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.t.n ese ambiente de inexistencia del Otro, se evidencia la tendencia xual desemboca en elfantasma. 5 J
marcada del sujeto a fijarse del lado del goce del Uno, y eso ocurre por Esa vicisitud, extremadamente singular del m
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causa de su encuentro con una de las diversas formas de ese condensa- es lo que permite esbozar una respuesta al prob'
dor de goce que es el objeto a. En el Seminario Aún, en la lección número do, sobre la obstinación del hombre en querer
10, Lacan afirma respecto de eso textualmente: ... la pareja de ese sujeto funcionaría como un "fiador sexualn.
del verbo (je) que es el sujeto, sujeto de toda frase de demanda, es, no el Es posible plantear la hipótesis de que la ú
Otro, sino lo que viene a sustituirlo bajo la forma de la causa del deseo, que bre puede encontrar en una pareja, es el hecho~
diversifiqué en cuatro, en tanto que se constituye diversamente, según el sienta en ocupar la posición del objeto a, volviéndose '~~f~~....
descubrimiento freudiano, con el objeto de la succión, el objeto de la ex- solicitaciones de la fantasía de la pareja. . · ,w, ·
creción, la mirada y la voz. Estos objetos son reclamados como sustitutos Por otro lado al insistirse en que el objeto a aparece como punto de
del Otro y convertidos en causa del deseo. 4 En consecuencia la verdadera partida, se lleva a considerar la máxima de que el sujeto masculino sólo
cara del lazo del sujeto solterón son esos sustitutos del Otro en el ámbito desea en consonancia con el dispositivo de su fantasía. Es eso lo que per-
del goce, son esos objetos que se constituyen como la propia marca de mitió a Lacan la escritura del materna
la pérdida del goce para el ser parlante.
Si el solterón responde por la no-relación con el Otro, lo hace porque el> (a)
consigue colocar el objeto a en el lugar de aquello que no puede perci-
bir en el Otro. Luego, la característica esencial de la vertiente masculina cuya interpretación recae sobre cierta homología entre el deseo mas-
de la sexuación es hacer como que en alguna parte, el objeto a sea, no culino y el fetichismo, siendo que, en el primer caso, se destaca el valor
solo un punto de partida, sino también uno solo, el del macho, el papel, del goce de la serie de objetos que puede localizarse en el lugar de ese
de lo que viene en el lugar de la pareja que falta. objeto situado entre paréntesis.
Una observación antes. Nosotros podemos rescribir ese mismo materna
partenaire síntoma de la siguiente forma

Esas dos citas son de capítulos diferentes, voy a hablar de una tercera,
pero todas dentro de una misma perspectiva de tratamiento de la sexua- Eso quiere decir que en verdad ese objeto de la fantasía, el objeto a,
ción masculina. puede ser sustituido por una serie de objetos a.
En función de esa pareja que falta, el circuito de la fantasía, muchas En efecto, cuando se circunscriben los objetos entre paréntesis, se
veces complejo y sinuoso se edifica. Por esa misma razón, el hombre sólo busca ecuacionarlos tal como el objeto pulsional u objeto parcial, como
tiene acceso a la mujer por la vía del objeto plus de gozar. Para Lacan es una resultante de la voluntad de goce propia de la fantasía en lo mascu-
patente que del lado del hombre, esta es la tercera cita, es que tíene que lino. Miller a su vez propone una reescritura del materna lacaniano del
vérselas con el objeto a, y que toda su realízación respecto a la relación se- deseo masculino, de modo de obtener el materna de la fantasía masculina,

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