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Georges Bataille.

El Erotismo

Tusquets Editores, Buenos Aires, 2009

Por Ana Blanco y Gabriela Pisano

En 1957 Georges Bataille publica El Ero- ción implicaría pensar que el erotismo no es
tismo. Se trata de un texto compuesto por dos más que una forma particular de la actividad
partes. La primera lleva por título “Lo prohi- sexual reproductiva, desde esta perspectiva
bido y la transgresión” y reúne trece capítulos nos privaríamos de ver, señala el autor, la
que, según señala el propio autor, constituyen paradoja esencial que vuelve interesante la
una explicación sistemática de los diversos cuestión: “En efecto, aunque la actividad eró-
aspectos de la vida humana considerada desde tica sea antes que nada una exuberancia de la
el punto de vista del erotismo. La segunda, vida, el objeto de esta búsqueda psicológica,
“Estudios diversos sobre el erotismo”, reúne independiente como dije de la aspiración de
siete textos independientes (fruto de distintos reproducir la vida, no es extraño a la muerte
artículos y conferencias) en los cuales se ha misma” (p.15). Lo maravilloso, lo atractivo
trabajado la cuestión. de la reproducción es que encamina hacia la
En el prólogo Bataille señala: “El erotismo discontinuidad pero pone, al mismo tiempo,
no puede ser estudiado sin, al hacerlo, tomar en juego la continuidad, nos liga a la muerte.
en consideración al hombre mismo” (p12). Toda la operación del erotismo busca alcanzar
Este nos conecta con la vida, de la cual la al ser en lo más íntimo, experiencia de inten-
filosofía, al adoptar el punto de vista del sidad extrema, muy cercana al de la santidad,
especialista, se aleja. Es un objeto imposible aunque de distinta naturaleza. “Somos seres
que nos lleva al límite, a la cima, al silencio. discontinuos, individuos que mueren aislada-
Bataille no nos ofrece una definición sino mente en una aventura ininteligible; pero nos
una fórmula del erotismo: es la aprobación queda la nostalgia de la continuidad perdida”
de la vida hasta en la muerte. Dar una defini- (p.19). Nos resulta insoportable la situación
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que nos deja clavados en una individualidad a la otra. Asimismo, es preciso señalar que
que es fruto del azar, una individualidad la transgresión no es sinónimo de una vuelta
perecedera. Tenemos un deseo angustioso de a un estado de naturaleza, la lógica que se
que dure para siempre lo que es perecedero, propone es más compleja y tiene que ver con
una obsesión por la continuidad primera. un juego dialéctico que combina superación
El terreno del erotismo es esencialmente el y mantenimiento en un mismo momento. Esta
terreno de la violencia, de la violación. Lo dupla transgresión-prohibición aparece clara-
más violento para nosotros es la muerte que mente en el erotismo incluso, señala Bataille,
nos arranca de la obstinación que tenemos por es muy difícil comprenderlo sin poner a éste
ver durar el ser discontinuo que somos. “En la como ejemplo.
base del erotismo, tenemos la experiencia de Los primeros capítulos estarán dedicados a
un estallido, de una violencia en el momento mostrar cómo cada una de las dos prohibicio-
de la explosión” (p.98). La actividad sexual nes postuladas ha tenido lugar a lo largo de la
cuestiona el aislamiento, cuestiona y por lo historia, puntualizando en las diferentes for-
tanto debilita el sentimiento de sí. “La crisis mas que han ido adoptando. Una vez expuesto
del ser es su entrada en el juego”. esto, se desarrollará la noción de transgresión
Dice Bataille: “En la esfera humana, la y se mostrarán también las diferentes formas
actividad sexual se separa de la simplicidad en las que se ha presentado.
animal. Es esencialmente una transgresión. Pero es preciso introducir otras categorías
No es, después de la prohibición, un retorno que resultan centrales dentro del esquema,
a la libertad primera. La transgresión es una nos referimos a lo sagrado y lo profano. La
producción de la humanidad organizada por la sociedad para Bataille no se reduce al mun-
actividad laboriosa. También la transgresión, do del trabajo, al mundo profano, sino que
por su parte, está organizada; y, si cambia a también integra al mundo sagrado, ambos
través del tiempo, es en tanto que organiza- son complementarios. Sagrado aquí refiere
do. Me esforzaré en presentar un cuadro del fundamentalmente a aquello que es objeto de
erotismo considerado en su diversidad y en una prohibición. Lo sagrado no sólo produce
sus cambios” (p.114). Tomando a este párrafo temor sino también devoción: los dioses hacen
como testigo del planteo general del libro, en temblar a quienes los veneran, pero los siguen
lo que sigue intentaremos presentar cómo es venerando. “La prohibición y la transgresión
que el autor nos lleva a él. responden a esos dos movimientos contradic-
Los hombres, dentro de este esquema, se torios: la prohibición rechaza la transgresión,
distinguen de los animales por el trabajo, y la fascinación la introduce. Lo prohibido, el
pero no sólo por él, sino también por la radi- tabú, sólo se oponen a lo divino en un sentido;
cación de prohibiciones fundamentales que pero lo divino es el aspecto fascinante de lo
los constituyen, a saber: la prohibición vin- prohibido: es la prohibición transfigurada”
culada a la muerte y la prohibición vinculada (p.72). Bataille entiende que es sólo desde
a la reproducción. La prohibición, dentro de el punto de vista económico como puede in-
este esquema, no puede ser separada de la troducirse una distinción más clara. Durante
transgresión, ambas categorías forman un el tiempo profano del trabajo la sociedad
núcleo, un nudo. Esto no refiere a la idea de acumula y sólo consume lo necesario para la
que toda prohibición habilita a la transgre- producción. Mientras que el tiempo sagrado
sión por defecto sino que lo que se postula es el tiempo de la fiesta, donde lo que habi-
es que la propia existencia de una reclama tualmente está prohibido es permitido (incluso
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exigido), es la dilapidación la que funda la pero no se la asimilaba al Mal profano, a la


fiesta. “Si partimos de este punto de vista, la violación de las reglas que garantizan razona-
religión compone un movimiento de danza blemente, racionalmente, la conservación de
en el que un paso atrás prepara el nuevo salto los bienes y de las personas” (p.130).
adelante” (p.73). Las fiestas garantizaban las En la antigüedad la transgresión era lícita,
infracciones, garantizando al mismo tiempo, a ella se le oponía una prohibición, pero su
la vida normal. levantamiento era posible, siempre que se
Las religiones arcaicas tenían una forma de respetasen ciertos límites. En cambio, con la
organización de los dos mundos, el profano y llegada del cristianismo se postulan las prohi-
el sagrado, distinta a la que hoy conocemos. biciones como absolutas. Aparece la siguiente
Los antiguos, señala Bataille, estaban mucho paradoja: el acceso a lo sagrado es el Mal y,
más vinculados con la práctica sacrificial que al mismo tiempo, el Mal es profano. Estar en
nosotros: “El sacrificio, si es una transgresión el Mal y ser libre, en el mundo profano no
hecha a propósito, es una acción deliberada rigen las exigencias de lo sagrado, no sólo
cuyo fin es el cambio repentino del ser que es fue una condena, sino una recompensa para
víctima de ella. A ese ser se le da la muerte” el culpable. La voluptuosidad se sumergió
(p.95). La muerte rompe con la discontinuidad en el Mal, ésta era en esencia transgresión.
llevando al ser a la continuidad, a la ausencia “Una vez rechazado el levantamiento ritual
de particularidad. El sacrificio y el acto de de la prohibición, se abrió paso una inmensa
amor eran, entonces, comparables. Ambos posibilidad, en el sentido de una libertad
ponen en juego la continuidad, la violencia, profana: la posibilidad misma de profanar”
revelan la carne. Las orgías eran signos de la (p. 133). Queda, entonces, el retorno a la
perfecta inversión del orden. No deben leerse, degradación
señala Bataille, a partir de la falta de pudor Si bien aquí hicimos una suerte de raccon-
ni desde la idea de una animalidad relativa to básico de cómo se encadena el texto, la
de los arcaicos. riqueza del mismo ha quedado, lo sabemos,
Los modernos tenemos dificultades para completamente desfigurada. Pero aun así,
reconocer la santidad de la transgresión, el nos contentamos con haber acercado algunas
cristianismo ha mostrado repugnancia para de las ideas centrales, fundamentalmente
con ella. “Aunque era de origen divino, en el prohibición-transgresión y sagrado-profano
orden de cosas cristiano (prolongación de la que entendemos en él se articulan y resultan
mitología judaica), la transgresión ya no era insumos interesantes para la reflexión socio-
el fundamento de su divinidad, sino el de su lógica.
caída” (p.127). El cristianismo empujó a lo La perspectiva de Bataille nos enfrenta a
sagrado maldito al ámbito de lo profano dejan- una interrogación profunda que incomoda o
do como sagrado sólo lo bendito. El erotismo, trastoca algunas de las ideas con las cuales nos
entonces, cayó en el territorio de lo profano encontramos más familiarizados, quizás por-
y fue objeto de una condena radical, la evo- que, utilizando las palabras del autor, estamos
lución del erotismo sigue un camino paralelo más habituados a pensar como especialistas
al de la impureza. “La asimilación con el Mal que a interrogarnos por la existencia, que
es solidaria de la falta de reconocimiento de nos lleva a experimentar los propios límites
su carácter sagrado. Mientras ese carácter fue del lenguaje.
evidente para todos, la violencia del erotismo Que Bataille nos resulte ajeno no implica
podía llegar a angustiar, o incluso a repugnar, necesariamente que veamos en él sólo un ex-
Comentario a Georges Bataille. El Erotismo 153

céntrico que nos enfrenta con objetos bizarros. presenta una apuesta teórico-metodológica
Bataille nos invita a recorrer los márgenes fuerte. Creemos que una lectura atenta de
pero no por fascinación o mera diversión sino sus textos posibilita encontrar cuáles son las
por una preocupación que tiene que ver con la huellas que sigue, cuáles son las torsiones que
profundidad del pensamiento, una apuesta por introduce y cuáles son esas torsiones en las
la búsqueda de sentidos. Los márgenes, para que otros incursionaron. Abrir el juego a los
este autor, explican algo, aún sin poder decir- ecos y huecos en los que resuenan Durkheim
lo, nos enfrentan al silencio profundo donde y Hegel, Lacan y Foucault, entre otros.
resuena la imposible totalidad. Aquí se nos

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