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Problema 3: Políticos y académicos de diverso origen abogan por la admisión de

la tortura en eventos excepcionales, como aquellos en los que supuestamente a


través de ella se puede obtener información importante, que, si las autoridades del
Estado conocen en forma adecuada y oportuna, resulta posible salvar la vida y otros
derechos fundamentales de muchos ciudadanos. Sobre este fundamento,
consideran que se trataría de un “mal menor”, un costo insignificante, si se compara
con los beneficios que muchos “ciudadanos de bien” o personas inocentes,
obtendrían respeto de sus derechos fundamentales. Argumentan, además, que se
trata de un conflicto entre la dignidad del acusado y la dignidad de las víctimas y no
hay que tener “un dedo de frente” para saber que en el Estado social y democrático
de derecho la dignidad de las víctimas tiene un peso mucho mayor que la de los
delincuentes. A este planteamiento, algunos le agregan que, desde la perspectiva
de los derechos humanos, sería necesario incluir la garantía del juez, que
directamente decidiría en qué casos es justificable la tortura y, además, en el
proceso de ejecución, se eliminarían riesgos innecesarios, con la asistencia de
facultativos médicos que garanticen que la vida de que el torturado no corra peligro
Se pregunta: Indique, de forma razonada, dos principios que limitan el poder
punitivo, que son desarrollados o desconocidos con la propuesta político criminal
antes descrita. ¿El concepto de “dignidad humana”, guarda alguna relación con el
debate sobre la legitimidad —o ilegitimidad—de la tortura? ¿Es la “dignidad
humana” un elemento ontológico, perteneciente a toda persona humana y, por tanto,
con validez universal (para todo tiempo y lugar), o es una construcción normativa
acotada y definida por las normas del Derecho internacional de los Derechos
Humanos y el Derecho Internacional Humanitario?, ¿o se trata de un constructo
histórico, cuyo contenido y significado se definen por el contexto sociopolítico y
jurídico? ¿La seguridad de la mayoría, el consenso de ésta, en términos del Estado
democrático y de derecho, es un valor de mayor peso que la seguridad de los
derechos del “delincuente”?
Para iniciar el principio intrasistematico escogido, como limite punitivo a la discusión
a la admisión de tortura en casos excepcionales será la de entender qué es la
tortura:
se entenderá por el término ‘tortura’ todo acto por el cual se inflija
intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o
mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión,
de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de
intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en
cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean
infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones
públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia

Entender que la tortura no ha estado siempre, prohibida desde la edad antigua la


religión, ha legitimado la tortura como purificación del alma, pasando por el
holocausto nazi en la segunda guerra mundial hasta un contexto colombiano en la
constitución del 43 en el que la pena de muerte era totalmente legitima incluso la
tortura a opositores.

Ni los derechos fundamentales ni la dignidad humana se han presentado


desde siempre,
un ejemplo de ello es en el contractualismo de hecho los derechos y la
dignidad se otorgaban, pues estos dejaban a la voluntad del soberano en el
leviatán de Hobbes.

en 1948 se da la declaración de los derechos universales del hombre en la


que se prohíbe la tortura. Entre tantas protegiendo el presupuesto de que la
dignidad es inherente al cualquier ser humano cuales quiera que sean.

1)El principio general de prevención:


Se trata, esencialmente, de desplazar, cada vez más, el énfasis puesto en las
formas de control represivo hacia formas de control preventivo.

El sistema penal no es apto para proporcionar las defensas más eficaces de


los derechos humanos, por el hecho de que su intervención está estructuralmente
limitada a la formulación de respuestas sintomáticas a los conflictos, es decir, a una
respuesta a los conflictos en el lugar y en el momento en que éstos se manifiestan
dentro del sistema social.

ES MÁS, EN EL SISTEMA PENAL CONCURREN VIOLANCIONES MASIVAS A


LA DIGNIDAD HUMANA.

2)El principio de la articulación autónoma de los conflictos y de las


necesidades reales es, quizá, el más importante de los principios Extra
sistemáticos. El sistema penal constituye, tradicionalmente, un aspecto de la
expropiación ideológica que sufren los sujetos de necesidades y de derechos
humanos por parte del sistema y de la cultura dominante, con referencia a la
percepción de los conflictos en que se hallan involucrados.

Ningún cambio democrático en la política del control social puede ser realizable si
los sujetos de necesidades y derechos humanos no logran pasar de ser sujetos
pasivos de un tratamiento institucional y burocrático, a ser sujetos activos en la
definición de los conflictos de que forman parte y en la construcción de las formas y
de los instrumentos de intervención institucional y comunitaria idóneos para
resolverlos según sus propias necesidades reales.

Artículo 12 de la constitución

Los derechos y la dignidad son una construcción histórica se va ampliando,


en el tiempo y en determinado lugar

La consagración constitucional del principio de la dignidad humana, indica que debe


existir un trato especial hacia el individuo, ya que la persona es un fin para el Estado
y por tanto para todos los poderes públicos especialmente para los jueces, pues
este principio debe ser el parámetro interpretativo de todas las normas del
ordenamiento jurídico, este principio impone una carga de acción positiva de cara
al demás derecho

La dignidad humana, no es una facultad de la persona para adquirirla o para


que el Estado se la conceda, ésta es un atributo esencial, inherente al
individuo, por lo tanto, el derecho fundamental se refiere a que se le dé el trato a
la persona para que se le respete completamente la dignidad de ser humano, es un
derecho en el que implica al Estado tanto obligaciones de no hacer como de hacer

En Colombia El accionante considera que la dignidad humana, entendida como


la posibilidad de vivir sin humillaciones, es lo que más se ve amenazado en la norma
demandada al permitirle a los servidores públicos que hacen cumplir las sentencias
judiciales, que inflijan dolores o sufrimientos a las personas con el fin de cumplir sus
obligaciones o desviándose de éstas, violando así la filosofía del Estado Social de
Derecho que se funda sobre el respeto del individuo.

El principio de la articulación autónoma de los conflictos y de las necesidades reales


es, quizá, el más importante de los principios Extra sistemáticos. El sistema penal
constituye, tradicionalmente, un aspecto de la expropiación ideológica que sufren
los sujetos de necesidades y de derechos humanos por parte del sistema y de la
cultura dominante, con referencia a la percepción de los conflictos en que se hallan
involucrados. Ningún cambio democrático en la política del control social puede ser
realizable si los sujetos de necesidades y derechos humanos no logran pasar de
ser sujetos pasivos de un tratamiento institucional y burocrático, a ser sujetos
activos en la definición de los conflictos de que forman parte y en la construcción de
las formas y de los instrumentos de intervención institucional y comunitaria idóneos
para resolverlos según sus propias necesidades reales. La articulación autónoma
de la percepción y de la conciencia de los conflictos, de las necesidades reales y de
los derechos humanos por parte de sus propios portadores, en una comunicación
no condicionada por el poder25, y la idea de la democracia y de la soberanía popular
son los principios-guía para la transformación del Estado, no sólo hacia un modelo
formal de Estado de derecho, sino también hacia el modelo sustancial del Estado
de los derechos humanos. Son, también, éstos los principios-guía para la
transformación y la superación del sistema penal tradicional hacia un sistema de
defensa y garantía de los derechos humanos.

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