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AGITAD0 Y REVUELTO: DEL "ARTE Dt L0 POSIBLE"

A LA POLITICA EMANCIPATORIA

"Agitprop", la palabra surgida de la contracción de agitación y pro-


paganda política, solía ser una de las actividades habituales de movi-
mientos radicales que buscaban cambiar elorden establecido. Consistía
en sacudir a las masas para embarcarse en iniciativas anarquistas o para
seguir un mapa de navegación partidista que apuntaba al socialismo,
aunque más tarde movimientos fascistas y populistas también lo incor-
poraron en su práctica política. Los activistas hacían "agirprop" de dis-
tintas maneras, ya fuera ensalzando las virtudes de la línea del partido
entre los sindicatos, vendiendo periódicos de su agrupación en las calles,
publicando panfletos, que atacaban tanto al Gobierno como a los ricos
y poderosos, o denunciando la sociedad de clases como causa directa
de la condición miserable del pueblo. Tal era su función pedagógica:
educar a las masas para la acción. Estos activistas también enfrentaban
a sus adversarios, organizaban huelgas y manifestaciones y, a veces,
se embarcaban en la así llamada propaganda armada que consistía en
rcalizar acciones directas con un propósito ejemplar: el asalto a bancos
para financiar las actividades de la organización o poner bombas en
instalaciones gubernamentales para amedrentar al enemigo y suscitar el
entusiasmo entre sus seguidores. Tal era la función política e ideológica
de la agitación. Ambos aspectos, el pedagógico y el ideológico político,
buscaban dar cuenta de la aptitud y capacidad del grupo para dirigir
el movimiento y, a la vez, mostrar que un mundo distinto era posible y
deseable. Todo esto hacía que "agitprop" fuera una parte integral de la
política emanc ipatoria.
Hoy por ho¡ el término ha perdido mucho de su lustre. A excepción
de pequeños grupos en la periferia ideológica de la política, la mayoría
de la gente prácticamente lo ha abandonado. Sobrevive apenas como un
ó
t término chic entre hacktiuistas y escritores radicales de blogs culturales o
o0
@ en las narrativas de historiadores y antiguos simpatizantes delsocialismo
y del sindicalismo. El discurso en torno a la emancipación, algo que fue
central para la política radical desde 1789 hasta 1968, ha pasado a ser
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v¡sto como una suerte de anacronismo en el marco del consenso liberal tema de la diferencia (de género, sexo, raza o etnia) funcionó como santo
democrático imperante. La política radical y clasista ha dado paso a los y seña de la política progresista, el radicalismo mantuvo una cercanía
"partidos atrapa todo" (catch-all partiesl que buscan ocupar elcentro del incómoda con elmoralismo de la política de la identidad y la corrección
espectro político. La agitación ha sido reemplazadapor charlas motivacio- política que emergieron como efectos programáticos de las guerras cul-
nales y la propaganda se ha convertido en mercadeo electoral de la mano iurales de las décadas de 1980 y de 1990. Vimos esto en el Capítulo 2.
de administradores profesionales de campañas electorales. Como se señaló Y, sin embargo, esto no significa que la agitación política hayaperdi'
en el capítulo anterior, el ex presidente de los Estados Unidos, Gerald Ford, do relevancia para las pulsiones emancipatorias o que laruzóncínica y la
describe el panorama político resultante de todo esto de manera nada ha- desilusión dominen de manera incuestionable. Lo que ha ocurrido es que
lagüeña al decir que nos encontramos hoy en un escenario dominado por ya no coincide con una función específica dentro de una organizaciín
"candidatos sin ideas que contratan a consultores sin convicciones para irlgo así como una sección o secretariado de agitación y propaganda)
dirigir campañas sin contenido" (citado en Carlson 1,999), Ford exagera y tátpo.o está suieta a un estilo insurreccional de hacer política, de
o, por lo menos, así nos gustaría que fuera, pero identifica una tendencia rrn.i" que cualquier recuperación del término implicará una suerte de
política que ahora incluye a organizaciones de centro-izquierda que han rompimiento con el sentido general que tenía en su contexto original.
aceptado la economía de mercado y que no tienen reparos en postular una Todavía hay lugar para la agitación o, si se quiere, para el "agitado y
agenda de capitalismo con un rostro más humano, revuelto" mencionado en el título de este capítulo en alusión al riguro-
Existen, por cierto, otras razones que explican el aparente descrédito so modo de preparación del cóctel preferido de James Bond. Sólo que
de la agitación política, por lo menos entre grupos de izquierda. Una de aquí, en vez áel famos o "shaken, not stirred" (agitado, no revuelto) del
ellas es que la brújula política que señalaba el camino al socialismo ya ,up.r.g.nte, he optado por la coniunción "y" Para resaltar la fuerza y
no es tan clara. El desencanto con el así llamado socialismo realmente actualidad de la agitación en las políticas de emancipación.
existente del antiguo bloque soviético y China, durante las décadas de
L970 y de 1980, y la ausencia de proyectos capaces de generar entusias-
mo duradero tras elcolapso de la mayoría de esos regímenes mermó con- La codificación realista de lo posible
siderablemente el capital teórico y empírico del socialismo. Hoy resulta
difícil saber en qué consiste una política emancipatoria en un escenario Podemos empezar a indagar acerca de esta Permanencia de la agi'
do¡ninado por la política convencionaly salpicada por ocasionales arre- tación examinando el comentario hecho por Bismarck: "La política es
batos de indignación bienintencionada acerca del estado de cosas en el arte de lo posible", frase que da a entender que en política uno sólo
el mundo. Quienes alzan su voz están motivados por la expectativa de puede embarcarse en un curso de acción caPaz de lograr lo que es via-
que otro mundo es posible, pero se tropiezan con dificultades a la hora tl. rn una situación dada o bajo circunstancias que no escogimos. Es
de articular cómo debiera ser ese mundo o qué debe hacerse para que difícil no coincidir con esta aseveración excePto por el hecho de que lo
ese mundo se haga realidad. Otra razón es que una buena parte de lo que realmente se quiere decir cuando se habla del "arte de lo posible"
que solía pasar por radicalismo político se ha desplazado de los movi- es que la política es un código que sólo puede ser descifrado por un
mientos de masas a los campus universitarios, en especial, en el mundo lenguaje rialista. Para los realistas, el mundo está regido por la lógica
anglosajón. Allí ese radicalismo encontró un cómodo nicho gracias a de ios resultados y quienquiera que entre en la política debe basar sus
la respetabilidad académica que adquirieron el posmarxismo y los lla- razonamientos en hechos y no en ideologías, debe anteponer los inte-
mados estudios culturales. Esto ha creado una fachada de activismo reses nacionales o partidistas a las ideas más amplias acerca del bien y
político, una suerte de activismo político en paralaje que se manifiesta debe respaldar tales intereses recurriendo (o, por lo menos, amenazando
.on ,..urrir) al uso de la fuerza, Esto explica por qué consideran que
ñ
en discusiones intelectuales sofisticadas en torno a temas de moda, como .2
t
el debate sobre el concepto de multitud, el tratamiento de la alteridad o 00
(9 la búsqueda de u¡r "deber ser" normativo o el proponerse metas que
el estatuto de la subalternidad y los estudios poscoloniales. Por último, ' ,ro gu.td.n Proporción con nuestros recursos es un empeño quizá bien
relacionado con lo anterior, durante los diez o más años en los que el intencionadó, pero esencialmente ingenuo y generalmente ineficaz, En
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política, los intereses predominan por sobre los principios, por lo cual No importa por cuál sabor del realismo nos inclinemos, igual que-
h...t lo correcto es hacer lo posible, cosa que por definición significa dan dudas acerca de cuán convincente es su concepción acerca del arte
también abrazar el realismo. de lo posible, aunque sólo sea porque su criterio para identificar lo fac-
El realismo se apropia de la aseveración de Bismarck, entre otras tible parece ser tan sencillo. Bastaría con desembarazarnos de visiones
cosas, porque élmismo creía que elarte de lo posible era un arte que los normativas y de las así llamadas expectativas ideológicas y estaríamos
realistas desempeñaban meior que otros. Pero los realistas no son un listos para proceder. Pero, ¿será que la cosa es tan sencilla? Me surgen no
grupo homogéneo. El príncipe Salina, personaie en la novela El gato- pocas reservas sobre esta manera aparentemente a-normativa y a-moral
pardo de Giuseppe di Lampedusa, representa el arquetipo de la variante (antes que antimoral) de asumir la política, [a menor de ellas es que
cínica conservadora del realismo cuando acuña la conocida frase, "algo el rechazo de visiones normativas y de expectativas ideológicas' como
debe cambiar para que todo siga igual". Esto describe lo que se conoce cuestión de principios, se convierte tácitamente en una suerte de criterio
como gatopardismo,entendido como la búsqueda de resultados median- normativo o principio rector del realismo. Pero también hay otras.
y acomodos dentro del statu quo o el arte de mover las En primer lugar, tenemos el problema de la transparencia: es difícil
. te compromisos
piezas de manera tal que los cambios en realidad no lleguen a afectar el identificar lo posible en medio de una coyuntura fluida, pues con fre-
statu quo, usualmente uno en el que los ricos y poderosos del momento cuencia sólo llegamos a comprender lo que es o fue factible en retros-
tipnen la sartén por el mango. En el gatopardismo no tiene cabida la pectiva. Lo posible nunca es un asunto seguro' lo cual explica en parte
política emancipatoria y la agitación desempeña un papel puramente por qué suele haber tantos desacuerdos entre quienes deben decidir si
instrumenral en las luchas de poder entre grupos de interés. El realismo algo es factible o no.
también es compatible con un tipo de política menos conservadora. Si lo En segundo lugar, se supone que las decisiones acerca de lo que es
posible alude a lo que es viable, entonces un cambio radical, por ejemplo, posible deben romarse sobre la base de intereses antes que de principios,
intentar cambiar el statu quo si las circunstancias son propicias para ello, p.ro ., cuestionable si, en efecto, existe algo que pueda llamarse deci-
debe ser parte integral de la estructura de posibilidades del arte de lo iion.r libres de toda normatividad. Si sólo se puede definir este tipo de
posible. En el ámbito de la alta política de las relacionerinterestatales' política a paftir de los intereses, entonces el arte de lo posible nos llevaría
iambiar el sratu quo podría significar instituir algo similar al tratado de . bur..t lo que se puede hacer sólo porque se puede hacer. Esto consti-
\I/estfalia, que creó el marco de referencia para el sistema interestatal de tuye una visión muy restrictiva de lo que es la política. La condena a la
los siguientes 300 años, o también puede ser entendido como un mero eniropía, como ya se señaló al respecto de las luchas por el poder entre
Estados, o convierte lo posible en otro nombre para un f uego gobernado
cambio en la posición relativa de los distintos Estados a través de guerras
y alianzas dentro de ese marco. Lo primero es revolucionario, aunque por la raz6n cínica.
En tercer lugar, los realistas no siempre son consistentes en su pre-
no necesariamente emancipatorio, mientras que lo segundo es banal, ya
que glorifica una perturbación entrópica que simplemente reproduce el tendido rechazo de las orientaciones normativas o de las visiones "ideo-
código que gobierna un juego político consistente en elincesante cambio lógicas" de la política. Hicieron un hazmerreír del ex presidente de los
de la geometría del poder entre los Estados. La agitación, en el caso de
Estados Unidos,'Woodrow Vilson, por haber pretendido hacer del
que se hubiera dado, ocurría dentro de los límites de un radicalismo mundo un lugar seguro para la democracia, ya que esta declaración de
conservador que mantenía el código intacto. Los bolcheviques, por el principios reñía con un axioma de la realpolitik, a saber, que los países
contrario, ilustran una variante radical de lo posible, supuestamente iienenprincipios e intereses y que, a veces, deben sacrificar los primeros
.n de los segundos. Con todo, los herederos de realistas como Carl
desde una perspectiva emancipatoria. Esto se debe a que' en la coyun' "r",
Schmitt y Hans Morgenthau no ven contradicción alguna cuando alegan
tura de !917,ellos se dieron cuenta de que una revolución era factible y ñ
que el criterio rector de sus decisiones políticas es el interés nacional y
procedieron en consecuencia. Para ellos la agitación era un medio para
r.guido invaden un país para derrocar a su dictador en nombre de
q
b0

precipitar la confluencia de la gente en un proyecto de cambio a través de o


".ro
la liberiad y la democracia, dos obietivos ideológicos basados en una
los múltiples y frecuentemente discontinuos sucesos que hoy agrupamos
bajo el rótulo de Revolución rusa.
cierta concepción del bien.
T
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t AGITADo REVUELT0: DEL 'ARTE DE L0 PoSIBLE'A LA P0LÍTICA EMANCIPAToRIA
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a

En cuarto lugar, la perspectiva realista deia poco espacio para una como la lucha por la democracia en América Latina, allí planteo que a
política emancipatoria. Esto se debe a que la emancipación conlleva una pesar de algunás salvedades, se puede comparar el papel que desempeña
dimensión ética que no se puede reducir a meros intereses. Ella consiste io imposibl. con el entusiasmo en Kant, con la fuerza mesiánica débil
en representaciones de formas alternativas del ser queSirven Para moti- de Benjamin y el á-uenir de Derrida. Todos estos conceptos aluden
var a la gente en apoyo de un grupo o proyecto particular. La ética nos a algo que trasciende el razonamiento algorítmico de lo meramente
brinda modos de articulación entre las representaciones de aquello por catcut"Ute (trátese de un análisis de factibilidad o de un cálculo costo-
lo que luchamos y las razones que iustifican por qué vale la pena hacerlo. beneficio) y se remiren a una promesa de algo distinto por venir. Sin esta
Cooke llama a esto "pensamiento utópico". Habla de utopía no porque apertura hacia la acontecimentalidad o eventualidad del evento' como
dichas representaciones sean imágenes fantasiosas del futuro, sino más lá lhma Derrida, sin un esfuerzo por perturbar o interrumpir lo dado,
bien porque una utopía tiene "la capacidad para invocar imágenes éticas el arte de lo posible no podría dar cuenta de una política emancipato-
vívidas de una 'sociedad buena'que sería realizable sólo siciertas condi- ria y d. ,u ,.iuindicación de que otro mundo es posible o sólo podría
ciones actualmente hostiles son transformadas", agregando luego que, hacerlo de maner a azaÍosay retroáctivamente. Podemos discutir hasta
sin tales imágenes, una "perspectiva emancipadora sufriría de un déficit la saciedad si los bolcheviques hicieron un cálculo razonable respecto
motivacional y justificador" (Cooke 2004, pág. 4t9lt, de la madurez de las condiciones para la revolución o si sirnplemente
Pero, incluso si hacemos caso omiso de estas reservas, aún queda tuvieron Suerte, pero de lo que podemos estar absolutamente seguros
una última objeción: una política de lo posible descarta lo imposible es de que el pu.blo ruso no se lanzó a las calles arriesgando sus vidas
con demasiada ligereza al plantear que lo factible excluye lo imposible. simple y llanamente porque sus líderes les diieron que la revolución era
Esto no me resulta convincente. Se trata de una visión maniquea que da factible. Lo hizo porque pensó que estaría meior precipitando la caída
por hecho que las fronteras que separan lo posible de lo imposible son del régimen zarista e intentando construir una sociedad distinta. Por
estables y se olvida de que no hay una relación de simple exterioridad eso digo que lo posible no trabaia en solitario. Sea como entusiasmo o
anticifación de por venir o como imágenes capaces de darle con-
entre uno y otro. "lgo
Cuando hablo de "lo imposible" no me refiero a aquello que iamás ,ist.n.ia y atracti;o ético a dicho entusiasmo, la fuerza movilizadora
podría suceder y nunca va a ocurrir. Lo imposible indica el efecto pre- de lo imptsible ya estaba presente en la puesta en forma de lo que los
sente, actual, de algo que estrictamente hablando no es posible en un revolucionarios de 19L7.tií.n que se podía lograr y de lo que el pueblo
campo dado de la experiencia, pero que impulsa a la gente a actuar co- pensaba que era deseable hacer.
mo si lo fuera. Tales el caso, por ejemplo, en las luchas por la democra-
cia en América Latina. Elargumento acerca de lo imposible es desarro-
llado de manera detallada en el siguiente capítulo. Aparte de ejemplos Lo imposible como suPlemento

I Esrá, también, la crírica clásica al realismo, a saber, que su pretendida supe- Podemos observar con mayor detalle el iuego entre lo posible y lo
rioridad epistemológica suena vacía porque da por hecho que su propio discurso imposible examinando dos casos. El primero es el fuicio por rebelión
describe las cosas tal como son. Barthe s cuestiona esto en S/Z mediante una lectura qu. r. le hizo a Auguste Blanqui, el revolucionario francés del siglo xrx.
ingeniosa de un texto realista (la breve novela Sarrasine de Balzac) que demuestra Ranciére cita un pasaje de su interrogatorio. "Al solicitarle elpresidente
que la intertextualidad se encarga de socavar la pretensión realista que nos ofrece
del tribunal que indique su profesión, respondió simplemente: 'prole-
una mera trascripción denotativa del mundo. En sus palabras: "La denotación no es
el primero de los sentidos, pero finge serlo; bajo esta ilusión no es 6nalmente sino la
tario'. Respuesta ant; la cual el presidente obieta de inmediato: 'Esa
última de las connotaciones (la que parece a la vez fundar y clausurar la lectura). el no es un, prof.sión" sin periuicio de escuchar enseguida la réplica del
mito superior gracias al cual el texto finge retornar a la natu¡aleza del lenguaje, al
(n
.É, l" profesión Je treinta millones de franceses que viven de su
acusado:
lenguaje como naruraleza: por rrruchos senticlos que libere una frase posteriormente trabajo y que están privados de derechos políticos'. A consecuencia de lo
OD

o o
a su enunciado, ¿no parece decirnos algo sencillo, literal, primitivo: algo verdadero que el escribano anote esta nueva 'profesión"'
.ual ál president.
en relación a lo cual todo lo demás (lo que viene después, encima) es literatura?" "..ptr
(Ranciére 1.996, Pág. 54).
(Barthes, 2001, páe. 6).
IóE / tA POIIIICA EN tOS BORDES DEL IIBERATISMO
AGTTADO
y REVUELTO: DEL "ARIE DE t0 PoSIBLE" ¡ tl pOtlttCl EMANCIPAT0RIA / 169

Ranciére utiriza esre intercambio para


ilustrar lo que entiende por
proceso de subietiuación, que profesión de un trabaio reconocido como tal, y obviamente proletario
no consiste simplemente en afirmar
identidad, sino también.n r..harar una no coincidía con ninguno. Siglo y medio más tarde, las autoridades no
una identiiad que es dada por
Se trata de un proceso de desidentificación orros. podían entender por qué los manifestantes franceses alegaban ser iu-
o J.r.lrsificación: cuando
Blanqui se ideniificó a sín'ir-o iíos alemrn.r.urndo, en efecto, la gran mayoría de ellos eran católicos
cgmo proretario, estaba rechazando
nombre que las autoridades re habírn er franceses. La política, en cambio, altera este arreglo y lo complementa
paria: "el nomble de aquellos a-quienes
.ri,J.io'i er de un con la parte de aquellos que no tienen parte' con la parte que no cuenta;
J. "ru.iendo
ni.s, una
determinado orden de ptricia" (Ranciér. idenridad en un ella iniroduce el "ruido" de los parias dentro del orden de la policía.
políticos, los proletalios con.los que
zoóffi áe. 1,4g).En términos Proletario y judíos alemanes, los "nombres erróneos" que asumieron
Blanqui r. idintificaba no contaban
en la Francia de Ia década de 1g30, Blanqui y los estudiantes franceses, desafían la partición de lo sensible
de manera que aregó perrenecer
aquella parre a la que no se re hacía jurti.i", a uig.nt.. bllot nombran a aquella parte que no tiene un lugar asignado
u i; ;". se re infligía un da_
ño, porque se le negaba participación en"el orden de la policía y dimuestran que es posible crear otro mundo
en dic'ha sociedad. Los proletarios
donde quienes asumen los nuevos nombres encontrarán su lugar o'
para
eran la parte sin parte .tuqu.lla
Francia: eran los ,.sin tierra,, o ,,sin muestra la presencia
techo" franceses, por decirro de arguna,';;;;:Ranciére usa, lo, términos del propio Ranciére, su disenso
ciona otro calificativo para ros parias: ..todos también men_ de dos mundos aloiados en uno solo.
somos judíos alemanes,, El segundo caso que quiero mencionar también se refiere a un inte-
(2000, pág. 149), .onrign" inscritn
en los n,uro, a. parís en mayo de
t968,después que el Gobierno deportó ,rog"tori,r. Allport lo cita en su clásico trabaio sobre el preiuicio inter-
a Daniel cohn-Bendit, un joven judicial
francoaleTán, quien fue uno de los gr',r-pal, "Una muier negra era la parte demandante en un caso
líderes de las ,.uu.lt", estudiantiles.
Los ciudadanos franceses que coreaban i.f.r.nt. a una .láutuit restrictiva en un contrato. El abogado de la
dicha.onrign, manifestaban
su.solidaridad para con un camarada así defensa le preguntó: '¿Cuál es su raza?' 'La raza humana'rcontestó ella'
y, ,t ,ir.o'tiempo, desestabiri- (Allport 1'962,
zaban el lugar/identidad que '¿Y cuál.t.l.álot de su piel?' 'Color natural', respo'dió"
er sraru quo res había asignado. procedían lleva la impronta
a desclasificarse, deeste Áodo, pag. f SS¡. Elautor señala que la estrategia del abogado
de lo qu. las ,u,*i¿r¿es definían la "tenden-
constitutivo de "ro francés" aíegando como
.rt", ,"n iirrrparados, sin tie_
i.lo que él llama un mecanismo de conde'sación, es decir,
cia a á-tlgamar el sírnbolo con lo que éste representa"
(pág' 154): en
ffa y sin patria, en su Francia nátiva como
lo .rtrb, el semiextranjero este caso, los signos visibles de ser una mujer negra y la consiguiente
cohn-Bendit. se estaban embarcando
en un p;;;ro de subjetivación
al declarar ser objeto de un daño y poner inferencia de que serlo implica un estatus inferior. No existe un nexo
en entredicho er campo
experiencia existente. de causal entre el iolor de la pi.t y el estatus social excepto a través de este
Antes de pasar al segundo caso acerca mecanismo de condensaci-ón. El'prejuicio surge cuando alguien hace tal
der nexo entre ro posibre y ro
imposible' quiero con..t", los ejemplos conexión.
de nir"qri y cohn-Bendit con
la distinción que Ranciére hr.. .nt, La clasificación que hace el abogado siguiendo líneas raciales (y el
e poricía y porítica. ,.poricía,, rele-
refiere al cuerpo uniformado que no se hecho de que considera que elcolor de pielde la muier es un asunto
se encarga de hacer cumprir ra de¡tro mo-
a Io que él denomina ra partiiión re¡ sino vante.n u¡ tribunal) pretende particularizar a la muier de un-
de ro ,r;;;r;,-;;e lo vale decir,
ción entre lo visible y ro invisible, y
esrablece ra disrin- do de ser que coincide con una partición racial de sensible,
enrre ro que se oye y lo inaudibre.
Para la policía, "la sociedad consiste con una distribución racial de cuerpos, lugares y funciones' La respuesta
de grupos dedicados a modos identifi'
acción específicos en lugares en donde de de la mujer subvierte la lógica racial delabogado. Ella se niega a
,.rá, o.upr.ion.,
se ejercen, rle_ términos racialei e invoca una igualdad que se le ha negado. Al
diante maneras de ser q-u. ,. .or..rponden carse con
a trr.s o.upaciones y a tales ella también forma parte de la raza humana,
lugares" (Ranciére zoot). La socieiad igual que su interrogador,
no ti.n. ur.ios: rodo el mundo € 6
.2 y .l .oiot de su piel, tal y como el color de la piel de su contraParte' es
tiene un puesro as.ignado y_ no hay ! 'o
remanentes por asignar. Er presidente
del tribunal que iu.zg6.a'Branqui no

(JJ
hD
o natural. Su estrátegia retórica busca alterar [a supuesta naturalidad de
entendía que ,,proretario,, podía
ser una profesión simplement. porque un código racial ierárquico que se acepta ya sea como hecho o como
era incapaz de separar la idea de
destino. Es una estrategia análoga a la de Blanqui, en tanto consiste en
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una desclasificación y de una subjetivación simultáneas: la mujer asume [a agitación como develamiento y traducción
nombres "erróneos" (ella es humana y natural) no porque tales nombres
no tengan lugar en el orden existente, sino porque la partición racial de Es posible utilizar estos dos casos para alegar que Blanqui y la quere-
lo sensible le causa un daño al disociar igualda d y raza. Una vez más, llante negra también se embarcan en una tarea de agitación en el sentido
aquí se manifiesta un esfuerzo por crear otro mundo desde adentro del etimológico del término, dado que ambos quieren poner algo en movi-
orden policial, en esta ocasión sustentado no en la emancipación de los miento. Ellos agitan el statu quo. Es cierto que esto no es suficiente para
proletarios, sino en la verificación de la igualdad racial. transformar lo dado ya que las grandes transformaciones no ocurren a
Ambos casos dislocan la codificación realista del arte de lo posible través de acciones individuales, sino mediante la puesta en movimiento
en la medida en que articulan a éste con lo imposible. Hipotéticamenre, de colectivos humanos. El valor de su gesto, sin embargo, reside en su
Blanqui hubiera podido responder a las preguntas de sus interrogadores ejemplaridad. Lo ejemplar es extraordinario; se asemeja a la excepción
con términos que les fueran familiares. Sin embargo, optó por r,rrilizar su en el sentido schmittiano de un instante en el que "la fuerza de la verda-
juicio para recordarles a todos los presentes en el tribunal que él formaba dera vida" sacude el patrón de repeticiones mecánicas que caracteriza
parte de la mayoría de la gente que, a su vez, no hacía parre de la socie- las épocas o los tiempos normales (Schmitt 2001', pág.29). Lo ejemplar
dad francesa y que un mundo, donde los proletarios ya no serían más también nos muestra la relación fluida entre la acción individual y la
parias, se estaba gestando dentro de esa misma sociedad. La querellante colectiva. Lo que Blanqui y la querellante hicieron como individuos re-
en el ejemplo de Allport también hubiera podido respetar las reglas del verberó más allá de la singularidad del caso personal al convertirse en
juego con la esperanza de que así mejoraría sus oportunidades de ga- fuente de inspiración para generar impulsos de emancipación entre sus
nar el juicio, pero al describir su negritud como algo irrelevante, por la contemporáneos. Sus acciones contribuyeron a mantener abierta la pro-
sencilla raz6n de que tal condición era natural y, al aseverar que su raza mesa de algo distinto y posiblemente meior por venir.
era parte de la raza human y, portanto, universal, buscaba alterar un Debemos decir algo más respecto de este juego entre lo singular y
statu quo racial en el que los negros no eran considerados como iguales lo colectivo, en especial, sobre cómo interviene en la disrupción de lo
a los blancos. dado. A diferencia de otras encarnaciones de la agitación, aquí el aspecto
Gente como ella y como Blanqui bien pueden ganar o perder, pero institucional está relativamente ausente porque Blanqui y la querellante
ese no es el punro determinante. Lo que aquí imporra es que ororgarles no actúan en nombre de un grupo político ni promueven sus obietivos
visibilidad a los proletarios en un espacio de aparición que los excluye estratégicos. Pero al igual que en "agitprop", sus acciones de disenso tie-
o postular la igualdad racial en medio de un orden donde los negros no nen el valor pedagógico y político de un develamiento. Agitan elestado
cuentan, es actuar políticamente, pero de una manera muy específica: de cosas para hacer visible la éxclusión de proletarios y de negros, sea
no haciendo aquello que es posible, sino más bien redefniendo lo que porque esta exclusión no es inmediatamente evidente o porque quienes
se puede hacer. Blanquiy la mujer negra demosrraron que la percepción la viven en carne propia confunden su condición de desigualdad con la
realista y del sentido común acerca de la política, como arte de lo posi- manera como funcionan las cosas. Su gesto individual de develar la in-
ble, no logra percibir que, cuando se trata de una acción colectiva, en equidad presente y presentarla como injusta e innecesaria, nos instruye
particular cuando se trata de una política emanciparoria, lo imposible en la promesa de una aparentemente imposible equidad por venir. Abre
ya está implicado en el pensamiento mismo de lo posible. Toda acción el camino parala emancipación.
que busca lograr algo más que un reposicionamiento dentro del orden Sería un error afirmar que tal develamiento y su apuesta por algo
Éxistente, es decir, que en realidad busca transformar las condiciones por venir suponen una teleoescatología o promesa de redención final,
dadas por ese orden, se propone metas que pueden parecer imposibles. como ocurre, por ejemplo, en el caso de la promesa comunista de una
( sociedad plenamente igualitaria. É,sta es la manera clásica de concebir la
Aquellos quienes toman parte en tales acciones están motivados por una .2
!

promesa de algo distinto por venir. o


0r)
emancipación: se expone la causa y naturalezaverdadera de [a opresión
y, luego, se busca erradicarla por completo. Se trata de una visión pro-
blemática no porque el deseo de suprimir la desigualdad sea obietable,
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172 ILAPOLITNA EN LOS EORDES DEL LIBERALISMO

sino porque la creencia de que se puede acabar con ella de una vez por lo menos , para retardar nuestro descenso al infierno. Es una manera
todas sí lo es en la medida en que reproduce una teología de la salvación, de señalar que algo parecido a lo que Nietzsche denomina la muerte de
sólo que con un registro secular. Lo hace imaginando una sociedad Dios que se instala una vez que abandonamos la esperanza de un dulce
poshistórica reconciliada consigo misma que ha pasado de la igualdad porvenir que nos promete un telos del progreso. Una vez muerto Dios o,
formal del pensamiento liberal a la igualdad sustancial del comunismo, si uno prefiere no pronunciarse respecto de este suceso, luego de la paliza
mediante la supresión de la propiedad privada, que era la responsable de que recibió por parte de los modernos y sus sucesores, ya no podemos
las relaciones de explotación y sometimiento. Lo que quiera que esté por contar con el reaseguro de un mapa de navegación que nos garantice un
venir se convierte así en otro nombre para la metafísica de la presencia; desenlace específico. El asunto de si las cosas pueden mejorar (emanci-
en este caso, se trata simplemente de una presencia pospuesta: aún no pación) o empeorar (fascismo) es indecidible, así es que hacemos algo o
existe la igualdad sustancial, pero es un estado de cosas que tarde o nos vamos al diablo.
temprano va a llegar. Agreguemos que este develamiento pedagógico y político equivale a
Una manera más interesante de pensar el develamiento consiste en hablar de la traducibilidad ante la ausencia de un mundo transparente.
romper el nexo entre una promesa de algo por venir y la creencia en una El develamiento es necesario porque las condiciones de explotación y
redención universal mediante el abandono tanto del telos como de la opresión no son inmediatamente evidentes o, para no caer en el discur-
escatología,La pedagogía de la emancipación ya no dependería de un so paternalista de las vanguardias, el develamiento se vuelve relevante
marco referencial teológico y el develamiento se convertiría así en una porque, si bien la gente no es ciega a sus circunstancias, puede percibirlas
operación "política" en el sentido que Ranciére la da a la palabra, es de- como el resultado de fuerzas más allá de su alcance. Traducimos una
cierta interpretación del mundo a otro lenguaje de percepción para así
"cir, como "manifestación del disenso, como la presencia de dos mundos
en uno" (2001). Todo este proceso estaría signado por la indecidibilidad,
poder plantear la posibilidad de otro mundo menos opresivo y explota-
pero no porque no se pueda tomar una decisión -decidir es inevitable- dor, y para impulsar a la gente a perseguir ese objetivo. El develamiento
sino porque, como dice Derrida, la indecidibilidad alude al hecho de como traducción es una respuesta, para bien o para mal, a la falta de
que toda decisión está expuesta de antemano a un riesgo elemental: los transparencia de nuestras condiciones, una actividad que busca alentar
operadores del disenso podrían estar proponiendo políticas de emanci- esfuerzos emancipatorios o prevenir una catástrofe. Si se quiere, es una
pación, pero también cosas peores que las que hoy ten_enlosrpor ejemplo, manera de hablar de lucha ideológica sin cargar con ellastre connotativo
abogar por un mundo fascista o dictatorial. que acompaña al término ideología.
\üalter Benjamin interpreta este por venir desde la perspectiva de Siempre cabe la sospecha d.e que toda traducción es una traición
(como dicen los italianos, traduttore, ffaditore), en especial si hacemos
su propio espejo idiosincrásico. Para é1, el agitar y revolver, propios del
develamiento, juega con el valor de lo negativo: el develamiento aplica caso a las advertencias como la que Lyotard enuncia en su libro La di-
los frenos de emergencia del tren de la historia con la esperanza de que ferencia, cuando habla de la inconmensurabilidad de los regímenes de
las cosas no empeoren o, para decirlo de manera más dramática, con frases que buscan tratar un daño. El riesgo de la traición es innegable,
la esperanza de interrumpir nuestro viaje al abismo. Su metáfora ferro- así como también lo es la posibilidad de malinterpretar la situación o
carrilera le imprime un giro inusual a la idea de emancipación. En vez presentar una visión manifiestamente engañosa del mundo. Sin embar-
de insistir sobre cómo las cosas serán distintas (y mejores), nos dice que go, esto no puede convertirse en una coartada para justificar la inacción
por lo menos podemos evitar lo peor, por ejemplo, el fascismo, siempre o para optar por una vida contemplativa libre de todo riesgo y peligro.
y cuando estemos dispuestos a hacer algo al respecto. Según Lówy, con Tenemos que convivir con el riesgo porque de lo contrario nada podría
esto Benjamin describe una dimensión utópica frágil, es su manera de realmente ocurrir. En lo que concierne a la inconmensurabilidad, que
6

mostrarnos las virtudes de la fuerza negatiua de la utopía (Lówy 2003, G


.2
.o
U
menciona Lyotard, Ranciére con toda raz6n alega que quizá no nos
rc
sea posible reparar un daño o una injusticia, pero sí podemos, por lo
00

págs. 176-78). Esta fuerza frágil o negariva contribuye a reconfigurar 0¡


@
@

la noción de utopía. Ya no se trara ranto de la búsqueda de una tierra menos, lidiar con ellos mediante el desacuerdo, lo que quiere decir que
prometida, sino más bien de un llamado a actuar para detener o, por es imposible pensar el develamiento o la traducción, llevados a cabo
174 ILAPOLÍTTA EN LOS EOROES OEt LIEERATISMO
AGITADO Y REVUELTO: DEL'ARTE DE LO POSIBLE" A LA POLITICA EMANCIPATORIA / I75

por la agitación, al margen del disenso o la polémica. Reconozcamos Benjamin, no se trata de una visión pesimista ya que también habla de
o también que, al arrojar luz sobre una condición de desamparo,
no nos la posibilidad de la redención, de una "oportunidad revolucionaria en
cabe la esperaran za de llegar a alcanzar la plena conciencia elcombate contra el pasado de opresión" (pág.263, tesis XVII; las letras
de un ser
verdadero que está listo para ser liberado d.isomerimiento. Tendencias en cursiva son mías). Esta oportunidad que menciona Benjamin hace
posmarxistas' posmodernas, posfundacionales y otras tantas las veces de la contingencia: las cosas pueden ocurrir de una manera,
maneras
pos- de pensar la agitación política y la emancipación pero también de otra. Con esto nos está señalando que la redención, de
suelen desconfiar
de significantes trascendentales, como el ser verdadero,
la emancipación ocurrir, depende de que haya o no luchas y, por lo tanto, es antitética
final o la transparencia absoluta. Antes bien, p-A¡"unu. ,t .É"n¿o_ a la creencia en unas leyes de la historia que nos garantizarían que el
^,
nar argumentos basados en una supuesta esencia-hurn.n, y al desligar futuro es nuestro. Lówy lo dice sin ambigüedades: segúu Benjamin sólo
la emancipación de la influencia de narrativas sustentadas en
un telos podemos interrumpir la catástrofe mediante la acción colectiva, si nos
del progreso, descubrimos dos cosas: que el develamiento ya atrevemos a retar a nuestros opresores a través de acciones revoluciona-
no puede
significar mosrrar el fundamento último del ser y que la eÁancipación rias (Lówy 2A03, págs. 59-60). Sostiene, además, que las interrupcio-
acaba siendo una tarea de sísifo, es decir, no terminará nunca y, nes emancipatorias llo son más que breves episodios que agujerean la
un, y
otfa ve4 seremos llamados a intentarla de nuevo. "normalidad" de la dominación y que, por lo tanto, para Benjamin, la
Podríamos, entonces, sumarnos a la larga lista de gente que tradición de los oprimidos consiste en una serie discontinua conforma-
ha cri_
ticado la conocida tesis de Fukuyama y alegar que nuesrra manera da por los raros momentos en los que las cadenas de la dominación se
de
entender el develamiento nos enseña que la historia sigue su rompieron (pág. 137),
curso tan
campante luego de su supuesto final. prefiero evitar este luga, No es difícil ver por qué esta manera de concebir la resistencia y la
común,
ceñirme a la sintaxis conceptual utilizada aquí y decir qul revolución sirve para contrarrestar las interpretaciones deterministas
el devela-
miento nos indica que la necesidad de traduciinunca rermina. y de la historia que fueron tan comunes entre pensadores del marxismo
es ésta
precisamente la raz6n por la cual la agitación es un suplemento de su tiempo. Sin embargo, igual hay algo que falta cuando asocia la
y no
simplemente algo que ocurre esporádicamente en las políticas emancipación con la redención revolucionaria del pasado. Benjamin
de eman-
cipación. La fórmula telegráfica para describir.rt. uin.ulo esrructural probablemente se da cuenta de que la constitución de los oprimidos
sería algo así como: iNo hay emancipación sin agitación! como actores políticos no ocurre espontáneamente o, por lo menos, que
con todo, si
nos encontramos, como en efecto muchos alegan, con que su confluencia espontánea ocurre muy raras veces, pues, si fuera algo
la emancipa-
ción rara vez surge en el orden del día,
¿significaú .r,o qu. la agitación cotidiano,la normalidad de la opresión probablemente sería mucho me-
es también inusual? nos normal,La gente tiene que'esforzarse para convencerse a sí misma
Benjamin se encuentra entre aquellos que creen en la naturaleza de la necesidad de actuar; además, ese esfuerzo debe ser sostenido en
episódica de la rebelión. plantea su punto Je vista con gran lucidez el tiempo si se espera que las acciones den fruto. Sin embargo, guarda
y
más que una pizca de desasosiego en sus Tesis sobre la hisloria, silencio sobre la mecánica de este proceso, porque su pensamiento acer-
un breve
texto escrito entre 1939 y 1940,a la sombra de la derrota delmovimiento ca de lo mesiánico se concentra más que nada en situaciones excepcio-
obrero, del triunfo del fascismo y el inicio de la segunda Guerra nales como la que menciona para ilustrar el Jetztzeit o tiempo-actual,
Mu'-
dial. La abrumadora brutalidad de Auschwit z, i{ual que Hiroshima, del ahora. Nos dice que, de acuerdo con varios testimonios, durante la
el apartheid, Pinochet, Ruanda, srebernica y un lárgo etcétera Revolución francesa la gente disparaba contra los relojes de las torres
forman
parte de la tempestad del progreso que impuisa al ángel de de París para indicar que su objetivo era "hacer estallar el continuo de
la historia al
que alude la tesis rx hacia el futuro; todos estos deJ"stre, la historia" (Benjamin 1969, pág.261, tesis xv).2 Esta imagen poética
hacen parte
de una única catástrofe "que no deja de amontonar ruinas
sobre
y las arroja a sus pies [los del ángel]" (Benjam in 1,969, pág.2s7).
,uin., €
G

El h;-
rror siempre es atávico, porque Ia catástrofe nunca ha de¡ado de ocurrir;
&
o0
o 2 Lówy (2003, pág,1,47) menciona un ejernplo más reciente -que también tiene
interrumpir la continuidad de la historia.
que ver con relojes- de esta aspiración de
está siempre en curso. sin embargo, á pesar del lenguaje apocalíprico
de Dice que durante unas manifestaciones en "contra de las celebraciones oficiales
I?6 IIA POI ITI()A TN tOS BOROES DEL LIEERALISMO AGITADO Y REVUELIO: DEL'ARTE OE LO POSIBLE-A LA POLITICA EMANCIPATORIA/ I77

es sumamente sugerente, pero no refleja algo tan pedestre


como lo es si la posibilidad de un mundo distinto está, o no, en iuego. Al margen de
una política de la emancipación con todo y su .,agitprop", esre tipo de polémica lo que tenemos es la política tradicionalde siempre,
su logística,
su temporalidad y-sus participantes de carne y hueso reuniéndor. que no es poca cosa, pero no una política emancipatoria,
p.r,
discutir, planear, decidir, probar y modificu, él.urro de acción, en
caso Afirmar que las condiciones que amplían la libertad y la igualdad
de ser derrotados o si las cosas no salían como se esperaba. para son preferibles a aquellas que las restringen equivale a reconocer que la
que
haya tal política, uno no necesita estar inmerso en el torbellino política emancipatoria tiene una dimensión normativa. Hacer un lla-
de los
momentos excepcionales que nos instan a convertirnos en un mado a involucrarse en disputas sobre el estatus de dichas corrdiciones
Mesías
colectivo y secular. significa que también hay en ella una ética, un modo de subfetivación
por el cual nos negamos a aceptar la naturalidad del orden establecido
y exigimos un mundo diferente. Sostener que sólo podemos corroborar
Emancipación y la región lntersticial de la política las orientaciones normativas y éticas de la política emancipatoria en una
polémica les confiere a ambas una dimensión existencial.
¿cómo podemos entender qué es la emancipación? euiero proponer Quiero detenerme brevemente en este último punto. Schmitt propo-
una definición mínima, que es como sigue: se puede haüln,
d. emanci- ne utla definición operacional de lo existencial al afirmar que la natu-
pación cuando hay una disputa acerca de si las condiciones raleza política de un gruPo depende de su capacidad para diferenciar a
actuales o,
si se prefiere, las relaciones sociales existentes, promueven o dañan sus amigos de sus enemigos , así como de su disposición para enfrentar
la
igualdad y la libert ad, y acerca de si otro mundo es posible. La política a esos eiremigos en un combate. La dimensión existencial radica en la
emancipatoria es la práctica que busca interrumpir el orden establecido disposición al enfrentamiento. Una lectura apresurada de Schmitt rro
y, por lo ranto, que apunta a redefinir lo posible, con el logra percibirla, dado que identifica lo político con la primera parte de la
objetivo de ins-
taurar un orden menos desigual y opresivo, ya sea a nivelmacro o definición, corl la simple capacidad para distinguir amigos de enemigos,
en las
regiones locales de una microfísica del poder. Dicha práctica
no describe y con ello hace desaparecer el riesgo que está presente elt todo posible
un acto único y glorioso, sino un performativo que enuncia presente enfrentamiento. El "así como" indica que quienquiera que apele a una
el
como tiempo de nuestro devenir orro. política de emancipación debe estar dispuesto a identificar a aquellos
Esta definición mínima tiene dos ventajas. La primera
es que descri_ que dañan la igualdad o la libertad, pero también, y más importante
bela emancipación sin preocuparse por la manera.n Ir.urt tri jirrin,r, aún, debe estaf preparado para ton'rar partido y enfrentarse con ellos
políticas emancipatorias caracterizan el presente e imaginan
cómo serían públicamente en algún tipo de c.ontienda. Si no hay enfrentamiento, o,
las alternativas. I a segunda es que no define los .onc.ptos
de igualdad ,l rn.nor, una voluntad de confrontar a quienes dañan la igualdad o la
y libertad con referencia a un contenido específico, sea éste ,.absiracto,,, libertad, lo que tenemos es un grupo de individuos bienintencionados,
como en el enunciado de "todos los hombres nacen libres e igualesr',
o que manifiestan tener una visión moralmente decente (es malo lastimar
"concreto", como en la igualdad radical contenida en el p.áy.cto
d. la libertad y la igualdad), pero no personas que tomen partido y asuman
abolir la propiedad privada en una furura sociedad sin clases. pár
el con- los riesgos de hacerlo. No me refiero sólo alriesgo asociado con situacio-
trario, presenta estos conceptos como efectos de una actividad polémica. nes de uidt o muerte, sino a los costos personales y grupales que deben
La igualdady la libertad carecen de existencia política relevante
al mar- enfrentar quienes toman partido públicamente por un bando u otro en
gen de los esfuerzos pol singularizarlas en casos específicos
en los que una controversia (sobre esto véase Arditi 2008). El argumento existen-
se ventila: (1)qué significa hablar de cualquiera de.llrr, (2) qué quiere cial de la oposición amigo-enemigo planteado por Schmitt es, claro,
decir que las condiciones actuales les son favorables o perjudiciales,
y (3) bastante conservador; no hay en él referencia alguna a la emancipación
ya que la libertad y la iguatdad no son temas de su interés. El autor se
G

kt'b.tt..entales) del quinto centenario del 'descubrimiento' de Brasil por los na-
contenta con ratificar un statu quo centrado en el Estado. Por ello de'
b0
@
vegantes portugueses en 1500, un
Srupo de indígenas arrojó sus flechai conrra el
reloj (apadrinado por la cadena tel.viriua o Globo) que marcaba bemos ir contra su conservadurismo. Podemos hacerlo retomando algo
los días y 1", hor*
del aniversario". que mencioné antes, a saber, gue a diferencia de la política de siempre,
lfl() / rA p0[fltcA EN r0s 8oRDES DEr L|EEEAL|SM0
AGITADO Y REVUELTO: DEL'ARTE DE LO POSIEIE"R TI POTITICR EMANCIPATORIA/ I8I

Bey entiende la zAT como una táctica


de ra cresaparición, queconsisre "multitud" -una pluralidad que persiste como tal sin llegar a converger
en "una sublevación que no se enfrenta
directamente con el Éstado, una en un uno- desarrollada por Spinoza y popularízada po, g.,.,,. como
operación guerrillera que libera una porción
(de ,i.rr", á. J.lipo, a. Hardt, Negri y Virno.)
imaginación) y luego se disuelve para uóIu.,
a formarse en orro lugar/otro Por su parte, la confusión acerca de la duración de un cambio re-
momento, antes de que er Estado pueda
acabar elra,, rgry tSgtl. r^
zfif se inspira en la idea de rizoma.de Dereur. ycon
cu"rtari, ¡ además, se
volucionario desaparece tan pronto como se toma conciencia de que la
asemeja a lo que esros dos aurores revolución no se puede reducir a un momento distante de inflexión en
lraman deuenir *inorit)'rio. No hay la historia de un pueblo, uno que sienta las bases para la construcción
que confundir este devenir minoritario
con pro..ro, de constitución de de un Estado futuro. Anres bien, adquiere un ,.,riido más amplio co-
minorías y mayorías o con un deseo de
vorvers. políri.r,,,.nr. irr.i.irnr., mo performativo. Talcomo los enunciados performativos implican una
se refiere más bien a un rech azo
a someterse a ros códigos dominantes
y a un esfuerzo por inventar formas acción en el momento mismo de la enunciación, como.n ,l ejemplo
arternativas de ,.rl1nrn;;; pr._ habitual de "¡Sí, juro!", el carácter performativo de la revoluciói desig-
feriría hablar simplemente de ra desclasificación
propia de ros procesos na la actividad de reuolucionar a través de la cual una revolución ya ha
de subietivación.) Autonomía es la.onrignu
á. ;. clevenir minoritario; comenzado a ocurrir mienrras trabajamos para ello aquí y ahora. ói.ho
uno se vuelve revorucionario cuando.o"n¡ug,
un .i.rto número de ele_ de otro modo, la actividad de revolucionar coinc.ide.on l" d. las políticas
rnentos minoritarios porque, al hacerlo, .,ini.nr.
un devenir.rp..in.o, emancipatorias en la medida en que ambas conciben eltiempo di lo polí-
imprevisto' aurónoro"
fD.leuze y Guattari 19gg, pág. 1,06;también tico de una manera muy especial: en vez de plantear que los cambior ron
Patton 2005, píqr. 406-40g). por.t
trao -a, pra.rico y operacional de ocurrencies que vendrán en un futuro lejano, pero esplendoroso, ellas
c esta adopción del "fracaso" como estrategia
.naonrrrros ra insurgencia estructuran el ahora como tiempo de nuestro devenir-otro.
del Ejércit o zaparista de Liberación
exigencias en la
Naciánar
del Estado, a pesar de su insistencia
;;;
negativa a cenrrar sus Elpropio Gramsci sugirió algo similar, a pesar de que su pensamien-
lotl
de construir un Estado distinto. Lo
en la necesidad to se mantuvo dentro del paradigma de la revolución como refundación
que vemos aquí es la paradoja
de una e institución de un nuevo Estado. Rechazó el putschismo alplantear
visión revolucionaria, de una activi¿a¿ que
ae reuorucionAr, qtrese niega ex- "un grupo social puede e incluso debe ser dirigente run ,nt.i de conquis-
plícitarnente a convertirse en un nuevo
Estado: una manera de entender la tar el poder gubernamental (ésta es uua de las condiciones principales
revolución por fuera de la matriz jacobina
y cle l, opori.ión v¡¡rcr14
birraria Eenrre para la misma conquista del poder); después, cuando ejerce el pode,
éxito y fracaso que veremos en el siguienta'arpítuÉ..-Ir::-"'^
Podemos obviar er probrema d. ra
y aunque lo tenga fuertemente en su puño, se vuelve dominant. p.ro
n,.roni*i, .doptrndo una ima- debe seguir siendo también 'dirigente"' (Grams ci 1999, pág. 3g7). ^Err.
gen de pensamiento de ra revolución
que ,.fr;;;l; a.r.rip.iá; ;;; ;r.. liderazgo ex-ante del que habla Gramsci explica por qué pára é1, como
Foucault (1984) de la coherencia sistémic, ,.regularidad
.án'o una
en sostienen Laclau y Mouffe, "una clase no toma el podir del Estado,
la dispersión". El autor usa esta noción
para criticar, entre otras co- sino que deuiene Esrado" (1997, pág. 80). Este devenir no es ni puede
sas, el supuesto monismo identitario
der sujeto: ra unidad de éste sería ser reducido a un evento único. La zAT de Bey manriene un parecido
efecto de una serie de lugares de enunciación
que se articulan en una de familia con esra visión, pero rambién funcic¡na como conrrapunro
regularidad sistémica (Folcault 19g4,
págs. az-;al.El sujeto no es más polémico a la lectura Estado-céntrica de Gramsci dado que las ,onm
que esa regularidad. De manera
análogal diremos que la singularidad autónomas temporales son parte de una revolución continua de la vida
revolucionaria no consistirá de un
o punto de quiebre que cotidiana y, por lo mismo, de una revolución que no se detiene a las puer-
3gig..nr.ro.
*abaja en solirario, sino de una multiplicidad
de'rugares discontinuos tas delEstado. Para é1, "la lucha no puede cesar ni siquiera con el ,iitimo
desde donde se enuncian retos y
desaf?os ,iriu quo. una revorución fracaso de la revolución política o social, porque nada, excepro el fin del
nunca habrá terminado, pues ,i.n'pr. "r
medid.a. que nos posicionamos en
estará comenzando a ocurrir g a 6
.2
.o
o
mundo, le puede poner fin a la vida cotidiana o a nuesrra aspiración por
esós rugares de enunciación. (Foucaurt g b¡
probablemente no tenía en mente o las cosas buenasrpor lo maravilloso" (Bey lggl).
a spinoza cuando escribía esto, pero Pero si ponemos estas diferencias en suspenso, el tipo de razonamien-
su regularidad en la dispersión le
da .i.r," .onrirt.ncia a la noción de to desarrollado por Gramsci, y por aquellos que ptofon.n la táctica de
IIi2 / tA POLITICA EN LOS BORDES DEL LIEERALISMO AGITADO Y REVUELTO: DEL"ARTE DE tO POSIBLE'R UR POTITICR EMANCIPATORIA / I83

esquivar o "puentear" al Estado, socava la pweza de la distinción entre primero: si la brecha entre lo dado y lo que puede ser no existiera, tam'
actos revolucionarios y no revolucionarios (por ejemplo, la diferencia en- poco habría lugar para la política. En la terminología de Ranciére, ha'
tre hacer explotar y punzar o aguierear el continuo di la historia) y trans- bría sólo "policía". El espacio abierto Por esta brecha no es un espacio
fiere el manejo de la distinción alterreno de la polémica. También coloca preconstituido, uno que ya existe y en el que luego se irán a manifestar
las acciones de agitar y revolver propias del "agitprop'l:irdisrupción de una serie de pulsiones emancipatorias. Antes bien, se trata de un espacio
la política rutinaria, su develamiento de las condici-oofs aduerras para la que hace su aparición a través de las polémicas acerca de la igualdad y
libertad y la igualdad- bajo el rótulo general de una política.*rn.ip.ro- la libertad. Podríarnos decir que si la política es la práctica del disenso,
ria que se manifiesra en la actividad coridiana del revolucionar. entonces el punto ciego es un efecto de la desidentificación Y, Por ende,
de la liberación, Qüe hace su aparición a medida que actuamos por lo-
grar la igualdad y la libertad, mucho antes de habernos deshecho de los
La reqión intersticial de la potítica y et quehacer transfnrnddlr últimos sinvergüenzas que obstaculizan eldesarrollo de una y otra. Todo
punto ciego generado por políticas de emancipación es un síntoma de un
El otro argumento para validar el carácter más cotidiano de las presente entendido como tiempo de nuestro devenir otro.
perturbaciones del orden establecido es, en cierto modo, un corolario Foucault nos ofrece otro ángulo para pensar en esta brecha alafirmar
del anterior. Tiene que ver con la importancia política de la brecha o que "no hay una relación de poder sin resistencia, sin escapatoria o hui-
ausencia de coincidencia estructural entre la inscripción y lo inscrito, da" (1988 ,pág.243),Esto se debe a que las relaciones de poder no juegan
entre la institución y lo instituido. Esta brecha nos muestra una región en solitario, sino que son parte de una relación estratégica. Hay un en-
intersticial que no se caracteriza ni por la dominación pura ni por la cuentro continuo entre las relaciones de poder, por las cuales se entienden
libertad absoluta; constituye más bien una zonagris donáe los desafíos las acciones sobre las acciones de otros con el propósito de "estructurar
y las transformaciones son sucesos posibles e inciuso frecuentes. el posible campo de acción de los otros" (pág.2391, y las estrategias de
La distinción que propone Ranciére entre policía y política nos brin- lucha o insubordinación, encuentro en el cual cada una de ellas, la rela-
da una manera de pensar en qué consiste esta brecha. Vimos algo de esto ción de poder y la estrategia de insubordinación, "constituye la una para
en la discusión sobre el juicio de Blanqui. La poli cía, o partiáón de lo la otra, u,tr.rp..ie de límite permanente, un punto de inversión posible"
sensible, les asigna un nombre y un lugar a cada grupo, lá cual significa (pág. 243), Este encuentro nos permite considerar la dominación tanto
que para ella la sociedad sólo consta de partes identificables, mientras en el sentido habitual de una estructura global de poder como en el sen-
que la política es la institución del disenso, un proceso caracterizado tido foucaultiano de una situación estratégica entre adversarios. En una
por la desidentificación con el nombre asignado situación estratégica, el equilibrio sistémico, si existe semeiante cosa' es
fo, otro, y la adopción
del nombre que representa un daño, es decir, el áe la parre que no tiene de naturaleza metaestable, puesto que cambia continuamente de acuer-
parte dentro de la partición exisrente. La política es ,,improiir', porque do con los combates que se suceden entre los adversarios. Esta situación
no tiene un lugar propio y sólo puede ocurrir, sólo puedi ,,t.n., iugar", abre una región intersticial donde los que mandan no logran estructurar
en el territorio de la policía donde, según Ranciére, intenta demostrar plenamente el campo de acción de los demás. Sin embargo, consiguen
que hay dos mundos alojados en uno solo. Esto, obviamente, demuestra estructurarlo hasta cierto punto Y, Por eso, el intersticio es un espacio
el fracaso de la policía, o su impureza, pues ella puede querer que haya de tensión y no una región de libertad irrestricta donde los dominados
un sólo mundo, el suyo, en e lque la inscripción sea idéntica a lo inscriro, pueden hacer lo que les plazca. Una política que busca interrumpir lo
pero la polémica introducida por la política abre una brecha en el inte- dado utiliza esre intersticio para introducir cambios en la partición de lo
rior de la partición de lo sensible. sensible; es un espacio para la puesta en escena de negociaciones concer-
Esta brecha constituye un punro ciego en el campo visual de la po- ñ
.2 nientes a la libertad y la igualdad en la vida cotidiana.3
!
licía. Representa la no coincidencia entre la inscrip.iOn y lo inscriü o 00
o
entre la norma y el acto y, por lo tanto, funciona como una condición 3 El topos del nómada de Deleuze y Guattari (1938) y la distinción que hace de
de posibilidad para que pueda aparecer un segundo mundo dentro del Certeau (1984) enrre estrategia y táctica son algunas de las figuras más fascinantes
I84 / LA POTITICA EN tOS EORDES DEL LIEERALISMO

Elrevolucionar y la región intersticial le quitan fuerzaa la interprera-


ción realista del arte de lo posible al anticipar algo por venir (un mundo
diferente en el que podamos av^nzar más allá deia libertad y la igualdad
que tenemos hoy) y actuar para que ese por venir suceda. Esta ionjun-
ción de la actividad de revolucionar con la región intersticial también in- DTSPUÉS DEL DUELO POR LA REVOLUCIÓN
valida la creencia de que la emancipación está siempre, y necesariamente,
ligada a momentos excepcionales de disrupción del orden estableciclo y
nos recuerda que no puede haber un orden que domine absolutamenre,
un orden dominante sin remanentes. Todo esto refue rza el argumento
acerca del carácter cotidiano de la práctica de la emancipación y la agi- Después del duelo: polemizando la revolución
tación. Esto, claro está, no significa que siempre hay política emanci-
patoria o que toda acción que pretende ser digna del nombre ..política', ¿Qué lamentamos cuando hablamos de un duelo por la revolución,
debe ser necesariamente de tipo emancipatorio. El grueso del si ésta parece condenada al olvido en la era del consenso liberal demo-
iuehacer
político, de las campañas electorales a la elaboración y ejecucién de las crático? A primera vista no hay mucho que lamentar. Desde la caída del
leyes de presupuesto, transcurre dentro de las coordenadas del arte de lo comunismo o, más específicamente, desde que se comenzó a hablar del
posible. Pero cuando sí se da una política emancipatoria, incluso cuando "fin de la historia" como consecuencia de esa caída, su uso en el discurso
ésta gire en torno a algo tan poco heroico, pero significativo, como los político parece un anacronismo, algo más acorde con el lenguaje de los
esfuerzos por cambiar leyes conrrarias a la iib.rtrá y la igualdad, tene- historiadores que con las prácticas actuales de activistas y pensadores
mos que tener muy en claro que, para que ella se dé, hay que ir más allá de izquierda.
de la visión de la política como arte de lo posible. Entonces, ¿quién se lamenta por esta pérdida? Evidentemente, no
los defensores del mercado libre, quienes tienen motivos de sobra para
celebrar. Tampoco aquellos que algun a vez propusieron la revolución y
ahora están en otra cosa. Habiendo hecho las paces coll su pérdida, han
defado de creer en la idea de un cambio radicaly conciben la política de
un modo pragmático. Siaún invocan la revolución o sus múltiples espec-
tros,lo hacen de manera irónica para que ello no suene risible o patético.
Otros, sin embargo, mantienen el duelo, como cuando uno lamenta la
muerte de un amante o la pérdida de un amigo. Lo hacen con pesar, a
veces con nostalgia, pero siempre con el dolor ocasionado por una pér-
dida, la pérdida de sentido que sobreviene alderrumbe de un proyecto u
horizonte de acción, en este caso el de una sociedad más iusta y solida'
ria, también conocido como socialismo. Mis simpatías van hacia estos
últimos, aunque el suyo es también un duelo problemático. Presupone
que lo que se ha perdido es irrecuperable, lo cuales cierto, pero también
que escap a ala ley de la iterabilidad. Es esto lo que lo vuelve tan rágico,
porque entonces eltrabaf o del duelo político jamás podrá estar a la altu-
de esta región intersticial .LaZAT,de Bey, es un híbrido enrre elactivismo 6
nómacla ,2
! ra de su objeto o resulta ser interminable en su esfuerzo por sobrellevar,
de Deleuze y Guattari, uno que resiste sin irse a ninguna parte y, por encle,
revela la o¡
@ no importa cuán pobremente, el dolor causado por la pérdida. Pero esto
productividad política de la región intersticial, y la.onquirt".i..tiu" d. un espacio
autónomo como mateüalización de un éxodo, escape osalida del terreno robr..o- es menos duelo que melancolía, la incapacidad de distanciarse del obje-
dificado por el Estado. to perdido. La melancolía o duelo interminable por el derrumbe de un

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