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1.

- CAPACIDAD DE CARGA
Las cimentaciones de estructuras o equipos que soportan usualmente se diseñan para satisfacer
ciertos requerimientos de servicio y resistencia. Las condiciones de servicio establecen que la
cimentación debe comportarse satisfactoriamente, bajo las condiciones normales de cargas de
operación que imponen la estructura o equipo que soportan, de tal forma que se satisfagan los
propósitos de su diseño. Las limitaciones de servicio se describen típicamente por el asentamiento
u otras limitaciones de movimiento. El criterio de resistencia tiene el propósito de asegurar que la
cimentación tenga la suficiente resistencia para soportar grandes cargas que ocasionalmente
puedan producirse debido a fuerzas ambientales extremas o de otras fuentes. En la mayoría, pero
no en todos los casos, el criterio de servicio o asentamiento y el criterio de resistencia, pueden
tratarse independientemente. El criterio de servicio es típicamente de consideración a largo plazo
para la cimentación y que depende de las características de consolidación con el tiempo del
depósito de suelo. La resistencia de la cimentación, o la capacidad de carga, puede ser un
problema a corto plazo tal como en el caso de la construcción de un terraplén o una presa
desplantada sobre un depósito de arcilla no drenada, o un problema a largo plazo en que la
máxima carga sobre la cimentación puede presentarse en un tiempo desconocido. En el capítulo
anterior, se trató lo referente al estado límite de servicio de las cimentaciones superficiales, y en el
presente, se tratará la resistencia o capacidad de carga de cimentaciones superficiales, la cual se
utiliza para revisar el estado límite de falla.

Introducción al problema de la capacidad de carga en suelos

Para visualizar objetivamente el problema de la capacidad de carga en suelos, resulta útil


comprender el “modelo mecánico de la balanza de Khristianovich”, que se describe a
continuación: considérese una balanza ordinaria cuyo desplazamiento está restringido por fricción
en las guías de los platillos, tal como se muestra en la figura 1.

Si se coloca un peso pequeño en un platillo, la balanza permanece en equilibrio, ya que la fricción


desarrollada en las guías puede equilibrar la diferencia de peso; en cambio, si el peso colocado en
un platillo es mayor que la fricción desarrollada en las guías, se requerirá un peso suplementario
en el otro platillo para mantener el equilibrio. Por lo anterior, se entiende por equilibrio crítico de
la balanza, la situación en que ésta pierde su equilibrio con cualquier incremento de peso en uno
de sus platillos, por pequeño que éste sea. Para ejemplificar lo descrito anteriormente, considere
el siguiente ejemplo:

Si la fuerza de fricción (f) desarrollada en cada guía de la balanza es de 1 kg y en uno de los platillos
se coloca una carga P = 6 kg, entonces existe desequilibrio pues P – 2f = 4 kg; por lo anterior, surge
la siguiente pregunta ¿ cuál es la carga Q que hay que colocar en el otro platillo de tal forma que la
balanza esté en estado incipiente de falla?. La condición de carga buscada corresponde a dos
casos:

1. Si Q = 4 kg, la balanza está en equilibrio pues Q + 2f = 6 kg = P

2. Si Q = 8 kg, la balanza está en equilibrio pues Q - 2f = 6 kg = P

2.- diferencia entre la falla por corte local y la falla por corte general
-Falla general por corte. - Patrón de falla bien definido. (cuña de suelo y dos superficies de
deslizamiento) - La superficie del terreno a la zapata se levanta y puede rotar (inclinándose) - La
falla es violenta y catastrófica. - Generalmente ocurre en suelos “incompresibles” (suelos
granulares densos y cohesivos de consistencia dura a rígida)

- Falla local por corte. - Patrón de falla sólo esta bien definido debajo de la zapata. - Tendencia
visible al levantamiento del terreno alrededor de la zapata. -No se producirá un colapso
catastrófico de la zapata ni una rotación de la misma. - Constituye un modo transicional entre falla
general y falla por punzonado

3.- ecuaciones de teorias de capacidad de carga de los suelos para


cimentaciones superficiales y profundas
4.- prueba de compresion triaxial rapida y lenta
Procedimiento de la prueba Rápida-Consolidada.

 Etapas de consolidación.
Las lecturas iniciales durante esta primera etapa necesitan dos operarios; uno para leer el
extensómetro y registrar los datos y el otro para leer las variaciones de nivel en la bureta. Por
lo demás, las manipulaciones deberán ajustarse a lo que sigue:

 En un cierto tiempo registrado, se abre la válvula de la bureta por completo.


 Se toman lecturas simultáneas del extensómetro y la bureta, en tiempos de 15 seg, 30 seg, 1 min, 2
min, 4 min, 8 min, 15 min, 1 h, 2 h, 3 h, 4h, etc., después de haberse iniciado el proceso de
consolidación, por abrirse la válvula A.

 Trácese gráficas semilogarítmicas de lecturas del extensómetro y de la bureta contra los tiempos
transcurridos (escala logarítmica), simultáneamente al proceso de consolidación.

 Al llegar al 100% de consolidación primaria, lo cual se nota por definirse tramos rectos en las curvas
de consolidación, pero en ningún caso antes de 24 h, se cierra la válvula A.

 Etapa de Carga axial y falla.


Se seguirá el mismo procedimiento descrito para la prueba rápida.
Procedimiento de la prueba lenta.

 Etapa de consolidación.
El procedimiento es el mismo de la prueba r-c

 Etapa de carga axial y falla.


La carga axial se aplica en incrementos, permitiendo completo drenaje de la muestra en todo
momento. La velocidad de aplicación de las cargas y la magnitud de los incrementos aplicados
varían a lo largo de la prueba, sin que pueda establecerse una secuela definida. Los
incrementos de carga iniciales pueden ser grandes, posiblemente de un cuarto de la carga de
falla prevista, dejando aplicado cada uno hasta obtener, por lo menos, un 75% de
consolidación primaria. Después los incrementos deben ser de mucha menor magnitud y debe
dejarse que cada uno obre durante 24 h por lo menos. Al principio no se requiere obtener
curvas de consolidación más que para verificar el haber alcanzado la consolidación primaria
deseada, a menos que exista una razón especial para trazarlas. No obstante, al final de la
prueba sí es preciso disponer de frecuentes lecturas del extensómetro y la bureta, para poder
calcular el área corregida de la sección transversal de la muestra. Deben tenerse registros
frecuentes de la presión imperante en la cámara y de la temperatura del cuarto

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