Está en la página 1de 7

La relación del docente

con el currículo
Aportes para la discusión
Cristina Ravazzani | Lic. en Ciencias de la Educación. Máster en Educación.

Delimitación del tema didáctica a la tarea educativa» (1995:47). Se


El objetivo de este artículo es presentar dos propone como un orientador del trabajo peda-
posiciones antagónicas de la didáctica que permi- gógico, pero ese rol se concibe de manera di-
ten, desde distintas visiones -la instrumental, por ferente, según este autor. Puede ser una norma
un lado, y el posicionamiento crítico, por otro-, prescriptiva, que garantiza su cumplimiento
debatir acerca del papel del docente frente al pro- en todas las instituciones al mismo ritmo y de
grama escolar. Elegimos esas dos posturas por- la misma manera; entonces la formulación del
que nos brindan miradas que se contraponen y, programa presenta generalizaciones que no
de esta manera, apelamos a una forma dialéctica atienden a las diferencias institucionales deriva-
de análisis del discurso y la práctica educativa. das de la diversidad contextual. También pue-
Para justificar nuestra opción por la didáctica de visualizarse como grandes líneas de acción
seguimos la línea argumental de Litwin (1997), que habilitan a las instituciones y sus docentes
quien sostiene que la didáctica es la disciplina a proyectos específicos que permiten una cons-
que da fundamento teórico a las prácticas de la trucción curricular. Esto significa que se habilita
enseñanza, significadas en los contextos socio- una interpretación de la norma programática por
históricos en que se inscriben. Según esta con- parte de la institución y sus docentes.
cepción, el docente estructura el campo de las Ambas posturas igualmente no implican al
prácticas de la enseñanza a partir de su ideología, docente en la selección de contenidos, ya que
que se construye a través de su historia personal, estos se presentan en un documento, en el que
sus preocupaciones, puntos de vista, perspectivas también aparecen los objetivos generales y es-
y también limitaciones, y se significan en los dis- pecíficos para la totalidad de los procesos de
tintos contextos de aplicación (Litwin, 1997). Por enseñanza y de aprendizaje, según sea el grado
tanto, siguiendo su línea argumental, hay buena de tecnicismo adoptado; también habrá linea-
enseñanza cuando se contextualiza la práctica mientos para procedimientos, materiales, re-
en el marco de las relaciones sociales propias de cursos, bibliografía. En ambos casos, pues, «el
cada momento histórico y cada sociedad. programa representa el conjunto de contenidos
Por programa escolar entendemos un docu- que deben ser abordados en un curso escolar»
mento oficial que establece los contenidos de (Díaz Barriga, 1995:45). Sostiene, además, que
aprendizaje que deben trabajarse en los diferen- lo curricular implica la búsqueda de un conteni-
tes cursos, que determina el plan de estudios co- do a enseñar, y lo didáctico entraña la búsqueda
rrespondiente a los distintos niveles del sistema de una situación global donde enseñar al mismo
educativo de una nación. Según Díaz Barriga, (Díaz Barriga, 1984). Los aportes a la reflexión
«los planes y programas de estudio funcio- que queremos desarrollar se construyen en el
nan como un ordenador institucional, aspecto entramado de esta relación que propone el autor
que dificulta la incorporación de la dimensión de referencia.

6 / QUEHACER EDUCATIVO / Febrero 2009


Situación problemática que incide Por tanto, no podemos dejar de soslayar, aun-
en la educación que sea sintéticamente, una de las característi-
El siglo XXI siempre implicó, para los edu- cas que atraviesa a la sociedad de nuestro tiem-
cadores, un desafío más que nada justificado en po, es decir, lo que muchos autores consultados
la incertidumbre respecto a los cambios que se encuentran como el denominador común que se
avizoraban a nivel de sociedad, de cultura, de maneja desde diversas áreas, el fenómeno de la
política, provenientes del impacto de las nuevas “globalización”; el mismo tiene interpretacio-
concepciones económicas y científico-tecno- nes diversas. En general refiere a la posibilidad
lógicas. Estos cambios llegaron, se instalaron, de intercomunicación entre las diversas partes
actualizándose según el tiempo histórico que del planeta, a través de los avances tecnológicos
oficia como referente. Dichos cambios trajeron que han revolucionado los sistemas de comuni-
aparejados problemas que tienen incidencia en cación. Otros opinan que el fenómeno no es glo-
la lógica educativa aceptada e instituida por la bal, porque no afecta de la misma manera a la
sociedad. Los sistemas educativos se enfrentan totalidad de los seres humanos. En los hechos,
así a desafíos muy potentes, dado que la educa- este término tan manejado, aplicable fundamen-
ción no responde al pasado, aunque la “función talmente a la actividad económica y política,
simbólica” de las tradiciones esté siempre pre- no implica una mejora en la calidad de vida y
sente en el discurso, asegurando así la continui- de la educación de todos los seres que habitan
dad cultural (Fattore, 2007). La finalidad de la la “aldea global”, sino que generalmente esta
educación es atender al futuro a través de las globalización se desarrolla en forma paralela a
acciones presentes. cambios en las sociedades, que han implicado
En la actualidad, la educación atraviesa una pobreza, marginación, analfabetismo, desnutri-
intensa y larga crisis que se ha tratado de aba- ción, entre otros. Todo esto puede resumirse en
tir desde distintos lugares, pero sin resultados cambios socioculturales estructurales y profun-
positivos contundentes. La incertidumbre, las dos, que afectan a la escuela actual.
interrogantes, las dudas, el traspaso de culpas La sociedad globalizada para algunos, par-
de unas estructuras a otras, el papel de la escue- cialmente globalizada o desglobalizada para
la, el malestar docente, son algunas de las im- otros, ¿qué problemas le ha ocasionado al do-
prontas que están en examen permanentemen- cente? Uno de los más importantes es la dificul-
te, agudizándose a medida que pasa el tiempo. tad para el acceso al conocimiento de gran parte
Frente a esta situación, desde distintos lugares de la población, a pesar de vivir dentro de la
estratégicos y con buenas intenciones, se trata “sociedad del conocimiento” (Drucker, 1999).
de redefinir los objetivos y los cometidos de la Este concepto implicaría a un tipo de sociedad
educación, atendiendo a ella como institución que tiene capacidad para elaborar, incorporar y
que da sentido y razón a la sociedad actual. utilizar el conocimiento, para responder a las

Febrero 2009 / QUEHACER EDUCATIVO / 7


necesidades de desarrollo social. Sin embargo, asumir, desde la visión global de la sociedad
en las últimas décadas aparecieron grandes sec- que le propone un programa oficial. Sin embar-
tores de población que traspasaron los límites go, el sistema educativo admite la existencia
de la pobreza y la marginación, generando si- de diferencias socioculturales cuando deter-
tuaciones críticas respecto al papel de la escue- mina bloques diferentes de escuela, basándose
la, y del docente en particular, en cuanto a la más que nada en el contexto sociocultural de
adquisición de conocimiento genuino en esos inserción de la misma; pero no introduce ca-
sectores. tegorías de análisis diferentes a las tradiciona-
La escuela, pensada para un importante les para integrar las diferencias. Por ejemplo,
número de personas de las capas medias de la pensar en la posibilidad de un desarrollo cu-
sociedad, se encuentra con que la mayor masa rricular adecuado a la institución educativa y
de población escolar vive situaciones culturales su contexto, es decir, a una interpretación de
diferentes no solo respecto a los sectores de in- la norma programática oficial no para restar
gresos económicos medios o medios altos, sino conocimiento, sino para aumentar, fundamen-
también diferentes a los valores sostenidos por talmente, en calidad.
la institución escolar, visualizada como repre- El hecho es que los contenidos en el aula, su
sentante de “la cultura”, desconociendo o sub- presentación, articulación y distribución presen-
valorando la existencia de otros valores cultura- tan dificultades de diversa índole para el docente.
les que habitan la misma sociedad. Por tanto, un problema fundamental es asumir la
Esas diferencias son parte del problema cu- disparidad sociocultural y sus derivaciones para
rricular y determinan dilemas para el docente la enseñanza, en lo que respecta a la selección
cuando se enfrenta a los problemas sociales y de conocimientos y su transposición; y esto últi-
culturales que enmarcan su labor didáctica de mo introduce una nueva dimensión al problema
transposición del conocimiento. La pregunta curricular: ¿cuál es la autonomía que tiene el
que abre entonces estas reflexiones es: ¿de qué docente frente a la norma programática?
manera se relaciona el docente con el progra-
ma escolar, para mediar frente a los actuales Didáctica instrumental
problemas de la sociedad? La escuela tecnocrática, en la cual pueden
Conviene recordar que la pregunta refiere a enmarcarse la didáctica instrumental y la vi-
un problema teórico, que debiera debatirse desde sión tecnicista del programa escolar, se funda-
las distintas disciplinas que abordan a la educa- menta en los principios de eficiencia y eficacia,
ción como objeto de estudio. Nosotros elegimos sin analizar las implicaciones que estos princi-
una de ellas, la didáctica, como disciplina teórica pios traen aparejadas a la hora de hacer efec-
que tiene su mayor preocupación en la práctica tiva la enseñanza. Es así que, en esta visión,
docente, pero sabemos que no es la única que el currículo no solo es la norma, sino que la
admite esta discusión; de hecho, lo pedagógico misma asume la característica de prescriptiva,
se encuentra muy intricado en este debate, como en cuanto que su cumplimiento abre muy po-
veremos más adelante. Son, entonces, problemas cas posibilidades de adecuación o sustitución
teóricos que generan dificultades para la prácti- de los contenidos. Esta significación parte de
ca, y es por eso que importa el papel del docente una visión conductista de la enseñanza y el
en este entramado; pues, si bien el dilema admite aprendizaje, que hace que haya una dependen-
distintas visiones según diferentes paradigmas, cia causal entre ellos, y que la eficiencia y la
no admite una única interpretación combinando eficacia se midan a través del producto y no del
diferentes paradigmas. proceso. Eso trae como consecuencia algunos
En resumen, las dificultades de acceso al problemas como son la ausencia de diálogo o
conocimiento de una gran masa de población la falta de autonomía docente. Esta “prescrip-
escolar, se vinculan directamente con la ense- ción curricular” acarrea también problemas
ñanza, ya que el conocimiento, su distribución que hacen al denominado malestar docente,
y transposición están imbricados con la fun- pues provoca una visión muy simplificada de
ción docente en la medida en que le plantea la realidad que presentan las diferencias con-
incertidumbre y, a la vez, desafíos difíciles de textuales para la enseñanza.

8 / QUEHACER EDUCATIVO / Febrero 2009


Para Díaz Barriga (1995), esta escuela con- varias décadas (Litwin, 1997). Todo ese nuevo
cibe al docente como ingeniero conductual del conocimiento en sí mismo, es crítico respecto a
que se requiere dominio del modelo, más que la didáctica tradicional, pero no es la única in-
de la disciplina o campo de conocimiento en terpretación de didáctica crítica.
torno del cual trabaja, y del cual es mediador
central en los procesos de apropiación por par- Otra conceptualización de “crítica” provie-
te del alumno. De ahí proviene una visión muy ne del campo filosófico, en concreto de la co-
acotada de la didáctica como un modelo de rriente crítica del conocimiento que, a partir de
instrucción basado en técnicas que, a través de supuestos kantianos, impulsa el surgimiento de
“pasos” y “modelos” pensados externamente al la ciencia social crítica a través de la Escuela
docente, le permiten obtener “buenos productos de Frankfurt (décadas 60-70). Este movimiento
de aprendizaje”. impregna las ciencias sociales para cuestionar

La relación del docente con el currículo


La decisión del docente y su aporte al pro- y reflexionar acerca de los supuestos subya-
grama tienen escaso valor, pues son formas centes en el conocimiento social y apuesta a la
curriculares que traen una cobertura total de transformación de la sociedad a través del poder
su acción, presentándoles no solo contenidos, emancipador del conocimiento.
sino procedimientos, instrumentos, materiales a La Escuela de Frankfurt y sus distintas ge-
utilizar para cada contenido, apelando así a la neraciones abrevaron en discusiones filosóficas
aplicación uniforme de la norma. La idea que acerca de la construcción de una teoría social,
enmarca esta visión es que el docente aplique política y crítica. Algunos de sus representan-
una única interpretación del programa. tes son Horkheimer, Adorno, Marcuse y Haber-
Dos de las principales críticas que pueden mas. En líneas muy generales, estos filósofos
hacerse a esta visión de la realidad son, en pri- se caracterizaron por criticar los procesos tradi-
mer término, el alejamiento de la vida cotidiana cionales de la sociedad en cuanto a su posibili-
del aula y, en segundo lugar, el desconocimien- dad de tomar decisiones colectivas, y es desde
to del saber práctico del docente, construido en ese lugar que postulan la idea de “la partici-
su accionar, y que puede derivar en proyectos pación” de los distintos grupos comunitarios
curriculares intelectualmente creativos y cons- en las decisiones de nivel público. Habermas
tructores de escuelas democráticas. presenta diferencias con sus maestros, y pro-
pone su propia visión de crítica a la sociedad,
Didáctica crítica a través de su teoría de la acción comunicativa.
Esta visión no resulta fácil de resumir en po- Define a la misma como una interacción me-
cos párrafos, ya que el término crítico aplicado diada por símbolos, donde dicha acción tiene
a la didáctica tiene varias interpretaciones y nos como núcleo fundamental las normas o reglas
proponemos presentar las más representativas obligatorias de acción, que definen formas recí-
desde nuestro posicionamiento, aclarando que procas de conducta que se entienden y recono-
no son las únicas. cen intersubjetivamente (Habermas, 1989). Si
Por un lado se puede hacer mención a las bien no hay unidad de criterio entre todos los
producciones teóricas que avanzaron en la de- representantes de la Escuela de Frankfurt, po-
construcción de la racionalidad instrumental en demos decir que la conformación de una teoría
los estudios sobre la enseñanza, posibilitando la crítica de la sociedad es lo que los convoca.
redefinición del objeto de estudio de la didáctica En este paradigma se encuentra la pedago-
e incorporando otros estudios que determinan el gía crítica y, en ese sentido, nosotros nos atre-
estatus epistemológico de esta disciplina (Lit- vemos a vincular a la didáctica con esta visión,
win, 1997). En ese sentido, en los últimos años fundamentalmente porque ambas comparten,
se ha realizado un relevamiento crítico de sus aunque desde diversos ángulos, el campo de la
contenidos y procedimientos, habilitando a la enseñanza. Consideran al currículo oficial como
investigación didáctica a irrumpir con fuerza en un instrumento de reproducción de los mode-
los problemas de la enseñanza, su contenido y los de relación y poder, que sirve para mante-
el método, separándose así del enfoque tecni- ner las desigualdades existentes en la sociedad.
cista que impregnó la visión de la disciplina por Su papel es ideológico. De ahí la importancia

Febrero 2009 / QUEHACER EDUCATIVO / 9


que le otorgan al currículo oculto. Proponen un relación muy estrecha y hasta dependiente del
currículo “contextualizado, negociado o pacta- contexto histórico, político, económico y, fun-
do” entre los implicados en la docencia, cuya damentalmente, social. Su principal función
función principal sea contribuir a la liberación es la comprensión de los procesos sociales del
y la emancipación. El docente es considerado contexto y su posibilidad de transformación, lo
como un intelectual crítico, transformativo y que influye en la propuesta educativa y, enton-
reflexivo, agente de cambio social y político ces, el desarrollo curricular docente cumple un
(Henry Giroux, 1990) y de ahí su compromiso rol fundamental.
con lo curricular. La adquisición de «facultades El papel del docente en las posiciones crí-
críticas pedagógicas va necesariamente acom- ticas de la didáctica puede considerarse como
pañada de la transformación social y política» el de un intelectual crítico que, autónomamen-
(Giroux, 1993:305). te, piensa el problema, elabora situaciones para
enfrentarlo y, fundamentalmente, está abierto a
La tercera interpretación es la que se co- la discusión de propuestas a todos los niveles.
noce como “didáctica crítica”; esta denomina- La idea que subyace, pues, es la de la partici-
ción refiere a una particular línea de trabajo en pación activa del docente en aspectos clave del
la didáctica latinoamericana (Pansza Gonzá- desarrollo curricular. Desde esta perspectiva, y
lez, 2001). Plantea los procesos de enseñanza llevado esto al plano de la relación curricular, el
como “acción comunicativa” entre docente y docente reflexiona sobre la norma programática
alumno, y visualiza la práctica del docente con atendiendo al contexto situacional, y su autono-
la capacidad suficiente para significar el con- mía se reflejará en las estrategias que elabore
texto que la rodea, desentrañar su ideología y en la transposición del conocimiento, con la fi-
actuar, entonces, en forma cuestionadora. Su nalidad de atender la problemática de aula con
finalidad es tender puentes a la comprensión de miras a transformar esa situación de desigual-
las situaciones de injusticia social que rodean dad que, en el caso que venimos desarrollando,
al alumno y, a partir de ello, propone la autono- será en lo que hace a las dificultades de acceso
mía personal de los educandos como una for- al conocimiento.
ma de procurar acciones educativas que sean El cuestionamiento acá pasa por admitir, en
transformadoras del individuo y de la socie- primer lugar, que esta postura educativa exige
dad. Pansza González (2001) dice, en relación una preparación académica y filosófica muy
a esto, que la educación escolarizada puede ser profunda, que otorgue al docente la respon-
vivida como una instancia enajenante que nos sabilidad profesional que emerge de la propia
integre acríticamente a un sistema, o como una postura intelectualmente crítica, para no caer en
instancia liberadora. Se puede pensar, enton- “facilismos” o en inacción docente. En segun-
ces, en transformaciones desde el interior de la do término, la autonomía que se propone puede
práctica educativa, como preocupación de una llegar a ser una ilusión, si el cuestionamiento
didáctica que aborda críticamente el problema y la problematización que refieren al desarrollo
de la enseñanza y el aprendizaje. curricular no incursionan profundamente en la
En síntesis, el movimiento latinoamericano realidad social y el fundamento ideológico, que
de “didáctica crítica” comparte algunas de las sustentan las políticas educativas.
concepciones de la teoría social crítica, en el
sentido de que atiende el análisis de la práctica Aportes a la reflexión final
docente y su contexto, así como las concepcio- Hasta aquí hemos tratado de exponer sintéti-
nes sociales que implica el proceso de enseñan- camente las características de una u otra visión
za y la ideología de los conocimientos que están de la relación del docente con el currículo, me-
insertos en los contenidos. Apela a un docente diada por la concepción didáctica que se tenga.
cuestionador de su práctica y, en ese sentido, Ahora trataremos de presentar algunos puntos
el salón de clases es una instancia de análisis de inflexión, con el objetivo de contribuir a la
y crítica. El currículo es para ellos “currículo reflexión crítica.
sociocrítico”, lo que implica que el mismo es El conocimiento situacional acerca de la
una construcción social y, como tal, guarda una educación ha avanzado en el sentido de que se

10 / QUEHACER EDUCATIVO / Febrero 2009


ha detectado muy bien quiénes son los margi- luego, si ese es el conocimiento conceptual y
nados de la educación, aunque no siempre con metodológico que permitiría a esas grandes ma-
exactitud, es decir, se profundizan los estudios sas de población ser incluidas socialmente, apa-
de los marginados de la educación que son “po- reciendo así la dimensión ética de la educación
bres”, no otros tipos de marginación. Igualmen- como un tema a considerar.
te, ello es un avance que ha permitido que se Al respecto, Henry Giroux (1993:303) plan-
creen denominaciones y acciones educativas, tea que «cuando las comunidades son ignora-
pero muy poco de todo ese conocimiento ha das por parte de los maestros, los alumnos se
cambiado “las formas” de la enseñanza y, me- ven atrapados en instituciones que no solo les
nos aún, el pensamiento de los que desde diver- niegan su voz, sino que también los privan de
sas posiciones estratégicas tienen ingerencia en una comprensión relacional o contextual del
la educación. No se han podido aún cuestionar modo en que los conocimientos que adquieren

La relación del docente con el currículo


las actuales formas de docencia ligadas a la tra- en el aula se pueden emplear para influir en la
dición, que hacen que la permanencia del pasa- esfera pública y transformarla».
do como modelo se instale en el presente y, me-
nos aún, admitir las diferencias, como parte del Por otro lado, la pedagogía crítica destaca
problema de la transposición del conocimiento fuertemente la participación docente. En este
y el desarrollo curricular. sentido conviene aclarar que la participación
puede enmarcarse en una decisión vertical, so-
Por un lado, la didáctica instrumental apues- licitada desde estructuras superiores en la línea
ta al logro de algunos productos considerados jerárquica, y ello más que participación puede
“básicos” para la sociedad y es en ese sentido denominarse “consulta”, la misma no presenta
que aboga por la prescripción; fundamental- el mismo grado de compromiso que cuando la
mente, la buena intención es no abandonar a los participación se da horizontalmente; ahí pasa a
que se encuentran en situaciones vulnerables, ser una decisión profesional que cambia las re-
pero puede ser un camino sin el retorno espera- glas formales, implica para el docente un gran
do si no se abre un espacio de comunicación y compromiso intelectual y ético. Es difícil de ar-
análisis, que permita desentrañar los supuestos ticular, pero de mayor significación profesional,
que encierra esta postura que, en líneas gene- ya que se le incluye en la decisión curricular.
rales, pasa por una falta de cuestionamiento de Habría distintas formas de participación que se
la realidad y su problemática. En este sentido enmarcan en esta idea, cualquiera de ellas per-
habría que tener presente que la norma pro- mite que la sociedad aproveche el saber peda-
gramática es una carta de intención que pasa a gógico que los docentes han acumulado (Gud-
cristalizarse en el mismo momento que termina mundsdottir, 1998), saber que muchas veces no
su elaboración, lo que instaura un problema a va de la mano del saber académico, pero que
considerar por todos los involucrados, y en esto puede ser una de las puertas de acceso al trata-
la prescripción no ayuda a recuperar la reflexión miento de los problemas que hoy tienen en ja-
del docente para la acción didáctica. que a la educación.
Entendemos que las prescripciones curri- Es evidente que la postura crítica en didácti-
culares tienen como intención explícita asegu- ca ayuda a pensar, desde otro lugar, el papel del
rar que el conocimiento se distribuya en forma docente como profesional reflexivo que tiene la
equitativa en todos los contextos sociales pero, suerte, la ventaja o la sabiduría de reunir cono-
como en casi todas las acciones humanas, tam- cimiento académico con conocimiento social,
bién hay una cuestión implícita que, en este aunque esto lleve a cuestionar la responsabili-
caso, demuestra la incapacidad racional que se dad docente. En este sentido habría que tener en
tiene para interpretar los fenómenos y situacio- cuenta que la función docente es una forma de
nes sociales, políticas y económicas, que han vida que implica responsabilidad; entonces, sin
profundizado la situación de desigualdad de la responsabilidad no hay docente (Giroux, 1990).
mayoría de la población. A modo de cuestio- Nosotros agregamos que esa responsabilidad
namiento habría que preguntarse qué conoci- profesional igualmente no se adquiere por im-
miento y qué metodología hay que prescribir y, posición; por el contrario, la prescripción ahoga

Febrero 2009 / QUEHACER EDUCATIVO / 11


la creatividad y sin ella no hay posibilidad de histórico y cada sociedad. Por ejemplo, la con-
crecimiento intelectual y de escuelas promoto- cepción de práctica docente desde el paradigma
ras de cultura y democracia. de la “buena enseñanza” no sería compatible
con la opción de “norma prescriptiva”, porque
Al cierre de este recorrido y volviendo al ini- se contrapone a la de autonomía docente, y a
cio cabría cuestionarse acerca de la conceptuali- la de contextualización y participación, que son
zación de didáctica y práctica docente, que asu- las características presentes en las visiones crí-
mimos cuando aceptamos una determinada for- ticas de la didáctica. Todo esto no hace más que
ma de relación del docente con el currículo. Las afirmar la complejidad que entraña el abordaje
prácticas de enseñanza tienen como contenido responsable de la relación del docente con el
los conocimientos curriculares, y estas prácti- programa en todos los planos de acción educa-
cas se consideran “buena enseñanza” si, como tiva. Se suma a ello el hecho de que no debería-
decíamos al inicio siguiendo a Litwin (1997), mos perder de vista que el conocimiento institu-
las mismas se contextualizan en el marco de las cionalizado es frágil, aunque el mismo aparezca
relaciones sociales propias de cada momento como un monstruo sagrado.

Bibliografía
BARCO, Susana (1996): “La corriente crítica en didáctica. Una mirada elíptica a la corriente técnica” en Alicia R. W. de Camilloni; Ma.
Cristina Davini; Gloria Edelstein; Edith Litwin; Marta Souto; Susana Barco: Corrientes didácticas contemporáneas. Buenos Aires: Ed.
Paidós.
DÍAZ BARRIGA, Ángel (1984): Didáctica y curriculum. México: Ed. Nuevomar.
DÍAZ BARRIGA, Ángel (1995): Docente y programa. Lo institucional y lo didáctico. Buenos Aires: Aique Grupo Editor.
DRUCKER, Peter (1999): La sociedad postcapitalista. Buenos Aires: Ed. Sudamericana.
FATTORE, Natalia (2007): “Apuntes sobre la forma escolar ‘tradicional’ y sus desplazamientos” en Ricardo Baquero; Gabriela Diker;
Graciela Frigerio (comps.): Las formas de lo escolar. Buenos Aires: del estante editorial.
GIROUX, Henry A. (1990): Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje. Barcelona: Ed. Paidós.
GIROUX, Henry A. (1993): La escuela y la lucha por la ciudadanía. México: Siglo XXI editores.
GUDMUNDSDOTTIR, Sigrun (1998): “La naturaleza narrativa del saber pedagógico sobre los contenidos” en Hunter McEwan y Kieran
Egan (comps.): La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación. Buenos Aires: Amorrortu editores.
HABERMAS, Jürgen (1989): Teoría de la acción comunicativa. Tomo I. Buenos Aires: Ed. Taurus.
LITWIN, Edith (1996): “El campo de la didáctica: la búsqueda de una nueva agenda” en Alicia R. W. de Camilloni; Ma. Cristina Davini;
Gloria Edelstein; Edith Litwin; Marta Souto; Susana Barco: Corrientes didácticas contemporáneas. Buenos Aires: Ed. Paidós.
LITWIN, Edith (1997): Las configuraciones didácticas. Una nueva agenda para la enseñanza superior. Buenos Aires: Ed. Paidós.
PANSZA GONZÁLEZ, Margarita; PÉREZ JUÁREZ, Esther Carolina; MORÁN OVIEDO, Porfirio (2001): Fundamentación de la Didác-
tica, Vol. I. México: Ediciones Gernika S.A.
RODRÍGUEZ ROJO, Martín (1997): Hacia una didáctica crítica. Madrid: La Muralla.

12 / QUEHACER EDUCATIVO / Febrero 2009

También podría gustarte