Está en la página 1de 7

Una taxonomía integral

de la utopía literaria

Mariano Martín Rodríguez © Mariano Martín Rodríguez, 2018

El tema del libro de Corin Braga figura en


su título. Se trata de proponer una «morfolo-
gía del género utópico». El término de morfo-
logía designa aquí una gramática de la utopía
como género de ficción, sobre todo literaria, a
fin de describir su funcionamiento interno
desde el punto de vista tanto discursivo como
estructural. El libro aspira, pues, a ofrecer
una taxonomía de la ficción utópica generada
a partir de un juego de oposiciones significa-
tivas inspiradas en la gramática estructura-
lista, de forma que queden mejor fundadas y
más claras las divisiones y subdivisiones del
género utópico que circulan de forma más o
menos caótica en el mundo académico, e in-
cluso fuera de él. Esta tarea no es nueva. En-
tre otros, Lyman Tower Sargent propuso unos
criterios para distinguir diferentes tipos de
utopía literaria según el cariz positivo o nega-
tivo de la sociedad imaginaria presentada es-
peculativamente en la ficción. Sin embargo,
la propuesta de Sargent era poco más que un
esquema. Se echaba en falta un trabajo más
amplio en el que la división toponímica pro-
puesta se apoyara en un conjunto de textos lo
Corin Braga suficientemente amplio como para ser real-
Pour une morphologie du genre utopique mente representativo, sin las distorsiones en
Paris: Garnier, 2018 la perspectiva que puede acarrear la utiliza-
735 pp. ción de unos pocos ejemplos canónicos, incan-
sablemente repetidos. Por otra parte, el eru-
dito belga Raymond Trousson ilustró la

REVISTA HÉLICE: Número 11. Volumen IV 71  OTOÑO-INVIERNO 2019


CRÍTICA

Una taxonomía integral
de la utopía literaria

insospechada riqueza y variedad de la ficción nicas, con una atención a las escritas en cas-
utópica desde sus inicios, pero sin organizar tellano (principalmente españolas, todo hay
demasiado el amplio corpus considerado, de que decirlo) bastante desacostumbrada en el
manera que apenas se podían deducir de él mundo académico internacional. No obstante,
estructuras comunes. Braga ha retomado la habría sido quizá deseable haber tenido más
tarea de Sargent y Trousson y la ha culmina- en cuenta las utopías escritas en alemán, ru-
do con tal exhaustividad que no parece que se so u otras lenguas que cuentan con traduc-
pueda ir más lejos, salvo en cuestiones de de- ciones en las lenguas de trabajo de Braga, pe-
talle. Para hacerse una idea de la masa de ro ya su panorama es tan amplio que sería
obras que ha utilizado para rebajar en lo po- injusto criticar esta pequeña limitación cuan-
sible el grado de arbitrariedad de su teoría, do la mayoría de los estudiosos da muestras
bastará decir que la bibliografía primaria, de hoy en día de no poder o querer leer nada que
obras literarias utilizadas, ocupa las páginas no se haya escrito en su lengua materna o en
637 a 691 de un volumen de letra más bien la hegemónica inglesa.
pequeña, y abarca obras publicadas entre El genuino cosmopolitismo cultural del li-
1516 y 2015, desde la Utopia moriana hasta bro se extiende naturalmente a la bibliografía
El peso del corazón, de Rosa Montero, y O Úl- secundaria. Braga cita (moderadamente) a los
timo Europeu, de Miguel Real, por ejemplo. típicos teóricos postmodernos del star-system
Estos dos títulos sugieren, además, que Bra- académico que, como Fredric Jameson, han es-
ga no se limita a considerar las obras escritas crito a veces cosas razonables sobre la ficción
en un par de idiomas, como hace la mayoría utópica, pero también cita a muchos otros que
en nuestra época multicultural tan solo de también han realizado aportaciones útiles al
boquilla, sino que estudia en pie de igualdad, mejor conocimiento del tema y que suelen pa-
atendiendo únicamente a su interés a la vez sar desapercibidos debido a la lengua que uti-
literario y para la teoría, ficciones escritas lizan (por ejemplo, algunos compatriotas del
tanto en inglés como en varias lenguas romá- autor) o al menosprecio apriorístico que sufren
internacionalmente determinadas produccio-
nes académicas tan abundantes como la espa-
El libro aspira a ofrecer ñola, y que también sufren publicaciones que
se niegan a pasar por el aro de las condiciones
una taxonomía de la para figurar en los ránkings internacionales
de calidad pensados por y para las universida-
ficción utópica generada a des angloamericanas. A este respecto, Braga
no juzga los libros por el nombre del autor, ni
partir de un juego de las revistas por la puntuación de su supuesta
calidad, sino por el interés real de los numero-
oposiciones significativas sos trabajos que ha consultado. Sin ir más le-
jos, si un estudio publicado en Hélice le ha pa-
inspiradas en la gramática recido útil, así lo ha hecho constar sin reparo
alguno.
estructuralista. Esta ausencia refrescante de prejuicios
académicos en un libro escrito por un cate-

REVISTA HÉLICE: Número 11. Volumen IV 72  OTOÑO-INVIERNO 2019


CRÍTICA

Una taxonomía integral
de la utopía literaria

drático y decano de facultad de alta repu-


tación académica, también se refleja en el El genuino cosmopolitismo
propio corpus, en el que obras de ciencia fic-
ción se codean sin complejos con las de la lite- cultural del libro se extiende
ratura llamada general o mainstream. A am-
bas clases de ficción se aplica el mismo naturalmente a la
método de estudio, con lo que se sugiere que
su valor puede ser similar. De hecho, uno de bibliografía secundaria.
los aspectos más innovadores del estudio a
este respecto es el hecho de que Braga aborde Su primera sección se titula «Conceptos», y
la reciente moda de la distopía juvenil con la en ella se delimita el campo de la investiga-
misma seriedad y respeto con que aborda los ción, especialmente en lo referido al significa-
clásicos canónicos de esta modalidad (por do escogido de «utopía». Siguiendo un consen-
ejemplo, la obra de Orwell). De esta manera, so consagrado por un amplio uso académico,
rompe de la manera más natural del mundo Braga distingue en primer lugar las utopías
con la dicotomía entre la llamada «alta cultu- teóricas de las prácticas. Las teóricas son la
ra» y la cultura pop, y demuestra al mismo manifestación de un proceso mental de ima-
tiempo lo bien que conoce ambas. Además, su ginación especulativa centrada en la ensoña-
planteamiento desprejuiciado evita otro ries- ción de un mundo mejor (o peor), mientras
go del que pocos parecen librarse hoy, el ideo- que las segundas son los experimentos de so-
lógico. Pese al significado político inherente a ciedades alternativas inspiradas en esos sue-
la ficción utópica, Braga evita las lecturas ce- ños que se han intentado llevar a la práctica.
lebrativas o condenatorias según la obra coin- La fantasía utópica entraña un modo de pen-
cida o no con las ideas previas del estudioso. sar racional y onírico a la vez que permite la
En verdad, ni siquiera se transparenta ideo- exploración virtual de variantes de la reali-
logía alguna en los análisis más detallados dad. Esta exploración puede plasmarse tex-
que realiza de un alto número de obras. Su tualmente en obras de cualquier género y en-
labor, como debe ser la de un científico, se li- foque que adopten el «modo utópico», aunque
mita a explicar cuáles son las ideas promovi- existe un «género utópico» dotado de determi-
das por la ficción utópica de la que se ocupa y nadas características discursivas y temáticas
los procedimientos literarios utilizados para que cabe considerar distintivas de la ficción
ello. No hay juicios de valor por motivos polí- utópica y no de cualquier tipo de ficción. A es-
ticos y, en cuanto a los literarios, tampoco se te respecto, se podría echar de menos en este
pronuncia directamente. Corresponde al lec- apartado alguna explicación más pormenori-
tor llegar a sus propias conclusiones en la zada acerca de la manera en que numerosas
materia. Braga le ofrece todos los elementos obras literarias que no presentan aquellas ca-
de juicio que pueda desear, sin erigirse en racterísticas distintivas de la utopía como gé-
guía ni invocar la autoridad a la que su aguda nero han manifestado, no obstante, un modo
penetración crítica y su erudición extraordi- utópico. Por otra parte, el estudio del «modo
naria le darían derecho. Una descripción más utópico» habría llevado muy lejos del objetivo
concreta del libro permitirá quizás que nos fijado de delimitar el género utópico como tal
hagamos una idea de esas cualidades suyas. dentro de la literatura.

REVISTA HÉLICE: Número 11. Volumen IV 73  OTOÑO-INVIERNO 2019


CRÍTICA

Una taxonomía integral
de la utopía literaria

Según Braga, las utopías escritas pueden otros. En cualquier caso, la precisión de que
ser teóricas o literarias. Las primeras adop- es la utopía ficcional el objeto de estudio del
tan la forma de programas, códigos de leyes, libro queda suficientemente clara.
tratados sobre la organización del Estado y
otras formas de discurso no ficcional. Las se-
gundas, por su parte, son ficcionales, pues los Según Braga, las utopías
principios emanados de la ensoñación utópica
se encarnan en universos imaginarios presen- escritas pueden ser teóricas
tados como ya existentes en forma de mundo
posible de índole lúdica, a diferencia de las o literarias. Las primeras
utopías teóricas, cuyas propuestas solo tienen
cabida en el mundo real, aunque solo sea en adoptan la forma de
potencia. A este respecto, cabe disentir de la
terminología utilizada, pues las «utopías teó- programas, códigos de
ricas» también pueden presentar una escritu-
ra dotada de carácter literario y leerse como leyes, tratados sobre la
obras de arte. Por ello, tal vez sería mejor que
las «utopías literarias» se denominaran «uto- organización del Estado y
pías ficcionales». Por lo demás, quizá todas
las utopías escritas son ficcionales y, por lo otras formas de discurso no
tanto, literarias, pero Braga limita conve-
nientemente sus pesquisas a lo que se en- ficcional. Las segundas, por
tiende comúnmente por ficción utópica, esto
es, a la mostración por medios lingüísticos del su parte, son ficcionales.
funcionamiento ordenado de una sociedad
imaginaria. Siguiendo a Jameson, ahí podría Una vez indicada la existencia del género
haber introducido una distinción más entre literario de la utopía, el autor fija sus límites
utopías predominantemente descriptivas, frente a otros géneros de mundos ficcionales
como la del propio Moro, y utopías predomi- no miméticos, tales como el mito, el cuento de
nantemente narrativas, como la mayoría de hadas, la narrativa de viajes fantásticos y ex-
las distopías modernas. Braga elude la cues- traordinarios, la robinsonada, la ciencia fic-
tión al afirmar que toda utopía literaria es ción y, por primera vez seguramente en el
narrativa, en la medida en que la descripción marco de los estudios utópicos, la fantasy o
del espacio utópico se enmarca en un proceso fantasía épica. Estos límites no son netos, so-
narrativo como, por ejemplo, la relación de un bre todo con la ciencia ficción, que es la moda-
viaje imaginario. Sin embargo, la ficción des- lidad con la que se ha solido combinar mo-
criptiva extensa no es estática, pero no por dernamente la utopía, en forma de utopías
ello es narrativa: las vistas y perspectivas que futuristas. En efecto, la ciencia ficción implica
se presentan a los ojos del viajero no entra- la creación de mundos imaginarios justifica-
ñan necesariamente un proceso narrativo de dos racionalmente, en lo que coincide con la
cambio de estado, sino un proceso meramente utopía, con la diferencia de que esta se funda
descriptivo de cuadros que se suceden unos a en novedades de orden político y sociológico,

REVISTA HÉLICE: Número 11. Volumen IV 74  OTOÑO-INVIERNO 2019


CRÍTICA

Una taxonomía integral
de la utopía literaria

más que de orden científico y técnico como ambos polos. A su vez, esta dialéctica es la
ocurre en la ciencia ficción. Como ambos tipos que determina los subgéneros de la utopía en
de novedades son perfectamente compatibles, el esquema estructural propuesto por Braga.
eso explicaría su solapamiento en la moder- Al mundo real o histórico corresponde una
nidad. En cambio, las sociedades de la fanta- imagen, que el autor denomina mundus, que
sía épica parecen presentar una evolución or- se situaría en el centro de una línea imagina-
gánica, sin dejar apenas sitio para la ria que, a partir del punto central del mun-
experimentación utópica, por lo que queda- dus, tendría dos sentidos, uno de negatividad
rían claramente fuera de la investigación rea- y otro de positividad crecientes. La actitud
lizada. No obstante, se trata también de so- utópica o antiutópica dependería del polo ele-
ciedades alternativas, de manera que su gido por el autor (a juzgar por lo que se puede
consideración a efectos delimitadores tiene desprender de la lectura). Si comparado con
toda la pertinencia necesaria, igual que la el Mundus, la sociedad alternativa presenta-
tiene la comparación del mundo ficcional de da tiene una topía positiva, sería una utopía;
la utopía como lugar ideal con otros cronoto- si ocurre lo contrario, sería una antiutopía.
pos ficcionales paralelos o anteriores, tales
como el paraíso terrenal, la Nueva Jerusalén,
las islas maravillosas de la mitología greco-
rromana o céltica, los países de Jauja, las ar-
cadias pastoriles, los mundos al revés del fol-
clore y los edenes primitivistas. Los mundos
utópicos se distinguen de estos otros por su La utopía literaria es, en
carácter organizado según unos principios no
espontáneos que los determinan y que se cuanto a su contenido, el
crean mediante procedimientos diversos.
La utopía literaria es, en cuanto a su con- resultado de una selección y
tenido, el resultado de una selección y sepa-
ración de los elementos tomados de la reali- separación de los elementos
dad social en un polo positivo y otro negativo,
de forma que ambos se presentan en acción, tomados de la realidad
en el mundo imaginado, en un estado tenden-
te a la pureza. Ya en la Utopia moriana, el social en un polo positivo y
polo negativo es la Inglaterra coetánea del
primer libro, mientras que el positivo lo es la otro negativo, de forma que
isla de Utopus del libro segundo. Esta sepa-
ración se acompaña de una extrapolación o ambos se presentan en
proyección de un polo u otro a un mundo vir-
tual autónomo respecto a aquel que nos ro- acción, en el mundo
dea. Este mundo autónomo ficcional puede
mantener con el real relaciones más o menos imaginado, en un estado
ambiguas de negación, inversión o reducción
al absurdo que califican la dialéctica entre tendente a la pureza.
REVISTA HÉLICE: Número 11. Volumen IV 75  OTOÑO-INVIERNO 2019
CRÍTICA

Una taxonomía integral
de la utopía literaria

Naturalmente, Braga tiene en cuenta los describe, que no sería posible en ningún sitio
numerosos casos ambiguos, pero podría decir- (ou-topos como no lugar) ni tiempo. El im-
se que su esquema se ajusta al sentir que pa- pulso de mejoramiento del mundo traspasa
rece mayoritario en los estudios utópicos. La lo factible para alcanzar soluciones fabulo-
gran novedad de la morfología propuesta es la sas, por ejemplo, la corrección de la división
imbricación del criterio extraliterario (positi- de los sexos mediante la generalización del
vidad o negatividad sociopolítica) con otro li- hermafroditismo o la monosexualidad (par-
terario, relacionado con la índole del mundo tenogénesis incluida) a todos los habitantes
ficcional utópico, en torno a la oposición fun- de la comunidad.
damental entre lo mimético o realista y lo En el polo negativo, los mismos criterios
imposible o fantástico. Por una parte, esta- estructurales se aplican de forma análoga a
rían los textos cuyas sociedades imaginarias las «distopías» (dystopies). Las sociedades
podrían ser posibles, ya que no se oponen a imaginadas en las que impera el mal se sue-
ninguna ley natural del mundo empírico en el len ofrecer como contraejemplos disuasivos
que vivimos; por otra, aquellos cuyas socieda- para avisar de los peligros que entrañarían
des son imposibles y, como tales, no podrían determinadas tendencias contemporáneas
realizarse en el mundo real, por ejemplo, una que la voz ficcional observa con prevención y
sociedad en la que los caballos fueran anima- que en el mundo distópico se han hecho reali-
les racionales. Según Braga, negatividad y dad de forma creíble para los lectores a quie-
positividad, y posibilidad e imposibilidad nes se dirige el aviso, por ejemplo, llevando a
aportan los rasgos distintivos fundamentales un extremo terrorífico rasgos ya presentes en
de los cuatro subgéneros de la «utopía», que sociedades contemporáneas realmente exis-
es la denominación del género de ficción que tentes, desde la colectivización a ultranza en
los engloba a todos. Cada uno de ellos es obje- la Unión Soviética hasta el ejercicio incontro-
to de un extenso capítulo. Su denominación es lado del poder de las grandes corporaciones
del autor y se distingue a veces del uso aca- en numerosas distopías del siglo actual.
démico generalizado. Cuando la extrapolación de las tendencias
Las «eutopías» (eutopies) son aquellas fic- culmina su progresiva reducción al absurdo,
ciones utópicas que presentan comunidades tendríamos las «antiutopías» (antiutopies). La
ideales mejores que el mundus y que son po- hiperbolización del polo negativo alcanza tal
sibles y factibles. Por lo tanto, postulan un grado en ellas que la ficción excede de toda
pacto de verosimilitud y una lectura realista. verosimilitud. Como inversión completa de la
Los elementos fantásticos presentes parecen «outopía», el cumplimiento de los sueños de
alegorías o meros artificios narrativos, no perfección del ser humano (inmortalidad, se-
elementos fundamentales del mundo utópi- xualidad no binaria, etc.) se torna en una pe-
co. Su viabilidad las aproxima a las «utopías sadilla que refuta radicalmente el impulso
teóricas», a la que simplemente añadirían la utópico. Desde este punto de vista, el término
ficcionalidad discursiva. En el mismo polo elegido coincide en el fondo con la idea habi-
positivo, las «outopías» (outopies) se caracte- tual de «antiutopía» como forma de negación
rizan por la intensificación de la ficcionali- de la utopía. Por lo tanto, la utilización nove-
dad hasta romper con toda posibilidad histó- dosa de los términos por Braga no se opone
rica y lógica de la comunidad positiva que se radicalmente a la práctica habitual entre los

REVISTA HÉLICE: Número 11. Volumen IV 76  OTOÑO-INVIERNO 2019


CRÍTICA

Una taxonomía integral
de la utopía literaria

estudiosos del tema, sino que más bien la extraliterarias que han garantizado la inclu-
completa de manera sistemática, lo que pue- sión en él de unos autores y la exclusión de
de contribuir a un entendimiento más exacto otros. El libro de Braga es mucho más que
de la ficción utópica y a una mayor facilidad una aportación diríase definitiva a la teoría y
en la clasificación de las obras de esa modali- la historia de la ficción utópica (occidental).
dad. Braga también acomete esta clasifica- También facilita el canon literario sin duda
ción, de manera que el sólido apartado teórico más completo en su género. Los teóricos y los
se funda en un apartado histórico no menos escritores que han hecho aportaciones valio-
sólido. sas a la utopía son bastantes más de los que
Aunque varias ficciones utópicas se podría nos hace creer el sistema actual de celebrities
ubicar en otro apartado de la propia taxono- literarias. Esta es una de las grandes leccio-
mía de Braga, su trabajo de clasificación pa- nes del libro, con independencia de que com-
rece en general acertado, al menos en lo que partamos totalmente o no su propuesta teóri-
se refiere a las muchas obras de las que se ca.
ocupa. Cada capítulo ilustra y justifica la teo- En la lucha por el conocimiento empírico
ría mediante una detallada historia de cada frente al criterio de autoridad del canon ofi-
subgénero, en la que el examen cronológica- cial y de los teóricos de moda cuyos oráculos
mente equilibrado de la realidad literaria dic- todo el mundo parece obligado a citar, Braga
ta a su vez la atención prestada a los diversos nos enseña con su ejemplo la manera de
tipos de ficción utópica según su auge en cada abandonar la vía del charlatanismo ideologi-
época, sin que la (post)modernidad ocupe un zado y retomar la vía del rigor teórico e histó-
lugar privilegiado. Braga se aproxima al ideal rico. En el contexto actual, lo más probable es
«eutópico» de mirar el pasado sin miopía, co- que pase sin pena ni gloria un libro que re-
nociendo y examinando lo lejano en el tiempo presenta justamente todo aquello que apenas
igual de bien que lo cercano, de forma que el se lleva hoy en los territorios académicos co-
pasado se convierte en un paisaje realista en lonizados por los estudios literarios de la ma-
el que los autores que no cesan de mencionar- triz cultural estadounidense, unos territorios
se en la producción académica alternan con en los que no parecen practicarse ni apreciar-
otros casi desconocidos, pero que no desmere- se demasiado empresas como la realizada por
cen de aquellos. El resultado es una historia Braga, a saber: escoger un tema y acometerlo
de la ficción utópica que no solo es práctica- filológicamente con rigor metodológico, esto
mente exhaustiva, sino también muy equili- es, con pleno conocimiento tanto de las apor-
brada y equitativa en su reparto del espacio taciones teóricas como de la evolución históri-
dedicado a las diversas ficciones utópicas y ca a través de lecturas de primera mano, sin
sus modalidades. Por ejemplo, no dedica a la miedo al nefando «enciclopedismo», y con una
distopía de anticipación Nineteen Eighty- arquitectura conceptual sólida y libre de pre-
Four, de George Orwell, mucho más espacio juicios ideológicos y de otra índole. Resulta
que al viaje imaginario El archipiélago mara- esperanzador ver que en la patria de los
villoso, de Luis Araquistáin. Así se da a en- French Philosophers puedan publicarse aún
tender asimismo que el canon oficial ha de libros como este, cuya prodigiosa erudición no
hacer sitio a numerosos escritores que no se sabe de pasajeras modas intelectuales. Este
han podido beneficiar de las circunstancias libro está escrito para durar.

REVISTA HÉLICE: Número 11. Volumen IV 77  OTOÑO-INVIERNO 2019

También podría gustarte