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SORDERA
La sordera por ruido o trauma acústico es un problema de salud
que se presenta cada vez con mayor frecuencia. Esta se ocasiona
cuando una persona se expone a sonidos intensos que pueden
ser continuos o generados por un solo evento que sea excesivo y
que rebase los 90 decibeles, ocasionando lesiones a nivel del
oído interno.
El trauma acústico depende de la intensidad del sonido, tiempo de exposición, sensibilidad
del oído y tono del sonido, ya que son mucho más agresivos los tonos agudos que los
graves.
Las consecuencias del ruido generalmente no se manifiestan hasta años después con una
disminución severa de la agudeza auditiva o, en el peor de los casos, con una sordera
permanente.
El trauma acústico se puede clasificar según su daño. Cuando la pérdida es de primer
grado, aparece un zumbido agudo molesto que desaparece progresivamente con el
descanso y que puede ser continuo si la persona continúa expuesta al ruido por mucho
tiempo.
La utilización de equipos de protección individual sólo está justificada cuando los riesgos
no se pueden evitar o limitar lo suficiente con medios técnicos de protección colectiva o
mediante medidas, métodos o procedimientos de organización del trabajo. Por ello, se
cuenta con instrumentos que permiten medir el ruido. Los aparatos que se utilizan son los
dosímetros y los sonómetros.
Entre las principales medidas de prevención están:
- Disminuir el tiempo de exposición a sonidos constantes y fuertes.
- Utilizar equipo de protección acústica en lugares de trabajo que produzcan mucho ruido.
- Evitar el uso de audífonos por largos ratos y volumen intenso.