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Puerto Cisnes, 24 de abril de 2018.

Srta. Pamela Adriazola.


Directora Municipal de Educación.
Comuna de Cisnes.
Presente.

De forma reservada, quiero informar lo siguiente:

Con fecha, xx, fui convocado en forma urgente y expedita, sin previo aviso, a las 10:30
horas de la mañana aproximadamente, a la Dirección del Liceo Arturo Prat Chacón de la localidad
de Puerto Cisnes, en la cual trabajo como docente, para darme a conocer un acta firmada por uno
de los apoderados del curso 2 Medio Técnico Profesional, en el cual mencionaba dos presuntas
actitudes ejecutadas en el ejercicio de mi labor, consistentes en: “actitudes efusivas con los
estudiantes y halito alcohólico”. Dejo constancia que adjunto copia simple del acta en cuestión. En
la reunión anteriormente señalada, estaba presente el encargado de convivencia escolar del Liceo
Don Ladislao Valdez, en la cual, expresé mi sorpresa, por la forma en que se estaba tratando el
tema y mi preocupación por los siguientes antecedentes que paso a exponer:

Primero: Que la directora del establecimiento llamó a un apoderado del curso a las 8:15 de
la mañana, momento en el cual yo me encontraba haciendo clases, por tanto me vi absolutamente
imposibilitado de participar en la reunión, de escuchar y presenciar los hechos que se me están
imputando y destacar además la falta de protocolo y observancias a las normas del estatuto
docente en la forma de desarrollar el procedimiento en total penumbra y obrando a mis espaldas,
firmándose el acta en estas anormales condiciones. Cabe destacar que el acta estaba pre
redactada por la directora del establecimiento. En cuanto al apoderado desconozco los motivos
exactos por los cuales él específicamente la firmó sin verse directamente involucrada su pupila. Por
otra parte la Directora Sra. Gabriela Muñoz comentó con más de una persona del establecimiento
el objetivo de la visita del apoderado, dañando mi honra y mis habilidades profesionales frente a
mis pares de trabajo, e incluso me enteré a través de un mensaje de texto de un colega que me
informo la situación, en condiciones que la directora recién me llamo a las 10:30 de la mañana,
dejando pasar 2 horas.

Segundo: Que la Directora en la reunión señaló que estos actos fueron conversados en la
reunión de apoderados del día martes 24 de Abril del presente año, lo cual es completamente
falso, ya que tengo testimonios de apoderados que asistieron a la reunión, los cuales afirman que
nunca se conversó de algún problema o mala acción relacionada con mi persona o desempeño
profesional, es más, se planteó que estaban muy conformes con mi desarrollo como docente.

Tercero: Que ante esta situación me veo gravemente afectado, ya que se está poniendo en
duda mi calidad y ética profesional, de la cual puedo señalar que en mis 12 años de experiencia
laboral como docente jamás he sufrido acusaciones de ésta índole y jamás me he desempeñado en
condiciones tan poco profesionales respecto a mis anteriores directores de establecimientos
educacionales. Respecto este tema, a esta altura siento una verdadera persecución por parte de mi
directora, lo que afecta mi ánimo encontrándome muy triste y principalmente decepcionado de
ésta, ya que no posee ninguna atribución moral ni menos legal para exponer mi nombre de esa
manera, pues de acuerdo al estatuto docente, su actitud debería ser totalmente la contraria,
siendo su obligación, proteger y cautelar mi bienestar e imagen pública como docente
perteneciente a la comunidad escolar. Además he de destacar el perjuicio psicológico y moral, que
sufro y que daña mi armonía familiar, generando una serie de problemas de estrés al interior de mi
familia.

Cuarto: Finalmente, deseo señalar en forma expresa y categórica que niego la totalidad de
los hechos que fueron señalados en esa acta, y destaco que es otra medida de presión y
hostigamiento que siento por parte de la Directora Sra. Gabriela Muñoz, la cual no parece
comprender a cabalidad las labores que debe desempeñar en su rol laboral. Adiciono a esta carta
un problema que tuve con el Inspector General Wladimir Pulgar, con el cual tuve un episodio muy
lamentable al llegar al liceo, tratándome groseramente y sin respeto por mi dignidad personal y
profesional, en circunstancias en que ni siquiera nos conocíamos bien, y que aún repercuten en el
ambiente de trabajo.

Por todo lo señalado anteriormente, y para mi resguardo personal, deseo estampar esta
carta para vuestro conocimiento, y si es posible se estudien las medidas correspondientes para que
esto se arregle de la mejor manera, si no me veré obligado a estudiar la posibilidad de iniciar
acciones legales como última instancia.

CRISTÓBAL ANDRÉS CELEDÓN SOLÍS.


PROFESOR DE INGLÉS Y MÚSICA, MENCIÓN EN GUITARRA Y PRODUCCIÓN MUSICAL.

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