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Espíritu de Profecía - ¡Rebajando

Autoridad!

Con toda la excitación y la pasión rodeando el asunto de Ordenación de Mujeres previos y


durante la Sesión de la Conferencia General de Adventistas del Séptimo Día, se ha
prestado muy poca atención a la resolución que no sólo fue propuesta sino también
aceptada, que rebaja completamente el valor del Espíritu de Profecía, los escritos de Ellen
White, y por lo tanto cumple, con el ultimísimo engaño de Satanás, advertido por la
profeta hace más de 100 años.

“El ultimísimo engaño de Satanás será el dejar sin efecto el Testimonio del Espíritu
de Dios. ‘Donde no hay visión el pueblo perece.’ (Prov 29:18). Satanás trabajará
hábilmente en diferentes formas y mediante diferentes instrumentos para alterar la
confianza del pueblo remanente de Dios en el Testimonio verdadero.” ( 1MS, 54; Carta
12, 1890).

No muchos Adventistas perciben el peligro de esta resolución y los que lo hacen


apenas se dan cuenta lo que esto significa en realidad. Para dar a los lectores un poco de
información antecedente, el 7 de julio de 2015, en la sesión de la Conferencia General
celebrada en San Antonio, Texas, se aceptó por mayoría de votos que se haga un cambio
en la redacción de la Creencia Fundamental No. 18.

Vver aqui
La reformulación, como veremos más adelante, devalúa significativamente el don
profético y los escritos de Ellen White. La versión modificada de La Creencia Fundamental
18 refleja el creciente desprecio y la progresión descendente en la actitud que los líderes
Adventista del Séptimo Día y los miembros de la IASD tienen generalmente hacia los
escritos de Ellen White. Echemos un vistazo a la declaración de creencias antes que fue
modificada:
“Uno de los dones del Espíritu Santo es la profecía. Este don es una señal
identificadora de la iglesia remanente y es manifestado en el ministerio de Elena G. de
White. Como mensajera del Señor, sus escritos son una permanente y autoritaria fuente
de verdad, que proporciona consuelo, dirección, instrucción y corrección a la iglesia. Ellos
también establecen con claridad que la Biblia es la norma por la cual debe ser probada
toda enseñanza y toda experiencia.”

La reformulación revisada por el Consejo Anual de la IASD en el otoño de 2014, fue


votada y aprobada en la Sesión de la Conferencia General de 2015. El informe es que,
"los delegados votaron el La Creencia 18 según se presenta a continuación:
“Las Escrituras testifican que uno de los dones del Espíritu Santo es la profecía.
Este don es una marca identificadora de la iglesia remanente y nosotros creemos que fue
manifestado en el ministerio de Elena G. de White. Sus escritos hablan con autoridad
profética y proporcionan consuelo, orientación, instrucción y corrección a la iglesia.
También dejan claro que la Biblia es la norma por la cual toda enseñanza y experiencia
debe ser probada.”

Por si alguien se perdió eso, observemos que la declaración enmendada, elimina


las frases, "mensajera del Señor" y, "una fuente continua y autoritaria de verdad".

Esta nueva redacción que elimina "una fuente continua y autoritaria de verdad",
indica que los escritos de Ellen White ya no son considerados aplicables y pertinentes
para hoy. En esencia, los líderes aprobaron y los delegados votaron, que los escritos de
Ellen White han dejado de ser una fuente autoritaria de verdad. Además, la declaración
revisada que dice que los escritos de Ellen White solamente "hablan con autoridad
profética", circunscribe o confina la naturaleza autoritaria de los escritos de Ellen White
solamente a la profecía.

Sin embargo, el Espíritu de Profecía, que es el Testimonio de Jesús (véase La


Revelación 12:17 y 19:10), abarca todos los aspectos de la vida humana, porque Cristo se
preocupa de todas las esferas que pertenecen al hombre, física, mental y espiritual. El
Espíritu de Profecía es por lo tanto mucho más que la predicción de eventos futuros.

Antes de continuar, deseo comentar sobre la frase modificada en la declaración de


la Creencia No. 18, que dice que los escritos de Ellen White hablan con “autoridad
profética”.
Eso, en el mejor de los casos, no es algo sincero, y, en el peor de los casos, es una
mentira descarada, simplemente porque un montón de líderes Adventistas Del Séptimo
Día, ni siquiera creen en las profecías explicadas y expuestas en los escritos de Ellen
White; por lo tanto, ellos no predican ni enseñan acerca de ellos.

Para aclarar este punto, declaro que eso es exactamente correcto; muchos líderes
se han distanciado de las profecías presentadas en los escritos de Ellen White, con el
objetivo planificado minuciosamente de disminuir la distancia y la distinción entre la IASD
y las otras denominaciones evangelicas. Por otra parte, al afirmar que la “autoridad” de los
escritos de Ellen White es solamente “profética”, ellos han dado ahora la licencia de
ignorar por completo y de no tener en cuenta los consejos e instrucciones en materia de
salud, alimentación, vestido, recreación, música, culto de adoración, educación, trabajo
misionero de sostén propio, finanzas y cada otro tema que no cae en lo que ellos llaman
“profecía”.
La astucia del serpiente es criminal cuando pasa desapercibida.

Analicemos ahora la otra frase que fue borrada de la Creencia Fundamental No.18:
“el mensajero del Señor”. En primer lugar, es importante entender, que se trata de algo
más que el cambio de sintaxis. En segundo lugar, tenemos que determinar, ¿de dónde
exactamente vino este título? ¿Fue simplemente ideado por los líderes Adventistas Del
Séptimo Día? ¿O fue elegido por Ellen White misma?

Esta declaración viene del libro Mensajes Selectos, vol.1, pág.32 donde podemos
leer:
“No he tenido que declarar otra cosa, sino que se me ha instruido que yo soy la
mensajera del Señor; que Él me llamó en mi juventud para ser Su mensajera, para recibir
Su palabra, y para dar un mensaje claro y decidido en el nombre del Señor Jesús. En mi
temprana juventud se me preguntó varias veces: ‘¿Es Ud. profetisa?’ Yo siempre he
respondido: ‘Soy la mensajera del Señor. Sé que muchos me han llamado profetisa, pero
no he pretendido ese título. Mi Salvador me declaró ser Su mensajera.”

Está claro que ningún ser humano le dio este título a Ellen White, sino Dios mismo
le declaró a Su sierva que es Su mensajera. Por lo tanto, ningún ser humano tiene la
autoridad de cambiar o de eliminar este título. No debemos añadir ni restar nada a la
palabra de Dios. Hay un tremendo “¡ay!” pronunciado sobre cualquier persona que
aprueba o vota cambios sobre lo que Dios ha declarado. Según Apocalipsis 22:18 y 19:
“Si alguno añadiere a estas cosas, Dios añadirá sobre él las plagas que están
escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios
quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas
en este libro.”

Los principios de esta Escritura también se refieren a los escritos de Ellen White.

Y hay también otro testimonio que confirma que el título de “mensajera del Señor”,
no es un título terrenal sino uno celestial que fue dado a Ellen White por Dios Mismo.
Todo el tiempo hasta su muerte Ellen White fue reconocida como siendo la “mensajera del
Señor”, pero ahora en 2015, la denominación de repente ha votado que ella no es la
“mensajera del Señor”. ¡Que Dios tenga misericordia de nosotros! Vamos a leer la
siguiente afirmación:
“Durante medio siglo he sido la mensajera del Señor, y mientras siga viviendo
seguiré llevando los mensajes que Dios me dé para Su pueblo. No me atribuyo ninguna
gloria a mí misma. En mi juventud el Señor me hizo Su mensajera, para comunicar a Su
pueblo Testimonios de ánimo, de advertencia y de reproche. Durante sesenta años he
estado en comunicación con los mensajeros celestiales y he aprendiendo constantemente
con referencia a las cosas divinas, y con respecto a la manera en que Dios está
trabajando continuamente para sacar a las almas del error de sus caminos y traerlas a la
luz de Dios” (3MS, 71).

No debemos olvidar que estos cambios se propusieron primero y luego fueron


aprobados por los líderes Adventistas, en el Consejo Anual de otoño 2014, y luego fueron
enviados a la Sesión de la Asociación General de 2015 para ser votados, y luego
aprobados por mayoría de votos.

La degradación sutil y permanente del Espíritu de Profecía, los escritos de Ellen


White, que finalmente en 2015 culminó con el rechazo absoluto de los mismos, es
sorprendentemente reminiscente de la era de oscuridad espiritual en la que el Sábado del
séptimo día de Dios, fue progresivamente y metódicamente rebajado en concilios
celebrados con frecuencia, y finalmente descartado por completo, mientras que el
domingo fue correspondientemente exaltado, y, finalmente, aclamado como "el día del
Señor.". Esto es lo que está sucediendo desde hace bastante tiempo, y ahora los escritos
de Ellen White han sido vistos por el pueblo de Dios, como una reliquia del pasado y
fueron degradados, rebajado y más denigrados continuamente, mientras que las
opiniones del hombre, no los de la Biblia, han sido exaltados a una posición en la que
invalidan la Biblia.

“Grandes concilios fueron establecidos de vez en cuando, en que se reunían los


dignatarios de la iglesia de todo el mundo. Casi en cada concilio el Sábado que Dios
había instituido era rebajado un poco más mientras que el domingo era exaltado en igual
proporción. Así fue cómo la fiesta pagana llegó a ser honrada como institución divina,
mientras que el Sábado bíblico era declarado una reliquia del judaísmo y se pronunciaba
una maldición sobre sus observadores.” (GC, 53).

Como he mencionado antes, el rechazo del Espíritu de Profecía, como es


declarado en la resolución votada, no acaba de suceder de repente y sin avisos
anteriores; eso estuvo sucediendo y se remonta hasta los días de Ellen White y ha
continuado hasta el presente. No debemos olvidar que hace 10 años, también en una
sesión de la Conferencia General, los delegados votaron que los escritos de Ellen White
no pueden “definir nuestra [de los Adventistas] fe y nuestra práctica.

Echemos un vistazo a, y examinemos la, primera parte de la resolución votada en


relación con la última declaración a que acabo de hacer referencia. En un artículo de
Adventist Review, el autor afirma que, “la resolución señala que el estudio de los escritos
de la señora White dirigen constantemente la Iglesia hacia la Biblia como siendo el
fundamento mismo de fe y práctica...”. El Dr. . Ángel Manuel Rodríguez agregó que el don
ejercido por Ellen White, “puede enriquecer, pero no definir nuestra fe y práctica.”[1]

Según podemos ver, la primera parte dice que los escritos de Ellen White
conducirán la Iglesia hacia la Biblia. Si este es el caso, entonces sus escritos deben
definir tanto la fe como la práctica de los Adventistas Del Séptimo Día. Pero votándose
que los escritos de Ellen White no se pueden utilizar para definir la fe y la práctica de los
ASD, las implicaciones son que sus escritos no deben ser consultados en asuntos de fe o
práctica. ¿De qué sirven sus escritos, entonces? ¿No es eso un rechazo flagrante del
Testimonio de Jesús?

Sí, este es realmente un asalto directo contra la autoridad de los escritos de Ellen
White, relegando sus escritos a una lectura meramente opcional.

Los mismos escritos de Ellen White que son ahora tirados a un lado, y cuyos
consejos son pisoteados por aquellos a quien fueron enviados a salvar, profetizan que
este rechazo tendrá lugar, y que es el plan estudiado de Satanás para debilitar la fe del
pueblo de Dios en el Espíritu de Profecía, y que finalmente conducirá a su perdición.
Desafortunadamente Satanás ha tenido mucho éxito en su asalto contra los escritos de
Ellen White. Consideremos la siguiente declaración:
“Satanás está constantemente intentando introducir lo espurio a fin de apartar de la
verdad. El ultimísimo engaño de Satanás será hacer sin efecto el testimonio del Espíritu
de Dios. ‘Donde no hay visión el pueblo perece’ (Proverbios 29:18). Satanás trabajará
hábilmente en diferentes formas y mediante diferentes instrumentos para perturbar la
confianza del pueblo remanente de Dios en el testimonio verdadero. Se encenderá un
odio satánico contra los Testimonios. La obra de Satanás será perturbar la fe de las
iglesias en ellos [en los Testimonios]: Satanás no puede disponer de una senda tan clara
para introducir sus engaños y atar a las almas con sus errores si se obedecen las
amonestaciones y reproches del Espíritu de Dios.” (1MS, 54-55)

Dado que es notablemente evidente que los escritos de Ellen White han sido
rechazados a nivel denominacional, no cabe duda de que los resultados de tal resolución,
seguirán en rápida sucesión, segun se explican en la siguiente cita de Testimonios para la
Iglesia, Vol.4, pág. 209:
“Es el plan de Satanás debilitar la fe del pueblo de Dios en los Testimonios. El
siguiente paso será el escepticismo con respecto a los puntos vitales de nuestra fe, los
pilares de nuestra posición, luego la duda sobre las Sagradas Escrituras y, finalmente, el
descenso a la perdición. Cuando se duda de los Testimonios en los que una vez se creyó
y se abandonan, Satanás sabe que los que han sido engañados, no se detendrán, y
redobla sus esfuerzos hasta que desencadena la rebelión abierta, la cual se vuelve
incurable y desemboca en la destrucción.”

Amigos, esta declaración es verdaderamente alarmante y seria, ya que muestra la


progresión de una etapa del pecado, empezando con la pérdida de fe en los Testimonios,
a otra, que termina en rebelión abierta contra Dios. Y para cualquier persona que duda y
que rechaza al Mensajero del Señor en última instancia conducirá a, “rebelión abierta, la
cual se vuelve incurable y desemboca en la destrucción.”

Y para los que dudan y rechazan al Mensajero del Señor, les refiero los relatos del
antiguo Israel.
“Y Jehová el Dios de sus padres envió a ellos por medio de Sus mensajeros,
levantándose de mañana y enviando; porque Él tenía misericordia de Su pueblo, y de Su
habitación. Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban Sus
palabras, burlándose de Sus profetas, hasta que subió el furor de Jehová contra Su
pueblo, y no hubo ya remedio.” 2ª Crónicas 36:15-16).
“¡Oh, Jerusalén, Jerusalén, tu que matas a los profetas y apedreas a los que te son
enviados! ¡Cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo
de sus alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta.” (Mat 23:37-38).

Así como Cristo ha declarado de Su pueblo, que finalmente se divorciaron de


Él: “Oh, Israel, te destruiste a ti mismo”. (Oseas 13:9).

Los mismos medios que Dios envió para salvarlos, ellos rechazaron, y así será el
caso de todos los que rechazan los escritos de Ellen White.
Creo que la razón principal de que la resolución errónea acerca del Espíritu de
Profecía fue aceptada en la Sesión de la Asociación General 2015, fue aclarar la posición
de que el Espíritu de Profecía no está en el mismo nivel de inspiración como la Biblia. Y
esto es absolutamente sin sentido; los escritos de Ellen White son inspirados, o no
inspirados. No podemos decir que son medio-inspirados, o que son inspirados solamente
cuando tratan de profecía.

Y esto trae a la memoria otra declaración convincente que dice,


“Conozco vuestro peligro. Si perdéis la confianza en los Testimonios, os apartaréis
de la verdad bíblica. He temido que muchos tomarían una posición de duda, y en mi
angustia por vuestras almas, quiero amonestaros. … Dios y Satanás no trabajan nunca
como asociados. Los Testimonios llevan el sello de Dios, o el de Satanás. Un buen árbol
no puede producir frutos corrompidos, ni puede un árbol corrompido producir buenos
frutos. Por sus frutos los conoceréis. Dios ha hablado. ¿Quién ha temblado a Su
palabra?” (5TI, 92).

Dado que denominacionalmente, los Adventistas Del Séptimo Día han votado que
los escritos de Ellen White ya no son autoritarios, ni una continua fuente de verdad, y que
Ellen White ya no es “mensajero del Señor”, es imperativo que a nivel individual, cada
persona, cada uno de nosotros asegurarnos de que nos aferramos al don que Dios ha
dado con tanta misericordia a Su pueblo, mediante los escritos de Ellen White. Yo
exhortaría a cada uno examinar por sí mismo, e indagar fervientemente el modo en que
está tratando este regalo, los escritos de Ellen White.

Voy a terminar con una nota muy grave, porque lo que se ha votado, no es algo
que debería tomarse a la ligera. Leamos esta cita:
“Una cosa es cierta: los Adventistas Del Séptimo Día que ocupan su posición bajo
la bandera de Satanás, primero abandonarán su fe en las advertencias y los reproches
contenidos en los Testimonios del Espíritu de Dios.” 3MS, 93 (1903)

Jesús nos exhorta con amor, para muchos posiblemente por última vez: “Volveos,
volveos de vuestros malos caminos; "¿por qué moriréis, oh casa de Israel?"
¿LOS 144,000 ES UN NÚMERO LITERAL O SIMBÓLICO?
Esta pregunta es motivo de controversia en algunos círculos adventistas. Especialmente en
aquellos sectores donde el futurismo se ha considerado como un método de interpretación de
las profecías. Las evidencias que encontramos en la Biblia y el Espíritu de Profecía indican
que los 144,000 es un título y no un número literal por las siguientes razones:
(1) Si tomásemos este número como literal delimitaríamos el sellamiento exclusivamente a
144,000 hombres sexualmente vírgenes (Apocalipsis 14:4) descendientes sanguíneos de las
doce tribus de Israel (Apocalipsis 7:4). Esto excluiría a las mujeres, gentiles y casados. Una
premisa que es absurda e inclusive antibíblica “porque no hay acepción de personas para con
Dios.” (Romanos 2:11). Un detalle que no podemos pasar por alto es que las tribus de Israel
en la actualidad no existen ya que en el año 722 AC el rey Sargón II de Asiria invadió el Reino
de Israel y dispersó a la población por otras zonas de su imperio, esto indica que los 144,000
no pueden ser descendientes directos de las 12 tribus.
(2) La lista de tribus judías de Apocalipsis 7:4-8 no corresponde a la que está registrada en
Números 1:4-15. Al hacer la comparación se encuentra que en la lista de los 144,000 se
reemplaza a Efraín por José y a Dan por Leví.

(3) El modelo literario oír – ver del libro de Apocalipsis indica que los 144,000 es la gran
multitud de Apocalipsis 7:9-17. Este modelo consiste en que el apóstol Juan escucha algo en
la visión y al ver la escena él observa una realidad que en palabras es distinta pero que
metafóricamente es equivalente. A continuación algunos ejemplos que corresponden al
modelo oír – ver del libro de Apocalipsis: (1) En la visión que corresponde a los siete sellos,
Juan escucha que un anciano dice: “… No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la
raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.” (Apocalipsis 5:5), pero
cuando él mira la escena que está escuchando en vez de observar un León él mira un
Cordero: “Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los
ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los
cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.” (Apocalipsis 5:6). Lo que
Juan escucha en labios del anciano es distinto a lo que ve en la escena, aunque
metafóricamente sea equivalente, ya que las figuras de un León y un Cordero son utilizadas
en las Escrituras para representar a Cristo. (2) Lo mismo sucede en Apocalipsis 21:9-12, Juan
escucha decir a uno de los siete ángeles que tienen las siete copas que le mostrara a la “…
desposada, la esposa del Cordero.” (Apocalipsis 21:9) pero al ver la escena él observa una
“santa ciudad” (Apocalipsis 21:10) no a una mujer como se le dijo en un inicio. Cuando
estudiamos Apocalipsis 7:1-17 a la luz de este modelo de interpretación, el cual es propio del
libro, nos damos cuenta que los 144,000 son simbólicos y no literales, nótese que en el inicio
de la visión Juan escucha un número: “Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro
mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.” (Apocalipsis 7:4). Cuando él mira la
escena no observa exactamente a 144,000 sellados sino a una gran multitud: “Después de
esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y
pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en las manos.” (Apocalipsis 7:9).

(4) Si los 144,000 fueran literales entonces las palabras de Elena de White: “Esforcémonos
con todo el poder que Dios nos ha dado para hallarnos entre los ciento cuarenta y cuatro mil.”
(¡Maranata: El Señor Viene!, Pág. 239) fueran una burla, ya que ella osaría en desafiarnos a
esforzarnos para formar parte de un grupo al cual es imposible pertenecer.
(5) Otra evidencia que apoya el hecho que los 144,000 es un título y no un número literal, es la
siguiente cita del Espíritu de Profecía, en ella Elena de White toma pasajes de la gran multitud
y los aplica a los 144,000, veamos: “Delante del trono, sobre el mar de cristal—ese mar de
vidrio que parece revuelto con fuego por lo mucho que resplandece con la gloria de Dios—se
halla reunida la compañía de los que salieron victoriosos “de la bestia, y de su imagen, y de su
señal, y del número de su nombre” [1]. Con el Cordero en el monte de Sión, “teniendo las
arpas de Dios”, están en pie los ciento cuarenta y cuatro mil [2] que fueron redimidos de entre
los hombres; se oye una voz, como el estruendo de muchas aguas y como el estruendo de un
gran trueno, “una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas”. Cantan “un cántico
nuevo” [3] delante del trono, un cántico que nadie podía aprender sino aquellos ciento
cuarenta y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del Cordero [4], un canto de liberación.
Ninguno sino los ciento cuarenta y cuatro mil pueden aprender aquel cántico, pues es el
cántico de su experiencia, una experiencia que ninguna otra compañía ha conocido jamás.
Son “estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere” [5]. Habiendo sido
trasladados de la tierra, de entre los vivos, son contados por “primicias para Dios y para el
Cordero”. Apocalipsis 15:2, 3; 14:1-5. “Estos son los que han venido de grande tribulación” [6];
han pasado por el tiempo de angustia cual nunca ha sido desde que ha habido nación; han
sentido la angustia del tiempo de la aflicción de Jacob; han estado sin intercesor durante el
derramamiento final de los juicios de Dios. Pero han sido librados, pues “han lavado sus
ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero” [7]. “En sus bocas no ha sido hallado
engaño; están sin mácula” delante de Dios. “Por esto están delante del trono de Dios, y le
sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono tenderá su pabellón
sobre ellos” [8]. Apocalipsis 7:14, 15.” (El Conflicto de los Siglos, Págs. 630,631).
Autor: Oscar Pacheco
____________________
[1] Se está citando Apocalipsis 15:2, un pasaje que hace referencia a los 144,000.
[2] Nótese que la cita está hablando de los 144,000.
[3] Se está citando Apocalipsis 14:3, un pasaje que hace referencia a los 144,000.
[4] Se está citando Apocalipsis 15:3, un pasaje que hace referencia a los 144,000.
[5] Se está citando Apocalipsis 14:4, un pasaje que hace referencia a los 144,000.
[6] Elena de White está aplicando Apocalipsis 7:14 (un pasaje que describe a la gran multitud)
a los 144,000.
[7] Elena de White está aplicando Apocalipsis 7:14 (un pasaje que describe a la gran multitud)
a los 144,000.
[8] Elena de White está aplicando Apocalipsis 7:15 (un pasaje que describe a la gran multitud)
a los 144,000.

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