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69¿Es posible

que Hitler y
Eva Braun no
murieran
como se da
por hecho?
¿Es posible
que ella
sepasee por el
centro de
Berlín bajo el
nombre falso
de Evelyn
Hoffman?
Harrison
Ashcroft,
unhistoriador,
ha muerto en
extrañas
circunstancias
cuando se
disponía a
descifrar esa
incógnita.Aho
ra, su hija
Emily toma el
relevo y
reemprende la
investigación,
con pocas
pistas y sólo
unapremisa:
para
demostrar la
autenticidad
del presunto
cadáver de
Hitler es
imprescindibl
e lapresencia
de un amuleto
que el
dictador
llevaba, con
toda
seguridad,
cuando le
sobrevino la
muerte.En ese
intento de
recomponer la
historia,
Emily cruza
sus caminos
con un
soviético
interesado en
lapintura de
Hitler, un
caza-nazis
judío y un
arquitecto
californiano.
El
descubrimient
o del
séptimosecret
o sobrepasará
las sospechas
de todos ellos
e infundirá al
lector serias
dudas sobre la
historiaque ha
aprendido en
los
libros.Como
es usual en las
novelas de
Wallace, se
mezclan en
El séptimo
secreto
la acción
desatada yla
invitación al
escepticismo,
a no creer en
la historia
oficial.
El séptimo
secreto
es una
historiaatrevid
a que, en la
ágil pluma de
Wallace,
resulta
altamente
verosímil y
excitante. La
biendocument
ada
ambientación
en el Berlín
insólito y
subterráneo es
uno de los
mayores
méritos de
estanovela,
cuyos
personajes
componen un
fresco
emocionante
y vivo.
Mientras la
humanidad
seestanca en
su rutina,
ellos andan en
pos de un
secreto que
puede
cambiar el
signo de la
historia
v v v v v v v E n e ste l i b ro e n co nt ra rá e l l e c to r ta l p ro f u s i ó n d e
n o ta b i l í  simas crónicas sobre la historia del nacionalsocialismo,
que lavida de su fundador corre peligro de difuminarse tras el
foroe s c é n i co . Pe n s e m o s , s in e m b a rgo, q u e m ie nt ra s n o s e
d i lu c i d e el fenómeno de Hitler, jamás se esclarecerá lo ocurrido en
Alemania entre los años 1920 y 1945. Aunque el origen
intelecti vodel nacionalsocialismo ha sido objeto de estudios muy
suti les,queda aún por descubrir el camino que nos conduzca
infaliblemente desde el análisis de esa confusa estructura
ideológicab a s a d a s o b r e d o c t r i n a s p o p u l a r e s , h a s t a e l
v e r d a d e r o H i t l e r. C a b e p re gu nta r, p o r s u p u e sto, s i n o e s
d e m a s i a d o p ro nto p a ra que un alemán se aventure a abordar
semejante tema. Tal vezse inclinen a favor de esta opinión nuestros
principales historiadores. Por lo demás, aquí sólo se trata de aislar
la fi gura determ i n a nte d e l Te rc e r Re i c h . H i t l e r re p re s e n tó, y
s i g u e re p re s e n  ta n d o, u n a co nte c i m i e n to a l e m á n . E l p u e b l o
ge r m a n o d e b e s u  perar el trauma psíquico ocasionado por ese
personaje estre-m e c e d o r.

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