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Para juegos simples, solemos representar estos elementos en forma de tabla, como
en el juego representado en la figura, conocido como el “juego de la gallina”. En
notación simbólica, estos tres elementos se pueden representar de la siguiente
manera:
Para cada jugador N, y para cada perfil de estrategias S, designamos con u i(s)
la utilidad que i obtiene cuando todos eligen s.
Dos delincuentes habituales son apresados cuando acaban de cometer un delito grave. No
hay prueba clara contra ellos, pero si indicios fuertes de dicho delito y además hay pruebas
de un delito menor. Son interrogados simultáneamente en habitaciones separadas. Ambos
saben que si los dos se callan serán absueltos del delito principal por falta de pruebas, pero
condenados por el delito menor (1 año de cárcel); que si ambos confiesan, serán
condenados por el principal, pero se les rebajará un poco la pena por confesar (4 años), y
finalmente, que si solo uno confiesa, él se librara de las penas y al otro se le impondrá una
pena mayor (5 años).
Para trabajar mejor con este juego se pueden cambiar las utilidades eliminando los
valores negativos. Para realizar esto se puede sumar por ejemplo cinco a todos los
resultados, lo cual representa una transformación que no altera las preferencias. De
esta forma la representación quedaría:
Ui(s∗i , s∗ i) ≥ ui(si, s∗ i)
Dos individuos viajan en autos en direcciones opuestas sobre un mismo camino. Justo
antes del encuentro, cada uno de ellos tiene dos elecciones: continuar o desviarse. Si
ambos continúan chocarán, y si ambos se desvían tanto el orgullo como la integridad
física están a salvo; pero si uno continúa y el otro se desvía, éste último es un “gallina”
y el que ha continuado se siente triunfador.
Decimos que una estrategia r es una mejor respuesta del jugador i a un perfil si
se cumple.
ui(r, s−i) ≥ ui(t, s−i) para cada t
Para escoger la estrategia prudente, de las dos estrategias que puede tomar el
prisionero 1 coge las que menos utilidad le pueden reportar, es decir (1) si decide
``confesar´´ y (0) si decide ``no confesar´´, y de esas dos coge la mayor que sería (1),
es decir, la estrategia prudente del prisionero 1 es ``confesar´´ y su pago de seguridad
seria 1, por lo que nunca va a ganar menos de 1. En el caso del prisionero 2, en este
ejemplo es igual: de las dos estrategias que puede tomar el prisionero 2, coge las dos
que menos utilidad le reportan (1) cuando decide ``confesar´´ y (0) cuando decide ``no
confesar´´, y de esas dos la mayor (1); es decir, la estrategia prudente del prisionero 2
también es ``confesar´´ y su pago de seguridad también es 1. Por lo tanto existe un
equilibrio prudente que es (1*,1+), ``confesar-confesar´´.
3. Estrategias mixtas
El equilibrio de Nash en estrategias puras permite solucionar muchos juegos, pero
fácilmente podemos encontrar ejemplos de juegos que no tienen ningún equilibrio de
este tipo, como el representado en la figura.
Para garantizar que exista siempre una solución, debemos recurrir al concepto de
estrategia mixta.
Notemos que cualquier estrategia pura r puede ser vista como un caso particular de
estrategia mixta: jugamos r con probabilidad 1.
Denotamos con Σi el conjunto de todas las estrategias mixtas del jugador i, y con Σ
= Σ1 x Σ2 x . . . x Σn el conjunto de todos los perfiles de estrategias mixtas. Una
hipótesis implícita en esta definición es que los jugadores eligen sus estrategias mixtas
independientemente, lo cual implica que la estrategia mixta de un jugador es
independiente en el sentido estocástico de la de cualquier otro jugador. Por tanto, la
probabilidad conjunta de un perfil de estrategias es el producto de las probabilidades
de cada una de las estrategias.
Dado un perfil de estrategias mixtas (σ1, σ2, . . . , σn), la utilidad del jugador i es su
utilidad esperada (que escribiremos con mayúscula):
donde σ(s) representa la probabilidad conjunta del perfil de estrategias puras s = (s1,
s2, . . . , sn), que debido al supuesto de independencia es:
Ui(σi∗, σ∗ i) ≥ Ui(σi, σ∗ i)
Decimos que una estrategia p pertenece Σi es una mejor respuesta del jugador
i a un perfil σ i Σ i si se cumple
Un equilibrio de Nash es un perfil de estrategias mixtas tales que cada una de las
mismas es mejor respuesta (del jugador respectivo) a las restantes.
Todo juego finito en forma estratégica tiene como mínimo un equilibrio de Nash en
estrategias mixtas.
Usemos estos hechos para derivar un equilibrio en estrategias mixtas del juego que
hemos representado en la figura “No hay equilibrio en estrategias puras”. En primer
lugar, notemos que no es posible que ninguno de los jugadores use una estrategia
pura en equilibrio, ya que entonces la mejor respuesta del otro sería otra estrategia
pura. Por tanto, en equilibrio ambos deberán usar estrategias mixtas. Sea p la
probabilidad que 1 pone sobre A, y q la probabilidad que 2 pone sobre a.
Para que 1 esté dispuesto a jugar una 0 < p < 1, es decir una estrategia mixta que
pone probabilidad positiva tanto en A como en B, este jugador debe ser indiferente
entre jugar A y B, ya que en otro caso elegiría la estrategia pura correspondiente. Por
tanto:
q 1 + (1 − q) 1 = q 0 + (1 − q) 3 → q = 2/3
Para que 2 esté dispuesto a jugar una 0 < q < 1, es decir una estrategia mixta que
pone probabilidad positiva tanto en a como en b, este jugador debe ser indiferente
entre jugar a o b. Por tanto:
p 0 + (1 − p) 3 = p 1 + (1 − p) 0 → p = 3/4
Las estrategias mixtas son analizadas en la teoría de juegos cuando hay muchos
equilibrios posibles, lo cual es especialmente el caso en los juegos de coordinación. La
guerra de los sexos es un ejemplo común de un juego de coordinación en el que hay
dos equilibrios de Nash (subrayados en rojo abajo), lo que significa que ningún
equilibrio real puede ser alcanzado.
En la guerra de los sexos, una pareja discute sobre qué hacer el fin de semana.
Ambos saben que quieren pasar el fin de semana juntos, pero no se ponen de acuerdo
sobre qué hacer. El hombre prefiere ir a ver un combate de boxeo, mientras que la
mujer quiere ir de compras. Por tanto, la matriz de juego es como sigue:
Boxeo-boxeo: q r
Compras- boxeo: (1-r) q
Boxeo-compras: r (1-q)
Compras-compras: (1-q) (1-r)
Análogamente, para la mujer, q = 2/3. Ahora ella debe analizar a que equivale q (las
posibilidades de que el hombre valore de su propia felicidad sobre la de ella). Si r> 1/3,
irán a un combate de boxeo. Si r = 1/3, cualquiera podría suceder, y si r <1/3, irán de
compras. Tanto la mujer como el hombre deben analizar esto con cuidado ya que, si
se equivocan en la valoración de la probabilidad, puesto que esto sigue siendo un
juego simultáneo y no hay segundas oportunidades, podrían terminar pasando el fin de
semana en diferentes sitios, lo que significaría menos utilidad para ambos.