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Ventajas y Desventasja Tarea 4
Ventajas y Desventasja Tarea 4
Ventajas
-El empresario puede elegir en que entidad bancaria realizara el ingreso del cheque.
-En caso de que el cheque no se pague, existen leyes que proporcionan cobertura legal en
este sentido.
–Se puede expedir en cualquier momento.
-No es necesario tener dinero en efectivo.
Desventajas
-Implica realizar una gestión bancaria.
-Se corre el riesgo de que el cheque no tenga fondos o que se reporte como perdido.
-No es seguro que el cliente envíe el cheque en el tiempo y forma estipulada, ya que la
iniciativa parte del deudor.
-Para hacerlo efectivo hay que trasladarse a un banco.
-Riesgo de robo o pérdida.
-Si utilizas una casa de cambio para cambiar el cheque, deberás pagar una comisión por el
cambio.
Como puedes ver, el uso del cheque implica ventajas y desventajas. Por lo que te
recomendamos que las analices bien para determinar si es realmente el instrumento que más
te conviene.
Como puedes ver, el uso del cheque implica ventajas y desventajas. Por lo que te
recomendamos que las analices bien para determinar si es realmente el instrumento que más
te conviene.
Tarjetas de Debito
Ventajas y desventajas de las tarjetas de débito
La tarjeta de débito ha sido hasta hace cerca de 10 años el plástico más habitual, el que los
bancos ofrecían al abrir una cuenta corriente. Sin embargo, poco a poco ha ido cediendo
terreno al crédito, en buena medida por el interés de la banca en un producto que le es mucho
más rentable.
Pero como siempre, una cosa es lo que beneficia a la banca y otra bien diferente es lo que es
bueno para el ahorrador. Estas son las ventajas que obtendrás al usar una tarjeta de débito.
Evitas endeudarte. El dinero que gastes con tu tarjeta de débito saldrá de tu cuenta corriente
en el mismo instante en el que presiones el botón verde del TPV. Si no hay dinero, la tarjeta
rechazará la operación. Tan fácil como efectivo. Tu saldo marca tu límite y por lo tanto evitas
comprar más de la cuenta y endeudarte.
Tienen menos comisiones. Las tarjetas de débito son menos flexibles y más simples que las de
crédito, pero a cambio tienen menos comisiones.
Son gratuitas. La mayoría de tarjetas de débito son gratuitas y no incluyen cargos por emisión
ni por mantenimiento y renovación cada año. En este sentido, son un servicio asociado a la
cuenta corriente del banco.
Son más fáciles de contratar. Para tener una tarjeta de débito sólo necesitarás una cosa:
contratar una cuenta corriente. Normalmente ni siquiera tendrás que pedirla y será el propio
banco quien te la ofrezca. Así de fácil, sin requisitos adicionales sobre tu trabajo, si eres
autónomo o asalariado, ingresos o nivel de deuda.
También incluyen seguros como valor añadido. Una de las ventajas del dinero de plástico es
que cuenta con servicios de valor añadido como seguros de accidente o de viaje y cuanto
mejor es la tarjeta, mayores son también los seguros.
Te permiten controlar los gastos. El mayor problema del dinero en metálico es lo difícil que
resulta seguirle la pista y saber en qué te lo has gastado. Con la tarjeta de débito no ocurre lo
mismo, cada compra aparece reflejada y también las retiradas de efectivo en el cajero. De esta
forma podrás hacerte una idea de qué medio de pago utilizas más y, sobre todo, a dónde va tu
dinero. Bastará con que pidas a tu banco el extracto de la tarjeta o que entres en tu banco a
través de internet y consultes esa información.
Como es lógico, no todo puede ser positivo. Dos son las grandes desventajas de las tarjetas de
débito: ofrecen menor protección contra el fraude y cuentan ciertas limitaciones respecto a las
tarjetas de crédito.
Menor protección contra el fraude. Las tarjetas de débito no están equipadas con los seguros
de compra y robo que sí tienen las tarjetas de crédito y eso puede suponer la diferencia entre
que te devuelvan el dinero por una compra que no has realizado tras duplicarte la tarjeta o no.
Límites a la retirada de efectivo. Con la mayoría de tarjetas de crédito es posible retirar grandes
sumas de cajeros, mientras que el límite por defecto de las tarjetas de débito suele estar en
torno a 600 euros. Esto se debe a que el dinero que se saca va directamente contra la cuenta
corriente y es una medida para evitar posibles descubiertos.
Seguros adicionales. Las tarjetas de crédito pueden incluir todo tipo de seguros con mayores o
menores coberturas. Los más habituales son el seguro de viaje, que cubren desde accidentes
hasta gastos médicos de viaje, seguro de daños o pérdida de equipaje e incluso seguro de vida
para cubrir el saldo de la tarjeta en el momento del fallecimiento del titular. Además, también
incluyen un seguro por robo y extravío, un seguro contra el fraude y un seguro de protección de
compra que cubre el robo o el daño accidental de lo que hayas comprado con la tarjeta.
Las aceptan en todos los lugares. Hay lugares en los que no podrás pagar con una tarjeta de
débito, como por ejemplo cuando pretendas alquilar un coche. Muchas empresas pedirán que
pagues con una tarjeta de crédito precisamente porque gracias al crédito se aseguran que,
aunque no tengas fondos en tu cuenta, podrán cobrar. Del mismo modo, si viajas al extranjero
es más fácil que acepten tu dinero de plástico cuando es a crédito que cuando es a débito.
Frente a estas dos ventajas se colocan una serie de inconvenientes que merece la pena
conocer y valorar. Algunos seguro que ya los has adivinado.
Compras cosas que no necesitas. Y como no ves cuánto te estás gastando, es muy sencillo
que termines gastando más de la cuenta. De hecho, lo más habitual es que compres cosas que
no necesitas sólo porque puedes hacerlo y que además gastes más de lo que querías en un
mismo objeto. En lugar de la televisión de 400 euros comprarás la de 450 o 500 euros.
Descuadra tu gestión financiera. Los intereses de la tarjeta de crédito harán que sea muy difícil
ajustarte a tu presupuesto porque variarán en función de lo que gastes y del capital que
amortices. Recuerda que sin planificación es complicado gestionar adecuadamente tu dinero.
Tienen más gastos y comisiones. Empezando por la cuota de emisión y renovación y siguiendo
por comisiones de traspaso de fondos o de disposición de efectivo en cajero, tener una tarjeta
de crédito es más caro que disponer de una de débito.
EFECTIVO
Ventajas
Protección en contra el robo de identidad. Al utilizar dinero efectivo para pagar nuestros
gastos, disminuimos en gran medida el riesgo de que nos clonen nuestra tarjeta de
crédito o de débito.
Menor propensión al gasto. Si tenemos un monto relativamente bajo de efectivo con
nosotros, y desechamos la idea de utilizar la tarjeta de crédito, eso nos obligará a
limitar nuestro gasto y es una vía excelente para adoptar hábitos para lograr una vida
más frugal, es decir, una vida con gastos innecesarios llevados al mínimo. Esto no
aplica si vamos de compras con cantidades grandes de efectivo.
Evita que caigamos en una espiral de deuda. Utilizado de manera inteligente, el
efectivo nos lleva a gastar dinero que en realidad tenemos. Debemos recordar que al
utilizar las tarjetas de crédito para pagar nuestras cosas, quizás estemos gastando
dinero que en realidad no poseemos.
Desventajas
El efectivo puede estar sujeto a robo o pérdida. Así como disminuye la probabilidad de
que nos clonen las tarjetas, cuando cargamos efectivo éste puede ser robado o
simplemente se nos puede perder.
Es más difícil el rastreo de los gastos. Al utilizar las diferentes tarjetas para efectuar
nuestros pagos, estos se ven reflejados a fin de mes en nuestros estados de cuenta. El
uso de efectivo hace este rastreo un poco mas difícil, y requiere un esfuerzo extra de
parte de nosotros para poder saber con precisión en qué gastamos nuestro dinero.
Impide que crees un historial de crédito. Si todos tus gastos los realizas en efectivo,
quizás no puedas crear un historial crediticio, bien sea con la utilización de las tarjetas
de crédito, o de préstamos asociados a dichas tarjetas. Como saben no soy partidario
del uso del crédito para comprar bienes de consumo, pero muy bien ese historial puede
ser utilizado para obtener un crédito comercial para iniciar o expandir un
emprendimiento.
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