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Históricamente, las galaxias se han clasificado de acuerdo a su forma aparente (morfología visual). Una forma
común es la galaxia elíptica que, como lo indica su nombre, tiene el perfil luminoso de una elipse. Las galaxias
espirales tienen forma circular pero con estructura de brazos curvos envueltos en polvo. Galaxias inusuales se
llaman galaxias irregulares y son, normalmente, el resultado de perturbaciones provocadas por la atracción
gravitacional de galaxias vecinas. Estas interacciones entre galaxias vecinas, que pueden provocar la fusión
de galaxias, pueden inducir el intenso nacimiento de estrellas. Finalmente, tenemos las galaxias pequeñas,
que carecen de una estructura coherente y también se las llama galaxias irregulares.
Según estudios publicados en 2016, se estima que existen al menos 2 billones de galaxias (dos millones de
millones) en el universo observable, esto es, diez veces más de lo que se creía anteriormente. 2 La mayoría de
las galaxias tienen un diámetro entre cien y cien mil parsecs y están usualmente separadas por distancias del
orden de un millón de parsecs. El espacio intergaláctico está compuesto por un tenue gas cuya densidad
media no supera un átomo por metro cúbico.[cita requerida] Muchas de las galaxias están dispuestas en una
jerarquía de agregados, llamados cúmulos, que a su vez pueden formar agregados más grandes, llamados
supercúmulos. Estas estructuras mayores están dispuestas en hojas o en filamentos rodeados de inmensas
zonas de vacío en el universo.
Se especula que la materia oscura constituye el 90 % de la masa en la mayoría de las galaxias. Sin embargo,
la naturaleza de este componente no está demostrada, y de momento aparece solo como un recurso teórico
para sustentar la estabilidad observada en las galaxias. La materia oscura fue propuesta inicialmente en 1933
por el astrónomo suizo Fritz Zwicky, pues la rotación observada en las galaxias indicaba la presencia de una
gran cantidad de materia que no emitía luz. Sin embargo, existen muchas otras galaxias además de la
nuestra. ¡Son tantas que aún no hemos podido contarlas a todas! El Telescopio Espacial Hubble observó una
pequeña porción del espacio durante 12 días y descubrió 10,000 galaxias, de todo los tamaños, formas y
colores. Algunos científicos creen que podría haber unos cien mil millones de galaxias en el universo.
Algunas galaxias tienen forma de espiral como la nuestra. Tienen brazos curvados que hacen que parezcan
molinetes. Otras galaxias son lisas y tienen forma de óvalo. Se las denomina galaxias elípticas. También
existen galaxias que no tienen forma ni de espiral ni de óvalo. Son de forma irregular y parecen manchas. La
luz que nosotros vemos de cada una de estas galaxias proviene de las estrellas en su interior.
A veces las galaxias se acercan demasiado y se chocan entre sí. La Vía Láctea algún día colisionará con
Andrómeda, su vecino galáctico más cercano. Este evento tendrá lugar dentro de cinco mil millones de años.
Las galaxias son tan grandes y están tan expandidas en los extremos que, aunque se choquen entre sí, los
planetas y los sistemas solares a menudo no llegan a colisionar.
En 1610, Galileo Galilei usó un telescopio para estudiar la cinta lechosa en el cielo nocturno llamada Vía
Láctea, y descubrió que está compuesta por una inmensa cantidad de pequeñas estrellas.3 En el año
1755, Immanuel Kant teorizó sobre la estructura y las agrupaciones de estrellas en el tratado Historia general
de la naturaleza y teoría del cielo, basado en un trabajo previo de Thomas Wright. Kant afirmaba que la Vía
Láctea era un sistema formado por miles de sistemas solares como el nuestro, agrupados en una estructura
de orden superior, de características similares a las de los sistemas planetarios, sensiblemente plana, de
forma elíptica, en movimiento de rotación alrededor de un centro y regidas por la misma mecánica celeste.
También supuso que, por el punto de vista desde el que observamos la Vía Láctea y por la densidad de
estrellas visibles que agrupa, nuestro sol se encuentra en su mismo plano y forma parte de ella. 4 Desde un
planteamiento completamente teórico, Kant afirmó que era lógico suponer la existencia de otros planetas y
satélites orbitando alrededor de otras estrellas, y que debían existir otras «Vías Lácteas» separadas a
distancias de un orden de magnitud comparable a su vasto tamaño. Según su razonamiento, estas galaxias o
universos isla teóricos serían visibles desde la Tierra como nubes ovaladas de luz tenue, sin que fuera posible
distinguir las estrellas individuales dentro de ellas. Kant las identifica con ciertos tipos de nebulosas,
que Pierre Louis Maupertuis describió como «pequeños lugares cuya luz es sólo un poco mayor que la
oscuridad del espacio celestial, todas ellas con el aspecto de elipses más o menos abiertas, pero cuya luz es
mucho más débil que cualquier otra que conozcamos en el cielo».5
Galaxia de Andrómeda(M31), en la constelación de su mismo nombre.
Hacia el final del siglo XVIII las galaxias no habían sido descubiertas. Charles Messier compiló un catálogo
(catálogo Messier) que contenía 103 objetos astronómicos que él denominó «nebulosas y cúmulos de
estrellas», seguido más tarde por el catálogo elaborado por William Herschel, con hasta 2.514 nuevos
«objetos de espacio profundo». En 1845, Lord Rosse construyó un nuevo telescopio y que le permitió
distinguir las «nebulosas» elípticas de las circulares. Este telescopio permite ver de manera parcial para poder
distinguir en algunas de estas «nebulosas» fuentes puntuales individuales de luz, confirmando de manera
parcial las anteriores conjeturas de Kant.
En 1917, Hebert Curtis había observado la nova S Andrómeda, en la «nebulosa» de Messier M31. Buscando
en los registros fotográficos, encontró otras 11 novas y observó que, en promedio, estas novas eran 10
órdenes de magnitud más débiles que las ocurridas en nuestra galaxia. Como resultado de esta observación
pudo predecir que dichas novas se debían encontrar a una distancia de 150.000 parsecs. Hebert se convirtió
en un célebre defensor de la hipótesis de «universos isla», que sostenía que las «nebulosas espirales» eran
realmente galaxias independientes.
En 1920 ocurrió el gran debate entre Harlow Shapley y Heber Curtis en torno a la naturaleza de nuestra
galaxia, las «nebulosas espirales» y la dimensión del universo. Para defender la afirmación de que M31 era
una galaxia externa, Curtis argumentaba que las líneas obscuras observadas en dicha «nebulosa» eran
similares a las nubes de polvo que se observan en la nuestra, Vol. 5 (1925). Usar un nuevo telescopio le
permitió a Edwin Hubble resolver las partes exteriores de algunas «nebulosas espirales» como colecciones de
estrellas individuales. Más aún, Hubble pudo identificar en esas estrellas algunas variables cefeidas y éstas le
permitieron estimar la distancia a dichas «nebulosas»: estaban demasiado alejadas para ser parte de la Vía
Láctea. En 1936, Hubble organizó un sistema de clasificación de galaxias que todavía es usado en nuestros
días: la secuencia de Hubble.
El primer intento de describir la forma que tiene la Vía Láctea fue llevado a cabo por William Herschel en
1785, contando cuidadosamente el número de estrellas en distintas regiones del cielo. En 1920 Kapteyn,
usando un refinamiento de la técnica empleada por Herschel, sugirió la imagen de una pequeña galaxia
elipsoidal (15 kiloparsecs de diámetro), con el Sol cerca del centro. Con un método diferente, basado en la
distribución de cúmulos globulares, realizado por Harlow Shapley, emergió una imagen radicalmente distinta:
un disco plano con un diámetro aproximado de 70 kiloparsecs y con un Sol alejado de su centro. Ninguno de
los dos análisis tomó en cuenta la absorción de la luz y el polvo interestelar presentes en el plano
galáctico. Robert Julius Trumpler tomó en cuenta estos efectos en 1930, estudiando cúmulos abiertos y
produciendo la imagen que actualmente se acepta de nuestra galaxia: la Vía Láctea es una galaxia espiral con
un diámetro aproximado de 30 kiloparsecs.
En 1944 Hendrick van de Hulst predijo que, debido a la presencia de hidrógeno interestelar, podría detectarse
la emisión de microondas de 21 cm de longitud por parte de este gas. Esta radiación, detectada en 1951, ha
permitido realizar mejoras en el estudio de la dinámica de galaxias, en tanto que no es bloqueada por la
presencia de polvo. El efecto Doppler puede usarse para estudiar el movimiento de este gas en la galaxia.
Con la mejora de los radiotelescopios se han podido trazar nubes de gas de hidrógeno en otras galaxias.
En 1970, Vera Rubin hizo un estudio sobre la velocidad de rotación de las galaxias. El resultado de éste y
otros estudios es que la masa conjunta de las estrellas, polvo y gases detectados en una galaxia es
insuficiente para sostener la velocidad de rotación la misma. Para explicar esta discrepancia se ha postulado
la existencia de materia obscura, inobservable, pero cuya masa contribuya con la gravedad necesaria para
mantener las velocidades de rotación observadas.
A partir de 1990, con el telescopio espacial Hubble y otros telescopios espaciales, que cuentan con cámaras
sensibles al infrarrojo, ultravioleta, rayos X y rayos gamma, el estudio de galaxias ha mejorado
sustancialmente.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, pertenece a un Grupo Local de unas cuarenta y seis galaxias dominadas por la
Vía Láctea y la Galaxia de Andrómeda. Este cúmulo se encuentra en el límite de un «súper conglomerado»
que comprende casi cinco mil galaxias. El súper cúmulo, a su vez, pertenece a otra enorme concentración de
galaxias reunidas en masas compactas y suaves.
Tipos de galaxias[editar]
Las galaxias tienen cuatro configuraciones distintas: elípticas, espirales, lenticulares e irregulares. Una
descripción algo más detallada, basada en su apariencia, es la provista por la secuencia de Hubble, propuesta
en el año 1936. Este esquema, que solo descansa en la apariencia visual, no toma en cuenta otros aspectos,
tales como la tasa de formación de estrellas o la actividad del núcleo galáctico.
Véase también: Secuencia de Hubble
Galaxias elípticas[editar]
Artículo principal: Galaxia elíptica
Galaxia con forma de elipse. Pueden ser nombradas desde E0 hasta E7, donde el número significa cuán
ovalada es la elipse; así, E0 sería una forma de esfera y E7 de plato o disco. También se puede decir que el
número indica su excentricidad multiplicada por 10.
Su apariencia muestra escasa estructura y, típicamente, tienen relativamente poca materia interestelar. En
consecuencia, estas galaxias también tienen un escaso número de cúmulos abiertos, y la tasa de formación
de estrellas es baja. Por el contrario, estas galaxias están dominadas por estrellas viejas, de larga evolución,
que orbitan en torno al núcleo en direcciones aleatorias. En este sentido, tienen cierto parecido a los cúmulos
globulares.
Las galaxias más grandes son gigantes elípticas. Se cree que la mayoría de las galaxias elípticas son el
resultado de la colisión y fusión de galaxias. Estas pueden alcanzar tamaños enormes y con frecuencia se las
encuentra en conglomerados mayores de galaxias, cerca del núcleo.
Galaxias espirales[editar]
Galaxia de forma espiral con brazos de formación estelar. Las letras minúsculas indican cuán sueltos se
encuentran los brazos, siendo "a" los brazos más apretados y "c" los más dispersos.
Galaxias espirales barradas (SBa-c): Galaxia espiral con una banda central de estrellas. Las letras
minúsculas tienen la misma interpretación que las galaxias espirales.
Galaxias Espirales Intermedias (SABa-c): Una galaxia que, de acuerdo a su forma, se clasifica entre una
galaxia espiral barrada y una galaxia espiral sin barra.
Galaxias lenticulares[editar]
Galaxia lenticular NGC 2787.
Tendencia futuas
Dibujo de un agujero negro. Los agujeros negros supermasivos serán todo lo que quede de las galaxias.
Las galaxias espirales, como la Vía Láctea, producen nuevas generaciones estelares siempre y cuando
tengan densas nubes moleculares de hidrógeno en sus brazos espirales.31 Las galaxias elípticas están
desprovistas en gran parte de ese gas, por lo que forman pocas estrellas nuevas. 32 El suministro de materias
para la formación de estrellas es finito; una vez que las estrellas han convertido el suministro disponible de
hidrógeno en elementos pesados, la formación de nuevas estrellas llegará a su fin. 3334
Se espera que la actual era de formación estelar continúe durante los próximos cien mil millones de años para
declinar después de entre diez y cien billones de años cuando las estrellas más pequeñas y de más larga
vida, las diminutas enanas rojas, comiencen a desvanecerse. Al final de esta era estelar las galaxias estarán
compuestas de objetos compactos: enanas marrones, enanas blancas —frías (enanas negras) o en proceso
de enfriamiento—, estrellas de neutrones y agujeros negros. Con el tiempo, como consecuencia de la
relajación gravitatoria, todas las estrellas, o bien caerán al centro de supermasivos agujeros negros, o bien
serán arrojadas al medio intergaláctico como resultado de las colisiones.3335
Referencias
1. Volver arriba↑ Gran Atlas Universal. Agencia Promotora de Revistas y Periódicos. 2006.
p. 12. ISBN 84-9820-408-9.
2. Volver arriba↑ «Hubble Reveals Observable Universe Contains 10 Times More Galaxies Than
Previously Thought». NASA. 13 de octubre de 2016.
3. Volver arriba↑ «Galileo Galilei» (en inglés). School of Mathematics and Statistics University of St
Andrews, Scotland. noviembre de 2002. Consultado el 5 de marzo de 2014.