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BELCY
BELCY
A UNA NARIZ
(Francisco Quevedo)
- Antítesis de palabras, frases o ideas, con el fin de impresionar y agudizar la mente: «Mi
negra capa, ya blanca por los pecados».
5. ¿Conoces estas expresiones en las que aparecen partes del cuerpo? Conecta cada
expresión con su significado:
8. Tener mano izquierda h. Saber tratar con tacto y astucia a las personas
se oyeron en el palacio,
se escucharon en la cuadra,
diciendo, «¡guardá: el león!»,
y en esto entró por la sala.
A venir acatarrado
el león, a los dos mata;
pues de miedo del perfume
no les siguió las espaldas.
en la defensa se puso.
Despertó al Cid la borrasca,
y abriendo entrambos los ojos
empedrados de legañas,
8. ¿En qué versos se describe al Cid? ¿Cómo aparece descrito? ¿Se corresponde con la visión que
tenías?
9. En el texto hay los siguientes recursos literarios. Intenta localizarlos y explicarlos. Añade otros:
Ironía
Hipérbaton
Hipérbole
I. VOCABULARIO
8. TERCETOS
1. En primer verso del primer terceto se hace mención a un Dios. ¿De qué Dios se trata? Razona
tu respuesta.
a) Apolo b) Dionisos c) Eros d) Eolo
3. CONCLUSIÓN
¿Cuál crees que es el mensaje que da el autor con este poema?
4. FIGURAS RETÓRICAS
Busca en el texto ejemplos de las siguientes figuras retóricas:
Metáfora:
Antítesis:
Paradoja
1 Relaciona los términos del recuadro con las siguientes definiciones del Diccionario de la Real
Academia de la Lengua. Ayúdate del contexto en el texto anterior
a)………………. : En los teatros y otros lugares de recreo, espacio con varios asientos y en forma de
balcón.
b)……………… : Columna de sección cuadrangular.
c) ……………..: Aposento individual o colectivo, donde los artistas se visten, maquillan o preparan
para actuar.
d)……………… : Galería alta que en los antiguos teatros estaba reservada a las mujeres.
e)……………… : Espacio cerrado con paredes o galerías, que en las casas y otros edificios se suele
dejar al descubierto.
f)………………. : Parte del teatro construida y dispuesta para que en ella se puedan colocar los
decorados y representar las obras dramáticas o cualquier otro espectáculo teatral.
g) …………….: Enrejado tupido de listones de madera que se pone en las ventanas u otro sitio para
que las personas que están en el interior vean sin ser vistas.
h) ……………..: Utensilios, muebles, instrumentos necesarios o convenientes en una casa o para el
ejercicio de una profesión.
i)……………….. : Cada una de las galerías, abiertas o cerradas, que corren alrededor del patio de
algunas casas.
j)………………… : Tejado que sale fuera de la pared y sirve para guarecerse de la lluvia.
k) ……………..: (Literariamente o refiriéndose a época pasada) Habitación, particularmente
refiriéndose a la ocupada por una persona.
l)………………… : Piso inferior del escenario, cavidad espaciosa a la que el tablado sirve como de
techo.
m)……………….. : Pavimento hecho con tablas ensambladas.
2. El Drama: Fuenteovejuna.
La trama. Fuenteovejuna (1612-1614) es posiblemente el título más popular y representado de
Lope de Vega. Basada en un hecho real acaecido durante el reinado de los Reyes Católicos, la obra
se centra en el conflicto entre el Comendador (gobernador) de la villa de Fuenteovejuna y sus
habitantes, a causa de los continuos abusos a los que somete a las mujeres.
El galán: Frondoso.
La dama: Laurencia.
El poderoso: El Comendador.
El padre: Esteban.
El rey: Los Reyes Católicos
. El gracioso: Mengo.
El villano: varios, entre ellos Pascuala
Al comienzo del acto III, mientras las autoridades locales deliberan sobre cómo actuar ante las
agresiones del Comendador hacia las mujeres, irrumpe Laurencia –huyendo del acoso y de las
malas intenciones del Comendador- para reprocharles su pasividad. Este parlamento está
considerado como uno de los más impresionantes del teatro clásico español.
LAURENCIA: Dejadme entrar, que bien puedo, en consejo de los hombres; que bien puede una
mujer, si no a dar voto, a dar voces. ¿Conocéisme?
ESTEBAN: ¿Santo cielo! ¿No es mi hija?
JUAN ROJO: ¿No conoces a Laurencia?
LAURENCIA: Vengo tal, que mi diferencia os pone en contingencia quién soy.
ESTEBAN: ¡Hija mía!
LAURENCIA: No me nombres tu hija.
ESTEBAN: ¿Por qué, mis ojos? ¿Por qué?
LAURENCIA: Por muchas razones, y sean las principales: porque dejas que me roben tiranos sin
que me vengues, traidores sin que me cobres.
Aún no era yo de Frondoso, para que digas que tome, como marido, venganza; que aquí por tu
cuenta corre; que en tanto que de las bodas no haya llegado la noche, del padre, y no del marido,
la obligación presupone; que en tanto que no me entregan una joya, aunque la compren, no ha de
correr por mi cuenta las guardas ni los ladrones.
Llevóme de vuestros ojos a su casa Fernán Gómez; la oveja al lobo dejáis como cobardes pastores.
¿Qué dagas no vi en mi pecho? ¿Qué desatinos enormes, qué palabras, qué amenazas, y qué
delitos atroces, por rendir mi castidad a sus apetitos torpes? Mis cabellos ¿no lo dicen? ¿No se ven
aquí los golpes de la sangre y las señales? ¿Vosotros sois hombres nobles? ¿Vosotros padres y
deudos? ¿Vosotros, que no se os rompen las entrañas de dolor, de verme en tantos dolores?
Ovejas sois, bien lo dice de Fuenteovejuna el hombre.
Dadme unas armas a mí pues sois piedras, pues sois tigres... -Tigres no, porque feroces siguen
quien roba sus hijos, matando los cazadores antes que entren por el mar y pos sus ondas se
arrojen.
Liebres cobardes nacisteis; bárbaros sois, no españoles.
Gallinas, ¡vuestras mujeres sufrís que otros hombres gocen! Poneos ruecas en la cinta.
¿Para qué os ceñís estoques? ¡Vive Dios, que he de trazar que solas mujeres cobren la honra de
estos tiranos, la sangre de estos traidores, y que os han de tirar piedras, hilanderas, maricones,
amujerados, cobardes, y que mañana os adornen nuestras tocas y basquiñas, solimanes y colores!
A Frondoso quiere ya, sin sentencia, sin pregones, colgar el Comendador del almena de una torre;
de todos hará lo mismo; y yo me huelgo, medio-hombres, por que quede sin mujeres esta villa
honrada, y torne aquel siglo de amazonas, eterno espanto del orbe.
ESTEBAN: Yo, hija, no soy de aquellos que permiten que los nombres con esos títulos viles. Iré
solo, si se pone todo el mundo contra mí.
JUAN ROJO: Y yo, por más que me asombre la grandeza del contrario.
REGIDOR: ¡Muramos todos!
BARRILDO: Descoge un lienzo al viento en un palo, y mueran estos enormes.
JUAN ROJO: ¿Qué orden pensáis tener?
MENGO: Ir a matarle sin orden. Juntad el pueblo a una voz; que todos están conformes en que los
tiranos mueran.
ESTEBAN: Tomad espadas, lanzones, ballestas, chuzos y palos.
MENGO: ¡Los reyes nuestros señores vivan!
TODOS: ¡Vivan muchos años!
MENGO: ¡Mueran tiranos traidores!
TODOS: ¡Tiranos traidores, mueran!
4. Las palabras de Laurencia son fundamentales a la hora de tratar de entender el dolor del
pueblo de Fuenteovejuna y lo que allí ocurre.
6. La honra. Uno de los tópicos en los que se basa el teatro barroco es la oposición Aldea versus
Corte en que se presupone el honor y la nobleza de los personajes cortesanos, frente a la carencia
de esa herencia noble por parte de los aldeanos. En la obra, ¿quiénes son los personajes con más
honra y nobleza?
Lectura II: Acto III. Escena de las torturas del juez El pueblo reacciona por fin matando al
Comendador. Al enterarse de lo ocurrido, los Reyes envían un juez para aclarar el caso y castigar a
los culpables, pero a pesar del uso de la tortura no logra encontrar a ningún responsable individual.
Dice dentro el JUEZ y responden
JUEZ: Decid la verdad, buen viejo.
FRONDOSO: Un viejo, Laurencia mía, atormentan
. LAURENCIA:¡Qué porfía!
ESTEBAN: Déjenme un poco.
JUEZ: Ya os dejo. Decid: ¿quién mató a Fernando?
ESTEBAN: Fuenteovejuna lo hizo.
LAURENCIA: Tu nombre, padre, eternizo; [a todos vas animando].
FRONDOSO:¡Bravo caso!
JUEZ: Ese muchacho aprieta. Perro, yo sé que lo sabes. Di quién fue. ¿Callas? Aprieta, borracho.
NIÑO: Fuenteovejuna, señor.
JUEZ: ¡Por vida del rey, villanos, que os ahorque con mis manos! ¿Quién mató al Comendador?
FRONDOSO: ¡Que a un niño le den tormento y niegue de aquesta suerte!
LAURENCIA: ¡Bravo pueblo
FRONDOSO: Pensamientos vanos.
LAURENCIA: Pascuala niega, Frondoso.
FRONDOSO: Niegan niños. ¿Qué te espanta?
JUEZ: Parece que los encantas. ¡Aprieta!
PASCUALA:¡Ay, cielo piadoso!
JUEZ: ¡Aprieta, infame! ¿Estás sordo?
PASCUALA: Fuenteovejuna lo hizo.
JUEZ: Traedme aquel más rollizo, ese desnudo, ese gordo.
LAURENCIA:¡Pobre Mengo! Él es, sin duda.
FRONDOSO: Temo que ha de confesar.
MENGO: ¡Ay, ay!
JUEZ: Comienza a apretar.
MENGO: ¡Ay!
JUEZ: ¿Es menester ayuda?
MENGO: ¡Ay, ay!
JUEZ: ¿Quién mató, villano, al señor Comendador?
MENGO: ¡Ay, yo lo diré, señor!
JUEZ: Afloja un poco la mano.
FRONDOSO: Él confiesa.
JUEZ: Al palo aplica la espada.
MENGO: Quedo; que yo lo diré.
JUEZ: ¿Quién lo mató?
MENGO: Señor, ¡Fuenteovejunica!
JUEZ: ¿Hay tan gran bellaquería?
7. La actitud del juez. Analiza cómo evoluciona la actitud del juez. ¿Cómo trata, al principio, a los
habitantes de Fuenteovejuna?
Argumento. Durante la guerra entre los Reyes Católicos y Alfonso V de Portugal, el Comendador
mayor de la orden militar de Calatrava fija su residencia en la villa cordobesa de Fuenteovejuna.
Las mozas del pueblo se quejan del permanente acoso a que las somete el Comendador, que en
ese momento aconseja al Gran Maestre de Calatrava atacar Ciudad Real. Cuando el Comendador
vuelve victorioso a Fuenteovejuna, es homenajeado por el pueblo, pero luego se encuentra a solas
en el campo con la joven Laurencia, a la que intenta seducir. Lo impide Frondoso, el novio de la
muchacha, que llega a apuntar al caballero con su propia ballesta. Las mozas de la villa comentan
la desvergüenza del Comendador; éste se atreve a preguntar al padre de Laurencia por qué no le
entrega a su hija, prometida con Frondoso. Cuando acaba de celebrarse la boda, el Comendador
aparece, se lleva a la muchacha y está a punto de prender al novio.
Los Reyes Católicos recuperan Ciudad Real. Laurencia, que ha sido maltratada por el Comendador,
reprocha a la gente del pueblo su pasividad ante la violencia del tirano, que se dispone también a
colgar a Frondoso. Finalmente, el pueblo reacciona: acuden al castillo y matan al Comendador;
pero uno de sus criados, que logra huir, acude a pedir justicia a los Reyes, que mandan de
inmediato un juez. Cuando éste intenta tomar declaración para saber quién cometió el asesinato,
todos responden: Fuenteovejuna lo hizo. Asombrados por tal solidaridad, los Reyes Católicos
acuden a informarse de lo sucedido. Al conocer la conducta del Comendador, perdonan los hechos
y conceden a Fuenteovejuna el privilegio de convertirse en villa real, dependiente directamente de
la corona.
TALLER LUDICO
FABULAS
TOMAS IRIARTE
La fábula y yo
¿Alguna vez han visto rotos sus sueños, como «La Lechera»? ¿Han asustado a un fanfarrón,
como en «El Cordero y el Lobo»? ¿Una treta les ha ayudado a salvar algún obstáculo o peligro,
como en «El murciélago y la Comadreja»? Expondrán su relato por escrito con todo tipo de
detalles
1. Actividad Pre-lectura..
. Antes de hacer la lectura de algunas de las fábulas de Tomas de Iriarte y Felix de
Samaniego responde: ¿Qué fabulas ha leído? ¿Conoce aluna fabula de Samaniego o
Iriarte?
2. . A cada alumno se le entregara el título de cada una de las fabulas y a partir de este título
tendrán que hacer un dibujo.
.. Tras leer los primeros párrafos se propone que los estudiantes contesten las siguientes
preguntas en el cuaderno:
Un cómic de fábula Por parejas, los lectores escogerán una fábula que transformarán en
un cómic. Deberán realizar el guión y los dibujos, aunque la adaptación será totalmente
libre. Quizá nos sorprenda la imaginación de nuestros alumnos.
. Los alumnos ordenaran las imágenes de algunas fabulas en orden cronológico y escribir que es lo
que está sucediendo en cada imagen.
. Además se les dará algunas tiras de papel recortadas con el contenido de la fábula. Deberán
ordenar las tiras hasta lograr darle el orden correcto de la historia. Esta actividad lo hará por
parejas. La primera pareja que la ordene de primero será el grupo ganador.
. Como ya han leído la fábula, los alumnos harán dos columnas en su cuaderno en las que pondrán
que es lo que más les gusto y lo que menos de la historia.
. En grupos de tres personas los estudiantes deberán imaginar un final distinto para la fábula y
luego lo escribirán entre todos en una cartulina grande, pueden añadir también dibujos que
representen dicho final.
El asno y el lobo
Un Burro cojo vio que le seguía
Si yo me valiese de herradores,
Moraleja: Hablemos con razón, no tiene juicio quien deja el propio por ajeno oficio.
La tortuga y la liebre
Un día, una tortuga iba pasito a pasito por un camino, cuando se le acercó una liebre
brincando y le dijo:
-¡Hola tortuga! Ya veo que caminas muy despacio, como siempre. ¿Por qué no vas
más deprisa?
Puede que ande despacio, pero cuando se trata de resistencia, nadie me gana -
replicó la tortuga-.
Si quieres, hacemos una carrera hasta lo alto de aquella colina.
La liebre se echó a reir:
-¡Ja, ja! ¡Estupendo! ¡No tienes ninguna posiblidad de ganarme!
La liebre convocó a todos sus amigos. Pensó que pondría en ridículo a la tortuga y
que todos se reirían de ella.
-¡Vamos a ver quién es más veloz, si la pesada tortuda o yo!
A la señal de la zorra ¡Preparados, listos, ya!, la tortuga y la liebre salieron juntas. La
liebre pasó zumbando a la tortuga, y no tardó mucho en llegar a la mitad del
recorrido.
"Me pregunto por dónde irá la tortuga". Se detuvo para mirar atrás y vio que la tortuga
estaba aún a mucha distancia.
Todos los espectadores se reían de la tortuga, diciendo:
-¡Tortuga! ¡Eres la criatura más lenta del mundo!
A pesar de las risas, la tortuga continuó caminando despacio, pero sin pausa, colina
arriba.
La liebre se cansó de contemplar el lento paso de la tortuga.
¿Todavía está ahí? Creo que me voy a echar una siestecita, pensó.
Y dicho y hecho, la liebre se puso a dormir en mitad de la ladera.
Mientras la liebre dormía, la tortuda continuó caminando lentamente pero sin
descansar.
"Tal vez sea lenta, pero siempre gano cuando se trata de resistencia. ¡Vamos!", se
dijo.
Cuando finalmente llegó a la mitad del camino, oyó unos ronquidos y dijo:
-¡Vaya! ¡Ahí está la liebre durmiendo!
Entonces la tortuga se esforzó todo lo que pudo en subir la colina y pasar a la liebre,
que estaba profundamente dormida.
Después de una larga siesta, la liebre se despertó: ¿Cuánto habrá avanzado la
tortuga?
Miró hacia abajo, pero no se veía a la tortuga por ninguna parte.
-¡No puede ser!
Entonces miró hacia la cima de la colina. ¡Allí estaba la tortuga gritando de alegría por
haber ganado la carrera!
Moraleja: Todos tenemos que esforzarnos al máximo para conseguir nuestros
objetivos, y trabajar sin parar, como hizo la tortuga.
La cigarra y la hormiga
HABÍA UNA VEZ UNA CIGARRA QUE SIEMPRE ESTABA CANTANDO. SU VECINA
LA HORMIGA, AL CONTRARIO, SE PASABA TODO EL DÍA BUSCANDO
PROVISIONES PARA EL INVIERNO, PUES SABÍA QUE NECESITARÍA MUCHOS
ALIMENTOS.
Moraleja: Si pierdes el tiempo jugando todo el día, puede que te arrepientas más
tarde.
EL LEÓN Y EN RATÓN
EL MOLINERO Y EL ASNO
En un pueblo, vivía un pobre molinero con su hijo. Un año, hubo una gran sequía en el
lugar y echó a perder todo el trigo de los campos. Al final, nadie tenía trigo que moler,
y el pobre molinero y su hijo ya no podían vivir de su trabajo.
-Padre, no nos queda ni siquiera una barra de pan -se lamentó el muchacho.
-¡Si que es un problema! ¿Qué podemos hacer?
Tengo una buena idea: ¡venderemos nuestro asno! -exclamó el molinero-. Después
de todo, ahora ya no nos sirve de nada.
Así, el molinero y su hijo decidieron ir a la ciudad a vender el asno.
Era un día de verano, y hacía un calor abrasador. Salieron de camino con su asno,
secándose el sudor de la frente mientras caminaban.
Al llegar a un río vieron a unas mujeres que lavaban la ropa a la orilla.
-¡Mira eso! ¡Que tontos, caminar un día tan caluroso teniendo un asno! -dijeron las
mujeres entre risas.
Al oír esto, el molinero respondió enfadado: -¿Qué hay de malo en tener asno?
A lo que una de las mujeres respondío: -Yo creo que un hombre listo llevaría a su hijo
montado en burro, ¿no crees?
Pensando que aquella mujer tenía razón, el molinero montó a su hijo en el asno.
Poco después, se cruzaron con una anciana que caminaba apoyándose en un bastón.
Moraleja: Si haces siempre lo que te dicen los demás sin pensar las cosas por ti
mismo, fracasarás como el molinero.
El pastor mentiroso
Los aldeanos volvieron a acudir a la llamada con sus hoces, hachas, y demás aperos,
pero el pastor les había mentido de nuevo.
Esta vez, los aldeanos se enfadaron más aún con él, y volvieron a su trabajo.
Cuando el pastor regresó a los prados, se encontró con que los lobos estaban
atacando de verdad su rebaño. Los hambrientos animales comenzaron a comerse a
las ovejas una por una. El sorprendido pastor corrió hacia el pueblo tan desprisa como
pudo:
-¡Socorro! ¡Los lobos están atacando a mi rebaño! ¡Por favor, ayudadme! -imploró
pidiendo la ayuda de los aldeanos uno por uno.
Pero los aldeanos respondieron entre risas.
-¡Cada vez eres mejor actor! ¡Estamos demasiado ocupados para perder el tiempo
con tu actuación!
-¡Oh, no! ¡Esta vez es verdad! Por favor, ayudadme a echar a los lobos -suplicó.
Nadie le hizo el menor caso. Los lobos se comieron a todas las ovejas y el pastor se
quedó sin nada.
El asno y el lobo
Un Burro cojo vio que le seguía
Si yo me valiese de herradores,
no me vería así como me veo.
Un día, una zorra hambrienta se acercó a una parra. De ella colgaban unos apetitosos
racimos de uvas, que hicieron que a la zorra se le hiciera la boca agua.
-¡Qué buenas deben de estar! Tengo que conseguir unas cuantas -pensó la zorra.
Dio un salto. Volvió a saltar intentando alcanzar las uvas, pero no pudo llegar hasta
ellas. La parra estaba demasiado alta.
-¡Caray! -exclamó.
De nuevo volvió a tratar de alcanzar las uvas, y una vez más volvió a fallar.
Por mucho que lo intentaba, no lograba alcanzar las uvas. Unas liebres y unas
ardillas, que estaban contemplando la escena escondidas entre los matorrales,
gritaron:
-¡Le está bien empleado a esa zorra antipática! -y se rieron de ella.
Cansanda de su inútil esfuerzo, la zorra se marchó muy enfadada, diciendo:
-Ya no me apetecen estas uvas. Seguro que estarán verdes y ácidas.
Los animales del bosque se rieron de la zorra durante mucho rato.
Moraleja: No tengas mal perder. Hay que aprender a aceptar las contrariedades
y los fracasos de la vida con buen humor.
EL ZORRO Y EL CUERVO
Formatted: Font: (Default) Arial, 11.5 pt, Font color: Black
EL LEÓN Y EN RATÓN
UN RATONCITO HACÍA SIEMPRE EL MISMO CAMINO, DE CASA A LA ESCUELA
Y VUELTA OTRA VEZ. PERO UN DÍA, CUANDO MÁS CONTENTO IBA CANTANDO
Y SILBANDO, SE ENCONTRÓ JUNTO AL CAMINO AL FIERO LEÓN. ¡VAYA
SUSTO!
ESTABA DORMIDO EL RATONCITO LO DESPERTÓ. MOLESTO, DE UN
ZARPAZO LO ATRAPÓ.
-¡AY, TENGA COMPASIÓN DE MÍ! -SUPLICÓ EL RATONCITO. EL LEÓN SINTIÓ
PENA Y, COMO EN EL FONDO ERA UN BUENAZO, LE DEJÓ MARCHAR.
La lechera
La hija de un granjero llevaba un recipiente lleno de leche a vender al pueblo, y empezó a
hacer planes futuros:
- Cuando venda esta leche, compraré trescientos huevos. Los huevos, descartando los que
no nazcan, me darán al menos doscientos pollos.
Los pollos estarán listos para mercadearlos cuando los precios de ellos estén en lo más alto,
de modo que para fin de año tendré suficiente dinero para comprarme el mejor vestido para
asistir a las fiestas.
Cuando esté en el baile todos los muchachos me pretenderán, y yo los valoraré uno a uno.
Pero en ese momento tropezó con una piedra, cayendo junto con la vasija de leche al suelo,
regando su contenido.
Moraleja:
No seas ambiciosa de mejor y más próspera fortuna,
Al día siguiente, ¡oh sorpresa!, encontró un huevo de oro. Lo puso en una cestita y se fue con ella a la ciudad,
donde vendió el huevo por un alto precio. Al día siguiente, loco de alegría, encontró otro huevo de oro.
¡Por fin la fortuna había entrado a su casa! Todos los días tenía un nuevo huevo.
Fue así que poco a poco, con el producto de la venta de los huevos, fue convirtiéndose en el hombre más rico
de la comarca.
Sin embargo, una insensata avaricia hizo presa su corazón y pensó:“¿Por qué esperar a que cada día la gallina
ponga un huevo? Mejor la mato y descubriré la mina de oro que lleva dentro”.
A causa de la avaricia tan desmedida que tuvo, este tonto aldeano malogro la fortuna que tenia.
Al día siguiente, ¡oh sorpresa!, encontró un huevo de oro. Lo puso en una cestita y se fue con ella a la ciudad,
donde vendió el huevo por un alto precio. Al día siguiente, loco de alegría, encontró otro huevo de oro.
¡Por fin la fortuna había entrado a su casa! Todos los días tenía un nuevo huevo.
Fue así que poco a poco, con el producto de la venta de los huevos, fue convirtiéndose en el hombre más rico
de la comarca.
Sin embargo, una insensata avaricia hizo presa su corazón y pensó:“¿Por qué esperar a que cada día la gallina
ponga un huevo? Mejor la mato y descubriré la mina de oro que lleva dentro”.
A causa de la avaricia tan desmedida que tuvo, este tonto aldeano malogro la fortuna que tenia.
seguido de perros
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero,
y le dijo: 'detente,
'Podencos'.
En esta disputa
pillan descuidados
de poco momento
EL LEÓN Y EN RATÓN
UN RATONCITO HACÍA SIEMPRE EL MISMO CAMINO, DE CASA A LA ESCUELA
Y VUELTA OTRA VEZ. PERO UN DÍA, CUANDO MÁS CONTENTO IBA CANTANDO
Y SILBANDO, SE ENCONTRÓ JUNTO AL CAMINO AL FIERO LEÓN. ¡VAYA
SUSTO!
El lobo y el perro
Un lobo que se encontraba hambriento, se encontró a un mastín gordo y sano que andaba
recorriendo el bosque. Atacarlo y comerlo hubiera sido lo correcto para el lobo, pero la
realidad es que hubiera sido también, una pelea feroz, con un enemigo bien dotado.
El lobo se le acerca para dialogar y alagar lo bien que se lo veía, a lo que el mastín
respondió: -No estas tan bien como yo, porque no quieres, deja el bosque y a tus amigos.
Sígueme y tendrás una vida excelente. Y el lobo preguntó:
- Casi nada, dijo el Perro: atacar a quien ponga en peligro al amo; querer a los dueños de
casa, y siempre complacerlos. Con algo tan simple como eso que te digo, tendrás las sobras
de todas las comidas, huesos de pollos, carne fresca, frutas y verduras; y también cariño,
como un elemento extra.
El lobo se sintió feliz y lleno de gozo. Mientras caminaban hacia la casa del amo del
mastín, el lobo se dio cuenta que el perro tenía el cuello pelado.
- Nada.
- ¡Cómo nada!.
- Una tontería.
- Importa tanto, que no quiero ni el mas grande de los tesoros por renunciar a mi libertad -
Terminó de decir el lobo, y se alejó corriendo, sin mirar atrás.
Moraleja: A veces por tener más, hay que renunciar a lo que mas se ama.
Si conoces alguna otra fábula para niños y quieres compartirla con nosotros y los demás
padres, estaremos encantados de recibirla.
El lobo y el perro
Un lobo que se encontraba hambriento, se encontró a un mastín gordo y sano que andaba
recorriendo el bosque. Atacarlo y comerlo hubiera sido lo correcto para el lobo, pero la
realidad es que hubiera sido también, una pelea feroz, con un enemigo bien dotado.
El lobo se le acerca para dialogar y alagar lo bien que se lo veía, a lo que el mastín
respondió: -No estas tan bien como yo, porque no quieres, deja el bosque y a tus amigos.
Sígueme y tendrás una vida excelente. Y el lobo preguntó:
- Casi nada, dijo el Perro: atacar a quien ponga en peligro al amo; querer a los dueños de
casa, y siempre complacerlos. Con algo tan simple como eso que te digo, tendrás las sobras
de todas las comidas, huesos de pollos, carne fresca, frutas y verduras; y también cariño,
como un elemento extra.
El lobo se sintió feliz y lleno de gozo. Mientras caminaban hacia la casa del amo del
mastín, el lobo se dio cuenta que el perro tenía el cuello pelado.
- Nada.
- ¡Cómo nada!.
- Una tontería.
- Importa tanto, que no quiero ni el mas grande de los tesoros por renunciar a mi libertad -
Terminó de decir el lobo, y se alejó corriendo, sin mirar atrás.
Moraleja: A veces por tener más, hay que renunciar a lo que mas se ama.
Si conoces alguna otra fábula para niños y quieres compartirla con nosotros y los demás
padres, estaremos encantados de recibirla.
EL LEÓN Y EN RATÓN
UN RATONCITO HACÍA SIEMPRE EL MISMO CAMINO, DE CASA A LA ESCUELA
Y VUELTA OTRA VEZ. PERO UN DÍA, CUANDO MÁS CONTENTO IBA CANTANDO
Y SILBANDO, SE ENCONTRÓ JUNTO AL CAMINO AL FIERO LEÓN. ¡VAYA
SUSTO!
El hacha y el mango
En medio de un bosque había un hombreque estaba fabricando un hacha, este hizo
un mango con trozo de madera que se encontró tirado pero cuando iba a probarlo el mangose
partió por la mitad el hombre triste le pidió al bosque que le concediera buena madera y el
bosque se lo concedió.
El hacha y el mango
25 Octubre, 2013
En medio de un bosque había un hombreque estaba fabricando un hacha, este hizo
un mango con trozo de madera que se encontró tirado pero cuando iba a probarlo el mangose
partió por la mitad el hombre triste le pidió al bosque que le concediera buena madera y el
bosque se lo concedió.
Un día, una tortuga iba pasito a pasito por un camino, cuando se le acercó una liebre
brincando y le dijo:
-¡Hola tortuga! Ya veo que caminas muy despacio, como siempre. ¿Por qué no vas
más deprisa?
Puede que ande despacio, pero cuando se trata de resistencia, nadie me gana -
replicó la tortuga-.
Si quieres, hacemos una carrera hasta lo alto de aquella colina.
La liebre se echó a reir:
-¡Ja, ja! ¡Estupendo! ¡No tienes ninguna posiblidad de ganarme!
La liebre convocó a todos sus amigos. Pensó que pondría en ridículo a la tortuga y
que todos se reirían de ella.
-¡Vamos a ver quién es más veloz, si la pesada tortuda o yo!
A la señal de la zorra ¡Preparados, listos, ya!, la tortuga y la liebre salieron juntas. La
liebre pasó zumbando a la tortuga, y no tardó mucho en llegar a la mitad del
recorrido.
"Me pregunto por dónde irá la tortuga". Se detuvo para mirar atrás y vio que la tortuga
estaba aún a mucha distancia.
Todos los espectadores se reían de la tortuga, diciendo:
-¡Tortuga! ¡Eres la criatura más lenta del mundo!
A pesar de las risas, la tortuga continuó caminando despacio, pero sin pausa, colina
arriba.
La liebre se cansó de contemplar el lento paso de la tortuga.
¿Todavía está ahí? Creo que me voy a echar una siestecita, pensó.
Y dicho y hecho, la liebre se puso a dormir en mitad de la ladera.
Mientras la liebre dormía, la tortuda continuó caminando lentamente pero sin
descansar.
"Tal vez sea lenta, pero siempre gano cuando se trata de resistencia. ¡Vamos!", se
dijo.
Cuando finalmente llegó a la mitad del camino, oyó unos ronquidos y dijo:
-¡Vaya! ¡Ahí está la liebre durmiendo!
Entonces la tortuga se esforzó todo lo que pudo en subir la colina y pasar a la liebre,
que estaba profundamente dormida.
Después de una larga siesta, la liebre se despertó: ¿Cuánto habrá avanzado la
tortuga?
Miró hacia abajo, pero no se veía a la tortuga por ninguna parte.
-¡No puede ser!
Entonces miró hacia la cima de la colina. ¡Allí estaba la tortuga gritando de alegría por
haber ganado la carrera!