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FACULTAD DE EDUCACIÓN

MAESTRÍA EN INVESTIGACIÓN EDUCATIVA

Evaluación Final

Asignatura: Política Educacional


Docente: Dra. Mónica Pini
Maestrando: Lic. Alejandra Mercedes Delgado

2014
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Consigna de Evaluación
Elaboración escrita del análisis de una política, programa o medida educacional utilizando la
bibliografía del seminario
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Titulo y subtítulos?
En el presente trabajo se ha seleccionado para el análisis como programa de medida
educacional, como implementación de una política pública socioeducativa, al Programa de
Educación Sexual Integral. Para su análisis es necesario desvincularse de una mirada
meramente abstracta, a-histórica, a-política y a-crítica.
“Desde inicio de este siglo, los gobiernos de nuevo signo (populista, de acuerdo con
Laclau) en América Latina- la Argentina entre ellos-, marcan una nueva etapa caracterizada
por:
 la recuperación de la política como dinámica de la vida ciudadana,
 la oposición al consenso de Washington y a la reforma de los noventa basada en el
discurso único (neoliberal),
 y la recuperación de la centralidad del Estado en las políticas públicas”. (Pini, M. en
Montané, A., Beltrán J. 2011, p. 98).
“El momento culminante del proceso de la política educativa en esta etapa post neoliberal
fue la sanción de la Ley 26.206 de Educación Nacional, que incluyó en el artículo 132, la
derogación de la Ley Federal de Educación (…) El concepto de postneoliberalismo no apunta
a una reversión drástica de políticas públicas, sino a generar espacios y orientaciones para
estimular la recreación de la capacidad de intervención estatal y para el restablecimiento de la
legitimidad de la función pública. (Perazza, R. 2008, P. ) falta cerrar comillas
Esta explícito en la Ley 26.206 en su artículo 79° que a través del Ministerio de
Educación, se desarrollen políticas “destinadas a enfrentar situaciones de injusticia,
marginación, estigmatización y otras formas de discriminación derivadas de factores socio
económicos, étnicos, culturales, de género o de cualquier otra índole que afecten el ejercicio
pleno del derecho a la educación”
En el marco de las transformaciones globales del orden internacional y el progreso del
reordenamiento de las economías mundiales y como eje de valor, la tecnología, se ha puesto
al centro de la mira a los sistemas educativos. El sistema educativo como encargado de
generar y difundir el conocimiento en la sociedad, es también el responsable de las
posibilidades económicas futuras de la misma.
Según el Documento de Metas Educativas 2021, si bien ha habido avances en las
últimas décadas que son destacables, la desigualdad socioeconómica y la pobreza son rasgos
que marcan la historia de la región –la más inequitativa del mundo–, cuya heterogeneidad en
niveles de desarrollo y bienestar es muy notoria.
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No obstante el mismo documento también expresa que los esfuerzos realizados en


políticas públicas dirigidas a la educación son coherentes con el papel central que ella cumple
como eslabón del desarrollo. La educación y el empleo son reconocidos como ámbitos
privilegiados de superación de los problemas sociales, operando como mecanismos de
inclusión social, de reducción de desigualdades y de superación de la pobreza.
“El actual Ministerio de Educación ha impreso un rumbo dinámico y ha dado
prioridad a la concreción de programas destinados a combatir la desigualdad (…) En los
postulados y planes de gobierno desde el 2003 en Argentina parece no tener lugar el discurso
privatizador y gerencial que fue hegemónico en los 90”. (Pini, M. en Montané, A., Beltrán J.
2011, p. 98).
Entre las demandas culturales que atraviesan la escuela se pueden mencionar: la
multiplicidad de creencias, la diversidad cultural, las particularidades de género, las sexuales
y los lenguajes, también atraviesan las prácticas escolares la violencia que va en ascenso, las
nuevas culturas juveniles, los tipos de familia, las clases sociales, la relación de los jóvenes
con las drogas, jóvenes de la calle y sus procesos de aprendizaje. Este escenario constituye lo
que a decir de Poggi en Tenti Fanfani, E. (2008) son las nuevas manifestaciones de la
subjetividad, marcas identitarias que señalan los modos de procesar los cambios culturales en
cada uno de los actores.
A la luz de las políticas públicas socioeducativas, mediante la Resolución 45/08, se
aprobaron en el año Mayo de 2008 los Lineamientos de Educación Sexual Integral. Los
mismos definen el piso común de Contenidos Curriculares válidos para todos los niveles del
sistema educativo, para todas las escuelas públicas de gestión estatal y privada, así como para
todas las jurisdicciones de nuestro país.
El proceso se inició con la aprobación de la Ley 26.150 que estableció la
responsabilidad del Estado para garantizar el derecho de los niños, niñas y jóvenes a recibir
Educación Sexual Integral.
En su artículo 1º establece que “Todos los educandos tienen derecho a recibir
Educación Sexual Integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y
privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
municipal. A los efectos de esta ley, entiéndase como educación sexual integral la que articula
aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”
Por lo tanto, la Educación Sexual Integral forma parte de la política educativa y,
como tal, debe ser abordada en todos los niveles educativos, pero también en las diferentes
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modalidades: de jóvenes, adultos y de educación especial, tanto de gestión estatal como


privada, del Sistema Educativo.
Es de importancia destacar que la aprobación de dicha ley no constituyó un hecho
aislado sino que forma parte de un proceso integral de cambios sociales y culturales reflejado
en leyes, normas y compromisos internacionales que Argentina posee y promueve en el
campo de los derechos humanos.
En palabras de Esteve en Tenti Fanfani, E. (2006), “el concepto de cambio social es
central para entender los problemas de identidad que afectan a los docentes y los nuevos
desafíos que estos han de enfrentar en el ejercicio de su trabajo profesional.
En los Lineamientos Curriculares para la Educación Sexual Integral se expresa:

La Constitución Nacional incorporó, con la máxima jerarquía, leyes y convenciones


tales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención sobre los
Derechos del Niño y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. A nivel
nacional, la Ley N° 25.673 creó el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
Responsable, el cual fija la responsabilidad del Estado de garantizar a la población el
acceso a la información y a la formación en conocimientos básicos vinculados a dichos
temas. Asimismo, la Ley Nº 26.206 de Educación Nacional fija como responsabilidad
del Estado, a través del Ministerio de Educación de la Nación, el desarrollo de
políticas que brinden conocimientos y promuevan valores que fortalezcan la formación
integral de una sexualidad responsable. (p. 9).

Entonces: la ESI (Educación Sexual Integral) es una política pública focalizada en la


niñez, la adolescencia y la familia. Está enmarcada en la Ley Nacional de Educación y en la
Convención Internacional de los Derechos del Niño, a la cual adhiere la Constitución
Nacional. Se trata, de esta manera, de entender las nuevas políticas educativas públicas como
oportunidades de correr viejos velos enemigos del desarrollo y la liberación de las personas.
Se observa de esta manera los cruces que se establecen entre educación y salud para
pensar allí, desde una perspectiva cultural, otras posibilidades de vinculación para ambos
campos de saber e intervención social. Este marco requiere contemplar el papel del Estado
respecto a las intervenciones sobre esta problemática y la importancia de insistir en el
sostenimiento de una postura que lo posiciona como garante de los derechos sociales, y en
particular, de los derechos de los sujetos a la sexualidad. Esto exige que se instituya como un
Estado con capacidad para generar las condiciones necesarias para el cumplimiento de tales
derechos.
En este nivel, es necesaria la pregunta por los efectos subjetivos de las operaciones
(discursos y prácticas) de los programas sociales que se promueven o desarrollan.
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La pertinencia de la Educación Sexual Integral, se entiende como la respuesta a la


diversidad cultural de los estudiantes, no solo reconociendo la diferencia sino también
adecuando y adaptando las materias a sus contextos de vida. En ese sentido, se promueve una
educación que posibilite resultados de aprendizajes equiparables, junto con una plena
participación y la construcción de una identidad propia, por medio de programas de apoyo que
aseguren una real adecuación de los contenidos y que velen por que las instituciones cuenten
con los recursos necesarios para ello. La respuesta a la diversidad, por tanto, se resume como
el “establecimiento de derechos básicos y principios que aseguren aprendizajes de calidad a lo
largo de toda la vida y la participación de todos”. (UNESCO/OREALC, 2008).
Empero, “la definición de la cuestión pública de la educación no es responsabilidad
exclusiva de los gobiernos. Por el contrario, es necesaria la presencia de otros sujetos que
disputen, discutan, aporten y debatan su sentido”. (Perazza, R. 2008, p. 47). De esta manera a
lo largo de la tarea de acompañar el proceso de implementación de Educación Sexual Integral
se ha advertido que las voces de los docentes, directivos y padres expresan no sólo dudas,
incertidumbres y preguntas sino también alcances y posibilidades con respecto a dicho
proceso. Así se ha podido sostener, observar y compartir que la Educación Integral de la
sexualidad instituye un escenario complejo, que involucra lo personal, lo institucional, lo
cultural, lo histórico, lo propio del sistema educativo, entre otros aspectos. Este escenario no
permite posicionamientos cerrados y tensiona muchas veces la tarea a realizar.
Las resistencias a una implementación sistemática de la Educación Sexual Integral se
manifiestan de manera variada y emanan de sectores vinculados con credos religiosos, pero
también surgen del seno de las propias familias de los alumnos e incluso desde los
educadores. Hay docentes que se han formado en un sistema y una sociedad en la que de esto
no se hablaba, por ello en su aula no se sienten en condiciones de instalar un debate sobre
educación sexual. De allí que haya que apuntar a la formación de los docentes. Este es un
conocimiento que involucra nuestras propias pautas, inhibiciones y tabúes. Y esto no es algo
que se maneje conscientemente ni puede ser modificado con un curso de capacitación.
Es así que “el cambio educativo”, como señalan Bowey y Ball en Tenti Fanfani
(2006), se genera en tres contextos diferentes:
 El contexto macro (depende de la evolución de las fuerzas sociales, los grupos
políticos y los sectores económicos y financieros, que plantean al sistema
educativo continuas exigencias de adaptación al cambio social y los nuevos
sistemas de producción.
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 Contexto político y administrativo (pretende estudiar la ordenar la realidad


mediante leyes y decretos con una capacidad de cambio limitada, ya que no
pueden modificar la mentalidad de los profesores ni el sentido de su trabajo en
las aulas).
 Contexto práctico (hace referencia al trabajo real de los profesores y de los
centros educativos).
A decir de Cuban en Tenti Fanfani (2006), “el cambio educativo” se produce siempre
en la línea de las revoluciones silenciosas, y que todas las transformaciones implican una
reconstrucción dialéctica de lo existente. Por eso fracasan o se encuentran con serias
resistencias, todos los intentos de reformas que no tienen en cuenta la cultura profesional, las
opiniones y las condiciones de trabajo de los profesores, ya que ellos y las instituciones
escolares tienen sus propias tradiciones y estructuras de trabajo. Las transformaciones del
trabajo cotidiano en las aulas dependen de personas con una determinada sensibilidad, con
una determinada historia personal, con una específica concepción de la enseñanza, y que se ha
formado como docente en un determinado contexto histórico. El estudio de los contextos
históricos se convierte, por tanto en uno de los elementos imprescindibles para entender el
estado del sistema educativo.
A punto de cumplir seis años de la sanción de la ley nacional N° 26.150 que estableció
el derecho a recibir educación sexual y creó el Programa Nacional de Educación Sexual
Integral, su implementación está lejos de ser completa. Según Otero y Guerra (2013), en
Córdoba, algunas escuelas llevan adelante su proyecto. Sin embargo, la puesta en marcha no
se extendió a la mayoría. La norma exigía que las escuelas impartieran educación sexual en el
plazo de cuatro años desde la vigencia de la ley que venció en octubre de 2010, lo que
significa que no se ha instrumentado como política prioritaria. Un recorrido realizado por este
estudio se confirma que en colegios públicos de gestión estatal y privada el tema se toca de
manera aislada e inorgánica, incluso sigue habiendo resistencia por parte de docentes y
padres. Además, en el mejor de los casos, el material bibliográfico oficial llegó con retraso.
“La distancia entre la teoría y la práctica, entre lo deseado y lo posible,, entre lo prescripto y
lo alcanzable se halla agudizada. La capacitación se percibe como insuficiente o inexistente
(ya sea porque no se accedió o porque no dejó huellas) a la hora de enfrentar la tarea en el
aula”. (Pini, M., 2008, p 61).
En este sentido, el equipo de Educación Sexual Integral trabaja por estos días en la
puesta a punto de una serie de lineamientos para las escuelas. La intención es armar un
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proyecto pedagógico donde se explicite claramente los contenidos en cada asignatura y se


planifique cómo aplicarlos.
En la Provincia de Córdoba durante el año 2014, se han llevado a cabo entre las líneas
de acción para el presente programa Jornadas de acompañamiento a los docentes en la
implementación de contenidos en Educación Sexual Integral, así como el Congreso en
Educación Sexual Integral en la localidad de Dean Funes, Pcia. de Córdoba, durante el mes
de septiembre con la convocatoria a directivos y docentes de los niveles de enseñanza de
inicial, primaria, secundaria y superior no universitaria.
Según el Documento de Dakar (2000), las políticas que se han recomendado y
adoptado en los últimos años no están respondiendo satisfactoriamente a las necesidades y
expectativas de la población latinoamericana, a las realidades del sistema escolar y de los
docentes en particular. Los valores humanos fundamentales, deben ser eje de dichas políticas
de modo que el servicio educativo contribuya a la mejor realización de las personas y de las
sociedades: desarrollo integral de la persona, de su conciencia, del ejercicio responsable de su
libertad, y su capacidad para relacionarse con los demás y para respetar a todos.
“Los sujetos de la educación, generacionales, contemporáneos, emergen en la
actualidad como portadores de culturas y de proyectos de distintos momentos, pre y
posdictatoriales, en las trayectorias educativas y culturales de los sujetos generacionales se
inscriben distintos tiempos de la Argentina reciente” (Carli, S.2003, p.41).
Hoy la escuela no es la prodigiosa institución dueña del capital cultural, avanzada de
civilización, ideas de razón, progreso y Patria que en analogía a las instituciones religiosas,
representaba una autoridad de carácter sagrado. Las competencias y valores propios a la era
de la revolución industrial ya no son suficientes debido a la inclusión masiva de otros agentes
asistemáticos de la educación como son los medios de comunicación. Estos medios transmiten
códigos culturales y valores que muchas veces entran en conflicto con los valores de los
docentes, quienes eran la única fuente de transmisión de saberes y de información y que ahora
deben competir con estos nuevos canales de socialización. En antagonía a su proyecto
fundante que proponía una escuela a la cual la sociedad debía adaptarse, hoy también ésta
debe adaptarse a la sociedad.
La globalización económica conllevó a un nuevo ciclo en la economía y afectó a la
cultura y a la educación, adquiriendo fuerza de ley porque estos cambios se generaron de
manera acelerada en todas las esferas de la vida, social, política, cultural y que, a decir de
Tenti Fanfani, E. (2008) se “sienten” en la escuela, son el contenido del afuera de la misma y
constituyen el contexto y desafíos de las políticas educativas.
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La inclusión de la educación sexual integral como un aprendizaje incorporado a lo


largo de toda la escolarización obligatoria y en cada una de las instituciones educativas,
constituye un desafío frente al cual la construcción de consensos se torna fundamental y
estratégica. Las alianzas y acuerdos con las familias, con la comunidad educativa en general y
con otros actores públicos o privados ligados a la educación y promoción de la salud es un
proceso que no puede quedar librado a las posibilidades de cada establecimiento educativo,
sino que debe formar parte de la agenda educativa a nivel nacional y jurisdiccional.
Es responsabilidad del Estado, en sus diferentes niveles, promover la capacidad para
formular dichos acuerdos así como para propiciar la articulación de políticas que atiendan la
formación integral en sexualidad de alumnos y alumnas. Está en juego el bienestar integral de
nuestros niñas, niños y jóvenes y el cumplimiento del derecho a una educación de buena
calidad para todos.
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BIBLIOGRAFÍA

 Carli, S. (2003). La educación pública en la Argentina. Sentidos fundantes y


transformaciones recientes, en Carli, S. (Comp.) Estudios sobre comunicación
educación y cultura. Una mirada hacia las transformaciones recientes en Argentina.
Buenos Aires: Ed. Stella y Ediciones la Crujía.
 Esteve, J. M. Identidad y desafíos de la condición docente en Tenti Fanfani, E.
(2006). El oficio de docente, vocación, trabajo, y profesión en el siglo XXI. Buenos
Aires: Siglo XXI editores.
 Perazza, R. (comp.) Pensar en lo público. Notas sobre la Educación y el Estado.
Buenos Aires: Aique.
 Pini, M. ¿Post neoliberalismo? Políticas educativas recientes en Argentina en
Montané, A., Beltrán, J. (coords.) (2011). Miradas en movimiento. Textos y contextos
en políticas de educación. Valencia: Germania.
 Tenti Fanfani, E. (Comp.) (2008). Nuevos temas en la agenda de política educativa.
Buenos Aires: Siglo XXI.
 Ley de Educación Nacional 26.206/06. Ministerio de Educación de la Nación.
Disponible en: https://www.google.com.ar/webhp?sourceid=chrome-
instant&ion=1&espv=2&ie=UTF8#q=ley%20de%20educaci%C3%B3n%20de%20la
%20nacion. Consultado en Octubre de 2014.
 Lineamientos Curriculares para la Educación Sexual Integral. Programa Ncional de
Educación Sexual Integral. Ley Nacional Nª 26150. Ministerios de Educación de La
Nación. Consejo Federal de la Nación.
 Metas Educativas 2021. La educación que queremos para la generación del
bicentenario. Organización de Estados Iberoamericanos para la Ciencia y la Cultura.
 UNESCO/Laboratorio latinoamericano de evaluación de la calidad de la educación
(2008). Reflexiones en torno a la evaluación de la calidad educativa en América
Latina y el Caribe. Santiago de Chile: UNESCO/OREALC.
 Secretaría de Estado de Eucación. Subsecretaría de Estado de Promoción de Igualdad
y calidad educativa. Ministerio de Educación. Gobierno de la Provincia de Córdoba.
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Disponble en:http://www.igualdadycalidadcba.gov.ar/SIPEC-
CBA/PoliticasSocioeducativas.php. Consultado en Octubre de 2014.

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