que alberga el


órgano. La fotografía dentro de mi bolsillo parecía hormiguear contra mi
pierna. La saqué, preparándome a mí misma.

La llave a tu futuro está escondida en el pasado. No dejes que lo que está manchado te
engañe. La música es tu guía. GA

Exhalé ruidosamente. ¿Por qué este enigma no me deja en paz? Cada paso que
daba siempre me llevaba de nuevo a lo mismo. Pero todavía no tenía sentido.
¿Por qué mis padres esconderían una llave? ¿Por qué nunca dijeron nada al
respecto? ¿Me habían dado algunas pistas al pasar los años? ¿Y para qué es la
llave? Negué con la cabeza. Me iba a ver tan tonta si era atrapada.

Miré el órgano, mi mente aún confusa.

Mis dedos trazaron el panel superior y miré al teclado frente a mí. Mi corazón
estaba anhelando que mi padre estuviese aquí, me senté en la banca, mis manos
flotando sobre el teclado.

¿Me atrevería a intentar y tocar? ¿Qué si era escuchada? Ya estaba


traspasando…

Con mi corazón acelerado, presioné teclas al azar. Nada paso. Extraño… Con el
ceño fruncido, golpeé mis dedos en el banquillo. Quizás estaban reformando el
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viejo órgano.
Página
Me llené de determinación y presioné las notas G y A juntas, en memoria de
mis padres, solo que esta vez escuché un pequeño clic desde el panel inferior.

Me zambullí bajo el teclado, buscando la fuente del ruido.Había una sección


floja en la esquina inferior izquierda del panel.

Suavemente arranqué la antigua pieza de madera. El compartimiento oculto


contenía una pequeña caja. Tan calmadamente como pude, metí la mano y abrí
la tapa. Contuve la respiración… ¡una llave! Lucía como la llave para una caja
fuerte. ¿Podría ser?

¿Cómo no había visto esta pista antes? Suspiré. Fue porque mis padres sabían
que mis recuerdos me llevarían aquí.

Un ruido de arrastre hizo eco cerca, causándome pánico. Apresuradamente,


puse la llave en mi bolsillo delantero y cerré el pequeño compartimiento. El
sonido se estaba acercando, y yo estaba agachada bajo la consola, un miedo
muy real se apodero de mí. ¿Estaba a punto de ser atrapada? Las sombras estaban
alargándose mientras el sol se retiraba por el día, lo que funcionaba a mi favor.
Si podía mantenerme lejos de la luz, nadie podría verme.

La puerta crujió al abrirse, y mi pulso empezó a tronar. ¿Había alguien


buscándome? ¿Me vieron entrando en la galería? Me incliné hacia adelante,
desesperada por tomar respiraciones calmantes. La sangre retumbo en mis
oídos, y por un momento no estaba segura si los fuertes sonidos que estaba
oyendo estaban en mi cabeza o si eran reales.

La puerta se cerró de repente, tan silenciosamente como se había abierto. Me


senté esperando que mi corazón latiera más lentamente antes de que pudiese
mover un músculo. Me levanté y luego dudé mientras mis dedos sudorosos
agarraban el pomo de la puerta. ¿Qué tal si regresaban? Largos momentos
pasaron mientras presionaba mi oído contra la puerta. Quién fuera que había
estado mirando dentro se había ido. Abriendo la puerta me deslicé a través,
mirando a izquierda y derecha. Casi corrí hasta la entrada principal, mis ojos
enviando miradas como dardos alrededor. Me permití una pequeña sonrisa de
triunfo. ¡Lo hice! Mis padres estarían orgullosos de mí.
49

Debería haber estado prestando más atención, pero estaba demasiado


Página

concentrada en mi victoria momentánea. Cuando doblé la esquina, me golpeé


con lo que parecía ser una pared de ladrillos. Mi nariz palpitaba de dolor y el
aire salió de mis pulmones. Reboté en el suelo, golpeando mi cabeza contra las
baldosas. ¿Qué había ocurrido? Miré hacia arriba, aturdida, mientras luchaba por
recuperar el aliento. Mi mano subió a mi cabeza inconscientemente.

—Lo siento tanto. ¿Estás bien? —preguntó una profunda voz.

De pronto no pude hablar y no era solo por haber sido atrapada. No sabía qué
decir. Me sentí tan inmadura e infantil. Mis ojos estaban demasiado ocupados
viendo al extraño. Desaliñado cabello castaño llegaba a la nuca de su cuello. La
más leve sombra de barba en su mandíbula cuadrada, y tenía una hermosa piel
bronceada y los más brillantes ojos color avellana que jamás había visto.

Me sacudí de mi aturdimiento. Necesitaba concentrarme. La punzada en mi


cabeza repentinamente volvió a la vida.

—¿Estás bien? —preguntó el hombre de nuevo, esta vez con más preocupación
mientras extendía sus dedos, ofreciendo ayuda para levantarme—. ¿Puedes
levantarte? —Tome su mano, vacilando mientras recuperaba el control de mi
ingenio.

—Sí —dije débilmente—. Lo siento, no te vi allí. —Parpadeé un par de veces,


luchando contra el dolor cuando me mordí el labio inferior. ¿Cómo iba a salir
de esta?

—No hay problema —contestó. Sujetó mi codo para mantenerme quieta por un
instante. Su mano era cálida, fuerte y áspera contra mi piel. Contemplé su
enorme cuerpo, era muy alto y apuesto.

—¿Estás en problemas? —Había preocupación mientras me miraba—. Viniste


corriendo por el corredor. ¿Está todo bien? —Él exploró la sala detrás de
nosotros como si esperase a alguien siguiéndome.

Abrí la boca para responder, pero se convirtió en una mueca mientras el dolor
de cabeza decidía subir el volumen. Ni siquiera pude encontrar una miserable
excusa, su voz se estaba convirtiendo en una estampida en mis oídos.
Necesitaba volver al Jeep y recostarme.
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—Um, sí, estoy bien —respondí su segunda pregunta primero, tratando de


Página

comprarme algo de tiempo. Él creyó que estaba en problemas, ¿por qué? Él


notóque había estado corriendo y miro para ver si veía a alguien. ¿Había
alguien allí? ¿Había él o algún otro abierto la puerta de la galería? Traté de
mantener mis pensamientos juntos—. Lo siento, no debería haber entrado aquí

—Oh. —Él asintió.

—Tengo que irme. —Las palabras rodaban nerviosamente de mi lengua. Miré a


las baldosas de mármol—. Lo siento. Si me disculpas, seguiré mi camino. —Me
deslicé a su alrededor e hice mi salida de la catedral. No estaba en condiciones
de mantener una conversación, especialmente después de la vergüenza que me
había causado a mí misma. No miré atrás.

Necesitaba el refugio de mi Jeep para escapar de mi humillación. Mientras me


apresuraba hacia él, mis ojos vieron una camioneta de color sándalo
estacionada al otro extremo del estacionamiento.

Las ventanas estaban tintadas oscuras, pero fue la altura del vehículo lo que me
hizo mirar. Era inquietantemente familiar. De hecho, casi lucía exactamente
como la camioneta de mi papá. Traté de racionalizar el déjávu: esto no debería
ser tan extraño, es una ciudad de montañas. Ellos necesitan autos contracción
en las cuatro ruedas para desplazarse durante los meses de invierno. ¡Me estaba
volviendo realmente paranoica!

Me subí a mi Jeep con las llaves aún en mi mano. Estaba caluroso afuera y no
deseaba cerrar la puerta aún, necesitaba aire fresco.

Mientras me sentaba, comencé a sentir el trauma del día abrumándome.


Durante el trayecto hacia aquí, me había enfocado en lo que el enigma
significaba. ¿Por qué mis padres escondieron la foto? Tampoco podía mantener
mi mente fuera de la caja de depósito, y por qué se mantuvo en secreto. ¿Qué
contenía que mis padres pensaban que solo yo debía saber?

Estaba consiguiendo otra de mis migrañas. La mayoría de las veces llegaban


lentamente y era capaz de manejarlas. Antes de que mis padres murieran,
estaban preocupados, pero nunca visitamos un médico. Luego de que mis
padres murieran, mis dolores de cabeza parecían evolucionar en algo peor,
había puntos negros desenfocando mi visión cuando estos llegaban.
51
Página
Cerré mis ojos mientras los latidos en mi cráneo comenzaban a profundizarse
¿Cómo iba a manejar de este modo? Ni siquiera había conseguido un cuarto de
motel aún, tendría que encontrar el más cercano y esperar que estuviese limpio.

Deje mi cabeza ligeramente apoyada sobre el asiento. Esperaba que si me


sentaba y esperaba por un rato, disminuyera lo suficiente para manejar. Las
llaves cayeron en mi regazo, y coloqué mis dedos en los lados de mis sienes,
masajeándolas suavemente. Traté de levantar mi cabeza ligeramente y abrir mis
ojos, pero di un respingo al sentir una enorme presión sobre mi cráneo. Me
sentía como si pudiese explotar en cualquier momento. ¿Qué me estaba
ocurriendo? Nunca había tenido uno tan malo antes.

El zumbido distante de los autos en la carretera hizo eco mientras me sentaba


en el estacionamiento. De pronto un cálido toque sobre mi antebrazo izquierdo
me hizo gritar. Traté de liberarme, pero la mano no se movió.

—¿Estás bien? —Era el hombre con el que me había topado en la catedral.


Debió de haberme seguido—.No luces muy bien, debes haber corrido hacia mí
más duro de lo que pensaba… —su voz se fue apagando—. ¿Necesitas ayuda?

No podía abrir mis pesados parpados, el inmenso dolor en mi cabeza era


abrumador. Apenas pude escupir las palabras.

—No… estoy bien. —Traté de tirar de mi brazo nuevamente.

Sabía que no iba a estar bien. Era totalmente incapaz de hacer algo por el
momento excepto sentarme aquí. No podía siquiera moverme. Sabía que estaba
llegando al punto en que podría desmayarme por el latido en mis sienes. ¿Por
qué estaba este extraño tan interesado en ayudarme?

—Por favor déjame ir. —Por tercera vez, me esforzaba por tirar mi brazo atrás y
me forcé a ponerme de pie.

—No creo que eso sea una buena idea.

Ocurrió tan rápido que no pude reaccionar. Sentí su apretón, tan fuerte que
seguramente iba a dejar marcas en mi muñeca. Débilmente traté de pelear, pero
no sirvió de nada. Incluso si hubiese estado con toda mi fuerza, no habría sido
52

rival para él.


Página
Sus manos se deslizaron por mi espalda y me agarro la cintura. Entonces fui
levantada en el aire, lejos del asiento del conductor, y contra su pecho. Él me
traslado al asiento trasero de la Wrangler. La sensación de movimiento me dio
náuseas y gemí suavemente, rezando por no estar enferma. Luché para abrir
mis ojos solo para ver puntos negros borrosos, los cerré nuevamente.

Peleé para liberarme del agarre del extraño, pero él se mantenía con fuerza. Me
retorcí para usar mis piernas para destrozar alrededor, pero él debe haberlo
visto venir porque se movió rápidamente y las bloqueo. Traté de abrir mi boca
en protesta cuando su mano alcanzo mi rostro.

—Está bien No voy a herirte —dijo con simpatía—. Tienes que calmarte y dejar
de luchar. No quiero herirte.

—Estas asustándola —otra voz retumbó y mi mente se volvió más confusa—.


Vamos a llevarte a un lugar seguro…

Otros murmullos llegaron a mis oídos, pero era demasiado difícil descubrir a
quién le pertenecían. De pronto, mi cuerpo cayo inerte y todo se volvió negro.

Desperté con la sensación de alguien pasando sus dedos por mi cabello,


cepillando suavemente las sienes y la frente a su paso, sacudiéndome a la
conciencia. Estaba tendida en una cama. El toque parecía familiar. Debía estar
soñando que estaba en casa, Colt sentado junto a mí.

Escuché el zumbido de una máquina. Mi confuso cerebro me dijo que no estaba


soñando. ¿Dónde estaba? Mi cuerpo se puso rígido y las manos dejaron de
moverse.

—Cheyenne, está bien. Estás a salvo —¡Esa voz! Era el más dulce sonido que
podría imaginar. ¡Era Colt! Traté de mantener mis ojos abiertos, pero estaban
53

tan pesados. Traté de incorporarme, y él ahueco sus dedos alrededor de mi


Página
mejilla, asegurándose que no me sentara. Una simpática sonrisa rosa en sus
labios.

—Está bien, solo quédate quieta —dijo.

—Colt, estas aquí… —Mi voz estaba llena de alivio.

—Por supuesto que estoy aquí —dijo Colt—. Manejé lo más rápido que pude.

¿Estoy en el hospital? Un dolor agudo creció entre mis ojos y yo apreté mis ojos
cerrados. ¿El hospital lo llamó? Él era el único contacto en mi teléfono… Una
puerta se abrió y pasos se acercaron.

—¿Cheyenne? —dijo una voz—. ¿Puedes abrir los ojos para mí?

Mis pestañas revolotearon. Una mujer en bata blanca estaba inclinada sobre mí
con una pequeña linterna.

—Soy la Dra. Dawson. Estás en el hospital, tuviste un accidente.

Miré a colt por un momento y pensé. La última cosa que recordaba era
posiblemente ser secuestrada.

—¿Qué ocurrió? —murmuré, mi cabeza adolorida y confusa.

—Al parecer sufriste una caída. Tienes un golpe de gran tamaño en la parte de
atrás de la cabeza. ¿Sientes dolor en otro sitio?

—No, no lo creo… —Una ola de nauseas me recorrió y me hundí en la cama—.


Sólo me siento un poco enferma.

—Comprensible —dijo la Dra. Dawson—. Pero te hemos dado medicinas,


deben hacer efecto pronto. —Ella tocó su estetoscopio—. ¿Recuerdas qué
ocurrió?

Bajé mi cabeza. No quería admitir que había estado espiando alrededor de la


catedral sin permiso.

—Más o menos —dije—. Estaba apurada, choqué contra alguien y golpeé mi


cabeza. Debe haber sido más fuerte de lo que creí
54

—Bueno, dado que estabas inconsciente cuando llegaste, hicimos un escáner


Página

craneal. La buena noticia es que no encontramos nada en él.


—¿Así que puedo irme?

La Dra. Dawson suspiró.

—Preferiríamos tenerte aquí por veinticuatro horas, solo para observarte.

Gruñí. Todo eso por hacer un rápido viaje a la catedral.

—Sin embargo —ella continuo—, tu amigo Colt ha ofrecido cuidarte. Nos dijo
acerca de tu situación en casa. Lo siento mucho por tu pérdida.

Suspiré. Otro recordatorio de que estaba totalmente sola.

—Me tenías realmente preocupado —dijo Colt.

Mi cabeza se giró hacia él.

—Siento que hayas tenido que venir hasta aquí.

—No seas tonta. Por supuesto que vendría por ti. Siempre vendré por ti. —Él se
inclinó más cerca y gentilmente beso mi frente—. Estás a salvo ahora.

—Gracias.

—¿Es esto lo que quieres? —preguntó la Dra. Dawson.

Yo asentí.

Ella hojeó su ficha abierta y garabateó en un papel.

—Voy a enviarte a casa con algunas pastillas. Tendré tus prescripciones llenas y
puedes estar fuera de aquí por la tarde.

—Gracias.

Ella sonrió y dejo la habitación.

—Lo siento Cheyenne —dijo Colt—. Ella…

—Está bien, Colt.

—Voy a cuidarte. Tú vienes a casa conmigo.


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Sonreí débilmente. Nunca había estado en su casa antes…


Página

Por la tarde mis medicamentos estuvieron listos y Colt me acompañó a mi Jeep.


—¿Tienes las llaves de mi Jeep?

Él asintió.

—El par de repuesto que tus padres me dieron.

—Oh —respondí un poco sospechosa en cómo había llegado él aquí sin su


camioneta, pero eso era un pensamiento para otro momento, estaba un poco
decepcionada. Tendría que hacer otro viaje luego para averiguar qué había en la
caja de seguridad.

Necesitaba estar bien primero y ahora la llave de la caja de seguridad estaba


perdida de nuevo. Las opciones eran que se salió de mi bolsillo cuando… un
escalofrió me recorrió. Cuando quien fuese que estaba tratando de ayudar y que
me asusto sacando la mierda de mí.

—No estés tan sorprendida por lo que encontraras en mi casa —dijo Colt.

Asentí y recliné mi asiento. Cerré los ojos y deje que el ritmo del auto me
meciera en un sueño ligero.

El auto dejo de moverse y mis ojos se abrieron. Colt salió del Jeep y estaba
caminado alrededor hasta mi lado. Él abrió la puerta e incliné la cabeza con
curiosidad. Seguramente no había dormido tanto tiempo…

—¿Dónde estamos? —Esto no se parecía a ningún lugar cerca de mi casa. Los


árboles eran más densos y la camioneta de Colt estaba cerca.

—Casa —respondió y me ayudo a salir.

—¿Estamos en Idaho?

—No, Montana.
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Me detuve.
Página

—¿Por qué?
—Es mi casa.

—¿Tienes una casa en Montana?

Él sonrió y tiró de mí.

—No te preocupes, estás a salvo ahora.

Digerí lo que había a mi alrededor. Su casa era una cabaña en el medio del
bosque. Los únicos sonidos que se oían eran las aves cantando.

Él me ayudo a subir las escaleras y sostuvo la puerta.

Estaba sorprendida por la belleza que había frente a mí mientras entraba en la


gran habitación. Dos de las tres paredes estaban recubiertas del piso al techo
por vidrios, exponiendo el paisaje del exterior.

La pared interior principal junto a los dormitorios tenía una enorme chimenea
de piedra. La tercera pared formaba la cocina. El techo abovedado con enormes
vigas de madera corría a lo largo de la habitación. El suelo de madera tallada
estaba pintado de un oscuro color nogal.

La sala de estar principal contenía una gran alfombra de lana fijando los
muebles en una acogedora sala de estar. El otro extremo de la sala estaba
equipado con un piano de cola posicionado de cierta manera para permitir una
espectacular vista del bosque desde cualquier ángulo.

Estaba llena de curiosidad mientras miraba hacia Colt. Él simplemente se


encogió de hombros, y me sentó en el sofá mientras dejaba caer las botellas con
medicina, y mi llave de la caja de seguridad en la mesa de café. Noté que un
sándwich y una soda habían sido dejados ahí también. Dejando caer un brazo
alrededor de mis hombros, Colt tocó el plato.

—Apuesto que estas famélica. Come.

Asentí, tomé el plato y lo puse en mis rodillas, pero no comí.

¿Quién me había hecho el sándwich y dónde encontró la llave?


Demasiado para esconder de él…
57

—¿Cómo se siente tu cabeza? Realmente nos asustaste, sabes.


Página
—¿Nos?

Golpeo el plato de nuevo, y yo tomé una pequeña mordida, mirando su


reacción, mientras él alisaba su camiseta, sin interesarse en contestarme aún. Di
otro mordisco pequeño, esperando su respuesta. Su fría mirada fija en mí.

—Nos, como a Callon, Daniel y a mí.

—¿Callon y Daniel?

—Estaba preocupado por ti, y ellos vinieron a ayudar.

—¿Quiénes son Callon y Daniel?

—Ellos son como… familia.

Presioné mi mano en mi frente, que estaba comenzando a latir nuevamente.


Colt nunca los había mencionado antes. De hecho, nunca había mencionado
nada acerca de sí mismo. Por años, estuvo junto a mí, y sin embargo estaba
comenzando a darme cuenta de lo mucho que ocultaba de mí. Lo mucho que no
había preguntado.

Me hizo pensar acerca de algunas otras cosas también. Había oído hablar a las
enfermeras acerca de Colt estando allí poco después de que yo llegara.

—¿Cómo llegaste tan rápido al hospital? —No debería haber sido posible, dado
que se suponía, estaba en Idaho. Y no sabía que iba a encontrar problemas en
Helena. Sin embargo Colt parecía haber visto todo desde el principio. Como si
hubiese trazado un plan para seguirme…

Me sacudí de su abrazo, de pronto se sentía incómodo. Colt me había conocido


por tanto tiempo. Era algo natural que él pudiese entender mis pensamientos y
ser el mejor al entender cómo me sentía. ¿Pero predecir exactamente a dónde
iría?

Colt lucía herido mientras retiraba su brazo.

—Así que —dijo él, evitando la pregunta—, ¿estás sintiéndote mejor o no?
58

Lo miré con incertidumbre. Sentí como que apenas conocía al hombre sentado
frente a mí.
Página
—Te responderé cuando tú me respondas.

—Tu bienestar es más importante en este momento.

Él no iba a responder, y yo no quería que supiera que aún estaba adolorida.

—Mejor. —No era una mentira. Me sentía mejor que hace dieciséis horas, pero
mi cabeza aún dolía.

Deje el plato en la mesa de café y Colt me entrego la soda. Tomando un


pequeño sorbo para satisfacerlo, me di la vuelta y lo encaré de frente. Esta vez
él iba a contestar mis preguntas. No más juegos.

Cuando estaba a punto de hablar, dos hombres entraron en la habitación.


Ambos me miraban con atención. Reconocí a uno de ellos. Él era el que conocí
en la catedral, con el que me tope, el que me tiró de mi auto y me sostuvo en el
asiento trasero.

Mi corazón comenzó a latir con aprensión cuando se movió más cerca. Colt
puso su mano sobre la mía, y yo me recosté contra su hombro. Inhalé, no
fácilmente.

Colt les dio a los dos hombres una mirada y ellos detuvieron su avance.

—Este es Callon y este es Daniel —señaló a cada uno.

Ahora sabía el nombre del misterioso extraño, Callon. Daniel era el más
pequeño de los tres. Tenía la misma piel bronceada, pero su cabello era negro
azabache, y se precipitaba hacia sus cejas para enmarcar su cara.

—Hola, Cheyenne —dijo Daniel. Sus oscuros ojos azules eran suaves, y su
rostro juvenil, acogedor.

Callon no dijo nada mientras caminaba y se sentaba directamente frente a mí en


la mesa de café. Intercambio una mirada con Colt e inclinó su cabeza. Parpadeé.
¿Me perdí de algo? Había un montón más en esa mirada que lo que se podía
ver. Me volví hacia Colt, mi ceja levantada en pregunta. Me dio una sonrisa
incomoda.
59

—Colt nos dijo que estaba trayéndote a casa. ¿Cómo te estas sintiendo? —
Página

preguntó Callon.
—Mejor —respondí nerviosamente.

Él levantó las botellas con medicinas de la mesa de café, inspeccionándolas,


antes de ponerlas de regreso.

—Estoy confundida —dije mientras miraba a Callon—. Tú estabas en la


catedral…

—Me gusta la vieja arquitectura —respondió bruscamente.

Parpadeé.

—¿Siempre eres tan rudo con una mujer la primera vez que la conoces?

Levantó una ceja.

—Necesitabas ayuda.

—Bueno, que suerte que estuvieses ahí para ayudarme. —Mis ojos encontraron
los de Colt—. Y Colt, tú llegaste tan rápido al hospital que debes haber estado
manejando un jet. —Mis ojos se estrecharon—. Tú sabías que yo estaba en la
catedral. ¿Así que por qué me estabas siguiendo?

Me moví lejos del brazo de Colt, y Callon volvió a posarse sobre la mesa. Ahora
era mi turno para hacerlos sentir un poco incómodos.

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Página
Capítulo 6
Traducido por Maru Belikov y yumigood

Corregido por Ale..

o que realmente quiero son respuestas. No soy tan estúpida para

—L
pensar que tú de repente apareciste en el momento indicado a la
hora correcta. Sí, tengo un extenuante dolor de cabeza, pero podría
haberlo lograrlo hasta el hotel. Aprecio el “rescate”, pero me parece que esto fue
un poco más planeado de lo que lo haces parecer —dije, sin molestarme en
ocultar mi irritación.

Colt y Daniel se movieron en sus asientos, inseguros de cómo responder. Daniel


empezó a juguetear con la almohada en el sofá nerviosamente. Estaba
dirigiendo mi pregunta a Colt, pero fue Callon quien respondió, con algo de
duda.

—Tienes razón. Esto fue algo premeditado.

Fruncí el ceño.

—¿Por qué me estaban siguiendo? ¿Por qué Colt dijo que estoy segura ahora?
¿Por qué antes no estaba segura? —Las preguntas vinieron rápidamente
mientras trataba de darle sentido a las cosas.

—Estábamos cuidándote, y tu seguridad es nuestra mayor preocupación —dijo


Callon.

—¿Por qué? —quería saber.

Callon miró hacia Colt antes de responder, su cara suavizándose.


61

—Gene y Alexis fueron asesinados.


Página
Inmediatamente me deslicé atrás en mi asiento, todas mis preocupaciones
volando fuera de mi mente mientras procesaba esta horrible información. Mi
mano tocó mi garganta.

—¿Asesinados? —Apenas podía lograr que mis labios formaran la palabra.

—Sí.

Había pensado que toda mi vida se había vuelto de cabeza cuando mis padres
murieron, pero esto… esto era peor. Lo hacía aún peor saber que no fue un
accidente. Los amaba demasiado. ¿Cómo alguien podría deliberadamente
hacerles daño?

Colt colocó su brazo alrededor de mí, tratando de consolarme. Miré hacia arriba
confundida.

—¿Por qué no me dijiste? —Mis pensamientos corriendo salvajemente. ¿Era eso


el por qué tenía este raro sentimiento sobre ser observada? El alguacil dijo que
cosas extrañas estaban pasando en la casa. ¿Era el asesino? ¿Estaba detrás de mí
ahora?

Un temblor corrió por mi columna.

Los ojos de Colt se llenaron con simpatía.

—No quería asustarte. Necesitabas terminar la escuela, Cheyenne. ¿Por qué


crees que estaba más alrededor que antes?

Sus dedos cepillaron mi cabello a un lado tiernamente.

Rabia quemaba bajo mi pecho, pero mantuve mi expresión cautelosa. Él


escondió esta información de mí, ¿Qué más había decidido esconder de mí? El
peso de su pregunta girando en mi cabeza.

—Pensé que era porque querías estar cerca de mí —dije débilmente, mientras el
entendimiento me hundía—. Pensé que era porque eres mi mejor amigo.

Inhalé un tembloroso aliento. La montaña rusa de emociones en la que había


estado por meses estaba creciendo otra vez. Tomó unos cuantos minutos
62

recuperar mis pensamientos. No me moví mientras el brazo de Colt se apretaba,


Página

y vi cómo mis dedos empezaron a girar el anillo en mi dedo índice.


—¿Por qué fueron asesinados?

—Ellos estaban protegiendo un secreto —respondió Callon. Él apretó su


mandíbula y me miró a los ojos—. Tú.

Sacudí mi cabeza. Esto no podía ser cierto.

—¿Yo? ¿Un secreto? No lo entiendo. —Miré arriba, con los ojos muy abiertos.

—No lo entiendes todavía, pero eres especial. Cuando el tiempo sea correcto, te
explicaremos. Necesitas confiar en nosotros.

—¿Confiar en ti? —Me giré hacia Colt. Sus serenos ojos parecían inseguros—.
¿Cómo puedo confiar en alguien que ha estado engañándome? —Su cara se
suavizo, miró hacia otro lado. ¿Cómo pude haber pasado tanto tiempo con él y
no sospechar que tenía un motivo oculto? Tanto como quería darle a estos tres
hombres la ley del hielo, no podía. Ellos tenían todas las respuestas.

El trío se sentó en silencio mientras esperaban mi siguiente pregunta.

—¿Saben quién los asesino? —Estaba asumiendo que ellos sabrían, desde que
dijeron que yo era el secreto. Colt y Callon intercambiaron miradas incomodas,
y finalmente Colt asintió. Estudié su silenciosa comunicación. ¿Qué pasaba con
ellos?

—Un hombre muy peligroso. —La mandíbula de Callon estaba rígida. Él se


movió en su asiento, cruzando sus brazos, y era claro que no me diría más.

—Así que, déjenme ver si entiendo esto. —Cerré los ojos brevemente y me moví
hacia adelante en mi asiento, lejos del abrazo de Colt. Mis dedos masajeando
mis sienes—. Colt y mis padres han estado protegiéndome porque soy un
secreto. Un secreto que dijiste no entendería ahora, pero con el tiempo me dirás.
—Me detuve, pensando otra vez—. Mis padres fueron asesinados por un
hombre muy poderoso por este secreto, yo. Ustedes han estado ayudando a Colt
a protegerme, pero nunca me dijeron. He sido mantenida en la oscuridad —Mi
temperamento fue aumentando—, ¿y tú esperas que confíe en ti?

—Sí. —La voz de Callon era fría, irritado de que no aceptara su orden sin
63

preguntas.
Página
—¿Cuánto tiempo? —Mis ojos se estrecharon mientras me dirigía hacia Callon,
mis manos cayendo a mis lados en puños apretados.

—¿Cuánto tiempo qué?

¿Estaba él haciendo esto para exasperarme?

—¿Cuánto tiempo has estado observándome?

—Un tiempo.

¡Que patética respuesta tan poco clara! Imagínate.

—¿Más de dos años? —Colt había estado conmigo por tanto tiempo, y solo
ahora veía porque él nunca hablaba sobre sus padres. Tenía que ser más viejo
de lo que dejaba ver. No vivía con sus padres, y mis padres nunca trajeron el
tema a colación. Ellos tenían que haber sabido.

—Sí —confirmo Callon.

Continúe, una mezcla de rabia y ansiedad alzándose.

—¿Mis padres sabían?

—Sí. —Las respuestas de Callon era tan desprovistas de emoción que me


molestaba. Yo solo era un trabajo…—. ¿Has estado trabajando con ellos?

—Sí.

Me giré y miré a Colt otra vez, desesperadamente tratando de mantener mi


compostura.

—Así que por los últimos dos años, has estado cerca protegiéndome. Mis
padres te invitaban todo este tiempo a viajes y cenas así podías estar cerca. —
Estos eran hechos. Mis labios empezaron a temblar, mientras rabia hervía en mi
pecho—. Compartí secretos y sentimientos contigo que nadie más sabía, y ¿para
qué? ¿Así podías pretender que me conocías? ¿Conocer cosas sobre mí para tu
trabajo? ¿Engañarme y mentirme? Tú jugaste con mis sentimientos, me
confundiste… ¡¿Solo para divertirte con ello?!
64
Página
Algo dentro de mí se dio por vencido, y las lágrimas empezaron a correr por
mis mejillas. Todos estos meses él había jugado con mi corazón, con cada toque,
cada palabra.

—¡Cómo pudiste!

Colt extendió su brazo para tocar mi hombro. Sabía que él estaba tratando de
consolarme. Después de todo, eso era en lo que él era bueno, eso es lo que había
estado haciendo por los últimos dos años. Asegurándose que estuviera segura y
tuviera un hombro donde llorar. Debí haberlo visto antes, todas esas largas
caminatas en el bosque, viendo películas, solo pasando el tiempo juntos. Él
estaba pretendiendo ser mi amigo. Mi mejor amigo. Me alejé y me levanté del
sofá.

—Cheyenne. —Colt se estiró para tomar mi mano, pero me alejé de su agarre.

No quería escuchar nada más. No ahora. Estaba herida, una pieza de mi


corazón de repente se destrozó. Sólo era un trabajo para él. La amistad, los
sentimientos que tenía por él, todo era una mentira. Él no era quien pensaba.
Solo era muy complicado de procesar ahora.

Sorbiendo la nariz y limpiando las lágrimas de mis mejillas, me detuve dentro


del pasillo, no me giré.

—Callon, ¿se me permite irme?

—No. —Su tono era más suave, como si se disculpara por su aspereza anterior.

—¿Así que estoy siendo retenida en contra de mi voluntad?

—Es por tu propia seguridad —dijo pero no me hizo sentir mejor.

—Ya veo.

Daniel de repente apareció a mi lado con mi bolsa en la mano. Era como si


supiera que estaba buscando un escape. Caminamos todo el pasillo hasta una
habitación. Partió dejando mi bolso cerca de la puerta, mientras yo estaba en la
esquina, mirando hacia el bosque a través de las ventanas abiertas, mis
pensamientos reagrupándose. Había sido hospitalizada, seguida, engañada, y
65

ahora estaba con personas que no conocía, que estaban frenando mi libertad.
Página
¿Desde cuándo se habían convertido Colt o Callon en mi padre? ¿Cómo se
había disparado todo cuesta abajo tan rápido?

El crepúsculo había llegado, y con él, frío en el aire, que me hacía temblar.
Envolví mis brazos alrededor de mi pecho, pero no podía disminuir el dolor de
mi afligido corazón. Otra pérdida en mi vida. Colt fue quien me ayudo a través
de la muerte de mis padres. Pensé que perder a mis padres era el peor dolor
imaginable, pero perder a Colt—mi fuerza, mi amigo—me estaba lastimando
más de lo que creí posible. ¿Quién podría ayudarme a través de la pérdida de
mi mejor amigo?

No me moleste en cerrar la puerta de la habitación, pensé que en este punto no


importaba. Estaba siendo observada, no tenía permitido irme. Una puerta no
los detendría. Era un ave en una jaula, con alas cortadas.

Pesados pasos se detuvieron en la puerta. Continúe mirando afuera de la


ventana. Ellos continuaron hasta que se detuvieron directamente detrás de mí,
era Colt. Su aliento tocaba mi cabeza, el calor de su cuerpo calentando mi
espalda. Más lágrimas cayeron, y apreté mis dientes conteniendo mis sollozos.
Él estaba dudando. Estuvimos de pie así por lo que pareció una eternidad antes
de que él finalmente rompiera el silencio.

—Cheyenne, lo siento mucho. —Su voz era suave, gentil, sincera—. No quería
lastimarte. Quiero que sepas que no es así para mí. Nunca lo ha sido. Todos y
cada uno de los momentos que he pasado contigo ha sido una bendición, y con
cada momento que pasa te he amado más y más.

¿Él me ama? Inhalé un tembloroso respiro. No quería escuchar esto ahora. No


cuando mi corazón había sido empujado en todas direcciones.

—No estoy contigo porque es mi trabajo, estoy contigo porque no podría vivir
conmigo mismo si algo jamás te llegara a pasar. Cuando me dijiste que te ibas
de la ciudad, quería decirte que te quedaras. No quería dejarte fuera de mi
vista. Cuando Gene y Alexis murieron, viniste a mí para encontrar consuelo. —
Sus manos se cernían a mi lado, no tocando, sino anhelando—.He querido darte
mucho más que solo consuelo. He querido darte mi amor, mi corazón, mi alma.
66

He estado esperando para decirte esto, quería decírtelo en la cocina la noche


antes de que te fueras. Por favor perdóname. Nunca quise herirte de esta
Página

manera.
Me mantuve quieta, reflexionando sobre su confesión. Así que no había estado
equivocada esa noche en la cocina. Esa protectora mirada en sus ojos, esas
emociones que empujó de nuevo… ¡él me amaba! ¿Qué se suponía que
pensara? ¿Era este otro acto, un intento de empujarme a su mundo?

Estuve de pie inmóvil por un largo tiempo. Solo un medio paso atrás y estaría
presionada contra él, solo un medio paso y su gentil abrazo proveería la
seguridad que quería, que necesitaba.

No me dejaría a mí misma hacerlo. Empujé atrás toda emoción y continúe


mirando fuera de la ventana. Ahora estaba agradecida por la brisa. Enfriaba mi
exaltada piel.

Colt todavía estaba de pie detrás de mí, esperando. Lentamente me giré,


manteniendo mi mirada en el suelo mientras pasaba. Su brazo se estiró para
agarrarme pero no lo hizo.

Estaba oscuro afuera mientras me arrastraba hacia la cama y me sentaba en el


colchón. Me enrollé en una bola en mi lado y cerré los ojos. La cama se hundió
mientras Colt se sentaba. Sabía que no me dejaría. Él no me tocó, no dijo una
sola palabra. Él solo se sentó ahí, mi protector. Mis parpados se volvieron
pesados, y mi cabeza empezó a doler otra vez. El agotamiento me venció, y
rápidamente caí profundamente dormida, sin sueños.

Mis parpados se abrieron. Todavía estaba oscuro. Un gran bostezo se escapó de


mí, y me estiré. Había dormido bastante bien, pero todavía estaba atontada.
Miré alrededor de la habitación. El amanecer estaba empezando a aparecer.
Tonos de rojo y naranja besaban el suelo de madera. Retorciéndome, hice una
mueca. Mi brazo derecho estaba adolorido.

Me enderecé cuidadosamente, sólo para escuchar la respiración profunda de


67

Colt. Él había dormido a mi lado encima de la colcha. Me giré para ver su cara,
que estaba oculta en las sombras. Estaba tranquilo.
Página
Suspiré. A pesar de todo lo que había aprendido el día anterior, todavía me
gustaba cuando él estaba cerca. Siempre me hacía sentir bien conmigo
misma…¿Pero era algo de eso real? Recordé las palabras de anoche. Había
dicho que me amaba, y quería estar conmigo. ¿Podía realmente creer eso?

Pero entonces allí estaba el mayor problema. Callon me dijo que no tenía
permitido irme, y necesitaba conseguir entrar en la caja de seguridad. Ahora
estaba segura que lo que sea que acechaba era exclusivamente por mí. Si yo era
un secreto mamá y papá estaban protegiéndome, entonces seguramente lo que
sea que estuviera allí al menos traería algo de luz al asunto.

Me mordí el labio, mientras más obstáculos empezaban a aparecer. ¿Cómo iba a


conseguir ir a la ciudad? No podía sólo decirles a mis guardias sobre la llave y
la caja, aunque Colt puede ya saber para qué es la llave. Ellos no habían sido
completamente sinceros conmigo, ¿por qué debo estar con ellos? Si querían que
confiara en ellos, tendrían que ganárselo.

Me deslicé de la cama sin hacer ruido, asegurándome de no molestar a Colt. La


última vez la llave estaba en la gran sala en la mesa. Echando un vistazo a mi
derecha estaba la mesita de noche... junto con mis medicamentos y la llave.
Tomé la llave de la mesa.

Tomé una botella de medicina y recordé despertar y tomar algunas, pero no


recordé la llave en la mesa. Al menos eso explicaría porque me sentía tan
cansada y pesada ayer, toda esta medicina que había estado bombeando a
través de mí sin duda estaba pasando factura. Deslicé la botella de regreso a la
mesita de noche.

Luego fui en busca de mi bolsa. Saqué algo de ropa y zapatos y silenciosamente


me dirigí al baño. Me puse algo cómodo, algo con lo que pudiera correr o ir de
excursión. No tenía ninguna intención de quedarme. Ellos dijeron que no podía
irme. ¡Ja! No tenían ni idea de lo que era capaz. ¡Especialmente cuando estaba
molesta!

Empujé mi cabello atrás, cepillé mis dientes, y silenciosamente lavé mi cara.


Regresé a la habitación para depositar mi pijama y tomar algo de efectivo, junto
68

con mi licencia de conducir.


Página

Colt todavía estaba dormido.


Analicé las ventanas. No me gustaría hacer demasiado ruido, me subí a una de
ellas. Pensé que lo mejor era tratar la puerta principal primero. Si Colt estaba
durmiendo, tal vez los otros, también.

En el camino a la gran sala, pasé por una puerta entreabierta. Era el cuarto de
lavado, y tenía una ventana grande por la que podía arrastrarme hacia fuera.
¡Perfecto!

Me deslicé y me detuve, escuchando con atención a cualquier ruido. Hasta


ahora, todo bien. Lentamente, abrí la ventana. El marco se deslizó fácilmente, y
me las arreglé para empujar la pantalla con poco esfuerzo. Cayó al suelo, y yo lo
seguí.

Fue un poco más bajo de lo que pensé, y caí hacia adelante sobre el pecho. Un
suave gruñido escapó de mis labios, me quise patear. Si estuviera más fuerte,
iría más rápido de lo que podía parpadear.

Me dirigí hacia el bosque, mi corazón latía rápidamente bajo mis costillas.

No tenía ni idea de dónde iba, pero una vez que estaba fuera, utilizaría el sol
como mi guía y encontraría mi camino de regreso a la ciudad. Estaba segura de
que podía manejarlo, después de todo el entrenamiento que mi papá me había
dado en los últimos años. Apoyé la mano en el bolsillo asegurándome que la
llave había permanecido intacta. Ahora tenía la pieza faltante que necesitaba.
Me encontré con todo lo que tenía y mis sentidos estaban alerta para cualquier
cosa que intentara detenerme.

De repente algo me abordó por detrás, y me tiró al suelo, dos grandes brazos
envueltos alrededor de mí, se cerraron alrededor de mis lados, impidiendo que
le lesionase. Me dejó sin aliento, y quedé inmovilizada antes de que tuviera la
oportunidad de defenderme.

—¡No pelees conmigo! —ordenó una voz—.¡No quiero hacerte daño!

—¡Suéltame, Callon! —grité, comenzando la lucha.

—Te soltaré cuando dejes de pelear —dijo.


69

No iba a darme por vencida tan fácilmente. Traté de empujarlo, pero me sujetó
Página

con firmeza. Todavía estaba oscuro bajo los densos grupos de árboles, pero
esperaba que pudiera ver mi ceño fruncido.
—¡Suéltame, antes de que me hagas enojar! —le dije con los dientes apretados.

Ocurrió tan rápido que ni siquiera estoy segura de cómo ocurrió. Callon se puso
de pie, tirando de mí con él. Me echó al hombro como un saco de patatas, y
comenzó a caminar de nuevo.

—¡Bájame! —aullé.

Él no me respondió. Traté de empujarlo para liberarme, pero no cedía. No iba a


ir ninguna parte, estaba de vuelta a la cabaña.

Una vez dentro, me tiró en el sofá y se sentó en la mesa de café inclinándose


hacia adelante. Me puse muy inquieta, estaba demasiado cerca de mi cara. Me
removí de nuevo en el sofá. Pude ver la determinación en su rostro. Ya no era el
hermoso rostro que había visto en la catedral, pero si el de un monstruo
aterrador de corazón frío.

—Cheyenne —dijo Callon, su tono como el hielo—. Estamos aquí para


protegerte. Ya te dije ayer que Gene y Alexis fueron asesinados. Estamos
seguros de que el asesino está detrás de ti ahora. No te puedes ir.

Esperó un momento a que sus palabras penetraran con sus ojos fijos en mí.

—Te vamos a detener si lo intentas. Lo diré de nuevo. Esto es por tu propio


bien. No vamos a hacerte daño. ¡Tienes que confiar en nosotros!

Sus manos se posaron sobre mis rodillas, y pensé que mi corazón iba a saltar de
mi pecho. Su contacto era electrizante, como una chispa que sacudió a través de
mí en un lugar profundo. Rayos de sol llenaba la habitación, aunque apenas me
di cuenta, mientras estaba encerrada en su mirada.

—¿Entiendes? —preguntó.

Tomé aire para calmar mis nervios.

—No puedes retenerme aquí. —No podía ocultar el temblor de mi voz.

—Sí, podemos, y lo haremos. —El tono de Callon era definitivo—. Hay muchas
cosas que no conoces o no entiendes todavía. Tendrás que acostumbrarte a la
70

idea de que estemos alrededor. No vamos a ninguna parte.


Página
No le respondí. Mi mente se quedó inmóvil, incapaz de formar pensamientos
coherentes, ya que nos quedamos mirando fijamente. Esto iba a ser más difícil
de lo que había imaginado, nunca había visto tal determinación.

Callon finalmente retiró sus manos y se alejó, para mi gran alivio, pero me
quedé sentada. El resto del día transcurrió. No dije mucho, demasiado
consumida contemplando mis opciones. Los ojos de Callon nunca me dejaron
mientras me movía por la casa. ¿Acaso esperaba que saliera corriendo por la
puerta principal mientras estaba viendo? Llegó la noche, y Colt se quedó en mi
habitación una vez más.

Me desperté temprano a la mañana siguiente y me dirigí por el pasillo a la


habitación grande. Callon estaba sentado en un rincón oscuro de la cocina, con
los brazos cruzados sobre el pecho. Hice una pausa antes de dar la vuelta a la
esquina.

No podía ver su rostro, pero sabía que me estaba mirando. Como una pantera
en espera de su presa, vio todos mis movimientos. Bajé los ojos. Era un poco
desconcertante saber que podía intimidarme de esta manera. No me gusta ni un
poco.

El piano en la esquina de la habitación con vistas al bosque me llamaba.

Suspiré.

De vuelta en casa, cada vez que tenía que pensar, por lo general iba a correr o
me sentaba y dejaba salir mi corazón mientras tocaba. Salir corriendo estaba
fuera de la cuestión, ésta era la mejor opción. Me dirigí hacia el piano, me senté
en el banco, y comencé a tocar.

La música era la propia melodía que se derramaba desde mi interior. No había


manera de describir el cambio que generaba en mí, excepto que era
tranquilizante, calmante y reparadora.

Mientras tocaba, dejé que la tristeza y el dolor se vertiesen sobre las notas. No
había tocado desde la graduación, y sólo ahora, me doy cuenta de lo mucho que
perdí.
71

Puse todas mis emociones en las teclas, visible sólo a aquellos que sabían leer.
Página
Mi mamá siempre supo que algo me estaba molestando, podía decirlo por el
tono de la música que tocaba y el hecho de que siempre cerraba los ojos para
realmente absorber todo. La idea de ella me provocó lágrimas. El sabor salado
amargo corrió por mis mejillas, agriando mis labios. Cómo me hubiera gustado
que estuviera aquí para escucharme tocar, cómo me habría gustado mostrarle lo
mucho que la amaba. Nunca más, me prometí. Nunca más voy a contener mis
palabras de amor.

Mi mente aún era un revoltijo de todos los acontecimientos recientes. Mi


melodía continuaba, mientras mi mente trataba de ordenar mis pensamientos.
¿Qué sabía hasta ahora? Colt había estado conmigo, junto con mis padres, para
cuidarme y protegerme, para mantenerme en secreto. ¿Por qué y de quién? No
tenía ningún sentido. Nunca fui nada especial.

He vivido una vida normal. Mis padres nunca me hicieron sentir diferente,
nunca dijeron algo que pudiera causar alarma. Mi mamá había dicho que quería
hablar conmigo sobre algo, algo cuando tuviera la edad suficiente para saber.
¿Habría sido el secreto? Nunca lo sabría. Ellos se habían ido y nunca me lo
dirán.

Callon insistió en que debía confiar en ellos. Confiar en la gente que me había
estado ocultando su identidad durante años, en secreto me miraban cuando me
quedé inconsciente. Tenía que seguir las reglas. Eso no funcionaba para mí, al
menos no todavía.

A medida que continuaba tocando, la neblina en mi mente comenzó a


levantarse.

Un plan fue tomando vida en mi cabeza, una manera de poder alejarme de Colt,
Callon, y Daniel, aunque sólo fuera por un rato, para que pudiera escapar a la
ciudad y descubrir lo que había en la caja fuerte. Lo que me encontrara podría
revelar lo que mis padres no habían sido capaces de decirme a tiempo.

El plan fue formado. Podría hacer esto. Haría esto. Probablemente pagaría el
precio más tarde, pero valdría la pena. Tenía que averiguar quién era yo.

Terminé la última nota, dejé escapar un suspiro y miré hacia arriba. No me di


72

cuenta de cuánto tiempo había estado tocando, pero el sol estaba fluyendo a
Página

través de los árboles. También me pareció haber atraído a una audiencia.


Callon estaba sentado en la silla a la derecha de mí, su mirada tranquila,
aunque un poco curiosa. Daniel estaba sentado cerca del hogar de la chimenea,
y Colt estaba en el sofá. Nadie dijo nada, pero sus miradas me seguían mientras
caminaba hacia el sofá para ponerme los zapatos.

Tendría que ser cortés, hacerles pensar que era la más tolerante de la situación,
pero no exagerar. Iba a convertirme en actriz, como lo habían sido ellos en mi
vida. Compraría tiempo hasta que llegara mi oportunidad y seguiría adelante
con mi plan. No hablaría con Colt si podía evitarlo. Todavía no sabía cómo me
sentía o lo que quería. Él tendría que esperar hasta que estuviera lista.

Tenía que romper el silencio. Miré a Callon y cortésmente le pregunte:

—¿Quieres que prepare algo para desayunar? —Me refería a todos ellos.

—No, estamos bien. —Callon se levantó, acercándose—. Te voy a enseñar


dónde está la despensa.

Señaló a la puerta cerrada en la pared de la cocina.

—Hay cereales, barras de granola, y cosas como esas. Tratamos de seleccionar


los artículos que te pueden gustar.

Asentí con la cabeza y abrí la puerta de la despensa y saqué una caja de cereal.

Señaló el armario que contenía los cuencos y abrió el cajón de los cubiertos.
Mientras servía mi cereal dio un paso atrás y abrió la nevera, cogiendo el cartón
de leche antes que yo.

Apoyada en el mostrador, me comí el desayuno en silencio, evitando el contacto


visual tanto como fuera posible. Una mirada ocasional me reveló a Colt
mirando nerviosamente, y la mirada fría de Callonllena de desconfianza. Daniel
estaba ocupado con la televisión, riendo de vez en cuando. Mi presencia no
parecía tener ningún efecto sobre él. Parecía feliz y despreocupado, como si no
le molestara mucho.

Lavando y enjuagado mi plato, me detuve por un momento buscando una


toalla.
73

De inmediato apareció una mano con una. Fue Callon.


Página

—Umm, gracias. —Estaba un poco sorprendida, no le oí acercarse.


Sus ojos se encontraron con los míos. Las comisuras de sus labios se movieron,
como si quisiera sonreír, pero nunca lo hacía.

—De nada. —Él vaciló, y al fin sonrió—. ¿Estás mejor esta mañana?

Levanté una ceja. ¿Estaba tratando que me relajara o pensaba que estaba
tramando algo? Esa mirada siempre me hacía sentir vulnerable, como si
pudiera mirar directo en mi alma y conocer mis pensamientos más íntimos.

—Estoy bien. —Puse el cuenco y la toalla sobre el mostrador. Realmente no


estaba de humor para hablar. Tenía que tener cuidado si ya estaba notando que
estaba tramando algo.

Bajé la cabeza y me mordí el labio inferior. Tenía que detenerme un poco. Había
puesto una novela en mi mochila por si acaso tenía tiempo para leer, y ahora
era un momento tan bueno como cualquier otro. No iba a ninguna parte, hoy.

Después de recuperar mi libro de la mochila, me senté en una silla en el rincón


más alejado de la gran sala.

Esta nueva novela sería una buena distracción. Podía leer y ver cómo el día se
presentaba y qué pistas podía captar.

Sin querer me perdí en el libro mientras el trío se movía por la casa. La historia
era más apasionante de lo que hubiera imaginado. Me acomodé en la silla,
sentada de lado, lo que permite a los pies colgar por fuera del apoyabrazos. Les
atrapé mirándome, inquietos. Interiormente sonreí. Se sentía bien ser la que los
ponía en guardia, en lugar de al revés.

Colt parecía ser el que más atención prestaba, esperando a que yo hablara. No
había estado en silencio desde que nos conocimos, sabía que lo estaba matando.

Tampoco era agradable para mí.

No estaba tan enojada como antes, pero no iba sólo a ceder y perdonarle tan
fácilmente. Quería que él sufriera un poco más.

Callon hizo el almuerzo y me lo trajo.


74

—Gracias —le dije mientras lo ponía en el reposabrazos de mi silla.


Página
Me di vuelta y la puse en mi regazo y me puse a comer, moviendo los tobillos
en el proceso. Era la única comiendo. Extraño, ya que no habían desayunado
tampoco. Tal vez había estado demasiado absorta en mi libro y no los noté
comer.

Después de un rato, me decidí a salir a la calle y sentarme en el porche y leer


bajo el sol caliente. Los tres estaban mirando mientras yo salía por la puerta
principal y encontraba un asiento cómodo.

Me siguieron, sin duda para no perderme de vista. La luz del sol corría entre los
árboles y una brisa encantadora tocó mi piel.

—Realmente deberían encontrar algo más interesante que hacer que verme leer.
—No levante la vista del libro, luchando contra una sonrisa. Estaban dando
vueltas en el porche.

—Debe ser un buen libro —murmuró Callon.

—Así es. —Obviamente, yo era la primera en su programa de protección de


testigos, ya que al parecer no sabían qué hacer.

Daniel y Colt se bajaron del porche mientras levantaba la mirada. Tenían una
pelota de fútbol y comenzaron a jugar con ella. Estuve mirando hasta que Colt
me atrapó y me guiñó un ojo, inmediatamente volví a mi novela. Pero ya podía
sentir el calor en mis mejillas. ¡Argh! ¡He sido atrapada mirando! Escuché como
Callon saltaba del porche, así y todo y se unió a los otros chicos.

Era difícil no ver lo que hacían porque estaban siendo bastante ruidosos. Dejé
de leer y dejé que mis ojos se perdieran. Daniel estaba molestando a Colt y
Callon con sus payasadas. Se movía lentamente. Era realmente entretenido
observarlos interactuar entre ellos. Me encontré sonriendo a pesar de que no
quería.

Ellos bromearon durante la mayor parte de la tarde, y asumí parte de ella era
para mi beneficio. El día se deslizó de forma rápida y pronto, el anochecer había
llegado. Entré en la casa, fui seguida adentro, y esta vez Colt me trajo la cena.
Aún estaba enojada cuando me la entrego.
75

—Gracias —le dije con frialdad.


Página

—¿Todavía estas enojada conmigo? —cuestionó Colt.


Miré hacia abajo antes de contestar.

—Sí.
Se quedó un momento mirándome, antes de marcharse. Me había hecho un
sándwich de queso a la parrilla. Recorrí la habitación y de nuevo me di cuenta
de que nadie más estaba comiendo excepto yo. Fruncí el ceño. Comí y luego
llevé el plato a la cocina, lo lavé y lo guardé.

Todavía un poco cansada del último dolor de cabeza y del fallido escape, decidí
irme a la cama temprano. Me volví al trío y anuncié:

—Me voy a la cama. Estoy todavía cansada.

—¿En serio? ¿Aún tienes dolor de cabeza? —preguntó Callon de pie, con el
ceño fruncido por la preocupación.

—No, sólo cansada. —Sin ninguna palabra más me dirigí hacia el dormitorio.

Me cambié, me duché brevemente en el cuarto de baño y me metí en la cama.


La ventana estaba abierta y proporciona una brisa fresca.

Cerré los ojos. Lo único que podía hacer era esperar.

El cansancio se apoderó, y rápidamente me dormí.

76
Página
Capítulo 7
Traducido por rihano y Arely97

Corregido por Nanis

M
e despertaron las aves piando fuera de mi ventana. Era un sonido
tranquilo, a diferencia de los disturbios en el interior de mi corazón.
Permanecí alejada de Colt mientras había estado procesando esta nueva
situación, pero estaba empezando a tener síntomas de abstinencia. Él estaba
aquí conmigo, pero lo extrañaba, extrañaba la forma en que nuestra relación
solía ser.

Estaba tranquilo cuando entré en la gran sala. Colt me vio primero y esbozó una
gran sonrisa, la cual derritió un poco del hielo que había acumulado como
protección. Él y Daniel estaban jugando a las cartas en la esquina y Callon
estaba leyendo. En el momento en que entré, Callon se puso de pie y caminó
hacia mí.

—¿Te estás sintiendo bien? —Él alzó la mano para tocar mi muñeca. Me aparté,
confundida.

—Sí, ¿por qué?

—Dormiste más de diez horas anoche.—¿Era eso calidez lo que estaba viendo
en sus ojos color avellana? Rápidamente me lo quité de encima. Estaba
hablandoel que debe ser obedecido.

—Debo haber estado cansada. —Me encogí de hombros, pero su pregunta me


causó curiosidad. Miré a mi alrededor, preguntándome si valdría la pena tratar
de obtener más información. ¿Qué daño podría hacer?—. ¿Así que eres un
77

médico o algo así, Callon? ¿Es por eso que constantemente me estás haciendo
Página
preguntas acerca de cómo me siento y consideras necesario comprobar mi
pulso?

—Sí.

Mi conmoción debe haber sido evidente, ya que él estaba sonriendo.

—¿Eres un doctor? —repetí con incredulidad.

—Sí.

—¿No deberías estar en el trabajo, entonces? —Fui un poco sarcástica.

—Estoy en año sabático —respondió él con calma. Juraría que vi que sus ojos
brillaban con diversión.

Solté un juramento y fui hacia la cocina. Apuesto a que él realmente estaba


disfrutando de verme haciendo el tonto. Mi estómago gruñó cuando empecé a
excavar en la despensa buscando algún cereal. Era médico, interesante. Al menos,
eso explicaría por qué había estado tan interesado en mis medicamentos.

El Dr. Callon me había seguido y estaba inspeccionando mi cereal servido.


Decidí que ahora era el momento de preguntar. Yo había hecho algunas
observaciones respecto a la semana pasada, y estaba segura de que había
cubierto todas las bases. Era hora de poner mi plan en acción.

—Callon, he notado que ustedes tres no comen mucho, y me estaba


preguntando si yo hacía la cena, ¿la comerían? —Yo jugaba con mis dedos,
mirando hacia abajo nerviosamente—. No herirán mis sentimientos si prefieren
cocinar por ustedes mismo. Sólo quiero saber.

Callon me estudió durante unos segundos antes de responder:

—¿Qué tienes en mente?

Una sonrisa enorme quería extenderse a través de mi cara, pero la contuve. No


había esperado que Callon se dejase engañar tan fácilmente.

—Estaba pensando en hacer algo de tortellini primavera y tal vez un pastel de


78

bayas frescas.
Página
—Claro, lo comeremos. —Aunque su respuesta fue positiva, podía sentir que
estaba todavía dudando. Estaba esperando el remate del chiste, por así decirlo.

Seguí.

—¿Estoy suponiendo que ya que no estoy autorizada a salir, no sería capaz de ir


a la tienda a comprar algunas cosas?

—Eso sería correcto. —Él se cruzó de brazos. Su mirada distintiva regresó, pero
de alguna manera era diferente de la semana pasada. Qué era diferente
exactamente, no podía imaginarlo.

Parpadeé. Este era,el que debe ser obedecido. Contrólate, chica.

—Si hago una pequeña lista, ¿estarías dispuesto a conseguir algunas cosas para
la cena de esta noche?

—Podría hacer eso.

Me volví hacia Daniel, que estaba acercándose a la cocina ahora, escuchando.

—¿Daniel?

—¿Sí? —Parecía sorprendido de que me dirigiera a él.

—¿Estarías dispuesto a llevarme a una caminata para encontrar algunos hongos


frescos y bayas mientras Callon y Colt corren a la tienda?

Callon se movió incómodo, y lo miré. ¿Podía él ver a través de mi plan? ¡Piensa!


Tenía que sacarlo fuera del rastro.

—El plato sabe mejor con ingredientes frescos, y sé que las bayas y las setas
crecen por aquí. —Esperaba que fuera suficiente para convencerlo. Callon
asintió con la cabeza, y me volví para oír la respuesta de Daniel.

—Por supuesto.

¿Por qué estaba asintiendo con la cabeza? Una vez más sentí como que me
había perdido de algo importante. Estaba segura de que los tres estaban
cuestionando mis peticiones, ya que todos sabían acerca de mi huida fallida y
79

mi infelicidad por ser mantenida aquí.


Página
Sacudiéndomelo, me acerqué al alejado mostrador y encontré un pedazo de
papel y un bolígrafo. Me dirigí a la alacena y comencé la búsqueda de los
elementos que sabía que necesitaría, tomando un par de bolsas Ziploc en el
proceso. Anoté algunas cosas y me dirigí a la nevera para evaluar el contenido.
Añadí un par de elementos más a la lista y luego se la entregué a Callon. Me
volví hacia Daniel

—¿Estás listo? —Era ahora o nunca.

—Así es. —Una vez más él miró a Callon, entonces parecía un poco más seguro.

Agarré las bolsas del mostrador y Daniel siguió hasta la puerta. Yo no me volví,
sonriendo mientras salíamos de la cabaña.

Conocía mi camino alrededor de los senderos de montaña bastante bien, y


podía encontrar las direcciones usando el sol y las estrellas como mi guía.
También sabía dónde buscar las setas y bayas. Crecían abundantes en la región.
Algunos hongos tenían que ser evitados debido a que eran venenosos, y
algunas bayas podrían incapacitar a una persona durante un corto período de
tiempo. Mi padre me había enseñado, y por suerte, lo había escuchado.

Había elegido a Daniel para que me acompañara, ya que él no parecía prestar


mucha atención a los detalles. Él había sido el único con el que voluntariamente
había conversado, e incluso entonces esto era mínimo, pero de alguna manera él
había hecho una conexión conmigo.

Pero el que debe ser obedecido, por otra parte, sería demasiado sospechoso. Puesto
que él había conocido a mis padres, estaría advertido de lo que mi padre me
había enseñado a través de los años. Y Colt me conocía demasiado bien, él vería
directamente a través de mí en cuestión de segundos. La parte difícil ahora era
conseguir que Daniel hablara. Estaba segura de que respondería a mis
preguntas sin prestar mucha atención a lo que yo debería o no debería saber.

—¿Sabes dónde están las bayas? —Yo estaba asumiendo que probablemente
conocía bien la zona ya que se estaban alojando en su cabaña.

—Así es.—Su sonrisa infantil se abrió paso, llena de calidez—. Algunas de las
80

mejores bayas de temporada están en temporada ahora. Nos llevará un poco de


Página

tiempo llegar allí. —Él vaciló, mirándome—. ¿Estás seguro de que estás lista
para esto?
—De hecho, me siento muy bien hoy. Por eso es que quería cocinar algo. He
estado anhelando tortellini y un pastel de baya. —Bajé mi mirada con timidez.
Este juego de actuación estaba viniendo con toda naturalidad—. Supongo que
estoy siendo egoísta haciéndote comer lo que quiero esta noche.

Él se encogió de hombros mientras pasábamos sobre un tronco caído.

—Suena bien para mí. Callon realmente no es un genio de la cocina. —Se rió
entre dientes.

—¿Con qué frecuencia comes? —Yo sólo los había visto comer una vez ya que
había estado con ellos.

—Suficientemente a menudo.

¿Suficientemente a menudo? ¿Qué significaba eso?

—¿Qué pasa con el sueño? —pregunté. Sabía que Colt dormía, pero él nunca
iba a la cama al mismo tiempo que yo lo hacía. Si no tuviera un sueño tan
pesado podría haber descubierto un patrón ya.

—Sí, nosotros no necesitamos dormir mucho, tampoco.

Levanté una ceja.

—¿Qué te hace tan diferente de mí que no necesitas comer o dormir tanto?

Él vaciló, mirando hacia atrás con una sonrisa contagiosa.

—No soy tan diferente a ti.

—¿Qué se supone que significa eso?

Él no respondió. Suspirando, caminé en silencio. Pasamos por encima de


árboles en descomposición y empujé para pasar ramas, mientras absorbía esta
nueva información. Qué extraño que ellos no comieran y durmieran mucho,
pero él me dijo que no era tan diferente de mí. Mi curiosidad quemó. ¿Qué
estaban escondiendo?

—Entonces Daniel, ¿cuántos años tienes? —Yo hubiera adivinado que tenía
81

veintidós años.
Página
—¡Lo suficientemente viejo para hacerte una carrera hasta la colina! —Él me
enseñó la lengua y salió corriendo.

No obtuve mi respuesta, pero conseguí más de lo que habría hecho si le hubiera


preguntado a Colt o al Sr. Evasivas. Traté de correr detrás de Daniel, pero él era
demasiado rápido. Estaba realmente sorprendida de lo rápido, no era normal
para alguien moverse así. De hecho, no parecía como si estuviera corriendo en
absoluto, sino que simplemente apareció de repente más allá del bosque.

Intenté alcanzarlo, pero lo perdí entre los árboles. Estaba en buena forma, pero
no era rival para la velocidad de Daniel. Me detuve para apoyarme contra un
pino enorme. Fue entonces cuando los vi. A unos metros de distancia había un
gran grupo de arbustos de bayas, y más allá de eso estaban las bayas Wallow
que necesitaba. ¡Ya era hora!

Me abrí paso entre los arbustos hasta las pequeñas bayas de color púrpura que
se aferraban al suelo del bosque. Era afortunada de que se parecieran a los
arándanos, mis sobre excedidos guardianes probablemente no serían capaces de
ver la diferencia.

O al menos eso esperaba.

No necesitaba cantidades enormes, un puñado haría bien el trabajo. Me quedé


mirando las manchas azuladas en mis dedos. De repente sentí mi pecho
apretado, y tomé una respiración relajante. Nunca había hecho algo así antes, y
no estaba segura de si sería capaz de llevarlo a cabo. Pero el atractivo de la caja
era demasiado. No tenía otra opción.

Con mucho cuidado desprendí un par de hojas. Necesitaría esas así no


terminaría como los otros. Rápidamente las empaqué en una de las bolsas
Ziploc, la coloqué en mi bolsillo lateral. No tendría mucho tiempo antes de que
Daniel regresara a buscarme, así que ansiosamente empecé a recoger los
seguros arándanos. Justo cuando terminé, Daniel llegó de regreso apurado,
buscándome alrededor.

—Estoy por aquí, Daniel —le grité—. Encontré algunas bayas.


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Asomó la cabeza alrededor de un árbol, con una sonrisa de oreja a oreja.


Página

—Pensé que te había perdido —dijo.


—En realidad, lo hiciste —le dije, sonriendo también—. Afortunadamente,
cuando me detuve para recuperar el aliento, vi las bayas. Me imaginé que
volverías tarde o temprano.

Daniel se echó a reír, un sonido hermoso, despreocupado, que calentó mi


corazón. Tenía una felicidad sincera en él. Tenía que gustarme. Él tenía el don
de ponerme a gusto, tratándome como si hubiéramos sido amigos desde hace
años. Muy a diferencia de alguien más con quien yo me había vuelto amistosa...

Negué con la cabeza. No había necesidad de nublar mi día pensando en él.

—Así que, ¿dispuesto a buscar algunas setas? —le pregunté.

—¡Claro!

—Esta vez, no salgas corriendo alejándote de mí —le advertí—. No soy lo


suficientemente rápida para mantenerme a la par contigo, y no querrías
perderme y tener que volver solo, ¿verdad?

Él esbozó una amplia sonrisa, y luego me agarró del brazo para asegurarse de
que no podía escapar. Caminamos a grandes zancadas, tomados del brazo,
hasta que llegamos a la cima de la colina. Un poco más allá había un pequeño
valle, donde las hierbas y flores silvestres fluían hacia abajo desde la base de los
árboles y se balanceaban con la brisa. Un pequeño arroyo serpenteaba su
camino de un lado al otro, como una serpiente tallando un camino a través de la
maleza. El agua brillaba bajo la luz del sol, cada ondulación bailaba su propia
canción. Me volví. Daniel me estaba mirando con un brillo en sus ojos.

Me dirigí hacia el claro, mis dedos extendidos para que pudieran tocar las
plantas, mientras caminaba. Me incliné más para disfrutar de las fragancias. Era
un olor dulce, que hizo que mi corazón se tranquilizara y mantuviera mis
pensamientos preocupantes alejados.

Levanté la vista hacía la luz del sol y cerré los ojos, calentada por los rayos del
verano. Después de un momento me volví para encontrar a Daniel a mi lado.
Una pequeña sonrisa crecía en mis labios. Él era tan diferente a Colt y Callon.
La forma en que su cabello negro caía sobre su rostro, y las pecas en su nariz
83

que había visto antes, lo hacían parecer más joven de lo que era. Él era tan real,
Página

tan abierto, y tan cómodo el estar a su lado. Era como si fuera mi hermano, un
hermano que nunca había tenido, pero siempre quise.
Tomé algunos pasos más, encontré una pequeña área de suave pasto cerca del
arroyo, y me senté. Me encantaba el suave borboteo del arroyo. El goteo de un
río era hermoso también, pero los ríos también podían ser ruidosos,
estruendosos, sobrecogedores. Un arroyo era más tranquilo, relajador.
Tranquilizaba mi mente, una canción para aliviar los dolores del alma. Daniel se
sentó cerca y cerré los ojos de nuevo, dejando entrar todo. Ambos nos
quedamos inmóviles por un largo tiempo, hasta que finalmente rompí la
tranquilidad.

—Gracias —susurré—. Necesitaba esto hoy. —Cómo lo sabía él, no me


importaba. El hecho es que me calentaba por dentro. Una cabaña llena de
miradas frías del que debe ser obedecido y no hablar con Colt había cobrado
factura.

—De nada, Cheyenne. Este es uno de mis lugares favoritos. Estaba esperando
que a ti te gustara, también.

Me tuvo ahí, amaba este lugar. Pero nos habíamos ido por demasiado tiempo.
Era tiempo de regresar.

Sólo necesitaba un puñado de setas, y una vez que las guardé, empezamos a
caminar de vuelta. Tomó menos tiempo de lo que había esperado. Al entrar en
la cabaña, tanto Callon como Colt estaban sentados en la gran sala, en una
profunda discusión. Sus voces en susurros, y fui a la cocina y empecé a idear
planes para hacer la cena, esperando que si los ignoraba continuarían hablando.
Habían ido a la tienda y habían acomodado los artículos en el mostrador para
hacerlo más fácil. Tomé una respiración calmante. La fase dos de mi plan estaba
apunto de comenzar.

Hice la tarta primero. Con el horno encendido, creé la corteza de la tarta. Luego
procedí en hacer el relleno de bayas, teniendo cuidado al tocar las pequeñas
bayas Wallow. Quité las hojas, las enjuagué, y las puse discretamente en mi
boca y mastiqué. Eran asquerosas, y el sabor me hizo querer vomitar. Tragué
fuerte para bajarlas. Mezclando las bayas especiales junto con los arándanos,
agregué los ingredientes sobrantes y vertí el contenido en la corteza de la tarta,
cubriendo rápidamente el relleno con la corteza superior y colocándolo en el
84

horno.
Página

Eché un vistazo al trío, mientras seguían en la gran sala.


—¿Les importa si tenemos la cena más temprano?

Callon asintió.

—Por supuesto, eso funcionará para nosotros.

—Genial, estoy hambrienta. Espero que tengan hambre. —Sonreí y volví a mi


trabajo. Seguían discutiendo algo en susurros demasiado bajos para que los
escuchara. ¿Sospechaban qué estaba pasando?

Concentrándome en mi tarea, terminé de hacer el plato principal en nada de


tiempo. Eran apenas las tres de la tarde, pero la tarta estaba lista y el tortellini
estaba terminado. Esto me daría bastante tiempo para ir al banco antes de que
cerraran a las seis. Por lo menos, estaba esperando que fuera a las seis y no más
temprano. ¿Por qué no lo había revisado en mi computadora? Demasiado tarde
ahora…

Puse la mesa, luego los llamé para comer. Daniel tragó sin ninguna vacilación,
como si no hubiera comido en una semana. Era increíble. Ni siquiera lo vi
masticar. Parecía que tragaba cada pedazo completo. Callon y Colt comían más
lento, observándome. Hambrientamente, consumí mi plato entero de comida.

—Esto está delicioso, Cheyenne —dijo Callon con nuevo aprecio.

Daniel y Colt también asintieron.

—Gracias —dijeron al unísono.

—¿Dónde aprendiste a cocinar? —Callon se reclinó en su silla y cruzó las


piernas.

—Mi mamá me enseñó. Era una maestra excelente. —Buenos recuerdos de


hornear galletas juntas corrían por mi mente.

—Te enseñó bien —dijo Callon—. Estoy impresionado.

—Sí, bueno, no es tan emocionante cocinar para uno. Demasiadas sobras. —


Levanté la vista—. Aunque con ustedes tres, no me tengo que preocupar sobre
eso. —Les di una sonrisa leve—. Espero que hayan guardado espacio para una
85

tarta y helado.
Página

—No puedo esperar —replicó Colt.


Era lindo saber que realmente habían disfrutado la comida, incluso aunque
técnicamente estaba envenenándolos. Recogí los platos mientras se sentaban y
conversaban sobre béisbol, hablando de sus jugadores favoritos. Sacando cuatro
tazones de la alacena, fui a la nevera para sacar el helado. Cuidadosamente
corté la tarta y la repartí en los tazones, asegurándome de poner grandes
cantidades de helado en sus porciones. Deslicé uno a cada uno de ellos,
regresando al mostrador para tomar el mío, y sentarme de nuevo. Una vez más,
Daniel no me decepcionó, comenzó a cucharearlo. Colt y Callon dudaron hasta
que empecé a comer y luego empezaron a comer. Tenía cerca de veinte minutos
desde el momento en que las bayas entraran a sus bocas hasta que los efectos
secundarios los patearan. El único antídoto eran las hojas que había comido
más temprano. Mi papá me había advertido de comerlas por lo menos una hora
antes para tener la antitoxina en mi cuerpo.

Las bayas paralizaban los músculos. No eran lo suficientemente potentes para


que una persona dejara de respirar, tragar, o pestañear, pero sus brazos, piernas
y torso se mantendrían inmóviles. Los efectos sólo durarían cerca de media
hora hasta una hora, dependiendo de la dosis. Sólo tenía que asegurarme que
los tres estuvieran sentados en el sofá o en el sillón de dos piezas porque no
sería capaz de moverlos si ellos se caían. No quería herirlos, sólo quería tener
tiempo para alejarme.

Se terminaron la tarta, y una vez más recogí los platos con su ayuda y empecé a
limpiar. Colt se acercó al mostrador y se recargó a través delfregadero lleno de
platos sucios para mirarme.

—¿Sigues enojada conmigo? —preguntó.

—No. Estoy bien —respondí, mientras empezaba a lavar.

Realmente ya había superado estar enojada con él. No estaba exactamente


entusiasmada acerca de la situación, pero no podía estar enojada para siempre.
Él había estado tratando desesperadamente de hacer las paces. Ahora lo que yo
había hecho probablemente lo iba a enfadar a él.

—¿Por qué no te sientas y ves el partido de béisbol? Cuando termine de lavar


86

los platos, podemos ir a caminar y hablar sobre ello. —Le di una rápida sonrisa
para dejarle saber que estaba bien y empujé mis manos en el fregadero más
Página

lejos, fregando y girando el agua alrededor.


—Está bien, iremos a caminar entonces, después de que hayas terminado —
repitió y lentamente movió sus brazos a mi alrededor en un abrazo, aún
inseguro de cómo reaccionaría. Presionó su cara contra la mía y me dio un beso
suave en la mejilla, cerca de mi oreja. Las mariposas en mi estómago cobraron
vida. Extrañaba su toque.

Escuché con atención mientras se alejaba, esperando oír el crujido del cuero en
el sofá cuando se sentó.

Dejé salir un suspiro de alivio. Los tres estaban viendo la televisión. Colt estaba
en el sofá, encorvado a través de casi todo el sillón. Daniel estaba en el sillón,
con los pies colgando fuera de la otomana y Callon estaba sentado en la esquina
del sofá de dos plazas. Esto estaba yendo mejor de lo que había planeado.

Terminé de limpiar la cocina y entré al dormitorio para tomar mi cartera y


cambiarme a una falda y blusa, sólo en caso de que tuviera que verme
imponente, además del hecho que tenía la llave. No quería verme como una
haragana caminando dentro del banco. Si necesitaba convencer a un empleado
del banco, porque se me hizo tarde, probablemente tendría una mejor
oportunidad si estaba más presentable.

Cuando regresé a la gran sala, el trío tenía una mirada aturdida en sus rostros.
Las bayas estaban haciendo su trabajo. Sus ojos me siguieron a través de la
habitación, llenos de frustración y furia, ya que no podían hacer nada para
evitar mi próximo escape.

Dejando mi mochila en el mostrador de la cocina, fui con Daniel primero. Su


cabeza estaba en una posición incómoda así que cuidadosamente puse ambas
manos en sus mejillas y la reposicioné, así que estaba descansando en el
respaldo de su silla. Me estaba mirando fijamente, más curioso que otra cosa.

—Lo siento, Daniel. Pero tengo que hacer esto. Quería que supieras que tuve un
maravilloso día caminando contigo, y no puedo agradecerte lo suficiente por
mostrarme tu valle. —Produje una pequeña sonrisa—. No te preocupes, esto
sólo durará alrededor de una hora. —Cepillé su cabello oscuro gentilmente
fuera de sus ojos.
87

Me giré hacia Colt, que estaba tumbado en el sofá. Sus ojos se encontraron con
Página

los míos, llenos de una mezcla de preocupación, impotencia y enojo. Me


arrodillé para así poder acercarme a su cara. Su enorme cuerpo estaba tan
quieto, y sus brazos yacían lánguidamente a su lado. Estirándome, tomé una de
sus manos en las mías y la tiré hacia mi pecho.

—Colt, perdóname. Esta es la única manera en la que sería capaz de irme. No


estoy enojada contigo. Estaba herida, pero sé que querías decir lo que dijiste. —
No sabía qué más decir, tenía tantas emociones nadando en mi cabeza y
corazón ahora mismo—. No quería decir las palabras equivocadas y herirte, así
que no dije nada.

Suspiré.

—Tienes un lugar especial en mi corazón. Pero no estoy segura que sea el


mismo tipo de amor que tienes o deseas de mí en respuesta. Tú me entiendes,
me haces reír, me consuelas, y me haces sentir segura cuando me envuelves en
tus brazos. Realmente no merezco a alguien como tú. Espero que me perdones.

Cerré mis ojos y tiré su mano hacia mi rostro, ahuecándola en mi mejilla


mientras bajaba hacia sus labios. Lo besé suavemente, y sus labios temblaron
ante el contacto. Un sentimiento de remordimiento colgaba bajo en mi
estómago. Lo besé de nueve, luego cuidadosamente coloqué su brazo en su
pecho y me levanté.

Callon estaba tirado en el sofá de dos plazas, su rostro nublado con irritación.
Estaba molesto de que había sacado lo mejor de él. Le di una sonrisa socarrona
mientras me acercaba. Había ganado, y no había nada que el que debe ser
obedecido pudiera hacer al respecto. La victoria era dulce, por lo menos por el
momento. Les advertí que no podían mantenerme aquí. Ellos no pensaron que
podía escaparme, ¡ja!

Me senté a su lado, mirando en sus ojos color avellana, mientras lentamente


puse mi mano en su mejilla. No podía evitarlo. Después de estar bajo su yugo,
ya era hora de que él tuviera un poco de su propia medicina. Deliberadamente,
le acaricié la mejilla izquierda, dejando que mi mano trazara su cuello, el
hombro y por su brazo hasta sus dedos, donde me detuve.

Su mirada cambió de irritación a algo más, y sentí una reacción respondiendo,


88

aunque no estaba segura de que si era excitación o algo más profundo. Moví mi
Página
mano a su bolsillo izquierdo de los pantalones vaqueros. La llave del Jeep no
estaba ahí.

Moví mi mano sobre el bolsillo derecho del pantalón. Esta vez encontré lo que
estaba buscando. Empujé mi mano por debajo de su muñeca y apreté mis dedos
en su bolsillo para agarrarlas. Él sabía lo que quería, pero su mirada me distrajo.
Había una pasión en sus ojos que puso a palpitar mi corazón. Era tan profunda
e intensa que dejé lo que estaba haciendo. Cerré los ojos, sacando la llave,
luchando para mantener mi pulso estable.

Inclinándome hacia adelante, me acerqué a su oído y susurré:

—Nunca debiste haberme subestimado, Callon. Estaba sorprendida de lo fácil


que fue. Estoy segura que te mueres por saber qué hice. Aquí hay una pista:
espero que te haya gustado la tarta de bayas. No es muy divertido ser retenido
en contra de tu voluntad, ¿cierto? —Ligeramente expulsé aire caliente por mi
nariz.

Mi boca siguió moviéndose antes de que mi mente la pudiera detener.

—Quizás un día nos encontraremos de nuevo bajo diferentes circunstancias.


Esa pasión en tus ojos, ¿quién sabe a dónde llevaría eso? —¡Oh genial! Me
estaba volviendo engreída y estúpida y envuelta en su buena apariencia.
Apártate, Cheyenne. No desperdicies todo tu arduo trabajo.

Pero mi cuerpo tomó el control, moviéndose sin mi permiso. Acaricié su oreja


con mis labios, luego levanté la cabeza… justo cuando mi mano se deslizó fuera
del sofá y mis labios colisionaron con los suyos. Temblé ligeramente, él lo sintió.
No estoy segura de por qué dije lo que dije o por qué no me aleje cuando mi
boca encontró la suya, pero era demasiado tarde ahora. Era tonto e
irresponsable y totalmente distinto a mí, pero yo no era yo, era alguien más, ¡el
secreto!

No importaba ahora, esta sería la última vez que los vería por un tiempo.
Cualquier atracción, consciente o inconsciente, que tuviera por Callon me
obligaría a mí misma a olvidarla. Sólo me había mirado dos veces con cualquier
tipo de calidez, pero viendo su mirada ahora…
89
Página

Tomé una respiración temblorosa cuando nuestros ojos se encontraron.


—Adiós.

Me levanté de un salto y corrí hacia el mostrador de la cocina para tomar mi


mochila. Tiempo de irse.

Volé por la puerta principal y entré al Jeep con la llave del coche en la mano.
Encendió enseguida. Estaba muy agradecida de que mi padre hubiera insistido
en conseguir un sistema GPS instalado. Había guardado la dirección del banco
entre mis favoritos en el menú. Pisoteé el gas y pronto estaba acelerando por la
carretera sucia.

Tomó cerca de diez minutos alcanzar la carretera principal y luego fui capaz de
realmente abrir el acelerador del motor y volar por el camino. Mi corazón
estaba palpitando fuertemente, la adrenalina fluyendo, pero mi mente era clara.

Estaba en control de nuevo.

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Página
Capítulo 8
Traducido por Vanehz y Carosole

Corregido por Nanis

E
l tiempo corría. Había sabido que mi plan funcionaría, pero aún estaba
conmocionada por los sucesos. Nunca había hecho nada como esto en
toda mi vida. Suponía que mi padre se sentiría orgulloso de mí, yo me
sentía orgullosa de mí.

Tenía tantas preguntas corriendo por mi mente, observaciones que había hecho
sobre el trío. Conocía a Colt o al menos creía hacerlo, sin embargo, no sabía
nada de Callon excepto su actitud bastante autoritaria. Incluso con la pequeña
conversación que Daniel y yo habíamos tenido, había aprendido lo más que
podía de él. O no sabía nada, lo que sería excelente para ocultar la verdad, o
estaba demasiado asustado para revelar mucho a causa de Callon.

Que su presencia se hubiera mantenido oculta de mí continuaba hiriéndonos a


ambos y enfureciéndome. Habían estado vigilándome con Colt, a pesar de que
nunca los vi o supe de ellos. ¿Por qué mis padres no me habían dicho? Inhalé
una respiración temblorosa. Probablemente porque sabían que probablemente
me asustaría, y querían que tuviera una vida lo más normal posible. Mucho
m{s normal que ahora…

El edificio estaba a una hora, al menos, suponía que tomaría más tiempo porque
estaba demasiado ocupada gritando por la carretera para notar la hora. El
marcador de kilometraje en el sistema GPS decía que eran cerca de doscientos
kilómetros, debería haber estado manejado como un murciélago fuera del
infierno para llegar más rápido.
91
Página
Echando un vistazo al reloj, vi que eran las cinco y quince. El letrero en la
puerta del banco decía que cerrarían a las cinco treinta, solo tenía tiempo
suficiente para tomar lo que necesitaba.

Estacioné el auto en el borde y salté fuera, mi corazón estalló al vuelo. Todo caía
en su lugar.

Enderezando mi camisa y mi blusa, me dirigí a la entrada del banco. Una vez


dentro, localicé al empleado a cargo de la seguridad del área de depósito en la
caja fuerte. Estaba de suerte, era un hombre joven, cerca de los veinticinco. Era
flacucho y tenía una tez pálida. Probablemente no había tenido mucha suerte en
encontrar novia.

El letrero decía que el acceso al área de depósito en la caja fuerte no estaba


permitido después de las cinco p.m. Puse mi mejor cara, y paseé hasta su
escritorio. Iba a tener que trabajar realmente a este pobre chico para obtener lo
que necesitaba. Pero estaba preparada para hacer casi todo en este punto. Tenía
que averiguar lo que me esperaba. Necesitaba respuestas, quién era, y qué más
me estaban ocultando. Eres una actriz, me recordé.

Callon, Colt, y Daniel estarían en camino ahora. Estaba segura de que irían
primero al edificio, qué es lo que debería haber hecho. No les dije dónde iba,
pero parecían bastante aptos en buscarme, y ya habrían encontrado la llave.
Independientemente de ello, no iba a ponérselas fácil. Me las había arreglado
para huir y estaba bastante segura de que podía mantenerme alejada.

—Hola, Joseph —dije en mi voz más persuasiva. Quería amordazarme. No iba a


ganar ningún Oscar por este personaje.

La cabeza del empleado voló hacia arriba tan rápido que si no hubiera estado
pegada a su cuello hubiera volado en el aire.

—Uh, hola. ¿Puedo ayudarle?

—Bien, Joseph, ¿no te importa que te llame Joseph, verdad? Es lo que dice tu
gafete, y es un nombre muy lindo. —Se sonrojó mientras destilaba encanto.

—Puede llamarme Joseph —respondió con ojos esperanzados—. ¿En qué puedo
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ayudarle?
Página
—Bien, verás, Joseph —enfaticé su nombre a propósito—, su letrero dice que no
puedo entrar a mi caja fuerte después de las cinco, y esperaba que pudieras
ayudarme. Dejé algunos documentos importantes en mi caja, y realmente tengo
que tenerlos para esta noche. Traté de llegar aquí más temprano, pero se me
bajó una llanta en el camino. Un caballero realmente lindo paró a ayudarme,
pero tomó más de lo que esperaba. —Batí mis pestañas. Por dentro estaba
encogiéndome ante el despliegue de tonta que estaba haciendo.

Me miró por un momento, miró su reloj, entonces respondió:

—La política del banco dice que no podemos permitir que los clientes entren al
área de seguridad después de las cinco, pero en su caso, realmente trató de
entrar en el banco antes de la hora límite, así que haré una excepción. —Me dio
una sonrisa optimista—. ¿Tiene su llave?

—Sí —respondí, la puse en su mano mientras apretaba sus dedos. Estaba


aliviada porque hubiera sido tan fácil.

—Por favor, sígame.

Indicó el camino por detrás del mostrador para abrir la puerta del cuarto de
seguridad. Miró el número, y se dirigió a la izquierda donde se detuvo y saltó
en eltaburete, colocando la llave en la caja número 258. Entonces puso su llave
maestra en la cerradura colindante y giró ambas. La pequeña caja se abrió y
bajó del taburete con el contenido en sus manos.

—Por aquí, por favor.

Me indicó que lo siguiera. Entramos en una habitación privada en que puso la


caja sobre una mesa.

—Es toda suya. —Sonrió y salió cerrando la puerta tras él.

Mis manos temblaban. No tenía tiempo para nerviosismos, necesitaba sacar el


contenido rápidamente. Solté la tapa y vacié las cosas de la caja en la mesa. Un
pequeño paquete envuelto en tela con una correa de cuero, cayó. Adjunto a la
correa de cuero estaba un anillo. Pero no era sólo un anillo. Era la pieza más
sorprendente de joyería que nunca hubiera visto.
93
Página

Era una banda de plata esterlina que tenía una brillante y chispeante piedra
azul. Lo que me recordó a los raros diamantes azules de los que había oído,
pero nunca visto. Lo toqué con mis uñas y arrojó motas de luz en las paredes.
¿Era esto lo que mis padres querían que encontrara?

Un suave toque en la puerta me hizo saltar. Tendría que explorar el anillo y el


paquete más tarde.

—Señora, estamos cerrando, tengo que pedirle que salga.

Me puse de pie y rápidamente abrí la puerta. Esta vez el empleado saltó.

—Muchas gracias, Joseph. —Me estiré y apreté su brazo. Estaba


placenteramente sorprendido.

Sonrió y dijo en voz ahogada:

—De nada. Vuelva en cualquier momento.

Sonriendo, caminé a la entrada del frente con mi premio en la mano. Eran las
cinco treinta, solo quince minutos habían pasado. Me daría tiempo suficiente de
encaminarme al edificio antes de que el trío pudiera hacerlo.

Mi atención regresó al anillo y la envoltura en el pequeño libro mientras


caminaba por el borde. Sabía la distancia aproximada del auto a la entrada del
banco y no me molesté en mirar hacia arriba.

No me di cuenta que alguien estaba caminando muy cerca de mí, hasta que
estaba al lado de la puerta del conductor con mi mano levantándose para abrir
el auto.

Me congelé.

Colt estaba parado allí, de brazos cruzados, pero su disposición no era tan
enojada como pensé que sería. Me detuve en seco, solo para que dos manos
agarraran mis brazos desde atrás. Colt sacudió su cabeza y cerró los ojos.
¿Cómo podían haberme encontrado tan pronto?

Colt me alcanzó y tiró de mí a su lado mientras las otras manos soltaban su


agarre. Me giré para ver a Daniel parado detrás de mí. Un momento después el
mismo camión color sándalo que vi en la catedral se detuvo en frente de
94

nosotros. Colt me puso a su lado mientras abría la puerta delantera, y Daniel


Página

tomaba la llave del Jeep de mi mano. En un rápido movimiento, era levantada


en el asiento delantero, y presionada en el medio, como un sándwich entre Colt
y Callon.

Miré el rostro de Callon mientras él miraba a Colt ponerme el cinturón. No lucía


molesto, de hecho, lucía casi alegre, como si supiera que me habían atrapado
otra vez. Ambos miraron mis manos y vieron el libro con el anillo.
Repentinamente sus expresiones se volvieron alarmadas, pero la emoción
desapareció tan rápido como había venido. Era extraño. Momentos después
empezamos el largo camino a casa.

Mi mente estaba dando vueltas. Les había dado las tres dosis extra de bayas
Wallon, eso debía haberlos noqueado al menos por una hora. Pero estaban aquí
esperando por mí, y estuve en el banco solo quince minutos. No tenía sentido.

Callon no había dicho nada. Recuerdos de nuestra despedida, regresaron,


presioné mis ojos cerrados. ¿Cómo pude haber hecho algo tan estúpido?

Encogiéndome, decidí que hablaría primero para tantear sus reacciones.


Después de todo, no los dejaría a corto plazo.

—¿Supongo que estoy en un montón de problemas, huh? —Traté de hacer mi


tono ligero, pero salió con una risa nerviosa.

—Montones —respondió Colt, mientras deslizaba su brazo alrededor de mi


cintura. Mi respiración se enganchó un poco.

—¿Cómo se recobraron tan rápido? Debían estar tumbados por al menos una
hora. —¿Lo que mi padre me había enseñado estaba mal? Aún sin respuesta.
Sin pensar murmuré bajo mi aliento—: La próxima vez trataré algo diferente.

Callon levantó su cabeza tan rápido que me hizo retroceder de golpe.

—No habrá una próxima vez, Cheyenne. —Su voz era fría mientras hablaba a
través de los dientes apretados—. Si mal no recuerdo, dijiste:“Nunca me
subestimes”. No me apartaré de tu lado, cueste lo que cueste. Tomaste ventaja de
la situación una vez, y puedes estar malditamente segura de que nunca pasará
otra vez.
95

El que debe ser obedecido asomaba su fea cabeza y me asustaba como la mierda.
Página

Callon soltó un profundo aliento para calmarse.


—Colt me advirtió que no debería confiar demasiado en ti —me informó
Callon—,y estaba en lo cierto. Sé cómo manipulaste a ese empleado del banco,
no esperes que funcione conmigo. Un montón de problemas serían la punta del
iceberg. No tienes idea de en qué te metiste.

Parpadeé. Era todo lo que podía hacer, no tenía nada que decir. Me sentía como
una idiota. ¿Cómo pensé alguna vez que le había visto un lado más suave?

Alejé mis ojos de la furia de Callon y miré hacia abajo al libro en mis manos.
Pasé mis dedos sobre la tela envuelta a su alrededor y jugué con el anillo,
preguntándome qué significado tenía. El abrazo de Colt proveía una pequeña
sensación de consuelo frente al tono violento de Callon. Apoyé mi cabeza en su
hombro, y apretó los dedos en mi cintura.

Nadie dijo una palabra el resto del camino a la cabaña. Daniel nos seguía más
atrás en mi Jeep. Empecé a preguntarme cuán enojado estaba conmigo. No
había sido más que lindo conmigo, y le pagué esa amabilidad usándolo.

¿Por qué me preocupaba? No era como si fuéramos tan cercanos. Pero me sentí
tan a gusto con él en la pradera. Debería disculparme y ganar su confianza otra
vez. Me dije a mí misma que parecía que tendría mucho tiempo para hacer las
paces con él, al menos.

Avanzamos por el camino de tierra que nos llevaba a la cabaña. La luz del sol se
había ido, y la oscuridad crepitaba entre los árboles. Llegamos a una parada
justo al lado del edificio anexo. Colt abrió la puerta y me deslizó fuera del
asiento y en sus brazos.

Envolvió ambas manos alrededor de mí y me atrajo cerca. Una de ellas encontró


su camino a la parte baja de mi espalda, presionándome aún más cerca. La otra
mano se movió a la parte trasera de mi cuello mientras presionaba los labios
con los míos. Parpadeé.

Mis brazos estaban atrapados contra su pecho, aferrados al pequeño libro, no


podía hacer nada por detenerlo. Me besó con tal celo, sus labios inflexibles,
buscando una respuesta. Cerré mis ojos.
96

Estaba presionando contra mis lados y mi pecho, era difícil respirar. Abrí mis
Página

labios tratando de hablar, y él lo malinterpretó, pensando que quería más.


Empezó a besarme con más fervor, dando un paso hacia adelante y fijándome
contra la puerta del camión mientras sus enormes brazos se apretaban en mí. El
anillo atado a la correa de cuero en el libro estaba enterrándose en mi pecho. Mi
cabeza empezó a girar.

Colt finalmente perdió su agarre, y aspiré aire. Mi cuerpo tembloroso. Cada


parte de mis brazos y pecho ardían, y mi cuello estaba en llamas. La respiración
de Colt no era del todo trabajosa. Sabía exactamente lo que estaba haciendo.

Susurró en mi oído:

—Cheyenne, no sabes de lo que soy capaz, cuánto te amo, con cuánta pasión,
con cuánta fuerza. Cuánto quiero mantenerte envuelta en mis brazos para
mantenerte a salvo.

»Tu vida es tan frágil justo ahora. Me dejaste impotente esta noche, incluso si
fuera por un corto periodo de tiempo. No habría sido capaz de vivir conmigo
mismo si algo te hubiera pasado.

»Necesitas saber que iría a los confines de la tierra por ti. Puedo y haré
cualquier cosa para protegerte de cualquier daño. No me dejes nunca otra vez
incapaz de protegerte. Si piensas que tener montones de problemas es malo, ¡no
quieres saber qué viene después de eso!

Aún estaba temblando en sus brazos, mientras movía sus labios bajo mi
mandíbula otra vez y esta vez besó tiernamente mis labios, una, dos y tres
veces. Dejé escapar un suspiro y mantuve mis párpados cerrados por un
momento más antes de poder verlo a sus ojos azul bebé. Tenía esa mirada
protectora otra vez, como cuando me había arrinconado en la cocina antes de
dejar Idaho. No podía decidir si era romántico o posesivo, pero sabía que había
estado asustado por mi seguridad. Aún estaba sujeta contra el camión en sus
brazos cuando Callon interrumpió.

—¿Terminaste ya, Colt? —Su voz tenía un borde que nunca había oído antes.

Colt soltó su abrazo, y caí al suelo. Estaba feliz de estar contra el camión por el
momento. Era capaz de sostenerme contra él. Colt se había asegurado de que no
cayera, manteniendo sus manos bajos mis brazos como apoyo. Los movió a sus
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lados y se giró.
Página
—Ahora he terminado. Es toda tuya. —Había una sonrisa en su rostro mientras
se alejaba caminando, dando un guiño rápido mientras subía los escalones
hacia la cabaña. Estaba momentáneamente aturdida hasta que giré hacia Callon.

Mierda, ahora estaba realmente en ello. Callon me miró por un largo momento,
estudiándome, contemplando lo que iba a hacer. El pánico empezó a burbujear
en mi pecho. Estar a solas con él no estaba en lo alto de mis cosas por hacer en
la vida. No sabía si debía estar asustada o nerviosa. Era estúpida, y ahora iba a
pagar el precio por mi imprudencia.

Mantuve mis manos alrededor del libro, no me moví ni un centímetro. Él cerró


rápidamente la distancia entre nosotros y agarró mi brazo. No fue un tirón
suave, fue un tirón de estoy enojado contigo y lo vas a entender.

Tropecé con él mientras me arrastraba hacia el bosque. Estaba oscuro, y no


podía ver a dónde me llevaba. Mis pies estaban chocando con troncos y las
ramas estaban raspando mis piernas. Mi camisa quedó atrapada en una rama y
oí un sonido de rasgado. ¡Maldición! Esa era una de mis favoritas.

Estábamos entrando más y más en el bosque y caminábamos más y más rápido.


Estaba teniendo un momento difícil para mantener el ritmo. La parte superior
de mi cuerpo estaba dolorida, el agarre de Callon era firme y lastimoso, mis
piernas se estaban rasguñando y mi camisa buena estaba rota. Asustada o no,
había tenido suficiente. Planté mis pies y grité:

—¡Detente, me estás lastimando!

Él continuó arrastrándome a través de la maleza hasta que estuve parada


directamente delante de él. Me sentó abruptamente sobre un tronco caído.
Liberó su agarre y dio un par de pasos atrás, cruzándose de brazos y
apoyándose contra un gran pino.

El gorgoteo de un pequeño arroyo se escuchaba en la distancia. La oscuridad


nos rodeaba y no podía ver la expresión de su rostro. No sabía si estaba enojado
y no podía decir si lo había empujado demasiado lejos.No debí haberlo tocado
de la manera en que lo hice. No debí haber dicho las cosas que dije.No debí
haberlo besado, accidentalmente o no… ¿Qué había hecho?
98
Página

La expresión de Callon había cambiado después de besarlo. Por una vez, eso no
me asustó, me hizo preguntarme: ¿qué pasaría si? ¿Y si las circunstancias fueran
diferentes? ¿Se sentiría atraído por mí de la forma en que me sentía atraída por
él?¿Le estaba tomando el pelo, tentándolo a venir a buscarme? Si ese fuera el
caso, funcionó, porque me encontró y ahora estaba en problemas. ¿O era que
disfrutaba sentir algún tipo de poder momentáneo sobre él, como el poder que
él tenía sobre mí?

Nos miramos el uno al otro por lo que pareció una eternidad. Mis dedos aún se
aferraban fuertemente al libro en mi regazo. Apartándome de su mirada,
intenté romper la barrera invisible entre nosotros. Mis dedos se aflojaron y se
fueron a la correa de cuero que contenía el anillo. Lo examiné, admirando la
belleza en el pequeño rayo de luz de luna que se filtraba a través de los densos
árboles. Callon seacercó cautelosamente y se sentó en el tronco.

No levanté la vista y suspiré antes de hablar.

—No lo siento por irme. No me gusta ser retenida contra mi voluntad. No tenía
ninguna otra opción.

Callon respondió tranquilamente:

—Siempre tienes una opción, Cheyenne. Podrías haber pedido.

—Lo hice, y me dijiste que no tenía permitido irme.

—Sí, lo hice, pero no dije que no podías ir con un acompañante.

—Tal vez la próxima vez deberías aclararlo —me burlé al encontrarme con su
mirada fría.

—Tal vez deberías preguntar—gruñó. Él espero un momento antes de hablar de


nuevo, sólo que esta vez con más control—.¿Eso es lo que estabas buscando?
—Señaló el libro en mi regazo.

—Sí.

—¿Estaba en el banco?

Asentí con la cabeza.


99

—¿Es por eso que manipulaste al empleado del banco? ¿Para meterte en la caja
de seguridad? —Levantó las cejas.
Página
—Sí —respondí avergonzada. ¿Cómo había caído tan bajo?

—Pobre chico. Nunca lo vio venir, ¿huh? —El comportamiento de Callon se


tranquilizó.

—Supongo que no.

—Esun gran arma lo que tienes allí. Lo siento por el pobre hombre en que la
utilizaste, no tenía ninguna oportunidad. Yo sólo vi una pequeña porción que
usaste en mí hoy…

Lo interrumpí:

—No la use en ti hoy. Dices que me hubieras dejado salir si pedía pero no sé si
creerte. Tuve que tomar el asunto en mis propias manos.

—Así que crees que nuestras palabras y acciones deben concordar, ¿huh?

—¿Sí? —¿A que quería llegar?

—Entonces, la forma en que me tocaste, el temblor en tus manos y labios,


¿estaban diciendo algo?

Oh genial, ¡el beso! Sabía que esto iba a pasar. No respondí. ¿Cómo podría? Él
me había acorralado y yo había caído directamente en su trampa. Bajé la cabeza
mientras pasaba mis dedos sobre el anillo. ¿Cuándo iba a aprender a pensar
antes de hablar?

—Y las palabras que dijiste. “Un día nos encontraremos de nuevo bajo circunstancias
diferentes.Puedo ver la pasión en tus ojos. ¿Quién sabe hasta dónde llegaría eso?”.

Me citó casi perfectamente.

—Olvidaste tal vez—le espeté, tratando de defender mis acciones imprudentes.

Callon ignoró mi comentario y continuó.

—Quién sabe hasta dónde llegaría, no podría. Dijiste llegaría. Ese llegaría implica
algo. Llegaría es más fuerte que podría llegar. Podría es un tal vez, mientras que
100

llegaría es definitivo.

—Y tal vez modifica a llegaría, y por lo tanto el significado cambia —le devolví.
Página
No había enojo. Él estaba tranquilo. Estaba controlado de nuevo. Me estaba
haciendo sentir incómoda y estaba teniendo una gran satisfacción de eso.

—Sabes que siempre iba a ser de esta manera. Teníamos que encontrarnos con
Gene y Alexis, estabas destinada a estar con nosotros.

Sus palabras podían ser ciertas, pero no lo sabía. Mis padres nunca me contaron
sobre sus planes. De alguna manera sabía que esta confusión no era lo que ellos
querían para mí. Permanecí en silencio.

Había un tono distinto en la voz de Callon cuando habló de nuevo. Era una
mezcla de curiosidad y manipulación.

—Ese fue un gran beso allá.

—Fue…inesperado. —Cerré los ojos otra vez. No quería mirarlo. Seguí


recorriendo el anillo y la correa a través de mis dedos. Callon estaba teniendo
un gran placer torturándome.

—Colt ciertamente parecía moverte el piso.

—Sí.

—¿Tambiénte dejó sin aliento?

—Sí, él me sostenía muy apretado y estaba teniendo un tiempo difícil para


conseguir aire en mis pulmones. —Callon no iba a conseguir lo mejor de mí esta
vez.

—¿Te gustó eso? —preguntó, sonando simplemente curioso.

—Me gusta respirar —espeté.

—Eso no es lo que te pregunté.

Sabía lo que estaba preguntando, pero no quería contestarle. Me estaba


enojando y cuando lo hago, decía cosas que no quería decir.

Lo fulminé con la mirada al responder.


101

—Entonces, ¿qué estás preguntando? ¿Si me gustó la forma en que Colt me


agarró y me llevó a sus brazos? ¿Cuando presionó su cuerpo contra el mío y me
Página
besó? ¿La manera en que me sentía total y completamente bajo su control e
incapaz de detenerlo?

—Te estás acercando, pero todavía no es lo que pregunté.

Ahora estaba realmente enojada. ¿Qué quería que le dijera? ¿Por qué me hacía
decir esto?

—¡Sí!—grité—. ¿Es eso lo que querías escuchar?A veces también me gustan los
momentos tiernos, una caricia dulce y un beso suave. Otras veces quiero
romance. Quiero sentir mi corazón agitarse, anticipando lo desconocido. No
siempre sé lo que quiero. No soy la mujer con más experiencia cuando se trata
de hombres por si no te diste cuenta. He sido besada una vez y fuiste testigo.

—Es posible que hayas sido besada una vez, pero has besado antes. Besaste a
Colt cuando estaba indefenso en el sofá y me besaste a mí, a los dos en la misma
tarde. Diría que tienes experiencia. —Se regodeaba.

—¡Tu beso fue un accidente! ¿Estás tratando de volverme loca a propósito?—


estaba gritando, completamente fuera de control.

—Quizás un poco. Es justo. Estoy tratando de averiguar lo que quieres. Te gusta


la comodidad que te ofrece Colt, él es seguro y puedes ser tú misma con él. Te
gusta estar en sus brazos, pero no tienes la misma pasión por él que él tiene por
ti. Lo amas, pero no como él lo hace. No respondiste apasionadamente a su beso
antes, realmente estabas tratando de detenerlo.

»Él interpretó mal tu reacción como algo más. Vacilas en aceptar todo su amor
porque sientes que no puedes corresponder. Y no lo quieres herir porque te
dolería verlo sufrir.

Mi actitud fue del enojo a la aceptación a regañadientes en un instante. Él tenía


razón y yo lo sabía. ¿Cómo descubrió todo esto? Entonces me di cuenta…Ellos
habían estado vigilándome por años. Me conocían mejor que yo. Lágrimas
corrían por mis mejillas.

Callon continuó hablando, sosteniendo mi mirada.


102

—Estás incómoda cuando yo entro a la habitación, tu corazón empieza a latir


Página

rápidamente cuando te miro. No te gusta hacer contacto con los ojos porque
temes mostrar tus sentimientos.
—Asustas la mierda de mí—solté, pero sabía que él estaba en algún lugar cerca
de la verdad. Había momentos que su mirada era cálida y acogedora.

—Tiemblas cuando te toco, hoy estabas temblando cuando te toqué, cuando me


besaste. No sabes por qué hiciste lo que hiciste, la manera en que me acariciabas
los brazos.

»Llevaste tu mano a mi cara y me susurraste en el oído. Disfrutaste el hecho de


que tenías poder momentáneamente sobre mí. Estabas en control, y podías
hacer lo que querías.Te burlaste de mí para ir detrás de ti y encontrarte, no
quieres estar sola. Tienes miedo de irte porque no sabes a dónde te pueden
llevar tus sentimientos.

No sabía que decir. No tenía una respuesta apropiada. Callon empezó a sonreír.

—Sabía que tenía razón. Puedo verlo en tu rostro.

La sangre comenzó a enfriarse en mis venas, helada con la comprensión.


Tartamudeé:

—¿M-m-me engañaste? ¿Realmente no sabías y me engañaste para que


mostrara mis sentimientos para mentirles a ellos justo enfrente de ti? ¿Así
podrías tener el control y conseguir lo que querías? ¿Enroscaste mis
pensamientos y sentimientos hasta que estuve confundida?

Estaba enojada ahora, ¡furiosa! Necesitaba aclarar mi mente. Había elegido el


peor día para usar un vestido y sandalias, quería levantarme y correr lejos de él.
Quería la seguridad de los brazos de Colt. Quería que me protegiera en este
mismo momento y hacer desaparecer a Callon. Quería que me besara de nuevo,
para hacerme olvidar todos mis problemas.

Salté fuera del tronco y empecé a correr por el bosque. No sabía a dónde iba y
me tropecé y caí al suelo rocoso a continuación. No llegué muy lejos antes que
Callon me agarrara del brazo, girándome alrededor. Él tenía una expresión de
regocijo en su cara.

—Así que está bien que puedas engañarme, pero, ¿cuándo yo lo hago es un
103

problema?—preguntó él.
Página

—Solamente te engañe para que comieras algo así podía salir y conseguir el
libro. No emocionalmente—dije, mis manos temblaban.
—¿Cómo llamas besarme, entonces? ¿Sólo probar la comida para asegurarte de
tragarla bien?

—Sí, exactamente eso—siseé.

Dejó escapar una gran carcajada.

—Oh, ya veo. Solo recuerda, Cheyenne, dos pueden jugar tu juego.

Suspiré. Aún estaba irritada y enojada pero sabía que él tenía razón.

—Tengo frío y quiero volver ahora. —Mis brazos se estaban congelando y mis
piernas estaban cortadas y arañadas.

—Supongo, ya que te hiciste estar en problemas por el momento. Creo que es


suficiente castigo. Hablaba en serio cuando dije que no te subestimaría de
nuevo. Te vigilaré constantemente todo el tiempo. —Sus palabras mostraban
amenaza y me atraganté. Sin alejarme de él ahora.

Él me llevó fuera del bosque, corriendo las ramas para que no tuviera más
arañazos. Yo agarré el libro con la mano izquierda. El anillo se deslizó en mi
dedo índice, todavía atado a la correa de cuero.

Colt estaba esperando en el porche. Se levantó de la silla a medida que nos


acercábamos a las escaleras. Elevó las cejas por mi apariencia. Estaba segura que
parecía un desastre. Mi camisa blanca estaba rota y sucia, mis piernas estaban
cubiertas de moretones, sucias y con arañazos sangrientos y tenía lágrimas en
mis mejillas.

Él le dio a Callon una mirada furiosa, y yo estaba secretamente satisfecha.


Esperaba que bajara y lo golpeara. No estaba enojada como antes, ya que en el
camino de vuelta me había calmado, pero aún no estaba muy contenta y él lo
podía ver.

Ellos intercambiaron miradas. Luego, nos sonrió a Callon y a mí. Fruncí el ceño.
¿Por qué seguían haciendo esto? ¿Podían leer mentes o algo?

Miré a Colt.
104

—¿Qué?
Página
Riéndose, saltó las escaleras, envolviéndome en sus brazos y me besó en la
cabeza. Esta vez, sus brazos eran más suaves, sin embargo, el daño ya había
sido hecho y todavía dolía.

—¡Ouch!

Colt se alejó inmediatamente y habló, aunque el comentario era para Callon.

—Debes estar en más problemas de lo que imaginé. No sabía que volverías tan
sucia y harapienta. La próxima vez no te dejaré ir sola.

—¿Lo prometes?

Él sonrió y me tomó de la mano mientras nos dirigíamos a la cabaña, Callon nos


siguió.

—Vamos a limpiarte, cariño. Te ves bien con una falda pero no con toda la
suciedad y sangre.

Sonreí. Yo estaba en mi lugar, segura y feliz ahora, y no había nada que Callon
pudiera hacer al respecto. Colt: dos, Callon: cero.

105
Página
Capítulo 9
Traducido por Miranda.y Mari NC

Corregido por Flexi

E
staba completamente agotada por el trauma emocional del día. Aún
curiosa como estaba, tendría que esperar hasta mañana para
inspeccionar el libro, era inútil tratar de descubrir lo que estaba allí
cuando mi mente estaba hecha un lío. Necesitaba descansar para tener mi
mente trabajando en su máximo nivel.

Después de ducharme, Colt me ayudó a vendar los cortes en mis piernas y


brazos. No dejaba de quejarse, mientras comprobaba y volvía a comprobar que
no se había olvidado de nada, hasta que le dije que lo dejara. Con una sonrisa
juguetona, me guió a la sala principal para que me sentara en el sofá. Los otros
estaban viendo la televisión, poniéndose al día de lo que se habían perdido el
día anterior debido a mi pequeña huida. Callon me miraba fijo, vigilando cada
movimiento justo como dijo que haría, su expresión se completaba con un ceño
fruncido. Tenía ganas de decir algo desagradable, pero al final me acurruqué
más cerca de Colt y fijé mi mejor mirada de no me jodas en mi cara. Colt vio la
mirada dirigida a Callon y rió entre dientes.

Había sido un largo y duro día. Debería haberme sentido mal, pero no lo hacía.
Había necesitado entrar en el banco para encontrar el libro y el anillo que mis
padres habían dejado. Esperaba que las respuestas que necesitaba llegaran
pronto.

Estaba de alguna manera sorprendida de que Colt no estuviera enfadado. Me


106

había mostrado sus sentimientos de otra forma, el beso dijo más de lo que me
daba cuenta. Todavía no estaba segura de lo que sentía por él, y Callon me
Página

ponía incómoda. Podía cambiar de cariñoso y preocupado ha verdaderamente


enfadado en un parpadeo, sin ninguna advertencia. Odiaba no ser capaz de
averiguar sus pensamientos, especialmente cuando parecía que leía los míos tan
libremente. Pero a veces —y tal vez fuera solo mi imaginación— parecía como
si se estuviera conteniendo. Él sabía más de mí de lo que estaba dejando ver, y
el pensamiento me heló hasta los huesos.

Cuando llegué la primera vez, se había negado a decirme nada y actuaba frío y
distante. Se ablandó ligeramente cuando empecé a resistirme menos, pero
cuando regresé con el anillo y el libro, su actitud fría y distante volvió con una
venganza. ¿Cuál era el profundo secreto que me estaba ocultando? ¿Y por qué
me sentía tan atraída por él? Era el polo opuesto de Colt.

Suspiré. Los dos sabían que mi corazón sentía algo por ambos. Los había
besado sin repercusiones, accidente o no. Mis ojos se estaban volviendo
pesados, y un bostezo reveló mi estado de cansancio. Me levanté del sofá. Colt
empezó a seguirme, pero le hice una seña para que se quedara.

—Simplemente me voy a la cama. —Sentí la necesidad de añadir—: No se


preocupen. No voy a escapar por la ventana ni nada por el estilo. —Mis ojos se
movieron a Callon—. Colt estará cerca, y no me dejará ir a ninguna parte. Por
otro lado, si pensabas que lo que pasó esta tarde era malo, no has visto nada
todavía.

Le dirigí una astuta sonrisa y dejé la sala. Colt soltó una carcajada mientras
caminaba hacia mi habitación, y oí preguntar a Daniel.

—¿No va a cocinar de nuevo para nosotros, verdad?

Algo voló a través de la sala y golpeó la pared con un golpe suave. ¿Fue Callon
quien tiró la almohada? Sonreí mientras me metía en la cama.

Tomé el libro de la mesa de noche y lo dejé a mi lado en la cama. Acaricié el


anillo con mi dedo índice, admirando la piedra azul hielo. Era casi del tamaño
de un diamante de un quilate, la artesanía era asombrosa. Incluso en la
oscuridad, brillaba en la luz de la luna. Éste estaba hecho para mí. Me decía
quién era, estaba segura de ello. Quizás confirmaba lo que había dicho antes
107

Callon, que siempre estuve destinada a estar con ellos. De todos modos, ¿qué
quiso decir con eso? Mis ojos se volvieron pesados, y la última cosa que
Página

recuerdo fue mirar el anillo en mis dedos.


Dormí bien. Colt debió haber entrado en la habitación, ya que cuando desperté,
el libro se había movido a la mesa de noche y yo estaba debajo de las mantas, no
sobre ellas. Él no estaba conmigo ahora, y el sol había salido. Haces de luz se
deslizaban a través de las ventanas.

Me di un gran estiramiento, de repente sintiendo el dolor en mi cuerpo. Tendría


que tomar algo hoy si quería ser capaz de moverme. Lentamente puse mis
piernas sobre el borde de la cama y me levanté, mirando al armario.

Colt había colgado mis ropas, dejando claro que no pensaba que me fuera a
levantar temprano. Bueno, no era como si tuviera una alternativa mejor. Me
puse un par de pantalones cortos blanco, una camiseta color crema y una blusa
ajustada turquesa. Siempre me gustó el turquesa, junto a los azules claros y
brillantes. Cuando me ponía una camisa de ese color, hacía mi piel más brillante
y resaltaba el color de mis ojos.

Me dirigí al baño y terminé de limpiarme. Bajé al vestíbulo y a la sala de espera


con el libro en mano. No había nadie, eso era raro. Pensaba que no me iban a
dejar sola. Miré arriba de las escaleras, todavía nadie. Cuando salí al pasillo, las
puertas de las otras dos habitaciones estaban abiertas, y estaban vacías.
¿Debería preocuparme? Sacudí mi cabeza. No, sabía que tenían que estar cerca.
Probablemente vigilando el área debido al gran peligro en que estaba. Sonreí
maliciosamente. Lo averiguaría muy pronto. Iría a mirar en el frente de la
cabaña mientras desayunaba.

Tomé algo de la cocina para comer. Encontré una pequeña botella de jugo de
naranja en la heladera y busqué en la despensa por las barras de granola.
Cuando abrí la papelera para tirar el envoltorio, vi el pastel y el tarro en ella.
Dejé salir una pequeña risa y me dirigí a la puerta delantera. Tenía un
presentimiento de que no me dejarían cocinar para ellos en un largo tiempo.

El gran porche era tentador. Tenía un número de áreas disponible, y eso me


hizo pensar en mamá. El modo en que los muebles estaban colocados, la tela de
los cojines, esto habría sido algo que ella hubiera hecho, y definitivamente lo
hubiera aprobado. Sonreí ante el pensamiento. No necesitaba llorar más tiempo.
108

Había un par de grandes sillas con una otomana, y un enorme sofá de dos
plazas en el extremo del porche justo fuera del área de la cocina. Escogí el sofá.
Página

Puse mi jugo y lo que quedaba de mi granola en la mesa junto al sofá, y situé el


libro en el sitio libre a mi lado. Todavía no había visto ni oído a ninguno de los
chicos, pero no estaba muy preocupada. Sabía que no podía ir a ningún lado, no
lo necesitaba ni tenía el deseo ahora que había conseguido lo que quería en
primer lugar. Tenía el libro ahora, y esto es lo que mis padres querían que
encontrara. Por otro lado, no tenía otro lugar donde estar…

Terminé de comer y bebí el jugo restante mientras miraba el bosque. Mi mirada


viajó por la carretera y siguió tan lejos como pudo antes de que la carretera se
curvara. Miré la construcción. Tanto el Jeep como el camión estaban
estacionados ahí, así que no podían haber ido lejos.

Me acomodé en mi sitio y puse el libro en mi regazo, solté la correa de cuero


que sujetaba el anillo y la deje caer a un lado. El anillo rodó en mi palma. Era
tan extraordinario como lo recordaba de anoche. Lo puse en mi dedo anular de
la mano derecha y coloqué la piedra de modo que estaba enfrentando mi
palma. De este modo podía mirarla sin girar mi mano mientras pasaba las
páginas.

Enfoqué mi atención de nuevo en el libro y retiré el paño que lo cubría. No era


un libro normal, era un diario de cuero desgastado con símbolos particulares
grabados en su cubierta. Estaba roto en el lomo por haber sido abierto
demasiadas veces, y los bordes estaban desgastados.

Abrí la primera página. Se había oscurecido con el tiempo, y en el centro de la


página había más símbolos extraños. A diferencia de los de la cubierta, estos
estaban entrelazados juntos en una única línea que recorría la página. Era
extrañamente familiar. Miré en mi mano derecha el anillo que mis padres me
habían dado cuando era pequeña, el anillo que siempre había llevado. Mis ojos
se abrieron de golpe, los símbolos eran idénticos. Había pensado que era
simplemente un diseño complicado, las curvas girando y entrelazándose una
con otra.

Pasé un par de páginas, examinando los símbolos. Siempre estaban en el centro


y siempre en una línea recta que atravesaba las páginas. A primera vista
parecían similares, pero entonces estaban en diferente orden, o surgían nuevos
109

pictogramas. Algunos parecían tréboles y líneas onduladas conectadas juntas.

Había cinco páginas en total escritas con los símbolos. Continué hojeando el
Página

diario, las siguientes páginas contenían más escritura. Parecía como una lengua
extranjera que nunca antes había visto, pero no estaba muy segura. Era como
un tipo de escritura antigua.

Fruncí el ceño. Esto no tenía sentido. ¿Por qué me darían mis padres un libro
escrito en una lengua que no entendía? No los recordaba hablando sobre ello, o
ver algo con este tipo de escritura. Pero estaba segura que eso es lo que querían
que encontrara. De alguna forma, debían haber creído que lo entendería.

Fruncí mis labios. Necesitaba hacer un poco de investigación.

Dejé el diario y corrí dentro de la cabaña. No recordaba ver mi portátil en la


habitación, pero quizás Colt la había traído para mí. ¿Por qué no la había
querido antes? Miré en el armario, pero no estaba ahí. Rápidamente entré en la
gran sala y miré alrededor. Nada. Pensé de nuevo. La última vez que lo usé
estaba en la cafetería en la ciudad. Había buscado información sobre la catedral,
y cuando acabé lo había metido en el maletín y lo puse en el maletero del Jeep.
¡Claro! Todavía debía estar allí.

Me dirigí hacia el Jeep e intenté abrirlo. Como no… estaba cerrado. Mirando a
través del cristal tintado de atrás, vi mi computadora, todavía en su maletín en
el suelo. Genial, ¿qué iba a hacer ahora? Estaba segura que no habían dejado la
llave rondando alrededor por si casualmente la tomaba, y estaba cien por ciento
segura que Callon la tenía en su bolsillo delantero. Pensar sobre cómo la había
conseguido la última vez hizo que se me sonrojaran las mejillas. No, no iba a
probar esa táctica otra vez, por lo menos no tan pronto. Tampoco estaba de
humor para esperar que volvieran y entonces pedírselas amablemente,
especialmente a Callon. Lo más seguro era que simplemente se negara para
irritarme. Tendría que forzar la cerradura.

Corrí dentro y tomé una percha de alambre del armario. ¿Cuán difícil podía
ser? Simplemente tenía que deslizarla entre el cristal y la puerta. Incliné la
percha y la metí en la separación. Era más difícil de lo que parecía. Nada se
estaba agarrando o moviendo. ¿Esto sólo funcionaba en coches viejos? Removí
la percha hacia delante y hacia atrás y de repente se abrió paso. Mi mano se
deslizó, y se raspó contra el alambre.
110

—¡Ouch! —grité. La levanté para ver que estaba sangrando de un delgado


rasguño que atravesaba mi palma.
Página
Esto definitivamente no iba a funcionar.

Busqué en el área por una piedra. Encontré una roca de tamaño decente, una
que podía manejar fácilmente, y acabé como un bateador consiguiendo un
objetivo mejor. Me sentía ligeramente segura, no estaba nada mal para el brazo
de una chica. Lanzando la roca con todo lo que tenía, golpeé la ventana trasera.
¡Éxito!

Sin embargo, mi triunfo duró poco, ya que una fracción de segundo más tarde
la roca rebotó en la ventana y golpeó mi labio inferior. El dolor atravesó mi
rostro, y gemí. Me había olvidado de que las ventanas traseras fueron hechas de
policarbonato y no de vidrio. Caí de rodillas y agarré el lado derecho de mi
cara. ¿Qué diablos me pasaba? ¿Estaba tratando de matarme?

Me obligué a levantarme del camino de grava, sintiéndome tanto aturdida


como avergonzada. Lo más seguro para mí ahora mismo era no lanzar ningún
misil más. Entonces, ¿qué puedo usar en su lugar?

Recorrí la zona boscosa en busca de una rama caída que pudiera utilizar para
romper la ventana del frente. Una rama grande estaba junto al camino, así que
la agarré y la arrastré hasta el auto. Pesaba más de lo que pensaba. Envolví mis
manos alrededor de ella, retorciendo mi cuerpo para que pudiera conseguir
algo de buen impulso en el ritmo, y luego la dejé volar.

Fue más difícil de controlar de lo que imaginaba. En vez de romper el cristal,


rebotó en la defensa, volviendo a golpearme en el ojo derecho. Me caí al suelo.
¡Mierda!

Presionando mi ojo con mis manos, traté de disminuir el dolor. ¿Y qué si la


rama era un poco difícil de manejar? Estaba en una misión. Necesitaba mi
computadora.

Me levanté de nuevo, y alejé la mano de mi cara. Había sangre en ella. Ouch.


Llegué a la conclusión de que sería más seguro si me quitaba mis anillos y los
ponía en el bolsillo de mi pantalón.
111

Tal vez otro enfoque sería más prudente.

Al mirar alrededor del camino de entrada de nuevo, mis ojos se posaron en el


Página

edificio anexo. Corriendo hacia él, abrí las puertas de un tirón. No era más que
un granero con monturas, pero en el rincón más alejado había un banco de
trabajo con algunas herramientas colgando sobre él. Miré a través de la
selección hasta que encontré lo que estaba buscando: ¡un mazo! Si esto no
funcionaba, nada lo haría.

Corriendo de nuevo hacia el Jeep, mis ojos se estrecharon con determinación.


Iba a reír al último con este montón de chatarra y ruedas. Planté mis pies
firmemente y coloqué ambas manos en el largo y estrecho mango del mazo.
Tiré mis brazos hacia atrás, y luego los moví con todas mis fuerzas. La ventana
se rompió mientras el martillo cayó al suelo.

Precisamente en la parte superior de mi pie derecho.

Maldiciendo, me caí al suelo por tercera vez, agarrando mi pierna. Mi pie


derecho estaba palpitando, en realidad mi lado derecho entero se tambaleaba
de dolor. Rabia quemaba por mis venas. ¡No iba a caer sin una lucha! Empujé a
través del dolor y levanté el mazo. Con un grito lo balanceé repetidamente,
golpeando la ventana hasta formas una pasta cristalina.

La alarma del coche se activó, chillando en mis oídos. Eso fue el colmo. No fui
tan cuidadosa como podría haberlo sido cuando me incliné hacia la ventana
rota para abrir la puerta. Rasgué mi antebrazo. Abrí la puerta y me incliné sobre
el asiento para conseguir el estuche del portátil sólo para dejarlo caer. Un
pedazo de vidrio desgarró mis pantalones cortos. El dolor ardió en mi pierna, y
miré hacia abajo para ver un corte profundo en mi muslo superior del que
estaba manando sangre. ¿Podría ser peor?

Arrastrándome, corrí alrededor de la parte delantera del Jeep para liberar los
pestillos del capó para detener la alarma del auto que no paraba de hacer ruido.
Subiéndome en el parachoques delantero, encontré la caja eléctrica y tiré de la
tapa. Tomó unos minutos, pero encontré el fusible de la alarma y lo saqué. El
chirrido cesó, sustituido por un dichoso silencio.

Pero el Jeep no había terminado su diversión conmigo todavía. Cuando estaba a


punto de bajarme de nuevo, me golpeé la cabeza contra el capó. Por instinto
retrocedí, sólo para perder el equilibrio y caer en la grava sobre mis manos.
112
Página
Durante mucho tiempo me senté en el suelo, con mi cabeza entre mis rodillas.
¡Por todo lo que es santo! ¿Cómo lo hacen parecer tan fácil los ladrones de
automóviles?

Me levanté de un tirón, caminé hasta la puerta del conductor y la abrí. Me dirigí


a la escotilla trasera, la abrí, cogí mi portátil en su estuche y la puse bajo mi
brazo. Me volví, ensangrentada y golpeada, luego me tambaleé por las escaleras
hasta el porche.

Me dejé caer en el sillón. Toda herida, y probablemente sangrando todavía. Mis


esfuerzos sólo habían hecho más fuerte mi deseo de respuestas. Puse el estuche
de la portátil en la pequeña mesa delante de mí, mi brazo cubierto de sangre
seca. Lo limpiaría después.

Abrí la bolsa, saqué el portátil y lo encendí. No pasó nada. Quería gritar al cielo.
¡La batería estaba muerta! Busqué en el fondo de mi estuche y encontré el cable
de alimentación. Llevé el portátil y el cable de alimentación conmigo cuando
entré en la cabaña, y me dirigí a la mesa de la cocina donde podía dejarla cargar
mientras estaba usándola. Entonces me di cuenta que había dejado el libro en el
porche.

Tropecé de nuevo a la puerta para agarrarlo. Cuando pasé por el marco de la


puerta, oí la voz de Daniel.

—¿Qué diablos le pasó al Jeep?

Venía por el camino, inspeccionando los daños mientras se acercaba.

Callon y Colt estaban justo detrás de él, mirando el tronco, la piedra y el mazo.
La sangre revistiendo los tres puntos donde me habían golpeado o donde los
había agarrado. La ventana lateral estaba manchada con ella, así como la puerta
del asiento trasero del conductor, y el capó.

En un instante los dos estaban corriendo hacia la cabaña. Se detuvieron en seco


cuando me vieron. Debo de haber sido todo un espectáculo. Estaba cubierta de
sangre de pies a cabeza, mi ojo derecho estaba hinchado y cerrado, y mi labio
113

inferior se estaba convirtiendo en un globo. Mis brazos estaban rasguñados, mi


muslo derecho estaba sangrando, y mis pantalones cortos estaban rotos. Para
Página

colmo, mi cabeza empezó a palpitar.


Viéndolos a los tres por un breve momento, cojeé al sofá de dos plazas en la
terraza para tomar el libro. Sus ojos estaban pegados a mí mientras recogía el
libro y poco a poco me retiraba a la cabaña.

Colt se echó a reír, Daniel lo siguió con una mezcla de resoplido y aullido.
Incluso Callon estaba riendo. Ja, tal vez el que debe ser obedecido tiene sentido del
humor, después de todo.

Me senté en la mesa de la cocina y encendí mi portátil. Era inútil lavarme ahora,


ellos ya me habían visto y la mayoría de los arañazos y golpes se veían peores
de lo que eran. Probablemente no habría hecho ningún bien evitar el tormento
que estaba a punto de sufrir. ¿Tenían Internet inalámbrico lejos de la ciudad?

El trío riéndose entró en la cabaña y se acercó a mí. No podía verlos, estaba


demasiado avergonzada. Colt se adelantó y movió suavemente mi barbilla
hacia ellos. Me estremecí, mi mandíbula y mi labio inferior latían de dolor. Me
miró con sus ojos sonrientes y sabía exactamente lo que iba a venir.

—Creo que sé quién ganó la pelea con el Jeep.

Todos se echaron a reír, con Daniel doblado sosteniendo su costado. Me levanté


y empecé a salir cojeando de la habitación. Callon y Colt vinieron a mi lado y
me redirigieron al sofá de la sala principal, la risa momentáneamente
decayendo.

Me sentaron para evaluar los daños, pero no podían quitar las sonrisas de sus
caras. Colt habló de nuevo, pero esta vez con más sinceridad:

—¿Así que no podías esperar por lo que había en el Jeep?

Traté de responder, pero mi boca no se movió correctamente ya que estaba muy


hinchada.

—Waptop.

El resoplido comenzó de nuevo desde detrás del sofá, Daniel estaba teniendo
un momento difícil controlándose a sí mismo.
114

—Oh, ya veo —dijo Colt—. ¿Crees que puedas decirnos exactamente lo que
pasó? Ya que sabemos la extensión de tus lesiones.
Página
Colt estaba tratando de contener la risa, aunque su boca seguía temblando en
una sonrisa burlona. Callon, sin embargo, parecía más preocupado. Mi rostro
enrojeció. ¿Qué más daba? Ellos nunca iban a dejarme superar esto. Si ellos lo
sacaban de su sistema ahora, tal vez mejoraría más adelante. Sueña, Cheyenne,
como si eso fuera a pasar…

Los miré con mi ojo bueno, y comencé a explicar. El único problema fue que
mientras estaba tratando de hablar más de mis palabras salieron arrastradas.
Esto lo hizo aún más divertido para ellos. Eventualmente, sin embargo, sacaron
la mayor parte de la risa de su sistema, y comenzaron a cuidar mis heridas. Me
acostaron en el sofá mientras limpiaban la sangre de mi cara. Por suerte los
cortes sobre mis ojos eran sólo pequeños arañazos.

Callon consiguió un par de bolsas de hielo para el lado derecho de mi cara. Se


trasladaron hasta mis brazos, manos y el muslo, limpiando y vendando a su
paso. Callon comprobó mi pie para asegurarse de que no lo había roto. Tuve la
suerte de que el mazo no había golpeado en el lugar correcto y que tenía un
buen par de zapatos puestos.

Demasiada investigación del libro por hoy. No pensé que podría seguir aunque
lo intentara. Callon estaba de vuelta en modo doctor, queriendo saber cuándo
fue la última vez que comí. No podía estar segura, pero me pareció que había
pasado cerca de cinco horas. Él me hizo un pequeño batido de proteína y me lo
entregó con una pajilla. Colt me ayudó a incorporarme, y traté de beber tanto
como pude. Callon quería que tomara algunos analgésicos, y no luché contra él
en este caso. Sin mi irritación por el astuto plan del Jeep para frustrarme a cada
momento, estaba empezando a sentir el dolor.

La próxima vez, creo que voy a esperar y preguntar, me dije.


115
Página
Capítulo 10
Traducido por Elenp

Corregido por Flexi

D
ormí bastante bien, ayudó el medicamento que Callon me suministró.
Sólo recordaba haber despertado una vez cuando Colt pasó las piernas
por debajo de mi cabeza. Ahora los podía oír susurrando en la cocina,
ellos estaban buscando en el diario. Realmente no me molestó que lo estuvieran
leyendo. No sabía que decía, por lo que cualquier conocimiento sería de gran
ayuda.

Me acordé de que había colocado los anillos de forma segura en mi bolsillo y los
saqué, volviéndolos a poner en mis dedos. Mi cara estaba todavía hinchada, y
estaba segura de que tenía al menos un ojo negro. Pensé que ahora era un
momento tan bueno como cualquier otro para evaluar los daños.

Tuve un momento difícil tratando de salir del sillón, mi cabeza empezaba a latir
de nuevo. Éste era un tipo diferente de latido, no como los dolores de cabeza
que había estado teniendo. Esto era sólo el regular chichón-en-la-cabeza, un tipo
de dolor de cabeza molesto que podría manejar. Me senté y luego utilicé el
brazo del sofá como apoyo para ponerme de pie. En un instante Colt estaba a
mi lado, con ternura sosteniéndome del brazo.

—¿Cómo está mi pequeña asaltante de Jeeps hoy? ¿Vas a golpear también al


camión porque dijo algo que te molestó? —preguntó en tono burlón—. Sabes
que no nos hubiéramos reído si pensáramos que era más grave, ¿no?

Le encantaba burlarse de mí, en realidad no conocía a nadie que amara tanto


116

hacerlo. Estaba empezando a pensar que tenía un tatuaje permanente en la


frente que decía “burlarse de mí por favor”. Traté de devolverle la sonrisa, pero
Página
mis labios y ojos no se movieron. Esto solo causó que Colt se riera aún más. Le
respondí lo mejor que pude, tratando de arrojar algo de descaro hacia él.

—Si piensas que lo del Jeep era malo, no querrás saber lo que haría si me haces
enojar.

Se rió de nuevo y luego me ayudó a moverme por el pasillo hasta el dormitorio.


Me senté en la cama mientras iba a encontrarme algo de ropa limpia. Colt
estaba siendo considerado.

Dejé escapar un suspiro y miré hacia mi mano admirando el anillo azul de


nuevo. Cuando regresó, coloqué mis manos cruzadas en el regazo. Colt se
detuvo y se quedó en silencio, podía incluso oír su respiración. Él miró mis
manos. El anillo estaba envuelto bajo mis dedos ahora, y me di cuenta de que lo
estaba agarrando más de lo necesario. Alargó su mano y soltó mis dedos para
revelar el anillo. Se dio la vuelta para poder ver bien la piedra. Su mano se
congeló, y su respiración se detuvo. Apartó su mano y la apretó en un puño.

Estaba confundida. Me entregó mi ropa y me llevó al cuarto de baño en silencio.


Me giré para intentar mirarlo a través de mi ojo bueno, y me dio una sonrisa
superficial mientras se alejaba. Decidí que lo mejor que podía hacer ahora era
estar limpia. Fui al espejo sólo para jadear por lo que vi. Era un desastre, el lado
derecho de mi cara estaba cubierto con unos azulados moretones verdes,
mezclados con rasguños y sangre seca. Mi ojo estaba hinchado y tenía el labio
hinchado. Negué con la cabeza ante mi estúpida impaciencia, pero incluso esa
acción dolía.

Los cortes y raspaduras picaron un poco cuando el agua las golpeó. Traté de
lavar mis heridas lo mejor que pude, limpiando la sangre seca que quedaba.
Estaba bastante rígida y dolorida también, no más actividades locas por un par
de días.

Estaba un poco confundida por la reacción de Colt sobre el anillo azul. Tanto él
como Callon lo vieron en el camión el otro día, pero no dijeron nada. Esta vez
parecía peor. ¿Tal vez realmente no consiguió un buen vistazo antes? Iba a tener
que averiguar por qué reacciono así. Miré en el espejo y suspiré. Esto era todo lo
117

que iba a conseguir. Necesitaba tiempo para sanar.


Página
Me tambaleé hasta la cocina, y me dirigí a donde estaban sentados. Se dieron
vuelta mientras me acercaba. Era extraño, el trío parecía tener expresiones en
blanco en sus rostros. Colt movió la silla entre Callon y él para que yo me
sentara. Lo hice, mientras mi mirada vagaba a cada una de sus caras. Algo
pasaba, y tenía que ver conmigo.

Colt lentamente se acercó y tomó mi mano entre las suyas, dándole la vuelta
para revelar los anillos. Él y Callon parecían más preocupados que Daniel.
Callon extendió su mano y preguntó:

—¿Puedo?

Moví mi mano hacia sus dedos. Suavemente me agarró la muñeca y comenzó a


acariciar mis dedos con la otra mano. Él estaba frotando su pulgar sobre los
anillos. Miré a sus cálidos ojos y vi algo que no me esperaba. Era como si me
mirara con admiración. Era difícil imaginar cómo podría mirarme así, en la
condición en que yo estaba. Mi rostro ensangrentado y maltrecho no cambió su
expresión. Miré hacia atrás, no con temor, aunque se acercaba bastante.

Él era tan increíblemente hermoso, con la piel bronceada destacando sus ojos
color avellana, los oscuros rizos castaños cayendo sobre su frente. La forma en
que mantenía su mandíbula tensa, el crecimiento áspero de bigotes apareciendo
en los extremos de su barbilla. Bajé la cabeza, no necesitaba quedar atrapada en
él. Colt era lo que yo necesitaba. Callon me volvía loca, Colt me hacía sonreír.
Callon analizaba todo. Ellos eran como la noche y el día. Colt era mi sol, Callon
la oscuridad de la noche que causaba que escalofríos corrieran por mi espalda.

Le permití a Callon mantener mi mano en la suya, pero me volví un poco para


que pudiera inclinarme hacia Colt. Él puso su brazo alrededor de mi cintura,
acercándome, y me dio una sonrisa débil.

—¿Son estos anillos especiales? —pregunté en voz baja. Dirigí mi pregunta a


Callon ya que era el que por lo general hablaba por el grupo en este tipo de
temas, y era el que sostenía mi mano.

—Sí, lo son. El de la piedra azul especialmente. Había en existencia sólo tres de


118

los anillos azules. El tuyo pertenecía a un clan extinto. Los otros dos fueron
destruidos, y el tercero se cree que se ha perdido con la línea del clan. Es un
Página

anillo que representa la realeza y el poder.


Seguía sosteniendo mi mano, trazando los anillos con sus dedos, sus ojos
siguiendo los movimientos. Tal vez me equivoqué antes en mi suposición de
sus estados de ánimo. Él estaba hablando de los anillos, sin embargo, sabía que
también se trataba de información sobre mí, y hablaba con calidez y admiración
al mismo tiempo.

—¿Qué pasa con el otro anillo? ¿Es éste especial también? —Señalé al anillo en
mi dedo índice. El anillo que mis padres me habían dado cuando era una niña,
el anillo que tenía los mismos símbolos que el diario.

—Sí, representa otro clan.

—¿Qué quieres decir con un clan?

Pareció ignorarme, ya que estaba sumido en sus pensamientos.

—¿Por qué los recibí? ¿Por qué tengo ambos?

La mirada de Callon se encontró con la mía y esta vez era sincero cuando habló,
respondiéndome en un susurro:

—Esa es una buena pregunta.

Bueno, ¿y ahora qué? Nadie sabía por qué tenía esos anillos, uno de los cuales
era excepcionalmente raro. Pregunté de nuevo:

—Callon, ¿qué quieres decir con "representa un clan"? ¿Qué tiene eso que ver
conmigo?

No liberó mi mano, pero giró su silla hacia mí, extendiéndose para agarrar mi
otra mano en la suya. Colt se movió un poco más cerca. Su mano estaba todavía
envuelta alrededor de mi cintura, pero ahora Callon estaba casi a horcajadas
sobre mi silla. Daniel se sentó en silencio en su silla a través de la mesa. Podía
oír su respiración nerviosa y sentía sus ojos en mí. Esto no podía ser bueno. Era
como si supieran que iba a reaccionar mal.

Callon empezó a hablar apasionadamente, todo el tiempo buscando fijamente


en mi rostro por mi reacción.
119

—Cheyenne, tienes que prepararte. No vives en el mundo en el que crees. Hay


Página

mucho de lo que tenemos que hablar. Voy a tratar de decirte todo lo que pueda,
pero no te lo diré todo. Va a ser duro enterarte de todo a la vez.
Hizo una pausa, esperando una respuesta antes de proceder. Yo sabía que
quería oír, sin embargo, por cómo estaban actuando ahora no estaba segura de
que sería bueno hacerlo. No podía hablar, así que me limité a asentir, tomando
pequeñas respiraciones. Callon comenzó lentamente en un tono controlado,
como para contar una historia.

—Hace mucho tiempo había muchos clanes vagando en este mundo, cada uno
único en su propia manera. Vivíamos en armonía y en paz por un tiempo.
Algunos de los clanes principales fueron Sarac, Silloquize, Kvech, Consilador,
Coltooro, Laundess y Servak. Hace muchos siglos, una malvada rebelión
comenzó. Un líder surgió del clan Sarac, su nombre era Makhi. Era codicioso y
tenía lujuria por el poder, hambriento por tener el máximo control. Gobernó a
su pueblo con puño de hierro. Decía que era el único heredero al trono, que el
clan Kvech ya no era de la realeza, no era digno de controlar el poder de
nuestro mundo.

Lo interrumpí brevemente:

—¿Qué quieres decir con el poder de nuestro mundo? —Callon me ignoró y


continuó.

—Cuando la noticia de Makhi llegó a Adalmund, el líder del clan Kvech y


soberano de todos los clanes, decidió la acción que debía tomarse. Las mentiras
malvadas de Makhi se estaban extendiendo, su fuerza iba en aumento, y se
estaba convirtiendo en una amenaza para todos los clanes y el control del
mundo sagrado. Adalmund era el guardián del poder. Era un hombre pacífico,
no un guerrero. Adalmund fue a Makhi buscando una solución. Como era
costumbre, llevó a su esposa Josalyn y a su hijo Qaysean con él. Fueron
emboscados en el camino, con sólo Qaysean como superviviente.

—¿Mundo sagrado? Todavía no entiendo —pregunté de nuevo. Callon, una vez


más no me hizo caso, sino que se centró por completo en su historia.

—Al ver que Makhi había matado a los únicos guardianes de nuestro mundo, el
clan Servak se unió al clan Sarac en su búsqueda. El gobernante de Servak,
Jorelle también era malvado, aunque Makhi le ganaba en fuerza y poder. Jorelle
120

trajo consigo a su hija Sahara. Makhi y Jorelle arreglaron un matrimonio entre


Sahara y el hijo de Makhi, Marcus.
Página
—¿Guardianes de nuestro mundo? —escupí. ¿Por qué no estaba respondiendo
a mis preguntas? ¿De qué diablos estaba hablando?

—Comenzaron matando y exterminando del mundo a todos los clanes que se


les oponían. La fusión del clan Servak con el clan Sarac les dio gran poder, y el
matrimonio de los clanes les daría un poder aún mayor. Muchas batallas
tuvieron lugar, y vimos muchas vidas perdidas. Lo que quedaba de los clanes
restantes estaba dispersos por todo el planeta, escondidos, esperando y
esperando. Solo quedamos unos pocos de nosotros ahora.

Dijo algo al final que me hizo parar y pensar... “muchas batallas... muchas vidas
perdidas”.

—¿Dijiste vimos? ¿Quisiste decir eso? —pregunté.

—Sí —respondió.

Disparé mis siguientes preguntas rápidamente mientras comenzaba a asimilar


la historia que contaba. Estaba tratando de ordenarlo todo, y hacer que me
revelara toda la verdad.

—¿Cuántos años tienes? —exigí.

Vaciló de nuevo, mirando profundamente dentro de mis ojos, tratando de


evaluar si yo sería capaz de aceptarlo.

—Trescientos años de edad, una década más o menos.

Yo no miré hacia otro lado, pero dirigí mi siguiente pregunta a Colt.

—Colt, ¿cuántos años tienes?

Él tranquilamente respondió:

—Doscientos veinticinco. —Al menos eso explicaría por qué pensé que era
siempre más maduro y las profundas conversaciones que había tenido con mis
padres.

—¿Daniel?
121

Callon respondió por Daniel:


Página

—Ciento cincuenta y tres.


Continué mi interrogatorio.

—¿Cómo pueden vivir una vida tan larga? Ninguno de ustedes parece mayor
de veinte años. ¿Son humanos?

Expectación se envolvió sobre mí como un manto oscuro y frío mientras


esperaba su respuesta. Me inquieté. Callon ya me había dicho que me
preparara, y que el mundo en que vivía no era lo que parecía. Me moví en mi
asiento y traté de deshacerme de los brazos de Colt. Él no se movió.

Callon respiró hondo.

—Envejecemos más lento, alrededor de un año por cada cien años humanos,
pero somos más o menos humanos —respondió Callon con cautela.

—¿Así qué envejecen? —Por lo menos sabía que eran humanos, más o menos, si
eso era verdad.

—Sí. Nuestro metabolismo es un poco más lento que los humanos normales,
junto con otras cosas que nos hacen diferentes.

—¿Cómo han vivido todos estos años? ¿La gente no nota que ustedes no
parecen cambiar? —le pregunté, mi inquietud aún presente.

Callon respondió con calma:

—Nos movemos mucho, por lo general nos quedamos en un solo lugar durante
unos cinco a siete años.

—¿Qué pasa con las licencias y certificados de nacimiento?

—Podemos trabajar en torno a eso. La falsificación de documentos no es


realmente tan difícil cuando se sabe lo que estás haciendo —respondió Daniel
rápidamente.

El suelo parecía ser un buen lugar para mirar mientras yo tomaba toda esta
nueva información, formulando más preguntas. ¿Era esto de verdad? ¿Me
estaban contando una mentira, una historia para que me quede aquí? Había
122

muchas cosas que estaban escondiendo de mí, y ahora parecía que algunas eran
información sobre sí mismos también. Yo tenía los dos anillos y el diario, pero
Página

sin su ayuda, no podía descifrar sus secretos. Todavía había más que necesitaba
saber.
—Callon, ¿cuánto tiempo has sido médico? —Poco a poco levanté la cabeza de
nuevo.

—Unos cientos de años. —Sus respuestas eran firmes, no vacilantes. O era un


mentiroso excelente, o estaba diciendo la verdad. No tendría sentido desde que
tenía unos trescientos años. Repetí de nuevo algunas de sus palabras en mi
cabeza... Makhi, Sarac.

—¿Este Makhi del clan Sarac está aún vivo? —Podría ser una posibilidad si
Callon tenía más de trescientos años de edad. Mantuve mi enfoque en Callon ya
que ahora sólo él respondía.

—No, pero su hijo lo está.

Yo estaba reconstruyendo poco a poco este rompecabezas.

—¿De qué clan eres?

—Colt, Daniel y yo somos del clan Consilador.

—¿De qué clan son mis padres? —Si ellos se conocían entre sí, y murieron
protegiéndome, serían parte de esta cosa del clan también.

—Vinieron del clan Coltooro.

Bueno, ya que Callon era de un clan y mis padres eran de otro, de alguna
manera yo era parte de esta mezcla. ¿Podría ser? ¿A pesar de que yo era su hija
adoptiva? Miré el anillo en mi dedo, aunque ya sabía la respuesta antes de que
hiciera la pregunta, o eso creía yo. ¿Era esto real?

—Yo fui adoptada... —empecé.

—Sí.

—¿Pero yo soy parte de esto?

—Sí.

Dudé.
123

—¿De qué clan vengo?


Página
—El anillo azul en tu dedo anular vino del clan Kvech, el del dedo índice
proviene del clan Servak. El clan Kvech es el clan gobernante, la realeza, los
protectores. Los Consilador están en segundo lugar en la línea de poder.

Me puse rígida en la silla y mi respiración se detuvo. Me di la vuelta para mirar


al suelo otra vez. El clan Kvech pertenecía a la realeza, eran el clan gobernante,
dijo. Los protectores, y yo llevaba el anillo restante. También llevaba un anillo
del clan Servak. Era el secreto que estaban tratando de proteger, ¿podría ser?
Ellos no podían estar mintiéndome... ¿podrían? ¿Cómo podrían haber llegado a
todo esto por su cuenta? Callon dijo que se mudaba mucho, mis padres y yo
también. Nunca supe que papá o mamá tuvieran un trabajo, pero de alguna
manera nunca hemos tenido ningún problema de dinero.

Mis padres siempre estaban protegiéndome... y ahora que pensaba en ello,


siempre se veían igual. Era como si en realidad nunca envejecieron en más de
dieciocho años. Mi madre seguía siendo tan hermosa antes de morir como era
en las fotos de cuando yo era pequeña. Antes de morir, había dicho que había
cosas que quería hablar conmigo, cosas para las que ya tenía suficiente edad
para comprender. Esto era, yo lo sentía en mi corazón. ¿Quién era yo? Lo que
creía que sabía, una vez más, no era real.

Colt me agarró firmemente y giró mis hombros mientras moví mi cabeza


bruscamente para mirarlo. Tomó mi rostro entre sus manos mientras yo miraba
a sus ojos y me habló a la fuerza.

—Cheyenne, yo te protegeré. No dejaré que nada te haga daño. Daría mi vida


por ti. Te amo. ¿Me entiendes?

Me congelé. Era por esto que eran tan protectores conmigo, por lo menos esa
parte tenía sentido ahora. Asentí con la cabeza lentamente de acuerdo. Colt
continuó mirando mi rostro en busca de algo. Cerré los ojos tomando una
respiración profunda, y me soltó. Callon soltó mis manos, y me derrumbé en los
brazos de Colt. Los envolvió alrededor de mí y me llevó a su regazo. Me quedé
allí sentada absorbiéndolo todo. Solté un gran suspiro, y Colt me abrazó con
más fuerza. Me senté ahí, acunada por sus brazos por un largo tiempo. Él era
124

mi protector, mi consuelo cuando yo lo necesitaba. Él era todo lo que tenía...


Página
Capítulo 11
Traducido por Kira.Godoy y Laala STark

Corregido por LadyPandora

M
e aparté a la fuerza de la mesa. De pronto, no me sentía tan bien. Una
bomba había caído en mi regazo. Necesitaba un poco de aire fresco. Colt
se levantó conmigo, pero puse mi mano en su hombro para
tranquilizarlo y que se quedara. Necesitaba estar sola para pensar. Para
enfrentarme con lo que ahora estaba ante mí… quién era yo.

Me dirigí hacia la puerta de delante y salí hacia el porche. En la esquina más


alejada y lejos de la cocina colgaba una hamaca. Comencé por ahí. El aire estaba
caliente mientras yo paseaba a la deriva, alborotando unas hebras de mi cabello.
Me tendí de costado, meciéndome suavemente de adelante hacia atrás, a un
ritmo tranquilizante. Escuchando los trinos de los pájaros, observé a las ardillas
corretear por el suelo del bosque. Una gran avispa zumbó cerca de mi cara
mientras miraba las motas de sol irrumpiendo a través de los árboles, lanzando
rayos de calor a mi encuentro. Comencé a contemplar lo que había ocurrido en
las últimas semanas.

Mi vida había cambiado, la vida que conocía se había ido. La vida que pensé
que era real era diferente, y yo era una parte de algo que nunca conocí. Lo que
los tres hombres me habían dicho era la verdad, lo podía sentir dentro de mí.
Comencé a reflexionar en lo que me habían dicho, de lo que ahora formaba
parte. Ahora, la vida que pensé que tenía estaba girando en una dirección
diferente… y no podía detenerla. Era parte de algo m{s grande, m{s de lo que
pensé que mi mundo era, yo pertenecía a algo. Era parte de algo, sólo que no
125

estaba lo bastante segura de en dónde encajaba.


Página
Tenía dos anillos, uno de Kvech y otro de Servak. No tenía ni idea de lo que
significaban, y ni siquiera Callon estaba seguro de saber de cuál de ellos
provenía. Nunca respondía mis preguntas con mucha lucidez. El Kvech tenía
un hijo sobreviviente, el Servak una hija que supuestamente tenía que casarse
con Marcus del clan Sarac. ¿Eso podía ser? ¿Que el hijo sobreviviente del linaje
Kvech se casase con la hija del de Servak?

Sonidos de pisadas sonaron en el porche detrás de mí. No me moví. Sabía que


no era Colt, las suyas eran mucho más pesadas. La hamaca se movió y observé
mientras Callon se sentaba junto a mí, causándome que rodase en su dirección.
Levantó sus brazos para que descansaran detrás la cabeza mientras se tendía de
espaldas y ubicaba sus pies en la baranda, usándolos para balancearnos
suavemente de atrás hacia delante.

Tenía tantas preguntas que necesitaban respuestas pero, ¿por dónde empezar?
¿Realmente quería saber qué parte tenía que interpretar en todo esto? Quizás
estaba mejor sin saber la verdad sobre mis padres adoptivos o mis padres
biológicos, si de hecho, ellos eran los únicos que estaban en la historia que me
contó. Reflexioné sobre estos pensamientos durante un largo rato antes de
llegar a la conclusión de que, en realidad quería saberlo, tenía que saberlo todo.
Esa era mi vida.

—¿Callon? —dije suavemente.

—¿Sí?

—Dijiste algo sobre los poderes de nuestro mundo, los guardianes sagrados.
¿Qué significa todo eso?

—Todos somos protectores de los poderes dentro de este mundo. Podemos


coexistir con el mundo humano porque somos capaces de mantener nuestra
presencia en secreto. Tenemos la responsabilidad de proteger el mundo
humano de la oscuridad maligna. Si otros supieran de nosotros, podría salirse
de control rápidamente. Aquellos entre nosotros que son malvados podrían
tomar el mundo y gobernarlo a su antojo
126

—¿Por eso protegemos nuestras identidades secretas?


Página

—Sí.
Un secreto que proteger, pero yo también era un secreto. Realmente aún no
sabía ni entendía lo que eso significaba.

—¿Tienes alguna idea de quiénes son mis padres?

Yo tenía una teoría, pero quería oírlo de su boca.

Suspiró antes de responder.

—Sí.

Decidí responder mi propia pregunta.

—Eran Qaysean del Kvech y Sahara del Servak, ¿no? ¿Por eso tengo ambos
anillos?

—Sí.

—¿Conociste a mis padres biológicos?

—No.

—¿Gene y Alexis sabían quiénes eran mis padres biológicos?

—Sí. No nos lo dijeron a propósito, fue por tu propia protección.

—Pero tú dijiste que era un secreto. Si tú no lo sabías, entonces, ¿cómo es que yo


era un secreto? ¿Y de quién?

—Sabíamos que eras un secreto simplemente porque tú eres uno de los


nuestros. Intentábamos mantener tu identidad escondida de aquellos que
pudieran hacerte daño.

—Hay algo más en esta historia que no me has contado, ¿no es así? —¿Por qué
me ocultaba cosas constantemente?

—Sí.

—¿Me hablarías de mis padres biológicos?

Dudó, redactando cuidadosamente cada oración.


127

—Makhi pensó que había asesinado al completo linaje de sangre del clan
Página

Kvech. Envió a sus rastreadores a emboscar a Adalmund, Josalyn, Qaysean y al


grupo que los acompañaba. Los rastreadores trajeron los dos anillos como
prueba de que los habían matado.

—Pero dijiste que habían tres, ¿verdad?

—Sí, pero Makhi no sabía que a Qaysean le habían dado un anillo, uno nuevo,
más poderoso que los dos anteriores. Qaysean escapó. Su guardaespaldas, que
se parecía en apariencia, tomó su lugar en la muerte para salvar su vida. Como
Makhi pensaba que estaba muerto, no sería cazado y podría vivir en secreto.

—Entonces, ¿cómo conoció a mi madre si ella estaba prometida a Marcus, y


Marcus es un Sarac?

—Qaysean vivió muchos años en secreto, conspirando y planeando un ataque


al clan Sarac. Un conflicto surgió entre los clanes Servak y Sarac. El matrimonio
arreglado entre Marcus y Sahara no había tenido lugar. Tu madre se manifestó
contra al matrimonio porque ella no era como su padre, Jorelle. Ella no quería
formar parte en el plan de su padre. Huyó de su antigua vida y su padre la
perdió a causa de esto.

—Pero, ¿cómo se conocieron?

—Al final, encontró a Qaysean y lo convenció de que ella se fue por su propia
voluntad y que no quería nada de lo que Marcus y Makhi estaban buscando.
Ella luchó con tu padre, mano a mano, durante muchos años. Finalmente Makhi
descubrió que ella se había unido a él. Los poderes que deberían haberse unido
a los Sarac ahora estaban con Qaysean. Esto hizo a Marcus rabiara de furia.

—Así que lucharon juntos, ¿y luego qué?

—Durante una de las grandes batallas de esos tiempos, tu padre asesinó a


Makhi, enfureciendo aún más a Marcus. Qaysean no sólo había tomado la vida
de su padre, sino que también había tomado a Sahara. Marcus no iba a
detenerse hasta que ambos, Qaysean y Sahara, fuesen destruidos.

—Él los persiguió, ¿no es así? —Me pellizqué la arrugada frente.


128

—Al final, Marcus descubrió a Qaysean y a Sahara, y los asesinó. Pensó que
había destruido a su enemigo, al único enemigo lo bastante poderoso para
Página

destruirle. El clan Kvech era el clan líder, el protector y el guardián. Marcus ha


continuado con su persecución a los clanes que quedan y los destruye a menos
que se le unan. Estoy seguro de que Marcus no sabe que tú existes. En realidad,
yo no supe quién eras hasta hoy.

—¿Y qué hay de Gene y Alexis? ¿Cómo se convirtieron en parte de todo esto?
¿Fue Marcus quien los asesino? —pregunté en un débil susurro.

—Debían saberlo. Sahara y Qaysean debieron haberles pedido que fuesen tus
guardianes, para protegerte y cuidarte. Nunca nos dijeron quién eras, pero
sabíamos que eras especial. No muchos de nuestra clase nacen, y la mayoría no
llega hasta los veinte. Gene y Alexis fueron asesinados tratando de protegerte,
tratando de mantener tu existencia en secreto para el Sarac. Fue Marcus quien
los asesinó.

Ahora sabía quién los había asesinado, a mis padres biológicos y a mis padres
adoptivos. ¿También estaría viniendo por mí? Obviamente el trío pensaba que
esto era cierto, porque estaban protegiéndome.

Más pensamientos vinieron a la vanguardia.

—¿La mayoría de los niños no viven hasta los veinte? ¿Son asesinados?

—Sí.

—¿Por qué? Sólo son niños. ¿Qué clase de amenaza son los niños? —No tenía
sentido.

—Cuando nacen, son humanos, pero alrededor de los veinte se convierten en


Eternos. Cualquier nueva adición al clan es considerada una amenaza para
Marcus.

—Así que, ¿me voy a convertir en una Eterna?

—Sí.

—Tú eres un Eterno, ¿verdad?

—Sí.

—No lo entiendo totalmente —confesé—. ¿Qué es un Eterno?


129

—Es una forma de inmortalidad. No envejecemos rápidamente, pero


Página

envejecemos al final. Nacemos con un único gen que nos permite tener vidas
más largas de lo que se consideraría normal. No es un nombre que se nos
ocurriera, pero con los años se quedó.

Esto se estaba volviendo confuso. Yo estaba a punto de cumplir diecinueve


años.

—Por lo tanto, en esencia ahora soy humana, pero cuando cumpla veinte años,
algo pasar{ y me convertiré en Eterna… ¿pero aún puedo morir? Pensé que la
inmortalidad significaba que no podías morir, nunca. Realmente no lo entiendo.

—Sí, te convertirás en Eterna alrededor de los veinte. Puedes morir, sólo que no
por circunstancias normales y humanas.

—Entonces, a ver, si tú te cayeses de un precipicio o te dispararan con un arma,


¿no morirías?

—Probablemente no. Sin embargo, seguimos sintiendo el dolor. Nuestros


cuerpos son capaces de recuperarse rápidamente, en minutos u horas, en vez de
semanas. En realidad depende de lo grave que sea la herida.

Otra pieza del rompecabezas cayó en su lugar. Eso explicaría tanto, si tenían un
tiempo de recuperación muy rápido. Si me hubiese retrasado al salir del banco,
mi plan no hubiese funcionado para nada. Me tensé por un momento, y Callon
se acomodó un poco, anticipándose a mi respuesta.

—Por eso es que el efecto de las bayas no duró demasiado en ti… ¿Cuánto
tiempo pasó antes de que la parálisis desapareciera?

—Alrededor de quince minutos.

Me empujé a mí misma hacia arriba con el codo lo mejor que pude, dado que
estaba en una hamaca. Quería mirarlo a los ojos para esta pregunta, a pesar de
que sabía que probablemente no iba a apreciar la sonrisa de satisfacción que
vendría con su respuesta.

—Así que, ¿tú estabas justo detrás de mí y me viste entrar en el banco?

—Sí.
130

Tenía esa sonrisa de satisfacción en su cara. Le fruncí el ceño.


Página

—Entonces, ¿por qué no me detuviste?


La sonrisa desapareció y fue sincero cuando respondió.

—Lo intentamos. Daniel estuvo a punto de jalarte, pero decidimos que sería
muy peligroso en ese momento. Sabíamos que ibas a conseguir el diario.
Probablemente era más seguro para ti ir sola que con nosotros. El Sarac sabía
quiénes somos.

—¿Sabes lo del diario? —dije con sorpresa.

—Sí.

Entonces, si ellos sabían lo del diario, ¿por qué simplemente no fueron y lo


tomaron? O aún mejor, ¿por qué no lo tenían desde que se habían aliado con
mis padres? Ahora estaba furiosa. Callon trató de alcanzarme, pero lo empujé
lejos.

—Fue por tu propia seguridad —respondió a mis palabras no dichas.

No me importaba si fue por mi propia seguridad, estaba cansada de que me


engañaran. Todos los demás sabían lo que estaba pasando, excepto yo. Había
estado constantemente en la oscuridad, ¡durante años! Me aparté de la hamaca,
lejos de él, balanceando mi pie hacia el suelo. Envolvió su mano alrededor de
mi cintura y me empujó, así que ahora mi espalda estaba firmemente sujeta a su
pecho, y sus brazos agarraron los míos, previniendo que me levantara. Mantuve
mi cara hacia arriba. Estábamos demasiado cerca.

Su cara estaba a sólo unos centímetros de mi oreja mientras me hablaba


suavemente:

—Lo siento. No quise hacerte enfadar. No te vayas.

Estaba demasiado irritada, tan sólo necesitaba aclarar mi mente. Necesitaba ir a


dar un paseo, correr, hacer algo físico. Me las arreglé para apartarlo de nuevo.
Esta vez, Callon cedió y me dirigí hacia la puerta principal. No tenía los zapatos
puestos así que fui a mi habitación y me los puse. Tenía que irme durante un
rato, vendría de nuevo cuando estuviera calmada. Cuando pudiera pensar más
claramente y demandara respuestas. Estaba pasando un momento en aceptar
131

toda esta serie de circunstancias.


Página

Colt y Daniel estaban en el salón principal. No los miré cuando entré, pero sí lo
hice mientras salí. Ambos me miraron, y Callon me siguió muy de cerca, por
detrás. Colt estaba consternado, probablemente por cómo estaba yo. Apartando
la mirada, me dirigí hacia la puerta con las pisadas de Callon siguiéndome. Me
detuve brevemente en el porche, dándome cuenta de que no sabía hacia dónde
estaba yendo. Al momento, vino a mí. Debería ir donde me había llevado
Daniel, al prado. Era tranquilo, justo lo que necesitaba. Estaba casi segura de
que podía volver a orientarme.

Callon no dijo nada mientras me seguía unos pasos más atrás. Dejé que mi
mente deambulara un poco por el bosque que me rodeaba. Esto me gustaba, el
suelo no tenía tanta maleza como en otras zonas. Podía caminar bastante rápido
sin tropezar contra un objeto imprevisto. Los rayos de sol caían a través de los
arboles como motas, haciendo que el resplandor sonriera justo como le gustaba
a mamá.

Papá me había enseñado a ser consciente de lo que me rodeaba en el bosque.


Me había dicho que tenía que darme cuenta de cualquiera peligro oculto. Ahora
mismo lo echaba tanto de menos que mi corazón dolía, y suspiré. Callon
escuchó mi suspiro y dio un paso a mi lado. No le miré. Continué hasta que
pensé que estaba cerca del prado, pero no estaba muy segura. Me detuve en un
claro entre los árboles y localicé la posición del sol. Parecía estar en el mismo
lugar que cuando me trajo Daniel, así que supe que tenía que estar cerca.

Caminando, nos dirigimos hacia una pequeña colina. Una vez en la cima, supe
que lo había encontrado. El pequeño claro en el bosque reveló la misma y
encantadora vista. Sólo que había llegado por un ángulo distinto. Pasé por la
maleza, permitiendo que el sol fuera totalmente absorbido por mi piel mientras
inclinaba mi barbilla hacia arriba. Esto era lo que necesitaba, la tranquilidad.

Dejé de oír los pasos de Callon. Estaba esperando en el claro, seguro, aunque
eché la vista atrás. Caminé hacia adelante, entreteniéndome mientras extendía
mis manos acariciando el pasto y las flores. Mi toque hizo revotar el exquisito
olor en el aire mientras me enfocaba en el arroyo de detrás de mí. Me detuve en
la orilla y me senté en el borde, desatándome con cuidado las botas y
colocándolas a mi lado. Puse mi pie dentro delagua helada y un escalofrío
recorrió todo mi cuerpo.
132

Mis ojos siguieron el arroyo mientras se escondía dentro del bosque. El agua se
Página

escurría por un árbol caído y después hacía un pequeño descenso hacia una pila
de insignificantes rocas. Desapareció de mi vista mientras se escabullía más y
más dentro de los árboles. Quedándome quieta, me quedé mirando fijamente
durante un largo momento, hasta que empezaron a dolerme los pies por el frío,
el agua me los había entumecido e irritado.

Eché un vistazo por los alrededores y vi unas suaves marañas de pasto unos
pocos metros más allá. Di unos cuantos pasos y me recosté de espalda, con las
piernas cruzadas por los tobillos y los brazos detrás de mi cabeza. Cerrando los
ojos, escuché el sonido del agua, el de los p{jaros… y el susurro de alguien
sentándose a mi lado. Callon no dijo nada, sólo oí el ritmo de su respiración. No
necesitaba abrir mis ojos para saber que me estaba mirando. Podía sentirlo.
Podía ver en mi mente esos inolvidables ojos color avellana. No necesitaba ser
consumida por ellos.

Un viento cálido lanzó unos mechones de cabello contra mi cara, haciéndome


cosquillas mientras tocaban mis pestañas, haciéndolas batir. Abrí mis ojos una
rendija para ver sus dedos apartando mi cabello. Estaba recostado de lado, con
su mano apoyando su cabeza mientras su codo descansaba en el suelo. Estaba
más cerca de lo que pensaba y mi corazón empezó a latir más rápido. Abrí
completamente mis ojos y me quedé mirando fijamente a los suyos. No podía
detenerme. Esos ojos parecían mirar dentro de lo más profundo de mi ser.
Podía perderme en ellos, especialmente cuando el sol hacía relucir las
variaciones de marrón, verde y ámbar. Tuve que apartar la mirada, y retenerme
antes de actuar como una estúpida. Si no, no recordaría por qué estaba tan
enojada. No recordaría que necesitaba respuestas a mis preguntas.

—Cheyenne, lo siento. No quise molestarte. No quiero que te enfades conmigo.


Entiendo que te hayas sentido engañada durante todos estos años. Siempre fue
por tu protección.

Sus palabras me recordaron porque estaba tan enojada. Me habían mentido


durante años, una información que decididamente me fue retenida. Pero,
¿quién decidió que era por mi protección? No podía negar que algunas veces
necesitaba ser protegida, principalmente de mis propias estupideces, como lo
que pasó con mi Jeep.
133

—¿Me prometes que no volverás a engañarme? En realidad no me gusta estar


Página

en la oscuridad.
La voz de Callon fue suave y sincera.

—No te engañaré, y te contaré todo lo que pueda. ¿Eso te sirve por ahora?

Rápidamente llegué a la conclusión de que no iba a obtener una mejor oferta.


Dijo que no me engañaría, pero no prometería contármelo todo. En realidad no
vi la diferencia.

—¿Sabes qué había en el pastel? —pregunté.

—Sospecho de algo, pero te vi comiendo y estaba más preocupado de no herir


tus sentimientos que de mis instintos.

¿Le preocupaban mis sentimientos? Mi boca se movió sin mi consentimiento.

—Parecías irritado después de todo, cuando estabas acostado ahí y después tu


enfado cambió. Fue como, si hubieras podido, habrías saltado y…

No fui capaz de terminar mi oración. Su cara estaba a unos cuantos centímetros


de la mía. De repente, la parte superior de su cuerpo se cernió sobre mí. Sus
labios rozaron los míos mientras hacían su camino hacia mi oreja donde susurró
entre dientes.

—Habría saltado y te habría empujado a mis brazos para prevenir que te fueras,
te habría besado hasta dejarte sin aliento y habría hecho que olvidaras dónde
estabas y qué estabas a punto de hacer.

Mi estómago dio un pequeño salto y mi pulso incrementó la velocidad.

Estaba sin respiración cuando di mi rápida respuesta.

—Estas muy seguro de ti mismo si piensas que podrías haberme hecho


olvidarlo. —¿Qué me pasaba? ¿Por qué diría algo como eso? Esta no era yo, sólo
estaba provocándole. Quería que me besara de ese modo. Quería sentir sus
brazos a mi alrededor. Quería sentirme viva. ¿Me haría sentir de esa manera?
¿Sería diferente al beso de Colt?

Callon no dijo nada más, sólo su aliento cálido persistió en mi cuello. Era
134

calmado y firme. Él sabía lo que estaba haciendo y tenía sus emociones bajo
control total y completamente, mientras yo era la única que estaba reaccionando
Página

emocionalmente. No era justo. Se tensó un momento y después se relajó de


nuevo a su anterior posición.
Me giré para verlo sonreír de oreja a oreja. Sabía que podía hacerme olvidar, y
yo también lo sabía. No sonreí, aparté mis ojos y comencé de nuevo con las
preguntas, esta vez bajo control.

—¿Qué sabes del diario?

—No mucho —confesó—. Nunca lo habíamos visto antes de que lo trajeras


contigo.

—¿Pero sabías que existía?

—Sí.

—¿Lo habías visto?

—Sí.

—¿Lo comprendes? —Tenía curiosidad.

—No, pero si sé que algunos escritos están en Servak. No estamos seguros de


los símbolos.

Tendría que investigar más sobre el diario. En alguna parte tendría que haber
algún material que nos ayudara. Sólo tenía que encontrarlo. Tal vez en mi casa,
en alguno de los libros que había amontonado. No había prestado mucha
atención, estaba bastante insensible en ese momento, tratando de apartar mis
recuerdos.

La idea de ser Eterna estaba pesándome fuertemente en la mente desde que lo


había mencionado por primera vez.

—Así que todo eso de lo Eterno, ¿cómo funciona? ¿Por arte de magia aparece en
mi vigésimo cumpleaños con globos y señales en la mano? —pregunté
sarcásticamente.

Simplemente se rió.

—No, nada de globos ni señales y dije que alrededor de los veinte.


135

—De acuerdo, entonces, ¿cómo funciona?

—Bueno, es diferente para cada uno de nosotros.


Página
Rodé los ojos.

—Eso es de mucha ayuda.

—Cada uno atraviesa el cambio de manera diferente. Para mí, la semana en la


que empezó la transformación estuvo llena de dolor.

—Ya veo, y entonces, ¿después de todo eso te diste cuenta que habías
cambiado? ¿Simplemente fuiste y probaste tu teoría? ¿Saltando de una colina o
algo? —Una vez más estaba siendo cínica. Si iba a volverme loca y no responder
a todas mis preguntas, entonces iba a devolvérselo. Dos podían jugar a este
juego. No respondió, así que me senté y le di una pequeña mueca. Esperó con
calma mientras el tiempo pasaba y yo me ponía más enojada.

—Tienes un pequeño problema con tu mal genio, ¿no? —observó.

La irritación comenzó a sacar las garras de nuevo. ¿Cómo era capaz de seguir
haciéndome esto? ¿Retorciendo las cosas para ponerme nerviosa y sacar lo peor
de mí?

—No tengo mal genio con nadie más, salvo tú. ¡El que debe ser obedecido!—
chasqueé.

Sonrió, al parecer divertido con su nuevo título.

—Eso es nuevo. Así que entonces, ¿saco lo peor de ti?

Me recosté más cerca, a sólo unos centímetros de su cara y no actuó


sorprendido. En realidad parecía estar disfrutando. Hablé a través de los
dientes apretados:

—Solo mi mal genio.

Mi mandíbula estaba tensa y perdiendo rápidamente el control. Tomé una gran


bocanada de aire y exhalé ruidosamente. Nuestras miradas seguían conectadas,
la suya divertida, y la mía lanzando llamas imaginarias. ¡Era tan injusto!

Rompió el silencio, con una sonrisa desprendiéndose de sus labios.


136

—Me quedo con el mal genio. Demuestra pasión.


Página

—¡Argh!
Rodé mis ojos y caí de nuevo en el pasto, exasperada. El anochecer se
aproximaba y teníamos que regresar. No estaba segura de que pudiera
encontrar el camino en la oscuridad. Estaba completamente confundida, ¡total y
estúpidamente confundida! ¿Cómo podía hacer que mi corazón latiera de esta
manera un segundo y me enojara al siguiente? Susurró lo de besarme a
propósito en mi oído, pero no lo hizo. ¡Iba a volverme loca! ¿Por qué lo quería?
No tenía sentido, era ilógico. Colt expresaría abiertamente sus sentimientos
hacia mí, Callon los usaba para torturarme. Esto era una obsesión infantil, tenía
que serlo.

Me senté y me puse las calcetas y las botas, tomándome mi tiempo. Callon


simplemente esperó paciente. Se levantó cuando terminé y extendió su mano.
Lo miré, dudando, y después inesperadamente se agachó y me levantó. Empezó
a llevarnos fuera del prado, de vuelta a la cabaña. No dijo nada, sólo
murmuraba mientras yo fruncía el ceño. Estaba intentando volverme loca,
estaba segura de eso. Recorrí con el dedo mi anillo Servak, pensando en lo que
ahora sabía que significaba.

137
Página
Capítulo 12
Traducido por yumigood y Jo

Corregido por LadyPandora

E
ra de noche cuando nos acercamos a la cabaña. Colt dio unos pasos hacia
dentro ansiosamente. De inmediato, me atrajo a sus brazos. El calor me
llenó. Por lo menos iba con el corazón en la mano, no oculto bajo una
capa. Se inclinó un poco hacia atrás y tomó mi cara entre sus dedos,
inclinándola hacia arriba.

—La inflamación parece haber bajado. —Me besó con ternura el ojo derecho y
después el labio—. Creo que está perfecto, esté como esté —me susurró al oído.

Apreté mis brazos.

—Gracias—le dije, sintiéndolo.

Me sonrió, y no pude evitar devolverle la sonrisa. Callon estaba de pie, a un


lado, con una estúpida sonrisa en su rostro. Sabía que antes había sacado lo
mejor de mí y se regodeaba. Yo tan sólo iba a ignorarlo.

—¿Tienes hambre? —preguntó Colt con preocupación—. Ya ha pasado un buen


rato desde que comiste.

No había pensado en eso, pero mi estómago lo entendió perfectamente, ya que


respondió con un gruñido.

—¿Supongo que eso significa que sí? —Se rió Colt.

—Sí. —Me reí.


138

Tomando mi mano en la suya, fuimos a la cocina.


Página

—Vayamos por algo antes de que te desmayes.


Me apoyé en el mostrador y vi como sacaba algo de carnes frías y me preparaba
un sándwich. Me lo zampé, además de beber dos grandes vasos de agua. No
me había dado cuenta de lo hambrienta y sedienta que estaba.

Cuando terminé, me fui a la habitación para depositar los zapatos. A la vuelta


me detuve en el baño. Me miré en el espejo. Tenía razón, la hinchazón había
mejorado, y bastante rápido, pensé. Todavía tenía algunos rasguños, pero ahora
los moretones se desvanecían a verde. Con suerte, estaría de vuelta a la
normalidad en un par de días.

Revisé mis dientes en busca de algún trozo de alimento, y decidí cepillármelos


de todos modos. Mi cabello no estaba mal, sólo un poco alborotado por el
viento. Pasé mis dedos a través para eliminar algunos de los enredos.

Volví a la gran sala. Colt estaba sentado, hablando con Daniel y con Callon. Lo
alcancé con la mano y la tomó mientras lo levantaba de su asiento. Ladeó la
cabeza con curiosidad, pero me siguió. Lo llevé a la puerta principal y bajamos
las escaleras, pisando con cuidado en el suelo áspero. Levantó la vista para ver
hacia dónde nos dirigíamos y me tomó en sus brazos, pillándome con la
guardia baja. Grité y me sonrió. Me llevó al columpio que había en uno de los
grandes pinos.

Era un columpio singular, sobre todo porque parecía una hamaca.


Normalmente cabrían dos personas, pero debido a su tamaño, sólo cabía uno.
Me acunó en sus brazos mientras nos hundimos juntos y me acurruqué aún
más en su enorme pecho. Moví mi cabeza para que así descansara en el hueco
de su cuello.

Hoy le había echado de menos. Había echado de menos su tacto, el olor y el


amor de Colt. En realidad, no era justo. Después de todo, un rato antes había
querido que Callon me besara, aunque eso sólo fue una estupidez. Callon era
más evasivo que un político. Ahí no había nada para mí, excepto la frustración.
¿Cierto?

Estaba contenta de que Colt no pudiera leer mis dudas mientras nos
balanceábamos de atrás a adelante. Pero tarde o temprano tendría que
139

discutirlo con él. Sin embargo, esta noche no. Esta era nuestra noche.
Página

—Has tenido unos días malos, ¿no? —Observó Colt con ternura.
Suspiré.

—Se podría decir así.

—¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?

Levanté la mano y acaricié su mejilla.

—Lo estás haciendo ahora mismo. —Me incliné más cerca y besé la comisura de
su boca—. Gracias.

Le miré a los ojos esperando algún tipo de reacción.

Esbozó una sonrisa, y volvió a acariciar mi cabeza una vez más. ¿Por qué
cuando yo lo quería, él no, y cuando no lo quise, él sí? Dicen que las mujeres
son confusas, pero empezaba a pensar que los hombres eran peores.

Sus dedos empezaron a jugar con mi cabello, que caía sobre mi espalda. Me
estaba percatando de lo exhausta que empezaba a estar. Me pesaban los
párpados, y cada parpadeo duraba más que el anterior. No recordaba cuando
me dormí, pero sí sentí la sensación de él llevándome a la cama.

Me desperté con el frescor de la brisa de la mañana sobre mis mejillas. La


ventana estaba abierta y dejaba entrar el frío en la habitación. Colt estaba
conmigo, cubriéndome el hombro con su brazo. Me quedé quieta, mirando a la
pared y dejando que mis pensamientos fluyesen libremente. A estas alturas,
una cierta sensación de rutina se había instalado y ya no me sentía tan
amenazada por todo. No me gustaba lo fácil que había sucumbido, pero luchar
en contra de mis circunstancias todo el rato sería un desperdicio de energía.
Simplemente tenía que aceptarlo.

Por ahora.
140

Había cosas más importantes en mi plato, el diario. No había dejado de


Página

manosearlo con los dedos, tratando de descifrar qué querían decir los símbolos,
pero siempre terminaba con la misma conclusión... seguía siendo un misterio.
Me retorcí bajo las sábanas, frente a Colt. Parecía tan tranquilo durmiendo. Su
rostro era más suave que el de Callon, y su cabello rubio iluminaba su piel
bañada por el sol. Si la perfección pudiera ser descubierta, sería en sus labios...
llenos y muy apetecibles. Sonreí por dentro. Realmente, sólo me había besado
una vez, pero fue suficiente para que supiera que me gustaba.

Mis ojos siguieron por su cuello, y luego su hombro y sus brazos. Eran fuertes,
y era algo a lo que estaba acostumbrándome. Demasiado.

Aparte la mirada por un momento, y cerré los ojos. Seguía sin estar segura de
poder confiar en él. Pero había construido bien sus cimientos. ¿Cómo podría
olvidar todos los momentos que habíamos compartido, aquellos momentos en
los que yo había llorado en su hombro y él había eliminado mi dolor? No
importaba lo mucho que su traición seguía picando en mi interior, estaba claro
que lo necesitaba. Volví a mirarlo fijamente, con el corazón roto. Quería
extender la mano y tocarlo, sentir la textura de su piel bajo mis dedos, pero me
contuve. No podía ceder a mis deseos con demasiada facilidad. Además,
dormido parecía tan inocente.

Intenté deslizarme por debajo de él sin molestarle, pero cuando aparté su brazo
se enganchó en las mantas y se dio la vuelta sobre mí.

¡Ugh! No me había dado cuenta de lo mucho que pesaba. Luché para


empujarlo, habría tenido mejor suerte levantando el jeep. Traté de deslizarme a
través de su brazo y su pecho, pero eso tampoco funcionó. No tenía otra opción
que despertarlo.

—Colt, me estás aplastando. —Él se movió, pero no lo suficiente. Se rió. Había


estado despierto.

—¡Eres un idiota! ¡Ahora, sal de encima! ¡No puedo respirar!

Se levantó, flotando por encima de mí y luego me dio un beso en la cabeza antes


de saltar de la cama. Todavía estaba riéndose.

—Buenos días, dormilona.


141

Respiré hondo para volver a llenar mis pulmones de oxígeno y tratando de


fruncir el ceño (mi labio todavía no había vuelto a la normalidad). Salí de la
Página
habitación, sólo para darme cuenta de que había olvidado coger la ropa. Me di
la vuelta. Colt tenía el brazo extendido, mi ropa en la mano.

—¿Olvidas algo? —Arqueó una ceja.

Rodé los ojos, agarré la ropa de su mano y me metí en el cuarto de baño. Miré lo
que me había dado. Unos vaqueros y una blusa azul. Nada fuera de lo común.

Salvo que lo divertido de todo esto era que no recordaba haber traído estos
pantalones. Si yo no los había guardado, entonces alguien debió de haber ido a
mi casa después de que me fuera y los trajo. Mis ojos se abrieron. Colt debía de
haber sabido que estaríamos juntos antes de regresar a casa. ¡Lo había planeado
todo desde el principio!

No tenía más remedio que dejarlo pasar por el momento. Ya había estado
bastante enojada últimamente y eso no iba a cambiar la situación. Sin embargo,
le preguntaría al respecto.

Me miré en el espejo. Mi cara, casi había vuelto a la normalidad. Parecía estar


sanando más rápido de lo que hubiera pensado. Cuando terminé en el baño, el
pasillo estaba vacío.

Fui a la sala grande para encontrar a Colt sentado en el sofá, esperando. Estaba
solo. Me detuve frente a él, y esbozó una sonrisa de oreja a oreja.

—Entonces qué, ¿te gustan mis vaqueros? —Di unas vueltas para que pudiera
echar un vistazo.

—Uh, sí —respondió vacilante.

Le di una mirada significativa.

—Sabes, realmente no recuerdo haberlos guardado. No sabrás nada de eso,


¿verdad?

Una sonrisa tímida se extendió por sus labios mientras me atrajo hacia su
regazo.
142

—Te quedan muy bien. Igual que la blusa.

Me abrazó fuertemente, forzando el aire de mis pulmones.


Página
—¿Cuál es el problema? —grité—.¿Hoy quieres dejarme sin aire o qué?

—Tal vez.

Relajó su agarre y me levanté de un salto.

Mi cuerpo echaba en falta su calidez, pero sacudí la cabeza. Tenía que detener
eso.

Colt me siguió hasta la cocina mientras revolvía un poco de comida. Se sentó a


la mesa y me miró comer.

—¿Así que tomaste mi ropa después de salir de la ciudad?

Traje a colación el tema que nos ocupaba. Colt se cruzó de brazos y miró hacia
otro lado, vacilante.

—Lo hecho, hecho está. Sólo quiero saberlo. —Presioné mientras tomaba un
bocado de mis cereales.

—Después.

—Entonces, ¿cómo supiste dónde encontrarme? —Apartó la mirada—. Tú


siempre sales con que tengo que confiar en ti, Colt —dije con firmeza y deje la
cuchara.

Nuestras miradas se cruzan.

—Puedes confiar en mí para protegerte.

—La confianza es una carretera de doble sentido. —Su mirada distante me dijo
que esta era un callejón sin salida.

Nos quedamos en silencio durante un rato, dándome cuenta de que éramos los
únicos.

—¿Dónde están Callon y Daniel? —pregunté.

—Se fueron a la ciudad. Volverán más tarde.


143

Miré por la ventana de la cocina y me percaté de que mi Jeep había


desaparecido, debían haberlo tomado. Seguí comiendo y vi mi diario sobre la
Página
mesa, al lado de mi ordenador portátil, justo donde lo dejé. Lo abrí y empecé a
hojearlo.

—¿Has visto esto?

Levanté mi cabeza.

Él pasó sus dedos por su cabello.

—Er…

—Está bien —le aseguré—. Sólo estaba preguntándome si entendías algo de


esto.

—No, no realmente. Callon cree que podría conocer a alguien que sepa
interpretarlo. Puede costar un poco de tiempo hacer contacto.

Asentí y volví a dejar el diario en la mesa. Iba a tener que conseguir ayuda para
descifrarlo ya que era un camino sin salida para mí, y empezar con Callon
probablemente sería la mejor opción.

Terminé mi desayuno y fui al fregadero para lavar y secar mi plato. Colt me


siguió de nuevo, inclinándose en el mostrador para observar.

Nuestra amistad estaba comenzando a sentirse normal otra vez, a pesar de que
sabía que no sería lo mismo. Había confesado sus sentimientos por mí y no
estaba segura de si quería aceptarlos tan fácilmente.

Me concentré en el agua que corría. Sólo tendría que vivir día a día.

—Entonces... —Sonreí—, ¿cuál es la agenda del día, jefe?

Sus cejas se levantaron.

—Hoy sólo tú y yo.

Mi sonrisa se pronunció. A pesar de mis anteriores dudas, me gustaba su


respuesta. Había pasado un tiempo desde que sólo habíamos sido él y yo, como
en los viejos tiempos, y lo echaba de menos.
144

Dando un pequeño paseo, fuimos a un lugar donde se podía donde ver una
enorme hilera de montañas a distancia, algunas todavía cubiertas de nieve en la
Página
parte más alta. Colt me recogió flores silvestres, y, mientras pasábamos un
pequeño arroyo, procedió a salpicarme.

Regresamos a la cabaña y nos recostamos juntos en la hamaca de la terraza


delantera, justo cuando comenzaba a llover.

Las gotas de lluvia estaban golpeando un suave ritmo en el tejado de metal


antes de que se escurrieran por los lados. Respiré relajadamente. Olía tan fresco.
Enterré mi cabeza en su pecho mientras me giraba de lado.

Podría quedarme así todo el día, sintiendo su aroma. Siempre olía tan bien. No
era un olor silvestre, era una mezcla de almizcle y algo más que no podía
identificar. No era perfume. Era diez veces mejor y lo cubría completamente.

Levanté mi cabeza y miré sus maravillosos ojos azules, eran tan suaves y
benévolos. Quería tanto levantarme y besarlo, hacerlo quererme de la manera
en que yo lo deseaba justo ahora. En su lugar, decidí controlar mis hormonas,
sería lo más seguro por ahora. Las preguntas podían ser mejores.

—Colt, ¿puedo preguntarte algo?

Él sonrió y asintió.

—Por supuesto, lo que sea.

—¿Sabes de qué hablamos Callon y yo el otro día? —Asumí que probablemente


lo sabría para entonces, y estaba esperando que Callon hubiera dejado
completamente de lado la parte donde quería besarme.

—En gran parte. —Su tono era cauteloso.

—Me dijo que en algún momento después de que cumpla veinte años, me
volveré Eterna. Dijo que durante semanas estuvo con un dolor terrible y que
para cada persona es diferente. ¿Cómo ocurrió para ti?

Se relajó, al parecer casi aliviado por la pregunta.

—Callon tiene razón. Es diferente para cada uno de nosotros. Yo también tuve
145

dolor físico, pero no durante tanto tiempo como él. Sufrió durante meses, a
pesar de que eso sólo me lo contó después. Para Daniel también fue diferente.
Página

Él pasó por lo más fácil. —Comenzó a acariciar mi mejilla—. Cheyenne, no


tienes que preocuparte. Nosotros te ayudaremos a pasar por eso. Callon tiene
algunas ideas sobre cómo podemos ayudar a facilitar la transición.

—¿Y sí se detuvo justo en tu cumpleaños número veinte?

Colt sacudió su cabeza.

—No, para mí no comenzó hasta que estuve en mi año número veinte. No lo


recuerdo exactamente, pero creo que estaba como en el sexto mes de mi año
veinte antes de que la real transformación comenzara. Creo que la de Callon
empezó justo alrededor de sus veintiuno. No es una ciencia exacta. Tu cuerpo
cambiará cuando sea la hora y no antes.

—¿Cómo supiste que estabas cambiado? —pregunté.

—No sé si puedo explicar eso. Sólo lo sabrás.

Me giré y recosté mi cabeza. Su mano se movió a mi cabello y retorció un


mechón en sus dedos. Me mantuve quieta por un momento, insegura de querer
continuar con mi última pregunta.

—¿Colt? —dije finalmente.

—¿Sí?

—¿Qué va a suceder ahora?

—¿A qué te refieres?

—¿Tengo que continuar escondiéndome hasta que me convierta en Eterna?

Se encogió de hombros.

—Probablemente, pero todavía no lo sabemos. No es seguro para ti estar sin


nosotros.

—¿Y qué pasa con mi casa en Idaho? ¿Alguna vez podré volver?

—No lo sé, quizá algún día. Nos hemos ocupado de todo. No tendrás que
preocuparte.
146

—¿Y esta cabaña?


Página
—Hemos tenido la casa durante mucho tiempo, la usamos cuando la
necesitamos. La ubicación es bastante segura.

—¿También tenías una casa en Idaho? —Sabía que nunca había estado en ella.

—Alquilábamos una, de hecho, estaba muy cerca. —Suspiró.

—¿Y tus padres?

—Murieron hace mucho tiempo.

—Lo siento. —Me detuve—. ¿Y tú, Callon y Daniel? ¿Siempre han estado
juntos?

—Por supuesto.

Mi mente comenzó a preguntarse sobre los problemas de mi seguridad.

—¿Crees que el Sarac me encontrará? —Mi estómago se puso algo inquieto.


Colt dejó de jugar con mi cabello y apretó su brazo alrededor de mi cintura.
Levantó mi barbilla.

—No dejaré que te pase nada. —Su frente se arrugó, y vi la firme determinación
en sus ojos—. ¿Me entiendes? Te protegeré de lo que haga falta. No parece que
comprendas lo que significas para mí. No puedo y no permitiré que alguien
ponga un dedo sobre ti. Moriría por ti.

Me acercó, deslizando su mano en mi nuca mientras presionaba sus labios


contra los míos. Era cariñoso y dulce. Cerré mis ojos y no me resistí.

Su boca se afirmó mientras sentía que me dejaba llevar. Su suavidad de


terciopelo envió un hormigueo por mi columna. Separé mis labios para
recuperar el aliento y presionó hacia adelante, torciéndolos y uniéndolos a su
forma. Ralentizó y se alejó lo suficiente para besar mi mandíbula y comenzar a
trabajar su camino por mi cuello hasta que estuvo en mi clavícula, trazándola
con cálidos besos.

Pero sus palabras no pegaban conmigo. Sin aliento, dije su nombre:


147

—Colt.
Página
—¿Mmm? —murmuró mientras sus labios continuaban su asalto en mis
sentidos.

—No quiero que mueras por mí —dije débilmente.

Colt se detuvo y levantó su cabeza. Hablé de nuevo más firmemente antes de


que pudiera responder:

—Quiero que me prometas que vivirás por mí, no que morirás.

Él sólo me miró fijamente y yo me quedé atrapada por su penetrante mirada.

—Cheyenne, viviré y moriré por ti, si eso es necesario. —Prometió—. Haré lo


que sea para mantenerte a salvo. Te quiero, y no quiero perderte si mi propia
muerte salva tu vida.

Estaba hablando en un tono que nunca antes le había escuchado, mortalmente


en serio.

—He estado contigo durante casi dos años, y en esos años cada día te he amado
más. ¿Sabes lo difícil que era no permitirte ver eso? Tenía que esconder mis
sentimientos y dolía tanto. Tienes que saber por lo que sería capaz de pasar
para mantenerte protegida. Soy un Eterno, y hasta que te transformes, seré tu
protector.

»¿Recuerdas lo que dijiste antes de irte? Dijiste que no me merecías, que no


estabas segura de poder amarme de la misma forma. Pero me amas. Lo dijiste
tú misma. Estoy dispuesto a tomar lo que sea que quieras darme. —Sus ojos
miraron profundamente dentro de los míos—. Sé que puede que sientas algo
por Callon. Puedo ver eso. Pero nunca te forzaré a elegirme.

No podía hablar. No sabía que decir. Una lágrima cayó por mi mejilla. Conocía
tan bien mi corazón. Cerré mis ojos.

—Lo siento, Colt.

—Yo no.
148

Sus labios estaban contra los míos de nuevo, esta vez llenos de emoción
desenfrenada, como cuando me besó después de que me atraparon en el banco.
Página

Su boca presionó contra la mía y se movió de maneras que sugerían una


emoción que no comprendía del todo. Se detuvo bruscamente cuando
escuchamos un auto subiendo por el camino. Debían de ser Daniel y Callon.

Reposé mi cabeza en el pecho de Colt mientras jugaba con mi cabello una vez
más. El auto se detuvo y las puertas se abrieron. Un grupo de pisadas se acercó
y levanté mi cabeza para ver a Daniel sonriéndonos.

—Hey, chicos —dijo alegremente—. ¿Nos echaron de menos?

—Sí, por supuesto —repliqué.

Daniel alcanzó mi mano y me levantó de la hamaca. Apenas me las arreglé para


aterrizar en mis pies. Me tambaleé un poco y atrapó mi brazo. Sacudí la cabeza.

—¿Dónde vamos, Daniel?

Me llevó al borde de la terraza por las escaleras, donde nos detuvimos con mi
Jeep a la vista. Apuntó a las ventanas, ahora reparadas.

—Llevamos a arreglar tu Jeep. Deberías haber visto sus caras cuando lo


llevamos, las ventanas rotas, sangre en el interior, y la alarma desmantelada.
Apuesto a que creyeron que estábamos en la mafia o algo.

Colt caminó a nuestro lado.

—Gracias, Daniel —dije. Tenía tal brillo en sus ojos. Realmente me aliviaba.

Entramos y Colt se dirigía hacia el sillón conmigo como arrastre hasta que lo
redirigí al piano. Necesitaba pensar, necesitaba conseguir algo de claridad.
Comenzó a jugar con mi cabello mientras caía por mis hombros. Me giré para
que pudiera verme sonreír y luego cerré mis ojos, dejando que la música me
llevara donde necesitaba ir. Toqué durante un rato, mientras él se sentaba y
esperaba pacientemente. Casi siempre comenzaba y terminaba con la misma
canción, mi canción. Suspiré y él apretó mi hombro.

—¿Terminaste? —dijo Colt suavemente.

Asentí y nos dirigimos a la cocina. Estaba hambrienta. Daniel estaba sentado


149

cerca de la chimenea donde me había estado escuchando tocar.

—Hey, Daniel, ¿quieres que haga algo de cena? —Una sonrisa astuta comenzó a
Página

elevarse en mis labios. El pánico llenó sus ojos, e hizo el movimiento de


agarrarse la garganta como si estuviera ahogándose. Estallé en risas y hasta Colt
rió disimuladamente.

Revisé a través de las compras que habían hecho en el pueblo. Colt se quedó a
mi lado toda la tarde, pero no dijimos nada más. No sabía qué decir, mis
sentimientos estaban enredados y ya había hecho una tonta de mí misma. Tan
sólo seguía sin entender cómo podía ser tan comprensivo.

150
Página
Capítulo 13
Traducido por Miranda.y rihano

Corregido por Michy

E
staba decidida a no volver a herir a Colt. Me aseguraría de que todo lo
que hiciera fuera consciente. No le permitiría morir por mí. De alguna
forma tendría que asegurarme que tal situación nunca ocurriría.
Aunque, por ahora, mi atención necesitaba estar en el diario. Dada la cantidad
de nueva información que había adquirido, necesitaba averiguar qué mensaje
habían dejado mis padres.

Salté de la cama con una nueva agenda. Lo primero en la lista era ir a correr.

Me puse mis ropas de correr, puse mi cabello en una coleta de caballo, cogí mi
iPod, y me dirigí hacia la puerta principal. No miré mientras pasaba, alguien
me seguiría inmediatamente y no me importaba quién.

Abrí la puerta principal y salté del porche. Escuché un poco de barullo dentro y
luego pasos corriendo detrás de mí. No me giré a mirar. Simplemente subí el
volumen de la música y seguí corriendo por el camino de tierra.

Corrí todo el camino hasta la autopista, eran unos ocho kilómetros antes de que
me diera la vuelta. En el último kilómetro cogí el ritmo y verdaderamente me
presioné. Mi mente estaba despejada y estaba ansiosa por empezar con la
investigación del diario de nuevo.

Vine a descansar en el porche, mi costado doliendo y los pulmones jadeando.


Me mantuve encorvada unos cuantos minutos tratando de recuperar el aliento.
151

Se sentía bien correr, me ayudaba a poner los sucesos en perspectiva.

Subí las escaleras y me dirigí al baño. No hice contacto visual con Callon ni Colt
Página

cuando esperaban en el porche. Daniel cayó en la silla a su lado, y sonreí.


Esto se convirtió en rutina. Me levantaba en la mañana y corría, y ellos se
turnaban para seguirme. Siempre corría la misma distancia, hasta la autopista y
de vuelta, subiendo el volumen de la música y obligándome a moverme más
rápido y más fuerte.

Simplemente me centraba en el diario, explorando en Internet, buscando por


cualquier cosa que alumbrara su contenido. No era la tarea más fácil, ya que
antes de ahora nunca había oído sobre los Eternos o cualquiera de los nombres
de los clanes, y tampoco Google estaba muy bien informado. Aun así, me las
arreglé para encontrar unas cuantas partes. Estaba curiosa por cómo ser Eterno
encajaba en la historia del mundo.

—¿Qué pasa con esto? —dije apuntando a la pantalla del ordenador.

Callon miró sobre mi hombro y desplazó hacia abajo la página.

—No, es diferente. Mira los símbolos, están juntos, pero no es lo mismo.

Solté un suspiro frustrado.

—¿Qué pasa con tu amigo? ¿Dijiste que quizás conocías a alguien que puede
ayudarnos?

Tomó su teléfono y pasó el pulgar a través de él.

—Estoy trabajando en ello.

Dudé, entonces abrí mi cuaderno lleno de notas. Miré el papel.

—Hay una pista en Dakota del Norte…

—No —dijo Callon.

—Pero… —Miré hacia Colt en busca de apoyo y lo vi sacudir la cabeza.

Cerré el cuaderno y lo aparté.

—Ustedes pueden ser tan difíciles.

—Sigues olvidando que hay un asesino buscándote, Cheyenne —dijo Callon sin
152

levantar la vista de su teléfono.


Página

—Cierto —murmuré y rodé mis ojos.


Una vez más nos estábamos quedando sin opciones.

Decidí cambiar la táctica.

—De acuerdo, entonces ¿qué pasa con mi transformación en una Eterna?

Colt se movió para sentarse a través de la mesa.

—¿Qué pasa con ello? —replicó Colt.

—Dijiste que cada uno sufrió, ¿tuviste síntomas de antemano para alertarte?

Callon se giró hacia mí cerrando su teléfono.

—Creo que tus avisos son tus dolores de cabeza.

Alcé una ceja.

—¿En serio?

—Sí. Antes de las muertes de Gene y Alexis, habíamos estado discutiendo las
posibilidades.

—Pero ellos nunca me llevaron a un doctor…

—Porque nunca habían sido tan serios como este último o yo lo habría
sugerido.

Miré abajo un poco preocupada.

—Entonces, ¿qué si otro viene?

—Callon es doctor, Cheyenne —dijo Colt—. Cuidará de ti.

Asentí.

—He pasado unas cuantas transformaciones, Cheyenne —aseguró Callon—. Sé


lo que estoy haciendo. Ya tengo un plan de acción para elpróximo.

Miré arriba a los amables ojos de Callon.

—¿Pero cuándo llegará? —Sólo el pensamiento de perder la habilidad de


153

ayudarme a mí misma me asustaba. ¿Qué si el próximo era peor que el último?


Página

—No lo sabemos.
Había demasiadas cosas que no entendía, pero para ser justos, me contaron la
mayor parte de lo que quería saber excepto el Sr. Evasivo.

Había estado tan concentrada con el diario que no me di cuenta de que el


verano estaba pasando. Recientemente había encontrado libros en la biblioteca
municipal que quería hojear. Estaba pensando en hablar con Callon sobre eso
esta noche. La mañana comenzó con la rutina, excepto por el hecho de que
Callon y Colt se habían ido y la camioneta no estaba. Daniel tenía el turno de
correr. Normalmente corría detrás, pero hoy estaba a un lado. Eso me distrajo,
ya que estuvo sonriendo mientras avanzábamos.

No era extraño en él estar sonriendo de esa forma, sólo significaba que no era
nada bueno. Era una especie de embaucador, divirtiéndose a lo grande saliendo
de detrás de las paredes y asustándome. Por supuesto, yo siempre gritaba, lo
cual lo animaba. Su pasatiempo favorito era recordarme el incidente del Jeep. Y
cuando descubrió que no me gustaban las arañas simplemente se añadió a la
munición. Podía soportar bichos e incluso serpientes, pero cuando se trataba de
arañas…temblé ante el pensamiento.

Volví a la cabaña y me limpié. Estaba a punto de poner mis zapatos en el


armario, cuando noté que mi ropa ya había sido escogida. Un par de jeans y mi
camisa verde de algodón favorita. ¿Qué había planeado alguien para mí que
necesitaba llevar jeans?

Daniel estaba esperando en el salón cuando regresé. Nunca entendí cómo podía
arreglarse tan rápido. Su sonrisa me ponía nerviosa. Estaba tras de algo, y casi
seguro me incluía. Me gustaban las sorpresas, sin embargo, las suyas
normalmente significaban problemas.

—¿Has acabado? —preguntó, un poco demasiado animado para mi gusto.


154

Contesté cuidadosamente:
Página

—Claro.
Se levantó y estuvo a mi lado en un segundo. Tuve que parpadear dos veces.
¿Cómo se movía así? Había un truco en eso, y juré que finalmente descubriría el
secreto.

Daniel tomó mi mano y me empujó a través de la puerta principal. La


camioneta estaba de regreso, pero había un remolque de caballos detrás. ¿Por
qué necesitaban un remolque de caballos? Continuamos hasta que paramos en
la zona exterior. Dejó ir mi mano simplemente para ponerse detrás y cubrir mis
ojos.

—Eh, Daniel —dije con aprensión.

Empecé a protestar hasta que otro conjunto de pasos se acercó y gruesos dedos
agarraron mi brazo. Era Colt. Me llevaron hacia delante, sin decir una palabra.
Debíamos haber andado unos seis metros y entonces Daniel quitó sus manos.

Traté de orientarme por un instante. Estábamos en la parte trasera del edificio


principal, y había un corral con cuatro caballos. Callon estaba de pie al lado de
un Palomino, y era preciosa. Era rubio claro con manchas blancas mezcladas.
Sus ojos eran el caramelo más alegre que jamás había visto. No era tan alta
como los otros tres, m{s delgada…pero era perfecta.

Los tres gritaron al unísono:

—¡Feliz Cumpleaños!

Mi boca colgaba abierta. No podía creerlo. ¡Había olvidado completamente qué


día era! Mi lengua se desconectó de mi cerebro mientras trataba de balbucear
una respuesta.

—¿M… me compraron un caballo por mi cumpleaños?

—Su nombre es Mandi —contestó Callon.

Estaba congelada del asombro. Colt me empujó hacia la valla y estaba a punto
de levantarme cuando lo detuve. Toqué su brazo.

—Gracias —susurré. Sonrió y besó mi mejilla. Me escurrí hasta Daniel y le di un


155

abrazo—. Gracias.
Página

Volví al lado de Colt, y me ayudó a cruzar el corral, ya que la puerta estaba más
lejos. Aterricé en mis pies en el otro lado.
Cuidadosamente me acerqué a Callon, quien todavía estaba sujetando a Mandi.
Mantuve mis ojos en ella todo el tiempo, antes de que tocara su cabeza. Inclinó
la cabeza de modo que podía rascársela, moviendo su hocico arriba y abajo
mientras lo hacía. Estaba encantada. Meincliné para hacer contacto visual con
Callon.

—Gracias.

Los labios de Callon se estiraron en una sonrisa. Callon en realidad parecía


mucho más elegante cuando no estaba melancólico. Pero más que eso, había
verdadera calidez en sus ojos, y eso me ponía nerviosa. Mi estómago se revolvió
cuando me di cuenta que un regalo de caballos sólo podía significar una cosa.

—Saben que nunca antes he montado un caballo —les informé.

Colt respondió:

—No te preocupes. Te enseñaremos.

Le fruncí el ceño, incómoda. ¿Simplemente en qué me estaban metiendo?

Callon puso a Mandi de lado, y di un paso hacia atrás. Era enorme, no


comparándola con los otros animales, sino comparándola conmigo. Era
sobrecogedora. Me tendió las riendas, y empezamos a dirigirla alrededor del
corral. Nos seguía fácilmente. Los otros tres Appaloosas2simplemente miraban.

—Te enseñaremos primero manejando a Sam, el castaño. —Callon apuntó al


caballo más grande—. Es un poco más tranquilo que Mandi. Será bueno
aprender con él.

El lomo de Sam era más de un color bronce, salpicado con tonos más claros y
marrón oscuros. Si no estaba asustada antes, ahora estaba aterrorizada por
completo. Callon llamó a los otros, de modo que aprendí sus nombres. El
elegante con motas grises era Bo, y Charlie era el que tenía la piel de ciervo. Su
lomo era muy atractivo. Parecía más piel de ciervo, pero tenían puntos negros
en la crin, cola y patas traseras.
156

Mandi iba a ser mía, Sam era de Colt, Bo pertenecía a Callon, y Charlie era de
Daniel.
Página

2 Appaloosas:raza de caballos con manchas oscuras.


—Vamos a llevarte a una acampada, Cheyenne —dijo Colt—. Conseguimos los
caballos ahora para asegurarnos que estarías cómoda cabalgando antes de que
partiéramos. —Por lo menos ahora conocía la razón que había detrás, aunque
no me puso menos ansiosa.

Callon me quitó las riendas de Mandi, quitó la brida, y la colgó justo dentro de
la puerta del edificio exterior. Volvió con una brida diferente y se acercó a Sam.
Sam no luchó mientras deslizaba la piel sobre su cabeza. Parecía bastante
tranquilo. Callon desapareció de nuevo, y volvió con una manta y silla de
montar. Miré mientras ensillaba la cabalgadura, tensando la cincha en su
vientre.

Ajustando los estribos, Callon se giró hacia mí. Miré a Colt con los ojos muy
abiertos. Asintió, tratando hacerme sentir cómoda, y yo reuní el valor para
caminar hacia delante. Una vez al lado de Callon, dudé. No sabía qué hacer
después.

—Ten, sujeta estas —dijo Callon mientras me tendía las riendas de Sam. Me
enseñó cómo subirme. Puse mi pie en el estribo y agarré el cuerno de la
montura, empujándome hacia arriba y cruzando mi pierna por encima. Estaba
alucinada de que fuera capaz de hacer esto sin mucho esfuerzo.

Callon reajustó los estribos mientras me sentaba para asegurarme que me


quedaban bien. Entonces nos dirigió alrededor del corral. Después de unas
cuantas vueltas, me empecé a sentir más cómoda. Callon nos dirigió hacia la
puerta que se abría hacia el campo y salimos. Tome confianza hasta que dejó ir
las riendas.

—¡¿Qué estás haciendo?! —grité con miedo.

—Está bien, Cheyenne. Solamente haz lo que te digo y estarás bien —dijo
Callon. Parecía saber lo que estaba haciendo, así que me relajé un poco. Ni
siquiera él dejaría que me hiciera daño. ¿Verdad?

Ignorando mis miedos, Callon me dijo cómo girar a Sam. Me dijo esto
simplemente porque el que tirara hacia atrás de las riendas no significaba que el
157

caballo pararía. Tendría que aprender a usar mis piernas para conducir mi
montura. Cada caballo tenía su propio ritmo en su forma de andar, y entender
Página
ese ritmo me ayudaba a evitar rebotar en la silla de montar y aprender cómo
poner las piernas en los estribos.

—Lo estás haciendo bien. —Callon asintió en señal de aprobación mientras


caminaba en un amplio círculo a su alrededor.

En definitiva, todo parecía ir sin problemas hasta que una sombra oscura se
filtró a través de mi vista. Sam relinchó salvajemente, levantándose en sus patas
traseras, y fue lo único que pude hacer para no caerme. Una fracción de
segundo más tarde, estábamos corriendo en el bosque. Un grito ahogado se
escapó de mis labios. Mi instinto me dijo que me sujetara mientras el paisaje
desaparecía.

Me incliné y trabé mis dedos en la crin de Sam. Mi corazón estaba a punto de


estallar en mi pecho, el miedo llenando cada pizca de mi ser. Oí gritar a
distancia.

Sam se movía rápidamente a través de los árboles, entrando y saliendo.


Estábamos moviéndonos a tan alta velocidad que no estaba segura de cuánto
campo habíamos recorrido. Tampoco sabía en qué dirección nos estábamos
dirigiendo. Mantuve mi cabeza baja y escondida cerca de su cuello, no quería
caerme.

Mi pecho estaba empezando a doler, el cuerno de la silla se clavaba en él, y el


caballo había corrido un buen rato. No frenaba. Frenéticamente busqué las
riendas, solamente para deslizarme en la silla. Miré hacia arriba para ver otro
árbol acercándose. ¡Íbamos a hacer contacto directo!

Cerré mis ojos con fuerza, cuando una mano me agarró la cintura y tiró de mí
hacia el aire. Mis ojos se abrieron de golpe. Ahora estaba en los brazos de
Callon, a salvo. Él estaba montando a Mandi a pelo, su crin en una mano y el
otro brazo asegurándome a su costado. Me había girado hacia un lado,
firmemente plantada entre su pecho y el cuello extendido de Mandi.

Envolví mis brazos alrededor de él en un abrazo de muerte. Él no iba a dejarme


ir, y yo tampoco.
158

Mandi desaceleró, y golpes atronadores de cascos resonaron cerca. Colt y


Página

Daniel llegaron cabalgando a Bo y Charlie.


—¡Cheyenne!—la voz de Colt era tensa y oí su profundo suspiro de alivio
cuando vio que yo estaba libre de cualquier daño. Lo único que podía hacer era
mirar hacia el bosque. Empecé a temblar.

—Daniel, ve a buscar a Sam—dijo Callon con firmeza. Los golpes de cascos


desaparecieron en la distancia. Los largos dedos de Callon se movieron, y él
empezó a frotar mi espalda, tratando de calmarme.

Ninguna palabra fue pronunciada, y no nos movimos durante un buen rato.


Estaba segura de que ellos pensaban que podría estallar en la histeria. En
realidad, probablemente no estaba lejos de eso. Finalmente, el temblor se volvió
más lento, y mi pulso se calmó. Mandi se movió, y mi puño se apretó de nuevo.

—Está todo bien, Cheyenne. No te dejaré ir. Tú no vas a ninguna parte—me


tranquilizó Callon.

Yo no podía hacer nada sino confiar en sus palabras, el pensamiento hizo eco en
mi mente de que podía confiar en ellos. El crujido de los cascos en el bosque nos
dijo que Daniel estaba cerca con Sam en el remolque. Tiempo de volver.

Era un descenso largo y lento de vuelta al corral, y yo estaba demasiado


asustada para moverme. Una vez que nos detuvimos, las manos de Colt
rodearon mi cintura, pero tuvo que hacer palanca en mis manos para liberarlas
antes de que me pudiera bajar.

—Cheyenne, ¿estás bien? ¡Cheyenne!

Yo no podía hablar. Mis piernas se deslizaron hasta el suelo, y Colt continuó


sosteniendo mis codos como apoyo. Se estaba manteniendo atrás, inseguro de si
debería abrazarme o no. No iba a permitir que esta situación sacara lo mejor de
mí. Aprendería a montar, y esto nunca volvería a suceder.

Yo seguía sin decir nada mientras me alejaba y me detenía en la barandilla de la


cerca. Colt siguió, y estaba esperando mi próximo movimiento. Tenía ganas de
envolverme en sus brazos, pero sabía que no podía. Tenía que enfrentar esto
sola, o de lo contrario nunca conseguiría acercarme a otro caballo de nuevo.
159

Me volví, y enfrenté al trío.


Página
—Bueno, no está mal para un primer viaje, ¿eh?—No pude quitar todo el
pánico en mi voz, pero hice mi mejor esfuerzo—. Creo que mañana dejaré de
lado la emoción si a ustedes no les importa.

Colt tomó mis manos.

—Creo que dejar de lado la emoción sería una buena opción.

Suspiré.

—Ven. Vamos a sentarnos en el porche—ofreció.

Asentí con la cabeza mientras Colt me izó sobre la baranda de la cerca una vez
más en lugar de dirigirse hacia la puerta. Daniel estaba en el otro lado y nos
encaminamos hacia la casa.

Nos sentamos en silencio mientras esperábamos por Callon. Tenía que


intentarlo de nuevo mañana antes de que el miedo se estableciera y se
afianzara. Las advertencias de mi padre acerca de dejar que el miedo me
alcanzara me empujaban hacia adelante.

La mirada de Callon se cruzó con la mía mientras entraba en el porche. Su


expresión era tensa.

—Cheyenne, lo siento mucho. No esperaba que Sam se desbocara así. ¿Cómo te


sientes ahora, cariño?

¿Él me llamó cariño? Luché por sofocar mi sorpresa por el término cariñoso.

—No es tu culpa. Es sólo una de esas cosas. Estaré bien. Tengo que volver a
montar un caballo mañana. Y probablemente estaré temerosa hasta la muerte.
Pero si no hago esto, nunca seré capaz de acercarme a un caballo nuevo.

La comprensión hizo una arruga en su frente.

—Podemos hacer eso. Cabalgaré contigo hasta que estés cómoda.

Asentí con la cabeza.


160

—Gracias.

—Cheyenne —dijo Colt, rompiendo nuestra discusión—. Si te estás sintiendo


Página

bien, tenemos un par de regalos para ti.


Parpadeé.

—¿Más? Yo habría pensado que el caballo era suficiente. Yo no esperaba nada...

Él me interrumpió.

—Lo sabemos, pero tenemos más para ti.

Miré a Daniel, quien desapareció, literalmente. Me froté los ojos. ¿Acababa él de


desaparecer de la vista o todavía era un desastre desde el paseo fuera de
control? Esta no era la primera vez que él había desaparecido así, tampoco,
ahora que lo pensaba.

Momentos más tarde, estaba de regreso con una caja en la mano. Tendría que
preguntarle sobre ese truco más tarde. Daniel puso el paquete en mi regazo y
vacilé.

—Adelante, ábrela—dijo alegremente.

Abrí la caja blanca grande, y me quedé sin aliento. Asentado dentro estaba una
falda negra de algodón, una blusa con botones azules y un collar a juego,
pendientes y pulsera.

Las lágrimas brillaron en mis pestañas. Este era mi primer cumpleaños sin mis
padres, y esto era exactamente lo que mi madre hubiera elegido. Colt tenía que
haberlo sabido.

—Esto es más de lo que merezco—susurré.

—Oh, te lo mereces, Cheyenne —dijo Daniel cálidamente—. Y tienes que usar


tu nuevo traje esta noche porque estamos llevándote a cenar.

Mis ojos se iluminaron. ¿Me iban a dejar salir?

—¿En serio?—No se me había permitido salir de la cabaña desde mi escape


fallido, salvo mis carreras diarias. ¡Esto iba a ser un verdadero placer!

—Sí —respondió Callon con una pequeña sonrisa.


161

Colt mostró su sonrisa de siempre, brillante.

—Sé que has arruinado algunas de tus prendas hace poco, así que pensé que
Página

podrías disfrutar de algo nuevo. En realidad, tienes un par de otros nuevos


artículos en el dormitorio, también. Espero que no te importe. Callon y yo los
elegimos para ti. Miré tu talla antes de irnos, y el empleado de ventas era muy
servicial.

—No me importa en absoluto. Gracias.—Me levanté con la caja en la mano y


abracé a Daniel primero. Él suspiró. Callon me miró con cariño cuando me
incliné para darle un abrazo también—.Gracias, Callon.

Se dio la vuelta y me besó en la mejilla. Me quedé inmóvil, aturdida.

—De nada.

Sacudí mi aturdimiento y lo miré brevemente. Debe estar siendo agradable


conmigo porque era mi cumpleaños, de lo contrario, ¿cómo podría explicar su
comportamiento civilizado?

Por último, me enfrenté a Colt. Me incliné para darle un beso en la mejilla, pero
se volvió en el momento justo para capturar mis labios. Me eché hacia atrás y lo
miré a medias. Luego susurré:

—Gracias, Colt, a pesar de que pareces ser un creador de problemas hoy.

No estaba teniendo la oportunidad de moverme cuando él me envolvió en un


abrazo de oso, y chillé. Él rió entre dientes mientras me colocaba en mis pies.
Me dirigí a la puerta, me detuve y me volví ligeramente.

—¿A qué hora nos vamos a cenar?

—A las cinco —dijo Callon.

Asintiendo con la cabeza, me dirigí a mi habitación. Puestos en la cama estaban


varios conjuntos nuevos y un nuevo traje de baño de dos piezas. Negué con la
cabeza, sabiendo que fue Colt quien eligió el traje de baño.

Inspeccioné la ropa mientras la guardaba. Habían hecho un buen trabajo, y


estaba bastante impresionada, pero en realidad no debería haber estado
sorprendida. Colt tenía muy buen gusto. Incluso eran lo bastante considerados
para comprar algunos artículos personales como sostenes y bragas, lo que
162

debería haberme avergonzado, pero de alguna manera no lo estaba. Tal vez


porque sabía que lo habían hecho por necesidad más que cualquier otra cosa.
Página

Estaba muy agradecida porque cuando originalmente empaqué, fue sólo para
una semana o dos, no meses. Además de que había logrado destruir una serie
de artículos e incluso con la ropa que Colt había recogido de la casa, yo estaba
constantemente apurada. Miré el reloj, había logrado perder una media hora.
Todavía tenía un par de horas para matar antes de que saliéramos.

Me dirigí de nuevo al porche para ver lo que estaban haciendo. Ellos habían
desaparecido.

Caminé hasta el corral y los encontré. Me subí a la baranda y me senté. Daniel


estaba trabajando en un canal de agua en una de las esquinas. Callon estaba en
el campo, cerca del lado más alejado, reparando algunas barandas de la cerca
mientras Colt estaba apilando fardos de heno y de alimento sin su camisa.

Parpadeé.

Lo había visto sin camisa antes, pero no desde que hizo su confesión de que me
amaba. Me deleitéviéndolo. Sabía que era grande y muy musculoso, pero con el
sol brillando en su piel dorada... mi corazón latía un poco más rápido.

Se movió sin esfuerzo mientras balanceaba dos pacas al mismo tiempo, la


mayoría de los seres humanos sólo podían manejar una. No podía dejar de ver
cada músculo flexionado, trazar cada curva definida. Miré por un largo tiempo.

Sin previo aviso, Colt giró la cabeza y esbozó una sonrisa impresionante. La
sangre corrió hacia mis mejillas. Estaba atrapada, y todo lo que podía hacer era
enterrar mis mejillas entre mis hombros levantados.

Era más seguro ver a los caballos, ellos no eran una distracción. Mandi era un
poquito impredecible. Ella estaba molestando a Sam empujando su cabeza
hacia su costado, con ganas de jugar. Continuó hasta que él mostró los dientes.
Otra táctica que intentó fue patear el suelo con sus cascos hasta que él cambiaba
su peso para alejarse. Como un último recurso, ella trató de morderle las patas
traseras, él tuvo suficiente y se abalanzó sobre ella. Con el tiempo se aburrió y
se trasladó con los demás.

Miré a mi alrededor por Callon. Todavía estaba reparando la valla. Levantó la


163

vista y esbozó una sonrisa. Realmente nos llevábamos mucho mejor ahora,mi
aprecio por él realmente estaba creciendo. Había sido útil con la investigación
Página

del diario. Estaba empezando a ver un lado diferente de él. Sentí como que él
había tenido una especie de ablandamiento hacia mí. Él no era tan frío, y
cuando sonreía, yo en realidad tenía la impresión de que lo hacía en serio.
Incluso los comentarios y acciones de hoy fueron amables. Había estado
trabajando muy duro para no pensar en él de otra manera que no fuera un
amigo desde su repentino cambio. No era fácil, pero estaba intentando no herir
a Colt.

Estar alrededor del trío veinticuatro/siete había comenzado a desgastarme.


Estaba abriendo mi corazón, algo que no había hecho en mucho tiempo. Por
dentro, sabía que comprarme regalos y celebrar mi cumpleaños era sólo otra
táctica para ganarme, y estaba funcionando.

Porque yo sabía lo que ellos querían.

Mientras me sentaba, me di cuenta de cuán contenida había llegado a estar


cerca de ellos. De alguna manera habían empezado a tapar el hueco en mi
corazón donde había perdido a mis padres. Sin embargo todavía había un
montón de cosas que teníamos que trabajar, y sabía que esa brecha nunca se
cerraría completamente, pero en este momento sentía que tenía un lugar al que
pertenecía. Me aceptaban por quién era, no por lo que era. Todavía no entendía
lo segundo, pero eso llegaría con el tiempo. Estaba segura de eso.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta que Daniel se


escondía detrás de mí hasta que me agarró la cintura. Grité, y él gritó entre
risas. Callon y Colt se volvieron, listos para correr, hasta que se dieron cuenta
de que era sólo Daniel jugándome otra broma.

—Daniel —lo regañé con el ceño fruncido—. ¡Deja de asustarme!

Él todavía se mantenía agarrado a mi cintura mientras me bajaba de la cerca y


me daba un beso fraternal en la mejilla.

—Pero eres tan divertida para tomarte el pelo. Estabas sentada allí
perfectamente. No podía dejarlo pasar. —Tenía ese brillo en sus ojos, y yo no
podía estar enojada con él.

Arrugué la nariz, empujándolo y volví a entrar para prepararme. Me puse el


164

traje nuevo que habían comprado. Ajustaba perfectamente. Los pendientes, el


collar y la pulsera, eran adiciones maravillosas. Agarré mis zapatos de tacón
Página

negros, agradecida realmente de que hubiera pensado en traerlos y me dirigí al


cuarto de baño.
Mi cabello se veía bastante decente, así que opté por dejarlo abajo. Pasé mis
dedos a través de él para sacarle algunos enredos. Añadí un poco de maquillaje
y perfume antes de dirigirme a la gran sala. Mi mente empezó a divagar.
¿Callon pensaría que me veía bonita? Agité mi cabeza, para sacar la idea, chica
loca.

Los tres estaban esperando. Miré el reloj y eran cinco para las cinco. Llegué
temprano y aun así estaban esperando por mí... genial. Colt estaba sosteniendo
mi chaqueta vaquera. Tuve la impresión de que estaríamos fuera hasta más
tarde esta noche. Estaba muy emocionada.

—¿Tengo tu aprobación? —Le di una débil sonrisa.

Colt se apoderó de mi mano y colocó un suave beso en mi mejilla.

—Tú siempre contarás con mi aprobación, cariño.

—¿Lista?—dijo Callon.

—Los caballos salvajes no podrán mantenerme lejos—le contesté, lo que hizo


reír a todos.

Colt se mantuvo agarrando mi mano mientras caminábamos hacia la


camioneta. Me deslicé hasta la mitad mientras él tiró mi chaqueta en el asiento
trasero junto a Daniel. Se inclinó y procedió a asegurarme. Tamborileé mis
dedos contra mi brazo. Después de que terminó, él movió su mano detrás de mi
espalda y me llevó un poco más cerca. Sus dedos permanecieron fijos en mi
cintura.

—¿Hay alguna razón por la que no pueda asegurarme a mí misma?—Arqueé


una ceja.

Él respondió con una sonrisa pícara.

—Sólo estoy tratando de asegurarme de que estés a salvo. No quisiera que


trataras de saltar o algo así. Piensa en ello como un poco de seguridad extra.

Giré los ojos.


165

—Cómo voy a ser capaz de saltar de un coche en movimiento—le contesté


Página

sarcásticamente.
Él se rió entre dientes ligeramente.

—Uno nunca sabe. Escapaste una vez, brevemente, debo añadir.

Esta vez me reí. Él apretó mi cintura, y miré hacia abajo a mis manos
descansando sobre mi regazo. Retorcí los dedos así podía ver la piedra azul, del
anillo Kvech. Era realmente impresionante.

Así como impresionante era su misterio, y lo que representaba para mí. ¿Por
qué yo? ¿Por qué era tan especial? No había hecho nada más, excepto vivir a
través de la miseria y la muerte. Cualquier alegría que había experimentado
causaba a otros dolor.

Corrí mi pulgar sobre el anillo Servak.

Estaba un año más cerca de convertirme en Eterna...

166
Página
Capítulo 14
Traducido por LizC y Otravaga

Corregido por Michy

M
úsica suave sonaba en el fondo de la camioneta mientras nos dirigíamos
a la ciudad. Era tranquilizador ya que mis emociones estaban corriendo
desenfrenadas a través de mi cabeza. Había hecho bien manteniendo
una distancia de ambos, Colt y Callon, pero la cercanía de Colt estaba
haciéndome repensar mis decisiones.

Me apoyé en su hombro, disfrutando de la calidez que su brazo alrededor de mí


trajo, y miré por la ventana. El paisaje de verano pasaba por allí... más rápido de
lo normal. Eché un vistazo al velocímetro, ¡íbamos a más de ciento diez
kilómetros por hora!

Me tensé, y Callon me miró. Él sonrió, pero lo único que hizo fue ponerme más
nerviosa. Daniel se echó a reír en el asiento trasero, y me volví a Colt.

Algo brilló en su rostro. ¿Qué era esa cosa que seguían haciendo?

—¿Qué es tan divertido? —resoplé.

—Tú —respondió Colt.

—¿Qué he hecho?

Una sonrisa maliciosa se dibujó en su boca.

—Sólo ser tú, Cheyenne. —Él golpeó ligeramente su dedo en mi nariz. Aun así
lo atrapé siempre tan astutamente echando una mirada hacia Callon. Estaban
167

tramando algo, estaba segura de ello. Qué era, no lo sabía, pero lo averiguaría
pronto.
Página
Suspiré y lo dejé pasar por ahora. Era mi cumpleaños y tres hombres muy
guapos me llevaban a cenar. ¿Qué chica no habría querido esto? Estaba en mis
mejores intereses en el momento no mirar el velocímetro ya que mi protesta
habría caído en oídos sordos, Colt apretó mi cadera, y yo me acurruqué en su
hombro.

El Bar and Grill Cline era más grande de lo que me dijeron. Era un viernes por
la noche, y el lugar estaba lleno. Estacionamos en la calle frente al restaurante,
me pregunté si era deliberado porque Callon estacionó en la esquina frente a la
dirección de la que acabábamos de llegar. Supuse que era una medida de
precaución para un escape rápido si era necesario. Siempre decían que
necesitaba protección, pero aún no había visto ningún peligro todavía.

Colt salió de la camioneta y me levantó suavemente al bajar. Callon parecía


estar examinando cuidadosamente lo que nos rodeaba, y Daniel había
desaparecido. Colt, sin embargo, estaba completamente a gusto. Encerró mi
mano en la suya mientras caminamos hacia la entrada. Los dedos de Callon
accidentalmente tocaron mi codo y me hizo temblar. Fue accidental, ¿verdad?

El bar se encontraba en el distrito histórico de Helena. Había una cafetería


fuera, y estaba llena de música mientras los comensales se divertían. El interior
era sorprendentemente más grande de lo que parecía. La habitación estaba
rodeada de mesas altas y stands, formando un anillo alrededor de la pista de
baile y la barra.

Nos movimos a la derecha más allá de la anfitriona a una mesa. Daniel ya


estaba sentado en un rincón, lejos de la pista de baile. Le di un rápido vistazo a
Colt, cuyos ojos se dispararon a Callon antes de sonreír. Entrecerré los ojos,
tratando de entender lo que estaban haciendo. Obtendría una respuesta más
delante de la noche, si esto llegaba demasiado lejos. Parecía ser un juego con
ellos, para ver quién me sorprendería más con sus extrañas habilidades.

El ambiente era agradable, no demasiado oscuro, y el nivel de la música era


perfecto. La camarera llegó y tomó nuestra orden. Definitivamente tuvo ojos
para Callon, me dio ganas de reír por la forma en que lo miró lascivamente,
168

pero tenía que admitir que no fui diferente de la primera vez que lo vi. Se veía
muy bien esta noche, su sencilla camisa sobre su pecho musculoso.
Página

Suspiré.
Colt mantuvo su brazo apoyado en la parte posterior de la cabina, de vez en
cuando tocando mi cabello con sus dedos. Callon se inclinaba de vez en cuando
para hablar conmigo, me hizo sentir especial e incómoda al mismo tiempo. La
camarera regresó, y ordenamos. Me quedé sorprendida por la cantidad de
alimentos que podían consumir cuando comían. Teníamos aperitivos, además
de que cada uno tenía su propio filete de tamaño monstruoso, por no
mencionar el consumo de bebidas.

Daniel y Colt no cesaron en sus burlas.

—Sabes, Cheyenne. —Los ojos de Daniel brillaron y de alguna manera sabía


que estaba a punto de meterse conmigo—. Tal vez Sam sabía que eras el Jeep-a-
nator y no quería convertirse en pulpa. —Una sonrisa maliciosa apareció—. Por
eso es que corrió.

—¿Jeep-a-nator? —Me encogí. Genial, había concebido un nuevo apodo. Ahora


nunca me dejarían en paz.

—¿Jeep-a-nator? —Colt retumbó de risa—. Esa estuvo buena, Daniel. —Le dio
una palmada en la espalda. Mis mejillas ardían, y me di la vuelta.

El tiempo pasó volando, y la multitud fue creciendo, al igual que la música. Me


di cuenta de las miradas dirigidas a nuestra mesa. No eran sólo de las mujeres
tampoco. Me hizo sentir un poco incómoda. Los dedos de Colt se posaron sobre
mi cuello, su pulgar acariciándolo a medida que continuamos conversando.
Enviaba escalofríos por mi espina dorsal, del tipo bueno.

Después de mi tercer té helado, necesitaba ir al baño. Callon se movió para


permitirme salir y se disponía a seguirme hasta que lo detuve.

—No. —Levanté mi mano—. Sólo voy al baño. Vuelvo pronto.

Él vaciló.

—En serio, no tardaré mucho. Creo que estaré a salvo. —Sonreí—. No creo que
me vayan a atacar en el camino.
169

Esbozó una sonrisa superficial y se inclinó para responder ya que la música era
más fuerte.
Página
—Iré a ver por ti si tardas demasiado tiempo —dijo en mi oído. Su aliento
cálido derivó por mi cuello, y se echó hacia atrás sonriendo. Le di un gesto
débil, nervioso, y me fui.

Tuve que caminar alrededor de la pista de baile ahora llena de gente para ir al
baño. Estuve sólo ligeramente sorprendida al ver la larga fila para el baño de
mujeres. Mientras esperaba, me di cuenta de tres hombres cercanos en el pasillo
oscuro y estrecho tratando de captar la atención de las que estaban en la fila.
Tenían la intención de pasar un buen rato y no parecía probable que se dieran
por vencido hasta que lo hicieran.

Mantuve mi mirada apartada mientras esperaba pacientemente, deseando que


Callon hubiera venido conmigo después de todo. Di un paso adelante sólo para
ser detenida en seco. Levanté la vista. Un bastante decentemente constituido
hombre, de cabello oscuro estaba de pie con el brazo apoyado en la pared justo
delante de mí. Sus dos amigos borrachos estaban detrás con una sonrisa
estampada en sus caras. Su bíceps flexionado, y su ajustada camisa forzada.

—Disculpe —le pedí educadamente. Él no se movió. Sus ojos castaños estaban


estudiándome ahora atentamente. No me gustaba su mirada. Era como si me
conociera... y estaba segura de que nunca lo había visto antes en mi vida. Sus
dientes blancos se deslizaron de debajo de una sonrisa torcida.

—Bueno, hola, cariño. —La forma en que dijo eso me puso la piel de gallina, y
me estaba empezando a molestar. Rápidamente eché un vistazo a sus amigos.
Estaban a un lado, por lo que me lancé bajo el brazo para hacer mi escape. Su
tiempo de respuesta fue más rápido de lo que pensaba, había parecido como si
hubiera tenido unas copas demás. Sus dedos se aferraron en mi brazo, y me
volví poco a poco mientras me apartaba bruscamente de su agarre. No quería
entablar una conversación con ellos, por no hablar de cualquier otra cosa. La
puerta del baño se abrió y me deslicé dentro.

—Oh, es una de esas luchadoras. Me gustan las luchadoras —le oí decir.

Una vez más, se me puso la piel de gallina. Todavía había una línea en el
interior del cuarto de baño. Tenía la esperanza de que hubieran desaparecido en
170

el momento en que saliera. Pensé en escribirle un texto a Colt, pero me di


cuenta que mi teléfono estaba en mi chaqueta en la mesa. Esto no era una gran
Página

cosa, me dije. Podría manejarlo.


Cautelosamente salí del baño y me sentí aliviada al encontrar que los tres
hombres habían desaparecido. Retomé mi paso por el pasillo oscuro, una vez
más, tuve que cruzar la pista de baile. Al doblar la esquina en la pista, una
mano áspera se pegó a mi muñeca. Me puse rígida cuando me di cuenta que
había estado al acecho a la vuelta. Sin embargo, no estaba asustada, sólo cada
vez más irritada.

Fui halada a la pista de baile y arrojada a los brazos del hombre de cabello
oscuro que me había asaltado en el pasillo, sus amigos estaban cerca.

—Hola, nena. Sólo quería un baile, eso todo —dijo con su cara un poco
demasiado cerca para mi comodidad. Empujé mis manos en su pecho, tratando
de romper su agarre mientras sus brazos se cerraban alrededor de mi cintura,
pero él se inclinó hacia delante.

—Habría dicho que no —le contesté con firmeza mientras trataba de mantener
mi distancia. El olor a alcohol en su aliento me estaba haciendo sentir mal. No
estaba borracho todavía, pero estaba segura que el alcohol estaba deteriorando
su juicio.

—Sólo un pequeño baile. —Una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro


mientras sus manos recorrieron mi espalda y empezó a empujarme hacia
adelante.

—Tienes que soltarme en este momento —dije entre dientes—. O vas a salir
lastimado.

Él se rió entre dientes mientras seguía apretándome más, sus labios


peligrosamente cerca de los míos.

—¿Y qué vas a hacer al respecto? —Una voz amenazadora baja resonó en mis
oídos.

—Ella no tiene que hacer nada, porque yo lo haré.—El profundo estruendo de


Colt levantó el cabello en la parte de atrás de mi cuello. De repente, la expresión
de mi agresor cambió, y sus dos amigos se adelantaron. Sus manos aflojaron su
171

agarre, y yo sonreí.

—Te dije que ibas a salir lastimado. —Callon me apartó y me giró rápidamente
Página

mientras él nos alejaba de la lucha inminente en la pista de baile. Miré hacia


atrás y vi a Colt y Daniel cerniéndose sobre mis agresores. Se mezclaron entre la
multitud, sin querer causar una escena delante de todos, y Callon estaba
obviamente tratando de actuar como si nada estuviera mal.

—¿Estás bien? —La voz de Callon fue ansiosa cuando empezamos a bailar. Su
mano frotó mi espalda, tratando de consolarme—. Sabía que no debería haberte
dejado ir sola. Vi que te haló a la pista. —Miré fijamente en la calidez de sus
ojos.

Sus ojos eran cálidos... ¿tenían calidez por mí?

—Lo siento mucho. Ya van dos veces en un día que te defraudo. —Tenía la
frente arrugada mientras sus fuertes brazos me atraían más cerca. La música
cambió y el pánico se apoderó de mí a medida que un nuevo problema se
presentaba—. ¿Cheyenne? ¿Qué está mal?

—No sé bailar paso doble —contesté rápidamente, olvidando que su tacto me


hacía temblar.

Soltó una risita mientras su cabeza se levantaba un poco.

—Montas un caballo desbocado, eres asaltada en la pista de baile, ¿y luego me


dices presa del pánico que no sabes bailar paso doble? Realmente eres única de
una especie. —Me besó tiernamente en la frente mientras sus brazos se
apretaban—. No te preocupes, te guiaré. No te dejaré caer.

El calor de su beso quemó mi frente a medida que locos pensamientos vinieron


a la vanguardia. Pensamientos de él y yo. Él me guió alrededor de la pista, y me
las arreglé para hacerlo a través de un par de canciones sin caer o verme
demasiado incómoda. Era un bailarín elegante, no debería haberme
sorprendido, por tan viejo como era. Habría tenido mucho tiempo para
aprender. Colt le dio un golpecito en el hombro.

—¿Puedo tener este baile? —Sus ojos se clavaron en los míos. Sonreí y suspiré,
era tan apestosamente atractivo, simplemente no era justo. Y tampoco podía
haber tenido mejor sincronización posible, tenía que centrarme en él, no en
172

Callon.

Sus gruesos dedos se entrelazaron con los míos mientras su otra mano se curvó
Página

detrás de mí y caía firmemente en mi cintura. Apreté mis dedos en su bíceps.


No podía dejar de mirar en los océanos helados azules de sus ojos. Él no
ocultaba su amor. Me lo enseñaba, y yo lo absorbía como una esponja.

—¿Estás bien? —preguntó con ternura.

—Estoy contigo, bailando en mi cumpleaños. Es perfecto. Gracias. —La canción


ralentizó, y él me atrajo aún más cerca. Apoyé la cabeza en su pecho y cerré los
ojos. Me encantaba estar entre sus brazos, la fuerza y el poder puro y duro. Casi
me dejaba vertiginosa a veces, infantil. Me podría haber quedado aquí para
siempre, con mi atención únicamente en él, pero terminó la canción.

—¿Qué tal si te llevamos a casa ahora? —sugirió Colt. Levanté la mirada a su


rostro suave y cariñoso, y asentí. Nos dirigimos hacia la puerta, donde Daniel y
Callon estaban esperando con mi abrigo. Daniel me ayudó a entrar en la
chaqueta, por lo cual estuve agradecida porque se había enfriado el ambiente.
En cuanto salimos del bar, el trío exploró las calles circundantes. Colt puso su
brazo alrededor de mí, y nos detuvimos brevemente en la esquina. Cuando
Daniel abrió el camino, nuestro ritmo aceleró. No había visto nada, pero estaba
suponiendo que ellos sí por la forma en que ajustaron el ritmo. La camioneta
estaba a la vista, y Daniel se colocó de forma que estuvo estratégicamente
delante de mí.

A medida que nos acercábamos, ahora veía lo que ellos veían. Inclinados justo
en frente de la camioneta, contra la pared de ladrillo, estaban los tres hombres
de dentro del bar. Al parecer, no estaban de acuerdo con el resultado en el
restaurante y querían seguir discutiendo. Cada uno estaba sosteniendo lo que
parecían ser palancas largas y gruesas. ¿Cómo sabían qué auto conducíamos?
¿Fue sólo un golpe de suerte?

Nos frenamos y nos detuvimos justo al lado de la camioneta, Callon, Colt y


Daniel no vacilaron en sus posiciones. La mano de Callon se estremeció un poco
cuando la movió a su bolsillo, y abrió las puertas de la camioneta. Daniel dio un
paso atrás cuando Callon dio un paso adelante junto con Colt. Los dedos de
Daniel tocaron mi brazo, y lo siguiente que recuerdo es que estábamos en el
asiento delantero juntos.
173

Parpadeé.
Página
Nunca sentí mover mis pies, pero de repente estábamos sentados en la
camioneta. Me dirigí interrogativa a Daniel, pero él se había ido. Giré mi cabeza
hacia Colt sólo para ver a Daniel junto a él una vez más. Parpadeé de nuevo.

No pude hacer nada más excepto ver la pelea ante mí desde la seguridad de la
camioneta. Los tres hombres habían visto lo que pasó con Daniel y conmigo,
porque uno sacudió la cabeza. Él no parecía del todo tan sorprendido, sólo
irritado, cuando cambió su posición para cubrir a su amigo. Pude ver que
estaban hablando, pero era tan bajo que no pude oír las palabras. De pronto,
uno de ellos tomó un giro hacia Colt con la palanca. Al momento siguiente, el
hombre estaba volando contra la pared de ladrillo y se desplomaba en el suelo.

Eso fue todo lo que tomó, los otros dos se miraron entre sí y decidieron ayudar
a su amigo caído en lugar de continuar la lucha. Daniel se dio la vuelta y se
puso en el asiento de atrás, y Callon se deslizó junto a mí en el asiento del
conductor. Colt permaneció afuera con los brazos cruzados, esperando a que
ellos se fueran. A medida que él entraba en la camioneta, los ojos de Colt
buscaron los míos, una mezcla de preocupación y aprensión los llenaba.

—Lo siento, Cheyenne. No quise asustarte.

No sabía cómo responder. Todo lo que podía hacer era mirarlo fijamente sin
comprender. Él se agachó, ajustándome de nuevo el cinturón de seguridad,
deslizando la mano detrás de mí en el asiento trasero, con sus dedos frotando
mi hombro mientras miraba hacia abajo. Doblé las manos en mi regazo
mientras las miraba fijamente.

Era esclarecedor y frustrante al mismo tiempo. Simplemente no estaba segura


de qué hacer con eso. La forma en que los tres aparentemente serían capaces de
continuar las conversaciones en sus cabezas sin que yo escuchara ni un sonido,
los asentimientos de entendimiento sin palabras siendo dichas. Mi repentina
aparición en la camioneta con Daniel y luego él se había ido: todo ello en un
abrir y cerrar de ojos…

Permanecí en silencio de camino a casa. Tuve la impresión de que ellos


pensaban que lo que ocurrió afuera en la calle realmente me molestó. Que eso
174

de alguna forma me asustó. No lo hizo, no sentí miedo en absoluto. Estaba más


sorprendida por sus habilidades. Reproduje la noche entera en mi mente,
Página

centrándome en los detalles específicos.


Llegamos tarde a casa. Colt me ayudó a bajarme de la camioneta y me arrastró a
sus brazos en un abrazo.

—Feliz cumpleaños, Cheyenne —susurró él y besó mi cabeza. Le sonreí


débilmente cuando tomó mi mano y entramos a la cabaña, con Daniel y Callon
siguiéndonos. Tomé la iniciativa y me dirigí hacia el sofá pero no me senté.

—Siéntense por favor —dije tranquilamente y el trío obedeció. La inquietud


rodaba sobre ellos como una ola. Daniel jugueteó con su camisa, Colt se pasó
los dedos por el cabello, y Callon cruzó los brazos apretadamente sobre su
pecho. Moví la mesa de centro ligeramente hacia atrás y tomé asiento.

Colt estaba en el medio con Daniel y Callon flanqueando sus lados. Evalué a mi
némesis, el Sr. Evasivo. Él sabía cómo jugar este juego, tanto él como Colt lo
hacían muy bien. Yo sólo era una estudiante. Pasé de estar un tanto seria a
agradecida en un instante.

—Quiero darle las gracias a cada uno de ustedes por un cumpleaños


maravilloso. Estuvo lleno de sorpresas agradables durante todo el camino.
Honestamente puedo decir que nunca antes he tenido nada como esto. Me
gustó especialmente la cena y el baile de esta noche. —Dejé que mi mirada
pasara por todos ellos. Mis ojos se estrecharon y se enfocaron. En el momento
siguiente, vi los efectos del latigazo de mi instantáneo cambio de humor.

»He llegado a la conclusión de que estos, vamos a llamarlos “incidentes”,


suelen venir en grupos de tres. En primer lugar, está el episodio del caballo
desbocado que tuvo lugar esta mañana, no pasó nada. En segundo lugar, el
incidente en el restaurante que involucró al inoportuno compañero de baile. Y
en tercer lugar, la situación en la acera, cuando los caballeros no tomaron
demasiado bien que les dijeran que “no”. —Los tres se removieron en su
asiento.

Continué.

—De acuerdo con mi teoría de que los incidentes vienen de tres en tres, están
ustedes tres. —Trabé los ojos con Daniel—. Uno de los cuales puede hacer una
175

aparición de la nada y de repente volver a aparecer al otro lado de la habitación.


Un lugar donde segundos antes no había estado. —Él alejó la mirada.
Página

Me encontré con la firme mirada de Callon.


—Otro parece llegar donde es necesitado antes de lo que debería ser capaz de
llegar allí y ver cosas que sólo un águila podría. Como un incidente en la pista
de baile alrededor de la esquina de donde estábamos sentados.

Crucé las piernas y los brazos cuando me di vuelta para mirar a Colt.

—El tercero es de algún modo capaz de levantar dos o más pacas de heno y
tirarlas por ahí con poco o ningún esfuerzo. También puede empujar a otro
hombre en el aire unos tres metros sin mucho esfuerzo. —Mi mirada vagó de
nuevo sobre cada uno de ellos—. Luego están los poderes telepáticos que los
tres parecen tener. Siempre sabiendo lo que el otro está por decir, las miradas y
los gestos silenciosos. —Esperé con impaciencia una explicación—. Alguna
aclaración sería de gran ayuda —añadí.

Colt se removió en su asiento, inclinándose hacia delante y de repente haló la


mesa hacia él. Me quedé sin aliento, y mis manos automáticamente se acercaron
al borde para recuperar el equilibrio, haciendo que me inclinara hacia delante y
descruzara las piernas. Él rápidamente se apoderó de mis manos y las puso
sobre mis rodillas. Su voz era grave y seductora:

—Sabes, cariño, realmente no puedo culpar a esos hombres por ligar contigo
esta noche. Eres realmente hermosa, y la forma en que te ves, bueno…

—Colt —dije bruscamente—. No trates de distraerme. ¡Sabes lo que pasó!

—Bueno, me estás distrayendo. —Una sonrisa maliciosa estaba extendiéndose a


través de sus labios—. Tus piernas, tus acerados ojos azules, y la forma en que
tu cabello cae sobre tu hombro…

—¡Colt! —dije con enfado.

—Tú tienes razón, él tiene razón —dijo Callon calmadamente.

Volteé la cabeza en su dirección.

—¿Disculpa? —Levanté mis cejas. ¿Desde cuándo estabaen lo correcto?

—Tienes razón, Cheyenne. Tus incidentes suelen venir en grupos de tres.


176

Cuando llegaste por primera vez, tuviste dolor de cabeza, luego hiciste tu
escape y tuvimos que traerte de vuelta, y de tercero atacaste tu Jeep. Los tres
Página
sucedieron juntos. No he prestado atención antes, pero ahora que lo has traído a
colación, puedo verlo.

»Colt también tiene razón. Eres una distracción esta noche... en realidad, la
mayor parte del tiempo. Hemos tratado de ser muy cuidadosos a tu alrededor,
pero parece que no hemos hecho un buen trabajo. Eres inteligente, y prestas
atención a las cosas. Ves más de lo que pensé que harías.

¿Yo era una distracción para él? Me lo saqué de encima. No estaba loca después
de todo. Había visto cosas, pero todavía quería una confirmación absoluta.

Callon continuó, para mi sorpresa.

—Daniel puede saltar, por lo menos, así es como lo llamamos. Él puede mirar
hacia dónde quiere ir, y su cuerpo salta allí. Sólo puede ir tan lejos como pueda
ver. Sólo puede saltar con una persona a la vez, es un buen don para tener en
una situación difícil.

Interesante…

—Los tres podemos comunicarnos telepáticamente entre nosotros. No leemos


mentes, sólo mantenemos una conversación en nuestras cabezas, aunque
contigo, sería muy útil saber lo que está pasando en tu mente.

»Colt tiene una fuerza extraordinaria, incluso para ser un Eterno. Y yo puedo
ver cosas que la mayoría de los seres humanos o los Eternos no pueden.
También soy bastante rápido.

Me relajé un poco ante la admisión, y Colt soltó mis manos así que pude
sentarme derecha. Sus dedos se quedaron en mis rodillas, y todavía estaba
inclinado hacia adelante. Todos parecían un poco nerviosos ahora. Era casi
como si pensaran que iba a huir. Los dedos de Colt se afirmaron ligeramente.

Regresé mi mirada a Callon, y las preguntas aparecieron.

—¿Todos los Eternos tienen poderes?

—No.
177

—¿Mis padres adoptivos tenían poderes?


Página

—No.
—¿Mis padres biológicos tenían poderes?

—Sí.

—¿Cuáles eran?

—Tu padre podía mover objetos y controlar algunos elementos, y tu madre


tenía la habilidad de persuadir a las personas a que hicieran lo que quería.

—¿Tendré poderes? —Quería saberlo.

—No lo sabemos —admitió Callon.

—¿Entonces no es hereditario? —dije, insegura de si estaba decepcionada.

Él suspiró.

—No.

—¿Los Sarac tienen poderes?

—Algunos.

Reflexioné sobre sus respuestas. Él no iba a dar más información de la


necesaria. Marcus era un Sarac… ¿no?

—¿Marcus tiene poderes? —Me tensé ante su respuesta.

—Sí.

—¿Más de uno?

—Sí.

—¿Me dirás cuáles son?

—En otra oportunidad.

Ah, el Sr. Evasivo estaba de regreso. Mi mandíbula se apretó.

—Hay más que esto, ¿no es así?


178

—Sí.
Página

Mi irritación estaba aumentando.


—No vas a decírmelo, ¿no?

—Correcto. —Sus labios estaban rectos, sin mostrar ninguna expresión en su


rostro o en sus ojos.

—Por mi propia protección, ¿cierto? —dije bruscamente.

—Sí.

Mis ojos se estrecharon en pequeñas ranuras.

—Te gusta jugar a estos juegos psicológicos, ¿verdad, Callon? Lo que estoy
tratando de averiguar es por qué. ¿Sólo por pura tortura? Dices que es para
protegerme, pero creo que tengo que saber a lo que me enfrento. —Hice una
pausa, con la molestia posada sobre mis labios—. No estoy enojada, pero estoy
decidida. No peleas limpio, así que yo tampoco lo haré. Conseguiré las
respuestas, ya sea de ti o de otra fuente. —Sin previo aviso me incliné hacia
delante, agarré el rostro de Colt, y lo besé con firmeza. Me detuve tan
repentinamente como había comenzado y me levanté. Colt parpadeó.

Dejé a tres aturdidos hombres sentados en el sofá cuando me marché. No tenía


ninguna explicación de por qué hice lo que hice, pero quería besar a Colt.
Probablemente fue imprudente.

Fui directamente al baño. Colt tenía razón, mis ojos eran de un azul acerado
esta noche. Me pregunté si era porque estaba irritada o decidida. Él me había
dicho antes que mis ojos cambiaban de color dependiendo de mi estado de
ánimo. Supongo que tenía razón.

Entré a mi dormitorio para encontrar a Colt esperando, apoyado contra la


cabecera. Una sonrisa muy pícara estaba posada sobre sus labios. Había creado
un monstruo.

—Entonces —dijo él casualmente—. Pensé que se suponía que yo era el que te


diera un beso de cumpleaños, no al revés.

No contesté mientras entraba en el armario para colgar la chaqueta y cerré la


179

puerta para que pudiera cambiarme. Él todavía estaba esperando que le


respondiera cuando salí. No tuve más remedio que quedarme parada en el
Página

borde de la cama. Él yacía en el medio, esencialmente bloqueando ambos lados.


—Estaba un poco sorprendido... gratamente sorprendido, debo añadir. —Él
palmeó la cama para que me sentara y vacilantemente obedecí—. Así que ahora
sabes nuestro secreto. ¿Estás bien con eso? —Su tono se volvió serio.

—Me gustaría saber más.

Sus largos dedos tocaron mi barbilla cuando la levantó ligeramente.

—Con el tiempo aprenderás más. Te sugiero que permitas que esto se asimile
en primer lugar. —Su sonrisa diabólica regresó. En el instante siguiente me tiró
en sus brazos, sujetándome abajo—. Yo, sin embargo, te mostraré más en este
momento... todavía no te he dado un verdadero beso de cumpleaños.

—¡Colt! —Traté de protestar, pero fue inútil. Sus suaves labios rozaron los míos,
y perdí toda la fuerza de voluntad que había tenido para detenerlo. Su
aterciopelada suavidad acarició mis labios lentamente, deliberadamente, y
pensé que había muerto y me había ido al cielo. Luché por liberar mi mano y la
llevé a su cuello, halándola a través del cabello en la nuca de su cuello y
trabando mis dedos en las ondas cuando él me aplastó aún más en su enorme
pecho. Él utilizó su lengua para separar mis labios, y mi corazón golpeteó aún
más. Mi respiración se hizo más trabajosa mientras la suya permanecía nivelada
y en calma.

Él se separó, y traté de recuperar el aliento. Abrí los ojos para ver el azul de los
suyos.

—No has terminado todavía —le dije con una ronca voz baja y lo atraje de
nuevo hacia abajo mientras él sonreía. No vaciló.

Me había comportado durante tanto tiempo. Si yo era quien iba a romper mis
reglas, entonces las iba a romper bien. Me encantaba estar en sus brazos.
También me encantaba el hecho de que estaba tan dispuesto a quedarse
conmigo en la noche. No me gustaba estar sin él… ya no me sentía sola. Él
había tenido éxito en desgastarme a lo largo de los últimos meses, pero, ¿cómo
no iba a hacerlo? Su beso se detuvo, y él se cernió sobre mis labios.
180

—Te amo, Cheyenne. —Él no había dicho esas palabras en meses, y yo aún no
sabía exactamente cómo me sentía como respuesta. Él estaba tratando de no
Página

presionarme.
—Lo sé —respondí débilmente. Él suspiró y salió de la cama mientras levantaba
las mantas y me deslicé bajo ellas. Cerré los ojos y me volteé hacia mi lado.

—Volveré pronto. Duerme un poco. —Oí sus pesados pasos salir de la


habitación, y me deslicé a un sueño tranquilo y feliz.

181
Página
Capítulo 15
Traducido por Simoriah y Xhessii

Corregido por Aldebarán

M
is lecciones de montar comenzaron inmediatamente, pero esta vez no
monté sola. Colt y Callon se tomaron turnos instruyéndome. Me
enseñaron a comunicarme con el caballo usando las piernas, la silla, las
manos y la voz. Mis piernas eran el poder mientras mis manos eran las guías.

Por supuesto, era mucho más fácil decirlo que hacerlo. Aprendí a preparar a un
caballo, montarlo, ajustar los aparejos de ser necesario, y desmontar
apropiadamente. Montamos en pelo juntos, y me enseñaron cómo ubicar las
piernas para que cuando usara los estribos fueran efectivos. Tenía que sentarme
erguida, si me inclinaba hacia adelante había una oportunidad más grande de
que cayera. Mis manos necesitaban seguir el movimiento de la cabeza del
caballo mientras las riendas descansaban como flores delicadas.

Tenía que absorber el movimiento del caballo relajándome y permitiéndome


movernos como uno. Trabajé en el trote y el medio galope, pero aún no me
permitieron el galope. El miedo que había tenido lugar con Sam estaba siempre
en la parte trasera de mi mente.

Había descubierto que ellos sí tenían poderes, y me preguntaba si yo podría


desarrollarlos. ¿Cuál sería el mío? ¿Tendría más de uno? ¿Esos eran todos los
poderes que tenían, o algunos estaban ocultos?

Montábamos a diario, y eventualmente lo hice sola. Estaban intentando


enseñarme tanto en un período tan corto de tiempo. A veces era aplastante.
182

También aprendí a no reaccionar al contacto de Callon.


Página
Nuestro viaje se acercaba. Íbamos a encontrar al amigo de Callon que podía
interpretar el diario, y era necesario que se tomaran las medidas para el equipo
de montar apropiado, particularmente las botas. Planeaban hacer esto sin mí,
pero protesté. No quería perderme la oportunidad de abandonar la cabaña, a
pesar de lo que había sucedido en el Bar y Grill de Cline.

Me las arreglé para convencerlos de que con el poder de Daniel estaría segura.
Él sería capaz de ponerme a resguardo si algo sucediera, y después de un acoso
persistente finalmente accedieron. Además, todavía no se habían presentado
peligros reales.

El día estaba planeado, primero nos detendríamos en la tienda de artículos de


granja para que pudiéramos comprar todo el equipo necesario. En segundo
lugar venía la tienda de comestibles para comprar comida, tercero la librería.
Estaba sorprendida por el último destino, pero Callon vio la importancia de
examinar los libros que yo había localizado en línea. Sabíamos que sería una
posibilidad.

Estaba de pie en el porche y esperé para partir. Levanté la mirada al cielo sin
nubes, iba a ser un día hermoso.

Dos manos tomaron mi cintura desde atrás, y dejé salir un pequeño grito.

—¡Daniel!

Me volví y golpeé su brazo cuando se alejó, riendo por lo bajo.

—Un día me vengaré de todas tus bromas, sabes —amenacé. Intenté actuar
molesta, pero nada podía molestarme hoy. Iba a ir a la ciudad.

Una sonrisa malvada se extendió sobre su rostro, un destello en sus ojos me dijo
que todavía no había terminado de atormentarme.

—Primero tendrías que atraparme —dijo.

—Oh, espero… algún día. —De repente apareció junto a mí de nuevo y me hizo
dar un salto. Como ahora conocía sus poderes, ya no hacían esfuerzos para
183

ocultarlos.

Él rio y besó mi mejilla.


Página
—Lo estoy esperando. —Volvió a desaparecer, y todo lo que pude hacer fue
sacudir la cabeza.

—¿Lista? —dijo Colt cuando se acercó. Estaba inusualmente calmado hoy.

—Síp —respondí alegremente.

Me subí al asiento delantero. El brazo de Colt descansaba en el respaldo del


asiento, y Callon comenzó nuestro viaje. Daniel tiraba delicadamente de mi
cabello, y me volví mientras comenzábamos a conversar.

Estaba entusiasmada, y Daniel también parecía feliz. Callon y Colt estaban


tranquilos, demasiado tranquilos incluso para Callon. Los dedos de Colt
tomaron los míos, y comenzó a jugar con mis anillos. De vez en cuando los
atrapaba intercambiando miradas, estaban teniendo una profunda conversación
en sus cabezas. Los ignoré y continué hablando con Daniel.

La tienda de artículos de granja no estaba llena, e hicimos nuestras compras con


rapidez. Daniel dejó de ser tan conversador a la vez que se concentraba en su
trabajo, mantenerme segura. Estaba cerca de mí todo el tiempo. Y también
intenté mantenerme alerta.

Nos detuvimos en la tienda de comestibles, y no fue diferente. Ellos sabían lo


que necesitábamos, así que los dejé elegir la mayor parte de las cosas. Para mi
sorpresa, fui capaz de convencerlos de que necesitábamos detenernos por un
café. Un gusto relajado sería bueno y me alegraría el día, y había pasado mucho
tiempo desde que había bebido uno. Daniel y yo entramos, y también compré
bebidas para ellos. Sabía que dirían que no, pero no quería beber sola. Les
compré lattes helados mientras ordenaba mi mezcla fría favorita con caramelo
extra por encima de la crema batida. Cuando volvimos a la camioneta y los
distribuí, Colt comenzó a reír por lo bajo.

—¿Qué?

—Amas el caramelo, ¿verdad? —bromeó.

—Sí. —No estaba segura de qué encontraba tan divertido.


184

—¿Quieres que te sostenga la tapa mientras lo lames?


Página
Bajé la cabeza y tomé la bebida, las mejillas ardiendo. ¡No podía creer que él
supiera eso!

—Quizás —respondí tímidamente. Pronto la camioneta estalló en risas—. Sólo


conduce hacia la biblioteca, por favor.

—Me haces reír, Cheyenne —dijo mientras sus cálidos dedos tocaban mi cuello
en una caricia.

—Me alegra proveerte con suficiente entretenimiento.

—Suficiente —intervino Daniel—. No me he divertido tanto en años.

Sacudí la cabeza. No podíamos llegar a la biblioteca lo suficientemente rápido.

—Se dan cuenta de que no sé exactamente dónde están los libros, ¿verdad? Los
tenían listados en diferentes ubicaciones cuando revisé en línea —dije cuando
nos detuvimos en la biblioteca, la cual estaba ubicada en el borde de la ciudad
contra los bosques.

—Lo sé —respondió Callon—. Sólo necesitas moverte tan rápido como puedas.

Los tres me acompañaron adentro cuando comenzamos con nuestra búsqueda.


Fui capaz de encontrar un par de los libros relativamente fácil e hice copias de
lo que era necesario de aquellos que no podíamos retirar. Mis ojos revisaban las
hojas mientras Callon me daba una fría mirada para que me apresurara.
Suspiré. Los dos libros más importantes estaban probando ser difíciles de
encontrar. Se estaba haciendo tarde, la biblioteca cerraría en cinco minutos. Los
seguí abajo para retirar unos pocos libros adicionales. Se estaban poniendo
incómodos. Los dedos de Daniel se aferraron a mi codo.

—Tenemos que irnos —dijo Callon. Asentí, pero luego recordé. Mis copias
todavía estaban arriba.

—Callon, dejé algunas cosas arriba. Sólo me tomará un minuto.

Él me dio una mirada intranquila.


185

—Déjalas.

—Pero realmente las necesito —rogué—. Los papeles son…


Página
—Rápidamente.

Asentí.

Colt y Daniel me siguieron arriba. Encontré mis papeles perdidos y los metí en
mi bolso junto con los libros que Callon había retirado.

Daniel y Colt se congelaron de repente. Intercambiaron miradas cautelosas.

—¡Daniel, vamos! —estalló Colt y Daniel desapareció.

Pestañeé.

—¿Qué sucede?

Colt fue hacia las ventanas y yo lo seguí.

Vi varios autos nuevos estacionados cerca… autos que habían estado ahí
cuando llegamos y que no debían estar ahí ya que la biblioteca estaba cerrando.
El atardecer estaba cayendo, si el peligro acechaba sería difícil de ver.

—Tenemos que irnos —dijo Colt. Tomó mi brazo, arrastrándonos por las
escaleras y hacia la parte trasera de la biblioteca.

—¿Qué sucede, Colt?

—No te separes de mí.

Un escalofrío se deslizó por mi columna, y mi respiración se agitó. ¡Esto no era


parte del plan!

Salimos por las puertas traseras para encontrar a tres hombres esperándonos.

Colt me empujó detrás de él. Empujé la puerta para volver a la biblioteca, pero
estaba cerrada.

—Colt…

—Quédate detrás de mí —ordenó.

Me puse el bolso sobre los hombros. Quiénes eran estos hombres no importaba
186

en ese momento, era lo que eran lo que me importaba más. Sus ojos estaban
fijos en mí.
Página
En un momento todo cambió cuando ellos se lanzaron sobre Colt. De repente
fui lanzada contra las puertas, el cuerpo de Colt inmovilizándome.

Una mano aferró mi brazo y comenzó a tirar mientras yo dejaba salir un grito y
pateé una espinilla. Colt se movió rompiendo el asidero y gimió cuando sus
brazos se extendieron y derribó los hombres al cemento.

—¡Corre! —gritó y yo fui corriendo hacia el bosque.

—¡Por aquí! —gritaron voces y yo miré hacia atrás.

Eran los tres hombres que habían coqueteado conmigo en el bar. Esto no podía
ser bueno.

Se movían peligrosamente cerca a pesar de que yo estaba corriendo. Mi mente


analizó las opciones. Tenía dos. Podía dirigirme hacia el bosque o hacia la
camioneta. Miré hacia atr{s una vez m{s… la única oportunidad verdadera que
tenía era escapar al bosque. Ahora los conocía bien. Podía esconderme, estaba
segura de eso. Sólo necesitaba mantenerme por delante de ellos. Ahora no tenía
opción.

A través del oscuro bosque, mi mirada vio algo pestañeando al borde de los
árboles. Parecía moverse en patrones aleatorios, apareciendo y luego
desapareciendo rápidamente. Era como un reflejo de la luz del sol en el agua.
Estaba intentando mantener suficiente distancia entre los hombres y yo, pero no
pude evitar ver las luces. Parecían extrañamente familiares…

Estaba restringida en lo que se trataba de dónde podía entrar a los árboles,


porque no quería estar muy cerca de las luces desconocidas, pero era como si
me estuvieran llamando. Estaba tan interesada en ellas que no me di cuenta que
había dejado de correr hasta que alguien tomó mi brazo y me hizo girar. Ni
siquiera había llegado al bosque aún.

Mi corazón se aceleró, mientras miraba detrás de ellos. Mis guardianes no


estaban a la vista. ¿Qué había hecho?

El de cabello oscuro habló en un tono agitado:


187

—¿A dónde vas, muñeca? ¿Nos recuerdas? No nos divertimos porque tus
Página

novios se entrometieron. —Él hizo una pausa y miró a los otros dos—. No
parecen estar ahora por aquí, ¿o sí?
Tirando de mi brazo libre, di un paso atrás, todavía mirándolos. Moviéndome,
tomé una postura más amplia, levantando mis brazos para una posición de
bloqueo, mis palmas estaban listas para golpear. Mi papá me enseñó
movimientos de defensa personal, pero ahora deseaba que hubiera prestado
más atención.

Una sonrisa apareció en sus labios.

—¡Oh, ella es luchadora!

Esto no iba a ser bueno. Busqué por última vez a mis guardianes… y nada.
Estaba sola, ni siquiera había una persona en la calle, en la distancia para
atestiguar el asalto. El miedo se apoderó de mí, pero de alguna manera la
adrenalina golpeó mientras el hombre de cabello oscuro me alcanzaba.
Tomando un paso adelante, hundí mi mano, con la palma hacia arriba y los
nudillos abajo, con toda mi fuerza en su nariz. Eso hizo contacto.

Escuché un crujido, y mi mano inmediatamente empezó a latir con dolor. Él dio


unos pasos atrás, agarrando su rostro mientras se doblaba. La sangre se aceleró
por mis venas, acelerando el ritmo de mi corazón. No iba a caer tan fácilmente.
Arañaría, patearía, cavaría mi manera de salir.

Viendo que el asalto dejó anonadados a los otros dos, dándome tiempo
suficiente para mecer mi paquete de libros hacia el hombre que estaba a mi
derecha. Lo golpeé en la mandíbula con suficiente fuerza para enviarlo a un
lado. El tercer hombre miraba conmocionado, luego el coraje se registró en sus
ojos.

Me las arreglé para levantar una rodilla, golpeándolo en la ingle. Él cayó en el


suelo con agonía. Miré por el rabillo del ojo al hombre de cabello oscuro y vi su
rabia mientras me escapaba hacia el bosque sombrío. El sonido de pisadas no
estaba muy lejos. ¿Podría huir de ellos, al menos hasta que encontrara ayuda?
Sólo necesitaba mantener el espacio entre nosotros lo suficientemente amplio
para que no me atraparan. Buscaría un lugar para esconderme y esperar. ¡Podía
hacer esto!
188

Las luces titilantes todavía estaban por encima, moviéndose de un lado a otro.
Era difícil mantener un rastro de su ubicación. De repente registré dónde los
Página
había visto antes, en la catedral. También las había visto fuera de las ventanas
de la biblioteca, pero las confundí con las luces de los faros.

Entré en el bosque cerca de nueve metros a la derecha de las luces con dos de
los tres hombres que me perseguían. Mientras continuaba en la oscuridad, no
estaba tan confiada con mi habilidad de mantener la distancia.

¿Qué pasaría si me atrapaban? ¿Me encontrarían Colt, Daniel y Callon? Argh, y


el pesado paquete no estaba ayudando. ¿Por qué simplemente no lo tiraba?

Estaba en media zancada cuando dos brazos me atraparon y me tiraron al


suelo, golpeando un pequeño tronco caído. El aire forzadamente salió de mis
pulmones, y un dolor desgarrador completamente inmovilizó mi lado
izquierdo. Un segundo después me fue arrancado mi paquete y tirado aun lado.
Por un segundo tuve la sensación de un peso siendo levantado de mí, y me
levante y corrí.

Di dos zancadas antes de que golpeara un árbol, mi codo derecho lo golpeó con
un fuerte crujido. Agonía instantánea sacudió desde mi brazo hasta mi hombro.
Estaba desplomada en un costado sobre el fresco suelo boscoso. Este era el
peligro del que hablaban mis guardianes. ¿Cómo no lo había visto?

—¡Esta es mi matanza! —gritó uno de los hombres—. Quiero divertirme un


poco primero, ver cuánto dura. Ha pasado mucho tiempo desde que tuve una
oportunidad como esta.

Los pasos se acercaban. ¿Iban a matarme? ¿Por qué? No había hecho nada
excepto defenderme. En el bar, el del cabello oscuro actuaba como si me
conociera. No entendía. Nunca antes lo había visto. Los tres estaban cerca…
necesitaba huir.

Me forcé, poniendo fuerza en las rodillas, usando mi brazo izquierdo y me puse


de pie, desesperada por volar. Apenas había girado antes de que viera una
mano cerrándose sobre mi cabeza. Sus dedos agarraron mi cabello, mientras me
jalaba hacia adelante. Levantando mi codo bueno, lo empujé en su costado, pero
él sólo suspiró ligeramente. Hubo un gruñido detrás de su garganta, y
189

segundos después estaba siendo lanzada al suelo. Una vez más aterricé en mi
lado derecho, y chillé con dolor.
Página

—¡Ella no durará si la sigues lanzando al suelo! —gritó uno.


—No me digas lo que puedo y no puedo hacer —dijo entre dientes el de cabello
oscuro—. Planeé hacerlo largo y lo haré. Ella sufrirá enormemente por lo que
hizo.

Puntos negros destellaban en mis ojos mientras levantaba la cabeza. Necesitaba


levantarme, o ellos iban a matarme… necesitaba seguir moviéndome. Mi
respiración era difícil, cada una traía una terrible miseria. ¿Serían estos los
mismos que mataron a mis padres? ¿Aquellos de los que Colt, Callon y Daniel
trataban de protegerme?

Uno de ellos estaba parado junto a mí, pero no podía decir cuál. Mi rostro
estaba plantado en el suelo mientras los otros dos discutían. Cerré mis ojos, mi
cabeza se desplomó contra el suelo boscoso.

—¡Ustedes idiotas! ¿Han visto los anillos en sus dedos?

De repente un grito que lastimaba los oídos hizo eco entre los árboles. Las voces
se ahogaron. Hubo gritos, pero las palabras se revolvieron en mi mente.
¡Olvídalos, tienes que moverte! Tengo que huir…

Cada centímetro de mi cuerpo estaba en agonía, forcé mi cabeza para


levantarse, sólo para colapsar de nuevo.

—¡Cheyenne! —gritó una voz profunda cerca de mi cabeza. De alguna manera


familiar. No podía abrir mis p{rpados… estaban tan pesados. La voz era m{s
fuerte ahora—. ¡Cheyenne! No te duermas. ¡Quédate conmigo! ¡Abre tus ojos!

Alguien cuidadosamente me giró, poniéndome sobre mi espalda, y mis


pestañas parpadearon. Era Callon, y su rostro era intenso. Me estaba
preguntando cosas, pero no tenía sentido. Abrí mi boca para hablar, tomando
pequeñas respiraciones.

—¿Se… han… ido?

—Sí, cariño, se han ido. —Su mandíbula estaba dura, los músculos de su cuello
estaban abultados, y su mirada estaba enfocada.
190

—Ellos actuaron como si me conocieran —susurré.

—Se han ido.


Página
—Las luces… las luces brillantes. ¿Las viste? Eran las mismas… las mismas que
en la catedral… que en la biblioteca… las mismas que… —Cada onza de
energía me dejó, y mis ojos se cerraron.

Clank, clank, clank. Era el sonido metálico de objetos golpeando bandejas de


metal. Estaba tan pesada, anclada, pero ya no tenía dolor. No podía abrir mis
párpados, sin importar cuánto tratara. Sólo podía escuchar.

Mi brazo derecho estaba levantado, gentilmente puesto en una superficie fría y


las vueltas de lo que sonaba como una máquina médica empezaron. Un trapo
mojado tocaba mi sien, y una sensación de tracción vino después. Manos cálidas
expusieron mis costillas al aire frío y levantaron mi camisa. Las manos
probaban gentilmente, presionaban. Se detuvieron en mi lado izquierdo.
Escuché pasos y algo que cruzó el piso seguido por un zumbido. Una presión
ligera detrás de mi cabeza me trajo comodidad, como si fuera acunada por una
mano enorme. Mis hombros dejaron la mesa mientras otro juego de manos
delicadamente enrollaba vendas alrededor de mi pecho, y me acostaba de
nuevo. Mi brazo derecho fue movido una vez más. Hubo el sonido de velcro
siendo separado y mi brazo fue doblado y colocado en algo. Había voces bajas
en la habitación, pero no podía distinguirlas.

—¿Encontraste algo más? —preguntó una voz preocupada.

—Creo que hemos encontrado todas. Parece que tuvo una conmoción cerebral.
Dos de sus costillas izquierdas están rotas, pero no vimos ningún fragmento
que perforara sus pulmones. El aparato ayudará a soportar su codo por ahora.

—Necesitamos moverla. Le he dado lo suficiente para mantenerla sedada por


un rato. —Él suspiró—. No tenemos elección. —Una suave caricia en mi frente
movió mi cabello a un lado, y entré de nuevo en la inconsciencia.
191
Página
Esta vez desperté por el sonido de un zumbido. Escuché atentamente. Era la
maquinaria de un tractor: uno en movimiento. Estaba sentada en una posición
derecha, el aire fresco del respiradero soplaba en mi rostro. Inhalé
profundamente sólo para encogerme, y mis ojos permanecieron cerrados.

—Cheyenne, ¿sientes dolor? —preguntó Colt mientras su hombro se movía


detrás de mí. Yo estaba descansando sobre su hombro.

—Estoy bien —susurré. Me las arreglé para abrir mis ojos. Él se inclinó hacia
adelante, estudiando mi rostro. Estaba en el asiento trasero. Daniel estaba
sentado en el lado opuesto y apretó mis dedos.

—Colt, ¿estás bien? —La última vez que lo vi, estaba siendo atacado.

—Estoy bien, cariño.

—Daniel —dijo Callon, y miré mientras Daniel tocaba su hombro. Callon ahora
estaba sentado junto a mí, parpadeé por el asombro incluso cuando sabía que él
podía saltar. Callon estaba listo para entrar en acción. No podía enfocarme
claramente y cerré de nuevo mis párpados cansados. Mi cabeza y mi codo
empezaron a doler.

Tomando gentilmente mi muñeca entre sus dedos, Callon tomó mi pulso.

—Cheyenne —dijo tiernamente—. ¿Tienes dolor? —Él levantó mi camisa y tocó


mis costillas, yo lancé un grito ahogado y él se congeló. Alejó su mano
lentamente—. Puedo ayudarte. ¿Puedes respirar bien? ¿Hay dolor en cualquier
otra parte?

No me importaba el dolor, quería respuestas.

—¿Qué pasó? ¿Quiénes son ellos? —susurré.

Su voz sonaba a disculpas, rota.

—Lo siento tanto… —se interrumpió.


192

—Las luces… ¿viste las luces resplandecientes? —Necesitaba que ellos


supieran. Sabía que era importante de alguna manera porque hasta ahora las
Página

había visto varias veces.


Él estaba lleno de agonía y remordimientos:

—Yo no… nosotros no debimos ponerte en esta clase de peligro.

—¿Viste… las… luces? —Estaba haciéndose un poco difícil hablar.

Sus dedos tocaron mi mejilla.

—Necesitas descansar. No hables. Ahora estamos aquí, y no dejaremos ningún


momento tu lado. Lo prometo.

Mi pecho dolía espantosamente, como si fuera aplastado. Estaba dolida,


enojada e irritada. Me levanté, girándome para encararlo, y abrí mis ojos.

—¡Sólo contesta la maldita pregunta! —Respiré y colapsé en agonía. Mi


respiración era lenta y superficial mientras el dolor se incrementaba, pero
mantuve mi mirada en la suya, azul en miel. Sus ojos se ampliaron, sus labios se
movieron ligeramente.

—Sí.

—¿Tiene… que ver…? —respiré más oxígeno—, ¿…con el… el ataque? —Sentí
vergüenza ajena mientras resistía la presión en mi pecho.

—Sí.

—¡Me dirás sobre esto más tarde! —Cerré de nuevo mis ojos. Colt cepilló mi
cabello a los costados de mis mejillas mientras colapsaba de nuevo contra su
hombro, sus dedos finalmente vinieron a descansar en mi muslo. Un susurro
sonó cerca.

Abrí mis pesados párpados para ver a Callon con una aguja en sus dedos.

—¡No! —solté.

—Por favor, Cheyenne —pidió Callon—. No puedo verte sufrir.

—Cheyenne, escucha a Callon. Él solo quiera ayudarte. —Miré los ojos


compasivos de Colt—. Por favor. Te contaremos sobre las luces más tarde.
193

Cerré mis ojos y me di cuenta que ellos verdaderamente sólo trataban de


ayudarme. Asentí y sentí la aguja sumergirse en mi hombro mientras inyectaba
Página

la medicina. Girando mi cabeza hacia el pecho de Colt, empecé a llorar. Todo lo


que había tomado lugar, todo el dolor que tuve que soportar descendió con una
sobrecarga emocional. No podía controlarme más. Los dedos largos de Colt
acariciaron mi mejilla.

—Shh… Est{ bien, cariño. Estamos aquí, nadie te va a herir ahora —dijo
suavemente.

Callon tomó mi mano izquierda con la suya y me la acarició.

—Lo siento tanto, Cheyenne. No puedo verte sufrir demasiado cuando yo


puedo ayudarte. Descansa.

En unos minutos mi mente se nubló, y la oscuridad me envolvió, ahogando lo


demás.

194
Página
Capítulo 16
Traducido por Liseth Johanna,

Lalaemk y Shadowy

Corregido por Ale..

E
staba en silencio, solo el sonido del latido de mi corazón atravesaba la
barrera invisible que me rodeaba. Estaba adolorida, cada elaborado
aliento se sentía como estacas perforando mis pulmones. Mi pecho
quemaba, y quería gritar. Me di cuenta que yacía acostada, necesitaba sentarme,
para mitigar la presión.

Intenté mover mi brazo derecho, y se sintió como si miles de agujas estuvieran


pinchando mi codo. Abrí los ojos y miré hacia abajo. Había una abrazadera en
él.

La confusión inmediatamente se instaló en mí. ¿Qué sucedió?

Usé mi brazo izquierdo para impulsarme y sentarme. Estaba en el asiento


trasero de la camioneta. Me moví, y de repente todo empezó a dar vueltas.
Cerrando los párpados de nuevo en un intento por detener las náuseas, supe
que sería inútil.

Iba a vomitar.

Me las arreglé para abrir la puerta, y la chillona alarma del auto me hizo
arrodillarme incluso más rápido a unos pasos de distancia. Vomité, lo que
causó un dolor atroz en mi costado izquierdo. Apenas me equilibraba en mi
tembloroso brazo izquierdo.
195

La alarma cesó, y una fría mano tiró de mi cabello y lo sostuvo en mi cuello


Página

mientras otro brazo se envolvió alrededor de mi cintura.


—Estoy aquí, Cheyenne —dijo Callon cálidamente.

Yo estaba respirando en cortos y superficiales jadeos, lo que hacía más


soportable el dolor. Permanecí arqueada sobre el piso, esperando que todo
dejara de dar vueltas.

—Estamos aquí —repitió él—. No te dejaré.

¿De qué estaba hablando? ¿Por qué seguía diciendo que estaba aquí y no se
iría? ¿Por qué me dolía el costado, y por qué había una abrazadera en mi brazo?
Toda la confusión y el miedo estaban mezclándose rápidamente, y empecé a
llorar. Sabía quién era él, pero, ¿por qué estaba tan adolorida? ¿Qué había
sucedido? Callon dijo que me protegería… pero, ¿de qué? ¿Qué era tan
peligroso que necesitaba ser protegida de ello? Luché por recordar, pero mi
mente estaba tan confusa.

Algo malo había pasado, estaba segura de ello, pero no podía recordar qué.
Callon estaba aquí, sin embargo. ¿Eso significaba que todo estaría bien? ¿No es
así? Me estaba moviendo hacia el punto de hiperventilar.

Intenté hablar, las palabras apenas formándose en mis labios.

—¿Dónde est{ Colt… Daniel?

Levanté la mirada y vi la cara de Callon llena de ansiedad mientras me ayudaba


a arrodillarme de nuevo. Me apoyé en su hombro, incapaz de sostenerme por
mí misma.

—Cheyenne, cálmate —dijo él, mientras frotaba mi espalda—. Todo estará bien.
Daniel y Colt están bien. Tuviste un accidente, y estás desorientada. No te
soltaré. Shh, ahora. Todo va a estar bien. Todos estamos aquí para ti.

Una parte de mí no quería creer en su amabilidad, pero aquí me sentía cálida, a


salvo.

Callon jamás me lastimaría, y dijo que me protegería.

Eventualmente las lágrimas cesaron, y mi respiración volvió a la normalidad.


196

Miré hacia el bosque. Lucía desconocido y diferente, de alguna manera.


Lentamente levanté la mirada. Callon limpió las lágrimas restantes de mi
Página

mejilla.
—¿En dónde estamos?

Callon suspiró.

—Tuvimos que irnos de viaje antes.

—¿En dónde están Colt y Daniel?

Callon me miró raramente antes de responder.

—Están aquí. Están preparando los caballos.

—Oh. —Mi voz era calmada—. ¿Estamos en peligro?

—No necesitas preocuparte por nada ahora mismo —dijo Callon—. No te


vamos a dejar. Estás a salvo. Lo prometo.

Él lo prometió…. Así que no era una mentira. Callon nunca mentía. Pero
todavía no entendía. ¿Estaba dormida? ¿Era esta alguna clase de raro sueño?
Callon me levantó para ponerme de pie, me ayudó a llegar ala camioneta, y me
sentó en el asiento. Lo miré sin comprender.

—Nos iremos pronto. Necesito que te quedes aquí en la camioneta. No te


muevas. Estamos justo aquí y no te vamos a dejar.

La única respuesta que pude dar fue un entumecido asentimiento. Callon se


alejó, y yo miré al cielo. Estaba claro. El sol brillaba mientras descansaba sobre
nosotros.

Suspirando, miré al bosque. El dolor estaba amainando, y ya no sentía nauseas.


Callon regresó pronto, ayudándome a ponerme de pie. Sostuvo mi codo
izquierdo y puso sus dedos alrededor de mi cintura mientras me guiaba detrás
dela camioneta y el remolque.

Colt y Daniel estaban esperando, sosteniendo los caballos. Nos detuvimos


frente a Colt, sus ojos verificándome antes de cuidadosamente turnarse como
mi apoyo mientras Callon montaba. Luego me levantó hacia Callon, alzándome
para sentarme frente a él. Sabía que no estaba en condiciones de montar por mi
197

cuenta. Colt apretó mi pierna y se alejó.

Hice un ligero gesto de dolor mientras los brazos de Callon se movían a mi


Página

alrededor para agarrar las riendas.


—Lo siento —susurró él. Agarré su antebrazo mientras instintivamente me
recostaba.

Mi mente estaba dando vueltas alrededor de pensamientos que no podía


entender mientras nos poníamos en camino hacia el bosque.

Daniel dirigió mientras Colt permaneció a nuestro lado, continuamente


mirando a Callon y luego a mí. Sabía que estaban hablando. Él quería
asegurarse de que yo estaba bien. Cada zancada que Bo daba era dolorosa.
Callon intentó aligerar el impacto, pero yo aún lo sentía. No había forma de
calmarlo.

Cerré los ojos mientras me concentraba en inhalar y exhalar. Era más fácil
respirar sentada. Mi cabeza empezó a tambalearse. Callon movió sus dedos a
mi mejilla y gentilmente la sostuvo en la curva de su cuello hasta que el
adormecimiento se instaló. Y la cálida sábana del sueño me cubrió.

Cuando desperté, la posición del sol me dijo que había pasado mucho tiempo.

Todavía estábamos cabalgando. Miré hacia el lado para ver la mirada


preocupada de Colt. Se acercó cabalgando y tocó mi pierna.

—Vamos a parar pronto. Podrás descansar un poco más entonces. —Lo único
que pude hacer fue asentir.

A la media hora nos detuvimos. Estábamos en la profundidad del bosque. Los


pinos se extendían hasta donde la vista podía alcanzar. Callon cambió, y me
estremecí. De inmediato Colt estaba a nuestro lado, y él me tomó en sus brazos.

Mis pies no tocaron el suelo mientras me acunaba contra su pecho. Una mano
me sujetó mientras la otra ahuecó mi mejilla, y besó mi frente.

—Nos vamos a quedar aquí por la noche —me informó Colt—. No me alejaré
de ti. Nadie puede lastimarte.

Miré hacia sus ojos amorosos sin comprender. ¿Por qué seguían diciendo que
estaba a salvo? ¿Nadie podía hacerme daño? No entendía, pero me sentía
198

segura en sus brazos.

Él siempre me hacía sentir amada.


Página
El campamento se estableció mientras me quedé acurrucada en su abrazo. Una
fogata fue hecha, la tienda se levantó, y los caballos se ataron para la noche.
Comencé a temblar mientras un escalofrío se apoderaba de mí. Rápidas miradas
fueron intercambiadas, y Callon apareció junto a nosotros con una manta en la
mano. Primero me inspeccionó y luego mientras la envolvía a mi alrededor, me
di cuenta del desastre que era. Todavía estaba usando los shorts y la blusa del
día en la biblioteca, y estaban empapados de sangre y suciedad.

¿Qué tipo de accidente había tenido? Me di cuenta de que no había hablado


desde que salimos de la camioneta. Estaba tan desorientada. Suspiré mientras
miraba hacia el cielo nocturno. Podía ver las estrellas bailando en la distancia, y
me hizo pensar la forma en que brillaban. Todo encajó en su sitio, la claridad en
los acontecimientos que llevaron a este momento. Me puse rígida y Colt se
tensó. Callon estaba a nuestro lado en un instante mientras él se volvía.

—Sé lo que pasó. —Miré a Callon coherentemente por primera vez en el día.

—¿Que pasó, Cheyenne? —preguntó Colt con cautela.

—Cómo sucedió esto. Los hombres, las luces brillantes. El ataque. Toda la
morfina que has estado bombeando en mí para ayudar a calmar el dolor ha
debido adormecer mis pensamientos. Pero sé lo que pasó.

—Estamos aquí ahora, y nadie se ira. Prometo no dejarte de nuevo. Ahora estás
a salvo. —Colt bajó la mejilla hacia mi cabeza.

Nos sentamos en silencio mientras observaba a Callon y a Daniel moverse sobre


el campamento. Colt dijo que no se iría, y lo decía en serio. Callon trajo agua y
me informó que si no la bebía, me pondría una vía intravenosa.

Bebí.

Daniel calentó la comida en el fuego. No sabía cuánto tiempo había estado fuera
de servicio, pero por el aspecto de las cosas, por lo menos había sido un día y
medio.

Todos estaban vestidos de forma diferente, y yo era la única con la ropa


199

ensangrentada encima. Sólo podía imaginar cómo lucía el resto de mí, tendría
que trabajar en ello mañana.
Página

Daniel se acercó.
—Te he hecho un poco de sopa, Cheyenne. Sé que no es la mejor, pero te
calentará. —Sus oscuros ojos azules estaban tristes, lo que me hizo sentir
culpable.

Yo no merecía su tristeza cuando trataban de protegerme.

Toqué su mano y la apreté.

—Gracias, Daniel. —Comí, aunque no estaba tan hambrienta. No quería darle la


oportunidad a Callon de sedarme. Entendía su razonamiento, pero no valía la
pena tener mi mente atrapada en la niebla.

Mañana tendría que hacer que me aclararan el alcance de mis lesiones. En este
momento, estaba demasiado cansada como para hacer más que cerrar los ojos.

Me apoyé en el hombro de Colt. El calor del fuego me tocó, y me deslicé en el


abismo del sueño.

Nudillos cálidos acariciaban mi mejilla, y miré por debajo de mis pesadas


pestañas. Estaba en la tienda. Giré un poco mi cabeza para ver los ojos fríos de
Colt mirándome.

El sol estaba alto, y la tienda estaba llena con luz sombría, tenían que haber
estado esperando a que despertara.

—¿Cómo te sientes hoy? —preguntó Colt suavemente.

No le respondí de inmediato, mientras evaluaba mi dolor.

—Mejor —contesté débilmente—. ¿Cuánto tiempo he estado dormida?

—No lo suficiente, todavía es temprano. ¿Necesitas descansar más? No tenemos


que movernos todavía.

Pensé en sus palabras. No estaba demasiado adolorida en este momento, pero


tampoco me estaba moviendo. Estaba en sus brazos, caliente y contenta. A
pesar de mis lesiones, no era un mal lugar para estar, de verdad.

Quería acurrucarme más tiempo, prolongar el momento, pero sabía que


200

teníamos que irnos.


Página
—No, estaré bien. —Hice una pausa—. Sin embargo, no creo que pueda
levantarme tan fácilmente por mi cuenta. ¿Te importa?

La tienda no era grande para empezar, y con él de pie, se hacía aún más
pequeña.

Ayudándome a ponerme de pie, Colt me dejó brevemente.

—Quédate aquí un momento, y voy a conseguir tu mochila.

Regresó con la mochila y la puso en el suelo. Vaciló en la entrada.

—¿Necesitas ayuda?

Le di una leve sonrisa.

—Voy a tratar de hacerlo. ¿Qué tal si te llamo si necesito ayuda?

Colt vaciló.

—Voy a estar justo fuera. Sólo puedes susurrar, y vendré.

—Bien.

Salió y cerró la cremallera de la tienda. Miré la mochila en el suelo. Esto no iba a


ser divertido.

Me las arreglé para quitarme mis artículos ensangrentados, pero ponerme la


ropa limpia era otra cuestión. Los jeans entraron sin problemas a pesar que
estaba vendada a través de mi pecho y el movimiento dolía. Logré deslizar la
camisola sobre mi cabeza y supe que no podía hacer mucho más.

—Colt —grité y la cremallera se abrió.

—¿Necesitas ayuda? —Me miró medio vestida y dio un paso adelante.

—Sí, parece que no puedo ponerme la camisa, el cinturón, o las botas. —Sus
ojos eran suaves mientras se agachaba y tomaba la blusa de algodón con sus
manos. Suavemente me giró, me ayudó, poniendo mis brazos en las mangas y
201

luego amorosamente la abotonó.


Página
Vi sus dedos moverse lentamente, y suspiré. Odiaba sentirme tan impotente. Él
tomó el cinturón, y levantó mi camisa ligeramente mientras lo tiraba a través de
las presillas de mis jeans. Se arrodilló y dio palmaditas en su rodilla.

—Siéntate aquí y pon tu brazo alrededor de mi hombro. Te pondré tus botas de


montar. —Me senté y me puso mis botas con facilidad. No se movió de
inmediato mientras nos miramos el uno al otro. Me incliné y lo besé en la
comisura de la boca.

—Gracias —susurré.

Sonrió levemente y me ayudo a mantenerme en pie. Salimos de la tienda para


encontrar a Callon y Daniel sentados junto al fuego.

Callon inmediatamente se aproximó y comenzó con las veinte preguntas.

—¿Cómo dormiste anoche, Cheyenne?

—Bien.

—¿Sientes dolor en este momento?

—No —mentí.

—Voy a tener que revisarte antes de nos vayamos esta mañana.

—Está bien. —Sabía que incluso si dijera que no, no habría importado.

—Quiero que desayunes primero.

Asentí, y me hicieron sentar en el tronco junto al fuego. Daniel puso una


chaqueta sobre mis hombros y se quedó cerca. Todos ellos se cernían sobre mí
mientras comía una barra de granola y bebía un poco de agua. Estaba
agradecida de que no trataron de hacerme comer más. No estaba segura de
poder retenerlo.

Eché un vistazo a Callon, sabiendo que estaba esperando.

—¿Puedo lavarme primero?


202

—Te llevaré —dijo Colt. Lo seguí a unos metros de distancia donde sostuvo la
cantimplora mientras me lavé y cepillé mis dientes. También ayudó a tirar mi
Página

cabello hacia atrás en una cola de caballo.


Una vez hecho, Callon me tuvo sentada junto al fuego de nuevo. Colt se paró
detrás de mí y ayudó a levantar mis camisas así Callon podía mirar.

Cuidadosamente, empezó a desenvolver el vendaje. Miré hacia abajo para ver


las marcas negras, azules y verdes. Cuando los dedos de Callon rozaron
suavemente sobre ellas, me estremecí. Sus ojos se clavaron en los míos.

—Tus manos están frías —expliqué algo frenéticamente—. Estoy bien. —Pude
decir que Callon no se lo tragó. Él envolvió de nuevo el vendaje y luego bajo
mis camisas.

Colt me dejó sentada en el tronco. El trío comenzó a derribar el campamento.


Podía sentir que éste no era el viaje previsto del que habíamos hablado
anteriormente.

Me parecía que éste era un vuelo tipo sal-del-peligro.

Había traído esto sobre nosotros. Yo fui la que insistió en que estaba a salvo si
me llevaban a la ciudad. Fui engreída, demasiado confiada de que en primer
lugar, podía defenderme, y en segundo lugar, que el peligro del que seguían
insistiéndome aún estaba presente, no existía en realidad.

Estaba tan equivocada. Estaba allí, sólo escondido, y no era capaz de


protegerme a mí misma en absoluto.

No pasó mucho tiempo antes de que estuviéramos listos para seguir adelante.
El fuego se apagó, y se me dijo que fuera con Colt. Callon me impulsó y Colt
terminó de ayudarme a subir a la montura.

Ambos estábamos siendo lo más cuidadosos posible, pero simplemente no


había manera de evitarlo. Jadeé mientras el brazo de Colt rozaba mis costillas.

Inmediatamente él reaccionó.

—Lo siento mucho. ¿Estás bien?

Asentí.
203

—Estaré bien. Sólo déjame recuperar el aliento. —Callon se paró a nuestro lado,
su mano en mi pierna.
Página

—Cheyenne, puedo darte algo —ofreció de nuevo.


Lo interrumpí con desesperación.

—No, estaré bien. —Vi como él y Colt intercambiaron pensamientos


telepáticamente, pero lo dejo ir sin presionar más. Iba a ser un largo viaje hoy,
pensé mientras me apoyaba en el pecho de Colt.

Daniel dirigió el camino y Mandi se pegó detrás de Charlie. Fue una gran
distracción, ya que ella era muy traviesa. De vez en cuando, se ponía inquieta y
trataba de morder las patas traseras de Charlie. Una vez cada rato, de repente él
volvía su cabeza y mostraba sus dientes. Sólo podía imaginar la mirada
antagónica en sus ojos mientras lo hacía. Ella quería jugar, este era su
comportamiento habitual en el corral de la cabaña. Eso me hizo sonreír.

Estaba tranquilo y pacífico, todo estaba fresco y vigorizante. Quería inhalar el


aroma de pino y madera, pero no pude. Colt tocó mi mano, y yo apoyé mi
cabeza en su cuello. Él suspiró.

Miré hacia el bosque mientras cabalgamos, y dejé a mi mente divagar. Recordé


lo que había sucedido después que dejé la biblioteca.

—Colt, los hombres que me atacaron, dijeron que iban a matarme. —Su brazo
se apretó—. Ellos actuaron como si me conocieran, pero yo no los conocía. —
Dudé—. ¿Eran los mismos que mataron a mis padres?

Él dejó salir un suspiro.

—No sabían quién eras, al menos no de inmediato, pero sabían que te


convertirías en Eterna. —Hizo una pausa—. No creemos que sean los que
mataron a Gene y Alexis. —Su voz parecía tensa, como si estuviera
manteniendo su ira—. Tú eras un blanco fácil.

—¿Ellos te conocían? —pregunté.

—Sí.

—¿Es por eso que estaban esperando afuera dela camioneta en el bar esa noche?

—Pensaron que podrían tenerte entonces. Desde que el clan Consilador ha


204

estado actuando en el lugar del clan gobernante, y nosotros tres somos de


Consilador, les pedimos que se fueran. Obviamente no escucharon.
Página

—Así que, ¿eso es parte de gobernar? ¿Decirles que dejen la ciudad?


—Parte de ello. Si ellos arriesgan exponer nuestro secreto a los humanos, es
necesario que se trate. Podemos pedirles su cooperación, pero a veces tenemos
que recurrir a otros medios.

Medité sus palabras. Realmente no lo entendía. El clan de Colt fue ascendido


porque la línea Kvech, de la cual yo podría ser parte, supuestamente había
terminado. ¿Qué pasaría ahora? ¿Sería yo la que asumiera el gobierno? Ese
pensamiento no me sentaba bien en absoluto. Yo apenas sabía que era diferente,
aún ni siquiera estaba segura de aceptar la idea. Sabía que no podía cambiar lo
que era ser Eterna, pero quién decía que no podía cambiar quién era. ¿El viaje me
daría las respuestas que estaba buscando?

¿Y qué quería decir él con recurrir a otros medios? Recordé escuchar los gritos
cuando ellos vinieron a rescatarme. Colt dijo que moriría por mí, pero… las
náuseas se levantaron en mi estómago.

—Colt, ¿qué pasó con ellos?

—No tienes que preocuparte nunca más —contesto en voz baja cerca de mí
oído—, estás a salvo aquí en mis brazos. Nunca te dejaré ir.

—¿Colt?

—¿Sí?

—¿Qué pasó? —Dudé, insegura de realmente querer saber su respuesta—. ¿Los


mataron? —Cerré mis ojos mientras su pausa se hizo más larga. Él no
contestaba, y eso no era una buena señal. Mi estómago se revolvió. Yo había
causado la muerte de alguien.

Sus labios se movieron a mi oído. Sus palabras fluyeron, prueba de sus


emociones profundas.

—Cheyenne, yo nunca te lastimaría. No tienes que tener miedo de mí. —Sus


dedos acariciaron mi mejilla—. Nunca te haría daño. ¿Me entiendes? Te amo.

—No te tengo miedo. Sólo necesito saber si los mataron —susurré.


205

Un profundo gruñido se levantó de la parte posterior de su garganta, y sus


brazos se apretaron. Su rabia retumbó en mi oído.
Página
—No puedo soportar la idea de alguien haciéndote daño. Cuando te vi tendida
indefensa en el suelo, quería matarlos. Quería que pagaran por sus acciones.
Callon es lo único que me detuvo. Están vivos, pero no por mí. —Su brazo se
apretó a mi alrededor.

Levanté mi brazo izquierdo sólo lo suficiente para tocar su mejilla.

—Gracias —susurré mientras una pequeña cantidad de alivio corría sobre mí.

—No me agradezcas. Yo fui el que te dejó. La condición en que estás ahora es


porque no hice lo que dije. No te protegí. Dije que lo haría, y aun así yo… no
debería preguntar, y no merezco tu perdón, pero ¿puedes alguna vez
perdonarme?

—Colt —dije con mi voz ronca—. Tú me protegiste. Lo que pasó fue sólo un
accidente. Estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. No hay
razón para pedir perdón. Viniste y me encontraste, me rescataste de nuevo. Me
has salvado más veces de lo que merezco. Yo debería estar marcada como
material peligroso.

—Sólo has necesitado rescate desde que has estado con nosotros… —Se fue
callando.

—Y no cambiaría nada —le aseguré. Su brazo se mantuvo apretado a mi


alrededor, y continuamos nuestro viaje en silencio.

206
Página
Capítulo 17
Traducido por flochi y carosole

Corregido por Nanis

V
olvimos a montar. Tenía razón, fue un largo, largo día, incluso llevada en
los brazos de Colt. Cuando finalmente el día menguó, habíamos llegado a
una pequeña corriente a través de un campo lleno de hierbas. Callon
desmontó y vino a ayudarme a bajar. Sus ojos buscaron los míos una vez más,
buscando algo. Me había estado examinando todo el día, pero había asumido
que era debido a mis lesiones. Me estaba empezando a sentir incómoda bajo su
mirada.

—¿Cómo te sientes? —preguntó, preocupado.

Ya tenía mi confirmación: estaba preocupado.

—Viviré. —No era la respuesta que estaba buscando, pero no discutió. Se alejó
caminando. Me acerqué al borde de la corriente, y los caballos bebieron. Se
sentía bien estar de pie, mis piernas estaban rígidas de montar por tanto tiempo.
Mi pecho no estaba doliendo mucho. Era capaz de tomar respiraciones
profundas, y mi codo parecía doler menos también. Mi recuperación parecía
llegar más rápido que en el pasado. ¿Es esta la manera en que sería cuando
fuera Eterna?

Mi mente se estaba aclarando y pude concentrarme. Era tiempo de preguntar


acerca de las luces.

El campo parecía invitador con la luz del sol, los pastos meciéndose con el
207

ligero viento. Era como si estuvieran bailando a su propia música, una canción
secreta. Si pudiera escucharla, sabía que sería mi favorita. Cerré los ojos,
Página

imaginando mis manos tocando la canción sobre un piano.


Un resoplido exagerado me trajo nuevamente. Mandi estaba inquieta. Quería
correr. Callon, Colt, y Daniel estaban parados a un lado, contemplando algo.
Empezaron a remover los asientos. Pegué un salto cuando Daniel súbitamente
apareció junto a mí.

—Vamos a acampar aquí por esta noche —dijo a la vez que reía por mi
reacción.

—Bien. —Sonrió y desapareció otra vez. Permanecí donde estaba y continué


observándolos descargar los caballos. Sam fue liberado primero, luego Bo y
Charlie. Si un caballo podía mostrar irritación, Mandi lo hizo. Estaba pisando
fuerte con sus patas y sacudiendo la cabeza mientras removían su carga. Una
vez liberada, se lanzó al campo donde estaban los otros pastando.

Su entusiasmo fue divertido de ver, corrió haciendo círculos alrededor de los


otros, bailando y sacudiéndose. Mientras corría de un lado al otro en el campo,
los otros la ignoraban. Finalmente se detuvo y comenzó a pastar.

El borboteo del arroyo me recordó que necesitaba lavarme. Sólo podía imaginar
cómo se veía mi cabello. Un buen champú haría maravillas. Me di la vuelta y
pegué otro brinco cuando Colt me sobresaltó. Había aparecido delante de mí,
sonriendo.

—Lo siento, ¿te asusté? —preguntó, sin sonar apenado.

—Claro que no —murmuré, aunque era obvio que sí. Rió.

—¿Hambrienta? —preguntó.

—Sí, pero me estaba preguntando si podía limpiarme primero. —Miré al


arroyo—. ¿Hay una piscina más grande de agua en la que podría lavarme? —
Volví a mirar, y vi un brillo nuevo en sus ojos. Eso solo podía significar que
estaba planeando algo.

—Seguro. Hay una pequeña cascada, tomaría como diez minutos a pie. ¿Qué
tal?
208

—Bueno, preferiría una ducha caliente, pero ya que no hay una cerca, tendrá
que servir. —Alcé la mirada—. ¿Asumo que empacaste mi traje de baño?
Página

Asintió con más entusiasmo del necesario.


—Claro. ¿Te das cuenta que no puedo dejarte sola?

Ahora era yo la que estaba sonriendo.

—Sí, lo sabía. Estaba contando realmente con ello. —Arqueó sus cejas—. No te
hagas demasiadas ilusiones. Si no puedo levantar los brazos, necesitaré ayuda
para lavarme el cabello.

Meneó las cejas y me reí.

—Puedo ayudar con eso —sonó positivo.

—Estoy segura de que puedes.

Colt me llevó donde Daniel había montado mi tienda, y me dejó temporalmente


mientras él agarraba mi mochila de la pila y la lanzaba al suelo. Salió, cerrando
la cremallera de la tienda. Me arrodillé y cavé a través de la mochila y encontré
el traje de baño junto con algunos que estaba agradecida de que él hubiera
empacado.

Desvestirme no fue tan difícil como vestirme había sido esa mañana. Las ropas
cayeron al suelo, y las pateé a un costado por el momento. Fui capaz de
ponerme el traje con unos pantalones cortos y una camiseta, fue más de lo que
había hecho el día anterior. Agarré el jabón y el champú de la bolsa y dejé la
tienda para encontrar a Colt esperando.

Él también se había cambiado, su camisa de manga larga estaba desabrochada,


exponiendo su pecho. Me ruboricé. Tenía una toalla en la mano. Tomó el jabón
y el champú de mí y los deslizó en los bolsillos de sus pantalones cortos.

—¿Lista?

Con el rostro ruborizado, todo lo que pude hacer fue asentir. Mirando por el
rabillo de mis ojos, vi su sonrisa. Me calentó por dentro, poniéndome más
cómoda. Tomó mi mano y avanzamos río arriba.

Seguimos la orilla, y estuve contenta de haberme metido en mis botas de


senderismo. Colt tuvo que ayudarme sobre numerosas ramas caídas. No estaba
209

lo bastante preparada para enfrentarlas por mi cuenta.


Página

Tal y como dijo, llegamos río arriba como en unos diez minutos. Me quedé
tiesa. El arroyo allá en el campo era sólo un ramal del río. Ese monstruo
incontenible delante de mí era parte del río principal, no el suave hilillo de agua
que había estado esperando.

—Es más grande de lo que pensé —dije—. No creo que esté lo bastante fuerte
ahora mismo como para sostenerme erguida mucho tiempo.

—Para eso es para lo que me tienes —me transmitió Colt.

Dudé cuando me senté para quitarme las botas. Todo lo que necesitaba hacer
era perder el equilibrio y podía ser arrastrada corriente abajo. Me estaba
empezando a cansar de ser maltratada y golpeada.

Reacia, me quité la camisa y las botas, mientras Colt esperaba. Habíamos estado
cerca del otro un montón, pero por lo general con más ropa. Lo había visto sin
camisa antes, cuando habíamos ido a nadar muchas veces, pero ahora parecía
diferente. Seguía sin saber cómo me sentía, ¿o lo sabía? ¿Lo amaba como él me
amaba? Lo amaba, pero nuestra relación siempre había sido diferente… mera
amistad no era lo que estaba sintiendo ahora.

Todas mis dudas anteriores estaban empezando a parecer insignificante.


¿Estaba permitiéndole vencer mi resistencia? Yo no tenía a nadie más, ¿se
suponía que estuviera con él? ¿Era su importancia en mi vida parte de lo que
mis padres quisieron decirme? ¿Podía confiar en él y todos sus votos de amor
por ser sinceros?

—Puedo llevarte. —Levanté mi cabeza de golpe, sacándome de mi ensoñación.


Estaba a punto de responder cuando quitó el aparato de mi brazo y luego
suavemente me levantó del suelo. Tuvo cuidado de no tocar las áreas
magulladas.

No tuvo ninguna dificultad de vadear a través del agua hasta la cintura a


medida que nos acercábamos a las cataratas. Me colocó sobre una sección de
rocas y se paró en frente de mí. La presión del agua era perfecta, no se sentía
como si estuviera a punto de ser llevada por la corriente. Me recosté en el agua.
Estaba fría, pero estimulante. Corrió sobre mi rostro y cabello, y levanté el
cuello para asegurarme que mi cabello estuviera empapado mientras mis
210

manos permanecían plantadas en la roca. Incliné la barbilla hacia abajo, y me


encontré con los ojos de Colt. La mirada que encontré me sobresaltó. No
Página

esperaba ver semejante anhelo.


Me di la vuelta.

—¿Champú? —preguntó por encima del sonido de las cataratas.

Respiré temblorosamente y me incliné hacia adelante. Su mirada se trabó con la


mía mientras empezaba a lavar mi cabello. Sus dedos masajearon el champú en
mi cuero cabelludo, y mi corazón se aceleró. Fue raro, incómodo y soñador a la
vez. Cerré los ojos y disfruté de la sensación de estar limpia, luchando para
mantener la calma.

Suavemente, empujó mi cabeza de regreso al agua, enjuagando el jabón. Me


acercó más y limpió el agua de mi cara. Levantó las manos sobre el costado de
mi cuello, y el calor de su pecho me atravesó. Mis ojos permanecieron cerrados
mientras sus labios acariciaron mi mejilla, mandíbula y luego se movieron a mis
labios. Permaneció por mucho tiempo, plantando suaves besos húmedos antes
de suspirar y echarse hacia atrás. Yo también suspiré.

Extendí la mano y toqué su brazo.

—Gracias. —Estaba lo bastante cerca para escuchar y darme una sonrisa de


felicidad.

—De nada.

Mirando con fijeza en sus ojos, perdiéndome en ellos, permití a mi mano buena
deslizarse lentamente hacia arriba, hacia su hombro. Mis dedos trazaron el
contorno de su pecho y luego bajaron hacia los músculos de su estómago.
Estaban temblando… y yo estaba temblando.

Miré hacia abajo. Era tan perfecto, como una estatua de mármol impecable
esculpida a mano por un maestro. Intenté levantar la mano derecha hacia su
hombro, pero el dolor agudo causó que la bajara otra vez. Bajó su mano
izquierda y la puso sobre la parte baja de mi espalda, y me empujó hacia
adelante, deslizando mis piernas al costado hasta que estuve apoyada
completamente contra él. Mi palma abierta estaba sobre sus pectorales mientras
sus labios tomaban los míos.
211

No fue gentil, sino firme y seguro. Presionó con fuerza, obligándome a separar
los labios. Había un anhelo, fue como si quisiera cada parte de mí en este
Página

mismo instante. Había sido tan cuidadosa en los últimos meses, no permitiendo
más que simples besos. La única excepción fue en mi cumpleaños. Fue como si
él estuviera recuperando el tiempo perdido, dejándome saber que me quería de
muchas más maneras de las que yo podía imaginar. No estaba renunciando o
cediendo, y yo no quería a nadie más. Mi deseo era por él también. Me había
estado conteniendo, buscando mi corazón.

Lo amaba. Tanto como había tratado de negarlo, lo amaba como él me amaba.


No quería que este momento, este beso, terminara. Pero el dolor en mi costado
estaba doliendo terriblemente. Tuve que apartarme.

Intenté echar mi cabeza hacia atrás, pero me mantuvo en el lugar firmemente


con su mano. Empujé sobre su pecho con poco efecto. Mis costillas izquierdas
estaban empezando a apretarse realmente, y cada vez era más difícil recuperar
el aliento. Se retiró y empezó a besar mi cuello mientras yo daba pequeñas
respiraciones, intentando aliviar el dolor erigiéndose. Sus labios aterciopelados
se movieron a mi mandíbula y trazaron mi cuello, inclinando mi cabeza hacia
atrás siguieron mi clavícula. Sus dedos se desviaron de mi cuello a mi costado y
presionó contra las costillas rotas.

—¡Ay!

—Oh, Cheyenne —dijo con simpatía mientras se echaba inmediatamente hacia


atrás—. Lo siento tanto.

Dejé caer mi cabeza sobre su hombro, intentando recuperar el aliento, sabiendo


que el beso valía la pena el dolor.

—Lo sé. Estoy bien.

Sus dedos rozaron mi cuello.

—Deberíamos volver. Necesitas comer, y pronto estará oscuro.

—Solo abrázame —susurré al inclinarme hacia adelante otra vez. Él me llevo a


sus brazos, la calidez de su toque me llenaba. Envolví mi brazo izquierdo
alrededor de sus hombros y cuello así estaba más cerca. Sus labios dejaron
besos en mi cuello y hombro mientras él esperaba a que yo dijera que estaba
212

lista para irme.


Página

No quería irme nunca. Al final, mis dudas desaparecieron. Le confiaría mi


vida.
—Tenemos que irnos. —Me levantó en sus brazos y cruzó el río. Me puso sobre
mis pies, me envolvió con una toalla y me empezó a secar suavemente. Me las
arreglé para deslizarme en mis pantalones cortos mientras él sostenía mi brazo
y me ayudó con la camisa. Me senté en sus rodillas y me puso las botas.

Cuidadosamente volvió a poner el aparato y vi cómo se colocó su camisa de


nuevo, dejándola abierta, el agua brillaba en su pecho. Parpadeé. Sabía que él
podía ver mi reacción y estaba haciéndose más sexy a propósito.

Tomando mi mano en la suya, nos llevó de vuelta. El viaje de regreso parecía


corto, tal vez porque no estaría pasando tiempo a solas con él. Podría haber
estado sentada y mirándolo por horas sin aburrirme. Dejarlo sostenerme en sus
brazos por siempre…

Suspiré. Necesitaba hacerle saber cómo me sentía. Él tenía que escuchar esas
palabras de mí. Necesitaba oírme decir: “Te amo”.

Estaba tan distraída que cuando nos acercábamos al campamento, no había


notado a Mandi acercarse a nosotros. Ella resopló en mi oreja y grité.

Colt se echó a reír y Daniel se le unió al ver lo que ocurrió. Todo lo que pude
hacer fue sonreír y sacudir mi cabeza. Mandi loca. Incluso pensó que era
divertido burlarse de mí.

Colt me dejó en mi tienda mientras me puse unos jeans y una camisa de manga
larga. Dejé los vendajes a propósito, así era más cómodo respirar. Estaba segura
de que Callon me las pondría de nuevo después, pero no estaba aquí ahora.

Abrí la tienda y me volteé para encontrarlos sentados alrededor de la fogata.


Colt se había puesto unos jeans, pero su camisa todavía seguía desabrochada.
Era una distracción, y él lo sabía. Me guiñó disimuladamente y yo me ruboricé.

El pescado se estaba cocinando encima de las llamas, Callon y Daniel habían


estado ocupados cuando nos habíamos ido. No me gustaba mucho comer
pescado, pero estaba hambrienta, y eso olía bien. Colt palmeó un lugar en el
tronco entre él y Daniel, y me senté. Callon miró hacia arriba.
213

—¿Tienes hambre?
Página

—Estoy famélica —respondí ansiosamente y sonreí.


—Bien. —Puso una trucha en un plato y me lo entregó. Lo acepté encantada. Él
estaba cocinando bastante. Comí más rápido de lo normal, sacando los huesos
fuera del camino. En general, estaba bueno, considerando que normalmente
escondía el sabor del pescado con salsa tártara.

—Gracias —dije, mientras Callon tomaba mi plato.

—¿Quieres otro?

—No, estoy bien. —Callon llevó los platos al riachuelo y los lavó. Colt frotaba
mi espalda suavemente. Mientras esperaba que Callon regresara, mi mente
pensaba en las luces.

Tenía algunas preguntas que quería hacer. Callon volvió y se puso en cuclillas
junto al fuego y lo atizó. Mi pulgar pasó sobre el anillo grabado en mi dedo
índice. Ahora era un buen momento para hacerlo.

—Callon —comencé. Él no levanto la vista, pero asintió una vez—. Después de


mi accidente, te dije sobre las luces que vi. ¿Qué son?

Callon empujo su rama un poco demasiado fuerte y un montón de cenizas


cayeron cerca de sus pies.

—Necesitas mantenerte alejada de ellas.

—¿Por qué?

—Porque son peligrosas. —Agregó otro tronco al fuego. Estaba oscureciendo.

—¿Por qué? No entiendo. —El Sr. Evasivo había regresado de su ausencia.

—Es necesario que te mantengas alejada, no las veas.

—¿No verlas?

Él no respondió.

Oh. No. El que debe ser obedecido estaba de vuelta en plena actividad. Mi labio se
curvó ¿Por qué no podía decirme sólo quiénes eran? Mi enojo resonó a través
214

de mi respuesta fuerte y clara.


Página
—¿Por qué me haces esto? —Mi voz empezaba a elevarse—. ¿Crees que soy
estúpida? ¿Qué mi pequeño cerebro no lo puede manejar? ¿Crees que correría
voluntariamente hacia el peligro porque dijiste que no debería?

Suspiró, mirándome. Sus labios estaban presionados en una línea recta y sus
ojos estaban estrechados ligeramente, mostrando su enojo.

—Nunca dije eso, Cheyenne.

—Lo insinuaste —siseé.

—Si no te cuento cosas —contestó Callon calmadamente—, es porque no


necesitas saberlo ahora mismo. Hay un montón de cosas sucediendo por detrás
que ni siquiera eres consciente.

—¡Entonces dime, así lo tengo en cuenta!

—Te asustaría.

No sabía si estaba más enfadada porque no me lo quería decir, o por el hecho


de que él estaba demasiado tranquilo.

—¿Cuándo lo tengo que saber, Callon? —Me puse de pie—. ¿Cuándo corra
accidentalmente hacia las luces y descubra qué son realmente? —Mis manos
azotaba el aire alrededor de mí y un fuerte dolor apareció, pero lo hice a un
lado.

Colt estiró el brazo, pero yo alejé el mío. Salí corriendo por el campo hasta
donde estaban los caballos. Sólo necesitaba alejarme de Callon. No entendía su
razonamiento. No era una niña. Estaba actuando como un padre autoritario de
nuevo.

Si sólo pudiera averiguar lo que decía el diario. Apuesto a que mis padres
habían puesto avisos allí para mí. Ellos me habrían dicho todo en lugar de
pequeñas piezas de información que me arreglé para sacarles al trío.

Encontré una parte estrecha del arroyo, y salté al otro lado. Mandi me vio y se
dirigió a mí. Ella bajó su cabeza, y empecé a rascarla, moviendo su cuello y
215

cepillando su melena de un lado a otro. El ritmo era tranquilizador, relajante.


Página

Sabía que perdía los estribos con Callon con demasiada facilidad. Estaba
tratando de protegerme. Él y los otros lo habían demostrado después de mi
ataque. Como dijo Callon, había un montón de cosas sucediendo por detrás que
ni siquiera era consciente. Mis dedos recorrieron mi anillo otra vez. Sólo quería
entender. Era injusto. Todos sabían lo que estaba pasando. Era difícil ser la
única que no sabía nada. No me gustaba depender de ellos para todo. Me hacía
sentir como una carga.

—Cheyenne —me llamó una voz suave.

No contesté mientras seguía acariciando a Mandi. Todavía me estaba calmando,


resolviendo lo que tenía que hacer. Era mejor si no hablaba aún.

Callon se detuvo detrás de mí.

—Sé que estas enojada. Lo siento. Mira, no siempre te cuento cosas porque no
quiero asustarte. Crecí sabiendo que era Eterno e incluso entonces era
abrumador. No quiero que huyas de nosotros. —Se acercó más, sus palabras
eran amables—. No creo que seas estúpida, nunca lo he creído. Descubriste más
cosas de las que pensé que harías. Eso es el por qué te tengo que proteger, a
veces de ti misma.

Sus dedos cepillaron mi cabello, haciéndome poner piel de gallina en mis


brazos.

—La última cosa que querría es causarte más daño. Ya has pasado por mucho
en tu corta vida.

Estiró su brazo y tomó mi mano. No podía mirarlo a los ojos. Había demasiados
sentimientos complicados. No tenía elección pero aceptaba sus explicaciones
¿Mis padres me habrían ocultado estas cosas también? Tuvieronque, ¿pero aún
lo harían? De nuevo me pregunté cuánto habían estado planeando decirme en
el campamento que nunca llegamos a tener.

Inhalé, componiéndome una vez más.

—No, yo soy la que debería disculparse. No he sido muy agradable esta noche.
Has cuidado de mí, me protegiste y velaste por mí, y no he sido más que
desagradecida. —Incliné mi cabeza—.Lo siento.
216

Me sentía como un caso perdido. Se me acercó más, mirándome a los ojos


Página

brevemente cuando entendimiento pareció pasar entre nosotros. Él sabía que lo


iba a dejar pasar, y confiar en ellos. Sus brazos se envolvieron alrededor de mí
fuertemente, pero no lo suficientemente apretado como para causarme dolor.
Apoyé mi cabeza en su pecho mientras sus dedos acariciaban mi espalda. Esta
era su manera de confortarme, para mostrarme que podía ser amable y
comprensivo.

—Hay muchas cosas que quiero contarte, demasiadas que quiero compartir
contigo. Con el tiempo las sabrás, con el tiempo no te guardare más secretos.
Pero necesito que confíes en mí.

—Sólo quiero entender. Si pudiera leer el diario, estoy segura de que estaría
mejor.

Besó mi cabeza y un calor me recorrió hasta mis pies.

—Sólo confía en mí en este momento —me pidió—. Vamos a buscar ayuda en el


diario. Lo prometo.

Me estremecí. Él lo sintió y me miró con preocupación.

—Tenemos que acercarte al fuego. Tienes frío.

Si sólo supiera que el frío no era por el tiempo.

—¿Callon?

—¿Sí?

—Sé que estamos huyendo en este momento. ¿Nos dirigimos a un lugar


especial? ¿Vamos a encontrarnos con tus amigos de los que hablaste?

—Sí.

—¿Por cuánto tiempo?

—Un par de días.

—¿Estamos siendo seguidos?

Él suspiró.
217

—Lo fuimos, pero los perdimos por ahora. Necesito que permanezcas
realmente cerca en todo momento.
Página

—¿Es el Sarac? —murmuré.


Callon no dijo nada, pero sus ojos me dijeron que estaba en lo cierto. Nos
habíamos ido rápidamente debido a que nos seguían, pero aún nos podían
encontrar. No me gustaba ni un poco.

Callon me ayudó a cruzar el arroyo hacia el fuego. La mandíbula de Colt estaba


apretada cuando se levantó, con sus ojos azules estresados. Miró a Callon y
asintió con la cabeza. El rostro de Colt se relajó ligeramente mientras me
acercaba. Rodé mis ojos. Me iban a volver loca con su telepatía.

—Habla en voz alta, por favor —demandé, cruzándome de brazos. Colt sonrió
mientras deslizaba su brazo alrededor de mi hombro, y nos sentamos. Suspiré y
me acurruqué. Me estaba adormilando mientras los escuchaba hablar dónde ir
mañana.

Me enterré más en Colt, dejándome llevar mientras el fuego y su toque me


calentaban. Era más fácil respirar, mi pecho ya no me dolía más, y me pude
recostar sin sentir dolor.

Pronto todo se quedó en silencio, y dejé que la pesadez tomara el control, pero
no antes de que algo dentro de mí se revolviera. Por un breve momento, un
ligero dolor me recorrió, y un miedo horrible se apoderó de mí, pero el
cansancio lo empujó pronto hacia abajo.

218
Página
Capítulo 18
Traducido por Areli97 y (SOS) Shadowy

Corregido por Flexi

U
n susurro tenue me despertó, y abrí los ojos para ver que aún estaba
oscuro. Colt estaba acostado a mi lado en la tienda, y seguía en sus
brazos, pero mirando a otro lado. Callon estaba descansando enfrente de
mí, cara a cara, pero sus ojos estaban cerrados. La tienda era pequeña, pero
parecía más que una coincidencia que él estuviera así de cerca. Una sensación
de peligro inminente se apoderó de mí. Elevé la cabeza ligeramente, Daniel
estaba del otro lado de Callon. Algo estaba pasando.

El ruido afuera de la tienda me hizo echar un vistazo hacia la abertura. Era más
cercano esta vez. Luces pasaban velozmente. ¿Por qué tendrían una fogata
prendida si estaban aquí conmigo? ¿Quién estaba allá afuera, y por qué no
estaban revisándolo?

Estaba a punto de preguntarle a Colt, cuando sus brazos se apretaron, y su


larga pierna cubrió la mía. Estaba preparándose para algo. ¿Qué?

Mi corazón empezó a acelerarse. Los ojos de Callon se abrieron de pronto.


Estaba concentrado. Abrí mis labios para hablar, pero presionó mis labios con
un dedo. Movimiento en la entrada de la puerta me hizo mirar atrás de nuevo.
Las luces se estaban haciendo más brillantes. Estaban danzando. ¿Estas eran las
mismas luces que antes? Si era así, ¿por qué estamos acostados aquí? ¿Por qué
no nos estamos moviendo? ¿No deberíamos estar tratando de alejarnos?

El pánico se asentó, y mi respiración salió en jadeos entrecortados, pero los


219

dedos de Callon seguían sobre mis labios.


Página
—Cheyenne —dijo en voz baja—. Cierra los ojos. No mires a las luces. Colt no
te dejará ir. Sólo mantén tus ojos cerrados. —Estaba tratando de calmarme, pero
era demasiado tarde. Entendí lo que él estaba diciendo, pero no podía cerrar
mis ojos. No sabía si era por el p{nico, miedo o…

Las luces estaban en la tienda ahora. Eran más brillantes, más hermosas de lo
que podía imaginar. Mi cuerpo empezó a temblar. El agarré de Colt se apretó,
casi dolorosamente.

Callon no habló, pero sus ojos me mostraron todo. Yo entrecerré los míos
debido a la luminosidad llenando la tienda, pero en vez de cerrarlos, observé
con asombro. No podía apartar la vista de ellas. Los reflejos estaban bailando
sobre el rostro de Callon. Empezaron a hacer sombras en las paredes de la
tienda. Era como si miles de luces titilantes estuvieran bailando en la noche sólo
para mí.

Las luces empezaron a agruparse, cada vez más frenéticas. Con cada progresión
se alejaban y acercaban, iluminándose y moviéndose más cerca.

Quería estirarme y tocarlas, experimentar su sensación en mi piel. Eran


impresionantes. Cayeron sobre mí, y eran como suaves besos susurrantes. Pero
pronto cambió a un pellizco, luego a una picadura. En cuestión de minutos, la
sensación de picadura estaba sobre todo mi cuerpo.

Cada centímetro de mi piel estaba en llamas. Estaba siendo tironeada, tirando


en dos direcciones diferentes. Yo no era la que se estaba moviendo. Miré abajo a
mi cuerpo desde arriba. ¡Me estaba agitando en los brazos de Colt! Una fuerza
estaba intentando arrastrarme lejos, y no había nada que pudiera hacer.

Colt estaba resistiendo, desesperadamente tratando de no aplastarme. Callon


estaba en completo pánico. Sus manos estaban sosteniendo mis mejillas. Me
estaba gritando que cerrara mis ojos. Mi cuerpo no respondía. En total
desesperación, lo vi embestir sus labios a los míos.

Me estaba besando, besándome fervientemente, del modo que dijo que quería
hacerlo aquel día en el prado.
220

Mis ojos se cerraron, y sentí sus cálidos labios en los míos, empujando,
Página

separando, presionándome más cerca. Mi corazón quemó, y empecé a


responder.
En el momento en que Callon me sintió, se alejó a sí mismo. Sus dedos se
movieron a mis sienes, colocando sus pulgares sobre mis ojos.

—No abras los ojos.

Dejé de agitarme, pero luego las sacudidas empezaron. Me sentía sudorosa y


enferma. ¿Qué acababa de pasar?

Callon me dejó ir, y Colt me dio la vuelta para que así mi cara estuviera ahora
presionada contra su pecho. No abrí mis ojos. Estaba asustada de lo que podría
ver. Mi mente salvajemente tratando de comprender lo que había ocurrido.
Miedo se apoderó de mis pulmones, y gimoteé.

Callon, sin embargo, no era tan comprensivo.

—¡Tú estúpida niña! —rugió—. ¡Te dije que cerrarás los ojos! Simplemente no lo
entiendes, ¿cierto? ¡Trabajamos tan duro para mantenerte a salvo, y tú no
puedes seguir una instrucción simple!

Pasé de terror a enojo en un instante. ¿Qué derecho tenía él para gritarme?


Empujé con todo lo que tenía contra el pecho de Colt para darme la vuelta y
responder.

—¿¡Maldita yo?! —chillé—. Te pregunté acerca de las luces. Prácticamente te


rogué que me contaras acerca de ellas, ¡pero todo lo que podías decir era que no
era importante que yo lo supiera! —Estaba temblando, esta vez con furia—. ¿No
confías en mí? ¿Eso es? ¿Piensas que sólo voy a salir corriendo al Sarac?

Colt de repente habló.

—Cheyenne, Callon tiene razón. Necesitas empezar a escucharnos. Casi te


aplasté…

—¡Cállate, Colt!

Intenté pararme, pero me estaba sosteniendo fuerte. Tomó mis muñecas y las
fijó a mi lado. Si el fuego pudiera ser lanzado de mi mirada, Callon habría
ardido enfrente de mí, y no sentiría ni el más pequeño sentimiento de
221

remordimiento.
Página

—¡Cheyenne, cálmate! —Colt espetó, su profunda voz retumbó en mis oídos.


Me empujó duramente contra su pecho—. No tenemos tiempo para discutir
contigo. No vas a ganar esta vez. Tenemos que empezar a movernos antes de
que vuelvan. Es sólo cuestión de tiempo antes de que nos encuentren de nuevo.

Se detuvo, inhalando profundamente. En un tono más suave agregó:

—No puedo dejarte vagar. Necesitas quedarte quieta para que así podamos
empacar. ¿Vas a escucharme?

No respondí, demasiado enojada para formar palabras. Callon miró sobre mi


hombro a Colt. En el siguiente segundo Colt estaba de pie, llevándome con él.
Yo era como una muñeca de trapo bajo sus manos mientras rasgó a través de la
abertura de la tienda, mis pies no tocaban el suelo.

—¡Colt, SUÉLTAME!

En respuesta me sujetó los brazos hacia abajo con una mano mientras me
empujaba a su lado. No podía moverme, su férreo agarre lastimaba mis
costillas, pero mi ira adormecía el dolor. ¡Maldito sea si pensaba que podía
manejarme de esta manera!

En poco tiempo, los caballos estaban ensillados y el campamento derribado. La


tensión era espesa entre nosotros, pero no me importaba. No quería nada que
ver con ellos.

Cuando Callon y Daniel terminaron, Colt me arrastró bruscamente hacia Sam.


Me empujó en las manos esperando de Callon. Me tropecé con él, mientras Colt
montaba. Callon no era suave como él cuando me arrojó a Colt. Colt me atrapó
en medio del aire y me puso en la silla frente a él. Movió su brazo alrededor de
la parte delantera para coger las riendas y golpeó mis costillas lesionadas. Un
rayo de dolor explotó en mi costado, y jadeé. Él no dijo nada.

Todavía estaba oscuro, pero no perdieron tiempo y entraron en un galope


completo, saliendo y entrando de entre los árboles.

¡Cómo se atrevían a tratarme así! Como si fuera a escapar. ¿A dónde iría?


Estábamos en medio de la nada. Constantemente me sermoneaban que confiara
en ellos, ¡pero ellos ni siquiera trataban de hacer lo mismo! Sólo me daban
222

información cuando se les antojaba.


Página

En verdad era una prisionera.


Me senté en la silla tan rígida como era posible, quería mantener mi distancia de
Colt. Colt levantó más su brazo y me tiró de vuelta a su pecho. Sabía que era
más fácil cabalgar sentado atrás en la silla, pero no me importaba. No estaba
dispuesta a hacer cualquier cosa fácil para él en este momento. Me senté hacia
adelante sólo para tener su brazo empujándome de nuevo hacia atrás.

—Maldita sea, Cheyenne. ¡Ya basta! No quiero lastimarte.

—Debiste haber pensado en eso más temprano, Colt —espeté de regreso.

—Si aprendieras a controlar tu temperamento, lo haría más fácil —dijo a través


de dientes apretados.

—¡Si me contaran de los peligros en lugar de dejarme en la oscuridad, no


perdería mi temperamento!

No replicó, y no dije nada más. Miré el paquete de Callon. Ni siquiera tenía


permitido llevar el diario yo sola. ¿Tenían miedo de que huyera con el único
documento que ni siquiera podía leer? Me quedé contra su pecho, pensando en
lo que acababa de pasar, la fricción del movimiento mordiendo mis nervios. No
pensaba que estuviera pidiendo demasiado.

En vez de sólo decir: “No te acerques a las luces, o no las mires,” él pudo haber
dicho: “No vayas cerca de las luces. ¡Tratarán de rasgar tu alma en partes!
¡Asustara la mierda de ti, y quizás no seremos capaces de detenerlas!”

Eso no era difícil. Habría captado el mensaje…Creo.

Entonces otra vez, no era aficionada de que me dijera qué hacer el que debe ser
obedecido. Ese día él me advirtió que no tratara de irme, aun así lo hice. Me
coloque en peligro por irme al banco. Tampoco podía ser paciente por su
regreso para meterme en mi Jeep.

¿Hubiera sido diferente acerca de esto? ¿Me habría creído lo que me dijeran, o
me hubiera atrevido a tratar de averiguarlo por mi cuenta?

No, no importaba. Si ellos hubieran sido honestos desde el principio, podría


223

haber ido al banco con ellos, y ellos me habrían confiado las llaves del Jeep. Yo
no era la única culpable aquí.
Página
Habíamos estado cabalgando por horas cuando finalmente empezamos a bajar
el paso. Estábamos en un barranco con vistas al río, con cuidado hicimos
nuestro camino hacia abajo. Nos detuvimos a la orilla del agua para permitir
que los caballos descansaran y beber antes de cruzar.

Colt me alzó de la silla y me resbalé, cayendo al suelo y golpeando mi trasero


en el proceso. Desmontando por sí mismo, se acercó y me puso de pie. No había
amabilidad, y su mandíbula estaba tensa y sus cejas fruncidas mientras se
alejaba. Ni siquiera hacía contacto visual conmigo.

Froté mi costado. Sabía que había estado asustado y estaba reaccionando con
enojo. Pero me asustó. Nunca lo había visto así antes. Lo esperaba de Callon,
pero no de Colt. Él había sido siempre el cariñoso, cuidadoso, y gentil.

Caminó hacia Daniel, le dijo unas cuantas palabras, y agarró la cantimplora.


Ninguno de nosotros habíamos hablado desde el incidente. ¿Estaba realmente
molesto conmigo? Honestamente no estaba tratando de ser un problema. No
me gustaba cuando nos comportábamos así, el silencio era inquietante.

Mis palabras habían sido iracundas, habían salido de mi boca sin pensar en las
consecuencias. Nunca quise que nada se pusiera entre nosotros. Durante los
últimos meses, había sido muy cuidadosa con mis palabras y acciones, pero
anoche algo cambió en la cascada. Había estado luchando contra ello, pero en el
fondo sabía que lo amaba. Él necesitaba saber. Me había prometido a mí misma
que nunca tendría remordimientos como lo hice con mis padres. Le diría a la
gente que amaba lo que sentía por ellos y con frecuencia. Nunca podría vivir
con ese duro golpe otra vez, nunca.

Iba a tener que hablar primero. Sabía que él vio la mirada solemne en mis ojos
mientras se acercaba con la cantimplora. Por su expresión, no estaba segura de
si él iba a arrojármela o entregármela. Estaba enojado, la fría distancia de su
mirada me lo dijo, de alguna forma había cruzado la línea.

Dudé mientras él extendía su mano. Se dio la vuelta para marcharse, pero


rápidamente enganché mis dedos alrededor de su muñeca. No se apartó, pero
no se dio la vuelta para mirarme tampoco.
224

—Colt —dije su nombre. No respondió—. Colt, lo lamento. No tengo excusas


Página

para actuar del modo que lo hice. Arriesgaste tu vida para mantenerme a salvo.
Confiaré en ti. —Esta era la primera vez que lo decía en voz alta, finalmente
había llegado al punto donde lo necesitaba. El incidente en la biblioteca no
habría sucedido si sólo hubiera escuchado a Callon en primer lugar y no
hubiera rogado ir a la ciudad. Tendría que aceptar sus juicios con mayor
facilidad.

Dudé y mi voz se agrietó. Quería decirlo. Mi labio inferior temblaba, y mi pulso


empezó a acelerarse.

—Yo…yo te amo. —Inhale una respiración temblorosa. Lo había hecho, he


declarado mi amor por él, el amor que él quería en respuesta. Se lo estaba
ofreciendo, y rezando para que lo aceptara.

Nos quedamos parados en silencio, no se movió. No dijo nada. Sentí las


lágrimas acumularse. Bajé mi cabeza, dejé caer su mano y cerré mis ojos. Yo
había creado este desastre, tendría que lidiar con las consecuencias. Enterré mi
rostro en mis manos, avergonzada.

—¿Quería decir eso? —preguntó de repente.

Sorprendida, levanté la vista hacia su cara. Su mandíbula seguía tensa.

—Sí.

—¿Querías decir lo que dijiste?

—Sí, te amo.

—¿Me amas del modo que yo te amo? —dijo en un tono acusador.

—Sí —susurré—. Con cada respiración que tomo.

—¿Qué hay acerca de Callon?

—Te amo a ti, Colt.

No podía detener más las lágrimas. Aún a centímetros delante de mí, él no se


movió, no levantó la mano, no dijo nada más. Bajé la cabeza y me giré,
alejándome. Estaba destrozada. No me esperaba esta reacción. Él no trató de
225

detenerme cuando fui a la orilla del río.


Página
Miré fijamente al agua. No era tranquila ni pacífica. Parecía molesta de que las
rocas bloquearan su paso río abajo. Subiría y bajaría y se estrellaría con furia
contra las rocas, enviando una furia de agua hacia arriba.

Mi cuerpo empezó a doler, un escalofrío febril trazó mi columna vertebral.


¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué los sentimientos de Colt habían cambiado
repentinamente? Después de todo lo que habíamos pasado, de dos años de
suspirar por mí, ¿y todo lo que tomó fueron unas cuantas palabras de enojo
para terminarlo?

Uno de ellos gritó mi nombre, y me giré para ver que estaban esperándome
para irnos. Me obligué a concentrarme, pero lo encontré difícil. Colt siempre
había sido mi fortaleza, mi seguridad. ¿Hacia quién podría voltear ahora que él
no estaba ahí para mí?

Tenía que controlarme. Podía hacer esto, tenía que hacerlo.

Mantuve mis ojos abajo y me dirigí directamente hacia Mandi. No estaba a


punto de montar con nadie. Sabía que me estaban mirando, contemplando,
pero se mantuvieron callados.

Monté y cavé mi talón en el costado de Mandi. Comenzamos a movernos hacia


el agua. Yo iba a cruzar primero. Mandi estaba ansiosa, ella había estado
esperando que la dejaran estar suelta.

Vadeando a través del agua, mis piernas pronto se empaparon. No me


importaba, nada parecía importar ahora mismo. Mandi era fuerte, tomó poco
esfuerzo para que se moviera. Cruzamos el terraplén empinado, y la mantuve
moviéndose. Sabía que Daniel pasaría a dirigir. Miré a nadie, era demasiado
doloroso.

Me revolcaba en mis penas mientras cabalgamos. Colt me había rechazado.


Abrí mi corazón como él quería, y me rechazó. La noche anterior fue tan
diferente… él fue tan diferente. Vi el anhelo, pensé ver lo que él quería. Pero le
di mi corazón, y lo arrojó a un lado. Lo dejó a la orilla del río… solo.
226

Solo como cuando mis padres murieron, pero él había sido el que me sacó de
ello. Si no hubiera estado allí… Demasiados recuerdos comenzaron a inundar
Página

mi mente, y ahogué un sollozo.


El crepúsculo estaba llegando, y nadie había dicho ni una palabra desde que
dejamos el río. Cada músculo de mi cuerpo estaba rogando para que nos
detuviéramos, pero no lo hicimos. Yo no iba a ser la razón para parar,
continuaría por tanto como ellos lo hicieran. El frío del cielo oscureciéndose me
lastimó, especialmente desde que mis pantalones nunca se habían secado por
completo desde el río.

La brisa fresca me puso la piel de gallina en mi cuello. Tenía puestas mangas


largas, pero no era suficiente. Los paquetes estaban en los otros tres caballos, y
mi chaqueta estaba en uno de ellos, pero no había manera de que fuera a pedir
nada. Ellos lo escucharían en mi voz, la incertidumbre, el temblor. Mi estómago
gruñó. No había comido o bebido desde la noche anterior. Salimos a toda prisa
esta mañana y nadie, ni siquiera yo misma, pensó en comida hasta ahora. Me di
cuenta de lo mucho que había llegado a depender de ellos para todo. Tendría
que hacer más para cuidar de mí misma.

Montamos en una formación apretada, Callon y Colt flanqueando mis costados


mientras la oscuridad envolvía el bosque alrededor de nosotros. Colt estaba
cerca, pero parecía tan lejano. Las horas pasaron, y mantuve mi cabeza baja,
mirando la melena de Mandi. Pronto comencé a temblar. Era más que la noche
lo que estaba dándome escalofríos. No me sentía bien. Callon tocó mi hombro
mientras tiraba una chaqueta sobre mí. Yo no podía hacerlo mucho más tiempo.

Sabía que tenía que ser las primeras horas de la mañana cuando finalmente me
rompí.

—Terminé —dije con voz ronca—. Si querían vencerme, han ganado. Si querían
que me rompiera, estoy rota en más formas de las que saben. —Hice una
mueca, tratando de contener las lágrimas—. Si quieren mi confianza ciega, la
tienen. Ya no seré más un problema. De verdad lo siento por cualquier
problema que he causado… por la carga que han tenido que soportar porque
estoy con ustedes.

No estoy segura de lo que esperaba que pasara con mi confesión. Había


esperado que Colt me atrajera en sus brazos y me diría que todo estaba
227

perdonado y que me amaba también. Que todavía era mi roca, mi fortaleza.


Pero por supuesto, nada pasó. Nada había cambiado.
Página
Sacudí mi cabeza. Esto no era sólo debido a mi temperamento. Era más como si
Colt estuviera repelido por el pensamiento de mí. Pero, ¿por qué?

Ya no importaba. El daño había sido hecho. Había otro corte, otro pedazo de mi
corazón rompiéndose. Esto era mucho peor que cuando mis padres murieron.
Tal vez porque esta vez no tenía a nadie más a quien recurrir. Los fragmentos se
habían roto cuando me enteré que no era lo que yo pensaba que era, que toda
mi vida había sido una mentira. Cuando pensé que Colt estaba allí sólo para
protegerme, no porque me amaba. Esos se habían curado lentamente, pero esto
cortó mucho más profundo. Puse mi corazón a la intemperie, y él lo rechazó…
me rechazó.

Fue Callon quien vino, envolvió sus brazos alrededor de mí, y me deslizó fuera
de Mandi sobre su silla de montar. No me molesté en balancear mis piernas. Él
sólo me sostuvo mientras cabalgamos. De alguna manera su contacto no llegó a
mí como antes. Estaba tan aturdida por los eventos del día que no podía enfocar
claramente.

No hablamos, él mantuvo su brazo justo lo suficientemente firme para que yo


no cayera. Mi cabeza ya estaba baja, la puse en su hombro y cerré mis ojos.
Había acabado, hecho. Continué temblando. Traté de dormir, pero el sueño no
me encontró. Callon no frotó mi espalda como había hecho en el pasado para
consolarme. ¿Sentía él que estaba más allá del consuelo? ¿O sólo no le
importaba más? Tal vez había imaginado todos esos sentimientos que había
pensado que había visto…

Las horas pasaron, y el sol comenzó a aparecer en el horizonte. A través de mis


pestañas vi a Colt montando cerca, mirando directo al frente. Después de todos
esos años juntos, ahora estaba viendo a un hombre diferente. Una parte de él
que nunca me había mostrado. Realmente no lo conocía después de todo.

Abrí mis ojos aún más, y noté que estábamos acercándonos al borde del bosque.
A medida que llegamos a la cima de la loma, un gran valle surgió. Era amplio,
con un gran río corriendo a través de él. Cientos de hectáreas de pastos se
extendían ante nosotros. Nos detuvimos en el borde, y los otros lo examinaron
228

antes de continuar.

A lo lejos, vi un pequeño pilar ondulante de humo. Esto tenía que ser lo que
Página

ellos estaban buscando, el amigo que Callon dijo que teníamos que encontrar.
Callon bajó su cabeza, y sus ojos encontraron los míos con preocupación. Estaba
segura de que me veía horrible. No había dormido en más de treinta y seis
horas, y me sentía débil y enferma. Intenté devolverle la sonrisa, pero mis labios
se negaron a cooperar. No podía culparlos, no tenía ganas de sonreír yo misma.
Él me ajustó, así estaba derecha, y seguimos montando, sus largos dedos
sujetando las riendas.

Estaba más allá de hambrienta, y la deshidratación estaba estableciéndose. El


dolor familiar en mi cráneo se estaba volviendo abrumador, y gemí. El horrible
dolor de cabeza estaba volviendo. El último fue cuando había conocido a Callon
en la catedral. Incluso después de todo este tiempo, él era el mismo que aquel
día: apuesto, con mechones marrones y ojos fascinantes. Yo había estado
evitándolo, tratando de no lastimar a Colt. Obviamente, yo ya no era lo que
quería Colt.

La distancia entre los caballos estaba creciendo. Daniel y Colt estaban


montando por delante, pero el valle también se había abierto. Al menos si el
peligro estaba cerca, lo verían aproximándose.

—Callon —dije débilmente.

—Sí. —La calidez en su voz me dijo que no estaba enojado. Ya no.

—¿Qué pasó en la tienda con las luces? ¿Qué eran?

Sus brazos se tensaron.

—Exploradores Sarac.

—¿Cómo hicieron eso con las luces. Son tan hermosas, fascinantes, casi
hipnóticas. Realmente lo intenté, pero no pude apartar la mirada. ¿Por qué no
los afectaron a ustedes de la misma forma?

Callon suspiró.

—Eran imágenes fantasma. Los Sarac puedes separase físicamente de sus


cuerpos. Usan sus poderes para transportar su espíritu a otro lugar. Esto los
229

hace extremadamente peligroso.

—¿Pero cómo fuiste capaz de mirarlos y no ser afectado?


Página

—Porque soy Eterno. No nos afecta de la misma manera.


Froté mi mano sobre mis brazos, recordando la horrible sensación en la tienda.

—Fue horrible —dije—, como si estuviera siendo picada y alejada. Estaba


mirándolos desde arriba de mi cuerpo. ¿Cómo pudieron hacer eso?

—Cheyenne, porque tú sigues siendo humana, es fácil para ellos entrar en tu


mente seduciéndote con las luces. Te atraen como espíritu hacia su cuerpo
físico, y cuando estás allí tu cuerpo sigue. Es por eso que son tan peligrosos. Tu
cuerpo y alma no pueden estar separados por mucho tiempo, pero como
Eternos, han aprendido a desafiar esta regla.

—Así que porque veía las luces, ¿fueron capaces de seducirme?

—Sí.

—¿Por qué no podías sólo haberme dicho esto antes?

Se aclaró la garganta.

—Te lo dije, no quería asustarte. Apenas te has recupera de tu ataque, y estaba


preocupado por tu salud. Nosotros te hubiéramos protegido, Cheyenne. Es por
esto que sigo pidiéndote que confíes en mí.

Entendía ahora, pero ¿por qué no podía haber dicho esto antes? ¿Había
planeado esto para alejarme de Colt? Planteé otro pensamiento.

—Entonces, ¿por qué se detuvieron cuando me besaste? —No había que ocultar
el hecho de que él me había besado.

Mantuvo una mirada plana, sin rastro de vergüenza o timidez en su rostro.

—Te trajo de vuelta a la realidad. Cerraste tus ojos y te concentraste en lo que


estaba pasando en ese momento.

Esto estaba lentamente teniendo sentido, tanto sentido como mi dolorida cabeza
permitía.

—Así que si sólo hubiera mantenido mis ojos cerrados, entonces, ¿qué habría
pasado?
230
Página
—Colt te tenía firmemente agarrada. Probablemente habrías experimentado
algún tirón o jalón, pero ellos no habrían sido capaces de llevarte de la forma
que intentaron.

—Pero, ¿por qué no pueden hacerte esto a ti? —Sabía que ya había hecho una
pregunta similar, pero el Sr. Evasivo estaba en humor de hablar, y quería
empujarlo tan lejos como pudiera.

—Hemos entrenado nuestras mentes a través de los años, para no permitirles


afianzarse. De vez en cuando, ellos tienen éxito, pero sólo los más fuertes de su
clase pueden hacer que suceda. —Hizo una pausa—. Pero ellos no nos quieren,
Cheyenne. Te quieren a ti. No creo que sepan quién eres todavía, o no se
hubieran detenido hasta que lo lograran.

—Entonces ¿por qué no corrimos? ¿Por qué sólo los esperamos?

Suspiró pesadamente.

—Estabas durmiendo, y ellos estaban demasiado cerca para el momento que


fueron descubiertos. Era más seguro sólo rodearte en lugar de correr.

Mi pecho se apretó. Si me querían, ¿qué me habrían hecho? ¿Matarme como


esos hombres habían amenazado? ¿O algo peor? Si el beso de Callon no me
hubiera traído de vuelta…

Su beso. No había sido uno simple para traerme de vuelta a la realidad. Fue
algo más, y Colt lo presenció. Ese beso, lo cambió todo. Estaba segura de ello.
¿Estaba él diciéndole a Colt que se mantuviera alejado?

—Callon —dudé—. ¿Por qué Colt está tan enojado conmigo.

—Él no está enojado contigo, cariño.

¿Cariño? Esta era la segunda vez ahora que me llamaba así.

—Entonces ¿por qué está actuando así? —Mi voz tembló—. Ni siquiera me ha
mirado desde el río. —Las lágrimas estaban construyéndose, y bajé mi cabeza.
No podía llorar en estos momentos. Sólo haría que mi cabeza doliera más—. Me
231

siento como si ya no estuviera completa. No sé qué más puedo darle.


Página

Su brazo se apretó ligeramente, y bajó su cabeza.


—Lo siento, Cheyenne. Tu corazón puede sanar de otras maneras…

No escuché el resto de lo que estaba diciendo. De repente, el dolor en mi cabeza


aumentó. Entonces estaba muy caliente, como si un fuego estuviera ardiendo
desde adentro.

—¿Callon? —Escuché por su respuesta, pero todo lo que oí fue silencio. Podía
ver sus manos en las riendas, podía sentir su pecho en mi espalda, pero mis
oídos no captaron ningún sonido. Gotas de sudor comenzaron a rodar por mi
cuello, y la presión en mi pecho y cabeza se duplicó—. ¿Callon? ¡Callon! ¿Qué
está pasando?

Miré hacia arriba, Daniel y Colt estaban galopando de vuelta a nosotros,


estaban más lejos de lo que recordaba. Manchas borrosas comenzaron a
formarse en mi visión. Giré frenéticamente mi cabeza. La boca de Callon estaba
moviéndose, alarma estaba en su rostro, pero nada… no podía oír nada.

Me di la vuelta. Colt estaba delante de mí, pero apenas podía distinguir su


silueta. Una nube plateada estaba formándose en mis ojos mientras el sudor
goteaba de mi frente. No pude ocultar mi miedo. Grité.

—¡Callon!

Frenéticamente agarré mi chaqueta, me estaba asand. Necesitaba quitármela


ahora. Ellos me la quitaron mientras mis dedos agarraban los lados de mis
sienes. Sólo podía imaginar lo frenética que me veía.

Dos fuertes manos me levantaron de la silla, descansándome como a un niño


pequeño contra un amplio pecho. Sabía que era Colt. Un brazo aseguró mi
espalda y hombros mientras me presionaba hacia delante. Sus labios estaban
cerca de mi oreja, su peso se levantaba y caía con cada respiración tensa.

Los cascos golpeando el suelo vibraban por mi columna hasta mi cráneo. Con
cada galope, un nuevo rayo de dolor golpeaba a través de mí. Por mucho que
estaba tratando de mantener el control, el horror de la situación estaba tomando
cuota. Cada respiración era trabajosa, y cada bocanada de aire que aspiraba
232

quemaba. Empecé a temblar violentamente.

Los dedos de Colt se movieron a mi cuello, tratando de abrazarme más. Estaba


Página

temblando demasiado fuerte. Cerré mis ojos. Quería estar de vuelta en sus
brazos, pero no de esta manera. No porque estaba sufriendo. No quería su
lástima, quería su amor. Ahora nunca sabría de qué se trataba el enojo. Él nunca
me lo diría.

Entumecimiento llenó mi ser, y ya no supe lo que estaba pasando. ¿Estaba


soñando?

La realidad me inundó de nuevo cuando nos detuvimos abruptamente. Estaba


pegada al pecho de Colt, pero ya no estábamos montando. Con mis piernas
echadas a un lado, él estaba corriendo. Nos detuvimos, y fui colocada sobre una
superficie fría y dura. Una multitud de manos estaban tocándome. No sabía de
quién. Mi pulso fue tomado, otra mano tocó mi frente, y mis parpados se
abrieron curiosos sólo para caer cerrados de nuevo.

Estaba flotando, flotando en los brazos de Colt, y el olor a pino estaba en el aire.
El sudor estaba rodando fuera de mí, mi ropa estaba empapada con él. Me tensé
y solté un pequeño chillido mientras un chorro de agua helada me cubría.
Reaccioné con terror, agitando mis brazos, tratando de llegar a la superficie.

Dos grandes manos agarraron mis muñecas mientras salíamos del agua, y jadeé
por aire. Empecé a toser y escupir, eliminando el agua de mi boca y nariz,
quemaba. Empujada contra el pecho de Colt, él me sostuvo apretadamente,
manteniéndome sumergida hasta el cuello. Finalmente dejé de luchar y sentí el
agua fría correr sobre mí.

Abriendo mis ojos, la nube plateada una vez más oscureció mi visión. Al menos
no era negro ya. Levantando mis manos, toqué la cara de Colt. Sabía que no
podía verlo, pero estaba mirando su imagen en mi mente. Me lo imaginé
sonriendo, feliz, y no enojado. Quería ver el anhelo en sus ojos de nuevo, pero
lo que seguía viniendo era la última imagen de rabia… su mirada acerada
cortando a través de mí. Sabía que no podía oírlo, pero empecé a balbucear, una
y otra vez.

—Colt, lo siento. Lo siento mucho. Por favor perdóname, no puedo tenerte


enojado conmigo. Lo siento.
233

No podía decir “Te amo”. No podía manejar el rechazo de nuevo. Un tierno


beso cálido toco mi frente. Un temblor violento rastrilló mi cuerpo, y caí flácida.
Página

Él me empujó a través del agua, goteaba mientras él estaba corriendo de nuevo.


Se detuvo abruptamente, y una superficie dura estaba debajo de mí de nuevo.
Dedos más pequeños y delicados rozaron mi mejilla, era suave, una mujer.

Una sensación de tirón estaba en mis pies. Ella estaba quitando mis botas y
calcetas. Estaba cambiándome a ropa seca. Una vez que su tarea estuvo
completa, varias manos trabajaron sobre mi cuerpo de nuevo. Mi brazo fue
extendido, y sentí un pequeño pinchazo. Estaba segura de que era una vía
intravenosa. Estaba flotando una vez más, pero el movimiento era más lento y
deliberado.

Aterricé en algo suave y cálido, una sábana estaba cubriéndome. La pesadez


comenzó a presionarme hacia abajo, más y más profundo hasta que no sentí
nada más. No más temblor, no más dolor, no más vista, y no más sonidos. La
oscuridad me rodeaba, pero estaba demasiado exhausta para luchar más, así
que dejé que me envolvieran y me dejé car en el sueño.

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Página
Capítulo 19
Traducido por Simoriah y Aria25

Corregido por LadyPandora

U
na mano fresca tocó mi mejilla, unos delgados y pequeños dedos
apartaron el cabello de mi frente, llevándolo detrás de la oreja. Mis ojos se
abrieron con un aleteo. Todavía estaba rodeada de oscuridad, pero no era
lo mismo. Mi vista se ajustó, y pude distinguir una pequeña silueta sentada en
la cama mientras la luz de la luna se movía sobre su rostro. Ella levantó una
mano, pasando una tela mojada por mi frente.

Sonrió.

—Cheyenne. —Su voz era suave, dulce y angelical. Podía oírla, ¡podía oírla de
nuevo! Sonreí.

—¡Chicos! —Su mirada permaneció fija en la mía—. Cheyenne, soy Lilly.


Estamos aquí para ayudarte, cariño. No tienes que temer. —Llevó su cabello
detrás de la oreja—. Nos diste un buen susto cuando llegaste. Puedo decir que
no he visto nunca a nadie tan mal. —Su sonrisa se profundizó cuando oímos los
pesados pasos como estruendos por el pasillo—. Vas a estar bien. Tus amigos
est{n aquí… no se alejaron. Casi tuve que sacarlos a patadas varias veces.
Estabas tan intranquila.

Callon, Colt, Daniel y un hombre bajo y fornido que no había visto antes,
entraron al pequeño cuarto. El hombre encendió la luz en la esquina cuando se
acercaron. Mis párpados todavía estaban pesados y entrecerré los ojos cuando
la luz rompió la oscuridad. Colt se sentó al borde de la cama. Callon se quedó
235

detrás de él mientras Daniel se quedaba a un lado.


Página
Los ojos azul acero de Lilly permanecieron fijos en los míos. Oí su voz… casi
como una melodía en sí misma.

—La fiebre bajó, y sé que puede ver porque sonrió. —Sus dedos tocaron mi
frente—. También puede oír, su cabeza se giró cuando venían por el pasillo.
Parecían una manada de elefantes.

Moviéndose ligeramente, su cabello negro carbón descendió en una cascada por


su pequeño cuerpo mientras extendía la mano.

—Dex, ¿por qué no vienes aquí para que ella pueda conocerte? —El hombre
que no reconocía se acercó lentamente, tomando su mano. Su piel curtida y
cabello castaño inmediatamente lo hicieron ver resistente. Sonrió y sus ojos
marrones centellearon cuando volvió su atención hacia mí—.Cheyenne, cariño,
éste es mi esposo, Dex. Somos amigos de los muchachos. Dex va a tratar de
ayudarte con tu diario.

Era definitivamente mayor que Callon, quizás cerca de los cuarenta, lo cual
significaba que tenía que haber estado por ahí por un largo tiempo, si la teoría
de los cien a uno era algo que pudiera considerarse.

—Hola, Cheyenne. —Su voz profunda era amistosa. Su mirada encontró la mía,
parecía genuino, erudito. Acercándose, sus ásperos dedos tocaron mi brazo.
Reconocí su contacto, él fue el que había colocado la intravenosa.

—Tú los ayudaste —dije con voz rota.

—Sí, lo hice. —Suspiró—. Lamento no haberte conocido de forma diferente.

Pestañeé, y mi visión comenzó a hacerse más aguda. Miré a Lilly, era tan
hermosa. Sus rasgos eran tan finos y perfectos. Todo en ella gritaba feminidad.
Sería agradable tener otra mujer alrededor.

Colt se movió y me giré hacia él. Era diferente ahora, su rostro frío, insensible.
¿Qué había hecho yo tan horrible para que me rechazara así? Mi corazón dolía.
Pestañeé lentamente. Mis párpados se estaban poniendo pesados una vez más.
Estaba peleando para mantenerlos abiertos.
236

—Déjenla dormir. —Lilly los echó—. Ha pasado mucho en la última semana.


Página

Necesitan cuidarla mejor. —Su tono sonaba a reprimenda—. Todavía no puede


seguirles el paso, no es Eterna. Vi todos los moretones en sus costillas. Si la
rompen, podemos no ser capaces de curarla. Sólo mantengan eso en mente. Hay
algo mucho más grande en juego aquí.

Mis pestañeos eran más largos, más cercanos. Estaba intentando entender la
conversación, pero las palabras se estaban desvaneciendo a un zumbido
apagado. Daniel asintió, todavía inseguro cuando se iba. Callon vaciló. Cruzó
los brazos mientras sus tibios ojos se llenaban de preocupación. Lilly tocó su
brazo.

—Callon —dijo—. Necesitas irte. No se va a ir a ningún lado. Estaré aquí con


ella. Tienes otras cosas en las que trabajar ahora. —Aun así él no se movió—.
Puedes volver más tarde. Te llamaré si algo cambia. —Callon cambió su
posición, oscilando, y luego abandonó la habitación a regañadientes.

Colt no se movió, un destello de confusión rodó sobre su rostro.

—Colt —dijo Lilly—. Estaré aquí. No me iré. Te llamaré cuando se despierte.

Intenté hablar, pero el sonido no salía.

—Lo lamento. —Formé las palabras en silencio. Él se alejó.

¿Qué sucedía entre nosotros? ¿Por qué todavía me estaba alejando? Mis ojos ya
no podían permanecer abiertos. Me deslicé dentro de una inquieta oscuridad.

Cuando me desperté, unas profundas voces hablaban cerca. Podía oírlos, pero
no podía levantar mis pesados párpados. Una silla chirrió, y unos dedos
tocaron mi brazo, acariciándolo.

—Parece estar mucho mejor —dijo Callon.

Callon estaba tocándome.

—Sí. Deberíamos poder dejar la medicación esta noche —contestó Dex. Hubo
una larga pausa antes de que volviera a hablar—. Hay mucho que discutir, el
diario es una de esas cosas.

—Lo sé —respondió Callon.


237

—¿Te has enterado de lo de las perturbaciones en el norte? —La voz de Dex


tenía preocupación.
Página
—Sí.

—No puedes irte ahora. Necesitas quedarte aquí con ella.

—Lo sé, pero tengo una responsabilidad como gobernante. Ambos sabemos lo
que tengo que hacer. —Lo oí moverse en su asiento.

—Tienes una responsabilidad como jefe del clan Consilador, pero tu primer
deber es con ella. —Dex vaciló—. Vi sus anillos, Callon.

—Lo sé. —Callon suspiró—. ¿Brogan sigue en el norte?

—Sí. Iba a sugerirte que contactaras con él. El clan Laundess sería una sabia
elección para manejar esto. Hay otros que están dispuestos a asistir como sea
necesario. Lo sabes.

Callon tomó mis dedos y ahuecó mi palma contra su mejilla. Su piel era áspera,
no se había afeitado en un tiempo.

—He querido mantener su identidad en secreto. Si otros descubren que la línea


Kvech no ha desaparecido, no estoy seguro de qué sucederá. Simplemente no
quiero que el rumor llegue a las partes equivocadas. Sabes que hay traidores
entre nosotros, algunos aún no revelados. No estoy seguro de que el riesgo
valga la pena.

—Sabes lo que tienes que hacer —contestó Dex. De algún modo, su tono era
diferente.

La mandíbula de Callon se apretó bajo mi palma.

—No me des un sermón sobre lo que ya sé, Dex. —Su voz era áspera—. No es
tan simple.

—Puedo verlo. Simplemente no te demores mucho. Sólo empeorará las cosas.


Lilly no ha dicho nada aún, pero tú y yo sabemos que te arrinconará. Esto es
más grande que todos nosotros.

Callon bajó mi mano y la apretó.


238

—Lo sé, Dex. Créeme, lo sé —susurró.


Página

No hubo más respuestas, así que volví a dormirme.


La luz apenas entraba por la ventana cuando abrí mis cansados párpados una
vez más. El cuarto era pequeño y brillante. La pintura azul pálida de las
paredes era relajante. Una gran cómoda estaba anidada en un rincón, junto con
un sillón en el que Callon debió haberse sentado. Yo estaba acurrucada en una
cama en el centro de la habitación.

Moviendo mi cabeza hacia la luz del sol, vi dos grandes ventanas. Tenían la
vista de un bosque que se despertaba, grandes pinos punteaban el paisaje. Los
pájaros cantaban fuera de mi ventana enrejada. Me hizo dar cuenta de cuánto
había dado por sentado. Mi visión, mi audición, los sentimientos de Colt por
mí…

Estiré los brazos sobre la cabeza. Algo tiró en mi brazo y miré mi codo. La
intravenosa todavía estaba conectada. Podía dejarla así, pero los había oído
decir que dejarían de darme medicación. La saqué, haciendo una mueca.

Sorprendentemente, sólo un pequeño hilo de sangre cayó de la vena. En el


pasado hubiera chorreado por mi brazo. Tampoco dolía, y pude flexionar el
brazo casi instantáneamente. ¿Ya me estaba transformando?

Me senté, mi codo derecho ya no dolía. Aparté las mantas, puse los pies en el
frío piso de madera y me puse de pie. Esperé a que viniera el dolor, pero no
sucedió. Tampoco hubo mareos. Mi tiempo de recuperación estaba mejorando
rápidamente, lo cual era lo único bueno de este día. Mis ojos se humedecieron
cuando pensé en Colt.

Mantuve bajo mi mentón mientras examinaba lo que llevaba puesto, una


camiseta de algodón y unos pantalones cortos. Estaba decente y podía caminar
por ahí. Era algo bueno, ya que rápidamente me di cuenta de cuánto necesitaba
orinar. Obligué a mis débiles piernas a moverse. Fue difícil mantener el
equilibrio al principio, debía haber estado dormida por mucho tiempo.

La puerta estaba abierta y salí al pasillo. Estuve aliviada de ver el baño a pocos
pasos de distancia. Me retiré rápidamente y cerré la puerta.

Los azulejos estaban fríos bajo los dedos de mis pies, el lujo aparente de las
239

instalaciones fue una sorpresa. No hubiera esperada la opulencia en un lugar


tan remoto. Avancé, y mis dedos se deslizaron sobre la encimera de granito.
Página

Miré la ducha y me percaté de que al menos tres personas entraban ahí, y había
boquillas de aspersión por todos lados. Incluso el inodoro parecía ser
importado de Francia.

Suspiré cuando vi un banco fuera de la entrada de la ducha, y ropa prolijamente


doblada, mi ropa, un par de vaqueros y una camisa negra.

Evitar el espejo era mi mayor interés. Fui derecha a la ducha después de usar el
inodoro. Sólo esperaba no verme tan mal como me había sentido. El agua tibia
era relajante para mi cuerpo dolorido. Sabía que llevaría un tiempo antes de no
estar tan exhausta. Necesitaba tiempo para curarme.

A regañadientes espié el espejo. Mis heridas no parecían tan malas como había
pensado. Mi rostro estaba un poco hinchado, pero en general parecía cercano a
la normalidad. Definitivamente no me sentía de esa forma. Mi corazón todavía
dolía y la última expresión de Colt todavía seguía fija en mi memoria.

Caminando hacia la puerta, vacilé. Alguien estaría esperando del otro lado.
Simplemente no sabía quién sería esa persona.

Tomé el pomo de la puerta y lo giré, Callon estaba ahí, apoyado contra la pared,
con los brazos cruzados. No podía sonreír, quería llorar. Sus ojos avellana
buscaron en los míos, su mirada que atravesaba el alma intentaba examinar mi
humor y mi estado.

Incliné la cabeza y salí. Él me siguió mientras volvía a la habitación,


deteniéndome en la puerta mientras ponía mi ropa sucia en la silla. Suspiré y
caminé hacia las ventanas. Todavía no estaba lista para enfrentarme a todos,
enfrentarme a Colt. Necesitaba tiempo para forzar a mis emociones a volver a
su lugar. Aun cuando tendría que verlo todos los días. Mi garganta se apretó.

Las botas de Callon rasparon el suelo cuando se detuvo detrás de mí. Iba a
esperar a que yo lo reconociera. Lo haría, cuando estuviera lista.

Cuando recuperé la compostura, hablé quedamente.

—¿Qué me sucedió?
240

Callon murmuró:

—¿Qué recuerdas?
Página

Comencé a jugar con el anillo en mi dedo índice.


—No podía oírte. —Todo pasó frente a mis ojos una vez más—. Vi a Daniel y a
Colt volver corriendo, y luego todo se puso tan negro como la noche. —Un
temblor corrió por mi espalda—. Yo estaba aterr… —Iba a decir aterrorizada,
pero probablemente ya lo sabían—. ¿Crees que esto podría suceder de nuevo?
¿Esto es parte del cambio?

Acercándose, sus dedos se deslizaron sobre mi cabello. Una vez más, su


contacto fue eléctrico. Me alejé para romper la conexión.

—No lo sabemos con exactitud, Cheyenne —dijo Callon—. Nunca he visto algo
así antes. Tanto Dex como yo estamos desconcertados.

—¿Dex también es doctor?

—Mayormente, sí. Yo tengo entrenamiento formal, mientras que el suyo es más


nacido de la experiencia. Aunque tratar a un Eterno y a un humano es diferente.
—Avanzó, mirando por la ventana—. Lo que es más confuso es la forma en que
el cambio sucede… cada vez es un poco diferente. Con este episodio, tu vista y
tu audición resultaron disminuidas, y tuvimos una fiebre extremadamente alta.

—¿Cuánto de alta?

—La mayor parte de los humanos pueden tener una temperatura de 38° y están
bien. Cuando comienza a subir, digamos alrededor de los 40, sus órganos
comienzan a apagarse. Estabas en 40° y seguía subiendo cuando te desmayaste.
Lo único que fuimos capaces de hacer fue sumergirte en el río frío para bajarla.

—Ya veo. No creí que estuviéramos saltando de un acantilado. —Los recuerdos


de caer volvieron, y miré a Callon—. Espera, ¿cómo terminé en el río?

Él dejó salir un profundo suspiro.

—Colt saltó contigo. Yo no estaba muy contento con él, podría haber bajado. No
puedo imaginar lo terrorífico que debe haber sido para ti. —Callon se acercó, e
inhalé temblorosamente. No había mucho espacio para retirarme porque estaba
prácticamente apoyada contra la ventana.
241

—Fue una experiencia que no me interesa repetir pronto —dije secamente. La


idea envió un escalofrío por mi cuerpo—. ¿Cuánto dormí esta vez?
Página
—No tanto como la última. Pareces haberte recuperado más rápido, también de
tus previos accidentes. —Aclaró la garganta—. Lilly nos ha dado
muchosdolores de cabeza por tu condición cuando llegaste, y preferiría no
volver a molestarla.

Asentí y esperé hasta que pude hacer la verdadera pregunta en mi corazón.

—¿Sigue Colt enfadado conmigo? —Mi voz se ahogó—. ¿Es por eso por lo que
no ha venido a verme? —Podía sentir las lágrimas otra vez. ¿Por qué estaban
viniendo tan fácilmente? ¿Qué me pasaba?

—Cheyenne —dijo Callon, con la mirada suavizada—. Él no está enfadado


contigo.

—¿Entonces por qué no está aquí ahora? ¿Qué he hecho tan horrible? —
sollocé—. Le dije que estaba destrozada. ¿Qué más quiere?

Callon tocó mis hombros suavemente y me dio la vuelta, envolviéndome en un


cálido abrazo. Descansando su mentón en mi cabeza, su mano frotó mi espalda.
Estaba tratando de consolarme otra vez, con su lado amable saliendo a la
superficie. Sus palabras eran suaves y sinceras.

—No te quiero derrotada ni destrozada. Me encantan tu espíritu y tu carisma.


Me encanta la lucha que tienes dentro. No te das por vencida ni cedes. —Sus
brazos se apretaron ligeramente—. Dale un poco de tiempo, cariño. Todo saldrá
bien.

—Callon, yo...

Fui interrumpida por la entrada de Lilly.

—Oh —dijo ella con sorpresa—. Sólo estaba comprobando. ¿Va todo bien,
cariño?

Levantando mi cabeza del pecho de Callon, di un paso atrás.

—Estoy bien, Lilly. Gracias por preguntar.


242

Caminando con la mano extendida, sonrió. Todavía estaban preocupados por


mí.
Página
—¿Qué tal si te traemos algo para comer? Solo has tenido una vía intravenosa.
Estoy segura de que debes estar muerta de hambre. —Tomé su mano, y
pasamos a Callon, ella lo miró por el rabillo del ojo—. No se pueden dejar estas
cosas a los chicos, ya sabes. Tienden a olvidarse. —Miré de nuevo a Callon,
tenía una pequeña sonrisa tirando de la comisura de su boca.

Ella nos guió por el estrecho pasillo, y pasamos por tres dormitorios
adicionales. El diseño hasta el momento se parecía al de la cabaña de los chicos.
Entramos en la gran sala, lo mismo. Qué interesante. El mobiliario era diferente,
y la chimenea hecha de roca del río, pero todo lo demás coincidía.

Daniel y Dex estaban sentados en la esquina jugando al ajedrez. Alzaron la


cabeza cuando entramos y ambos sonrieron con fervor. Daniel apareció a mi
lado en el siguiente segundo, sorprendiéndome, y me agarró en un abrazo de
oso.

—Me alegra ver que estás mejor. Te he echado de menos —dijo dulcemente.
Tan de repente como apareció, se fue, y me dejó con una sensación de vacío.
Parecía tener una manera de hacerme sentir contenta.

La voz de Lilly atrajo mi atención hacia ella.

—Cheyenne, ¿qué puedo hacerte? ¿Quieres unos huevos y unas tostadas?

—Eso estaría genial. Gracias —respondí, mientras me dirigía a la mesa de la


cocina para sentarme. Miré alrededor de la habitación—. ¿Lilly?

—¿Sí, querida? —contestó, haciendo sonar las cacerolas.

—¿Cómo se puede tener electricidad aquí? ¿Están usando generadores?

—Bueno. —Rompió el huevo en la sartén—. Tenemos paneles solares.


Conseguimos la mayoría de la energía que necesitamos de ellos y luego la
almacenamos bajo la casa hasta que la necesitemos. La chimenea proporciona
calor durante el invierno, Dex aisló bien la cabaña cuando la construyó.

La tostada apareció y ella arrojó los pedazos a un plato mientras los huevos
243

continuaban cocinándose. Callon se quedó a un lado con los brazos cruzados,


apoyado contra una pared. Casi era como si estuviera dispuesto a no perderme
Página

de vista. No hacía frío, pero tampoco hacía calor.


Mi estómago empezó a gruñir. Estaba más hambrienta de lo que pensaba. El
olor era tentador. Habían pasado días desde la última vez que había comido.
Lilly colocó el plato ante mí, y comí a toda prisa.

—¿Quieres más? —preguntó mientras yo empujaba el plato de vuelta.

—No. Estoy bien. Gracias.

Su sonrisa se templó mientras se sentaba junto a mí, tomando mis manos entre
las suyas.

—Cheyenne, quiero que sepas de antemano que no vamos a hablar contigo


sobre el diario por el momento. Estamos trabajando en las traducciones, pero
llevará un tiempo. No queremos decirte nada hasta que estemos seguros de que
creemos que lo que estamos leyendo es preciso. No quiero que te moleste que
no respondamos a tus preguntas, pero con el reciente evento de casi perderte,
hemos decidido que necesitas tiempo para recuperarte antes de zambullirnos en
ello. Todavía estás débil —dijo con preocupación—. Primero vamos a ponerte
mejor.

—Gracias, Lilly. —Apreté sus dedos—. El trío tiende a dejarme en la oscuridad.


—Reuní mis pensamientos, puesto que no quería dejar escapar mis verdaderos
sentimientos acerca de la forma en que me habían tratado en la última
semana—. Aprecio que me hagas saber que pronto hablaremos de eso.

Sus ojos me mostraron el calor de su corazón.

—De nada —dijo—. Hay tanto que necesitas saber, tanto que quiero contarte.
Sinceramente, estoy deseando que llegue nuestro tiempo juntas.

Sólo saber que sabría más ayudaba, mientras llegaba a la conclusión de que no
importaba lo mucho que me molestara, mi guardianes sólo me dirían lo que
creyesen que yo necesitaba saber cuándo estuvieran listos. Tenía tantas
preguntas, tanto que quería saber sobre mi pasado y lo que el diario tenía para
mí. Tendría que tener un poco de paciencia.

Lilly se inclinó hacia adelante.


244

—Colt está sentado en el porche delantero —susurró—. Ha estado angustiado


Página

por ti. Creo que deberías ir con él. —Le dio un apretón a mi mano y volvió a
limpiar la cocina.
Eché un vistazo a la puerta mosquitera hacia el porche. Colt estaba esperando,
tenía que ir. Ya no podía manejar esta distancia entre nosotros.

Me levanté despacio y me dirigí a la puerta. Los ojos de Callon se clavaron en


los míos mientras me acercaba. Parecía como si fuera a pararme. Pero no lo
hizo. Desvió la mirada un poco detrás de mí, y de repente se apartó de mi
camino mientras caminaba hacia la puerta.

Levanté la mirada. Nubes oscuras de tormenta daban vueltas en el horizonte.


Estaba contenta de llevar vaqueros y camisa de manga larga.

Me giré para ver a Colt apoyado contra la barandilla en la esquina alejada. Mi


corazón se agitó, tenía ganas de estar con él.

Estaba mirando hacia el valle. No se movió, pero supe que me había escuchado.
Quería saltar a sus brazos y nunca dejarle ir. El cómo, o el por qué las cosas se
habían puesto tan fuera de control entre nosotros no tenía sentido. Sabía que me
había sentido fuera de mí, pero algo había cambiado también entre nosotros.
Esperaba que no fuera demasiado tarde para cambiarlo de nuevo.

Tomé pasos lentos y deliberados. No iba a darle la oportunidad de hablar.


Necesitaba que él entendiera mis sentimientos. Él era el único al que quería, por
siempre y para siempre. Si después de eso seguía eligiendo rechazarme, tendría
que tratar con ello. Pero al menos merecía saber por qué.

Su alta figura permanecía inmóvil mientras me acercaba. Toqué su brazo y lo


moví para que pudiera envolver mis brazos alrededor de su cintura. Necesitaba
su tacto, le necesitaba cerca de mí. Lentamente, sus brazos se movieron a mi
alrededor en un suave abrazo y apoyó la barbilla sobre mi cabeza. Apreté mis
brazos. Quería que supiera que nunca le dejaría, lo quería conmigo para
siempre. Quería que me quisiera de la misma forma, y eso me hizo retroceder.

Sus ojos se llenaron de tanto dolor y desesperación. ¿Qué estaba pasando?


Toqué su mejilla, buscando encontrar a mi Colt. Traté de acercar su rostro. Solo
quería besarle, decirle que estaba bien, que íbamos a ocuparnos de esto juntos.
No quiso ceder, se mantuvo firme.
245

—Colt, ¿por qué estás haciendo esto? —pregunté con voz temblorosa—. Lo
Página

siento por lo que sea que haya hecho para que estés así. —Su expresión no
cambió mientras apartaba la mirada hacia el valle.
La grieta en mi corazón creció.

—Por favor —susurré—. Por favor, di que me perdonas. No puedo aguantar


mucho más. —Mis labios temblaban—. Me dejaste en el río. No dijiste nada.
Necesito saber que todavía me quieres.

Agarré sus manos, y si no hubiera necesitado estar tan cerca de él, estaría de
rodillas.

—Por favor, te lo ruego, solo dime que me quieres. —No me miraba, y aflojó
sus brazos. Bajé la cabeza y me alejé—. ¿Por qué? —dije a través de las
lágrimas—. No lo entiendo...

Mi corazón colgaba de un hilo mientras me limpiaba una lágrima de la mejilla.


Exhalé, cerrando los ojos, y estuve a punto de alejarme cuando sus manos me
agarraron la cara y sus labios cubrieron los míos. Lo concedí inmediatamente.
Sus manos dejaron mi cara y me envolvieron como un torno, levantándome del
suelo y tirando de mí hacia su pecho. Vigorosamente su boca buscó la mía,
separándola, lanzando más de sí mismo en mí. Me faltaba el aire cada vez que
él cedía un poco. Presionando su mano en la parte posterior de mi cuello,
continuó su búsqueda. Sus labios se demoraron en mi mandíbula, siguiendo a
mi cuello y luego hacia arriba, trazando la línea de mi mandíbula.
Desesperadamente, inhalando oxígeno, mis ojos permanecieron cerrados. Él
vino por más.

Mi corazón estaba haciendo horas extra. Cada trozo de mí gritó mi amor por él.
Tenía que quererme, no me besaría si no lo hiciera.

Retrocedió, lo suficiente para susurrar en mi oído.

—Cheyenne, estoy tan enamorado de ti. Por siempre y para siempre te elegiré a
ti. Nunca habrá nadie más para mí. —Sus labios tocaron mi oreja en una suave
caricia—. Tú eres la única que ha robado mi corazón. Solo tú tienes la llave.
Tómala y haz con ella lo que quieras. —Sus brazos se apretaron—. Eres el amor
de mi vida. No puedo vivir sin ti. No importa lo que pase, nunca olvides esto,
nunca. Siempre seré tuyo, para siempre.
246

Ahora era yo la que buscaba frenéticamente sus labios, mis manos


Página

enganchándose en su cabello, en la parte posterior de su cuello y animándole


hacia adelante. Al final, nuestros besos se desaceleraron y suavemente
acariciamos la boca del otro con toques cálidos y sensuales.

Nos echamos hacia atrás, y vi el Colt que había estado desaparecido, el amor en
sus ojos. Él estaba de vuelta.

Besó mi frente y puso mis pies en el suelo. Nuestras miradas seguían trabadas
juntas y me llevó a una silla donde me acurruqué en su regazo.

—Te quiero —susurré. Y lo decía en serio desde el fondo de mi corazón. Una


sonrisa de satisfacción se asomó en su rostro. Sus brazos dieron la vuelta, y
puse mi cabeza en su hombro mientras él apartaba el cabello de mi mejilla.

Las nubes oscuras empezaron a dar vueltas. El viento empezó a silbar hacia
arriba y la temperatura bajó, la tormenta se estaba acercando. No quería
moverme de sus brazos. Quería quedarme ahí para siempre. Todavía había algo
que estaba reteniendo, algo que no quería contarme, pero lo dejé pasar. Dijo las
palabras que quería escuchar, y eso era suficiente por ahora.

La lluvia empezó, pero solo unas pocas gotas me tocaron. Mi mente comenzó a
vagar de vuelta a la conversación que Lilly y yo tuvimos antes.

—Colt, Lilly dijo algo antes. Dijo que casi me perdiste. No me sentí como si
estuviera muriendo. ¿Qué pasó?

Su voz era incómoda.

—Tu fiebre estaba peligrosamente alta, te sostuve en el río todo el tiempo que
pude. Te volviste completamente flácida en mis brazos. Era como si tu cuerpo
se estuviera apagando. Te trajimos corriendo de vuelta. —Vaciló y endureció su
abrazo—. No sabía si serías capaz de conseguirlo. —Tenía los ojos cerrados,
intentando bloquear el recuerdo—. Ya son dos veces en un corto periodo de
tiempo que he mirado tu cuerpo sin vida. Me sentí tan impotente. Me rompió el
corazón no ser capaz de protegerte, de hacerte fuerte.

—Soy fuerte por ti, Colt. Tú me das toda la fuerza que necesito.
247

Sus ojos azules se dirigieron a mí.

—Cheyenne, no puedo darte suficiente. Te necesito mucho más de lo que tú me


Página

necesitas…
—Estoy aquí y viva —le aseguré—. No me voy a ir a ninguna parte. Podemos
hacerlo un año más, y entonces seré un poco más duradera. —Me incliné y lo
besé en la barbilla. Suspiró y apareció una sonrisa torcida. Mi corazón se agitó
como siempre lo hacía cuando él sonreía de esa manera.

El viento frío pasó por encima de nosotros, y me estremecí. De mala gana, los
dos nos levantamos y entramos a la cabaña. Callon estaba de pie a un lado de la
cocina, su mirada y la de Colt se encontraron. La expresión de Callon parecía
ser una mezcla de decepción e incertidumbre.

Algo estaba pasando. Estaba segura de ello. Daniel se echó a reír, y volví mi
atención a él. Todavía estaba jugando al ajedrez con Dex. Sonrieron cuando
pasamos. Lilly estaba leyendo un libro en un rincón y alzó la vista. Colt se sentó
en el sofá mientras yo me moví hacia ella. Me senté cerca de la chimenea.

—¿Lilly?

—¿Sí, querida?

—La funda detrás de ti, ¿contiene una guitarra?

—¿Por qué? Sí. —Pareció sorprendida por mi interés.

—¿Puedo verla?

Su sonrisa se profundizó.

—Por supuesto.

Sacó la funda de detrás de la silla y me la entregó. Estaba destrozada por los


bordes. Con cuidado, desabroché los cierres para revelar una de las guitarras
más hermosas que jamás había visto.

El brillo se había ido, el color se estaba desvaneciendo y había hendiduras de


años de tocarla y viajes, pero me di cuenta de que era un instrumento muy
querido que había creado una hermosa música. Dejé que mis dedos se
deslizaran por las cuerdas mientras la sacaba de la funda. Pulsé cada nota por
separado, estaba perfectamente afinada. No había tocado la guitarra más que
248

un puñado de veces, sin embargo sabía que podía. No era diferente del piano.
Simplemente, instintivamente, sabía qué hacer.
Página
No estaba triste, o molesta cuando toqué esta noche, estaba placida, contenta, y
necesitaba expresar esto con mi corazón y mi alma. Quería confirmar que
todavía estaba viva, todavía era yo. Permití que mis dedos bailaran sobre las
cuerdas, lentamente abrazando cada nota mientras resonaban en el aire
empapado por la lluvia. Cerré los ojos, acariciando y acariciando con cuidado el
sonido a medida que llenaba la habitación.

Me imaginé la melodía cayendo suave en cascada sobre cada pieza de


mobiliario, sincronizada con las gotas de lluvia en el tejado, enredada con la
melodía propia de la naturaleza fuera. Me olvidé de todos los demás en la
habitación, y me vi sentada junto a un lento río. Toqué los sonidos del agua
lamiendo la punta de las piedras, al igual que un diente de león soplaba sus
semillas al viento. Un ballet de movimientos, subiendo y bajando con la brisa.

La guitarra cantó a mi corazón con palabras que él entendía. Cada canción se


trasformaba en otra hasta que finalmente terminó, cuando mi corazón estuvo
lleno y pude terminar.

Abriendo los ojos, miré mis dedos. Cinco pares de ojos me observaban. No
había tocado para una audiencia. Con cuidado colocando la guitarra en su
funda, cerré los pestillos y lo dejé.

—Lo siento —dije tímidamente.

Miré alrededor de la habitación. Lilly todavía estaba sentada en la silla, con


lágrimas rebosando en sus pestañas. Dex y Daniel se sentaban con los brazos
cruzados y la espalda acomodada en las sillas. Callon estaba apoyado contra la
pared, mirando con indiferencia y Colt estaba rebosando adoración.

Bajé la cabeza, y me moví para sentarme junto a él. Sus brazos me dieron la
bienvenida mientras susurraba en mi oído:

—Justo cuando pienso que no puedo quererte más de lo que lo hago. —Un
tierno beso tocó mi mejilla y se echó hacia atrás en su asiento. Me sonrojé.

—Cheyenne —preguntó Lilly—. ¿Cuánto tiempo llevas tocando?


249

Levanté la cabeza y vi la suavidad y el amor en su rostro.


Página

—No mucho.
—¿Quién te ha enseñado?

—Nunca he tenido clases formales. Lo he aprendido sobre la marcha. He oído


las notas en mi cabeza, y se unen por sí mismas.

—¿Callon nos ha contado que también tocas el piano? —preguntó.

Asentí.

—Nadie ha tocado esta guitarra durante un largo tiempo —murmuró, absorta


en sus pensamientos. Sus ojos azules se clavaron en los míos—. Gracias por
traer la música de vuelta a esta casa.

250
Página
Capítulo 20
Traducido por Xhessii y Yanli

Corregido por Michy

L
a lluvia continuaba su descenso desde el cielo. El viento persistente
aullaba, y la tarde pronto se convirtió en noche. Lilly paseaba en la
habitación, aprehensiva sobre la tormenta. Dex vio mi preocupación y
vino a hablar conmigo en privado.

—Hubo un incidente hace mucho tiempo. Cuando tenemos las tormentas de


lluvia aullante, la ponen tensa —dijo él mientras tocaba mi brazo—. Ella estará
bien. No te preocupes.

—¡Cheyenne! —La voz de Lilly sonó con alarma y yo me encogí—. Debes estar
muriéndote de hambre. No has comido desde el desayuno. —Ella agarró mis
manos—. Dije que los chicos son malos para recordar, pero yo soy la que se
olvidó.

Sorprendida por su reacción, caminé hacia la cocina con Colt. No me había


dado cuenta de que tenía hambre hasta que lo dijo.

—No estoy muriendo de hambre, pero podría comer algo pequeño si no es


mucho problema.

Ella dio una pequeña respuesta.

—Nunca es un problema. —Ella empezó a jalar cosas del frigorífico y del


congelador—. Dame unos minutos y haré algo.
251

Me senté a la mesa de la cocina, y Colt acercó su silla a la mía. Mientras


observábamos a Lilly trabajar, podía ver con la esquina de mi ojo que él me
Página
estaba mirando. Incliné un poco mi cabeza, y lo miré, sólo lo suficiente para ver
su hermoso rostro.

Teniendo algo de normalidad con Colt era un alivio. Un guiño rápido de sus
ojos azules aceleró mi corazón. Me ruboricé y me giré.

Lilly hizo comida suficiente para alimentar un ejército. Tener algo en qué
concentrarse y mantener sus manos ocupadas parecía calmarla. Puso un plato
enfrente de mí. No estaba segura de cuánto podía comer, pero estaba dispuesta
a dar una lucha justa. Comí más de lo que pensaba y llevé mi plato al fregadero
antes de ir a la sala de estar para la noche. Hacía bastante fresco, y Dex
encendió una fogata para calentarnos. Amaba el sonido de romper y estallar del
fuego, las llamas bailando en el aire, lamiendo la madera con su deseo
consumidor.

Me acerqué a Colt, y Callon se sentó junto a nosotros. Daniel estaba


aparentemente aburrido, y anunció que todos nosotros podíamos estar jugando
póker. Miré cautelosamente.

—Te das cuenta que nunca antes he jugado, ¿verdad?

—Te enseñaremos —ofreció Colt.

—Sería interesante —dije débilmente.

Daniel acercó la mesita del café y me senté en el suelo, cruzando mis piernas
para que pudiera llegar a la mesa. Lilly me aseguró que los chicos serían buenos
porque estaba aprendiendo a jugar. De alguna manera no lo creí. Era un blanco
fácil, y lo sabía.

Primero miré, y traté de seguir el juego. Era divertido verlos reírse y bromear
entre ellos. Realmente disfrutaban su compañía. Tenían una especial unión
entre ellos. Aunque la diferencia de edad era grande, no parecía importar.

Finalmente me convencieron para que me uniera, y me prometieron que me


dejarían tranquila. Recibí asistencia por el primer par de manos de Callon y
Colt, principalmente por el hecho de que estaba sentada entre ellos con las
252

cartas expuestas.
Página

Mirándome directamente, Daniel empujó las cartas por encima de la pequeña


mesa.
—Tu turno.

—Uh, Daniel —dije—. No sé barajear.

—Has estado observando. Puedes hacerlo.

—Sí, pero te ves como un dealer de casino… yo no puedo hacerlo así.

—Sólo inténtalo. —Él saco una perversa sonrisa encantadora, y suspiré.

—Vas a burlarte —le dije en exasperación.

—Probablemente, pero esa es la parte divertida.

Tomé las cartas entre mis dedos, y lo que pasó a continuación fue una comedia
de errores. Intenté hacer un abanico de cartas, y salieron volando. Aterrizaron
en el suelo, en el regazo de Callon y sobre la mesa. Todo el mundo rompió en
risa histérica.

Mi rostro se ruborizó, y recogí las cartas de la mesa y decidí pasárselas a


alguien con más experiencia.

—Oh, no —dijo Callon, levantando sus manos—. No puedes rendirte después


del primer intento, cariño.

Mi nariz se arrugó. Estaba de nuevo ese “cariño”. Aunque eso me molestaba, no


sabía si lo decía para molestarme o porque en realidad eso significaba.

Daniel me mostró de nuevo sobre la mesa pequeña. Miré de cerca, tomé de


nuevo las cartas, y traté de seguir su ejemplo. Pensarías que con la habilidad de
tocar el piano y la guitarra, tendría alguna clase de destreza.

Las cartas explotaron en una chimenea de espadas, ases y jotas. Daniel y Colt se
retorcían en el fondo.

Callon rodó sus ojos. Él sonrió y se inclinó, tomando mis manos en las suyas
para mostrarme cómo barajear apropiadamente. Repitió los pasos un par de
veces. Cada vez que me enseñaba, sus labios rozaban mi mejilla, el calor de su
toque quemaba.
253

Las risas cesaron, y me volví consciente de lo que estaba tomando lugar. Me


Página

alejé, pero no parecía molestarle, él estaba sonriendo.


¿Por qué estaba actuando así? Desde el inicio tenía la impresión de que yo era
sólo un trabajo, y ahora era como si él estuviera conteniendo su atracción.
Recientemente, me había llevado mejor con él, pero yo estaba con Colt. Callon
me confundía. Me sacudí. Me olvidé de él.

Jugué un par de manos más, y la suerte del principiante me permitió ganar


unos cuantos. Finalmente lo estaba entendiendo.

—¿Así que si tengo una flor corrida… —Miré mis cartas—, eso significa que
gano la mano? —Levanté mis cejas mientras ellos empezaron a bajar sus
cartas—. ¿Qué?

Ellos empezaron a reírse. Colt me levantó del suelo, tomando las cartas de mis
manos.

—Pensé que dijiste que tenías una flor corrida.

—Nunca dije eso. Simplemente estaba preguntando en qué consistía. Ustedes…


—Apunté alrededor de la habitación—, tomaron la dirección incorrecta. No es
mi culpa que hayan saltado a conclusiones precipitadas.

Él apretó mi costado.

—¡Y tú dijiste que no sabías jugar póker! No seré tan bueno la próxima vez. —Él
besó mi mejilla y le dio una mirada a Callon mientras me sentaba entre sus
piernas en el suelo.

Parpadeé. Algo sucedía entre Colt y Callon. Nadie más parecía notarlo, y
seguimos jugando. Jugamos varias manos, pero me estaba cansando. Me había
agotado mi reunión con Colt, y se estaba volviendo difícil permanecer
despierta. Recostándome sobre la pierna de Colt, mi cabeza rápidamente
encontró su casa en su regazo. Pero no quería ir a la cama. Quería disfrutar este
día… estos momentos. Olvidar el peligro que me aguardaba.

Cerré mis ojos y escuché al fuego crujir, la conversación continuó hasta que no
pude escuchar más.
254
Página
El sonido fuerte del crujido de un rayo golpeó a un árbol justo fuera de la
ventana, acompañada por un trueno intenso. Me senté derecha, temblando.
Estaba en mi cuarto, sola. Mi corazón pesaba en mi pecho, como un pájaro
atrapado que intenta escapar. La habitación permaneció alumbrada por un
segundo m{s… y fue todo lo que pude tomar.

Estaba mirando por la ventana y vi una figura sombría en los árboles. La


habitación se oscureció y no parpadeé. Después de otro destello de luz, de otro
medio segundo, y la misteriosa sombra desapareció.

Un atronador estampido rasgó de nuevo el aire, y una mano tocó mi hombro.


Grité mientras saltaba de la cama, para encontrar dos manos que me acercaban.

—¡SUÉLTAME!

—¡Cheyenne! Soy yo, Callon. —Me tomó unos momentos darme cuenta a quién
pertenecía la mano, e inmediatamente dejé de luchar.

—Shh… est{ bien. Es sólo una tormenta con truenos.

Lo dejé que me halara.

—Los relámpagos están afuera de tu ventana. —Él empezó a acariciar mi


espalda—. No necesitas tener miedo. Estoy aquí.

—¿D… dónde est{ C… Colt? —tartamudeé.

—Él y Daniel salieron a asegurar los caballos y a asegurarse que lo rayos no


iniciaron un incendio.

—¿Fueron a asegurarse que no se inicie un incendio?

—Sí, por aquí ha sido un verano seco. No necesitamos ahora un incendio


forestal.

La figura sombría seguía en mi mente, seguramente era Dex. Sabía que no


podía ser Colt o Daniel… no tenía la forma correcta.
255

—¿Qué hora es? —Me alejé, alejando mis brazos.


Página
—Alrededor de las tres de la mañana. Necesitas descansar, sólo has dormido un
par de horas.

—No creo que ahora pueda dormir.

En ese momento otro relámpago iluminó la habitación, seguido de un


ensordecedor trueno. Me acerqué de nuevo al pecho de Callon. Era como un
bebé.

¿O estaba disfrutando estar en sus brazos?

—Vamos. Vayamos a la sala de estar. Podemos sentarnos en el sofá, ¿sí? —


sugirió él.

Asentí. La luz restante del fuego proveía sólo iluminación. Los relámpagos
empezaron a disminuir, y los truenos se hicieron más distantes. Mis ojos
atraparon el diario en una mesa cercana. Había un papel y un bolígrafo junto a
él, al menos sabía que lo que dijo Lilly era verdad. Dex estaba trabajando en
descifrarlo para mí.

Finalmente me relajé, acercando mis piernas a mi pecho. Puse mi cabeza en el


hombro de Callon, y mi sueño regresó. Su brazo se movió para rodearme y
empezó a gentilmente pasar sus dedos por mi brazo. Era un toque suave, como
si tuviera miedo de que tuviera pena del contacto íntimo. Me moví más y
pronto encontré que mi cabeza descansaba en su regazo. Él jaló una manta de
una canasta cercana y la puso sobre mí. Con los ojos cerrados, de nuevo estaba
pacíficamente descansando.

La luz del sol entró por la ventana, y abrí lentamente mis párpados para ver a
Colt sentado en la mesa del café. Su rostro estaba calmado, y rápido me di
cuenta del hecho de que mi cabeza estaba en el regazo de Callon. Me senté
inmediatamente y los miré a ambos. Ellos estaban hablando. Necesitaba
interrumpir antes de que algo pasara.

—Así que, ¿te divertiste con la tormenta de anoche, Colt? —Estiré mi mano,
tomando la suya para asegurarme que me mirara—. Callon me dijo que fuiste a
256

ver a los caballos. ¿Está todo bien?

—Ahora todo está bien. Ellos se asustaron cuando los rayos cayeron cerca.
Página

Mandi huyó, pero nos las arreglamos para traerla de regreso.


—¿Qué tan lejos corrió? —pregunté, preocupada.

—Muy lejos. Ya sabes, ella es rápida. Más rápida que Bo o Charlie, Sam es el
único al que dejaría que se le acercara. Acabamos de regresar.

Mi mirada lo examinó.

—Veo que decidieron tomar un baño de lodo al regresar. —Me reí.

Una sonrisa retorcida pasó por sus labios.

—Sí, de hecho lo hice. —Él se acercó—. Pensé que también lo disfrutarías, así
que guardé un poco para ti.

—¡No te atreverías!

Era una amenaza vacía. Colt me puso en su regazo, asegurándose que me


manchara con lodo mientras besaba mis mejillas. Ambos nos reíamos.

—Sabes —Sonreí malignamente—, la última vez que me hiciste algo así, tuve
que regres{rtelo… podría ser peor esta vez. —Le guiñé un ojo. Él me apretó
hasta que dije—: Auch. —Segundos después, estaba sobre su hombro y
salíamos de la sala de estar.

—Eres un desastre, cariño. Necesitas un baño —dijo juguetonamente.

—¡Colt! —chillé—. ¡Basta!

Lilly, Dex y Daniel también se reían. Aunque, Callon permanecía apagado. Él


no parecía muy feliz de que Colt me agarrara así. Paramos enfrente de la puerta
del baño. Él me puso sobre mis pies, agarró mi cara en sus manos, y me besó
firmemente:

—Quédate aquí, enseguida regreso.

Estaba demasiado anonadada para discutir.

Él regresó con ropa enrollada en una toalla y la puso en mis manos. Una sonrisa
astuta estaba en su rostro.
257

—Sabes, Colt —dije—. Soy capaz de elegir mi propia ropa.


Página
—Oh, lo sé —dijo ligeramente—. Pero esto es más divertido. Antes de que
entres a la regadera, dame tu ropa. —Lo miré—.Para que pueda lavarlas con las
mías —explicó inocentemente.

—Oh. —Examiné su rostro, tratando de averiguar su motivo, pero finalmente


decidí que estaba siendo particularmente travieso hoy—. Está bien, dame un
minuto.

En el baño me desvestí y enrollé la toalla a mi alrededor. Apenas abrí la puerta


y saqué mi brazo con la ropa sucia. Sus manos firmemente agarraron las mías
mientras agarraba la ropa y besaba mis nudillos.

Me bañé, y tomé tiempo para rasurar mis piernas. Terminé y pasé una toalla a
mi alrededor. Mientras desenrollaba la toalla que Colt me había dado, dos
pequeños artículos cayeron. Oh, caray, ¿en qué estaba pensando él?

En el suelo, frente a mí había dos pequeños artículos, un top y una pieza


inferior de un bikini. Él estaba jugando un juego conmigo mientras todo lo que
yo quería saber era lo que el diario decía. Sacudí mi cabeza. Lilly dijo que
tomaría un tiempo… decidí seguirle el juego ya que sabía que retendría mi otra
ropa como rehén. Estaba especialmente ingobernable hoy por alguna razón.

Deliberadamente me tomé mi tiempo en el baño. Él me puede haber


arrinconado, pero si quería ver el resultado final, iba a hacerlo esperar.

Finalmente me dirigí a la puerta y me asomé por la hendidura. Allí estaba él


con una enorme sonrisa en su rostro.

—¿Qué te está tomando tanto tiempo, Cheyenne? No necesitas mi ayuda,


¿verdad?

Entrecerré mis ojos.

—Usted, señor, está en muchos problemas ahora. ¿En qué estabas pensado?

—Estaba pensando que antes de darte los artículos restantes debería


inspeccionar los que ya te he dado.
258

—¡Colt!—gruñí. Con sus brazos cruzados, apoyándose contra la pared, no dio


ninguna respuesta. Yo iba a mantener mi terreno—. Supongo que no voy a salir
Página

del baño hoy.


Empecé a cerrar la puerta, pero un gran brazo se abrió paso, fijándome detrás
de la puerta. La cabeza de Colt apareció, y se rió entre dientes.

—Necesitas hacer algo mejor que eso, amor. Yo puedo fruncir el ceño mejor que
tú.—Sus grandes dedos agarraron mi muñeca y me sacó mientras se cerraba la
puerta. Se quedó mirándome boquiabierto, como si fuera algún tipo de exótica
exposición de zoológico.

—¿Estás contento ahora? —dije sarcásticamente.

—No del todo. —Tomó mi mano y me hizo darme la vuelta mientras yo rodé
mis ojos—. Ahora lo estoy.

—¿Puedo por favor tener algo más de ropa ahora?—Mi irritación no tuvo
ningún efecto sobre él. Él me lanzó un par de jeans, y repliqué—:¿Esto es todo
lo que consigo?

—No, pero te voy a dar más cuando esté listo. Póntelos por favor—me indicó
mientras se recostaba contra el tocador con los brazos cruzados.

—¿Vas a decirme por qué tengo que usar un traje de baño hoy? —murmuré.

—Seguro, vas a estar nadando en el río conmigo.

—Sólo podrías habérmelo dicho en lugar de jugar este pequeño juego, ya sabes.

—Oh, lo sé, pero de esta forma es más divertido. Ponte los vaqueros.

Rodando mis ojos, me los puse lentamente.

—¿Ahora por favor puedo tener más?

—Por un precio. —Ese diabólico brillo en sus ojos apareció de nuevo.

—¿Disculpa? —Arqueé mis cejas y me crucé de brazos—. ¿Cuál es la tarifa por


mi libertad hoy, entonces?

—Oh, es bastante simple. Sólo un beso.

—¿Sólo un beso?—le pregunté.


259

—Síp, sólo un beso.


Página

Le miré directo a la cara.


—Nop.

Sus ojos se ampliaron. Se puso en posición vertical, cerniéndose sobre mí.

—¿No?

—No puedo permitir eso, lo siento—dije—. Ya tengo los vaqueros. Saldré sólo
con lo que tengo y le pediré una camisa a Lilly.—Lo miré, desafiante—. Puede
que también le mencione tu calculador sistema de tortura para ver lo que piensa
al respecto.

—Hmm—replicó. Una sonrisa astuta se extendió por sus labios mientras daba
un paso más cerca. Retrocedí—. Supongo que podrías hacerlo. Sin embargo,
aún tienes que llegar a la puerta y realmente no veo que eso suceda.

Retrocedí un paso, dejando caer mis manos a mis costados.

—Podría gritar, alguien vendría corriendo a ayudar.

Él avanzó otro gran paso hacia mí. Estaba contra la pared.

—Podrías, pero yo soy más rápido que tú. Sería capaz de detenerte antes de que
incluso dejaras escapar un sonido.

Rápidamente di un paso a un lado, pero él me acorraló cuando su brazo se posó


en la pared al lado de mi hombro. Levantó su otra mano a la pared,
enjaulándome. Mi corazón empezó a correr.

—¿Estás muy seguro de ti mismo, no? —le pregunté.

Esos imponentes ojos azules estaban mirándome.

—Sí —dijo en un susurro mientras sus labios tocaban los míos, dudando por un
breve momento antes de echarse hacia atrás—. ¿Ahora eso no fue tan malo
verdad?

—No —respondí sin aliento—. ¡Fue horrible! —Me sumergí bajo su brazo,
agarrando la camiseta del piso mientras corría a la puerta. Doblé la esquina de
la habitación. Colt estaba sonriente mientras me perseguía. Me puse la camisa y
260

apresuradamente salté a la cama, crucé las piernas y doble mis brazos. Intenté
lucir impaciente—. ¿Qué te tomó tanto tiempo?
Página
—Ahora eso no fue agradable—dijo cuando entró en la habitación.

—Nunca dije que fuera agradable. Ahora que lo pienso, no recuerdo que
alguien me llamara agradable alguna vez. —Le guiñé el ojo.

Se quedó allí por un momento. Pude ver que estaba contemplando algo. En
cuestión de segundos estuvo sobre mí, haciéndome cosquillas.

—¡Colt! —grité cuando la risa se hizo cargo. Segundos más tarde Daniel vino al
rescate. Sólo pasó un breve momento antes de que todo el mundo llegara para
ver lo que estaba causando que hiciéramos tal escándalo. Con la atención de
Colt desviada, salí disparada a la otra habitación con la ayuda Lilly.

—¡Colt! —Lilly lo confrontó—. Es mejor que la trates bien. Ya te lo he


advertido...—Corrí hacia la esquina y no escuché el resto de su regaño mientras
me reía.

Me dejé caer en el sofá y esperé a que siguiera el resto de su regaño. Colt surgió
del salón principal con Lilly aún gritando en su oído, él rodó sus ojos mientras
me arrojaba los zapatos y calcetines. El resto estaba sonriendo cuando capturé
sus miradas.

—Así que, ¿Colt dijo algo acerca de nadar en el río? —pregunté.

—Sí. Vamos a llevarte a la montaña para ver las cascadas. Es realmente


hermoso. Creo que realmente lo disfrutarías—dijo Callon cuidadosamente.

—¿Estás seguro de que es seguro? —Estaba recordando mi reciente ataque.


Hace unas semanas habría aprovechado la oportunidad para salir, pero ahora
no estaba realmente tan segura. Quién sabía lo que me estaba esperando allí.

—Somos cinco de nosotros. Estarás muy bien. —La simpatía paso a través de
los ojos de Callon—. Has estado encerrada con nosotros durante un tiempo.
Pensé que cierta libertad para explorar sería bien recibida.

Sonreí. Él tenía razón. No podía encogerme de miedo por temor a lo que podría
suceder. Además, iba a obedecer a Callon ahora, pase lo que pase. Si era
261

cuidadosa, todo saldría bien.

—¿El clima va a ser más agradable hoy? —Jugueteé con mis cordones mientras
Página

los ataba.
—Se supone que estará caliente esta tarde.

—¿Cuándo nos vamos?

—Tan pronto comas algo de desayuno. Nos iremos todo el día. Nos podemos
quedar a pasar la noche si gustas. Lilly ya ha empacado alimentos para el viaje.

Miré a Lilly que estaba ahora en la cocina.

—Gracias, Lilly.

Ella sonrió.

—De nada.

Seguí a Colt a la cocina. Él procedió a limpiar la nevera.

—Sólo tomaré una barra de granola si tienes una—hablé—. No necesitas


esforzarte mucho esta mañana.

Colt fue a la despensa. Regresó con su premio en la mano y una cálida sonrisa
sólo para mí.

—Cualquier cosa por ti —dijo amorosamente.

Rápidamente lo besé.

—Pagado por completo entonces. —Ambos nos reímos, y Lilly inclinó su


cabeza hacia nosotros. Mientras me comía mi barra de granola, Colt me trajo un
vaso de jugo de naranja. Me lo bebí, y nos dirigimos a la puerta delantera.

Callon estuvo absolutamente en lo cierto sobre el clima. El sol estaba radiante


en el cielo y sus rayos calentaron mi piel. Las aves estaban cantando, las
mariposas volando y las ardillas correteando. Los caballos estaban ensillados y
listos. Al ver a Mandi, supe por qué Colt estaba cubierto de lodo. Ella aún lo
tenía apelmazado todo sobre ella. Estaba en el corral, pero al verme, vino
inmediatamente a la cerca.

Subí en el peldaño inferior y comencé a frotar su melena.


262

—Hey, chica. Veo que tuviste algo de diversión anoche. —Ella movió su cabeza
hacia arriba y hacia abajo como si respondiera... extraño cuán humano fue su
Página
respuesta—. ¿Estás un poco fangosa ahora no? —Asintió nuevamente. Levanté
una ceja.

Retiré mi mano de su melena, posicionándome en la barandilla mientras miré a


sus ojos caramelo.

—¿El relámpago te asustó? —Por tercera vez, ella respondió con un


movimiento de cabeza. La observé detenidamente. ¿Podría entenderme?
Necesitaba probar esta teoría.

—Mandi—dije firmemente—. Si me entiendes, pisotea con tu pata derecha.—


Seguí mirándole fijamente a los ojos, ella pisoteó con su pata derecha. Parpadeé.
Esto no era ninguna casualidad...

Me volví hacia Colt y Callon.

—Hey, vengan un segundo.

—¿Cheyenne? —Callon dejó a Bo y se apresuró hacia mí—. ¿Cuál es el


problema? ¿Todo bien?

Asentí hacia Mandi.

—No estoy segura. —Fruncí mis cejas—. Esto va a sonar loco, pero creo que
Mandi me comprende. Estaba hablando con ella, y ella asintió en respuesta.

Al momento en que las palabras dejaron mi boca, lo lamenté inmediatamente.


La mirada en sus ojos lo decía todo.

—Pero ella pisoteó, cuando le pregunté.—Apenas estaban conteniendo su risa.

—Uh, cariño —dijo Colt—. Los caballos mueven sus cabezas de vez en
cuando.—Su sonrisa se hizo más grande.

—Ella pisoteó también —dije sinceramente, tratando de salvarme de la


completa humillación.

—Ellos pisotean sus pezuñas también a veces, amor —agregó Callon, apenas
conteniendo su risa.
263

Rodando mis ojos, me volví hacia Mandi.


Página
—Mira esto. Mandi, si me entiendes, pisotea. —Observé su respuesta, pero
ninguna llegó.

Sacudiendo mi cabeza, me aparté del corral. Ellos estallaron en una carcajada y


sacudí mi cabeza.

—¡Justo lo que necesito, darle a los dos más municiones! Menos mal que Daniel
no está... —Giré mi cabeza para ver a Daniel. Había estado detrás de mí—. Oh,
¡olvídalo!

Me alejé furiosa, dejándolos a los tres soltando risotadas.

—Maldito estúpido caballo —murmuré para mis adentros—. ¡Gracias, Mandi!


—Podría haber jurado que ella estaba resoplando de la risa, sacudiendo su
cabeza.

El eco de la voz de Daniel en el fondo:

—Esto es casi tan bueno como el incidente del Jeep...

Me estremecí. Maravilloso, ahora tenía más cosas para burlarse de mí.

Humillada, me senté en el porche y esperé. El trío se mantuvo mirando hacia mí


de vez en cuando, se reían y dejaban de reír. Uno de estos días iba a tener que
aprender a mantener estas cosas para mí misma. Era una masoquista por el
castigo.

Finalmente estábamos listos para salir. Daniel tenía las riendas de Mandi
mientras gritaba.

—Hey, Cheyenne, Mandi me pidió que te dijera que está lista para partir.

Rodando mis ojos, no tenía otro remedio que caminar. Colt me detuvo antes de
montar.

—Sabes que nos encanta molestarte. Tú sales con algunas cosas bastante
graciosas.—Él envolvió sus brazos a mi alrededor.

—Sí —respondí—. Es mi trabajo proporcionar el entretenimiento por aquí.


264

Menos mal que lo tomó tan bien. Sabes, podría ser una de esas chicas que lloran
por todo.—Miré directamente a sus ojos traviesos.
Página
—Podrías —hizo una pausa mientras besaba mi cabeza—. Pero no lo eres, y por
eso te amamos.

265
Página
Capítulo 21
Traducido por Vanehz, Elenp y electra

Corregido por Aldebarán

N
o teníamos prisa inmediata mientras conducíamos al noreste hacia las
montañas, charlando casualmente y viendo el paisaje. Dex iba a mi lado y
hablaba de las cordilleras, señalando formaciones específicas. La vida
salvaje era abundante y la tierra fértil. Dijo que no mucha gente viajaba así de
lejos, era raro ver a alguien pasar por ella a menos que estuvieran faltos de
tiempo, dándome así un poco de sentido de seguridad. Entre los cinco,
pensaban que sería seguro para mí estar fuera de casa.

Llegando al pie de la montaña, seguimos el río hacia arriba, hacia las cascadas.
Pude oírlas antes de verlas. Un olor a moho húmedo combinado con la esencia
de pinos, flores salvajes, y hierbas, llenando el aire. Mientras más nos
acercábamos, los golpes atronadores de agua chocando contra las rocas,
siguieron haciendo eco en mis oídos. El volumen era alarmante. En los extremos
de las cascadas, el agua verde salpicaba, corriendo hacia abajo en tres niveles.

Un chispeante arcoíris se elevaba de la neblina lluviosa. Bailaba con el viento,


elevándose y cayendo, besando las montañas circundantes y tragando los
gorriones que se zambullían dentro y fuera. La niebla tocó mis mejillas y
párpados en la gentil briza, acariciando mi rostro tan delicadamente que
parecía memorizarme, como lo hicieron los acantilados en su suave abrazo.

Mientras avanzábamos más, Colt se estiró y tocó mi brazo. No tenía palabras


para expresar qué inundaba mi mente, solo pude articular “gracias” y sonreír.
266

Estaba absolutamente en lo correcto al pensar que había amor allí, lo había.


Siempre sabía lo que necesitaba y cuándo. Suspiré. Era tan perfecto para mí, y
Página
era mío. ¿Por qué había esperado tanto? Ya no importaba. Me amaba, yo lo
amaba. Con amor, todas las cosas eran posibles. Ya no estaría sola.

Continuamos nuestro paseo y regresamos a la pradera que pasamos.


Desmontamos y regresamos al prado. Dejamos a los caballos correr libres. Por
pasadas experiencias, sabía que nunca se aventurarían muy lejos. Colt rebuscó
en una de las mochilas y lanzó un par de pantalones cortos hacia mí.

—Querrás cambiarte antes de que caminemos de vuelta a las cascadas.

Asentí y me cambié. Tenía mi ropa de baño puesta así que no era gran cosa.
Cuando giré, mis tres protectores estaban esperando, sin camisa. Esa una visión
distractora, todos ellos en su gloria masculina. Miré a Lilly, y ella sonrió.

—¡A divertirse! Dex y yo estaremos en la pradera.

Una vez más, asentí y seguí. Colt nos condujo y gracias a Dios, Daniel y Callon
caminaban tras nosotros. Sus hombros anchos y su cintura estrecha, mis ojos
viajaron hacia abajo a sus fuertes piernas. Realmente contemplé pellizcar su
trasero. Solo quería ver cuál sería su reacción. Sería mi oportunidad de
atraparlo con la guardia baja, como siempre parecía hacerme a mí. Si
estuviéramos solos podría hacerlo, creo. Bien, probablemente no. Era una gran
gallina de corazón.

Charlaba ligeramente por el camino. Llegué a la conclusión de que estaban


excitados por mostrarme las cascadas de cerca. Nos detuvimos en la parte baja,
y podía ver claramente los tres niveles. Cada nivel era de cerca de siete metros
de altura, cayendo en el siguiente hasta terminar en la base en una profunda
piscina de agua. El agua parecía calmada en la base.

—No es tan tranquila como parece —dijo Daniel mientras se paraba junto a
mí—. Es muy engañosa. Ve demasiado cerca de las cascadas y la presión podría
succionarte hacia abajo. Incluso para el mejor de los nadadores, sería difícil
salir. Cuando los niveles de agua crecen, es incluso peor.

Me giré, sonriendo.
267

—Supongo que no nadaré allí entonces, ¿huh?


Página

—No allí —replicó.


Colt tiró de mi mano, y empezamos nuestra caminata hacia arriba al primer y
segundo nivel. El sendero era estrecho y rocoso, girando y girando. El agua
brumosa hacía las rocas resbaladizas. Colt mantuvo un firme agarre en mi
mano. Callon también se mantuvo cerca, y su mano rozó mi lado algunas veces
para asegurarse de que no cayera cuando mi pie resbalaba. Era suficiente para
hacer que mi piel hormigueara. Parando brevemente, Colt señaló las cuevas
escarbadas en las paredes lejanas del acantilado. La única forma de que fuera
capaz de verlas era porque la temporada había sido seca, los niveles de agua
habían bajado considerablemente. Continuamos subiendo por el sendero, y
haciendo nuestra aproximación final al tercer nivel, parando en una pared de
roca. Colt se giró y sonrió.

—Uh, ¿Colt? —Lo miré con cautela—. Nunca he escalado roca antes, y no estoy
segura de que sea el mejor momento para tomarla. —Sus dedos permanecían
cerrados sobre los míos.

—No te dejaremos caer. Será una fácil escalada para ti.

—¿Cómo puede ser una escalada fácil si nunca he escalado antes? —pregunté
nerviosamente mientras tiraba mi mano y retrocedía. No se movió, y retrocedí
otra vez, tropezando con mis propios pies. Callon me atrapó por los codos antes
de que cayera sobre la estrecha saliente.

—Colt tiene razón, Cheyenne. Los tres estamos aquí. No vamos a dejarte caer.

Repliqué firmemente.

—No. —Ellos extendieron sus manos. Colt agarró uno de mis brazos y Callon
sostuvo el otro y me empujaron hacia adelante. El pánico se instaló
rápidamente en mí.

—¡No! —dije otra vez—. No creo que me entiendan. No soy aficionada a las
alturas, y esta es una experiencia sin la cual preferiría vivir, si no les importa.

—Cheyenne, valdrá la pena —dijo Callon, y todos se unieron para tratar de


convencerme. Podía ver que no importaba lo que dijera. No iba a ganar.
268

Eventualmente me llevarían abajo.

—Solo pon tus manos y pies donde te diga. Estaré a tu lado y Callon en el otro
Página

—prometió Colt tranquilamente.


—¿Por qué no puede Daniel simplemente saltar hacia allí conmigo? —disparé
rápidamente lo que pensé que era un brillante argumento.

Colt se movió más cerca, sus dedos apretándose alrededor de mi codo.

—Porque esto es algo que necesitas experimentar de primera mano. —Colocó


mi mano en una hendidura de la roca y me empujó hacia adelante. Callon
siguió su ejemplo—.Necesitas saber cómo escalar si estas en una situación que
lo requiera.

—No me gusta ninguno de ustedes en este momento —dije en voz


temblorosa—. Sólo pensé que deben saberlo.

—Es bueno saberlo —replicó Colt con una risa baja.

—Promete que no me dejarás caer —rogué.

—Creo que nos conoces mejor que eso —dijo Callon en tono reprobador.

Me recordé a mí misma que confiaba en ellos.

—Está bien —dije temblorosamente.

Se cernieron sobre mí y lentamente nos llevaron hacia arriba. Mi corazón estaba


palpitando tan rápido como un caballo de carreras, y mis palmas estaban
sudorosas, lo que me hacía pensar que podría resbalar y caer, lo cual hacía mi
corazón palpitar incluso más rápido. Odiaba las alturas, casi tanto como odiaba
las arañas. Estaban igualadas en mi mente, dos cosas que despreciaba.
Realmente quería desgarrarlos de arriba abajo para hacerles saber mi disgusto,
pero decir las palabras en voz alta era demasiada distracción. Cada vez que
resbalaba, la mano de alguien pasaría por mi espalda o mi cintura. Sabía que
solo trataban de asegurarse que no cayera, pero era una sobrecarga sensorial.

Cómo se las arreglaban para escalar junto a mí con una mano, era un misterio.
Mi corazón se puso a toda marcha mientras la base de la roca pasaba bajo mi
bota, y era incapaz de enderezarme. La sensación de caer era casi
sobrecogedora. Cerré mis ojos brevemente.
269

Los dedos de Colt se cerraron en el lazo de mi correa mientras la palma de su


mano se extendía pasando mi espalda. Esto no hizo nada por calmar mi loco
Página

pulso. Sólo lo empeoró. Mi respiración era errática y entrecerré mis ojos


mientras lo miraba, mi mejilla firmemente plantada en las rocas mientras
abrazaba la pared del acantilado.

—Estás bien. Te tengo —dijo calmadamente, y eso era incluso más que
frustrante. Eventualmente, nos acercamos a la cima. Colt, gracias a Dios me
empujó hacia arriba y sobre ella a una ubicación segura. Rodé sobre mi espalda,
y cerré mis ojos, tratando de devolver mi corazón a mi pecho. Los momentos
pasaron antes de que fuera capaz de hablar.

—Están en tantos problemas —dije en una baja y profunda voz—. Los tres. Sólo
esperen a que le diga a Lilly lo que me hicieron hacer. —Miré hacia arriba. Colt
estaba situado justo a mi lado.

—Si vamos a meternos en problemas con Lilly, entonces probablemente


deberíamos hacer valer la pena nuestro tiempo — dijo socarronamente.

Sonriendo, no estaba segura de a qué se refería. Una magnífica sonrisa destelló


sobre sus labios, lo que me hizo desconfiar de lo que habían planeado hacer
después. Sacudí mi cabeza, y me ayudó a levantarme. Me tenía parada con él
cerca del borde. Se paró detrás de mí mientras me aseguraba de que seguía
presionada contra su pecho.

La vista del valle desde la elevación me permitía ver la impactante belleza


desplegada abajo. Las majestuosas colinas onduladas, el río ondeando de ida y
vuelta en el valle, abajo, era como si los pastos se balancearan con la música de
la briza. Nos quedamos parados en silencio, los cuatro, por un largo tiempo,
admirando la vista y disfrutando el momento.

Daniel sonrió. Lo miré con ojos abiertos mientras simplemente caminaba sobre
el borde y desaparecía. Me giré hacia Colt horrorizada, y rápidamente vi la
sonrisa taimada extenderse sobre su boca. Girando mi cabeza hacia Callon, vi lo
mismo. ¡Un segundo más tarde me di cuenta de cómo íbamos a bajar!

—¡No! —dije firmemente mientras caminaba de lado a ellos y ponía mi mano


hacia afuera—. ¡No! Escalé la roca como pidieron, ¡pero no voy a saltar! —Sin
una palabra cada uno de ellos dio un paso más cerca—. ¡No! —grité en pánico
270

y empecé a retroceder más lejos—. Les dije que me daban miedo las alturas…
¡Les dije que no quería caer del acantilado! ¡No!
Página
En un parpadeo, Callon se lanzó. Medio segundo más tarde, estaba tomándome
en brazos Colt mientras corría hacia el borde. Colt me dio vuelta de forma que
estuviera de frente a él, y cerré mis brazos en su cuello en un agarre mortal.
Dejé salir un grito y enterré mi cabeza en su pecho mientras caía. Callon estaba
riendo mientras saltaba tras nosotros. Quince segundos después, golpeamos el
agua con fuerza suficiente para sacar el aire de mis pulmones. Estaba aferrada
con fuerza, pero aún sentía el empuje de la corriente mientras Colt nos elevaba
a la superficie. Mientras jadeaba y tosía por aire, Colt me giró y envolvió sus
brazos en mi cintura mientras empezaba a nadar hacia la orilla. Callon estaba
sonriendo mientras nos seguía.

Colt me depositó en la orilla y descansé en las rocas sobre el río, tratando de


recuperar el aliento, mis ojos fuertemente cerrados.

—Nunca, y quiero decir nunca, ¡me hagan eso otra vez! —dije a través de mis
dientes. La mano de Colt me tocó, e inmediatamente la golpeé—. ¡No me
toques! ¡Estás en muchos problemas!

—Admítelo, no estuvo tan mal. —Rió Colt. Sabía que no podía admitir que una
pequeña parte de mí lo había encontrado excitante o habría perdido el borde de
mi ira contra ellos.

Miré hacia arriba, y los tres se cernían sobre mí. Saqué la mejor mirada que
pude hacer. Sabían que ya no estaba realmente enojada y estallaron en una risa
a voz en cuello, y pronto no pude evitar reír con ellos. Me tambaleé sobre mis
pies e intenté alejarme. Cada vez que daba un paso, bloqueaban mi camino.
Señalé con mi dedo aún tembloroso hacia ellos.

—¡Solo esperen a que le diga a Lilly!

Colt levantó una ceja mientras respondía:

—Tienes que llegar a ella primero.

Me dirigió una sonrisa astuta e hizo una finta a la derecha mientras yo corría
hacia la izquierda, directamente hacia el agua. Los tomé por sorpresa y di un
271

salto sobre una gran roca y me zambullí en el río. Nadé aguas abajo hacia el
prado. Segundos más tarde, el agua estaba chapoteando detrás de mí, y unos
Página

segundos más pasaron antes de que Callon agarrara mi pierna y me halara


hacia atrás. Él envolvió su brazo alrededor de mi cintura y tiró mi espalda
contra su pecho. Nos condujo hacia una parte más profunda, más tranquila del
río y caminamos en el agua, aunque mis pies no tocaban el fondo

—Cheyenne —dijo Callon en mi oído, causando un escalofrío correr por mi


espalda—.Debes saber que no puedes escapar de mí.

Traté de deshacerme de sus manos sin ningún éxito de tan apretado su agarre.
Miré hacia abajo y vi que él estaba de pie sobre una gran roca. Incluso si yo
quería estar de pie por mi cuenta no podía. El agua estaría por encima de mi
cabeza. Estaba atrapada en sus brazos y no podía hacer nada al respecto. Un
poquito de miedo me invadió. ¿Molestaría esta cercanía a Colt? Eché un vistazo
a Colt, pero él no parecía molesto.

—Eres tramposo, lo sabes —le dije con falso disgusto mientras Colt y Daniel
sonreían. Callon me apretó ligeramente la cintura.

—¡Sólo porque eres tan divertida!

—No —le respondí rápidamente—. Es porque soy la única mujer que ha estado
alrededor el suficiente tiempo... oh sí, me acuerdo por qué ahora... ¡es porque no
tengo permitido salir!

La risa estalló de nuevo. Por el rabillo de mi ojo, vi un destello de color amarillo


y escuché un sonido de splah seguido de un resoplido. Callon nos dio la vuelta
y vimos a Mandi a velocidad de natación completa. Ella se estaba acercando
rápidamente y golpeó a Callon de su posición, lo que a su vez le hizo soltar su
agarre en mí. La sorpresa y el pánico se apoderaron de sus rostros, hasta que
me vieron prenderme a su melena y subirme a su espalda. Ella nadó
rápidamente, y miré hacia atrás, riendo mientras los dejaba aturdidos.

Extendí la mano y abracé su cuello.

—Gracias, Mandi. Necesitas morderlos cuando tengas la oportunidad. Se han


portado mal hoy —le dije a través de la risa. Ella resopló como si estuviera de
acuerdo. Ella nadaba en el río en vez de ir a tierra, era como si estuviera
disfrutando. Mirando hacia atrás, el trío había llegado a la orilla. Mandi y yo
272

finalmente emergimos del río más lejos, aguas abajo. Nos tomamos nuestro
tiempo para caminar de regreso. Los encontramos a todos esperando sentados
Página

en la hierba. Sonreí mientras desmonté y fui directo a Lilly, sentándome a su


lado.
—¿Te divertiste? —preguntó ella alegremente.

—Deberías preguntarles. —Señalé al trío—. Serían capaces de explicarlo mejor.

Volvió la cabeza y gritó:

—¿Muchachos?

Ninguno respondió, ni siquiera miraron en su dirección, estaban aparentemente


enfrascados en una conversación. Le di la espalda a ellos y mi atención a Lilly y
estaba a punto de hablar cuando Colt rápidamente me arrastró a sus brazos.

—Cariño —dijo con preocupación—. Estás toda mojada. Tenemos que


conseguir que te seques.

Con esas palabras, me apartó de Lilly y me llevó más lejos en la pradera.

—¡Gallina! —dije firmemente mientras me acercó y me besó en la mejilla. Él no


respondió cuando finalmente desaceleró y me puso en la suave hierba. Me
ayudó a desatar mis botas y tire de ellas. Me quité la camiseta mojada y la puse
al sol para que se seque. Caímos sobre nuestras espaldas, y miramos hacia el
cielo y en la distancia.

El sol calentó mi piel mientras descansaba, trayendo sueños con él. Era como si
el redoble atronador de la cascada de agua me cantara, haciéndome señas para
descansar y escuchar su canción de cuna. Era una canción suave, que me llevó
de vuelta a recuerdos pasados, los agradables. Recuerdos que traerían de
regreso risas, sonrisas y amor.

Me quedé con las manos debajo de mi cabeza. Las nubes formaban largas tiras
de blanca niebla creando reflejos levantándose en el aire, y moviéndose
lentamente, de manera constante, de manera uniforme hacia el horizonte.
Volteé mi vista a la montaña, y podía ver donde el agua había roto a través de
ella, tallando su camino en las rocas y creando cuevas y hendiduras. Me
imaginé lo que debía haber sido hace algún tiempo, mientras las aguas salvajes
corrían hacia abajo, cumpliendo su destino con los brazos abiertos. Se
zambullían por las crestas, eufóricas por encontrarse con las rocas abajo, y
273

luego, como en una alegre celebración, llegando y bailando en la niebla.


Suspiré.
Página

Colt rodó a su lado, apoyándose en el codo y me miró fijamente.


—¿Qué estás pensando? —preguntó en voz baja.

Suspiré de nuevo. Me encantaba mirarlo.

—Un montón de cosas.

Él puso su otra mano sobre mi cintura y me atrajo más cerca.

—¿Cómo qué tipo de cosas?

Sonreí.

—Cosas buenas.

—¿Como cuáles? —Él levantó las cejas.

—Como lo bonito que es aquí. —No me refería sólo a las cataratas, y me dio la
impresión de que él también lo sabía.

—Ya veo. ¿Algo más?

—Por supuesto.

—¿Y?

Me reí entre dientes mientras me burlaba de él.

—Oh, ¿quieres que te lo diga?

—Sólo si quieres. —Sonrió.

—Estaba pensando en lo difícil que has estado hoy… En primer lugar esta
mañana has estado muy tortuoso. —Traté de mirarlo severamente sin éxito.

—¿Difícil?, ¿tortuoso? —preguntó con sorpresa.

—Oh, sí. Para empezar, frotaste barro sobre mí. En segundo lugar, no me
dejaste salir del cuarto de baño hasta que modelara el traje para ti. En tercer
lugar, me hiciste cosquillas en el dormitorio. En cuarto lugar te burlaste de mí
por hablar con Mandi. En quinto lugar, me obligaste a trepar la roca, y el sexto,
lo peor de todo... ¡me hiciste saltar! —Asentí con la cabeza firmemente—. Difícil
274

y tortuoso, sí.
Página
—Wow —dijo, considerando sus crímenes—. Creo que he sido malo hoy.
¿Estoy en problemas?

Una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro.

—Sí, lo estas. —Traté de incorporarme—. Voy a ir a hablar con Lilly en este


momento.

Él me empujó hacia abajo y envolvió una pierna sobre la mía.

—Mira —le dije sonriendo—. Aquí vas otra vez.

Él se agachó para que sus labios estuvieran justo encima de los míos.

—Nunca declaré ser perfecto —dijo en voz baja.

Rocé la mano por su mejilla.

—Oh, eres perfecto Colt —susurré—. Más de lo que crees.

—Así que, a pesar de estos contratiempos menores, ¿tuviste un buen día?

—No los llamaría contratiempos, y no, no tuve un buen día. —Me detuve a
propósito—. He tenido un día maravilloso porque fui capaz de pasarlo con la
gente que quiero. —Me incliné un poco hacia delante y lo besé tiernamente—.
Gracias por un día maravilloso, y gracias por darme un poco de libertad.

Él me siguió hacia abajo, sus labios sobre los míos, persistente en tiernas
caricias, sólo la presión suficiente como para hacerme desear más, pero
entonces se detuvo.

—De nada. —Su profunda ronca voz cosquilleó en mis oídos.

A través de sus espesas pestañas vi aparecer una sonrisa.

—Eres tan malo, Colt. Tu día llegará. —Su sonrisa creció.

El día estaba llegando a su fin. El sol se estaba poniendo, y pronto la oscuridad


llegaría. Me ayudó a ponerme de pie, y caminamos lentamente de la mano de
regreso a donde estaban los demás. Daniel había reunido leña y encendido un
275

fuego. Mi camisa estaba ahora seca, y me la puse de nuevo. Colt había puesto
mis zapatos húmedos cerca del fuego. Tenía la impresión de que pasaríamos
Página

allí la noche.
—Estoy seguro de que estás muriendo de hambre, cariño —dijo Lilly mientras
me pasaba un sándwich.

—Gracias. —Ella sonrió, y me comí mi cena. Nos sentamos alrededor de la


fogata, y conversamos sobre los acontecimientos del día. Daniel se puso un
poco demasiado detallado.

—Deberías haber visto su cara cuando bajé las cataratas. —Se rió entre
dientes—. Esperé en la parte inferior mientras Colt y Callon saltaron con ella
gritando. —Tenía un brillo en sus ojos azules profundos—. No creo que
jamás haya oído a nadie gritar tan alto. ¡Te oí sobre las cataratas!

Era mi turno de sonreír mientras Lilly soltó.

—¿Hiciste qué? —dijo en un tono maternal elevado.

—Uh... —Se encogió al darse cuenta de lo que había dicho.

—¡Es mejor ser amable con esta pobre chica! Me enteré de lo que te hizo antes
con las bayas. Estoy seguro de que puede cuidar de sí misma, si es necesario —
les regañó.

—Sabes —intervino Dex—. Podría mostrarle a Cheyenne algunas cosas que


funcionan mejor que las bayas. —Él me guiñó un ojo. Se miraron fijamente sin
comprender por unos momentos, y comencé a reír.

—Miraré más tarde para hablar contigo, Dex —dije alegremente. Colt colocó su
brazo alrededor de mí y me acurruqué más cerca.

—Creo que vas a estar ocupada más tarde —respondió.

—¿Lo prometes? —susurré, y profundizó su cálida sonrisa.

—Te lo prometo.

Los escuchaba hablar mientras Colt frotaba mi brazo. Todavía estaba un poco
fría. Me incliné más hacia su brazo, mientras mis ojos se volvieron cada vez más
pesados. Me encorvé en su pecho, y una delicada mano rozó mi mejilla
276

mientras una manta era colocada sobre mí. Sabía que era Lilly. Pronto no
escuché sus conversaciones ya que me quedé dormida.
Página
Me desperté con un extraño silencio, todavía estaba oscuro. El fuego se había
reducido a brasas, y nadie hablaba. Colt tenía ambos brazos alrededor de mí, y
yo estaba apretada contra su pecho. La manta que tenía sobre mí ahora estaba
tirada hacia un lado. Analicé la zona. Una espesa niebla se había movido, y todo
el mundo se había ido. Los brazos de Colt se flexionaron, y traté de mirar hacia
arriba, sólo para ser detenida cuando su mano se posó sobre mi boca. Estaba
inmóvil mientras me abrazaba, lo único que podía hacer era estar
completamente inmóvil.

Mi pulso se aceleró. Él no actuaba de esta manera a menos que algo estuviese


mal. Y sentí como que algo andaba muy mal. Miré por entre la niebla, tratando
de que mi vista se adaptara a la oscuridad. Algo estaba allí, pero no podía ver
nada hasta que el fuego hizo chisporroteo. De pronto, a través de la brumosa
oscuridad, vi dos ojos negros mirándome. Un pequeño gemido salió de la parte
posterior de mi garganta, y los brazos de Colt se tensaron. La criatura cayó al
suelo, en cuclillas, listo para un ataque. Un escalofrío me atravesó mientras el
pelo en la parte de atrás de mi cuello se erizó.

Se deslizó a través de la niebla, y empecé a ver su forma. Parecía ser similar a


un perro o un lobo, pero el tamaño era enorme. Incluso en cuclillas, era más alto
que yo. Su labio superior curvado, mientras que gruñía, dejando al descubierto
los colmillos afilados como hojas de afeitar. Mientras el pelo de mi cuello se
levantaba de nuevo, también lo hicieron las púas de puerco espín que él tenía
en su cuello.

Colt bajó ligera y lentamente la cabeza. Su profunda voz me produjo un


escalofrió en la espalda mientras hablaba.

—No te muevas.

Otro rumor sordo llegó desde atrás. Yo no creía que mi corazón podría correr
más rápido, pero lo hizo. Sentí que la sangre se precipitaba por mis mejillas,
mientras mi cabeza empezaba a dar vueltas. ¡Había dos¡ No podía luchar con
los dos a la vez. Con cautela, la horrible criatura en frente empezaba a
deslizarse más cerca. Sus orejas se retorcían mientras escuchaba, y el pelo de su
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cuello subía y bajaba en cada gruñido. Colt estaba tenso. Sus brazos vibraban
con adrenalina, sus músculos de acero flexionados contra mi piel.
Página
La bestia seguía arrastrándose hacia adelante. La criatura espeluznante se
arqueó mientras se preparaba para saltar. Me sacudí el miedo. Cada aliento que
tomaba era más pesado que el anterior. Sólo tomó una fracción de segundo, y
Colt estaba de pie, luchando con la bestia por encima de mí. Sacudí mi cabeza
hacia la derecha. El segundo animal espantoso saltó en el aire, sólo para ser
lanzado en una dirección diferente. Callon estaba colocado al otro lado de mí.
Ambas criaturas repugnantes comenzaban a acechar de nuevo mientras
cambiaban de posición, listos para la siguiente ronda.

Casi al unísono, ellos saltaron de nuevo, rechinando los dientes, los ojos llenos
de una furia salvaje. Me moví al lado, Colt se colocó de manera que el animal
saltó a sus brazos y le rompió el cuello. Volteé la cabeza hacia Callon. La pierna
del monstruo se había dislocado, se alejó cojeando, aullando de amargo dolor
en la espesa niebla. Las voces de Dani y Dex sonaban en advertencia y luego
escuché el eco de un chasquido y aullidos.

Me quedé inmóvil en el suelo, insegura de lo que acababa de pasar. ¿Eran esas


las mismas sombras que acostumbraba ver en mi casa? Callon y Colt
arrastraron a la horrible bestia lejos en la niebla y yo me quede sola. El crepitar
del fuego acaparó mi atención, y me congelé. Un profundo y amenazador
gruñido sonó desde la parte posterior de la garganta de una tercera bestia y dos
orbes negros miraban a los míos. Rápidamente me puse de pie,
desesperadamente buscando a Colt, pero la niebla era muy espesa para verlo.

Se arrastró hacia adelante mientras nuestras miradas permanecíanunidas. Di un


paso atrás en el tronco. No tenía muchas opciones. Podía correr en el campo y
rápidamente estaría superada, o dirigirme hacia los árboles a mi derecha. La
posibilidad de bucear a través de los árboles como protección sonaba mejor que
estar totalmente vulnerable. Di otro paso hacia atrás y pisé una rama grande
que todavía no habíamos lanzado al fuego. Bajé lentamente, la agarré con la
mano derecha. Deseaba tener zapatos puestos.

El pelo de la bestia subía y bajaba con cada respiración desagradable que


tomaba. Yo relajaba mis nervios. No iba a ser fácil. Mis ojos se abrieron como
platos cuando lo vi agacharse. Un segundo después, estaba en el aire. Levantéla
278

rama con todo lo que tenía. Entró en contacto con su cabeza y trastabilló a un
lado.
Página
—Cheyenne —sonó la estruendosa voz de Colt. La criatura saltó otra vez
cuando me tambaleé en mis pies y corrí. Ambos hombres estaban detrás de mí
mientras corría por los árboles. Me lancé detrás de un árbol justo cuando Colt y
la bestia pasaban rodando. Se liberó y vino por mí otra vez. Paré en mi carrera.
Colt ya estaba de pie persiguiéndolo.

—!Corre, Cheyenne, corre! —gritó

Yo estaba haciendo lo mejor para evadirlo entre los árboles cuando me tiró al
suelo. Los dientes del monstruo me gruñeron en mi cara. Solté un grito que
helaba la sangre. Un momento después se había ido. Callon lo había arrancado.
Me puse de pie una vez más y corrí. No tenía idea de a dónde me dirigía, sólo
estaba tratando de mantenerme con vida.

La niebla era demasiado espesa para ver a gran distancia. No fue hasta que
llegué a la cima del barrando que me di cuenta del peligro en el que estaba y me
congelé. Se me puso de punta el pelo en la parte de atrás de mi cuello, mientras
oía el pesado resoplido cerca. Cuidadosamente me giré, el miedo se apodero de
mi respiración. Dos criaturas más estaban paradas frente a mí, y una tercera,
más pequeña, a mi lado. Me arrastré de nuevo y me situé al borde del barranco.
No quedaba ningún sitio donde ir, sólo hacia abajo.

—Colt —grité con voz temblorosa—. Cuando me quieras ayudar, será genial. —
Me sacudí y traté de tranquilizar mi respiración, era casi imposible. Los
animales se movieron al unísono, encías rosadasexpuestas, colmillos
chorreando saliva. Estaban desplegándose de a poco,asegurándose que no iba a
escaparme esta vez.

Sus orejas se retorcieron y luego señalaron hacia atrás. No tuve más remedio
que mantenerme en mi lugar, mientras ellos se enfocaban.

—Colt, ¿alguna vez te dije que no me gustaban los perros? Estos perros
realmente quieren decir eso.—Recorrí la oscura niebla en busca de él. Las orejas
de los perros se retorcieron de nuevo, pero seguían enfocados en mí.

—Colt —grité de nuevo con más desesperación—. ¿Recuerdas que dijiste que
279

no me dejarías? Esto constituiría dejarme. Preferiría no estar sola.


Página

—No estás sola Cheyenne —dijo la voz profunda de Colt acercándose y


encontrándome. No estaba fuera de peligro todavía, pero un alivio se apoderó
de mí. Las criaturas no se movieron, y me quedé con la vista fija en ellos. Callon
y Colt se aproximaban, las criaturas también los vieron. Al segundo siguiente,
ambos me rodearon. Salté a la derecha y caí sobre los brazos de Daniel y
desaparecimos.

—Te tengo —me dijo Daniel, y nunca me había sentido tan aliviada como en ese
momento.

—¿Por qué tardaste tanto? —contesté con voz temblorosa mientras me aferraba
a él con fuerza. Él había saltado cerca de la tercera criatura más pequeña. Se nos
quedó mirando. Era extraño, parecía tímido.

—Vete a casa —le dijo firmemente, y la criatura corrió.

—Como hiciste...

—Te lo explicaré después. Tenemos que irnos. —Él nos hizo saltar a través de
las sombras brumosas hasta que estábamos de regresó en el campamento. Me
sacó de sus brazos y me dijo: Quédate aquí. Dex y Lily están cerca. —Y luego se
fue.

Una mano agarró mi hombro. Me estremecí mientras trataba de adoptar una


postura defensiva.

—Cheyenne —dijo la suave voz de Lily—. Está bien, se han ido.

La miré fijamente por un segundo, tratando de calmar mis latidos.

—Me asustaste. ¿De dónde viniste? ¿Estás bien? —Ella era tan pequeña e
indefensa contra esas criaturas.

—Estoy muy bien, querida. Dex y yo nos hicimos cargo de un par más antes de
llegar aquí.

—Eran tantos...

—Sí —respondió ella mientras ponía su brazo alrededor de mi hombro—. Ellos


viajan en manadas de tres, pero esta noche había más.
280

—¿Qué son?
Página
—Se llaman Tresez. Son criaturas peligrosas, especialmente de noche. Con sus
ojos negros y piel, son difíciles de ver. La niebla aquí lo hizo más difícil.

Miré a mi alrededor en la oscura bruma mientras oía crujir ramas en la


distancia.

—¿Es que vagan por las montañas aquí? —le dije, entrando en pánico.

—No —respondió ella—. Ellos estaban de cacería.

—¿Fuera cazando? —Si estaban en cacería, y no vagan por las montañas aquí,
entonces estaban buscando algo muy específico—. ¿Que buscan ellos, Lily? —
dije lentamente, ya adivinando la respuesta.

La preocupación creció en sus ojos. Ella vaciló.

—A ti, Cheyenne. Te están cazando.

—Pero Colt dijo que estaría a salvo... —me interrumpí mirando las ascuas en el
fuego. Mi mente repitió las palabras de Lily—. ¿Debido a quién soy?—dije
bromeando.

—No, por lo que eres. Ellos saben que vas a ser Eterna, pero no saben quién
eres.

—¿Quiénes son?

—Los Sarac son los que envían a los Tresez. —Ella entrelazó su brazo con el
mío—. Los Tresez son armas de uso de los Sarac. Los mandan al azar para cazar
y destruir a los hijos de los Eternos, ya que siendo humanos, son un blanco fácil.
Si los Sarac supieran quién eres, los más fuertes estarían aquí al instante.

—¿Enviaron a los más débiles? Ellos van a encontrarme algún día, ¿no? Y luego
vamos a tener que enfrentar las bestias más fuertes —me preocupé—. ¿Cómo
nos encontraron?

—Sí, me temo que van a descubrir la verdad algún día. En cuanto a la búsqueda
de nosotros, deben de haber estado siguiéndolos a ti y a los chicos sin que se
281

dieran cuenta. Estaremos listos si envían más. Por supuesto, no hay garantías.
Sólo podemos hacer lo mejor que podamos y rezar para superarlos.
Página
Me di cuenta de que yo era la causa de todo esto. Vinieron por mi culpa.
¿Cuántas otras veces mientras estaba en mi casa en Idaho vinieron por mí?

—Lo siento mucho —le dije culpablemente—. No quería arrastrarlos a ti y Dex,


ni a nadie en este lío. Vienen por mí, no por ti.

—Cheyenne, mírame, cariño. —Los ojos azules de Lily tan suaves y cariñosos—
. Tú no arrastraste a nadie a esto. Hemos venido de buen grado. Hay un
propósito más grande en todo esto de lo que eres. Sabemos lo que somos
capaces, sabemos lo que es nuestra herencia, y sabemos lo que vas a llegar a ser
algún día. Tú tienes algo muy grande dentro de ti, y un día lo entenderás.
Estamos aquí porque te queremos. Cada uno de nosotros daría la vida por ti.

Sus palabras estaban llenas de compasión y amor. Quería creerle. ¿Ella me


quería?¿Ya?Me abrazo, y me di cuenta de lo mucho que extrañaba a mi mamá.
Era reconfortante tener a Lily cerca, aunque sólo la conocía hace poco tiempo.
Había una conexión más profunda que no entendía, no sabía cómo explicarlo.
Una lágrima rodó por mi mejilla. ¿Cómo no sentirme tan afortunada de tener
gente cono ellos alrededor de mí? Personas que apenas conocía, pero aun así me
querían.

—Gracias, Lily. Daría mi vida por ti también. —Y de alguna manera sabía en mi


corazón que lo haría. Mantuvimos nuestro abrazo hasta que oímos unos pasos
acercándose. Me volví para tener a Colt apartándome. Mis pies dejaron el suelo
mientras sus enormes brazos me rodearon. Me besó apresuradamente.

—Cheyenne ¿Estás bien? —Su voz estaba llena de una profunda preocupación.

—Estoy bien, Colt. —Temblaba ligeramente—. Estoy bien porque todo el


mundo está allí para mí.

—Siempre estaré aquí para ti, siempre —dijo él apasionadamente mientras sus
labios tocaron los míos otra vez suavemente. Me dio un abrazo y me puso en el
suelo, a medida que avanzábamos de nuevo al fuego. Daniel estaba añadiendo
más leña mientras nos sentábamos.
282

—Gracias, Daniel —le dije. Su rostro juvenil brillaba con la luz del fuego.

—Lo que sea por mi susurradora de caballos —respondió con una leve sonrisa.
Página

Callon y Dex regresaron juntó al fuego y se sentaron con el resto de nosotros.


—Gracias, Dex —dije en voz baja.

—De nada, cariño. No puedo decir que las cosas no son excitantes cuando estas
alrededor. —Le guiñó un ojo mientras una sonrisa crecía en sus viejas mejillas.

Tomé las manos de Callon en las mías, tratando de expresar mi verdadera


gratitud, mi confianza.

—Gracias. Has hecho tanto por mí, y no sé si alguna vez realmente te he


demostrado lo mucho que lo aprecio. —Hice una pausa—. Sin ti, Colt y Daniel,
yo no estaría viva hoy. —Me incliné más cerca y lo abracé. Su cálido abrazó
significaba algo más ahora, una conexión que no había sentido antes. Sus labios
tocaron mi oreja y se me puso la piel de gallina.

—De nada —susurró.

Suspiré y lentamente me eché hacia atrás, acurrucándome bajo el brazo de Colt.


Me sentía extraña ahora que Callon me tocó. Era más que un simple toque. Fue
más profundo. No entendía cómo había cambiado.

Nos sentamos junto al fuego en silencio, mientras ellos todavía estaban en


guardia. Cada sonido en el bosque era evaluado cuidadosamente. Repetí lo que
había pasado, y sabía que no podría dormir esta noche. Siempre supe que Colt
era fuerte, pero al verlo romper el cuello tan fácilmente a los Tresez me hizo
temblar.

La fuerza de Callon era diferente, pero ambos eran igualmente fuertes. Estaba
muy bien protegida, y amada, y agradecida.
283
Página
Capítulo 22
Traducido por Otravaga y Laala STark

Corregido por Ale..

P
or razones de seguridad, esperamos hasta el amanecer antes de levantar el
campamento. La tensión estaba en el aire por la noche anterior, sabía que
iba a ser un largo viaje de vuelta a la cabaña. Insistí en que podría montar
por mi cuenta, y Lilly finalmente me ayudó a convencer a los chicos que estaba
bien.

Cabalgamos en una formación cerrada, Daniel lideraba, con Callon y Colt


flanqueándome. Dex y Lilly estaban cerca. El sol brillaba, por el momento, pero
podíamos ver las oscuras nubes de tormenta en el horizonte. Las nubes se
elevaban a lo lejos y volvían el cielo de un negro grisáceo. Parecía que una
fuerte tormenta estaba en camino, y estábamos directamente en su trayectoria.
Ansiosa, Mandi trotaba con bufidos salvajes. Todos sabíamos que la última
tormenta la hizo correr, yo no estaba segura de cómo iba a reaccionar este vez.
Estaba con ella, pero, ¿eso haría una diferencia?

Todavía estábamos a dos o tres horas de distancia cuando la tormenta golpeó.


Los vientos comenzaron primero su asalto, lanzando suciedad y polvo en el
aire, disminuyendo la visibilidad. Llegaban en estallidos repentinos, chillando,
estirándose, tratando de atraparnos con fiereza, azotándonos y golpeándonos
furiosamente. Incluso mis vaqueros no hacían nada para detener el frío y las
punzantes partículas de suciedad.

El viento continuó, y entonces comenzaron las lluvias torrenciales. El agua


284

golpeaba contra nosotros, cortando como si abofeteara nuestra piel expuesta.


Me agaché y hundí mi rostro más cerca de la crin de Mandi. Eso hizo poco bien,
Página

y la lluvia continuó su implacable paliza. Ella se estaba poniendo inquieta,


golpeteando sus pezuñas contra el suelo. Callon intentó agarrar las bridas
cuando un rayo golpeó con tal magnitud que sacudió la tierra que nos rodeaba.
Mandi se levantó sobre sus patas traseras y salió corriendo, conmigo todavía
unida a ella.

Las riendas cayeron de mis dedos. Me empujé hacia delante para agarrarme a la
crin. Sabía que no podría controlarla. Seguí su ritmo mientras ella corría. Esta
era la segunda vez que había estado en un caballo desbocado, esta vez, sin
embargo, tenía una mejor idea de qué esperar y cómo reaccionar. Apenas podía
distinguir el sonido de los cascos golpeando a nuestras espaldas sobre el viento
y la lluvia precipitándose. Mandi era demasiado rápida para que ellos la
alcanzaran. Rápidamente me di cuenta de que estaba por mi cuenta.

Tan impredecible como había empezado, repentinamente Mandi se detuvo de


golpe. Me enderecé rápidamente de modo que no fuese arrojada de la silla. Su
cabeza se movió velozmente de lado a lado y luego dejó escapar una salvaje
serie de bufidos. El sonido hizo que se me pusiera la piel de gallina. Algo no
estaba bien. Por el rabillo del ojo vi lo que la hizo detenerse, tres Tresez estaban
agachados en los profundos pastos. Me di cuenta de que ella le había sacado
mucha distancia al resto. Harían falta varios minutos para que llegaran…
minutos que no tenía.

Me lancé hacia delante y agarré las riendas. No tenía idea de lo que estaba por
hacer, pero al menos tendría un poco más de control. Hablé con Mandi
mientras la mantenía firme, sólo podía rogar que me entendiera.

—Vas a tener que ayudarme, Mandi —dije de algún modo calmadamente,


tratando de evitar que saltara—. Tenemos que correr rápido, muy rápido. Te
necesito para mantenerme a salvo. Tú eres la única que puede ayudarme. —Tan
pronto como las palabras salieron de mis labios, ella salió disparada de nuevo, y
me incliné hacia adelante. Algo rozó mi espalda mientras ella despegaba al
galope. No me atreví a mirar hacia atrás. Sabía lo que me había tocado: un
Tresez.

Mandi corrió como un caballo de carreras pura sangre, más rápido que
285

cualquier cosa que hubiese experimentado alguna vez. Íbamos disparadas a


través del valle a un ritmo tan rápido que tuve la sensación de que estaba
Página

volando. Éramos una, moviéndonos al unísono, nuestros cuerpos entrelazados


en un sólo movimiento. El barranco que cruzamos el día anterior se avecinaba.
Era lo suficientemente amplio como para cabalgar lento, pero hoy no teníamos
ese lujo. Miré hacia atrás, las tres criaturas estaban corriendo a toda velocidad,
cada una flanqueando a la otra. Callon y Colt las perseguían de cerca. No
teníamos otra opción, teníamos que saltar el barranco, los cinco o seis metros.

Mi corazón saltó en mi garganta. Le toqué el cuello a Mandi y traté de


tranquilizarla.

—Tenemos que saltar esto, chica. No tenemos ninguna otra opción. Puedes
hacerlo. Creo en ti, Mandi.

Ella no dudó mientras saltaba por encima del barranco, aterrizando a salvo al
otro lado, conmigo aún en la silla de montar. Mi pulso estaba acelerado, con la
sangre fluyendo en mis venas. La lluvia caía a cántaros sobre mi rostro, cada
gota que golpeaba escocía. Me giré de nuevo para localizar a las criaturas, y
observé a Colt saltando de su caballo cuando una corrió hacia él. Callon estaba
persiguiendo a la segunda.

El corazón me dio un vuelco. La tercera permanecía en la persecución, también


había saltado el barranco. Era más rápida y más fuerte que las demás, y ganaba
terreno rápidamente. Apenas podía ver a Daniel, Dex, y Lilly viniendo detrás,
la cegadora tormenta era demasiado fuerte. Mandi saltó, y perdí el equilibrio.
Caí al suelo y rodé a mi lado, saltando a mis pies. No tenía ninguna explicación
cómo fui capaz de hacer esto con tanta gracia, a no ser por la adrenalina.

Mis ojos se movieron salvajemente, tratando de asimilar la distribución del


terreno. Vi una rama robusta y la agarré. Me preparé rápidamente mientras
plantaba mis pies. A medida que la criatura apareció claramente a la vista,
redujo su acercamiento. Comenzó a acechar, dando vueltas, y arrastrándose
poco a poco más cerca.

Se estaba haciendo más difícil ver. El viento y la lluvia torrencial caían con tal
fuerza que era difícil mantenerse en pie. Con los ojos tan negros como la
medianoche, sólo los colmillos amarillos del Tresez y sus encías rosadas le
daban algún color. A medida que avanzaba rápidamente hacia mí, reuní
286

suficiente impulso en mi swing para golpearlo en el cráneo, causando que se


tropezara. Sólo dio unos cuantos pasos y de nuevo se volteó rápidamente. El
Página
pánico se elevó en mi pecho. Esta bestia parecía más grande que las demás y
tenía toda la intención de poner fin a mi vida.

Sus labios se levantaron en un estruendoso y profundo gruñido. Comenzó a


rodearme, buscando mi debilidad. Me dolían los dedos mientras sostenía
fuertemente la madera esperando que el Tresez hiciera su siguiente
movimiento. Mi respiración venía en ráfagas cortas y duras, y mis ojos se
pusieron borrosos cuando la lluvia casi me cegó. La criatura se lanzó en una
explosión de velocidad, y rodé a un lado, apenas escapando mientras mi
improvisada arma caía una vez más sobre su cráneo. Un grito escapó de su
boca, y sus ojos negros se centraron en mí con la muerte.

Apenas tuve tiempo para ponerme de pie antes de que atacara de nuevo. La ira
subió a la superficie. No iba a dejar que esta criatura obtuviera lo mejor de mí.
Me estaba cazando, pero al final yo ganaría. Salté, y empujé la rama contra el
suelo de modo que estuviera vertical, sujetándola con todas mis fuerzas. Éste
cayó sobre la rama, y el extremo atravesó su cuerpo. Caímos al suelo. No hubo
lucha… la rama había matado a mi enemigo.

El peso de la repulsiva criatura me había clavado al suelo. Sus espeluznantes


dientes estaban al lado de mi rostro, y su saliva caliente corría por mi cuello. Se
estaba haciendo más difícil respirar con ese peso muerto sobre mí. Su olor era
horrible, rancio… distinto a cualquier cosa que hubiese olido anteriormente. Se
estaba haciendo casi imposible soportar su peso.

Las desesperadas palabras de Daniel alcanzaron mis oídos.

—¡Cheyenne! ¡No, Cheyenne!

Él apartó a la criatura a empujones y me llevó a una posición vertical. Mis


miembros volvieron a la vida con un doloroso hormigueo mientras la sangre
regresaba. Sin aliento respondí:

—¿Por qué tardaste tanto? —Hice una pausa, esperando que el oxígeno llegara
a mi cerebro—. ¿Tengo que hacer todo aquí por mi cuenta?
287

Traté de abrir los ojos, pero la lluvia golpeando afectaba mi visión. Daniel se
echó a reír nerviosamente mientras me atraía a sus brazos.
Página

—Me alegra poder venir y ayudar un poco.


—¿Están todos bien? ¿Los demás Tresez están muertos?

—Estamos muy bien. Ellos han desaparecido. Mandi es rápida y cubrió mucho
terreno. Los demás estarán aquí pronto.

—¿Dónde está Mandi? —pregunté con pánico—. ¿Está bien? Ella es la razón
por la que sigo viva. Me protegió como se lo pedí.

—Ella está cerca, está bien.

—¡Cheyenne! —gritó la ansiosa voz de Callon.

Daniel se volteó ligeramente cuando respondió:

—Está bien, Callon. El Tresez cayó sobre ella cuando lo mató. —Él sonrió—.
Sólo necesita recuperar el aliento. —Callon se arrodilló al lado de nosotros, y
empezó a limpiar el barro y la sangre de mi rostro.

—¿Mataste al Tresez? —preguntó él con sorpresa.

—No tenía muchas opciones, ya que ustedes tres estaban fuera jugando con los
demás.

Colt apareció detrás de Daniel. Parecía aliviado cuando se acercó y me tocó la


mano.

—Jugando con los perros, ¿no?

—No fui capaz de enseñarle nuevos trucos a éste, así que me deshice de él —
respondí rápidamente. Tres sonrisas aprensivas aparecieron.

Dex y Lilly llegaron.

—Tenemos que empezar a movernos. No me gusta este clima —dijo Lilly con el
estrés irradiando de su voz—. Cheyenne ya está empapada hasta los huesos.
Tenemos que llevarla rápidamente de regreso.

Los temblores comenzaron cuando me senté. Estaba empapada como los


demás, y la adrenalina se había ido. Me estaba poniendo fría rápidamente,
288

como de seguro lo estaban ellos también. Traté de levantarme, pero Callon me


tomó en sus brazos.
Página
—Estoy bien —dije entre dientes que castañeteaban—. Puedo cabalgar de
nuevo por mi cuenta. —Él no escuchó mientras me ponía en los brazos de Colt
que estaban a la espera.

La lluvia era incesante. Colt trató de escudarme. Me tendió hacia Callon


después de que él se montó en su caballo. Sabía por qué cabalgaba con Callon.
Estaba cumpliendo con su deber doctoral y necesitaba estar cerca de mí.

La restante cabalgata de regreso fue traicionera. El suelo empapado por la lluvia


hacía resbaladiza la ida. No fuimos capaces de ir al galope o al trote. Mantuve la
cabeza baja y los ojos cerrados mientras la lluvia abofeteaba mis mejillas. Los
temblores me atravesaban mientras mis dientes castañeteaban. Apoyé la
espalda contra el pecho de Callon, pero hizo poco para proporcionar calor. Sólo
sacó a la luz el dolor en mi espalda que estaba empezando a crecer. El peso del
Tresez debió haber tirado de un músculo o algo así. Callon trataba de ayudar a
protegerme en vano. La tormenta era inquebrantable.

A medida que desacelerábamos, vi a Colt estirarse hacia mí, me llevó hacia la


cabaña mientras Lilly abría la puerta. Una vez dentro, nos dirigimos
directamente hacia el baño a la enorme ducha. El agua estaba corriendo, ya
estaba caliente. Colt me puso sobre mis pies, y me ayudó a sostenerme. Lilly
comenzó a sacarme la ropa ensangrentada y llena de barro. Hizo una breve
pausa en la espalda antes de continuar.

Me alegré de tener mi traje de baño puesto. Colt se quitó la camisa y apretó su


pecho caliente contra mí. Me di cuenta de que estaba más fría de lo que
pensaba, él tenía la piel de gallina en los brazos y el pecho. Lilly estaba de pie
detrás de mí, frotándome los brazos y las piernas, tratando de hacer circular la
sangre para calentarme. Ella se alejó por un momento y regresó con Dex y
Callon. Ni una palabra fue dicha mientras se quedaron mirando mi espalda.

—¿Q…q…qué sucede? —Me las arreglé para decir a través de mis dientes que
castañeaban—. ¿Estoy tan espantosa? —Traté de voltear pero Colt me mantuvo
quieta.

—Cheyenne —dijo Dex con cautela—. ¿El Tresez te arañó cuando estabas en el
289

suelo?
Página
—No —respondí mientras recordaba—. Por lo menos no recuerdo haber sido
arañada. No tengo marcas por delante. ¿Por qué? —El castañeteo estaba
disminuyendo a medida que entraba en calor.

—Tienes algunos rasguños profundos en la espalda. Parecen marcas de garras.


—Dex me tocó la espalda, sus dedos pasando a lo largo de éstas. Me estremecí.
No me había dado cuenta de que estaban allí. Eso explicaría el dolor.

—¿Es eso malo?

—Posiblemente —respondió él con deliberada vacilación.

¡Genial! ¿Qué más me podría pasar? Envolverme en burbujas de plástico


empezaba a parecer una buena idea… al menos podría evitar algunas lesiones.
Por lo menos podía esperar a ser más duradera cuando fuese Eterna. Todavía
podría ser herida, y podría doler, pero al menos sanaría rápidamente.

Comencé a reproducir de nuevo en mi mente lo que ocurrió cuando me


encontré con el Tresez. ¿Hubo algo que ocurrió que pudiera recordar con
claridad para saber si uno de ellos me había arañado? ¡Entonces se me ocurrió!

—Dex, cuando Mandi y yo nos tropezamos por primera vez con ellos, algo me
tocó la espalda cuando empezamos a correr. No me dolió. Supuse que uno de
ellos saltó y falló. ¿Al parecer ese no fue el caso?

El agua se detuvo.

—Tenemos que conseguir un mejor vistazo de esos. Lilly te ayudará a


cambiarte, y luego ya veremos lo que hay que hacer.

Lilly envolvió cautelosamente la toalla caliente alrededor de mis hombros, y me


alejé de Colt. Había profunda preocupación en sus ojos cuando se volteó y se
alejó. Lilly me llevó al dormitorio donde me cambié a unos pantalones vaqueros
y una camiseta sin mangas. Tratamos de secar mi empapado cabello, pero nos
dimos por vencidas y fuimos al gran salón donde los demás estaban esperando.

El fuego rugía y todos, excepto Lilly, estaban ya cambiados y secos. Colt me


290

arrastró a sus brazos cuando entramos y caminó hacia Callon y Dex, que
estaban ansiosamente esperando en la cocina.
Página
—Me gustaría echar un vistazo ahora a tu espalda —dijo Callon mientras leía
mi respuesta—. Esto va a tardar unos minutos. Necesito que seas paciente con
nosotros —dijo compasivamente.

—Entiendo —respondí en voz baja.

Colt me volteó de modo que estuviera apoyada en su pecho. Su camisa de


manga larga estaba abierta, y mi mejilla fría tocó su pecho desnudo por
segunda vez. El calor me llenó. Ellos apartaron mi cabello a un lado, y Colt
acunó mi hombro en un brazo y mi cabeza en el otro. Con cuidado halaron
hacia arriba mi camiseta sin mangas, dejando al descubierto las profundas
laceraciones. Cálidos dedos apartaron el material a un lado y se movieron
ligeramente sobre mi espalda. Eso me puso la piel de gallina en los brazos.

Con el calor finalmente tocándome, la fatiga golpeó con fuerza. Cerré los ojos y
pronto me relajé en el agarre de Colt. Mis brazos comenzaron a caer a los
costados mientras me deslizaba hacia abajo aún más. Él ajustó su mano para
sujetarme más.

—Cheyenne —dijo Dex suavemente—. Vamos a coser estos. Lo siento, has sido
tan paciente, tan sólo un poco más. Hay pedazos de uñas rotas que necesitamos
eliminar primero. —Él vaciló—. ¿Cheyenne? ¿Puedes oírme?

Escuchaba sus palabras, pero no me importaba. Todo lo que quería hacer era
dormir. Mis piernas estaban débiles, pero Colt me sostenía erguida.

—Se está quedando dormida, Dex. Yo la tengo. Continúen y terminen —dijo


Colt en voz baja.

Nunca me quedé dormida. Estuve colgando en un estado semi-comatoso


durante mucho tiempo. Ellos halaron y pincharon, pero nada de eso dolió, a
excepción de unas cuantas punzadas torpes.

—¿Conseguiste todo? —La profunda voz de Colt retumbó en mi oído.

—Eso creo. Habían unos cuantos fragmentos de uñas incrustadas


profundamente en la herida —respondió Callon.
291

—Sabremos lo suficiente pronto si no lo hicimos —agregó Dex.


Página

Bajaron mi camisa, y Colt me levanto cuidadosamente.


—¿Hemos terminado? —dije aturdida.

—Sí, al menos por ahora. ¿Te quieres acostar? —preguntó Colt delicadamente.

—No, solo quédate conmigo por favor. Estás caliente. ¿Podemos sentarnos
frente al fuego?

—Claro. —Me sostuvo en su regazo, y me fundí en su calor.

Suaves dedos tocaron mi mejilla y mi frente.

—Dex —dijo Lilly con preocupación—. Sigue fría. —Puso una sábana sobre mí,
y cabeceé por un largo tiempo, nunca descansando realmente, atrapando
pedazos de su conversación.

—Mandaron nueve Tresez esta vez. Daniel dijo que uno huyó. Van a oír lo que
pasó cuando él regrese —empezó Callon.

—¿Cuánto tiempo crees que tenemos? —preguntóla voz firme de Dex.

—Es difícil de decir… Necesitamos movernos pronto —respondió Callon.

—No creo que debas ir solo, Callon —dijo firmemente Lilly—. Dex y yo
podemos ir. Qaysean y Sahara querrían ser parte de esto.

¿Estaba soñando? ¿Los escuché decir que conocían a mis padres? Ella dijo
Qaysean y Sahara habrían querido esto. ¿Querer qué?

—Lilly —dijo Dex rápidamente—. Creo que tal vez necesitaríamos otro lugar.
Tenemos que preparar cosa. Ellos son más que capaces de protegerla.

—No puedo dejarla ahora. Nos necesita —protestó Lilly.

—Lilly, sé que quieres quedarte con ella. Te prometo que la veremos de nuevo,
pero ahora necesitamos preparar a los otros. Tenemos que organizar los clanes.
Tomará meses. La aman demasiado como para dejar que algo le pase. Necesitas
confiar en mí sobre esto. —La voz de Dex estaba llena con tanta empatía y
autoridad que ella dudo su respuesta.
292

—Hemos esperado por tanto tiempo —su voz chasqueó—. Sólo quiero estar ahí
para ella.
Página
—Lo sé —dijo con simpatía—. Y lo estarás, con el tiempo. Tenemos que ser
pacientes por un poco más de tiempo. Ella necesita averiguar quién es en
primer lugar, cuáles son las verdaderas mentiras dentro de ella. Sólo entonces
será capaz de conseguir lo que necesita ser hecho. Estaremos juntos de nuevo
algún día.

¿Qué necesitaba averiguar, y qué era lo que esperaba lograr? ¿Era eso en el
diario? El silencio llenó el espacio de nuevo, y sólo quedaba el crepitar del
fuego.

Había una extraña sensación, un hormigueo en mi espalda, en el lado derecho


debajo de mi hombro. Temblando, miré hacia arriba. Colt me miraba
curiosamente. Paso de nuevo, más fuerte. Moví mi cuello y alcé un poco mi
hombro.

—¿Qué pasa? —preguntó con su frente arrugada.

Pasó de nuevo, sólo que esta vez fue más como una punzada. Abrí los ojos y me
senté derecha. Sus manos se tensaron en mi pierna.

—Cheyenne —dijo angustiado—. ¿Qué está mal?

No lo sabía. Vino de nuevo, un profundo pinchazo. Doble mis hombros hacia


atrás, y presione mi frente al mismo tiempo. Mi brazo derecho empezó a
hormiguear. Rápidamente escaneé la habitación. Toda la atención estaba en mí.
Con los ojos abiertos, me puse de pie y arqueé hacia atrás mis hombros por un
momento.

—¿Cheyenne? —dijo Dex con ansiedad. Él y Callon estaban a mi lado.

—Dame un minuto —dije sin aliento. Relajé mis hombros, y los miré con
reservas—. Dijiste que habían fragmento de uñas. ¿Las retiraste todas? —
Ambos dudaron. Esto no era bueno. Pronto, la irritación se hizo presente—.
¿No lo saben?

Otro agudo dolor se disparó en la superficie, y apreté mis dientes para evitar
gritar. Mis ojos empezaron a humedecerse.
293

—¿Qué debo esperar? ¿Se va a poner peor? —Había un filo en mi voz.


Página

—Sí —respondió Dex.


Cerré mis manos en puños mientras el intenso dolor regresaba. Esta vez era
como si un hierro caliente me estuviera marcando.

—¿Qué puedo esperar? —grité—. ¡Dime!

Lilly se acercó.

—Lilly —dijo Dex fuertemente—. Aléjate de ella ahora.

—¿Por qué? —chasqueé de vuelta.

—Cheyenne, puedes lastimarla.

—¿Lastimarla? —dije enojada—. No soy lo suficiente fuerte… —Me interrumpí


mientras el desgarrador dolor regresaba. Inclinándome hacia adelante, agarré
mis hombros con mis manos. Acercándose, Callon intentó alcanzarme. Me
enderecé rápidamente y di dos pasos hacia atrás—. No me toques —dije
mientras apretaba los dientes.

Colt seguía sentado en la chimenea. Callon estaba más cerca de mí con Dex y
Daniel a unos cuantos pasos detrás de él. Lilly se había ido de nuevo a la cocina,
con el pánico en sus ojos, insegura de qué era lo siguiente.

—Colt, Daniel, Callon —dijo Dex calmadamente—. Necesitará de todos para


hacer esto. No queremos lastimarla.

Golpeó de nuevo, la sensación de que alguien me apuñalaba con un cuchillo


una y otra vez. Callon se adelantó, y yo di tres pasos a un lado. Ahora estaba en
el centro de la habitación. Colt y Daniel estaban flanqueando los lados de
Callon. El dolor no disminuía, y en mi profundo interior, una rabia que no
entendía se estaba construyendo. La ira estaba corriendo por mis venas, ¡nadie
iba a tocarme, nadie!

—¡Acérquense, y les romperé la muñeca! —grité, sorprendida por mi violento


arrebato. Todos los músculos estaban tensos mientras esperaba por el siguiente
movimiento. Al unisonó, los tres dieron un paso hacia adelante, haciendo que
me tensara aún más—. ¡Les sacaré los ojos! —escupí con veneno—. ¡Se los
294

advierto!

Callon saltó, sus manos agarrándome. Me volteé y salté, evitando el sofá con un
Página

movimiento rápido. Estaba totalmente enfocada mientras ellos me veían con


incredulidad. Colt asintió mientras se movía a un lado del sofá mientras que
Daniel hizo lo mismo. Mirando alrededor, aún tenía toda la habitación para
llegar a la puerta.

De repente Callon brincó sobre el sofá, y me precipité por la derecha, apenas


evadiendo los brazos de Colt y dirigiéndome a la puerta. Se abrió, y estaba a
punto de deslizarme fuera cuando Callon atrapó mi cintura, tirándome hacia
atrás y lanzándome a los brazos de Colt. De inmediato mantuvo mi cintura por
los lados, por lo cual era capaz de retorcerme y ponérsela difícil. Mis piernas
pataleaban, Daniel estaba tratando de controlarlas. Yo estaba pateando y
agitándolas, pero ellos se movieron hacia la mesa de la cocina. Dex estaba
esperando, y me empujó hacia abajo.

Colt apretó mis hombros y manos. Daniel estaba en mis piernas y Callon en mi
cintura.

—¡No! —chillé—. ¡Sólo déjame en paz!

Dex alzó mi camisa, y fríos dedos empezaron a recorrer la herida, parando en


un lugar justo arriba del corte en mi hombro derecho. Peleando con todas mis
fuerzas, traté de liberarme, pero me sostuvieron firmemente.

—Cheyenne —dijo Dex con firmeza—. Esto va a ser muy doloroso. Trataré y
removeré el fragmento, necesito que te quedes quieta. ¿Puedes hacer eso por
mí?

Oí su petición, pero no podía cumplirla. Estaba gimiendo, pateando, y siendo


incapaz de detenerme. Los dedos de Lilly rozaron mi mejilla, retirando mi
cabello, sus palabras eran suaves, relajantes y tranquilas.

—Cheyenne, puedes hacer esto. Concéntrate en algo más. Dex necesita que te
quedes quieta. No será capaz de remover el veneno si no lo haces. No quiere
herirte. —Hizo una pausa—. Piensa en tu música. Toca las canciones en tu
cabeza. Tú lo dijiste, te calma. Tienes que tratar, tienes que. —Siguió repitiendo
sus palabras en un calmante y tranquilizador tono.
295

Me concentré en su voz, sus palabras, y la música empezó a sonar en mi mente.


Imaginé mis manos vagando en el teclado, rasgando las cuerdas de la guitarra.
Página

Eventualmente fui capaz de controlar mi rabia y quedarme quieta. Sus agarres


se fueron aflojando. Dex estaba tirando de mi espalda. Después de un periodo
de tiempo, el dolor empezó a bajar. La tensión en mi cuerpo disminuyó, y
eventualmente quede floja en la mesa.

Liberaron sus agarres sólo después de que Dex dio la orden. Inmediatamente
Colt me levantó en sus brazos, mis piernas cayendo al piso. Me sostuvo por un
largo tiempo antes de que fuera capaz de calmarme.

—Lo siento —dije débilmente—. No quise ponerme tan enojada, dolió mucho.
No quería que nadie me tocara. Lo siento mucho. —De verdad me sentía
horrible. No me gustaba sentirme fuera de control.

—Todo está bien ahora, Cheyenne —dijo la tranquilizadora voz de Dex—. En


realidad lo hiciste mejor de lo que esperaba. He visto otros reaccionar mucho
peor que tú. Sabemos que no podías controlarte. Era el veneno del Tresez
haciendo efecto en tu sistema. No la tomaremos contra ti.

—No estoy seguro sobre eso —replicó Daniel, riéndose para bajar la tensión—.
Me golpeó muy bien en la mandíbula con su pie un par de veces. —
Rápidamente la habitación se llenó con risas. Daniel tenía una manera de
cambiar las cosas y ver el lado gracioso.

—¿Dex? —llamé mientras Colt frotaba mis brazos—. ¿Callon te dijo sobre mi
teoría de tres? Mis accidentes vienen de a tres.

—Sí, lo hizo, Cheyenne —respondió calmadamente—. Es muy interesante. Creo


que necesitamos tenerlo en mente… —Caminó, concentrado en sus
pensamientos.

Colt me liberó, y me tomó la mano mientras regresábamos al sofá. Dudé


mientras miraba por todo el cuarto.

—No quiero ofender a nadie, pero me estoy sintiendo un poco desgastada. Si no


les importa, creo que hemos tenido suficiente emoción por un día. Me iré a
dormir. —Me volví hacia Colt—. ¿Te importaría? —No respondió, pero vino
conmigo.

—Buenas noches —dijo Lilly.


296

Colt me siguió al cuarto.


Página
—No tienes que quedarte conmigo. Si quieres hablar con alguien, lo entiendo.
Me has sostenido toda la tarde —dije. De verdad quería que se quedara, pero
quería lo que él deseaba también. Subió a la cama, y palmeó su mano sobre ella
invitándome a sentarme.

—No me iré a ningún lado. Estás atrapada conmigo toda la noche. —Una
sonrisa satisfactoria apareció en sus labios. Suspirando, seguí hacia adelante
mientras quitaba las sábanas, y me deslicé encima. Toqué su mano mientras las
colocaba encima de mí.

—Sigo fría. ¿Te importa? —No necesitaba decir otra palabra. Saltó al otro lado
de la cama, y se quitó los zapatos mientras se acomodaba a mi lado. Me tomó en
sus brazos, y recosté mi mejilla en su desnudo pecho de nuevo. Su calor me
llenó mientras me enroscaba lo más cerca que podía—.Colt —susurré.

—¿Umm?

—Gracias. Me siento como si fuera más una carga. Lo siento.

—Tal vez quiera soportar tu carga. —Besó mi cabeza, mientras su mano frotaba
mi espalda baja, cuidadosamente manteniéndose lejos de las heridas.

—No es justo de mi parte pedirte eso.

—No lo pediste. Lo tomé, es sólo yo siendo egoísta de nuevo. Además, si


alguien no estuviera tratando de hacerte daño, nada de esto pasaría. Nunca
fuiste propensa a los accidentes.

—¿Terminara esto? —me pregunté en voz alta—. ¿Mi vida volverá a ser normal
alguna vez?

Él suspiró.

—No naciste bajo circunstancias normales. Tu vida como la conoces nunca será
la misma. Estás cambiando para siempre.

Lo miré, con mi frente arrugada.


297

—¿Por qué yo? ¿Por qué fui escogida?

—Quién sabe por qué las cosas pasan a alguien como nosotros y no a otros. No
Página

siempre es nuestra opción. Eres especial, Cheyenne. No tienes ideas en qué te


convertirás algún día, la mujer en la que te estás convirtiendo ahora. —Sus
dedos empezaron a tocar ligeramente mi mejillas, nuestras mirada se juntaron.

No entendía mi destino, no entendía por qué me estaba pasandoesto, pero por


lo menos tenía a Colt. Tenía su inmortal amor, su protección, y su fuerza. Yo era
fuerte, pero de alguna manera con él me sentía más fuerte, más capaz. Podía
hacer esto si él estaba conmigo.

Levantando mi barbilla con sus dedos, sus labios acariciaron los míos una, dos,
tres veces antes de retirarse un poco.

—Te amo —murmuró en mis labios.

Cerré mis ojos.

—También te amo —susurré levemente. Me deslicé de nuevo en sus brazos, y


me quedé dormida, cálida, segura y amada.

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Página
Capítulo 23
Traducido Por Yanli y electra

Corregido por Nanis

L
a luz de la mañana era brillante y alegre. Colt había mantenido su
palabra, y me desperté aún en sus brazos. Levanté mi barbilla y vi su
sonrisa deslumbrante.

—Buenos días, rayo de sol. —Él besó tiernamente mi frente—. ¿Has dormido
bien? —preguntó alegremente.

Ahogando un bostezo, respondí:

—Sí, realmente lo hice. ¿Cuán tarde es?

—Las 10a. m.

Abrí mis ojos ampliamente.

—¡Caray! ¿Dormí durante más de doce horas? ¿Por qué no me has despertado?
Lamento haberte hecho quedarte acostado aquí todo ese tiempo. Debiste
haberme dicho.

—Estabas realmente cansada. Apenas te moviste. La única forma de que


pudiera decir que estabas todavía con vida era por tu respiración. —Una
sonrisa se deslizó sobre sus labios. No pude evitar dejar de mirarlos fijamente y
pensar...— Además —continuó—, no fue tan malo para mí. Pasé las últimas
doce horas solo contigo en mis brazos. No me quejo en absoluto.

Suspiré.
299

—Sabes, realmente no te merezco. Hay un montón de chicas por ahí que no


Página

serían tanto problema. —Realmente tuve suerte.


—Sí, pero,¿cuán divertido sería eso?

Me incliné y lo besó antes de salirme de debajo de sus brazos. Me senté en el


borde de la cama orientada hacia afuera y analicé la habitación. Él todavía no
había traído mi mochila. Era como si exigiera rescate por ella, por alguna razón.
No tenía sentido.

—¿Colt?

—¿Sí? —respondió mientras su brazo envolvía mi cintura y me atraía contra su


pecho.

—¿Sabes dónde está mi mochila? Quisiera mi camisa azul. —Apretó mi cintura


y bajó de la cama saliendo de la habitación. Momentos después, regresó con la
ropa en la mano, sonriendo. Alcé la mirada, cuando me las entregó—. ¿Por qué
no puedo tener todas las cosas?

—Porque si tengo tu ropa, no puedes escapar.

—¿Y a dónde iría?

—Lo has hecho antes. —Arqueó una ceja.

Rodé mis ojos.

—Eres imposible. Podría comprar ropa nueva en varios lugares. Se llaman


tiendas.—Tomé la ropa y me fui al baño a cambiar. Lilly dijo que esperarían
para hablar conmigo sobre el diario por el trauma que había atravesado, pero
estaba lista para saber más. Callon mencionó anoche que necesitábamos
movernos nuevamente. No teníamos mucho tiempo aquí.

Cuando salí del cuarto de baño, Colt estaba recostado contra la pared, de brazos
cruzados. Ya se había duchado y cambiado, de alguna manera siempre me
vencía. Me quedé quieta por unos momentos embelesada ante la vista de él. Sus
jeans estaban gastados en todos los lugares adecuados, y su camiseta ajustada
acentuaba sus músculos bien formados. Él aclaró su garganta, y me di cuenta de
que me lo estaba comiendo con los ojos. Su sonrisa se profundizó.
300

—¿Cómo lo haces? —le pregunté.


Página

—¿Hacer qué? —Él inclinó su cabeza.


—¿Te has cambiado, limpiado tan rápido? Sé que no soy así de lenta. ¿Cómo
puedes ser mucho más rápido?

—Es un don. —Él sonrió.

Sabía que no llegaría muy lejos, así que abandoné el tema. Lo seguí mientras
lideró el camino a la gran sala, admirando la vista por el camino. Cuando
doblamos la esquina, Lilly sonrió con gusto mientras Colt y yo nos dirigíamos a
la mesa. Ella me había hecho el desayuno.

—Gracias, Lilly. Parece delicioso.

—De nada, querida mía. —Ella toco mi hombro suavemente—. ¿Te siente mejor
hoy? —preguntó sinceramente.

—Mucho mejor, gracias. —Me comí la comida rápidamente, mientras Colt


observaba con asombro.

—Supongo que realmente tenías hambre esta mañana —dijo riéndose.

Sonriendo, llevé mi plato al fregadero para lavarlo. Una vez hecho esto, nos
dirigimos al sofá. Dex tenía el diario en sus manos,parecía estar esperando. Me
dejé caer junto a Callon, Colt se sentó a mi otro lado. Daniel tiró suavemente de
mi cabello al pasar y se sentó junto a Dex, una débil sonrisa apareció en la cara
de Dex.

—¿Vamos a hablar hoy del diario? —Miré a Dex esperanzada—. Me gustaría


saber más sobre él, si puedes decirme. —Quería saber más acerca de quién era
yo.

—Hay mucho que no entiendo, Cheyenne. Haré mi mejor esfuerzo. —Pareció


hacer una pausa para ordenar sus pensamientos antes de continuar. Lilly fue a
sentarse en el sillón junto a él, y esperé ansiosamente que continuara.

Él bajo la mirada hacia el diario en sus manos curtidas, pasando sus pulgares
sobre el lomo del diario.

—Los escritos en la parte posterior del libro son principalmente la historia de tu


301

familia. Está escrito en un lenguaje antiguo, olvidado, no muchos lo conocen. —


Él suspiró—. He tenido dificultades con eso y trataré de dar mi mejor
Página

interpretación. Sin embargo, debes mantener en mente que no puede ser


perfecto. —Sus ojos color avellana fueron sinceros y cálidos mientras estudiaba
los míos.

—Entiendo.

—Callon ya ha compartido contigo mucho acerca de tus padres, de dónde


provienen, y cómo se unieron para luchar contra los Sarac. —Esperó hasta que
asentí—. Cuando tu madre, Sahara, abandonó a su padre, Jorelle, le causó gran
angustia. Ella lo amaba mucho, pero sabía que Makhi sólo lo estaba usando
para conseguir lo que quería. Makhi convenció a su padre para que la
desposara con Marcus, su hijo. La unión de los dos clanes fue pensada para
crear una poderosa, casi invencible alianza. Tu madre era muy hermosa, y
Marcus la quería no sólo por su poder sino también su belleza. Ella, por
supuesto, no quería nada con él, ella vio a través de su máscara.

Él se removió en su asiento, con sus ojos todavía fijos en los míos mientras sus
dedos continuaban frotando el diario de cuero gastado.

—Tu madre logró dejar a los Sarac, sólo para escuchar que habían matado a su
padre por la ira y la desesperación, esperando que volviera a causa de ello. Ella
fue impulsada para destruirlos entonces, sabía que el deseo de sus corazones
era el poder y la codicia. Buscó la ayuda de Qaysean después de escuchar los
rumores de que estaba vivo. Le pidió ayuda, pero tu padre no le creyó. Pensó
que era un truco. Después de muchos meses juntos, sin embargo, se dio cuenta
que ella decía la verdad. Una relación se desarrolló, y se enamoraron.
Compartían un objetivo en común: liberar al mundo de los líderes Sarac.
Luchando lado a lado durante muchos años, creciendo juntos en fortaleza,
convirtiéndose en una amenaza para los Sarac.

Él vaciló.

—Sé que esto es mucho para absorber. ¿Deseas saber más?

—Por favor, Dex —respondí sinceramente—. Necesito saber más. —Había


estado esperando tanto tiempo, y habíamos llegado hasta aquí.
302

—Marcus se enfureció ante la idea de tu madre con otro hombre, especialmente


Qaysean. Cuando tu padre asesino a Makhi, Marcus juró destruirlos a ambos y
Página

poner fin a la línea de la familia Kvech. Tu madre quedó embarazada de ti y


todo cambió. Todo en sus vidas giro en torno a tu protección, manteniéndote en
secreto de Marcus. Si él hubiera sabido de ti, habrías muerto con tus padres. Tus
padres buscaron a Gene y Alexis. No los conocían, pero sabían de ellos. Eran los
más capaces entre nosotros. Tus padres podrían habérnoslo pedido a Lilly y a
mí, pero eso era demasiado peligroso ya que éramos parte de su rebelión.
Buscaron a alguien que no estaba cerca de ellos, alguien al que Marcus no
pensara buscar. Gene y Alexis te acogieron, sabiendo que algún día
probablemente perderían sus vidas por ti.

Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas y agaché mi cabeza para
ocultarlas. Mis padres adoptivos sabían todo el tiempo que iban a morir por mí,
pero todavía dijeron que sí. ¿Por qué? ¿Por qué era digna de tales sacrificios?
Los gruesos dedos de Colt comenzaron a frotar mi espalda suavemente.
Levanté mi cabeza otra vez.

—Está bien. Estoy bien. Por favor dime más.

—Tus padres habían planeado regresar por ti algún día, una vez que Marcus se
hubiera ido. Todavía no sabía nada de tu existencia. —Su voz se profundizó y
las emociones fueron casi palpables—. Tus padres nunca tuvieron la
oportunidad de regresar. Marcus los encontró y los mató. Gene y Alexis se
convirtieron en tus únicos guardianes. Te amaban como si fueras propia,
Cheyenne. Te protegieron durante años tantas veces y trataron de enseñarte las
cosas valiosas que te ayudarían más tarde. Trataron de darte lo mejor que
pudieron sin nunca hacerte saber tu verdadera identidad.

»Callon, Colt y Daniel entraron en tu vida hace algunos años. No se les dijo
nada de quién eras, sólo que necesitaban protegerte. Todos estuvieron de
acuerdo voluntariamente. El peligros estaba al acecho en todas partes, la ayuda
era necesaria. Conociste a Colt, pero Daniel y Callon estuvieron siempre al
margen, mirando y esperando, protegiendo cuando era necesario. Hubo mucho
que tuvo lugar de lo que tú nunca te enteraste. Gene y Alexis se mantuvieron en
movimiento tan a menudo porque estaban en busca de un lugar mejor, algo
más seguro. No podían compartir su secreto con nadie, ni siquiera tú.

Todo tuvo sentido ahora, sus constantes viajes, nuestras mudanzas.


303

—Fue como Callon te dijo: Gene y Alexis fueron asesinados. Marcus cubrió sus
huellas por lo que pareció ser un accidente de auto. Hemos llegado a la
Página

conclusión de que él no sabía nada acerca de ti hasta hace poco. La forma en


que ha estado actuando nos hace creer que piensa que sólo eres otro niño
Eterno.

Me quedé mirando mis anillos. Ellos representaban quién era yo, a lo que
pertenecía. Todas estas personas estaban protegiéndome de algo que no
entendía, algo de lo que no sabía nada. Estaban dispuestos a sacrificar sus vidas
por mí, algunos ya lo habían hecho. Mantuve mi cabeza baja.

—Ustedes conocieron a mis padres —dije en un susurro.

Hubo una breve pausa antes de que él contestara:

—Sí, lo hicimos.

—¿Usted sabían de mi existencia? —Ya no estaba segura de lo que él me había


dicho.

—No, lo escondieron de nosotros. No querían poner nuestra vida en peligro.


Ellos sabían que te habríamos tomado sin lugar a dudas. No sabíamos hasta que
Callon nos lo dijo. Es más seguro así.

Mis labios temblaron, y mi voz se quebró.

—¿Cómo eran? —Levanté mis ojos y vi los océanos de dolor que Dex tenía para
mí.

—Eran las personas más maravillosas, bondadosas que habíamos conocido


alguna vez —dijo Lillytiernamente—. Tenían un gran amor por los demás y
estaban decididos a hacer las cosas bien para todos. Querían que nosotros como
Eternos, estuviéramos a salvo del clan Sarac. —Ella se removió en su asiento.
Sabía que quería venir a mí, pero permaneció sentada. Los dedos de Dex
tocando su brazo en apoyo—.Tienes mucho de ambos en ti. Tu padre era
musical. La guitarra aquí era suya. Podíamos sentarnos y escucharlo tocar
durante horas. Él tenía un camino con la música, al igual que lo haces tú. Él era
fuerte y tenía una profunda pasión por la vida. —Una lágrima brillo en sus
pestañas cuando sonrió—. Tu madre también tenía una pasión, pero era
diferente. Lo veo en ti también. Me recuerdas a ella de muchas formas... eres tan
304

hermosa. Puedo ver que tienes la misma determinación y temperamento, eres


fuerte e independiente, al igual que ella lo era. Era una luchadora, tú eres una
Página

luchadora.
Se puso de pie, parándose delante de mí arrodillándose, tomando mis manos en
las suyas.

—Tus padres te amaron tanto. Dieron sus vidas para protegerte. Gene y Alexis
dieron sus vidas para protegerte, y haremos lo mismo.

No pude decir una palabra mientras miraba sus sinceros ojos azules. Cada
característica de ella era amor, cuidado y sinceridad. No tuve ninguna duda en
mi mente de que quería decir todo lo que dijo. Las lágrimas estaban
construyéndose, y estaba peleando para detenerlas. Ellos habían conocido a mis
padres,podía hacer lo que habían hecho, ser valiente y ayudar a derrotar el mal
en nuestro mundo antes de que pasara al mundo mortal. Tenía sus
características. Pertenecía a alguien, y me amaban.

Mis años de juventud los había pasado preguntándome acerca de mis padres
biológicos, qué había sucedido realmente, cómo habían muerto. Nunca supe si
me amaban, no sabía nada de ellos. Lo que sabía era que mis padres adoptivos
me amaron, que me trataron como propia y se sacrificaron para evitar que
saliera dañada. Dieron tanto por mí para que viviera. Nunca tuve la
oportunidad de decirles cómo me sentía realmente acerca de ellos. Nunca les
dije cuánto los amé, como adulto, comprendía todos los sacrificios que hicieron
por mí, nunca cometería ese error otra vez.

Suspiré. Había mucho más de lo que quería saber, pero por el momento, estaba
abrumada emocionalmente y rápidamente perdiendo el control de mis
lágrimas. Retiré las manos de Lilly y me levanté del sofá. Colt se estiró por mi
mano, le apreté los dedos y los dejé caer. Me dirigí a la puerta y salí al porche,
deteniéndome brevemente para mirar hacia el valle. Vi movimiento por la
esquina de mi ojo y sabía que uno de ellos sería mi sombra en cada movimiento.

Bajé del porche y me encaminé hacia el río que Colt me había llevado cuando
llegamos. Adiviné la dirección y me esforcé por oír los sonidos del agua
corriendo. Pasos me seguían a distancia, sabía que no era seguro para mí estar
sola. Luché por empujar las lágrimas. El aire fresco ayudaba a despejar mi
cabeza. Desde que puedo recordar, cuando estaba estresada o sólo necesitaba
305

pensar las cosas, la soledad era justo lo que necesitaba.

Caminé durante mucho tiempo, mi cabeza recorriendo la última discusión.


Página

Todos los detalles que habían estado desaparecidos, lentamente fueron uniendo
las piezas del rompecabezas. Todavía había mucho que no conocía o
comprendía. Escuché el sonido del agua y levanté mi cabeza. Me detuve en una
repisa cercana con vista al río. Un escalofrío corrió por mi columna vertebral,
esta tenía que haber sido de donde saltó Colt. Un camino yacía a la derecha, lo
seguí hasta la orilla del río. Una gran roca se asentaba en un acogedor rayo de
sol, y trepé para sentarme. Cerré mis ojos y escuché como armonizaba el agua
con el salpicar de las rocas. Era un sonido relajante.

Callon se sentó a mi lado, pero no levanté la mirada.

—Es mucho para digerir, Cheyenne —dijo la empática voz de Callon.

No contesté, pero estaba de acuerdo. Nos sentamos en silencio por mucho


tiempo.

—Hay tanto que necesitas saber, tanto que quiero decirte —la voz de Callon era
cálida, cariñosa—. Con el tiempo, voy a ser capaz de hablar libremente, y
entenderás por qué lo he guardado.

Atraje mis piernas contra mi pecho, envolviéndolas con mis brazos. Apoyé mi
mejilla en las rodillas. Me volví y vi a Callon que estaba frente a mí, sus ojos
buscaban los míos. Era extraña la forma en que me miraba, parecía como si
contuviera un anhelo más profundo. Traté de mirar hacia otro lado, pero mi
mirada se mantenía a la deriva. Sus ojos eran tan fascinantes en la forma que el
café, verde y ámbar se arremolinaban juntos. Había mucho más de él de lo que
sabía, tanto que no entendía. Era como si a veces me mostrara su calidez, y sólo
una pequeña grieta.

Suspiré.

—¿Por qué estás tan dispuesto a sacrificar tu vida por la mía. Callon? —le
pregunté—. No entiendo. Tú no tienes que hacer esto… nadie lo hace. —Una
cálida brisa tocó mis mejillas.

—Tienes razón, no tengo que hacer nada. —Hizo una pausa—. Lo hago por
amor y devoción. Lo hago por quién eres y lo que llegaras a ser.
306

No entendía.
Página

—Amor y devoción, ¿Cómo puedes? Realmente no me conoces.


—Te conozco más de lo que piensas. Olvidas que he estado contigo por un par
de años. Sólo que tú nunca lo supiste.

Aparté mis ojos, mirando hacia abajo, a mis manos con los anillos.

—No has respondido a mi pregunta, Callon —dije tranquilamente mientras


empezaba a recorrer con mi pulgar el anillo de Servak, dejando que mis dedos
sintiera los bordes de los símbolos.

Mantuve mi atención sobre el anillo, mientras él continuaba.

—Te he estado observando por tan largo tiempo, observando cuando cambiaste
a la mujer que eres ahora. Las pequeñas cosas que haces. Sé que cuándo te
enojas, te gusta estar sola. Te empujas a ti misma a tu interior para hacer frente
a tus emociones. A veces te gusta correr o caminar o vas a tocar música para
calmarte a ti misma hasta que puedas resolver el problema.

»Cuando estas absorta en tus pensamientos, tus ojos tienden a tornarse grises.
Cuando estas feliz, son azules. Cuando estas triste, son de un verde azulado.
Cuando se burlan de ti o contemplas algo, te muerdes el labio inferior. —Él
levantó su mano a la mía, parándome de jugar con mi anillo y mirándome—.
Cuando quieres distraerte, juegas con tu anillo.

Sus ojos eran piscinas tan profundas de emociones, emociones que estaba
conteniendo. Él continuó, y miré hacia abajo una vez más.

—La mayoría de las veces, no tienes miedo de mostrar tus sentimientos, y


cuando estas enojada lo dejas salir. Escupes las palabras y después te lamentas.
Cuando eres feliz, esparces felicidad a los demás a tu alrededor. —Sus dedos
comenzaron a acariciar los míos—. No tienes miedo de estar sola, y aveces
realmente lo prefieres. Tienes pasión por la vida. No tienes miedo de correr
riesgos salvo en una relación. Tienes miedo a las alturas y no te gusta saltar
desde el acantilado. —Él dejo escapar una risita suave por eso.

Sus largos dedos levantaron mi barbilla, y yo estaba desesperadamente


luchando una batalla interna. Esa sensación desconocida crecía dentro de mí
307

nuevamente. La conexión con él, que no entendía.

—Creo que te conozco bastante bien —concluyó—. Probablemente mejor que tú


Página

misma. Esto no es repentino para mí, sino que ha crecido por un par de años.
—Hizo una pausa y tuve pánico. ¿Qué me estaba confesando?—. Hubo momentos
en que quise decirte quién era, lo que significabas para mí. No pude hasta
ahora. Todas esas noches en vela mirándote mientras dormías, todos esos días
protegiéndote en la sombras. Deseaba ser el que te confortara cuando Gene y
Alexis murieron. Cómo quería tenerte en mis brazos. Por eso te puedo decir que
te cuide con amor y devoción. Estoy enamorado de ti eternamente.

Soltómi barbilla y miró a la roca. No podía creer que me había dicho que me
amaba. ¿Por qué ahora? Podíahabérmelo dicho antes, pero, de nuevo,
probablemente me hubiera retirado.

Él tenía razón sobre una cosa, las relaciones eran difíciles para mí. Me tomó
mucho tiempo el averiguar que amaba a Colt. Tuve un tiempo muy difícil para
admitirlo, incluso para mí misma.

—Eso no es cierto. —Por lo menos para mi propósito inmediato, no era cierto.


Su mirada estaba cuestionando—. No es cierto acerca de tomar una
oportunidad en una relación. Si recuerdas bien, le dije a Colt que lo amaba.

—Sí, lo hiciste, pero no creo que haya tenido el mismo significado que el que
piensas. No sé si captas el verdadero significado de la palabra amor. —
Suspiró—. Tú sólo has tenido unos cortos diecinueve años de vida, muchos de
los cuales, realmente nunca expresaste tu amor. Amabas a Gene y Alexis, pero
no como debería ser si ellos fueran tus padres biológicos. Has mantenido una
parte para ti, porque tenías miedo ya que si tus padres biológicos te habían
abandonado, ellos tambiénpodrían. Tiendes a mantener tus sentimientos
profundos dentro. Hasta que no los dejes salir, nunca sabrás el verdadero
significado del amor.

¿Qué era ese sentimiento profundo en la boca de mi estómago? ¿Estaba


realmente sintiendo algo más por él?

—¿Estás tratando de alejarme de Colt, Callon?

—Sólo te estoy diciendo cómo lo veo.


308

Agaché mi cabeza, hice mi mano hacia atrás y comencé a frotar mi anillo de


nuevo. Sus dedos pasaron por mi vista, y vi algo que no había visto antes, un
Página

anillo en su dedo índice derecho. Bajé mi mano y tomé la suya mientras


estudiaba el anillo. Giré mi pulsera de plata gruesa, y revelo símbolos similares
a mi anillo Servak. Dos tréboles que eran iguales a los míos, pero los otros eran
diferentes. Incliné mi cabeza con curiosidad, y miré arriba.

—¿Tienes un anillo también?

—Sí —respondió en voz baja.

—¿Has estado usándolo todo este tiempo? —Podría haber jurado que nunca lo
había visto antes de ahora.

—No.

—¿Por qué?

—No lo había entendido hasta ahora.

—¿Significa algo para ti?

—Sí.

—¿El mío significa algo para mí entonces? Sé que representa el clan Servak,
pero, ¿Hay más?

—Sí.

Él no iba a darme más información que simples respuestas, pero por una vez no
quería preocuparme sobre eso.

—No vas a decirme, ¿cierto?

—No. —Suspiró—. Necesitas resolver esto por ti misma. Lo siento.

Puse los ojos en blanco.

—Dices que lo sientes, pero de alguna manera creo sólo quieres torturarme,
volverme loca a propósito. Me tienes adivinando todo el tiempo. —Una
pequeña sonrisa cruzó mis labios.

Una leve sonrisa apareció en su rostro.

—Me tienes, has descubierto mi plan desde el principio. ¿Ahora qué voy hacer?
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—dijo sarcásticamente. Tomó mi mano y me ayudó a levantarme—. Vamos.


—Hizo un gesto hacia la cabaña, y lo seguí. Dimos un paseo de vuelta con
Página

pereza.
—Callon, ¿cuál es tu historia? Todo este tiempo he estado obsesionada por
encontrar la historia de mi vida, y nunca, ni una vez te pregunté por la tuya.

—Muy normal —me respondió.

Paré, me volví.

—Perdón, ¿normal? ¿Cómo puedes decir eso? Ser Eterno no es una cosa normal.

—Tuve una madre y un padre. Crecí bajo circunstancias normales, y mis padres
murieron hace mucho tiempo —dijo sin emoción.

Pude ver que esto no sería fácil. Iba a tener que cavar profundamente para
averiguarlo. Suspiré y comenzamos a caminar de nuevo. Lo perforé con más
preguntas.

—¿Dónde te criaste?

—Irlanda.

Sorprendida, seguí interrogándolo.

—¿De dónde es tu acento entonces?

Se rió entre dientes ligeramente.

—No he vivido ahí en más de doscientos años. Ya no lo tengo.

—¿Dónde has vivido?

—Por ahí.

Puse los ojos en blanco de nuevo.

—¿En Estados Unidos o en diferente países?

—Ambos —dijo calmadamente.

Él estaba empezando a ponerse difícil. Decidí tratar una nueva estrategia.

—¿Cuál es tu apellido?
310

—O’ Shea.
Página

Me congelé en el lugar, estreché mis ojos y volví hacia él.


—El apellido de Colt es O´Shea —dije lentamente.

—Sí —respondió rotundamente.

—¿Son hermanos?

—Medios hermanos.

—¿Que hay sobre Daniel, es hermano también?

—Sí

—Medio hermano. ¿Por qué no he visto eso antes? —Él asintió y me miró—.¿Es
por eso que ustedes se pueden comunicar telepáticamente?

—Sí.

—¿Mismo padre, diferentes madres? —Algunas piezas caían en su lugar.

—Sí.

Sentí su mirada en mí, mientas yo pensaba mi próxima pregunta.

—¿Cuántas esposas tuvo tu padre?

—Unas pocas —respondió como si no fuera gran cosa.

—¿Tú eres el mayor? —Miré como su mano sostenía la mía.

—Entre mis hermanos, sí.

Miré hacia arriba.

—¿Cuántos hermanos tienes?

—Como diez.

—¿Dónde están ahora?

—Hay solo tres de nosotros ahora.

Fruncí mis cejas.


311

—Lo siento Callon —dije con compasión—. No me di cuenta que habías


Página

perdido familia también.


—Fue hace mucho tiempo. Ya no pienso mucho en ellos ahora.

—¿Cómo fue que ustedes tres sobrevivieron todos estos años?

—Cuando el estallido de la guerra comenzó, nosotros éramos mayores. El Sarac


no tenía ningún poder sobre nosotros.

Miré hacia abajo y pasé mis dedos sobre su anillo, mientras algún
entendimiento salía a la superficie.

—¿Tienes este anillo porque eres el último que queda de tu clan?

—No —respondió, y lo miré, preguntándole por alguna explicación—. Tengo el


anillo porque soy el primogénito del clan Consilador. Soy el líder, el siguiente
en la línea para gobernar.

—Pensé que no entendías el significado del anillo.

—Dije que no acababa de entenderlo, si te acuerdas correctamente.

—¿Eso quiere decir algo más?

—Sí.

Lo estudié, había siempre algo más profundo que lo que se veía en la superficie.

Últimamente, me sentía como si nunca hubiera entendido nada de lo que me


decía. Era casi como si Callon estuviera sufriendo cierta agitación interna, pero,
¿sobre qué?, no lo podía imaginar.

—¿Cuánto tiempo te llevó averiguarlo?, el significado, qué es.

—Un tiempo.

—¿Por lo tanto todavía hay partes de tu clan? ¿Algunos que sobrevivieron?

—Sí —me respondió calmadamente. Todo en él se veía calmado en la


superficie... ¿Qué había dejado atrás?

—¿Dónde están ellos ahora?


312

—Dispersos por todo el mundo. Es más seguro de ese modo.


Página
Si él tenía miembros del clan repartido por todo el mundo, ¿podría yo? Sabía
que era la última del clan Kvech, pero, ¿qué pasaba con el clan Servak? Callon
tiró de mi mano un poco y continuamos. Tenía tantas preguntas, tanto era lo
que quería saber. Suspiré y examiné mi entorno. Estábamos en la cabaña y Lily
estaba esperando en el porche delantero.

313
Página
Capítulo 24
Traducido por flochi y Mari NC

Corregido por LadyPandora

heyenne —dijo Lilly, dudando mientras bajaba del porche.

—C —Estoy bien —contesté afectuosamente—. Es mucho para asimilar


todo a la vez. Durante tanto tiempo no he sabido nada y ahora estoy
descubriendo todo a la vez. Un poco de tiempo y comprensión es lo que
necesito.

Ella tomó mi brazo, y Callon nos hizo subir las escaleras hasta un asiento.
Apartándose mientras Lilly se sentaba, él se inclinó contra la barandilla
mirando. Me costó unos cuantos instantes darme cuenta de que él estaba allí
para asegurarse que ella no me diera demasiada información. Él nunca revelaba
demasiado, siempre se contenía… ¿por qué? Cambié mis ojos hacia ella y
suspiré.

—Callon —dije amablemente—. Me gustaría hablar con Lilly a solas si no te


importa. —No se movió. Mientras me giraba su postura se había tensado. Su
mandíbula estaba apretada y de repente se puso muy decidido. El Sr. Evasivo
había regresado otra vez.

Miré a Lilly, vi también su determinación, y sonreí.

—Callon, ve adentro. No dejaremos el porche, estaremos a salvo —dijo Lilly


con firmeza.

Él siguió sin moverse. Por el rabillo del ojo, pude ver sus ojos entrecerrándose, y
314

una sonrisita de suficiencia comenzó a formarse en mis labios.


Página
—Callon —dijo Lilly con más autoridad—. Puedes mirar desde el interior por la
ventana. Serás capaz de ver lo que sea acercarse.

Se cruzó de brazos antes de caminar al interior de la cabaña. Escuché,


esperando que la puerta de tela metálica se cerrara antes de continuar. El que
debe ser obedecido fue reemplazado por la que debe ser obedecida. Interesante. Me
volví a concentrar.

—Lilly, ¿puedes hablarme más de mis padres? Hay tanto que quiero saber.

Ella tomó mis manos con las suyas.

—¿Qué es lo que quieres saber, cariño?

—Mi madre, ¿la conociste bien?

—La conocí los últimos años de su vida. Conocí a tu padre más tiempo.

—¿Puedes decirme más cosas de ella? ¿Cómo era?

El rostro de Lilly se calentó.

—Tu madre era especial. Tenía una enorme pasión por la vida y por tu padre.
Tengo que admitir que estuve escéptica de ella cuando estuvieron juntos al
principio. Ella era del clan Servak, un clan que estaba unido con los Sarac. Mi
respuesta inmediata no fue buena, pensé que era una espía. Pensé que fue
enviada para encontrar a tu padre. Cuando la vi luchar junto a él, supe que
estaba equivocada. Quería hacer bien lo que su gente había hecho mal. —Los
fríos ojos azules de Lilly contenían tanto amor—. Tenía el don de la persuasión,
aunque nunca lo usó con nosotros. Era genuina, no quería cambiar a las
personas para conseguir lo que quería. Quería que escogieran para hacer una
diferencia.

—¿Tengo su don?

—Por lo que pude ver, y por lo que Callon me ha dicho, tienes algo. No lo
suficiente para persuadir a los Eternos, pero bastante para usarlo sobre los
humanos con facilidad.
315

No había sabido que era un poder. Eso explicaría cómo fui capaz de convencer
Página

al sheriff de dejarme en casa sola y al cajero de dejarme entrar en la caja de


seguridad. ¿Qué más podía ver ella?
—Entonces, ¿puedes ver si ahora tengo un poder? Pensé que no aparecerían
hasta después de que hubiera hecho el cambio. —Quería saber más.

—Sucede de manera diferente para cada uno de nosotros. Puedo ver cosas en ti
que ya se han manifestado. Se harán más fuertes una vez que seas Eterna. Las
probabilidades son que probablemente tendrás más de un poder, de hecho, es
evidente que eres muy especial.

También había sanado más rápido en el pasado y ya tenía un poder.

—¿Qué otros poderes ves? ¿Qué más puedo hacer?

Lilly sonrió y su ligera risa llenó el aire.

—Sé que los chicos se burlan de ti, pero creo que eres capaz de hablar con los
animales.

Así que no estaba loca después de todo.

—¿Crees que se trata de todos los animales? —pregunté, emocionada.

—No lo sé. Sólo he visto cómo actúa Mandi cuando está cerca de ti. No sé si
saldría y lo divulgaría todavía. Podría causar que se burlaran más.

—Tienes razón. —Reí—. No hay necesidad de darles nada más para que se
burlen de mí. —Sonreí mientras miraba al valle, meditando—. Dijiste que me
parezco a mi madre. ¿Cómo?

Ella dudó.

—Cheyenne —dijo con amor—, eres tan hermosa como tu madre, la forma de
tu cara, el color de tus ojos. Sahara podía cambiarel color de sus ojos justo como
tú, y tienes tanto de la piel y el color de cabello de tu padre. —Suspiró—. Hay
tanto de ellos mezclado en ti. Eres más hermosa de lo que te das cuenta, y no
sólo me estoy refiriendo a lo que está en el exterior. —Agarró mis manos y las
sostuvo con firmeza—. Puedo ver en tu corazón. Tienes compasión por aquellos
cercanos a ti que te han herido, perdón hacia aquellos que te han lastimado.
Eres fuerte cuando es necesario, has pasado por mucho en tu corta vida pero
316

eso no te ha hecho una amargada o enojada. En cambio, tus experiencias han


construido el carácter y la determinación.
Página
»Tienes pasión por lo que crees. Esa es la razón por la que los chicos no pueden
soportar estar lejos de ti. Te aman profundamente. Puedo ver cómo Callon y
Colt reaccionan cuando estás cerca. Darían sus vidas por ti. Creas felicidad y las
personas se sienten atraídas a eso. Ahora somos tu familia, Cheyenne. Siempre
estaremos aquí para ti, de una forma u otra.

Me quedé sin palabras a la vez que una lágrima rodaba por mi mejilla, vio el
amor que ambos tenían por mí. Amor que no merecía, amor que me había
estado conteniendo de aceptar. Callon tenía razón: tenía miedo de las
relaciones, y hasta que realmente me sincerara, no lo entendería. Sabía que
amaba a Colt, pero, ¿por qué estaba teniendo los mismos sentimientos por
Callon? No era justo. Bajé la mirada, sabiendo vergonzosamente la verdad.

—Le dije a Colt que lo amaba, pero, en el fondo, sé que también tengo
sentimientos por Callon—susurré—. Me siento tan confundida, ¿cómo puedo
amar a dos personas por igual y a la vez de diferente manera? Ambos se han
sacrificado por mí, y sé que ambos harían más si fuera necesario. —Limpié una
lágrima de mi mejilla—. Callon me dijo que me ama, aunque no con esas
palabras. ¿Cómo voy a hacer una elección? Una elección significa que alguien
saldrá herido y no quiero que nadie salga lastimado. Me he contenido de
sincerarme por mucho tiempo por temor a ser rechazada. No sé cuánto más
puede soportar mi corazón, Lilly. He perdido tanto. No quiero ser vulnerable
otra vez. No sé qué más puedo dar.

Sin decir una palabra, se inclinó hacia adelante, me atrajo a un abrazo y me


estrechó. Fue cálido, reconfortante, cariñoso. No entendía cómo mi conexión
con ella podía ser ya tan fuerte, pero era tan diferente de lo que había esperado.
Sabía tanto sobre mí, sobre mis padres. Era como si ellos hubieran anticipado
que la encontrara algún día, tenerla para llenar el vacío en mi vida, para poder
hablar con ella sobre todo y sobre nada. Con nadie más, jamás habría admitido
que tenía sentimientos por dos hombres. Nunca me habría puesto allí para ser
criticada, con ella no me sentía juzgada. Casi me sentía completa, entera.

Nunca me olvidaría de sus palabras sobre el amor. Ellos eran ahora mi familia.
Tenía una familia, adoptiva, pero era mía si estaba dispuesta a tomarla. Podía
317

ser feliz en este momento con Dex y Lilly, feliz con Callon, Colt y Daniel. Ellos
me querían, me amaban, siempre estarían allí. Todo lo que tenía que hacer era
Página

aceptarla.
Lilly se echó hacia atrás y frotó mis brazos.

—Esto no es fácil para ti. Lo entiendo. Estás a su alrededor veinticuatro horas al


día, los siete días de la semana, y ambos quieren hacerte feliz, quieren
protegerte. Las cosas van a cambiar pronto. Ya lo verás. —Ella suspiró—.
Espera aquí, cariño. Quiero mostrarte algo.

Asentí con la cabeza mientras la veía alejarse, preguntándome a qué se refería y


cómo sabía lo que iba a suceder.

—No te muevas, todavía no hemos terminado de hablar. Te haré saber cuándo


puedes venir. —La voz de Lilly se hizo eco en el interior de la cabaña.

Sus pasos desaparecieron momentáneamente. No me di la vuelta, pero sentía


ojos mirándome por las ventanas. Ella regresó con un pequeño y muy gastado
trozo de papel y lo puso en mis manos. Los bordes estaban ligeramente hechos
jirones, abriéndolo, mis manos empezaron a temblar. Era una foto de mi madre.
Las lágrimas empezaron a anegarse en mis ojos, y no pude alzar la mirada.

—Lilly —dije en un susurro tembloroso—. ¿Qué edad tenía yo cuando murió?

—Llevan muertos más de trece años, ¿por qué?

—Conozco esta cara. La he visto antes. —Tomé una respiración profunda—.


Tenía seis años. Ella estaba al otro lado de la calle de mi escuela. Vino a verme
en mi sexto cumpleaños.

—Oh, Cheyenne —dijo Lilly apasionadamente—. No lo sabía. No debería


haberte traído esta foto. —Me tocó el brazo—. No quería causarte más dolor,
cariño.

Las lágrimas fluyeron libremente cuando cerré los ojos y aferré la foto a mi
pecho. Mis temblorosos labios se movieron una vez más.

—No, está bien. Me alegro de que llegara a verme. Necesitaba esto... necesitaba
esta conclusión. Gracias.

La puerta metálica dio un portazo y unos pasos se acercaron, deteniéndose


318

justo delante de mí. No me moví cuando unos enormes brazos me rodearon, era
Colt. No pude contener las lágrimas cuando puse mi cabeza en su hombro.
Página

Todos los sentimientos que tenía por mis padres, así como los sentimientos por
mis padres adoptivos, salieron a borbotones. Había llorado cuando murieron,
pero de alguna manera esto era diferente. No pude contenerme.

Colt me sostuvo durante largo rato. Lilly entró en la casa, y él se acomodó de


modo que estaba sentado en el banco, atrayéndome a su regazo. Con el tiempo
mis sollozos se calmaron, pero sólo después de que todas las emociones que
estaba albergando se gastaron. No tenía nada más que dar. Sabía que sería la
última vez que lloraría por ellos. Mi padre siempre me había dicho que fuera
fuerte, y lo sería. Él me recordaría que las situaciones eran sólo tan malas como
yo les permitiera ser, y mi situación de no tener una familia había terminado.
Tenía todo lo que necesitaba aquí conmigo, ahora. Tenía una familia, era parte
de algo.

—Lo siento —dije en voz baja—. He destrozado tu camisa, Colt.

—No importa —dijo con simpatía—. ¿Estás bien?

—Sí —suspiré—. ¿Cómo sabías cuándo salir?

—Es un don —dijo con una ligera risa, tratando de aligerar el ambiente.

Levanté de repente mi cara manchada de lágrimas.

—Estabas escuchando, ¿no?

—Sí —respondió con una tímida sonrisa.

El cansancio se mostró a través de esta. No podía ocultarlo por más tiempo.

—¿Cuánto escuchaste de nuestra conversación? —Tragué saliva.

—Lo suficiente —dijo con sinceridad.

Dejé caer mi cabeza en su hombro y respondí con voz ahogada:

—Lo siento. —Me había oído decirle a Lilly que tenía sentimientos por él y por
Callon.

—Yo no. Te dije antes que no te haría elegir. Siempre estaré aquí para ti, no
319

importa lo que pase.

—No merezco tu amor y afecto. No merezco que nadie… —Me interrumpí,


Página

sintiéndome completamente avergonzada de mi conducta.


Los brazos de Colt se tensaron.

—Cheyenne —dijo cariñosamente—. Nosotros somos los que no te merecemos.


—Besó mi frente y soltó su apretado agarre. Mantuve mi cabeza en su hombro.

—¿Por qué no me dijiste que eras hermanos? —cuestioné.

—No preguntaste.

—No quiero interponerme entre tú y Callon, la familia es siempre más


importante.

—No lo haces —prometió.

—Ya lo hice. —Me senté, mirando fijamente a sus ojos azules de hielo. Todo
tenía sentido ahora—.No estabas enojado conmigo esa noche en la tienda,
¿verdad? La noche que Callon me besó.

—No, no lo estaba. —Su mandíbula se tensó.

—Entonces, ¿por qué me trataste así? ¿Por qué me dejaste pensar que estabas
disgustado conmigo, que no me querías… que no me amabas?

Suspiró, el dolor irradiaba a través de sus palabras.

—Lo siento mucho. Estaba enojado, pero no era directamente contigo. Eso ya es
agua pasada, Callon y yo estamos bien ahora. Ya no tienes que preocuparte por
eso.

Había más, más de lo que quería dejarme saber. Callon era el mayor, el líder de
su clan, ¿significaba eso que Colt tenía que escucharlo? ¿Obedecer sus órdenes?
En el fondo sospechaba que tenía razón. Estaba demasiado agotada
emocionalmente para pensar mucho más. Preguntaría más tarde. Sólo
necesitaba el toque de Colt, su amor. Puse mis manos alrededor de su cuello y
hundí mi cara. Lo besé ligeramente. Siempre olía tan bien, e inhalé
profundamente. Su gran mano me frotó la espalda suavemente.

El día estaba acabándose, estaba frágil y necesitaba mi música para asimilar


320

todo lo que había aprendido este día. Necesitaba liberar todas estas emociones,
derramarlas sobre las cuerdas, cubriendo la herida, curando mi corazón una
Página

vez más. Necesitaba encontrar mi paz.


Oí otra serie de pasos y levanté mis párpados cansados para ver a Callon de pie,
ante mí, con la guitarra. Él sabía lo que necesitaba, igual que lo hacía Colt. Esto
era por lo que podía amarlo igual y sin embargo diferente, cosas como esta.

Él puso la guitarra en mi regazo y se sentó junto a nosotros. Me acomodé y


suspiré, recordando que esta era la guitarra de mi padre. De alguna manera el
pensamiento me trajo consuelo. Pasé mis dedos por el mástil y suavemente
acaricié las cuerdas. Cerré mis ojos e imaginé las notas dando vueltas en el aire.
Tejiéndose dentro y fuera entre sí, elevándose hasta las nubes, llevándose con
ellas los pedazos de mi corazón, limpiando mi alma y ayudándome a tener
perspectiva de nuevo, conclusión.

Las notas parecían no tener fin. Me había contenido durante tanto tiempo.
Toqué hasta que me sentí llena, llena con la paz que tanto necesitaba.
Manteniendo los ojos cerrados, terminé y lo guardé todo. Sabía que tenía una
audiencia, y sabía que me estarían mirando.

—¿Cómo haces eso? —dijo Dex afectuosamente.

Abriendo mis párpados cansados, respondí:

—¿Hacer qué?

—Tocar con tanta pasión. La música es tan conmovedora, es como si pudiera


ver dentro de tu alma. —Hizo una pausa, sus ojos color avellana eran cálidos—.
Tu padre tocaba, pero no como tú. Es increíble. Es realmente un don, querida.

—No lo sé, Dex. Veo las notas de manera diferente que la mayoría, supongo. Es
como si se movieran a través del aire, bailando delante de mí. —Me detuve un
momento mientras lo repetía en mi mente—. Captura mi corazón y mi alma,
sanando las heridas y reconciliando el dolor y la ira. Realmente no puedo
explicarlo, sólo lo hago por mí. —Miré alrededor y vi la compasión y el afecto…
de mi familia, la mía. Podría mostrarles mi corazón. Aquí estaba a salvo. Ellos
no le harían daño, tenía que confiar en ellos.

Me deslicé del regazo de Colt y puse la guitarra dentro del estuche que encontré
321

en la mesa de café. La puse con cuidado y aseguré los pestillos. Nadie me había
seguido, todavía estaban en el porche.
Página
Estaba agotada y necesitaba descansar. Me lavé y me dirigí a la cama. Me
acurruqué en la cama y miré por la ventana. Estaba tranquilo y me sentía en
paz. La cama se movió mientras Colt se deslizó a mi lado, con su brazo
enrollándose a mi alrededor, su aliento tocando mi cuello. Siempre era muy
cuidadoso conmigo, manteniendo siempre una barrera entre nosotros a menos
que le pidiera lo contrario, siempre encima de la colcha mientras me acurrucaba
en el calor de debajo. La habitación se oscureció lentamente.

Había tantas cosas que me gustaban de maneras diferentes acerca de él que de


Callon. Esta era una de ellas.

—Me encanta esto de ti, Colt —susurré.

—¿Esto? —murmuró su respuesta y su aliento me hizo cosquillas en la oreja.

—Me encanta el hecho de que no te importe sostenerme, el susurro en la


oscuridad. —Suspiré—. Tu fuerza rodeándome. Me encanta eso de ti, y quiero
que lo sepas.

Acarició con sus cálidos labios mi cuello.

—Me encanta el hecho de que quieras que te abrace. —Sus labios rozaron mi
oreja—. Me encanta susurrar en la oscuridad contigo. —Su voz profunda envió
un escalofrío por mi columna vertebral—. Y me encanta el hecho de que quieras
mi fuerza rodeándote, quiero mantenerla aquí contigo siempre. —Otro beso
sensual me tocó mientras su pierna se envolvió sobre la mía. Levanté mi mano
y toqué la suya mientras cerraba mis ojos.

—Duerme, Cheyenne —instruyó—. Descansa tus cansados ojos.

Hice como me dijo, y descansé mis cansados ojos, cayendo en un profundo


sueño.
322
Página
Capítulo 25
Traducido por Mona

Corregido por Nanis

L
a niebla estaba aumentando, y estaba sola en un bosque sombrío. Una luz
tenue centelleaba en la distancia, era un incendio. Me arrastré más cerca.
Estaba curiosa de quién se encontraba alrededor del fuego. Cuando me
acerqué, vi muchos rostros duros, llenos de cicatrices de batallas, algunos
juveniles, mientras que otros tenían una madurez prematura. Las espadas
estaban atadas con correas a sus lados, ropa oscura los cubría, siniestras capas
de equitación. Eché un vistazo alrededor. Sus caballos eran tan recios como
ellos lo eran. Un destello blanco parpadeó en la noche oscura. Gruñidos y
chasquidos de dientes hacían eco cerca. Un olor horrible flotaba por delante de
mi nariz, el mismo olor horrible del día del ataque de los Tresez.

Mi pulso se aceleró, y mi respiración se hizo más intensa, el olor estaba más


cerca de lo que pensé. Una rama al quebrarse me hizo girar alrededor. Las
criaturas me acechaban… no tenía ningún lugar a donde correr. Nadie a quien
recurrir, estaba total y completamente sola. Temblando, me coloqué delante de
ellos. Uno saltó, pero fui capaz de desplazarme lejos. Me di vuelta para correr,
pero ellos rápidamente rodearon mi posición. Me quedé mirando en la
oscuridad, buscando un escape cuando uno dio un paso atrás, creando una
abertura. Mi corazón estaba a cien por hora mientras el otro se acercaba
sigilosamente, empujándome dentro del hueco. No tenía ninguna otra opción,
sólo continuar lentamente hacia adelante, cautelosamente, mis ojos destellaban
hacia adelante y hacia atrás. Ellos me condujeron a un valle.
323

Era más claro ahora. En la distancia vi a Callon, Daniel y Colt, ellos estaban
peleando. Cuando mi visión se despejó, vi que luchaban contra los hombres del
Página

fuego. ¡Mi respiración se dificultaba, había demasiados de ellos!


Quería correr, quería ayudar, pero no podía. El Tresez no me permitía
moverme. Contemplé impotente como cada uno de ellos caía. ¡Estaban
muriendo por mí!

—¡No! —chillé—. ¡No!

La oscuridad me rodeó otra vez, salté y me di cuenta que estaba en la cama.


Jadeando, me senté, mi corazón golpeando en mi pecho. ¡Esto era un sueño!
Atraje mis piernas a mi pecho. Envolví mis brazos alrededor de ellas,
intentando desesperadamente recuperar el control. Esto no estaba funcionando,
no podía respirar.

Lancé mis piernas por un lado, y corrí hacia la puerta y salí disparada al final
del pasillo. El gran salón estaba vacío, la casa estaba desocupada. El pánico
rápidamente se instaló en mí, tenía que saber que ellos estaban vivos. Me lancé
por la puerta mosquitera, deteniéndome brevemente sobre el pórtico y
contemplando hacia fuera en las sombras de la oscura noche. Se sentía
demasiado como mi sueño. Hiperventilaba, no podía hablar, no podía gritar un
nombre.

Callon apareció justo a mi derecha, salté desde la escalera y corrí a toda


velocidad, lanzándome en sus brazos. Sollozaba de modo incontrolable ahora.
Todavía no podía pronunciar una palabra.

Alarmado, sus brazos se apretaron, y su voz era tensa.

—¿Cheyenne qué está mal? —Yo no podía contestar—. ¿Estás bien? Cuéntame
que pasó.

Él intentó soltarme, pero me enterré aún más entre sus brazos, apretando los
míos alrededor de su cintura mientras los sollozos continuaban. Con calma él
frotaba mi espalda mientras trataba de tranquilizarme.

—Está bien. Shh. Todo está bien. —Finalmente estiró sus manos hacia atrás a su
espalda y dejó mis brazos libres, y me ayudó a entrar. Mi llanto estaba
disminuyendo. Él estaba vivo.
324

Me sentó sobre el banco en el baño y se arrodilló delante de mí limpiando


tiernamente las lágrimas. Miré a sus cálidos ojos.
Página
—Cariño —dijo suavemente—. ¿Qué está mal? No puedo ayudarte sino me lo
dices.

El alivio surgiendo, mientras la realidad de que eso era un sueño se manifestó,


ellos estaban vivos. Callon estaba justo delante de mí ahora, estaba tocándome.
Ya no soñaba. Su hermoso rostro lleno de calidez y compasión estaba justo
delante de mí, no el que debe ser obedecido, no el Sr. Evasivo, no el Dr. Callon, era
solamente Callon. Callon quien dijo que me amaba, Callon por quien le había
dicho a Lilly que tenía sentimientos también. No estoy segura si yo realmente
sabía lo que sucedió, pero en el siguiente momento me incliné hacia adelante y
lo besé. Cerré mis ojos y tiernamente acaricié sus labios tres veces,
retrocediendo sólo ligeramente cuando comprendí el significado de lo que
había hecho. Él agarró mi rostro. Lo sostuvo, y nos miramos a los ojos, los suyos
buscando en lo profundo de nuevo.

—Lo siento —murmuré—, no debería haber hecho eso. —Miré hacia abajo
avergonzada. ¿Qué estaba mal conmigo?

—¿Vas a decirme de qué se trata todo esto?

Él continuó sosteniendo mi rostro, buscando una respuesta como si todo viniera


burbujeando.

—Tuve un sueño, pero era tan real. Ustedes estaban muriendo por mí,
necesitaba saber que ustedes estaban vivos. —Esperé a que mi respiración fuera
más despacio—. No quiero que nadie muera por mí. Quiero que tú vivas.

—Eso fue solo un sueño. Todos estamos aquí. Estamos seguros y nadie va a
morir —dijo él firmemente.

—Era tan real —dije desesperadamente—. Y luego nadie estaba alrededor… —


Mi pánico comenzó a elevarse otra vez—. ¿Dónde están todos?

—Ellos están cerca. Eso fue solo un sueño, no era real, Cheyenne. —Callon trató
de tranquilizarme.

—¿Te quedarás conmigo? —dije con inquietud—. No quiero estar sola. ¿Por
325

favor?
Página

—No iré a ninguna parte, me quedaré. —Callon me ayudó a levantarme luego


me llevó de regreso al dormitorio. Sentada, me acurruqué a su lado,
descansando mi cabeza sobre su pecho mientras sus brazos me abrigaron en la
seguridad que necesitaba. Ninguna palabra fue pronunciada. Solo tomé el
consuelo en saber que él estaba allí, ellos estaban vivos. Mientras él frotaba mi
brazo, su toque era suficiente para permitirme dormir otra vez.

Una cálida mano acarició mi mejilla. Mis ojos revolotearon abiertos, y me di


cuenta que estaba todavía en los brazos de Callon. Sacudí mi cabeza y vi a Colt.
Mi corazón instantáneamente comenzó a latir a un ritmo acelerado. El alivio se
apoderó de mí cuando me arrojé en sus brazos. Me trabé en su cuello como si
no hubiera mañana, empujándome más cerca. Él estaba vivo. Podía sentirlo, fue
sólo un sueño. La cama se movió y volví mi cabeza para ver a Callon dejarme a
través de la oscuridad, él no se dio la vuelta. Los brazos de Colt me sostenían
con firmeza.

—Está bien, Cheyenne. Fue sólo una pesadilla. Callon me lo dijo. Estamos aquí,
y todo está bien. Te dije que no te vamos a dejar. Estás segura, estamos a salvo.

Me liberé de su agarre y retrocedí para mirar a sus fríos ojos a través de la


oscuridad. Había la suficiente luz de luna para ver su rostro. Lo agarré
firmemente, recordando lo que él me prometió hace semanas.

—Colt O'Shea —dije fervientemente—. Tienes que prometerme que no morirás.


Tienes que prometérmelo cueste lo que cueste, tú vivirás. ¡Sin importar qué! —
Me puse de rodillas, presioné mis labios en los suyos y lo besé con pasión y
determinación. No había ninguna vacilación en su respuesta mientras sus
manos se movían, una en la parte baja de mi espalda y la otra acunando mi
cabeza. Nuestros labios se movían al unísono, acariciándose enérgicamente
hasta saciarnos.

Me desplomé sobre mis rodillas, con mis manos cayendo a los costados, cuando
otra vez me di cuenta que acababa de reaccionar en lugar de pensar en mis
acciones. Sus manos se movieron para apoyarse en mis hombros y bajé mi
cabeza.

—Lo siento, Colt —susurré.


326

—¿Por qué? —dijo él con sorpresa.


Página

—No quise hacer esto.


—Realmente no me importa en absoluto. De hecho —él rió entre dientes—,
puedes tener pesadillas más a menudo si consigo esta clase de respuesta cada
vez. —Levanté la mirada para verlo sonriendo.

Suspiré.

—¿A veces eres tan chico, sabes eso?

—Sí —contestóél y me atrajo cerca otra vez, besándome mientras caíamos en la


cama. Aterrizamos sobre nuestros lados, y permanecí encerrada en sus brazos.
Se retiró ligeramente, su cálido aliento fluyendo sobre mi rostro—. Creo que si
voy a vivir, entonces probablemente debería quedarme aquí. ¿Quién sabe lo
que se esconde para mí fuera de esta habitación?

Él levantó sus cejas mientras hice rodar mis ojos. Se estaba burlando de mí
ahora. Traté de darle la espalda, pero él me sostuvo firme.

—No vas a apartarte de mí ahora. Si quieres que me quede contigo, tienes que
dejarme tener lo que quiero —dijo él astutamente.

Arqueé una ceja.

—¿Perdón? ¿Tener lo que tú quieres?

—Sí.

Le di una mirada especulativa cuando contesté:

—¿Qué es lo que quieres?

—Primero —dijo con un poco de astucia—. No quiero que me des la espalda.


Quiero mirarte.

—Está oscuro —contesté rápidamente y él me ignoró.

—En segundo lugar, quiero que te quedes aquí en mis brazos.

—Ya dije que me gustaría hacer eso —dije rotundamente.

—Y en tercer lugar…
327

Lo corté.
Página

—¿En tercer lugar?


—Sí, en tercer lugar —dijo él con exasperación—. Quiero que pases el día de
mañana conmigo y que hagas lo que te pida que hagas.

—Puedo hacer el primero y segundo, pero no sé del tercero. ¿Lo que me pidas
hacer? Solamente no lo sé —contesté burlonamente.

—Está bien —dijo él rotundamente mientras se alejaba y rápidamente se dirigió


a la puerta. Me senté inmediatamente.

—Colt —dije en pánico—. No me dejes.

Él se detuvo en seco, se volvió con preocupación y se apresuró a mi lado,


sentándose en el borde de la cama. Sus manos tocaron mis hombros.

—No te abandonaré. Estoy aquí. Sólo estaba bromeando —dijo tiernamente.

Una sonrisa muy grande se formó en mis labios.

—Lo sé —contesté con astucia—. Dos pueden jugar tu juego.

Sus ojos se estrecharon.

—Realmente eres inescrupulosa.

—Oh —dije astutamente—. ¡Aprendí del mejor, tú! —Le guiñé un ojo y en un
instante me atrajo más cerca.

Sus labios se movieron a mi oreja. Mientras él susurraba, un temblor recorrió mi


espina dorsal.

—Todavía quiero conseguir los tres, y ahora no hay nada que puedas hacer
acerca de ello.

—¿Eres un poco controlador, verdad? —susurré. Él retrocedió y lo que vi en sus


ojos me dijo que él no estaba bromeando como yo.

—Sí, lo soy —dijo él con confianza—. Tú me perteneces y no hay nada que


puedas hacer al respecto.

Sus labios se presionaron contra los míos, apretándolos bajo los suyos
328

firmemente. Esto duró solo unos segundos, pero a pesar de todo me dejó sin
aliento. Él se movió en la cama y me empujó hacia atrás, acostándose sobre su
Página

lado mientras sostenía su cabeza con su brazo. Colocó su brazo libre a través de
mi cintura. Yo no podía decir o hacer algo, me quedé sin habla. Miré a sus
helados ojos azules y reflexioné sobre sus últimas palabras.

Estaba perpleja. Él estaba siendo sobreprotector y posesivo y no veía nada mal


con esto. Había visto indicios de ello antes, pero había decidido ignorarlo. Parte
de mí quería pertenecerle, pero la otra parte gritaba no. Yo fui quien tuvo el
sueño, quien corrió a sus brazos. Los besé a los dos antes de que realmente
supiera lo que hacía. ¿Le dijo Callon? ¿Era esto de lo que se trataba? Nos
miramos fijamente hasta que mis parpadeos se hicieron más pesados y ya no
podía mantener mis ojos abiertos.

El cálido aliento de Colt llenó mis pulmones mientras sus labios permanecían
sobre los míos.

—Te amo, Cheyenne —susurró—, no importa lo que suceda, siempre serás mía.
Eres el amor de mi vida, y haré todo lo que sea necesario para mantenerte
segura. —Una tierna caricia envió la piel de gallina sobre mí mientras me
quedaba dormida, esta vez sin ningún sueño que recordar.

Cuando abrí mis ojos, el sol estaba arriba y la ventana abierta. Miré alrededor
de la habitación. Estaba sola. Me incorporé, dejando caer mis pies al piso. Mi
mente comenzó a reproducir lo que sucedió la noche anterior, y las palabras de
Colt. Él dijo que le pertenecía. ¿Qué significaba eso exactamente? Era como si yo
fuera una posesión para tener, no un amor para recibir. No podía evitar pensar
que tal vez era debido a Callon, ¿sabía que lo besé? Era tan tonta.

Suspiré, abrí la puerta, insegura de qué esperar hoy. Di una mirada hacia abajo
al pasillo y no vi ni escuché a nadie. Rápidamente entré en el baño. Todavía
estaba vestida con mi ropa del día anterior. Miré el banco, Colt había dispuesto
un traje para mí. ¿Tenía esto que ver con el asunto de la completa posesión? ¿Él
sentía como que tenía el control sobre mí haciendo esto? Iba a detenerlo antes
de que esto se saliera de control.

Me duché, me vestí para lo que sea que nosotros haríamos hoy, tiré mi cabello
en una cola de caballo. Cuando salí del baño, lo encontré esperando, con los
brazos cruzados y apoyándose contra la pared. Parecía decidido, sobre qué, no
329

estaba totalmente segura.


Página

—Buenos días—dije vacilante mientras permanecía en la entrada.


—Buenos días —contestó mientras daba un paso adelante tomando mi mano,
nos fuimos a la cocina. Miré alrededor, vi que estábamos solos.

—¿Dónde están todos? —dije con cautela.

Sin voltear mientras hacía mi desayuno, él contestó rotundamente:

—Muy cerca. —Él se dio vuelta y agarró mi cintura mientras me levantaba


hacia el mostrador y me daba una barra de granola mientras se ponía de pie
frente a mí—.¿Quieres un poco de jugo de naranja?

—Uh, seguro —dije, algo sorprendida. Él me había atrapado con la guardia baja
cuando dio la vuelta y me levantó al mostrador. Su comportamiento era
preocupante. Esto no era normal. Había actuado de esta manera antes, el día
anterior a que yo dejara la ciudad para ir a Montana cuando no quiso que me
marchara. ¿Iba a algún lugar sin él?

Él me dio un jugo, y estuvo de pie delante de mí, esperando que terminara.


Tomó mi vaso y lo colocó en el fregadero. Me deslizó del mostrador y tomó mi
mano. Me llevó por la puerta principal, e hicimos una pausa en el pórtico.

—¿Entonces qué haremos hoy? —pregunté.

Una sonrisa apareció cuando Colt contestó:

—Si recuerdas correctamente, sólo has cumplido con dos de las tres condiciones
de la noche pasada. Entonces hoy completarás la tercera.

Ah, eso era lo que tenía en mente. Nerviosamente, pensé en lo que nosotros
íbamos a hacer. Exploré el área antes de que dejáramos el pórtico. Él se dirigió
hacia los caballos y liberó mi mano cuando abrió la puerta del corral. Lucía
culpable por algo, no estaba segura de querer averiguar de qué se trataba. Con
Sam a remolque, se paró a mi lado y levantó una ceja.

—Vas a subir —dijo él.

Titubeante, contesté:
330

—Tengo mi propio caballo, ya sabes.

—¿Lo sé, pero hoy tienes que hacer lo que yo quiera, recuerdas?
Página
Él estaba tramando algo, estaba segura de ello. Vacilé mientras me acercaba
lentamente. Cuando estuve a su alcance, agarró mi cintura y me levantó hacia la
silla. Rápidamente, lancé mi pierna por encima antes de que él brincara detrás.
Movió sus brazos alrededor para sostener las riendas, le dio una patada a Sam,
y salimos disparados a toda prisa. El repentino arranque hizo que yo cayera en
sus brazos. Él se inclinó y besó mi mejilla. Girando, miré hacia atrás para ver a
Callon de pie en el pórtico, sus brazos cruzados y su postura rígida.

¿Estaba a salvo? Había cinco de ellos cuando el Tresez atacó…

Cabalgamos en dirección contraria de las cataratas. El valle inclinado hacia


abajo antes que se condensara en un espeso bosque. Colt redujo la marcha de
Sam a un paseo cuando entramos en los árboles. El bosque estaba oscuro, los
pinos ligeramente estrechos y luego se extendían en dos grandes paredes
cavernosas flanqueadas entre sí. Cabalgamos en silencio por el estrecho cañón,
torciendo y girando nuestro camino por varios pasajes. Podía imaginarme cómo
alguien podía perderse muy fácilmente, era difícil ver el sol más allá de las
paredes de roca. También era misteriosamente familiar.

Mis ojos exploraron el cañón, mirando la espiral de las aves hacia abajo sólo
para dispararse de nuevo a otro lado antes de aterrizar sobre otra pared de roca.
Escuché al viento cuando silbaba por delante, acariciando mi piel mientras
pasaba.

Nos paramos en un pequeño riachuelo en la ensenada. Colt desmontó y me


tendió su mano. Levanté mi pierna por encima y salté hacia abajo.
Cariñosamente, tomó mi mano y nos llevó a una parte aún más estrecha de
rocas. Entramos poniéndonos de lado y nos deslizamos. Lo que apareció a
continuación me tomó por sorpresa. Hice una pausa en la abertura de la oscura
cueva, Colt vio mi vacilación. Sonriendo, tiró de mí hacia adelante.

Yo no tenía una linterna, y seguro no vi una en sus manos. No era aficionada al


frío, a sitios oscuros. Por las típicas cosas que no me gustaba que hicieran sus
casas allí. Un escalofrío se extendió bajo mi espalda cuando pensé en las arañas
o criaturas espeluznantes que podrían estar al acecho dentro.
331

—Colt, no estoy segura de que esta sea una buena idea —dije con recelo—. No
tenemos ningún equipo para hacer exploración de cuevas.
Página
Una sonrisa astuta apareció cuando se giró.

—No necesitamos ningún equipo, cariño. Vas a estar bien. Solamente no dejes
mi mano.

¡Genial! Todo lo que necesitábamos ahora era estar perdidos en una cueva. No
tenía que añadir esto a mi sucesión de desafortunados acontecimientos. Planté
mis pies y hablé enérgicamente:

—No soy aficionada al frío y lugares oscuros. Si aún no te has dado cuenta, no
me gustan las arañas y ellas tienden a habitar sitios como éste.

—Lo siento, pero si recuerdas correctamente, parte del trato anoche era que
harías todo lo que te pidiera—contestó él con una sonrisa astuta.

—Lo sé, Colt, pero estoy realmente inquieta sobre esto. No quiero estar perdida
en una cueva. Esto estaría en mi top cinco de los peores lugares para morir —
supliqué.

—No vas a morir. Además, irías al cielo, y estoy seguro que no hay arañas allí.
—Rió entre dientes.

—¿Qué te hace estar tan seguro de que iría al cielo? —repliqué—. Podría ser
desterrada al infierno para todo lo que tú sabes. —Las imágenes de besarlos
tanto a él como a Callon vinieron a mi mente. Eso no podía ser algo bueno.

—Creo que te conozco bastante bien para decir que no irías al infierno.

—¿Bastante bien, huh? —contesté sarcásticamente—. ¿Entonces todavía tengo


una oportunidad?

Colt hizo rodar sus ojos y nos haló hacia adelante.

—Vamos. Me aseguraré de que estés a salvo. Prometo que no dejaré a una araña
tocarte. —De mala gana lo seguí en la oscuridad. Él fue fiel a su palabra, no
soltó mi mano. Me acerqué un poco más cuando las sombras nos rodearon,
luego extendí mi mano y me aferré a su camisa.
332

Caminamos lentamente, más profundo en las entrañas de la cueva. La tierra


debajo comenzó a inclinarse, y me empujé aún más cerca. Cuando él se detuvo,
Página

mi agarre se apretó. Sabía que estaba a su lado, pero no podía ver nada. Él quitó
mi mano de su camisa y se dio vuelta.
—Cheyenne, tienes que quedarte aquí. No te muevas. No quiero que te caigas y
te hagas daño. —Tan rápidamente como las palabras fueron pronunciadas, se
había ido.

El pánico instantáneamente se estableció. Mi pulso se aceleró, y una


abrumadora sensación de miedo comenzaba a alcanzarme. Me agazapé en mis
rodillas y envolví mis brazos alrededor de ellas. Esforcé mis oídos para
escucharlo. Mi respiración se hizo más rápida. No importaba si mis ojos estaban
abiertos o cerrados… todo era la misma, oscuridad.

No escuché el regreso de Colt, pero entonces él se agachó y colocó ambas


manos sobre mis hombros y me ayudó a levantarme.

—Estoy aquí —dijo con voz suave—. No estás sola.

Él tomó mis manos en las suyas, y les dio vuelta mientras colocaba un pequeño
objeto redondo en cada palma. Estos eran ásperos y dentados, parecían dos
pequeñas rocas.

—Júntalas —dijo suavemente.

Sabiendo que no podía ver lo que hacía, despacio las levanté hasta que las rocas
se tocaran en las palmas de mi mano. Una pequeña luz brillante comenzó a
aparecer. Miré con asombro, la luz crecía en resplandor cuanto más tiempo se
tocaban. Lo miré con los ojos muy abiertos, su cara estaba llena de satisfacción.

—¿Cómo es esto posible? —dije con asombro—. Nunca he visto algo tan
increíble. —Justo cuando las palabras dejaron mi boca, mi mirada recorrió mi
entorno. Las pequeñas rocas eran asombrosas, sin embargo, lo que vi ahora era
espectacular. La cueva estaba llena de hermosos colores. Las estalactitas que
estaban suspendidas del techo eran impresionantes. Extendí la mano, toqué la
pared de roca y la luz desapareció. Colt soltó una risita, coloqué las rocas juntas
otra vez. La iluminación se puso más brillante. Esta vez anticipándome, coloqué
ambas rocas en una mano mientras extendí la otra para experimentar la belleza
que revelaba ante mí.
333

La textura de la roca era sorprendente. Esperaba que fuera tosca, pero era lisa
bajo mis dedos. La pared era fangosa mientras el agua rezumaba en gotitas
Página

diminutas al piso. Los colores eran deslumbrantemente rojos, naranjas y verdes.


Era como si un artista usara las acuarelas para arremolinarlos juntos, rodeando
los tallos de las estalactitas. Di un paso más cerca y Colt tocó mi mano. Él
levantó mi brazo y descansó las piedras contra otra pieza más grande de granito
que caía en cascada bajo la grieta. Comenzó a brillar tal como las piedras más
pequeñas lo hicieron en mi mano. La iluminación llenó la caverna entera. Dejé
de respirar durante un momento. Nunca había visto nada tan exquisito. La
caverna estaba llena de tantos colores que esto casi cegaba.

Estábamos de pie cerca de una saliente con vista a una grieta profunda llena de
estalactitas y estalagmitas. Miré fijamente en la distancia. La belleza circundante
me deslumbró, y una lágrima se formó. Suspiré. Este era el Colt que conocía,
este era el hombre que quería compartir las cosas que él encontraba hermosas y
asombrosas conmigo. Este era el hombre que quería compartir un pedazo de su
corazón conmigo. Olvidé otra vez que yo era la que producía la luz y alejé mis
manos del granito. Sólo una débil luz permanecía ahora.

Lo miré a los ojos. Océanos profundos de amor fluyeron de ellos, llenándome.


Este era a quién amaba, el sincero, apacible, este hombre cariñoso que de buen
grado abrió su corazón y me envolvió en su abrazo. Él podía capturar mi
corazón con la más simple de las cosas, y yo se lo daría libremente, sin reservas.
En este momento, nadie más importaba y nadie más existía.

Puse ambos brazos alrededor de su cintura y empujé mi cabeza en su palpitante


pecho. Las piedras escaparon de mis dedos y cayeron, esto no me importaba
ahora. No tenía que ver su rostro para saber cómo se sentíaél, cómo me sentía.
Podía sentir la energía que irradiaba de nuestros cuerpos en la oscuridad.

Sus manos buscaron mi rostro, dejándome indefensa con su toque. Nuestros


labios se encontraron y envolvieron el uno al otro en su pasión, salvajemente
buscando más. Mis manos corrían por su cuello, y lo jalé más cerca. Sus brazos
se movieron, encontró mi cintura y me levantó más en sus capaces brazos. Sus
dedos recorrieron mi espalda, deteniéndose en el nacimiento de mi cabello
mientras con cuidado encontró su camino a mi cinta de cabello y la retiró. Cerró
sus dedos en mi cabello, y llevó mi cuello hacia atrás. Sus labios se separaron de
los míos, arrastrándose hacia abajo a mi escote, acariciando mi clavícula con su
cálido aliento.
334

Mi respiración era dificultosa. Estaba bloqueada en el momento. No había


Página

ninguna respiración pesada de Colt, como siempre, él estaba total y


completamente en control. Odiaba estar fuera de control todo el tiempo, ser
débil, dejarme llevar por mis hormonas. Con el efecto que tenía sobre mí, sabía
que no lo detendría si él lo intentara, pero sabía en mi corazón que él nunca lo
haría hasta que le dejara saber que estaba lista.

—Colt —dije débilmente mientras sus labios se movían a través de mi escote.

—Umm —contestóél.

—¿Cómo lo haces? ¿Cómo puedes mantener tanto control todo el tiempo? Tú


respiración es normal, tranquila y la mía es tan errática —dije jadeando.

—Años de práctica, mi amor —dijo calmadamente.

Pensé en lo que dijo mientras tomaba largas respiraciones, frenando mi


acelerado corazón.

—¿Años de práctica?

—Sí.

Ahora estaba curiosa.

—¿Exactamente cómo tiene alguien años de práctica? ¿Con cuántas mujeres has
practicado antes de mí?

Él hizo una pausa en su caricia. Su cálido aliento permaneció sobre mi cuello.


Probablemente era algo bueno que no pudiera ver sus ojos. Estoy segura de que
esto le habría dado algo de distancia.

—No es importante —susurró.

—Tal vez no para ti, pero esto podría importarme. —Sus labios comenzaron su
asalto una vez más, distrayéndome, era bueno en esto—.¿Colt, cuántas? Tú
sabes todo sobre mí, pero yo no sé nada sobre ti. No es justo. Me tienes a tu
merced, y no recibo nada. Sabes que sólo he estado contigo.

—Esa no es una declaración exacta —dijo con leve justificación—. Has besado a
Callon tres veces desde que estás conmigo.
335

Me puse rígida, y mi corazón se hundió. Seguro que ahora iba al infierno. Él me


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tenía, sabía lo que pasó en el baño la noche anterior. Me sentí tan tonta, ese era
el por qué actuaba tan posesivo. Tenía razón. Era debido a Callon, y esta vez yo
fui la que lo causó.

—Lo siento, Colt —dije en un tono calmado—. No sé qué me pasó ayer por la
noche. Estaba tan aterrorizada, tan asustada… yo… yo no debería haberlo
hecho.

—No tienes que disculparte —dijo tiernamente—. Sé que estás luchando. Tienes
tantas opciones delante de ti. No voy a juzgarte. Te dije que no te haría escoger.
Te amo, y esto es todo que tienes que saber en este momento.

Me sentía como una tonta. No lo merecía, él era demasiado comprensivo. Era


como si no pudiera hacer nada malo a sus ojos. Descansé mi cabeza en su
hombro, tirando mis brazos fuertemente alrededor de su cuello. Él me sostuvo
firmemente, y acepté su amabilidad.

Una sensación de cosquilleo tocó mi cuello, rápidamente me di cuenta de que


sus dos brazos estaban alrededor de mí, me puse rígida.

—¿Qué está mal? —dijo rápidamente.

—¡Hay algo sobre mi hombro! —dije con pánico—. ¡Quítamelo de encima


ahora, por favor!

Él se inclinó hacia atrás y liberó su asimiento cuando me dejó caer a la tierra y al


instante barrió mi hombro limpiándolo, riendo ligeramente.

—Fue solo un murciélago. —Rió por lo bajo.

—Te dije que no me gustan las espeluznantes criaturas rastreras —dije con
labios temblorosos—. Sobre todo aquellas que pueden volar. ¿Podemos irnos
ahora?

Él me atrajo otra vez, se inclinó y recogió algo antes de tomar mi mano. Lo


seguí de la misma manera que lo hice cuando entramos, lo más cerca posible.
Una mano en la suya mientras la otra estaba trabada en su camisa. Caminamos
despacio. Él procuró asegurarse de que no tropezara o me cayera. La salida
336

pareció tomar menos tiempo. Cuando nos acercamos a la entrada podía


comenzar a ver la luz del día. Entrecerré los ojos cuando entramos en la luz del
Página

sol. Tomó unos minutos para que mis ojos se adaptaran. Nos detuvimos
brevemente, y Colt sacó mis dedos de su camisa.
—Puedes dejarme ir ahora —dijo suavemente.

—Lo siento —contesté avergonzada.

Él inclinó mi barbilla en sus largos dedos.

—¿Estás bien?

Asentí en acuerdo. Vi que su otra mano sostenía las dos rocas de la cueva. Él
agarró mi mano otra vez mientras seguimos por la grieta hacia donde Sam
esperaba. Colt me dejó junto a la pared de roca mientras dejaba caer las dos
rocas en la bolsa de Sam y volvió con un emparedado. Hizo una seña en
dirección a una roca para sentarse, y me dio la comida con una botella del agua.

—Lo siento, cariño. Sé que es un poco tarde para el almuerzo, pero el tiempo se
alejó de nosotros.

Sonreí, tomando el emparedado y el agua.

—No me importa. Gracias por compartir esto conmigo. Me mostraste mucho


más que lugares hermosos, me mostraste partes de tu corazón.

Él devolvió la sonrisa y me miró comer. Cuando terminé, extendió su mano, y


lo seguí. Me levantó por la cintura y me ayudó a acomodarme en la silla de
montar. Un microsegundo más tarde, él estaba justo detrás. Extendiendo su
brazo, tomó las riendas. Sam avanzó lentamente, prolongando el momento con
nosotros, serpenteando en nuestro camino a través de los densos árboles hasta
que llegamos a la apertura que revelaba el valle una vez más.

Otra hora pasó antes de que la cabaña se hiciera visible. Este había sido un
maravilloso día, estaba radiante desde el interior. Inclinando mi cabeza, vi la
sonrisa satisfecha de Colt también. Levanté mi mano hacia su cuello y atraje sus
labios más cerca. Suspiré cuando se encontraron brevemente con los míos. Él
colocó las riendas en una mano, mientras su brazo me atrajo más cerca. No
quería que este día terminara. Estaba total y completamente feliz… no quería
que esto cambiara.
337
Página
Capítulo 26

Traducido por LizC y Shadowy

Corregido por Nanis

A
l llegar a la puerta, Colt me izó para bajar con un movimiento rápido
mientras él desmontaba. Vi como él y Sam entraron en el corral, y Colt
quitó la silla y la brida. También puso comida para Sam. Cerró el corral,
y sus ojos se clavaron en los míos mientras se inclinaba y me besaba. Tomó mi
mano mientras nos dirigimos hacia el porche. Voces llenaron el aire, flotando
hacia nosotros. Una acalorada discusión estaba ocurriendo, y Lilly estaba
irritada.

—No puedes mantenerla en la oscuridad, Callon —dijo Lilly en frustración—.


Ella tiene que saberlo. Esto sólo hará que se le rompa el corazón después si
esperas más.

—Lo sé. Por favor, Lilly, déjame hacer esto a tiempo —dijo Callon con
firmeza—. Hay muchos factores involucrados en esto.

Colt se quedó inmóvil, su cuerpo rígido, y su agarre se apretó alrededor de mis


dedos.

—Sé que hay muchos factores involucrados —dijo ella con exasperación—.
Deberías haber puesto fin a esto hace mucho tiempo. No puedes tratarla así. Si
no le vas a decir, yo lo haré.

—Lilly —dijo con autoridad—. Déjame encargarme de esto. —Su voz se apagó,
y la habitación de repente se quedó en silencio. Colt debía haberles
338

telepáticamente dicho que estábamos aquí.


Página
Colt no se movió, por lo que levanté la vista para ver la desesperación en sus
ojos azules hielo. Mi pulso se aceleró de repente. Algo pasaba, y tenía que ver
conmigo, y por su discusión, no sonaba bien. ¿Estaba en lo cierto antes? ¿Me
iban a alejar de Colt? ¿Era esta la razón de su comportamiento? Di un paso
adelante sólo para ser detenida, mirando atrás, entorné los ojos a Colt en
pregunta. Él no quería que me moviera, pero de mala gana me soltó.

Abrí la puerta de tela metálica, y toda la atención se volvió hacia mí. Lilly y
Callon se enfrentaban entre sí, y la mano de Dex descansaba sobre el hombro de
Lilly. Daniel estaba cerca, simpatía llenó su mirada azul oscuro. La mano de
Colt tocó mi hombro, y nos detuvimos justo detrás del sofá.

Con cautela, hablé.

—¿Qué está pasando aquí? ¿Qué me están ocultando ahora?

Dex se adelantó, con el viejo diario en sus manos.

—Cheyenne —dijo con calma—. ¿Por qué no tomas asiento? Tenemos que
hablar.

Me quedé en silencio mientras lo miraba fijamente. No me quería sentar, quería


saber lo que estaba pasando.

—No, gracias. Estoy bien de pie. —Los brazos de Colt se movieron y


descansaron sobre mi hombro y clavícula. Levanté la mano y me aferré a su
brazo en busca de apoyo. Si me iba, no me quería ir sin él. Me quedé inmóvil,
esperando el impacto de lo que estaba por venir.

—Tenemos que hablar de los símbolos en la parte delantera de tu diario. —Dex


vaciló, sus ojos color avellana buscaron los míos—. Significan más de lo que
crees. Estos son los símbolos que llevan los anillos de cada clan. Cada grupo
representa un clan. Si te fijas bien en tu anillo, puedes ver que los símbolos en
los dibujos son iguales. —Él abrió el diario y reveló la página marcada. Levanté
mi mano derecha y estudié los dos… eran idénticos. Al menos eso tenía sentido
ahora.
339

Él continuó:
Página

—Cada símbolo representa algo importante para los clanes. Tu anillo tiene dos
símbolos. Uno se asemeja a la forma de un trébol de tres hojas. Si miras más de
cerca —apuntó en la página—, tu anillo comienza y termina con este símbolo.
Representa la unidad, estar unidos. —Estaba dudando.

—¿Hay más? —pregunté.

—Sí, hay cinco páginas en este diario, pero hay seis clanes que llevan estos
anillos. Cada anillo contiene al menos uno de los mismos símbolos que los
tuyos, la unidad, estar unidos. —Él se inclinó hacia delante—. Cheyenne,
enlazas a todos los clanes juntos. Tú eres la clave para nuestra supervivencia.

Tragué saliva... ¿la clave para su supervivencia? Entrecerré los ojos ligeramente.

—¿Por qué tienes miedo de decirme eso?

Él no respondió inmediatamente.

Echó un vistazo a Callon antes de continuar.

—De los seis anillos, dos son de mayor importancia que los otros. Estos anillos
tienen cada uno dos de los tréboles, como símbolos… como el tuyo. Ambos
tienen los símbolos de la eternidad y el amor. Estás ligada a estos dos por igual.

Aparté mi mirada hacia mi anillo, estudiando los símbolos. Este comenzaba y


terminaba con el mismo símbolo… el trébol. Fruncí mi ceño al levantar la vista.

—No lo entiendo, Dex. ¿Cómo estoy ligada a ellos?

—Estás prometida a ellos —dijo mientras su mandíbula se tensaba.

—¿Estoy prometida en matrimonio a ellos? —dije con incredulidad.

—Sí.

El brazo de Colt se apretó a mi alrededor un poco.

—No entiendo —dije—. ¿Cómo? ¿Quién me comprometió, y a quién estoy


prometida?

—Estás prometida al clan Sarac.


340

—¿Cómo? ¿Quién tomó esta decisión? —dije, un poco irritada que algo tan
importante podría haber sido decidido por mí sin mi permiso. ¿Quién en su
Página
sano juicio hace algo así? No importa lo viejo que estos Eternos fueran, no
estábamos viviendo en los tiempos antiguos.

—Tu abuelo, Jorelle, prometió a tu madre al clan Sarac. Ella no siguió adelante
con su matrimonio por lo que la obligación se transmitió hasta ti.

Solté un bufido.

—Bueno, eso no va a funcionar muy bien, ahora, ¿verdad? ¿Por qué tenías
miedo de decirme? Eso realmente no tiene ninguna relevancia si nunca va a
pasar.

—Cheyenne —dijo con firmeza—. Tienes que darte cuenta de que una vez que
Marcus descubra quién eres, va a hacer una de estas dos cosas: matarte o traerte
a su clan. Una vez que estés a su alcance, no podremos hacer nada para
ayudarte.

—Está bien, así que me quedo en la clandestinidad hasta que sea Eterna y lo
suficientemente fuerte para resistir. —Nadie respondió, toda la atención se
mantuvo fija en mí. Todavía había una tensión en el aire… y luego todo
encajó—. Dijiste dos... ¿quién es el otro clan?

Los ojos de Lilly se llenaron de ansiedad mientras disparaba miradas alrededor


de la habitación. Colt me acercó, apretando su abrazo mientras su respiración se
hizo más pesada. Por primera vez, sentí que su corazón latía más rápido en
aprehensión.

—Es el clan Consilador —dijo con voz débil.

Me quedé mirando fijamente por uno momento y luego volví la cabeza hacia
abajo, mirando mi anillo. Me prometieron en matrimonio a dos hombres, uno
era un loco, loco sediento de poder que, o bien me iba a matar o casarse
conmigo por mis poderes… los cuales eran pr{cticamente inexistentes en este
momento. El otro era del clan Consilador, el clan de Colt. Mi respiración se
entrecortó cuando la comprensión se estableció. Lancé una mirada hacia Callon
y luego rápidamente a su anillo. ¡Me prometieron a Callon! Todo cayó en su
341

lugar. Él no había usado el anillo hasta ahora. Mi furia estaba erigiéndose


mientras me quitaba el brazo de Colt de encima y daba un paso hacia adelante.
Página

Lágrimas furiosas burbujeaban a la superficie cuando me di vuelta para


enfrentar a Callon.
—Dex, ¿desde cuándo? —dije en un murmullo. Nadie respondió—. ¿Desde
cuándo, Dex? ¿Desde cuándo todo el mundo lo sabe? —Mis labios temblaban.

—Hace un tiempo —dijo con remordimiento.

—¿Cuál es tu definición de un tiempo? ¿Es desde que llegué, o cuando leíste el


diario? ¿O ha sido desde el principio?

Él cuidadosamente redactó su respuesta.

—No es un hecho desconocido. Habíamos oído rumores, pero hasta que leí el
diario, no lo supe a ciencia cierta. No estaba seguro que la obligación podría
haber sido transmitida a ti… que te verías obligada a cumplir con la obligación
de tu madre.

—Así que, ¿sólo te estás refiriendo al matrimonio con el clan Sarac? —Quería
asegurarme de que estaba siendo completamente claro.

—Sí.

—¿Qué hay de la promesa al clan Consilador?

—Sabíamos de la promesa por medio de la línea Kvech, pero no sabíamos de tu


existencia, o la promesa por medio del anillo Servak.

—Sabíamos, ¿como tú y Lilly?

—Sí.

Me las arreglé para contenerlo todo mientras mis ojos se dirigieron a Callon.

—¿Desde cuándo, Callon? ¿Desde cuándo ustedes tres han sabido esto?

—No es fácil de responder, Cheyenne —respondió con aprensión.

La irritación, el dolor profundo, se elevaron rápidamente.

—No es difícil —dije entre dientes—. Ya sea que lo sabías desde el principio, o
simplemente desde que Dex te contó lo que decía el diario.
342

Callon frunció el ceño.

—Desde el principio supe de los esponsales Kvech, pero tienes que entender
Página

que yo... nosotros ni siquiera sabíamos que cumplías la otra parte del pacto
hasta que vi los anillos Kvech y Servak. No supe de los esponsales Servak hasta
que Dex me dijo.

Él lo sabía. Podía haber detenido esto… podrían haberme dicho, pero no lo


hicieron. Él admitió que sabía de una de las promesas, la promesa Kvech. Había
tenido el anillo desde hace meses. ¿Por qué nadie había dicho algo?

Me enfrenté a Colt, las lágrimas brotando en espera para estallar.

—Es por eso que has estado actuando tan extraño, diciéndome que te pertenecía
a ti como si fuera una especie de posesión. —Mis manos temblaron a mi lado—.
Sabías… todo el tiempo supiste, y sin embargo, ¿me hiciste creer que podíamos
estar juntos? Te abrí mi corazón, te lo di a ti...

»Es por eso que permanecí cerrada… el por qué Callon dice que soy terrible en
las relaciones. Si no tengo sentimientos, entonces no hay dolor… no lastima. —
Busqué los ojos llenos de tristeza de Colt—. Esto sólo fue un juego desde el
principio. Los dos tratando de ver quién iba a ganar el premio al final. —Sacudí
la cabeza con disgusto—. Sabías que iba a descubrirlo pronto. Es por eso que
me sacaste a solas, tratando de ganarme. —Inhalé un suspiro tembloroso—.
Confía en mí, dijiste. Confía en mí, y lo hice. Mira lo bien que me hizo.

Bajé la cabeza y llevé las manos a mi cara. Estaba luchando para contener el
torrente de lágrimas y la rabia que quería liberar.

—La cosa es —dije con los labios temblorosos—. Los dos me tenían desde el
principio. He sido una tonta al creer que realmente me querían por quien era,
no por lo que soy. —Tomé una respiración profunda—. Si me engañan una vez,
la culpa es suya... si me engañan dos veces, la culpa es mía —susurré.

Colt dio un paso más cerca, su mano tocando mi brazo.

—Chey…

—¡No! —gruñí—. Tuviste tu oportunidad. No quiero escuchar más mentiras.


Sólo déjame en paz. —Tiré de mi brazo hacia atrás mientras lo fulminaba con la
mirada—. No quiero sufrir más. —Miré hacia el piso de madera, mis hombros
343

caídos hacia delante en agonía. El peso de todo esto era tan pesado—. Nunca le
he mentido a alguno de ustedes —susurré—. He sido un libro abierto desde el
Página

principio. Sin embargo, los tres me han engañado desde el principio. —Me
quedé completamente inmóvil por uno momento y luego me di cuenta que
tenía que irme…. tenía que alejarme de ellos justo en ese momento.

Salí corriendo por la puerta principal, abrí de golpe la tela metálica y salté la
escalera hacia el campo en donde me detuve. Pasos revolotearon detrás de mí y
se detuvieron tan repentinamente como yo lo hice. Quería huir de este dolor y
tristeza, pero sabía que no me haría ningún bien. No estaba a salvo, y ellos sólo
me traerían de vuelta. Me dejé caer de rodillas, mirando a lo lejos. Mis lágrimas
se secaron, estaba m{s all{ de ellas…. m{s all{ de las palabras.

Suspirando, me miré las manos, girando los anillos en mis dedos. ¿Cómo pude
haber sido tan ciega? ¿Cómo no vi que se trataba de un juego para los dos? Colt
siendo tan comprensivo, diciendo que no tenía que elegir. Había sentido
vergüenza, pensé que había hecho algo mal por haberme enamorado de los dos.
No era yo, ¡fueron ellos! Me habían cortejado, y caí víctima de su trampa… su
engaño. ¿Por qué era tan confiada? ¿Por qué me había abierto a ellos? Le tomó a
Colt dos años y medio, pero con Callon, de buen grado cedí en un par de meses.
¿Estaba tan desesperada por tener amor? ¿De querer el amor de alguien a quien
pudiera llamar mío? ¿Alguien que pensé me quería de vuelta?

Este no era mi destino. Esto era algo que me fue impuesto, y no quería tener
nada que ver con eso. Ni siquiera sabía quiénes eran estas personas, ellos ni
siquiera sabían que existía hasta hace poco. Marcus no sabía quién era yo.
Simplemente podría alejarme. Podría crear mi propio destino… hasta ahora
todo lo que he obtenido ha sido tristeza y dolor. Seguramente podría construir
algo mejor que esto, un lugar donde no fuera constantemente engañada por mi
propia llamada protección. Lo que ellos llamaban salvaguardar sólo me causaba
más dolor.

Mi padre siempre me dijo que fuera fuerte, y que la fuerza se mide en carácter.
No viene de los demás, viene desde el interior, es algo que nadie puede quitar.
No me sentía fuerte, estaba sufriendo, débil y rota una vez más. ¿Cuántas veces
tenía que soportar este tipo de dolor? Las grietas en mi corazón, las piezas
heridas cayendo a mi alrededor. Estaba tratando de levantarlas, volver a
ponerlas juntas de nuevo, sólo para tener más pedazos.
344

Dex dijo que el destino de los clanes descansaba en mí, sólo en mí. Sólo yo era
Página

capaz de liberaros de este mal. Solté un bufido. Sólo tengo diecinueve años.
¿Por qué tengo que llevar esta carga? ¿No debería estarme preparando para la
universidad? ¿Comenzando mi futuro con prosperidad en lugar de
desesperación? No tenía la más mínima idea de cómo deshacerlos del mal.
Tenía un tiempo lo suficiente difícil tratando de mantener algún sentido de una
relación intacta y seguir con vida un año más. ¿Y cómo diablos tanto los Kvech
y Servak me prometieron en matrimonio a alguien que ni siquiera conocía
todavía? Era como si estuviera condenada por partida doble. Ambos clanes
estaban fuera para establecer mi futuro antes de que yo tuviera incluso la
oportunidad de tomar una decisión por mi cuenta.

Me senté en el campo, atraje mis piernas a mi pecho y envolví mis brazos a su


alrededor. No hacía más que pensar en los últimos seis meses. El anochecer
estaba acercándose, la brisa más fría envió un escalofrío a través de mí. Sabía
que tendría que levantarme y entrar. Tendría que enfrentarme a todos ellos. La
ira se había ido, lo que llenaba su lugar era vacío, vacuidad de cualquier
emoción.

Me puse de pie. Tomé esos pasos no deseadas de vuelta a la cabaña. Mantuve


mi mirada fija en el suelo, no queriendo ver quién estaba esperando. No quería
pronunciar una palabra, pero sabía que tendría que decir algo. La distancia era
corta, pero el camino era largo. Vi a Lilly por el rabillo de mi ojo. Intenté
pasarla, y estaba a punto de tirar la puerta mosquitera abierta cuando Callon
apareció de repente. Inmediatamente miré hacia otro lado, no tenía más opción
que estar de pie en el porche. Los pasos ligeros de Lilly se acercaron y se detuvo
junto a mí.

—Cheyenne —dijo ella con ternura—. Siento que te enteraras de esta manera.
Odio verte sufrir así. Sabes que esto no es fácil para ellos. Ambos te aman
desesperadamente…

La corté a media frase.

—No quiero hablar de esto, Lilly —dije rotundamente—. Lo hecho, hecho está.
No seré la tonta otra vez. —Inhalé un tembloroso suspiro antes de continuar—.
¿Sabes dónde está mi bolsa? Colt la tiene, y la quiero de vuelta. Él parece creer
345

que no soy capaz...

—Puedo conseguirla para ti —respondió ella en voz baja.


Página
—¿Sabes cuándo nos vamos? Escuché a todo el mundo hablando el otro día
sobre la necesidad de salir pronto. Realmente me gustaría saberlo. —Solté un
suspiro exasperado—. Pero entonces de nuevo, ¿qué importa eso realmente? No
tengo opción en nada. Estoy siendo retenida contra mi voluntad.

Ella se movió incómoda.

—Cheyenne, tienes…

Una vez más, la interrumpí y giré para enfrentarla, cara a cara.

—A la primera oportunidad que tenga, me iré—dije con la mayor naturalidad—


. Puedes decirles. No me importa. No tengo ningún deseo de quedarme, estoy
cansada de ser la que es constantemente herida. No soy una posesión, y no soy
algún trofeo para ser ganado. No se me dirá con quién voy a casarme. —Lilly
vio mi firme resolución, y la dejé de pie sola mientras entraba en la cabaña.

No levanté la vista, rápidamente atravesé la habitación y fui directo al baño. Me


lavé rápidamente, y vacilé en la puerta. Sabía que alguien estaría esperando.
Lentamente la abrí, sorprendida de quién estaba en espera. Dex estaba
sosteniendo mi bolsa, sus nudillos blancos de su agarre. Su mandíbula estaba
tensa, sus ojos severos.

—Gracias —murmuré mientras alcanzaba la bolsa, pero él no la soltó.

—Cheyenne —dijo con firmeza—. Tengo que hablar contigo, y necesitas


escuchar. —Gesticuló para que me dirigiera a la habitación y me siguió de
cerca, cerrando la puerta cuando entramos—. Siéntate —dijo en un tono
paternal y autoritario.

Obedecí mientras me entregaba la bolsa, la puse en mi regazo. Él se alzaba


sobre mí.

—Lilly acaba de decirme que le informaste que te irías a la primera oportunidad


que tuvieras. ¿Te das cuenta de lo peligroso que es eso en este momento? —
Cruzó sus brazos sobre su pecho—. No estoy de acuerdo en cómo manejaron
ellos esta situación, sin embargo, están aquí para protegerte. —Sus ojos color
346

avellana perforaron a través de mí—. Solo tú puedes destruir a Marcus. Tienes


que ir a hablar con los demás clanes. Es necesario convencerlos de unirse a
Página
nosotros. Ellos necesitan saber que tú realmente existes, que la línea Kvech no
murió. Tienen que ver, tocar, sentir la pasión que tienes.

»Sé que esto no es lo que hubieras elegido. Nadie habría elegido esto, pero este
es tu destino. Sólo tú puedes abrazarlo. Nosotros estamos aquí para ayudar en
lo que podamos, pero tiene que permitirnos hacerlo.

Entrecerré mis ojos, mientras la determinación se establecía.

—Dex —dije con frialdad—. Lo que le dije a Lilly era cierto. Me iré a la primera
oportunidad que tenga. Sólo he necesitado protección desde que he estado
alrededor de ellos. —Me detuve brevemente. Podía ver su ira en aumento—.
También tenías razón de que yo no elegí este destino, él me eligió a mí. No
quiero abrazarlo. Tú mismo dijiste que necesitaba descubrir quién soy en
realidad antes de que pueda lograr cualquier cosa. Dejarme encontrarme. Nadie
me ha dado la oportunidad de hacer algo por mi cuenta. Cada decisión ha sido
tomada por mí. ¿Cómo pudo alguien pensar que en algún momento en el
tiempo no me sublevaría?

Los dientes de Dex se apretaron y su molestia sonó clara.

—Les diré a ellos lo que estás planeando, y te detendrán. Irás y hablarás con los
otros clanes y los convencerás a luchar con nosotros. Cumplirás tu destino. —
Sus ojos se estrecharon, con el ceño fruncido—. En cuanto a la promesa de
matrimonio, sólo tienes dos opciones: Callon o Marcus, y sabes a quién yo
elegiría. Puedo hacer que eso suceda más temprano que tarde. Tengo la
autoridad.

¿Era eso una amenaza? La habitación se estaba oscureciendo, pero vi su rabia


con claridad. Los dos nos mantuvimos fuertes, mirándonos fijamente el uno al
otro. Yo no estaba retrocediendo en este momento. Él se dio la vuelta y salió,
cerrando la puerta detrás. ¿Cómo todas estas personas tenían tal control sobre
mi vida?

Jugué con la bolsa en mi regazo, calmando mi ira. Finalmente, cavé a través de


ella, buscando algo con que dormir. Mis dedos rasparon a través de un objeto
347

irregular. Deteniéndome, lentamente lo saqué. Era una roca, la roca que había
utilizado antes en el día en la cueva con Colt. La miré durante unos momentos,
Página

tentada a tirarla por la ventana. En lugar de eso la dejé caer de nuevo en la bolsa
y continué con mi búsqueda encontrando el diario en el proceso también. Poco
bien que me hizo...

Encontré ropa, me cambié, y me metí en la cama. Quería que este día se


acabara. Era extraño. Sólo horas antes, estaba tan feliz y contenta como podía
estar en los brazos del hombre que amaba. Ahora no quería tener nada que ver
con ninguno de ellos. Una vez más, estaba completamente sola. Lloré en
silencio y esperé a que el sueño me encontrara y me trajera un poco de paz.

Se oyó un golpe suave en la puerta. Desorientada, no me moví de inmediato.


Parpadeé un par de veces, era por la mañana. Debí haber dormido toda la
noche.

—Cheyenne, nos vamos en una hora. Prepárate —dijo Callon en un tono


pesado. Me di la vuelta para mirar, pero él ya estaba saliendo de la habitación.
Me quedé mirando durante unos minutos antes de moverme de nuevo. Estaba
decidida a no llorar. Ellos no tenían necesidad de ver mis lágrimas, no tenía
necesidad de ver cuán profundamente me hirieron. Si esto era sólo un juego
para ellos, nunca verían mi dolor, lo escondería.

No iba a aceptar este destino. Crearía el mío propio. Me arrastré fuera de la


cama, tomé algo de ropa, y me dirigí al cuarto de baño. Me di una ducha
rápida, me puse un par de pantalones vaqueros, una camiseta, y até una camisa
de manga larga alrededor de mi cintura para después. Volví a mi habitación, y
el paquete ya se había ido. Me giré y me dirigí hacia el gran salón. Dex y Lilly
estaban esperando. Me detuve en la entrada, tratando de determinar el estado
de ánimo. Anoche, cuando Dex salió estaba enojado, y también yo.

Di el primer paso.

—Gracias por su hospitalidad. Ojalá no tuviera que irme con una nota amarga,
348

pero realmente no tenía opción.


Página
La inquietud de Lilly se mostró cuando se adelantó y me abrazó. Le devolví el
abrazo.

—Vamos a extrañarte, Cheyenne. —Su voz se quebró—. Ojalá tuviera más


tiempo contigo. —Ella estaba conteniendo las lágrimas.

—Te extrañaré, también —le contesté con sinceridad. La extrañaría, aunque


probablemente era más fácil de esta manera. Podría mantenerme cerrada, sin
daño. Di un paso atrás sólo para chocarme con Dex. Atrajo su brazo a mi
alrededor.

—Lo siento —dijo suavemente, su cólera desaparecida—. Lo siento por tantas


cosas, Cheyenne. Un día lo entenderás. —Se dio la vuelta para ver a mi cara—.
Lilly te empaco un poco de comida, suficiente para unos tres días. Deberían ser
capaces de regresar para entonces.

—Gracias, Lilly. Te lo agradezco —dije mientras la miraba de nuevo.

La puerta mosquitera se abrió, y Callon entró. Me volví ligeramente y vi que


estaba listo para irse, estaban esperando por mí. Le di una última mirada a Dex
y Lilly y me dirigí a la puerta. Mantuve mis ojos apartados mientras nos
detuvimos en el porche.

Callon agarró mi brazo mientras me jalaba hacia atrás.

—Dex me dijo tus planes —susurró—. Te detendremos.

No respondí. El que debe ser obedecido no era alguien a quien sentía la necesidad
de obedecer por más tiempo. Sabía que Dex les había dicho, pero esperaría mi
tiempo, esperando hasta que el momento adecuado llegara. Me iría, y ellos
serían incapaces de detenerme. Mantuve mi cabeza baja, la mirada clavada al
suelo mientras Callon me condujo a Mandi. Colt estaba sosteniéndola,
esperando a que yo mirara hacia arriba, no lo haría. Las manos de Callon se
cerraron alrededor de mi cintura mientras me ayudaba a montar. No necesitaba
su ayuda, pero él ayudó de todos modos. Tomé las riendas en mano y miré mis
dedos. Me quedé mirando el anillo Kvech, el anilloServak, los anillos que
349

determinaban mi futuro. La mano de Colt rozó mi brazo al pasar, pero en vez


de calor un escalofrío pasó por mi piel.
Página
Con una patada a Mandi, seguí detrás de Daniel. Cerré mis ojos mientras nos
íbamos. No quería mirar atrás. No quería mirar hacia adelante, y no quería
derramar más lágrimas. Por mucho que lo intenté, las lágrimas corrieron por
mis mejillas.

Lágrimas por lo que había sido, por lo que se perdió y por lo que nunca sería.
Había abierto mi corazón, los permití a ellos, y lo encontré roto y desgarrado
por ello. Era fuerte, incluso más fuerte que mis circunstancias. Prevalecería.
Empujé las lágrimas mientras abría mis ojos. Los abrí a lo que quedaba por
delante, lo que mi destino sería, lo que yo lo haría. Entrecerré los ojos de la luz
del sol. Mi futuro sería igual de brillante. Nadie iba a decirme qué camino
tomar. El destino no tenía ningún poder sobre mí, yo vencería.

Fin 350
Página
Sobre la autora

Lisa Wiedmeier es una contadora


independiente que vive en Idaho con su
amado esposo, dos hijos y Mandi, su perro
loco. Ha domesticado el desierto de su
imaginación y recientemente ha completado
8 novelas de la Serie Timeless, con un
próximo noveno libro y una nueva novela
The Gate también en obra.

351
Página
SerieTimeless:

1. Cheyenne. Publicada en Julio 15, 2011


2. Promises. Publicada en Mayo 30, 2012
3. Daylight. Próxima publicación invierno del 2012/verano 2013
4. Awakening. En edición.

La creación original de la Serie Timeless terminó con Awakening, pero si la


demanda sigue siendo grande voy a seguir adelante con los siguientes:

5. Deceptions. En edición.
6. Revelations. En edición.
7. Resolutions. En edición.

Historias extras:

8. Bailee. En edición.
9. Sahara. Bosquejo.
352
Página
Staff del Libro
Moderadora: Shadowy

Traductoras:
Shadowy Yumigood Otravaga
Maru Belikov Rihano Simoriah
Florciscuchis Areli97 Xhessii
Aria25 Vanehz Liseth Johanna
Jo Carosole lalaemk
Flochi Miranda. Yanli
Mari NC Elenp Electra
Kira.godoy LaaLa STark Mona
LizC

Correctoras:
Nanis Ale.. LadyPandora
Aldebarán Flexi Michy

Recopilación y Revisión:
Nanis

Diseño:
Vannia
353
Página
¡Visítanos!

http://www.bookzingaforo.com/
354
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