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La Princesa de los deseos

de Alessio Sgrò
Smashwords Edition
Copyright 2012 de Alessio Sgrò
Diseño de cubierta y ilustraciones interiores de Sumiti Collina

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Primera Edición noviembre 2012

Ultima Edición noviembre 2014


índice

Prefacio
La Princesa de los deseos
Biografía del autor
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Prefacio

Este libro es obra únicamente del autor abajo firmante, quien lo ha publicado sin la
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y lecturas, incluso de amigos y compañeros de trabajo, todavía quedasen errores de
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otros lectores en la elección. Gracias, de todos modos, por la compra de este cuento de
hadas, con la esperanza que le gustará.

Alessio Sgrò
La Princesa de los deseos

Hace mucho tiempo, un joven Príncipe estaba buscando una mujer que podría estar
a su lado y lo amase, pero a pesar de estar rodeado de chicas muy hermosas no había
logrado todavía encontrar el amor de su vida.
La mujer que él quería debería tener una belleza impresionante, suficiente para dejar
sin aliento a cualquier persona que la observe, tanto como para enamorar también al más
impasible de los hombres, pero al mismo tiempo tenía que ser inteligente, amable, sensible
y de infinita bondad.
Todas las cualidades que creía que no podían faltarle a una Reina.
Mujer que parecía casi no existir en la realidad, eran innecesarias, de hecho, las
investigaciónes contínua de los seguidores del Príncipe, no pudieron encontrarla, parecía
existir sólo en los sueños de este último, ninguna chica tenía todas estas cualidades juntas.
Entonces, después de los intentos fallidos del Príncipe éste fue a pedir consejo a la
vieja adivinadora del castillo para ver si existía realmente una mujer así, o si tenía que
renunciar para siempre.
«¿Dime por favor? ¿La mujer que deseo existe? ¿Está en este mundo? Porque yo la
siento… y la quiero encontrar» preguntó el Príncipe a la vidente, que se disponía a
examinar su bola de cristal.
«Mi Príncipe todo existe, sólo necesita saber lo que se quiere» dijo la anciana; el
Príncipe entonces comenzó a describir en detalle su mujer ideal, no omitia ningún detalle,
desde el color del pelo, el tono de la voz, incluyendo virtudes que debía tener, eran tan
precisos los detalles como si la estuviera viendo.
«Estas indicaciones por desgracia no son lo suficiente para mí, la imagen que veo
sigue borrosa mi Príncipe, necesito algo que me la represente. ¡Como un cuadro!» dijo la
quiromántica, sabiendo la minuciosidad de su Soberano.
«Pero se necesita mucho tiempo para hacerlo, no puedo esperar más» exclamó con
impaciencia el Príncipe, a punto de salir, pero no tuvo tiempo para dirigirse a la puerta
«¡La veo sì… sì me parece que es ella, es verdaderamente muy bonita!» declaró
astutamente la adivina, para no dejarlo ir.
«Déjame ver» pronunció inmediatamente el Príncipe, que corrió hacia la bola de
cristal «¡Pero! ¿No veo nada, donde está? ¡No está!» Dijo.
«Lo siento, solo yo puedo verla, es por eso que necesito un retrato, para poder
confirmar si es la persona correcta» pronunció la vieja. Ante estas palabras, el Príncipe no
vaciló más, inmediatamente llamó al pintor más talentoso del reino, que acompañó día y
noche para hacer en la mayor brevedad posible la pintura de la chica que deseaba.
«¡Perfecta! ¡Es exactamente ella a la que estoy buscando!» dijo el Príncipe, mirando
a la imagen ya concluída, y corrió precipitadamente hacia donde se encontraba la vidente
para mostrar y confirmar que se trataba de la misma persona que se veía en la bola de
cristal.
«Mi Príncipe…» dijo segura la adivina, con los ojos fijos en la pelota y el Príncipe
lleno de ansiedad por la respuesta «Sí, ella es la chica que veo».
«¿Dónde se encuentra? ¿Dónde se encuentra? Por todo el oro del mundo dime
donde está, usted tendrá una gran recompensa» dijo el Príncipe que ya no cabía en su piel
de tan feliz que estaba.
«Más cerca de lo que piensas, mi Señor, usted siempre la ha tenido en su reino»
pronunció la vidente, señalando donde se hubiera encontrado esta criatura maravillosa, sin
embargo, lo advirtió «Si yo fuera usted esperaré unas lunas antes de ir a ella, el tiempo para
preparar una poción de amor con la cual nadie pueda resistirse a usted».
«De verdad eres mala, tú sabes más que el diablo, está bien, haré como tú dices,
hasta ahora me aconsejaste bien», dijo el Príncipe, y así lo hizo, él esperó hasta que la
poción estuviese lista, sin saber las verdaderas intenciones que tenia para él la adivina, el
plan era otra cosa, la vieja quería convertirse en la mujer fantástica que estaba buscando el
Príncipe para llegar a ser la futura Reina: más que recompensas. ¡Quería directamente el
trono!
Así que la malvada vidente, con el Príncipe ajeno a todo, hizo una poción mágica
que le permitía transformarse en la hermosa chica deseada, tenía a su disposición todos los
ingredientes, incluyendo el retrato, esencial para el éxito del hechizo.
Una vez lista, de hecho, tenía solo que beberla y pronunciar las frases mirando la
imagen, y poco a poco la vieja había desaparecido, y en su lugar había una mujer
encantadora con un aspecto divino, la obra salió de la pintura y en su lugar estaba la imagen
de la adivina.

«¡Muy bien, aha aha aha... ahora nos toca a nosotros, Príncipe!», pensó riendo la
visionaria, mostrando la verdadera naturaleza del mal, lista para aprovecharse de la
vulnerabilidad de su Soberano, como todo oportunista no quería dejar pasar la posibilidad
de convertirse en una Princesa.
Ideó un método infalible para atrapar al Príncipe, de hecho, desarrolló una poción de
amor, para hacerlo enamorar de ella, y no a la inversa como prometió, así que habría estado
ligada a él para toda la vida, sin que nadie pudiera darse cuenta del engaño.
El Príncipe recibió la poción mágica, de un siervo, y se dirigió de inmediato al lugar
donde tenía que encontrarse con la mujer de sus sueños. Cuando la vió se enamoró al
instante, quedó encantado por esta visión, no podía creer lo que veía.
«Es ella... la chica que tanto deseaba ahora la tengo delante de mí... es una copia
exacta del retrato», fué pensamiento del Príncipe. El largo pelo negro cuervo, en parte liso y
en parte ondulado sobre la espalda, que en las puntas se convertía en un rubio brillante, ojos
verde esmeralda iluminaban su hermosa sonrisa, la tez dorada que exaltaba las formas
perfectas. Por fin la encontró, y ahora la quería para él, pero sin magia, aceptando el riesgo
de ser rechazado y tiró la poción mágica y se acercó.
El Príncipe pudo ver que tambíen en otros aspectos, era exactamente como él
quería, tan dulce era su voz, sus gestos delicados, de alma sensible y la inteligencia
refinada, no pudo contenerse y le declaró su amor, al pedir su mano en matrimonio. La
mujer, para sorpresa del Príncipe, aceptó inmediatamente, sin demora, revelando que había
sido siempre su sueño el de casarse con un Príncipe hermoso, valiente e inteligente; en
realidad era lo que la vieja vidente deseaba conseguir, y no creía que lo lograría sin la
poción, pero lo importante era haber llegado a la meta.
Así, la vidente, en la aparencia falsa de la muchacha adorable estaba teniendo éxito
en su intento de tener como marido al Príncipe, que no sospechaba nada.
Un día, cuando el matrimonio todavía no se había celebrado, el Príncipe fue a las
habitaciones de la quiromántica para agradecerle. No pudo encontrarla, preguntó a su
alrededor, pero nada, era como si hubiese desaparecido, así buscó algunas pistas en el
laboratorio de la vidente para ayudarlo a encontrarla, o al menos ponerse en camino,
cuando vió, en una esquina cerca de la chimenea, una imagen extraña de la vieja.
«Qué es esa obscenidad, qué pintor ha tenido el valor de hacer esta basura» fueron
las palabras que exclamó el Príncipe, al ver ese retrato, así que lo tomó y lo apiló junto con
muchas otras cosas inútiles de la vieja «Hay tal desorden en este cuarto que se podría haber
perdido aquí», dijo con tono irónico.

Por gratitud el Príncipe hizo limpiar y ordenar las habitaciones de la vieja, con una
buena limpieza, después de todo él estaba agradecido, sólo por ella había encontrado a la
muchacha de sus sueños.
Sin saberlo, los siervos que llevaron a cabo los mandos del Príncipe tiraron también
el cuadro en la pila de la basura, que alimentaría el fuego que se enciende por las
festividades.
Llegó el día en el cual el Príncipe y la mujer de sus sueños por fin celebrarían la
boda, como corresponde a una pareja real, con magnificencia de todo tipo, desde los fuegos
artificiales a los caballos blancos que tiraban un carro de oro hermoso, todo parecía perfecto
hasta que se dió la orden de encender la hoguera, que marcaría el comienzo de la danza.
Nadie esperaba que con este gesto se rompería el hechizo, la pintura, que se estaba
quemando devolvió la imagen a su legítima propietaria que de bella Princesa regresó a ser
lo que era, una vieja fea.
El Príncipe, que fue testigo de la transformación, estaba sorprendido por lo que se
mostró ante él, se dió cuenta de que había sido víctima de un fraude, por esto condenó a la
vidente a ser quemada en la hoguera.
Pero tampoco eso apaciguó el dolor que sentía, la profunda decepción que sufrió,
pensaba que había encontrado a la mujer de su vida, la chica de sus sueños que él tanto
quería, sólo para descubrir que no existía, que no era más que el resultado de un engaño
urdido para obtener la corona. Había sido utilizado por quien se mostró bella y buena, pero
en realidad ocultaba por dentro a una fea y mala persona.
El príncipe entendió que no siempre lo que se ve bonito es bueno.
Pero justo cuando estaba ordenando la sentencia de muerte de la vidente hubo un
evento inesperado.
«Por favor, Majestad, conceda la gracia a esta pobre mujer» dijo una suave voz en el
medio de la multitud que asistió. El Príncipe se volvió y he intentó ver quién se atrevió a
oponerse a sus decisiones, y la vió, las chica de los deseos, en carne y hueso.
«Muestre su misericordia, el regalo de la gracia para esta vieja, es por ella que yo
vivo, no puedo creer que un hombre generoso e inteligente como usted puede llegar al
punto de quitar la vida a una persona» dijo de nuevo la hermosa mujer de los deseos, que
quemada la pintura, en la cual había caído el hechizo de la vidente, adquirió vida propia.
«¡Es ella!» pensó el Príncipe que se quedó atónito ante tal visión «Está viva,
realmente existe» continuó diciendo «¡Es maravillosa! No puedo traicionar la confianza
que tiene en mí, pensé que la había perdido y sin embargo, aquí está» dijo, por lo que
ordenó la liberación inmediata de la vieja pitonisa, que fue obligada a no hacer más uso de
pociones mágicas.
En el futuro, las únicas recetas que podría hacer la vieja habrían sido en la cocina,
donde estaba confinada bajo la supervisión del jefe de cocina de la corte, sólo porque fue
gracias a ella que la muchacha existía realmente.
La destrucción del cuadro con fuego permitió a la imagen materializarse. Cada
retrato, de hecho, es un alma atrapada en un lienzo, que con la magia de la vidente fue
liberada por fin, una vez quemada la pintura que era su prisión, por lo que el alma pudo
tener un propio cuerpo y una vida.
Ahora el Príncipe se dio cuenta de otra cosa, que lo bueno siempre es hermoso y por
fin se casó con la mujer de sus sueños con la cual tuvo muchos hijos... y vivieron felices
para siempre.
Biografía del autor

Alessio Sgrò es un abogado italiano con una gran imaginación que ha escrito
muchas historias para los niños.
Su primera colección “Fiabe e Favole mai raccontate” se publicó en febrero del
2012, con treinta cuentos de hadas y fábulas, incluyendo la “Princesa de los deseos”, seis
meses después publicó la segunda colección, con otros veinte cuentos de hadas.
Ahora ha publicado otros cuentos ilustrados y en general ha vendido miles de copias
de sus libros electrónicos, recibiendo muchos elogios de los lectores.
Otros libros del mismo autor en italiano

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