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obrador en la (ierra hispanoamericana diciendo.

Pero desde ahora podemos de­


que en la misma tierra de España. cir que, para el logro de tal empresa,
Mas también aquí ha sido predicado Colombia ocupará siempre un decisivo
el retorno del ejemplar hidalgo. Cuan­ lugar de vanguardia; Colombia, que por
do Guillermo Valencia recababa para obra de su gran poeta supo expresar el
Colombia e Hispanoamérica la constante sentido del sacrificio quijotesco; que el
residencia de nuestro y vuestro Don claro fanal de la conciencia haga lumi­
Quijote, Miguel de Unamuno, Santiago noso y propicio el sino.
Ramón y Cajal, Ramiro de Maeztu, José Por esto, a la hora de expresar mi
Ortega y Gasset y, con su sueño de espa­ gratitud, voy a ser tan ambicioso que la
ñol, el propio Menéndez Pelayo, ¿qué trocaré en petición. Pediré a Colombia
hacían, sino proclamar otra vez para Es­ que siga fiel a sí misma y, por tanto, a
paña, como imperativo de una hora to­ la palabra y al espíritu del cual la pa­
davía no conclusa, la vigencia de una labra es forma; de tal modo, que, si en
existencia quijotesca? A uno y otro lado algún momento tuviese que optar, pre­
del mar, el llamamiento ha tenido ac­ firiese siempre “el claro fanal de la con­
tualidad y eficacia simultáneas. ¿Es po­ ciencia”, una conciencia fina, hermosa y.
sible que eea actualidad y esa eficacia dialécticamente expresada. Esto es lo que
trasciendan de las almas a la historia vemos en Colombia, esto lo que de ella
real? El embajador de Colombia nos re­ queremos. Y si por añadidura tiene lo
cordaba hace poco el memorial de aquel demás, el cafetal opulento, la mina fe­
arzobispo que, frente a la demasía de cunda, la empresa siderúrgica y la ener­
los retóricos, exponía al rey la necesidad gía bien represada, miel sobre hojuelas.
de explotar las minas, encauzar las Eso esperamos de la colaboración entre
aguas y cultivar las tierras. ¿Será posi­ Colombia y España, como tan noble y
ble, aquí y allí, conjugar de un modo levantadamente acaba de proclamar Gil­
eficaz la servidumbre a la existencia berto Alzate Avendaño. Así deseábaos
quijotesca y el cumplimiento actual de ver siempre a Colombia, allá lejos, “con
aquello que el buen arzobispo propo­ su espuma y su piedra, dulcemente cur­
nía? El tiempo y nuestras ohras lo irán vada sobre el hombro de América”.

DON ANDRES BELLO Y EL CODIGO CIVIL CHILENO

(Disertación del ministro-consejero de ción del Centenario del Código Civil


la Embajada de Chile, señor Luis Artea­ Chileno. Especialmente agradezco a los
ga Barros, en el Instituto de Cultura dignos representantes de ambas insti­
Hispánica, con motivo del Centenario del tuciones, señores José Luis Messía y
Código civil chileno.) Alfonso García Valdecasas, las amables
expresiones que acabam os de escu­
( versión extractada) charles.
Por mi parte, he deseado contribuir,
Excmos. señores embajadores: en mi doble calidad de ministro-conse­
Señoras y señores: jero de la Embajada de Chile y de abo­
Deseo, en primer término, agradecer gado. chileno, a esta conmemoración del
al Instituto de Cultura Hispánica y a la Centenario del Código, en el cual apren­
Facultad de Derecho de la Universidad dí en las aulas universitarias las impor­
de Madrid la valiosa cooperación que tantes disciplinas del Derecho civil; y en
han prestado a la Embajada de Chile y cuya diaria aplicación, durante veinte
a la Asociación de Estudiantes Chilenos años de ejercicio de la profesión de
residentes en Madrid, pata la celebra­ abogado, pude apreciar sus grandes cua-
Iidades de ley bien eslndiada y bien re­ Pronto llegó a ser el hombre de con­
dactada. fianza del gobernador Vasconcelos, lo­
He estimado que la mejor manera de grando imponerse en sus mayores deta­
unirme a este homenaje es la de recor­ lles del manejo de la cosa pública. A la
dar ante vosotros, con respeto y con ca­ muerte de Vasconcelos conquista igual
riño, la personalidad extraordinaria del confianza del nuevo gobernador, don
verdadero autor del Código, el distin­ Juan de Casas.
guido venezolano don Andrés Bello. Avanzado ya el año 1808 llegan a Ca­
racas noticias del tumulto de Aranjuez;
pero si bien la caída del favorito del
I
rey no produjo conmoción en la ciu­
dad, la produjeron, y muy grande, las
Nació Bello en Caracas, el día 30 de noticias que habían de llegar posterior­
noviembre de 1780, cuando el mundo oc­ mente: también caía el rey y subía al
cidental se conmovía con las nuevas ideas trono el príncipe de Asturias con el
filosóficas, políticas y sociales, cuya pri­ nombre de Fernando VII.
mera repercusión en América había de
A principios de julio, Casas recibe un
ser la independencia de los Estados Uni­
ejemplar del diario inglés The Times,
dos, y en Europa la Revolución fran­
cuya traducción encarga a Bello. ¡Cuál
cesa.
sería la sorpresa de éste al, leer en el
Los primeros profesores de Bello fue­
ron frailes y uno que otro profesor se­ referido periódico que Fernando VII ya
glar, que desde muy joven lo iniciaron no reinaba, pues había sido reempla­
en las disciplinas del latín, de la filoso­ zado por José Bonaparte, que la familia
fía, de las matemáticas, de la literatura real estaba prisionera y que las tropas
y de otras ramas del saber humano. francesas ocupaban la Península!
Tuvo profesores de francés, pero el in­ Días más tarde llega a Caracas un en­
glés lo empezó a aprender solo, ayu­ viado francés, que entrega a Casas plie­
dado de un diccionario y de una gramá­ gos oficiales, que Bello traduce, por los
que se le hace saber la ascensión al
tica, impulsado del deseo de leer cier­
trono de España del hermano de Na­
tas obras filosóficas inglesas.
poleón.
Es curioso que ese hombre tan estu­
dioso no llegara a graduarse en ninguna Casas, anonadado, constata que él nada
puede hacer. Carece de fuerzas para
profesión. Empezó a estudiar Derecho,
ayudar a su rey frente al amo de
para llegar a ser jurisconsulto, como su
Europa.
padre, don Bartolomé Bello, pero aban­
donó pronto esos estudios en los que Pero si la autoridad española nada
llegaría a ser maestro. hace por el momento, el pueblo de Ca­
La explicación del abandono de tales racas, al igual que el de otras ciudades
estudios podría estar, o bien en que es­ americanas, sí que hizo algo al conocer
timó deficientes los medios en que los las dificultades de la Metrópoli.
realizaba, o bien en la necesidad de em­ El cabildo de Caracas, como el de
pezar desde muy joven a procurarse los Buenos Aires, de Santiago de Chile y
medios de subsistir, que tal vez empe­ de otras ciudades, era un. reducto de la
zaron a escasear en su familia al falleci­ oligarquía criolla, que alimentaba ya
miento de su padre, circunstancia que lo sentimientos libertadores. Con astucia
obligó a ayudar a su madre, doña Anto­ acuerda el cabildo resistir la- designa­
nia López, que vivió largos años, y a la ción del rey intruso y jura fidelidad
cual profesó siempre un gran cariño. a Femando VII. El acuerdo produjo
En tertulias literarias conoció a su júbilo y agitación en el pueblo. En res­
compatriota, algo más joven que él, don guardo de su vida el enviado francés
Simón Bolívar, y, entre otros hombres abandona Caracas y por curiosa coinci­
destacados de Caracas, a don Luis Usta- dencia. se cruza en el camino a la Guai­
riz, mediante cuya influencia, aunque ra con un enviado inglés que trac la
previo concurso, obtuvo en 1802 ser nom­ nueva de que España organiza la resis­
brado oficial de Secretaría de la Gober­ tencia.
nación de Venezuela. He querido recordar estos hechos y
los que les siguieron no sólo por su ciudad en la cual, cumplida la difícil
gran interés, sino que también por la misión diplomática, se dedica al estudio,
influencia que habían de tener en la al trabajo y a la lectura.
vida, en el ánimo y .en las ideas del Perfecciona sus conocimientos de in­
joven criollo que sirve a la Corona de glés, aprende el griego, el italiano y el
España como secretario del gobernador, portugués. Lee y traduce clásicos latinos
pero que es también amigo y admi· y griegos, estudia filosofía, derecho, y
rador de los inspiradores y futuros rea­ ¡cosa curiosa!, en el centro mismo del
lizadores de la independencia de Vene­ mundo de habla inglesa sigue con mayor
zuela. Miranda, el precursor, se halla­ entusiasmo sus estudios e investigacio­
ba a la sazón deportado. Bolívar y sus nes sobre la gramática castellana, que
amigos conspiraban. El plan de éstos habían de darle tan justificada fama. En
era formar una Junta que se había colaboración con otros americanos edita
constituido en España, que “sirviese de algunas publicaciones, como el Reper­
medio para cortar toda dependencia torio Americano y la Biblioteca Ame­
con la Metrópoli”. ricana.
En 1809 asume el mando de Venezuela Aquéllos habían de ser los años de
un nuevo gobernador, don Vicente de prueba del futuro maestro. Las tropas
Emparán, cuya primera actuación públi­ éspañolas han reconquistado Caracas,
ca es la de celebrar el triunfo de Bailén, ha dejado de existir el Gobierno que lo
que marca el principio del fin para el había enviado a Londres, y por lo mis­
efímero régimen de José Bonaparte, que mo él ha dejado de percibir el sueldo
tan pronto había de convencerse que no del cual depende. Bolívar ha regresado
era fácil ceñir sobre las sienes la pres­ a América para intervenir en las gue­
tigiosa Corona de España. rras de su independencia. Bello y Ló­
Pero, a pesar de ese triunfo de la re­ pez Méndez deben afrontar una difícil
sistencia española, continúan en la Pen­ situación. Mientras este último, agota­
ínsula las dificultades, alentándose con dos sus recursos, es llevado a la cárcel
ello las iniciativas en pro de la emanci­ por deudas, Bello trabaja intensamente,
pación.
logrando sobreponerse a las dificulta­
Y llegamos así al año 1810. Se orga­ des. Hace clases, traducciones y otros
niza en Caracas un complot revoluciona­ trabajos, con los -cuales gana el susten­
rio, que es desbaratado por las autori­ to propio y el del hogar que ha formado
dades españolas, ordenándose algunas con la dama inglesa doña Ana María
detenciones. Años más .tarde, una voz in­ Boyland, de quien había de tener pron­
teresada en denigrar a Bello lo calum­ to dos hijos. Fallecida prematuramen­
niará, mostrándolo como culpable del te su esposa, vuelve a casar con doña
fracaso de ese complot y como traidor Isabel Dunn, de quien ha de tener nu­
a la causa de la independencia y a sus merosa descendencia.
amigos. Pero se comprobará la injusti­
cia de esa acusación. Así, entre estudios y trabajos, penas
En todo caso, es la mejor defensa de y alegrías, vive Bello dieciocho años en
Bello el hecho de que la Junta inde- Europa; años en extremo interesantes de
pediente que se constituyó el 18 de abril la historia y muy bien aprovechados por
de ese año, no sólo confirmó a Bello en él, que allá llegó a ser maestro, filósofo,
su cargo en la Secretaría de la Gober­ intemacionalista, erudito, y periodista.
nación, sino que, aún más; en julio del En Europa pudo ver de cerca la glo­
mismo año lo envía a Londres, junto con ria y el ocaso de Napoleón, sus intermi­
Bolívar y López Méndez, a gestionar nables guerras, el bloqueo de' Inglaterra,
el-reconocimiento y a pedir ayuda para el Cçngreso de Viena, la restauración de
el nuevo régimen. las monarquías de Francia y de España
ÿ, desde lejos, la independencia logra­
II da en América, pero seguida de disen·
ciones, dictaduras y luchas sangrientas.
En esa forma se inicia para Bello la En Londres, después de numerosas vi­
segunda etapa de su vida: la de su lar­ cisitudes, que sería largo describir* en­
ga y fructífera permanencia en Londres, tró en contacto con la Legación de
Chile, que estuvo primero a cargo de hielo la Antártida, el continente del fu­
Irisarri y después de Mariano Egaña. turo.
A ambos debe Chile la suerte inmen­ Ese extenso y variado país se encuen­
sa, diré providencial, de haber adqui­ tra poblado por una raza homogénea en
rido a ese maestro incomparable que la que predomina la sangre española. En
fué Bello. En efecto, el primero pro­ efecto., la raza aborigen era escasa a la
puso al Gobierno su contratación, y el llegada de los españoles, y la inmigra­
segundo logró convencerlo de la venta­ ción de otras nacionalidades europeas ha
ja de aceptar la proposición chilena y sido muy pequeña en comparación a la
contratarlo para desempeñar el cargo que llegó a nuestras playas desdo esta
de oficial mayor del Ministerio de Re­ tierra a, la que, con razón, llaniamos
laciones Exteriores. . la Madre Patria. Junto con su sangre nos
Sin duda, influyeron en el ánimo de legó su lengua y su fe cristiana.
Bello diversas consideraciones para de­ A poco de su arribo a Chile presencia
cidirlo a viajar a Chile en lugar de re­ Bello la última escena de las luchas par­
gresar a su patria o de dirigirse a otro tidistas que ensangrentaron nuestro sue­
país. Es probable que influyeran a la lo a raíz de la emancipación. Derrotada
inestabilidad política que imperaba en en Lircay la fracción pipióla, antecesora
Venezuela y, quizá, cierta enemistad del partido liberal, asume con mano fir­
con sus antiguos amigos. me el poder de la República la fracción
Pero todo ello entra en el campo de pelucona, antecesora del partido conser­
las suposiciones. Lo cierto y positivo es vador. Bajo la sabia y enérgica inspira­
que influyó en forma determinante el ción del gran ministro Portóles se trans­
atractivo de Chile. Desde lejos, esa na­ forma la pobre y apartada Colonia del
ciente República, que en sus albores no Reino de Chile en una de las más pro­
había escapado a la suerte de sus her­ gresistas Repúblicas hispanoamericanas.
manas, de ver ensangrentado su suelo Cuatro decenios son, propiamente, los
con disensiones, fué divisada como la que dura ese esfuerzo en el cual colabo­
que mayores pruebas de estabilidad po­ ra intensamente don Andrés Bello.
día ofrecer, como la que un mejor La primera y más urgente tarea es la
campo podía prestar a las ansias de de dotar a la República de una nueva
estudio y de realización del eminente Constitución política, pues las anteriores,
venezolano. Allá se dirigió, pues, el de vida efímera, han demostrado ser in­
maestro. eficaces frente.a las necesidades del mo­
mento. Es necesario reforzar la legítima
III autoridad del Gobierno.
Bello, extranjero todavía y cuidadoso
A fines de julio de 1829 llega Bello de no intervenir en las luchas partidis­
a Chile, aquel pintoresco y apartado tas, no actúa en el primer plano;' no
rincón del mundo hispánico, que extien­ figura entre los miembros de la Comi­
de su territorio a lo largo de Los Andes, sión redactora de la nueva ley funda­
a cuyas cimas parece agarrarse para no mental. Pero al través de su amistad
caer a ese mar inmenso y azul que de de toda la vida con don Mariano Ega­
Pacífico tiene tan sólo el nombre. En ña, su principal redactor, con el presi­
el Norte, áridos y extensos desiertos, es­ dente Prieto y con el ministro Portales,
casamente poblados, pero activos produc­ Bello coopera activa y eficazmente, apor­
tores de riqueza; en el centro, un largo, tando ideas y aun cooperando en la
y fértil valle que produce en abundan­ misma redacción de la Constitución que
cia y de buena calidad cuanto pueda ha de ser promulgada el año 1833. Ella
esperarse de la tierra; en el Sur, inmen­ ha de regir los destinos de Chile doran­
sos y valiosos bosques, extensos campos te más de noventa años. Y aún continúa
de cultivo y lagos de maravillosa belle­ en vigencia si se considera que la llama­
za. En el extremo austral, frío, y apar­ da Constitución de 1925 fué promulgada
tado, la ovejería y el petróleo son im­ como reforma de la de 1833.
portantes fuentes de recurso. Y más allá, Es para los chilenos motivo de espe­
envuelta en el misterio de su manto de cial orgullo el recordar la gran estabili­
dad política que proporcionó a nuestra “Si al estallar cada uno de esos cam­
Patria aquel Código fundamental. Nin­ bios de Gobierno hubiesen de examinar­
gún país hispánico ni latino puede, como se los títulos del nuevo Gobierno, para
Chile, exhibir un hecho histórico seme­ mantener o interrumpir nuestra amistad
jante: poventa años de vigencia de una y comercio con el país que les obedece,
misma y respetada Constitución política. y si mientras recae en él la sanción del
tiempo debiese sometérsele a un entre­
dicho en sus comunicaciones diplomá­
IV ticas tan necesarias para el cultivo de
esa amistad y comercio, para la protec­
Múltiples, como era su personalidad, ción de los intereses privados, nunca
fueron las tareas de Bello en su Patria más expuestos a peligros que en épocas
de adopción, que pronto había de con­ de conmociones civiles, es excusado de­
ferirle el honor de la nacionalidad otor­ cir los inconvenientes que esa conducta
gada por gracia. Fué así como Bello, traería consigo.”
nacido en Caracas, vino a ser un verda­
dero chileno y a ocupar importantes car­ La Cancillería chilena proclamó, pues,
gos públicos, incluyendo el de senador hace más de cien años, ese laudable
de la República, cargo que ocupó largos principio, que siempre ha mantenido y
años, cooperando en la discusión de im­ respetado.
portantes leyes.
Bello prestó, al mismo tiempo que V
pertenecía ál Senado, importantes ser­
vicios al país en diversos ministerios, Bello fué el' fundador y primer rector
pero sobre todo en el de Relaciones de la Universidad de Chile, que abrió
Exteriores, que tanto le debe. Puede sus puertas el año 1843 y cuyos regla­
decirse que el manejo de los asuntos mentos redactó con prolijidad, infun­
importantes de la cancillería chilena diéndole un sello de seriedad y de efi­
estuvieron en sus manos hasta el tiem­ ciencia que siempre ha mantenido.
po de su muerte, sirviendo sus sabios Al mismo tiempo que desempeña tan
dictámenes, como base .de su jurispru­ variadas e importantes labores, Bello
dencia. continúa sus estudios e investigaciones y
Decidido partidario de las buenas re­ escribe, entre otras obras, su famosa
laciones entre las nuevas Repúblicas Gramática castellana. Y sigue escribien­
americanas y la Madre Patria fué el ver­ do versos, pues su musa jamás lo aban­
dadero autor del Tratado de Paz y dona aun cuando tiene tan prosaicas
de Amistad suscrito entre Chile y Espa­ preocupaciones.
ña el año 1844 y que había de sellar la En Peñalolén, bello rincón montañoso
amistad entre ambos pueblos. vecino a Santiago, compone su famosa
En su Tratado de Derecho internacio­ Oración por Todos, inspirada en la de
nal, cuya primera edición salió con el Víctor Hugo, ya que no puede decirse
nombre de Derecho de gentes—lo que que sea tan sólo una traducción de la
muestra la influencia del Derecho ro­ que compuso el poeta francés.
mano—expone Bello modernos y previ­
sores conceptos acerca de la igualdad
jurídica de todos los Estados y. de la no VI
intervención en los asuntos internos de
otro país. Pero es hora ya de que nos ocupemos
Respecto de esta última doctrina po­ de la que puede considerarse la obra
demos leer, en la Memoria del Ministe­ maestra del insigne estudioso. La que
rio de Relaciones Exteriores de Chile, le había de dar merecida fama de sa­
correspondiente al año 1836, el siguien­ bio legislador: el proyecto de Código
te trozo, que llegó a tener palpitante civil, objeto de la conmemoración que
actualidad precisamente cien años más nos reúne.
tarde, a propósito de la guerra civil es­ Estimo que el proyecto del Código
pañola: civil es la obra maestra de Bello, por-
que es la que un mayor esfuerzo le cierto es que éste inició silenciosamente
costó, la que mayor caudal de conoci­ su labor de reunir y estudiar anteceden­
mientos requería y la de más duraderos tes y a redactar concienzudamente, como
efectos. Un verso mal escrito o un libro él hacía sus cosas, su Proyecto de Códi­
de escaso valor puede caer en el olvido go civil. Se sabe que en 1835 había con-
o ser objeto de acerba crítica, pero un cuido una tercera parte del trabajo y
proyecto de Código civil mal concebido que en 1840 estaba él casi concluido, por
o mal redactado no habría recibido el lo que se designó en esa fecha una Co­
honor de ser aprobado y promulgado misión de dos senadores y tres diputados
como ley de la República de Chile. De para revisarlo. Las discusiones de la Co­
la acertada concepción y redacción de misión fueron publicadas y se solicitó y
sus artículos" habían de depender el re­ obtuvo la opinión de hombres entendi­
conocimiento y la legitimación de hi­ dos. Juristas, profesores y magistrados
jos, la unión de las familias, la esta­ respondieron al llamado, y muchas de
bilidad de los patrimonios, la justa dis­ sus observaciones fueron acogidas.
tribución de las herencias, la acertada Pero como siempre ocurre con el tra­
interpretación y el cumplimiento de los bajo de las Comisiones, sobre todo
contratos. Por ello es que puede afir­ cuando él requiere un esfuerzo continua­
marse que el Código civil es la ley fun­ do, la revisión fué muy lenta y, a veces,
damental del Derecho privado para toda suspendida por inasistencia de sus miem­
sociedad bien organizada. bros.
Al tiempo de la llegada de Bello a En 1852 se nombra una nueva Comi­
Chile se hacía sentir ya en forma ur­ sión que trabajó presidida, muchas ve­
gente la necesidad de codificar las leyes ces, por el Presidente de la República,
que regían la vida. civil, y así lo hizo don Manuel Motott. A mediados del año
ver el maestro en diversos artículos de 1855 terminó la revisión, y el Gobierno
prensa. pudo enviar al Congreso Nacional el
Para mejor apreciar esa urgencia es proyecto, que fué aprobado sin nueva
útil recordar que, a la sazón, los Tribu­ discusión.
nales chilenos debían aplicar las le­ ΕΓ día 14 de diciembre de 1855 el pro­
yes dictadas por la Corona de España yecto aprobado fué promulgado como
para su antigua Colonia, entre las que ley de la República de Chile.
podemos récordar: las Leyes de Indias, Veinticinco años había, pues, traba­
la Novíssima Recopilación, las Ordenan­ jado Bello en esta que llamo su obra
zas de Bilbao, de los Intendentes, el maestra y que tuvo en el continente
Fuero Real, el Fuero Juzgo y las Siete americano una influencia comparable a
Partidas de don Alfonso el Sabio. Bien la que tuvo en Europa el Código Napo­
comprenderéis que por muy sabio que león. Ecuador y Colombia lo han adop­
haya sido ese rey, y lo fué, sus disposi­ tado íntegramente.
ciones resultaban anacrónicas ,de fondo y
forma en pleno siglo xix. El nuevo Código, çn materia de suce­
Era, pues, necesaria una. moderniza­ sión hereditaria, siguió de cerca la le­
ción y codificación de las variadas dis­ gislación española vigente en Chile; en
posiciones legales. materia de régimen legal de los bienes
siguió a diversos tratadistas, incluyendo
algunos americanos; en lo relacionado
VII con el régimen de la propiedad r^iíz ins­
crita se inspiró en la legislación alema­
En julio de 1831 el Gobierno envía al na; y en materia de obligaciones y con­
Senado un proyecto de acuerdo, redac­ tratos siguió el Código civil francés,
tado por Bello, proponiendo la desig­ pero, sobre todo, a su jurisprudencia
nación de una persona que redactase un posterior. En muchas instituciones y as­
proyecto de Código civil que, posterior­ pectos—que no analizaré, pues lo harán
mente, sería revisado por una Comisión próximamente en esta misma tribuna
parlamentaria. otros abogados chilenos—fué enteramen­
Aun cuando no sabemos si tal trabajo te original.
se encomendó oficialmente a Bello, lo Con criterio reposado y erudito, Bello
concilio con la realidad chilena teorías poética de mayor vuelo: su Oda a Amé­
y legislaciones extrañas. Nada de innova­ rica, desgraciadamente inconclusa.
ciones violentas, sentimentalismos exa­ La Real Academia Española de la Len-
gerados o frialdades jurídicas igual­ gua, apreciando sus méritos y su es­
mente peligrosas. Nada de fiar en la fuerzo, honró a Bello, primero, con la
costumbre, que es inestable y que deja designación de académico honorario y,
de ser constitutiva de derecho. Nada después, con la de académico de nú­
de fiar demasiado en los jueces, a los mero.
que obliga a ajustar su fallo al texto Chile se precia de que sus gobernan­
de la ley, que ella misma les indica tes no sólo ofrecieron a Bello un ancho
cómo deben entender. campo para desarrollar sus numerosas
y útiles, actividades, sino que lo alenta­
ron eficazmente en su labor.
VIII El prestigioso escritor chileno, acadé­
mico de la Lengua y de la Historia, don
Pedro Lira Urquieta, en su libro sobre
Aun prescindiendo de otros motivos,
Bello, después de recordar lo ■mucho que
que también hacen grata a los chilenos
que Chile le debía, se expresa como
la memoria de Bello, su esfuerzo por
sigue:
legarnos un Código civil nos obliga so­
bre manera. Mi propósito ha sido rendir­
le, desde esta prestigiosa tribuna, un “Su obra se habría desvanecido si no
sincero homenaje, procurando esbozar hubiera tenido de una manera continua
sn personalidad sólo a grandes pincela­ el apoyo de log gobernantes chilenos de
das, cual lo haría frente a una tela un la época. No fueron mezquinos con Be­
pintor impresionista. llo; no le robaron sus ideas ni le arrin­
Si mis palabras han sido incapaces conaron en la oscuridad. Le dieron altos
para referirse en forma adecuada a la y honrosos cargos y, con ellos,· los me­
personalidad ilustre y múltiples de Bello, dios para realizar sus proyectos.”
permitidme que os cite las que, sobre
él, escribió el distinguido historiador La fama de hombre íntegro y experto
hondureno don Rafael Eleodoro Valle: en Derecho internacional le valió a
Bello el honor de ser designado, en dos
“Para hablar dignamente de Bello—di­ ocasiones, como árbitro para resolver
ce—habría que usar el idioma de los Conflictos entre países. En 1864 lo hon­
ríos y de los árboles; de los árboles y de raron con tal designación Estados Uni­
los ríos de América, a los qiie tanto se dos y Ecuador, y en 1865, Colombia y
parece por sus dimensiones. El es uno Perú.
de los fundadores de nuestra América.
Vivió para ella, seguro de que sólo por IX
la cultura su América, nuestra América,
llegará a cumplir el gran destino que tristes. Siete de sus hijos murieron an­
le reserva su denominación de Nuevo tes que él, y casi todos en la flor de
Mundo.” la edad. Graves dolencias lo tuvieron
postrado, pero no le impidieron hacer­
Es acertado Valle al expresarse con se llevar hasta su mesa de trabajo, jun­
gratitud, como lo hace, en nombre de to a la cual pasaba las horas leyendo,
América, pues Bello fué principal y escribiendo y enseñando, ni le impidie­
esencialmente un americano. Sus crea­ ron, tampoco, hacerse llevar diariamen­
ciones estaban orientadas al bien y a la te a la vecina iglesia de Santo Domin­
paz de América, cuyo destino le pre­ go, donde oía misa y oraba por los
ocupaba continuamente. Su famosa Gra­ seres queridos.
mática castellana está dedicada a sus Ya octogenario y enfermo escribió su
“hermanos de América”, y procura uni­ libro Filosofía del entendimiento, que
formar su idioma, evitando al mismo lo acreditó como uno de los más insig­
tiempo su diversificación y su degenera­ nes filósofos americanos. Uno de los
ción. A América dedica sn composición últimos libros que se dice tuvo en sus
manos fné el de las Partidas, de don conmemora con diversos actos el Cente­
Alfonso el Sabio. nario del Código civil, siendo la pre­
Sólo en sus últimos instantes su cabe­ sente reunión un eco de dichos actos que
za, tan equilibrada, perdió el control. resuena en el corazón mismo del mun­
Enamorado de los clásicos, se empeñó do hispánico. Y al recordar su Centena­
en recitar trozos de la llíada, que creía rio Código, los chilenos tenemos que re­
leer en las paredes de su habitación. cordar al ilustre venezolano que fué su
Serenamente entregó su alma a Dios autor.
en la madrugada del 15 de octubre de Pocos hombres como Bello han lle­
1865. Pronto habría cumplido los ochen­ gado a conocer y a dominar tantas ra­
ta y cuatro años de edad. mas del saber humano y desempeñado
Para Chile, su muerte fué motivo de tantos y tan importantes cargos, desta­
duelo nacional, así decretado por el Go­ cándose siempre por el acierto junto a
bierno, que se hizo cargo de los fune­ la modestia, por el esfuerzo junto n la
rales. El mismo Gobierno, el Senado, la serenidad y por la erudición junto a la
Universidad, la Iglesia y numerosas ins­ sencillez.
tituciones públicas y privadas rivaliza­ Con razón se ha dicho de él que es
ron en sentidas demostraciones de pesar uno de los creadores de la tradición his­
por la pérdida del maestro trabajador e panoamericana.
inolvidable. He dicho.
En estos mismos días, Chile entero Luis A kxeaca B arros

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