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Tiempos de cambio: La
Revolución Francesa
1. El Antiguo Régimen
El Antiguo Régimen era el tipo de sociedad que predominaba en Europa desde la
edad Media hasta el siglo XVIII. Se caracterizaba por una economía agraria de tipo
señorial, el absolutismo monárquico y la sociedad estamental.
La nobleza
acumulaba la mayor parte
de las riquezas y vivía de
las rentas de la tierra.
Además, tenía
concesiones económicas y
fiscales (ya que no pagaba
impuestos) y sólo podían
ser juzgados por
miembros de su propio
estamento. El clero vivía
de las rentas derivadas de
su patrimonio, aunque
había grandes diferencias
entre el alto y el bajo
clero.
De este modo, la sociedad del Antiguo Régimen se dividía en dos grupos bien
diferenciados, los privilegiados (clero y nobleza) y los no privilegiados (Estado llano).
1. 2. El pensamiento ilustrado
Pero en el siglo XVIII se dieron una serie de cambios que socavarían las bases
del Antiguo Régimen: crecimiento y progreso, debido a: el incremento destacado de la
población, al aumento de la producción manufacturera y el auge del comercio y, sobre
todo, la aparición de nuevas ideas.
Isaac Newton, uno de los representantes del avance científico del Siglo de las Luces
En Inglaterra, desde la Edad Media, el poder del rey estaba limitado por el
Parlamento. Pero en el siglo XVII, una nueva dinastía, los Estuardo, quiso gobernar sin
su control y establecer una monarquía absoluta, al estilo del resto de Reinos Europeos.
Esta situación desencadenó dos revoluciones en contra de los Estuardo. Por lo que en
1689, el nuevo rey Guillermo de Orange tuvo que aceptar los poderes del Parlamento.
Inglaterra fue la primera monarquía parlamentaria (de poder limitado), un ejemplo para
los ilustrados.
Pero las limitadas reformas que se produjeron y sus contradicciones, abrieron las
puertas a las revoluciones del siglo XIX y a la caída de estos sistemas de gobierno.
1. 3. 1. La Revolución americana
A finales del siglo XVIII, las trece colonias inglesas de la costa Este de América
del Norte llevaron a cabo una insurrección colonial contra su metrópoli.
Los principales motivos fueron: los cambios políticos vividos en la propia Gran
Bretaña; la introducción de las ideas ilustradas de igualdad, libertad y tolerancia; y la
reacción ante el monopolio comercial británico, que ignoraba y perjudicaba a las
colonias.
El pueblo llano, el último de estos tres estamentos pero el más numeroso, al contar
con el 85 por ciento de la población, era eminentemente rural; pero estaba totalmente
subyugado a los otros dos estamentos: la nobleza y el clero, no sólo jurídicamente, si no
también socialmente ya que éstos eran los dueños de la tierra. Además, el tercer
estamento estaba obligado a pagar todos los impuestos.
No obstante, este estamento era muy heterogéneo y en él había una gran
diversidad económica: los pecheros, los más pobres y los más numerosos conocidos
también como los sanns-culottes, y la burguesía, clase económicamente muy fuerte pero
que por pertenecer a este estamento no había alcanzado ningún privilegio político ni
social.
- Económicas: la Francia del siglo XVIII estaba sumida en una gran crisis
desatada por las innumerables guerras, agudizada por los excesivos lujos de palacio y por
una profunda crisis agrícola que asolaba el país: varios años de malas cosechas y un
incremento de tierras destinadas al cultivo de la vid en detrimento del trigo provocaron no
pocas hambrunas. El nivel de vida se encareció considerablemente, llegándose a gastar
sólo en pan la mitad de la renta familiar, a lo que siguió un grave proceso de inflación; ya
que éste incremento de precios (el 62 por ciento) no fue paralelo a la subida de los
salarios.
- Políticas: es esta la causa más inmediata, aunque tiene una estrecha relación con
las causas económicas. La situación económica de la corona era tan mala que Calonne y
después Brienne, ambos ministros de finanzas de Luis XVI, intentaron una reforma fiscal
para que los impuestos no recayesen solo en el tercer estamento, si no que afectasen
también a la nobleza y el clero; por lo que no tardó en estallar una revuelta de
privilegiados que se negaban a pagar y a perder sus privilegios.
A Luis XVI solo le quedaban dos soluciones: o declaraba la bancarrota, o
convocaba Estados Generales.
Pero Luis XVI no podía consentir estos cambios, por lo que mandará a las tropas
que se concentren en París, arrestando a algunos diputados de la Asamblea Nacional
Constituyente y amedrentando a la población. Pese a todo, el proceso revolucionario era
imparable y un grupo de 12 000 hombres de la Guardia Nacional asaltaron la Bastilla el
14 de Julio de 1789, bastión y símbolo del poder real. A partir de este momento se
formarán comunas, se sustituirá el ejército nobiliario por uno popular y por doquier se
desmoronarán las bases del Antiguo Régimen. El proceso revolucionario es ya imparable.
Desde la toma de la Bastilla hasta finales de este mes de Julio se inaugura el Gran
Miedo, en el que el pueblo asalta las propiedades feudales, ataca y saquea los castillos de
los nobles y los monasterios, quema sus archivos e intenta destruir todo símbolo del
Antiguo Régimen.
Ante esto, el rey volvió a mandar el ejército, que será doblegado por una
insurrección popular; en este momento, la Asamblea Nacional Constituyente se da cuenta
de que está por encima del monarca y se decide a hacer una constitución (constitución
Civil del Clero), que, entre otras cosas, consideraba a los religiosos funcionarios elegidos
por el Estado, por lo que serían mantenidos por el estado a cambio de vender las
propiedades eclesiásticas y las de los nobles exiliados. Este hecho conllevará la división
del clero entre constitucionales y reaccionarios con las nuevas ideas.
Además, esta situación se verá agravada aún más en Abril de 1792 con la
declaración de la guerra a Prusia y Austria, que separará aún más las dos facciones del ala
izquierda de la revolución: los girondinos querían llevar la guerra como medio de
propagar las ideas revolucionarias por otros países; por contra, los jacobinos ven los
inconvenientes para la revolución de un conflicto internacional.
Este periodo se divide en tres partes según el dominio político de cada uno de los
grupos mencionados.
- Ganar la guerra, ya que ésta era una de las principales causas de la inestabilidad
revolucionaria. Para ello se reclutarán un millón de hombres, jóvenes entre 18 y 25 años a
través de levas forzosas, lo que provocó no pocas revueltas y descontento popular.
-Se tomarán medidas sociales de largo alcance, ya que cancelarán las deudas entre
los campesinos y los señores e, incluso, se planteó el reparto de las tierras confiscadas a
los nobles; aunque esta medida no se llevó a cabo.
3. El Imperio Napoleónico
La imagen lógica de la Era Napoleónica suele resumirse en la figura de Napoleón,
pero esto es demasiado simplista, ya que hay un importante trasfondo social y político de
su poder. La Era Napoleónica se sustenta en los principios del la Revolución, aunque, a
priori, esto puede parecer una contradicción ya que se concentraban todos los poderes del
Estado en una sola persona y empieza a forjar una idea imperial, no obstante, una vuelta
atrás, previa al estallido de la Revolución, es ya impensable.
Lo que ocurre es que Napoleón es visto como la burguesía como alguien que
puede afianzar su poder político, económico y social. En este sentido, el régimen
napoleónico es burgués, como puede verse en el código Civil promulgado en 1804, que
se basa en los principios revolucionarios y en la propiedad privada como base del poder
napoleónico. Eso hace que los reyes europeos no vean a Napoleón como un igual, ya que
no es defensor de la causa monárquica, si no de la revolucionaria. Otra prueba del
carácter de esta época es que cuando los ejércitos napoleónicos conquistan Europa, no
imponen si no que exportan las ideas revolucionarias y esto, sin duda, fue lo más
importante pues tras la caída de Napoleón en Waterloo, fueron estas ideas las que
pervivieron.
3. 1. La obra de Napoleón
Nacido en Córcega, será general a los 25 años y adquirirá en sus campañas una
gran fama. La burguesía termidoriana lo eligió para que diese un golpe de estado al
Directorio y así afianzar el triunfo de la burguesía que, a causa de una serie de complots e
intentos contrarrevolucionarios y la guerra con otros países, parecía tambalearse en el
poder.
3. 1. 1. La política interior
Napoleón planteará el Imperio como la culminación de los éxitos revolucionarios, para lo
que organizó una nueva jerarquía en base a los méritos hacia el Estado o hacia el
Emperador, llegando a nombrar duques y condes a sus ayudantes.
3. 1. 2. La política exterior
Napoleón, basándose en su ideal de emperador de Europa, cuya capital estaría en
París, comienza una política agresiva y belicista. Los principios básicos de la misma van
a ser; rivalidad contra Inglaterra, acercamiento diplomático a Rusia y alianza con Austria.
De este modo, en 1803 tras romper la Paz de Amiens, comienza la guerra contra
Inglaterra (1804-1806), en la que ambos países están sumidos en una profunda crisis
económica. En 1805 Napoleón será derrotado en Trafalgar, aunque al mismo tiempo se
dieron otras victorias en el continente. En los territorios conquistados utilizaba una
política de nepotismo ya que colocaba a sus familiares u hombres de confianza en el
trono. Es el caso de Luis Bonaparte en Holanda, o José Bonaparte en España.
Napoleón fue encarcelado y desterrado por los británicos a la isla de Santa Elena
en el Atlántico. Napoleón Bonaparte murió el 5 de mayo de 1821. Sus últimas palabras
fueron: «France, l'armée, Joséphine» («Francia, el ejército, Josefina»). Tenía entonces
cincuenta y un años.