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CADTM
“Sacar del closet a la deuda”, tal y como han bautizado las compañeras
argentinas a este proceso de politización y colectivización del problema
financiero, y de la deuda como su principal herramienta, trata de poner el
cuerpo y narración concreta a la abstracción financiera. Expone cómo se
asocia el problema de la deuda a las violencias contra los cuerpos feminizados
y las actuales formas de explotación laboral. En resumen, trata de explicar por
qué algunos feminismos confrontan a las finanzas.
Las compañeras argentinas han entendido que, para ser libres de verdad, no
basta con vencer al patriarcado, sino que tenemos que superar/derrotar al
sistema económico que se basa en extraer recursos del futuro, obligándonos a
encadenarnos, aceptando trabajos precarios, insalubres. Pone en riesgo el
planeta, nuestros cuerpos y nuestras formas de relacionarnos.
- Violencia de género
- Desigualdad laboral
Que las mujeres que acaban gestando bebés para otras personas sean pobres,
en su inmensa mayoría, tampoco es casualidad. Ese “feminismo liberal” que
defiende Inés Arrimadas no es más que la transposición del neoliberalismo
patriarcal a los cuerpos de las mujeres. La capilarización del poder del dinero
sobre la tarea de reproducción principal y necesaria para la continuidad de la
vida y exclusiva de las mujeres: parir. No es casualidad que, en la guerra
semántica de intentar blanquear ese patriarcado capitalista, hayan abandonado
el uso del término “vientres de alquiler”. Intentan camuflar que ese feminismo
liberal se basa en la libertad de aceptar transacciones financieras partiendo de
situaciones de desigualdad e injusticia. Proponen mercantilizar los cuerpos de
las mujeres, saldar deudas mediante el alquiler de las tareas reproductivas. Ese
mal llamado feminismo habla de libertad obviando que, para ser
verdaderamente libres, hay que tener las necesidades mínimas cubiertas. Optar
entre quedarse en la calle por no poder pagar o aceptar alquilar el vientre no es
libertad: lo sería si la mujer tuviera un trabajo digno, bien pagado,
independiente de su cuerpo. No es el caso. Por eso, el feminismo liberal es
cualquier cosa, menos feminista.
También existen aquí factores que se asimilan a las experiencias en Argentina
que nos explicaron las dos compañeras de Ni Una Menos y que van
avanzando en nuestras calles: la inmensa proliferación de las casas de
apuestas en los barrios obreros, cerca de institutos de secundaria, provocando
problemas de ludopatía y endeudamiento en personas cada vez más jóvenes.
Aumentan las empresas de préstamos rápidos que anuncian sus créditos “para
imprevistos” y que se acaban convirtiendo en cárceles de deudas con intereses
leoninos. La burbuja del alquiler empujada por un ciclo especulativo que
vuelve a empujar una burbuja inmobiliaria bajo el dogma de “para lo que
valen los alquileres, mejor compro” está elevando de manera alarmante el
endeudamiento de las familias. Los datos de desahucios y endeudamiento no
están desagregados por sexo pero, según un informe de Amnistía
Internacional , las mujeres se ven afectadas por la trampa de la deuda. Toda
una serie de mecanismos que nos alertan de que lo que denuncian nuestras
compañeras argentinas está ya muy presente entre nosotras.
Fuente: http://www.cadtm.org/Vivas-libres-y-desendeudadas-nos-queremos-
Una-vision-feminista-de-la-deuda