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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

PARTICIPANTES
SANDRA OLIVO
MATRICULA: 14-6653
JUANA DEISY SOSA PAULINO
MATRICULA: 14-5068
GLADYS CASTILLO CRUZ
MATRICULA: 14-3446

FACILITADOR
TEOFILO PERALTA

ASIGNATURA
CURSO FINAL DE GRADO

1 de octubre
De 2018
SANTIAGO, REPUBLICA DOMINICANA.
Tabla de contenido
Objetivos:

Objetivos generales:

 Conocer las causas y consecuencia que afectas las familias desvalida.

Objetivos Específicos

 Analizar las causas y consecuencias que provoca que las familias se


conviertan en desvalidas.

 Determinar las características que influyen en las familias desvalidas.

 Elaborar un plan de intervención sistémico para el tratamiento de


familias desvalidas.
Introducción

El termino familia desvalida hace referencia a una modalidad de crisis de


desajuste y se refiere a aquella que ocurren en familias a la que uno o más de
sus miembros son disfuncionales y dependientes. Estos miembros mantienen a
la familia atada a sus exigencias de cuidados y atención. Esta afectación son
más graves cuando la ayuda que se necesita es muy especializada o difícil de
reemplazar en los casos en que la incapacidad del miembro desvalido es
reciente y la familia aun no se ha adaptado a las nuevas exigencias.

Estas crisis son propias de unidades familiares en las que residen personas
dependientes o desvalidas. En estos casos los conflictos aparecen cuando las
personas encargadas de su cuidado ven limitadas o restringidas sus
actividades habituales o sus libertades.

Se puede entender que la enfermedad y la persona enferma van acompañados


de una serie de circunstancias cambiantes con unas necesidades variables y
una historia personal, familiar y social que hará que cada individuo enfrente la
enfermedad de una determinada manera, que no será siempre la misma
durante el proceso.

Hablar de la familia es hablar de grupo y, por tanto, de una entidad supra-


individual con mecanismos de funcionamiento propios a los que conviene
prestar atención como paso previo a la formulación de la evaluación
diagnóstica y a la posterior intervención.

Para conseguir mejoras es necesario optar, desde el inicio, por una


metodología que suponga un trabajo coordinado y compartido entre todos los
profesionales e instituciones implicados en el proceso según (Gracia y
Vilasela, 2008), teniendo en cuenta que el cuidado de una persona con una
discapacidad tiene unos efectos negativos sobre los familiares (Martínez,
Villalba y García, 2001), y que, como señalan Córdoba Andrade y Soto Roldán
(2007), la intervención debe entenderse en función de la variabilidad existente
entre una familia y otra, así como entre las diferentes culturas. En esta
investigación hemos tratado de indagar en todos estos efectos, diferenciando la
“carga” que supone el cuidado de un familiar que tiene discapacidad y la
presencia en los cuidadores de trastornos depresivos y/o ansiosos.
Planteamiento Del Problema

A lo largo de la vida, las familias se ven enfrentadas a diversas situaciones de


dificultades. Cuando estas no son resueltas de manera satisfactoria, se
produce un estresor, el cual según Ángela Hernández (1997) " es un evento
vital que ocurre en un momento específico y produce o tiene el potencial de
producir cambio en el sistema social familiar". Estos cambios conllevan a que
se convierta en una familia desvalida, la irrupción de un miembro con algún tipo
de discapacidad provoca una serie de alteraciones en la dinámica de ésta, no
sólo por lo inesperado e imprevisto del evento vital, sino que también pueden
surgir otras causas o motivos.

La discapacidad va a obligar a toda la familia a cambiar sus ritmos de vida, sus


itinerarios previstos, sus expectativas, sus desafíos, sus logros, sus ilusiones.
De igual forma, cambia la rutina familiar, pues desde ese momento se agrega
una continua y profunda relación con diferentes médicos, especialistas,
terapeutas, principalmente del campo de la medicina que estudia y trata la
discapacidad.

La familia se ve afectada por la presencia de una persona con discapacidad ya


que los roles y funciones familiares comienzan a modificarse. Así, aparece el
rol del cuidador primario, es decir, la persona que asume el cuidado de la
persona enferma. Además, se promueven coaliciones y exclusiones
emocionales donde el cuidador y la persona con una discapacidad desarrollan
una relación estrecha de la que los restantes miembros quedan excluidos.
Otros síntomas que también suelen aparecer son la sobreprotección y el
aislamiento social. También se ve afectada lo emocional, la discapacidad
introduce en una familia una experiencia de angustiante dolor, lo cual va a
generar una respuesta donde los sentimientos van a jugar un papel
preponderante. La consecuencia de cuidar a una persona dependiente se
traduce en no poder trabajar fuera de casa, reducir el tiempo de trabajo o
renunciar a él para poder pasar más tiempo junto a la persona afectada. A raíz
de ello el resultado es que se puede ver mermada la situación económica y
surgir problemas financieros.
Rol de las terapias sistémicas se focaliza en: comprender y cambiar las
dinámicas de las relaciones familiares, Observa los fenómenos de manera
circular y multicausal, por tanto, no se pueden establecer marcadores lineales,
la terapia sistémica ofrece una visión circular, interactiva, en el interior del
sistema o grupo que tiene sus reglas de transformación y se autocontrola a
través de fenómenos de retroalimentación para mantener un estado de
equilibrio.

Si miramos al pasado comprobamos que la función de la familia se ha


planteado desde una doble visión (Gradillas, 1998): como protectora y como
agente patógeno. Así, por ejemplo, al finalizar la Segunda Guerra Mundial se
recomendó el tratamiento hospitalario de los enfermos mentales por considerar
a la familia uno de los agentes responsables del problema. Sin embargo, al
ponerse de manifiesto los efectos negativos de las instituciones, se empezó a
potenciar la función colaboradora de la familia y se le fue dando cada vez más
protagonismo.

Actualmente, la familia continúa siendo la encargada de los cuidados del


familiar con discapacidad, pero para entender su papel hay que tener en cuenta
los cambios sociales que se han producido y que están incidiendo en esta
tarea. Entre todos ellos destacan tres:

1) La incorporación de las mujeres al mercado laboral, que ha repercutido en


una reducción de su tiempo disponible para realizar las tareas domésticas y
cuidar a sus familiares;

2) El envejecimiento de la población, de manera que conforme ha aumentado


el número de personas mayores dentro de las familias han crecido las
necesidades de brindarles cuidados dentro del hogar y

3) el aumento de los hogares formados por personas solas o por adultos sin
hijos.

Hay que tener en cuenta que todas las familias, independientemente de su


naturaleza, deben desempeñar las mismas funciones, sin embargo, éstas son
más difíciles de cumplir cuando hay que atender a un familiar con
discapacidad, pues se hacen más necesarios los recursos y apoyos y,
además, en la mayoría de los casos las familias no están preparadas para dar
respuesta a las funciones derivadas de la misma. En este sentido, desde las
diferentes investigaciones realizadas para evaluar el impacto familiar que una
persona con discapacidad supone, se ha incidido en aspectos tales como las
reacciones, las alteraciones y las necesidades familiares.
Familia desvalida

Fernández Moya, (2010) define La familia desvalida o crisis desvalimiento,


como crisis de cuidado. Según el autor, Éstas ocurren en familias en las que
uno o más miembros son disfuncionales y dependientes (niños, ancianos,
inválidos). Éste mantiene atada a la familia con sus exigencias de cuidado y
atención. Los cuidados pueden provenir del interior de la misma familia, que
puede agotar sus recursos, o del exterior. Cuando esto sucede, la familia está
sujeta a tensiones impredecibles que surgen de fuerzas que escapan a su
control.

Según la OMS

El término genérico "discapacidad" abarca todas las deficiencias, las


limitaciones para realizar actividades y las restricciones de participación, y se
refiere a los aspectos negativos de la interacción entre una persona (que tiene
una condición de salud) y los factores contextuales de esa persona (factores
ambientales y personales).

Los niños, los ancianos y los discapacitados requieren desde luego cuidado de
los otros miembros de la familia. Ese cuidado puede ser dispensado dentro de
la familia, lo cual puede agotar los recursos de ésta y acaso necesite personas
de afuera para que la ayuden. Cuando la familia depende de asistentes
externos, está sujeta a tensiones impredecibles que surgen de fuerzas que
escapan de su control. Por ejemplo: si no viene la niñera alguien deberá
llevarla al trabajo o a la escuela.

La crisis de desvalimiento más grave tiene lugar cuando la ayuda que se


necesita es muy especializada o difícil de reemplazar. Incluye también a
aquellos que dependen en lo económico de personas ajenas al hogar, como las
familias que viven de las obras sociales o fondos de ayuda, pensiones o
bandas de extraños. La crisis de desvalimiento más típica y obvia se origina en
el trato con personas Cuya Incapacidad Física O Mental es reciente y aún no
ha sido del todo aceptada. Los cuidados prodigados no pueden ser exagerados
ni insuficientes.
Características de las familias desvalidas

 Familias en las que uno o más de sus miembros son vulnerables y / o


dependientes.
 El miembro dependiente mantiene amarrada a la familia con sus
exigencias de cuidado y atención.
 Los niños, los ancianos y las personas con discapacidad requieren de
cuidado.
 Este cuidado puede agotar los recursos y necesitar apoyo extras.

Causas y consecuencia de familia desvalida

Causas:

Según la OMS, (2011), la discapacidad es muy diversa, desde el punto de vista


médico puede clasificarse en cinco categorías:

1. La Dependencia motriz o física:

Cuando la persona pierde el control de sus funciones corporales y de su


interacción con los elementos físicos del entorno. Por ejemplo, secuelas de
afecciones de órganos o sistemas del cuerpo producto de paraplejia,
cuadriplejia, amputaciones de extremidades, poliomielitis, artritis.

2. La Dependencia intelectual

Limitaciones en el funcionamiento intelectual y en el desarrollo de las


habilidades adaptativas. Por ejemplo, Síndrome de Down, Síndrome de Martin
y Bell, Síndrome de Rett, Síndrome de Asperger, Alzheimer.
3. Dependencia mental.
Alteraciones bioquímicas que limitan el pensamiento, el humor, los
sentimientos, así como el comportamiento con los demás. Por ejemplo,
trastorno bipolar, esquizofrenia, trastorno obsesivo-compulsivo, depresión
mayor, trastorno dual.
4. La Dependencia sensorial:

Es un tipo de dependencia debida a alteraciones en alguno de los sentidos: la


vista y el oído, fundamentalmente. Esta alteración repercute en la capacidad de
la persona para desarrollarse en su vida cotidiana (desplazamientos, leer,
realizar las tareas domésticas, conducir, trabajar, etc.). Limitaciones en la
función de la percepción de los sonidos externos (oído) o de los objetos (vista).
Pueden tener ausencia total de la percepción visual, o padecer debilidad visual,
es decir ausencia parcial de la visión o tener una hipoacusia (disminución
parcial del oído) o sordera (ausencia total de la percepción de los sonidos).

5. La Dependencia mixta:

Es la presencia de dos o más discapacidades sensorial, intelectual, mental y/o


motriz o física. Como dependencia física por afectación de la movilidad
asociada a problemas sensoriales, problemas de habla, dificultades para tragar
y de comunicación. Dos ejemplos serían la parálisis cerebral o la enfermedad
de Parkinson.

Consecuencia:

Cambio en la vida de la cuidadora

Este concepto tiene varias acepciones, se retoman las siguientes: “Cambio es


la acción y efecto de cambiar. ... Cambiar: dar o recibir una cosa por otra que la
sustituya. Convertir en otra cosa. Intercambiar. Mudar o alterar una persona o
cosa su condición o apariencia física o moral.” También, cambio se ha definido
como, “... el devenir otro, el paso de un modo de ser a otro... En sentido propio
se denomina cambio únicamente el cambio interno en el cual un determinante
existente en la cosa o propio de la cosa misma se convierte en otro distinto... El
cambio es una realidad incompleta, en la medida en que supone una transición
de la posibilidad (potencia) a la realidad de una cosa o de un estado“ (25).

En la revisión de artículos científicos sobre cuidado y cuidadores familiares es


frecuente encontrar el cambio que ocurre en la vida de los cuidadores como
consecuencia de haber asumido el cuidado de algún familiar en su casa; ellos
refieren cómo el cumplimiento de este nuevo rol significa dedicar largas
jornadas a ello, realizar tareas a veces delicadas, y otras consecuencias
señaladas anteriormente.

Es de anotar cómo las catorce cuidadoras en las quince entrevistas que se


efectuaron en el estudio manifestaron que la actividad de cuidar les cambió su
vida, asunto que es consistente con diferentes estudios realizados con
cuidadores familiares tanto en el país como en otros contextos (26, 27). Al
asumir el cuidado de su familiar o allegado las cuidadoras transformaron su
rutina diaria, su cotidianidad fue modificada sustancialmente, incluso algunas
dejaron de trabajar, muchas se alejaron de toda actividad social, disminuyeron
o suprimieron el esparcimiento, multiplicaron los roles, y en algunas ocasiones
las relaciones de pareja se vieron afectadas.

Cuando se invitó a Mariela a compartir con las investigadoras un poco de su


vida como cuidadora, en su testimonio ella presenta varios sentimientos frente
al cuidado, y entre ellos menciona el cambio:

...entonces, pues, la vida a mí me ha cambiado horrible, el cambio de vida ha


sido horrible, pero a pesar del cambio tan brusco que hubo, pues yo le pido
mucho a mi Dios paciencia y me someto a estar encerrada, a estar aquí
pendiente de ella únicamente visitaba la familia, o pues, antes de empezar los
enfermos a enfermarse íbamos mucho a cine, teníamos una hija y salíamos
con ella, o íbamos a fútbol, hacíamos muchas actividades, yo iba a gimnasia,
bueno pero todo eso se echó a tierra...

De manera similar, la vida le cambió a Bernarda, cuando manifestó:

... a mí me cambió mucho la vida. ... Por todo; vea empezando por la
acostada, eso, yo dormía parejo toda la noche, ... en cambio ahora a mí me ha
dado muy duro porque como yo soy la que duermo al ladito de ella [la mamá],
hace cinco años, solamente yo soy al lado de ella, porque lo que hace que ella
se enfermó, ella no duerme sino al lado mío y entonces ella siempre molesta,
ella siempre es muy desveladita, y entonces a mí sí me ha dado muy duro eso
porque uno con harto sueño y uno bien cansado y ella, que me levante, que me
siente, que voy a orinar y no orina nada, y vuelvo y la acuesto y no que pa’ un
ladito y no que para el otro.

Deterioro de la salud física y mental

Teniendo presente que la actividad del cuidado familiar significa entonces


largos periodos de tiempo, desde meses hasta años, con extensas jornadas
diurnas y aún nocturnas al cuidado, también conlleva la realización de múltiples
tareas y actividades de cuidado y de acompañamiento a la persona enferma o
que requiere su asistencia, y ha originado que los cuidadores dispongan de
escaso tiempo para las actividades sociales y de descanso, lo que constituye
poco cuidado de sí; igualmente, las situaciones de estrés a que se ven
sometidos con mucha frecuencia, entre otros, son factores que evidentemente
pueden contribuir con el deterioro de su salud física y mental. Ahora bien, en
las entrevistas algunas de las cuidadoras mencionaron problemas y síntomas
como gastritis, anemia, fatiga, insomnio, cefalea, dolores de espalda,
desnutrición, depresión, ansiedad, angustia y estrés.
Cuidar a personas con discapacidad produce un gran impacto en la calidad de
vida de las personas responsables del cuidado, aunque no solo le afecta a ella,
sino que el grado de afectación sobre la familia también es significativo.

Familias con una persona dependiente a su cargo deben realizar las mismas
funciones que el resto de ellas, la diferencia está en que es más difícil llevarlas
a cabo en dichas circunstancias.

A) Laboral

En muchas ocasiones, la consecuencia de cuidar a una persona dependiente


se traduce en no poder trabajar fuera de casa, reducir el tiempo de trabajo o
renunciar a él para poder pasar más tiempo junto a la persona afectada. A raíz
de ello el resultado es que se puede ver mermada la situación económica y
surgir problemas financieros.

Tal y como se ha descrito anteriormente, la mujer es quien se encarga en la


mayoría de las ocasiones del cuidado de la persona dependiente. Debido a
ello, a veces, se tilda como inconveniente la incorporación de la mujer al
mercado laboral.

En consecuencia, ellas tienen menos recursos institucionales y pensiones más


reducidas por su ausencia del mercado laboral además de haber sacrificado su
carrera profesional. En el artículo de “Experiencias y cambios en los padres de
niños con parálisis cerebral” por otra parte, se asegura que el trabajo resulta
importante para los padres y madres al encontrarse fuera del ámbito familiar y
servirles como forma de evasión de su situación. Por eso, también es de
especial importancia compartir el cuidado con otros familiares.

b) Social

La afectación en el ámbito social de los familiares podría depender del grado


de discapacidad del enfermo, pero también de la edad y de la situación familiar
de estos.

Tener un miembro afectado por discapacidad en la familia a veces genera


problemas respecto al disfrute del ocio, tiempo libre o vida familiar. Varios
estudios sugieren que podrían aislarse de sus amistades y que en ocasiones,
pueden descubrirse amistades de personas que no parecían tan cercanas.
La afectación en la esfera social es mayor cuantos más jóvenes son los
cuidadores. Por tanto, compartir el cuidado puede ser fundamental para
mantener las amistades y que la familia pueda continuar con sus relaciones
sociales para disfrutar en compañía de amigos, del ocio y tiempo libre.

Las amistades pueden jugar un papel importante a la hora de apoyar a los


familiares de la persona discapacitada. Aun así, a veces suele ser difícil
conseguir su ayuda. Puede suceder que los amigos piensen que son unos
intrusos, y en cambio la percepción de los cuidadores suele ser que no es
sencillo obtener su colaboración.

En el caso de un niño con discapacidad, por ejemplo con parálisis cerebral, el


apoyo social por parte de la familia parece ser esencial pero a veces pueden
surgir problemas de comunicación con otros familiares. En otros casos de
discapacidad como la esclerosis múltiple el temor de la dependencia y el
aislamiento es común en las familias del enfermo crónico.

El cuidador principal y la persona afectada podrían incluso sentir vergüenza por


esa dependencia. También, se argumenta que la discapacidad continúa siendo
una forma de exclusión de la sociedad de esas personas puesto que se les
sigue viendo como si no fueran personas “normales”. Es por eso que, las
familias pueden considerar a su miembro como alguien vulnerable y tomar la
decisión de aislarlo del resto de la sociedad para protegerlo obteniendo así una
menor independencia de lo que fuera posible.

C) Económica

La situación económica de las familias con personas discapacitadas depende


de varios factores:

 La posición económica previa a esa situación.


 El momento en el que surge la discapacidad
 En el nacimiento o a lo largo de la vida
 El grado de discapacidad
 Las ayudas públicas.

Los hogares en los que se encuentre un miembro con discapacidad deberán


hacer frente a gastos extras que otras familias no tienen, a veces incluso con
menos recursos por la falta de actividad laboral de la persona cuidadora.

Entre los gastos más altos motivados por la discapacidad están los
relacionados con:

 La autonomía personal y el cuidado de la salud.


 Los medios de apoyo,
 Las adaptaciones
 Los gastos para sufra

Adaptar el entorno a la nueva situación es diferente si se trata de la adaptación


exterior o interior de la vivienda. Siendo menos gravoso en el primer caso, ya
que los gastos pueden no recaer sobre el afectado.

En la segunda situación, en cambio, los gastos podrían suponer un coste


considerable para el afectado o su familia. Otro suplemento puede ser tener
que adaptar el coche para las personas con discapacidad, tanto si son ellos
mismos quienes conducen como si no lo son.

A veces es necesario costear tratamientos médicos, terapéuticos, habilitadores


y rehabilitadores para mejorar la calidad de vida de la persona con
discapacidad. Además, varios aparatos descritos por el médico para el
tratamiento de algunas patologías también corre a cargo de la familia o persona
dependiente. Aunque normalmente son las familias quienes se encargan del
cuidado de su familiar, como ya se ha comentado anteriormente, la tendencia
es contratar servicios de cuidadores remunerados, por lo que cabe destacar el
gasto importante de estas prestaciones.

En varios estudios se asegura que el gasto es más elevado en hogares donde


residen personas dependientes debido a problemas neurológicos, y el más
bajo, en hogares con deficiencias osteoarticulares o sensoriales. Cabe destacar
que el importe medio del gasto y el tipo de deficiencia pueden estar
relacionados entre sí por los diferentes conceptos de gasto asociados a cada
perfil de deficiencia. Por ejemplo, en los hogares donde residen personas con
deficiencias sensoriales su principal gasto viene por las ayudas técnicas,
mientras que en casos con personas con deficiencias mentales y sistema
nervioso, viene por la asistencia personal.

En general, la mayoría de las familias trasmiten que su situación económica es


muy precaria y que las ayudas económicas del sistema público son parte
fundamental para paliar el gasto ocasionado por la discapacidad .

C) Salud física y psíquica

Cuidar a una persona dependiente de manera continua puede generar


problemas de salud. La mayoría de los estudios confirman que el deterioro
sobre la salud es más psicológico que físico.

Las consecuencias más comúnmente identificadas suelen ser el estrés


psicológico, estados de ánimo bajos, pérdida de sensación de control y
autonomía, depresión y sentimientos de culpa y frustración llegando en muchas
ocasiones a requerir tratamiento farmacológico.

Además, puede encontrarse problemas relacionados con trastornos del sueño,


no consiguiendo en muchas ocasiones tener un sueño reparador. Todo esto
puede acabar desgastando a la persona cuidadora, quien en situaciones
extremas puede llegar a padecer síndrome de Burn Out, cuadro clínico
caracterizado por un agotamiento mental y físico debido al continuo cuidado de
la persona discapacitada, realizando actividades monótonas y repetitivas
llegando a producir estrés crónico.

Además, el cuidador puede llegar a pensar que no es competente en lo que


hace aunque en muchas ocasiones no aceptan la ayuda de otros.

En resumen, según A Pérez Ayesa - 2016 cabe mencionar que se ve afectada


en mayor medida la esfera psicológica de la persona que la física en esta
situación. Parece ser que el apoyo social y familiar es uno de los factores clave
para minimizar posibles impactos negativos en la salud psicológica de los
cuidadores.

En cuanto a los problemas físicos de salud, entre los más frecuentes podemos
encontrar afectaciones osteomusculares, en espalda, brazo y hombro que
pueden llegar a cronificarse.
Por otro lado, en el estudio “La calidad de vida de las cuidadoras informales:
bases para un sistema de valoración” se señala que el cuidador principal podría
postergar los autocuidados. Se podría tender a descuidar su aspecto físico y no
se tendría tiempo ni ganas de arreglarse, incluso las propias visitas médicas
podrían ser anuladas. La edad del cuidador también influye en este aspecto
puesto que cuanto mayor es, el hecho de tener que cuidar de otra persona
podría aumentar las repercusiones sobre ella y la sensación de sobrecarga
podría llegar a ser significativa.

Dinámica Familiar

Un nuevo miembro en la familia siempre es motivo de alegría. Todos se


movilizan para dar la bienvenida al pequeño y la enhorabuena a los felices
padres. Pero la realidad es que esta situación no siempre es tan idílica y
maravillosa como nos gustaría.
En ocasiones, aparecen problemas o acontecimientos inesperados que hay
que afrontar y que pueden generar malestar entre los familiares. Uno de ellos
es que nazcan hijos con discapacidad. Comprender cómo afecta la noticia y el
hecho en sí al núcleo familiar es fundamental para poder gestionar mejor todos
los hándicaps asociados.

“La discapacidad no te define; te define cómo haces frente a los desafíos que
la discapacidad te presenta”.

Jim Abbot

En un primer lugar, las personas con discapacidad influyen en los distintos


miembros y en las relaciones que se dan en el ámbito familiar. Hay que tener
en cuenta que esta condición va a llevar asociadas diferentes dificultades en
distintas etapas del ciclo vital de la persona, lo que puede traducirse en
tensiones entre los familiares.

Si no se comprenden y se gestionan estas tensiones, es normal que surjan


diferentes conflictos. Por un lado, la pareja puede empezar a distanciarse y a
dejar de comunicarse de forma efectiva, lo que la va a precipitar a un círculo
vicioso de malestar que sea muy complicado de parar.

Por otro lado, pueden aparecer conflictos con el miembro con discapacidad, ya
que se le puede sobreproteger y restringir su autonomía, no reconociendo que
sí cuenta con capacidades que no están afectadas o que solo lo están de
manera parcial y que puede gozar de un grado de independencia mayor. Así
mismo, pueden surgir problemas entre los hermanos, pues se le pueden
imponer más responsabilidades, o responsabilidades que no le corresponden a
aquellos que no tienen discapacidad. También se puede alimentar un
sentimiento de negación o vergüenza por la situación que les ha tocado vivir.

Pero no solo puede generar malestar y tensión, esta situación también puede
influir de forma positiva en la familia. De hecho, puede fortalecer los lazos
familiares, fomentando la cohesión y la cercanía entre los distintos miembros.
Dicho de otra forma: puede potenciar la resiliencia de todos.

Aunque la sociedad continúa avanzando sin parar, siguen existiendo muchas


ideas equivocadas entorno a las personas con discapacidad, de forma que el
rechazo sigue estando a la orden del día. Esto puede conllevar que las familias
con miembros con discapacidad se vayan aislando cada vez más, reduciendo
tanto el número de relaciones sociales y su calidad como las actividades de
ocio.

Pero no solo puede darse un deterioro en el ámbito social, sino que también
puede aparecer en el laboral. Si los familiares piensan que no va a ser posible
conciliar esta situación con su trabajo, es posible que lo dejen. Aunque esto se
haga pensando en cuidar de la familia, puede convertirse en otra fuente de
tensión, ya que aparte de que afecte al bienestar del cuidador, también tiene un
impacto económico.

Todo lo que hemos hablado ahora no afecta igual a los distintos miembros de
la familia. Como es fácil de imaginar, esta situación familiar, social, laboral y
económica puede influir en la salud de todos los familiares, pero sobre todo en
la de aquel o aquellos que se encarguen del cuidado de la persona con
discapacidad.

En esta persona o personas, el exceso de responsabilidad en el cuidado del


otro puede conllevar que aparezca un gran malestar emocional. Es normal que
surjan sentimientos de tristeza, ira, ansiedad o culpabilidad por la situación que
se está viviendo y por las propias emociones negativas sentidas.

Pero no solo afecta a nivel psicológico, también puede influir en que se sientan
más cansados y agotados de lo normal, de forma que perciban que su salud
física está desgastada. Como ya hemos dicho antes, tener hijos con
discapacidad puede conllevar dificultades añadidas a la vida, pero estas se
pueden transformar en situaciones beneficiosas para nosotros si aprendemos a
gestionarlo de forma adecuada.

Conclusión

La familia desvalida o discapacidad puede producir un gran impacto en toda


la familia generando un cambio a nivel laboral, viéndose reducidas las horas de
trabajo o teniendo que dejarlo; económico, por diferentes gastos para cubrir las
necesidades de las personas con discapacidades; social, por la falta de tiempo
libre y aislamiento de las personas cuidadoras y de salud, tanto a nivel físico
como psicológico, al que tendrían que adaptarse. Las relaciones entre
familiares se ven afectadas cuando un miembro padece discapacidad, teniendo
en muchos casos un impacto negativo.

Es importante valorar el estado en el que se encuentra el cuidador principal, ya


que, se necesita estar sano para cuidar de otra persona que no lo está, pero se
debe destacar la importancia de una valoración holística de la familia para
evitar graves problemas que afecten a toda la unidad familiar.
BIBLIOGRAFIA

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por I VINCULOS - 2012 - Mencionado por 91 - Artículos relacionados

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