Está en la página 1de 9

El conocimiento como problema filosófico

La Epistemología

La Epistemología es la rama de la filosofía que estudia el conocimiento, porque de


hecho la palabra episteme significa, en griego, conocimiento. De la misma manera la
rama de la filosofía que estudia la conducta moral de las personas, y las nociones acerca
del bien y del mal, se le llama Ética.

1. El primero de los problemas que vamos a tratar será el de la relación entre el


conocimiento y la realidad. ¿Qué relación existe, por lo tanto entre el mundo tal y como
se me aparece, tal y como lo percibo yo, y el mundo tal y como es en realidad.

2. Otro problema epistemológico que se nos planteó fue el de la verdad: ¿tiene sentido
hablar del concepto de verdad?

3. Hay una compleja relación entre un sujeto que conocer y un objeto a conocer, entre la
razón humana y la experiencia recibida del mundo exterior. ¿En cuál de estos dos polos
está el origen del conocimiento? ¿Cuál es el fundamento del conocimiento humano: la
experiencia externa al sujeto, o la mente racional del sujeto?

4. ¿Cómo se las arregla el cerebro humano, para hacer representar en nuestra cabeza
percepciones con sentido, conceptos e imágenes mentales y, en última instancia,
construir una mente autoconsciente? ¿Qué hay en él de especial? ¿Qué es la mente
humana? ¿En qué consiste la auto-identidad del ser humano como ser pensante? ¿Y
cómo esta mente nuestra se puede enfrentar a la realidad? Todas estas cuestiones son
claramente filosóficas y epistemológicas, aunque hoy en día, desde el campo de la
psicología de la mente y de la neurofisiología, la perspectiva filosófica está comenzando
a ser superada.

El problema de la relación entre apariencia y realidad: realismo e idealismo

El problema de la relación entre el conocimiento humano y la realidad, es, por lo tanto,


uno de los problemas clásicos de la epistemología. La forma más habitual de llamarlo es
“el problema de la relación entre apariencia y realidad”, porque en realidad el problema
consiste en saber cuál es la relación que existe entre el mundo real, tal y como se
aparece en mi mente, y el mundo real tal y como él es en sí mismo.

El conocimiento no sería, según este punto de vista, otra cosa que la relación entre un
sujeto conocedor (S) y un objeto conocido, o una realidad a conocer (O). El sujeto
conocedor sería activo y tendría unas facultades o capacidades intelectuales que le
permitiría conocer el objeto. El objeto, por su parte, sería pasivo, independiente del
sujeto, permanente y substancial. Sus características, sus atributos, tampoco
dependerían del sujeto. Sin embargo, el sujeto podría conocer estas características sin
problemas porque su propia estructura conocedora (es decir, la estructura de las
capacidades racionales y cognoscitivas del ser humano: su inteligencia, su razón, su
lenguaje, sus sentidos...) se adaptaría a la estructura de lo que está por conocer, del
objeto.

Tenemos que desterrar ya las dos siguientes ideas: en primer lugar, que no existe
independencia entre el sujeto y el objeto, entre el conocimiento y la realidad. En
segundo lugar, que las características de la realidad, las características o atributos de los
objetos, no tienen existencia real, independiente o separada de las características con las
que el sujeto las conoce.

Posibles relaciones entre apariencia y realidad

Problema número 1: ¿Cómo percibimos la realidad? directamente realismo directo a


través de las representaciones realismo indirecto.

Realismo indirecto como teoría correcta En primer lugar: ¿cómo percibimos la


realidad? La creencia ingenua de que los seres humanos percibimos la realidad de forma
directa, es la postura filosófica que se denomina realismo directo. La postura correcta es
la que sostiene que los seres humanos percibimos la realidad a través de nuestras
representaciones mentales. Este punto de vista se conoce con el nombre de realismo
indirecto. Conocemos la realidad de forma indirecta, a través de las representaciones
mentales que aparecen en nuestro cerebro.

Problema número 2: ¿Son las representaciones mentales copia de la realidad?


sí realismo ingenuo no (si bien la realidad existe objetivamente) realismo crítico (y por
tanto la realidad solo existe subjetivamente) Idealismo.

Realismo crítico o idealismo como posibles soluciones. Asumiendo el punto de vista


anterior como verdadero, la pregunta entonces pasa a ser diferente: ¿son las
representaciones mentales copia fiel de la realidad? El realismo ingenuo diría que sí: la
realidad es exactamente aquello que muestran mis representaciones mentales. La
postura correcta es más bien la contraria. Mis representaciones mentales no son una
copia de la realidad, sino que de alguna forma la interpretan o la reconstruyen en mi
mente.

Las cosas y la realidad no existen de forma objetiva e independiente, sino de forma


subjetiva. Sin percepción humana no hay realidad ni existencia objetiva de las cosas.
Esta postura se conoce con el nombre de idealismo filosófico. Uno de sus defensores
fue un religioso irlandés llamado Berkeley, que afirmó explícitamente que, puesto que “
esse est percipi ”, la existencia de las cosas de forma permanente, al margen de nuestra
percepción, no podía ser afirmada, o bien era una prueba indirecta de la existencia de un
Dios creador del universo que lo mantenía en la existencia (las cosas no existirían por sí
mismas, sino por la gracia de Dios).
El problema de la verdad: escepticismo, relativismo y dogmatismo.

Aristóteles. Su definición de verdad es aparentemente muy sencilla: “verdad consiste en


decir de lo que es, que es, y de lo que no es, que no es”. (A este concepto de verdad
también se le llama “teoría de la verdad”)

En primer lugar: la verdad es una propiedad del lenguaje. No es una propiedad de las
cosas o de la realidad. Sólo pueden ser verdaderas las expresiones de nuestro lenguaje.

En segundo lugar: la verdad establece una correspondencia o una correlación; entre los
objetos y el lenguaje con que los describimos: “decir de lo que es (realidad), que es
(lenguaje); de lo que no es (realidad), que no es (lenguaje)”.

En tercer lugar, el concepto de verdad hace suponer que debemos tener algún criterio
para demostrar que podemos conocer las cosas tal y como son en sí mismas en nuestra
mente; y que podemos traducir los contenidos de nuestra mente a nuestro lenguaje con
total precisión y exactitud.

El escepticismo es la postura filosófica que niega que los seres humanos podamos
alcanzar un conocimiento verdadero y seguro de las cosas. Vistas las limitaciones del
aparato perceptivo de los seres humanos, y su relación tan extraña con los objetos de la
realidad exterior, es imposible plantearse el ideal de un verdadero conocimiento de las
cosas. Nuestro conocimiento es, en el fondo, inútil, porque no es capaz de llegar a la
verdad en sí misma.

La postura del escepticismo es difícil de cuestionar, pero tiene una enorme debilidad. El
escéptico sostiene que la verdad no puede ser alcanzada o al menos, ni siquiera
expresada. Pero sin embargo, afirma que una cosa sí es verdad: que la verdad no se
puede conseguir. (Es decir, no podemos alcanzar ningún conocimiento seguro, excepto
el del punto de vista escéptico).

El relativismo es, en realidad, una consecuencia del escepticismo. Si el conocimiento


verdadero y exacto no es seguro, verdad será todo aquello que le parezca al sujeto que
conoce que es verdad. Por lo tanto, la verdad cambiará según el sujeto (o el tipo de
animal), el grupo social, la época histórica, el estado etílico, la capacidad mental, el
principio químico activo que opera en nuestro cerebro, etc. No habrá una verdad única,
sino multitud de verdades, que dependerán de todas esas circunstancias, que serán
relativas. El relativismo es una postura contraria al pensamiento crítico, porque impide a
la humanidad avanzar y resolver sus problemas de forma racional. La postura más
razonable y que en principio es la normal para los seres humanos, es la del dogmatismo.

El dogmatismo es, en realidad, un realismo: la verdad existe, los seres humanos


podemos conocer la verdad y los seres humanos podemos expresar y comunicar esa
verdad. El dogmatismo ha de ser, en principio, un realismo crítico: que la verdad exista,
no quiere decir que estemos en posesión de ella. Una persona dogmática es una persona
fanática, una persona acrítica, una persona que se cree en posesión de la verdad
absoluta, una persona que jamás se cuestiona sus conocimientos o creencias.
Ontología y Metafísica

“Ontología” y “metafísica” son dos conceptos filosóficos que se encuentran


relacionados con el de “epistemología”.

Metafísica significa, literalmente, en griego, “lo que está más allá de la física”. En otras
palabras, lo que está más allá del mundo físico y del mundo material. O también: la
estructura de lo real, o la estructura y el fundamento de todo lo que existe. Pero si algo
está más allá del mundo físico y del mundo material, su conocimiento directo para
nosotros es imposible. Sin embargo, si podemos hacer suposiciones y reflexiones acerca
de ello.

De hecho, las discusiones epistemológicas llevan directamente a problemas clásicos de


la metafísica. ¿El mundo real existe como tal o soy yo quien le da existencia? ¿Existe
realmente la verdad? ¿Es la realidad cognoscible? ¿La realidad es accesible al
conocimiento racional? etc, Todos estos y muchos más son problemas epistemológicos
que derivan en problemas metafísicos. Lo que interesa destacar especialmente es lo
siguiente: todas las personas tenemos creencias de tipo metafísico de un tipo u otro
relativas a todas las cuestiones anteriores (las creencias religiosas, al igual que las
agnósticas, son un subconjunto de las creencias metafísicas).

A veces, la rama de la metafísica que estudia la estructura de lo real recibe el nombre de


ontología (del griego ons, -ontos, que significa “lo que es o existe”). Así la ontología de
un realista es materialista, puesto que cree que lo real es fundamentalmente material. La
ontología de un idealista sería diferente, puesto que cree que lo material sólo existe
como concepto y representación de mi mente, y por lo tanto tiene carácter conceptual.

Empirismo y Racionalismo
Otra pregunta epistemológica clásica que se han hecho los filósofos acerca del
mecanismo psicológico de conocimiento humano, ha sido siempre la siguiente: ¿dónde
está el origen y fundamento del conocimiento humano? Las respuestas posibles a esta
pregunta han sido, históricamente, dos: el origen y fundamento del conocimiento
humano está dentro de la razón, la mente o el cerebro humano, o bien el origen y
fundamento del conocimiento humano no está en la razón, la mente o el cerebro
humano, sino en la experiencia externa a ella. La primera postura es la del racionalismo
o innatismo, y la segunda la del empirismo.

Se les denomina así, porque hubo dos corrientes de pensamiento filosófico a lo largo de
los siglos XVII y XVIII que mantuvieron esas dos diferentes posturas y eran llamados,
respectivamente, racionalistas y empiristas. Los racionalistas más importantes fueron
Descartes, Leibniz y Espinosa, y los empiristas más importantes Locke y Hume.
Porque en realidad, la teoría racionalista dice: el origen del conocimiento humano está
en la mente humana, que es quien lo determina y construye. Y la teoría empirista dice:
el origen del conocimiento humano está todo en la experiencia externa a la propia mente
humana, y es esta experiencia externa quien la determina y la construye.

El Empirismo y sus razones

Las razones del empirismo parecen sencillas y fáciles de entender, sobre todo ahora que
ya conocemos que el conocimiento humano proviene única y exclusivamente de la
experiencia externa a la mente. La experiencia es más compleja de lo que parece, no se
limita a percibir datos de los sentidos externos. Puede recibir datos del interior del
propio cuerpo, y puede incluso percibir las propias operaciones de la mente.

Un empirista afirmaría: La mente humana construye la capacidad de abstraer


percepciones semejantes y formar conceptos e imágenes mentales a partir de ellas, a
base de percibir, una y otra vez, percepciones que son semejantes.

Un racionalista diría, en cambio: La mente humana nace con la capacidad innata de


abstraer percepciones semejantes y formar conceptos e imágenes mentales a partir de
ellas, a base de percibir, una y otra vez, percepciones que son semejante. El problema al
que se tiene que enfrentar el empirismo, es el siguiente: ¿Cómo se las arregla la mente
para formar todas las enormes capacidades y potencialidades cognoscitivas que tiene
dentro naciendo totalmente vacía de contenidos y de estructuras configuradas, tal y
como afirman los empiristas?

Veamos dos principios que cumplen difícil y dudosamente el requisito de provenir de


la experiencia. Estos dos principios son por una parte el principio de no contradicción,
que es un principio básico de la estructura de nuestra forma de razonar y dice: “es
imposible para una misma cosa, tener y no tener a la vez una misma cualidad”. El otro
principio es el llamado de razón suficiente, que lo que dice es que “para cada efecto ha
de haber una causa, y para cada causa ha de haber un efecto”. ¿Cómo adquirimos estos
conocimientos, que parece que todos tenemos?

El Racionalismo y sus razones

En nuestra mente, nuestro propio cerebro es donde reside el fundamento y origen del
conocimiento humano, su estructuración y su forma (aunque, efectivamente, algunos de
sus contenidos y datos, provengan de la experiencia; pero la razón humana ya los
predetermina).

La experiencia proporciona contenidos y datos sensibles a la razón humana, y puede


llegar, como mucho, a dar el material del otro tipo de verdades: las verdades empíricas o
contingentes, de experiencia, sintéticas, no necesarias, o contingentes. Las verdades
empíricas o contingentes: son aquellas verdades cuya verdad no es necesaria, porque es
perfectamente posible imaginarse su falsedad.
La Lógica, la Razón y la Dialéctica

Qué es la Lógica:

Lógica es una ciencia formal que estudia la estructura o formas del pensamiento
humano (como proposiciones, conceptos y razonamientos) para establecer leyes y
principios válidos para obtener criterios de verdad. La Lógica es una rama de la
Filosofía, surgida desde el siglo VI a C. Tiene su origen en la palabra
griega "Logos" que significa "discurso", "palabra" "orden".

La Lógica Material es el orden ya establecido del universo, y se manifiesta en los


hechos. Y la Lógica Formal busca las formas del pensar correcto, coherente y
argumentado, pues busca evitar el error; su ámbito de estudio es el razonamiento.

Lógica filosófica

Se suele considerar que la lógica forma parte de la Filosofía, aunque la lógica, como tal,
se aplica en diversas áreas y actividades del ser humano. La lógica filosófica utiliza
cuatro principios fundamentales que establecen los procesos de pensamiento correcto.
Estos principios son el principio de identidad, el principio de no contradicción, el
principio de tercero excluido y el principio de razón suficiente.

-Identidad: A largo de un discurso una palabra o término debe referirse a una clase de
objetos determinada y no cambiar, a menos que se anuncie o de noticia de ello.

- No contradicción: Es inválido que una palabra o término refiera a dos o más clases de
objetos a la vez.

-Tercero excluido: Una palabra o término no puede referir a dos o más clases de
objetos distintos para hacer referencia una tercera clase, resultado de esa primera
referencia cruzada.

- Razón suficiente: Toda proposición debe tener una razón o una causa que lo explique,
sustente y justifique.

"La lógica está presente en todo momento en la vida cotidiana. En la resolución de


problemas o búsqueda de soluciones la lógica se encuentra inmersa al generar
argumentos y explicar. Sin embargo, no hay que confundirlos con las deducciones o
suposiciones, en las que sólo se menciona una probabilidad de lo que pudo suceder,
pero algunas veces se deduce de manera irracional o incoherente y por lo tanto, no es un
pensamiento lógico. Cabe recordar que un pensamiento lógico es coherente, ordenado.
La razón

Desde la perspectiva de la filosofía, la razón es la habilidad en virtud de la cual el


hombre no sólo logra reconocer conceptos sino también cuestionarlos. De esta forma,
consigue establecer su coherencia o contradicción y puede inducir o deducir otros
diferentes a los que ya conoce. Por otra parte, pueden mencionarse dos grandes tipos de
razonamiento: el deductivo (opción que considera que la conclusión está implícita en
las premisas) y el inductivo (variante que obtiene conclusiones generales de algo
particular).

La razón es la facultad del hombre que lo hace diferente, lo distingue y lo destaca de


otras especies. Ha sido definida frecuentemente como la capacidad de llegar a conocer
lo universal, el mundo de las ideas, de las esencias y de los valores.

Para muchos autores, la razón tiene dos significados básicos:

1) es una facultad, la razón es la capacidad activa o pasiva, o también puede ser


entendida como actividad intuitiva o discursiva.

2) es un principio de explicación de la realidad, puede ser razón de ser, razón de


acontecer y razón de obrar.

En la filosofía griega la idea de razón aparece como la acción de pensar orientada hacia
la sabiduría, con el fin de entender las cosas y poder actuar en forma justa; o bien se
presenta como la facultad pensante que posee el que es inteligente y que actúa en
consecuencia.

La idea de razón en el pensamiento moderno, en gran parte rompe esta dicotomía,


cobrando la razón completa autonomía. La razón ya no se compara, contrasta ni se
opone a la fe, ni a la autoridad, sino a otros elementos, como por ejemplo, a la
experiencia. Lo que importa en la filosofía moderna es la posibilidad del conocimiento
de lo real y que la realidad sea racional; pero no toda la filosofía moderna estuvo
dominada por lo racional.

Dialéctica

Etimológicamente significa “arte de conversar, intercambio, y discurso. En el mundo


griego la dialéctica era el arte de discutir y se oponía a la “retórica” o arte que enseñaba
a hablar bien ante un auditorio. En este primer momento la dialéctica se situaba en
el nivel del discurso:

Sócrates practicaba el arte de la dialéctica (el diálogo) con sus discípulos para ayudarles
a alcanzar las esencias de las cosas.

Platón se identifica con la filosofía misma, y es el método para el conocimiento de las


Ideas y el descubrimiento de la Idea de Bien como fundamento de la totalidad de la
realidad.
Kant también se sitúa en el nivel del discurso, aunque para referirse propiamente a
aquellas argumentaciones que parecían ser verdaderas sin serlo realmente.

Hegel el concepto “dialéctica” adquiere un significado más rico e importante. La


dialéctica sigue siendo un peculiar movimiento de la razón, pero, dado que la realidad
es racional, también un peculiar modo de desenvolverse la realidad.

Marx toma el concepto de dialéctica de Hegel pero elimina toda la interpretación


religiosa o teológica, considerando que el movimiento descrito por la dialéctica tiene
como sujeto el mundo de la naturaleza y de la historia, el mundo finito.

Podemos caracterizar la dialéctica como la teoría que acepta:

1) El cambio: la realidad está sometida al devenir y la historia, por lo que quien no sea
capaz de captar un objeto en términos de su construcción histórica, de su formarse a
través del tiempo, no comprenderá bien dicho objeto.

2) La contradicción: el cambio tiene su origen en la existencia de contradicciones en el


seno mismo de las cosas; la realidad es el ámbito en donde se da el conflicto, el
enfrentamiento, y ello tanto en la Naturaleza como en el mundo humano o historia
propiamente dicha.

3) Racionalidad del cambio: el cambio sigue una ley, una racionalidad; hay un orden
racional en el desenvolvimiento de la realidad. El esquema más abstracto de todo
cambio es el de tesis, antítesis y síntesis:

 tesis: o momento de afirmación de una realidad.


 antítesis: o momento de negación de la realidad anterior.
 síntesis: o momento de integración de las dos realidades contradictorias
anteriores.

4) Interpretación no fragmentaria de la realidad: las cosas son lo que son en la


medida en que forman parte de las relaciones con el todo.

¿Qué relación existe entre la Filosofía y las Matemáticas?

Filosofía y matemáticas: Una relación estrecha. A los filósofos siempre les han
interesado las matemáticas y éstas han ocupado un lugar importante en diversas
explicaciones filosóficas. Una de estas doctrinas, impresionada por el rigor y la
exactitud de las matemáticas, es el RACIONALISMO que, en términos generales,
intenta extender la metodología de las matemáticas a todo el conocimiento.
¿Qué relación existe entre la Filosofía y las Matemáticas?
Las Matemáticas se relacionan con disciplinas filosóficas como Epistemología
Metafísica-Lógica-Ciencias cognitivas. La Filosofía se relaciona con cuestiones
matemáticas de: Lógica-Teoría de conjuntos -Teoría de categorías-Computabilidad-
Análisis y geometría.

Razones para la relación entre Filosofía y Matemáticas

1) Ambas disciplinas fueron algunos de los primeros intentos intelectuales por entender
el mundo y tuvieron un gran desarrollo en Grecia.
2) Las Matemáticas son un importante caso de estudio para el filósofo en cuestiones
epistémicas, ontológicas, semánticas y lógicas. Por ejemplo, en problemas de referencia
y cuestiones de normatividad.
3) Las Matemáticas han ocupado un papel central en casi todos los esfuerzos científicos
por entender el mundo material. Esto conduce al problema filosófico de si las
Matemáticas son en sí mismas una actividad de conocimiento o si son sólo una
herramienta.

Axiomas

Un axioma es una proposición que se considera evidente y se acepta sin requerir


demostración previa. En un sistema hipotético-deductivo es toda proposición no
deducida (de otras), sino que constituye una regla general de pensamiento lógico (por
oposición a los postulados). En lógica y matemáticas, un axioma es una premisa que,
por considerarse evidente, se acepta sin demostración, como punto de partida para
demostrar otras fórmulas. Tradicionalmente los axiomas se eligen de las consideradas
«afirmaciones evidentes», porque permiten deducir las demás fórmulas. En lógica un
postulado es una proposición no necesariamente evidente: una fórmula bien formada
(planteada) de un lenguaje formal utilizada en una deducción para llegar a una
conclusión

También podría gustarte