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Lectura 1
Lectura 1
empresa:
tipo y atipicidad
Derecho
Privado IV
(Contrato de
empresa)
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Contratos de empresa:
tipo y atipicidad
La noción de empresa ha dado lugar a numerosas definiciones y conceptos,
atento a la diversidad de nociones que giran a su alrededor, tales como:
capital, trabajo, rentabilidad, riesgo y otras. A fin de esbozar una definición
que comprenda de manera cabal los distintos extremos que integran la
noción de empresa, entenderemos a ésta como un organismo económico
que pone en movimiento de manera sistemática aquellos elementos
necesarios y suficientes para obtener un producto o servicio, siendo este
último el elemento de cambio que le permite generar rentabilidad para su
propia estabilidad económica y consecuente subsistencia.
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4) empresas auxiliares que ejercen el comercio del dinero o
del crédito, o que ayudan a los comerciantes a la realización
de sus negocios. (Ripert, 1954, p.115).
El tipo y la atipicidad
En materia contractual se habla de tipo cuando el acuerdo encuentra un
marco regulatorio, sea que éste se encuentre dado por la ley, o las
costumbres; en tanto se habla de atipicidad cuando el acuerdo que se
quiere llevar a cabo no se encuentra delineado ni legal ni socialmente.
Seguidamente profundizaremos en estas nociones.
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La dinámica de los modelos contractuales
Esta teoría, en la actual realidad socio-económica caracterizada por un
dinamismo extremo de las relaciones comerciales, prácticamente se ha
erigido en un obstáculo a la hora de brindar forma jurídica a los negocios,
dada la rigidez que esta teoría presenta, que impide la adecuación del
continente jurídico a un negocio o emprendimiento específico, en el caso
de que no hubiese sido previsto por el legislador.
Frente a ello, vinieron en auxilio otras fuentes del Derecho, tales como la
costumbre, ofreciendo a los contratantes un marco jurídico flexible y, por
ende, posible de adaptar a las nuevas relaciones comerciales.
El tipo
El tipo referido a la noción general del contrato:
caracteres del tipo contractual. Tendencias actuales.
El contrato es un instrumento para llevar a cabo actividades económicas,
en el marco de una relación entre partes que programan el intercambio
recíproco a futuro, expresando su voluntad negocial, a partir de la
cual quedarán definidos los alcances de las obligaciones y derechos
asumidos por cada sujeto contractual, cuya exigibilidad se encuentra
asegurada por el Derecho. En tal sentido, debemos recordar que las
obligaciones tienen su causa en el contrato, el cuasi-contrato, el delito, el
cuasi-delito, la voluntad unilateral y la ley.
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nominados o regulados daban lugar a obligaciones exigibles. No obstante,
en tiempos más recientes se admitió la posibilidad de que la autonomía de
la voluntad privada fuese la fuente de las obligaciones, sin necesidad de
ajustarse inexorablemente a los tipos preestablecidos en la ley, dando lugar
con ello al fenómeno de la atipicidad.
Tal como se interpretaba con la redacción del art. 1137 del anterior Código
Civil, la “presencia” de esas personas no resulta esencial, ya que -como
veremos a lo largo de la materia-, en muchos casos, el perfeccionamiento o
cristalización del contrato, en el ámbito del derecho de empresas, no
depende de la presencia física de las personas, bastando generalmente con
una llamada telefónica, el envío de un fax, un correo electrónico, entre
otras modalidades. Con ello, se facilita la dinámica propia de los negocios,
pues, a medida que se desarrollan nuevos medios de comunicación, éstos
son aplicados a la celebración y posterior cumplimiento de las operaciones
comerciales para darles mayor celeridad.
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Art. 957 – Ley N° 26.994 (2014). Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
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En cuanto al consentimiento, punto de importancia neurálgica en todo
contrato, debemos recordar que debe manifestarse claramente, ya sea de
manera expresa o tácita, aplicándose dichas reglas también a la aceptación
de la oferta. Así lo establece el nuevo artículo 978 del Cód. Civil y Comercial,
al prever:
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Art. 978 – Ley N° 26.994. Op. cit.
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Art. 958, 959, 970 inc. a y conc. - Ley N° 26.994. Op. cit. - Art. 1197 del Cód. Civil vigente hasta 31 de julio de
2015.
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Art. 961- Ley N° 26.994. Op. cit.- Art. 1198 del Cód. Civil vigente hasta 31 de julio de 2015.
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Art. 970 – Ley N° 26.994. Op. cit.
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cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en situaciones no
regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho”.6
Ahora bien, si relacionamos la noción de contrato con el art. 259 del nuevo
Código Civil, relativo a los actos jurídicos, en cuanto reza: "son actos
jurídicos los actos voluntarios lícitos que tienen por fin inmediato la
adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas"7,
advertimos que la nota tipificante de los actos jurídicos en general es su fin
jurídico propiamente dicho, esto es, el nacimiento, modificación o extinción
de una relación jurídica. Esta característica se encuentra claramente
reflejada en la definición de contrato dada por el actual art. 9578, por lo
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Art. 1 – Ley N° 26.994. Op. cit.
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Art. 259 – Ley N° 26.994. Op. cit.
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Art. 957 – Ley N° 26.994. Op. cit.
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que es inevitable concluir en que el contrato es un acto o negocio jurídico,
siendo indistinta la utilización de uno u otro vocablo. Así las cosas, al
enfocarnos en el estudio de los contratos de empresa, centraremos
nuestra atención en los contratos como acto o negocio jurídico del
derecho privado, dejando de lado aquellos negocios que pertenezcan a la
órbita del derecho público, sea en el ámbito nacional, como internacional.
Tendencias actuales
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Otro punto de actualidad a tener presente es la celebración masiva de
vínculos, que han dado lugar a las llamadas uniones de contratos, que
veremos infra.
Lo hasta aquí referido permite afirmar que el tipo legal que venimos
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1) Función facilitadora: establece normas jurídicas que sirven de base a la
concertación del contrato y de tal modo facilitan a las partes la celebración
del contrato, pues no deben inventar un contrato cuando desean realizar
una determinada operación jurídica legalmente regulada, sino tan sólo
profundizar en los aspectos no reglados, pues la ley se aplicará de manera
subsidiaria.
2) Función delimitativa: el tipo legal consagra un deber ser y, como tal,
muestra lo deseable en el desarrollo de una finalidad económico-social
específica. En determinados sectores específicos, el apartamiento
injustificado y contrario al sentido común provoca una desnaturalización
respecto de la cual el tipo legal cumple efectos delimitativos; vgr.: en el
sector referido al derecho del consumo, dada la debilidad que el legislador
presume en el consumidor, se establece el carácter abusivo de cláusulas
que desnaturalizan las obligaciones de las partes.
3) Función financiera.
4) Función de garantía.
5) Función de custodia.
9) Función de previsión.
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Los contratos atípicos
El Código Civil y Comercial recientemente sancionado, en su art. 970 hace
la distinción entre contratos típicos y atípicos, refiriendo a ellos con la
denominación de contratos nominados e innominados, respectivamente.
En tal sentido, señala que: “Son nominados e innominados, según que la
ley los regule especialmente o no”9. Ello, con la salvedad antes efectuada
de aquellos contratos que, no obstante no contar con una regulación legal,
tienen tipicidad social.
Una vez calificada la relación o vínculo jurídico habido entre las partes, es
importante determinar la jerarquía de las normas interpretativas, la
aplicación de normas generales, de las normas especiales, imperativas y
supletorias.
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Art. 970 – Ley N° 26.994. Op. cit.
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orientación que las partes han querido darle al contrato, a cuyo fin no
debemos perder de vista las normas generales relativas a todos los
contratos, que se encuentran en nuestro Código Civil. Como segundo paso,
debemos integrar el contrato, encontrando normas aplicables para
aquellos supuestos que no han sido previstos por los contratantes. En este
ámbito, no sólo son útiles las normas de la parte general, sino también las
distintas reglas de los contratos típicos. Por último, rectificar el contrato,
ajustándolo en respeto al orden público, principio rector e invulnerable en
nuestro ordenamiento jurídico y el principal límite a la autonomía de la
voluntad de las partes.
Ahora bien, puede darse la situación de que en una misma relación jurídica
pueda ser subsumida en varios tipos, como ocurre generalmente con los
contratos atípicos mixtos, en cuyo caso la doctrina ha distinguido tres
teorías que vienen en nuestro auxilio y que desarrollamos a continuación:
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Art. 970 – Ley N° 26.994. Op. cit.
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c. La solución jurídica basada en los problemas típicos
Contratos típicos
Un negocio jurídico bilateral es calificado como típico cuando es un
supuesto de hecho que encuadra perfectamente en la descripción legal o
social, sin apartarse de las finalidades. El apartamiento del tipo se configura
cuando las disposiciones del contrato se apartan de la finalidad económico
– social del mismo.
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Referencias
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