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“Es imprescindible ser uno y mil para sentir las cosas en todos sus matices.”
Constructivismo
Para empezar, podemos decir que uno de sus presupuestos básicos es que
cuanto sabemos y creemos es fruto del lenguaje con que comprendemos y
transmitimos nuestras percepciones y que, sobre una misma realidad, pueden
darse diferentes puntos de vista, todos ellos igualmente válidos.
El mito del objeto mantiene que para acceder al conocimiento hay que borrar las
variables extrañas a la observación, al sujeto, para distinguir con claridad al objeto.
Nadie ha podido demostrar hasta el momento cómo se puede observar sin sujeto.
La propia definición de objeto, realidad, materia, etc. está constituida por nuestra
tradición cultural, no por la aprehensión absoluta de algo ajeno a nosotros.
Narrativo
La modalidad paradigmática o lógico científica tiene que ver con las capacidades
humanas de razonamiento, explicación y análisis lógico-empírico o científico. La
metáfora para representar a este estilo o tipo de pensamiento es la computadora
que procesa información. La finalidad de este sistema está vinculada a la
resolución de problemas prácticos de la vida diaria. La abstracción que produce es
el sistema de pensamiento paradigmático que está relacionada con los aspectos
más universales o generales del conocimiento (nomotético). La mayoría de las
personas suelen creer que es el único sistema de pensamiento existente.
Cada uno de nosotros tiene para sí un relato de su propia vida y además cuenta
historias, todas verídicas, que extrae de su biografía. Al trasladar estas
narraciones, fijamos recuerdos, eliminamos ciertos desgarros internos, creamos
nuestra identidad, la retocamos de forma sucesiva, vamos dando consistencia al
sentimiento de nuestra existencia, nos otorgamos significación, porque
justificamos y cargamos de congruencia nuestras actuaciones pasadas y vamos
perfilando nuestro sentido teleológico, lo que nos da razón de ser.
Nuestra representación del mundo, y aun nuestra propia identidad, no se
corresponden con una descripción estática y fija, sino que son una historia viva o
dos o más versiones de la misma historia, que se desplazan evolutivamente al
ritmo y compás con que el propio narrador se desplaza por el tiempo.
Plural
Los discursos, tanto los teoréticos como los relativos al individuo, son múltiples,
diferentes, y todos válidos, ya que parten de puntos de vista, prácticas e historias
distintas.
En el plano teorético, este sentido plural quiere decir que ningún cuerpo teórico
abarca en sí mismo todos los puntos de vista que son pertinentes respecto a un
conjunto de fenómenos concretos. Son saberes acumulativos, complementarios.
Así pues, en el plano teorético, el constructivismo se sitúa en un plano
interdisciplinar. Los diferentes enfoques sobre el ser humano, las teorías
psicológicas, biológicas, sociológicas, antropológicas, etc., aún siendo irreductibles
entre sí, son complementarias. Y, dentro de cada uno de los encuadres posibles,
ha de mantenerse este mismo respeto mutuo entre las diferentes aportaciones de
cada escuela, porque cualquier conocimiento sobre el hombre sigue siendo una
construcción mental, individual o colectiva, realizada desde una perspectiva
peculiar.
En el plano individual, las historias acerca de nosotros mismos que fabricamos con
nuestra familia son muy diferentes entre sí, no es el mismo relato el que
mantenemos con nuestra madre que el que mantenemos con nuestros hermanos,
y, a su vez, estas historias familiares son distintas de las que fabricamos con
nuestros jefes sucesivos o con nuestros vecinos.
Radical
El movimiento constructivista defiende que, puesto que no hay un criterio válido
para discernir si una teoría es mejor que otra, hay que refrendar aquellos
planteamientos que sean útiles, coherentes con su contexto, no excluyentes y
facilitadores del cambio. Esto no tiene nada que ver ni con el relativismo, que
consagra cualquier punto de vista como equivalente a cualquier otro, ni con el
mero pragmatismo que se desinteresa por el valor de la verdad para centrarse en
lo que funciona..., sin más pretensiones.
Ortega y Gasset llegó a afirmar que toda realidad es perspectiva, porque las cosas
sólo son reales en tanto que "son para mí", un punto de vista para el yo. El ser
definitivo del mundo no es la materia, ni el alma, ni cosa alguna determinada, sino
una perspectiva que organiza la realidad. El perspectivismo de Ortega es también
un importante antecedente constructivista.
Postmoderno
El enfoque constructivista no pretende conseguir una descripción única de la
realidad, que sea a la vez objetiva, independiente del observador y que contenga
toda la verdad y sólo la verdad.
Antonio Machado
En palabras de J.L. Linares (Family Process, Vol.4º, nº4, Winter 2001) los grandes
aportes de la postmodernidad a la psicoterapia son los siguientes:
Valgan como ejemplo las preguntas circulares que, descritas inicialmente por
Selvini y su equipo milanés antes de su división y del giro constructivista de
Boscolo y Cecchin, fueron luego desarrolladas exhaustivamente por éstos y por
otros autores como Tomm. Se trata de un precioso recurso técnico que se adapta
muy bien a la naturaleza circular de la relación y que puede enriquecer,
añadiéndose a otras modalidades comunicacionales, la conversación terapéutica.
Si las preguntas circulares constituyen un interesante aporte técnico
constructivista, la externalización es otro recurso procedente del socio-
construccionismo. Acostumbrados a pedir a los pacientes la internalización de
conflictos y dificultades, los terapeutas no habían reparado en que, a menudo, el
movimiento de signo contrario podía resultar una muy útil maniobra. White (1993)
inventó la manera de que los pacientes pusieran fuera sus problemas,
estimulándolos así a luchar mejor contra ellos. Un terapeuta relacional, consciente
de que las narrativas de los pacientes están parasitadas por poderosos relatos
ajenos y de que, a su vez, también ellos pueden parasitar con sus relatos las
narrativas de otros, enriquecerá notablemente su práctica si aprende a trabajar
con la internalización y con la externalización, configurando entre ambas uno de
los ejes por los que puede discurrir la danza terapéutica.
1Las ideas cibernéticas han sido divididas en tres periodos, a saber, la cibernética
de primer orden (1948): centrada en la comunicación y relaciones que se
establecen al interior de un sistema y entre el sistema y su medio, considerando
que los procesos de corrección de la desviación (feedback negativo) permitían
mantener la organización del sistema y que los procesos de ampliación de la
desviación llevaban a la desorganización del mismo. La segunda cibernética (a
partir de 1963): reformula la idea de la primacía necesaria de los mecanismos de
control y homeostasis señalando que la ampliación de la desviación (feedback
positivo) son favorecedores del cambio y son esenciales para la evolución de los
sistemas vivientes; y la cibernética de segundo orden (1972): que se define como
la “cibernética de la cibernética” o “cibernética de los sistemas observantes”,
planteando que las observaciones no son absolutas, sino relativas al punto de
vista del observador y que el acto de observar influye sobre el objeto observado
anulando cualquier expectativa de predicción por parte del observador (Jutorán,
1994)