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Hoy, hablamos de educación liberal: funcionalista o socialista en conformidad

con la ideología y con las políticas de cada una de nuestras sociedades.

El tipo de hombre que se busca en las sociedades capitalistas difiere


profundamente del que se pretende para las sociedades socialistas. Ej:
Objetivos y funciones en la escuela del Chile de Pinochet VS. Objetivos y
funciones en la escuela cubana.

Controlar la socialización de los niños mediante patrones clara y


deliberadamente prefijados

Se cumple inexorablemente, tal como señaló Marx, que la clase que detenta el
poder en la sociedad, detenta también el control cultural y los aparatos
educativos.

Aparatos que son el campo de batalla que consolida el tipo de sociedad que se
quiere reproducir y perpetuar.

A. Gras: “La escuela se describe como el instrumento de una política”

Siegfried Bernfeld: “El núcleo de la educación no lo constituye la pedagogía sino


la política. Y los fines de la educación no los determinan ni la ética ni la filosofía,
de acuerdo con los valores de validez general, sino la clase dominante, en
consecuencia con los fines de su poder.” (Txt: Sísifo o los límites de la
educación)

Lenin: “La victoria de la Revolución sólo será consolidada por la escuela”

Nietzsche: “Llegará un día en que la gran política trate sobre todo de problemas
de educación”

Ortega y Gasset: “La pedagogía es la ciencia para transformar la sociedad”

Un educador tan definitivamente conservador en su concepción política, como


A. S. Neill, dejó escrito: “como nación (refiriéndose a Inglaterra) nos
vanagloriamos del hecho de que alejamos la política de las escuelas, pero
nuestras escuelas son todo política, y de variedad equivocada, tanto que no
podemos reformar la educación mientras ésta forme parte del actual sistema
capitalista.” “La educación gubernamental no podrá ser libre hasta que las
normas del capitalismo no sean derrocadas y hasta que los trabajadores no
posean los medios para la producción. Nuestros gobernantes saben bien que si
la educación liberara el corazón, los trabajadores de este país barrerían con
todo ese sistema podrido.” –A.S. Neill, “Maestros problema”-.

F. Castro: “…Adecuar la educación a la sociedad que estamos construyendo, ese


es el objetivo del plan de perfeccionamiento del sistema educativo.”

[…] más allá de todo saber, más allá de todo conocimiento, lo que está en juego
es una lucha de poder. El poder político no está al margen del saber, está
imbricado en el saber. (Michel Foucault)

Países como Perú, Nicaragua y Cuba supieron aprovechar la coyuntura histórica


para politizar el sistema educativo de acuerdo con la estructura sociopolítica.

Importancia política del sistema escolar en las sociedades consumistas

El sistema escolar ha sido y es uno de los elementos clave de la estructura social


de cualquier país, sea este desarrollado o subdesarrollado, del norte o del sur,
de oriente o de occidente.

Pero si siempre ha existido esta incidencia de la política en la educación, hoy en


día los poderes de la escuela son mucho más significativos que en cualquier otra
época.

Los tentáculos de la escuela han logrado penetrar todos los sectores de la


realidad social.

Para educadores medianamente conscientes resulta imposible desligar de sus


actividades pedagógicas las implicaciones económicas, sociales y políticas.

Es esencial para la comprensión del hecho educativo, entender: EDUCAR ES


SOCIALIZAR, PREPARAR INDIVIDUOS PARA UNA SOCIEDAD CONCRETA E
IDEOLÓGICAMENTE DEFINIDA.

Esta socialización de la educación tiene un sentido doble: Por un lado, satisface


la necesidad de enseñar las diferentes pautas, valores y formas de vida
existentes en la sociedad (aquí, la educación es la manifestación
institucionalizada del fenómeno de la socialización). Pero también, regular de
este modo el comportamiento de los miembros de la misma (aquí la educación
como importante medio de control social).

Ambas funciones, tanto la socialización como el control social, son netamente


políticas. Son reflejo de la ideología y consecuencia de las demandas
socioeconómicas de una sociedad.

Así como el sistema educativo es un producto de una concreta y determinada


sociedad, de idéntica manera la sociedad encuentra en el sistema educativo la
forma más natural para perpetuarse y reproducirse.

Tal es la razón por la cual el sistema educacional se impone, con una fuerza por
lo general irresistible, a los individuos.

Que los estudiantes salgan de la institución escolar no sólo preparados para las
funciones que habrán de desempeñar en el contexto social (socialización
funcionalista) sino, y sobre todo, que salgan bien compenetrados con la
concepción del mundo, el tipo de hombre y el sistema social más acorde con la
ideología que sustentan.

El objetivo primordial de la escuela no es el traspaso de conocimientos ni la


capacitación para un empleo u oficio; “no es el de enseñar, cultivar, formar,
transmitir esto o lo otro. Lo de enseñar es una función instrumental; constituye
el medio a través del cual la escuela desempeña sus funciones centrales.” LA
FUNCIÓN PRIORITARIA DE LA ESCUELA ES SU FUNCIÓN POLÍTICO-SOCIAL.

En 1ª instancia, se trata es de inculcar funciones, conductas, creencias y valores.


Es decir, dotar a cada hombre de una ideología de modo que su inserción en la
sociedad no signifique una contradicción o un conflicto.
Así, ideologizado, podrá colaborar el ciudadano en la perpetuación y
consolidación de la estructura social imperante.

No tiene, pues, por qué extrañarnos que sea la escuela el instrumento social por
medio del cual se consolida en la sociedad la división de clases tan
profundamente diferenciadas, por no decir antagónicas. Los que logran escalar
los últimos peldaños de la pirámide escolar VS. Aquellos que se ven forzados y
condenados a permanecer en las bases.
Es la división entre los que tienen estudios y los que no los tienen, marca
indeleble para diferenciar “los buenos de los malos.”

Según el número de años de escolaridad consumida, habrá oportunidad para


optar por posiciones sociales relevantes en la política, en la economía y en la
cultura. Tal es la forma naturalizada y admitida por todos, que hace posible la
perpetuación de las estructuras actuales.

En resumen, impulsar un tipo de hombre, de cultura, de creencias políticas,


desechando otras concepciones humanas, otras culturas y creencias, ES UNA
CLARA ACCIÓN POLÍTICA. Tal vez la más importante acción política llevada a
cabo por alguna agencia de gobierno, a juzgar por los costos desembolsados y
por el aparato burocrático inmenso montado para tan fin.

La escuela hace política no sólo por lo que dice sino también por lo que calla; no
sólo por lo que hace sino por lo que no hace.

Es una acción política no sólo de tipo administrativo sino en la acepción más


abarcadora del término, que se refiere al proyecto global de la sociedad.

LA ACCIÓN EDUCATIVA NO PUEDE DEJAR DE SER POLÍTICA, DE LA MISMA


MANERA QUE LA BUENA POLÍTICA TIENE QUE SER PEDAGÓGICA.

En razón de esta ignorancia de la dimensión política de la educación –voluntaria


o no- muchos educadores, fieles a su concepción ético-profesional, rechazan el
ser considerados y el considerarse como instrumentos de adoctrinamiento
político.

La mutua interdependencia entre pedagogía y política explica no sólo “los


límites de la educación” y su permanente crisis, sino que explica el que
socialmente aceptemos y defendamos como bueno un sistema de enseñanza
imperfecto y malo en relación con la promoción humana y social de los grupos
mayoritarios.

LA ESCUELA NO ES UN AÑADIDO INOCENTE Y NEUTRAL DEL APARATO ESTATAL.

Pedagogía y política SON PARTES CONSTITUTIVAS DE UN TODO.


Los guardianes del orden, guiados por un celo incomprensible, toman medidas
para lograr la incontaminación (o “profanación de la escuela por ideologías y
doctrinas políticas”) del proceso educativo cuando esas medidas mismas ya
están contaminadas.

Una manifestación más de fuerte carga política y de la imposición ideológica de


las clases dirigentes a través del aparato escolar, es este afán por “despolitizar”
la acción educativa.

Se busca esa “despolitización” alejando a la escuela de los problemas sociales,


como si fuera posible educar encerrándose en un invernadero a salvo de la
realidad social.

El resultado de esta “despolitización” es una escuela superactiva en futilidades y


superpasiva en lo esencial.

LA POLÍTICA ES UNA PRÁCTICA TOTALIZADORA Y DIARIA QUE IMPREGNA Y


MATIZA TODO CUANTO HACEMOS.

Todos hacemos política, pero el educador hace política de manera privilegiada,


ya que el estado pone a sus órdenes un determinado número de futuros
ciudadanos para que los “socialice”, es decir, para que los politice.

Otra forma de camuflar la acción política de la escuela es la llamada


“psicologización” de los problemas sociales, tratándolos como si fueran
problemas individuales. Como si se quisiera culpar al individuo de los males que
tienen su origen en estructuras esencialmente injustas de la sociedad.

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