(Wane
Kirchnerismo e
invencion politica _
na dea historia no fue el resultado de
un argo y exhaustive proceso cuyo dia
| grama causal puede ser rastreado sind
fialtades por cualquier avezado investigador.
Lejos de las prolijdades que suelen esgrimir
los cultores de a formalidad y el orden repu-
blicano, més eos todavia de aquellos anals-
tas que se desviven por encontrar, como Han-
sel y Gretel, las migas que los leven de regre-
soalaobjetividadhistrca la imupcisn, si vale
«sta palabra algo destemplada, de Kirchner, su
desembarco en la Casa Rosada, contuvo una
alisima dosis de azar, Jugando con los limi-
tes dela ors, como dia Maquiavelo,Kirch-
ner ape, desde el comienzo de su mandato,
2 un decisionismo sin el cual no hubiera so.
brevivido més alls de ese primer afto que le
auguraba el director de La Nacin, Pero no
tome decisiones para respetar, comolo vent
an haciendo los gobiernos anteriores, las
prerrogativas, los interesesy los dseos del es
tablishment econémico, sino para modifica,
‘deuna manera sorpresiva, la marcha desqul-
ciada de la historia nacional
Rompiendo lo esperado, haciendo saltar los
.goznes de la rutina con Ta que la Argentina
segula deslzandose hacia la decadencia y la
ruina social y politica, lo abiertointempesti
vvamente a partir del discurso del 25 de mayo
de 2003 llevé en su interior, ainque la ma-
yoria dela sociedad todavia no pudiera en-
treverlo ni imaginarl, la potencia de un peo-
ceso que vendriaainvertirdramsticamente
los téminosy los modos através de os que,
hasta exe momento inesperado, se vena pro”
fundizando la criss, terminal a esas aleuras,
de un pals que no sabia de qué manera salit
de un marasmo que lo conducta aceerada-
‘mente al hundimiento final como ya se habia
anticipado en el lapso turbulento y critico
{que fue de diciembre del 2001 alos asesina
tos de Kosei y Santillan en el puente Avella-
neda. La legada de Kirchner, entendida
‘como ruptura y giro histérco, vino a inte
rumpir la continuidad de una politica
puesta al servicio de la reproduccién del
Poder econémico-corporativo.
1Un pals en estado de zozobra y sin rumbo,
Ls \de Néstor Kirchner ala esce
con una sociedad estallada que no encon: | Riaalla cabeza y con un progresismo aggior:
(EMIT 2 oe vav0 ox 208
tuaba la manera de contener la fragmenta.
cién y la violencia que a atravesaba de lado
a lado junto con un mapa de la pobreza y la
Indigencia que se extendia por la geografia
argentina prolongando los efectos crimina
les de las politicas neoliberales de los aos
"90. Politicas que no sélo hablan logrado
mutar la trama industrial de la economia
para consolidar la hegemonia del capital fi-
nanciero sobre el productivo, sino que, tam-
bidn, habian penetrado hasta el fondo de las
conciencias motorizando una decisva rans-
formacién cultural que dejaria su impranta
enuuna franja no desdenable de la poblacién,
Ja misma que se movilizaria en apoyo a la
corporacién agromedistica durante el con-
flicto por Ia 125 a comienzos del primer
‘mandato de Cristina y que hoy regresa dela
‘mano del denuncismo serial de forge Lanata
LA LLEGADA DE KIRCHNER,
ENTENDIDA COMO RUPTURA Y GIRO
HISTORICO, VINO A INTERRUMPIR
LA CONTINUIDAD DE UNA POLITICA
PUESTA AL SERVICIO DE LA
REPRODUCCION DEL PODER
ECONOMICO-CORPORATIVO.
y de los cacerolazos. La época dominada por
[a estetizacién de a politica se asacaria con
los lenguajes de la ingenieria sociale geren-
ciamiento, las consultorias la publicidad y el
consensualismo neorrepublicano como esta-
cin final de la vida democritica ya no en-
tendida desde una perspectiva emancipadora
Y popular sino convertida en un pele vacio
absolutamente dominada por as leyes ines
crutables de a economia global
Kirchner, en tao caso, rampi la manatonia
de la repeticion al hacerse cargo, sin pedit
permiso y sin respetar "las formas” domi:
nantes en la agusanada vida politic-institu-
cional argentina, de una capacidad de inicia-
tiva hiperkinética que resultaba inversa
‘mente proporcional la profunda defrauda-