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Introducción
relacionadas con recursos básicos como el agua y el cultivo de alimentos. El objetivo de este
Para interpretar esta lucha, primero hablaré del giro espacial iniciado por Henri Lefebvre.
Después, a partir de este marco teórico, describiré la transformación del espacio social de la
Cuenca del Valle de México para finalmente relacionarlo con esta lucha campesina en San
Gregorio, Xochimilco.
El argumento que pretendo sostener aquí es que la producción social del espacio bajo la
lógica de la modernidad colonial se impuso sobre la lógica de producción del espacio social
expansiva, al paso del tiempo fue acorralando otras formas de producción espacial, como la
que a finales del siglo XX todavía se conservaban en Xochimilco, y que la defensa del
territorio fue insuficiente para atender el problema ecológico de fondo desencadenado por la
producción humana del espacio, que no era la tierra sino el agua. En este sentido creo que se
requiere de una crítica más profunda que cuestione los modos antropocéntricos de entender
la producción social del espacio y pueda atender a las características líquidas del territorio
La definición más común del espacio, una que podemos encontrar en un diccionario, es la
siguiente: “extensión que contiene toda la materia existente”.1 Tal definición parece que
entiende el espacio como un contenedor en el que la materia existente se encuentra. Tal vez
esta es la razón por la cual, aún hoy, el espacio es definido en estos términos es el que
cartesiano, que es una representación del espacio en estos términos. Luego llegó Kant quien
hizo de la aritmética una verdad sintética a priori del tiempo, mientras que la geometría
constituía las verdades sintéticas a priori del espacio3. El espacio moderno de Kant y
es decir, un conocimiento “cerrado”, concebido de una vez y para siempre, junto con un
criterio de verdad confiable, estable y fijo. Este espacio matemático sería un espacio dado y
sin alteraciones
El “giro espacial” se dio en los 90 del siglo pasado.4 Este giro tuvo lugar gracias al impacto
del texto llamado La producción del espacio del filósofo y geógrafo Herni Lefebvre. En esa
obra Lefebvre se rebela contra la concepción del espacio como mera abstracción matemática
Press,2015), 21
ninguna especie de espacio en blanco como precondición para lo que sea que luego pueda
Así, para Lefebvre, el espacio no es una magnitud geométrica abstraída del cuerpo de los
seres humanos, sino algo concreto y mucho más: es una producción social. El espacio que
producción, y por lo tanto el lugar en el que se expresan las contradicciones de las formas de
reproducción y fuerzas productivas. Si bien a primera vista parece que el campo de reflexión
de una caracterización así del espacio sería terreno sólo de la economía, me parece pertinente
explicitar que tanto las fuerzas productivas como las relaciones de producción dependen de
la organización social, y en tanto que son sociales también tienen una necesaria dimensión
política. Entendido así, el espacio no sólo no es un concepto matemático abstracto, sino que
1. De agua a tierra.
trabajan sobre una materia que les resiste o les esquiva. Cuando el espacio no queda bajo la
supervisión del geómetra, posee las propiedades y cualidades físicas de la tierra”.7 En caso
de la cuenca del Valle de México estas propiedades y cualidades físicas de la tierra eran más
bien agua.
Anterior a la conquista española el sistema lacustre del Valle de México funcionaba como
se asentaron en 1325 en un islote del lago de Texcoco. Tal ubicación les permitió establecer
planes de defensa militar de su territorio, pero por otro lado, el lago también era un peligro
sufrió una inundación tan grave que los habitantes decidieron construir un dique para
contener el flujo del lago de Texcoco10 y en 1499 se construyó el albarradón de Ahuízotl, que
protegía a la ciudad de corrientes provenientes del sur de la Cuenca. 11 En estas dos obras
tenemos los primeros registros de cómo la producción humana del espacio comenzaría a
alterar el medio físico de la cuenca. La relación que la ciudad sostenía con el agua del lago
era de contención.
La caída de Tenochtitlan se fecha en 1521. Los conquistadores españoles, aún con el peligro
del lago, no sólo decidieron quedarse, sino, en un acto político, también destruir y transformar
el espacio que habían conquistado. Así comenzaron a producir una nueva ciudad bajo la
plaza central12. Tal edificación retaba las características físicas del lugar que continuaba
amenazado por las mismas problemáticas que la antigua ciudad de México-Tenochtitlan: las
en un sistema para desaguar la cuenca. Se optó por la segunda opción y la obra más
importante en este sentido fue proyectada en el siglo XVII, que consistió en un tajo abierto,
un túnel y una zanja que desviaba el caudal de agua que provenía del norte. Tal construcción
actualmente drena la corriente del río Cuautitlán además de caudales procedentes del
otra forma de producir el espacio ajena al agua, la decisión de desaguar la cuenca se sumaría
a esta lógica en la que la relación con el agua cambiaría de contenerlas a expulsarlas, dando
inicio a una transformación física radical en el que un lago daría lugar a un gigantesco páramo
de concreto, amenazando, a su vez, a todas las otras formas de producción espacial que
dependían del ecosistema del lago, como, por ejemplo, la producción agrícola en chinampas.
continuaron teniendo una relación estrecha con el agua a través de la navegación por los
canales que venían de los cuerpos de agua del sur y que habían sido el medio de transporte
desde antes de la conquista. Uno de los más importantes era el Canal de la Viga, mediante el
cual eran trasportados los alimentos y las flores que venían de Xochimilco. Sin embargo, a
desaparecer los canales. El canal de La Viga, fue declarado en 1940 como un peligro para la
que venían del sur: de chalupas a motores de gasolina, afectando, una vez más el modo de
los ríos y dejar libres sus cauces así que los ríos también fueron entubados y convertidos en
drenaje para las aguas negras. Sobre ellos ahora hay más de ochenta kilómetros de vialidades
A partir de 1959, el lago de agua dulce de Xochimilco, comenzó a ser inyectado con aguas
declaratoria argumentando que era el único recuerdo que quedaba del paisaje lacustre de la
producción agrícola dependía de las chinampas, que a su vez dependía del lago. Este plan
desató la resistencia organizada por parte de los productores del área chinampera20. “En una
histórica reunión celebrada en junio de 1992 con las autoridades del entonces Departamento
«entendemos que la ciudad deba seguir creciendo, pero, ¿por qué no dejar en ella terrenos
para la agricultura para seguir siendo campesinos y seguir sembrando legumbres y alimentos
para la población? […]». Esta utopía pasó a la realidad, aunque en pequeña escala […]”21.
Los campesinos, además de mantener su crítica sobre la edificación de grandes obras nuevas,
señalaron, que, si no se tomaba un compromiso serio con el tema del agua, no habría
verdadero rescate ecológico22. De esta negociación política con el gobierno los chinamperos
lograron la conservación de la zona agrícola, sin embargo, no se logró ningún acuerdo para
transformar la relación que los asentamientos humanos en la cuenca del Valle de México
tenían con el agua. Tal vez porque esto requería pensar la defensa del territorio no sólo en
términos de producción del espacio como tierra firme y hábitat exclusivamente humano, sino
también términos del agua misma, es decir desde una óptica que incluyera esta dimensión no
Conclusión
produjeron un espacio que comenzó a transformar la geografía del lugar conteniendo las
aguas del lago. La conquista española es una continuidad de la transformación, pero a la vez
una ruptura, ya que su relación con el agua no es ya sólo de contención sino de abierta
exclusión.
Si bien ambas formas de producción del espacio constituyen alteraciones del ecosistema de
la cuenca del Valle de México, la forma que se impuso, debido a la conquista política y
militar, fue la de la ciudad reticulada moderna que desaguó el lago de Texcoco. Esta forma
cuya lucha política fue una lucha por la conservación de una forma disidente de la
levantamiento campesino de carácter político, pues la región del lago de Xochimilco fue
región de lucha zapatista durante la Revolución Mexicana, por el orden de propiedad del
espacio. Sin embargo la defensa del territorio en este sentido fue insuficiente para atender el
problema, pues el problema de fondo, que es el agua, parece, que requiere de una crítica más
profunda que cuestione la lógica de producción espacial en relación con el agua y no sólo