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Eee TE HU PE errr eT
MODOS LOGICos
Y AMOR
El amor entre la verdad y lo real
Continuaremos hoy nuestro intento de pensar el amor de trans-
ferencia a partir de su articulacién con los modos légicos del
amor. Podemos partir de la relacién que establece Lacan entre
modos légicos y amor en el ultimo capitulo del Seminario XX,
Aun: “El desplazamiento de la negacién del cesa de no escribirse
al no cesa de escribirse, de la contingencia a la necesidad, éste es
el punto de suspensién al que se liga todo amor. Todo amor, por
solo subsistir del cesa de no escribirse, tiende a hacer pasar la ne-
gaci6n al no cesa de escribirse [...]” (pag.132)!
Puede pensarse que el amor de transferencia se inicia bajo el
modo necesario, situdndose de entrada en la negacién de lo con-
tingente y que el fin del andlisis implica el surgimiento de la con-
lingencia misma. Se pasa pues, en términos del Seminario XXI,
de la carta de amor a la carta de a-muro. La carta de amor, nece-
Saria, entrafia la conservacién del sentido. La carta de a-muro,
Contingente, entrafia por su parte el sin-sentido, el nonsense. La
ta de a-muro no hace desaparecer cl muro de Ja castraci6n, por82 DIANA S$, RABINOVICH N
el contrario, revela su sin-sentido y la contin
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7 ECNCia
lo suple. Contingencia corporal que Bencia Corpor,
Sigue. oI
imaginari "BUC, por nde, att
La justa articutacién entre deseo ¥ amor que ¢4 0
amor cortés implica lo imaginario del cuerpo como m
de] anudamiento entre esos dos extremos que son lo Nedig
muerte y lo simbolico del goce. Por ende, cl amor no Feal de |,
separado de lo imaginario del cuerpo, imaginario ra
abarcativo que lo meramente especular, que apunta a la ae
sién inseparable del cucrpo y del objeto a. Esta fntima solider
dad con el cuerpo fundar4 la dimensi6n imaginaria del obiiog
que Lacan siempre sostuvo, aun habiendo ya desarrollado su cq.
racter de real. Se opera entonces una reubicaciOn de lo imaging.
rio, solidaria del concepto de semblante, que remite a la dimen.
Sidn imaginaria del significante mismo. En la medida en que el
significante inicialmente cs inseparable del cucrpo, toma su ma-
terial mismo del cuerpo. El cuerpo asegura pucs la justa articula :
cién entre desco y amor, imposibilitando la climinacién de lo
imaginario, tanto del desco como del amor.
El amor imaginario por algunos seres privilegiados, contin-
gencia propia de la carta de a-muro, entrafla una relacién entre lo
real como imposible y el saber inconsciente. El unico real que
importa en el psicoandlisis es el real de la inexistencia de la rela-
“Cidn sexual, ella cs imposible, y los tres modos Iégicos restantes
vendran a suplirla, Las contingencias del encuentro, esa tyché
que surge en el Seminario XI, suplen la necesidad, perdida a nivel
de la biologfa, de la relacién sexual.
Esta contingencia del encuentro propia de la carta de a-muro
permite situar, en su relacién con el amor, esc objeto a que, en la
“Proposicién de octubre...”,? se_presenta como el.“‘referente la-
tente” correlativo de la instauracién del-sujcto_supucsto al_saber
al comenzar el andlisis. La instalacién misma del sujeto supucsto
Tacteriy,
Nedio, ry
de Soy|
MODOS LOGICOS ¥ Amon 84
asume la forma de la carta de amor, con la que empieza
i de transferencia, amor que encubre la contingencia cor-
uc 10 funda, su referente latente, el objeto a.
real como imposible ldgico en su relacién con el saber in-
Ea obliga a volver a pensar las relaciones entre la verdad
nual Lo real como imposible légico, en la medida en que Ja
definida como ciencia de lo real por Lacan, es efecto de
- Ja verdad, por su parte, es efecto del decir,
El des labra en tanto que hace acontecimicnto, pues
solo hay acontecimicnto por obra del decir que entrafia cl acto.
Enla experiencia analitica operamos con el decir, no con lo escri-
to. En los decires que en ella se Tecogen puede deducirse una 16-
gica modal que los determina. El decir verdadero es siempre un
medio-decit, se sitda en relacion con la verdad en tanto ésta tiene
un limite. Pero el inconsciente freudiano es conjunto cerrado,
‘verdad nunca toda, y también conjunto abierto, verdad particular,
si pensamos a la misma represi6n primaria como delimitando al-
ternativamente una clase cerrada 0 abierta. Este decir verdadero
nel andlisis “‘atraviesa la ranura de lo real”.
La ranura de lo real es ese punto en cl cual el saber incons-
ciente se demuestra imposibilitado de escribir la relacién sexual.
Implica por ende una hiancia, un agujero, un espacio. En el in-
n te el saber encuentra un tope en lo tocante a la relacién
sexual, a la que. s6lo delimita por su inscripcién ausente: lo que
no cesa escribirse. El decir verdadero cn anilisis es enton-
que atraviesa por esa ranura de lo imposible de
escribir. No hay saber alguno en el inconscicnte que pucda dar
cuenta de la relacién sexual. Este imposible asoma en el medio-
decir de la verdad que constituye el acontecimicnto, cuyo medio
és la palabra tal como ésta se estructura en la asociacidn libre
al $2
el am
ral
ylo
| limite de la verdad es solidario de la yepresién primaria, del