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Walt Disney Yen Financing Case Español PDF
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W. CARL KESTER
WILLIAM B. ALLEN, JR.
A principios de julio de 1985, Rolf Anderson, director de finanzas de Walt Disney Company, estaba
preocupado con el riesgo derivado de los futuros cobros en yenes por los royalties de Tokyo Disneyland.
Este parque, inaugurado dos años antes, estaba dirigido por una compañía japonesa independiente y
pagaba royalties sobre sus ingresos a Walt Disney Productions. Estos royalties en yenes habían
aumentado de manera significativa durante el último año, y Anderson preveía que este crecimiento
continuaría en los años siguientes. Dada la reciente depreciación del yen con relación al dólar, estaba
considerando distintas formas de neutralizar el riesgo.
Anderson había considerado técnicas de cobertura del riesgo («hedging») basadas en opciones sobre
divisas, futuros y «forwards». Además, había considerado el cambio de la deuda existente en dólares
por una deuda en yenes («swap»). Pero estas alternativas no eran demasiado atractivas, de modo que se
había centrado en la posibilidad de un préstamo de 15.000 millones de yenes, a 10 años, con un interés
del 7,5% con pagos semestrales.
Sin embargo, Goldman Sachs, que había estado trabajando con la empresa Disney sobre este
problema, propuso una solución bastante original. Disney podría emitir eurobonos en ecus a 10 años, y
permutarlos («swap») por una deuda en yenes con un coste total atractivo. Aunque ésta parecía ser una
manera un tanto extraña de financiarse en yenes, Anderson se mostró encantado ante la perspectiva de
unos costes menores que los del préstamo en yenes. Por otro lado, no podía dejar de preguntarse qué
factores de los mercados internacionales de capitales hacían posible la realización de esta operación.
1 La compañía Walt Disney no es responsable de las exactitudes/apreciaciones ni de ningún tipo de información que contenga el caso.
El caso no intenta/pretende recomendar o reembolsar por parte de Walt Disney o algún particular ningún tipo de financiación.
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El caso de LACC número 207-S04 es la versión en español del caso HBS número 9-287-058. Los casos de HBS se desarrollan únicamente para su
discusión en clase. No es el objetivo de los casos servir de avales, fuentes de datos primarios o ejemplos de una administración buena o deficiente.
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forma alguna: electrónica, mecánica, fotocopiado, grabación u otro procedimiento, sin permiso de Harvard Business School.
207-S14 Walt Disney Company: la financiación en yenes
Disney producía películas para cine, televisión y vídeo dirigidas a público de todo el mundo.
Aunque muchas de las películas más conocidas de Disney estaban, total o parcialmente, realizadas en
dibujos animados y dirigidas a los niños, la compañía también producía películas para jóvenes y
adolescentes. Además, Disney realizaba y producía programas para televisión por cable y para cadenas,
como «Disney’s Wonderful World» y el Disney Channel.
Por medio de su filial inmobiliaria, Arvida Corporation, que había sido adquirida en 1984, Disney
promovía y realizaba centros recreativos y comunidades de viviendas, especialmente en Florida.
También desarrollaba proyectos inmobiliarios comerciales e industriales, que se localizaban en las
inmediaciones de los centros recreativos y comunidades de viviendas. En su línea de productos de
consumo, Disney cobraba royalties por el uso de su nombre, personajes, derechos de autor, canciones y
música a distintos fabricantes, comerciantes, impresores y editores. La empresa también producía
diversos materiales educativos y de apoyo a la enseñanza.
Los ingresos consolidados de Walt Disney y sus filiales aumentaron casi un 27% en 1984, alcanzando
los 1.700 millones de dólares (véase el Anexo 1). Los ingresos totales provenientes de las atracciones y
entretenimientos, incluyendo los royalties obtenidos de Tokyo Disneyland, aumentaron un 6% durante
el ejercicio finalizado el 30 de septiembre de 1984, situándose en 1.100 millones de dólares. El número de
visitantes de los parques estadounidenses –31 millones de personas en 1984– había descendido un 5%, y
el aumento de los ingresos obtenidos en 1984 reflejaba, por un lado, un aumento en el precio de la
entrada, por otro, un mayor gasto por visitante y, finalmente, los royalties de un año completo de Tokio
Disneyland. Debido a un fuerte incremento del alquiler de vídeos domésticos, los ingresos obtenidos de
la producción de películas aumentaron un 48% en 1984, llegando a los 245 millones de dólares. Los
ingresos de los productos de consumo y de los proyectos inmobiliarios eran, respectivamente, de 204 y
110 millones de dólares.
Los beneficios netos consolidados ascendieron a 97,8 millones de dólares en 1984, lo que representó un
incremento del 5% respecto al año anterior. Este crecimiento se debió, principalmente, a los beneficios
antes de gastos corporativos proporcionados por la filial inmobiliaria recientemente adquirida y al
despegue del negocio cinematográfico. De hecho, en 1984, los beneficios antes de gastos corporativos del
negocio de atracciones y entretenimientos disminuyeron un 2%. Los gastos corporativos aumentaron
sustancialmente, debido al gasto de 20 millones de dólares derivado de la adquisición de Arvida, y al
aumento de los gastos financieros ocasionados por la deuda. Por otro lado, la compañía también había
hecho una provisión de 166 millones de dólares de gastos atípicos para reducir el valor en libros de
distintas películas y proyectos de desarrollo.
Los activos totales de Disney habían crecido un 15%, alcanzando los 2.700 millones de dólares a finales
del año fiscal 1984 (véase el Anexo 2). Este incremento era debido, principalmente, a la inclusión de los
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activos inmobiliarios de Arvida. En 1984 se dobló la deuda de la empresa, llegando a 862 millones de
dólares, al incorporar al pasivo de la misma los 215 millones de dólares de deuda de Arvida y los
328 millones de dólares empleados para la recompra de 4,2 millones de acciones ordinarias de la empresa a
la compañía Reliance Insurance, que había lanzado una oferta pública hostil de adquisición de acciones
sobre Disney. La relación deuda/capital total pasó del 20% (al final del ejercicio fiscal de 1983) al 43% el
30 de septiembre de 1984, reduciéndose hasta el 32% desde entonces. A finales de 1984, dos terceras partes
de la deuda estaba integrada por pagarés y préstamos bancarios a corto plazo con intereses relativamente
altos (véase el Anexo 3). Además, Disney tenía dos emisiones de obligaciones en eurodólares por un total
de 175 millones de dólares y de clasificación A. Sin embargo, 50 de los 75 millones de dólares de las
emisiones que vencían en 1989 habían sido permutados («swapped») por una deuda en yenes a un coste,
en dicha moneda, del 7,4%. Finalmente, la compañía tenía un préstamo en yenes al 8,60%, con pagos
semestrales de principal e intereses durante los siguientes ocho años.
El 31 de marzo de 1985, Disney había conseguido reducir sus créditos bancarios a corto plazo a 168,7
millones de dólares, aunque el montante de pagarés había ascendido a 352,2 millones. Por otro lado, los
bonos en eurodólares al 15,75%, con vencimiento en 1986, se habían rescatado anticipadamente y
reemplazado por bonos en eurodólares a dos años con un interés significativamente inferior.
Estas proporciones eran las previstas para un período de cinco años, hasta la siguiente revisión
oficial de 1989. Con la posible integración de España y Portugal en la Comunidad Europea, los
miembros del SME esperaban que las divisas de estos países se incorporarían, en su momento, al ecu.
El ecu se negociaba en los mercados de divisas como cualquier otra moneda, con transacciones tanto
«spot» como «forward». Sin embargo, el mercado «forward» era relativamente estrecho y no era fácil
conseguir transacciones con plazos largos. Los bancos de muchos países europeos (con la notable
excepción de la República Federal de Alemania) aceptaban depósitos y hacían préstamos en ecus. Otros
instrumentos financieros en ecus eran los certificados de depósito, eurobonos, bonos con tipos de interés
flotante y bonos para el mercado interior estadounidense (llamados bonos yanquis). Los intereses
del ecu eran, teóricamente, la media ponderada de los intereses de las divisas que lo componían. Sin
embargo, dado que era difícil para los no residentes acceder a los mercados monetarios en algunos de
estos países y que, a menudo, los intereses a largo plazo no existían, las tasas de interés del ecu tendían a
tener una vida propia. Históricamente, las tasas de interés del ecu habían excedido la tasa teórica entre
el 1 y el 1,5% más pequeño. Sin embargo, generalmente, los intereses del ecu eran superiores a los de las
monedas fuertes, e inferiores a los de las monedas débiles que lo componían.
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La primera emisión de eurobonos en ecus, por un importe de 35 millones de ecus, la había realizado
un organismo estatal italiano en abril de 1981, con un plazo de 6 años y un interés del 13%. Tras esta
emisión, el mercado de eurobonos en ecus creció de manera impresionante, y a mediados de 1985
ocupaba el tercer lugar, por el volumen de emisiones, en el mercado de eurobonos, tras el dólar y el
marco. En esta fecha existían alrededor de 175 emisiones de eurobonos en ecus a un tipo de interés fijo,
que totalizaban alrededor de 9.500 millones, según señalaba la Association of International Bond
Dealers. (Además, había siete emisiones de bonos con tipo de interés variable, que sumaban 450
millones de ecus.) Históricamente, las emisiones de eurobonos habían tenido un volumen promedio
entre 30 y 50 millones de ecus, aunque recientemente se habían realizado emisiones de 100 millones y
mayores. Tres cuartas partes de las emisiones de eurobonos en ecus tenían unos vencimientos de 6 a 10
años, y la mayoría de ellas a un tipo de interés fijo que oscilaba entre el 9% y el 11%.
El problema de Disney
Con la apertura de Tokyo Disneyland en abril de 1983, y con los ingresos producidos por los
royalties en yenes, Anderson estaba preocupado por las posibles fluctuaciones futuras del cambio
yen/dólar. El cambio actual de 248 yenes/dólar representaba una depreciación de casi el 8% del valor
del yen respecto al dólar desde el año anterior, en el que el cambio se había situado a 229,70 (véase el
Anexo 4). Durante el ejercicio de 1984, los royalties en yenes habían sido de 8.000 millones
aproximadamente. Sin embargo, Anderson esperaba que estos royalties se incrementarían entre un 10%
y un 20% anual durante los próximos años, a medida que el nuevo parque fuera atrayendo a los
japoneses durante sus vacaciones y a los turistas extranjeros que visitaran Tokio.
Anderson había considerado varias maneras de cubrir el riesgo de una parte de los ingresos previstos
en yenes como opciones sobre divisas, futuros y «forwards». Uno de los temas que se le planteaban
inmediatamente era el plazo de tiempo durante el que podía neutralizar el riesgo. Sólo existía liquidez
para opciones de divisas y contratos de futuros para plazos de dos años o menores. Un problema similar
parecía existir con los contratos «forward» bancarios, aunque Disney había obtenido de sus bancos una
indicación de los precios «forward» a largo plazo (véase el Anexo 5). Sin embargo, los bancos consideraban
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los «forward» como parte de su riesgo con Disney, lo que anulaba la posibilidad de otras líneas de crédito,
que podían ser muy valiosas.
Como alternativa, Disney podía realizar un «swap», como había hecho un año antes, convirtiendo gran
parte de su deuda en dólares a yenes. Esta operación también sería a corto plazo, ya que las emisiones de
Disney en eurodólares vencían de uno a cuatro años. Anderson también sabía que era difícil conseguir
buenos tipos para el yen con plazos inferiores a cuatro años. Por otro lado, esta opción no proporcionaba
dinero líquido adicional, y Disney estaba interesada en reducir su deuda a corto plazo. Por el momento,
Anderson había desechado la emisión de obligaciones en eurodólares a largo plazo que podría cambiarse a
yenes en mejores condiciones, debido a la reciente emisión de bonos en eurodólares y a la elevada ratio de
endeudamiento que tenía la empresa. Los bonos en euroyenes también estaban fuera de toda
consideración. A pesar de las recientes liberalizaciones en el mercado de obligaciones en euroyenes,
Disney no podía emitir obligaciones en euroyenes de acuerdo a las directrices del actual Ministerio de
Finanzas de Japón.
Así, si Disney quería realizar operaciones de neutralización del riesgo a un plazo mayor de tres o cuatro
años, parecía que la única opción viable consistía en tomar deuda en yenes mediante un préstamo de un
banco japonés al interés preferencial a largo plazo. Disney estaba considerando la posibilidad de un préstamo
de 15.000 millones de yenes, a 10 años, a un tipo de interés del 7,5%, con pago del principal a su vencimiento
(«bullet»), pago de intereses semestrales y una comisión de apertura («front-end») del 0,75%.
Sin embargo, Goldman Sachs, que había estado trabajando con Disney en este tema, propuso una
solución muy original. Goldman sugirió que Disney emitiera eurobonos en ecus a 10 años, que se
permutarían, mediante una operación de «swap», por una deuda en yenes que tendría un coste total
más favorable que el de un préstamo en yenes. En concreto, Goldman estaba dispuesto a colocar y
asegurar («underwrite») una emisión de eurobonos de 80 millones de ecus a 10 años de plazo, con un
precio de emisión del 100,25%, un interés del 9,125% y una comisión de suscripción del 2%. Los gastos
adicionales, a pagar por Disney, serían de un máximo de 75.000 dólares. A partir del sexto año, y hasta
su vencimiento, se realizaría un pago anual del principal de 16 millones de ecus. (El «cash flow» de la
emisión se presenta en el Anexo 6.) Si se realizaba la emisión de eurobonos en ecus, Disney sería
la segunda empresa americana que entraría en este mercado. Además, sería la primera emisión de bonos
en ecus que incorporase un plan de amortización anticipada del principal. Por ello, Anderson estaba
preocupado por la posible recepción que tendría en el mercado un producto de este tipo.
Además, Goldman podía conseguir un «swap» ecu/yen en el que actuase como intermediario el
Industrial Bank of Japan (IBJ), un potente banco comercial japonés con calificación AAA. Mediante esta
operación, Disney permutaría sus ingresos netos en ecus procedentes de su emisión de eurobonos por
los pagos futuros en ecus que el IBJ haría a Disney por el mismo importe (principal e intereses) y en los
mismos plazos que Disney tenía que pagar para cancelar su emisión de eurobonos (véase el Anexo 7,
columna A). Al mismo tiempo, Disney recibiría el equivalente en yenes (según el tipo de cambio «spot»
del momento) de sus ingresos netos en ecus procedentes de la emisión de eurobonos, que amortizaría
con pagos semestrales en yenes, según un plan concreto (véase el Anexo 7, columna B). De este modo,
Disney podría cambiar a dólares su ingreso inicial en yenes (a un tipo de cambio «spot»), y así reducir
sus préstamos a corto plazo. En el momento de la propuesta, los tipos de cambio «spot» eran de 0,7420
dólares por ecu y de 248 yenes por dólar.
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los mercados internacionales de capitales debido a que sus necesidades financieras eran demasiado
grandes para el mercado nacional en francos franceses y para el recién nacido mercado de eurobonos en
francos franceses (que se había vuelto a abrir en abril de 1985, después de estar cerrado durante cinco
años). Esta empresa tenía una clasificación AAA, y había realizado numerosas emisiones de eurobonos
en dólares, ecus, yenes y marcos (Anexo 8), además de diversos préstamos en Francia, colocaciones
privadas y créditos a plazo. Al igual que muchos organismos estatales europeos, prefería deuda en ecus
porque representaba una mejor aproximación a la composición de sus ingresos. Sin embargo, los
gobiernos e instituciones gubernamentales europeos –incluida la empresa francesa– eran considerados
por los mercados como prestatarios en ecus demasiado frecuentes que estaban saturando la buena
acogida que les dispensaron los intermediarios financieros al por menor de bonos en esa moneda.
Con respecto a la financiación de Disney, la empresa francesa pretendía hacer un «swap» del
préstamo de Disney en yenes a 10 años, con pagos que empezarían a los cinco años. De esta manera,
Goldman podría conseguir que Disney y la empresa francesa realizasen un «swap» mediado por el IBJ,
en el que la empresa francesa tomaría la deuda en ecus de Disney a cambio de pagos futuros en yenes, y
Disney asumiría una deuda en yenes a cambio de pagos futuros en ecus. En concreto, el IBJ pagaría
semestralmente a la empresa pública una cantidad en yenes igual a los pagos para amortizar el
préstamo en yenes. A cambio, la empresa realizaría pagos en ecus al IBJ mayores que los pagos que
el IBJ tendría que hacer a Disney (véase el Anexo 7, columna C). La cantidad de ecus que recibir por la
empresa francesa en el «swap» se establecía sólo a efectos de los cálculos posteriores (era «nocional») y
vendría determinada por las necesidades de financiación de Disney y por el tipo de cambio ecu/yen; la
empresa no recibiría fondos adicionales. Goldman pensaba que el coste total para la empresa francesa,
considerando todos los flujos en ecus, sería inferior al coste derivado de tomar fondos en el mercado de
eurobonos en ecus. Por otro lado, la empresa podría estructurar los flujos de fondos en la operación
de «swap» para alcanzar su objetivo de cuadrar perfectamente los futuros pagos en yenes sobre el
préstamo y reducir su riesgo en yenes.
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Anexo 2 Compañía Walt Disney y sociedades filiales. Balance consolidado, 30 de septiembre (en miles
de dólares)
1984 1983
Activo
Pasivo
Fondos propios:
Acciones ordinarias (33.729 y 34.509 acciones) 359.988 661.934
Reservas 795.497 738.594
1.155.485 1.400.528
–––––––––– ––––––––––
2.739.443 2.381.195
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b De 75 millones de dólares, la compañía permutó 50 millones a una deuda en yenes por aproximadamente
12.000 millones de yenes. El préstamo en yenes vencía el 14 de marzo de 1989 y tenía un coste del 7,4%,
pagadero anualmente.
c El principal en yenes, al 31 de marzo de 1985, era de 12.500 millones de yenes, con pagos semestrales del
principal de 765 millones de yenes
Anexo 4 Resumen histórico de los tipos de cambio promedio yen/dólar y de los índices de precios
IPC IPC
Año Yen/Dólar Estados Unidos Japón
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«Cash flow»
Año (millones de ecus)
0 78,499
1 –7,300
2 –7,300
3 –7,300
4 –7,300
5 –7,300
6 –23,300
7 –21,840
8 –20,380
9 –18,920
10 –17,460
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Anexo 7 Flujos del «swap» ecu/yen, en millones (asumiendo el dólar/ecu de 0,7420 y el yen/dólar de 248)
Nota: Estos «cash flow» excluyen las comisiones pagadas a IBJ y a Goldman Sachs.
a El principal recibido inicialmente en yenes por Disney del IBJ es relevante solamente para el «swap» y el cálculo
del coste total de la financiación en yenes. Cambiando los yenes iniciales por dólares en el mercado «spot», Disney
obtendría nueva financiación en dólares.
bLa cantidad del principal para la empresa francesa es estrictamente «nocional» (para facilitar el cálculo del
«swap»); a raíz del «swap» la empresa no obtendría fondos netos adicionales.
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Anexo 8 Resumen de las emisiones públicas de eurobonos más importantes de la empresa francesa a
mediados de 1985 (excluye las operaciones interiores, colocaciones privadas y préstamos a plazo
Plazo (años)
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