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Tribuna humanística

La relación de Chopin con las mujeres a través de la música


y la melancolía
Frederic Chopin. His relationship w ith w om en through m usic and m elancholy
Prof. Alonso-Fernández, F.1

I rrir con un científico cuando nos permite ver el baci-


lo de la tuberculosis hasta entonces oculto y, final-
La identidad psicohistórica y artística de Federico mente, el creador, el aportador de nuevas formas y
Chopin se define precisamente por ser un compen- perspectivas, el más excelso creador de los tres, el
dio de creatividad y de melancolía. En el campo de la creador genuino. Chopin es una muestra indiscutible
creatividad se distingue por haber disfrutado de la del genio creador.
creatividad subjetiva (de la vivencia) y de la creativi-
Se ha presentado a Chopin como un genio menor,
dad objetiva que lo define como un creador y ade-
por ser creador de obras pequeñas/cortas/breves y
más por haber sido un creador precoz, un músico
sencillas. Es cierto que sus piezas musicales son
precoz. Veamos estas tres características.
breves y hasta sencillas pero no insignificantes ni in-
Como creativo disfrutó de la vivencia del descubri- trascendentes. La música de Chopin no es intelec-
miento descrita como vivencia oceánica, cuyo princi- tual ni complicada, sino emocional y profunda, ver-
pal aliciente es la sensación de libertad infinita real- dadera poesía musical, donde están representados
zada con un espacio dilatado hasta la inmensidad y los grandes sentimientos del ser humano.
un tiempo sentido como si se hubiera detenido el re-
loj, el calendario y la vida. Una vivencia muy seme- Chopin, músico poeta, catalogado de neorrománti-
jante a la descrita como vivencia mística, ambas co, o sea un romántico un tanto extravagante, ex-
henchidas de libertad y trascendidas por la infinitud. presa en música sencilla y nada intelectual –él sentía
La libertad, el máximo don psicosocial del ser huma- rechazo hacia las grandes creaciones– la nostalgia
no siempre iluminado por la luz de la razón, puesto de su tierra, el amor frustrado, la soledad, el ansia de
que libertad y razón siempre se entienden conjunta- infinito y la melancolía, vivencias aflictivas integra-
mente como si fuera un binomio, el binomio liber- das en el dolor de vivir, ensambladas con sueños de
tad/razón. La infinitud, sensación singular que trans- poeta, en conjunto el mejor exponente de música
porta al creador a otros cosmos no regido por las co- poética.
ordenadas del tiempo y del espacio, como si fuera el Algunos expertos lo consideran, pese a todo, un ge-
mundo de las sombras y de los espíritus, donde el nio superficial, ya que «escogía las tonalidades ate-
espacio es inmenso, sin límites y el tiempo se halla niéndose más a las exigencias de la ejecución que a
detenido en los umbrales de la eternidad. Gracias a la lógica constructiva», y también se dice que cuan-
esta vivencia, los creadores toman alas e impulsos do componía pensaba más en el virtuosismo que en
para arrostrar las penalidades de la vida. El suicidio el equilibrio de la composición.
abunda mucho entre los genios y todavía abundaría
más si la vivencia oceánica no hubiera arrancado a al- Chopin fue un niño prodigio, un superniño ya con
gunos de ellos, como Beethoven, Kafka y tantos anomalías (sobre todo por su timidez y su tendencia
otros, de las garras de la autoinmolación. al aislamiento), en definitiva un talento precoz, com-
parado muchas veces en este aspecto a M ozart. La
Dentro de las tres modalidades de genio distinguido
mayor parte de los niños precoces realmente son
por mí en el libro El talento creador el inventor de al-
superdotados que denotan un alto nivel intelectual y
gún artilugio técnico, el descubridor de algo que has-
que se distinguen por su gran capacidad de aprendi-
ta entonces no estaba desvelado, como puede ocu-
zaje y que van a dar unos resultados excepcional-
mente altos en las pruebas de inteligencia cuyos re-
1
Conferencia inaugural en el Ciclo «Chopin, música y melan- sultados no están libres del influjo de los factores
colía (150 años después)», organizado por la Obra Social Caixa culturales. El genio es totalmente distinto, su tarjeta
Galicia. de identidad consiste en un exuberante talento crea-

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tivo mientras que en la escala de la inteligencia no muchos conceptúan a Chopin como un autodidacta.
ofrece ningún rasgo peculiar. La alta política interna- Incluso coincide su hermana mayor Luisa con su vie-
cional y la regulación universitaria parecen haberse jo maestro en orientarle hacia una dedicación futura
puesto de acuerdo para favorecer a los superdota- más como creador de obras inmortales que a tomar
dos e ignorar a los creativos. Tal vez se deba esta in- el hábito de sentarse al piano para dar conciertos.
clinación a la mayor presencia de superdotados. Se Conviene apuntar el dato de que la primera persona
calcula que en España existen alrededor de 250.000. que se asombró de su profundo sentido musical fue
M ientras que la proporción de creativos de perspec- su madre cuando le sorprendió una tarde a los tres
tivas, métodos, formas importantes es mucho más años interpretando una mazurca, con improvisacio-
pequeña. Normalmente el superdotado no aporta nes, que ella misma, buena pianista, había tocado
nada porque además es muy egocéntrico, de modo aquella mañana. Los estudios de piano comenzaron
que se consume en batallas por el poder y las finan- a los seis años pero como quedó referido siempre
zas. Dentro de los creadores solamente hay genios con un cauce de casi entera libertad. Chopin mostró
precoces entre los músicos. En cambio, no existe al mismo tiempo una gran debilidad física, en parti-
precocidad entre los escritores, los filósofos y los cular vulnerabilidad para las afecciones respiratorias,
científicos, ni siquiera entre los pintores y los escul- y al mismo tiempo una tendencia a la soledad y al
tores. La exclusividad de la precocidad de los músi- ocultamiento. Se dice que con frecuencia vagaba so-
cos se debe a la condición de lenguaje que tiene la litario por las calles de la ciudad, esto ocurría en los
música. El niño tiene una especial facilidad para el primeros años de la edad escolar. A los diecisiete
aprendizaje de las lenguas. No cabe duda de que años abandona definitivamente el colegio para desa-
Chopin fue un genio musical precoz, comparado in- rrollar una dedicación exclusiva a la música y la ma-
cluso en este aspecto con M ozart, por cierto su mú- yor facilidad que recibió en este sentido fue la insta-
sico predilecto. lación de un pequeño estudio en el propio hogar
Chopincito, apelativo que le viene muy bien porque donde convivía con sus padres.
era un niño muy enclenque y muy tímido. Se dice
que ya a los tres meses se agitaba con alegría en la
cuna cuando le llegaban acordes del piano pulsado II
por su madre en la habitación vecina. A los tres años
comienza a juguetear con el piano denotando no En cuanto a la melancolía debemos especificar que
sólo una capacidad sorprendente para las ejecucio- hoy distinguimos cuatro o cinco tipos de melancolía.
nes sino para improvisaciones de detalle. A partir de En esta gama de melancolías el polo bueno corres-
esa edad brilla por su capacidad ejecutora pianística ponde a la melancolía filosófica y el polo malo por el
y por su talento improvisador. A los siete años com- sufrimiento que implica a la melancolía enfermedad.
pone su primera polonesa, dedicada por cierto a una Lo que podemos afirmar aquí es que Chopin se mo-
condesa. Sin haber cumplido los ocho años da el pri- vía por toda la gama de melancolías que hoy se co-
mer concierto público en el palacio de Radciw ill, con nocen, pero con el énfasis precisamente en los dos
singular éxito y asombro general. Queda consagra- polos señalados. Tenía un talento reflexivo que es-
do como Chopincito, un niño indiscutiblemente pro- maltaba un mundo íntimo emocional y soñador ver-
digio. daderamente exuberante, asociación definidora de
Pronto empieza a recibir clases de piano, su maestro la melancolía filosófica. A la vez se mostró como un
es realmente un violinista y desde un principio sus auténtico enfermo melancólico, como tendremos
maestros, tanto el primero como el que tuvo des- después oportunidad de analizar con detalle. Queda
pués, se aperciben de su extraordinario talento eje- aquí consignado que Federico Chopin no sólo ha
cutor y sobre todo creativo y tanto uno como otro to- sido, como ya es tópico un cantor de la nostalgia, de
man la postura de limitarse a estimularlo pero sin Polonia y del alma eslava, del amor frustrado y del
ofrecerle pautas demasiado precisas para no blo- anhelo de ternura, que son vivencias personales y
quear o peinar su creatividad. Hay que agradecer a hasta de la dolencia física representada en este caso
sus profesores por lo tanto tres grandes aciertos: el por un proceso tuberculoso pulmonar que le acom -
inmediato reconocimiento del gran talento de su pañó de una manera progresiva en la segunda mitad
alumno, el haberlo conducido también con toda pres- de su vida, sino un artista de la melancolía.
teza a la música de Bach y de M ozart y el no haberlo A las experiencias dolorosas que se transparentan
agobiado con estudios teóricos ni con pautas que pu- en el arte de Chopin, reseñadas por Salvaneschi
dieran haber ensombrecido su talento. La formación como la nostalgia de la patria, las desilusiones amo-
recibida por Chopin de sus maestros es tan vaga que rosas, la tisis y la sed de infinito, se agrega, con un

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perfil propio, más trágica aún que todas la experien- re es una poesía que recoge todas las vivencias del
cias penosas reseñadas, el dolor moral o sufrimiento depresivo. La Sonata de Kreuzer , de Tolstoi, puede
por vivir, que constituye el núcleo de la melancolía servir de modelo de novela depresiva. En la música,
enfermedad o grupo de enfermedades depresivas. la Tercera Sinfonía, La Heroica, fue compuesta por
Beethoven en 1805 bajo el influjo de uno de los pri-
El sufrimiento melancólico es el más profundo regis- meros episodios depresivos sufridos por este genio,
trado en la vida humana, una especie de abrazo anti- activado por el aislamiento acústico iniciado algunos
cipado con la muerte, que no permite albergar ilusio- años antes, y con el fermento de la amenaza de Na-
nes, placeres y alegrías, fenómeno designado anhe- poleón Bonaparte a punto de invadir Alemania. Esta
donia. En sus entrañas se aloja la desesperanza, el Tercera Sinfonía está considerada como el dolor he-
pesimismo negro y una tristeza referida a todo y a cho música, la música que a juicio de Berlioz hace
nada, puesto que es una tristeza sin contenido con- soñar, temblar y llorar. Calificada de música dramáti-
creto. ca, distinta a una oración y a un himno, esta sinfonía
El estado depresivo fue anteriormente considerado constituye la pieza musical rompedora con todo lo
como el trastorno bloqueante por antonomasia de la creado hasta entonces. En la Quinta Sinfonía (1808),
creatividad. Se presentaba al Hom o depressivus La Atronadora en términos de Goethe, se impone
como el contrapunto del Homo imaginativus, tal vez t am bién abrum adoram ent e el t alent o depresivo,
remontándose a la imagen del planeta Saturno, que pero esta vez acompañado de cólera concentrada y
asume la representación, a la vez de la melancolía y acrisolada en sueños y visiones nocturnas, y hasta
de la inmovilidad. de breves y repentinas euforias. Para muchos meló-
manos la Quinta, tal vez por su diversidad armónica,
A la luz de nuestro modelo clínico tetradimensional es la preferida.
de la depresión resulta perfectamente inteligible la
existencia de un amplio contingente de enfermos Chopin, por lo tanto, como otros creadores al expre-
depresivos en los que la depresión no se traduce en sar su sufrimiento en la obra plástica, parece como
una suspensión de la actividad creadora, sino en una si repartiera su dolor entre su arte y sus vivencias,
transformación de su arte, inundándole de vivencias con lo cual éstas resultan aliviadas y él pudiera sen-
mortificantes negras y desoladas. Y es que la depre- tirse algo aliviado.
sión suspende unas veces la obra creadora y otras la Chopin es un genio creador que debe incorporarse a
transforma, ambos influjos ejercidos con indepen- la galería de los genios que han alumbrado alguna de
dencia en gran parte del grado de intensidad del cua- sus obras como reflejo de la enfermedad melancóli-
dro clínico. El que se produzca una influencia blo- ca/depresiva. Esta galería donde figuran nada menos
queante o transformadora sobre la pintura, la músi- que Beethoven,. Baudelaire, M ariano José Larra,
ca, la escritura, es función de las características de la Goya, van Gogh, por sólo mencionar aquí de los que
sintomatología depresiva. Cuando el episodio depre- yo mismo me he ocupado de destacar como genios
sivo está integrado por una sintomatología corres- que han aportado obras con vivencias melancólicas.
pondiente a la discomunicación, o sea pérdida de la En Chopin, el tormento melancólico toma su máxi-
sintonización con el ambiente, o de la anergia, o sea ma crudeza representativa en los Nocturnos y los
anulación de las energías de los impulsos, se produ- Preludios, y sobre todo la M archa Fúnebre, obra de-
ce el bloqueo de la creatividad y con ello la entrada finida por los musicólogos como «el himno de todas
del artista en la inactividad. En cambio, los cuadros las agonías y el poema de los dolores». ¿Cabe más
depresivos libres de anergia y discomunicación, o precisa definición de una música melancólica?
con una sintomatología en estas dimensiones muy
ligera, permiten continuar al artista con su actividad Cada sector de la creatividad posee sus rasgos ca-
pero transformando su arte o bien comprometiéndo- racterísticos esenciales y hasta específicos. La crea-
lo a expresar las vivencias propias del estado de áni- tividad musical se distingue por su poder comuni-
mo depresivo en sus acordes musicales, en su esti- cante y expresivo, hasta el punto de que se la consi-
lo y tema de la pintura, en lo que escribe, etc. Así sa- dera como un lenguaje. Y a esta condición se debe
bemos hoy, según he dejado patente en mis libros El que sea el único género artístico encarnado con cier-
talento creador y El enigma Goya que existe pintura ta frecuencia en un genio precoz. Dentro de las tres
depresiva, la pintura negra de Goya, de van Gogh en grandes Bellas Artes por excelencia: la literatura, la
sus dos últimos años, etc.; literatura depresiva, El música y la pintura/escultura, el genio precoz es casi
delirio filosófico, de Larra es artículo periodístico ab- un patrimonio exclusivo de la música. La música es
solutamente negro, La poesía del gusto por la nada, incluso un lenguaje en su forma originaria, ya que se
composición del libro Las flores del mal de Baudelai- generó como un medio de acompañar y modular el

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canto, primero con instrumentos de percusión y des- agradable, pues bien, Chopin fue un genio a contra-
pués con instrumentos de viento y cuerda, estas dos corriente en el aspecto meteorológico y cultural, en
últimas variedades siguiendo un orden de aparición lo que se refiere por supuesto a su fecha de naci-
no bien conocido. La música constituye por sus raí- miento. Nace en una villa polaca en las proximidades
ces y sus claves significativas una forma de lengua- de Varsovia (Zelazow a, a 28 kilómetros de la capital
je no verbal, primordialmente un lenguaje afectivo y de Polonia).
emocional.
La eclosión precoz de la chispa genial en Chopin vie-
Hasta el Siglo de las Luces la música servía de trama ne facilitada por estos factores ambientales que a
sonora a los momentos estelares de la vida humana continuación pasamos a describir:
colectiva, sobre todo las fiestas, el trabajo, la oración
– Ambiente familiar rico en estímulos de inteligencia
y la muerte. El propio Chopin fue acompañado en el
y cultura.
momento de morir –como tendremos ocasión de
ver– por un recital de canto y piano. En el Siglo de las – La figura de la madre musa en su infancia y des-
Luces el músico se libera del yugo de la Iglesia y de pués en su amante George Sand como si fuera su
la Corte y deja de ser un artesano servil, casi un la- segunda madre musa.
cayo, para devenir un artista, condición hurtada a los – La vivencia de orfandad le acomete a Chopin tar-
barrocos e inaugurada por los románticos, con Beet - díam ente cuando se ve abandonado por George
hoven como primer rompedor de horizontes. Sand en el último tramo de su vida y se ve abocado
El supergenio Beethoven es como el puente crono- sin fuerzas para reaccionar a efectuar una regresión
lógico y musical entre los barrocos y los románticos. infantil y creativa sin retorno. Tiene un efecto contra-
Los barrocos, en su mayor parte personas equilibra- rio al positivo y estimulante proporcionado por la vi-
das y serenas, con un biotipo pícnico, un talante ar- vencia de orfandad precoz.
mónico y ponderado y una vida prolongada: Händel – El acompañamiento de una generación de grandes
muere a los 75, Haydn a los 78 y Bach a los 65. Fren- compositores románticos.
te a ellos se alinean los románticos: delgados y lep-
tosomáticos, dominados por el pathos «romántico», El ambiente familiar de Chopin era sin duda un am -
en forma de tormentas emocionales cuyo colorido y biente rico en estímulos culturales y de un nivel in-
matiz se refleja en su música por la abundancia de telectual y social moderado. Su padre, francés, había
«notas a contratiempo, dolorosas apoyaturas y elo- hecho la campaña con Napoleón con el grado de ca-
cuentes y patéticos silencios». Casi todos los com - pitán y no pudiendo volver a Francia como hubiera
positores románticos de altura mueren prematura- sido su deseo tuvo que confinarse en Polonia como
mente (antes de los 40 años): Schubert, a los 31 profesor de francés. Primeramente preceptor en la
años, por cierto en estado alcohólico; M endelssohn villa donde nació Federico después de haberse casa-
y Weber a los 38; Chopin a los 39; Schumann a los do con una dama allí residente, una dama asistente
46, pero con el talento roto por el trastorno mental de una condesa, con la cual tuvo cuatro hijos por
desde varios años antes. Las excepciones más rele- este orden: Luisa, Federico, Isabel y Emilia. El hogar
vantes, con el disfrute de una vida larga se encuen- era tan creativo que Luisa e Isabel mostraban una
tran en Liszt y Brams. disposición especial a escribir libros para niños con
los que colaboraba Federico, cuya vena literaria se
acabó demasiado pronto hasta el punto de que algu-
III nos años después le costaba un trabajo inmenso, in-
cluso simplemente la tarea de escribir una carta. Las
tres hermanas se llevan muy bien con Federico y le
Vamos a ocuparnos ahora de la identidad familiar de
mostraban una predilección amorosa. En especial es
Chopin. Chopin nace en 1810 y hay dos fechas que
de notar la relación de amor que siempre tuvo con la
se disputan el honor de haber servido de marco a su
hermana mayor Luisa.
llegada al mundo. Primero se pensaba que Chopin
había nacido el 22 de febrero, posteriormente la opi- El mismo año del nacimiento de Federico, el padre
nión se inclina por el 1 de marzo, que parece lo más se traslada a Varsovia al ser nombrado profesor del
probable. Lo cierto es que en ambos casos Chopin Liceo. Lo que define una preocupación del padre por
se muestra como hijo del invierno y del frío. Y pues- sus hijos en este caso es la apertura de una pensión
to que se sabe hoy que la llegada del genio a la pri- para estudiantes ricos pensando más que en los as-
mavera se ve favorecida para despertar precisamen- pectos económicos en los aspectos culturales y en
te su creatividad porque los recibe un mundo en la convivencia que iban a tener sus hijos con las per-
fiesta y con una gran luminosidad y una temperatura sonas que se albergasen con la familia. En este am -

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biente podemos afirmar que Chopin fue un niño de ga a menudo no disponer de suficientes palabras
infancia feliz que se comunicó suficientemente con para describirlo.
todos sus familiares y cuyos únicos sobresaltos fue-
ron las exigencias que pronto se le plantearon al ma- Pero el resorte ambiental que parece haber interve-
nifestarse como un genio precoz. nido provocando con la mayor fuerza la eclosión del
genio de Chopin fue la figura de la madre musa en su
El dilema de si el talento creador se debe a la heren- infancia. La modalidad de pareja que ha engendrado
cia o al ambiente ha sido objeto de muchas investi- mayor número de genios creativos es la integrada
gaciones en todos los tiempos. Hoy podemos afir- por un padre desaparecido o borrado y una madre
mar que el genio no nace genio ni se hace genio sino amantísima intocable como si fuera una virgen a los
que es el producto de un desarrollo al mismo tiempo ojos del niño. La estimulación precoz asumida por la
genético y ambiental con una intervención de múlti- función materna desempeña una influencia muy be-
ples factores. Hay un condicionamiento hereditario neficiosa para el desarrollo del talento creador. La
del genio configurado como una disposición a un ni- m adre asum e de esta suerte el papel de m adre
vel intelectual moderadamente alto, una forma de musa tipo Yocasta. La simbiosis madre-hijo presente
pensamiento original o de costado y un tipo de per- en un sector amplio de escritores, músicos y pinto-
sonalidad independiente. Estos son los tres ingre- res de primera magnitud toma después una de estas
dientes básicos del genio creador, presentes en for- tres vías: la permanencia del maternaje en forma de
ma de una potencialidad disposicional y hereditaria, una dualunión; la sustitución de la madre por otra
que precisa para plasmarse en una realidad el con- mujer, que es el caso de Chopin, y el desarrollo de la
curso estimulador directo o indirecto de elementos identificación homosexual.
ambientales favorables ad hoc, distribuidos entre las
vertientes físico-orgánica y la psicosocial. La madre de Federico era una mujer muy cultivada,
de una gran sensibilidad, con una especial habilidad
La plataforma disposicional y hereditaria del genio para tocar el piano. Era la hija de unos pequeños no-
obedece por lo general a una mutación o variación bles polacos, de una familia que había perdido su po-
genética brusca y extrema, que no se deja inscribir sición económica. Pero lo que indudablemente con-
en ninguna forma de herencia sistemática o metódi- movió a Chopin desde un principio fue su carácter
ca. Por eso el talento creador constituye un salto dulce, reservado y sobre todo cariñoso y tierno. La
que no suele transmitirse de padres a hijos y nietos, propia George Sand aduce que Federico adoraba a
como ocurrió con toda claridad en el caso de Federi- su madre que era su «única pasión». La influencia de
co Chopin, quien surgió en el seno de una familia co- madre musa se impuso sobre Chopin sobre el posi-
mún y hasta casi mediocre como si fuera un produc- ble influjo recibido por su padre, un sencillo buen
to de la casualidad, como ocurriera a otros muchos hombre, e hizo que Chopin siempre se considerase
genios, entre los filósofos Kant y Fichte, entre los polaco/eslavo y nunca participase del patriotismo
m úsicos Haydn, todos ellos com o otros m uchos francés y mucho menos del chauvinismo. Si alguna
más, provinientes de familias carentes de aptitudes deuda tuvo Chopin con Francia fue más bien de ín-
sobresalientes. dole política en el sentido de que como se sentía
profundamente patriótico sabía que Polonia era tie-
Juan Sebast ián Bach (1685-1750) represent a la rra de reparto entre sus insaciables vecinos Prusia,
cumbre de una dilatada familia de músicos, tal vez Austria y Rusia, mientras que en algún momento ha-
el árbol genealógico musical más amplio que se co- bía sido aliada de Napoleón. Por supuesto, casi me-
noce. El don de la música se extiende entre sus dia vida suya transcurrió en Francia y París le aclamó
miembros a lo largo de siete generaciones sucesi- hasta el paroxismo como su concertista predilecto.
vas de músicos y organistas. Aunque se suele evo-
car a Juan Sebastián Bach como prueba de que el Para definir con más precisión a la madre de Chopin
talento musical es hereditario, tal interpretación re- llamada Justina tenemos que subrayar que como
sulta harto discutible, dado el papel tan importante procedente de una familia arruinada de la pequeña
que el aprendizaje musical infantil desempeña en la nobleza venía funcionando como dama de honor de
eclosión del genio precoz. Por otra parte, hay que una condesa, de la cual era así mitad amiga y mitad
precisar que si bien se dio en su estirpe una gran cam arista o sirviente. Fue por lo tanto la m adre
abundancia de m úsicos, el único que alcanzó la quien ejerció una influencia decisiva no sólo en la
cumbre genial verdaderamente con el apelativo de eclosión precoz de este genio sino en su desarrollo
creador sobrehumano fue Juan Sebastián, en el que como un auténtico músico poeta que comprendió en
se elogia el virtuosismo musical, sobre todo como su obra una gama muy amplia de vibraciones, si bien
compositor pero también como ejecutante y se ale- con una especial concentración en la tristeza, en la

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languidez, en la nostalgia, pero sin ausencia de cla- dica. M endelssohn simpatizaba más con Chopin per-
ves de vibraciones fuertes y robustas, aunque en sona y pianista que con Chopin compositor.
mucha menos proporción que las primeras.
El que más hizo por Chopin fue Roberto Schumann y
Aunque algún escritor alemán trata de asignar a Cho- sin em bargo Chopin no adm iraba dem asiado su
pin una identidad nacional múltiple distribuida entre obra. Schumann llegó a escribir «señores descú-
Polonia su lugar de nacimiento, Francia por su pater- branse que pasa un genio» con motivo de dedicar a
nidad y Alemania por su educación y asegura que las Chopin uno de sus comentarios escritos musicales
influencias de estos tres países convergieron en pro- en la Gaceta M usical, en 1830, comentario que, por
porcionarle una not able personalidad: Polonia le parecer excesivo, fue motivo de que le despidieran.
aportó su carácter caballeroso, Francia su innata ele- Personalmente con el que mejor se llevó fue con
gancia y su gracia y Alemania su soñadora profundi- Liszt. Liszt también le elogió sin reservas pero tam -
dad, lo cierto es que Chopin se sentía por encima de poco Chopin se mostró muy entusiasta de la obra de
cualquier otra condición nacional eslavo y polaco, ra- Liszt. Todo esto hace pensar que Chopin sintiera una
dicales que provienen de su madre, figura de madre rivalidad hacia los otros, viviera la situación como
musa muy destacada. una rivalidad, como una competición, tal vez produc-
to del resentimiento o de la envidia. El talento su-
La vivencia de orfandad le llega a Chopin tardíamen- percrítico lo denota en que incluso llegó a encontrar
te generada por el relativo cambio de función de Ge- errores y artificios defectuosos en el Don Juan de
orge Sand. George Sand había sido la madre musa M ozart y se los hizo notar a Liszt como si fueran re-
amante de Chopin entre los años 1837 y 1839, la re- proches. Si bien admiraba a algunos compositores
lación más prolongada que tuvo esta escritora con de segunda o tercera fila como Hummel y Hiller, se
nadie, lo cual ya denota su carácter saltarín en este puede pensar que la postura de Chopin era una pos-
aspecto, de condición bisexual. A partir del año 1839 tura narcisista, egocéntrica y que vivía el sentimien-
George Sand se limita a ser una madre tutora, y esto to de relación con los demás músicos románticos
traumatiza a Chopin y empieza a declinar su creativi- como una relación de competitividad.
dad haciendo como una especie de regresión infan-
til, que se acentúa a partir de la ruptura total con ella Lo cierto es que Chopin no sólo mantenía esta pos-
siete años después, cuando Chopin tiene 36 años y tura un tanto egotista con relación a la música sino
entra rápidamente en el estadio final de su vida con- también con relación a las otras artes. Aquí podría
sumido por la melancolía y por la tuberculosis pul- imputarse más bien a su carencia de cultura clásica,
monar. Lo cierto es que la vivencia de orfandad no ya que únicamente había conocido libros de algunos
tuvo nada que ver en el despertar de Chopin a la vida escritores polacos contemporáneos suyos. Su des-
como una persona muy creativa. conocimiento total de la literatura europea le llevaba
a encontrar a Shakespeare truculento. Se piensa
También facilitó el despertar precoz de Chopin el he- que no leyó a Cervantes. También parece que fue
cho de que en la primera década del siglo pasado se poco sensible para la pintura: Delacroix le hace un
acumula el nacimiento de una cohorte de músicos retrato y no obtiene de Chopin sino una pausa de si-
románticos. Es la cuna de una generación musical lencio.
extraordinaria: en 1803 nace Hector Berlioz, consi-
Con el único músico de su tiempo que llegó a con-
derado como el más grande de los compositores ro-
geniar, pero sólo en el plano de la amistad y de la eje-
m ánt icos de Francia; en 1809 M endelssohn; en
cución musical, hasta el punto de que tocaron mu-
1810 Robert o Schum ann y Federico Chopin; en
chas veces juntos, fue Liszt, que tenía una persona-
1811 en Hungría, Franz Liszt; en 1813 el germano Ri-
lidad totalmente distinta a la suya. Liszt pasó por la
cardo Wagner y el italiano Giussepe Verdi. Nos pre-
primera mitad de su vida con una gran exaltación
guntamos ¿qué tendrían aquellos años para ser el
erótica y al final entró en una crisis de misticismo
marco de una generación tan inspirada y tan creativa
que le condujo a ordenarse de fraile en un convento.
y tan orientada hacia el romanticismo? Por otra par-
Como vemos tenía un desequilibrio pero con una
te, entre ellos no existían demasiadas buenas rela-
orientación bastante distinta a la de Chopin.
ciones como estímulos mutuos. Tal vez Chopin fue-
se uno de los más admirados pero sin embargo no
pagaba a los otros con la misma moneda. Para Cho-
pin sólo existían Bach y M ozart, incluso a Beethoven IV
lo veía demasiado complicado. Chopin era muy ad-
mirado por M endelssohn aunque siempre con la ob- Entramos en el retrato físico y mental de Chopin, el
jeción de que en su obra dominaba la sencillez meló- esquema de su identidad personal. Fijémonos bien

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en su rostro, puesto que la cara está conceptuada como en un martirio. Pero con todo lo que más re-
como la tarjeta de visita de la constitución psicofísi- chazaba eran los conciertos. Andando el tiempo este
ca y popularm ente se la considera el espejo del rechazo fue progresivo. Sobre todo era hostil a los
alma. La facies de Chopin de tez muy pálida era muy conciertos ante auditorios numerosos, tal vez por-
masculina y muy femenina a la vez. Un rostro mixto. que la potencia sonora que era él capaz de extraer al
Entre los rasgos masculinos sobresalían la frente piano no era suficientemente fuerte. Aquí sí que fue
grande y despejada, la nariz grande y afilada, los pó- Chopin explícito y en una ocasión confesó a Liszt
mulos huesudos, el cuello alto y estrecho. que le gustaría «robarle su manera de tocar». En otra
ocasión en que se le rompió una cuerda del instru-
Entre sus rasgos gráciles, tal vez un tanto feminoi-
mento a un pianista, Chopin se dolió de no ser él ca-
des, coronados por una cabellera larga entre ceniza y
paz de tocar con tanta energía que no dejara una
rubia, con apariencia castaña, sobresalián la mirada
cuerda sana en el instrumento. El pianista en aquella
dulce y lánguida, los ojos grandes y estrellados, los
época no sólo debía ser un virtuoso y un estilista,
labios carnosos y un toque de dulzura en el mentón
sino poseer mínimas dotes atléticas.
recogido con pudor y redondeado como si fuera una
curva femenina. Tal vez por esta debilidad Chopin llegó a tener verda-
dero pánico al escenario y entre sus confidencias fi-
Las manos de marfil, culminaban en unos dedos gura la confesión de que «los tres días previos a un
huesudos pero cortos, infantiles, débiles hasta el concierto son un verdadero suplicio». Aquí se abre la
punto de que carecía de energía para la ejecución, incógnita si en la determinación de este pánico in-
como él mismo había lamentado, ya que en aquel tervenía más su timidez fóbica o su debilidad para
tiempo los pianos exigían ser pulsados con fuerza, y pulsar el piano con la debida energía o más bien es
unas manos comparadas con las de una niña no eran el resultado de ambos factores. Tal vez lo esencial
el instrumento pulsador más adecuado. Son muchos aquí fuera una fobia, pero no como agorafobia (fobia
los que se han fijado en sus ojos claros, de tonalidad al gran espacio), sino como oclofobia o fobia a la
azul grisácea. Roberto Schumann destacaba en Cho- multitud.
pin la mirada deslumbradora y los «ojos como una
flor o un pavo real, ojos de niña». La nota más dis- Vamos a distribuir su perfil mental entre la intimidad,
plásica era su medio bigote, porque la otra mitad se la relación con otros, la relación con las cosas y la re-
obst inaba en no salir, según com ent ario escrit o lación con el arte.
suyo. De modales pulcros, elegante, comedido, de En su intimidad se muestra muy sensible, con baja
porte aristocrático, atildado hasta el extremo, lo cual autoestima, soñador, entre personalidad dulce y de-
fue objeto de toda clase de comentarios y calificati- licada, acrecentándose estas cualidades al tocar el
vos. Unos le tenían por dandy y otros por un petime- piano.
tre, Liszt le llamaba «el príncipe». Precisamente su
preocupación por el atuendo fue objeto de una de las Su modo de tocar el piano agradaba más a las muje-
riñas más pasionales que tuvo con George Sand, ya res que a los hombres que lo encontraban pianísimo,
que se esmeraba en el vestuario cuando la situación e incluso algunas veces fue objeto de comentarios
reclamaba otra clase de preocupaciones. Su psico- desfavorables entre los críticos. Pero sobre todo era
motilidad era acompasada pero con instantes abrup- t ím ido, dubit at ivo e indeciso. No descuidaba el
tos, siempre tan plástica que podía realizar imitacio- atuendo refinado ni siquiera en los momentos más
nes de otras personas. Talla media, 1,70, muy delga- apurados y graves de su enfermedad, como si se tra-
do, no llegaba a los 50 kilos en su esplendor, pronto tase de afirmar que el vestuario esmerado formaba
se hizo esquelético y oscilaba alrededor de los 40-41 parte de su personalidad.
kilos. El detallismo en su porte externo, sus maneras y sus
vestuarios, unido a su pulcritud, a sus movimientos
En definitiva era un leptosomático displásico, una
precisos y coordinados, puede interpretarse como
constitución predispuesta a enfermedades infeccio-
rasgos obsesivos de la personalidad, ya que además
sas, sobre todo tuberculosis pulmonar, y en el as-
empareja muy bien con otras muestras propias de la
pecto mental al temperamento introvertido-distóni-
misma personalidad como la timidez, la inseguridad
co, tipo esquizoide (entre la hipersensibilidad y la
y la hipersensibilidad en el trato con las personas; la
anestesia), que en él tomaba una inclinación hacia el
vivencia de soledad presente a menudo en su intimi-
polo hipersensible y anancástico (obsesivo).
dad, y la preocupación económica parece que algu-
Disponía de pocas energías. Le costaba trabajo dar nas veces excesiva. De la vivencia de soledad ha de-
clases, considerándolas como un «tostón». A veces jado reiterado testimonio en su epistolario. A los 21
se encontraba sin fuerzas para componer y sufría años, con un notable éxito artístico en París, se la-

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menta de que su triunfo en el arte no se acompañe porque tenía más confianza en ellos que en ellas. En
de éxito editorial, económico y personal, y se queja líneas generales los hombres se portaron bastante
de aislamiento. mejor con Chopin que las mujeres. Se dice con un
sentido un poco burlón, sarcástico, que Chopin en-
Parece un tanto extraña la discordancia entre su viaba demasiados besos a sus amigos masculinos,
comportamiento externo y su mundo interior como que les expresaba excesivo cariño, les tributaba
lo refleja Liszt, quien destaca entre sus rasgos la cuantiosas expresiones de afecto. En una ocasión
imaginación ardiente y la fuerza de los sentimientos escribe a un amigo: «No necesitas mi retrato, siem -
que llegaban casi hasta la violencia. En relación con pre estoy contigo y no te olvidaré hasta el fin de mi
los otros se sentía tan atemorizado que este es uno vida». Y a otro: «No tienes idea de cuánto te quiero
de los factores por los cuales él renunciaba a los ¡que no daría por abrazarte una vez más! ».
conciertos. En una ocasión le dijo a Liszt: «No sirvo
para el concierto. La multitud me da miedo, me sien- Esta personalidad, hipersensible, introvertido obse-
to paralizado por esas miradas curiosas, enmudecido siva, presenta una lejana analogía con la de Felipe II,
por esas caras extrañas». Hablaba en voz baja y en el rey español. En la personalidad de Chopin en-
las reuniones se sentía solo, como escribe a alguno cuentro rasgos atenuados que están mucho más de-
de sus amigos: «Estoy triste y me siento aislado y sarrollados en Felipe II, ambos personajes enmarca-
abandonado, no puedo vivir como quisiera. He de dos en la personalidad obsesiva o anancástica. En
vestirme para presentarme en los salones con un los últimos días he tenido oportunidad de que llega-
rostro sonriente y alegre. Pero en cuanto estoy solo ra a mis manos un libro de grafología, de Gille (1991),
en mi habitación dejo desahogarse mis sentimientos donde se estudian las características grafológicas de
y descubro al piano, como mi mejor amigo, todos Chopin y de Felipe II, encontrándolas profundamen-
mis sufrimientos. No tengo un alma a la que poder te afines,
confiarme por completo». He aquí cómo lo describe
George Sand en el personaje el Príncipe Karol de una
novela suya –realmente una memoria novelada en la V
que el Príncipe Karol representaba a Chopin–: «El
Príncipe Karol era dulce, sensible y exquisito en Así como en lo referente a la personalidad, Chopin
todo... Fue siempre tan delicado de cuerpo como de es una versión atenuada, por así decirlo, de Felipe II,
espíritu, pero esta ausencia de desarrollo físico-mus- en cambio en lo que se refiere a la sintomatología
cular conservó en él una belleza graciosa, una fiso- depresiva aventaja el músico al monarca. En Chopin
nomía excepcional que no tenía, por decirlo así, ni están representadas las cuatro dimensiones de la
edad ni sexo... No había nada más puro y más exal- enfermedad depresiva a la que antes me refería por
tado que sus pensamientos. Perdido siempre en sus medio de estos rasgos:
sueños, no tenía el sentido de la realidad». Esta es la
– El humor depresivo: ya desde los 21-22 años tiene
descripción que hace George Sand de Chopin encar-
dolor de vivir y ansia de morirse porque tiene un gran
nado en el Príncipe Karol en la novela Lucrezia Flo-
pesimismo, una gran desesperanza y se vuelve hi-
riani, cuya lectura dio origen a un gran enfado en
pocondriaco y preocupado por arruinarse. Lo raro es
Chopin y que contribuyó a su ruptura total y definiti-
que no tuviera un sentimiento de culpa, ya que por
va en el año de 1846.
regla general las personas que tienen una gran inti-
Desconocemos las impresiones de Chopin porque midad, una gran sensibilidad y espiritualidad, como
no nos ha dejado ningún diario donde las exprese, ocurría en Chopin, cuando enferman de depresión
pero sabemos que las reacciones de los hombres y generalmente tienen sentimiento de culpa. Chopin
de las mujeres a los comportamientos de Chopin tenía más ideas de ruina e hipocondríacas que senti-
eran muy distintas. miento de culpa.
– La anergia o falta de energías: aburrido, cansado,
Las mujeres ante Chopin reaccionaban generalmen-
con profundo abatimiento, con obsesiones, astenia y
te con una atracción, pero sin encandilarse, como si
apagamiento de la libido sexual, lo que dificultaría las
fuera uno igual a ellas, incluso había como una inver-
relaciones de Chopin con sus amores.
sión de papeles y muchas mujeres enternecidas ob-
sequiaban a Chopin con bombones y perfumes, el – En cuanto a la discomunicación, Chopin no sólo tie-
regalo que generalmente se prodigaba por parte de ne una gran sensación de soledad, de que los demás
los hombres a las mujeres. En cuanto a la relación se distancian demasiado de él, sino que en determi-
con los hombres, Chopin se mostraba muy entusias- nados momentos tiene alucinaciones, unas visiones
ta y no es que fuera homosexual sino homoerótico horrendas, aparición de espectros y alucinaciones

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auditivas que le transmiten una música fúnebre y por las situaciones infortunadas de la vida. Las situa-
canciones de muerte. ciones más depresógenas para Chopin parecen ser
Chopin refiere en una carta a Solangue, la hija de Ge- el cambio de residencia (con el aislamiento y el cam -
orge Sand, el episodio de las alucinaciones: «Finali- bio de hábitos que ello implica), los estreses econó-
zado el Scherzo, cuando iba a tocar la M archa fúne- micos y las desilusiones amorosas, todo ello a pesar
bre, vi ante mi, en el piano, aquellas criaturas ho- de su clamoroso triunfo como concertista en París
rrendas que m e habían asalt ado t am bién en las en donde fue el m úsico de m oda durante varios
noches de Valldemosa. Huí aterrorizado, me repuse años. La aparición algunos años después de la tu-
en el vestíbulo y continué el concierto»: berculosis pulmonar con su cortejo de sufrimientos
morales y físicos reforzó la sintomatología depresiva
Parece que las alucinaciones en forma de cantos fú- a la vez que la enmascaró como si se tratase de una
nebres y de apariciones terroríficas le ocurren sobre afección puramente somática. Pero ya a los 21 años
todo en los momentos de soledad, instante en que comienza a pensar con reiteración en la muerte y se
le domina la vivencia de que van a morir los seres siente acosado por la vivencia de soledad. Escribió
queridos; en una ocasión cuando volvió George Sand ya entonces en su diario «más vale morir que vivir»’.
a su apartamento en La Cartuja dio un grito de júbilo Puede quizá aventurarse que la depresión comienza
porque estaba convencido de que ya había muerto. hacia los 21 años y la tuberculosis pulmonar dos o
Sus fobias pueden distribuirse entre fobias neuróti- tres años después.
cas y fobias depresivas, o sea fobias que forman par-
te de su personalidad anancástica o de su sintoma- Disim ula Chopin su sufrim iento con una sonrisa.
tología depresiva sin poderse precisar más. Las que Este es un recurso utilizado para ocultar el tormento
más destacan entre ellas es la fobia a las muche- interior. Disimulo extendido por Chopin a las cartas
dumbres, conocida como ociofobia, la fobia a la so- remitidas a su familia en Varsovia, en las que se
ledad, y la fobia a ser enterrado vivo, denominada ta- muestra incluso optimista.
fiofobia. ¿Cuáles son las clases de situación o los factores
– En la ritmopatía o dislocación de los ritmos, uno de que han intervenido en que Chopin tuviera la enfer-
los trastornos que con más constancia figura en las medad depresiva? Creo que Chopin en principio co-
biografías de Chopin es el trastorno del sueño. Cho- mienza con la enfermedad depresiva unos años an-
pin tiene grandes dificultades para quedarse dormi- tes de empezar con el proceso de la tuberculosis
do, una especial propensión a despertar antes de la pulmonar, tres o cuatro años antes. Parece que el
hora y ya no volver a dormir, así como a ser acometi- traslado de Varsovia a París en 1831 que le impone
do por pesadillas y despertares. En una palabra, Cho- un cambio total de ambiente, un desarraigo, influye
pin tiene las tres modalidades de insomnio: el in- mucho en la precipitación de la sintomatología de-
somnio precoz, el medio y el tardío, a los que se presiva porque es entonces cuando Chopin triunfa-
agregan trastornos alimentarios y una intensa labili- dor en París hasta el punto de volverse el músico de
dad vital, que le hace mostrarse muy diferente se- moda, comienza a sentirse inmensamente solo, año-
gún los momentos. rar la muerte, sentirse arruinado y abandonado por
sus editores.
Yo no voy a afirmar que Chopin haya tenido una de-
presión pero sí abundante sintomatología depresiva
distribuida precisamente entre las cuatro grandes di-
mensiones de lo que llamamos y entendemos hoy VI
como enfermedad depresiva. En una carta a un ami-
go, a los 23 años Chopin se describía así: «M i salud Por otra parte, también deben haber asumido un pa-
es mala. Parezco alegre especialmente cuando me pel causal depresógeno las decepciones o desilusio-
encuentro en sociedad; pero en realidad soy un ator- nes amorosas. Chopin fue conmovido por cuatro
m entado; som bríos pensam ientos, inquietud, in- grandes amores. Se dice que la biografía de Chopin
somnio, pesadillas, indiferencia por todo, sin ansia está trascendida por la M ujer. Chopin tiene antes de
de vivir y con deseo de morir». los 20 años una polaca, Constanza, a la que él ama
con un amor virtual, incluso diríamos que ni platónico,
Su cuadro depresivo se instaura poco después de
casi un amor de fetiche. Chopin nunca olvidará a
haber abandonado Varsovia, probablemente antes
Constanza y conservará siempre una cinta de su pelo.
de haber hecho irrupción con toda su fuerza el pro-
ceso tuberculoso pulmonar. La personalidad hiper- Después viene el amor de M aría que él vive entre los
sensitiva-obsesiva está especialmente propensa a 22 y los 25 años. En principio tiene un idilio con ella.
sufrir la depresión situativa, la depresión ocasionada Cuando él la solicita en matrimonio es acogido por la

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familia con reservas porque le ven con poca salud, nue imitadora de la madre, con tendencias amorosas
carente de linaje, con escasos recursos económicos. hacia Federico, quien siempre la aceptó más como
M aría al principio se muestra entusiasmada y de re- tutor que en cualquier otro papel.
pente cambia, proporcionándole la gran desilusión de El descenso progresivo de la creatividad de Chopin
su vida. En estas condiciones, en 1836, a los 26 años fue un fenómeno que ocupa los diez años últimos de
conoce a una superhembra bisexual, George Sand, su vida, tiempo en que le acompañó, sobre todo en
seudónimo de Aurora Dupin, que tiene seis años los dos últimos años, el cariño de la escocesa discí-
más que él. Desde el principio él se muestra esquivo pula suya Jane (Juana), traducido en amplia protec-
a ella sintiéndola como extraña, ya que se viste como ción económica.
un hombre y con hábitos de tal. Dice Chopin: «Hoy
he conocido a George Sand gracias a Liszt, ¡qué mu- Chopin f ue hom bre de sexualidad apagada: no
jer más rara, es que no parece ni mujer! ». Sin em- aguantó a una condesa ninfómana más de dos se-
bargo con las insistencias de George Sand que había manas; el amor con George Sand tuvo que hacerlo
roto su relación con el último amante, Alfredo M us- compatible con otras relaciones amorosas simultá-
set, un escritor francés, que también era muy débil, neas mantenidas por la novelista. Si bien la tubercu-
tuberculoso, un poco parecido a Chopin en algunos losis pulmonar suele activar el erotismo, no fue este
aspectos. George Sand se vuelca sobre Chopin y se el caso. Su misma música es más sentimental y nos-
inicia la relación amorosa entre ambos en 1838, poco tálgica que erótica.
antes de viajar juntos a Palma de M allorca, el 8 de no-
viembre de 1838, lugar donde permanecerían ambos
98 días, en compañía de los dos hijos de ella. VII
El viaje obedece a un propósito terapéutico, como es
Su fallecimiento acontece el 17 de octubre de 1849
el de aliviar las molestias reumatoides de M auricio,
y se define como una muerte precoz, melancólica y
el hijo de George, en cuya motivación encaja perfec-
melodramática.
tamente el pretexto de mejorar asimismo la precaria
salud de Chopin. Lo que iba a ser un viaje terapéuti- La muerte le sorprende en un estado mental tran-
co, sin perder este carácter del todo, se refuerza con quilo y lúcido, cual cadáver viviente, totalmente con-
una intención amorosa. Se consolida el idilio Federi- sumido, con menos de 40 kilos de peso.
co/George, en el que ella hace múltiple papel: aman- La muerte fue melancólica porque se acompañó de
te, enfermera y madre. Él le da el trato de señora y tres vivencias atormentadas: la preocupación por la
dama, y ella, de niño y pequeño. situación amorosa de Solangue, de la que venía sien-
En Palma de M allorca se alojan los 38 primeros días do una especie de t ut or; la m iseria económ ica,
en un domicilio particular y los últimos dos meses se acompañada de la sensación de haber sido abando-
ven obligados a trasladarse a la Cartuja de Valldemo- nado por los editores, y sobre todo la ausencia de su
sa, dado que nadie quería albergarles en la ciudad, amada George Sand, lo que le hacía repetir desola-
una vez que se unía a la mala salud física del compo- do: «¿No me habías prometido que moriría en tus
sitor el escándalo generado por su unión con una brazos?». La privación de su ex-amante le hace ex-
mujer divorciada, con dos hijos y atuendo masculino, halar los últimos suspiros embargado por la sensa-
con el exponente agravante de que ninguno de ellos ción del desamor femenino que le había acompaña-
visitaba la iglesia. La estancia en La Cartuja fue re- do a lo largo de su vida.
memorada por ambos amantes como un suplicio El cariz de muerte melodramática lo impone un reci-
carcelario. La relación Chopin/Sand se esquematiza tal de piano y canto, con piano instalado en la ante-
así: amantes entre 1837 y 1839, una duración de dos cámara y cantante polaca, que acompañó su agonía
años que no había aguantado ningún amante de Ge- hasta el último estertor, acompañamiento que per-
orge; entre 1839 y 1847 un vínculo de maternaje, lo mitió a la música por un instante recuperar la función
que hace iniciar a Federico un episodio de regresión social de otros tiempos.
infantil y con ello una inhibición de la creatividad, 10
años antes de morir, cuando tan sólo cuenta con 28 Y todavía más melancólico el antes: la destrucción
años, quedando inmerso el genial músico en la vi- de parte de su obra, de la que no se libraron algunas
vencia de orfandad; esta vivencia se refuerza con la piezas muy valiosas, dato que recuerda a Kafka, con
sensación del abandono total en 1847, año en que la diferencia de que aquí fue el propio creador el eje-
acontece la ruptura entre ambos, espoleada por el cutor de la destrucción.
comportamiento hacia Chopin de ambos hijos: M au- Durante los últimos días se dio la paradoja de que
ricio en actitud de abierta hostilidad y Solangue, te- dedicado a escuchar la lectura del Diccionario de Fi-

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losofía, de Voltaire, recibió los últimos Sacramen-


tos, como un ferviente católico.
Y lo más esperpéntico fue el después: por expresa
disposición anticipada suya se le extrajo el corazón,
para así colmar su seguridad de que no sería ente-
rrado vivo, al igual que había hecho su padre unos
años antes. La tafiofobia estaba muy extendida a la
sazón. Su corazón se conserva en la Iglesia Santa
Cruz de Varsovia.
Pero a Chopin ya lo habían enterrado en vida las de-
silusiones y los desengaños. Había perdido su alma
en este sentido por el camino. Se le entierra así en
el cementerio francés Pére Lechaise, pero despro-
visto de corazón, de alma y hasta casi de cuerpo,
reducido al esqueleto.
En realidad, bien puede pensarse que los restos de
Chopin trasladados al cementerio francés eran un
espejismo, tal vez su sombra o su espíritu.

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Correspondencia:
Prof. Francisco Alonso-Fernández
Blasco de Garay, 75
28003 M adri

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