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David Brading Capítulo 3 La España de los Borbones y su imperio americano

El precio de una corona debilitada fue la guerra civil, la invasión extranjera y la


partición del patrimonio dinástico, porque la muerte, largamente esperada, de
Carlos II en 17 provocó una guerra general europea, cuyo premio principal era la
sucesión al trono de Espa!a" #a subida al trono de $ernando %I &17'()17*+, marcó el
abandono de la ambición dinástica en favor de una pol-tica de pa. en el exterior y
de atrinc/eramiento interior" El fin del per-odo del 0asiento1 ingl2s en 17'3
seguido de un tratado de l-mites con 4ortugal &17* ,, que estableció las fronteras
entre los virreinatos de 4er5 y 6rasil, eliminó fuentes potenciales de fricciones
internacionales" 7in embargo, sólo con la llegada de Carlos III &17*+)1733, dispuso
Espa!a, por fin, de un monarca comprometido activamente con un completo programa de
reformas" 8unque las ambiciones y la personalidad de los monarcas borbónicos
influyó sin duda en las directrices de la pol-tica, era, sin embargo, la 2lite
ministerial la que introdujo lo equivalente a una revolución administrativa" 4ero
a5n no podemos caracteri.ar, de forma definida, a esta 2lite administrativa" 8unque
algunos aristócratas segu-an alcan.ando altos cargos, la mayor-a de los ministros
eran gente principal venida a menos o del com5n" El estado absolutista fue el
instrumento esencial de la reforma" Como consecuencia de ello, resultaban
profundamente sospec/osos los intereses provinciales o los privilegios
corporativos" 7i bien con el nuevo 2nfasis en la autoridad real la aristocracia fue
simplemente excluida de los consejos de Estado, por contra, se atacó severamente a
la Iglesia" #a tradición regalista del derec/o canónico, con su insistencia en los
derec/os de la iglesia nacional frente a las demandas de la monarqu-a papal y su
afirmación del papel eclesiástico del rey como vicario de Cristo, obtuvo una se!
alada victoria en el concordato de 17*9, en el que el papado ced-a a la corona el
derec/o de nombramiento de todos los beneficios clericales de Espa!a" 7in embargo,
la principal preocupación de la 2lite administrativa era el gran problema del
progreso económico" :Cómo iba Espa!a a recobrar su antigua prosperidad; 7e impuso
como respuesta preferida la promoción de la ciencia y el conocimiento pragmático"
El gobierno llevó a cabo un censo nacional que compilaba un amplio cuerpo de estad-
sticas relacionadas con todos los aspectos de la vida económica" <ás concretamente,
se construyeron canales y carreteras para abrir nuevas rutas al comercio" =, del
mismo modo que en el siglo >%II $rancia e Inglaterra, enfrentadas a la /egemon-a
comercial de ?olanda, /ab-an utili.ado medidas proteccionistas para defender y
promover su navegación, industria y comercio, a/ora los ministros de la dinast-a
borbónica en Espa!a intentaron conscientemente aplicar el mismo tipo de medidas
para librar a la pen-nsula de su dependencia de las manufacturas del norte de
Europa" El fracaso del gobierno tanto al intentar cambiar los m2todos de producción
agr-cola, como al desarrollar la industria manufacturera, se /a convertido en
objeto de vivos debates" 7in embargo, el gran logro de la nueva dinast-a fue la
creación de un estado absolutista, burocrático, abocado al principio del
engrandecimiento territorial" El renacimiento de la autoridad y de los recursos de
la monarqu-a fue precursor, claramente, del despertar de la econom-a" 8 la cabe.a
del nuevo r2gimen estaban los ministros, los secretarios de Estado, ?acienda,
@usticia, Auerra, 8rmada e Indias, que reempla.aron a los antiguos consejos de los
8ustria como la principal fuente de la acción ejecutiva" 8 nivel provincial el
intendente era la figura clave, el s-mbolo del orden nuevo" Empleados al principio
con fines espec-ficos, fue en 17'+ cuando estos funcionarios fueron nombrados en
toda Espa!a, encargándoseles la responsabilidad de recolectar los impuestos,
dirigir el ej2rcito, la promoción de obras p5blicas y el fomento general de la
econom-a" 8unque la formación, expansión y mantenimiento de un ej2rcito y una
armada permanentes eran objeto de atención prioritaria para el estado borbónico,
a5n se dispone de una cantidad notablemente escasa de información acerca de la
organi.ación y operatividad de estas fuer.as" 7i el inter2s en el poder naval surg-
a de las necesidades estrat2gicas del imperio, el nivel de las fuer.as terrestres
reflejaba la ambición ultramarina de la dinast-a" El reclutamiento se /ac-a por el
sistema de levas, lo cual evitaba tener que confiar en mercenarios extranjeros cómo
los que se encontraban en otros ej2rcitos de la 2poca" 8demás, al menos un tercio
de los oficiales eran de extracción popular" 7in embargo, fue la formación de esta
oficialidad, que contaba con cierta educación, /abituada a la disciplina y
dependiente del servicio real para conseguir su medio de vida, lo que proveyó al
estado dinástico de sus indispensables agentes de gobierno" Bespose-da de sus
posesiones europeas por el Cratado de Dtrec/t, Espa!a depend-a a/ora, sin embargo,
de su vasto imperio americano para asegurarse un lugar en el concierto de Europa"
En el Euevo <undo el estado borbónico demostró tener un 2xito notable, tanto a
la /ora de salvaguardar sus fronteras como al explotar los recursos coloniales")El
renacimiento del poder espa!ol durante el reinado de Carlos III fue, en gran
medida, una consecuencia del florecimiento del comercio con las Indias y del
aumento de las rentas que el mismo produc-a" La revolución en el gobierno #a
preocupación por el %iejo <undo /ab-a conducido a un notable deterioro del poder
imperial en 8m2rica" Be /ec/o, durante las primeras d2cadas del siglo >%III Espa!a
no /i.o más que rec/a.ar incursiones extranjeras en su territorio y consolidar su
posesión sobre fronteras amena.adas" Eo es menos importante el /ec/o de que, en
cada provincia del imperio, la administración /ab-a llegado a estar en manos de un
peque!o aparato de poder colonial, compuesto por la 2lite criolla Fletrados,
grandes propietarios y eclesiásticos F, unos pocos funcionarios de la pen-nsula con
muc/os a!os de servicio y los grandes mercaderes dedicados a la importación"
4revalec-a la venta de cargos en todos los niveles de la administración" Como en
las 5ltimas d2cadas del dominio de los 8ustrias en Espa!a, el poder de la corona
para drenar los recursos de la sociedad estaba limitado por la ausencia de
sanciones efectivas" 7i la nueva dinast-a quer-a obtener beneficio de sus vastas
posesiones de ultramar, tendr-a primero que volver a controlar la administración
colonial y crear entonces nuevas instituciones de gobierno" 7ólo entonces podr-a
introducir las reformas económicas" El primer paso

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de este programa fue la provisión de una fuer.a militar adecuada, como salvaguarda
contra ataques extranjeros y levantamientos internos" #a ca-da de #a ?abana y
<anila en 17(1 y la virtual eliminación del poder franc2s en tierra firme marcó la
magnitud de la amena.a exterior" Este inter2s en la fuer.a militar produjo frutos
sustanciosos" En 177( una expedición de 3"* /ombres atravesó el G-o de la 4lata,
recobró 7acramento por tercera y 5ltima ve. y expulsó a los portugueses de toda la
4rovincia Hriental, victoria ratificada por el tratado de 7an Ildefonso &1773,"
4oco despu2s, durante la guerra)de independencia americana &177+)1739,, otro
destacamento invadió 4ensacola, la franja costera que estaba unida a #uisiana, y
esta iniciativa llevó a la subsiguiente cesión inglesa de aquel territorio junto
con $lorida" En esta decisión de afian.ar las fronteras de su imperio americano
desplegó la monarqu-a borbónica, por fin, una operación expansionista propia de una
verdadera potencia colonial" @unto al reclutamiento de regimientos coloniales
mantenidos permanentemente en pie, encontramos la organi.ación de numerosas
unidades de milicia" #a monarqu-a reivindicó su poder sobre la Iglesia de forma
dramática cuando, en 17(7, Carlos III siguió el ejemplo de 4ortugal y decretó la
expulsión de todos los jesuitas de sus dominios" Bespu2s, en 1771, se convocaron
concilios eclesiásticos provinciales en #ima y <2xico con la finalidad tanto de
estrec/ar la disciplina clerical, como de enfati.ar la autoridad real sobre la
Iglesia" 4ero aunque se proyectaroncierto n5mero de reformas, no resultó muc/o de
esta actividad regalista" Be mayor alcance y eficacia fue la reforma radical de la
administración civil" En 177( se estableció un nuevo virreinato con capital en
6uenos 8ires" El resultado fue un cambio trascendental del equilibrio geopol-tico
del continente, puesto que #ima, que ya /ab-a visto roto su monopolio comercial por
la apertura de la nueva ruta comercial del Cabo de ?ornos y que /ab-a sido la
antigua capital de todo el imperio de 7udam2rica, sufrió una severa p2rdida de
categor-a" En otros lugares, el impacto de los cambios fue menos radical" Carlos
III reactivó tambi2n la antigua solución de los 8ustrias para el mal gobierno
colonial, la 0visita general1" 8demás, tuvo tanto 2xito @os2 de Aálve. como
visitador general de Eueva Espa!a &17(*)1771, que, primero 4er5 &177(, y despu2s
Eueva Aranada &1773,, se vieron sujetas a una parecida revisión de la maquinaria
del gobierno" Aálve. supervisó la expulsión de los jesuitas, reprimió brutalmente
las revueltas populares contra esta medida y despu2s condujo una expedición para
pacificar y coloni.ar 7onora" Can dominante como ambicioso, Aálve. llevó a cabo la
revolución en el gobierno colonial con una tenacidad obsesiva" Besde la perspectiva
de <adrid, los resultados fueron impresionantes" 4ero el precio fue la enajenación
de la 2lite criolla" En ning5n lugar fue más evidente el impacto de las nuevas
tendencias de la administración que en el cambio de composición de las audiencias,
los altos tribunales de justicia, cuyos jueces aconsejaban a los virreyes en todas
las cuestiones importantes de estado" En 177()1777 se decidió a ampliar el n5mero
de miembros de la mayor-a de las audiencias y despu2s, mediante una verdadera pol-
tica de traslados, promociones y retiros, a acabar con el predominio criollo" @unto
con esta renovación del control peninsular, se registró una renovada insistencia en
la promoción entre las audiencias y dentro de ellas, sistema que se /ab-a visto
interrumpido por la venta de cargos" Be nuevo fue norma para los jueces el empe.ar
como alcaldes del crimen o como oidores en tribunales menores, como Auadalajara o
7antiago, y trasladarse despu2s a las cortes virreinales de #ima o <2xico" 4ie.a
central de la revolución en el gobierno fue la introducción de los intendentes,
funcionarios que encarnaban todas las ambiciones intervencionistas y ejecutivas del
estado borbónico" El momento clave de la reforma llegó en la d2cada de 173 y
comen.ó en 173I con el nombramiento de 3 intendentes en el virreinato de #a 4lata,
seguido, dos a!os más tarde, por otros 3 en 4er5 y coronándose con el
establecimiento en 173( de 1I intendencias en Eueva Espa!a" 8demás, se asignaron *
de estos funcionarios a Centroam2rica, 9 a Cuba, I a C/ile y 1 a Caracas, mientras
que quedaban fuera Eueva Aranada y Juito" #os intendentes, reclutados entre
militares y oficiales de ?acienda, y peninsulares en su inmensa mayor-a, lograron
un moderado 2xito, sin llegar a alcan.ar las expectativas de los reformadores en
ning5n sentido, ya que la introducción de un rango de gobernadores provinciales no
corrigió las deficiencias del gobierno local" En las capitales de #ima, 6uenos
8ires y <2xico, Aálve. instaló 0superintendentes subdelegados de Geal ?acienda1,
funcionarios que relevaron a los virreyes de toda responsabilidad en cuestiones
de ?acienda" 8demás, se estableció una @unta Central de ?acienda para supervisar la
actividad de los intendentes y para revisar cualquier cuestión que surgiera en la
recaudación de las rentas" 7i los intendentes /ab-an resultado ser menos efectivos
de lo que se esperaba fue en parte porque el sistema de rentas se /ab-a reformado
ampliamente antes de su llegada" #as innovaciones clave fueron el nombramiento de
una burocracia fiscal asalariada y el establecimiento de nuevos monopolios de la
corona" En efecto, el nombramiento de una burocracia asalariada, respaldada por un
considerable ej2rcito de guardias, permitió a la monarqu-a espa!ola recoger una
extraordinaria cosec/a fiscal como consecuencia de la expansión de la actividad
económica producida por sus reformas en el comercio y su fomento de las
exportaciones coloniales" #a revolución administrativa creó un nuevo estado
absolutista, basado, como en el caso de Europa, en un ej2rcito permanente y una
burocracia profesional" Este estado se consagraba, tanto como sus equivalentes del
%iejo <undo, al principio del engrandecimiento territorial, si bien a expensas,
principalmente, de los portugueses en 7udam2rica y de las tribus indias nómadas en
Eorteam2rica" 4ero se diferenció de sus modelos europeos en que no consiguió formar
ninguna aut2ntica alian.a, fundada en intereses comunes, con los sectores
dirigentes de la sociedad colonial" #a influencia de la Iglesia, /asta entonces el
principal baluarte de la corona, fue atacada" 7e debilitó el poder económico de las
grandes casas importadoras" = si los nuevos ej2rcitos facilitaron la sanción armada
contra los disturbios populares, los t-tulos y privilegios ofrecidos por la carrera
militar eran un pobre sustituto de cualquier aut2ntica participación en los
beneficios económicos o en el poder" En resumen, el precio de la reforma fue la
alienación de la 2lite criolla" 7in embargo, ju.gada desde la perspectiva de
<adrid, sus compensaciones fueron considerables" La expansión del comercio colonial
El renacimiento de la econom-a colonial, tanto como el de la peninsular, derivaba
de la aplicación de medidas mercantilistas" El texto que las respaldaba para ello
era el Nuevo sistema de gobierno económico para la A mérica &17'9, de Campillo" <ás
que nada, Campillo consideraba a las colonias como un gran mercado sin explotar
para la industria espa!olaK su población, especialmente los indios, era el tesoro
de la monarqu-a" 4ero, para aumentar la demanda colonial de manufacturas espa!olas,
era necesario incorporar a los ind-genas a la sociedad, eliminando los da!inos
monopolios y reformando el vigente sistema de gobierno" 7i Espa!a quer-a obtener

I
beneficios de sus posesiones americanas, primero era necesario desbancar a las
manufacturas extranjeras y al contrabando de su papel preeminente en el comercio
atlántico, y despu2s desalojar a la alian.a mercantil de su posición dominante en
las colonias" #a Auerra de los Eueve 8!os &179+)17'3, supuso un cambio en el
desarrollo del comercio colonial" #a destrucción de 4ortobelo llevada a cabo por
%ernon acabó con las posibles esperan.as de /acer revivir la flota de Cierra $irme"
=, desde entonces, todo el comercio legal con las islas del Caribe y con 7udam2rica
se /i.o con 0registros1, barcos aislados que .arpaban con licencia desde Cádi." Can
importante como esto fue que se abriera la ruta del cabo de ?ornos y se permitiera
a más barcos desembarcar en 6uenos 8ires" Con la fuerte ca-da de los precios, el
comercio europeo con todo el virreinato peruano creció, incorporándose C/ile y
la .ona del G-o de la 4lata al comercio directo con Espa!a" En 17(* a las islas del
Caribe se les dio v-a libre para comerciar con los nueve puertos principales de la
pen-nsula" 8l mismo tiempo la absurda práctica de estimar las tasas aduaneras por
el volumen c5bico de la mercanc-a, conocido como 0palmeo1, se sustituyó por una
tasa ad valorem del ( por 1 , que se impon-a a todos los productos de exportación"
El 2xito de estas medidas /i.o posible la promulgación en 1773 del famoso decreto
de 0libre comercio1, el cual finalmente abolió el embudo que significaba Cádi. y el
sistema de flotas" Besde entonces el comercio entre los puertos principales del
imperio y la pen-nsula comen.ó a efectuarse por medio de buques mercantes aislados"
7i los monopolistas de Cádi. ven-an a ser meros intermediarios que trabajaban a
comisión, no debe resultar sorprendente saber que en la misma 2poca la contribución
de la industria espa!ola a las exportaciones coloniales era rid-cula" Es verdad
que, en cuanto al volumen, la producción peninsular representaba el '* por 1 de los
cargamentos que se embarcaban /acia 8m2rica, pero consist-a, esencialmente, en
vino, aceite, aguardiente y otros productos agr-colas" 8l otro lado del 8tlántico,
el 2nfasis puesto en el crecimiento dirigido a la exportación parece menos
necesitado de revisión" Besde luego, los datos son parciales y se agrupan en torno
a los 5ltimos a!os del sigloL sin embargo no se puede dudar de que en el siglo >
%III se registra una notable expansión del comercio trasatlántico con Europa" Las
economías de exportación <ientras que la pen-nsula sólo recog-a un modesto
beneficio de la recuperación del comercio atlántico, muc/as colonias americanas
estaban naciendo de nuevo" ?acia el siglo >%III el equilibrio regional de la
actividad comercial se /ab-a desviado desde las .onas nucleares de las culturas
mesoamericanas y andinas /acia áreas fronteri.as que /ab-an sido /abitadas antes
por tribus nómadas, o /acia las costas tropicales y las islas del Caribe y del 4ac-
fico" #as regiones que registraron un rápido crecimiento de población y de
producción fueron las pampas del G-o de la 4lata, las .onas de /aciendas del centro
de C/ile, los valles cercanos a Caracas, las plantaciones de Cuba, y las minas y
/aciendas de <2xico, al norte del r-o #erma" #a fuer.a de trabajo la formaban
trabajadores asalariados libres reclutados en las 0castas1 o en la comunidad
criolla o, alternativamente, esclavos importados de Mfrica" 8unque los estadistas
borbónicos se apresuraron a recibir la expansión del comercio atlántico tras el
0comercio libre1 como la consecuencia de las medidas de la corona, la burocracia
aqu-, como en otros sitios, simplemente sacó provec/o del esfuer.o y la ingenuidad
de otros /ombres" El agente decisivo que /ab-a detrás del crecimiento de la 2poca
borbónica era una 2lite empresarial compuesta por comerciantes, plantadores y
mineros" Estos /ombres adoptaron prontamente nueva tecnolog-a donde se demostró
conveniente y no dudaron en invertir grandes sumas de capital en empresas que, a
veces, necesitaron a!os para rendir beneficios" #a obra maestra de la era borbónica
fue, sin duda, la industria de la miner-a de plata mexicana"1 =a en la d2cada de
1(+ fue superada la depresión de mediados del siglo >%II a medida que la acu!ación
alcan.aba su cota anterior de más de * millones de pesos" Bespu2s la producción
creció uniformemente /asta llegar a I' millones de pesos /acia 17+3, /abi2ndose
registrado el aumento más rápido en la d2cada de 177 debido a los nuevos
descubrimientos y a los incentivos fiscales" El /ec/o de que los incentivos
gubernamentales no eran suficientes para reactivar una industria enferma lo
demuestra el ejemplo de 4er5, porque en las tierras altas andinas el resurgir de la
miner-a fue lento y limitado" ?asta la d2cada de 179 no empe.ó a recuperarse la
industria de la depresión del siglo anterior" #a corona llevó a cabo casi las
mismas medidas que en <2xico Fse redujo el precio del mercurio, se envió, una
misión t2cnica y se establecieron una asociación y un tribunal de miner-aF, pero
ciertos elementos claves no llegaron a materiali.arse" #a incapacidad de la
administración de ?uancavelica para ampliar la producción Fde /ec/o, 2sta declinó a
partir de 173 F impuso severos l-mites a la cantidad de mercurio que llegaba a la
industria andina" 8l mismo tiempo, la mayor-a de las minas siguieron siendo peque!
as, y empleaban sólo un pu!ado de trabajadores, a lo que se a!ade que la industria
andina se quedó atrás respecto a su rival del norte en cuanto a la aplicación de la
tecnolog-a disponible" Cras esta respuesta limitada a las nuevas oportunidades de
beneficio creadas por la iniciativa gubernamental se encuentra el d2ficit del
capital destinado a la inversión" #os grandes comerciantes de #ima /ab-an perdido
su posición predominante en el comercio sudamericano y carec-an de los recursos
necesarios para emular a sus equivalentes de <2xico" 8parte de las plantaciones
tropicales en las que trabajaban esclavos, el restante comercio de exportación
depend-a del capital mercantil que financiaban diversos productores, desde
campesinos indios y peque!os propietarios mesti.os /asta mineros c/ilenos y
estancieros de las pampas argentinas" En el cono sur, en C/ile y a lo largo del G-o
de la 4lata, los comerciantes de 6uenos 8ires y 7antiago financiaban a los
estancieros de las pampas y a los mineros del norte de C/ile" Es dif-cil se!alar
una causa definitiva para el crecimiento de la exportación en estas regiones, a no
ser la simple apertura de rutas comerciales por el G-o de la 4lata y el Cabo de ?
ornos, combinada con un crecimiento de la población suficiente como para aportar la
fuer.a de trabajo" Dna expansión tal fue importante para la econom-a local, aun
cuando no tuviera muc/o peso en el mercado internacional" #as otras corrientes
principales del comercio de exportación de ?ispanoam2rica consist-an en productos
tropicales del Caribe y oro colombiano" #a fuer.a de trabajo de todas estas .onas
se surt-a de la importación de esclavos de Mfrica" El ave f2nix de la 5ltima 2poca
borbónica fue Cuba, porque, aunque la isla /ab-a producido a.5car y tabaco desde el
siglo >%I, fue tan sólo tras la ocupación inglesa de #a ?abana cuando se propuso
seriamente emular el modelo de producción que se segu-a en las posesiones francesas
e inglesas" #a corona intervino decisivamente al promover la industria del a.5car a
trav2s de una creciente importación de esclavos, generosas concesiones de tierras a
los plantadores y un permiso para importar /arina barata de los Estados Dnidos"

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8 pesar de lo impresionante y rápido de la transformación económica producida en ?
ispanoam2rica a ra-. de la importación de esclavos o de la inversión en los
profundos po.os mineros, la base tecnológica de este desarrollo siguió siendo
totalmente tradicional" #a compra de unas pocas máquinas de vapor no produjo una
revolución industrial" La economía interior El valor estrat2gico y el crecido
beneficio del comercio atlántico llamó la atención tanto de estadistas
contemporáneos como de /istoriadores posteriores" 4or contra, las monótonas
transacciones del mercado interno americano pasaron virtualmente desapercibidas,
con el resultado de que ciclos enteros de actividad económica, tanto industrial
como agr-cola, se sumieron en el olvido" Codas las evidencias afirman la existencia
de un vigoroso c-rculo de intercambios que, en su extremo más bajo, consist-an en
relaciones basadas en el trueque dentro de los pueblos o entre ellosL al nivel
medio, se centraban en la demanda urbana de alimentosL y en sus l-neas más
rentables inclu-an la distribución interregional y a larga distancia de
manufacturas, ganado y cosec/as tropicales" #o que /an reconocido sin lugar a dudas
las recientes investigaciones es que la clave de este crecimiento económico y esta
prosperidad fue el aumento de la población" El siglo >%III experimentó una
significativa, aunque limitada y desigual, recuperación de la población india en
<esoam2rica y, en menor medida, en las tierras altas andinas, junto con un
crecimiento explosivo de la población /ispanoamericana, criollos y castas, en todo
el /emisferio, especialmente en .onas antes consideradas perif2ricas como
%ene.uela, Eueva Aranada, C/ile, 8rgentina y <2xico, al norte del r-o #erma" El
grueso de esta población colonial encontraba empleo y sost2n en la agricultura" En
tanto que la expansión de la econom-a de exportación /i.o crecer la población
urbana impuso tambi2n el cultivo intensivo de alimentos básicos" 8l mismo tiempo,
el sector dom2stico manten-a su propio ritmo de producción con precios que
fluctuaban seg5n las variaciones estacionales y anuales de la oferta, lo que, a
corto pla.o, al menos, tuvo poca relación con cualquier cambio de la econom-a
internacional" #a tendencia de las /aciendas era a depender de un peque!o n5cleo de
peones residentes y contratar trabajo estacional de los pueblos vecinos o de los
mismos aparceros de la propiedad" El desarrollo del latifundio fue acompa!ado, de
esta forma, por la aparición de un nuevo campesinado compuesto de mesti.os,
mulatos, espa!oles pobres e indios aculturados" @unto con este diverso esquema de
producción en el campo, /ab-a una cantidad considerable de actividad industrial,
tanto rural como urbana" ?ab-a tambi2n un gran n5mero de familias, residentes en
las ciudades principales, en los campamentos mineros y en las regiones fronteri.as,
que depend-an de la industria colonial para proveerse de vestidos y otros art-culos
de uso dom2stico" En resumen, la postración de Espa!a, combinada con el firme
crecimiento de la población colonial, permitió la aparición de una econom-a
claramente americana, basada en el intercambio interregional y a larga distancia de
alimentos, metal precioso y manufacturas, y con Ciudad de <2xico y #ima actuando
como los centros predominantes de esta red comercial" #a 2poca borbónica constituyó
un per-odo relativamente breve de equilibrio entre los sectores exterior e interior
de la econom-a, en el cual, aunque la curva creciente de la producción de plata
ayudó desde luego a financiar el renacimiento del poder militar de la corona y
permitió a las colonias importar gran cantidad de tejidos finos de Europa, tambi2n
creó una notable proporción de empleo que, a su ve., constituyó un activo mercado
para la industria dom2stica y la agricultura" Be /ec/o, fue la existencia de esta
compleja y variada econom-a interna la que permitió la aparición de una sociedad
colonial igualmente compleja y definida" Los ltimos años del imperio El
renacimiento borbónico de la monarqu-a espa!ola /ab-a dependido siempre de la
protección prestada por el equilibrio de poderes en Europa" 8 pesar de lo efectivos
que pudieran ser en las guerras fronteri.as o en acciones auxiliares, ni la flota
espa!ola ni el ej2rcito espa!ol eran rivales para sus principales contrincantes en
el %iejo <undo" En 17+9 la corona, imprudentemente, se unió a la coalición
continental contra el r2gimen revolucionario de $rancia, sólo para sufrir una
flagrante derrota directa cuando las tropas francesas atravesaron los 4irineos" 8
fines de 17+*, Espa!a se vio for.ada a firmar la pa., y obligada tanto a renovar la
tradicional alian.a como a ceder 7anto Bomingo" En adelante, aparte de la breve,
pero inestimable, pa. de 8miens &13 I)13 ',, se suspendió todo comercio entre Espa!
a y el imperio /asta que la invasión francesa de 13 3 levantó el asedio de sus
puertos" 8l verse frente a las capturas de sus barcos o frente a a!os de
inactividad, muc/as, si no la mayor-a, de las principales casas comerciales de
Cádi. se vieron for.adas a cerrar" 8l mismo tiempo la crisis comercial conllevó un
drástico descenso de las rentas" Cualquier esperan.a de una recuperación inmediata
se apagó con la derrota y destrucción de la flota espa!ola en el cabo 7an %icente
&17+3, y Crafalgar &13 *," #a p2rdida de Crinidad en favor de Aran 6reta!a y la
cesión de #uisiana a Eapoleón confirmaron de nuevo la impotencia de Espa!a" 8demás,
estos a!os de /umillación internacional estuvieron acompa!ados de un marcado
deterioro de la calidad del gobierno interno" 4ara el imperio americano la
imposición del bloqueo ingl2s ofreció una /umillante prueba de la incapacidad de
Espa!a para proteger los intereses de sus s5bditos coloniales" 7i el impacto del
bloqueo fue menos severo de lo que pod-a /aberse pensado, fue, en gran medida,
porque en 17+7 se concedió un permiso a los barcos neutrales para que llegaran a
los puertos coloniales, concesión que fue renovada en los a!os 13 *)13 7" Burante
este per-odo el contrabando fue moneda corriente" Este 2xito de las colonias a
la /ora de mantener su prosperidad a pesar de la ruptura comercial con la metrópoli
puso en entredic/o, evidentemente, el valor de la relación imperial" 7i Aran 6reta!
a /ab-a reempla.ado a/ora a $rancia como la principal fuente de las importaciones
de ?ispanoam2rica, :por qu2 ten-an que embarcarse sus productos al Euevo <undo a
trav2s del puerto de Cádi., tan sólo para beneficiar fiscalmente a la corona;
8demás, /ay que recordar que la revolución gubernamental llevada a cabo por Aálve.
y sus ayudantes /ab-a provocado una serie de levantamientos populares" En 173 )
1731, la aplicación de las similares medidas Funa recaudación de alcabalas más
eficiente, una rigurosa supervisión de los pagos de tributos y la restricción del
cultivo del tabacoF fue el detonante de revueltas por toda Eueva Aranada y las
tierras altas andinas" En el sur de 4er5, @os2 Aabriel Condorcanqui, un cacique
local, tomó el nombre de C5pac 8maru, 5ltimo emperador inca, como medio de reunir
en torno a s- al campesinado indio frente al r2gimen colonial" Can sólo la vigorosa
defensa organi.ada por su obispo criollo salvó a Cu.co del asalto y posterior
captura" 4or el contrario, en Eueva Aranada el levantamiento

'
0comunero1 fue evitado por la /ábil negociación del ar.obispo y virrey interino,
8ntonio Caballero y Aóngora, que anuló los decretos fiscales más impopulares y
garanti.ó la amnist-a a los jefes del movimiento" #a base com5n de todas estas
rebeliones populares era el resentimiento contra los nuevos impuestos decretados
por el estado borbónico" #a tradicional lealtad /acia la corona se deterioró con el
ataque borbónico a la Iglesia, al ir seguida la expulsión de los jesuitas de una
serie de medidas tendentes a acabar con la jurisdicción y autonom-a eclesiásticas"
%ista desde el contexto de la posición espa!ola dentro del concierto europeo, la
revolución gubernamental y la expansión de la econom-a de exportación fue una
desesperada acción de retaguardia, ideada aceleradamente en <adrid, primero, para
alejar la expropiación inglesa de las posesiones ultramarinas de Espa!a y despu2s
para explotar sus recursos con el fin de refor.ar la monarqu-a" 8unque las medidas
tuvieron un 2xito aparente, su precio fue la alienación permanente de la 2lite
criolla" 8l mismo tiempo, el establecimiento de las principales instituciones de la
monarqu-a absolutista en las principales provincias facilitó a la 2lite criolla una
maquinaria de estado suficiente como para asegurar una futura independencia" Cuando
las bayonetas francesas proclamaron a @os2 6onaparte rey de Espa!a, la 2lite
criolla de la mayor parte de las provincias del imperio exigió 0juntas1
representativas que ofrecieran una base legal para el gobierno" #os acontecimientos
de Europa facilitaron as- la ocasión más que la causa de la revolución pol-tica de
8m2rica" Bos a!os despu2s, cuando se reunieron las Cortes en Cádi. con el fin de
elaborar una constitución para toda la monarqu-a, las provincias ultramarinas o
bien pidieron una inmediata autonom-a o iniciaron decididas revueltas" [David
Brading, “La España de los Borbones y su imperio americano”, en Leslie Bethell
(editor), Historia de América Latina, omo !!, Editorial "r#tica, Barcelona, $%%&,
pp' ()*$+,'-

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