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La declinación del imperio abre la idea que Europa se componía de una unión de estados,
de las que un poder central se consolidaba como superior sobre todos, sin subordinarse a
otro estado, configurándose la soberanía en un poder que no conoce instancia superior. La
declinación se revela también en las crisis financieras; de los 27 millones de ducados que
son el promedio de ingresos anual, 6 entran a Hacienda, con el resto se pagan deudas a las
casas comerciales; flujos de riqueza americana pasan directamente a Ámsterdam, Paris y
Londres sin siquiera pasar por España.
Los protagonistas de la segunda oleada de colonización son excluidos del orden estamental
y son quienes reivindican derechos sobre los nuevos territorios ocupados (tierras baldías sin
dueño, fuera de los centros productivos agrícolas, ganaderos o mineros) para remediar la
carencia crónica de mano de obra en las regiones ya colonizadas; la producción de oro y
plata, la actividad mas rentable por ser un producto con alto precio por unidad, la economía
iberoamericana no es homogénea (por la relación entre baja mano de obra y abundantes
recursos) obteniéndose aquí áreas de alta productividad, otras de mediana y otras de baja,
durante el S.XVII las exportaciones son fundamentalmente metales preciosos,
representando dos tercios del total, siendo el resto azúcar, tabaco y cacao.
Los grupos no ibéricos muestran una capacidad de organizar su propio espacio político
usando formas europeas; la institución municipal, se entiende como un mecanismo
organizador a nivel político del sistema jerárquico, que une el territorio metropolitano con
las colonias, la función de los representantes coloniales, solicitar privilegios para las
regiones y obtener exenciones de impuesto y tributos; gracias a esta, las autoridades
coloniales (virrey, gobernador, tribunal y hacienda real) controlan efectivamente las
regiones sin un ejército regular; este margen de poder delegado desde la monarquía las
elites locales es correspondido con una total lealtad al rey, haciendo el ‘’pacto colonial’’
posible.
En América del Sur, la relación entre los tributos y el consumo, es que el primero aumente
de 4% a 11% y el segundo de 0.5% a 5.7%, es así como mientras los impuesto crecen para
los nuevos grupos disminuye para la elite, al reducirse los impuesto al comercio y la
minería; lo anterior genera la oposición de grupos americanos entre los que se diferencias
en las áreas andinas y mesoamericanas, por tener connotaciones milenaristas y en las áreas
de un mayor mestizaje como Chile Y Colombia en donde se produce un entendimiento
político entre las capas populares y la elite, dichas revueltas comienzan, desde el S.XVIII a
sobrepasar los niveles locales y adquirir un carácter regional, transformándose en
movimientos interétnicos; Entre los años 1750 y 1760 se difunden panfletos que llaman a
una mayor autonomía política y a un mayor participación en las decisiones del gobierno en
la monarquía. El movimiento de los comuneros en Venezuela y en áreas peruanas y alto
peruanas (actual Bolivia) y sus exigencias de reformas políticas llevara la sublevación de
Tupac Amaru, cuyo movimiento estalla en 1780 como protesta contra las reformas
administrativas y fiscales de la corona y el aumento de los controles sobre el pago de
tributos; está encabezado por un noble indio influido por la cultura ibérica, José Gabriel
Condorcanqui, quien es un descendiente del último emperador inca Tupac Amaru de quien
toma el nombre, este, poseedor de una profunda conciencia de la tradición, consigue el
apoyo de la población indígena y exige, la abolición de los turnos de trabajo en la mina de
Potosí, la libertad de comercio para las comunidades indígenas y la presencia de
iberoamericanos en la administración real; la rebelión de Tupac Amaru se radicalizo
llevando a pillajes en edificios públicos, talleres y residencias de mercantes españoles,
perdiendo el apoyo inicial de mestizos u mulatos, siendo capturado en abril de 1781, tras 6
meses del inicio de la sublevación marca el fin de la primera etapa de este movimiento.
A finales de la década de 1780 se advierte un giro de las revueltas, en Brasil el virrey conde
de Resende denuncia en 1794 una ‘’conjura’’ organizada por 70 notables quienes debatían
escritos de filósofos franceses en la situación política de Europa y Portugal, se denuncia
también conspiración en Bahía, la que tenia por propósito fundar la República de Bahía,
abolir la esclavitud de negros y proclamar libertad de comercio; La propagación de estas
nuevas ideas se intensifica en América hacia finales de siglo, la lectura se Locke, Hobbes,
Montesquieu y Voltaire se hacen cada vez mas asiduas; la circulación de ideas se realizaba
hacia las capas populares por medio de panfletos distribuidos en plazas públicas y taberna,
generando denuncias de conspiraciones independentistas.