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EL ARTÍCUL0 14
ESTUDIO CONSTITUCIONAL
MÉXICO. D. F-
tipografía de "EL PROGRESO LATINO'
CHAVA.RRIA NUM. 4
EL ARTICULO 14
PROPIEDAD REGISTRADA
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Emilio Rabasa.
México, Marzo de 1906.
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CAPITULO I.
DISCUSIÓN EN EL CONGRESO 17
20 DISCUSIÓN EN EL CONGRESO
cución. (*)
intervención francesa.
No hay, pues, que escatimar el elogio, ni á la Cons-
titución de 57, ni á los autores del proyecto, ni al
grupo de ciudadanos distinguidos que formaron el
Congreso constituyente. La obra perdura como de-
y va al través del tiempo y de las vicisitudes
finitiva,
acierto absoluto.
Es frecuente entre nosotros, y es también irri-
tante, que se proclame y aun exija como criterio su-
perior, para juzgar de nuestra historia el patriotis-
mo, para la crítica de nuestro arte el orgullo nacio-
EL IDIOMA HN LA CONSTITUCIÓN 35
buciones.
La primera alusión á la manera de aplicar las le-
yes, se encuentra en la sentencia pronunciada en 6
de Julio de 1872 por el Juez de Distrito de Jalisco,
que en sus considerandos declara que una sala del
EL ART. 14 EK LA PRÁCTICA 45
hoy.
íln ella apareció por primera vez una interpreta-
ción del artículo 14 que había de correr mucha, ven-
EL ART. 14 EK LA PRÁCTICA 51
do empleo.
Y luego, que el pensamiento de los legisladores
error.
Del precepto híbrido que estudio, la primera parte
está, puede decirse, literalmente copiada de las Ba-
ses; de modo que no puede imputarse ala Comisión
de 57 su redacción, pero sí su adopción poco medi-
tada; y adoptar el error no es menos censurable que
cometerlo. De la Comisión, lo que en resumen es
propio es la frase "y exactamente aplicadas áél," y
esta frase contiene un nuevo error de lenguaje que
tiene importancia. El artículo quiere establecer las
condiciones que deben reunir las leyes conforme á
las cuales ha de ser juzgado el hombre, y natural
mente debió expresar las condiciones intrínsecas.
penal.
Ni el diccionario de la lengua ni el buen uso auto-
rizan siquiera la sospecha de que aquellas palabras
:son sinónimas ó de que exacto, refiriéndose á ley,
leyes establecen.
Es necesario, pues, violentar el lenguaje del legis-
lador hasta hacerle decir despropósitos, para man-
tener en pie la suposición de que al emplear la pala-
dica.
Para que argumento que combato fuera bueno,
el
nales.
Vallarta dice: "La ley penal, la que define el delito
y designa la pena, no se interpreta sino que se aplica
exacta, literal, matemáticamente, si en las ciencias
morales se puede usar de esta palabra: sus precep-
tos no se amplían para abarcar un caso que su letra
no comprende; todas las reglas de interpretación
enmudecen ante esa ley." Y continúa, ampliando su
argumentación, sobre la falsa base de que la ley pe-
nal sólo 'define el delito y designa la pena," dejando
'
mencionada interpretación.
Dice el comentador: "En lo criminal, la interpre-
dos ''
(*) De suerte que el argumento está re-
ranos.
La Constitución americana, que por instinto prác-
tico de raza despreció toda declaración de principios
generales, nada contiene que se relacione con la
cuestión de soberanía; pero ella surgió bien pron-
to, tomó cuerpo lentamente, apareciendo en todos los
problemas producidos por la práctica del sistema
federal que se ensayaba en la novísima nación, y
estalló al fin en una lucha sangrienta, como resul-
tado de la cual el vencedor impuso en su derecho
público el principio, no escrito en la Constitución,
artículos 158
y 159, da la forma general de las dos
primeras ramas, dejando la organización especial á
las constituciones locales, y al tratar de la tercera,
Y LA INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS 137
La garantía de justicia.
varen (*)
obrero.
Esta velocidad requiere un mecanismo especial:
el tribunal oye el extracto de la secretaría respec-
tiva y la opinión del magistrado revisor que hizo el
estudio del negocio; pero ya se comprende cómo
deben de ser ambos elementos en la mayor parte de
los casos, cuando quince minutos son sobrados para
rSfPOSIBLE TAREA DE LA CORTE 173
(*) Sucede algunas veces que los ministros toman con espe-
cial interés un negocio por ser de mucha importancia, y lo es-
tudian á fondo. La discusión ocupa entonces varias sesiones
de la Corte, á expensas de los demás casos, que deben despa-
IMPOSIBLE TAREA DE LA CORTE 175
Ya se ve que
despacho de diez y seis resolucio-
el
ticia de la República.
Decía el Sr. Mariscal en su exposición de 68, que
la ley de 61 había producido 'algunos conflictos sin
'
nen por mira, y que todos éstos son como altos me-
dios para alcanzar un fin superior, superlativo y
único. La realización de la justicia, en el sentido de
puntual aplicación de las leyes que aquí le damos,
puesto que nos contraemos á la que hacen los jue-
ces, no es nada por y la mejor y más perfecta,
sí sola,
vindicación.
CAPITULO XIV
Conclusión.
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