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Medicina 2° Año
GENETICA BACTERIANA
Bachilleres:
Profesora:
Zulayda Sánchez
Sección: 8
El material genético bacteriano es muy simple: un solo cromosoma (ADN doble cadena
circular), plásmidos y transposones.
Los Transposones son porciones de ADN que pueden moverse de un lugar a otro del
cromosoma. No son independientes al cromosoma bacteriano y se replican con él. La
reproducción es principalmente asexual por diversos procedimientos: fisión binaria,
gemación, fragmentación múltiple. Generalmente las bacterias se reproducen por
bipartición: Tras la duplicación del ADN, la pared bacteriana crece hasta formar un tabique
transversal separador de las dos nuevas bacterias.
Pero además de este tipo de reproducción asexual, las bacterias poseen unos mecanismos de
reproducción sexual o parasexual, mediante los cuales se intercambian fragmentos de
ADN.
Cromosoma bacteriano
Plásmidos R: sus genes codifican enzimas que proporcionan resistencia frente a los
antibióticos. Estos genes pasan de las células madres a las hijas, pero también pueden ser
transferidos al cromosoma bacteriano, a los virus y a otras bacterias. Esta es la causa de que
enfermedades que estaban controladas, como la tuberculosis, pueda resurgir.
Conjugación: Tiene que existir contacto físico entre la bacteria donadora de ADN y
la receptora, para que estas dos bacterias puedan conjugar. La capacidad de donar la
proporciona el poseer un plásmido conjugativo que también se denomina factor de
fertilidad o plásmido sexual. Se acercan a través de pilis sexuales codificados por el
plásmido conjugativo. Las bacterias que lo poseen pueden sintetizar 2 o 3 pilis, que
son adhesinas fimbricas, en los cuales contactan con bacterias receptoras y se
acercan a ellas. Entonces el plásmido conjugativo se rompe por un lugar fijo, que es
el llamado origen de transferencia u oriT, y una de sus cadenas pasa a través del
puente citoplásmico creado por el SSTIV, también codificado por el plásmido
conjugativo, hasta el citoplasma de la célula receptora. Entonces, en forma
simultánea, en ambos citoplasmas se van sintetizando las cadenas complementarias
de forma que al final del proceso ambas bacterias poseen un plásmido conjugativo
completo.
Resistencia Bacteriana
Resistencia Antibiótica
La resistencia a diferentes antibióticos afecta a un gran número de países. Los pacientes que
sufren infecciones causadas por bacterias resistentes a fármacos, tienen un mayor riesgo
que obtener peores resultados en su tratamiento y de morir. Muy relacionado con este
hecho, está el mayor consumo de los recursos sanitarios.
Existen dos tipos de resistencia antibiótica
En primer lugar la resistencia natural (intrínseca), esta es propia de cada individuo. Por otro
lado está la resistencia adquirida, fruto de un mal uso de los fármacos. Es ésta última la que
puede llevar a un fracaso terapéutico. Ante casos de trasplantes, tratamiento de
quimioterapia para en cáncer, tratamiento de la diabetes o casos de cirugías mayores, los
antibióticos juegan un papel fundamental para prevenir infecciones. La resistencia a estos
antimicrobianos, permite que las infecciones avancen, dando, en muchas ocasiones,
desenlaces fatales.
Con el paso del tiempo, y de forma natural, se dan diversas modificaciones genéticas que
acaban dando lugar a la resistencia bacteriana. Pero es importante tener en cuenta que
el abuso y el mal uso de los antibióticos aceleran este proceso. En ocasiones, tanto personas
como animales utilizan antibióticos sin supervisión médica. Un claro ejemplo de ello es
tratar las infecciones víricas, como resfriados o gripes, con antibióticos.
La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud
mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.
La resistencia a los antibióticos puede afectar a cualquier persona, sea cual sea su
edad o el país en el que viva.
Plásmidos
Los plásmidos son moléculas de material genético (ADN) que se replican independientes
del cromosoma bacteriano (ADN que contiene los genes esenciales para la supervivencia de
la bacteria).
La palabra plásmido fue dada a conocer por primera vez por el biólogo molecular
norteamericano Joshua Lederberg en 1952. En 1957, durante una epidemia de disentería en
Japón, un grupo de investigadores descubrió que ciertas formas bacterianas eran resistentes
a los antibióticos empleados para tratar esta enfermedad. Tiempo después se encontró que
esta resistencia se debía nada más y nada menos que a los mencionados plásmidos.
Así como todas las personas tienen características similares que son las que las definen
como humanos, también hay características diferentes que los hacen distintos entre sí; por
su parte los plásmidos poseen propiedades semejantes que están presentes en todos ellos,
pero también contienen características que los hace ser especiales.
Algunas de estas características son las siguientes:
Los plásmidos han sido encontrados en casi todas las bacterias y Arqueas, además de que
también pueden estar presentes en levaduras (hongos microscópicos). Por lo tanto, si se han
encontrado en una cantidad enorme de bacterias, se conocen muchísimos plásmidos
diferentes también. Por ejemplo, de Escherichiacoli se han aislado más de 300 plásmidos.
Debido a su gran número en la naturaleza, una de las clasificaciones que se les ha dado es
de acuerdo al tipo de genes que contiene:
Los plásmidos de resistencia: son aquellos que le permiten a la bacteria hacerle frente a un
veneno, un antibiótico, metales pesados tóxicos, etc.
Los plásmidos degradativos: ayudan a la célula bacteriana a digerir sustancias que no son
habituales en su entorno. Por ejemplo, Burkholderiaxenovorans tiene un plásmido que le
auxilia a degradar compuestos sintéticos contaminantes como los compuestos policlorados.
Y también están los plásmidos de virulencia, que son la causa de que una bacteria tenga
mayor capacidad para causar una enfermedad.
CONCLUSION