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2
Página
STAFF
Moderación
Kmila92

Traducción
Kmila92
Guga
Paulii~
Carisbel Guaramato
Macaslomb
Hanna Marl
Lorenita_166
Rihano
Serenity953
Elena88
Buty Maddox

Corrección
JessMC
Hanna Marl
Kmila92
Liraz
July CB
Vam ♥
Liss-rose

Revisión final y recopilación


Kmila92 y Hanna Marl
3
Diseño
Página

Itzy Somerhalder
ÍNDICE
Sinopsis Capítulo 22 Capítulo 44

Capítulo 1 Capítulo 23 Capítulo 45

Capítulo 2 Capítulo 24 Capítulo 46

Capítulo 3 Capítulo 25 Capítulo 47

Capítulo 4 Capítulo 26 Capítulo 48

Capítulo 5 Capítulo 27 Capítulo 49

Capítulo 6 Capítulo 28 Capítulo 50

Capítulo 7 Capítulo 29 Capítulo 51

Capítulo 8 Capítulo 30 Epílogo

Capítulo 9 Capítulo 31 Kristi Pelton

Capítulo 10 Capítulo 32

Capítulo 11 Capítulo 33

Capítulo 12 Capítulo 34

Capítulo 13 Capítulo 35

Capítulo 14 Capítulo 36

Capítulo 15 Capítulo 37

Capítulo 16 Capítulo 38

Capítulo 17 Capítulo 39

Capítulo 18 Capítulo 40
4
Capítulo 19 Capítulo 41
Página

Capítulo 20 Capítulo 42

Capítulo 21 Capítulo 43
SINOPSIS
Problemas de bebida ✔

Problemas de ira ✔

Asuntos de relación ✔

Mujeriego ✔

Mandato judicial ✔

Soy Keiran Scott… No estoy en desacuerdo de que la terapia sería


beneficiosa para un tipo como yo. Sin embargo, cuando vi a la bella
terapeuta de ojos grises a quien se suponía tenía que derramar mis
demasiados pensamientos en mi primera sesión... bueno, digamos que su
boca se debería utilizar para una cosa... y no era hablando.

La Señorita Manténgalo Profesional pensó que tenía el control de estas


sesiones. Ella no sabía con quien estaba tratando. Me gustaría rodear la
mesa más rápido de lo que podría deletrear F-*-L-L-A-M-E.

Este libro está dirigido a mayores de 18 años debido al lenguaje,


contenido sexual y la baja y sucia experiencia divertida durante la lectura.

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Página
1
Kieran
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

—Todos de pie. El Tribunal de Distrito del Condado de Multnomah


está en sesión, el Honorable Juez Joe Phillips presidiendo —el monótono
taquígrafo judicial1 gritó a través de la vacía sala de la corte, pareciendo
tan aburrido como yo.
—Gracias, usted puede estar sentado —dijo el juez familiar. — ¿Puedo
tener a las comparecencias, por favor?
La menuda pequeña fiscal con su falta lápiz y su blusa crema de seda
se puso de pie. Shauna. El rojo en sus mejillas se oscureció cuando sus
ojos se posaron en los míos. Habían pasado tres meses desde que la había
clavado2. No sé por qué todavía estaba avergonzada; la había visto afuera
desde entonces.
—Con la autorización del tribunal, Shauna Hoffman en representación
del Estado.
Parándose más cerca, mi sobrevaluado abogado, quien era tan
conocido como yo mientras yo estaba en la corte, se mantuvo de pie en su
caro traje que probablemente pagué yo y dijo —Con la autorización del
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Página

El taquígrafo judicial es quien se encarga de escribir palabra por palabra todo lo que se
1

habla en una sala de la corte, legislatura o acuerdo de abogados.

2 Nail, informalmente hace referencia al acto sexual.


tribunal, Keiran Scott aparece en persona a través de su abogado Jason
Reed.
—Gracia — dijo el juez. —Parece que estamos aquí de nuevo por el Sr.
Scott por ¿Intoxicación pública y un cargo de violencia con agravantes?
Yo no podía aliviar mi risa disimulada. El juez miró por encima de sus
gafas bifocales hacia mí mientras Jason me dio un codazo en el costado.
Necesitaba un abogado con bolas más grandes.
—Su Señoría, ¿Si me permite? —me levanté de mi asiento, ignorando
el suspiro de Jason a mi lado. Me reí un poco, ya que se cubrió los ojos
con una mano.
—Por favor, Sr. Scott. Ilumínenos sobre lo que sucedió en esta ocasión.
Yo lo encuentro entretenido dado que pocas veces llego a conocer a un
hombre de ocio con tantos cargos y sin embargo, tan pocas condenas.
—Bueno ya ve, yo estaba teniendo un poco de diversión con mis
amigos, pensando en mis propios asuntos y este capullo comienza a
ponerse áspero con su chica...
El taquígrafo judicial con una sonrisa de medio lado golpeó lejos en la
pequeña máquina. La mirada gélida del juez Joe cogió la mía.
—Así que, decidí enseñarle a dicho individuo una lección.
El juez tiró de sus gafas sobre su banco. — ¿Y le golpeó con manoplas?
—No señor, el estaba lleno de mierda. Ese fue mi puño que lo golpeó —
juré. Eso me molestó más. Ese capullo sabía condenadamente bueno y
bien mi puño rompió su nariz, él estaba afirmando que tenía un arma.
Aunque él era negro, el rostro del juez se oscureció mientras
lentamente se puso de pie. Yo lo conocía lo suficiente como para saber
que se entretenía a través de mí. Sabía eso mirándolo todo muy bien. —Sr.
Reed, me gustaría ver a su cliente en las salas del juzgado de inmediato.
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—Sí señor.
Página
La puerta de la sala se cerró de golpe y yo conocía mejor que debía
encorvarme en la piel lateral de la silla. Preparándome para lo que sabía
iba a venir…
—Siéntate —gruñó mi padrino, golpeado la parte posterior de mi
cabeza.
Sacudiéndome el estremecimiento involuntario, me deslizo aún más
erguido en la silla. Sabía que no me gustaba ser golpeado.
—Maldita sea Kieran, consigue tu mierda junta. No voy a permitir que
hagas de mi corte una burla —su puño golpeó su escritorio.
—Lo siento, Joe. No estaba intentándolo —mis brazos se alzaron en el
aire. —Pero esto es una mierda.
—Kieran —desembuchó. Aquí viene su discurso habitual. —Me estas
matando. Tienes 26 años. ¡Te graduaste con un título de maestría en
contabilidad hace tres años! Todavía tienes un puesto esperando por ti en
la compañía de tu padre haciendo siete cifras. Tienen una herencia por lo
que cualquier hombre mataría —Joe pasó su mano a lo largo de su cara en
lo que estoy seguro era frustración. —Tienes un pequeño castillo situado
en el Rio Colorado que ha sido destacado en innumerables revistas.
Cualquier mujer mataría por ser tu compañera…conyugue… ¡Lo que sea! Y
dime Kieran, ¿Qué haces? —volvió a caer en su silla claramente
exasperado.
Mi mercurio interior estaba elevándose mientras miro hacia el hombre,
todavía en su toga negra.
—Bebes, peleas, tienes sexo —dijo, numerándolos con sus dedos —
Eso es lo que haces. Y estarías sentado sobre tu culo en la cárcel si no
fuera por esos coños asustados negándose a presentar cargos contra ti,
que estoy seguro tienes sobornados. Y no quiero tener nada que ver con
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eso.
Página

Me disparo hacia arriba de mi silla — ¡Maldita sea Joe! ¿Cómo llegué a


obtener esa herencia? ¿De qué manera llegue a ser el único propietario de
esa casa?
Joe Phillips apoyó su calva cabeza hacia atrás contra su silla,
sacudiendo su cabeza — Kieran, ya han pasado dos años. Dos años.
— ¿Es ese el marcador Joe? ¿Dos años? ¿En el día 732 el dolor debería
desaparecer?
—Voy a excusarme de este caso, tengo que hacerlo. No es ético para mí
continuar oyendo cualquier caso en lo que respecte a ti —dijo, de pie y
caminando hacia la puerta que conduce a la sala del tribunal.
Extendiendo mis brazos a mi lado, le supliqué —Joe, por favor. Dame
otra oportunidad. Lo estoy intentando, lo juro… hare lo que sea.
Él no se dio vuelta, simplemente dijo —Esto es todo, Kieran. Hice una
promesa a tus padres y tengo la intención de mantenerla. Vuelve allí y
toma tu asiento.

Una vez que el caso fue evocado a los abogados y el juez realizó una
conversación sin mí en el banquillo, me puse nervioso. El capullo del bar
no iba a presentar cargos; la sabía. Pero Joe estaba intrigante.
—Estamos de vuelta con el expediente en el caso numero 14CR1932 —
expresó el juez.
—Su Señoría, el estado está solicitando que el caso sea prolongado por
90 días —dijo Shauna.
— ¿Noventa días? —pregunté, aterrorizado.
—Sr. Scott, usted tiene un abogado. Sin interrupciones —dijo el juez
Joe gravemente, y luché por mantener mi mano abajo donde el ansia por
lanzar el ave estaba presionando3.
Me incliné para hablar con Jason y él se levantó bruscamente.
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—Si juez. Estamos de acuerdo con los noventa días y con la condición
Página

en el ínterin4.

3 Hace referencia a levantar el dedo medio en un gesto ofensivo.


— ¿Qué condición? Y NOSOTROS no estamos de acuerdo en nada —
argumenté.
—Perfecto —dijo el juez y se levantó de su silla. —Shauna. Elabora un
acceso diario ordenando la terapia, la sanción de 48 horas si está en otra
pelea, y programa una audiencia de revisión para 90 días.
— ¿Terapia? —le cuestioné. No necesitaba jodida terapia.
Pero cuando el martillo golpeó el pequeño trozo de madera, Joe sonrió
mientras se alejaba de la banca, y mientras mi abogado firmaba lo que
fuera que Shauna le entregó, yo sabía que estaba magníficamente jodido.

***

Exactamente cuatro malditos días después, estoy sentado, furioso, en


una escueta sala de espera blanca con otras tres personas, que claramente
necesitan terapia. Mi ansiedad estaba alta por la idea de ver a mi nuevo
"terapeuta", Megan Clark. Hay un chico excesivamente vestido a mi lado y
por demasiado vestido -quiero decir como cuatro camisas, dos bufandas y
sudores metidos en sus dos pares de calcetines. El luce como un maldito
idiota, por no hablar de que no deja de repetirse a sí mismo en voz baja —
1, 2, 3, 1, 2, 3, 1, 2, 3 — ¡Reitera!
La mujer mayor a dos sillas de distancia rió incontrolablemente
mirando fijamente a la nada excepto a sus manos, lo cual me dejó curioso
en cuanto a lo que la divertía, pero la corriente incesante de “1, 2, 3”
siendo susurrado una y otra vez me recordó que realmente no quiero
saber. La otra chica, que no era nada mal parecida, mantuvo cruzando y 10
descruzando sus piernas... me refiero a tan pronto como ella las cruzaba,
ella descruzaba y cruzaba de nuevo.
—1, 2, 3…
Página

Más risitas de la dama.

4 Intervalo de tiempo que transcurre entre dos actos o etapas.


¡¡ Dame una puta bala en mi cabeza!!
Inclinándome hacia delante, me froté los ojos con las palmas de mis
manos. ¡¡Esto era genial!!
— ¿Sr. Scott?
Cuando levanté la vista, apareció madera 5 por la pelirroja de piel clara
diciendo mi nombre. Follando pelirrojas... había hecho mi parte. Esta
chica era más una rubia fresa y sus cejas un poco más oscuros. ¿Me
pregunto si ella es una verdadera pelirroja?
Feliz de ser liberado del infierno psicótico, voluntariamente fui con la
auxiliar culo-caliente, sintiéndome un poco más cuerdo, simplemente
dejando esa habitación.
—Hey, ¿Cómo te va? —le pregunté en mi tono ronco que envía a la
mayoría de las chicas al desmayo.
—Bien. Gracias. ¿Cómo estás hoy?
Mientras caminaba detrás de ella, estudié la forma en que sus
pantalones de vestir color canela abrazaron su pequeño culo. Casi
demasiado pequeño.
—Estoy genial. ¿Cuál es tu nombre?
Ella sacudió su cabeza mientras yo me ajusté mis nueces6.
— ¿No está bien? ¿No puedo preguntar tu nombre? ¿Voy a tener
problemas con tu jefe? —me reí.
Una suave risa resonó desde su garganta mientras hice una nota
mental para conseguir su número antes de irme.
—Justo aquí, por favor —ella dijo guiándome a través de la entrada. —
Ciertamente está bien pedir mi nombre y no creo que a mi jefe le 11
importaría. Soy Megan Clark.
¡Por supuesto que lo era! Qué demonios...
— ¿Tú eres la psiquiatra? —le pregunté rodando los ojos y cayendo
Página

5 Hace alusión a tener una erección.

6 Testículos
sobre un pequeño sofá de dos plazas.
Después de cerrar la puerta, ella se sentó cerca de mí. —Yo no soy un
psiquiatra.
La oficina era pequeña, olía bien... femenina. Las paredes estaban
desnudas y la pequeña librería estaba medio llena de libros de texto.
— ¿Qué eres? —además de caliente como el infierno.
—Soy una psicóloga de nivel máster superior.
Eso le consiguió otro rodado de ojos de mí.
— ¿Mis credenciales no son adecuadas para usted, Sr. Scott?
Me encogí de hombros. —Una maestría, ¿Eh?
—Así es —cruzó sus delgadas piernas, sus ojos nunca se apartaron de
mí. Después de un largo minuto de silencio, ella dijo — ¿De qué te gustaría
hablar hoy?
— ¿Cuántos años tienes?
— Sr. Scott, no estoy segura de por qué mi edad sería relevante.
Sintiéndome cómodo, puse mi bota de cuero marrón sobre el escabel.
—Bueno, pareces joven. Me parece raro decirle mis más profundos,
oscuros secretos a una joven chica. ¿Cuánto tiempo has hecho esto?
Ella escribió en una libreta de papel... Estoy seguro de que se trataba
de mí.
—Te aseguro que si no siento como que puedo satisfacer tus
necesidades, entonces voy a derivarte a un colega.
Esto me hizo gracia por alguna razón. Decidí que era hora de que
conociera al verdadero Kieran. Me deslicé hacia adelante en el asiento lo
cual me puso un poco más cerca de ella, apoyo mis codos sobre las 12
rodillas y luego me inclino un poco más cerca, y dejé que mis ojos patinen
por su cuerpo delgado y vuelvan arriba a aquellos carnosos labios rosados.
—Doc, no me cabe duda que usted podría ocuparse de mis
Página

necesidades —dije con un guiño. —Y no me resultaría difícil ocuparme de


las suyas —una promesa persistía en mis palabras.
Su cabello era lo suficientemente largo que si estuviera desnuda
podría usarlo para cubrir sus pechos. Me quedé mirando las inflamaciones
que se extienden por debajo de la blusa. Esos retoños eran reales. Tamaño
medio, me imagino. Pero real significaba sensación y amaba cuando una
chica podía obtener toda la sensación de lo que estaba haciendo con ella.
De lo contrario, ¿Qué sentido tiene?
—Todo eso está bien y bueno, Sr. Scott, pero su pene no es realmente
mi especialidad.
Ella era brillante. Ingeniosa. Destello mi mejor sonrisa para ella.
Usualmente, no tenía que utilizar mi sonrisa pero parecía necesario.
Mantuve la esperanza cuando vi sus mejillas tintarse de rosa.
—Algún día, quizás te muestre mi especialidad —añadí.
Una leve risita condescendiente hizo eco en su garganta. Más escritura
sobre el block de notas. Esto me irritó. No había forma en que ella no me
encontrara atractivo. Miré hacia abajo a lo que llevaba puesto. Jeans. Mis
botas. Mi camisa azul marino Harley. Lenta y deliberadamente mis ojos se
deslizaron de nuevo a ella, pero ella estaba mirando ese maldito block de
notas.
— ¿Que estas escribiendo? ¿Arrogante? ¿Pomposo? ¿Estúpido? ¿Qué
piensas de mí? Por favor, dilo.
Sus largas pestañas parpadearon hacia mí y sus ojos grises se
encontraron con los míos. Gris. Yo nunca había visto ojos grises antes.
Ella me miró como Superman mira a través del plomo y aparté la mirada
cambiando mi postura en la silla.
— ¿Realmente importa lo que pienso de ti? —me preguntó, un tanto 13
fría.
—Nop. Realmente no doy una mierda. Estoy aquí porque tengo que
estarlo. Noventa días.
Página

Ella asintió con la cabeza. —Creo que es una gran actitud, Sr. Scott.
Yo no usaría esta oportunidad tampoco. ¿Por qué no quieres estar tan
enojado? ¿Por qué quieres superar la pérdida de tus padres? ¿Por qué no
quiere ir a la cárcel? — espetó, volviéndose hacia su escritorio y cerrando
para sacarme. — Creo que es un plan maduro el que tienes allí.
Con aquellas palabras, mi sangre hirvió. Que me jodan si me iba a
manipular, no me importa una mierda lo dura que tenga mi polla. Me
disparo hacia ella, inclinándola a un lado de su escritorio donde su cabello
revoloteó sobre los papeles mientras ella me ignoró completamente
mientras susurré —Pregúntame cuántas folladas le doy a lo que piensa de
mí. Lo mejor para salir de esto sería un revolcón rápido en el mejor de los
casos. Y eso sólo sería si pudiera conseguirlo parado para ti. Pero no te
atrevas a actuar como si me conocieras a causa de algo que se lee en un
maldito archivo. ¿Lo tienes, Doc?
En un destello de rabia, agarré el pomo en mi mano, lo giré y abrí la
puerta justo cuando ella golpeó la puerta cerrada, con los ojos afilados
mirando a través de mí.
Para una pelirroja, tenía muy pocas pecas. Sólo un selecto grupo de
manchas de color marrón claro decoraban su cremosa piel que quería
tocar. Sus malditos labios eran perfectamente redondos y llenos. ¡Que se
joda!
—No soy médico. Puedes llamarme Megan o Srta. Clark.
Giré la perilla de nuevo y ella empujó contra la puerta. ¿Realmente
pensaba que no iba a ganar esta batalla?
—Eres adorable cuando estás enojada —yo bromeé con mi mandíbula
apretada
—No se haga ilusiones, Sr. Scott. Su rostro es sólo un poco demasiado
bonito para mi gusto y para que conste, si no se presenta el viernes, habrá 14
una orden emitida para su arresto por el tribunal. Cumpla o no, no me
importa una mierda tampoco.
Esta vez utilicé más fuerza para abrir la puerta y ella se echó atrás.
Página

—Esto ha sido muy divertido. Me voy de aquí, Doc —y por si acaso,


cerré la puerta tan silenciosamente como pude para hacerle saber que no
llegó a mí.
Su grito hizo eco a través de la puerta —Perfecto. La disfunción eréctil
será nuestro primer asunto del día viernes.
A pesar de mi sonrisa, ¡juro por Dios que pensé que iba a hacer
combustión espontánea! ¡Que se joda ésta mierda de terapia, Joe!

15
Página
2
Megan
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

La puerta se cerró un poco demasiado lentamente para la forma en


que estaba sintiendo -a punto de enloquecidamente explotar. Después de
que la puerta se trabó sin hacer ruido, me molesté instantáneamente y
grité profesionalmente a través de la madera —Perfecto. La disfunción
eréctil será nuestro primer asunto del día viernes.
Me remonto de vuelta a mi escritorio y colapso en mi silla, todo mi
cuerpo temblando. Mis manos tiemblan tan mal, que no podría escribir o
tipear una nota sobre la sesión. ¿Y qué iba a escribir de todos modos?
Nuevo cliente masculino sexualmente atractivo. Enorme cuerpo duro como
roca. Impresionantes ojos marrones. Cabello oscuro. Un estrafalario Dios
Griego es lo que era. Jesús, la forma en que sus ojos marrones devoraron
cada centímetro de mí. Y cada centímetro de mí se negó a retroceder,
retorcerse o fundirse en frente de él.
Él también fue malditamente perceptivo. Era joven. Pero era sólo tres
años mayor. Aun así, el cliente más joven que Joe Phillips me había
enviado a mí. Joe amablemente me dio este trabajo a mí con una beca de
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la corte, y entonces él había ayudado más al referirme a algunos clientes.
Yo sólo había conseguido cinco clientes hasta el momento así que el dinero
Página

era escaso, por decir lo menos. Pero Kieran era por mucho, el cliente más
caliente que había tenido. Infierno, él era el hombre más caliente que
había visto jamás. Por supuesto que era un criminal. Me froté los ojos con
la palma de mis manos.
Y si ese culo arrogante pensó que iba a ponerse en el camino de mi
trabajo... estaba equivocado. Arrojé mi pluma, incapaz de hacer cualquier
tipo de notas.
Lo que me molestó más de Kieran era que yo ni siquiera me había
sentido atraída por un hombre en un largo tiempo. Mientras yo,
literalmente, tiré mis cosas en mi maletín, no pude evitar pensar en Jared.
Jared, el único nombre que todavía enviaba escalofríos a través de mí.
No, yo no me dejaría pensar sobre él ahora. No quiero recordar lo que
comenzó como un romance relámpago y rápidamente terminó conmigo en
el albergue para mujeres maltratadas. Habían pasado dos años desde que
me escapé al lugar donde conocí a Vivian. Tomé una respiración lenta y
profunda al pensar en ella alentándome a no caer en un montón de mierda
de disculpa de nuevo.
A medida que iba hasta mi cacharro de coche, recordé el día en que me
llevó a su casa y me encontré cara a cara con el juez Joe. Sonreí ahora
mientras conducía, pensando en los ojos marrones de Joe, los mismos que
me miraban por encima del banco cuando era más joven. Había tenido mi
caso desde el principio. Ese hombre era nada menos que respetuoso y
amable, permitiéndome vivir en su casa del jardín mientras yo terminé la
universidad.
Cuando crucé las vías en el barrio, dije una oración en silencio
agradeciendo a Dios por el enfoque de Joe con la idea de hacer algo por el
tribunal. Un pago de vuelta por el tipo de cosas que Joe había hecho por 17
mí. Después de graduarme con mi licenciatura, me empujó hacia adelante
y obtuve mi maestría, sufriendo una deuda masiva pero orando para que
esto valiera la pena. Sin dudar, Joe me contrató para ser una consejera
Página

para hacer evaluaciones de crianza, evaluaciones psicológicas y


asesoramiento. A decir verdad, era una terapia para mí. Me encantaba lo
que hacía hasta ahora, pero hoy... me puso de vuelta.
Kieran Scott me asustó. Kieran Scott me intimidó. Y lo peor, Kieran
Scott, irritó al infierno fuera de mí.
¿Cómo iba a ser una consejera de éxito si dejo que punks como Kieran
me pongan nerviosa? O peor aún, me encienda. Necesitaba clientes. No
podía permitirse el lujo de no aceptar lo que Joe me envió. Yo estaba
apenas sobreviviendo como estaba.
Cuando me volví a mi complejo de apartamentos de cuatro semanas,
los matones familiares en la esquina asintieron mientras conducía
pasándolos. En un principio me miraban como la joven blanca invadiendo
su territorio. Pero ahora... ahora parecían más receptivos.
Mis luces brillaron sobre Usiah sentado en una silla de jardín fuera de
su apartamento. Alivio. Ajusté mi bolso y la correa del maletín en mi
hombro antes de abrir el cerrojo del coche, entonces con practicada
confianza caminé rápidamente a mi puerta.
—Hey pequeña señorita.
—Hola, Usiah —dije con una sonrisa.
—No hay necesidad de apresurarse. Ellos saben que no hay que
molestarte—dijo inclinando la cabeza hacia la esquina de la calle. —Tan
aterrador como este barrio es protegemos lo nuestro.
Le sonreí. —Lo sé, pero realmente me quedo fuera.
—No quieres encajar aquí —dijo. —Ahora consiga su cola en el interior.
—Hola, Megan —mi vecino de 11 años de edad, Andrew, gritó desde la
ventana abierta al lado.
— ¡Hola allí, guapo! ¿Cómo te fue hoy en la escuela?
—No fui hoy. Mamá estaba dormida. 18
Mi corazón se hundió. Su madre bebía tanto como mi padre lo hacía.
Yo sabía por historia pasada lo que era tratar de despertar a un padre
borracho.
Página

—Yo tengo que levantarme temprano; preguntarle si puedo llevarte


mañana.
Él asintió con la cabeza hacia arriba y hacia abajo y levantó la señal de
Te amo con su mano, que al instante le respondí.
Es increíble lo resistentes que los niños pueden ser. Y la conexión que
habíamos hecho en los treinta días que había estado aquí con un poco de
atención... eso es todo lo que el necesitaba para prosperar.
Usiah me sonrió cuando deslicé mi llave en la cerradura, abrí la puerta
y entré. Me encantaba que él mirara hacia fuera por mí. De alguna
manera, en este agujero de mierda de complejo de apartamentos, me
sentía más segura.
El Juez Joe y yo teníamos un acuerdo. Yo sólo había firmado un
contrato de arrendamiento de seis meses y estaba en mi segundo mes. A
Joe no le gustaba donde estaba viviendo, pero Usiah era uno de sus
antiguos clientes. Y por alguna razón, tuve un fuerte sentimiento de que
Usiah no estaba haciendo esto simplemente por la bondad de su corazón.
Joe me había dado seis meses para hacerlo por mi cuenta y lárgame de
aquí. Necesitaba más clientes. Y es por eso que no podía perder a Kieran
Scott.
Pero cuando fui a desnudarse para la noche y encontré la humedad
entre mis piernas -eso sacó el grito final.

19
Página
3
Kieran

Traducido por Guga


Corregido por July CB

Ser un guardia de seguridad en Winks tenía sus adicionales. Las chicas


calientes eran una de ellas. Yo cubría la puerta trasera, solo porque Wink
se quejaba de que la cola se volvía muy larga conmigo en el frente ya que
las chicas trataban de detenerse y charlar. Entonces él me puso en la
parte trasera del bar, declarando que se movían más rápido para entrar.
Yo había trabajado para él por años. Atendiendo el bar primero, luego
trasladado a seguridad. Wink cumplía sesenta en unas pocas semanas y la
fiesta de la década estaba en preparación.
Él era ahora lo más cercano a un padre que yo tenía fuera de Joe. Wink
había perdido a su esposa de cáncer en los ovarios cuando ella tenía solo
cuarenta y ocho. Cuando lo conocí, él estaba completamente perdido y su
bar se había convertido en un mercado de carne/club de pelea.
Mi compañero Todd y yo fuimos a la universidad juntos y este fue
nuestro trabajo, por cerca de cinco años ahora, darle un giro a este lugar.
Lo cual hicimos, y Wink estaba en deuda con nosotros por los cambios que
habíamos logrado.
20
Todd había obtenido su título en Leyes y yo me había convertido en
Contador Licenciado, pero trabajar para Wink era divertido para nosotros
dos. Ninguno estaba deseando renunciar.
Página

Una chica de pelo negro con un tatuaje en la manga me empujó


mientras pasaba a mi lado, y entonces me ofreció una sonrisa, un lindo
piercing se sacudió fuera de su lengua. Una admiradora de la banda de
esta noche. Las bandas locales debutaban y tocaban aquí, así el pub había
vuelto a la vida con poco marketing. Sentarse cerca de la pista de baile y
la banda era mejor que la puerta del frente, tanto como me interesaba.
Desde donde me senté, podía ver mi completo campo de juego.
Wink llamó al bar claramente como él mismo pero él se había vuelto
también de alguna manera un fenómeno. Wink tenía el síndrome de
Tourette y, bueno, él parpadeaba una espantosa cantidad. Él no era uno
de esos tipos que gritaban mucho. Pero remarcaba un montón y gruñía a
veces. Su nombre venía de su mujer. Cuando ellos se conocieron, ella
siempre pensó que él le estaba guiñando el ojo a ella y pensó que era
“adorable”…resultó, que él no podía evitarlo. De ahí su apodo Wink. No
estoy seguro de cuál era su nombre siquiera.
Cuando divisé a una pelirroja entrando al bar, me volví decidido a
conseguirla de alguna manera esa noche. Ella estaba con un grupo de
amigas. Todas parecían jóvenes pero estaban en el bar, eran legales. No
había duda de que Todd habría verificado sus documentos de identidad.
Desde hace tres años, me volví obsesivo con las pelirrojas. Tan arrogante
como suena, nunca había tenido problemas en llevar cualquier chica a la
cama y ciertamente nunca había tenido la reacción que obtuve con la Srta.
Clark. Pero, también me asustaba como la mierda el hecho de que ella
hubiera estado en mi cabeza desde aquel día. Tal vez en realidad cogiendo
una pelirroja la sacara fuera de ahí.
La banda estaba afinando en el escenario y esta noche eran un grupo
alternativo. Un grupo que se veía raro. La pelirroja fue hacia el bar, 21
consiguió una colorida bebida de chicas, luego me divisó sentado en mi
banqueta donde yo podía ver todo.
Primero, incliné mi cabeza, con una cierta mirada de “que estás
Página

pensando”. No es que me importara una mierda, porque realmente no lo


hacía. Yo no era unos de esos tipos que tomaban los sentimientos de una
chica en consideración. ¿Frío? Tal vez. Pero ella era una adulta y si estaba
por saltar a la cama de algún tipo que apenas conocía… ¿era realmente mi
culpa?
Siguiendo a mi inclinación de cabeza, ella tocó a su amiga y luego
apuntó hacia mí. Ellas tuvieron una discusión risueña antes de que
finalmente se acercara a mí arrastrando los pies. Unas pocas canciones y
tragos más tarde, terminé dejándola fuera de combate sobre la mesa de
picnic de afuera en la parte trasera. Luego de decirme que yo no
necesitaba un condón porque ella estaba tomando la píldora, casi me
arrepiento ahí mismo. Me pregunté a cuántos hombres le había dicho lo
mismo. Pero conté con ese delgado y pequeño pedazo de látex para
mantenerme seguro. La peor parte de esto fue, que yo no estaba
totalmente metido en esto, aburrido… me tomó una eternidad terminar.

***

La sala de espera vacía fue una visión de bienvenida. Ningún figurín


muy arreglado, ningún calculador, ningún reidor y cruces de piernas.
Perfecto. Me senté en la silla más alejada de donde ella me había llamado
por última vez y escuché la música por los parlantes. Impacientemente,
observé el lento movimiento del reloj. Para ser honesto, el pensar en verla
otra vez me molestaba. Pero no estaba seguro si esto era a causa de ella o
porque yo estaba siendo ordenado por la Corte a hacer algo que realmente
pensaba que era una mierda.
Mi teléfono zumbó. Un texto de Stacey. Espera… tacha eso. Una foto de
sus tetas. Sonreí ante la imagen. No siempre de trato diario, pero al menos 22
un par de días a la semana.
—Sr. Scott.
Rápidamente, apreté el botón de mi teléfono para cerrar la pantalla, y
Página

me paré.
—Hola —saludé.
Ella ofreció una sonrisa forzada, luego la seguí atrás.
—¿Cómo estás hoy? —preguntó ella, deslizándose en su asiento y
agarrando el bloc de notas. Su pollera era corta e incliné mi cabeza para
ver si podía dar un vistazo.
Asentí una vez.
—Bien. ¿Y usted?
—Estoy bien, también. Gracias.
No pude evitar notar que ella tenía las más delicadas manos cuando se
rascó su nariz.
—Sr Scott. ¿Dónde creció?
Supongo que habría poco que decir. Siempre lo profesional.
—Aquí.
—¿Sigue los deportes?
—Algunos. Sí. ¿Usted?
—Algunos. Sí —contestó ella, pero creo que se estaba burlando de mí.
Descansé el tobillo sobre mi pierna y la miré fijo. ¿Ella pensaba que yo
iba a pasar por esta mierda? Sin embargo tenía que admitir que esto era
más intimidante de lo que pensé que sería. Exponiéndome. Hablar con las
chicas era como respirar. Pero abrirme a una increíble mujer era
paralizante.
Ella escribió en su bloc, inquietándome más. Finalmente, me resigné a
descansar mi cabeza hacia atrás y cerrar mis ojos… de esa manera, no
tenía que mirarla o ver lo que estaba escribiendo. Odiaba ser juzgado.
Después de unos buenos veinte minutos de agonizante silencio, mi
teléfono zumbó de nuevo y lo recuperé de mi bolsillo, robándole una
mirada mientras abría mi celular. Ella me estaba mirando fijamente. 23
No reconocí el número en mi teléfono pero reconocí el tatuaje. Deanna.
Me preguntaba cuántos tipos habían visto esa tinta. Recordé trazándolo
con mi lengua. No había visitado a Deanna por un tiempo, pensé con una
Página

malvada carcajada.
—¿Algo que le gustaría compartir?
Sacudí mi cabeza.
—No creo que le guste ver esto.
—¿Por qué es eso? —preguntó.
Optando por el factor sorpresa, dije:
—A menos que le guste hincarle el diente a las chicas desnudas. —Y
volví la pantalla hacia ella por un corto segundo.
Ella ni siquiera vaciló.
—Puedo ver el cuerpo de una mujer. ¿Qué dice el tatuaje?
Me encogí de hombros.
—No lo sé, para ser honesto. Nunca presté atención a lo que decía.
—¿Alguna vez tuvo una relación seria? —preguntó.
Me preparé para la mierda de psicología barata por la falta de relaciones
serias que estaba por venir.
—¿Defina seria? —pregunté para aclarar, tal vez demorando.
—Actuar de forma seria… sincera…
—No quise decir la versión del diccionario Webster. ¿Quiere decir como
tener citas por una extensión de tiempo?
Ella escribió en el maldito bloc de nuevo.
—No, no creo que el tiempo signifique seriedad tanto como lo que la
chica signifique para ti o lo que tú significas para ella.
—Salí con Lorraine por un año y medio durante la escuela secundaria.
Ella me quitó mi virginidad y yo la de ella. ¿Fue eso serio? —pregunté con
una mueca malhumorada.
—Diría que respondas la pregunta desde que tenías 21 en adelante.
La respuesta a eso sería inequívocamente no. No estaba seguro de haber
tenido siquiera una cita. Y dado que no me había hecho a la idea de tener 24
a esa pelirroja en mi cama, no estaba seguro de querer que ella conociera
esa parte de mí.
—Probablemente no he tenido una relación seria por un tiempo. —No
Página

podía esconder mi sonrisa.


Mi teléfono zumbó de nuevo pero esta vez lo ignoré.
—¿Quiere una relación seria? ¿Una esposa? ¿Hijos?
Inintencionadamente, reí por lo bajo. Nunca había encontrado a nadie
donde eso siquiera cruzara por mi mente. Quería arrojar ese bloc por la
ventana.
—Doc. Un jugador debe jugar —afirmé y observé mientras ella tragaba,
su pequeña garganta apretándose.
—Su sesión terminó por hoy. Lo veré en tres días —dijo, parándose.
—Ey, ¿Doc?
—¿Sí? —preguntó con las cejas elevadas.
—¿Quiere tomar algo?
—Sr Scott. Usted es mi cliente. No puedo.
Abrió la puerta de su oficina y la cerró.
—¿Lo haría si yo no fuera su cliente?
La puerta se abrió de nuevo mientras ella sonreía y caminaba al pasillo,
ignorándome completamente. Mi maldita sangre comenzó a hervir.
¿Pensaba ella que era demasiado para mí?
Un alto, retardado tipo estaba pasando por el pasillo.
—Sr Ross. ¿Sería tan amable de mostrarle al Sr Scott la puerta?
—Absolutamente —dijo este tipo Ross.
—Adiós, Sr Scott.
¿Qué tal “vete a la mierda, Doc”?
—Nos veremos —dije.

25
Página
4
Megan
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

El segundo día en una semana que me desplomé en mi silla debido a


las travesuras de Kieran Scott. Si su culo sexy quería sentarse en silencio
durante una hora... por todos los significados que tienen en él, tu tonto
terco. —No quise decir la versión de Webster —yo imité en voz alta.
—Te voy a dar algunas definiciones —tiré mi bloc de notas, hablando
con nadie más que conmigo misma. —Tortuoso: mirando a Kieran Scott
por cualquier periodo de tiempo —le di una patada a la otomana en mi
oficina, dolor que se irradia a través de mi pie. —Agonizante: querer tocar
tal perfección aunque sólo sea por un segundo —continué mi perorata. —
Y... angustiante: sabiendo que tengo que soportar reunirme con él durante
once semanas más —pisando fuerte por encima del calendario en mi pared
y dibujé una X en los últimos siete días ... semana uno abajo.
— ¿Y en serio? Chicas enviando fotos desnuda a su teléfono. ¿Quién
hace eso? —yo casi grité mientras sacaba las llaves del coche y golpeaba
mi silla debajo de la mesa.
Irritación se deslizó en cada centímetro de mi cuerpo mientras pensaba
26
en su ronca voz... su mirada penetrante. Por mucho que el pensamiento de
Kieran tocándome me causara un dolor en mi bajo vientre... oh dulce
Página

Jesús, ¡necesitaba ayuda! Nunca había conocido a nadie en mi vida tan


malditamente arrogante. No había ninguna duda en mi mente que me
gustaría seguir siendo profesional, y claramente estaría peleando la batalla
por los dos.

Sólo tres cortos días más tarde, el clima de Portland estaba más
caliente de lo normal y mi ventana en el apartamento no estaba
manteniéndose. Usiah estaba, por supuesto, sentado fuera cuando salí,
donde inmediatamente me deslicé en el pequeño charco de agua que se
acumuló bajo el aire acondicionado, golpeando mi cabeza contra la unidad
de metal.
— ¿Estás bien? —preguntó el pequeño Andrew. Lo vi conduciendo un
coche Matchbox pequeño en la suciedad.
—Sip. Tal vez eso golpeó algo de sentido en mí —me reí, pero maldita
sea dolió.
— ¿Quieres jugar?
—Oh amigo. Tengo que ir a trabajar. ¿Por qué no estás en la escuela?
—Yo no voy a ir a la escuela más. Mamá está enojada con ellos, así que
estoy cambiando de escuelas. No se puede iniciar hasta el lunes.
Mamá está enojada con ellos porque probablemente fuiste devuelto por
ausentismo escolar. Mi corazón se rompió. Todos los seres humanos
pueden ser CREADOS de la misma manera, pero eso es tan igual como
obtenerlo. No había nada igual sobre la circunstancia en la que uno nace.
Lo sabía mejor que nadie. Me hizo enfermar y ruego que se trate de un
ciclo que Andrew pueda romper.
Me agaché y le palmeé la espalda. —Te diré que amigo, voy a tomar un
cheque de lluvia. 27
Miró hacia el cielo. — ¿Qué es un cheque de lluvia?
No podía dejar de reír. —En realidad no es un cheque de lluvia —le
expliqué, frotándole la cabeza. —Significa que voy a jugar contigo más
Página

tarde.
—Está bien. Diviértete en el trabajo.
—Lo haré, mequetrefe.
Usiah me miró todo el camino hasta el coche.
El calor dentro del reducido espacio fue aún más intenso, tomando mi
aliento. Y cuando me giré la llave... nada.
— ¡NO! —grité, golpeando el puño contra el manubrio. Realmente iba
tarde. Le di otra vuelta al encendido... el motor se quedó tranquilo.
Tanto Usiah y Andrew me miraron y por mucho que me entraron
ganas de llorar, sonreí.

28
Página
5
Kieran
Traducido por Paulii~
Corregido por July CB

¡TRES DÍAS! Ese es el tiempo que había pasado desde mi última


brutamente larga hora de tormento. Mi vida era asombrosa fuera de estas
pendejadas de sesiones de una hora cada semana... ¡dos veces a la
semana! Y cómo una mujer, aunque extrañamente atractiva, podía
meterse bajo mi piel como esta lo hacía estaba lejos de mi entendimiento.
Entrelacé mis dedos, haciendo estallar mis nudillos, luego incliné mi cuello
de un lado al otro, haciéndolo crujir también mientras esperaba.
—Qué mierda —dije en un murmuro.
Yo podía acostarme con cualquier maldita mujer que quisiera a
cualquier hora del día. Si hubiera conocido a la Doc en algún bar un fin de
semana, no tenia duda de que habría sido mía para ahora. Pero ella tenía
algún estúpido código de ética donde esconderse para mantenerme a raya.
Así que, me senté, pensando en mi siguiente movimiento. Cómo hacerla
enfadar. Cómo meterme debajo de su piel también. Y mientras me sentaba
en ese maldito vestíbulo... otra vez... dejé escapar un exasperado y fuerte
suspiro esperando que ella lo oyera. Esperar no era mi especialidad.
29
Cuarenta malditos minutos más tarde, ella voló a través de la puerta, y
mi sangre estaba más que hirviendo, mi labio se tiró en un gruñido, listo
para atacarla por faltarle el respeto a mi tiempo. Al menos hasta que noté
Página

su apariencia desaliñada. Su cabello estaba amoldado sobre un lado de la


cabeza y por alguna razón se veía aturdida. Un chichón del tamaño de una
pelota de golf estaba cerca de su sien derecha, donde el sudor corría.
—Lo siento, Sr. Scott, por favor venga conmigo.
—¿Te gustaría reprogramar? —pregunté, tratando de cuidar mi tono.
Una carpeta de archivos se cayó de sus manos y los papeles se
dispersaron. Me agaché, la ayudé a recogerlos y miré el balanceo de su
escote cuando ella se movió. Mi enojo se escabulló y por la razón que sea,
la tensión dejó mi cuerpo.
—Lo siento, Sr. Scott. Si usted puede quedar, yo también.
—Deja de decir que lo sientes. ¿Qué paso? ¿Por qué llegaste tarde?
—Lo siento. —Hizo una mueca de dolor—. Por favor, Sr. Scott.
Cuando le pasé los papeles, sostuve su mano un poco más de tiempo de
lo necesario, forzando sus ojos a encontrar lo míos.
—Por favor Doc, dices Sr. Scott y yo busco a mi padre. Y sabes lo que le
pasó a mi padre.
Sus ojos parpadearon lejos.
—Bien... Kieran. Lamento llegar tarde. Realmente lo siento. Tú tienes
una obligación de estar aquí y no quiero que pienses que no me estoy
tomando esto con seriedad. Si no te presentas se dicta una orden. Si yo no
me presento... bueno, lo siento —se disculpó ella silenciosamente.
Había una tristeza en sus ojos redondeados, y la molestia se apoderó de
mí que ni siquiera me importo un poco.
—No te preocupes. Pongamos este espectáculo en camino.
Ella solo ofreció un simple asentimiento y se dio la vuelta.
La seguí a sus espaldas, lo cual tenía que decir era la mejor parte de 30
este trato. Mirarla caminar. Ella tenía el trasero más sexi. Por el momento,
estaba escondido debajo de su falda. Pero las pantorrillas y muslos
desnudos dirigiéndose hacia él... yum. Algún día.
Página

Después de cerrar la puerta, se sentó con su carpeta y papeles, y el


profesionalismo la había poseído de nuevo. La máscara estaba en su lugar.
—Ahora. ¿Cómo estás?
—Bueno estoy un infiero mucho mejor que tú en este momento. ¿Qué
anda mal?
Instantáneamente, ella sacudió la cabeza.
—Sr. Sco... Kieran. No estamos aquí para hablar de mí.
—¿Qué tal si hacemos un pequeño trato, Doc? Yo hablo. Tú hablas.
¿Hecho?
La observé mientras ella hacia una comida de su labio inferior.
—Mi auto se averió. Salté sobre la línea amarilla y se hizo tarde debido a
todas las paradas. Es así de simple. Me gustaría abordar algo de la última
vez.
¿La línea amarilla? ¿De dónde demonios venía ella?
—De acuerdo. —Reposé mi tobillo derecho sobre mi rodilla izquierda.
—No estaba tratando de ser presuntuosa acerca de tu vida o tus padres.
No sé mucho de ti fuera de un par de cosas que me contaron. No he leído
un archivo. Pero ¿te gustaría hablar sobre tus padres?
—No. ¿Necesitas un aventón a casa?
—Sr. Scott —me regañó ella, luego cerró sus ojos, viéndose como si
estuviera adolorida—. Por favor responda mis preguntas.
—Ya respondí a tu pregunta. No quiero hablar sobre mis padres.
Finalmente poniendo su bloc de notas a un lado, ella me miró con esos
ligeros ojos grises.
—¿De qué quieres hablar?
—Quiero saber si necesitas que te lleven a casa. ¿Y qué le pasó a tu
cabeza?
No entendía por qué seguía cerrando los ojos. La pregunta no era difícil. 31
Un simple sí o no.
—Kieran. —Ella casi lloró y tiró de mi corazón un poco—. Te necesito...
Esas palabras me sacudieron... me golpearon como una bala en el
Página

pecho. Inhalé bruscamente. Mi pie comenzó a girar, arriba y abajo,


mientras peleaba con la urgencia de salir corriendo de la habitación, pero
algo mantuvo mi trasero pegado a ese sofá de dos plazas. Me desplacé en
mi asiento cuando temí que ella viera mi madera deportiva 7. Qué
demonios... No sabía si estaba más preocupado por ella necesitándome
sexualmente o... lo que sea... ¡Mierda!
—Te necesito como mi cliente y necesito este trabajo. Pero si debes
saberlo, mi auto se averió y vivo en una pocilga. Ahora por favor habla
conmigo. Tengo que darle reportes a la corte y ahora mismo, no tengo
nada.
Miré hacia abajo para ver si mi pecho estaba en realidad
derrumbándose. La desesperación en su voz causo estragos en
mí simplemente porque parecía que su bienestar dependía de mí.
Normalmente eso me mandaría corriendo en la dirección contraria tan
lejos como una mujer esté involucrada, pero en su lugar había un
abrumador deseo de... ayudar.
—¿Qué quieres saber, Doc.? Soy un libro abierto —dije inclinándome
hacia ella, exhibiendo una sonrisa que hacía que la mayoría de la chicas se
desvanecieran.
—¿A qué te dedicas? —preguntó ella con una semi-sonrisa.
—Soy un gorila8.
Sus cejas rojo oscuro bajaron y tres líneas se plegaron a través de su
frente. Por primera vez, me sentí juzgado por ser un gorila. La habitación
estuvo incómodamente silenciosa por un par de minutos.
—¿Por qué estás involucrado en la corte?
—No soy un criminal.
—Eso no fue lo que pregunté.
Tomó todo lo que tenía para no ser un cretino. Así que me senté, 32
permitiendo otra pausa silenciosa, pensando mis palabras de paso.
Finalmente, dije:
Página

7 Sporting wood: Tener una erección en un lugar público, como una oficina, o un club.

8Bouncer: Gorila; forma informal de portero. Personal de seguridad posicionado en las


entradas de los bares, pubs y/o clubs nocturnos.
—No voy a tolerar a un hombre golpeando a una mujer.
Sus ojos se ampliaron un poco pero no podía leerla todavía, así que no
estaba seguro de lo que significaba. Esta vez, ella estaba callada.
—¿Y... tú... siempre tratas a las mujeres con el mayor respeto?
Le disparé una sonrisa vulgar.
—Cuando se lo ganan o se lo merecen.
Las esquinas de su boca se elevaron también. Me gustaba eso. Mi
interior sonrió.
—¿Haces pesas?
—Sí. Trabajo mucho. ¿Tienes novio? —pregunté, ansiosamente
esperando una respuesta.
Sus manos se encontraron en su regazo cuando la lapicera se cayó de
su mano.
—Sr. Scott.
—Kieran —la corregí, cuando ella inspiró.
—Kieran. Esa no es una pregunta apropiada.
—No estaba destinada a serlo.
Después de girar en su silla y mirar el reloj, dijo:
—Oh wow. Yo no estaba solo atrasada sino que te mantuve incluso
hasta más tarde. Se acabó nuestro tiempo por hoy.
Por supuesto que sí. No había forma de que fuera a descartarme de
nuevo. Aceché hacia ella y giré su silla de vuelta alrededor hasta que me
estaba enfrentando. Ella examinó sus torpes dedos.
—Te voy a llevar a casa.
Su boca perfectamente redondeada cayó abierta, y luego ella se disparó 33
de la silla.
—¡Sr. Scott! No puedo ir a casa con usted. No sé lo que cree de mí o lo
que hace con otras mujeres pero yo no voy... no puedo... ir a casa con
Página

usted. ¡Soy su terapista!


Una lenta sonrisa se extendió por mi rostro. Y alcancé hacia ella para
remover un solitario cabello que parecía pegado en el ligero lustre de su
brillo de labios. Ella se congeló.
—No estaba hablando de que vinieras a casa conmigo, Doc. —Mi
diabólica sonrisa se amplió—. Te voy a llevar a tu lugar. A tu casa, para
dejarte allí. A menos que quieras que me quede. —Le guiñé, lentamente
quitando el cabello de su labio.
La cosa que encontré más fascinante fue que hubo una fracción de
segundo donde ella se volteó hacia mi toque.
—No te puedes quedar —susurró—. Tampoco puede llevarme a casa, Sr.
—pausó—. Kieran.
—¿Por qué?
Ella se paró, agarrando su bolso del escritorio donde lo había lanzado
cuando entramos.
—Es inapropiado. Por eso —dijo, apurándose a alejarse de mí y abriendo
la puerta.
Yo la empujé hasta cerrarla y me pregunté si pasaríamos por esto de
abrir y cerrar la puerta en cada sesión.
—A la mierda lo inapropiado. Tú necesitas un aventón y yo estoy aquí.
Es práctico.
—Dije que no.
Abrió la puerta de nuevo.
Esta vez la cerré de un golpe.
—¿Por qué?
—¡Porque yo lo digo! —escupió ella. 34
—Eso solo funcionaba viniendo de mi madre, Doc. ¿Por qué?
—¡Porque no quiero que veas adonde vivo, ¿bien?! —gritó ella, luego
arrojó la puerta abierta y se precipitó afuera.
Página
6
Megan
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

El aire caliente de Portland me golpeó duro mientras me escapaba de


la oficina. Escapaba de Kieran... su cercanía. Su voz ronca y rasposa. Sus
penetrantes ojos marrones. Sus proposiciones.
— ¡Espera! —Kieran gritó desde algún lugar detrás de mí.
La idea de alguien como él estando en mi apartamento o viendo donde
vivía del todo... yo no podía soportarlo. Francamente, yo no podía aguantar
mucho más de Kieran Scott, punto.
—Doc. Por favor.
—Kieran, no —le supliqué, manteniendo mi ritmo, pero a sabiendas de
caminar en la dirección equivocada del tren. Este hombre me tenía
nerviosa, y una pocas lágrimas en mis ojos. ¡LAGRIMAS! Abrí los ojos para
evitar que se caigan.
— ¡Deja de caminar! —ordenó, su voz más cerca, y me congelé. Había
algo en su tono que me dijo que hablaba en serio. También había algo en
su tono que me hizo querer hacer lo que me ordenó hacer.
Dentro de un corto segundo estaba delante de mí, pero cuando miró a
35
mis ojos, sus cejas bajaron y soltó un respiro.
—Mira, he sido inapropiado. No lo haré de nuevo. Déjame darte un
Página

paseo a casa. No voy a juzgarte, lo juro. No tienes idea de donde vivo o de


qué forma vivo.
Después de tomar en un suspiro largo y lento y obligando a los pozos
de lágrimas a secarse, hablé. —Bien. Gracias. ¿Dónde está tu coche?
Él inclinó la cabeza hacia la moto en el aparcamiento. Bueno, mierda
en un palo9, que montaba una moto. Una hermosa Harley-Davidson, no
menos. Cada chico malo caliente que rompe tu corazón monta una moto.
Tomó mi mano y me llevó hacia ella y esto fue exactamente lo que vi
satisfacer al Sr. Correcto jugar fuera. ¡PERO ERA MI CLIENTE! Quité mi
mano de la suya.
—Aguanta. Dame cinco —dijo.
— ¿Qué quieres decir? ¿Por qué cinco? —pregunté, preocupada por la
falda que tenía encima.
—Yo no uso un casco —dijo metiéndose las manos en los bolsillos
delanteros de los pantalones vaqueros y luciendo ilegalmente caliente. Lo
juro por Dios, este chico posó para la parte delantera de libros y era el foco
de la fantasía de toda mujer.
— ¿Bueno? ¿Y?
Entonces lo vi ondear y me di la vuelta. Un chico se detuvo en un gran
camión rojo, y le tendió un casco de moto y algo más. Kieran lo tomó, dijo
gracias, y el chico condujo fuera después de estudiarme por un caliente
minuto.
—Para usted, mi señora —dijo Kieran sosteniendo el casco de color
negro y guiñando un ojo de nuevo. Maldición ese guiño sexy-culo.
— ¿Él trajo eso por mí?
—Sí.
—Pero, dije que estaba bien como hace cinco minutos —le expliqué. 36
Una sonrisa reveladora cruzó su rostro.
— ¿Sabías que iría?
—Lo texteé hace unos treinta minutos."
Página

9
Expresión de frustración semejante a “drat”: porras.
— ¿Durante la terapia? ¿Tu texteaste? —le pregunté, incapaz de
ocultar mi sorpresa.
—Um. Sí.
Dentro de aproximadamente un segundo, mi mandíbula se cerró y me
di la vuelta. ¿Cómo diablos me he perdido eso? Qué asumido, idiota
arrogante. Todo mi cuerpo se puso rígido. Fue bastante tarde de que yo no
iba a coger la línea amarilla, pero me gustaría probar y llamar a alguien...
¡a cualquiera!
Pero Kieran fue más rápido que yo. Sus manos se envolvieron
totalmente alrededor de mis brazos y los presionó a mis lados.
—Malditamente deja de alejarse, ponte los malditos pantalones cortos
y luego súbete en la maldita moto. Ahora —dijo con los dientes apretados.
Pasé alrededor de él y le di mi mejor mirada maligna. La arrogancia de
él por pensar que habría dicho que sí.
— ¡Súbete! —exigió.
Yo no me moví.
—Lo juro por Dios, Doc. Estoy tomándote a casa con o sin ti diciendo
bien. Ahora, la manera en que yo lo veo, tienes dos opciones. Uno. Deja de
actuar como una inmadura de trece años de edad, ponte los calzoncillos
encima y súbete en la maldita moto. O dos. No. Tu elección.
¡Yo no era inmadura! ¡Que lo jodan! Tiré los calzoncillos de su mano,
exhalé un suspiro de exasperación y deslicé los calzoncillos bajo mi falda.
Cuando terminé, arrebaté el casco de sus manos. Después de que me
sujeté la correa, inclinó mi barbilla y la apretó. Duro, topacio marrón se
asentó en medio del blanco en sus ojos. Eran sorprendentemente hermoso. 37
Marrón claro con manchas de oscuro entremezclados en el color.
Mis labios se abrieron y rápidamente los lamí, luego cerré la boca.
Debió de confiar que me iba a subir porque vi como él lanzó su pierna
Página

sobre el asiento de cuero, a horcajadas entre la moto.


La ansiedad que sentía por lanzar mi culo en la moto era claramente
evidente porque él tendió su brazo ofreciendo asistencia.
—Agárrate a mi hombro y tira tu pierna por encima —él dirigió. —Si
puedes.
Así que lo hice. ¿Si puedo? —Este no es mi primer rodeo, astuto.
—Sí, no me imagino que lo fuera.
¿Que se supone que significa eso? Había burlado a mi padre toda mi
vida y Jared era una broma. Kieran era el primer chico que me diera una
carrera por mi dinero.
—Necesito que te aferres a mi cintura porque yo no tengo mi respaldo
puesto.
Asentí con la cabeza.
—Dame una dirección general de donde voy —dijo fríamente. Me gusta
más la indiferente.
—Los Pine Apartment bajando sobre East Fifth —le susurró y tomó
una respiración profunda cuando él no se inmutó.
Entonces la maquinaria debajo de mí vino a la vida, vibrando el
infierno fuera de mi culo. Él inclinó su cuello hacia donde pudiera verme.
—Sujétate —instruyó y supe al instante que sería mi perdición tan sólo
diciendo esas palabras golpeó algo dentro de mi ingle. Espera... tuve la
sensación de que esas palabras tenían más significado del que yo pudiera
darse cuenta.
Envolví mis brazos alrededor de la cintura de Kieran y descansé mi
mejilla contra su espalda. No había estado tan cerca de un hombre en
unos años. Él era roca dura debajo de su camisa y para ese momento, yo
no confiaba en mí misma, así que empuñé mis manos.
Mi corazón se mantuvo al ritmo del ruido sordo del motor y cuando el
motor corrió, lo hizo mi corazón. Tuve la nauseabunda sensación de que
38
dejar ir a Kieran Scott iba a ser difícil.
Página
7
Kieran

Traducido por Carisbel Guaramato


Corregido por Sahara

Cuando sus brazos se colocaron alrededor de mí me robo el aliento,


pero todavía no me había calmado cuando ella me dijo dónde vivía. ¿Los
apartamentos Pine? ¿Estas bromeando? En una noche normal yo no iría
ahí, menos solo con mi Harley. Yo simplemente trague. Pero me
condenaría si ella viera alguna reacción de mí cuando ella me dijo el lugar.
Mi mente dijo que debo estar alerta y cauteloso. Pero mi malvada polla me
estaba diciendo que manejara hasta que saliera el sol. Sus brazos tenían la
fuerza de un pitón con la manera que se contrajo alrededor de mí. Solo
podía imaginar cómo se sentirían tener sus piernas alrededor de mí. Yo
moriría feliz de asfixia. Ella no lo sabía todavía… pero yo voy a follarla…
Aunque sea mi terapeuta o no.

En la luz roja, ella aflojo su agarre un poco.

—¿Estas bien? —Pregunte

—Sí. Puedes dejarme en el QT cerca de la esquina —ella sugirió.

Ni de chance, el pensamiento de ella manejando a ese lugar cada noche


trajo vómito a la parte posterior de mi garganta mientras pasamos el QT
que ella me dijo, juro por Dios que veía la escandalosa ropa de las
prostitutas que se encontraban alrededor.

Portland tenía su ración justa de personas sin hogar, y ellos estaban


39
dispersados alrededor, ocupando cada banco en las esquinas. Realmente
quería saber cómo diablos ella consiguió un lugar aquí.

Ella toco mi espalda y señalo a la izquierda, yo gire en la primera


entrada. El sonido de mi bicicleta alerto a la gente del lugar y cerca de 5
Página

pares de ojos descansaron en nosotros. Mis entrañas gruñeron un poco.


No había manera de que pudiera protegerla en un lugar así.
—Mierda —susurre debajo de mi respiración, viendo las personas en sus
entradas.

Otro golpe en mi espalda y señalo el nivel del suelo entonces estacione


cerca y apague el motor. Su casa tenía macetas de plantas y flores
alrededor de la entrada y una alfombra de bienvenida. Esa mierda tendría
que irse.

Ella lucho con la manilla y levanto la quijada, permitiéndome ayudar.

—Puedes irte, lo tengo desde aquí.

—Solo pon tu trasero adentro —dije pacíficamente, golpeando el casco


con mi motocicleta y evadiendo nuestros espectadores mientras se hacían
camino afuera en sus balcones.

—Jesucristo —susurre. Una sonrisa de lado toco su boca y al principio


me congelé porque pensé que me escucho.

—Gracias por traerme.

—Cuando quieras.

—Hola, señorita Lil —escuche a alguien decirle y me di la vuelta


preparado para una pelea mientras los pelos de mi nuca se erizaron.

—Hola Usiah

Este tipo Usiah me estudio con ojos severos, pensé que su tono de voz
con ella parecía sincero. Eso me complació. Me importaba una mierda si él
me gustaba o no.

—Megan —un niño la llamo, y el más lindo niño corrió y tiro sus brazos
alrededor de ella en un abrazo. Su color cremoso de piel parecía iluminar
desde adentro mientras los más oscuros brazos agarraron su cuello,
recordándome a Preston y a mí cuando éramos amigos. Este niño y su
amor en sus ojos, no sabía la diferencia entre ellos. Ah, aquellos buenos
viejos tiempos.

—Vi tu carro hoy y no se veía bien —dijo Usiah

—Gracias por hacer eso, lo arreglare —dijo ella, luego se volvió a mí y se


40
despidió con la mano.

Ella susurro algo al niño y vio cuando él se lanzó por la puerta principal
al apartamento al lado de ella, corrió a la ventana de al frente y le grito un
Página

te amo con sus manos. Ella hizo lo mismo de regreso.

Una vez adentro, cerró la puerta y con respecto cabeceé al hombre quien
parecía cuidar de ella, luego arranque mi motocicleta.
Los pelos de mi nuca dejaron de erizarse mientras manejaba mi
motocicleta hacia atrás para poder jalarla. Santa madre de Dios, nunca
había querido irme de un lugar tan rápido en mi vida…y tampoco había
querido tanto llevarme a alguien conmigo como ahora.

***

Después de llevarla a casa, necesitaba hablar con Joe. Entonces maneje


directo allá.

—¿Kieran? ¿Qué pasa? —Pregunto Vivian con preocupación en su cara


cuando me vio parado en su puerta.

Era totalmente comprensible. Yo solo había estado ahí dos veces en dos
años desde…Vivian me invito y nunca vine. Por Dios santo, ella era la
mejor amiga de mi mama, verla me recordaba lo que había perdido.

—Nada, Vivian. Estoy bien. Es bueno verte. ¿Puedo hablar con Joe?

—Por supuesto. Por favor, entra y dame un abrazo. —Nuestro abrazo fue
más largo de que lo espere pero estuvo bien y encontré confort en su
familiar sonrisa.

—¡Joseph! Baja. Kieran está aquí —ella grito hacia la escalera.

Su casa no era tan grande como la de mamá y papá pero no obstante


era grande. Entre en pánico cuando pensé que Joe se cayó y corrí hacia
las escaleras, pero rápidamente me di cuenta que salto esas escaleras
como un maldito elefante.

—¿Qué has hecho ahora? —Pregunto en un tono acusador. No estoy


seguro si fue actuando como juez o padre.
Negué con la cabeza—. ¿En serio? —Solté una respiración exasperada—
. Nada.

—¿Entonces porque etas aquí? —Su voz era brusca.

Aunque yo era grande, Joe era más grande y más formado que yo, él era
el más grande en sus días. Me encogí mientras Joe se me acerco, baje mi
41
cabeza. Él tiene 25 años más que yo. También mantengo en mi mente que
él no toleraba mucho a su hijo Preston.

Yo nunca realmente supe que eran negros hasta que Preston y yo


Página

pasábamos el rato un día y un niño lo llamo negro. Yo ni siquiera sabía


qué diablos estaba diciendo. Pero cuando Joe escucho la historia, trato de
enseñar a Preston acerca de lo hiriente que las personas podrían ser y que
era su elección como manejarlo. Yo por otro lado sabía que esa palabra
hirió a mi segunda familia y no tuve tolerancia después de ese día. Esa
fue mi primera pelea. Regrese y golpee hasta el final a ese niño blanco.

Desde la muerte de mis padres, Joe sabía que yo estaba enojado, yo


sabía que estaba enojado, incluso en este momento, mi estómago se
retorció en furia solo pensando en el pasado. Yo estaría enojado por un par
de años. Pero por más que estaba molesto, sabía que Joe no toleraría
irrespeto.

—Necesito hablarte

—Muchacho, la mujer de allí te ha pedido que vengas aquí por dos años
y tú te has negado cada vez. ¿Sabes cuánto la has herido?

Yo baje mis ojos—. No pero puedo imaginarlo.

—Ven aquí. —Dijo apuntando a la sala donde vi muchas películas con


Preston.

Me senté después que él lo hizo.

—¿Porque no me has gritado en la corte todas las veces que te he visto?


—Pregunte confuso por su reacción esta noche.

—Porque eso son negocios, esto…. Esto es personal.

Mi corazón se agrando en mi pecho. Dios los extrañe.

—Dime que hay en tu mente, hijo —dijo él.

—El dinero. —Joe solo asintió.

—¿Que paso con eso? Es tuyo, todo se convirtió en tuyo cuando


cumpliste los 25 años, solo tengo que firmar.

No. No. No. No. Esto de repente se sintió mal. Cerré mis ojos.

—No quiero el dinero —casi grite y coloque mis dedos detrás de la


cabeza.

Mis ojos se abrieron cuando Joe toco mi pierna.

—Está bien, está bien, hijo. No firmare nada. Dime lo que necesitas.
42
Me pare. Un ataque de ansiedad apareció y mi pulso se aceleró.

››Kieran. Déjame ayudarte. No tenemos que usar tu dinero. Puedo


Página

prestártelo. ¿Para qué es? —Joe pregunto parándose también.

Finalmente, escupí—: Necesito $30,000. Quiero comprar un carro y


necesito el dinero.
El asintió. —Tú tienes varios carros y una motocicleta.

—No es para mí.

—Puedo hacer eso. Tal vez no en efectivo pero en un cheque de caja.


Puedo preguntar, ¿para quién es? ¿Estás en algún problema? —Pregunto,
siguiéndome hasta la puerta con cara de preocupación. Vivian debía estar
escuchando porque se unió a nosotros en la entrada.

—No hay problema. Es para mí terapeuta, Megan algo. Gracias de todas


maneras —lo dije sarcásticamente—. No hay terapia real hasta el
momento, solo realmente estamos discutiendo. Ha sido realmente útil. —
Guiñe un ojo así él sabría que estaba bromeando… más o menos.

—¿Qué te hace pensar que ella necesite un auto? —Pregunto Vivían, y


eso me sorprendió.

—El de ella se dañó, fue tarde a nuestra cita. Vive en un área realmente
fea. Necesita un carro en el que pueda confiar —explique

—Solo una pregunta justa, ¿Por qué eso es tu responsabilidad?

Me encogí los hombros—. Yo no tengo tiempo que perder. Ella


desperdicio 40 minutos de mi tiempo antes de nuestra cita y luego tuve
que dejarla en su casa. Tengo cosas mejores que hacer que llevarla
alrededor.

Vivian lucho con una sonrisa y me pregunte qué fue lo que sonó
gracioso.

—¿Por qué no pasas por la corte mañana a las 8? Lo tendré para ti en


ese momento. —Joe dijo.

—¿También puedes venir esta semana a cenar? —Vivian intervino, con


ojos suplicantes.

—Suena bien —estuve de acuerdo, asintiendo a Joe y dándole un beso a


Vivian en la mejilla.

43
Página
8
Megan

Traducido por Macaslomb


Corregido por Sahara

Cuando entré, Joe y Vivian estaban en el camino con un coche nuevo,


mientras tartamudeaba entre la ira y la apreciación. Me temblaban las
manos, con la esperanza de que pudiera mantenerlo, pero también
temblaban de miedo a que se lo llevaran. Mi coche tenía catorce años y lo
había conducido por siete. Mi padre me lo había comprado cuando cumplí
16 años; esa fue la única vez que estuvo en casa durante unos meses.

Yo no podría decir que no estuve muy emocionada esta mañana cuando


salí a buscar un sobre a mi viejo coche y con una llave en el interior en el
mismo. La nota simplemente decía: Nuevo coche. Acuerdo de Gray. Vende
el antiguo. Cierra las puertas. Usiah me miraba con sólo una sonrisa y un
encogimiento de hombros.

Las únicas personas que conocía con dinero fueron los Phillipses. Joe
quería vender el auto hace unos meses. Pero Vivian se puso de mi lado,
sabiendo que tenía una conexión con mi padre y que lo haría en mi propio
tiempo. Aunque yo había estado lista hace unos meses, el dinero no estaba
allí en ese mismo momento para hacerlo. La magnífica casa que llamaba
hogar durante un año y medio era todo lo que quería cuando era una niña.

Cuando Vivian abrió la puerta, mostró su sorpresa. Dulzura. —¿Qué te


trae hasta aquí? —Rápidamente le di una mirada inquisitiva hacia los
lados… ¿Realmente pensaba que no me habría dado cuenta?

—Vivian. ¿Fuiste tú? 44


Ella me llevo a dentro.

—¿Fui yo, qué?

—¡El coche!
Página

Ella sonrió a sabiendas.

—¡Viste! ¡Fuiste tú! —Grité.


—Cariño. Yo no fui. Te lo juro que yo no fui.

Me di vuelta sobre los talones.

—¿En serio?

››¿Fue Joe?

Después de sacudir la cabeza, dijo—: Joe me diría si él estuviera


haciendo algo por el estilo. ¿Quieres un café?

—No, yo no quiero café. Vivian…No puedo mantenerlo. Sé que lo hiciste.


¡Cosas como esta no ocurren a la gente como yo!

Ella se dio la vuelta hacia mí. —Cariño, no siempre hablan mal de ti


misma. Y no tengo absolutamente nada que ocultarte. También nunca he
mentido y te juré que no era yo. Fin de la historia.

Sabía de Vivian lo suficiente para saber que era el final de la historia.


Así que ni ella ni Joe habían comprado el coche. Mi padre nunca se
ocurriría tal cosa. ¿Usiah?

Él conducía un Escalade negro…Hmmmm.

***

Mi celular sonó desde el asiento delantero10… Ruthie.

—Hey, Ruthie —le conteste.

—Hey Megs. Necesito tu ayuda.

Genial...si Ruthie necesitaba ayuda que quería decir que yo iba a


necesitar ayuda. Ella evocaba las peores ideas del mundo, y sus planes
extravagantes siempre de alguna manera me incluían.

—¿Qué pasa?

—Cita doble. ¡No me digas que no! Su nombre es Lucas. Él es realmente


caliente. Me refiero a realmente caliente. Es nuevo en la ciudad y trabaja
con Jerry.

Su novio Jerry era el vicepresidente de un banco. ¡Aburrido!


45
—¡Bien!
Página

10
the shotgun seat: Asiento del pasajero o de copiloto.

http://www.urbandictionary.com/define.php?term=shotgun
—¿En serio? ¿Lo harás? —Gritó y tiré el teléfono lejos de mi oído.

—Ruthie, yo siempre te hago caso. Y no mes dé una segunda opción de


reconsiderar…¿Cuando?

—¡Mañana!

Acerque el teléfono. —¿Mañana?

—Deja de quejarte. Ponte un vestido sexy y dime donde te recogemos?

—Jerry todavía no entrará en el barrio, ¿eh?

Straight Arrow Jerry era como yo llamaba. Y si este tipo era un amigo
con Mr. Clean Cut entonces mi conjetura era que pondría mis pies a
dormir.

—¿El barrio? —Dijo Ruthie—. Lo que sea, chica blanca.

—Voy a estar fuera de allí en cinco meses. Nos vemos en mi oficina a las
6.

Ruthie y yo habíamos sido amigas por sólo dos años. Nos conocimos en
una clase de psicología anormal en la que realmente pillé el engaño de mi
papel. Nos reímos de eso ahora, pero todavía pretendemos ser el cerebro
del dúo.

Me miré en el espejo retrovisor mientras pensaba en ella con su


aburrido, soporífero Jerry durante años. Pero en los dos años que había
conocido Ruthie, yo había sido la de menos carácter. Yo le había contado
acerca de mi pasado. Le había dicho malditamente acerca de todo. Arrojé
mi teléfono de nuevo al asiento del pasajero, sabía que en toda mi vida,
ella fue la primera amiga que sabía que podía mantener. Y si eso
significaba que tenía que soportar una noche brutalmente dolorosa con un
idiota... yo lo haría. Todos los de una sola cita, que había estado tomando
con amigos aburridos de Jerry eran exactamente eso... ¡Citas de una sola
vez!

***

Robé otra mirada en el espejo en mi oficina pretendiendo ahogarme por


mi cuello y odiándome por hacer caso a lo que parecía mi cita de antes
46
con Kieran. Había ganado un cliente más esta semana, así que estaba
hasta las siete. Sólo lo veía dos veces por semana. Kieran fue antes y
Kieran era hoy.
Página

Profesionalmente y con una mente lógica, traté de justificar por qué me


sentía así, cerrando los ojos y mentalmente trabajando las vueltas en mi
cerebro. Kieran era increíblemente apuesto. No, no era guapo, era caliente.
Grandioso. Él era el tipo de hombre que verías en una cartelera en un par
de Calvin Klein. La marca Marky del milenio. El David Beckham del
mundo real. Este dios de ojos marrones moteado, me hacía sentir
incómoda, que creo que le añadía la atracción; además, dado que mi
vagina nunca había sido ocupada, esta era la primera vez que había
considerado el sexo sólo con fines recreativos. El hecho del asunto era
que... Kieran no quería chicas como yo. Su tipo era más de una...Barbie.
Pelo esponjado, grande tetas....

Descansando mi mano en la barbilla, me preguntaba cuáles podrían ser


sus intenciones. La única cosa por la que podía venir era que él
simplemente quería el control sobre lo que había dicho a la corte, y me
negaba a darle ese poder.

Aunque yo sabía que podía controlarme, me pareció irritante que


pensara en él cuando me vestí esta mañana y como nuestra sesión se
acercaba, miraba el reloj.

—¿Sr. Scott? —Le dije, sabiendo que eso le molestaba.

Su ceja derecha se disparó pero se quedó sentado. No había nadie más


en el vestíbulo. Llevaba una gorra de béisbol hacia atrás en la cabeza. Oh
infierno santo... Yo necesitaba ayuda para simplemente respirar.

—¿Sr. Scott? —Repetí.

Pasó la página de la revista People…. Y no se movía.

Por lo tanto, lo que le permitía empujar mis botones... Hice la única cosa
cualquier terapeuta madura haría, semi-pisando fuerte caminado hacia
él, tiré la revista con distancia, acurrucado mi dedo en un movimiento de
venga-aquí y me di la vuelta. El sonido de sus rodillas que hacen estallar...
me llevó a creer que me estaba siguiendo. Cuando entre por mi puerta, me
senté y esperé a tomar asiento.

—¿Cómo le va, Doc? —Preguntó con un acento sexy.

Una leve sonrisa apareció en mis labios a su apodo para mí. Mi corazón
dio un vuelco cada vez que lo decía.

—Pensé que habíamos acordado renunciar a los apodos —Le dije.


47
El rodo sus ojos, lo que se convertía en hábito.

—Pareces enojado. ¿Todo bien? —Le pregunté.


Página

Su silencio me tomó por sorpresa. Me gustaba que fuera inapropiado a


tranquilo.

—¿Consiguió poner su coche en marcha? —Preguntó, ignorándome.


—¿Por qué haces eso?

—¿Hacer qué? —Preguntó.

—Ignorar lo que te pido. Ignorar lo que digo.

Él negó con la cabeza, no estando de acuerdo conmigo. —Nunca te


ignoro. Yo sólo puedo no responderte. Lo mismo, Sr. Scott —me dijo
poniendo énfasis en su nombre.

Después de la liberación en silencio una respiración contenida, dijo—:


Todo está bien. No estoy enojado. Me gusta Doc. No me gusta el Sr. Scott.
¿Tu auto?

Este hombre era exasperante. No era que mis otros clientes fueran
libros abiertos, porque no lo eran. Pero hablaban. Parecían utilizar el
proceso como lo que era aquí. Por mucho que yo no... no debería hablar de
mí, yo sabía que iba a conseguir que se abriera más. Así que lo hice.

—Todavía no está funcionando. Pero alguien me compró un coche


nuevo, por extraño que parezca. Así que, ahora mismo, las cosas son
buenas.

Esta vez ambas cejas se alzaron. —¿Alguien le compró un coche nuevo?


¿Cómo se llama?

—¿Qué te hace pensar que es un él?

—Bueno, para que alguien haga eso, debe significar algo para ellos. O
tal vez sólo eres tan buena en la cama. Supongo que sería un él. ¿Su
novio?

Me apresuré a negar con la cabeza. —Yo no tengo novio —le dije, y luego
hice una mueca, lamentando las palabras que salieron demasiado rápido—
. No sé quién lo hizo.

Se sentó en posición vertical, inclinándose hacia mí. —¿No sabes quién


te compró un coche?

—Todavía no. Sólo hay unas pocas personas que conozco que sabían
que tenía problemas con el coche. ¿A menos que tú lo hicieras?
48
Al instante frunció los labios y me dio otro giro de ojos infame. Me
pregunté cuántas veces su madre le diría: …Por qué me giras los ojos. Era
obvio que no podía permitirse un coche nuevo más de lo que quisiera. Las
botas de cuero bien hechas y los pantalones vaqueros raídos eran bastante
Página

indicativo. Probablemente gasto cada centavo que poseía en la Harley.

—Esperemos que al menos le guste.


—¿Estás bromeando? Me encanta y el alivio que me trajo sonrojándome
sabiendo que no iba a morir. —Me reí.

Su sonrisa era más cálida y necesitaba detener este descarrilamiento de


la terapia.

—Así que dime, ¿Cómo has estado, Kieran?

Su sonrisa adquirió un aspecto intratable cuando dije su nombre.

—He estado bien, Doc. Te veo cada dos días al parecer. No hay mucho
que contar.

—Dos veces por semana, pero eso ya lo sabes…

—Yo trabajo. Vengo aquí, entonces, vuelvo a trabajar de nuevo.

—¿Qué haces cuando no estás aquí o en el trabajo? —Le pregunté.

Se encogió de hombros. —Conduzco mi moto. Juego en una liga de pool


también. ¿Qué hay de ti?

¡GRRRR!

—Ninguna liga de Pool, pero me encanta jugar al billar —le contesté,


hacer que fuera sencillo—. ¿Estás bien?

—No estoy… mal. Usted debe venir a ver.

…No era ético. Cambie tema.

—¿Dónde conduces la moto?

—Alrededor.

Mis ojos entornados con lo que estaba segura fue una mirada
amenazante. —¿Quieres que pierda mi trabajo, cierto?

—Pierdes tu empleo, si yo no te digo donde monto mi moto?

—No me dices lo que quiero saber para pasar a otro asunto.

—¿Qué quieres, Doc?


49
Allí estaba Kieran…al que conocía. Sus palabras, junto con el tono sexy
y la inclinación de su cabeza... Satanás estaba vivo y me tienta con el
hombre más caliente que han conocido las mujeres. Me pregunté qué
podría pensar su novia con él diciendo estas cosas. Lo que me llevaba a
Página

preguntarme...

—¿Tienes novia? ¿Pareja?


—¿Está usted preguntando profesionalmente o personalmente?

Esta vez, fruncí los labios aunque yo misma no estaba segura.

—Sin novia. Soy libre —se rió.

—Por lo tanto, es por elección o simplemente no encontrado la correcta


todavía?

Sus hermosos ojos marrones zonificados en la míos. —Las mujeres son


divertidas, Doc. No creo que les gustara.

—¡Ja! Cualquier mujer con un pulso estaría encantada por ti —le dije, y
me congelé. Mi boca no se cerró, mis cejas tiraron juntas en la
mortificación pura y un gemido resonó en mi garganta.

Recordé golpear el ciervo una vez. A pesar de que pasó en una fracción
de segundo, los ojos de ciervo y los míos tuvieron un momento de
contacto… y todavía podía imaginarlo si yo cerrara los ojos.

Los ojos del ciervo celebraron el miedo y los míos celebraron la tristeza.
El ciervo sabía que a pesar de que yo no lo quisiera, yo era su depredador
en ese momento y ella era mi presa. Y por primera vez en mi vida, ahora yo
era la presa. Yo no quiero serlo. Me hizo sentir vulnerable y débil. Sin
embargo, a los ojos de Kieran Scott, me vi convertida en su objetivo. Su
cabeza se movió hacia un lado y su lengua salió, humedeciendo sus labios.

—¿Cualquier mujer? —Preguntó con voz ronca.

—Sr. Scott —susurré cerrando los ojos. La derrota se instaló en mí. Yo


iba a tener que renunciar a él como cliente. Tendría que llamar a Joe.

—Doc —susurró y el olor a cerveza sopló sobre mi cara.

¿Había estado bebiendo? Sobresaltada, mis ojos se abrieron. Nuestra


proximidad había disminuido. Me puse de pie pero él me agarró la mano,
luego con la más suave presión puso dos dedos en la base de mi muñeca.

—¿Qué estás haciendo? —Le pregunté, todavía susurrando.

—Ver si tiene pulso. 50


Página
9
Kieran
Traducido por Macaslomb
Corregido por Ami Natera

Cuando arrancó la muñeca lejos de mí, no pude evitar sonreír.


Cualquier mujer con pulso, podría escogerla. Yo no tenía que sentir su
muñeca, que frotaba la sal en la herida abierta. La sangre que se deslizaba
en sus mejillas era respuesta suficiente. La pobre chica se sintió
mortificada. Miré mi reloj. Todavía tenía veintitrés minutos para el final de
la consulta, pero se estaba volviendo predecible esta chica para mí y...

—Nuestro tiempo se acabó por hoy —dijo— y se dirigió a la puerta.


¡Dinero! Podría haber llamado hace treinta segundos.

La mire hacia la puerta. —Todavía tengo veinte minutos.

Se deslizó fuera de mí hacia su escritorio. —Eso no es exacto. Te debo


cincuenta minutos. Los últimos diez minutos se utilizan para
descomprimir y documentar.

—¿Descomprimir? —Me pregunté si eso era otra palabra para


masturbarse.

—Sí. Prepararme para mi próxima cita —dijo ella, revolviendo papeles en


su escritorio.

—¿Tienes otra cita?

—Mi agenda no es su negocio, el Sr. Scott.

Agarré su calendario que estaba abierto sobre su escritorio. No había


51
nada en la actualidad a excepción de mi sesión y alguien antes que yo.

—No tienes otra cita.


Página

La ira reemplazó lo que brillaba en sus ojos y se puso de pie, con las
manos en puños.
—Tienes razón, Sr. Scott. Yo no tengo una cita de negocios. Tengo una
cita.

Esas cuatro palabras me tocaron el culo. No literalmente, pero yo no


tenía nada que decir. Permítanme reformular que yo tenía mucho que
decir, pero ni una sola palabra se formó en mi lengua. Yo sólo vi como ella
se colgó el bolso al hombro, cogió su chaqueta, se deslizó entre el
mostrador y yo, y cerró la puerta detrás de nosotros. Después ella me
acompañó a la puerta principal, se quedó atrás. Yo nunca había estado sin
palabras.

Mientras iba a conseguir mi moto, vi un Acura estacionado al lado de


su coche. Una pareja se sentó en el asiento delantero con un tipo solitario
en la parte posterior. Después de deslizar mis Oakley traté de tener una
mejor visión. Pensé que este era su cita. Se irritó la mierda fuera de mí
como el maldito monstruo verde con fea cabeza que salía de mi pecho.
Nunca había estado celoso en un solo día en mi vida. Tuve un cero sobre
ella.

Ella habló a los clientes durante todo el día. También ella podría haber
tenido relaciones íntimas durante las últimas dos semanas. Pero esto,
viendo un coche con un chico, era un poco difícil de tragar.

De repente, apareció por detrás de los arbustos donde estaba la puerta.


Sus jeans eran oscuros con un roto cerca de su culo y otro cerca de la
rodilla, me molestaban aún más. Se abrazaban a su culo como yo lo quería
en ese momento. Los pequeños Converse de lona blanca me hicieron
sonreír. Algunos chicos y yo los usábamos demasiado en algunas
ocasiones, pero me gustaría tener esas zapatillas de deporte cualquier
otro día. La camiseta gris que llevaba aferrada a su caja torácica muy
notable. La chica necesitaba comer. Saludó con la mano al Acura. Esa fue
mi señal y me puse en marcha con la moto, acelerando el motor un poco.

Sus ojos brillaron mi dirección cuando levanté el pie de apoyo y empecé


a rodar a su manera. El chico del asiento trasero junto con la niña en la
parte delantera apilados, se encontraron con ella en la acera. La chica
morena la estaba presentando con el chico. ¿Primera cita?

Mi escape era más fuerte que la mayoría, así lo maté con fines de
conversación.
52
—Todos ustedes deben comunicarse por guiños —sugerí.

Con la boca abierta la morena descaradamente me pregunto—:


Página

¿Quien… eres… tú?

Asentí con la cabeza hacia Megan.

—Una amiga tuya.


Megan simplemente ofreció una sonrisa torcida. Sabía que iba a romper
sus pequeñas leyes de confidencialidad si ella decía que yo era su
paciente.

—Yum-mi… —dijo la morena y el idiota³ de su cita se quedó allí callado,


moviendo sus pies en sus pantalones de color caqui y presionado la
camisa.

Tienes que estar bromeando.

—¿Guiños? —preguntó la muchacha morena—. No hemos entrado a


Friday Night. Y el cover siempre es caro.

—Bueno, da la casualidad de que conozco a alguien allí. Estén a las 9.


Todd les dejara entrar. No cover.

Megan estaba sacudiendo la cabeza, se opuso a la idea, pero la sonrisa


de la chica morena se iluminó como ella exclamó: —¡Genial! Estaremos
ahí.

Cuando Megan empezó a hablar di vuelta a la llave y el motor rugió a la


vida otra vez, retumbante con ruidos altos lo suficiente como para ahogar
el dialogo de alguien. Giré la manija para darle gas y su mandíbula se
cerró de golpe.

***

El bar estaba lleno a las 8:30 y ya me lo había dicho Todd, para


mantener la capacidad para cuatro más. Ninguna banda esta noche. Sólo
un DJ invitado. La pequeña pista de baile estaba llena. Una noche en la
que no bebía, y nadie se atrevió a decirme ni mierda sobre eso. No era
realmente un día, para el caso, pero esta noche me guardé para dos
cervezas hasta ahora. Cuando se trata de ella, tenía que estar con la mente
sobria.

—Está aquí. —Escuché en mi auricular.

Al instante, mi polla se retorció, y eso me molestó. Y sólo se endureció


más cuando en realidad la vi. Ella y morena caminaban cogidas del brazo
y los imbéciles siguiéndolas. 53
—Hola, Kieran. —Una chica susurró detrás de mí.

—Hey, Stacey. —La mire y regrese mis ojos a la chica en los Converse
blancos.
Página

—Esta es Telisa —dijo Stacey, dando un paso a mí alrededor y


señalando a la chica rubia caliente de pie junto a ella.
En una noche normal, Telisa habría sido lo mío. Jesús, sus tetas
estaban en posición de firmes. Pero esta noche, no estaba interesado en la
rubia flaca.

—Encantado de conocerte —le dije en un susurro apagado y capturé


los ojos de la morena que luego asomaron a Megan.

—Estábamos pensando que te gustaría llevarnos a casa esta noche —


dijo Stacey de una manera que me llamó la atención por un segundo,
sobre todo porque enfatizó ambas. Stacey estaba caliente como el infierno,
llamando a que fuera con ella y Telisa sería una doble ventaja.

—No puedo, Stacey. No esta noche.

—Kieran. —Se quejó, el labio inferior en un puchero lleno.

—Lo siento —le conteste, más firme, con los ojos todavía sobre Megan,
que finalmente me vio a través del cuarto. Stacey y Telisa flanqueados
cada lado de mí.

—¡Kier-an! —Corrine gritó desde unos tres metros delante de mí y


corrió en un abrazo.

Yo le tranquilice, abrazándola rápidamente, entonces busque a mi


pelirroja. Ellos los cuatro estaban en el bar y fue entonces cuando Wink
señaló la mesa reservada cerca de la pista de baile.

—Ella está aquí —dijo Wink en mi auricular y yo asentí a través del


cuarto.

Su grupo se acercó a la mesa especial y me di cuenta del vaso en su


mano. Ella bebía vino. Rojo.

Los cuatro se sentaron escuchando la música y apenas se movieron


durante una hora por lo menos, hasta que una canción lenta se encendió.
Fue entonces cuando la morena arrastró al otro chico en pantalones de
color caqui a la pista. Megan se ocupó explorando el aspecto del cuarto en
cualquier lugar, en su triste excusa cita. Él tocó el hombro y señaló hacia
el suelo. Ella asintió con la cabeza. Mierda.

Él la llevó a la pista, su mano en la parte baja de la espalda de ella y


54
una vez allí, la tomó de la mano, como si se tratara de bailes de salón. No
pude dejar de notar que ella se quedó en el lado opuesto de la pista de
baile, lejos de mí. Esa chica no quería estar en ninguna parte cerca de mí.
Página

Miré a Dustin, el DJ, y corrí mi dedo de una manera rebanar a través de


mi cuello, instándolo a matar a la lenta, melodía romántica. Mitad de la
canción, él cambió hacia arriba y levantó las manos hacia mí cuando parte
del público gimió. Deslizándome de mi taburete y bajando mi posición, me
tejí dentro y fuera de la multitud hasta que la alcancé.

—Mantenlo optimista por un tiempo. Di instrucciones.

La mirada que me echó cuando di un paso atrás y la arranqué un poco


de Justin Timberlake era absolutamente adorable. Así era la forma en que
irrumpió a través de la multitud de nuevo a su mesa.

***

Megan estaba terminando su tercera copa de vino y no había manera


dado su peso corporal que pudiera beber mucho más. A pesar de que ella
estaba en zapatillas de deporte, estaba empezando a llegar tambaleante.
¿Cómo pude saber esto? Porque ella estaba caminando, tropezando hacia
mí. Mi corazón cogió el ritmo. Yo la había estado observando toda la noche
sentada, aburrida en esa mesa y finalmente, ella estaba dispuesta a
reconocerlo.

—Oye. —Ella gritó.

—Hey, otra vez.

Se rió.

—Yo... nosotros... yo principalmente... quería decirte… Gracsiashhhh.

La música se hizo más suave. Miré a Dustin y encontré que Todd estaba
hablando con él. No tenía duda de que tenían algo que ver con eso. Idiotas.

—Gracsiashhhh. ¿Qué significa eso? —Le guiñe un ojo.

—Lo siento. Yo no he comido mucho y el vino...

—De nada. ¿Te vas?

—No seriamentehhhh… Gracias. Pero esto no va a conseguirle salir de la


terapia, señor.

Hice un sonido al hacer clic con la boca, pero no estaba seguro de que lo
pudiera oír sobre la música. 55
—Maldita sea. Lo intenté.

—Yo sé que tú no tienes mucho dinero, así que espero que esto no te
quebrara.
Página

Esta cosa de dinero era un problema real para ella.

—Está todo bien —le dije.


—¡Kieran! —Gritó una chica.

Mis labios hicieron un gruñido. Heather, una chica a la que había jodido
el mes pasado, traía una bandeja de tragos hacia mí.

—¡Tengo para ti, un pezón resbaladizo, Sexo en la playa, El orgasmo y


la cabeza roja!, Puta. —Dijo con énfasis en la parte de cabeza roja, ni
siquiera intentando ocultar las dagas con que miraba a la Doc.

Megan dio un paso atrás y me levantó un dedo como una señal de que le
diera un segundo.

Casualmente levántate la bandeja de la mano de Heather, me senté en el


taburete y agarré suavemente la parte superior de su brazo.

—Quiero dejar algo en claro para ti, Heather. El hecho de que mi pene
haya tenido un poco de diversión contigo, no da derecho a tratar a alguien
de esa manera. Y de ninguna manera te da ningún derecho sobre mí.
Ahora aléjate de una puta vez.

En un arrebato, Heather giró sobre sus talones y haciendo clic en una


dirección diferente.

La Doc, por otro lado, estaba saliendo de la mano como el propio


Napoleón Dinamita. Mi pecho se expandió en una rabia posesiva.

—Malcolm está aquí. Sólo tienes que ir —dijo Wink en mi auricular.

Hice una mirada de detrás de la barra y luego miré a Todd, quien asintió
con la cabeza hacia mí para salir de allí. Caray, yo no había salido
temprano del trabajo en dos años. Yo tampoco había rechazado un trío o
los shot’s de Heather. ¿Qué demonios estaba mal conmigo?

***
Cuando apague la Harley, la noche tranquila calmó mis oídos sonando.
Dejando el bar después del anochecer siempre fue pacífico. Pero, en
verdad, lo que estaba haciendo estaba mal. Era inestable. Lo sabía. Su
coche seguía estacionado, vacío en el estacionamiento y yo no sabía si
incluso volverían aquí. Treinta minutos, eso es lo que yo les dar. 56
Mientras miraba las estrellas, pensé en sus palabras arrastrándose. Ella
estaba demasiado borracha para conducir a casa. Si la trajeron de vuelta
aquí, yo estaré muy enojado.
Página

Cuarenta minutos más tarde, vi las luces sobre los arbustos y luego en
la calle un coche tirado en el aparcamiento. Mis pensamientos rebotaban
entre hablar con Joe sobre cómo solicitar otro terapeuta y pegarme un tiro
por pensar tal cosa. En el fondo, tenía ganas de nuestras reuniones, pero
no estaba seguro de lo mucho que tenía que ver con la terapia.

No me moví. Simplemente observe mientras ella se cayó del asiento


trasero. Viajaba en solitario. Napoleón debió de haberse convertido en una
calabaza.

—¿Segura que estás bien para conducir? —La chica morena le preguntó
por la ventana. Al instante no me gusto esta gente permitiera que alguien
con tragos conduzca a casa.

—Estoy bien.

—Lo siento por Lucas.

—Sí, bueno, cuando él empujó su lengua en mi garganta, yo sabía que


no era para mí.

Sus palabras eran mal articuladas, y me di cuenta de que quería


arrancarle la lengua a Lucas de su boca. Esos sentimientos que me
enervaban en el interior eran desconcertantes. Esta chica era peligrosa
para mí.

—¡Tal vez Kieran besaría mejor! —Chica morena gritó, riendo, saliendo
de la cabina.

—No tengo ninguna duda —susurró—. Kieran probablemente hace todo


mejor.

Una lenta sonrisa se extendió por mi cara mientras veía a mi terapeuta


manosear sus llaves. Me deslicé fuera de la Harley. ¿Qué grupo de amigos
de salir a beber le permiten conducir borracha, no asegurándose de que
ella estuviera segura en el coche y no mirando alrededor? Tontos del culo.

—Hey, Doc —dije interrumpiendo el silencio.

Se dio la vuelta con los ojos abiertos, y los puños en posición de ataque.

Una risa retumbó en mi pecho. Tan malditamente linda. El


reconocimiento se apoderó de sus rasgos.

—¿Qué...?
57
Como yo me acercaba, una mueca de reconocimiento se extendió por
su cara. ¿Le hizo daño verme? Se deslizó por el lado del coche, sentándose
en la acera, con los ojos cerrados. ¿Qué significaba eso?
Página

—Owwwww... —De repente se echó a llorar.


—¿Qué está mal? —Le pregunté de rodillas a su lado. Ella parecía estar
con dolor.

Ella giro su mano y su palma estaba empapada de sangre.

—¿Qué pasó? —Agarré mi celular de mi bolsillo y e ilumine hacia la


palma. Un pequeño trozo de vidrio que sobresalía. Dejarla a ella sentada
con un trozo de vidrio en este estacionamiento no sonaba bien.

—Ouch —gimió.

—¿Dónde están las llaves de tu oficina?

Las llaves colgaban de su dedo cuando ella sostuvo en alto.

—Vamos —le dije que acunándola en mis brazos y levantándola a ella.

Una vez adentro, suavemente saque el cristal de su palma y lavé la piel


lesionada con agua y jabón en el baño. Sostuve su palma de la mano y la
llevé a mis labios. Observaba con ojos encapuchados, como yo soplaba
través de su piel. La piel de gallina que estalló sobre sus brazos no sólo era
perfectamente visible, pero eran una de las cosas más sensuales que
jamás había visto. Yo le afectaba y me encantó esa mierda un poco.

Yo conocía a las mujeres malditamente bien. Lo que significaba que


reconocía la nubosidad en sus ojos grises mientras se llenaban con
necesidad, pero yo no sabía qué era exactamente lo que ella necesitaba.

La abracé y la guie hacia el vestíbulo. Ella no sentía tanto dolor cuando


caminamos de regreso por su oficina.

—¿Vamos a tener una sesión? —preguntó con una risita intratable.

Yo sólo sonreí.

—Típico —dijo—. Tú no vas a hablar.

—Lo siento por lo que dijo Heather en el bar. Estaba siendo una perra.

—Mi Preghuntttta es cual... tú probbhlem... ella... y —Su murmullo me


molestó, al mismo tiempo que azotaba su cabello, revoloteando sobre mi
cara. El olor dulce flotaba en mis fosas nasales.
58
No podía luchar contra lo que yo quería más. Lo hice. Agarré sus brazos,
la levanté y empujándola contra la pared.

—¿Su conjetura es qué…? —Apreté a un centímetro de su cara.


Página

Abrió los labios y los párpados estaban a media asta. Jesús, yo quería
probar esos labios. Su chicle era de canela. Podía olerla. Me encantaba la
canela.
—Te lo dije —dijo ella con los pies todavía colgando.

—No. Tú no lo hiciste. Solo murmuraste algo malo de mí.

Sus ojos grises se estrecharon con confusión.

—No era nada mal de ti.

—Entonces dime.

Ella tragó. —Bebí demasiado —confesó ella como si fuera un secreto.

—¡Dime lo que has dicho, Doc! —Grité, mi mirada penetrante en ella.

—¡Lo que dije que probablemente la jodió y ella estaba replanteando su


afirmación! —gritó de vuelta, pero entonces sus ojos se suavizaron hasta
que cerraron—. ¿Debería alguien hacer eso?

Ella había muerto con sobre Heather, pero me preocupaba más por su
última pregunta.

Mire su boca. Sus ojos estaban abiertos con ardiente ira.

—Oh, ¿tú puedes decir mierdas y yo no puedo? Tú no tienes derecho a


decirme qué hacer o sentir en lo que mí respecta. Mierda. ¡Vete a la
mierda! —Su cara contorneada en una sonrisa burlona, la voz se levantó
de un grito furioso a un grito en toda regla. ¡Mierda!

—Bueno, te digo una cosa, dulzura. Obviamente me importa más que a


los bastardos que abandonaron tu culo borracho fuera esperando
regresaras a tu casa. Y lo siento por el arponazo de lengua de tu banquero.

Su boca se abrió en un grito ahogado. —¿Cómo sabías que era un


banquero?

Me reí. Él tenía un sello de cajero en la frente.

—Dijiste que no tenías duda de que besaría mejor, lo escuche.

Su barbilla temblaba, en realidad. —Vas a besarme, ¿cierto?

No había ni una maldita cosa que quisiera más en mi vida en ese


momento.
59
—No. No hasta que sepa exactamente lo que quieres de un beso.

—Bájame —jadeó.
Página

—No hasta que me digas.

Sus párpados se cerraron y volvieron a abrir lentamente.


—¡Dime maldita sea! —Exigí levantando su aún más.

—Voy a decirlo, pero no puedo mirarte.

—¿Qué?

—Bájame y voy a explicarlo.

Así que lo hice. Permití que sus pies descansaran en el suelo, pero no
ofrecí ninguna distancia. Vi como ella abrió la puerta de su despacho,
encendió una lámpara y sentándose, y señalando en la alfombra junto a
la puerta.

—¿Estás bromeando?

—Por favor. Siéntate ahí y promhetho…que no te tirare un zapato.

—De ninguna manera, Doc.

—Yo promhetho…Yo no me voy. —Me aseguró.

De mala gana, me senté como un burro mientras cerraba la puerta. Algo


golpeó la puerta desde el otro lado.

—Dime lo que estamos haciendo —le dije lo suficientemente fuerte que


tenía que haberme oído.

—Estoy dispuesta a hablar ahora —dijo la voz que filtraba hacia fuera
claramente detrás de mí.

—¿Estamos hablando a través de una puerta?

—Sip. Me gusta un beso sea suave. No agresivo. La palabra de


maceración no es para mí. Me gustan pequeños picotazos. Algunos con
lengua. Quiero probarte todo, pero poco a poco.

Sonreí más grande que en mucho tiempo.

—No es a ti específicamente —ella rápidamente corrigió, pero sólo hizo


que mi sonrisa se extendiera—. Quiero decir. Un beso no debe ser toda
lengua. Debe ser una serie de pequeños besos y mordiscos. Un primer
beso debe ser de dos bocas familiarizándose.
60
Los mordiscos hicieron que mi polla se pusiera mucho más difícil de lo
que ya estaba.

—¿Y tú? —preguntó.


Página

—No hay nada que no hayas dicho que no estuviera de acuerdo. Su


descripción era perfecta.
—¡Nunca expresas lo que sientes!

—Hablas como una verdadera terapeuta. —Me reí.

—Kieran...

—¿Qué quieres saber? —Le pregunté apoyando mi cabeza contra la


puerta.

—Háblame de tu mamá.

Mierda. No mirarla era más fácil. Solté un suspiro y sólo dije—: No es


como si pudiera recordar de todos modos. Ella era hermosa, Doc. Siempre
me hacía reír.

—¿Y tu padre?

—Era inteligente. Brillante. Serio. —Eso era lo que más me había dicho
acerca de ellos en dos años—. Dime algo sobre la tuya.

—La mía no es una historia bonita, Sr. Scott.

No vamos con la mierda el Sr. Scott.

—¿Qué quieres decir? —Le pregunté.

—Ellos dicen que la razón por la que la gente se vuelve terapeutas es


calcular su propia mierda.

—Cuida tu boca, Doc.

Ella se rió desde el otro lado y me sonrió ante la dulzura absoluta del
sonido.

—Bien, vigilaré lo que salga de mi boca.

—Así que, ¿cuál es tu historia? —presioné.

—Te va a asustar.

—Lo dudo. Dame una oportunidad.

—Aquí va entonces. Mi padre es un alcohólico. Un alcohólico abusivo.


61
Bajé la cabeza para descansarla en mis rodillas. Estaba asustado de
sólo eso porque eso era lo último que esperaba oír.

—Mi mamá nos abandonó cuando yo tenía once. Ella era su saco de
Página

boxeo por el tiempo que yo podía recordar. Luego se fue. Un profesor llamó
a Servicios de Protección Infantil la primera vez que me vio con un ojo
negro.
Mi estómago se revolvió. Me puse de pie, puños cerrados apretados.

—El estado de Oregón me puso en cuidado de crianza cuando tenía


trece años a causa de su alcoholismo. Había estado sobrio el tiempo
suficiente para completar un plan de reintegración y me gustaría la idea
de volver a casa. Luego el ciclo se reinició. Es la razón por la que no tengo
amigos de verdad. Me gradué de Hood River Valley High pero me mudé de
allí la mitad de mi último año.

La parte superior de mi cabeza apoyada en la puerta, con las manos


metidas a ras de la madera. La necesidad de tener a una mujer, sólo
para abrazarla, nunca la había sentido, pero yo quería mal tomarla en
mis brazos.

—¿Continuó Lastimándote? —Le pregunté.


—Fue a través de clases de manejo de ira, clases para padres, o lo que
sea. Él me quería de regreso. Yo era una extensión de mi mamá. Pero él no
sabía ser de otra manera.

—¿Siguió Lastimándote? —Repetí, la ira exponiéndose a través de mi


tono duro.

—Tenía que dejarlo hacerlo más fácil o huir de él.

—¿Y hoy?

—Todavía lo veo. No muy a menudo.

Mi mano se posó en el picaporte.

—¿Por qué estamos hablando a través de la puerta, Doc?

El silencio se cernía sobre nosotros hasta que finalmente respondió, con


la voz quebrada.

—Porque me duele.

—¿Duele? —Mis cejas se levantaron—. ¿Que duele?

—Mirarte y no poder tocarte —confesó en un susurro. 62


Esas palabras fueron envolviéndose como una prensa alrededor de mi
corazón. Me concentré en mi respiración, dentro y fuera. Ella tenía como
sesenta segundos para decir algo más. Para contradecir sus palabras. Si
no lo hacía, iba a reventar por esa puerta y besarla, tal vez incluso llevarla
Página

a casa y acostarme con ella. Mi reloj marcaba las 1:45 am Ella permaneció
en silencio. Después de unos minutos, finalmente abrí la puerta; me
sorprendió que ella no la hubiera cerrado y luego observé como ella cayó
de espaldas al suelo.
—¡Doc! —Grité, tratando de atraparla, pero era demasiado tarde. Se
había estrellado o se desmayó, con lágrimas rayando sus mejillas.
¡Mierda! Yo debería haber abierto la puerta antes.

63
Página
10
Megan
Traducido por Hanna Marl
Corregido por July CB

Algo estaba taladrando en contra de mi cráneo y me agitaba de mi


sueño. Un ojo se fue lentamente abriendo, y de inmediato me llevé una
mano a la cuenca del ojo. Sentí alrededor una daga o una espada que
podría estar golpeando en mi frente… No había nada allí. Mi otro ojo se
abrió y una oleada de náuseas me golpeó así que rápidamente me senté en
posición vertical.

Mis pantalones estaban doblados cuidadosamente sobre la silla en mi


habitación. ¿Qué demonios? Miré mi cuerpo bajo las sábanas. Todavía
tenía mi camiseta, ningún sujetador. Bragas-check. Cerré los ojos,
tratando de encontrar siquiera un recuerdo de los acontecimientos de la
noche anterior. Ruthie, Jerry, Lucas y yo cenando. Guiños al ver Kieran.
Las chicas sobre él, dándole las gracias por todo lo que hizo. La zorra
pelirroja hablando de alguna puta. Después de eso todo se puso un poco
borroso. ¡Kieran! Me devané mi palpitante cabeza tratando de recordar
cómo había llegado a casa. Kieran estaba en mi oficina. Mi celular. ¿Dónde
estaba mi teléfono?
Sintiendo que me estaba moviendo a través de la casa de la risa, me
dirigí por el pasillo y volví a la cocina, donde dejé mi bolso.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté, más fuerte de lo previsto, ya


que Kieran estaba de pie en contra de mi mesa de la cocina con los pies
cruzados en sus tobillos. Sostenía una taza de café.
64
Yo no tomo café, así que sabía que había estado allí, se había ido y
luego había regresado.

—Buenos días —dijo con la voz más ronca y sexy que una mujer pueda
Página

conocer, soplando en el vaso.

Alcancé a ver mi reflejo en el espejo a través del cuarto y mi Dios, era


aterrador.
—Sr. Scott. ¿Qué está haciendo aquí?

Se pavoneó hacia mí con una sonrisa torcida.

—Doc, no me estaba llamando Sr. Scott anoche.

Mis mejillas se acaloraron con su presencia tan cerca y las palabras que
pronunció.

—Esto está más allá de ser apropiado. No puedes estar aquí. Por favor,
dime qué pasó.

Su sonrisa se ensanchó.

—¿Qué pasa, Doc? Quedarme y explicar o irme.

Chasqueando los dedos, le dije:

—Dime.

—Bueno, nos escapamos durante horas. Me dijiste que era el mejor


sexo que has tenido. Me rogaste que estuviera aquí... así que, aquí estoy.

Yo le di un manotazo, sentía una ola de náuseas que pululaba sobre mí.

—Eres un cerdo. No me siento violada por lo que debes tener la basura


más pequeña conocida por el hombre.

Tomó un sorbo de café y miró por el borde del vaso.

—Cariño, si te la hubiera clavado la noche anterior, no estarías


caminando esta mañana.

—Sr. Scott. La seguridad excesiva en sí mismo es una forma de


compensar la falta de algo. No es adecuado para usted.

—Claro que te da curiosidad, sin embargo, ¿no es así? —Él sonrió y casi
hizo que mis dedos se doblaran.

—Solo dime lo que pasó y por qué estás aquí.

—Conseguiste pasarte de tragos. Volví a donde te vi estacionando. Tus


amigos te dejaron afuera y yo no creí que debieras conducir.
65
Eché un vistazo a mi mano vendada, entonces la levanté.

—¿Esto es obra tuya?


Página

—Te caíste. Aterrizaste en un trozo de vidrio. Te limpié. No es un gran


lio.
—Gracias. ¿Y lo de mi ropa es gracias a ti? —La sangre corrió a mi cara
y tuve que apartar la mirada de su maldito cuerpo caliente.

—Algo más de mi obra. —Abrí la nevera por una botella de agua. No solo
no había cepillado mis dientes sino que también mis glándulas salivales
parecían haberse cerrado completamente.

¿Qué demonios? Mi nevera estaba llena. Jugo de naranja, mantequilla,


huevos, tocino, queso.

—¿Hiciste esto? —le pregunté, girando sobre mis pies descalzos,


sintiéndome mareada.

Él me hizo un gesto vacilante.

—¿Por qué? —cuestioné.

—No tenías nada allí. Nada en tus armarios, tampoco.

¿Mis armarios? Abrí uno de los cuatro armarios y estaba lleno con cajas
y latas.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Necesitas alimentos. Estaba hambriento. Y tú necesitas comer. Estás


muy delgada.

—Sr. Scott. Es hora de que se vaya. No sé si cree que comprar estas


cosas o traerme a casa le sacará de la terapia... pero le prometo que no lo
hará. Noventa días. Tengo un trabajo que hacer, y mientras le doy las
gracias por las cosas que ha hecho, tenemos que mantener nuestras
fronteras. —Cogí una bolsa de comestibles y comencé llenarlo con los
artículos que él había comprado.

Su cuerpo se tensó mientras su sonrisa se desvanecía.

—Ya basta. No me voy a llevar esas cosas.

—Sí. Lo harás.

—Infiernos si lo haré. 66
Él comenzó a sacar cosas hacia afuera de las bolsas que yo acababa de
llenar.

—Deténgase. ¡Solo tiene que irse!


Página

—Está bien. No espero un gracias. Pero creo que me gustaba más


borracha, Doc. —Caminó unos seis pasos, luego me arrojó el teléfono—.
Puse mi número de teléfono en caso de que necesite un viaje a casa algún
día y sus supuestos amigos la dejen borracha. La veo el lunes.
Cuando cerró la puerta detrás de él, corrí a la ventana para verlo irse.
Su ajuste en el culo de los pantalones vaqueros flojos apenas era perfecto
y esas malditas botas de motorista o botas de trabajo o lo que fueran...
sexys como el infierno. Su camiseta naranja quemado en la que se
leía Harley Davidson Key West era el conjunto posterior junto a su piel
bronceada y cabello castaño.

La idea de terminar el proceso terapéutico con él se quedó en la parte


de atrás de mi cabeza. Yo le daría un plazo durante la próxima semana y
vería si él se abría algo en absoluto. Había actuado como un perfecto
caballero, o al menos eso parecía, a lo largo de la noche y había ido más
allá con la compra de alimentos. Pero era un gorila. No podía permitirle el
lujo de hacer eso. Debería haberlo obligado a llevarse las cosas con él.

El brillante sol hirió mis ojos y él se volteó justo a tiempo para verme a
mí en la ventana de pie. Avergonzada de estar mirándolo, le disparé una
sonrisa nerviosa. Y, por supuesto, él me guiñó un ojo.

67
Página
11
Kieran
Traducido por Guga
Corregido por July CB

Una vez que regresé al condominio, me estrellé contra mi sillón


reclinable. Mi trasero estaba golpeado. Todavía mirando fijo sin
comprender al ventilador de techo, mis pensamientos retrocedieron y
avanzaron entre su padre abusando de ella y sus bragas rojas de encaje.
Jesús… cuando le quité los jeans la otra noche, no quería nada más que
dar un vistazo… pero no lo hice, lo cual honestamente me sorprendió como
la mierda mientras yacía ahí.

No pude evitar preguntarme cuándo ella se había puesto esas ventosas


rojas ayer. ¿Por la mañana, lo cual significaría que las tuvo puestas
durante nuestra cita, o antes de que saliera? Y si se cambió, ¿lo hizo por el
idiota? Él no era para nada su tipo. Pero si lo hubiera sido, ¿lo habría
cogido en la primera cita?

Mientras mis párpados se ponían pesados, la visualicé parada frente a


mí con las bragas puestas, sus piernas desparramadas ligeramente,
invitándome a entrar. En algún lugar mis pensamientos cambiaron a lo
que sea que ella comió. Fuera de fideos chinos, sopa de tomate, alguna
Mac con queso y leche, no comió nada. Eso podía explicar su peso o la
falta de él… ¿pero por qué?

Mi celular zumbó, sacándome de mi abotargamiento. Una pequeña parte


de mí esperaba que fuera ella pero cuando miré a la pantalla, Joe me
recordaba la cena en su casa. Mis pulgares se desplazaron sobre el botón
68
de responder, esperando salir de apuros, pero algo dentro mío decía que
no. Luego de un largo suspiro, levanté mi exhausto trasero y me dirigí a la
ducha. Necesitaba encaminarme a Links.

Una hora más tarde, estacioné en el bar. No sé por qué me encontré


Página

revisando mi teléfono por mensajes más a menudo. Había guardado su


número en el mío, también, pero que me maldigan si le iba a enviar un
mensaje. No todavía.
Todd y Wink estaban sentados en el bar cuando entré. Ambos me vieron
llegar, luego se sonrieron mutuamente mientras elevaban sus jarras por
un trago.

—¿Cómo está la terapia? —preguntó Wink, pesado con el sarcasmo, y


ambos rieron entre dientes.

—¿Qué tal si ambos me chupan el pene?

Wink agarró un vaso vacío, lo llenó con lo usual para mí y lo deslizó


hacia mí.

—Le pones buena cabeza, Wink —bromeé, refiriéndome a las dos


pulgadas de espuma blanca sobre la cerveza.

—¿Lo hizo? —Se entrometió en la conversación Todd.

Me encogí de hombros, sorbiendo la cerveza.

Ellos se miraron cuidadosamente de nuevo.

—¿Cuál es su maldito problema? —pregunté mientras ellos reían como


niñitas.

—Fácil, K. Justo le estaba diciendo a Wink que esta era la segunda vez
que te ayudaba. Eso es todo. Le dije acerca de traerte el casco. Luego le
conté que te recogí en su casa la última noche y luego te llevé de nuevo a
su oficina así podías recoger tu moto. ¿Qué demonios sucede con el lugar
en donde ella vive?

—No lo sé todavía. Pobre es la única cosa que cosa que puedo deducir.
No tenía comida. Su auto es un pedazo de mierda.

—¿Qué? —preguntó Todd con las cejas elevadas hacia arriba.

—Le compré uno nuevo. Ella estaba perdiendo citas y yo necesitaba


estar fuera de esta mierda de juicio previo. —Golpeé el bar con mi puño.

El alboroto de risas haciendo eco en el bar vacío irritó el demonio fuera


de mí. Tragando la mitad de mi cerveza, agarré mis llaves y comencé a
caminar hacia la puerta. 69
—¡Kieran! —gritó Wink.

Me detuve pero no me volteé.

—Nunca diste dos mierdas por una mujer. Ellas se han parado en la
Página

lluvia para hablar contigo y nunca diste una segunda mirada o un


pañuelo. Ahora estás comprando un auto. ¿Reservando asientos,
comprando bebidas y llevándola a su casa?
—Esto es un medio para un fin, Wink. Ella es mi terapeuta. Eso es todo.

—Bueno, pongo quinientos en esto —dijo Todd, abofeteando el bar.

No necesitaba una maldita moneda de diez centavos. Mis padres


estaban cargados. Pero cuando un tipo establece una apuesta, la tomas.
Di la vuelta para aceptar el desafío.

—¿Quinientos en qué exactamente? —pregunté, fulminando con la


mirada a mi amigo de toda la vida.

Wink sacó su cartera, claramente queriendo estar dentro de la acción.

—Tengo quinientos que dicen que golpearas ese trasero dentro de las
dos semanas.

Me había dejado media cerveza. Eso era tonto. Nunca, nunca dejes
cerveza en tu vaso. Ellos permanecieron en silencio mientras yo hacía mi
camino de regreso al bar, terminaba la densa cerveza y encontraba su
mirada.

—Veré sus quinientos y elevaré cinco. Pero permítanme clarificar… si no


duermo con ella en 14 días desde hoy… gano. ¿Correcto?

Wink y Todd se dieron un vistazo, sonrieron ampliamente y dijeron en


sintonía:

—Estamos todos dentro.

—Bueno, diablos. Este va a ser el dinero que más fácil he ganado nunca
—dije y salí.

***

La cena fue genial y la conversación fue aún mejor. Mientras yo me


empujaba fuera de la mesa para respirar, me di cuenta que esto se sentía
bien… natural estando aquí con Joe y Vivian. La culpa que yo había
cargado los últimos dos años parecía disminuir. El planeta de lamentos
que había cargado sobre mis hombros lentamente comenzaba a
escabullirse.

Luego de una deliciosa porción de tarta de cereza casera, Joe se sentó


70
transversalmente a mí en la cabecera de la mesa, con sus ojos
apuntándome.

—¿Qué pasa por tu mente, Joe?


Página

—Un par de cosas. ¿Cómo va la terapia? —Tomó un trago de su vaso y


luego agregó—: ¿Qué dijo ella acerca del auto?
Me encogí de hombros.

—No supo que fui yo y la terapia es… tolerable.

—¿Cuándo vas nuevamente?

—El lunes. Lo hago dos días a la semana.

Él asintió.

—Bueno. Pareces más en paz.

—No estoy seguro acerca de eso. Pero no me metido en una pelea


tampoco. Excepto con ella. Es tan exasperante como era de esperar.

Joe sonrió.

—Hablé a la junta.

Mi espalda se puso rígida ante esas palabras. No estaba preparado para


afrontar a la junta de la compañía de mi padre.

—¿Por qué?

—Kieran. Escúchame. Sé que te gusta trabajar en ese bar pero parte del
problema es estar cerca de todo ese alcohol y las mujeres. Pero Walt…

—Walt es un tonto, Joe. Lo sabes y yo lo sé. La gente en Links, ellos me


cuidan la espalda. Walt fue el primero en atacar.

Joe asintió.

—Lo comprendo, lo hago, pero Kieran. Tienes la mayoría. Un lugar en la


junta. Un propietario. Una carrera. Inténtalo. Aún si es por medio tiempo.

Dejé la servilleta cerca de mi plato y me puse de pie, acercándome a


Vivian. Besé la parte superior de su cabeza.

—Gracias por la cena. Se sintió bien estar aquí. —Puse una mano sobre
mi corazón—. Recordaste que la tarta de cereza es mi favorita.

Vivian sonrió y golpeé mi otra mano sobre su hombro. 71


—Por favor regresa —dijo, con ojos suplicantes.

—Lo haré. Lo prometo y siento haberme ido por tanto tiempo. Joe,
pensaré acerca de lo que dijiste.
Página

—Eso es todo lo que pido —respondió Joe.


12
Megan
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

Mi teléfono sonó y mis ojos se abrieron. Eché un vistazo a mi teléfono-


un texto de Ruthie.
¿Qué diablos Meg? ¿Es Kieran tu pequeño secreto sucio?
Sonreí.
De qué estás hablando ???????? Enviar
¡HOLA! El semental monstruosamente caliente con trasero de
pastelillo quien no podía apartar sus ojos de ti la otra noche.
Mi teléfono sonó de nuevo. ¡El mismo tipo que nos metió en WINKS!
Mi teléfono sonó de nuevo. El mismo tipo que compró todas
nuestras bebidas.
¿No podía apartar sus ojos de mí? ¿De qué estaba hablando?
¡Ruthie! ¡Él es un cliente! ¡eso está rompiendo mi completa
confidencialidad! Enviar
¿Cliente? Lo que sea... Él quiere tus mercancías. Y quién no
pequeña perra flaca. Por cierto... Lucas quiere verte de nuevo.
72
¿Lucas? ¡Aburrido!
Estoy fuera. No es mi tipo. Lo siento Enviar
Sí comparado con Special K, yo tampoco. ¡Tu podías ver su
Página

paquete en sus pantalones!


¡Eres repugnante! Enviar
En la próxima sesión de "terapia"... échale un vistazo. ¡Podrías
decirle que consiga un nuevo terapeuta!
¡¡Soy mucho más ética que eso!! Más tarde Enviar
Mientras terminaba mi botella de agua el teléfono sonó de nuevo. La
pantalla se iluminó con un texto del "hombre vivo más sexy".
¿Cómo está la cabeza de mi terapeuta? ¿Todavía colgando?
¡¡¡Kieran!!! Mis ojos casi se desorbitaron de mi cabeza y mi corazón
literalmente se saltó un latido. Las novelas románticas hablaban de
corazones saltándose latidos todo el tiempo... ¡pero el mío en serio lo hizo!
No proporciono terapia para Gerard Butler. Así que estoy un poco
confundida. Enviar
Mordí el infierno fuera de mi labio mientras esperaba.
Mira Freud. Piensa en el cliente más sexy al que le das terapia.
Una sonrisa incontrolable se extendió a mis mejillas.
Oh hey Dale. ¿Cómo sabías que yo estaba con resaca? Enviar
Dale era mi retardado supervisor. Después de golpear enviar, me senté
esperando... impacientemente... ansiosamente... por su siguiente texto.
Nada. Durante veinte minutos completos mientras comprobaba mi teléfono
cada treinta segundos, contemplé los mensajes de texto de regreso a
hacerle saber que estaba bromeando. Para informarle que él era
ciertamente el hombre vivo más sexy en mi libro. Pero mi molesta
consciencia ética dijo no. Parece como que estaré esperando hasta el
lunes.

El lunes, la lluvia estaba bajando en sábanas. Un paraguas era inútil


73
porque el duro viento soplaba desde el lado. Para el momento en que lo
había hecho dentro de la oficina, estaba empapada y el poco maquillaje
Página

que llevaba estaba manchado.


Sabía que Kieran estaría en el vestíbulo esperando por mí, y me
encontré mareada con anticipación. Después de componerme a mí misma
lo mejor que pude, partí a por él. Cuando doblé la esquina, el vestíbulo
estaba vacío. Hmmmm. Eran sólo un poco después de las 4.
Exasperantemente, decepción se extiende lentamente a través de mi
cuerpo. No quiero estar decepcionada con él por no mostrarse. No importa
cuán duro intente perderme en las notas cronológicas o leyendo, me
sorprendí a mí misma mirando hacia el reloj demasiado a menudo. Él
nunca se mostró para el momento en que dejé el trabajo dos horas
después.
Por las 9:30 de la noche, No podía obtener mi mente lejos de Kieran. Él
era un no mostrar/no llamar. Todo lo que tenía que hacer era dejarle
saberle a Joe y él emitiría una orden judicial. Ese era el protocolo. Pero allí
había algo insistente hacia mí... algo que me preocupaba. ¿Algo estaba
mal? ¿Estaba herido? No me importaba eso así que me puse unos raídos
pantalones vaqueros y una camiseta sin un sostén; me puse mis
sandalias, salté en mi coche y decidí que estaba conduciendo hasta Winks.
***
¡Mierda! No estaba esperando una cola para entrar, especialmente con
esta lluvia interminable. Aparqué exactamente donde decía NO
ESTACIONAR y corría a toda velocidad hacia la puerta. Cuando dejé de
correr, me encontré cara a cara con el hombre monstruosamente caliente
quien me había traído el casco de motocicleta esa noche.
—Oye —le dije, ya empapado por el aguacero.
—No puedes aparcar allí.
—Por Favor. Necesito ver a Kieran, sólo por un minuto.
Una ligera sonrisa apareció en sus labios. 74
—Él no está trabajando esta noche —dijo el chico caliente. Vi un
tatuaje del pato de Oregon en su muñeca. Vamos Patos.
Señalé la Harley de Kieran estacionada bajo el saliente junto a otra
Página

moto. —Por favor —le supliqué.


—Te dije que no está trabajando —el hombre se echó a reír.
Mis fosas nasales se ensancharon por la ira. — ¿Pero él está aquí?
— ¿Kieran? —el tipo dijo a un pequeño cable por su mano.
—Sí, él está aquí, lo que también significa que ha estado bebiendo. Tú
no quieres conocer a un Kieran borracho.
—Mira, no doy el culo de una rata si ha estado bebiendo o no. Tú me
dejas entrar o estoy teniéndolo a él arrestado —amenacé, con la lluvia que
goteando de mi nariz y mi ropa aferrándose a cada pulgada de mí.
—Kieran, tienes compañía —él dijo contra el cable de nuevo, esta vez
riendo.
— ¡Todd! Él está en la parte de atrás. ¡No te puede oír! —un tipo gritó
desde el interior.
En el momento en que escuché esas palabras pasé zumbando a Todd
en el bar y directamente a la salida en la parte posterior.
Miré hacia atrás a Todd mientras el gritaba en su cable— ¡Consigue a
Kieran ahora!

75
Página
13
Kieran

Traducido por Macaslomb y Kmila92


Corregido por July CB

Estaba a punto de quitarme la sábana y volar como el viento... no era


del todo cierto pero estaba trabajando en ello. Nikki había tenido sus
malditos ojos sobre mí desde el otro lado del salón toda la noche. Y cuanto
más bebía, mejor me parecía. Odiaba sus tetas falsas, pero mis dedos
querían pellizcar sus pezones como ella me estaba desabrochando mis
Levis 501. El exagerado gemido molesto sacó la mierda de mí. ¿Quieres
saber qué me jodía? Doc. Ni siquiera una llamada telefónica para ver si
estaba bien. Ni un maldito texto... Nada.

—Dame un beso —solicitó la rubia frente a mí.

—No —respondí sin rodeos.

—¡Kieran, bésame! —exigió ella tirando de mi cuello.

Me agaché alrededor de la mano que me sostenía del cuello.

—Dije que no. ¿Por qué no te chupas mi polla? —escupí, tan insensible
como pude. No había una identidad falsa con esta chica para que hiciera
exactamente lo que iba a hacer.

Ella se rió, ajena, ya poniéndose de rodillas. ¿Cómo te fue con las chicas
que estaban detrás de la barra?

Mi mente se quedó en el limbo, pensando que no era ni caliente ni


digna. Apenas había un gracias por la comida que le había comprado la
otra mañana. A continuación, un texto simple para ver cómo se sentía ella
76
y me mandó de paseo.... ¿Quién era Dale de todos modos? ¿Y por qué
diablos me sentía culpable por tener una chica de rodillas delante de mí?

—¡Kieran! —gritaron, y mi cuello se volvió para ver quién me llamaba...


Página

Nikki se quedó sin siquiera empezar.


—Ella está aquí. —Wink me miró y luego hacia la blusa desabrochada
de Nikki—. ¿Me estás tomando el pelo? Elimina esta mierda, ahora —dijo
con enojo.

—¡Ay! —Volteé en la dirección opuesta en el instante en que el grito de


dolor llegó a mis oídos. Doc había caído directamente en su culo y se
seguía deslizando porque ella estaba empapada. Completamente
empapada. Parecía un cachorro setter irlandés mojado.

No fue sino hasta ese momento Wink habló con los dientes apretados

—¡Botón de los pantalones! Este es un establecimiento con más clase


que esto....

Mis reacciones lentas me sorprendieron. Yo estaba más borracho de lo


que me daba cuenta, pero conseguí abotonarme hacia arriba.

—Doc, ¿estás bien? —le pregunté mientras ella se ponía de pie, con la
boca abierta del disgusto.

Nikki se agarró de mi brazo y dio un respingo de distancia, dándole una


mirada de mierda.

—¿Esta es tu novia? —preguntó Nikki, echando un vistazo a una Megan


empapada.

—¡No! —gritó Doc.

Mi mandíbula estaba apretada con fuerza, como un maldito cocodrilo,


cuando de repente Todd se unió al partido no tan privado.

—¿En serio? ¿Por qué la dejaste entrar? —lo acusé.

—¡Kieran! —Me advirtió Wink.

La boca de Doc estaba cerrada y ya que se asemejaba a un perrito


mojado, sus ojos siguieron el ejemplo. El dolor se apoderó de sus
características... podría haberme golpeado a mí mismo por lo que había
hecho.

—No quise decir... 77


Ella se fue tan rápido como había venido, corriendo de nuevo hacia el
bar.

—Amigo —le dije a Todd.


Página

—Lo siento... La llamé por ti —explicó Todd—. Ella está estacionada en


el frente, K.

Wink asintió.
—Ve a través de la puerta. Eso sería más rápido.

Así lo hice, lo que desencadenó la alarma de seguridad, que sonaba en


la noche. Cuando doblé la esquina bajo la lluvia, que estaba cavando en
sus pantalones vaqueros muy bien gastados. El agua subía por la calle,
corriendo sobre sus pies y mientras hacía clic en la llave abría su coche,
uno de sus zapatos quedó atrapado en el flujo de agua. En mis botas de
cuero, me bajé del bordillo y lo agarré. Sus ojos me encontraron de pie
hasta los tobillos en el agua. Me metí en ella como el agua que se filtraba
en mis botas.

—¿Cenicienta? —le pregunté, levantando el flip-flop.

La lluvia surcaba su rostro, ¿o eran lágrimas?

—Es una flip-flop, no un zapato de cristal. La vida no es un cuento de


hadas, Sr. Scott.

—Seguro que podría ser. Y estamos de vuelta con ese Sr. Scott... mierda,
¿eh? ¿Incluso después de que te llevé a casa la otra noche?

Ella me arrebató el flip-flop y se lo deslizó de nuevo en su pie.

—Nada de lo que pasó esa noche volverá a suceder. Yo no soy realmente


el tipo de chica para tener sexo detrás de un bar —dijo ella, abriendo la
puerta del coche. Yo la cerré de golpe antes de que se pudiera subir en él.

—No pasó nada allí, por cierto. ¿Por qué has venido aquí?

—Soy su terapeuta, Sr. Scott. Usted no se presentó a su cita y yo estaba


preocupada.

—¡Maldita mierda! —grité, golpeando la lluvia de mis pestañas.

Su dedo pinchó en frente de mi cara como si yo tuviera dos años.

—Yo podría solicitar una orden para usted en este momento.

Su cabello estaba empapado y su rostro parecía un mapache. El más


caliente mapache que había visto nunca.

—Vamos a hacer la terapia en este momento —le sugerí.


78
—Sr. Scott. Eso sería muy...

Yo la empujé contra el coche y presioné mi cuerpo al de ella. Me cernía


sobre ella por un pie, y una parte de mí quería intimidarla.
Página

—Basta ya de esa mierda de Sr. Scott —le dije.


Su boca se abrió ligeramente a medida que sus ojos se entrecerraban.
Como si estuviera disgustada conmigo, pero al mismo tiempo yo la
encendiera, creo. Quería saborear esos labios carnosos. Quería saber si su
lengua era tímida o agresiva. Y quería ver si sus ojos rodaban hacia atrás
cuando me enterrara en su interior.

—Di mi nombre —pedí.

Las pestañas alrededor de sus ojos se abrieron en abanico y el gris de


sus ojos parpadeó, otra vez entre mis ojos y mi boca.

—¡Dilo! —exigí con los dientes apretados.

—Kieran —susurró.

Era más difícil ahora, que cuando estaba a pulgadas de la boca de


Nikki.

—Dilo otra vez.

—Kieran...

Esta vez sonó más como un grito y yo quería darle un beso igual al que
ella me había dicho que le gustaba. Borracho o no, yo lo recordaba.
Pequeños picotazos lentos. Solo un poco de la lengua. Yo no iba a meter la
pata.

Su barbilla temblaba como la lluvia arrojada hacia abajo. De hecho, me


había olvidado de que estaba lloviendo hasta que la vi corriendo por su
rostro perfecto. Fue entonces cuando me di cuenta de que no tenía un
sujetador y sus pezones se asomaban a través de la camisa gris
maravillosamente. Maldita sea. Mi lengua salió, corrió a lo largo de mis
labios con solo el pensamiento de envolverlos alrededor de esas piedras
perfectas.

—¿Buscas a todos los clientes que no se presentan? —le pregunté.

—¿Qué?

—Si uno de ellos no se presenta, ¿lo rastreas?

—No lo sé —contestó apretando sus ojos cerrados.


79
—Sí, lo sabes. Dime.

Sus ojos se abrieron, y los dientes se presionaban suavemente en su


Página

labio inferior.

—No. No los rastreo.

Eso me trajo pura satisfacción.


—Voy a estar allí el miércoles.

Ella asintió con la cabeza.

—¿A qué hora? —le pregunté.

—¿Cuatro?

Asentí.

—Veámonos antes de esa fecha. Por favor.

—No puedo Kieran...

—Bien. Miércoles a las cuatro.

Y juro por Dios que no quería que se fuera. Yo quería que se quedara
conmigo... que fuera a casa conmigo. Todd y Wink tenían razón: yo estaba
jodido.

***

A las 8:30 a.m del miércoles desperté con una erección11 mañanera,
pero no solo la típica erección... fue una Megan erección. Pensé en su
perfecta, boca llena. La manera en que su camiseta mojada hermosamente
ahuecó sus pechos, y la manera en que mi boca se hizo agua imaginando
sus pezones asomando por el algodón húmedo. Sin duda había un rastro
de deseo en esos ojos grises, y a pesar de lo poco ético que sabía era para
ella, yo quería que rompiera y violara cada código que necesitaba para
seguir... y que me violara en el proceso.

Mi teléfono sonó en la mesilla de noche junto a mi taza de café. Iba a


tener que deshacerme de esa erección antes de mi entrenamiento con
Todd. Estirándome, agarré mi teléfono y en la pantalla leí: Doc.

—¿Qué demonios? —dije en voz alta mientras hacía clic para leer.

Kieran. Estoy enferma. Tengo que cancelar nuestra cita. Lo siento.

La decepción se apoderó de mí.

¿Que está mal? Le di a Enviar.


80
Creo que cogí un resfriado por estar de pie bajo la lluvia. ;)

Maldito calor. El ver que guiñó me puso más duro.


Página

No se puede coger un resfriado de la lluvia. Le di a Enviar otra vez.

11 Wood: Hace referencia a un pene erecto.


Entonces cogí algo de este tipo que estaba respirando en mi cara.

Me reí en voz alta. Yo no estaba muy familiarizado con una bromear con
la Doc. Me gustó.

¿Valió la pena?

Nada... grillos. Me quedé allí durante otros 15 minutos esperando por el


simple zumbido que posiblemente haría mi día. Finalmente entré a la
cocina y cuando me tragué mi última gota de café, vino el zumbido.

Sí.

Golpeé mi puño en el granito.

—¡Sí! —repetí el texto.

—¿Sí qué?

Me di la vuelta y Todd estaba allí de pie, mirándome de manera extraña.

—Nada hombre. Vamos —le dije, llevándolo afuera, pero no podía


ocultar la maldita sonrisa en mi cara. Me gustaba la Doc borracha y me
gustaba la texting Doc.

Esa misma tarde, decidí dispararle otro texto y lo juro por Dios, escribí
unas quince cosas diferentes hasta que finalmente me decidí por algo
realmente original.

¿Cómo te sientes? Envié.

Ella respondió casi inmediatamente.

¡De mierda! :( Sin voz.


Hmmm. Creo que te gustaría sin voz. Contesté.

Sin voz. Sin comunicación. ¿Sin hablar en absoluto? ¡Sería tú!

Eso me hizo sonreír. He escrito lejos.

Podría darte una dosis de algo. 81


Sr. Scott. Supongo que era sexual. ¿No tiene vergüenza? Estoy bajo
el aguacero y tú todavía no puedes solo.... ser... ¿apropiado?

Sr. Scott ¿Eh?


Página

Yo estaba hablando de una dosis de whiskey. Pero, ahora que lo


mencionas, yo prefiero que estés debajo de mí que del aguacero.
Llegaron de nuevo los grillos... esperé. Diecisiete minutos más tarde,
sonó.

¿Mañana a las 3? ¿Haces ese trabajo?

¿Para que tú estés debajo de mí? Absolutamente. Te veré entonces.


Contesté.

Sr. Scott. ¡TERAPIA!

Doc. Voy a llamarlo como yo quiera hacerlo. El juego de roles es


siempre divertido. Tú se la terapista y yo seré el paciente (quien
necesita ayuda inmediata).

Eres un cliente no un paciente. O ambos.

La veré a las 3 DOCTORA MEGAN. Voy a ser el tipo en una bata de


hospital. Contesté.

***

A las tres en punto, me senté con mis típicos jeans y camiseta pero no
llevaba la bata de hospital que había pillado de un camarada doctor. No
podía pensar en la última vez que había estado tan emocionado sobre algo.
Estaba a punto de salirme de mi piel.

—¿Sr. Scott? —Su voz era apenas audible.

Mis cejas se levantaron mientras miraba hacia ella. Un atisbo de sonrisa


presente en su rostro. Cuando me levanté, me permití soltar la bata frente
a mí. Esa insinuación de sonrisa se volvió completa, e incluso fui
recompensado por una suave risita.

La seguí de regreso, ondulando la bata arriba en un montón. Al cerrar la


puerta, me di cuenta que su nariz estaba roja hacia el final.

—¿Cómo te sientes? —le pregunté, tocando la punta de su nariz.

Ella se encogió de hombros y miró abajo tímidamente.

—Claramente, pasé por demasiados pañuelos de papel ayer. 82


Su voz estaba ronca como el infierno... haciéndola aún más sexy. Ella se
sentó en su asiento normal y me puse cómodo en el mío.

—¿Cómo te sientes? —preguntó ella.


Página

—Bueno, tengo una brillante idea. Vamos a salir disparados de aquí e ir


a tomar una copa. Tú no puedes hablar. No me gusta.

Ella estornudó... dos veces y se echó a reír al mismo tiempo.


—Me temo que sólo voy a conseguir enfermarte porque estés aquí.
Debería probablemente haber cancelado hoy también.

—Me alegro de que no lo hicieras. Tal vez deberíamos dar por terminado
el día, sin embargo. —Pensar que yo soportaba la terapia con el fin de ver
a una chica era ridículo.

—Lo siento. —Ella habló con voz ronca—. No quería cancelar de nuevo.

—Podríamos habernos enviado mensajes de texto —le dije con un guiño.

Sus cejas se alzaron y se giró en la silla alrededor de su escritorio,


agarró su teléfono y luego comenzó a enviar mensajes de texto.

Mi teléfono zumbó y yo sonreí.

¡¡¡¡Gran idea!!!!

Mi tuno. ¿Cuál es el punto en 4 !!!! (signos de exclamación)? ¿Por


qué no sólo uno?

Pone énfasis en las palabras. ¡¡¡¡¡¡¡Duh!!!!!!!!

Ella sonrió mientras escribía, me gustó eso. Ahora cuando no estábamos


juntos y texteando, podía imaginarla en mi mente.

Mi teléfono sonó de nuevo. ¿Cómo está tu trabajo?

Sin incidentes. ¿El tuyo? Envié.

Sus ojos me miraron y yo esperaba por el zumbido de mi teléfono. Lleno


de sorpresas.

¿Buenas sorpresas? Envié.


¿Hay de otro tipo?

Eso creo. Pero me gustan las buenas sorpresas. Cuéntame. Enviar.

Por primera vez me sentí cómodo en su oficina.

Ella mordió en el lado de la mejilla. Siento que estás progresando.


Finalmente estamos hablando. No estás tratando de meterte en mis
83
pantalones por lo que es una ventaja. :)

Solo porque no estoy empujando físicamente mis manos por tus


pantalones no significa que no lo estoy pensando. Enviar
Página

Ella negó con la cabeza. Usted es un desvergonzado, Sr. Scott.


¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Tú eres la única que sacó el tema de mí metiéndome en tus
pantalones!!!!!!!!!! Envié

Su risa era música para mis oídos.

¡¡¡¡¡¡¡¡Eso es mucho!!!!!!!!

Nunca carecí de coraje pero mi corazón dio un vuelco en la boca del


estómago mientras escribía mi mensaje.

¿Nunca has pensado en ello?

Sus pechos subieron y bajaron con su exhalación. Vi su cara con la


esperanza de algún tipo de afirmación del pensamiento.

Sería inhumano no tenerlos. Es poco ético de todas formas. Sus


mejillas coincidieron con la punta de su nariz.

Entonces, digamos que en 2 meses cuando esté terapizado y


liberado. Le di a Enviar.

¿Terapizado?

¡¡¡¡¡¡¡¡Responde la pregunta!!!!!!!! Envié.

Tal vez podríamos abordarlo entonces. Ella se mordió el labio.

Solo para que tú sepas, soy muy bueno manteniendo el sexo y la


amistad separados. Envié.

Ella se rió una vez en voz alta y luego extendió la mano para tocar su
garganta como si fuera a quitar el dolor que ella sola causó.

Apuesto a que lo eres. No estoy tan segura de cómo yo estoy con


eso.

Mis ojos se juntaron... No estaba seguro de lo que quería decir. ¿Ella


querría más?

Yo podría ayudarte. Por ejemplo, podría hacerte venir antes de irme


hoy. Y la próxima vez que nos veamos el uno al otro, sería como si no
hubiera sucedido... a menos que tú quieras de nuevo. Envié.
84
Ella se aclaró la garganta, pero la noté retorciéndose en su asiento
también.

Kieran...
Página

Doc… Envié.

No sé qué decir.
Para empezar se podría decir que sí. Pero para ser honesto, no te
sientes bien, así que no lo haría hoy de todos modos. Le di a Enviar.

No pude dejar de notar que su boca estaba abierta y ella jadeaba un


poco. No estaba seguro de si era porque su nariz estaba tapada y no podía
respirar, o si ella estaba tan lista para irse como yo lo estaba

Nuestro tiempo se ha acabado.

Yo simplemente asentí. La había empujado hoy y ella lo había tolerado.

¿Textearnos ahora no se permite fuera de estas paredes? Envié.

Kieran. Tengo un trabajo que hacer. Lo que estamos haciendo ahora


no está muy bien.

No voy a estar en tu camino o tu trabajo. Estoy hablando, ¿no? Le


di a Enviar.

Le disparé una gran sonrisa cursi. Ella me sonrió de vuelta.

Sí. Lo estás. Acerca de sexo... no acerca de la vida.

El sexo es una parte muy natural de la vida. Envié.

Sr. Scott. ¿Cuándo fue la última vez que tuvo sexo y fue una
experiencia significativa?

¿¿¿¿¿¿¿¿¿No dijiste que nuestro tiempo se había


acabado????????? Le di a Enviar.

Por qué todo los ??????? ¿Por qué no sólo uno? Una pequeña
sonrisa de mierda cruzó su cara

¡Énfasis! Envié.

Responda a la pregunta Sr. Scott.

No. Envié.

Ella arqueó una ceja. ¿No me no vas a responder o tú nunca has


tenido relaciones sexuales significativas?
85
Eso es correcto. Envié.

Ella dejó caer su teléfono en su regazo y sus dedos se dispararon como


garras de gato. Abiertamente apretó sus dientes. Caramente la respuesta
Página

irritó el infierno fuera de ella. Pero no miró hacia mí.

¡¡¡¡¡¡Nuestro tiempo se ha acabado por hoy!!!!!!


Yo también lo creo. Apreté Enviar.

Me planté estirándome mientras ella hacia una nota en su maldito bloc


de notas. Antes de que pudiera reaccionar, sacudí el bloc amarillo lejos y
lo sostuve encima de su cabeza leyéndolo. Aunque esperaba algo malo, eso
no fue en absoluto lo que encontré. Había sólo cinco palabras escritas.

Ingenioso.
Divertido.
Encantador.
Dulce.
Atractivo.

Las cuatro palabras, no las entendía. Yo no era todo eso de dulce. Mis
ojos se posaron en los suyos inocentes y redondeados mirándome.

—Eso debería leerse malditamente divertido. No solo divertido —dije


entregándole de vuelta el bloc de papel.

Rápidamente, ella trazó una línea a través de divertido y tiró el bloc en


su escritorio.

—¿Quieres saber cuál sería mi lista sobre ti?

—No lo creo —chilló.

—Ouch. Estoy herido —bromeé, pero pensé que ella realmente podría
querer saber.

Ella abrió la puerta y yo torpemente salí, pasando a dos personas en el


pasillo así que nosotros realmente no hablamos. Con su comportamiento
profesional de vuelta en su lugar y repentinamente irritada, me sentí como
un "cliente" de nuevo. Ella se movió incómodamente mientas yo salía y
todo lo que le di fue una inclinación de cabeza. ¿Qué demonios? ¿Cómo eso
fue tan malo con tanta rapidez? Supongo que no iba a hacer que ella se
viniera en cualquier momento pronto.

86
Página
14
Megan
Traducido por Guga
Corregido por July CB

Una vez de vuelta en mi oficina, agarré un pañuelo de papel y soplé mi


nariz como nunca lo hacía frente a él. Exhausta, me desplomé en mi silla y
apoyé mi cabeza sobe el escritorio. Necesitaba ir a casa. Saber que Kieran
tenía una cita fue lo que me trajo. El pensamiento de pasar un día sin
verlo se estaba volviendo más y más duro.

La manera en que nos separábamos, un silencioso adiós, no se sentía


bien. Nuestra cita, aunque sobre la mitad fue su inoportunidad… él estaba
aún hablando… comunicándose. Eso fue un progreso… un tipo de
progreso. Pero al final, él parecía molesto. Decepcionado. Él se había
pavoneado en esta oficina en toda su gloria sexual y arrogancia pero en lo
más profundo, yo pensaba que lo había cortado al no querer oír su lista.
Fue cuando las cosas se volvieron incómodas. ¿Por qué tenía esto que ser
tan duro?

Cerca de las 9:30 de esa noche no podía dormir tanto como lo


necesitaba, y tan duro como lo intenté, no pude conseguir alejar a Kieran
de mi mente. El volumen de mi teléfono estaba al máximo pero la única
persona que me había enviado un mensaje de texto era Ruthie.

Sabiendo que lo que estaba haciendo no tenía ningún tipo de ética,


decidí enviar un mensaje a Kieran. Él dejó una extraña nota y todo lo que
yo podía pensar era que había herido sus sentimientos al no querer
conocer su lista. PERO, conocer su lista solo me arrastraría más a él y ya
estaba atraída por él lo suficiente.
87
Había mantenido las paredes completamente arriba y alrededor de mi
corazón desde que tenía once años. Si no dejas entrar a la gente, ellos no
te herirán y aún más: ellos no podrán dejarte. Ni una vez desde que yo
había decidido asesorar, pensé en las relaciones que había estado
Página

construyendo en terapia. Y ni una vez pensé tener a alguien tan


maravilloso y encantador como Kieran Scout sentado transversalmente a
mí.
Kieran… Envié.

Mi teléfono zumbó de vuelta cerca de diez minutos más tarde.

Doc…

¿Ocupado? Enviado. Mi cuerpo se estira de excitación.

Trabajando. Viendo gente que no debería estar bailando—baile.


¿Qué sucede?

Reí nerviosa.

Me gustaría conocer tu lista. Mantente agradable por favor. Envié.

No puedo dar ninguna garantía. Pero dos cosas primero. ¿Cómo te


estás sintiendo?

Sus palabras parecían unidas a mis fibras sensibles porque había un


poco de tironeo leyendo el texto.

Mejor. Las drogas son una buena cosa. Gracias. Envié.

Es bueno escucharlo. En tu lista, tú dices amable. ¿Qué quieres


decir con eso?

Bueno. Tal vez más de alma amable. Tú siempre me preguntas por


mí. Como me estoy sintiendo… ¿Tiene sentido? Enviado.

Espera Doc. Tengo que encararme de un asunto.

Apreté mi teléfono contra mi pecho. ¿Un asunto? ¿Una mujer? Sacudí


lejos los pensamientos de Kieran con otra mujer. Él era solo mío por dos
horas a la semana… yo no podía imaginar lo que él hacía con las otras
horas de sus días. Cerca de veinte minutos más tarde, mi teléfono zumbó
de nuevo.

Lo siento Doc. Estoy de regreso. Sí, eso tiene sentido. Gracias. No


siempre soy amable.

Aquellas últimas cuatro palabras hicieron a mi ingle tocar un lento


acorde. Mi teléfono zumbó de nuevo.
88
Terca.

Comencé a tipear que yo no era terca cuando mi teléfono zumbó de


nuevo.
Página

Linda.
¿¿Linda?? ¿Qué demonios? Un maldito gatito es lindo. Un bebé
hipopótamo es lindo.

Y antes que te pongas histérica y saques tus garras de gatita, eso es


lo que quiero decir por linda. Te molestas en lindas formas. Ahora
mismo, te garantizo, te ves linda.

Reí nerviosa.

Eres sexy como el demonio. Tartas tan duro de ser profesional. Pero
muy dentro de ti, sé que quieres al gran P12.

Él estaba loco. Rápidamente escribí: ¡¡¡¡¡¡Acabo de agregar loco a tu


lista!!!!!! Enviado.

Yo digo que eso es mierda, Doc. Envíame una foto de tus senos.

Rápidamente, googleé imágenes de senos, encontré algunos


repugnantemente grandes, capté una imagen de pantalla y se la envié.

¡Wow! Esos son calientes. Está bien… pienso que veré los reales
muy pronto.

Mis pezones se endurecieron bajo mi pijama.

Míralo de esta manera… las mujeres te envían fotografías todo el


tiempo así que consigues ver una CANTIDAD de senos y… Enviado.

Podría ver lo que quisiera en persona, Doc. Pero eso no es lo que


quiero.

Mi corazón y vagina dieron un giro de 180 grados. Santo maldito


infierno, quería a este chico. Nunca había querido a un chico así… nunca.

¿Qué es lo que quiere exactamente, Sr. Scott? Enviado.

Bueno. Eso me lleva a mi última palabra. Cogible.

Todas las mujeres son cogibles, S. S.13. Enviado

Doc. Hay pocas cosas que toleraré. Toleraré Sr. Scott. Toleraré tu
juego, jugando cuando ambos sabemos lo que quieres. Toleraré S. S. y
89
no toleraré no tocarte por mucho tiempo más. Touché en lo de
cogible. ¿Qué hay sobre digna de coger?
Página

12
P: hace referencia a pene.

13 S. S: por Señor Scott.


Sr. Scott. La única razón por la que me encuentra cogible o digna
de coger es porque soy inalcanzable para coger. Enviado.

DOC… cuide su maldita boca. Y contigo… esto podría ser una


“seria” cogida.

¿Una seria huh? Sacudí mi cabeza doliente. Ese exasperante hombre no


conocía lo serio.

Puedes decirme que hacer S. C14; estoy yendo a la cama… Enviado.

Alguien está tratando de correr con los perros grandes y ella va a


perder cuando yo me aparezca en su casa y le dé nalgadas. ¿S. C?
Realmente… Duerme bien bella chica.

Desbordada con la vertiginosa anticipación de siquiera la posibilidad de


él apareciéndose en mi departamento, yací despierta por un tiempo.
Incluso consideré tocarme a mí misma pero todavía se sentía lo
suficientemente desagradable para esperar. No estoy segura qué hora era
cuando finalmente cerré mis ojos y dejé que el sueño me atrapara.

Los golpeteos de disparos de balas perforando la calma noche me


pusieron alerta sobre mis pies. Me deslicé dentro de mis sandalias y corrí a
la ventana del frente justo mientras oía el vidrio romperse. ¿Qué
demonios?

90
Página

14 S. C: por Señor Cogible.


15
Kieran

Traducido por Guga


Corregido por July CB

El timbre de mi teléfono me sacudió de mi sueño. En mi reloj se leía


1:10 a.m. ¿Quién estaba llamando? Miré alrededor de mi habitación
buscando mi teléfono, entonces lo vi iluminando sobre mi tocador.

Molesto con las malditas chicas que llamaban a esta hora, lentamente
me acerqué para encontrar la pantalla destellando con el nombre de
Doc. ¿Qué demonios?

—¿Doc?

—¿Kieran? —lloró.

Mis ojos destellaron más ampliamente.

—¿Qué está mal? ¿Dónde estás?

Las sirenas sonaban fuertes y el pánico me inundó. Me deslicé en mis


jeans y camiseta y luego me puse una gorra.
—Kieran, estoy yendo al hospital. ¿Puedes encontrarme ahí?

Mi estómago se retorció.

—Megan, ¿estás herida?

—Estaré bien —lloró y supe que cuando la viera, la abrazaría.

—¿Dónde? —Me deslicé en mis botas y agarré mis llaves.


91
—Emmanuel.

***
Página

En el hospital, un guardia de seguridad observaba mientras retrocedía


en mi motocicleta hacia un lugar, luego asintió mientras yo lo pasaba
corriendo. El auto de la Doc estaba allí. Las luces brillantes de
emergencias me forzaban a entrecerrar los ojos. Rápidamente mis ojos
escanearon la sala de espera. Nada. La última vez que había estado en una
sala de emergencias o sala de espera fue hace dos años y aquella noche
cambió mi vida.

—Discúlpeme —dije a una enfermera mientras tocaba su brazo.

Al principio ella parecía molesta, pero luego me dio una segunda mirada
y sonrió.

—¿En qué puedo ayudarlo?

—Megan. ¿Megan? ¡Doc! —Su apellido me abandonó—. No sé su apellido


—dije poniéndome nervioso.

—Está bien. Cálmese. ¿Está herida?

—No lo sé.

—¿Es usted su esposo?

—No —dije exasperado, corriendo mis dedos a través de mi cabello—.


Ella me llamó. Me necesitaba —expliqué.

—Señor, escuche, tome asiento y trataré de averiguar algo.

—No quiero sentarme, por favor, usted no entiende —alcé la voz,


consciente que la gente esperando estaba observándonos.

—Entiendo que esta es una unidad de trauma y todos quieren ser vistos
y todos están preocupados por alguien —dijo ella más severa.

Esta perra estaba comenzando a ponerme furioso. Llegaría hasta la Doc


con o sin su ayuda.

—¡MEGAN! —Ahogué con gritos al tranquilo pasillo.

—Señor. No puede hacer eso. Por favor deme medio segundo para
averiguar.

—¡MEGAN! —grité de nuevo, moviéndome lejos de ella.

—¡Llamen a seguridad! —dijo la enferma a alguien detrás de mí.


92
—¿Kieran? —Oí el llanto provenir del pasillo y me empujé pasando a
una enfermera distinta.
Página

—¡Señor, no puede entrar ahí!

—¿Megan? —dije más suave.


—Kieran. Estoy aquí —lloró.

Un sentimiento desesperado ocupó cada pulgada de mi cuerpo y cuando


llegué a la segunda puerta, me paré en la entrada, sin todavía mirar
dentro.

—¿Megan?

—Pienso que está en la próxima habitación —dijo algún tipo.

—Gracias. —Corrí a la tercera entrada.

—¿Megan?

—Sí.

—¿Puedo entrar?

—Sí —gimoteó.

Nada podría haberme preparado para lo que vi cuando rodeé la esquina.


La sangre saturaba su camisa, salpicada sobre su rostro y apelotonada en
su pelo. Una masacre había tenido lugar de alguna manera y juré en aquel
momento que mataría a quien la había herido. Nunca había besado
siquiera a la chica. Era embarazoso sentir lo que sentía. No habíamos
experimentado nada.

—Doc, ¿qué demonios sucedió? —pregunté, sentándome en la banqueta


del doctor y rodando hacia ella.

Sus ojos se apretaron cerrados y las lágrimas mancharon sobre la


sangre seca.

—Él fue baleado… —lloró.

—¿Quién?

—Andrew.

Yo no sabía quién era Andrew.

—Lo siento mucho —dije.


93
—Vamos a cambiarte a una bata —dijo una enfermera arrojando una
bata a lunares azul y blanco a sus pies mientras ella se reunía con
nosotros en la pequeña habitación. —¿Podría por favor darnos un minuto?
—pidió ella.
Página

—No. —Sacudí mi cabeza mientras los redondos ojos de cierva de Megan


encontraban los míos.
—¿NO? —preguntó la enfermera con las cejas elevadas.

Aún mirando fijo a la Doc, dije:

—No voy a dejarla.

—Son cinco pasos al pasillo.

Mis ojos dejaron a la Doc momentáneamente y envié una amenazadora


mirada a la enfermera haciéndole saber que estaba harto con este
intercambio y no estaba más abierto a discusiones. Ella agarró unas
tijeras, se volvió hacia la Doc y comenzó cortando su camisa sin siquiera
preguntar.

La Doc no usaba sostén y yo rápidamente me volteé, dándole privacidad.

—Ouch. Veo donde esa bala te alcanzó.

En pánico, giré rodeando hacia atrás mientras la enfermera quitaba la


andrajosa y sangrienta camisa de su piel, sus senos totalmente expuestos.
Ella era hermosa. Pequeñas olas. Perfectas. Me sentí como un pervertido
por mirar pero como la enfermera había dicho ella había sido baleada…
Los hermosos pezones rosados arriba de sus senos comenzaron a
endurecerse.

Sus ojos fatigados me miraron mientras la sangre subía en sus


mejillas… mis ojos cayeron al piso.

—Estaremos de regreso para conseguir limpiar eso, luego puedes irte —


dijo la enfermera, cubriéndola con una manta.

—¿Cómo está Andrew? —preguntó la Doc.

La enfermera me dio una ojeada y luego a la Doc.

—No puedo decirle eso —dijo—. Usted no es familiar. Lo siento.

Megan recostó su cabeza contra la cama, dejando salir un largo, lento


suspiro.

—Dime que sucedió… por favor —le pedí mientras tomaba su pequeña
mano en la mía. La suavidad de su piel me hacía querer tocar más de ella.
94
Sus ojos contenían miedo.

—Confía en mí —susurré.
Página

Ella apretó mi mano y se sintió como si mi corazón estuviera apretado


en su mano.
—Andrew tiene once años. Me recuerda tanto a mí cuando era pequeña.
Solo lo conozco desde hace dos meses. Su hermano mayor es un
pandillero. O al menos pienso que lo es. La madre es un desastre. Sin
padre que alguna vez haya visto. —Sus ojos encontraron los míos—.
Escuché los disparos. No sé qué sucedió. Pero Andrew fue baleado —
susurró, su voz rompiéndose.

Mi pulgar se movió de adelante hacia atrás sobre sus nudillos.

—Había sangre por todos lados —lloró—. Lo agarré. Fue entonces


cuando escuché el zumbido y sentí el repentino ardor. —Levantó el rojizo
cabello fuera de sus hombros y tragué cuando me di cuenta cuan cerca la
bala había estado de penetrar su cuello. Posiblemente golpeando su arteria
carótida.

—Sonaban como petardos al principio. Luego se detuvieron y corrí fuera


hacia Andrew revisando a Jamari cuando el auto pasó de regreso. Justo
me lancé sobre Andrew luego de que él cayera. ¡No sabía que más hacer! —
gimió.

Sabiendo que estaba por tomarla en mis brazos, estaba nervioso como el
demonio. Pero… lo hice.

Y ella no se resistió. Sentir su mejilla contra mi pecho fue…


reconfortante. Y en ese tierno momento, y porque comprendí por qué,
pregunté…

—¿Por qué me llamaste?

Ella sorbió, usando su mano como un pañuelo porque por supuesto no


había uno en la habitación. ¿Qué hospital del demonio no tiene Klennex?

—Intenté con Ruthie, ella no respondió. Lo siento.


Sacudí mi cabeza.

—¡No! Está bien. Es solo… —Hice una pausa. Estaba tan feliz de que me
hubiera llamado. —Solo estoy sorprendido.

Sus ojos grises estaban inyectados de sangre, hinchados por las


lágrimas. Pero ella aún podía estudiar mi rostro y se lo permití. Lamentaba
95
tanto lo que ella casi vio la otra noche en el bar cuando entró conmigo y
Nikki. Sin embargo no necesitaba hacerlo, sentía que quería hacer esto
bien.
Página

—¿Doc?

—¿Si?

Uno de mis brazos estaba aún enrollado en el suyo.


—Acerca de la semana anterior. En el bar. Cuando llegaste ahí.

Instantáneamente, su cuerpo se puso rígido y sentí sus paredes


disparándose hacia arriba.

—Sr. Scott. Eso es asunto suyo. Yo simplemente estaba queriendo


advertirte acerca de la orden judicial.

Entonces fue cuando mi mandíbula se apretó.

—Doc, no. No actúe como si no le importara. Ya pasamos esa mierda.

Esta vez, ella se apartó completamente de mí. Su rostro y cabello


estaban aún embadurnados en sangre seca.

—¿Recuerda las palabras que vio en el papel? —preguntó—. Ahora


puedo simplemente agregar compasión a esa lista también. Bien hecho.

Su máscara profesional había caído en su lugar.

—BIEN. Miremos a esa herida ahora —dijo un calvo pero bien parecido
doctor mientras pasaba zumbando a través de la puerta.

La Doc lo miró en lugar de a mí y se suavizó un poco. Traté de


determinar cuan enfadado realmente estaba yo.

El doctor examinó su cabeza, se quitó sus guantes, palmeó su pierna,


lo cual me envió al modo “Patearé tu trasero.” Luego abandonó la
habitación. El incómodo silencio, cargado de tensión, colgaba en el aire.

—Bueno —dijo el doctor—. Puedes irte tan pronto como te limpiemos —.


La enfermera volvió, ojeándome.

¿Qué demonios había hecho yo?

Ella continuó

—Suena como que armaste un revuelo en la sala de espera.

Permanecí silencioso.

La enfermera comenzó a limpiar el cuello de la Doc cuando dos oficiales


de policía ingresaron a la habitación. Tienes que estar jodiéndome como la
96
mierda. Instintivamente, volteé mi gorra hacia atrás, listo para pelear. No
iba a dejarla.

—¿Megan Clark?
Página

¡¡CLARK!!

—¿Si? —respondió Doc.


—Oficial Lotridge y Oficial Jackson —dijo uno de ellos—. Tenemos unas
pocas preguntas acerca de lo sucedido anoche.

La enfermera estaba pegando un vendaje sobre su cuello y los ojos de la


Doc estaban redondeados mientras levantaba la vista dubitativamente
hacia los oficiales de policía.

—No vi nada.

—Srta. Clark, ¿puede decirnos por qué estaba ahí? —preguntó el pesado
oficial, quien no podría rebasar a una babosa

—Vivo ahí.

—¿Usted vive ahí? —preguntó el otro oficial más flaco con sorpresa en
su tono.

Ella asintió y pude decir por la forma en que miró hacia abajo a su
regazo que estaba avergonzada.

—¿Cómo conoce a Andrew y Jamari?

—Realmente no conozco a Jamari. Solo a Andrew. Ellos son mis vecinos.


Solo he estado ahí por dos meses.

—Testigos dicen que usted se arrojó sobre Andrew. ¿Por qué haría eso
por alguien que conoció por solo dos meses?

¿De verdad? Él es un maldito niño, quería yo gritar.

—¡Es un maldito niño! —disparó ella de regreso y esto hizo mis labios
curvarse hacia arriba—. Oí los disparos y solo corrí —exclamó, y todo lo
que yo podía pensar era: “¡Justo en la línea de fuego!”

—En ese vecindario, ¿alguna vez cruzó por su mente no correr hacia un
tiroteo?

Sus fosas nasales se ensancharon.

—No se supone que tenga mucha experiencia en tiroteos. En lugar de


preguntar por qué salvé la vida de un chico, ¿le importaría decirme qué
sucedió?
97
—Jamari fue asesinado. Andrew está en condición crítica. La bala que
rasguñó su cuello podría haberlo matado. También podría haberla matado.

—Entiendo —dijo ella mientras las lágrimas brotaban.


Página

—Nuestra sugerencia sería que no volviera ahí esta noche. ¿Tiene algún
otro sitio donde quedarse? —preguntó el oficial.
—Ella puede quedarse conmigo —dije rápidamente, y sus ojos
frenéticamente se lanzaron a los míos.

98
Página
16
Megan

Traducido por Lorenita_166


Corregido por July CB

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó el oficial.

—Kieran Scott —respondió; el sonido de su nombre agitó algo en mi


interior, lastimada como estaba, seguro iría a ofrecerme su casa, aun
cuando sabía que no podía quedarme.

—¿Podríamos hablar afuera por un minuto? —preguntó el oficial


acercando su cabeza por la ventanilla

Kieran volteó a verme

—¿Está todo bien?

—Claro —le respondí, tratando de ser fuerte, pero cuando volteó


sonriente hacia los oficiales, ya no lo sentí cerca.

Sentía un dolor en el corazón, me dolía por Andrew, por Jamari, y


honestamente también por Kieran. Él no merecía que me lanzara a él de
esa manera.
Cuando Ruthie no contestó mi llamada, mis otras opciones fueron Joe y
Vivian… pero la verdad, no tenía ganas de escuchar otro ‘Te lo dije’ de
Joe.

Queriendo sentirme protegida en el momento, llamé a Kieran.

Había algo en él que me hacía sentir segura.


99
Mis ojos se llenaron de lágrimas al darme cuenta de lo rápido que
habíamos llegado hasta aquí.
Página

Me sentía extrañamente perturbada, nunca había hecho nada así, y


ciertamente no podía decir solo gracias, tendría que usar todas mis
palabras.
Él era un caballero. Nuestros límites, las líneas a cruzar, nuestra
relación. Todo había comenzado a torcerse.

Realmente había arruinado las cosas.

Había algo oscuro y peligroso en Kieran, aunque también algo suave, y


dulce. Había aprendido a querer ambos lados de él, pero aun así no había
forma de que pudiéramos estar juntos. Estaba segura de que tendría que
renunciar a mi trabajo como terapeuta, pero mi corazón dolía literalmente
de solo pensar en renunciar.

Una vez que nos dejaron irnos, me llevó al estacionamiento.

—Lo arruiné, lo siento.

Noté que se ponía el casco.

—No puedo quedarme contigo Kieran —le dije despacio

—Esta no es una discusión abierta, Doc. Le dije a los policías que


podrían encontrarte en mi casa.

Y rápidamente aseguró el casco debajo de mi barbilla.

Obviamente el cansancio me estaba ganando la partida, porque no pude


decir nada para seguir discutiendo.

Sabía que los casi familiares de Ruthie se estaban quedando con ella, y
que sería incómodo dormir en el sofá…

Después de subir a la moto, dejó que me subiera y que acomodara los


brazos a su alrededor, entonces sus músculos se tensaron, y respiró
profundamente antes de arrancar.

No sabía que tan lejos vivía, así que apoyé mi mejilla en su espalda, y
me llevó con cuidado por las calles de la ciudad.

Estaba sosteniéndolo… oliéndolo… deseándolo… Bueno, demonios,


estoaba a punto de romper mi compromiso ético, o cualquier compromiso
que haya hecho en mi vida.

Dimos la vuelta en un barrio elegante. Estaba sorprendida por los


100
condominios. Se veían más geniales de lo que esperaba. Y pensar que yo
quería vivir ahí algún día. Ciertamente, ahora me daba más vergüenza el
sitio donde vivía.
Página

De pronto Kieran derrapó para estacionarse frente a una bonita casa de


piedra. La noche era tranquila, así que cerré mis ojos, disfrutando el
silencio.
—¿Estás bien? —me preguntó, y sentí mis brazos vibrar. ¡Porque aún
seguía abrazada de él!

—Oh, lo siento —Y rápidamente dejé caer mis brazos a los costados de


mi cuerpo.

—No te preocupes —dijo con la voz más sexy del mundo. Caminó hacia
el garaje y usó el tablero para abrirlo.

Luego dejó la moto junto a un Porsche negro. ¡Un Porsche!

—Lindo auto —me reí.

Él me sonrió.

—Lo estoy guardando para alguien.

—¿Esta es tu casa?

Abrió la puerta para guiarnos dentro.

—Sí, aunque aún busco compañía, para que sea perfecto.

Dejó sus llaves en un bonito cesto cerca de la puerta, y lo seguí hacia la


cocina. El piso era de madera, y las encimeras de granito. Dejé de caminar
y empecé a pensar.

Pensé en cómo debía ser vivir en un sitio como este. ¿Cómo podría
pagarlo? Quizás tenía dinero de algún seguro de vida de sus padres.

—¿Algún compañero de piso podría permitirse pagar para vivir aquí? —


pregunté.

—Estoy seguro que habrá uno que podrá. —Se rió—. Me pregunto si es
muy tarde para que quieras tomar una cerveza.

Me reí.

—Claro, no es muy tarde.

Después de coger un par de cervezas del refrigerador, quitamos las


tapas, bebimos, él golpeó mi botella antes de empezar, como en un brindis.
Se me quedó mirando y levantó un dedo, haciéndome esperar.
101
Esta casa era perfecta, estaba decorada hermosamente, no como la casa
de un típico soltero, que es lo que hubiera esperado.
Página

Unos minutos después, volvió con una botella de shampoo y una toalla.

—Hay que lavar esa sangre de tu cabello.


Entonces traté de pasar mis dedos por el enredo y el desastre que era mi
cabello, y no pude, así que inmediatamente me olvidé de lo que estaba
pensando antes.

—Vamos, si así esta hermoso —me reí.

Él solo sonrió, caminamos hacia la cocina.

—¿Shampoo Axe? —le dije.

—Es eso o jabón para platos, tú dirás. —Sonrió.

—Estoy segura que sus ‘chicas’, adoran lavarse con esto por las
mañanas Sr. Scott —le dije con una sonrisa.

—Seguro. —Es todo lo que respondió—. Te ofrecería una ducha, pero


con ese vendaje parece difícil, supuse que esto sería suficiente.

Apuntó al lavabo de la cocina.

—¿Aquí?

Él se rió, algo no estaba bien con él, no estaba siendo el Kieran de


siempre.

—¿Estás bien? —le pregunté.

Otra sonrisa

—Sí —me dijo terminando su cerveza.

Me di la vuelta y caminé más cerca del fregadero, escuché la puerta del


refrigerador abrirse y oí otra botella contra la encimera.

En el momento en que mi cabeza alcanzó el agua, sentí que estaba muy


caliente, así que la ajusté un poco, dejé que el calor envolviera mi cuerpo.
De pronto vi la sangre, saliendo de mi cabello, y todo volvió a mí.

Un incontrolable suspiro salió de mis labios, y el peso de toda la noche


cayó sobre mí.

Antes que pudiera detenerlo, empecé a llorar pensando en esa vida


perdida, y en esa otra que pendía de un hilo.
102
De pronto sentí las grandes manos de Kieran masajeando mi cabeza,
debía de haber abierto el shampoo, porque de repente llegó a mi nariz una
fragancia masculina, deportiva y ligeramente mentolada.
Página

Los pequeños círculos con que masajeaba mi cabeza, me hacían sentir


cómoda. Luego un calor diferente llegó a mi cabeza.
Era un calor de amabilidad, de ternura… suavidad… Mi corazón dolía y
me cubrí el rostro para intentar dejar de llorar.

Como si supiera lo que me pasaba, se acercó un poco más a mí, para


soportar el peso de mis piernas, pasó un brazo a mí alrededor y me sujetó
contra su pelvis.

No había pensado nunca que lavarse el cabello pudiera ser tan erótico.
Creo que en ese momento lloré, no solo por Andrew y Jamari, sino también
porque Kieran sabía que no podía ir más allá de lo que yo quería.

Cuando el agua empezó a correr cristalina de nuevo, supe que se había


terminado. Cerré los ojos, realmente no quería que se acabara.

De repente Kieran envolvió mi cabeza en una toalla y me levantó en sus


brazos, llevándome hacia el living.

Otra primera vez.

—Kieran, no…

—Vamos a seguirle el juego al Sr. Scott, Doc.

Una gran sonrisa apareció sobre mi rostro y en las esquinas de su boca


también.

—Sr. Scott, por favor póngame en el suelo —le dije formalmente, pero
con una sonrisa.

—No vas a… —suspiró repentinamente serio

—¿No voy a qué?

Se sentó en un sillón reclinable de cuero marrón, cuando intenté


moverme, me sujetó con más fuerza a su lado

—¿No voy a qué? —pregunté tratando con todas mis fuerzas de no hacer
contacto visual.

—Mira Doc, has sido muy clara, con que esto no puede ir más adelante.
Estás herida. Estás triste. Por un par de semanas, haz hecho que me abra
a ti. Bueno… yo no hago esto. Yo no… hablo, yo no conforto a las chicas…
103
nunca. Así que cuidarte en este momento, hace que me sienta un poco
más humano.

Finalmente levanté mis ojos hacia él, sus ojos se veían tan profundos,
Página

con tanta necesidad, tan marrones. Quería desesperadamente darle esto.


Así que reposé mi mejilla contra su pecho. Cuando él se acomodó en el
sillón y me estrechó entre sus brazos, hubiera podido jurar que había
hecho esto un millón de veces antes.
17
Kieran
Traducido por Guga
Corregido por liss-rose

Mi corazón estaba cerrado a combustión espontánea cuando ella


descansó su mejilla en mi pecho. Un jadeo silencioso escapó de mi
garganta y esperaba que ella no sintiera mi reacción. Tan ajeno y
desconocido como esto era para mí, yo sabía que ella necesitaba esto. Yo
necesitaba ayudarla a quitar su cabeza de lo que había sucedido esta
noche.

—Entonces dígame algo, Sr. Scott. Cualquier cosa.

Hice muecas cuando ella no podía verme porque muy dentro esta
mierda de Sr. Scott me divertía. Ella siempre se las apañaba para
hacerme reír. Froté la toalla a través de todo su cabello luego la lancé al
piso.

—Tendrás que ser más directa que eso. Guíeme, Doc.

Ella rió nerviosa.

—Esta bien. Umm. ¿Cuál es tu pizza favorita?

Una carcajada retumbó a través de mi pecho.

—Esa es una profunda, Freud. Pepperoni. ¿La tuya? 104


—La misma. ¿Cuál es tu helado favorito?

—Yo no como helado.

—¡Kieran! Tienes que decirlo. —Me amenazó, empujándome con su


Página

hombro.

Otra risa por lo bajo rodó a través de mí.


—¿Por qué tengo que decirlo? Honestamente no como helado.

—¡No comes! ¿Pero cuál es tu favorito si comes? —preguntó pellizcando


mi costado.

—Malteadas de chocolate. Hecho con helado de vainilla y salsa de


chocolate.

Sus ojos grises parpadearon a los míos.

—Wow. Para alguien que no lo come, eso es bastante malditamente


específico.

—Bueno, tú preguntaste. ¿Cuál es el tuyo?

Ella sacudió su cabeza.

—Menta. Me recuerda a la Navidad.

—Nunca comí menta, no creo.

—Bueno, deberíamos poner eso en la lista —dijo ella con certitud.

Me preguntaba a que lista se estaba ella refiriendo pero mi corazón se


expandió un poco pensando en hacer algo más con ella fuera de nuestras
sesiones.

—¿La lista? —pregunté.

—¿Cuál es el lugar más bonito en que has estado? —Ella me ignoró.

No podía responder eso. Era o las islas Turks y Caicos o Suiza; pero ella
no podía saber eso. No todavía.

—Pienso que el Noroeste del Pacífico es el área más hermosa de los


alrededores. Verdaderamente. —Eso no era una mentira.

Ella asintió. 105


—Estoy tan de acuerdo.

—¿Qué hay de ti? —pregunté y me di cuenta que estaba corriendo mis


dedos a través de su cabello húmedo, enredado. Me detuve. No había
Página

forma de dejar ir esto demasiado lejos.

—Nunca he estado en ningún lugar fuera de Oregón o atravesado de


Columbia a Washington.
Wow. Yo no sabía que decir.

—¿Por qué no fuiste a la universidad? —preguntó.

Gentilmente tiré de sus mechones húmedos forzándola a mirarme.

—¿Qué te hace pensar que no fui a la universidad?

Sus ojos se redondearon como si estuviera asustada, entonces yo liberé


su cabello. El miedo no era algo que alguna vez quisiera que ella sintiera a
mi alrededor.

—No lo sé. Porque eres un portero de discoteca. Lo siento…creo…

—No estés apenada. Me gradué en la Universidad de Oregón con grado


en contabilidad. Soy contador, Doc.

Ella se incorporó tiesa.

—¡No lo eres!

—Vamos ahora. Lo tengo escrito en mi rostro.

Ella rió y sacudió su cabeza.

—¡Tienes razón! Te ves justo como un pequeño contador nerd. Te digo


algo, deberías hacer algo de contabilidad en la Justicia.

—¿Qué quieres decir? —pregunté riendo por lo bajo.

—Puedo verlo ahora. Tú en un pantalón abotonado blanco y de vestir


negro. Camisa desabrochada. Tus abdominales bronceados y rasgados.
Una lapicera deslizada en tu oreja. Tal vez tu Harley colocada detrás de ti.
Y el nombre de la firma contable en la base de tu publicidad. Plasmada en
un cartel publicitario. —Ella hizo un chasqueo con su boca—. Tú, Sr.
Scott, enviaría miles de mujeres cayendo en picada a Columbia aquí en
Bridgetown.

—¿Bridgetown? Nadie dice más eso. Y tú nunca has visto mis


106
abdominales. Enseñarte mis abdominales sería cruzar más allá de las
líneas terapéuticas. —Una lenta sonrisa se arrastró por mi rostro.
Página

Su profunda risa me calentó más y más pero la vi tocar su vendaje cerca


de su cuello.

—¿Estás bien? —Pregunté.


—Mi papá lo llama Bridgestown. Por años no supe que era Pórtland.

Me encontré deslizando mis dedos a través de los mechones de su


cabello de nuevo pero esta vez no me detuve y ella no me detuvo. Pienso
que podía escucharla hablar por horas, lo cual me sorprendió como la
mierda dado que ninguna otra chica había tenido ese lado mío.

—Odio los puentes —agregué.

—¿Por qué?

—No lo sé. Siempre lo he hecho desde que era pequeño. El puente


Astoria me asusta como la mierda

—He visto fotos. Odio los bichos tipo cascarudos —dijo ella tiritando.

Eso me hizo partir de la risa y reí a todo pulmón.

—Odio el jugo de uvas y el suero de leche.

—¡Yuck! ¡Yo también! Odio las avispas.

Reí de nuevo.

—Veo una cuestión ahí. Odio la tapioca.

—¡Yuck! ¡Yo también! ¡La consistencia! Odio el café.

—Yo amo el café. Odio los criticones.

Ella rió.

—Odio a la gente rica pero especialmente a los ricos tontos.

Eso me detuvo…como literalmente paralizándome.

—Eso es…bastante global. No puedes decir eso. Estás agrupando una


cantidad de gente que no conoces en una categoría. Eso es riguroso.

—Esta bien. Odio toda la gente rica que he encontrado excepto por dos.
107
¿Mejor?

Me reacomodé, aproximándola más cerca de mí de alguna manera


Página

sintiendo como si ella se estuviera deslizando lejos.

—¿Con quién te has encontrado?


Ella tomó un largo lento suspiro y bajó su mejilla a mi pecho.

—Kieran…

En ese momento, supe que nuestra conversación estaba hecha para ser
graciosa. No respondí a mi nombre, sólo apreté mi abrazo en ella.

—Mi papá era…es…un alcohólico abusivo. Él hería a mi madre. A veces


por la noche, me encerraba en mi armario cubriendo mis oídos.

Cerré fuerte mis ojos mientras ella hablaba porque por alguna razón su
historia me hacía daño. Nunca le diría que ya me lo había contado. De
todas maneras, era como oírlo por primera vez.

—Él nunca me hizo daño. Hasta que ella se fue. Tengo que creer que ella
creía que él nunca me habría levantado una mano o ella nunca me habría
dejado allí. Y ese maldito primer ojo negro cambió todo. Mi profesor llamó
al Servicio de Protección al Niño. Fui sacada de su casa. Por los siguientes
cinco años, estuve dentro y fuera en hogares de acogida más vueltas a su
casa hasta que él me golpeaba de nuevo. Los tontos ricos en el primer
lugar. El hogar de acogida tenía dos chicos. Uno era bueno. Uno no lo era.
Él había venido a mi habitación una noche.

Moví de un tirón mi cuello sabiendo lo que estaba viniendo.

—Pero yo había aprendido algunos movimientos de papá y lo golpeé


primero en el ojo y después en las bolas. No permanecí mucho en esa casa.
Pero obtuve mi primer cargo por agresión.

—¿Debes estar jodiéndome? —Elevé mi voz.

—Nop —dijo ella—. Fui a dos hogares de acogida más pobres los cuales
me trataron al menos justamente. Pero un de las madres estaba enferma
con cáncer y cuando hacía un mes que estaba en el otro hogar de acogida,
mi padre hacía el tratamiento y su manejo de ira. Entonces volví a mi
hogar. Fue mi cuarto hogar de acogida donde encontré tontos ricos por
segunda vez.
108
Era Navidad. Tenía una visita con mi padre donde tuve algunas cosas
lindas pero la Navidad con mi familia de acogida, yo estaba tan
Página

emocionada por eso. Una gran, decorada, casa de piedra con seis
habitaciones por la que yo habría matado con tal de vivir allí. Había
cientos de regalos bajo el árbol. Yo había estad allí por cerca de un año así
que ellos me conocían. Pero fuera de todos esos regalos. —Ella hizo una
pausa.

Esperé con mis dientes apretados y triturando juntos.

—Obtuve un libro. Un libro. Y eso estaba bien. Apreciaba eso. Pero


cuando su hijo e hija abrieron su Play Station 4 y su Xbox 360 y
televisores…me senté mirando a mi libro y simplemente pensé: “espero que
otro niño nunca se sienta de esta manera”. Esa familia tuvo la oportunidad
y el poder de hacerme sentir especial por sólo ese momento en la vida y no
lo hicieron.

Yo estaba sin palabras. Entonces sus feroces ojos grises me miraron.

—Lo siento. Mi suposición es que hay gente rica buena por ahí también.

Ella se incorporó, recostándose lejos de mí y lo permití tanto como no lo


quería.

—Hay algunos seguramente. Pero la última familia con la que


estuve…los ricos más idiotas de todos. Yo tenía diecisiete y el padre, él…él
me empujó a la cama una noche y me dijo lo que iba a hacerme mientras
yo estuviera allí…en una forma muy gráfica detallada…todo el tiempo
estrujando mis senos tan duro que llenó mis ojos de lágrimas. Luego él
frotó su pulgar sobre mi pezón repetidamente. Y esto me enfureció porque
en ese momento mi cuerpo me traicionó. Lo que él hizo se sintió bien pero
yo quería vomitar al mismo tiempo. Puedo aún oler su aliento a veces.

Mi labio fue tirado en un profundo gruñido y luché para controlar mi


respiración. Maldito estúpido.

—¿Qué sucedió?

—Nada. Unos pocos días más tarde cuando supe que su esposa iba a
salir de la ciudad, se lo dije. Ella me llamó pequeña puta basura y solicitó
ser mudada inmediatamente.
109
—Lo siento —susurré.

—Las únicas dos personas ricas que alguna vez me gustaron, las dos
que me llevaron a sus hogares y me ayudaron a terminar la universidad —
Página

explicó y bostezó. Mi camiseta estaba empapada donde ella se acostó. Sin


pensarlo, tiré fuera mi camiseta con una mano y la lancé al piso.
Palmeé mi pecho de nuevo y me sentí estúpido después de hacerlo. Ella
no era un perro, por santa mierda. Pero, ella se recostó de nuevo.
Sintiendo su piel en la mía, un cálido sentimiento hormigueó dentro de mi
pecho y por un segundo, pensé que ella iba a besar mi piel y me preparé
para el impacto.

—¿Padres adoptivos? —pregunté rápidamente tratando de distraerla.

—No —dijo ella bajito y pienso que estaba desfalleciendo—. Durante la


universidad salí con un tipo. Claramente estaba teniendo algunas
cuestiones parentales porque él me golpeaba igual que mi padre.

Me reacomodé contra ella y pensé en lo que haría si viera a un tipo


golpeándola. Un gruñido reverberante enconado en mi pecho.

—Fui a un refugio para escapar de este tipo y encontré un ángel ahí —


dijo ella con la sonrisa más sincera y hasta sus ojos sonrieron pero luego
vino otro bostezo.

No pregunté nada más y no dije nada más. Ella había tenido un día
emocionalmente traumatizante. Diablos, ella había tenido una vida
emocionalmente traumatizante. Yo no era definitivamente de su mejor
interés y lo sabía.

En algún lugar en lo profundo yo sabía que la había herido. Sería otro


mentiroso de mierda por sobre su ya existente mierda.

Traerla aquí fue una mala idea. Tenerla acurrucada cerca de mi cuerpo
era la peor puta idea que yo alguna vez había tenido.

Su cuerpo se relajó totalmente en mis brazos y su respiración se volvió


profunda y pesada. El sueño finalmente se había instalado y yo estaba
feliz. Entonces, cerré mis ojos.

Sus quejidos y agitación abrió mis ojos y me di cuenta que uno de mis
brazos estaba atravesado sobre su cabeza. Cuando me moví ella se
acurrucó más cerca, en realidad enrollándose en una bola con su cabeza
110
descansando sobre mi estómago. Su respiración soplaba sobre mis
abdominales haciendo cosquillas bajo mi ombligo. Mi maldito pene
comenzó a crecer y eso era exactamente el por que ella necesitaba
Página

permanecer lejos como el demonio de mí. Yo sería una persona más en la


larga lista que la había herido.
Ella había tenido suficiente dolor por toda su vida útil. Me rehusaba a
hacerlo.

—¡ANDREW!

La sangre coagulándose chilló resonando en la casa; y salté listo para


matar a quien quiera que estuviera ahí.

Doc estaba sobre sus rodillas en el borde del sillón reclinable, ojos de
loca trabados en los míos. El sudor bordado por su frente. Resolló
mientras sus ojos ansiosamente buscaban mi rostro. Ella se veía como
una pequeña niña asustada sentada ahí con ojos redondeados asustados.

—Está bien —susurré, arrastrando mi mano por la longitud de mi


rostro—. Él está bien. Está en el hospital. —En el reloj se leían las 5:30 y
esto era una hora más tarde de la última vez que ella despertó.

Ella asintió y tragó luego frenéticamente agarró la botella colocada sobre


la mesa auxiliar tragando la cerveza caliente.

—¿Sedienta? —pregunté con un guiño y una leve cautelosa sonrisa.

Otro asentimiento.

—¿Quieres algo más?

Esta vez ella sacudió la cabeza. La locuaz hermosa chica quien siempre
tenía algo para decir estaba en silencio.

—¿Me abrazas? —Habló tan suave pero la oí.

Levanté mi brazo izquierdo dándole acceso a mi cuerpo. Había dormido


en este reclinable un millón de veces y nunca con una chica.

Mientras ella se recostaba, una de sus piernas descansó entre las mías,
y su mejilla descansó más en mi hombro, en el recodo de mi cuello. Yo era
111
bien consciente que si volteaba mi cabeza su rostro estaría justo ahí. La
razón, yo sabía, es porque podía oler una mezcla de shampoo Axe y la
cerveza en su aliento mientras ella me miraba fijo. ¿Entonces que hice?
Adivinaste…volteé mi puta cabeza.
Página

Sus ojos parpadearon hacia arriba y yo estaría maldito si ellos no


estaban llenos de deseo. Esos malditos tontos grises me gritaban. No había
nada más en mi vida que yo quería que ser necesitado. No me había
sentido así por cerca de dos años. Se sentía bien sentirse…necesario y
querido. Y aunque yo sabía que esto nos separaría, lo hice. Y no daba dos
mierdas si ella estaba resfriada. Podía haber tenido faringitis
estreptocócica…o gripe…mi boca estaba yendo aún cuando mi cabeza
gritaba que no.

Lentamente, incliné mi cuello y bajé mi boca para encontrar la suya.


Yendo a un ritmo que le permitía detener esto, barrí mi nariz contra la
suya primero. Pero cuando vi su lengua espiar fuera humedeciendo sus
labios, seguí su ejemplo y cepillé mis labios sobre los suyos. Sólo un
simple cepillado sobre…ninguno de los dos siquiera frunció los labios.

—Kieran… —ella gimió y anguló su cuello para acercarse—. Sabes que


no podemos hacer esto.

Mientras sus palabras resonaban en algún lugar en mi cabeza, tomé mi


mano que estaba detrás de mi cuello y rastrillé mis dedos a través de su
cabello aplicando la suficiente presión para mantener su boca en su lugar
mientras bajaba la mía sobre la suya. Ella sabía dulce aún después de la
cerveza caliente y yo quería más. Pero lo que ella había dicho esa noche en
su oficina acerca de besar era como un mantra en mi mente. Entonces,
hice exactamente eso. Cerca de cinco o seis lentos, metódicos picoteos y
luego…luego fundí mi boca con la suya. La boca más cálida, más dulce
que había alguna vez probado. Nuestras lenguas apenas tocándose pero
aún totalmente encontrándose. El gemido más suave vibró en su garganta
y mis ojos se abrieron de golpe. Dios santo, ella era sexy como la mierda.

Lentamente, finalicé el beso y cerré mis ojos. Inseguro si podría mirarla,


los mantuve cerrados. Quería disfrutar este momento. Este momento de
sentir…¡de sentir! Yo estaba sintiendo algo. Había estado
sordo…adormecido...por un largo tiempo.

—Kieran… —chilló. 112


Mis ojos se abrieron de golpe pero permanecí quieto.

No quería oírla decir nada. No quería darle la oportunidad de decir “no


lo hagas” otra vez. La besé en la frente y la tiré más cerca de mí. Ella
Página

necesitaba dormir y yo también.


18
Megan
Traducido por Rihano
Corregido por liss-rose

—¿Qué coño Scott? ¿No te presentas para nuestro entrenamiento? —


gritó alguien.

Tanto Kieran como yo poco a poco abrimos nuestros ojos...


confundidos.

—¿Quién era ese? —Le pregunté con pereza.

—¿Quién era qué?

—¡Scott! —La voz resonó por la casa de nuevo y los ojos de Kieran se
abrieron.

—¡Oh, mierda! Lo siento... —dijo el tipo casi tan caliente como Kieran
desde el arco de la cocina. Creo que su nombre era Todd.

Kieran se levantó conmigo en sus brazos, apoyando mis pies en el suelo


y pasando sus dedos por su cabello. La sangre avanzó su camino hasta mi
cara. Estoy segura que el tipo pensó lo peor, pero en serio, éramos adultos.

—¿Qué hora es? —preguntó Kieran frotándose los ojos.

—Mediodía —dijo Todd con un sonrisa de come mierda.


113
—Tengo que irme —añadí a la conversación y Kieran me miró luego a su
amigo.

—Yo también —dijo el hombre con una risita.


Página

—Te llevaré a casa —dijo Kieran. Me había olvidado que no tenía mi


auto.
—Está bien —susurré suavemente pasando mis dedos por mi cabello
desecho, muy enredado y no acondicionado. Tuve la sensación de que
Kieran estaba avergonzado también—. Soy Megan —añadí, irritada porque
Kieran ni siquiera nos presentó.

—Lo siento. Todd esta es Doc. Doc. Todd. —Kieran agarró su camisa y la
deslizó sobre su cabeza mientras yo atrapaba un vistazo de sus malditos e
inolvidables abdominales.

Todd levantó su barbilla mirándome. Sabía quién era yo desde que lo


había adelantado en el bar.

—Te veré en el gimnasio —le dijo Kieran a Todd mientras colocaba su


mano en mi espalda baja y me guiaba hasta la puerta por la que entramos.
Él era tan sexy ahora con ojos soñolientos y cabello alborotado como lo
estaba en cualquier momento.

Pasé mis dedos sobre mis labios recordando el beso que compartimos.
Tú sabes cuando es ese beso que nunca olvidarás. El que nunca será
mejor. El que vas a comparar con todos los otros besos... ese fue nuestro
beso de anoche. El beso más perfecto que jamás haya tenido. Su lengua
tan dulce pero en plena búsqueda de la mía. La forma en que se quedó
dormido sin intentar nada más. Kieran Scott era un buen tipo.
Excepcional. Extraordinario. De la manera en que se apresuró hacia el
hospital... gritando mi nombre, la forma en que habló con los oficiales de
policía, la forma en que sus dedos masajearon mi cuero cabelludo. Él
sabía que yo necesitaba ser abrazada. Una tormenta de celos rabió a
través de mí, mientras caminaba con él y pensé en todas las innumerables
mujeres que habían hecho esta caminata de la vergüenza al lado de él.

—Vamos a tomar el Porsche —dijo él agarrando un juego de llaves de la


canasta en la puerta.

—¿A tú amigo no le importará?

—Será bueno para esto correrlo —dijo él—. ¿Cómo está tu cuello?
114
Toqué el vendaje.

—Está bien. Adolorido, supongo.


Página

De repente se sentía incómodo hablar con él y yo odiaba eso. Él parecía


incómodo. De alguna forma. Mi máscara profesional estaba lejos de estar
en su lugar. Yo era simplemente una chica... frente a un chico y lo odiaba.
El auto se desbloqueó y él me siguió hacia el lado del pasajero, abriendo
mi puerta.

—¿Estás bien? —le pregunté y cerró la puerta casi en mi cara. Hice una
nota mental para nunca cruzar la línea y tener relaciones sexuales con
este tipo. Esta caminata de la vergüenza no era divertida. Creo que
preferiría un taxi.

Se metió y el auto ronroneó a la vida.

—Sí. Estoy bien. ¿Y tú?

Asentí y entrecerré los ojos cuando nos detuvimos fuera, en la luz del
sol.

—Sí. Estoy bien.

—Tu amiga Ruthie. ¿Puedes quedarte con ella por un tiempo? —


Preguntó él.

—¿Qué quieres decir?

—Megan, no puedes permanecer en tu apartamento.

Yo sabía que él era serio porque nunca me llamaba Megan. Sabía que
anoche cuando se ofreció fue sólo por lo de anoche... pero Dios, se sentía
tan segura con él.

—Oh no seas tonto Sr. Scott. Es donde vivo. No puedo quedarme con
Ruthie a causa de la familia de su novio. Estaré bien. Realmente.

Me atreví a mirar su perfil y mi aliento se enganchó en mi garganta. La


barba oscura en su cara era sexy como el infierno, y yo nunca había
notado la longitud de sus pestañas. Su lengua se asomó por un momento
mientras lo observaba comprobar el espejo retrovisor. Me pregunté si
todavía me podía saborear en sus labios.

Yo había tratado de ser juguetona con el comentario del Sr. Scott y me


115
encontré con el silencio. Así que no dije mucho más en el camino a casa.
Página

Usiah estaba en el porche y saludé con la mano. Una Harley se


destacaba en este barrio y un Porsche bueno... vamos a decir que todo el
mundo se dio cuenta de nosotros estacionando.
—Gracias por el paseo —dije cuando salí del auto.

El suave ronroneo del motor se silenció por completo y observé mientras


él salió.

—¿Qué estás haciendo? —Le pregunté.

—Vamos a buscar un par de cosas y parece que vas a tener que


quedarte conmigo por un tiempo.

—Eso es una locura —le dije mientras mis cejas se alzaban alto en mi
frente—. Simplemente no puedo.

Él agarró mi brazo y señaló hacia el apartamento.

—No, Doc. Eso es loco.

Cinta policial amarilla delimitaba la pasarela y las afueras del


apartamento de Andrew. Las lágrimas inundaron mis ojos al instante
cuando vi los charcos de sangre seca dentro de las líneas amarillas. Dos de
mis ventanas tenían cinta junto a los agujeros de bala. Un escalofrío
recorrió mi espalda, sacudiéndome hasta la médula. Dos policías salieron
del apartamento de Andrew. Me pregunté cómo estaba.

Kieran se paró allí mientras yo asimilaba todo, sin recordar mucho


realmente, excepto el sonido de rápidos disparos ensordecedores. Pesar me
consumía cuando escuchaba las palabras del juez Joe una y otra vez en
mi cabeza acerca de este lugar. Por mucho que yo quería creer que podía
sobrevivir en un lugar como éste dado lo que había soportado hasta ahora,
creo que estaba equivocada. No sólo equivocada... estúpida.

—¿Estás bien? —Preguntó en voz baja, su mano apoyada en la curva de


mi espalda baja.

—Sí.

—Doc, puedes quedarte conmigo. Si es demasiado tiempo, tendrías que


116
pagar el alquiler. Yo necesitaría que hicieras tu parte. Pero tengo la
habitación. ¿Cuál es tu renta aquí?

Me quedé mirándolo torpemente. Él realmente era serio.


Página

—Dos-veinticinco. Pero tal vez podría pagar más. Sólo sería hasta que
pudiera encontrar algo más —concedí.
—No te preocupes. Tal vez no tendré que ir en auto a tu oficina para mis
necesidades terapéuticas. —Él le guiñó un ojo y otro escalofrío de un tipo
diferente avanzó su camino por mi espina dorsal.

—Sr. Scott, podemos hablar de eso en mi oficina mañana. —Sonreí.

Me empujó hacia adelante.

—Ve a comenzar a empacar. Llámame si necesitas algo. Escríbeme y te


enviaré mi dirección para que puedas encontrarme.

—Tengo algunas cosas que hacer. Pero te escribiré tan pronto como
pueda —le dije.

—Voy a tener a Todd en alerta para ayudarte a mudar.

Después de hacer sonar mis nudillos, miré hacia él.

—Kieran. —Lancé un suspiro tratando de encontrar la manera correcta


de decirlo—. No puedo... no puedo. —¡Mierda! Tenía que decirlo—. No
puedo afrontar el pagarte ahora mismo.

—Doc. No... —Eso fue todo lo que él dijo antes de que yo me adelantara.

Yo sólo había estado en el apartamento unos dos meses, así que había
muchas cosas que no había desempacado y la verdad del asunto era que
yo no poseía mucho. Pero lo que tenía era mío. Después de una ducha
rápida, bajé las pocas cosas que tenía colgadas y después de tirarlas en
pilas... me di cuenta de que necesitaba cajas. Así que... salí.

Mientras estaba fuera, tuve un momento difícil para conseguir sacar a


Kieran de mi mente y tuve una idea. Un gracias por lo de anoche y la
oferta de hoy, quería llevarle helado de menta. No podía creer que él nunca
lo haya probado. Seguramente estaría en casa ahora del gimnasio. Así que
me detuve en mi lugar favorito y compré un poco. No era mucho, pero
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todavía un agradecimiento de algún tipo. La anticipación dentro de mí... de
volver a verlo... de devolverle algo incluso en la forma más pequeña... era
alarmantemente más allá de normal.
Página

Una cosa de estar en hogares adoptivos, es que prestaba atención cada


vez que el trabajador del departamento de niños y familias me llevaba a un
nuevo lugar. Por qué... así yo sabía exactamente cómo llegar a casa si lo
necesitaba. Tenía un navegador interno y conocía las direcciones mejor
que la mayoría. Sabía exactamente como llegar a la casa de Kieran.

El sol estaba caliente. Mientras maniobraba por las calles de su


vecindario, me encontré cada vez más ansiosa. ¿Estaría él en casa? ¿Le
importaría verme sin previo aviso? ¿Sonreiría cuando me viera? Pero no
podía tardar demasiado tiempo o la copa de helado que llevaba contendría
leche de menta.

Una vez allí, no me sentía lo suficientemente cómoda para caminar, así


que toqué el timbre. Cambié mi peso de un pie al otro hasta que Kieran
respondió y sus ojos se abrieron como platos cuando me vio allí.

—Eso fue rápido —se rió él.

¡Sonrisa-comprobada!

—No estoy invadiendo tu casa todavía —me reí también—. Pero aquí
tango una especie de agradecimiento. Ya sabes, un gracias por ayudarme.
¡Helado de menta! —grité finalmente emocionada.

Él sonrió y tomó la copa.

—Gracias.

—Sólo pensé... —empecé.

—¿Kieran?

La voz de la chica hizo que mi corazón se detuviera. Y no se porque. Él


tenía el derecho a estar con quien quisiera. Esta podría ser su última
follada antes de que me mudara con él y estuviera allí 24/7.

Kieran miró por encima de su hombro y yo incliné la cabeza hacia un


lado así podía verla. Por supuesto, increíblemente hermosa. Ojos marrones
redondos. Cabello marrón largo hasta los hombros.

—Doc —dijo tan serio, sabía que tenía que detenerlo.


118
—Sr. Scott —dije, respondiendo con sarcasmo burlón y una sonrisa
amplia para ocultar que estaba cayéndome a pedazos por dentro—. Me
tengo que ir. No quise interrumpir. Yo sólo quería que tuvieras eso. —Moví
Página

nerviosamente mis brazos en el aire—. Así que... de todos modos. Voy a


llamarte más tarde. Espero que te guste.
Cuando me di la vuelta, el único auto había estaba estacionado al otro
lado de la calle con una placa de Washington. Ese tenía que haber sido el
suyo. Tomó cada pensamiento, dar cada paso, y cada respiración para
llegar a mi auto. Una vez que conduje dando vuelta a la esquina en una
completa y aturdida perplejidad, me di cuenta de que necesitaba un plan
de respaldo... Decidí llamar a Ruthie pero mis manos temblaban tanto que
no pude marcar. Relajando mi cabeza contra el reposa-cabezas, traté de
ordenar mis pensamientos, por qué tenía que poner tanto en un beso...

119
Página
19
Kieran
Traducido por Guga
Corregido por liss-rose

—¿Esa es ella? —preguntó Kat, poniendo su mano tiernamente sobre mi


hombro.

Apenas asentí y cerré la puerta.

—Sip.

—Es hermosa, K. ¿Qué es eso? —preguntó, apuntando a la copa de


helado.

—Crema a la menta. —Una suave risa hizo eco por mi garganta.

Mi hermana sonrió.

—¿Te trajo helado?

Asentí de nuevo.

—Sí.

—¿Bueno, tan lindo es eso? ¿Por qué menta?

En la cocina, abrí el freezer y lo puse dentro.

—Porque nunca lo comí y es su favorito.


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—¿No vas a probarlo?

—No ahora mismo.


Página

—¿Por qué? —preguntó, sentándose en la banqueta alta del bar. Los


rizos castaños de mi hermana y el atractivo rostro eran de quitar el aliento.
Yo podía sólo imaginar los pensamientos de Doc en este momento. Mierda.
—No lo sé, Kat. No lo quiero ahora mismo.

Ella chasqueó sus largas y falsas uñas sobre el granito.

—¿Podría ser porque quieres probarlo con ella?

Bueno, eso podía ser exactamente. Pero eso me sacaba de quicio. Esto
no podía suceder. Yo no podía enamorarme de esta chica. Mi hermana me
miraba fijo.

—Tu ánimo cambió…para peor desde que ella se detuvo por aquí. ¿Por
qué?

Me encogí de hombros.

—Ella no sabía quien eras tú.

—¿Pensó que yo era una de tus asquerosas zorras? —preguntó Kat,


asqueada porque pudiera ser esa una posibilidad.

—Estoy seguro que sería difícil de creer, dado tu cabello con mechas,
uñas falsas y pechos y culo falsos.

—¡Hey! Pagué buen dinero por estas. —bromeó, palmeándolas como una
pelota de basketball, luego regresó a mirarme fijo.

—¿Qué? —Casi grité, sin querer regresar al tema Doc.

—¿Por qué no le aclaras quien soy?

Mis pensamientos estaban hechos un lío.

—Tal vez porque esto es lo mejor para ella.

—Kieran. ¿Qué hay de malo en emocionarse por una chica?

Miré fuera de la ventana.

—Kat, tú y yo llevamos una linda vida exclusiva. Viajamos, fuimos a


121
escuelas privadas, siempre nos fue dado todo lo mejor de lo mejor. Esta
chica, no proviene del dinero.

Kat golpeó su mano sobre el granito.


Página

—Perfecto. Podrías hacer sus sueños realidad, Kier.

—¿Cómo? Sólo la he herido. Ella ha sido herida lo suficiente.


—¿Qué te hace pensar que la has herido?

—No quiero hablar más de eso. —Enlacé mis dedos detrás de mi cabeza,
tratando de aliviar la presión sobre el diafragma para respirar.

—¡Kieran, Detente! Eres un gran chico. Tienes mucho que ofrecer.


Cuando perdimos a mamá y papá…sé que fue más duro para ti por lo que
ocurrió. Lamento lo que te sucedió. Raramente oigo de ti. Así que cuando
recibí tu mensaje que necesitabas hablar hace una hora, conduje mi
trasero directo aquí. ¿Qué hay tuyo que no guste, cariño?

—Ella odia la gente rica. Algunos la han agraviado en el pasado y sus


sentimientos son de alguna manera justificados, pero no quiero que sepa
de donde vengo.

Kat se mordió el costado de su boca, como siempre hacía cuando estaba


pensando.

—No puedes evitarle eso. Ella es tu terapeuta, mierda. Tú vives aquí.


Tienes un Porsche y una Harley. ¿Cómo ella no lo sabe ya?

—Soy bastante bueno conversando acerca de cosas.

—¿De verdad? —sonrió Kat—. No me digas. ¿Sabe ella lo que sucedió


después que mamá y papá…?

—¡No! —Mi humor se estaba poniendo como la mierda a cada segundo.

—¡Kieran!

—No salió a colación —grité.

—Dime que hay de esta chica. Quiero decir, claramente ella es hermosa.
Pero ha habido una cantidad de hermosas chicas en tu vida.

Respiré profundo.

—No lo sé, Kat. Obviamente pensé que era caliente. Pero me gusta
122
hablar con ella. Me permite ser yo mismo y me gusta que me hacer querer
ser mejor.

Kat ladeó su cabeza, esperando que continuara.


Página

—No lo sé. Individualmente…ambos estamos bastante jodidos. Juntos


somos como la bomba atómica de jodidos…tan jodidos que parece
funcionar.
—¿Entonces porque no darle una oportunidad?

—Porque ella necesita este trabajo. Necesita el dinero.

—Kieran. Podrías pagar el triple por lo que ella hace por el resto de tu
vida.

—No, Kat. No lo entiendes. Así no es como ella se maneja. Le dije que


tenía que pagar renta para conseguir que accediera a mudase aquí. Yo
sabía que no lo haría de otra manera.

Kat hizo un sonido de clic con su boca.

—¿Qué? —pregunté.

—¡Más te vale que no tomes ni un centavo de ella! Y, tengo dos


preguntas. Quiero cien por ciento de honestidad —dijo ella con su dedo
índice apuntándome como si yo fuera la tercera.

—Esta bien. Y saca ese dedo de mi rostro.

Ella lo mantuvo donde estaba.

—Una. Si esta chica está tan herida o dañada como tú dices, tienes una
oportunidad para hacer la diferencia con ella. ¿Se siente ella atraída por
ti?

Rasqué mi cabeza.

—Es difícil de leer. Trata muy duro de mantener esto profesional. Al


principio, yo era el playboy Kieran. Traté de intimidarle. Boicoteé nuestra
primera cita. Tal vez la ataqué psicológicamente un poco. Ella se mantuvo
con los pies en la tierra. Pero ahora, pienso que se siente atraída por mí.

—Wow. Estoy tan orgullosa —metió baza mi hermana.

—Cállate Kat —me burlé—. Pero entonces ella comenzó a abrirse. Lo


cual hice entonces yo. Eso nunca me ha sucedido. Yo no converso con
123
nadie. No beso a nadie, tampoco. ¿Sabes cuánto ha pasado desde que he
besado a una chica? Bueno, desde antes de mamá y papá.

—¡Kieran Thomas! ¿Besaste a tu terapeuta?


Página

Me sentí lo suficientemente para la mierda esta mañana; no necesitaba


que Kat me hiciera sentir culpable por eso ahora. Vaya mierda, fue el
mejor maldito beso que alguna vez tuve.
—¿Follaste? —preguntó.

Mis labios instantáneamente la reprendieron.

—No lo hagas, Kat.

—¿Lo hiciste? —continuó presionando.

—No. Pero si lo hice, no sería asunto tuyo.

Ella se elevó fuera de la banqueta con sus manos en sus caderas.

—Tengo que irme pero responde mi segunda pregunta. Eso me dirá todo
lo que necesito saber.

—¿Qué? —pregunté.

—¿Dime cuando fue la última vez que tuviste sexo con una mujer?

Cerré mis ojos por un segundo, tratando de recordar.

—¡Ah-ha! ¡Ya veo! Esa es una perfecta pista. Porque…

—Fue hace como 2-3 semanas atrás. Pillé una cabeza roja. ¿Qué tiene
eso que ver con nada?

—La conociste hace 2-3 semanas. Las 2-3 semanas atrás en las que
desde entonces Kieran habría tenido 13 chicas. Has tenido…cero. No ves
que…

—Unas pocas semanas atrás, otra chica estuvo a casi tres segundos de
caer sobre mí y Doc entró y nos vio. Esa es la clase de tipo que soy,
hermanita.

Ella agarró su costoso bolso y colgó la correa sobre su brazo.

—Eres mucho mejor que el crédito que te das a ti mismo, Kieran.


Mereces tanto. Así que si realmente piensas que esta chica podría ser la
indicada…no permitas que tus patéticas necesidades sexuales se
124
interpongan en el camino.

Kat era una mujer. Ella tenía vagina. Ella nunca entendería como
trabajaba la mente de un hombre. Tener esa chica acabaría conmigo,
Página

quiero decir a un don nadie. Todas esas chicas eran un montón de nada.
Esta cosa con Doc era sólo un pequeño algo…pero ese pequeño significaba
más que todas esos “nada” combinadas.
—Estoy pensando en ir a trabajar con la compañía.

La boca de Kat cayó abierta y sus ojos instantáneamente se inundaron.

—¿Por qué estás llorando? —pregunté, molesto.

Ella se acercó y envolvió sus brazos alrededor de mí.

—Kieran. Todo está coincidiendo para ti. La compañía de papá. Esta


chica. Finalmente. Estoy tan feliz.

Después de evitar sus manos, me puse de pie y me aparté de ella.

—Fuera —Sonreí apuntando hacia la puerta.

—¡Tú. Eres. Una. Loca! Nada está saliendo bien —reí—. Hablé con Joe y
yo justo lo estaba pensando.

—¡UH-UH-UH! ¡Estás pensando en tu futuro por una vez! Y es a causa


de la Srta. Terapia. ¡La terapeuta que entrega helado y se muda contigo!

La empujé a ella y su gran bolso hacia la puerta.

—Has estado fumando algo hermanita. Yo no lo hago con una


chica…nunca. Doc quiere cambiar eso.

—Veremos —rió nerviosa Kat, y salió por la puerta.

Después de cerrar la puerta detrás de Kat, marché de regreso a la


cocina, robé algo frío del refrigerador y lo bajé en tres tragos. Más pensaba
en sus palabras más molesto me ponía. Dios santo. Wink, Todd y ahora
Bat. Jesús. Fue un puto beso. Todos pensaban que yo había sido golpeado
por la vagina de Doc y estaría maldito si eso era verdad. Ella no era
diferente de cualquier otra chica.

—¡MIERDA! —grité y enterré mi rostro entre mis palmas, poniéndome


más irritado a cada momento.

Agarré mi celular del mostrador y llamé a Todd.


125
—¿Hey, qué sucede?

—Estoy yendo al Club del Diablo en la moto. ¿Vienes? —pregunté,


Página

frotando sobre la barba incipiente de mi rostro.


—¿El Club del Diablo? ¿Qué hay con eso? —preguntó con sorpresa en
su tono.

—No te llamé para conversar. ¿Vas o no? —De repente, no estaba de


ánimos para ser jodido.

—Sí. Estoy contigo. ¿A qué hora?

—Ahora.

Cuarenta y cinco minutos más tarde, Todd y yo irrumpimos a través de


las puertas teñidas. Pagué nuestra entrada e hicimos nuestro camino al
bar. Como siempre la habitación de entrada estaba oscura y le tomó un
momento a mis ojos para aclimatarse de la luz del sol. Los graves en la
música eran profundos y golpeaban en mi pecho.

—Dos Millar Lites —ordenó Todd, pagó, luego me alcanzó una botella.

Ambos hicimos nuestro camino hacia la habitación bailable y yo me


pavoneé directo al escenario. El bar tenía un lindo olor a rancio pero los
fanáticos arriba resoplaban sobre nosotros. Una chica muy delgada con
una tanga apenas visible yacía aplastada sobre en escenario bombeando
sus caderas arriba y abajo a tres tipos sentados alrededor. Cuando nos
divisó tomando asiento su cabello voló sobre su espalda y comenzó a
deslizarse hacia nosotros mientras sus ojos se centraban en la carne
nueva.

Sólo a metros de nosotros, ella rodó sobre sus huesudas rodillas y


resbaló sus manos hacia arriba por su cuerpo a sus senos, amasándolos,
cada vez que ella levantaba sus senos, sus marcas eran visibles. Tan poco
atractivas. Pero, no quité mis ojos de ella. Cuando ella seductoramente
elevó su seno a su boca y su lengua saltó, lamiendo su pezón, me acomodé
tratando de hacer que mi maldito pene respondiera. Me volteé y miré para
ver que bailarina estaba dando bailes de falda.
126
—¿Quieres decirme qué demonios estás haciendo? —gritó Todd sobre la
música.
Página

—¿Cuál es tu problema? ¿Es ella repulsiva para ti? ¿Quieres irte?

No había otra bailarina fuera en la pista…vaya mierda.


Enojado, tiré lejos su botella vacía y pedí dos al barman, quien asintió.

—No, no quiero irme. —rió Todd por lo bajo—. Pero que demonios pasa
por tu mente, porque seguro no es la chica desnuda frente a ti.

—Vete a la mierda —dije, alcanzándole veinte dólares a la mesera medio


desnuda y tomando de un tirón la cerveza helada.

Él rió de nuevo y descansó sus pies sobre la silla frente a él. La chica se
movió lentamente hacia nosotros, pellizcando sus pezones que luchaban
por permanecer enhiestos, luego deslizó sus manos hacia abajo,
coqueteando con quitarse su tanga.

Después de enganchar otros veinte, los sostuve hacia ella y se inclinó


hacia mí, presionando sus senos siliconados alrededor de mis dos dedos
capturando el papel. Eso fue todo. Veinte fue todo lo que tomó. Ella dejó
caer el dinero en el escenario y enganchó sus pulgares alrededor de su
tanga y la bajó, exponiéndose completamente. Entonces la música terminó
y sus hombros se desplomaron…claramente decepcionada. Le arrojé otros
veinte y decidí encaminarme hacia el salón VIP.

Cuando nos movimos hacia la otra habitación, una luz estroboscópica


destelló en un área y era molesta como el demonio. Entonces divisé un tipo
bajando a una bailarina sobre un sofá en la esquina. Mi pene en realidad
saltó y esto fue tranquilizante de saber que este en realidad funcionaba.

Una rubia más rellena exageradamente mecía sus caderas sobre


nosotros y contorsionaba su dedo en un movimiento de “ven conmigo”…y
así lo hicimos. Todd tomó una silla y yo me senté hacia atrás en la otra.
Ella se estacionó entre nosotros, sumergiéndose enseguida en su rutina.
Di una mirada hacia atrás a la pareja y no pude verlos, entonces puse mi
visión en la escasamente vestida belleza frente a mí.

Mientras bailaba, ella se mantenía haciendo pucheros y traté de


imaginar esos labios envueltos alrededor de mi pene, pero con cada puto
pensamiento, me imaginaba a Doc. Recuperando mi dinero sujeto en mi
127
bolsillo, saqué un Ben Franklin. Todd elevó su ceja y yo le lancé mi dedo
medio. Cuando se lo alcancé a la rubia, su boca formó una O e
inmediatamente ella enterró mi rostro en sus senos. Sin pensarlo y por
Página

alguna razón llena de culpa, me puse de pie y retrocedí lejos de ella. Una
mueca se disparó en su rostro pero yo rápidamente apunté hacia Todd y
ella se giró en la punta de sus pies, chocando las mejillas de él con sus
senos. Esto me hizo reír por lo bajo pero no hizo nada por mi pene sin
vida. Y ahí iba ella impulsada a motor con Todd.

Las manos de Todd aferraron su trasero y yo me senté de nuevo


observándolo disfrutar el momento. Dos cervezas más fueron entregadas.

—Kieran Scott —Una rasposa pero aún femenina voz vino desde detrás
de mi y yo roté para ver una bella morocha en algo parecido a un bikini.
Sin embargo ningún reconocimiento llegó a mí.

—¿Te conozco? —pregunté a la ardiente chica.

Sus manos serpentearon hacia mi cuello y yo la esquivé.

—Sólo quiero mostrarte un buen momento —explicó.

—Lo estoy pasando bien solo, gracias.

—Vamos —dijo ella tomando mi mano en la suya—. Vayamos a la


habitación de atrás.

Incliné mi cerveza a mis labios y sacudí mi cabeza. ¿A qué demonios le


estaba diciendo que no? Una maldita chica…no…una maldita nudista
queriendo llevarme a la otra habitación, posiblemente para chupármela,
posiblemente follarme, posiblemente ambos y yo estaba sacudiendo mi
maldita cabeza.

—Kieran. Si estás preocupado porque alguien te vea, podemos ser


discretos. —Su grave voz hizo eco en mi oído y su mano hurgueteó y
apretó mi blando pene.

Me trastabillé hacia atrás tratando de escapar de ella y lo rancio de su


aliento. En todo lo que podía pensar era en Doc y ese beso y eso irritaba el
infierno fuera de mí. Habría preferido el aliento cálido a cerveza de Doc al
aliento de la nudista. En resumidas cuentas, había sólo una mujer a quien
yo quería apretando mi pene. El conocimiento de lo que yo quería me
golpeó duro y me alejó de todo el escenario.
128
La música golpeaba, haciendo imposible pensar correctamente. El bar
era para no fumadores pero juro que no podía respirar. Di una mirada a
Todd y su mirada de “te lo dije” formó mis manos en puños. Él sostuvo un
Página

dedo arriba a la bailarina indicándole que le diera un segundo luego se


acercó al lado de mi silla.
—¿Qué mierda estás haciendo, K? La chica que tú quieres no está aquí.
Tanto como estoy disfrutando viéndote intentar meterte en esto…o salir de
esto. —Él paró de hablar, vació su cerveza y rodó los ojos hacia mí—.
¿Podemos ya salir de aquí?

Cedí con un asentimiento.

—¿No quieres quedarte? —pregunté inclinando mi cabeza hacia la


rubia.

—Na. Voy a tener mejillas amoratadas mañana —dijo él moviendo su


mandíbula hacia atrás y adelante. Ambos reímos y dejamos caer otros cien
sobre la mesa cerca de la silla.

Mientras nos retirábamos, dejando las bailarinas paradas allí, di una


mirada a mi teléfono…todavía ningún texto de Doc.

Una vez fuera, justo antes que arrancara mi motocicleta, Todd dijo:

—¿K?

—¿Sí?

—¿Qué vas a hacer?

Me encogí de hombros.

—No lo sé.

Él rió por lo bajo de nuevo mientras yo ponía en marcha mi motocicleta.

129
Página
20
Megan
Traducido por rihano
Corregido por Briggitte

Todo lo que quedaba en mi apartamento eran algunos muebles. Todo mi


coche y la camioneta de Jerry contenían mis cajas cargadas y yo estaba
oficialmente estrellándome en su casa esta noche. No le había dicho a
Kieran aún, pero estaba a punto de hacerlo. No sabía con qué frecuencia
tenía chicas a su casa pero parecía como si pudiera ponerse incómodo y
no podía permitir eso.

—¿Así que en serio casi te dispararon? —preguntó Ruthie mientras nos


sentamos en su sofá en la sala de estar.

—Sí. Por favor, no lo hagas, Ruthie.

—No voy a decir nada, pero estoy contenta de que estés fuera de allí. No
estoy segura de lo que estabas tratando de demostrar mudándote allí pero
era una locura.

No podía discutir con lo que dijo. Mirando hacia atrás ahora, Joe había
tenido razón. Fue una jugada tonta. Tal vez me sentí como si tuviera algo
que demostrar. Dos de mis familias de acogida eran negras, así que pensé
que encajaría... pero no puedo encajar con el peligro.
—Vamos a hablar de Kieran y su sexy culo —sugirió Ruthie.

Me recosté en el sofá y cubrí mi cara. —¿Quieres decir el chico de culo


caliente, también conocido como mi cliente, con el que he roto casi cada
código de ética?

—Sí, ése es el único —dijo ella confirmando mis sentimientos y


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lanzándome una almohada desde el extremo opuesto del sofá—. ¿Cómo
has sido poco ética, chica sucia? Dame los detalles.

Rodé los ojos. —Cállate, Ruthie. Ya sabes, cuando empezó era fácil que
no gustara, porque era este arrogante imbécil pomposo. Viniendo a mí,
Página

tratando de intimidarme, pero luego cada vez, vi pequeños pedazos de él


que no eran... imbéciles. Se me cayó un archivo una vez y de hecho me
ayudó a recogerlo.
—Guau. Veo lo que quieres decir —dijo con sarcasmo—. Te ayudó a
levantar algo. Un verdadero príncipe.

Las dos nos reímos.

—Lo digo en serio. Hay estas pequeñas cosas que él hace... y son
grandes cosas para mí. Me dio un aventón a casa cuando mi coche se
averió. Él nos conectó a Winks. Se paró en un charco para conseguir mi
chancleta. Vino al hospital sin dudarlo.

Ruthie masticó los lados de sus dedos, escuchando y comenzando a


sonreír abiertamente

—Suena como si él estuviera convenciéndote.

—¡Lo sé! Y entre yo diciendo que no y él diciendo no... —Negué con la


cabeza.

—¿Tal vez ambos se niegan y hacen un sí? —Preguntó ella y ambas


reímos de nuevo.

—Nos besamos anoche, Ruthie. —Hice una comida de mi uña del dedo
pulgar—. Tengo que decirle a Joe que no puedo hacer terapia con él nunca
más. Lo digo en serio. Si Joe averigua que estaba viviendo con este cliente
— le dije, usando mis dedos para poner comillas en la última palabra y
cerrando los ojos sin querer pensar en lo que Joe podría hacer —. Es por
lo que no está bien lo que ha pasado. Me desperté de una pesadilla y me
estaba sosteniendo, larga historia —dije, sacudiendo la cabeza—. ¡Ah, y
lavó mi pelo por mí también! De todos modos. Así que después del sueño...
pesadilla, me recosté contra su jodidamente duro como roca, cincelado y
perfectamente esculpido y delicioso cuerpo. Cuando levanté la vista, él
estaba allí. Dentro del territorio perfecto de besos. Viéndose totalmente
folla-blemente-licioso.

—¡Megan Clark! ¿Lo harías?

Me encogí de hombros. Ruthie sabía que yo era la única virgen de 23


años, en existencia y nunca quería que nadie lo supiera. —No lo sé. Las
chicas sueñan con tener sexo con un tipo como Kieran. ¿No sería esa la
historia perfecta para decirle a tus nietos... perdí la gran V con el chico
más caliente en la tierra?
131
Ruthie se rió.

—Pero este es el asunto. Esta mañana, fue como si el beso no pasó. Era
Página

como el remordimiento del comprador. Luego me fui a su casa a dejar algo


y otra chica estaba allí. —Mi voz cayó—. Una chica hermosa. Como fuera
de mi liga.
Ruthie terminó su botella de agua y arrugó la cara. —Lo siento —dijo
ella.

Voltee mi mano hacia ella. —Detente. Está bien. No soy totalmente su


tipo de chica, de todos modos.

—¿Cómo sería eso... su tipo de chica?

Yo no quería hablar de eso nunca más. Era muy consciente de que tenía
problemas. Después de estar dentro y fuera de casas de crianza, aprendí a
no apegarme a casi nadie. Dolía cuando dejaba la mayoría de las casas.
Relaciones se formaban y luego se descartaban. Abandonada... por la
persona que se suponía te amaba de manera inequívoca, mi madre. Y no
sólo irse, sino dejándome con un hombre alcohólico y abusivo.

—¿Megan? ¿Qué tipo de chica? —Preguntó Ruthie de nuevo.

—Ya sabes tontas. Tetas falsas. Flacas. Rociadas con bronceador.


Tatuadas —me reí.

Al unísono las dos gritamos —¡Tatuadas!

—¡Oh Dios mío! ¡Vamos a hacerlo!

Nos lanzamos del sofá, agarramos nuestras carteras y corrimos hacia la


puerta.

***

Esa noche en casa de Ruthie fue una de las más divertidas noches de la
historia. Tatuajes, cena y vino. Un poco después de las 10 mi teléfono
vibró. Lo saqué para leer el hombre vivo más sexy y mi corazón se
tambaleó en mi garganta. Me había olvidado de escribirle. Y escribir
cuando estabas mareada siempre se convertía en un arrepentimiento
posterior.

Oye, doc

Hola Sr. Scott enviar

¿Estás bien? 132


Un poco mareada. ¿Qué hay de ti? Enviar

Un poco preocupado

Mis dientes cayeron sobre mi labio inferior y estaba repentinamente


Página

avergonzada por no llegar.

Lo siento. Estoy quedándome en donde Ruthie enviar


Durmiendo con los suegros eh. ¿Por qué?

Sonreí y contemplé que escribir.

Yo no quería interrumpirte y… a tu compañía enviar

Ven a casa ahora

Mi corazón empezó a latir un poco más rápido. ¿Casa?

Sr. Scott. Conducir bajo la influencia del alcohol es un delito enviar

¿Cuánto ha bebido mi irresponsable terapeuta?

Me reí. Mi terapeuta...

Compartimos un par de botellas de vino. No estoy trabajando en


este momento. Enviar

Necesito terapia

Después de ese texto me tapé los ojos, mientras todo en mi interior se


apretaba. Yo iba a darle a este tipo mi virginidad en bandeja de plata... o
en mi caso en un plato de papel. No tenía ninguna duda.

Odias la terapia enviar

Es cierto, pero me gustó nuestro arreglo para dormir de anoche.

—¡Ruthie! —Grité. Ella vino disparada a través de la puerta y yo le tendí


el teléfono. Ella se desplazó a través de los textos con algunos humms y
mmmms y a-jas. Entonces comenzó a escribir y me abalancé sobre ella y el
teléfono, pero ya había pulsado enviar. Yo la miré y miré el texto mientras
la barra de enviado se estaba moviendo a través de la parte superior del
teléfono. Su texto para él decía:

Necesitaría un aventón. ¿7134 NW Canterbury?

—¡Ruthie! ¿Qué has hecho? —Le pregunté, mortificada.

—Bueno. Si él es la mitad de inteligente como creo que es, está en


camino. Si no es así, puede hacerlo sin él.-
133
—Ruthie —susurré, paralizada con lo que acababa de ocurrir.

Mi teléfono sonó y este estaba en el centro del sofá entre las dos, y
cuando ella hizo un movimiento, me zambullí más rápido,
Página

arrebatándoselo.

Estaré ahí en 10
Mi boca colgaba y mis ojos estaban vidriosos; no podía concentrarme en
Ruthie.

—Está viniendo, ¿no es así?—Preguntó Ruthie con tono de te-lo-dije.

Asentí. Eso es todo lo que podía hacer.

—¡No escapes de esto bebé! —Dijo ella saltando en frente de mi cara—.


¡Lo bueno es que acabas de ducharte!

—Detente. Nada va a pasar —dije agarrando una bolsa para tirar


algunas cosas dentro—. Sé eso porque ni siquiera afeité mis piernas.

—Megs. No me afeito en el invierno y a Jerry no le importa una mierda


tanto como consiga acostarse. No importa.

Negué con la cabeza ante ese pensamiento brutal, entonces corrí al


espejo del baño.

134
Página
21
Kieran
Traducido por Guga
Corregido por liss-rose

Divisé su auto estacionado en la calle mientras aparcaba en la entrada.


Yo, también, había bebido un par de cervezas en el bar de nudistas y tal
vez no debería haber conducido pero quería verla. Después de abandonar
el bar, supe exactamente lo que quería. Doc era una chica grande y yo
sabía que ella necesitaba este trabajo y a mí como cliente. Pero,
egoístamente, decidí que necesitaba más de ella. Si me perdía como
cliente, encontraría la manera de subsidiar su ingreso.

La luz del porche frontal se encendió mientras salía del auto, la puerta
del frente se abrió y Doc salió. Mi maldito pene que había estado escondido
unas pocas horas antes, de pronto salió de hibernación.

—No tienes que hacer esto —dijo ella, con un leve balanceo en su
caminar pero viéndose caliente como el demonio en su chándal y
sudadera.

Dios, ella era adorable. Abrí su puerta y ella se deslizó dentro del
Porsche. Ruthie nos observaba desde la ventana del frente entonces
incómodamente asentí. Ella me lanzó sus dedos en señal de victoria.

La ida en auto hasta casa fue incómodamente silenciosa con un par de


135
elocuentes sonrisas y leves risitas de parte de ella. Sólo sus pequeñas
palmadas a mi brazo eran un incentivo y juro por Dios, reí fuerte una vez
simplemente porque no tenía idea de lo que estaba haciendo…fuera de
Página

retorcerme un poquito en mi asiento.

De vuelta en mi casa...nuestra casa…ella silenciosamente bajó y caminó


hacia la puerta dirigiéndose dentro de la casa. Cerré la puerta del garaje
detrás de nosotros. El aroma de su cabello flotaba detrás de ella y mi pene
era como una varilla de radiestesia apuntando hacia el agua. Típicamente
no me ponía muy duro hasta que mis pantalones estaban abajo y yo
estaba revoleando los ojos al premio pero había algo acerca de Doc…tal vez
era que en mi mente ella estaba fuera de los límites. Y yo estaba fuera de
sus límites.

Atravesando la puerta ella tropezó y yo atrapé su brazo.

—¿Está bien, Doc?

—Sip. Ese maldito piso un poco inclinado.

Reí nervioso ante su excusa y ella también lo hizo.

—¿Cómo estuvo el helado? —preguntó ella ansiosamente observando mi


respuesta.

La puerta del freezer estaba cerrada así que la abrí y recuperé mi placer
de antes, mostrándole.

—¿No lo comiste? —preguntó pareciendo herida.

—Esperé.

—¿Por mí?

No respondí. La miré fijo con miedo que demasiado saliera en mis


palabras. Dios, ella era todo lo que yo no era. Honesta. Genuina.

—¿Dónde están las cucharas?—preguntó ansiosamente.

Apunté al armario detrás de ella y ella consiguió una. Yo no quería


probar el helado, quería probarla a ella. Un segundo beso.

—Siéntate aquí —dijo ella apuntando a la encimera.

¿En serio? No hay manera que yo me siente en la encimera así que subí
su flaco trasero en su lugar. Ella golpeó mi frente con la cuchara de plata.
136
—Sr. Scott, usted sólo me quita el control —acusó.

Le robé la cuchara de la mano y le golpeé su frente en respuesta.


Página

—Tú no tienes control chica tonta. Y no tendrás el control. Es todo mío.


Observé su pecho elevarse tomando un sorprendido suspiro y sus ojos
se redondearon como los de un animal asustado. No quería asustarla para
nada. Su garganta se destapó cuando tragó.

—Cierra tus ojos y haz lo que te diga —ella dirigió, claramente sin
entender lo que yo había dicho luego tomó el helado del tazón de mi mano.

Me acuné un poco entre sus piernas, luego forcé a mis parpados a


cerrarse.

—Abre tu boca —dijo ella, su voz acariciando mis oídos. Con mis ojos
cerrados, permití a mi boca abrirse y sentí la helada cuchara descansar
sobre mi lengua entonces cerré mi boca sobre el lechoso, dulce placer.

—No mastiques. Sólo déjalo derretirse. E imagina luces parpadeantes y


árbol oliendo a pino y toneladas de regalos bajo las ramas. —Su voz
descendió con tal excitación.

—Ahora imagina chupar un bastón de caramelo.

Nunca había probado algo así y su nivel de entusiasmo era contagioso.


Pero…un bastón de caramelo no es lo yo imaginaba chupando. Ella estaba
justo por sobre los pensamientos y degustaciones de Navidad sin embargo.
Una gran sonrisa barrió sobre mi rostro. Un gesto tan simple que ella hizo
pero más de lo que cualquiera había hecho por mí en mucho tiempo. Tal
vez nunca.

—Puedes abrirla —dijo esperando en el borde de su asiento por mi


veredicto.

—Tenías razón. Delicioso —confirmé.

—¡Lo ves! —Sus ojos se iluminaron tan brillantes como un árbol de


Navidad.

—Cierra tus ojos —ordené mientras ella reía nerviosa y lo hacía. 137
Hice las cosas un poquito diferentes no queriendo esperar otro minuto.
Puse otro bocado de helado en mi boca y mastiqué sobre los trocitos de
caramelo luego con cuidado cepillé mis labios sobre los suyos tratando de
medir su respuesta y suavemente comencé a besarla en los labios.
Página

Sus ojos se dispararon abiertos y cuando nuestros ojos se encontraron,


yo cerré los míos y continué mi gentil asalto sobre su boca. Cuando el
suspiro más suave hizo eco en su garganta y ella volteó su cabeza para
acomodar nuestras bocas, pensé que iba disparar una maldita
eyaculación.

Demasiado pronto, ella paró el beso y se inclinó lejos de mí.

—¿Qué está mal? —pregunté.

Entonces ella masticó algo entre sus dientes.

—Pedacitos de menta —dijo ella con una sonrisa. Ahí fue cuando
levanté el tazón y le oferté un bocado. Ella de buen grado lo tomó y observó
mientras su boca se cerraba alrededor de la cuchara y lentamente la
deslizaba fuera.

—¿Quieres una cerveza? —pregunté tratando de redireccionarme y ella


sacudió su cabeza en un no.

—¿Vino?

Ella asintió. Yo sólo tenía una botella de vino en la casa y era una
botella de $150 que había cogido en Napa…pero no me tomó mucho
tiempo para desprender ese corcho y servirle un vaso. Entonces me moví
de regreso hacia ella con el vino y la cerveza en cada mano.

—Envuelve tus piernas a mí alrededor.

—Sr. Scott. Le aseguro, no soy ni fácil ni tonta. No soy una cosa segura
tampoco. Toma mucho más conseguir llevar a una chica como yo a la
cama, además de un poco de helado de menta y un buen beso —se burló,
el alcohol claramente jugando un rol en su lengua suelta.

—¿Quien dice que estoy llevándote a la cama? Envuelve tus piernas


alrededor de mí —demandé de nuevo—. ¿Te gustó mi beso? —pregunté
mientras sus palabras surtían efecto.

Ella mordió su labio inferior y se encogió de hombros.


138
—Me…

Un gruñido se agudizó dentro de mí.


Página

—Envuelve tus piernas alrededor de mí —ordené de nuevo.

—Sr. Scott…
—Doc. ¡Envuelve tus malditas piernas alrededor de mí!

Finalmente, ella lo hizo y sus brazos también y ni siquiera me abracé a


ella mientras caminábamos al living a nuestro sillón reclinable. Ella era
como un mono colgando de mí y yo amaba esto.

—Sr. Scott me estoy deslizando —rió mientras su cuerpo comenzó a


escaparse hacia abajo por el costado de mi cuerpo.

Dejé su vaso de vino en la mesa auxiliar sin derramar una gota y con la
otra mano la subí por su cintura aunque su trasero habría sido más fácil.
Quería tener sexo con ella así pero sólo porque ella no se resistió al beso
no quería decir que no se resistiría a más de mí.

No hizo movimiento de bajarse. Típicamente, sus ojos parpadearon con


emoción en los míos, luego eso desapareció. Pero su suave gris,
influenciada por el alcohol, mirada sostuvo la mía. De repente, sus ojos se
abrieron totalmente mientras ella desenganchaba sus talones detrás de mí
espalda. Sosteniendo su peso, la dejé sobre sus pies en el piso.

Tomé un trago de mi cerveza preguntándome si aquí era donde esto


debería detenerse por esta noche.

—Lo siento —susurró

—¿Por?

—Por colgar de ti.

El pensamiento que se me ocurrió fue quitarme mi camisa posiblemente


para encantarla más a ella pero yo quería que ella fuera quien desvistiera.

—Doc… —susurré.

Su seductora mirada trabajó su camino de nuevo hacia los míos. A


cualquier otra chica, yo la habría inclinado sobre el espaldar del sofá y la
hubiese penetrado para este momento. Cualquier otra chica me habría
139
atacado…yo estaba tratando de marcar mi propio paso.

—¿Qué? —preguntó ella.

—¿Si algo sucede esta noche…te quedarías aún aquí?


Página

Sus cejas se dispararon arriba sobre su frente.

—Bueno, un fuego me prevendría de quedarme.


Asentí.

—Bien. Fuera de cualquier desastre natural. —No sonreí. No había nada


chistoso para mí. En algún lugar entre oír las cosas que mi hermana dijo,
ir al bar de nudistas, esperar a que Doc venga y su nunca aparición, mi
mente se había vuelto más resolutiva. Kat tenía razón acerca de las otras
chicas. La noche en que yo estaba borracho y por permitirle a Nikki
chupar mi pene, estaba más enojado con Doc que nada y como si ella
tuviera alas en su espalda cayó justo frente a mí. Ni a una sola bella chica
del bar nudista quise tocar.

Había tenido propuestas cada noche desde mi primera sesión de terapia


y fuera de la pelirroja de la primera noche…no había habido nadie. Sabía
que pelirroja quería. Sólo no estaba seguro de lo quería de Doc, excepto
descubrir si ella era una verdadera pelirroja.

—Contéstame —dije.

—Sr. Scott —dijo ella y esta vez el apodo me irritó—. Soy una chica
grande. Sé exactamente que es esto. Puedo manejar esto si tú puedes.

Mis ojos se juntaron con confusión. No estoy seguro que significaba eso
pero lo reconocí como luz verde.

—Megan…

Sus ojos se ensancharon con esa única palabra…su nombre. Yo


raramente la usaba.

—¿Sí? —dijo ella suavemente.

Eso fue putamente extraño para mí. Yo no sabía que decir. Nunca había
charlado o hecho preguntas antes. Quería que ella me quisiera también.
Yo ni siquiera sabía por qué le dije su nombre.

—Quítame la camisa —ordené dándome cuenta que ella no era


sexualmente agresiva pero que eso me gustaba.
140
Sus pequeñas manos arrugaron el material de mi camiseta y la
subieron. Saqué el resto de esta tirándola por mi cuello. Sus ojos grises
patinaron hacia arriba luego hacia debajo de mi cuerpo, lo cual trajo una
Página

sonrisa a mi rostro. Sabía que mi cuerpo agradaba al ojo femenino pero


quería que le gustara a ella. Luego se congeló en mi tatuaje y la tristeza se
instaló en sus ojos.
—Megan… —dije de nuevo no seguro de por qué.

—¿Puedo tocarte? —preguntó ella con los ojos más abiertos que había
nunca visto.

—Sí —siseé con un esbozo de sonrisa. Ninguna chica había antes


preguntado.

Ella trazó sobre el tatuaje del corazón roto con su dedo índice. La
temperatura de sus manos estaba más allá del congelamiento y yo sólo
levemente vacilé mientras se deslizaban desde mi
pecho…deliberadamente…meticulosamente...y cuidadosamente lento
hacia abajo a mi abdomen. Nunca había sido tocado de la forma en que
ella me tocaba. Las suaves puntas de sus dedos trabajaban su camino
sobre cada pico y valle de cada músculo. Y tú sabes que…la dejé
hacer…porque yo tenía toda la intención de hacerle lo mismo a ella.

Quería tomarla ahora. Borrar cada recuerdo de cualquier otro hombre


que la había tocado. Algunas personas quieren saber con quienes otros
han estado. Yo no era de esas personas. ¿Qué bien hacía esto realmente?
Puedes borrar el pasado y el pasado no tiene nada que ver con el futuro.
Así que si eran un par de tipos o cincuenta, ella estaba parada delante de
mí ahora.

Hermosamente. Preguntas completamente innecesarias en sus ojos.

Sin aviso, ella se inclinó hacia delante, sus labios haciendo contacto con
mi pecho y esto verdaderamente robó el aire de mis pulmones. Era como si
Braille estuviera escrito a través de mi tronco y las puntas de sus dedos
rozaran sobre las palabras; entonces ella saboreó donde sus dedos habían
estado para confirmar el mensaje.

Desde sus rodillas ella levantó la vista fijamente hacia mí con párpados
a media hasta.

—Quítame la camisa —susurró y yo no dudé.


141
Cuando agarré el material por el dobladillo de su camiseta, ella subió
sus brazos en el aire esperando a que yo se la quitara. El soutien color piel
que ella usaba era simple pero se las ahuecaba bellamente. La levanté de
Página

sus pies e intenté probar la pálida capa de piel debajo de su camiseta.

Luego de tomar un puñado de su cabello, cuidadosamente tiré,


angulando su cuello hacia atrás. Primero, presioné mis labios en los
suyos, y mi lengua se aventuró más profundamente dentro de su boca. No
quería que quedara ninguna parte de ella sin conocer, o sin ser reclamada
por mí.

Dejándola sin aliento, dejé el rastro de mis besos a lo largo de su


delicada mandíbula, hacia su comestible garganta, y pasando por el
huesudo triángulo de su cuello. Me arrodillé pero estaba cerca del nivel de
sus senos…perfecto. Por unos pocos momentos, descansé mi mano sobre
su esternón sintiendo su corazón golpear bajo mi palma. Ella era
real…realmente aquí. Su mirada cabizbaja atentamente sostuvo la mía.

—Sr. Scott —dijo a través de una ráfaga de aire—. Dígame que hay en
su mente. —Las esquinas de su boca se crisparon hacia arriba.

Con mi dedo medio, eché un vistazo hacia abajo, entre sus senos…mi
dedo corrió la longitud de su torso, deteniéndose tímidamente en un anillo
de diamantes en el ombligo, el cual debo agregar era sexy como el
demonio.

—Vamos, Doc. Tú sabes que no soy bueno con eso —susurré en


respuesta sin querer hablar en realidad. Juro por Dios, si habría sido
cualquier otra, le habría dicho que cerrara la puta boca. No estoy
bromeando.

Delineó mis cejas luego ahuecó mi mejilla. Yo suavemente liberé mi


rostro de sus manos y comencé a atender su abdomen con una serie de
picoteos entremezclados con toques de mi lengua. Su piel era como satén,
sin defectos y perfecta. Cuando mi lengua tocó un lugar sobre su costado
derecho más alejado, justo sobre el hueso de su cadera, ella rió nerviosa y
todo su estómago comenzó a temblar.

Levanté la vista hacia ella y con mi pulgar escarbé en su piel con un


poquito más de fuerza.

—¡No lo hagas! —chilló riendo, tratando de apartarse de mí. Una baja


risa entre dientes hizo su camino a través de mí.
142
Me levanté y besé las pequeñas ondulaciones de sus senos, sin mostrar
favoritismo por ninguno. Pero el arco de su espalda, presionando su
cuerpo al tocarla me volvía casi loco. Puse a un costado su soutien y
Página

acaricié su seno con mis labios. La calidez de mi boca cubrió totalmente su


protuberancia, mis dedos masajeaban su piel. Mi lengua rodeaba su pezón
y ella dejó salir un gemido mientras sus manos formaban puños en el aire.
Chupé sólo un poquito y su cuerpo tembló al punto que mi otra mano se
envolvió alrededor de ella para mantenerla erguida.

No había preguntas en mi mente que yo haría en toda esta maldita


noche si así era como ella más la disfrutaba. Con mi otra mano, estiré mi
brazo por detrás y desenganché su soutien, liberando sus senos a su
futuro captor…yo.

Sus senos eran perfectos, sin cicatrices, suaves, receptivos y sin dudas
le proporcionaba placer. Nunca había pasado mucho tiempo con el seno de
una mujer antes. Nunca tuve ningún deseo tampoco. En realidad, ellas
típicamente pellizcaban sus propios pezones. Pero Doc, santa mierda, yo
quería hacerla feliz. Quería que me viera digno.

—Kieran… —gritó y mis ojos se abrieron de golpe. ¿La había herido?

Cuando nuestros ojos se encontraron, nunca había visto sus ojos tan
llenos de deseo. Y sólo me tomó diez segundos subirla de nuevo, sus
piernas envolverlas alrededor de mí y caminé directo a mi habitación.
Durante esos diez segundos, ella descansó su cabeza sobre mi hombro y
yo no estaba seguro de alguna vez dejarla ir.

Me apoyé en una rodilla sobre la cama, soltándola, y colocándola


suavemente sobre su espalda luego me cerní sobre ella. Quería su chándal
fuera. Quería sus bragas fuera. Quería estar dentro de ella. Quería
besarla. Mi mente estaba devanándose con pensamientos de cómo hacer
que esto suceda de una vez.

—No rasuré mis piernas —dejó escapar ella con preocupación grabada
sobre su rostro.

Lancé mis manos a los costados y dije:

—Estoy fuera entonces. —Y comencé a levantarme.

Ella se agarró fuerte a la pretina de mis jeans y yo tibiamente le hice


muecas. No me importaba si ella tenía pelos en las axilas en este punto.
143
Me arrodillé de nuevo sobre ella.

Lentamente, comencé a aproximarme al elástico de su chándal sobre


Página

sus caderas, lo cual no era difícil. Ella arqueó su espalda levantando la


pelvis de la cama y haciéndome sonreír. Sus ojos se cerraron cuando bajé
mi boca a su estómago y besé a lo largo del esbozo de sus bragas. Su
cuerpo comenzó a temblar de nuevo. ¿Tenía frío?
Luego de moverme hacia su costado y besando levemente sus labios, mi
mano patinó hacia abajo a su muslo luego de nuevo arriba, rompiendo la
barrera de sus bragas blancas de seda en un costado. Nunca había sido
tan paciente y deseando llevar esto lento pero en ese momento cuando
probé los límites y deslicé mi dedo dentro de ella, estaba acabado. Nunca
en mi vida había sentido a una mujer tan húmeda como Doc estaba. La
estaba tomando…ahora.

144
Página
22
Megan
Traducido por Guga
Corregido por liss-rose

Sintiendo su largo dedo deslizarlo todo tan fácilmente dentro de mí fue


suficiente para robar mi aliento y hacerme dar cuenta que quería más. Los
dedos de Jared eran los únicos que alguna vez me habían tocado tan
íntimamente y yo nunca quería más. Pero Kieran era más hombre que
ninguno que haya conocido. Kieran era fuerte y hermoso y serio. Sentía
como si sus ojos podían ver dentro de mi alma.

Sin aviso, él se incorporó y pateó sus molestas botas, y comenzó a


quitarse su cinturón de cuero. Su pecho era enloquecedoramente sin
defectos con la perfecta cantidad de vello…ni siquiera vello tanto como
pura sexualidad. Reflejada en su rostro…justa cantidad de rastrojo. Yo no
estaba residiendo más en tierra de chicos. De alguna manera, me había
aventurado a territorio de hombres, nunca volvería atrás. Quería correr
mis dedos a través de nuevo. Me preguntaba si la mujer de hoy lo hizo
también.

—¿Kieran?

—¿Sí? —Sus ojos chocolate estaban cerca del negro como carbón y
humeaban de deseo.

—Yo sólo tengo una pregunta —dije apenas más que un susurro.
145
Él desabrochó el primer botón de sus jeans y eso robó mi atención.

—Bien —dijo él con un asentimiento luego desabotonó el siguiente.


Página

Tragué, nerviosa de preguntar.


—La chica que tú…tú sabes…estabas con…que tú estabas con…más
temprano hoy…¿es ella tu novia? Sé que suena tonto preguntar eso
ahora…pero…no quiero herir a alguien más.

Eso sonó raro dado que yo había dejado esto ir tan lejos…pero engañar
no estaba bien para mí. No quería ser esa chica. Tan enfermo como
sonaba…le estaba dando a Kieran Scott mi virginidad. Aunque él nunca
sabría eso. No había forma que alguna vez me arrepintiera de esto. Él era
un hombre tierno…el más tierno con el que alguna vez había estado. Y aún
cuando yo no sería más que una follada para él, quería recordar a Kieran
para siempre.

Sus cejas se juntaron.

—No —dijo sacudiendo su cabeza—. Esa era mi hermana.

Luego él abotonó el que recién había desabotonado.

El alivio se instaló a través de mi cuerpo pero cuando lo vi cerrar el


botón superior de sus jeans entré en pánico.

—¡No! —dije moviéndome al borde de la cama mientras él me observaba.

—Doc, no quiero que el remordimiento dure más que el alcohol esta


noche.

Él parecía tan serio…yo nunca lo había visto tan sobrio.

—Sin arrepentimientos, Sr. Scott. ¿Prometido?

—Eres hermosa —respondió y mi mirada cayó de la suya. Aceptar un


cumplido era como aceptar un golpe en las tripas. Nunca me habían dicho
que era hermosa.

—Así eres tú —respondí mirando fijo a su esculpido, duro torso.

Él levantó mi mejilla hasta que nuestros ojos conectaron. 146


—¿Doc, me quieres?

—Síííí —jadeé—. Pero Kieran… pienso que….tú piensas que…quiero


decir…¿deberíamos parar?-
Página

En un corto segundo, él descartó sus jeans, removió el sexy breve boxer


y me dejó con la boca abierta. Sé que yo tenía 23, pero nunca había visto
un hombre…así desnudo.
—Recuéstate —dirigió y lo hice exactamente como dijo moviéndome más
arriba sobre el colchón.

Levantó sus jeans y tiró de su cartera. Reconocí el envoltorio del condón


y lo observé desgarrarlo con sus dientes y deslizarlo sobre la totalidad de
su longitud. Mi cuerpo entero se apretó en una mezcla de anticipación y
miedo. Yo sólo había sentido otro único chico con mi mano y Kieran era
mucho más grande en comparación. Consideré decirle que era
virgen…pero estaba asustada que él se riera ante eso. Y eso me hizo sonar
tan…inexperimentada.

Sus manos me acariciaban hacia arriba de mis muslos mientras se


inclinaba sobre mí, una mano nuevamente deslizándose debajo del elástico
de mis bragas. Sólo su toque me quitó el aliento y cuando su pulgar frotó
sobre el lugar que yo sabía me volvería salvaje, jadeé a viva voz. La sangre
se disparó a mi rostro pero sólo por un momento antes que toda la sangre
dejara mi cabeza y pulsara hacia mi mitad inferior.

—Dios, Doc —gruñó y luego anudó mis bragas en su mano y las arrancó
fuera de mis caderas. No importaban las chicas que se interponían en el
objetivo de este hombre.

Reí nerviosa y él sonrió hacia mí.

—¿Mucha paciencia? —pregunté.

Él sacudió su cabeza yaciendo contra mí con nuestras frentes


tocándose. Su boca estaba en llamas mientras él barría besos sobre mis
labios.

—Te quiero… —gimió.

—Entonces tómame —susurré.

Mientras se acurrucaba entre mis piernas, doblé mis rodillas para


permitirle mejor acceso. Y cuando lo sentí deslizarse dentro, intenté
relajarme y respirar.
147
—Aaaah —medio-grité y él se tiró para atrás mirándome con su primera
embestida completa. Cerré mis ojos y su mano se deslizó detrás de mi
Página

cuello tirando de mi rostro hacia el hueco de su cuello.


Su ritmo fue lento al comienzo y luego del shock inicial por su tamaño y
por ser la primera vez que esa barrera había sido rota…comencé
arqueando mis caderas hacia arriba para encontrarlo.

—Jesús, Megan. Te siento increíble —dijo cepillando un beso sobre mi


frente.

Sus movimientos se ralentizaron y se elevó en sus rodillas, elevando las


mías. Diablos. Se sentía como si estuviera tocando mis malditas costillas.

—Kieran —gimoteé, tratando de presionar a través del leve ardor de piel


nueva rota.

Su pulgar cubrió mi dulce sitio de nuevo y él gentilmente frotó círculos


mientras continuaba moviéndose dentro y fuera, lo cual era una mezcla de
placer y dolor. Este sería mi primer orgasmo con un chico.

Oh santo infierno, él era bueno. Estiré mis brazos y corrí mis dedos a
través de mi propio cabello. Eso fue cuando su boca bajó sobre mi seno.
Eso lo hizo…su boca sobre mi seno, su pulgar continuaba su asalto y su
continua penetración. Luego vino mi murmullo donde permití todo.
Desinhibida. Por primera vez en mi vida, permití que un hombre tomara
posesión de mí…para colmar mis necesidades y satisfacer un deseo que yo
apenas sabía que existía.

—Kieran…ohhh…ohhh —suspiré.

Me perdí en el momento, sintiendo mi interior agarrarlo fuerte una y


otra vez mientras el clímax se disparaba a través de mí.

—Oh, Dios —él jadeó—. Megan…aaah —gruñó cayendo sobre mí en las


últimas embestidas. Aguanté lo mejor que pude. Su cuerpo temblaba…¿o
era el mío?

¡No!...no quería que esto acabara.

Él descansó a mi lado, aún dentro de mí y con su mano derecha;


148
acarició mi mejilla, hombro y brazo, esparciendo besos sobre mi frente.
Luego así tan rápido, él estuvo fuera de mí y giró al otro lado de la cama,
tirando fuera su condón. Yo había oído de mujeres que sangraban luego de
Página

su primera vez y recé para que estuviera lo suficientemente oscuro por si


había sangrado, él no lo viera.
Yací allí por un segundo mientras él envolvía el condón en un papel.
Entonces mi mente tomó o mejor de mí. No debería estar sólo yaciendo
ahí. Él había terminado. Habíamos terminado. Me recordé a mí misma lo
que era esto. Esta era su cama. Esta era en realidad la primera vez que yo
miraba alrededor. Él mantenía esto meticulosamente limpio.

Se sentó nuevamente sobre la cama, estaba segura queriendo


descansar. Era tarde y me puse de pie…incómodamente desnuda. Mi
camisa estaba en la otra habitación. Él dio una mirada hacia mí.

—¿Estás bien? —preguntó con su voz más sexy y perezosa.

¿Cómo responder a eso? Yo no quería nada más que yacer en sus


brazos. Pero ambos sabíamos que él no era esa clase de chico.

—Sí —asentí sintiendo mi rostro ponerse rojo—. Estoy bien. Como


realmente bien, Sr. Scott —dije con un guiño.

Un lado de su boca se elevó en una mueca avergonzada. Una de sus


camisetas estaba yaciendo sobre una silla y yo la arrebaté y la deslicé
sobre mi cabeza.

—Doc, esa camiseta está sucia. Déjame conseguirte una distinta.

¡Eso sería un infierno al no! Esta apestaba a Kieran y pensé que podía
desarrollar un nuevo orgasmo sólo con olerla. Tan dolorida como
estaba…la sangre se disparó al sur de nuevo haciéndome sentir
mareada…lista para una segunda sesión con Kieran.

—Nooo. Está bien. Sólo necesito conseguir mi blusa y encontrar mi


habitación.

Él se puso de pie y deslizó su breve bóxer pero sus ojos estaban juntos
pensando. ¿Qué estaba pensando? ¡Esa es una pregunta para nunca hacer
luego de tener sexo! ¿Correcto?.

Debería ser ilegal verse tan bien como él lo hacía. Esta mierda no me
149
sucede a mí…

Él se volteó así que tomé ventaja del momento y salí.


Página

Fuera en el pasillo, descansé mi cabeza contra la pared necesitando el


apoyo y enfocándome únicamente en mi respiración. Presioné mi abdomen
tratando de hacer que el dolor se fuera. Usar su maldita camiseta no era
una buena idea. El olor de él servía como afrodisíaco.

De pronto, su brazo se envolvió alrededor de mi cintura y su cuerpo


presionó firmemente contra mi espalda. Estaba claro que sus
pensamientos no estaban lejos de los míos. Asumí que él también estaba
listo para otra ronda cuando sentí su extrema dureza cerca de mi cóxis.
Eso fue rápido pero me hizo sonreír. ¡Resiste maldita imbécil!

Él rápidamente apartó mi cabello a un lado y su rastrojo cortante atrapó


mi cuello cuando lo besó. Estiré mis manos agarrando la parte trasera de
su cabeza.

—Pon tus manos en la pared —ordenó y lo hice, dejando caer mi


chándal y ropa interior a nuestros pies. Arqueé mi espalda hacia él y
gruñó.

—¡Qué demonios! —dijo inesperadamente subiendo mi camiseta de mi


espalda.

—¿Qué?

—¿Qué es esto? —Riendo a carcajadas delineando algo cerca de mi


coxis.

¡LOS TATUAJES! Mierda. Luché para darme vuelta y él me sostuvo en el


lugar.

—¡Kieran! Fue una broma. ¡Se lavarán! —escupí.

—¿K+M y un corazón, huh?

—Fue una broma. Estábamos ebrias y siendo estúpidas.

—Mantén tus manos en la pared —dijo un poco más duramente.

¡Estoy segura que esto lo enloqueció! ¡MIERDA! 150


Uno de sus brazos aún sostenía mi cintura, y el otro se aventuraba
hacia abajo a mi piel rota y de pronto estaba nerviosa. Pero él se sumergió
lentamente en mí, humedeciendo su dedo antes de hundirse más
profundo.
Página

—Aaaah, Kieran.
—Doooc… —él gimió en mi oído usando mi humedad en mi contra y
comenzó a frotar mi dulce punto de nuevo—. ¿Alguien quiere esto de
nuevo, no?

Inconscientemente, me empujé hacia atrás contra suyo, lejos de la


pared. Pero la fuerza de su cuerpo resistió mi movimiento. Al borde de la
explosión por segunda vez. Empujé contra él más duro. Así lo hizo él. Mis
manos comenzaron a deslizarse hacia abajo por la pared.

—Manos sobre la pared, Doc, y responde mi pregunta —demandó y las


subió de nuevo hacia arriba continuando la conducción de mi cuerpo
contra el suyo.

—¿Qué pregunta? —susurré tambaleándome en el borde.

—¿Me quieres?

Asentí.

—¡Dilo! —siseó frotándose contra mi espalda.

Todo en lo que podía pensar era en él invadiendo mi cuerpo de nuevo.


No me importaba cuanto dolía.

—¡Sííí! —siseé en respuesta y la punta de su dedo trazó círculos


perfectamente, atrayéndome más cerca mientras su otra mano subía por
mi pecho hacia mi seno. Y cuando él enredó mi pezón entre su dedo y su
anular, grité, liberándome y completamente dependiendo de sus brazos
para tener la fuerza de levantarme. Lentamente él movió su dedo dentro de
mí para sentir mi cuerpo latiendo contra su toque.

Inesperadamente, sin esfuerzo me levantó por mi cintura y estábamos


en su baño donde él agarró otro condón. Mi cuerpo entero se apretó con
miedo y excitación.

—¡Me quiero dentro de ti, ahora! —dijo descansando mis pies sobre el
piso frío de piedra.
151
Gentilmente me volteó y coloqué mis manos sobre la pared antes que me
lo pidiera mientras él apartaba más mis pies. Cuando oí el rasgado del
envoltorio de aluminio y su silencio al colocarlo, cerré mis ojos. Fue
Página

cuando sus manos tomaron posesión de los huesos de mi cadera que mi


corazón comenzó a pulsar pesadamente en mi pecho.
Al principio sentí sólo su presencia en la entrada mientras él frotaba
hacia atrás y adelante. Luego lentamente, empujó dentro. Una larga lenta
inhalación vino a través de sus labios. Este era un ángulo diferente pero
aún así me quitó el aliento. Pienso que me estaba desgarrando…pero en
pocos minutos el dolor se disipó y el placer salió victorioso.

Mis piernas temblaban tan terriblemente que él finalmente salió y me


volteó. Antes de darme cuenta, me alzó.

—Envuelve tus piernas alrededor de mí —suplicó, así lo hice y cuando


me bajó a su lado, me arponeó nuevamente y grité. Pero yo todavía tenía
una parte dentro, sin tomar todo de él, hasta que mi espalda encontró la
pared.

—Mírame —insistió. Y lo hice pero estaba tan cansada y tan exhausta y


permanecí…no tenía nada para dar. Presionó sus labios con los míos
respirando vida dentro de mí. Nunca me cansaría de él o de su cuerpo o de
la forma en que me tocaba.

—Kieran —gemí de nuevo.

Sus movimientos se aceleraron y podía decir por su respiración que


debía haber estado cerca. Nunca había querido complacer a un hombre
tanto en mi vida. Todo acerca de Kieran era excitante y sexy.

De pronto, él me dio varios bombeos forzándome a gritar y luego él


también.

—Megan… —gruñó y su frente cayó al recodo de mi cuello. Lo envolví


totalmente en mis brazos y besé su oreja pero literalmente colapsé sobre
su cuerpo.

Después de estar parados por unos pocos largos minutos, nuestra


respiración disminuyó al unísono, él se empujó fuera de la pared y
comenzó a llevarme por el pasillo volteando hacia la oscura habitación.

Abrazándome con un brazo, usó la otra mano para retirar las sábanas.
152
Me levantó, dejando mi cuerpo sintiéndose como un abandonado y vacante
edificio, entonces suavemente me colocó sobre las frías sábanas. Un
escalofrío se propagó a través de mí cuando el levantó metiéndome dentro,
Página

tiernamente besando mi frente.

—Duerme —dijo rudamente mirándome fijo por un momento. Mis


párpados estaban pesados pero al mismo tiempo, no quería que él se
fuera. Entonces estuvo cerca de mi oído, sus labios tan cerca que hacían
cosquillas—. Siento que el tatuaje sea temporal, buenas noches, Doc —
susurró y antes que él abandonara la habitación, mis ojos se cerraron pero
mi boca sonrió.

153
Página
23
Kieran
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

Después de tirar el condón en la basura, me quedé mirando a mí


mismo en el espejo. Ella merecía mucho más que yo. Pero no importaba.
Viendo la porquería sobre su espalda, había estado enojado al principio sin
saber lo que decía. Ella no parecía un tipo de chica con estampa de
vagabunda. Pero cuando me di cuenta que era temporal y que estaban
nuestras iniciales con un corazón. Joder... cómo de adorable era eso. Ella
me gustaba. Por la mañana, me gustaría ofrecerle lo que tenía para dar.
Nunca me había esforzado en alguna relación. Doc era diferente. Incluso el
sexo era diferente. Jesús. Era como si fuera mi primera vez... como si
estuviera hecha para mí.
Nunca había dado dos mierdas si una chica tenía un buen rato. Para
mí era más como una carrera de velocidad... no una maratón y yo quería
ganar. Si la chica se venía, bonificación. De hecho, si hago a una chica
venirse, ella generalmente quiere un segundo y yo realmente no repito con
frecuencia.
Pensando sobre tercios con Doc me hizo ponerme duro otra vez.
154
—Para —le dije en voz alta a mi polla. Le dejé hacer mis pensamientos
toda mi vida. Él no estaba más a cargo.
Página

De vuelta en la sala, su sudadera y rasgadas bragas estaban en el


suelo. Agarrando ambas luego encontré su sujetador y su camisa en el
salón junto a la mía. Sus sandalias estaban al lado del sillón reclinable.
Curiosamente, sonreí al verlas. Kat fue la única mujer que he tenido en
mi casa y ella nunca se quedó por mucho tiempo. Y yo, malditamente
seguro, nunca tuve a una chica durante la noche aquí.
Sabía que a Doc le estaban pagando para verme pero creo que era más
que eso para ella ahora. Creo que ella me vería incluso si no había dinero
detrás de ello; pero también sabía que ella necesitaba ese dinero.
Me había hecho la idea de decirle sobre mamá y papá en la mañana.
Incluso el pensamiento formó un nudo en mi garganta. No deseando que
llegue... cerré mis ojos en mi sillón reclinable con su blusa en mi mano.

—¡¡NO!! ¡¡ANDREW!! —el grito me alertó y me puso en posición vertical,


corriendo a su habitación. Cuando entro por la puerta, la luz desde el
pasillo echa sombras a través de la habitación y con la salvaje mirada en
sus ojos, no estaba seguro de su ella estaba despierta.
—Lo siento —ella susurra mientras el reconocimiento la golpeó.
Tomándome la libertad de deslizarme en la cama junto a ella, ella se
deslizó para hacer espacio para mí. Me senté un poco más en vertical pero
la puse junto a mí.
—¿Otra pesadilla sobre el tiroteo?
Ella asintió, su mano relajada contra mi pecho.
—Háblame. Ayúdame a pensar en algo más —ella rogó.
Y decidí que ahora era tan buen momento como cualquier otro.
—Mis padres fueron asesinados por un hombre armado —manifiesto,
155
así materia de hecho.
Sus grandes ojos se dirigieron hacia los míos pero luego ella miro lejos.
Página

—Dime —en voz baja.


Tomé una respiración profunda temiendo a los sentimientos que se
agitaban en mi interior.
—Fue hace dos años, tres meses, dos semanas y cinco días atrás. Un
intruso entró en la casa de mis padres. Disparó y mató a mi padre
primero. Él estaba tendido en el suelo de su oficina. Mi madre recibió un
disparo en la puerta. Ellos piensan que ella entró e interrumpió lo que
estaba pasando.
Mi pecho creció en agonizante dolor. Y como si ella lo supiera, su
palma acarició mi piel dándome más comodidad de la que había conocido.
Besé la cima de su cabeza inhalando la esencia de su cabello.
—¿Quién lo hizo? ¿Por qué? —preguntó.
Todo mi cuerpo se tensó debajo de ella y literalmente me sentí como si
fuera a vomitar. Me froté los ojos con el pulgar y dedo índice.
—No sé por qué. Ellos no saben quién —Eso es todo lo que dije.
—Lo siento, Kieran —susurró.
—Yo también.
—Como terapeuta, siento como que debería decir algo elocuente o
poderoso. Pero... Estoy perdida. Siento mucho que estuvieras herido —ella
lloriqueó al final y sentí una lágrima golpear mi pecho.
—¿Doc? ¿Por qué estás llorando?
Ella se encogió de hombros. —Sé que duele... Te devastó. Y eso me
duele.
Me quedé tranquilo inseguro de que decir a eso. Recuerdo a Kat herida
conmigo.... llorando conmigo, cuando todo sucedió. No era mi intensión
con esto de herir a Doc. Sentí su cuerpo lentamente tensarse. El mío
parecía tenso con miedo, no sabía cómo hacer eso.
—No llores, Doc —sentí la tensión en mis palabras y no quería eso.
—Es probable que pueda volver a dormir ahora —dijo. —Estoy muy
156
apenada por despertarte.
Esa era mi señal para salir. Me deslicé desde detrás de ella y empujé
Página

las mantas arriba.


—No te preocupes —dije y caminé hacia la puerta.
—¿Kieran?
Me di la vuelta y miré su cabello rojo extendido por la funda de
almohada blanca. Ella todavía se veía hermosa.
—La vida no es justa a veces y realmente siento que lo que sucedió
fue tan injusto —habló con lágrimas aun persistentes.
—Gracias. —susurré, ofreciéndole una leve sonrisa y cerrando la
puerta.

157
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24
Megan
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

—¿Eso me duele demasiado? —susurré en voz alta. ¿Cuán estúpido


era decir eso? Cogí la almohada y fingí estar sofocándome a mí misma.
En serio... no puedes decir cosas como esas a Kieran. Su cuerpo entero
se tensó debajo de mí cuando esas palabras salieron. Y su mano que
estaba corriendo la longitud de mi cabello dejo de moverse... ¡Qué
demonios Megan!
Era importante mantener mi lugar aquí. Probablemente habrán otras
chicas... mi estómago se enrolló con ese pensamiento. Dar mi virginidad
era una cosa, pero dársela a Kieran Scott... fue un error de juicio. Aunque
nunca me arrepentiré de eso, me arrepiento de nunca encontrar a un
hombre que podrá ser lo que él fue.

Cuando me desperté a la mañana siguiente, el olor de Kieran estaba


alrededor de mí. El pensamiento de él en mi cama hizo girar mi cabeza,
158
pero mientras yo movía mis piernas alrededor me di cuenta de que no
estaba cerca, era solo la intoxicante camiseta que llevaba. Cuando me fui a
Página

mover, se produjo un poco familiar dolor muscular entre mis piernas, y los
recuerdos de la noche anterior inundaron mi mente.
A pesar de que estaba agitada, no culpo de lo que pasó al alcohol. He
querido a Kieran desde el principio pero traté desesperadamente de
mantener mi profesionalismo. E imagínate... tuvimos sexo y él se sincera.
Una tristeza se apoderó de mí cuando pensé en lo que había compartido.
Ambos padres muertos a tiros en un allanamiento de morada. Cuán
horrible... Los pensamientos de Kieran trajeron pensamientos de Andrew.
Decidí dirigirme al hospital a verlo hoy...
Me extendí en la cama durante más tiempo, escuchando por ruidos de
que Kieran estuviera levantado y alrededor. No habíamos llegado a ningún
acuerdo o límites sobre el baño ni nada, realmente; No quiero agotar mi
bienvenida.

Kieran había desaparecido cuando finalmente me levanté, pero dejó


una nota en la encimera de la cocina que decía que tenía recados. Antes de
prepararme, caminé alrededor de la casa -un pedazo de mí deseando
husmear- yendo a través de algunas cosas, pero no lo hice. Sin embargo,
camino a través de la casa en su totalidad tratando de reunir un pedazo de
él en mi cabeza.
Mientras conducía al hospital, no podía dejar de preguntarme qué
recados él tenía. Y no podía dejar de preguntarme si era para evitar verme.
A pesar de que yo no tenía remordimientos, si tuviera que expresar uno,
sería el nivel de incomodidad que ahora traería a nuestra convivencia.
En el hospital, encontré la habitación de Andrew después de
registrarme en el mostrador de información. No hay visitas si estaban allí
para vigilarlo. Fruncí el ceño, tristeza asentándose en mi corazón. Si fuera
mi hijo, yo nunca lo habría dejado solo.
159
Su pequeño cuerpo yacía inmóvil en la cama de gran tamaño. Una
bolsa de IV15 colgada encima de la cabeza con los tubos que conducen a su
Página

brazo y un tubo de alimentación delgado a través de su nariz. Mi pulso

15
IV: Intravenosa.
acelerado se estabilizó con los sonidos de su respiración. La ventana
estaba cubierta por el ramo de globos más grande que jamás había visto,
que estaba atado a una cesta de barras de caramelo. Sonreí.
Silenciosamente, me senté en una silla al lado de la cama. El
apabullante aroma a lejía o antiséptico estaba en el aire y quemó mi nariz.
Llegando alrededor de las barras de los lados de la cama, toqué la mano de
Andrew.
Podía contar con una mano el número de veces que había orado en mi
vida... me refiero a realmente haber rogado a Dios por ayuda y dirección.
Esta era una de ellas. Este pobre chico fue víctima de su entorno. Cuando
él despierte, va a encontrar al hermano que idolatraba muerto. Él todavía
estará en la casa de una madre alcohólica que se preocupa más de su
bebida que de su seguridad. Él encontrará la tentación de las calles más
atractivas que el sufrimiento de la vida cotidiana. Sin un padre, él mirará
ahora a los amigos de su hermano, quienes se sienten en la obligación de
tomarlo y mostrarle el camino. Mi corazón se rompió por este pequeño ser.
Inesperadamente, sus dedos se movieron y aunque me asustó, mis
ojos se clavaron en su rostro. El parpadeó pero no pareció reconocerme.
Me incliné hacia adelante y acaricié su frente.
—Oye, amigo —le dije en voz baja.
El parpadeo mientras rápidamente me debatí si debía o no gritar por
una enfermera. Él no se veía adolorido o sufriendo de cualquier manera así
que decidí no hacerlo.
—Te he echado de menos —le dije. —Te necesito mejor muy pronto.
El señaló los globos y las comisuras de su boca apenas se volvieron
hacia arriba.
160
—Son tan bonitos, ¿No es así? —le pregunté —Alguien te ama.
Su boca se extendió un poco más lejos en una semi-sonrisa.
Página

Tal vez él no los había visto todavía. Hice mi camino a la ventana y cogí
la tarjeta así podía decirle en caso de que nadie más pudiera. La carta
marca: Con amor, Megan Clark.
¿Qué? Al instante sonreí por lo que él no podía ver que yo no tenía la
menor idea acerca de esto.
—Wow, amigo. Esto es mucho más grande de lo que pensé que sería —
dije sabiendo que yo no había ordenado nada. Por desgracia, no podía
permitírmelo.
El cerró los ojos de nuevo y yo volví a la cama, sosteniendo su mano.
Me quedé durante otra hora y él no se movió ni una sola vez, pero tuve la
sensación de que iba a estar bien.
Kieran... él tenía que haber enviado los globos/cesta de barras de
caramelo en mi nombre. De hecho, me alcé la camisa de mi pecho cuando
sentí como si mi corazón iba a estallar.
Me incliné sobre Andrew, besando su frente y apretando su mano. Vi
movimiento en el colchón y miré hacia abajo a mis dedos cuando los movía
y el signo de te amo estaba puesto en la cama. Mi pecho está rebosante…

161
Página
25
Kieran
Traducido por Hanna Marl
Corregido por Briggitte

¡Mierda! La segunda vez que anudé la corbata fue un fracaso. Estaba


sudando e incómodo por usar estos malditos pantalones. Finalmente, la
tercera vez fue la vencida. Perfecto en el cuello y el final de la corbata se
encontró con mis pantalones. El collar se sentía apretado en mi cuello y
estiré la barbilla en alto tratando de aliviar la tensión en la camisa
almidonada. Tomé todos mis pantalones de vestir y camisas para
trabajar... No necesitaba a Megan corriendo a través de ellos, sin embargo.

En el Porsche, el aire estaba en alto, mejorando mi situación de


transpiración pero asumí que esto no pararía oficialmente hasta que
anduviera por la puerta de la compañía para establecer la poca
credibilidad que permanecía. Cuando llegué al brazo suspendido del
aparcamiento, me sorprendí al ver que Calvin seguía trabajando. Tenía que
estar empujando los 80.

Bajé mi ventana.

—Bien. Bien. Bien. Mira aquí. Sr. Kieran. ¿Cómo está?

Una sonrisa llena se extiende sobre mi cara. Él era totalmente gris y la


vida había grabado líneas en su rostro.

—Calvin. Me alegro de verte. ¿Cómo está Dorothy?

—Ella es tan hermosa hoy como lo era hace sesenta años, cuando me
162
casé con ella. No había visto que pasara por aquí en mucho tiempo.

Asentí. —Lo sé.

—¿Calculo que está de vuelta para quedarse?


Página

—Creo que voy a ver qué tipo de recepción recibo —dije con un guiño.

Él sonrió. —Ve a romper algunos cráneos, hijo.


Chocamos los puños mientras conducía por delante, y si eso era una
predicción de cómo mi día iba a ir, iba a ser feliz.

***

Estaba nervioso como el infierno cuando entré en el vestíbulo de la


empresa de mi padre; Winnie me vio primero. No pude evitarlo; desnudé
mis blancos a ella en unos tres segundos. Ella cubrió su boca y creo que
se empezó a romper.

—¡Kieran! —ella gritó en voz alta y dio la vuelta en la esquina para


darme un abrazo.

—Hola Winnie. —Me empujó hacia atrás. —¿Winnie? Escuche, Señor.


Me llamaste Weenie durante veinte años. Siempre seré Weenie para ti.
¿Entiendes?

Asentí. —Lo siento.

—Kieran. Siempre has sido guapo pero te has convertido en un hombre


hermoso y llamativo —ella dijo acariciando mi mejilla.

—Gracias.

—Te queremos cariño. ¿Llegaste para quedarte?

Me encogí de hombros. —Sólo sintiendo las cosas por ahora.

—Recuerda quien eres. Debes llegar lejos.

***

Me monté en el ascensor hasta el cuarto piso, los nervios consiguiendo


realmente lo mejor de mí. Pero, cuando me bajé Alberta gritaba de alegría.
Ella había sido la asistente de mi padre durante todo el tiempo que puedo
recordar.

—¡Oh querido Dios, el infierno se ha congelado! —ella exclamó, haciendo


poco a poco su camino alrededor de la gran mesa de caoba. Mi corazón
dolió cuando vi cómo se movía lentamente, su espalda encorvada. Papá la
habría obligado a retirarse ya. Él adora a Bert. 163
—Bert. Te ves deslumbrante. —Le guiñé un ojo.

Ella me dio un manotazo. —Lo sé. Todavía puedo tirar a chicos como si
nada.
Página

Me reí a carcajadas, abrazándola.

Sienta tu culo sexy abajo, Kieran, y dime qué te trae por aquí porque yo
garantizo-malditamente ya, que todas las mujeres de aquí mojaron sus
bragas en este momento y yo las necesito trabajando. Cuanto más rápido
consiga que salgas de aquí, la producción del trabajo va a subir más
rápido.

Una risa retumbó a través de mí cuando me dejé caer en la silla frente a


su escritorio. —Maldita sea, Bert. Te he echado de menos.

Después de hablar con ella durante más de una hora sobre la vida y mis
planes para comenzar a volver a tiempo parcial, la puerta de la sala de
conferencias se abrió y entró Walt. La larga sonrisa inamovible de mi cara
se desvaneció rápidamente y me puse de pie.

—Bien. Kieran. Es un gusto verte. ¿Qué te trae de esta manera? —


Preguntó Walt, extendiendo su mano.

Walt Brown. El miembro más grande en la tierra. Cabecilla de tratar de


derrocar a mi padre. Desde que tenía 15 años, despreciaba al hombre.
Solía hablar groseramente a Kat y a mí y a mi madre inapropiadamente.
Cuando yo tenía 17 años, me acuerdo de verlo agarrar el brazo de mi
madre y fue la primera vez que le di un puñetazo a un hombre adulto. No
me importaba si era colega de mi padre. Nadie, y quiero decir nadie, iba a
ser duro con mi madre.

—Negocios, Walt. —Rechacé su mano.

—¿Negocios?

—Sí. Negocios... Profesionales... Comercio... Profesión.

—Sí, Kieran. Se lo que es. ¿Qué tipo de negocio tienes aquí?

Eché un vistazo a Bert y le di un guiño. —Pues bien, dado que mi padre


construyó esta empresa multimillonaria desde cero y me la dio a mí, voy a
volver. A tiempo parcial, por ahora, pero será a tiempo completo, con el
tiempo.

Walt se aclaró la garganta y miró al chupapenes junto a él, que se


burlaba de mis palabras. Me pregunté si ese hijo de puta sabía que yo
podía despedirlo en el acto.

—Kieran, con todo respeto, esto ha sido mío durante dos años. No
164
puedes venir aquí y asumir el control, —dijo Walt.

Cogí la mano de Bert, besé la parte superior de ella y le dije: —Fue


genial verla, mi señora.
Página

—A ti también, bebé.

Me giré hacia Walt, palmeé con firmeza su rostro y miré en sus ojos
negros disfrutando que tenía habilidades físicas sobre él. —Walt, eso es
exactamente lo que voy a hacer. Y dile al chico a tu lado que si alguna vez
se burla con respecto a mí, estará en la línea de desempleo.

Le guiñé un ojo al chico después de hacer clic en el botón del ascensor.


Después de una larga y lenta respiración, en el fondo, me di cuenta de
esto se sentía bien. Estar aquí es lo correcto. Y... creo que mi papá estaría
orgulloso.

165
Página
26
Megan
Traducido por Guga
Corregido por liss-rose

Cuando Ruthie, Jerry y yo descargamos las pocas cajas en el garaje,


noté que la Harley se había ido y no estaba segura si estaba feliz con eso o
no. El día después que voluntariamente arrojé mi virginidad al viento…y
nada. Verifiqué mi teléfono cada cinco minutos por un texto de Kieran.
Nada ahí, tampoco. No estoy segura que esperaba pero pensé que podía oír
algo de él hoy.

Dentro de la casa, pude olerlo y hallé una nota en la encimera de la


cocina.

Doc-tengo que trabajar. Ven por una copa!!!!!!

Momentáneamente, reí ante el uso excesivo de signos de admiración,


luego mordí mi mejilla mientras masticaba su oferta. ¿Invitación? Me sentí
de doce años tratando de resolver lo que el chico de la clase de sexto grado
estaba pensando…o lo que quería decir…sobre-analizando cada simple
palabra mientras trataba de decirme a mí misma que no sobre-analizara,
pero decidí que los signos de exclamación eran su forma de enfatizar,
entonces…arrojando la cautela al viento de nuevo…decidí ir.

166
Fui obligada a estacionar a dos cuadras abajo de Winks, lo cual fue lo
más cerca que pude conseguir. Deslicé los tacos de mis pies para hacer el
trayecto a la fila luego los coloqué de nuevo casi al llegar. La fila estaba a
casi veinte de las más hermosas, falsas chicas que había alguna vez visto.
Página

Vestidos ajustados. Tacos altos. Excesivo maquillaje. Cabello genial. Yo


quería subirme a Todd, que se sentaba en su elevada posición frente al
bar, pero todavía estaba un poco avergonzada por habernos encontrado
durmiendo juntos. No habíamos tenido sexo pero sus ojos bailaron con
suposiciones esa mañana y ahora…bueno ahora…habíamos tenido
sexo…Mi credibilidad como terapeuta en Pórtland se iba a ir a la mierda.

—Él se sienta en la puerta trasera. ¿Sabes eso, no? —dijo la bonita


chica frente a mí.

—Lo sé —chilla la otra chica más gorda—. La semana pasada, Maddie y


yo esperamos aquí tres horas y nunca entró.

—Llegaré primero si entramos —reclamó.

—¿Por qué no dejamos que el Sr. Scott decida a quien llamará primero?

¿Sr. Scott? ¿Estaban hablando de mi Sr. Scott? Di una mirada a mi


solero entallado; era lindo pero no se comparaba a sus vestidos más caros.
Y de pronto odiaba mis tacos. Estaba de regreso a pensar dos veces mi
decisión de venir.

—Stacey dice que él es increíble en la cama y sabes que Stacey ha


estado con una cantidad de tipos. La mala noticia es, él aparentemente no
repite.

¿Stacey? La bilis hizo su camino lentamente subiendo desde atrás de mi


garganta.

Un silbido colgó en el aire y todas las cabezas en la fila se voltearon


hacia la puerta. Todd estaba haciendo señas con dos dedos para que me
acercara ahí. Las dos chicas rieron nerviosas y comenzaron a acercarse.
Entonces él silbó de nuevo, alejándolas con una seña y apuntó hacia mí.
Yo me apunté a mí misma, como haciendo el gesto “¿quién, yo?” Él asintió.

Las chicas que estaban enfrente de mí estaban ahora revoleando sus


ojos hacia mí con sus ojos demasiado pintados y pestañas falsas, y, bueno,
si la mirada asesinara…di una mirada a mi reloj mientras pasábamos.

—Mete tu trasero dentro —gruño Todd mientras yo daba grandes


167
zancadas.

Mis cejas se dispararon hacia arriba.


Página

—¿Hice algo para enfadarte? —dije enseguida.


—No estoy enfadado; pero él lo estará si descubre que estabas parada en
la fila. Ella está entrando —dijo él bruscamente a su pequeña cosa con
cable.

A estas alturas yo estaba más enojada que nada y los malditos tacos
que pensé eran una buena idea estaban asesinando mis pies. ¿Y qué
querían decir las zorras con que él no repetía? Mi corazón no iba a
aguantar con Kieran; tenía un mal presentimiento en el fondo de mi
estómago.

Ahí fue cuando lo vi. En el mismo lugar en que se sentaba cuando


estuve aquí con Lucas. Dios, eso parecía una eternidad atrás. Me dirigió
una sonrisa diabólica desde el otro lado del bar. Todo lo que había
pensado en mi mente…se evaporó con esa única sonrisa. Traté de no
pensar en lo que aquellas chicas estaban diciendo. Sólo sé genial.

Mientras sus ojos se movían perezosos por mi cuerpo, sentí cada parte
de mí responder a su mirada pero entonces sus cejas se fruncieron y no
estaba segura de su expresión. Con mis pies doliendo, graciosamente fui
rengueando hasta él.

—Hey —saludé.

—¿Por qué tienes esos puestos? —dijo él. La banda no estaba tocando
pero aún así había música suave.

Esas palabras me cortaron. Me había vuelto bastante fuerte…inmune y


tolerante a las palabras agresivas después de cinco años dentro y fuera de
hogares de acogida. Pero eso escoció. Pensé que me veía bonita.

Me encogí de hombros y di un vistazo al piso.

—-Te ves hermosa, Doc. Es que sólo no eres tú, creo. Me gustan tus
Converse.

Me encogí de hombros de nuevo.


168
—Mis Converse no combinan con mi vestido. —Nunca había tenido el
coraje de ir a un bar sola y sabía por que. Kieran era la continuación de
mis amigos aquí y, bueno, esto se había convertido oficialmente en raro.
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—¿Puedo conseguirte una bebida? —preguntó.

—No, estoy bien. Cogeré una.


—Esta bien —dijo él—. Entonces vuelve aquí.

Detrás del bar, el tipo que le gritaba a Kieran la noche que él estaba
fuera con la otra chica, sonrió mientras me acercaba. Me hizo un guiño, lo
que me tomó fuera de guardia. ¿Estaba flirteando?

—¿Qué puedo conseguirte?

—¿Qué tal vino tinto? —Pedí, y él me guiñó de nuevo. ¡Mierda!

Cuando me lo alcanzó, me ondeó mi cambio y guiñó nuevamente. Ahora


eso me estaba enfureciendo. ¿Estaba Kieran como un chico de 15 años
soltando su lengua acerca de nosotros teniendo sexo?

—¿Qué tipo de cerveza toma Kieran? —pregunté, sabiendo que él estaba


bebiendo Bud Light en casa la otra noche.

—¿Cariño, la pregunta es qué no le gusta? —bromeó y de nuevo con un


maldito guiño—. Pero no más de tres cervezas por noche en el trabajo.

—Bueno, me gustaría comprarle una cerveza.

Él sonrió y guiñó de nuevo. ¿Que demonios?

Fue al enfriador, rescató una botella, giró la tapa, me la alcanzó y ¡guiñó


enloquecedoramente dos veces!

—¿Él te lo dijo, no?

Su sonrisa se amplió.

—¿Decirme qué? —¡guiñó!

Yo estaba oficialmente irritada.

—¡Que dormimos juntos! —dije en voz alta. 169


Ahora el tipo sonreía totalmente y dijo a su pequeño cable:

—Todd, ellos durmieron juntos. K, fuiste atrapado.


Página

Consternada, me giré, dando una mirada a Kieran, quien estaba


sacudiendo su cabeza y hablando a Todd y a su hombre guiñador a través
del pequeño cable. Sostuvo sus brazos a sus costados cuando lo miré,
¿como si les dije? ¿Era esto un juego para él? Sacudió su cabeza en mi
dirección y, molesta como el demonio, fui directa hacia él.

—¿Por qué le dirías a Wink que dormimos juntos? —preguntó con


preguntas en sus ojos.

—¿Wink? ¿Y yo le dije? —pregunté alcanzándole su cerveza.

—Wink es el dueño del bar. De ahí el nombre del bar, Winks. Él guiña
todo el tiempo.

La sangre lentamente se drenó de mi cabeza y cubrí mi rostro con la


mano que no sostenía el vino.

—Gracias por desparramar mis asuntos a mis compañeros —dijo él,


sonriendo y inclinando hacia atrás su botella.

—¡Kieran! Pensé que él sabía algo. Él se mantuvo sonriendo y guiñando


y yo pensé…

—Mis asuntos son mis asuntos, Doc. En lo que a mí concierne, ellos


nunca deberían haber sabido nada.

—Oh, había dos chicas fuera en la fila quienes sabían mucho de tus
asuntos y estaban ansiando que te inmiscuyeras en los suyos.

Él sacudió la cabeza, riendo a carcajadas, y tomó otro trago.

—Hola, Kieran —dijo una chica fuera. Tienes que estar jodiéndome.
¿Cuan rápido se movía esa fila? ¿Podía la noche ponerse peor?

—Damas —Kieran cordialmente se dirigió a ellas, luego volvió su


atención a mí.

De alguna manera me las había arreglado para beber mi vaso de vino


como si fuera agua, entonces nuevamente me alejé de Kieran.

—No te vayas —dijo él, y las chicas una vez más me fruncieron el ceño.
170
—Yo…yo sólo voy a conseguir otro vaso —tartamudeé, sintiendo que ese
primer vaso ya se metía con mi mente. Lamentaba no haber comido antes
y una sensación de hormigueo flotó en mis brazos y piernas lo que sólo el
Página

alcohol podía producir.

—Kieran. Stacey dijo…


No oí el resto porque me giré y choqué directo contra alguien.

—¿Megan? —Oí la voz que había llegado a odiar.

Mis ojos subieron por su cuerpo a su rostro.

—¿Jared? —Apenas dije su nombre. No necesitaba esto ahora.

—¿Cómo estás? —preguntó con una voz dulce, pegajosa.

Aparentemente esta noche podía ponerse peor.

—Estoy genial —dije caminando hacia el bar para conseguir ese


segundo vaso de vino.

—Te ves genial —Elogió él y algo en su voz envió un estremecimiento por


mi columna vertebral. Tal vez era porque yo sabía como se sentía su puño
contra mi rostro. Aunque eso sucedió sólo dos veces, se asemejaba mucho
a los de papá.

El tipo Wink guiñó y alcé mi vaso. Cuando él en realidad volvió a guiñar,


las esquinas de mi boca subieron esta vez y me pregunté si él sabía por
que yo le había confesado. ¿Cómo podía no estar yo divertida por como eso
había sucedido?

—Siento haber pensado que tú sabías. Nosotros…estando juntos…es


tonto y no debería haber sucedido. Soy más ética y responsable que eso.
Realmente soy una buena terapeuta.

Él guiñó y sonrió e intentó no darle importancia. Yo estaba tratando de


mantener un trozo de credibilidad pero parecía alejase con cada intento.

—Cariño, tú sólo nos hiciste a mí y a Todd U$1000 más ricos.

—Hey, Meg. Ven a bailar conmigo —pidió Jared detrás de mí y yo me


burlé de semejante idea.

—¿Mil dólares, de verdad? —dije en respuesta hacia el bar, ignorándolo.


171
Wink, por supuesto, guiñó.

—Nunca realmente hemos visto a Kieran así, entonces estábamos un


Página

poquito inseguros.

Era como si tuviera fiebre y el termómetro en mi boca estaba


disparándose directo hacia arriba…mercurio interno subiendo.
—¿Inseguros de Kieran? —pregunté.

—Meg, por favor. Me encantaría hablar contigo. Tú sólo te levantaste y


desapareciste y sabes, lo siento.

Mis ojos repasaron al aún atractivo rostro de Jared.

—Dos años Jared. Han sido dos años. No sólo me golpeaste una vez sino
dos. Nunca habrá oportunidad para una tercera.

—¿Este tipo te golpeó? —preguntó Wink, su sonrisa desvaneciéndose.

Diablos, mis pies estaban doliéndome. Asentí a Wink, le di un revoleo de


ojos y me volví hacia Kieran, quien estaba mirándome, y de la forma más
madura que pude pensar, le mostré mi dedo por su pequeña apuesta de
sexo que había descubierto. Por tener sexo conmigo, ¿sus amigos hacían
dinero? Entonces él podía pagarme también. Por supuesto, entonces una
chica con tacos y falda corta lo tomó de su brazo. Miré a mi propio
atuendo. ¿Qué demonios estaba yo pensando? Necesitaba ir a casa.

Jared tomó mi brazo con un poco más de fuerza.

—Por favor, Meg. Háblame. —Habría reconocido ojos abusivos como los
suyos en cualquier lado. Justo como los de papá y siempre con licor en el
aliento. Sacudí mi brazo del agarre de Jared.

Wink tiró de su brazo hacia su boca y haló su pequeño cable.

—Malcom y Todd. Código K.

—Seriamente, Jared. Déjame sola, demonios. —Necesitaba hablar con


Kieran y ¿qué era un código K?

Jared tomó mi brazo una segunda vez y dijo con los dientes apretados:

—Sólo quiero hablar.

Y fue en ese súbito momento donde vi a un Todd con ojos ensanchados,


172
frunciendo el ceño, venir volando desde una dirección. Wink saltó la barra
justo frente a mí. Luego oí el aullido de dolor de Jared. Cuando giré de
nuevo hacia él, vi el puño de Kieran en su cabello cuando golpeó el rostro
de Jared contra la barra del bar. Un tipo de color envolvió sus brazos a
Página
través de Kieran, rápidamente haciéndole una Full Nelson16. La nariz y
boca de Jared estaban empapadas de sangre y chillaba de dolor. Todd se
paró entre Kieran, quien estaba todavía sujeto, asumo que por Malcom.

Yo odiaba las peleas...más que cualquier otra cosa. Tanto como


disfrutaba ver la sangre de Jared sobre la mía, mi estómago se revolvió con
la visión. Y pensar que Kieran no pensó dos veces para golpear el rostro de
Jared contra una plancha de madera.

No me di cuenta que había retrocedido tan lejos como lo había hecho


hasta que mis jadeos se volvieron casi hiperventilaciones. Wink tenía
trapos húmedos sobre la nariz de Jared y los ojos de Kieran estaban
centrados en mí. En mis reacciones. Una mueca dolorosa cruzó por su
rostro.

—Déjame ir, Malcom.

Alcé mi mano para detenerlo y que no pensara venir hacia mí.

—No… —susurré y sacudí mi cabeza, luego tan rápido como eso, me fui.

173
Página

16Full Nelson: el acto de agarrar a otra persona metiéndose entre medio y poner sus
manos detrás de su cabeza.
27
Kieran
Traducido por Guga
Corregido por liss-rose

Mientras veía a Doc alejarse de mí, mi corazón dejó de latir por un


momento.

—Llama a la policía —El chupa pollas que había agarrado el brazo de


Doc masculló a través de su nariz y boca sangrantes. Wink asintió,
dándome una mirada.

—Llamaremos a la policía, pero tenemos a varias personas que te vieron


agarrando a la fuerza a la chica, cabeza de polla —dijo Todd.

Malcom me giró donde un grupo de chicas estaban paradas mirando


con ojos grandes, pero sonriendo y retorciéndose cuando las miré. La
única chica que me importaba, la única que quería hacer feliz, había salido
por la puerta. Malcom me liberó y no me quedé esperando. Partí
inmediatamente.

Fuera del bar, miré a ambos lados cuando divisé sus pies descalzos
corriendo calle abajo. Salté a mi motocicleta, la encendí y conduje en
dirección a Doc.

Ella estaba aún a cincuenta metros de distancia de su auto cuando sus


ojos encontraron los míos mientras yo estacionaba cerca de ella.

—Sube —ordené.
174
—Kieran, no…

—¡Sube! —Yo no estaba jodiendo.


Página

—¿Y si no lo hago vas a golpearme? —escupió ella.


—Doc. Estoy enojado pero nunca pondría una mano en ti. Nunca.
Ahora, sube a la maldita motocicleta.

Como cualquier dama, subió su vestido y lanzó una pierna como si ella
estuviera altamente acostumbrada.

—Sostente —dije.

Aceleré más de lo que quería y ella se apartó de mí. Mentalmente le


agradecí a Dios por haber puesto el respaldo la semana pasada. No tenía el
casco y estaba molesto por no pensar en eso…en las posibilidades. Respiré
más pesadamente cuando sus brazos se envolvieron alrededor de mi torso.

Conduje y conduje, intentando resguardarme del viento. Estaba más frío


que la mierda mientras las luces de la ciudad se desvanecían detrás de
nosotros. Me desvié de la autopista hacia una curva, una ruta de dos
carriles que yo amaba, finalmente deteniéndome frente a una cascada.
Paré la máquina pero mantuve el faro encendido sobre las cascadas.

—Lo siento, Doc.

Ella se sentó en silencio, con su cabeza descansando en mi espalda.

—¿Por qué, Sr. Scott? ¿Apostar que usted me llevaría a la cama o por
destruir el rostro de un hombre?

Liberé el manillar y me moví hacia atrás contra su toque, mi espalda


aún hacia ella.

—Lo siento por asustarte. No lo siento por herirlo. Te encogiste cuando


él agarró tu brazo. Él estaba fuera de foco.

—Golpeaste su rostro contra el bar, Kieran —dijo ella tranquilamente y


con un toque de miedo en su voz.

—Sí —dije.

—Eso no está bien.


175
Oí lo que ella estaba diciendo, pero era duro para mí ver las cosas de esa
manera, no permitiría que ella fuera herida. Era lo suficientemente duro
para mí permitir que cualquier hombre faltara el respeto o hiriera a
Página

cualquier mujer, pero herir a Doc…Verlo agarrarla desde la banqueta


donde yo estaba sentado era añadir gasolina al fuego ardiendo. Lo permití
una vez pero la segunda vez era inexcusable.
—Así que él nunca debió haberte tocado.

Yo no sabía que demonios quería de ella pero era más de lo que nunca
había querido antes. Diablos, yo nunca había querido una maldita cosa de
una mujer antes. No sabía como hacer esto…tenía veintiséis putos años y
nunca había cortejado una mujer antes. Nunca.

Me paré, levanté una pierna fuera de la motocicleta, me volteé y levanté


la otra fuera, extendiéndola, pero enfrentándola. Era la primera vez que
noté que ella estaba encorvada y tiritando. Inclinándome y pasando a su
lado, abrí mi alforja, tiré de mi chaqueta de cuero hasta deslizarla fuera,
luego la envolví alrededor de sus hombros. Por sí misma, deslizó sus
brazos dentro.

—No sabes quien soy, Doc.

—Kieran…no —susurró, alcanzando y acariciando mi rostro.

Sorprendiéndome, me fundí en su toque, acariciando con mis labios y


tocando su palma con mi lengua. Sus manos estaban frías así que tomé su
otra mano, las sostuve juntas y soplé en ellas.

Sus putos necesitados ojos me miraron fijo. Y me enfureció que ella no


viera que clase de tipo era yo realmente. Apreté su cuello y fieramente
empujé mi boca en la suya, mi lengua lanzándose con fuerza y veloz en su
boca, como sabía que a ella no le gustaba. Ella hizo una mueca de dolor y
se quejó mientras su lengua trataba de mantenerse a la par con el
frenético ritmo de la mía; pero luego sus labios presionaron juntos y trató
de resistir mi beso.

Jadeó cuando la liberé.

—No… —susurró de nuevo.

—Es en serio, Doc —dije deslizando mi mano hacia arriba de su muslo,


deteniéndome justo a poco de sus bragas…podía sentir su calor irradiando
de ella. Ella no se apartó.
176
—Déjalo. Sé lo que estás haciendo. Anoche estabas enterrado en mí,
Kieran. ¿Pensaste que iba a detenerte anoche?
Página

—Podía fácilmente dominarte si intentabas detenerme.

Ella sacudió su cabeza.


—No me asustas. De hecho, bastante lo opuesto.

A la mierda con esto. Ella estaba tratando de meterse en mi cabeza y


manipularme. Me erguí y salí de la moto.

—Créeme, cariño, soy uno de esos tipos sobre los que tu padre te
advirtió —gruñí y me dirigí al borde del agua.

—¿Qué quieres de mí, Kieran? He roto cada posible código de ética como
profesional contigo. ¡Tú. Eres. Mi. Cliente! Nos hemos enviado mensajes.
He llamado cuando no debía. Me he mudado contigo y ahora…he dormido
contigo. Si la corte lo descubre, perderé mi trabajo. No puedo afrontar
pagarte renta todavía. No sé cuando o si podré pagarte por el auto nuevo.
Kieran, antes de ti, podía apenas pagarme la comida. Me avergüenza
decirlo pero es verdad. Y tú has cambiado mi vida en más de una de las
maneras que puedas imaginar.

Escuchar sus palabras me calentaron pero todo lo que tenía para darle
ahora mismo era mi dinero…y mi cuerpo.

—Doc. Te compré algo de comida porque tu cocina estaba vacía. Te he


llevado un par de veces a casa. Nada de eso me hace un santo. Soy lo que
soy.

—Tienes razón, Kieran. Un santo sería alguien que tendría un globo y


un ramillete de barras de caramelo para un dulce niño en un hospital. Tú
no harías algo como eso.

El sarcasmo goteaba de sus palabras. Mis cejas se arquearon hacia


arriba donde ella no podía ver pero me volteé y la miré. Me preguntaba
como ella sabía que fui yo. Ella se había bajado de la motocicleta y parado
en sus pies desnudos, los cuales estaba seguro, estaban congelados.

—Hice eso por ti. No por mí —dije sin aliento.

—Hiciste eso porque esa es la clase de hombre que eres —dijo ella,
lentamente caminando por las piedras hacia mí.
177
Tomó cada puntada de autocontrol no ir hacia ella y levantarla.

—¿Qué quieres de mí, Doc?


Página

Ella deslizó sus manos en los bolsillos de mi chaqueta de cuero, en la


que estaba realmente sumergida.
—Quiero saber que te hizo tan confiado que yo tendría sexo
contigo…que apostaste mil dólares en eso. En mí… —Las últimas dos
palabras las susurró.

—Cuida tu boca. Y no lo hice.

Finalmente a mi lado, ella se alzó en las puntas de sus pies.

—No me mientas, Kieran —rugió enojada, pero tan malditamente


adorable que yo quería arrojarla sobre mi hombro y llevarla a casa.

Agarré sus hombros

—No miento, Doc. Y aposté con ellos que no tendría sexo contigo en dos
semanas. Perdí.

Si hubiese sabido de antemano que la verdad la heriría, no habría dicho


nada de nada. Pero con mi reconocimiento vino un frunce entre sus cejas y
su fenomenal boca cayó abierta ligeramente.

—¿Les apostaste que no me cogerías? —preguntó, e hizo unos pasos


hacia atrás.

—Doc. Es lenguaje de chicos. Todd supo que necesité su ayuda dos


veces —dije sosteniendo arriba dos dedos—, con respecto a ti. Yo nunca
ayudé a ninguna chica fuera de mi hermana. Entonces, ellos estaban
hablando tonteras. Deslizaron una apuesta que yo no te tendría en la
cama muy pronto. Tomé la apuesta, dije que no lo haría.

—Pero lo hiciste —dijo ella.

Asentí.

—Y pagaría diez veces eso por hacerlo de nuevo.

—Kieran… —susurró, y cada nervio de mi cuerpo vino a la vida.

Tomé dos pasos lentos hacia ella y como si ella supiera que yo estaba
178
levantándola, alzó sus brazos casi como un niño. Una vez que tuve su
cuerpo cerca de mí, ella instintivamente envolvió sus alrededor de mí y
ambos oímos el rasgado de la tela.
Página

Sus ojos se dispararon más abiertos de lo que yo alguna vez había visto
mientras ella alcanzaba su cadera.

—Mi vestido se desgarró —chilló, luego ambos comenzamos a reír.


Pero la risa sólo duró hasta que mi boca cubrió la suya, esta vez como a
ella le gustaba, lento, besos perfectos. Su nariz estaba fría contra mi rostro
y sabía que necesitaba llevarla a casa.

Me senté a horcajadas de la motocicleta con ella aún alrededor de mi


cintura. Cuando me senté, descansé su trasero tan cerca de mí como ella
podía lograrlo y sus piernas colocadas sobre la parte superior de mis
muslos. Mi habilidad para múltiples tareas con ellas era notable. Podía
besarla, caminar, sentarme, sostenerla y todavía pensar. Ahora iba a
besarla y hacerla venir. Así que, mientras continuaba besándola, mi mano
comenzó a serpentear hacia arriba a sus ya despatarradas piernas.
Primero corrí sobre la suavidad de sus bragas pero no podía esperar otro
segundo para sentirme dentro de ella. Aparté sus bragas a un lado
mientras mi dedo medio se deslizaba dentro de ella. Me asombraba como
ella respondía a simplemente mi dedo. Y con mi dedo enterrado en ella.
Froté mi pulgar sobre su dulce lugar justo por encima.

Se liberó del beso con pequeños jadeos escapando de su boca. Actuando


en su propia armonía, sujetó mi camiseta mientras se recostaba sobre la
motocicleta. ¡Puta! Yo quería enhebrarla aquí mismo. Con mis jeans
puestos y mis piernas desparramadas, mi pene estaba por partirse en dos
por la posición en la que yo estaba, pero no había manera en el infierno
que yo me moviera.

—Jesús, Megan —dije observándola retorcerse bajo mi toque.

Sus ojos estuvieron lo suficientemente abiertos para que yo viera el


destello de fuego que yo había iniciado.

—Ooooh —gritó.

Yo había aprendido a través de los años ni a aumentar o bajar el ritmo


cuando una mujer hacía esa clase de sonidos. Ese placentero clamor
significaba continuar haciendo exactamente lo que estaba haciendo. Y lo
hice. Lo hice con tota la intención de hacerla venir…continuar con el
179
asalto de mi dedo y dejarla esperando…hasta que lleguemos a casa.

De pronto, sus muslos presionaron contra los míos y sus caderas se


arquearon hacia arriba para encontrar mi mano; y al quejarse ella en voz
Página

alta, sentí su interior codiciosamente pulsando alrededor de mi dedo. Oh,


dulce, dulce bebé Jesús.
—Kier-an —susurró haciendo mi nombre sonar como dos palabras
separadas.

Manteniendo mi dedo en la calidez, tiré para ponerla erguida con mi otra


mano y fundí mis labios con los suyos, sofocando sus jadeos.

Inesperadamente, los faros de un auto barrieron sobre nosotros y quité


mi mano y envolví ambos brazos a su alrededor, enterrando su rostro en
mi pecho. El auto no se detuvo pero me sentí como un chico de 16 años
siendo atrapado mientras estacionaba.

—Te quiero, te necesito —la voz de Doc chilló mientras todavía estaba
presionando contra mí.

Elevé su mejilla, besé suavemente sus labios y bajé de la motocicleta.


Tirando fuera mis chaparreras de cuero de la alforja, los sacudí.

—Estos van a ser demasiado grandes pero prometo que estarás caliente.

—No…por favor…te necesito ahora. —Sus desesperados ojos rogaban


mientras sus pequeñas manos aferraban mi camisa.

Con mis ojos, exploré toda el área por alguna cosa. Temía que mis
palabras la hiriesen pero no podía hacerlo aquí. Alguien podía avanzar
sobre nosotros en cualquier momento.

—Doc. Alguien podría vernos y yo…

—No me importa. Por favor. Por favor.

¡MIERDA! No podía oírla decir por favor. No haría esto aquí…no con ella.
Algún día…tal vez, pero la quería caliente en mi cama no parada al lado de
mi moto.

Le ofrecí mi mano mientras ella se bajaba de la moto examinando la


rotura de su vestido.

—No puedes seguir desgarrando mi ropa, Kieran. No tengo tanta.


180
Dios, si ella sólo supiera lo que yo podía comprarle. Le daría lo mejor de
todo.
Página

Sólo sonreí y comencé a ajustar las chaparreras alrededor suyo,


cerrando la cremallera.
—Cuando lleguemos a casa, nena…eres mía. —Amenacé en su oído, y
su cuerpo se estremeció.

Su cabeza cayó hacia delante como derrotada, sin embargo, y yo


presioné mi cuerpo contra su espalda, esperando que ella sintiera que yo
quería estar con ella también.

Su vestido se escabulló por la parte superior de las chaparreras pero


todavía ella estaba bonita como el demonio. Viendo mis chaparreras y
chaqueta en ella…sin palabras.

—Se ven un poco cómicas con el vestido…desnuda sería mejor —


bromeé, palmeando su trasero.

Saltamos sobre la motocicleta y nos dirigimos a casa pero como a mitad


de camino, estacioné junto a la banquina cuando sentí su agarre aflojarse.

—¿Qué está mal? —preguntó ella perezosamente.

—¿Vas a dormirte?

Sus ojos somnolientos parpadearon hacia mí y asintió.

—Un poquito. Lo siento.

Santa mierda. Ella podía haberse caído de la maldita motocicleta. Me


bajé de la motocicleta, la adelanté cerca de uno centímetros y me coloqué
detrás de ella.

—¡Kieran! No puedo conducir.

Eso me hizo reír en voz alta. Como literalmente.

—Sí. Sin preocupaciones —dije, encendiendo la motocicleta y


metiéndola contra mi pecho. Luego susurré en su oído—, tal vez estarás
más fría pero probablemente no te quedarás dormida.

Yo nunca había ido en el medio de una motocicleta pero lo haría


181
cualquier día con ella.
Página
28
Megan
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

Tan duro como he luchado, estando acurrucada en la seguridad de sus


brazos, el sueño todavía me encontró. Creo que él también lo sabía porque
durante un tramo del viaje, él sólo condujo con un brazo y el otro me
sostuvo.
Cuando doblamos en la esquina de esa calle, un coche de policía se
quedó en el camino de entrada y rápidamente me volví más alerta. El
recuerdo del agente policial apareciendo para ponerme en custodia de
protección policial me perseguía. Cada vez que era sacada de mi casa, la
policía se presentaba con algún Departamento de Niños o trabajadores de
familia.
—Prométeme algo, Doc —dijo en mi oído.
Miré de vuelta hacia él —Bueno.
—Ve directo a la casa. No des la vuelta —él dijo con tal gravedad en su
tono que simplemente asentí.
—¿Estas en problemas? —le pregunté, y él asintió. —¿Qué hiciste? —le
pregunté mientras nos detuvimos en el coche.
182
Él beso mi mejilla. —Le destrocé la cara a un tipo en un bar —dijo,
haciendo un sonido de chasquido. —El código del garaje es 5256. Ve
Página

ahora.
Apreté su mano cuando él me ayudó a bajar de la motocicleta. Caminé
directo a la pequeña caja rectangular fijada al garaje y registré el código.
No me di la vuelta, tan duro como fue; yo simplemente miraba la puerta
del garaje abierta y luego hice mi camino hacia la puerta del condominio.
El más fuerte impulso por tomar un vistazo se apoderó de cada parte
de mí. No respetando lo que él pedía, lo hice. La Harley estaba ahora
aparcada en el garaje y él estaba caminando con la arrogancia más sexy
conocida por el hombre, hacia los oficiales que estaban ahora de pie en el
capó del coche patrulla.
De repente, Kieran sostuvo un dedo a los oficiales y se volvió hacia mí.
Extendió su teléfono. Me tropecé sobre las extra largas chaparreras17 que
llevaba para llegar a él. Y no pude evitarlo; tiré mis brazos alrededor de su
cuello.
—Esto es mi culpa —lloré.
Él me apretó y las lágrimas en mis ojos rodaron sobre las orillas de mis
mejillas. Cuando mis pies descansaban en el suelo, él besó mi frente,
limpió mis lágrimas con sus pulgares.
—No, Doc. Este es mi mal rollo. Dame las llaves de tu coche.
—¿Qué?
—Las llaves de tu coche. Dámelas.
Las tomé de mi bolso y se las entrego a él.
—Ahora has lo que te dije.
Asentí, giré alrededor pero luego me volví hacia él.
—Kieran.
Él inclinó su mano, silenciosamente preguntándomelo que quería.
—Por favor ¿Puedo hablar con ellos y explicar lo que pasó? Yo podría
ser un testigo. Yo estaba allí.
Sus ojos se oscurecieron y negó con la cabeza.
183
—Por favor, haz lo que te dije.
Página

Chaps: Chaparreras, revestimientos resistentes para las piernas que consisten


17

en polainas y un cinturón. Se ciñen sobre los pantalones con un cinturón integrado, pero a
diferencia de los pantalones no tienen asiento y no se unen en la entrepierna.
Frustrada, me volví, arrastrando los pies en las chaparreras hacia las
escaleras de la casa y cerré la puerta del garaje detrás de mí;
inmediatamente eché el cerrojo a la ventana frontal. La casa estaba
inusualmente oscura así que pude ver claramente hacia afuera. Ellos
hablaban mientras hacía de mis uñas una comida. Kieran estaba
asintiendo y yo estaba extremadamente esperanzada con que él iba a venir
en breve. Pero luego, sostuvo sus brazos abajo a los lados y ellos
comenzaron a palmearlo hacia abajo. Él se dio la vuelta encarando la casa
y me congelé preguntándome si podía verme. Su barbilla cayó contra su
pecho cuando ellos jalaron sus brazos detrás de él, y silenciosas lágrimas
mancharon mi rostro. Él podría haberse resistido con tanta facilidad. Era
casi del doble del tamaño de los oficiales, pero parecía estar charlando con
ellos. Uno de los oficiales estaba riendo y Kieran sonrió. Todo el asunto
parecía extraño.
Una vez Kieran fue cuidadosamente colocado en el asiento trasero, los
oficiales entraron y arrancaron la unidad.
Sintiéndome vacía y sola, vagabundeé por la desocupada casa con su
teléfono en mi mano. Cuando pasé la habitación de Kieran, decidí
quitarme las chaparreras y su chaqueta de cuero. Me quité el vestido
rasgado y cogí la misma camisa que había doblado sobre su cama esta
mañana después de que dormí con ella la otra noche. Gracias a Dios, su
olor no se perdió.
Arrojé su edredón y sabanas hacia abajo y me subí en la cama king
size. Su ventilador de techo sopló fuerte así que atrapé su chaqueta de
cuero, me deslicé en ella y luego me enterré en sus sabanas -su esencia
ahora en la manta rodeándome. Durante mucho tiempo, me quedé
184
mirando su teléfono, deseando ir a través de él. Pero, luché contra la
urgencia y sabía que iba a respetarme a mí misma en la mañana o...
Página

estaría muy cabreada si no lo hacía.


Era cerca de la medianoche cuando mis ojos comenzaron a hacerse
pesados y aunque estaba un poco caliente con el cuero, no estaba
totalmente apagada. Mi teléfono vibro y trajo mis ojos más amplios. La
pantalla marca Ruthie.
¿Bueno? ¿Pudiste encontrar tu virginidad o se ha ido? Dime, le
diste to K Especial!!! Delicioso
Estaba demasiado cansada para contarle las últimas 24 horas de
eventos, pero lo haría por la mañana. Sostuve su teléfono y mi teléfono
juntos en un abrazo de muerte y cerré mis ojos.

185
Página
29
Kieran
Traducido por Caribel Guaramato
Corregido por liss-rose

Jason Reed, mi leal abogado, se paró ahí en su sudadera y camiseta


mientras yo venía saliendo de la celda de detención. La mirada en su cara
gritaba que estaba cansado de rescatar mi culo, pero su recuperación era
equivocadamente mejor que si yo lo hubiera hecho. Caminé al registro,
mientras retiraba mi reloj, algo que intencionalmente no le di a Doc
simplemente por la marca.

Jason y yo no dijimos ni dos palabras en el auto, no por falta de intentar


de Jason. Yo solo tenía una sola cosa en la mente y era rezar por que ella
estuviera todavía en mi casa. Mi pierna se balanceaba arriba y abajo con
ansiedad desde el asiento del pasajero.

Jason sabía que yo estaba al tanto de la cantidad de dinero, incluso si


no lo llamaba mío. Y sabía demasiado bien porque hizo esas cosas por mí,
y no fue porque yo le gustaba.

—No olvides… —dijo Jason mientras cerré la puerta de su auto y bajaba


al centro, cerca del auto de Doc.

Sabía que lo iba a decir de todas maneras:

—No olvides tu primera aparición en la audiencia hoy. —Nunca lo


olvidaría.
186
Desbloqueé el auto y moví el asiento trasero antes de entrar. El auto olía
a ella, no quería irme de ahí en toda la noche. En el instante en que prendí
Página

el auto, arrastré mi culo a casa.

Cuando fui adentro, su dulce esencia me dio la bienvenida. A lo mejor es


algo terrorífico pero mi pene instantáneamente se endureció y comenzó a
dirigirme directamente a través de la casa. Su puerta estaba cerrada, eran
después de las 4 pero no pude contenerme… silenciosamente abrí la
puerta y cuando vi el deslizar de la luz sobre la pulcramente cama vacía,
mi corazón se desplomó por un corto minuto mientras entraba a las otras
dos habitaciones.

Mi cuarto estaba abierto y vi las sabanas arrugadas antes de entrar,


encontrando a ninguna otra chica en mi cama quien causara esta
tormenta de mierda. Pero ver a Doc acurrucada como una bola, vistiendo
mi chaqueta de cuero, causó que mi corazón encontrara un inestable
ritmo. Esta chica… esta mujer era hermosa, y ella me retaba de una
manera que ninguna mujer lo había hecho en ninguna manera que yo lo
permitiera.

Sabía que nuestra relación empezó de una rara manera. Sabía que ella
trató desesperadamente mantener su profesionalismo. Y mientras su
pequeño cuerpo acurrucado en mi cama comenzó a nadar en mi chaqueta,
sabía que me había completamente enamorado de ella.

Quería despertarla y confesarle que estaba loco por ella. Quería dejarle
saber que ella nunca tendría que preocuparse por dinero de nuevo. Quería
que supiera que si le rompía sus bragas o si ella destruía su vestido, otro
estaría esperando. Quería que ella tuviera un helado cada vez que quisiera
y que nunca, nunca tuviera que preocuparse por comida en su barriga.
Quería más que nada que supiera que yo estaría ahí cuando tuviera una
pesadilla y que nadie volvería a poner un dedo en ella de nuevo. Nunca.
Iría a prisión antes que permitir que eso pasara.

Mi camisa estaba doblada y tendida en el pie de la cama y también


estaba su vestido. Me pregunté que tenía debajo de mi chaqueta. Me quite
mis botas y accidentalmente golpeé su vestido. Puse mis ojos en ella. Ella
se revolvió y rodó sobre su espalda, pero no se despertó. Nuestros
teléfonos estaban tendidos al lado de ella y los agarré para que no
durmiera encima de ellos. 187
Presioné el botón de mi teléfono y no tenia mensajes de texto. Luego
presioné el de ella. No tenía código de bloqueo. ¿Quién no tenía código de
bloqueo? Sabiendo que estaba haciendo una cosa de mierda. Vi sus
Página

llamadas recientes, Ruthie, Dad, Work, Viv, y otro nombre que no tenia
nombre asociado. Sonreí porque no era una lista de tipos. Después vi los
mensajes. Básicamente los mismos mensajes, excepto que yo estaba en la
lista también, como el hombre más sexy. Dios, necesitaba cambiar eso,
estaba siendo un imbécil cuando lo coloqué en el nombre. Tratando de
hacerla reír.

La curiosidad tomó lo mejor de mí con Ruthie, y me pregunte si ellas


hablaron de nosotros, pulse su nombre, y una serie de conversaciones
salieron, en la primera leí:

Entonces? Encontraste tu virginidad o ya se fue? Dime, se la diste


a tu especial K!!!! Rico.

Mi corazón se desplomó y tiré el teléfono, agradecidamente cayó en el pie


de la cama, ¿virginidad? ¿Qué mierda? Recordé cuando lloró anoche…
donde hubo gritos de dolor que yo malinterpreté por placer. La mía fue
quitada cuando tenía 16, yo era un estudiante de segundo año, y la chica
era estudiante de último año. No había pensado en virginidad en años.
Demonios. Las chicas dicen eso todo el tiempo, pero yo raramente les creo,
la última virginidad que sabía que tomé, era una estudiante de primer año
en la universidad.

Mirando a Doc, su pequeña boca estaba separada, su pecho creciendo y


cayendo con cada aliento. Ella escogió darme su virginidad después de 23
años. ¿Por qué?

Recordé cuando me vine y mis embestidas se convirtieron más


poderosas… parcialmente porque nunca quería olvidar lo bien que ella se
sintió y nunca quise que ella me olvidara. ¡Demonios! Yo nunca le haría
daño. No sabía. Con mi puño, cubrí mi boca. Quería despertarla, gritarle
por no haberme dicho. Hubiera sido tan diferente. Necesito que ella sepa
eso y que lo hubiera tomado en consideración. Todavía hubiera dolido pero
por razones diferentes. Hubiera sido gentil y cariñoso con cada centímetro
de ella.

El honor que sentí, el placer que sentí, ella solo había sido mía, MÍA, no
había compartido su cuerpo nunca con otro hombre.

De repente tuve una idea. Esta semana sería una tortura…pero tendría
188
mi chance de compensárselo y sexualmente atormentarla en el proceso.
Después de dejarla en mi cama, tomé mi posición en el sillón y comencé a
conspirar.
Página
Me paré en la cocina tomando café cuando la oí levantarse. Volví a
colocar ambos teléfonos en la cama con ella. Ella se levantó, arrastrando
los pies, con su cabello despeinado y sus ojos soñolientos y sin idea de lo
hermosa que era.

—¿Estas en casa? —preguntó, sus ojos llenos de alivio mientras sus


dedos corrían a través de su cabello.

—Lo estoy.

No pude decir si estaba insegura de como responderme así que tendí mi


brazo.

—Ven aquí —dije, y con sus pies descalzos vino hacia mí. La chaqueta
de cuero era mía pero que ella la vistiera causó que mi corazón sonriera.

Ella envolvió sus brazos alrededor de mi abdomen y la tomé con mi


brazo.

—Dime que pasó —dijo soltándome y moviéndose sobre el taburete.

—¿Tienes hambre? —pregunté.

—Sr. Scott, pare de ignorarme —dijo con una lenta sonrisa.

Encogí los hombros, me senté en silencio y sonreí.

Me contoneé hacia su pequeño y hermoso trasero, me preparé un café


en la isla, besé su frente.

—¿Qué tal si hacemos un trato, pequeña mierda testadura?

—Oh, ¿soy una pequeña mierda testadura? —preguntó, con sus cejas
arriba.

—Si

—Bueno, tú eres una gran mierda testadura


189
—No voy a discutir eso, tú comes, yo hablo.

Ella agarro un brownie de plátano del montón, lo peló, dio un mordisco


y con la boca llena dijo:
Página

—Habla

—Fui liberado —dije con una sonrisa.


Su cabeza se sacudió con lo que estaba seguro que era frustración.

—Doc. No hay nada que contar. Fui agarrado y luego liberado.

Ella tendió su banana en la mesa y paró de comer. Esta chica golpeaba


cada botón que tenía.

—Tengo una audiencia hoy.

El plátano encontró su boca otra vez y sonreí, pero ella lo dispuso de


nuevo hacia abajo después del mordisco.

—Son las 2 pm.

Otro mordisco.

—Tengo que aparecer.

Otro mordisco, dejó un mordisco.

—Te haré saber lo que pase.

—Si esto es lo que hace falta para hacer que hables, me voy a poner
muy pero muy gorda —dijo y ambos nos reímos.

Aquí estoy sentado en la corte otra vez, Jason mi abogado, a mi


izquierda. Shauna, la DA, en la mesa a la derecha. El reportero de la corte
comenzó su anuncio mientras el Juez Joe hizo su caminata al banco.

Mientras la introducción comenzó, escuché el cuarto de la corte y vi por


encima de mi hombro. Doc caminó a través de las puertas. Estaba bien
vestida. Profesional, sus espectaculares ojos grises solo miraban los míos
por un momento antes de que se sentara en los bancos atrás de nosotros.

—Señorita Clark esta aquí también —comenzó el juez Joe—, prepare su


caso.
190
Shauna se levantó

—Su señoría, el Sr. Scott ha agotado otra carga a su batería. Estamos


aquí para solicitar que se reporte al centro de detención para sus 48 horas
Página

de sanción.
Me retorcí un poco en mi asiento. No quería hacer 48 horas en la cárcel
pero lo haría. Más importante, no quería que Doc viera esto.

—Su señoría, el Sr. Scott ha estado atendiendo a terapia como ordenó y


nosotros creemos que ha hecho un cambio positivo. Cité a su terapeuta
esta mañana en su oficina como testigo para testificar el hecho.

Agarré un puñado de la chaqueta del traje de Jason y le di un tirón


hacia mí.

—¿Qué tal si me lo dices la próxima vez, entendiste?

Jason me dio una mirada de ¿qué te pasa? Pero asintió.

Shauna se paró otra vez.

—Eso está bien, su señoría. El estado estará más que feliz, que oírlo de
la Srta. Clark.

—Srta. Clark, ¿tomaría el asiento de testigo por favor?

Miré, mi corazón causando estragos en mi pecho, mientras Megan hizo


su camino hacia el stand con su archivo. Después de estar sentada, Jason
se paró.

—Diga su nombre para el registro

—Megan Clark

—¿Y Sra. Clark, que hace usted?

—Soy psicóloga registrado con un nivel master.

Ella estaba negándose a verme. A lo mejor era lo mejor, pero odiaba que
ella tuviera que pasar por esto por mi culpa.

—¿Y qué es lo que hace para la corte?

—Trabajo con una subvención. Yo proporciono terapia a personas que


191
han sido enviadas por la corte.

Su máscara de profesionalismo estaba puesta pero yo tenía el


presentimiento de que estaba tan nerviosa como yo lo estaba.
Página

—¿Y estaba dando terapia al Sr. Scott?

—Si. —Ella asintió


—¿Cómo ha estado eso?

—Bueno. Él ha ido a todas las sesiones programadas excepto a una.


Después de reunirnos nosotros hablamos y programamos la siguiente.

Si así lo hicimos. Ahí es donde me quedaba hasta los tobillos con agua
corriendo sobre mis botas y tenía su cuerpo presionado contra su auto.

—Srta. Clark, ¿cree usted que el Sr. Scott está haciendo progresos en la
terapia?

Yo quería que ella me mirara para así poder ofrecerle una sonrisa.

—Si lo creo. Él se ha abierto acerca de varias cosas y siento que estamos


haciendo progreso.

No pude dejar de notar que ella dijo “nosotros”

Jason sacudió su pad amarillo encima de la mesa donde yo me senté y


preguntó:

—En relación a la pelea de anoche, ¿ha tenido oportunidad de hablar


con él?

—No en sesión, él tiene terapia hoy a las 4:30.

—Eso es todo

El juez Joe miró a Shauna.

—¿Tiene algo más que decir?

Shauna dijo:

—No, su señoría. Nosotros hemos trabajado con la Srta. Clark en otros


casos y ella es un testigo creíble. Dejaremos la sanción del Sr. Scott a la
discreción de la corte.

—Puede retirarse como testigo. Gracias, Srta. Clark.


192
Doc asintió al jurado y dejó la sala. Yo respiré, atrapando su intoxicante
esencia mientras pasaba.
Página

—Sr. Scott —dijo el juez Joe, yo me levanté.

—Si, Sr.
—Se reportará a terapia hoy con la Srta. Clark y luego se reportará al
centro de detención por 24 horas de sanción. Debido a que ha hecho lo
que la corte ordenó, no haré la sanción por 48 horas. Sin embargo tengo
un reporte de una nariz rota que fue causada por usted. Claramente
todavía hay trabajo por hacer, será liberado exactamente en 24 horas, la
corte entra en receso.

No me quede a hablar o discutir esto con Joe. Necesitaba encontrar a


Doc.

193
Página
30
Megan
Traducido por rihano
Corregido por Briggitte

Saliendo del palacio de justicia, mi corazón se rompió por Kieran. Yo no


sabía que había una posibilidad de que él fuera a la cárcel. Pensé que esta
audiencia era estrictamente respecto a los nuevos cargos. La posibilidad de
que mi testimonio lo enviara a la cárcel me hizo querer vomitar.

Regresar al trabajo era lo último que quería hacer. ¿Qué había hecho?
He puesto en peligro mi carrera, recién comienza y ¿por qué? para dormir
con... vivir con... el más delicioso hombre que jamás había visto. Yo sabía
que era yo para Kieran. Recuerdo sus palabras con claridad cuando le
pregunté sobre una relación monógama, un jugador tiene que jugar.

Yo no tendría... no podría sostener eso en su contra. Ese es quien era él


y había sido honesto acerca de eso. Esas son las diferencias entre hombres
y mujeres. Los hombres pueden tener relaciones sexuales y no conseguir
apegarse emocionalmente. Pensé que yo podría también... pero mi corazón
fue lastimado hoy. Quería que Kieran me conservara... me escogiera de
entre todas las mujeres.

Me negué a sentir lástima por mí misma. No cuando mi mamá se fue.


No cuando mi padre me golpeó. No cuando Jared me golpeó. Había
mujeres, niños, personas que la tenían mucho peor que yo. Tenía mucho
que agradecer. Estaría bien después de Kieran también... el solo
pensamiento me hizo marearme y cuando me estacioné, descansé mi
cabeza sobre el volante. Mi corazón pareció detenerse con la idea de perder
a Kieran. Ahora sabía lo que sería estar sin él, y yo no quería estar así.

***
194
De vuelta en el trabajo, fui a la oficina de mi compañero de trabajo y
llamé.

—¿Dale?
Página

—¿Sí? Entra —dijo, y entré en su despacho—. ¿Qué pasa?


Alisé mi falda repetidamente en la parte delantera, los nervios
consiguiendo lo mejor de mí.

—¿Megan? ¿Estás bien?

Asentí. —Sí. Necesito ayuda en un caso. Quiero decir, realmente no


ayuda. Necesito transferir un caso. ¿Tienes algunos espacios?

—Si. ¿Qué pasa? —preguntó, cruzando las piernas como una mujer.
Odiaba cuando los chicos hacían eso.

—Él es una derivación judicial. Y parece que hay algunos límites


cruzados y no me siento como que puedo éticamente continuar —le
expliqué—. Él viene hoy a las 4:30.

Él echó un vistazo al reloj, levantando una ceja. —Está bien.

—Gracias, Dale. Voy a agarrar su expediente. —Después lo repaso


completamente y me aseguro de que es seguro pasarlo.

***

Con cada tic-tac del reloj, mi estómago se retorció en un nudo apretado.


Ética y profesionalmente, esto era lo apropiado por hacer. Yo estaba
viviendo con el chico. Los límites estaban un poco más que sesgados en
este punto.

Me senté en mi escritorio con mis rodillas dobladas debajo de mí cuando


escuché los latidos de su Harley. Era temprano, y la bilis avanzó su
camino hasta la parte posterior de mi garganta. Sin duda, él sabía también
que esto no podía continuar. A pesar de que se había abierto a mí, fue sólo
después de una pesadilla. Quién sabe, quizás hablarnos y llegar a
conocernos el uno al otro continuaría alrededor de la casa.

El timbre suave en mi oficina sonó para indicar que un cliente estaba


aquí. Me deslicé en mis zapatos y caminé lentamente a la oficina de Dale.

—Es temprano, pero él está aquí —dije, y Dale sonrió.

—Está bien. Déjame traerlo y tú puedes decirle aquí, entonces voy a


terminar arriba.
195
Asentí, dejé caer mi culo en una de sus sillas y miré la papelera,
temiendo que iba a vomitar cuando la saliva se agrupó en mi boca.
Mientras tomaba una respiración lenta y profunda, eché un vistazo a los
cinco marcos en la pared de Dale con diferentes certificados y su diploma
Página

de la universidad.

—¡DOC! —Escuché a Kieran gritar, y luego un ruido sordo en el pasillo.


—¡Sr. Scott, por favor pare! Cálmese. —Dale se mantuvo tranquilo.

—Juro por Dios, no quiero hacerle daño. Sólo quiero ver a Megan. —Su
voz era baja y llevaba precaución.

—Escúcheme —dijo Dale.

—No escuche usted. Voy a pasar su cabeza a través de esa maldita


pared si usted no me quita las manos de encima. ¡DOC!

Salí corriendo de la habitación y los encontré en un callejón sin salida


en el pasillo. Dale era apenas de la mitad de su tamaño.

—¡¡Doooc!! —Kieran respiró pesadamente por su boca cuando dijo mi


nombre, y sus ojos se cerraron apretados.

—Megan —Dale dijo mi nombre con severidad—. ¿Debo llamar a la


policía?

—¡No! —Negué con la cabeza.

—Kieran. Este es mi supervisor... —empecé.

—Lo siento —le dijo él a Dale, luego agarró mis brazos, agitándome
suavemente—. Doc. Me voy a la cárcel cuando salga de aquí, durante
veinticuatro horas. Necesito que escuches.

Levanté mi dedo hacia Dale. —Danos un minuto.

Yo personalmente acompañé a Kieran a mi oficina y cuando cerré la


puerta, envolvió mi cuerpo con el suyo y me abrazó. Con la misma rapidez,
me empujó lejos pero mantuvo las manos plantadas en mis hombros.

—Escúchame. ¿Te acuerdas del código del garaje? Vas a estar allí sola
durante veinticuatro horas. Ruthie es libre de venir y quedarse. Pero yo
estaba pensando que podrías quedarte. Aquí hay $ 200.

—¡Kieran!

—¡Alto! —Dijo sacudiendo mis hombros—. Toma el dinero. No lo uses si


no quieres, pero tenlos por si los necesitas. ¿Está bien? 196
La desesperación en sus ojos me asustó, así que tomé el dinero.

—¿Todo esto es porque tú golpeaste la cara de Jared en la barra? —Le


pregunté.
Página

La confusión nubló su rostro. —¿Jared?

—Sí. Ese cuyo rostro tú golpeaste.


Todo el cuerpo de Kieran se puso rígido. —¿Jared, el tipo que te golpeó
una vez?

—Sí.

Los ojos castaños que amaba se oscurecieron y su músculo de la


mandíbula se apretaba una y otra vez.

—Kieran. ¿Que está mal?

—No me di cuenta de que todavía estaba en tu vida.

—No lo está. No lo había visto en dos años, hasta anoche en Winks.

—¿Tienes una foto vieja? Me gustaría llevársela a Todd para que él


nunca lo deje entrar de nuevo.

Él parecía más distraído ahora y no como frenético. Tenía miedo de


decirle que tenía muy pocas fotos de mi vida.

—Tendría que buscar. ¿Me dejarías llevarte? Tendríamos más tiempo


juntos. —La desesperación enlazó mis palabras.

Sus ojos no se encontraron con los míos. —No—. Con su mano, él


cubrió mi corazón. —Pero no renuncies a mí. Quédate conmigo. Por Favor.

Esta vez, sus abatidos y hermosos ojos marrones encontraron mis ojos
desgarrando mi corazón.

—Kieran. No estoy renunciando. Pero hoy, fue tan difícil. No puedo


arriesgar mi carrera por una... por una...

Él me hizo callar cuando sus labios cubrieron los míos en el abrazo más
suave. Sus dedos recorrieron mi cabello y nuestro beso se profundizó. Su
lengua persiguió la mía y cuando la encontró, se enredó con esta más
tiempo de lo habitual. Entonces tan rápidamente como el beso vino, él
desaceleró, picoteando mis labios tres o cuatro veces antes de que su
frente descansara en la mía, mientras ambos jadeábamos.

Mi cuerpo se estremeció en respuesta a su beso y su toque. Deseo ardía


en sus ojos, también, pero la verdad nos mantuvo a ambos en el lugar.
Inesperadamente, él rozó un beso en mi frente.
197
—Te veré pronto —susurró su voz áspera y ronca mientras besaba el
lóbulo de mi oreja; afortunadamente la pared estaba allí porque mientras
él cerraba la puerta de mi oficina, mis rodillas cedieron y me deslicé por la
Página

pared.

***
Cuarenta minutos más tarde, mi teléfono sonó. Hombre vivo más sexy.
Sonreí y no pude empujar el cuadro de mensaje lo suficientemente rápido.

Mañana por la noche. Eres mía por 24 horas. Está lista a las 6

Está bien. ¿Estás ahí? Enviar

Sí. Todd tiene mi teléfono. Si necesitas algo escribe a mi teléfono.

Está bien. Mantente a salvo. TE enviar. Mi corazón se paralizó en el


pecho después de que envié eso.

¿TE?

Mierda... No debería haberlo enviado. Traté de pensar rápidamente en lo


que podía significar TE que no fuera te extraño, pero sabiendo que su
tiempo era limitado, lo envié.

Te extraño. Lo siento. Sólo... te extraño aquí en la casa. Enviar

TET

Mi corazón se hinchó más allá de la creencia y posiblemente más allá de


lo saludable. Yo no envié nada más y no conseguí nada en respuesta... y
en esos pocos minutos mi euforia volvió a la tristeza. Más estaba pasando
aquí que lo que yo creía que me daba cuenta.

198
Página
31
Kieran
Traducido por Serenity953
Corregido por liss-rose

El sonido metálico de la llave desbloqueando la puerta de la celda era un


alivio para mis oídos. Eran las 3:40 y todo lo que le pedí a Todd era mejor
que lo hubiera echo. El guardia me mostró un vestuario donde me quité el
mono naranja y me deslice en mi propia ropa. No había lugar que podría
hacerme sentir más claustrofóbico.

Inhale una profunda bocanada de aire fresco en mis pulmones... era


refrescante. El sol salió y me sonrió. Un día perfecto. Todd estaba en el
estacionamiento de pie contra su auto. Él asintió con la cabeza cuando me
vio.

—¿Estás bien?

—Sí.

Él me permitió estar en silencio por una corta distancia, finalmente,


dijo:

—Todo lo bueno a donde ir, cuesta una buena cantidad de dinero en


efectivo.

Asentí. 199
—Gracias. ¿Le enviaste un mensaje a ella?

—Le envié un mensaje anoche preguntándole si todo estaba bien. Ella


dijo que sí.
Página

Respiré más fácil.

—Bien.
—K. Te conozco desde hace mucho tiempo. Hemos pasado por todo
juntos, hombre. Ya sabes que siempre te he cubierto la espalda. Pero no
hay vuelta atrás si haces esto. Si le gustas, ella se quedará. ¿Estás listo
para eso?

Mi mirada no llegó más allá de la línea. Ese fue el mayor número de


frases que Todd había puesto juntas en un largo tiempo. Podríamos leer
los pensamientos de los demás. La conversación era muy sobrevalorada.
Infiernos, se graduó con una licenciatura en comunicaciones antes de ir a
la escuela de leyes. Él era el hombre más inteligente que conocía, así que
pensé que le había dado a esto algún pensamiento. Yo había estado
encerrado en una celda húmeda, durante 20 horas, pensar fue todo lo que
hice. Bueno, practicar un poco lo que le iba a decir. Sonreí cuando pensé
en eso. Le hubiera golpeado la mierda fuera al hombre por hacer eso.

—¿K?

—Sip. Estoy listo.

Me di cuenta de que estaba pensando en ello también. Cuando él se


frotó la perilla, me preparé para su siguiente pensamiento.

—Dijiste que ha sido herida. Si no estás seguro, no le des esperanza.

—Estoy listo —le dije con la esperanza de poner fin a la conversación.

El resto del viaje en auto fue tranquilo. Cuando llegamos a la casa, el


garaje estaba cerrado y su auto estaba aparcado en la calle. Todd se rió y
me miró.

—¿Qué? —Le pregunté.

—Sonreíste cuando viste su auto estacionado en la calle, puto maricon.

Riendo, abrí la puerta de mi auto.

—Sí, sonrío cuando veo el auto de tu mamá también.


200
Todd se rió y me sacó el dedo medio.
Página

Me tiré por la puerta como una maldita bala de cañón y la encontré


sentada en la cocina en el vestido que le había comprado. Ella se veía
espectacular. Sus ojos grises tomaron cada pulgada de mí. Y me quedé allí
por unos momentos permitiéndoselo.

—Oye —le dije.

—Hey. —Ella sonrió mordiéndose el labio inferior—. ¿Escapaste como


Houdini o te dieron libertad condicional?

Sonreí.

—Dame 10 minutos —le dije y corrí a la otra habitación. ¡Mierda! No la


toqué ni la bese así que volví.

Sus cejas se levantaron cuando regresé. Rápidamente me lancé a ella, y


la bese tiernamente en la frente.

—Estate atenta a los policías —le dije con un guiño.

Nos movimos después del susto de verme en pantalones cortos de color


caqui y un polo de manga larga, y después de divertirse un rato con mis
pies estando en unas chanclas, encontramos un cómodo silencio mientras
nos dirigíamos hacia Washington luego hacia el oeste hacia Columbia.

—Nunca he estado tan lejos —dijo.

Me acordé de que ella me había dicho eso. Quería tomar su mano y no


estaba seguro de por qué estaba tan nervioso. Por el amor de Dios... ¡Yo
era un hombre adulto! Así que, lo hice. Me acerqué y su pequeña mano
encajaba perfectamente en la mía.

—Sr. Scott —dijo.

—¿Doc?

Ella sacudió la cabeza y miró por la ventana. Esa mierda no estaba


sucediendo, así que apreté los dedos, aplicando la presión suficiente para
201
que ella se diera cuenta.

—¿Tratas de intimidarme? —Preguntó.


Página

—Si es necesario. ¿Qué ibas a decir?


—Sólo estaba pensando de nuevo sobre hace tres o cuatro semanas,
cuando entraste en mi oficina con tu pequeño contoneo sexy y tus ojos
marrones sexys y tu voz sexy y tus proposiciones inapropiadas.

Mi sonrisa se ensanchó.

—Así que pensaste que era sexy, ¿eh?

Su cabeza se recostó contra el reposacabezas mientras me enfrentaba.


Ella sonrió.

—Hemos recorrido un largo camino —dijo finalmente.

—Bueno todavía tienes mucho trabajo que hacer... —le contesté y no


pude controlar mi tonta sonrisa de culo.

Cuando el puente de Astoria apareció a la vista, sus ojos se abrieron y


esto hizo que mi corazón sonriera. La hora se acercaba. No podía esperar
para contarle sobre el dinero y dejarla escoger un lugar para ir.

—¡Kieran! —exclamó.

—¿Recuerdas que te dije que odio los puentes?

—¿Cómo puedes odiar algo tan impresionante?

Ella era impresionante. Al ver la emoción en sus ojos... No había sentido


esta alegría desde mamá y papá.

—¡Kieran! —Gritó por segunda vez.

Miré en la dirección que ella veía, pero no estaba seguro de lo que


estaba hablando.

—¿Qué, cariño? —Le pregunté, verdaderamente con ganas de saber.

—Ese es el océano —anunció con un suspiro, colocando una mano


202
sobre sus pechos.

Levanté su otra mano a la boca, rozando besos sobre sus nudillos.


Página

—Sí. Lo es.

Ver las cosas a través de sus ojos era como verlo por primera vez.
—Mi madre solía decir que vendríamos aquí algún día.

No quería que ella estuviera triste.

—Apuesto a que ella le hubiera encantado estar aquí si pudiera —le dije
mientras cruzábamos el puente. Ella me apretó la mano; esto por supuesto
me hizo endurecer en mis pantalones cortos. Yo no podía distraerme...
todavía no.

En el otro lado del puente, no me detuve en Astoria. Seguí conduciendo


a Seaside. Una vez que llegamos a la playa, la llevé a comer las patas de
cangrejo en Norma´s, la llevé a dar un paseo en el Tilt-a-Whirl, jugamos al
golf en miniatura luego nos dirigimos a Cannon.

—Kieran. He tenido un día muy divertido. Podrían detenernos en este


momento y sé que sería el mejor día de mi vida. No me quiero olvidar de
decir gracias, así que gracias —dijo en voz baja.

Por alguna razón, tan adorables y amable como eran sus palabras... yo
esperaba y rezaba porque todavía fuera feliz cuando le dijera la verdad.

Cuando aparqué frente a la casa de la playa, creo que ella todavía no


estaba segura del plan.

—Voy a agarrar las maletas; anda y échale un vistazo.

—¿Ir adentro? —Preguntó.

—Sip. Aquí es donde nos vamos a quedar.

Su boca formó una O.

—¿Nos vamos a quedar en el océano? —Preguntó ella con la emoción de


una niña de 12 años.

Me encogí de hombros.
203
—Bueno, no en él, pero frente a la playa —le dije con un guiño.

—¡Kieran!
Página

Y esa fue la tercera vez que ella gritaba mi nombre. No podía recordar
un momento más feliz.
Una vez dentro, abrió las puertas francesas y la brisa soplaba en la
casa. Me puse de pie atrás y la vi como ella se lo llevó todo. El olor del mar
llenó la casa.

—Sr. Scott —dijo ella, de espaldas a mí.

—¿Doc? —Di un paso hacia ella.

—Ven aquí —preguntó ella. Así que, me acerqué a ella por detrás.

La brisa del mar soplaba el cabello en su cara y cuando vi su perfil,


quería follarla ahora. Habían pasado sólo dos noches desde que había
tomado su virginidad, sin saberlo. Yo había planeado hacer todo esto, el
siguiente fin de semana. Pero con mi encarcelamiento y el riesgo de su tal
vez rescate... Corrí a ella.

No había un día que no echara de menos a mis padres de alguna


manera. Mi padre gritándome cosas. Mi madre preparando mi cena
favorita. En este momento, yo la necesitaba. No, necesitaba a mi papá. Él
sería el primero decir que esto es absolutamente loco. Le podía oír ahora.

—Maldita sea, Kieran. Tú la conoces desde hace tres semanas. Deja de


pensar con la polla.

—¿Sí? —Le pregunté, sonriendo ante la idea, deslizando mis manos


alrededor de su cintura.

—¿Qué te pasó en la cárcel?

—No pasó nada. ¿Por qué?

—¿Por qué haces esto? Ya me acosté contigo. Así que está claro, soy una
cosa segura —Ella me dio un codazo—. Entonces ¿Por qué?

Estando detrás de ella, cerré los ojos. ¿Cómo se le dice a una chica que
quieres salir con ella? Sólo ella. Esta era una cita. Un enorme gracias,
supongo. Sabía que testificar por mí fue muy duro para ella. Y fue mi
204
abogado quien la citó.

—Eres bastante fenomenal en la cama —bromeé.

Ella entrelazó sus dedos con los míos en todo el frente de ella.
Página

—Sí. Eso es lo que todos dicen —dijo con una risita, y pensé que esto
era lindo ya que sabía que no había otros.
—¿Es eso lo que dicen? —Le pregunté descansando mi barbilla en la
parte superior de la cabeza.

—Duh —dijo—. En serio, ¿por qué?

—Te diré algo Doc, ¿por qué no te relajas y dejas que suceda lo que
tenga que suceder?

Después de que ella tomó una respiración profunda y luego la solté,


dijo:

—Eso es lo que he hecho toda mi vida, Sr. Scott.

—¿Quieres ir a conocer el océano?

Ella se puso de puntillas y dejó escapar un grito emocionado.

—Me lo tomaré como un sí —le susurré.

Caminamos desde un extremo de esa playa al otro.

—Toma una foto de mí delante de la roca —dijo queriendo documentar


todo.

Nos quitamos nuestros zapatos, nuestros dedos de los pies primero


tamizado a través de la arena seca y luego sobre la arena húmeda más
difícil. El agua estaba helada y sus ojos hicieron círculos gigantescos
mientras entraba en el agua fría helada.

Vio a una estrella de mar aferrándose a una roca.

—¡Kieran! ¡Mira! —Y me dio su teléfono de nuevo para otra imagen.

Estaba maravillado con ella, como ella descubría cosas por primera vez.
Una realización barrió a través de mí de que le habían robado su infancia,
la inocencia y la alegría que viene con eso. Este viaje para ella, que llegué a
ser parte de esto, era emocionante. Por primera vez en mucho tiempo, yo
205
estaba viendo esto, el loco mundo injusto a través de ella... sus ojos felices,
y le di las gracias por eso.
Página

—Toma una fotografía de mí delante de esta casa —me rogó.

La casa de los Falsones era la más grande en la playa.


—¡Malditamente hermosa casa grande! Probablemente sean muy ricos.
—Ella me guiñó un ojo. Le ofrecí la única sonrisa que pude encontrar.

De vuelta en frente de la casa de la playa, la leña y las mantas estaban


en su lugar. Así como el vino... rojo. Con el fuego del encendedor y papel,
encendí el fuego y no pasó mucho tiempo para que se encendiera y
creciera. Nos sentamos en una manta con la espalda contra un tronco
gigante.

—Pareces tranquilo —dijo ella empujándome con el hombro.

—¿Lo parezco? —En realidad estaba cagado de miedo por el momento,


preparándome para lo que iba a decir.

—¿Tienes algo en mente? —Preguntó.

Abrí la botella de vino y nos eché un poco en cada copa de un Pinot. Yo


no era un gran bebedor de vino, pero mis padres nos introdujeron en él.
Estoy seguro de que la sorprendió.

—Sí. Tengo algunas cosas que decir —le dije.

Sus cejas se levantaron.

—Por favor, ilumíname Sr. Scott.

Me había hecho a la idea. No había mejor tiempo que el presente. Sólo


iba a decirlo. Si ella caminaba, caminaría. Las palabras quemaron mi
garganta mientras trabajaban la manera de salir. Me quedé viendo el
parpadeo de la llama de color amarillo anaranjado y yo sabía que iba a
salir... algo así como vómitos. Tú sabes lo que va a venir y lo que deseas es
acabar de una vez... así que... lo dije.

—Me acusaron de matar a mis padres.

206
Página
32
Megan
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

Me tragué la copa de vino en su totalidad mientras mi corazón se


aceleraba más allá de lo saludable. Sabía que era demasiado bueno para
ser verdad. También sabía que trabajar con referencias judiciales
significaba trabajar con clientes en situación de riesgo. Desde el principio,
me había negado a mirar sus archivos -no quería ningún sesgo o juicio
jugando a la terapia o mi percepción. Pero joderlos a ellos nunca estuvo en
la ecuación.
Tratando de mostrar una pequeña reacción, simplemente asentí. ¡No
llores!
—Está bien. ¿Qué pasó? —pregunto casualmente.
—Bueno. Si tú te estas preguntando, yo no lo hice.
Me arriesgué a mirar hacia él. Sus inseguros, castaños, redondeados
ojos retuvieron los míos. El pensamiento de él golpeando fríamente el
rostro de Jared contra la dura, barra de madera del bar destelló en mi
cabeza. Luego lo rápido que... el pensamiento fue sustituido por su toque
tierno.
207
Cogí su mano, y cuando lo toqué, él cerró sus ojos.
—Kieran. Dime —le dije mientras mi voz temblaba. ¡Odiaba eso!
Página

—El arma de mi padre fue usada —él dijo, estirando su cuello hacia
atrás y mirando fijamente hacia la noche negra. —Al principio, pensaron
que se trataba de un asesinato-suicidio. Pero dada la forma en que mi
padre estaba tumbado y cómo fue disparada mi madre, ellos eliminaron
esa... teoría.
Fue él quien se tragó su vino de un trago y luego se sirvió otra copa. Lo
detuve de beberla tocando ligeramente su mano, manteniéndola de su
boca.
—¿Qué pasó?
Él lentamente agita la cabeza. —Megan... —susurró, agonía rasgando a
través de mi nombre mientras él lo dijo.
—Estoy aquí —le susurré, y repentinamente todo miedo desapareció.
—Yo estaba en Winks la noche que sucedió. Yo había conseguido
apagarme antes de tiempo. Quedé con una chica. Ni siquiera se su nombre
—él cierra sus ojos. —Tenia 24. Viviendo con mamá y papá. Cuando llegué
a casa, me encontré con ellos... —sus palabras cayeron y se apagó.
Sin pensarlo, cubrí mi boca con mi mano. Cuán terriblemente
traumático.
—Kieran —susurré ahuecando sus mejillas con mis palmas.
El rostro que había llegado a amar... su mandíbula cincelada, sonrisa
perezosa, abrazadora, ojos sexys... derrumbado ante mí. Su barbilla
temblando. Ojos apretadamente cerrados. No importa qué tipo de
educación tuve -nada me había preparado para ver al fuerte, hermoso
hombre adulto colapsar frente a mí. Y antes de darme cuenta, lágrimas
inundaron y rompieron las barreras de mis propios ojos. Dios, ¡Apestaba
como terapeuta!
—Lo siento mucho —lloré.
—Nunca los lastimaría, Doc. Los amaba demasiado.
Sólo había tres lágrimas manchando su rostro antes de que sus ojos se
208
secaran y las emociones estaban de vuelta bajo control. Él pasó sus manos
a lo largo de su cara como si quisiera borrar el dolor; el dolor en sus ojos
Página

estaba innegablemente todavía allí.


Él se aclaró su garganta. — El arma de mi padre fue usada. Yo estaba
allí. Mi hermana y yo éramos beneficiarios del dinero.
—¿El dinero?
Él se sentó un poco más erguido y su manzana de Adam subió y bajó.
—El dinero del seguro de vida.
Asentí. No creo que mi papá tuviera una puntada de seguro de vida.
—Cuando ellos comenzaron a hacerme preguntas, pensé que sólo
estaban aclarando lo que pasó. Pero luego entraron en detalles. De
repente, se sintió más como un interrogatorio y me aparté afligido del
defensor. Kat y yo estábamos asustados. No entendíamos lo que estaba
sucediendo. Por qué ellos iban a pensar que yo lo haría. Era la casa de mis
padres... y estaban todas esas preguntas acerca de por qué yo estaba allí.
Él soltó la más larga, la más lenta respiración y su cuerpo se hundió.
—¿Por qué ellos piensan que lo hiciste?
Lentamente, sus ojos se elevan conectando con los míos.
—No lo sé. Ellos no tenían a nadie. Ningún testigo. Nada —hizo una
pausa. —El arma de mi padre. A mí encontrándolos. El cambio en el
seguro de vida de mi padre no mucho antes -sobre el cual yo no sabía
nada.
Mi estómago rodó cuando él dijo eso. El dinero era motivo para todo en
este mundo. ¡Lo odiaba! A veces, me pregunto si por eso mi mamá se fue.
Papá no tenía nada que ofrecerle. Por un largo tiempo, las personas
asesinan por el bien del dinero. ¿Kieran hubiera hecho eso?
Sus ojos me gritaban por creerle. No sabía qué creer. Me pregunté qué
era lo que había causado esta repentina ruptura con él... su utilizada
terapia como debía ser. Tal vez había algo por estar en este entorno más
natural. Por no estar en una habitación con la puerta cerrada. Quizás
había algo sobre sacrificar tú ética y posiblemente tu trabajo para ayudar
209
a alguien.
No sabía qué hacer. Sólo lo miré fijamente. Si alguna vez me revelaba
Página

que él los había matado, yo estaba obligada por ley a informar de ello.
¿Podría hacerle eso a Kieran? Mi respiración comenzó a acelerarse
mientras la ansiedad se envolvía alrededor de mí. Una oleada de náuseas
incluso se apoderó de mí. Estaba en pánico ante la idea de él siendo un
asesino, la idea de nunca estar con él de nuevo y la idea de perderlo. Hice
lo único que un terapeuta de primera categoría haría: me abalancé sobre
él, destrozando mi boca con la suya.

210
Página
33
Kieran
Traducido por Rihano
Corregido por liss-rose

La boca de Doc golpea la mía con tal fuerza que me tiró hacia atrás.
Pero, el sabor del vino en su boca y la presión de sus labios rápidamente
me sacan de la niebla bajo la que estaba. Su lengua, por lo general tan
tímida y vergonzosa, buscó frenéticamente la mía. Cuando la encontró, un
suave gemido resonó desde su garganta y mis brazos se apretaron
fuertemente a su alrededor. Parecía que mientras más fuerte la apretaba,
más su cuerpo se fundía en el mío, y su beso se suavizó hasta que
nuestras bocas eran una.

Su respuesta me pilló fuera de guardia. Mi corazón estaba jodidamente


asustado de que ella hubiera huido. En su vida, cuando las cosas se
pusieron difíciles, ella era apartada de la situación. Me pregunté cuánto
había aprendido a hacer frente a las situaciones. Todo el mundo tenía una
pelea o huía de ellas. Yo... había luchado. Me preocupaba que ella hubiera
huido. Si esto significaba que se estaba quedando, le daría lo que ella
quería. Hablar estaba muy sobrevalorado. Mi pecho retumbó de risa sólo
por un segundo con ese pensamiento, porque sabía la pelea que el
comentario causaría.

Cada parte de mí quería tomarla aquí en la playa. A medida que mis


ojos recorrieron la playa oscura, vi a otros caminando. No le daba dos
211
jodidas a quien me viera... pero me importaba quien podía verla. Incluso
con mis brazos alrededor de ella, un escalofrío la recorrió y yo no quería
que pasara frío. Estaba seguro de que les había dado tiempo suficiente
para hacerse cargo de la habitación. Así que, intencionalmente suavicé el
Página

beso y me senté con ella en mis brazos.


—Vamos —le dije pateando arena sobre el fuego, pero no dejando ir su
mano.

Ella se tambaleó un poco y la quería más sobria que la última vez o yo


no lo haría.

—¿Estás bien? —le pregunté.

Ella asintió con la boca ligeramente abierta. Sus labios ya estaban


hinchados por la fuerza de su beso.

Dejé la manta, el vino y las gafas. Podía volver por eso... Yo sólo estaba
tomándola, en más de un sentido. Alivio, de que yo sería capaz de estar
con ella otra vez, se instaló a través de mí.

No hablamos en el camino hasta la casa. Ella simplemente sostuvo la


parte posterior de mis pantalones cortos mientras caminábamos. Pude ver
la suave luz parpadeando desde la habitación mientras las cortinas
volaban en la brisa, y una ligera sonrisa tocado mis labios. Una vez en el
patio, abrí la puerta de pantalla para ella y entró.

Estaba tan apestosamente linda mientras ella se movía a un lado, sin


saber qué hacer. No puedo creer que no viera la cosa virginal antes. Tan
hermosa como ella era... tan confiada como era... era tímida como la
mierda cuando se trataba de algún tipo de afecto. Había, sin duda,
increíble deseo en sus ojos, pero era un deseo inocente. Ella quería que yo
me hiciera cargo, mostrarle el camino, y no tenía absolutamente ningún
problema con eso. Yo era ese tipo.

Cuando mis ojos buscaron los de ella, rocé mis nudillos por su mejilla y
sus ojos se cerraron. Fue entonces que la acuné en mis brazos y me dirigí
hacia el dormitorio.

Cuando doblamos la esquina, esto era aún más de lo que esperaba. Las
velas ardían en casi todas las superficies y el sonido de las olas rompiendo
hizo eco a través de la pantalla de la ventana.
212
—¿Quién hizo esto? —Preguntó ella, sorprendida y sin aliento.

No respondí, simplemente me acerqué a la cama y permití que sus pies


Página

descansaran en el suelo. Un pequeña ceño se formó entre sus ojos cuando


sus cejas bajaron. Algo estaba en su mente. Yo no la quería pensando... Yo
quería que ella sintiera. Me incliné para besarla y me detuvo.
—¿Por qué estás haciendo esto? —preguntó en voz tan baja que apenas
la oí.

—¿Haciendo qué? —Le pregunté, optando por besar su cuello ya que


ella apartó su boca de mi. Arqueó la parte posterior del cuello, dándome
acceso completo. No le había dado a una chica un chupetón en años pero
quería marcar a esta chica. Marcada como mía.

— Todo esto. ¿Por qué? Podríamos haber estado juntos en tu casa.

Me encogí de hombros.

— Nuestra casa —corregí—. Y yo quería que esta noche fuera especial.

—¿Por qué?

—Porque te lo mereces.

Ella puso sus manos en mi pecho.

—¿Por qué, Kieran?

Había estado más honesto y comunicativo con ella de lo que había


estado conmigo mismo durante los últimos dos años.

—Porque me preocupo por ti —le dije, tragando los nervios que


acompañaban las palabras.

Ella bajó la mirada, pero levanté su barbilla con mi dedo. Necesitaba sus
ojos grises en ese momento. Cuando comenzó a negar con la cabeza, me
preparé para las palabras que yo tenía miedo de oír.

—Kieran —dijo ella poniendo sus manos sobre mi pecho—. Estás


confundido.

—No estoy confundido.

Esta vez, ella asintió.


213
—No es tu culpa. Esta es mi culpa más que tuya.

—Cállate —le dije aplastando mi boca en la suya. Ella me besó, pero yo


sabía que estaba pensando.
Página

Ella empujó contra mi pecho.

— Kieran. Lo digo en serio. Se llama transferencia.


—¡Doc, detente!

—No. Es por eso que te estoy entregando a Dale. No puedo tratarte más.

Mi sangre hervía y desde mis rodillas la fulminé con la mirada por esas
palabras.

—¿Tratarme? ¿Eso es lo que es esto? ¿Estás tratándome? —Mis manos


se apretaron sobre sus hombros y me di cuenta de su cobardía y odie más
eso. Sacudí sus hombros para llamar su atención—. Escúchame —le
ordené.

Sus ojos agrandados se encontraron con los míos.

—Yo nunca te haría daño. No vuelvas a encogerte ante mi tacto. Estoy


enojado pero preferiría morir que levantarte la mano. ¿Entiendes eso?

Ella asintió, pero su mandíbula terca estaba tensa.

—Nos pondremos en contacto con Dale más tarde. ¿Me quieres?

Sus ojos se cerraron instintivamente.

—Kieran —ella suspiró.

—Contéstame —le supliqué.

—Esto se llama transferencia erótica. Es donde tú piensa que tienes


sentimientos y crees que deseas una relación sexual con tu terapeuta, pero
realmente no lo haces... y Kieran. Está bien. Esta es mi responsabilidad.
Permití que esto cruzara la línea y...

—Cierra la boca y bésame.

—Kieran. Si pierdo mi trabajo, voy a...

—Maldita sea, Doc. Yo te apoyaré por un tiempo hasta que encuentres


uno nuevo.
214
Al instante, ella se tapó la cara con las manos.

—¡Ves! Crees que tienes sentimientos por mí.


Página

Una pequeña sonrisa de mierda tocó mis labios.

—Y tienes sentimientos por mí o no habrías tenido sexo conmigo —le


dije.
Ella negó con la cabeza.

—Kieran. Era sexo. Sólo sexo. Nada más. Nada menos.

Yo sabía que estaba mintiendo. Ella no me miraba. Tú no esperas 23


años para perder tu virginidad, luego se la das a un tipo que no te importa
y que podría costarte tu trabajo. Me pregunté si ella mentiría más.

—Así que. ¿Lo que pasó entre nosotros no significa nada? —Le pregunté,
sabiendo, esperando a que ella mintiera.

—No voy a decir que no significó nada. Pero estás haciendo de esto una
gran cosa. Tú mismo dijiste que un jugador consigue jugar. Dime, te
acuestas con chicas todo el tiempo. Tú lo haces y luego te alejas. ¿Eso no
significaba nada?

Asentí inmediatamente.

—No significó nada... hasta ti.

Sus cejas se elevaron más altas de lo que yo alguna vez había visto.

— ¡Perfecto! ¡Está bien! Yo soy la chica con la que has tenido una
conversación. Los sentimientos que tú tienes están basados en nosotros
siendo obligados a estar juntos por una orden de la corte —dijo ella, y me
puso de pie y me alejé por un minuto.

—¡Mierda! Tú me desafías. Una y otra vez. Señalas mis defectos.


Escuchas. Me haces querer ser un hombre mejor.

Tomé tres pasos medidos hacia ella, pasando mis manos por mi cabello.

—¿Significo algo para ti? —Escupí airadamente.

Sus ojos grises parpadearon hasta los míos y pude ver que lo hacía...
pero ella no estaba dispuesta a decirlo.

—Creo que... —comenzó.


215
—Si no lo hago, entonces ¿por qué después de veintitrés años de
aferrarte a tu virginidad se la darías a alguien como yo? —Me lancé por
ahí.
Página

Mis palabras no parecieron sorprenderla. Sus hombros cayeron tal vez


por la derrota y sus ojos miraban distraídamente a los míos. Mi chica que
estaba tan llena de pensamientos y consejos y sabiduría... no tenía nada.
Orgullosamente había dejado sin palabras... ¡gracias a Dios!

—Doc. Tu beso es hambriento. Tu toque ansía. Tus ojos tienen un


anhelo... una necesidad. Echaba de menos las señales de… tu inocencia y
lo siento. Yo no habría...

Ella levantó su barbilla, sosteniendo su cabeza en alta.

—¿Te arrepientes? —Preguntó con un ligero flameo de sus fosas nasales.


Una cosa obstinada.

—Me arrepiento de no darme cuenta de esto. Me arrepiento por no


saberlo. Me arrepiento de follarte como lo hice. Esta noche, voy a hacerlo
bien. Esta noche te mostraré cómo debería haber sido hecho.

Su pecho empezó a levantarse y bajar; sus párpados se volvieron


pesados. No estaba seguro de si ella iba a llorar o qué. Luego sus labios se
separaron y ella ajustó su postura. Lo que todo su cuerpo estaba diciendo
era... ven a mí... así que lo hice, rastrillando mis dedos por su pelo y luego
presionando mis labios contra los suyos. Como a ella le gustaba. Una serie
de picotazos suaves, cortos, antes de tomar completa posesión de su boca.
Mientras la besaba plena y profundamente, respiré aire en ella así no
necesitaba parar. Entonces, sin previo aviso, su cuerpo comenzó a volverse
laxo, así que aproveché la oportunidad para ponerla sobre la cama.
Envolviendo un brazo alrededor de su cintura, mi otro brazo la levantó por
detrás de sus rodillas, luego la puse suavemente sobre la cama.

—Kieran... —ella susurró mientras yo metía mi nariz entre su hombro y


su cuello. Mientras llevaba mi nariz hasta su oreja, ella arqueó su cuello,
obligando a sobresalir a sus pechos y tuve que recordarme a mí mismo
tomar las cosas con calma.

—¿Sí?—dije en su oído y un temblor sacudió su cuerpo. Sonreí.

—Sí, yo te quiero —gimió ella—. Tanto.


216
¡MIERDA! ¡MIERDA! ¡MIERDA! Mantente enfocado.

Rocé besos sobre sus mejillas, párpados, nariz y frente, luego permanecí
Página

sobre su boca.

—Dime que tengo razón —le dije, nuestros labios a centímetros el uno
del otro.
—¿Acerca de qué? —ella jadeó y yo podía oler el vino de más temprano.

—Yo soy el único. Yo soy el único que alguna vez te ha tenido.

Sus ojos vacilantes se movían atrás y adelante entre mis ojos, mi boca y
luego de vuelta a mis ojos.

—Sí, Kieran. Esperé veintitrés años... porque yo nunca confié antes. La


gente siempre me defraudó. La gente siempre me lastimó. No me hagas
daño.

En ese momento, mi vida se volvió jodidamente clara como el cristal. Me


senté recto con esas palabras y agarré la parte de atrás de mi camisa y la
jalé hacia arriba y por encima de mi cabeza. Entonces la puse en posición
vertical y sus bracitos reaccionaron levantándose, y me encantó que ella
me permitiera quitarle lo que llevaba. Su vestido se desprendió fácilmente
y se recostó.

—Ah-ah. Levántate —le dije, y ella me sonrió levantándose de nuevo.


Estiré la mano por detrás y desabroché su sujetador—. Ahora puedes
acostarte —aprobé.

Su cabello color fresa se desplegó bellamente sobre la almohada y ella


tenía esa mirada de fóllame ahora en su cara. Tendría que esperar. La
ropa interior de encaje blanco era perfecta para esta noche. Virginal.

Le di besitos en los labios.

—Una pregunta más —le dije—. Entonces te voy a tomar de nuevo.

—¿Qué?

— La otra noche, que te hice venir. ¿Fue esa una primera vez, también?

—No. Yo he hecho eso antes. Pero no con un chico —susurró ella y la


sangre invadió sus mejillas.

Dulce Jesús. Iba a tomar hasta la última gota de fuerza de voluntad que
217
podía reunir no inclinarla y follarla en estos momentos. Pero con esas
palabras, supe que un tipo nunca se había acostado con ella y la hizo
venirse. ¡Yo iba a ser ESE hombre también!
Página
34
Megan
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

Conocía a Kieran lo suficientemente bien como para saber darle la


información que estaba dándole, poseería cada parte de mí. Él era un
hombre posesivo... Él había destrozado el rostro de Jared en el bar sin
conocimiento de quien él era. Si iba a entregarme a él, tenía que estar
completamente dentro18. Nunca había estado totalmente comprometida
antes y la idea me asustaba. Pero mientras él avanzaba su camino abajo
por mi cuerpo, deteniéndose en el triángulo en la base de mi cuello, luego
trazando su lengua por mi clavícula, me estremecí de anticipación. Su
fuerte mano acarició gentilmente mi pecho mientras su pulgar se burlaba
de mi pezón. La única forma en que mi cuerpo sabía responder era
arquearse a su toque y cuando lo hice, él bajó su boca sobre mi pecho y su
lengua reemplazó su pulgar.
Mis manos corrieron por su cabello, deseando mantener su boca allí
por siempre. Lloriqueé en voz alta tan fuerte como traté de contenerlo.
Cuando él terminó con uno de mis pechos, se trasladó al otro pero su
pulgar siempre reemplazaría su boca en el otro pecho. Él era un hombre
218
muy riguroso.
Mientras su boca continuaba su asalto en mi pecho, su mano se movió
al sur y mi mitad inferior se apretó con anticipación. Cuando su mano
Página

All-in: expresión que se utiliza cuando se está completamente comprometido con algo
18

o alguien.
rompió la barrera de mis bragas, mi respiración se volvió irregular. Su
mano se movió más abajo hasta que su dedo encontró su camino a mi
entrada. Su boca todavía atacando deliciosamente mi pecho. Luego, él
empujó dentro de mí con un dedo.
—Aaah —gemí. La carne una vez herida parecía haber sanado y le di la
bienvenida a su contacto.
—Jesús, Doc.
No podía responder.
—Voy a probarte y voy a hacer que te vengas —advirtió, y yo pensé que
tal vez lo haría con sólo sus palabras.
Su dedo se movía fácilmente dentro y fuera de mí y eso es todo lo que
me importaba. No era importante para mí que con su otra mano él trabajó
mis bragas fuera. Una vez que dejaron mis pies, yo conscientemente
permití que mis piernas caigan abiertas esperando que él me tomara. Pero
primero, él se posicionó entre mis piernas, besando cerca de mi ombligo y
luego descendiendo lentamente hacia el sur, trazando una línea con su
lengua -estableciendo su frontera de algún modo. Bienvenido a
Kieranlandia.
Sabiendo que teníamos estos planes, me había afeitado todo excepto
un poco de cabello y rezaba que fuera todo lo que él esperaba que fuera.
Su lengua suavemente profundizó en mí luego se deslizó hacia arriba
hasta que encontró mi dulce punto, donde él comenzó un asalto de un tipo
diferente, mientras su dedo fijaba un ritmo propio dentro de mí.
—Kieran. Eso es demasiado. No voy a durar —lloré mientras una
calidez se agrupaba en la boca de mi estómago. El dolor estaba
construyéndose más allá de lo que podía soportar. Con su otra mano, él
219
rodó mi pezón entre el índice y el pulgar y yo grite. Oh Dios. El placer que
él trajo era inequívocamente la sensación más gratificante que había
Página

experimentado jamás.
—Por favor, Kieran... —rogué.
Entonces se detuvo y jadeé por aliento ante la ausencia agonizante de
su lengua. —Megan. Voy a darte esto justo ahora pero la próxima vez, tú
vas a rogar —su lengua me tocó. —Y vas a suplicar —su lengua
tiernamente dibujó círculos de nuevo. —Y entonces, si yo lo determino,
haré que te vengas.
Mi cuerpo se retorció por los pensamientos de sus eróticas palabras y
nunca me había dolido tan mal en donde me duele.
—Por favor... —gemí.
Fue entonces que su lengua me tocó de nuevo y sus dedos, un dentro
de mí y dos en mi pecho, comenzaron su tormento otra vez. El calor dentro
de mí construyéndose y robando mis respiraciones a donde ellas sólo
venían en cortas ráfagas hasta que de pronto, yo estaba allí. Y cuando él
gimió, la vibración de su garganta junto con cada sitio donde él tocaba...
me envió por encima del borde. Grité mientras mis caderas se arquearon a
su encuentro, dejando oleadas de placer completamente a través de mí.
Entonces, abrí mis ojos hacia sus labios dando pequeños picotazos en mis
huesos de las caderas mientras yo exhaustamente me derretía en el
colchón.
Él descansó en sus rodillas simplemente mirando hacia mí. Sus
ardientes ojos marrones encontraron los míos grises y el deseo en los
suyos me trajo de vuelta a donde empezamos.
—Quiero probarte —trabaje el coraje para decirlo, sangre corriendo por
mi cara. Nunca había probado a un chico. Nunca había hecho nada,
realmente. Y ciertamente nunca lo había dicho en voz alta.
Sus ojos se cayeron aún más y su boca se separó. Su manzana de
Adam se movió lentamente luego de vuelta mientras él se puso de pie y
220
comenzó a desabrochar sus pantalones cortos.
—No esta noche —dijo —Quiero estar dentro de ti.
Página

Esta vez tragué. —Por favor.


Sus pantalones cortos cayeron hasta sus pies y él lucia jodidamente
sexy estando allí en sus calzoncillos boxer, aunque me molestó que en la
pequeña banda alrededor de la parte superior se leyera Ralph Lauren. Me
pregunté cuánto estos lo obstaculizaban. Luego rápidamente estos estaban
abajo también.

221
Página
35
Kieran.
Traducido por Elena88
Corregido por JessMC

Ella quería probarme. Nunca he tenido a una chica diciendo cosas como
esa antes. Infiernos, ellas normalmente solo caían sobre sus rodillas. Pero
no iba a dejar que ella me mamara… no esta noche. Quería mostrarle que
podía entregarme a ella con ternura en lugar de sacarle la mierda.
Seguía acostada en la cama… completamente desnuda para mí y
excepcionalmente hermosa a la luz de las velas. La forma en la que me
miraba mientras trepaba de vuelta a la cama me hacía preguntarme si ella
había hecho esto antes. Mientras me arrodillaba en la cama, su boca se
abrió como un pájaro bebé queriendo ser alimentado.
—Solo un segundo, —le digo, como si no fuera a permitirle más por su
bien. Era cien por ciento para mí… tenía miedo de poder volarle la cabeza
con el poder de lo que estaba creciendo dentro de mí en cuestión de cinco
segundos.
Ella asintió y con mi pulgar, empujé abajo hacia su boca. La calidez de
su boca y su lengua triunfaron fácilmente sobre cualquier sentimiento que
pude haber llegado a experimentar. Y mientras levantaba la cabeza de la
almohada para tomarme, yo sostenía la parte de atrás de su cabeza.
Todo un silbido escapo de mis labios mientras su lengua se movía hacia
la cima, entonces ella trato de tomarme más profundamente. Aunque no lo
demostraba, sentía como se atragantaba y tiraba para afuera.
—Está bien, —susurraba, acariciándole su mejilla—. En otro momento.
—Dios, lo esperaba.
Asintió y me acosté a su lado… besándola.
—Megan, —susurré—. Esto es poco familiar para mí. Nunca he ido
despacio. Nunca me ha importado.
Sus dedos acariciaban la longitud de mi cara.
222
—Está bien.
No queriendo esperar un segundo más, gentilmente me posicione entre
sus piernas y ella las abrió para que pudiera acomodarme. La posición del
misionero nunca ha sido mi favorita… principalmente porque no me
Página

gustaba estar a la vista de los ojos de otra persona. Pero podía controlar
mis movimientos mejor de esta manera.
—Kieran. No estoy tomando anticonceptivos, —dijo quedamente y con
una expresión ansiosa.
¡¡SANTA MIERDA!! En 26 años, NUNCA me he olvidado el impermeable
para el pequeño amigo. Nunca. Nunca. Nunca. ¿Qué estaba mal conmigo?
Me agaché y saque un condón de la billetera en mis pantalones cortos.
Cuando lo saqué del envoltorio, miré rápidamente hacia ella y ella miraba
cada movimiento que hacía.
Me reposicioné sobre ella y podía decir que estaba un poco nerviosa solo
por el temblor. Simplemente desde su entrada, irradiaba calor. Y mientras
me metía poco a poco dentro de uno de los lugares más apretados en los
que he estado alguna vez, cerró sus ojos.
—Por favor mírame, —le susurré, y sus ojos perezosamente se abrieron.
Fue entonces cuando gradualmente y con mucho cuidado empujé dentro
de ella, deslizándome perfectamente. Sus ojos rodaron hacia atrás
mientras jadeaba por aire. El momento con el que fantaseaba.
Cubrí mi boca con la de ella. Hubiera respirado por ella si lo hubiera
necesitado. Mi cuerpo rindiéndose al de ella como un capullo y nadie había
encajado conmigo tan perfectamente. El placer que sentía mientras crecía
en mi interior ahora esparcía un calor en mi pecho, y mientras mis lentos,
deliberados movimientos continuaban, era mi respiración la que era
robada.
—Megan, —gemí, cerrando mis ojos, apoyé mi frente sobre la de ella.
—Abre tus ojos —dijo.
No pude evitar sonreír ante sus palabras. Mirando su cara… sus
expresiones… wow. Saber que yo le daba tanto placer me dio una completa
satisfacción. Me preguntaba si ella sentía lo mismo.
Quería ese condón fuera. Sabiendo que ella no había estado con ningún
otro hombre. Sabiendo que yo nunca había dejado de usar látex. Quería
sentir todo de ella.
—Aaaah, —gritó, y mis ojos se abrieron. Sin querer, mis embestidas se
habían acelerado.
—Lo siento, —le dije, besando sus labios, aunque no totalmente.
—No… no te disculpes. Yo quiero. —Hipo una respiración—. Todo de ti.
Ajuste mi posición donde estaba entrando a otro ángulo diferente.
—Megan. No quiero lastimarte. —Dios, ella se sentía tan bien.
Sus caderas se arquearon hacia mí y nunca he visto una cara tan bella
llena de deseo… de necesidad.
—Señor Scott, —dijo con un tono profesional y le di una media sonrisa—
. Lastímeme.
Nunca podría lastimarla.
223
—Megan.
—No. No pienses. Solamente hazlo.
Ella ganó. Me empujé completamente fuera y la hice rodar sobre su
estómago.
Página

—Levanta las caderas, bebé, —dije y deslicé una almohada debajo de


sus caderas, dándole el perfecto arco a su cuerpo. ¡MIERDA! Ella estaba
impresionante. Me introduje entre sus piernas y lentamente entré en ella.
—Mmmm, —gimió, y mirando su cuerpo retorcerse se me hizo agua la
boca.
Deslicé mi mano debajo de ella y comencé a frotar su lugar preferido con
mi dedo, causando que se arqueara más… permitiéndome entrar incluso
más profundo. Sus dedos se clavaron en las sábanas, agarrando pedazos
del algodón.
—Megan, me voy a venir y quiero que tú acabes conmigo, —le dije con
voz ronca al oído y aplicando un poco más de presión con mi dedo. Su
cuerpo se empujó contra el mío, buscando el placer que le estaba dando.
—Oh, Kieran, —gimió. Sus manos como puños en las sábanas, su
cuerpo en un ángulo para que mis embestidas fueran tan profundas como
fuera posible—. Ahhh, —gritaba y lo sentí… cómo se vino alrededor mío.
Su interior pulsando alrededor mío, y eso fue todo lo que basto para mí
también.
Un sonido primario, animal salió de mi garganta. Uno que no reconocí.
Y terminé tratando de no lastimarla pero disfrutando cada último latido
por mi cuenta. Mi cuerpo se relajó… colapsó a su lado. Su cara estaba
hacia el otro lado y yo respiré la esencia de su pelo.
Ninguno de los dos se movió. Ninguno de los dos habló. No hasta que la
sentí temblar, agarré el cobertor de la cama y lo puse sobre nosotros. Si la
conversación no era lo que ella quería, yo podía hacer eso. Se durmió
pacíficamente, y mientras me acurrucaba a su lado, mi corazón se llenó.

Un olor a quemado me despertó y me senté medio erguido. Las velas


estaban una por una extinguidas por su cuenta, el humo subía y se
acumulaba en la habitación. Probablemente debería haberlas apagado.
Rodé por la cama para encontrar a mi chica pero Doc no estaba ahí. Me
senté completamente erguido y me di cuenta que no estaba en la
habitación.
Me puse unos jeans y caminé descalzo para encontrarla. No estaba por
ningún lado. El reloj marcaba las 2:15 a.m. Su teléfono estaba todavía en
la mesa de la cocina. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho y un ataque
de pánico estaba empezando.
Corrí hacia el patio. ¡Mierda! ¿Dónde podría estar? Con las dos manos,
agarré mechones de mi cabello y tiré, mirando hacia la playa oscura y el
rugiente océano. Cayó un rayo sobre el Pacífico y ahí es cuando la vi, creo
que sentada en la playa. ¿Qué demonios estaba haciendo afuera y sola en
el medio de la noche? Sin pensarlo, salí.
224
Página
36
Megan
Traducido por Macaslomb
Corregido por JessMC

El océano parecía enojado, lleno de furia. Cuando caminamos en esta


playa antes, olas juguetonamente caían unas sobre otras de manera
suave y hermosa al ver metódicamente. Pero ahora, con el rayo
parpadeante en el cielo y el trueno retumbante en la distancia, las olas
parecían más en batalla entre sí que en sincronía. Nunca había visto algo
así y sentí temor de la creación de la Madre Naturaleza.
Me preguntaba cómo Kieran se dio cuenta de que yo era virgen y yo no
podía dejar de cuestionarme si mi experiencia o falta de ella era bastante
obvia. Dijo que se perdió las señales... Pensé que me había cubierto
bastante bien. Después de pensar en las cosas, creo que Kieran tenía sus
propias explicaciones.
—¿Sabes que te podría violar en este momento?
Su voz me sobresaltó y mi cuello giró bruscamente hacia él, mientras se
elevaba detrás de mí. Oh diablos... solo llevaba un par de jeans.
—Probablemente no sería violación, Sr. Scott.
Se sentó a mi lado.
—Doc. No estoy bromeando. No puedes sentarte sola en una playa a las
2 am.
—¿Por qué? Es hermoso y sé que vamos a volver hoy. El sueño está
sobrevalorado cuando estás en un lugar como este. —Me estremecí.
Se colocó detrás de mí y simplemente el recostarme contra su pecho me
trajo calidez, y con los brazos a mi alrededor era como la crema batida en
el pastel.
—Viene una tormenta. Vamos a mojarnos en un rato.
—Ya estoy mojada, —bromeé.
225
—Mmmm, —gimió junto a mi oreja—. Si ya estás mojada, ¿qué has
estado pensando aquí?
—Bueno, ya sabes las señales que se perdieron por mi… ¿falta de
experiencia?
Página

Se rió entre dientes. —Sí.


—Ahora necesito tu honestidad.
Me besó en la mejilla, pero luego se apartó un poco. —Doc. Siempre soy
honesto. Probablemente hasta cruel a veces.
—Bien. Esta es una pregunta simple. Sólo requiere de un simple sí o no.
—Mi tipo de pregunta —dijo, frotando su nariz contra mi oído.
Tomé una respiración profunda, ya sabiendo la respuesta, pero
realmente necesitaba una confirmación.
—Es todo tuyo... ¿no?
—No te entiendo.
—La Harley, el Porsche, la casa... son todos tuyos.
Su cuerpo se tensó contra mí, soltando un aliento profundo.
—Sí.
Asentí lentamente, tratando de aceptar su confirmación.
—Entonces, ¿realmente no eres un contador?
—Sí. Lo soy.
—¿Es el dinero del seguro de vida de tus padres? —pregunté
nerviosamente.
—No.
Dejé escapar un suspiro. Estaba siendo intencionalmente evasivo.
—¿Tus padres tenían dinero?
—Sí.
—¿Como un montón de dinero o como mucho más que un montón?
Dejó escapar un suspiro de exasperación.
—¿Importa, Megan?
Nunca usaba mi nombre real, excepto durante el sexo, y eso era solo
cuando estaba siendo llevado por su estado de ánimo. Por lo tanto, lo tomé
como una pregunta seria.
—Es importante para mí, —dije en voz baja. La tormenta que nos
amenazaba se acercaba cada vez más.
Su frente se apoyaba en mi hombro. Luego de esperar, se puso de pie y
caminó hacia el agua. El frío inesperado cayó sobre mí.
—Kieran. Por favor, respóndeme, —medio le grité, solo para que pudiera
escucharme.
—¿Por qué? —me gritó—. ¿Así puedo recordarte lo mucho que odias a
los ricos? ¿Cómo es que todos los ricos son idiotas?
Me puse de pie, solo vestida con su camisa que me puse antes de
levantarme.
—Kieran. Yo ya pensaba que eras un pobre gilipollas, —bromeé con una
sonrisa.
226
Su pecho subía y bajaba rápidamente. Sus cejas se fruncieron. ¿Qué le
pasaba?
—Puedo ser un gilipollas. Sin duda.
La llovizna comenzó a caer y nunca había visto a un hombre que se
Página

viera tan sexy como él con sus vaqueros descansando bajo sus caderas...
descalzo... sin camisa y ahora mojado.
—No puedo creer que no lo viera. Lo escondiste bien.
—Sí, bueno, también asumiste muchas cosas. —Se metió las manos en
los bolsillos y sí, verse más sexy era posible.
—¿Así que esta casa es tuya?
—Sí.
—¿Y el Porsche?
—Sí.
—¿Y el alquiler que me ibas a cobrar?
Sonrió mientras la llovizna se convertía en una lluvia constante.
—Hubiera ido a una cuenta para ti.
—Sí... pero ¿por qué me dijiste que tenía que pagar?
—Debido a que no te habrías quedado de otra manera.
Eso era cierto. No lo habría hecho. Su perspicacia me sorprendió.
—Eres un portero en el bar. ¿Por qué?
Se encogió de hombros parpadeando para quitarse el agua.
—Wink. Todd. Todos los chicos me cubrieron la espalda cuando mis
padres murieron. Ellos me apoyaron. Cuando otros trataron y lograron
condenarme sin dudarlo. Ellos estuvieron allí. Son mis chicos.
A mí siempre me encantaron esos “chicos” también. Esos amigos, que yo
no tengo (a excepción de Ruthie), fueron de gran valor.
—Entiendo. Así que dime, parece que estamos de acuerdo en la parte
gilipollas... pero ¿qué tan rico que eres?
Me miró con los ojos entrecerrados mientras la lluvia se acumulada en
sus pestañas.
—Mucho.
Mi corazón se detuvo. Era el epítome de lo que había llegado a odiar.
Pero yo no lo odiaba... ni siquiera un poco. Sabía de las lágrimas se
formaban en mis ojos y recé por que no lo notara. Tenía una última
pregunta.
—¿Me compraste el coche?
—Sí.
Esa palabra... una respuesta que trajo más lágrimas y enterré la cara
entre las palmas de mis manos.
De repente, él estaba allí con sus brazos a mi alrededor. Mis dientes
empezaron a castañear y lloré. Cuando un trueno resonó a nuestro
alrededor, se giró de espaldas a mí.
—Súbete, —ordenó y salté sobre su espalda. Corrió a través de la arena
mojada, más fácilmente de lo que yo lo habría hecho, sobre todo con mi
peso añadido. Mi mejilla descansaba en su hombro.
227
Cuando llegamos a su patio, una boquilla de ducha estaba junto a este.
Jaló una cadena y el agua cayó, lavándonos; él prestó atención
especialmente a nuestros pies. Luego, una vez en el patio, me bajó y
envolvió sus brazos alrededor de mí otra vez.
Página

—Nunca te mentí. Yo sólo... tenía miedo de decirte.


Mi nariz estaba hinchada de tanto llorar y estaba avergonzada por ser
emocional.
—Me compraste un coche, —volví a declarar, todavía aturdida.
—Sí, —respondió de manera seria y con total naturalidad.
—¿Por qué?
—Era tarde. Cuando te llevé a casa y vi donde vivías, no quise que
estuvieras allí sin un transporte confiable. No quería que te quedaras allí.
Me preocupaba todos los días. Pensaba en ti todos los días.
Wow... Kieran puede hablar.
—¿Pensaste en mí todos los días?
Asintió. —Cada día que terminaba en S19. ¿Hemos terminado de hablar?
Esta pregunta me sorprendió. Me encogí de hombros. —No. ¿Por qué?
Se acercó y el dorso de sus manos se movieron sobre las copas de mis
pechos.
—Porque tus pezones me están hablando y estoy teniendo dificultades
para concentrarme en tus palabras.
Miré hacia abajo a su camisa totalmente pegada a mi piel. Entonces mis
labios temblaron justo como no quería que lo hicieran. Estaba enojada con
él.
—¿Qué están diciendo? —le pregunté.
—Están diciendo ayúdanos... tenemos frío. Nos encanta tu boca y sería
más cálido allí.
No se ríe. No sonríe. Como si fuera la conversación más seria que
hubiéramos tenido. Así que, deslicé la camisa gruesa, húmeda sobre mi
cabeza y la dejé caer en el suelo.
—Deberías hacer lo que ellos dicen, —sugerí.
La astuta y malditamente sexy sonrisa que me encendía como una loca,
cruzó su rostro mientras se pavonea hacia mí. Empezó a lamer sus labios
y luego gruñó mientras me tiraba por encima de su hombro.

228
19
Every day that ends in Y. Tomado textualmente, los días de la semana terminan
Página

en “Y” en inglés, entonces en español terminan en “s” y “o”. Hace relación a pensar en ella
todos los días de la semana.
37
Kieran
Traducido por Macaslomb
Corregido por JessMC

Me desperté antes del amanecer, lo cual era extraño para mí pero


estaba sudando por completo. Entonces me di cuenta del horno personal
a mi lado. No me importaba si me deshidrataba por la sudoración, no me
movería.
Habían pasado casi cuatro semanas y me sentía como si hubiera
conocido a mi alma gemela, y aunque eso asustó hasta la mierda que vive
en mí, no me quería ir. Yo nunca había confiado en una mujer fuera de mi
madre o de Kat. Cada chica siempre había ido por mi dinero o mi cuerpo.
Ninguna jamás había dado una mierda por mí. Doc era diferente. Ella no
sabía lo del dinero... y luchó con fuerza resistiéndose a mí. Yo luché con
más fuerza.
Su cuerpo tembló junto al mío y sonreí. Solo habían pasado tres horas
desde que quedamos noqueados. Pero mi pequeño amigo ya estaba listo
para la acción de nuevo. Quería complacerla a ella una y otra vez. Su
respiración era profunda y constante, así que decidí dejarla descansar,
pero luego se movió, lentamente, gimiendo ligeramente.
—Kieran, —ella gimió suavemente.
Sus pensamientos debían haber sido iguales a los míos.
—¿Hmmmm? —pregunté.
Solo recibí silencio y me incliné para verla dormir. ¿Estaba soñando
conmigo? Un sentimiento inexplicable en mi pecho me asustó. Lo sentía
demasiado fuerte, muy rápido, para alguien que nunca se había
enamorado en absoluto... me preocupé.

La siguiente vez que me desperté, seguía abrazada a mí, pero la luz del
día había irrumpido a través de la oscuridad. Me miraba muy cerca desde
229
mi axila en donde yacía.
—Buenos días, —dijo.
—Hola, Doc.
Su brazo se apoyaba en mi estómago y me gustaba eso. Permaneció en
Página

silencio. Doc nunca se quedaba en silencio. Incluso cuando yo quería que


se callara... no lo hacía.
—¿Qué tienes en mente? —le pregunté.
—Nada en realidad.
¿Nada? Eso significaba algo.
—Doc. Te conozco lo suficientemente bien, nunca hay nada en esa linda
cabecita.
Se quedó inmóvil. Pensando tranquilamente. Esto hizo que mi estómago
se revolviera.
—Tengo miedo, señor Scott, —susurró ella, con sus ojos grises inocentes
parpadeando hacia la míos.
—¿De qué?
—Los últimos tres o cuatro días han sido los mejores de mi vida. Y eso
suena patético, lo sé, pero es verdad. Cuando tomé la decisión de estar
contigo, sabía qué tipo de vida tenías. Yo... sabía lo que sería para ti. Y no
estoy enojada, lo juro. Pero la idea de estar con alguien además de ti... —
Sus palabras se apagaron y juro por Dios, ella simplemente diciendo esto
me molestó tan jodidamente que deslicé mi mano detrás de mi cabeza.
Creo que mataría a alguien si la tocaban.
—Doc. Hay cosas sobre mí que antes no tenían sentido. Gracias a ti,
han empezado a tener sentido. Quiero decir, las cosas tienen sentido
cuando estoy contigo.
—Kieran...
—No espera, —le interrumpí—. Me has pedido durante un mes que
hable. Estoy hablando. Déjame, —le dije, empujándola un poco.
Metió sus labios.
—Tú me desafías, Doc. Veo qué quiero ser cuando estoy contigo. Veo la
mejor parte de mí en tus ojos. Confío en ti. Nunca he confiado en nadie.
Por el dinero, nunca supe si una chica se acercaba por mí o por el dinero.
Así que, me cerré. Nunca le di oportunidad a una chica. Y a decir verdad,
nunca quise. Nunca había conocido a una chica que me hiciera querer
eso.
Levanté su barbilla, yo sabía que mi tono exigía su atención.
—Tú me haces quererlo. Dices cosas como, "sabía lo que fue para ti”. Y
sin duda lo pensé al principio. Pero las cosas han cambiado para mí.
Al tirar de la sábana hasta su pecho, se dio la vuelta en la cama y se
sentó en sus rodillas, su pelo que cayó hacia un lado.
—Detente por un minuto. Hipotéticamente hablando. ¿Qué es lo que
quieres básicamente?
—A ti, —le dije sin dudas, ni vacilaciones.
Negó con la cabeza.
230
—OK. Pero me refiero a largo plazo.
—A ti. —Mi respuesta siguió siendo la misma, y cubrió su corazón.
—OK. Pero qué conmigo... —preguntó.
Me atraganté. ¿Estaba hablando de matrimonio? Poco a poco me encogí
Página

de hombros.
—No estoy seguro. Sé que quiero pasar tiempo contigo. ¿Estás hablando
de matrimonio... niños? —pregunté, mi corazón latía salvajemente. Por
supuesto que lo querría eventualmente, creo.
—No puedo tener hijos, Kieran, —dijo mirando más allá de mí.
Inmediatamente, me senté más erguido y tiré de ella hacia mí,
aplastándola contra mi pecho.
—¿Por qué, Doc? ¿Qué te ha pasado?
—¿Qué quieres decir? —me preguntó en voz baja, su aliento soplando
contra mi piel.
—¿Te lastimaste? ¿Ocurre algo? —le imploré. Tal vez no era de mi
incumbencia, pero si podía pagar por un procedimiento o algo para
ayudarla, lo haría. Pensé en ella llevando a mi hijo y una actitud
protectora viciosa abarcó todo, comenzando a pulular por mis venas.
Nunca la dejaría fuera de mi vista.
Dejando sus palmas a ras de mi pecho, me empujó hacia atrás un poco.
—Creo que entendiste mal. No es que no pueda tener un bebé. No…
puedo...
Mis ojos se movían de lado a lado y se cubrió el rostro.
—¡Megan! explícame lo que estás diciendo, —exigí frustrado.
El gris que había llegado a amar en sus ojos se hizo turbio con lágrimas,
y un seguro de banco se cerró alrededor de mi corazón.
—Se llama el ciclo generacional de abuso, —susurró mientras una
lágrima caía por su mejilla, que limpié con mi pulgar—. Mi padre era... es
un abusador. Eso se transmite a los niños. —Hizo una pausa mientras
otra lágrima se escapaba—. No puedo arriesgarme nunca a la posibilidad
de lastimar a un niño, —exclamó.
Envolviendo mi mano alrededor de su cabeza y sosteniéndola contra mi
pecho, luché por no reírme... Jesucristo, era malditamente adorable. Ella
nunca golpearía a nadie... por no hablar de un niño.
Se apartó de mí, secándose los ojos y la cara con el dorso de sus manos.
—¿Por qué te ríes? —me preguntó, con su voz mezclada con dolor.
Creo que lastimé sus sentimientos pero no pude contenerme.
—Megan. Cariño. Nunca jamás dañarías a un niño. Te vi con Andrew.
Tienes un corazón puro. Nunca lo harías... —le dije besando su frente.
Después de tomar una respiración profunda asintió.
—Kieran. No sé si pueda concederte esto. Solo digo.
Empujé su sexy y delicioso culo en la cama y la monté a horcajadas,
empujando los brazos sobre su cabeza.
—Lo bueno es que yo no te estoy pidiendo tener un bebé. Sólo quiero
utilizar tu cuerpo... y comer contigo... y emborracharme contigo... e ir en
paseos en bicicleta... y cocinar... y comprar cosas...
231
—Kieran. ¿Sabes lo mucho que quería golpearte la primera vez que te
conocí... y la segunda... y...
Molienda mis caderas contra su pequeño cuerpo, le dije: —Patrañas.
Querías un papá grande todo el tiempo.
Página

Su risita derritió mi corazón.


—Dilo, —le dije.
—¡No! —se rió.
—¡Dilo! —busqué hacia sus costados, haciéndole cosquillas.
—¿Qué digo? —gritó.
—Di, yo quería follar a Kieran la primera vez que lo conocí... —me reí.
Su cabeza azotaba violentamente de lado a lado en una negativa.
—¿Crees en serio que no puedo hacer que lo digas, Doc?
Su risa era contagiosa y no podía recordar la última vez que me reí tan
duro. Pero me gustaría ganar esta batalla. Miré a mí alrededor evaluando
alternativas, cuando algo vino a mi mente. Una sonrisa maliciosa se
extendió sobre mis labios.
Restringirla con mi cuerpo era fácil... me acerqué hacia su cabeza, mi
polla se endureció simplemente de estar tan cerca de su boca. En pocos
minutos, dos almohadas fueron arrojadas al suelo sin sus fundas. En el
momento en que empecé a atar la funda de almohada a la cama de hierro,
sus grandes ojos, sorprendidos descubrieron lo que estaba haciendo.
—¡Kieran! ¡NO!
—Bebé... todo lo que tienes que hacer es decir lo que le pedí, —dije con
un tono dulce y socarrón.
La ligera ampliación de sus fosas nasales demostró que estaba
enfadada.
—No quiero follarte después, quiero follarte ahora.
Mi cuerpo respondió instantáneamente a esa sugerencia, así que
arranqué la sabana fuera de ella, dejándola al descubierto para mí.
—Por mucho que me quiera dar cabida a esa petición, y la verdad de la
cuestión es que lo haré... pero eso no es lo que quiero escuchar, —le dije
al tiempo que me deslizaba hacia abajo del cuerpo más sexy que jamás
había visto.
—Kieran. Lo digo en serio. Déjame ir.
Asentí con la cabeza.
—¡OK! Taaaaaan... pronto como digas lo que necesito.
Luego bajé la boca sobre su pecho, girando mi lengua alrededor de su
pezón mientras se retorcía debajo de mí.
—En serio. ¡Basta ya de las 50 sombras de mierda!
Mi cabeza se levantó de su pecho.
—¿Las qué?
—Cincuenta Sombras, —gruñó, tirando de las restricciones.
—Háblame en español. No sé qué mierda significa eso, —dije,
acurrucándome a su lado, apoyándome en el codo. Con la otra mano,
dirigí mis dedos de uno de sus pechos, rodeando un pezón, y luego el del
otro seno.
232
—Es un libro acerca de un tipo loco que se orgasmea dominando a su
nueva amante.
Su estómago se estremeció mientras mis dedos se alejaron de sus
pechos, hacia mi propio pedazo de cielo entre sus piernas.
Página

—Suena como mi tipo de hombre. —Le guiñé un ojo mientras seguía


bajando.
—Sí, bueno, él creyó que podía joder su mente como lo estás pensando
en este momento.
La miré fijamente.
—Cuida tu boca, —gruñí en respuesta, luego metí dos dedos dentro de
ella, mojando mis dedos; entonces comencé a frotar, pequeños, lentos
círculos perfectos alrededor del pequeño brote justo encima.
La lucha contra las restricciones se detuvo y escondió sus ojos de mí
cerrándolos.
—Él le haría daño, —habló en voz baja.
—¿La hirió?
Asintió, mordiéndose el labio y sus respiraciones volviéndose cada vez
más cortas.
—La azotaba… y usaba cosas en ella que le harían daño... todo
mientras estaba atada.
—Yo sólo haría esas cosas si qisieras hacerlas. Pero lastimarte sería
inequívocamente una de las cosas más difíciles que alguna vez haría.
Un instinto natural para una mujer cuando está encendida es abrir sus
piernas y lo Doc... como una bienvenida. Bajé la cabeza sobre el pecho
más cercano a mí y lamí suavemente sobre este.
—Kieran... —dijo entre dientes.
¡Mierda! Me encantaba oírle decir mi nombre.
—¿Estás cerca? —pregunté casualmente.
Una vez que ella siseó, —¡Siiiii! —Mis dos dedos desaceleraron,
obligándola a volver a bajar de su éxtasis.
—No... —gimió—. Por favor.
—Podría cuidar de ti con mucha facilidad, Doc... con once palabras
cortas.
Mis dedos, pegajosos de ella, volvieron de vuelta al trabajo y gimió en
voz alta; aunque no estaba seguro de si era por mi agonizante tortura o si
era por el placer. Cuando sus caderas se arquearon, decidí usar mi pulgar
para poder usar mis dedos dentro de ella. Me di cuenta cuando estaba
cerca porque sus entrañas se apretaron alrededor de mi dedo. Era un
amante increíble.
—K... Kieran. Por favor, no te detengas, —se quejó y en cierto modo me
sentía mal cuando reduje la velocidad de mi pulgar una vez más.
—Be-bé todo lo que tienes que hacer es…
—¡Siempre he querido follarte desde la primera vez que te vi! —gritó.
Con eso, no la hice esperar un segundo más. Y tomé el gran placer de
ver a su cuerpo y su cara reaccionar exclusivamente a mi mano mientras
estallaba en mil pedazos delante de mí.
233
Página
38
Megan
Traducido por Macaslomb
Corregido por JessMC

Tres días habían pasado desde nuestro viaje hacia el océano y era
consciente de que me había enamorado de Kieran Scott. A pesar que no
estaba segura de que era el tipo de persona que se comprometía con una
chica, confiaba en sus palabras y las cosas que medio-prometió. Por
primera vez en mi vida, tenía la esperanza de que el amor y una vida feliz
fuera posible.
Andrew estaba mejorando, pero cuando fui hacia el viejo apartamento
para verlo, Usiah dijo que había sido enviado a un hogar de crianza
temporal. Al principio me dolió el corazón, pero todo lo que podía esperar
era que estuviera cuidándolo, y la verdad, no estaba siendo cuidado en
casa. Si pudiera hablar con él ahora, le contaría mi historia y que sabía lo
que asustaba el no saber lo que vendría después. Pero mejoraría... con el
tiempo, y manteniéndose fuerte.
Cuando me fui de la casa de Usiah, conduje directamente hacia donde
Joe y Vivian. Nunca había pedido su ayuda, pero al menos podía
comprobar a Andrew... Tenía que preguntar.

La casa olía a panadería cada vez que entraba por la puerta. Vivian
siempre estaba haciendo algo fresco. Después de nuestros abrazos, nos
sentamos de nuevo en la luz del sol y veíamos Joe detener la máquina y
apagarla.
—Bueno, hola, chica guapa. ¿Qué te trae por acá? —preguntó Joe.
Vivian palmeó casualmente mi rodilla y entró a la casa, dándonos un
poco de privacidad.
—Necesito tu ayuda, Joe.
Se sentó en una silla frente a mí y tomó un largo trago de su té helado.
234
—Bueno señorita, en casi tres años, esta es la primera vez. Voy a
escuchar lo que tienes que decir.
Me deslicé hasta el borde de mi asiento.
—¿Sabes del tiroteo en el apartamento?
Página

—Sí.
—Un muchacho vecino, Andrew, le dispararon.
Con una toalla, se secó el sudor de la frente.
—Vivian me habló de él y de lo que hiciste. Que tuviste mucho coraje,
pero no fue una idea terriblemente brillante, —dijo con los ojos muy
abiertos al final.
—Lo sé. Andrew y yo nos volvimos cercanos. Lo cuidé. Usiah me dijo que
lo enviaron al cuidado de crianza después del tiroteo y, bueno, quiero
contarle mi historia, y que así tenga esperanza.
Joe sacudió el vaso, moviendo el hielo en la parte inferior.
—Bueno. Ya no tengo más casos de menores, pero puedo
conseguir algo. Vivian te escribirá.
—¡Oh Joe! Gracias, —exclamé y me paré.
—Ahora tú dime algo, —dijo rápidamente.
—OK.
—¿Cómo lo está haciendo Kieran Scott en realidad?
Mi corazón casi estalló en mi pecho. No sabía si Joe sabía algo de lo que
yo no era consciente. Además, a pesar de que yo acababa transferir a
Kieran, todavía tenía pautas de confidencialidad para seguir. Volví a
sentarme.
—Lo que dije en el tribunal es cierto. No había mentido. —Recé para que
no escuchara el temblor en mi voz.
Levantó la mano para que dejara de hablar.
—Te estoy haciendo este favor con Andrew. No te estoy pidiendo...
romper ninguna confidencialidad, pero sólo respóndeme un par de
preguntas.
Una oleada de náuseas pululaba dentro de mí y me senté de nuevo.
—OK. —Si Joe tenía algo sobre Kieran... me sentí enferma.
—¿Te contó sobre sus padres?
—Sí.
—¿Te dijo algo sobre los asesinatos?
—Sí.
¡OH DIOS! ¡Piensa que Kieran mató a sus padres! En silencio, comencé
a temblar.
—¿Hay algo que te haya hecho creer que es culpable?
Negué con la cabeza pero me di cuenta de que no me estaba mirando.
—No. Todo lo contrario. ¿Crees que él lo hizo?
Negó con la cabeza.
—Yo no. Sé que él no lo hizo. Pero mucha gente lo cree. Amaba a sus
padres.
Exhalé la respiración que estaba conteniendo.
235
—Ese muchacho ha estado albergando una gran cantidad de ira. Tiene
algunos problemas de confianza graves porque las personas se volvieron
contra él. Quédate con él.
¡Cobarde! Me dije a mí misma por no encontrar el valor para decirle a
Página

Joe sobre la mayor indiscreción poco ética de mi vida. Oye, por cierto, Joe,
¡estoy follando con él y vivimos juntos!
—Como he dicho, Vivian te avisará. Fue bueno verte.
Esa fue mi señal de que la conversación había terminado. No sabía qué
pensar de su interrogatorio... pero sonreí cuando me fui.

Mi teléfono vibró camino a casa. Kieran.

Trabajando en la fiesta de Wink. Llegaré a casa un poco tarde.

Desde su pequeña escapada en la playa, había estado trabajando en


una idea. Miré mi reloj y decidí que tenía tiempo para conseguir lo que
necesitaba. Las venganzas eran increíbles.

Escuché el zumbido de la puerta del garaje primero, y luego el zumbido


del aparcamiento de su Porsche. Tenía mariposas golpeando la mierda de
mi estómago. Nunca había hecho algo así en mi vida. El comedor estaba
oscuro y el pañuelo estaba en la parte de atrás de la silla. Sólo esperaba
que viera la nota.
La puerta trasera se cerró.
—Doc, por favor estaciona en el camino de entrada. No te quiero en la
calle, —gritó desde la cocina.
No le respondí. Oí la puerta del frigorífico abierta, el toque de una
cerveza y luego una risa. Esperando...
—OK. Estoy sentado, —se rió, y todo mi cuerpo se tensó por la emoción.
—¿Lo hiciste según las indicaciones? —le pregunté desde la otra
habitación.
—Lo estoy intentando. Y si no fuera una bufanda que no pudiera rasgar
fácilmente, no estaría haciendo esto. Para que lo sepas. Soy un poco
fanático del control. Lo sé... impactante.
Mi corazón se hinchó al saber que estaba siguiendo el juego... pero la
tortura puede venir en ambos extremos.
—Voy a comprobar el pañuelo cuando llegue allí —dije.
—Ven aquí —exigió.
Caminar por el pasillo fue un poco difícil pero funcionó. Sus chaparreras
me cubrían totalmente las piernas pero donde ondeaba la última vez mi
vestido de verano... bueno, era sólo mi entrepierna. Mi entrepierna
desnuda. Nunca me había hecho la cera antes porque no me lo podía
permitir, pero ahora me afeitaba todos los días. Mi sujetador negro cubría
mis pechos y llevaba una de las pañoletas Harley alrededor de mi cabeza.
236
Eso era todo... chaparreras, sujetador, y el pañuelo en la cabeza.
Cuando entré a la habitación, sus cejas de alzaron ajustando su
postura en la silla.
—Doooooc. ¿Qué carajo? Mi polla se va a reventar a través de estos
Página

jeans.
Me mordí el labio inferior mientras me movía en torno a la parte de atrás
de él. Ese fue el momento de la verdad. Después quité las tiras de mi
sujetador, las envolví alrededor de la bufanda para que no pudiera
sentirlas y las apreté rápidamente, asegurándolo sin lugar a dudas a la
silla.
Al instante se sacudió.
—Doc. Déjame ir, —exigió.
Me senté a horcajadas sobre su regazo.
—Recuerda el otro día. Te rogué y supliqué para que me dejaras venirme
y todo lo que tenía que decir era que yo te quise desde el primer día. ¿Lo
recuerda, señor Scott?
—Déjame ir.
Me empujé hacia abajo contra su creciente mitad inferior y sonreí.
—Parece que lo está disfrutando un poco.
—Creo que eres sexy como la mierda. Ahora déjame ir, Doc.
—Sr. Scott. Es lo justo.
—¿Qué quieres que diga? —preguntó, con humor en su tono.
Bajé un lado de mi sujetador y con mi dedo índice, dibujé alrededor del
pezón.
—Mmm, —gemí.
—Doc. No estoy jugando. ¿Qué quieres que te diga?
Ahora, bajaba el otro lado de mi sujetador usando ambas manos.
—No es tanto como decir, es más... hacer. —Cerré los ojos por un
segundo mientras masajeaba mis pechos.
—¡Dime! —ordenó.
Me reí.
—Bueno, ese dinero que perdiste a mi costa... Fue porque te acostaste
conmigo y porque hiciste una cosa tan infantil como apostar con tus
amigos que te ibas echar un polvo, quiero unos $1.000. Siento que me lo
he ganado...
—¡Hecho! Desátame de una puta vez.
Le hice un puchero.
—Ahora. ESO, Sr. Scott fue demasiado fácil. —Me moví de su regazo y
me puse de rodillas, y cuando empecé a desabrochar su pantalón, el más
feroz, gruñido animal salió de su pecho.
—Tranquilo, Tigre, —dije mientras le desabrochaba la cremallera—.
Vamos a poner esta bestia libre, —le dije con una risita. Entonces empecé
a cantar—. Sopla el dragón mágico... que vive junto al mar.
Las comisuras de sus labios subieron y eso me hizo sonreír más amplio.
—¿Cuál es el libro del que hiciste referencia el otro día? —dijo, con tanta
calma.
237
Toqué la punta de él con mi lengua.
—Cincuenta Sombras.
—Uh-huh. ¿Y cuál era el nombre del tipo loco?
—Christian Grey.
Página

—Te estoy dando una advertencia en este momento, bebé... me voy a ir


con todo como Christian Grey sobre tu culo cuando este libre.
Me reí.
—Dijiste que nunca me harías daño, —le dije, tomando todo de él en mi
boca.
Un silbido se filtró a través de sus labios mientras me balanceaba arriba
y abajo un par de veces hasta que un profundo gemido gruñó su garganta.
Entonces... Me detuve, me levanté y retrocedí. El sujetador negro era más
irritante de lo que esperaba, así que lo desabroché, tirándolo al suelo.
—Doc. Me estoy cabreando. No me gusta esto. Por favor, suéltame. Dije
lo que me pediste.
Hice una especie de pasarela hacia él una vez más y caí sobre mis
rodillas.
—Megan.
Ouch. Mi nombre real.
Una vez más, me puse a trabajar en él. Nunca perdió su erección y
ahora estaba más dura que antes. Misión cumplida. Nunca había hecho
terminar a un chico de esta manera, así que no estaba segura de qué
esperar, pero Ruthie y yo habíamos visto porno una vez. Sus abdominales
se apretaban y sus respiraciones eran rápidas... así que desaceleré de
nuevo, alejándome de él.
—¡Maldita sea, Megan! ¡Suéltame ahora! —gritó, y parecía
verdaderamente enojado.
Así que me di la vuelta hacia otra silla del comedor y me senté a cerca
de tres pies de distancia de él. Abrí mis piernas, mi centro se extendió a él.
—Doc. Me has visto enojado solo una vez y golpeé la cara de un tipo
contra un gran pedazo de madera. Preferiría que no tuvieras que verlo,
pero lo juro por Dios, estoy a punto de perder la calma, —amenazó.
En realidad, pensaba que era algo lindo. ¡Estaba atrapado! ¿Qué iba a
hacer? Luego, con todo el posible coraje que pude reunir, me toque a mí
misma... no en mi interior, pero sólo froté mi pequeño amigo. Yo estaba
muy muy húmeda lo que hizo fácil mover mi dedo en círculos.
—Has oído hablar de los perros de Pavlov... él condicionó... él los
entrenó para que cuando sonara una campana, los perros salivaran
porque sabían que venía la comida.
—No me puedes entrenar. Tienes tres segundos, Megan, para dejarme ir,
—dijo con los dientes apretados.
—Uno, dos... —conté en voz alta, riendo, pero disfrutando de la
estimulación que me estaba proporcionando.
—Tres, —interrumpió e inesperadamente se levantó, tirándose hacia
atrás. El sonido de la madera rompiéndose me asustó y subí mis brazos
238
para protegerme la cara. Allí estaba de pie frente a mí con una mirada
amenazadora, la bestia hasta la mitad fuera de sus bóxers. Sus pantalones
cayeron hasta los tobillos, quedando alrededor de sus pies. Mis ojos muy
abiertos y sorprendidos no lo perdían de vista.
Página

—¡Rompiste la silla! —exclamé.


—¡Libérame!
El negro en sus ojos me asustó. Tragué la saliva que se agrupaba en mi
boca. No pensé que fuera posible que alguna vez me asustara... pero
estaba temblando.
Cogí las tijeras del mostrador y corte las tiras, pero antes de que pudiera
escapar, él me agarró.
—Me estás haciendo daño, —mentí, y abrió las manos inmediatamente.
Fue entonces cuando me encontré al otro lado de la mesa de roble.
—Lo siento por hacerte daño. ¿De verdad crees que no puedo
capturarte? —preguntó, tirando de sus botas y pantalones, y todo dentro
de mí se apretó... No creí que estuviera enojado después de todo. Mi miedo
comenzó a disminuir.
Después de arrojarlos sobre el mostrador, rodeó la mesa para
perseguirme. Por supuesto, caí sobre las malditas chaparreras porque
eran muy grandes y él me agarró del pie.
—Ahora —dijo—. Vamos a dejar una cosa clara. Eso nunca va a suceder
de nuevo.
—¿Estás muy enojado? —me reí vacilante, todavía un poco reservada.
De pronto, sus labios tomaron plena posesión de los míos y,
literalmente, hizo que mis rodillas se debilitaran. Mientras me besaba, su
mano se deslizó hacia abajo hasta que su dedo se sumergió en mí, sólo
una vez, luego me volteó.
—Vamos a hablar de eso más tarde. En este momento, estoy a punto de
explotar. Ya que pareces estar tan interesada en este maldito comedor,
inclínate sobre la mesa.
Dios, me encantaba el Sr. Exigente. Sr. Posesivo. Sr. Scott. La mesa
estaba fría para mi estómago y me levanté lejos de ella. Kieran agarró su
camisa y la dejó sobre la mesa.
—Inclínate ahora, —dijo y no pude evitar sonreír. Una sonrisa a medias
cruzó sus labios también.
Sabía que incluso con las chaparreras puestas, estaba completamente
desnuda para él. Cuando sentí que estaba frotándose contra mí, apreté
con fuerza, con miedo de que me embistiera, pero no podía imaginarlo
tratando de hacerme daño.
—Relájate, Megan. Voy a follarte, pero no voy a hacerte daño. Nunca.
Quién habría pensado que hace una semana yo era virgen y ahora, no
podía imaginar un día sin él. Puse mis manos sobre la mesa. No hacia
ningún movimiento y le devolví la mirada. Su barbilla estaba casi tocando
su pecho.
239
Mi corazón se hundió en mi estómago.
—Kieran, ¿qué pasa? —le pregunté, dándome la vuelta.
Se inclinó hacia delante y suavemente besó mis labios.
—No tengo más condones, —negó con la cabeza—. Quería parar de
Página

camino pero me apresuré a llegar a casa y lo olvidé.


Mi cuerpo sentía el dolor de no poder ser satisfecho ahora mismo.
—Sé que no tiene razón para creerme, —comenzó—. Pero, no lo hacía si
no tenía un condón. Nunca, Doc. Estoy totalmente limpio. Por favor.
Déjame y lo sacaré cuando sea el momento.
Todo mi rostro se arrugó en un lío confuso. No había nada que yo
quisiera más que para nosotros que estar piel contra piel... pero la
probabilidad de quedar embarazada....
—Bebé... —susurró—. Mi madre me enseñó “no seas tonto, mantén
envuelta tu polla20”. —Me guiñó un ojo—. Sé lo que está pasando en esa
cabecita tuya. Solo estoy diciendo, conozco a mi cuerpo. Sé cuándo es el
momento.
—Si nunca has hecho esto antes, ¿cómo lo sabes? —le pregunté.
Asintió con la cabeza una vez.
—Esta semana, me detuve cincuenta veces antes de venirme porque
quería que te sintieras bien. Sé que cuando estoy cerca.
—Kieran. Tengo miedo.
—Entonces no lo haremos... —lo dijo, como un hecho.
—Mírame, por favor, no te enojes. Planeé que esto fuera divertido. No
pienso en el condón. Pero no estoy lista para eso. No quiero tener miedo.
Sus brazos me envolvieron y me apretaron contra su pecho. Mi cabeza
se movió dentro y fuera con sus respiraciones.
—Megan, —susurró—. Quiero que vayamos al médico. Voy a hacerme la
prueba y a demostrarte que lo que digo es cierto. Pero quiero estar contigo.
Se sentía como si mi corazón fuera a estallar fuera de mi pecho.
—Kieran... —me ahogué.
Negó con la cabeza.
—No te emociones pensando que es sobre romance y flores, por el
amor de Dios... estás aquí de pie, desnuda en mis chaparreras. Diría
cualquier cosa en este momento. —Una sonrisa tonta apareció en su
rostro—. Ahora pon tu culo sexy de regreso o voy a hacer que te
arrepientas por tratar de amarrarme.
Rápidamente negué con la cabeza en desacuerdo.
—Um... por supuesto que no. Esto era para ti...
Instantáneamente, sus ojos se entornaron y su manzana de Adán subió
y bajó. La parte posterior de sus dedos se arrastraron por la longitud de mi
cara.
—Doc, ¿alguna vez has hecho eso antes?
—No. Solo contigo el otro día. Pero no es demasiado difícil de averiguar.
¿Qué tan difícil puede ser? —pregunté retóricamente.
240
Agarró mi mano y he hizo que le agarrara la entrepierna.
—Es muy muy difícil —dijo.
Sonreí.
—No creo que sea demasiado complicado. Puedo hacerlo.
Página

20
Juego de palabras: “Don’t be silly, wrap that willy.”
Seductoramente se deslizó entre mis piernas y luego me levantó de la
mesa... me llevaba a la sala de estar. No estaba segura de por qué el
cambio de escenario, pero él se sentó en el sofá.
—El piso de madera habría lastimado tus rodillas, es mejor la alfombra,
—explicó mientras me deslizaba de su regazo a mis rodillas.
Después de sacar sus bóxers, me di cuenta de que estaba depilado ahí
abajo también. Por alguna razón, una punzada de celos se apoderó de mí y
pensamientos de otras chicas invadieron mi cabeza. De repente, sentí que
estaba compitiendo contra un centenar de otras niñas por la mejor
mamada y yo tenía la menor experiencia en mi currículum.
Me dio un silbido tranquilizador cuando empecé y cuando su cabeza
cayó hacia atrás en el sofá con un gemido gutural, sentí como si quizá
pudiera sostener la mía.
Sus manos recorrieron mi pelo y tiró de él hacia atrás para evitar que
estuviera en el camino. Cuando lo movió a un lado y masajeó mi cuero
cabelludo, yo gemía y le gustó eso... Me di cuenta por la forma en que
arqueó sus caderas. Entonces me ahogué y tuve que parar por un
segundo.
—Meg... —se calló y mis ojos se encontraron con sus ojos marrones
entreabiertos—. Estoy cerca. Cuando te toque, es porque debes estar
lista o te quitas y simplemente lo terminas con la mano. Dios, bebé, —
susurró al final.
Eso me hizo feliz. Lo tenía allí más rápido de lo que pensé que iba a
suceder. Pero ahora estaba nerviosa. No sabía si me iba a ahogar o cómo
sería su sabor... pero estaba lista. Y cuando sentí su toque y escuché el
“bebé”, me seguí moviendo pero traté de prepararme y la verdad, no lo
saboreé mucho. Simplemente lo tragué, para no tener que hacerlo.
—Jesús, Megan, —gimió con ojos vacíos de energía, pero llenos de
afecto... ternura... ¿amor?
Un estremecimiento me atravesó sabiendo que había hecho las cosas
bien, y sabía que lo haría de nuevo.

241
Página
39
Kieran
Traducido SOS por Guga
Corregido por JessMC

—Wink, lo tenemos, —dijo Todd inclinando hacia atrás su cerveza.


—Concuerdo. Lo tenemos bajo control, —agregué.
—Chicos. Tengo sesenta años, no cien. Están haciendo de esto un
asunto mucho más grande de lo que deben, —dijo Wink, sus tics más
notorios cuando estaba ansioso.
—Todo está hecho amigo, deja de preocupar tu lindo y bonito trasero
por eso, —bromeé.
Asintió.
—Nuestro trabajo es hacer que tengas sexo, sabes eso, —dijo Todd.
El rostro de Wink se ruborizó.
—Ustedes dos saben que yo nunca podría hacer eso. Ginny era la única
para mí.
—¡Wink! No estamos hablando de casarse. Estamos hablando de
conseguir que tu pene se moje, —continuó Todd.
Observé mientras Wink tomaba un largo trago de su whisky,
considerando lo que Todd dijo. Por primera vez en mi vida, yo no quería a
ninguna otra mujer y comprendí a Wink por un segundo… pero su chica
se había marchado. Para siempre. Traté de pensar en alguien
imponiéndome a la fuerza otra chica ahora y la verdad es que me
enfurecería. Garantizado, las circunstancias eran diferentes… pero no
podía imaginar acostarme con otra mujer ahora mismo. Una sonrisa curvó
mis labios.
—¿Wink?
—¿Sí?
—¿Qué querría ella para ti? —pregunté—. ¿O qué querrías tú para ella
si estuviera en esta tierra?
242
Sus ojos quedaron en blanco mientras consideraba mis preguntas. Di
una mirada a Todd, quien elevó sus cejas ante mi pregunta. Wink se
zampó su whisky y deslizó su vaso vacío por el bar hacia mí.
—Respóndeme, —le dije.
Página

—Querría que ella fuera feliz. No querría que estuviera sola, —dijo y giró
sobre sus talones y se dirigió hacia la habitación trasera. Ni Tom ni yo
dijimos otra palabra mientras él cerraba la puerta.
—¿De dónde salió eso? —preguntó Todd.
Me encogí de hombros.
—No estoy seguro que la quisiera teniendo sexo con alguien más, —gritó
Wink desde la habitación trasera y Todd y yo reímos a viva voz.
—¿Cómo es tu chica?
Le ofrecí a él un asentimiento.
—¿Tu chica? —repitió él—. Quién pensaría que Kieran Scott tendría solo
una.
Terminé mi propia cerveza.
—Sí. ¿Quién pensaría?
—Entonces dime. Te he conocido por un largo tiempo. ¿Cómo es eso?
Corrí mis dedos a través de mi cabello. No quería hablar de esa mierda.
–—No lo sé, hombre. En lo que me concierne, ella tiene alas.
Todd rió suavemente.
—Wow. ¿Entonces realmente la quieres?
—Como un niño gordo quiere pastel.
Ambos reímos a carcajadas.
—Sucedió de repente, ¿no crees?

Me encogí de hombros.
—Supongo que un poco. Pero cerca de un mes en realidad. Ella no sabía
quién era yo, Todd. No sabía nada de mí. No sabía nada acerca del dinero.
Si hubiera sabido algo de eso, habría sido un problema. Pero, confío en
ella. Por completo.
Todd asintió.
—Bueno. Estoy feliz. Lo mereces, K.
Chocamos los cuellos de nuestras botellas, aunque la mía estaba vacía.

Scott Software Corp estaba ahora funcionando conmigo como dueño


activo. Había sido socio mayoritario desde que mi padre falleció. Duane y
Walt la habían manejado exitosamente sin mí pero estaba de regreso con
una venganza. Había contratado dos nuevos promotores quienes sabían
que yo estaba a cargo, junto con dos nuevos analistas programadores.
Duane y yo estábamos en el proceso de reunir lo que necesitaba para
rescindir a Walt. Lo quería fuera.
243
La fiesta de Wink era en tres días y nos habíamos hecho cargo de todo…
incluyendo seguridad así Todd, Malcolm y yo podríamos disfrutar de la
fiesta. Esta noche, el lugar estaba montado bastante bien y estábamos
jodidamente cerca de la capacidad máxima, lo cual era sorprendente para
Página

un miércoles, pero la banda era de los 80’s y eso siempre atraía gente.
Doc trabajaba hasta tarde y me mantuve observando mi teléfono
esperando un texto de que ella había llegado a casa, y no había llegado
aún. Un malestar se instaló sobre mí y comencé a agitarme.
—Hey, ¿Kieran?
Di una mirada sobre mi hombro y dos bonitas chicas estaban paradas
allí.
—Señoritas.
Una chica rió nerviosa.
—Me estaba preguntando, si podría comprarte una bebida.
Sostuve en alto mi botella medio llena.
—Gracias, chicas. Estoy bien por ahora.
—¿Podría al menos robarte un beso? —preguntó la de cabello castaño.
—Ven aquí. No hay beso pero ¿qué tal un abrazo? —la chica apenas
podía tener 21 y temblaba mientras yo la abrazaba—. Pórtense bien esta
noche.
Mientras se escabullían, reían nerviosas—dejándome sentado ahí sin
entender de qué iba esa cosa conmigo.
—¿K? —dijo Todd en mi auricular.
—Estoy aquí, —dije en el cable.
—Tenemos un problema.
Me puse de pie escaneando la habitación.
—Dime.
—Es tu chica. Algo está mal.
Mientras mi mandíbula se apretaba, subí al escenario para poder ver.
—¿Dónde? —dije entre dientes.
—Está yendo hacia ti. Llorando. El rostro hinchado. K, estate tranquilo.
Está molesta.
La divisé y mi corazón tocó fondo… cayó en picada, y no podía respirar.
Salté de mi plataforma y no estaba seguro como me moví hasta ella; pero
oía algunos “cuidado” y algunos “heys” mientras atropellaba personas al
caminar hacia ella, sin importarme una mierda a quién golpearía.
Mis manos rastrillaron su cabello y ahuecaron su rostro.
—¿Qué sucedió? ¿Qué está mal? —grité sobe la música.
Sus ojos estaban apretados y lágrimas frescas rayaban su rostro. Apreté
su mano en la mía y la guie hasta la habitación trasera de Wink y azoté la
puerta.
—¿Alguien te hirió? ¿Quién? —casi gritaba.
Ella hipaba bocanadas de aire y agarraba fuerte mi camisa. Juro por
Dios, envíame a la cárcel ahora porque heriría o posiblemente mataría a
quien sea que le hubiera hecho esto.
—¡Megan!
244
—Mi madre, —lloró y por un breve momento, el alivio se instaló sobre
mí.
—¿Tu madre? ¿Qué sucedió?
Su boca se abrió, pero nada.
Página

—Doc, toma un profundo respiro. Dime.


—Kieran. Vino a mi trabajo. ¡Mi mamá! ¡Han sido doce años!
En un instante, la tuve anclada a mi pecho tratando de reconfortarla lo
mejor que podía.
—¿Qué dijo? —susurré.
Comenzó sacudiendo su cabeza.
—Como me extrañaba. Que lo siente. Quiere verme. ¡Tengo un hermano!
¡Un hermano! —gritó—. ¡Se casó con un tipo con dinero, Kieran! Yo estaba
en hogares de acogida, siendo golpeada como la mierda por mi padre ¡y
ella estaba casándose con algún idiota rico y teniendo otro niño!
—Mierda… —siseé y continué abrazándola, frotando su espalda—. ¿Qué
dijiste?
—Le dije que las madres no hacen eso. Ellas no abandonan a sus niños.
Ella, por supuesto, tenía alguna historia de mierda acerca de organizar su
vida pero ahora quiere una relación. Quiere compensar el tiempo perdido,
—rió sarcásticamente.
Limpié las lágrimas frescas sobre su rostro.
—¿Qué dijiste, cariño?
—Le dije que se vaya al demonio. Me las había arreglado bien sin ella.
Me dijo que pensara acerca de eso y se lo hiciera saber. Me dio su tarjeta.
Mi madre… me dio su tarjeta. ¿Cuán jodido es eso?
Nunca me gustaba cuando maldecía. Era mucho mejor que eso pero por
ahora, me mantuve en silencio y besé su frente.
—Doc. Deberías saber mejor que nadie que la niñez es de lo que nos
pasamos el resto de nuestras vidas recuperándonos.
Me dio una silenciosa sonrisa y eso me calmó.
—¿Quieres tener una relación con ella, Megan? Responde
honestamente.
—No. Pienso que ella perdió ese derecho cuando se fue y me abandonó.
Sus lágrimas habían amainado y habló racionalmente pero no podía
evitar pensar acerca de lo que yo daría por hablar con mi madre de nuevo.
Sostuve sus mejillas en mi mano y presioné mis labios a los suyos. Un
beso lento dirigiéndose a otro, luego me aparté hacia atrás y la miré fijo
mientras un dolor se cocinaba a fuego lento en mi ingle.
—Piénsalo. Podemos hablar más de esto. Pero, una pregunta. ¿De qué
tienes miedo? —pregunté.
—Abandono, —dijo rápidamente—. Si le permito entrar y ella se va de
nuevo. —Su voz se rompió un poco—. Alguien yéndose… sin tener
respuestas. Es horrible.
—Entiendo.
—Lo siento por venir aquí. Estaba enloqueciendo y… sólo te necesitaba.
Mi corazón se expandió en mi pecho y comenzó a latir más fuerte
245
cuando las palabras te amo se formaron en mi lengua. Las tragué,
forzándolas lejos. Esto era una locura.
—Puedes venir a mi cuando quieras. Pero estamos colmados y necesito
volver ahí fuera. Quédate. Puedes sentarte justo a mi lado, —sugerí.
Página

Apuntó a su rostro.
—¿De verdad? Uh, no. Me iré a casa y… esperaré por ti. —Su guiño era
adorable.
Cuando llegué a casa eran bien pasadas las 2, y ella dormía
pacíficamente enrollada en una pequeña bola en mi cama. Habíamos
compartido la misma cama desde que volvimos de Cannon Beach hace
una semana. Esa era mi parte favorita del día. O tal vez era la mañana y
ver su cabello desordenado y ojos somnolientos al mirarme. Luego de
desvestirme, levanté las mantas y vi que no tenía ropa puesta. Aunque
instantáneamente me coloqué, esta noche, la dejaría dormir. Había sido
un día emocional para ella. Aunque se agitó cuando me acurruqué a su
lado, no se despertó y yo estaba feliz.

Estaba sentado en mi escritorio y preparándome para una reunión de


junta cuando Bert zumbó por el intercomunicador.
—Kieran. El Sr. Francis está aquí con la Sra. Burke.
Eso fue rápido. Terry Francis era el padre de mi jefe de seguridad y yo lo
había enviado fuera hacía sólo una hora a buscar a la Sra. Burke.
—Envíala dentro. Gracias, Bert.
Cuando la puerta se abrió, su belleza que quita el aliento me arrasó y
los ojos mirando fijo… deslumbrando… hacia mí eran los mismos grises
que yo llevaba a la cama cada noche.
—Sra. Burke, —dije moviéndome al frente del escritorio—. Gracias por
venir. Kieran Scott.
Ella estrechó mi mano y con rasgos vacilantes preguntó.
—Me gustaría saber de qué trata esto. No estoy segura que tuviera
mucha elección sino venir cuando usted dijo que era acerca de mi hija.
¿Está en problemas?
Amanda Burke usaba jeans oscuros con tacones y parecía ser más joven
de lo que yo sabía que era. Si se casó por dinero, podría haber tenido
cirugía plástica pero eso realmente no importaba.
—Por favor, tome asiento, —sugerí, y lo hizo—. Megan. Es una amiga
mía. Anoche estaba bastante hecha pedazos con su súbita… reaparición,
digamos. Ahora, yo no sé qué hay detrás de eso o me importa. Lo que me
importa es su hija. Y usted apareciendo luego de abandonarla hace tanto
tiempo ha sido difícil para ella. Sólo apreciaría si usted mantiene la
distancia. Dele tiempo para permitir que esto surta efecto.
Me estudió por unos pocos momentos.
246
—Tiene todo el derecho de estar enojada. Comprendo y no la presionaré
pero necesito que ella sepa, yo simplemente estaba tratando de sobrevivir.
—¿Sobrevivir? ¿Lanzándola a los lobos? —mi tono se volvió intolerante.
Se puso de pie.
Página

—No pensé que él la lastimaría y…


—Bueno, lo hizo. Muchas veces, y luego fue lastimada en los siete
diferentes hogares de acogida en que estuvo también.
Lágrimas fluían sobre sus ojos demasiado maquillados.
—No lo sabía.
—¿Cómo podría? Usted la abandonó. Luego vuelve para descubrir que
se casó con el dinero y la reemplazó.
Su mirada furibunda se volvió hacia mí.
—No la reemplacé, —escupió.
—Bueno, así es como ella se siente. La cuestión principal, no la traje
aquí para perseguirla. Tal vez algún día ella querrá una relación… tal vez
no lo hará. Esa será su decisión. Pero por ahora usted se lo dejará a ella,
¿soy claro?
Casualmente dio una mirada alrededor de mi oficina y me examinó
mejor.
—¿Ama a Megan?
Arrojé mi lapicera sobre los papeles frente a mí y ladeé mi cabeza,
rehusándome a comprometerme más con ella.
—Es una mujer muy afortunada. Gracias por dejármelo saber.
Mientras se puso de pie con una mano sobre el pomo de la puerta,
dije—, La suerte es toda mía.

247
Página
40
Megan
Traducido por Guga
Corregido por JessMC

Había ahorrado para comprar un nuevo vestido para la fiesta de Wink.


No que fuera caro... pero correspondía con mi presupuesto. Era de un
simple negro, a media pierna y sin tirantes. Tiré de mi cabello hacia arriba
fuera de mis hombros. Y me veía completamente follable—misión
cumplida.
Kieran había partido más temprano, necesitando llegar al bar, instalarse
y estar listo. No estaba segura de haberlo visto más sexy que cuando salió
de aquí en sus botas de cuero marrón, una camisa de vestir por fuera y
jeans que abrazaban lo justo su trasero. Antes de partir, vino a mi baño
donde me estaba preparando, gentilmente golpeó mi trasero y dijo—,
Entonces, estaba pensando que deberíamos tontear un poco ahora porque
estaremos cansados o borrachos después.
Estiré mi mano y agarré lo que ya estaba duro dentro de sus pequeños
bóxers y trabajé arriba y abajo unos pocos minutos antes de deslizar mi
mano fuera de su ropa interior y me volteé hacia el espejo.
—¡Hey! —dio voces él—. Eso es como una tarjeta amarilla en el fútbol o
un técnico en el basketball o un…
Con un suspiro exasperado, me volteé girando y me hundí en mis
rodillas, encontrándolo de nuevo pero esta vez con mi boca.
—Dios, Doc… —exhaló en voz alta y amé el control que venía con el
sexo. Cuando su erección se volvió más dura, lentamente lamí alrededor,
luego di besitos en la punta, luego estiré el elástico de nuevo hacia
arriba… cubriéndolo.
Volví a ponerme mi maquillaje pero en el espejo pude ver su expresión
frustrada e insatisfecha reflejada detrás de mí. Una sonrisa atrapó mi
boca.
248
Oí el golpe antes de sentir el dolor y giré para mirarlo riendo.
—¡Golpeaste mi trasero!
—Seguro como el demonio que lo hice. Te mereces eso por ese pequeño
jueguito.
Página

—¡Golpeaste mi trasero! —repetí.


Se carcajeó en voz alta mientras me lanzaba sobre su hombro y
caminaba hacia la cama. Cuando gentilmente me dejó caer sobre el
colchón, tomó el control de mis tobillos y me tiró hasta el borde.
—¡Kieran, detente! —reí nerviosa, pero era demasiado tarde. Él había
empujado mis bragas a un lado y bajado su boca sobre mí con total
intención de excitarme. Típicamente, sus técnicas eran lentas, metódicas,
suaves y deliberadas. En ese momento, la agresividad que él desplegaba
era insoportable y cuando chupó mi clítoris en su boca grité, lista para
explotar. Se detuvo. Se paró. Se puso sus jeans. Y me acurruqué
esperando que el dolor acabara. Consideré acabar por mí misma. Pero él
era lo suficientemente fuerte para ir a la fiesta sin ser satisfecho; ¡yo
también lo era! Pequeño capullo rico, sonreí con ese pensamiento.

Ruthie me recogió y la humedad entre mis piernas estaba aún ahí.


Maldito Kieran. Tan sólo la brisa soplando cuando caminé al auto
endureció mis pezones. Todo mi cuerpo estaba hipersensible cuando
llegamos a Winks alrededor de las 8, la cual era la hora en que la fiesta
estaba por comenzar. Kieran había reservado para nosotras un lugar para
estacionar en el frente. No había fila hoy, y una señal pegada sobre la
puerta leía: FIESTA PRIVADA CERRADA AL PÚBLICO.
El tipo puertas adentro asintió mientras entrábamos y pasábamos.
Divisé a Kieran inmediatamente, recostado sobre su codo cerca del bar. Él
o Todd podían tomar posesión de cualquier mujer aquí y yo simplemente lo
miré fijo mientras él reía. Todo acerca de él demandaba atención. Y por el
momento, él era mío. El pensamiento de él no siendo mío… dolía. No
quería herirme así que empujé el pensamiento fuera de mi mente.
Todd me vio primero y me echó un vistazo, luego palmeó el hombro de
Kieran con su botella de cerveza. Kieran estaba tomando una bebida de su
cerveza de cuello largo pero miraba en la dirección que Todd apuntaba. Mi
dirección. Los ojos de Kieran se ensancharon y me obsequió con una
miradita de mierda que me hizo sonreír instantáneamente. Luego, con el
pavoneo más sexy conocido por la humanidad vino hacia mí,
verdaderamente robando el aire de mis pulmones.
—Señoritas, —dijo a ambas Ruthie y yo pero sus ojos se estrellaban
contra mí, causando que cada músculo dentro de mí se tensara—. Te ves
hermosa, —agregó mientras sus ojos deambulaban de mi cabeza a mis
pies.
249
—Gracias, Sr. Scott. Usted se ve… ¿genial?
—¿Genial? —preguntó con una elevación de cejas.
—¿Genial? —hizo eco Ruthie, luego sacudió su cabeza y trotó hacia
Todd.
Página

—Genial no es la palabra correcta, —dije totalmente nerviosa. Todo lo


que podía pensar era en él entre mis piernas. Rasqué mi cabeza.
Los pasos medidos que él tomó hacia mí nos dejó apartados unas
pulgadas.
—¿Cuál es la palabra correcta, Doc?
Detrás de él había unas pocas chicas dándonos una mirada y yo quería
plantar un beso en él justo aquí y ahora. Reclamar mi derecho sobre él. No
habíamos llevado esto… lo que sea que fuera… al público. Pero pienso que
me sentiría mejor si lo hacíamos. Sabría dónde estaba parada con él.
—Sexy, —finalmente dije—. Te ves increíblemente sexy.
Sus ojos chocolate se nublaron un poquito.
—Eso es porque tú me haces sentir de esa manera.
Eso me hizo sonreír.
—Tu vestido es demasiado corto para mi gusto. Me gustaría que te
quedaras a mi lado, por favor.
—Mi vestido será de fácil acceso para usted, Sr. Scott. Y por qué no
tomas mi mano frente a todas estas personas y abres paso, —sugerí y mi
corazón latía en mi garganta como si yo esperara su respuesta.
Sus hermosos ojos se fruncieron como si estuviera tratando de leerme y
luego lo hizo.
Tomó mi mano y me condujo al bar, lo cual llevó a otra ronda de
susurros.
—Megan, —me saludó Todd, asintiendo.
—Hey, feliz cumpleaños Wink, —dije primero a Todd, luego a Wink,
quien se paraba cerca de él.
—Es bueno verte, Megan, —dijo Wink… guiñando.

La banda estaba tocando un poco de todo pero bastante de algo de la


generación de Wink… algo de los 50s y 60s. Música genial. La fiesta había
continuado cerca de una hora cuando un grupo de damas, de la edad de
Wink o tal vez más jóvenes, entraron. Kieran golpeó a Todd, quien golpeó a
Wink en un efecto onda. En un instante, los tics de Wink pasaron de no
parpadear a encogimientos de hombros y algunos torcimientos de cuello.
Él estaba nervioso. ¿Cuán lindo era eso?
Kieran me había dicho acerca de la esposa de Wink y lo sucedido.
También dijo que ella era su alma gemela. Así que me preguntaba que
sucedía con estas mujeres y si Wink seguiría adelante. Kieran creía que él
merecía una compañía. Entonces, yo también.
—Dios los maldiga chicos, —murmuró Wink, tomando un trago de su
bebida color ámbar.
Todd y Kieran rieron y chocaron los cuellos de sus cervezas haciendo
una X mientras se tocaban.
250
—Ahí está el chico cumpleañero, —una de las damas gritó, y todas
chillaron un poquito y se dirigieron directo a nosotros.
—¿Quieres bailar? —preguntó Kieran, y mi corazón aleteó en mi pecho.
Asentí.
Página

—He bebido dos vasos de vino, puede que necesite alguien en quien
recostarme.
Agarró mi mano y me condujo a la pista de baile.
—Soy ese tipo.
Luego de unas pocas canciones tenía calor por bailar, y hacerlo con
Kieran hizo poco para matar mi ráfaga de hormonas… si acaso esto sólo
causó que se agravara. Me guió a través de la multitud y atrapó una
botella de agua detrás del bar pero también ordenó para mí otro vaso de
vino.
—Estoy acalorada.
—Sí lo estás, —dijo con una sonrisa.
—Y todavía ardiendo por lo de más temprano, —le admití cuando me dio
el agua y el vino—. ¡Muy pocas gracias por eso!
—¡Tal vez deberíamos detenernos! ¡Tirarnos al suelo! ¡Y rodar!
—Un verdadero bombero sexy usó esa frase en mí una vez, —dije,
frunciendo mis labios hacia él.
Torció su cuello; su rostro cargaba una tensa expresión.
—Oh, ¿sí? No juegue con fuego, señorita.
—¿Me quemaré, Sr. Scott?
Tomó un trago largo de su cerveza.
—¿Tú? No. Algún sexy bombero, sí. —Hizo una sonrisita.
—Bueno, estaba bromeando. Él no era del todo tan sexy.
—¿Oyes eso, Doc? —preguntó, luego exageradamente rió con ganas—.
Me gusta reírme. Me haces reír y me haces sonreír. Hay ciertas cosas que
no me hacen sonreír ni siquiera si una broma es planeada.
Tomé un trago de mi vino y quise aplastar mi boca en la suya. Mi
posesivo Kieran.
—¿Qué otras cosas no te hacen sonreír? —pregunté.
—Un chico con hambre. Desastres naturales. La crueldad con los
animales. El pensar en otro hombre tocándote.
Mi corazón se expandió. Los celos eran buenos, ¿correcto? Me quería
toda para él. Yo lo quería todo para mí.
—Kieran… —Susurré y no estaba segura si él siquiera había
escuchado—. No quiero a nadie más.
Sus ojos marrones me estudiaron y me sentí expuesta después de decir
eso.
—Bueno, —dijo.
—Feliz cumpleaños a ti, —alguien comenzó cantando detrás de mí, y
cuando me giré rápidamente, un gran pastel estaba siendo arrastrado
fuera. Todos comenzamos a cantar.
Wink se sentó como un proxeneta en el medio de su harem de mujeres.
251
Todas ellas bramando la canción juntas. Él tenía una genuina sonrisa que
me hacía sonreír. Se levantó y se acercó al pastel donde sesenta velitas
enviaban humo al aire cuando él finalmente las sopló apagándolas. Luego
repentinamente, una joven, hermosa, de cuerpo firme, revestida en una
Página

bikini, saltó desde el centro del pastel.


Wink comenzó a reír y a señalar hacia Todd y Kieran, quienes actuaban
inocentemente sacudiendo sus cabezas como si ellos no supieran nada
acerca de esto. Las mujeres quienes habían estado sentadas alrededor de
Wink ulularon y aullaron hacia la jovencita, alentando a Wink.
Algunas otras mujeres aparecieron y comenzaron a cortar el pastel
colocando trozos en una mesa instalada cerca de la pista de baile.
—¿Quieres uno? —preguntó Kieran.
Asentí.
—Si es blanco. Amo los pasteles blancos.
Me dejó parada ahí y fue a conseguir uno. Con nada más que pura
admiración y una onza de lujuria, mantuve mis ojos puestos en él hasta
que oí a Ruthie reír, luego noté a Todd y Ruthie en una conversación y me
pregunté sobre que sería eso.
—Hola, bebé, —oí a una mujer canturrear, y mi atención regresó para
ver a la casi desnuda joven saltadora del pastel saludando a Kieran,
frotando su espalda. El cabello detrás de mi nuca se paró.
—¿Cómo estás, Penny?
—Estoy bien. Tiempo sin vernos, —dijo ella inclinándose hacia él. Sus
ojos se voltearon y encontraron los míos por un segundo, luego parpadeó
apartándolos.
Volvió su espalda hacia mí terminando la conversación, luego volvió
cargando mi plato de pastel. ¿Qué no podía él decir frente a mí? Penny me
miró fijo por un corto minuto luego y volvió a lo suyo.
—Gracias, —dije, sin sentir más todo ese hambre y no realmente
queriendo sudor de una nudista en mi pastel.

Cerca de una hora más tarde, estaba sintiendo completamente los


beneficios del vino y todavía intentando medir mi respuesta hacia la
conversación de la nudista privada. Ruthie estaba bailando con Todd, y
Wink estaba bailando con una dama en particular. Kieran estaba haciendo
algo con un barril.
—¿Te importaría bailar?
Mis ojos se movieron de la pista de baile hacia un tipo a mi lado. ¿Me
estaba hablando mí? Se veía de veintitantos, lindo y completamente calvo.
Tan celosa como estaba ahora mismo, sabía que Kieran no apreciaría esto.
—No, gracias. —Sonreí.
—Tienes una hermosa sonrisa. Deberías sonreír más, —dijo.
Eso me hizo sonreír más ampliamente.
—Gracias.
—Soy Josh, —se presentó extendiendo su mano.
252
—Megan, —dije estrechándola.
—¿Cómo conoces a Wink?
—No lo hago realmente. Conozco un chico que lo conoce.
—Ah. Entonces, ¿estás aquí con ese chico? —preguntó.
Página

—Sí. La mayor parte, —susurré, mirando hacia abajo porque por alguna
razón, las cosas se sentían apagadas desde la nudista.
—Megan, —dijo Josh, subiendo mi mejilla con su dedo pulgar e índice, y
casi vacilando—. ¿Estás bien?
—Josh. Retrocede ahora, —dijo Todd, respirando con dificultad y
volando a mi lado. Repentinamente Wink apareció a mi lado con su bate
en mano.
—Josh. Ven aquí, —exhortó. Todd en cierto modo detuvo a Josh,
manteniéndolo a un brazo de distancia.
Los ojos de Josh miraron fijo hacia mí por una fracción de segundo,
luego volvieron rápidamente hacia ellos.
—¿Eres la chica de Kieran?
Kieran se paró detrás de Josh, y Todd ahora se interpuso entre los dos.
—¿Tienes un problema con que ella sea mi novia? —Kieran gruñó y
Josh giró alrededor de sí mismo, mirando más allá de Todd.
—Ningún problema para nada. Pero seriamente, Kieran. Ella no es tu
tipo normal. Déjala ir antes que despedaces su corazón.
Mis ojos parpadearon hacia los pesarosos de Kieran.
—¿Te estaba molestando? —preguntó Kieran sinceramente.
—No, —dije haciendo señas a Kieran para que viniera hacia mí. No lo
hizo. Su rostro estoico era ilegible.
—Vamos, Josh. Sal de aquí, —dijo Todd.
Josh elevó sus manos en el aire.
—Está bien. Pero ella es una hermosa chica, Kieran. No estaba seguro si
ella era consciente que estaba viendo a un tipo que mató a sus padres.
Aún en la oscuridad, el rostro de Kieran se encendió de rojo y Malcolm
estaba repentinamente ahí flanqueando el otro costado de Kieran. Kieran
me miraba fijo, tomando un largo, lento suspiro.
—Chicos, —dijo Kieran—. Esta es la noche de Wink. No voy a arruinarla.
—Su mandíbula hizo un tick hacia atrás y adelante mientras la apretaba.
Inmediatamente me lancé entre Todd y Malcolm, envolviendo mis
brazos alrededor del torso de Kieran, y él envolvió sus brazos alrededor de
mí también.
—Josh. Kieran no mató a sus padres, —dijo Wink detrás de mí—. Pero
pienso que deberías irte. Queremos que esta noche sea disfrutada por
todos.
Josh asintió.
—Lo siento, Wink. Feliz cumpleaños. —Comenzó a salir, luego se volvió:
el cuerpo de Kieran se apretó bajo mis brazos—. Megan. Ten cuidado. Te
herirá de alguna manera. Él hirió a mi hermana. Diablos, él
probablemente ha herido a la mitad de las chicas de aquí.
—¡Josh! —advirtió Wink y en ese momento, Todd y Malcolm
253
comenzaron a sacarlo.
Kieran no me dejó ir por un ratito y no fue hasta que lo empujé contra
su pecho que vi fuego en sus ojos.
—¿Estás enfadado?
Página

En silencio sacudió su cabeza y escondió sus ojos de mí.


—¿Podemos volver a tu casa?
Sus ojos se abrieron de repente.
—Nuestra casa, —chasqueó—. Sí.
Su brazo posesivo nunca dejó mi cintura aun cuando hicimos nuestra
salida por el bar hacia Ruthie.
—¿Estás bien? —preguntó Todd, cepillando sus manos como si
estuviera descartando migas. Se sentó al lado de Ruthie nuevamente.
Kieran le dio un simple asentimiento.
—Nos estamos yendo, —dije principalmente a Ruthie—. ¿Quieres una
aventada?
Ruthie rápidamente miró de reojo a Todd, quien tímidamente le sonrió,
luego apartó la mirada.
—Creo que tendré un aventón a casa, —dijo ella.
—¿Puedo hablar contigo por un segundo? —le pedí, un poquito molesta.
Ruthie y yo nos alejamos cerca de cinco pies.
—¿Qué estás haciendo? —le pregunté.
—Hablando, —explicó Ruthie.
—Ruthie. ¿Jerry?
Sacudió su cabeza como si estuviera tratando de aclararla de algún
pensamiento.
—Me gusta T…Todd, —tartamudeó—. Hace mis malditos pies curvarse,
Megan. Yo sólo no quiero que la noche acabe.
Conocía el sentimiento que ella describía. Amaba el sentimiento que ella
describía. También sabía que Jerry hacía que se le durmieran sus pies
tanto como él hacía con los míos. Pero eso no significaba engañar a
alguien.
—No nos molesta llevarte a tu casa. Sé que Todd es caliente pero creo…
no quiero que tomes una mala decisión.
—Megs. Estás teniendo sexo con un cliente, —me replicó, luego hizo un
guiño.
—Tienes razón. Bien. ¿Diviértete entonces? —dije sonando a pregunta.
Los ojos de Todd se iluminaron un poco cuando ella se dio la vuelta y se
sentó nuevamente a su lado.
Las cejas de Kieran se dispararon arriba hacia mí y finalmente dije, —
Vamos.

254
Página
41
Kieran
Traducido por Rihano
Corregido por JessMC

Control de daños. Eso es todo lo que pasó por mi mente mientras abría
la puerta y la dejaba en el Porsche. Me acordé de cuando era pequeño y mi
madre cerraba de golpe una puerta o un armario, sabía que ella estaba
molesta. Cuando íbamos en coche y mamá me miraba por el espejo
retrovisor, sabía que ella estaba enojada. Cuando ella gritaba una
pregunta retórica que yo sabía que tenía una respuesta fácil, pero que ella
no quería que respondiera, yo sabía que estaba jodidamente cabreada. Y si
las lágrimas siquiera tocaban su cara, esto me ponía triste y odiaba
cuando ella lloraba. Bueno, todo eso... así es como me sentía con Doc.
Al no tener experiencia entendiendo mujeres aparte de mi madre, yo
apestaba en esto. No sabía qué decir o qué hacer. Por lo tanto, me senté en
silencio. El ambiente era fuerte por todo el camino a casa porque ella
estaba molesta o algo, desde ella mirando por la ventana hasta no hablar
en absoluto. Pero por el amor de mierda, no sabía si era por mí, por lo que
Josh había dicho o si era porque Ruthie estaba saliendo con Todd.
Diablos, pensé que si quería hablar, ella lo haría. Así que, me quedé
tranquilo. Además, sabía que ella estaba un poco bebida y tal vez eso era
todo.
En el momento en que nos detuvimos en el garaje y después de
escuchar su tercera respiración profunda, finalmente pregunté, —¿Estás
bien?
—Bien, —dijo ella saliendo del coche.

Sabía lo suficiente como para saber que bien no significaba bien.

Una vez dentro, ella se quitó los zapatos de tacón, los recogió y se fue
255
directamente a la habitación. ¡Su dormitorio! Ella no pasó por la salida. No
cobró los 200 dólares.
—¿Doc? ¿Quieres hablar de algo?
La puerta se cerró de golpe.
Página

—Supongo que no, —dije en voz baja, desabrochando mi camisa y luego


tirándola en el cesto. Fui a mi habitación y me quité las botas y mi
camiseta, y empecé a desabrochar mis pantalones vaqueros cuando oí la
puerta abrirse. De repente, ella caminó a través de mi puerta y la cerró de
golpe, mirándome. Ya estaba en mi camiseta, que usaba casi todas las
noches, viéndose linda como el infierno.
—¿Qué quieres? —gritó.
Deslicé mis manos en los bolsillos delanteros y me apoyé contra mi
tocador.
—Bueno, me gustaría que dejaras de golpear la mierda para empezar.
Abrió mi puerta de nuevo, me miró y la cerró por segunda vez.
Me reí de su obstinación.
—¿Qué quieres, Kieran? —dijo ella con un poco más de calma.
—¿Podrías ser más específica?
—Claro. ¿Quieres a Penny?
¿¿Qué?? Yo, literalmente, negué con la cabeza tratando de ponerme al
día con lo que sea el maldito campo minado de donde venía eso.
—¿Penny?
—¡Sí! ¡Penny! La desnudista de la torta. “Hola nene,” —imitó ella—. ¿La
quieres?
No podía luchar contra la sonrisa que se deslizó lentamente por mi cara,
y supe de inmediato que iba a tener problemas por eso también. Con un
gemido exasperado, se volvió y huyó de vuelta a su habitación... dando un
portazo.
Abrí la puerta lentamente y estaba sentada en el borde de la cama. Sus
ojos heridos se encontraron con los míos y me derrumbé por dentro.
—No. Yo sin duda alguna, de manera inequívoca, no quiero a Penny, —
dije, sentándome a su lado.
—¿Ya la has tenido? —preguntó inmediatamente.
—Sí.
—Jesús, Kieran. ¿Hay alguien en el área de Portland con quien no te
hayas acostado?
—Nunca he dormido con Ruthie, —bromeé.
Frunció los labios y le dio un manotazo a mi mano.
—Doc. Tengo casi 27 años. He vivido en Portland toda mi vida y sí, me
he acostado con muchas mujeres. Pero...
Antes de que pudiera terminar, se alejó de mí hacia el pequeño
escritorio en su habitación y se apoyó contra este.
—¿En serio? —le dije—. ¿No estás molesta por lo que dijo Josh? ¿No
estás molesta porque mi amigo probablemente está jodiendo con tu amiga
en este momento? ¿Estás molesta porque una desnudista llamada Penny
256
me dijo, “hola nene”?
Frustrantemente pasó los dedos por su pelo.
—No. Estoy molesta porque tú me diste la espalda y todos estaban
cuchicheando. ¡Entonces ella me miró! —Sus sentimientos claramente
Página

estaban lastimados.
Una pequeña risa surgió de mi garganta. Me levanté, mirándola
fijamente. Una mezcla de deseo y dolor en sus ojos.
—Penny quería saber si yo estaba libre esta noche. Le dije que no. Que
estaba comprometido ahora. —Mi corazón latía tan fuertemente contra mi
pecho que me sentí mareado—. Le dije que estaba parada detrás de mí y
que estaba loco por ti.
Sólo nos separaban casi diez centímetros ahora y su pequeña boca
entreabierta. Sus ojos grises parpadearon con necesidad... anhelo.
—Ese es probablemente el por qué ella te miraba divertida, —continué, y
solo asintió.
—Kieran. Lo siento. Estaba insegura y lo siento.
—¿Qué quieres, Doc?
Sus ojos se cerraron mientras mi aliento soplaba sobre su rostro.
—¿Quiero que me toques? —dijo en voz baja.
Apoyé mi mano en su cintura.
—¿Qué quieres?
—Quiero que le escribas a Todd y le digas que no tenga sexo con Ruthie
esta noche. Pueden hacer cualquier otra cosa, pero...
Abrió los ojos.
—Ruthie es una chica grande.
—Por Favor. Haz esto por mí.
Dejó escapar un suspiro de exasperación.
—No te muevas, —la instruí, fui por mi teléfono, le escribí a Todd y
regresé—. Listo, ahora, ¿qué quieres, Megan?
—No sé qué quieres decir.
—Sí. Lo sabes, —dije, bajando mi cabeza y besando su cuello. Su cabeza
cayó hacia atrás y metí mis dedos en su pelo para sostener su cabeza, así
su cuello no dolería.
—Te quiero, Kieran.
Enojado, tomé su mano y agarré mi polla hinchada. Eso es lo que todas
las chicas querían de mí. Eso o mi maldito dinero. Pero yo sabía que
Megan era diferente.
—¿Es eso lo que quieres? ¿Mi polla?
Sus ojos se abrieron y estaban medio llenos de deseo y medio llenos de
confusión.
—¿Justo ahora? Sí. Eso es lo que quiero, —jadeó—. Mucho. Pero más
allá de este momento... quiero más, Kieran. Y sé que te asusta y no quiero
asustarte. Pero quiero cenas y paseos en moto y caminatas en la playa
también.
Mi boca cubrió la de ella, el calor, el vino, el sabor de ella. Quería todo lo
257
que ella acababa de decir. La amaba por no escuchar lo que dijo Josh. La
amaba por confiar en mí con su seguridad y su corazón.
Sus diminutas manitas yacían al ras en mi pecho y frené el beso. Sus
pequeñas respiraciones saliendo de su boca tan inocentemente, pero al
Página

mismo tiempo tan necesitadas. Caminé hacia atrás hasta que mis piernas
golpearon la cama.
—Quítate la camisa... mi camisa, —le dije con un guiño.
No había ninguna duda en sus acciones. Tenía la ropa interior que yo le
había comprado para reemplazar las que yo había rasgado. Su sujetador
ya se había ido así que sus pechos eran libres y ya duros como guijarros.
Mi boca se hizo agua justo como esos malditos perros a los que ella hace
referencia. Tal vez yo era capaz de ser entrenado.
Una vez que su camisa fue descartada en el suelo, comenzó con sus
bragas.
—¡Detente! Simon no dijo que te quitaras tus bragas, —sonreí—. Voy a
quitarlas. Ven aquí, —le exigí.
Una vez frente a mí, soplé sobre sus pechos e incluso esto pareció
robarle el aliento. Me encantaba el control que tenía sobre ella
sexualmente. Había un viejo dicho: Tengo al gatito así que yo hago las
reglas... y aunque en el fondo sabía que esto era cierto, sobre todo con ella,
mi polla mantenía un poco de control también.
Envolví mis pulgares en el elástico de sus bragas y empecé a bajarlas
poco a poco. Dios, ella era hermosa. Con un brazo, la acerqué más, su
pecho tal vez a unos centímetros de mi boca. Pasé mi lengua hacia arriba,
capturando su pezón, y se quedó sin aliento y luego clavó sus dedos en mi
cabello. Resistí el ligero tirón hacia adelante y le sonreí.
—Kieran, —rogó con una sonrisa, aunque sus ojos rogaron más.
Ahí fue cuando tomé su pecho en mi boca como si fuera un suave
helado servido, y probé la punta. Después de unos minutos, sus rodillas
comenzaron a ceder.
—Monta mi regazo, —le ordené.
—Quítate tu ropa interior primero, —replicó ella.
Cuando me puse de pie, sus ojos resbalaron sobre todo mi cuerpo y en
ese momento, yo sabía para lo que había trabajado tan duro. Sus ojos. Las
horas en el gimnasio. El trote. Todo era por ella. Una vez que había
liberado mi polla, mis calzoncillos cayeron al suelo.
Volví a mi posición y la levanté, así sus piernas se sobreponían a las
mías. Cuando miré su cara, la vacilación se apoderó de ella.
—¿Qué pasa, nena? —le pregunté.
—Esto va a doler. Esta posición.
—No voy a hacerte daño, Megan.
—No estoy segura de que puedas evitarlo, señor Scott, —sonrió ella.
Mordisquee su labio, chupándolo en mi boca y luego tomando su boca
en un beso lleno. Nuestras lenguas se encontraron la una a la otra y
descubrieron su propio ritmo.
258
—No voy a hacerte daño, —repetí entre besos.
Se mordió el labio inferior mientras mi dedo medio se sumergía en ella,
mojando mi dedo lo suficiente para frotar su dulce y exacto lugar por
encima de su apertura.
Página

Sus dedos agarraron mis hombros mientras movía mi dedo en


diminutos círculos. Empujó contra mí un poco... y tenía razón, estaba
totalmente expuesta y extendida a la perfección.
—Bebé… —susurró mientras su respiración se intensificaba.
Cuando supe que estaba cerca, deslicé el condón sobre mí y levanté
suavemente sus caderas. Quería que se viniera alrededor mío.
Literalmente siseé mientras bajaba sobre mí. Y fue insoportablemente
lento para ella tomar mi longitud. Sostuve su culo así no la lastimaría al
permitirle ir hasta el fondo. Con mi mano libre, volví a complacerla. Y tomó
poco tiempo para que ella explotara alrededor mío... y sentir sus músculos
apretarme me puso justo en el borde.
—Kieran, por favor mueve tu mano. Quiero todo de ti. Por favor.
—Cariño, podría lastimarte. No quiero herirte.
—Por favor... —gritó ella.
No iba a lastimarla... así que la voltee y la puse sobre su espalda y Dios,
maldita sea, en el momento en que vi la mirada de placer en su cara esta
me envió sobre el borde tan pronto como la miré. Mientras me liberaba en
ella, sus ojos sostenían los míos y murmuró lo que parecía te amo. Estaba
inseguro.
—¿Qué? —pregunté deseando aclarar. Quería su amor.
Rozó su pulgar sobre mis labios y le di un beso.
—Dije te amo. Tú no tienes que decirlo en respuesta. Solo quería que lo
supieras. Te quiero, Kieran. Desde el momento en que entraste en mi
despacho, hubo algo acerca de ti.
Tragué duro pero incluso eso pareció quedar atrapado en mi garganta,
así como las palabras que quería gritar. Me amaba... yo también la
amaba... pero todo lo que tenía para ofrecer era una mirada en blanco. Me
quería. Mi mirada vagaba sobre su cara en completo asombro de lo que
tenía delante de mí. Era mía... me amaba. Y sabía mejor que nadie lo que
era perder a alguien que me amaba y a quien yo amaba a cambio. Ella no
quería dinero. No quería solo sexo. ¡Ella me quería! Creía en mí. Me
quería...

259
Página
42
Megan
Traducido por Guga
Corregido por JessMC

—¿Megan Clark? —llamó la enfermera, y me puse de pie para seguirla


pero rodé mis ojos a Kieran, quien estaba siguiéndola de igual manera.
Le aseguré que yo era una niña grande y que tenía puestas mis bragas
de niña grande; podía manejar todo esto por mí misma. Pero, él, por
supuesto, insistió en venir. Pienso que estaba más preocupado si mi
doctor masculino iba a tener una vista de la “base del bateador” de mi
cosita. Poco sabía él, su trasero estaría dejando la habitación si ese era el
caso.
—¿Cómo estás, Megan? —la enfermera preguntó, y Kieran tomó asiento
en la esquina mientras yo me sentaba sobre la camilla con el crujiente
papel.
—Estoy bien.
—Escribiste que estás queriendo conseguir pastillas para el control de la
natalidad. ¿Es eso correcto?
—Sí. Y mi amigo está yendo a hacerse una prueba de sangre.
La enfermera ojeó a Kieran y un débil sonrojo apareció en su rostro. Yo
quería decir, “Sí, sé que él es caliente. Deberías estar haciendo eso
también.” Pero… no lo hice.
—¿Tienes seguro? —preguntó ella a Kieran, esta vez sin mirarlo.
Entendía eso también. Yo perdía las palabras alrededor de él también. No
una pérdida de palabras tan grande como cuando dejé caer la gran bomba
AMOR pero…
—Tengo seguro pero pagaré en efectivo.
Asintió. —OK. —Luego dejó la habitación.

—Los doctores nunca son rápidos, pienso que tenemos tiempo por un
260
rapidito sobre esa camilla, —dijo él.
—¿Un rapidito?
Se puso de pie y caminó hacia mí con una mirada cachonda en sus ojos.
—Cuida tu trasero. No estamos haciendo un rapidito. Nada acerca de ti
Página

es rápido. Bueno, excepto esa primera noche, —lo provoqué.


—Hey, duré unos completos siete minutos, pienso. —Ambos reímos—.
Sólo espera hasta que ya no tenga que usar un condón, —amenazó,
tirando de mi trasero hacia él y desgarrando el papel.
—¡Ummmm! Vas a estar en problemas, —bromeé—. Y si vas más rápido
que siete minutos, ¡estoy fuera! —Lo empujé en el pecho y él cubrió su
pecho como si su ego estuviera herido.
—Sólo por ese comentario, vas a ser cogida toda la noche. —Sus ojos
estaban centelleando pero serios, y su boca sonreía con superioridad.
—Muchas gracias. Ahora, cuando el doctor me examine, voy a estar
húmeda. Por supuesto, sus dedos se deslizarán más fácilmente.
—Desde la silla de la esquina él gruñó y su pecho emuló vomitar. Sonreí
cuando la puerta se abrió.
Mi doctor entró. Él estaba por los 50 y había sido mi doctor por años.
Reconocí una inquietud en Kieran. Me hizo reír nerviosa.
—Hey Megan. Lo siento por la espera.
Le presenté a Kieran.
—¿Entonces quieres conseguir la píldora?
—Sí.
—¿Cuándo fue tu último PAP? —dijo él.
—Creo que fue hace seis meses, —dije, mientras mi doctor pasaba
volando por mi historia clínica.
—Tienes razón. Todo estaba bien así que pienso que estás bien. Te haré
comenzar hoy si estás lista para ser iniciada.
Kieran sonrió ampliamente detrás de la espalda del doctor.
—¿Cuándo fue tu último período? —preguntó.
Kieran ladeó una ceja. Esto era evidencia de cuan locamente rápidas las
cosas habían ido. Habíamos estado juntos por menos de dos meses…
incluyendo terapia donde realmente no estuvimos juntos. Recuerdo mi
último período siendo anterior a Andrew siendo baleado.
—¿Megan? ¿Podrías estar embarazada ahora?
—¡No! —dije instantáneamente—. Quiero decir, hemos tenido sexo pero
hemos usado condones.
El doctor palmeó mi pierna mientras yo me sentía a punto de
hiperventilar. Mis dedos hormigueaban mientras abría y cerraba mis
manos en puños. Mi cabeza se sentía atontada. Mis ojos volaban de Kieran
al doctor y de regreso a Kieran.
—Hagamos una prueba rápida de embarazo. ¿Puedes hacer pis? —
preguntó.
261
Kieran caminó hacia mí y envolvió su brazo alrededor de mí. ¡Mierda!
¡Estoy segura que él estaba volviéndose loco! Kieran no era del tipo “Ups,
vamos a tener un bebé”.
—Yo… yo puedo hacer pis.
Página

El pensar en traer un pequeño, inocente ser a este mundo con mi


historia familiar me perseguía. Me había resignado hacía mucho a nunca
tener niños. ¿Qué habíamos hecho?
—Voy a conseguir que una enfermera te traiga un recipiente.
Asentí débilmente, sintiéndome atascada en un trance.
—Kieran. Creo que quiero estar sola. ¿Puedes esperar fuera por mí? —le
pedí apartándome de su toque.
Caminó hacia el frente donde yo me sentaba y tomó posesión de mis
hombros.
—No, no te dejaré. Por favor no me lo pidas de nuevo. Si por casualidad
algo sale de esto, no me iré, tampoco. Y tú serías un demonio de madre, —
dijo severamente.
—¿Megan? —la enfermera dijo interrumpiéndonos—. Ven aquí fuera.
—Miré atrás hacia Kieran cuando salí y él se paró con sus manos en sus
bolsillos, viéndose tan sexy que nadie tenía el derecho a tanto. Yo, por otra
parte, estaba cayéndome a pedazos por completo.
El pequeño recipiente transparente se sacudió violentamente en mi
mano mientras lo deslizaba entre mis piernas. Me incliné hacia atrás para
asegurarme que daba en el recipiente y lo hice pero derramé algo a los
lados. ¿Qué demonios? ¿¿No eran los condones un 95% efectivos?? Él
siempre usaba uno. Puse el recipiente en la pequeña ventana, lavé mis
manos y me sentí amilanada regresando a esa habitación. En el pasillo, la
enfermera sonrió hacia mí… una espeluznante feliz sonrisa… ¿quién
demonios estaba feliz? Podía apenas alimentarme a mí misma la mitad de
tiempo… ¿cómo alimentaría un bebé?
—Esto tomará cerca de dos o tres minutos, —dijo ella, mientras yo abría
la puerta donde Kieran esperaba.
—¿Bien? —preguntó, estoy segura que apartándose veloz de la puerta.
—Tomará sólo unos pocos minutos, —susurré.
—Doc, escucha.
—Kieran… no. Sólo no justo ahora, por favor.

Luego de cerca de diez minutos de tormentoso silencio, el doctor entró.


—Bueno, no estás embarazada, —dijo sonriendo.
Dejé la respiración contenida y Kieran me dio un asentimiento
tranquilizador.
—Retrasaría el comienzo de las píldoras hasta que tengas tu período ya
que este debería ser cualquier día. Una vez que las comiences, siete días es
lo que necesitas para tener protección.
Asentí, tan llena de alivio y tomando el pequeño papel con la
prescripción.
—Gracias.
262
—Kieran, tomarán tu sangre a través del pasillo y tendremos esos
resultados mañana por la tarde.
—Gracias. —Kieran se paró, sacudiendo su mano.
—Sólo una cuestión más, si ustedes están planeando tener sexo sin
Página

protección, la píldora los protege del embarazo pero no de enfermedad.


Kieran le dio una leve inclinación de cabeza.
—Es por eso que estoy siendo analizado, así ella sabrá que estoy limpio.
—Aprecio eso Sr. Scott, pero Megan es mi paciente y mi trabajo es
protegerla, —dijo, respetuosamente, pero la mandíbula de Kieran se apretó
fuerte y trabajándola de adelante hacia atrás. ¿Cómo sabía él su apellido?
— A menos que ustedes sean completamente monógamos, yo desalentaría
que Megan tenga sexo sin protección.
De pronto, sentí la necesidad de proteger a mi Kieran de más dolor.
—Dr. Howerter. Somos exclusivos. Monógamos. Cualquiera sea la
palabra que usted elija. Gracias, sin embargo.
La mano de Kieran se deslizó hacia arriba por mi espalda y frotó
tiernamente mis hombros y cuello.
—¿Kieran? ¿Es eso cierto?
Esperaba que él no le diera un golpe a mi doctor.
—Sí, Doc. Eso es cierto. Irrevocablemente así.
Mi corazón pareció agrandarse en mi pecho y si fuera un globo, habría
explotado.
Luego del análisis de sangre de Kieran, nos fuimos juntos.

Kieran me dejó en la casa luego de la cita porque tenía cosas que


necesitaban ser hechas, y yo estaba agarrando algunas pocas cosas en la
tienda de comestibles. Odiaba ir a la tienda ahora que estaba usando la
tarjeta de crédito de Kieran. Se enfadaría si era mezquina. Me quería más
gorda por alguna razón. Entonces típicamente compré todas las cosas que
le gustaban: chuletas, patatas, trasero de cerdo para que él lo ahumara,
costillas, etc. Agarré tampones dado que sabía que comenzaría en
cualquier momento. Era raro para mí no hacer un conteo de las cosas que
ponía dentro; se sentía aún mejor mientras rodaba hacia la caja sabiendo
que no tendría que preocuparme si tenía suficiente dinero para cubrir la
comida.
Mientras me paré esperando mi turno, escaneé las tapas de diferentes
revistas de chismes. Cuatro celebridades estaban divorciándose. Dos eran
ahora gay. Una había ganado bastante peso. Entonces lo vi… ¡Kieran! Mi
Kieran. Cubriendo la tapa de la revista MODA. Era una revista legítima y
la arranqué. EL SOLTERO MÁS IDÓNEO DE LA COSTA OESTE. Mi
corazón palpitaba en mi garganta. ¿Quién era este tipo? Él más caliente
que la mierda, ese era. Se veía apuesto en un traje gris con una corbata
azul de seda. No estaba mirando directamente a la cámara… era más su
cabeza inclinada hacia abajo pero los hermosos ojos marrones mirando
hacia arriba con la ceja levantada con la que yo me había vuelto familiar.
263
Temblando, pasé las páginas alisadas con mi dedo hasta que encontré el
artículo. Un tipo detrás de mí se aclaró la garganta y di una mirada hacia
atrás. Él se movió hacia la cinta transportadora. Yo no había puesto la
comida sobre esta aún. Así que mientras mantenía la página abierta, lancé
Página

algunas ahí.
Leí cosas como: Scott Software LLC. 240 millones de dólares. Dueño.
Pequeño castillo en la Columbia. Heredero.
La cajera parecía enojada.
—¿Va a pagar por eso?
—Sí, por favor.
La arrancó de mi mano y la escaneó, luego rápidamente pagué. Qué
perra.
Luego de hacer mi camino hacia mi auto en una niebla, Googleé Scott
Software en mi teléfono. Justo aquí en Pórtland. No podía controlar lo que
mi mente estaba enrollando. No sé lo que era esto… una vibra, un
sentimiento, una señal… pero creciendo cada vez más y más molesta,
conduje directamente ahí.

El estacionamiento era privado con una pequeña caseta y un asistente


que recibía a la gente que entraba y salía.
—¿Cómo está usted hoy, señora? —un caballero más viejo preguntó. No
más viejo… viejo. Su camisa bordada decía Calvin.
—Bien. Gracias. Necesito estacionar y entra a Scott Software por favor.
—Seguro. ¿Puede decirme con quien es su cita?
¡Mierda!
—Um. ¿Kieran Scott?
Él sonrió.
—Por supuesto que sí. ¿Está esperándola?
—No. ¿Qué quiere decir con “por supuesto que sí”?
El viejo hombre mostró una sonrisa de sabelotodo.
—Sólo un momento, por favor. —Corrió a la velocidad de un rayo de
regreso a su cabina y estaba llamando a alguien. ¿Kieran?
Todo lo que pude descifrar de sus palabras fue Honda Accord. El brazo
fue hacia arriba al frente de mi auto y el caballero apuntó a un lugar pero
había una señal encima del lugar que decía: RESERVADO. Así que aclaré
apuntando de nuevo. Él asintió, entonces estacioné. Se encontró conmigo
cerca de mi auto.
—Lo siento por eso. A veces la gente aparece sin tener citas. Entre por la
puerta del frente. Winnie estará esperando por usted.
—OK, —dije entrecerrando los ojos—. Muchas gracias.

Calvin tenía razón. Al momento que atravesé las puertas, una


encantadora dama se aproximó a mí, presentándose y escoltándome
inmediatamente a los elevadores.
—Entonces. ¿Está aquí por Kieran? —preguntó, con ojos destellantes.
264
—Sí. Estoy aquí para hablar con él.
El elevador sonó y ella no pudo contener su sonrisa.
—Bert estará esperando por usted. Ella la llevará directamente a él. —Se
metió lo suficiente para presionar el botón por mí, luego salió nuevamente.
Página

—Gracias, Winnie, —dije rápidamente.


Mientras las puertas del elevador se cerraban, ella me guiñó. Yo estaba
más confundida ahora que antes con este trato preferencial.
Tomé varias respiraciones profundas en el viaje hacia arriba y cuando la
campana sonó, me sentí enferma. Las puertas se abrieron y una mujer de
cabello gris con un poquito de su espalda encorvada sonrió la más genuina
sonrisa hacia mí.
—¿Bert? —pregunté.
—Sí, querida. Soy Bert. ¿Te gustaría ver a Kieran? —preguntó.
Asentí.
—Por favor.
Se volvió y arrastró su frágil cuerpo en la dirección contraria—detrás de
ella donde una gran, oscura puerta de madera estaba cerrada.
Suavemente golpeó dos veces.
—Entre. —Ambas oímos y ella abrió la pesada puerta.
Nada podía haberme preparado para el Kieran Scott parado ahí. Él no
era mi Kieran. Él era MODA Kieran, excepto que su traje era negro y su
corbata era roja y santa madre de Dios, se veía como un hombre diferente.
Agudo. Sofisticado. Mundano. Fuera de mi alcance. Clásico. Perfecto.
Hasta ese momento miré mis capris caqui y mi camisa de campesina.
¿De verdad? Hoy era el día justo para mi camisa de campesina.
—Doc, —me reconoció—. Gracias, Bert.
Le ofrecí una tibia sonrisa mientras ella cerraba la puerta.
En algún lugar entre la entrada y la puerta cerrándose, las cosas se
volvieron en cámara lenta. Kieran caminó alrededor de su escritorio con
zapatos brillantes, negros y se sentó en la esquina de su escritorio. Se veía
increíble como la mierda. No estaba segura si mi boca podía formar una
palabra. Esta simplemente colgaba levemente abierta.
—Háblame, —dijo él y supe que era él porque era la misma voz ronca,
sexy que había aprendido a amar.
Pero no dije nada. Mis ojos viajaron por el perímetro de las paredes de la
oficina, fotos de su familia, diplomas, certificados, y fuera del ventanal de
techo a piso—una perfecta vista del Monte Hood.
Una placa se ubicaba al frente de su escritorio… dorada. KIERAN
SCOTT. No conocía a este Kieran Scott. No sabía siquiera que existía.
—Megan, —dijo, más cerca de mí ahora. Cuando me tocó, me encogí.
Retrocedí lejos de él y una dolorosa mueca se disparó por su rostro.
Caminé hacia la foto familiar detrás de su escritorio. Qué familia
perfecta, hermosa. Refinada. Unida. Feliz. Sin importarle el mundo. Su
hermana… que quita el aliento. Su madre… elegante. Su padre… un
Kieran más viejo.
265
—Siento que no estén más aquí. —Finalmente susurré, sin mirarlo.
—Sé que lo haces. Gracias.
Me pregunté qué pensaban todos acerca de mi aparición aquí hoy.
¿Sabía alguien algo acerca de mí? No había ningún signo de mí en esta
Página

oficina… ¿eso es porque él sabía que yo no pertenecía aquí?


En la esquina sobre una silla, estaban un par de sus jeans y la camisa
que él usó sólo hace dos horas en la oficina del doctor sus botas metidas
perfectamente debajo de la silla. El Kieran que conocía estaba doblado
bellamente sobre una silla.
Sus manos estaban escondidas en los bolsillos de su pantalón de vestir
mientras sus ojos medían cada movimiento que yo hacía.
—No te conozco, —apenas dije, tomando el riesgo y mirando de reojo al
más impresionante hombre que hubiera visto.
—Si lo haces, Doc. Tú me conoces mejor que nadie. Te dije que tenía
dinero.
—¿Dinero? —suavemente dije con los dientes apretados—. Decir “tengo
dinero” es diferente a decir “Estoy entre los 100 primeros de la revista
Forbes.” Hay una diferencia entre “¡hey, mi familia es acomodada y esto! —
dije un poco más fuerte, arrojando al piso la revista con él gloriosamente
decorando la tapa.
Su pecho macizo de músculos se movió arriba y abajo con su profundo
suspiro.
—¿Fue eso una broma? —pregunté.
—¿Una broma? —preguntó con las cejas bien elevadas.
—¿Yo…tú? Quiero decir, ¿no pensaste que yo vería esto? ¡Es una revista
que vende mucho! El hombre con el que cojo está en la tapa—¡como el
soltero más elegible!
Se movió hacia mí y yo retrocedí lejos de él. Algo le dolió cuando me
aparté.
—El artículo fue hecho hace varios meses. No estaba seguro cuando iba
a llegar a los quioscos.
—Las chicas… todas las chicas… haciendo fila—literalmente
para verte. Para engancharte.
—Nunca te mentí, Doc, —se defendió.
—Oh, eso es tan noble de ti. Hay tanto honor en no decir a alguien la
verdad contra mentir a todo trapo. Por favor ayúdame a entender… ¿fui yo
como un caso de caridad? —Odiaba mis lágrimas en ese momento. Mordí
mi labio tratando duramente de retirarlas… de dar marcha atrás con ellas
pero era inútil.
Se quitó su chaqueta y aflojó su corbata alrededor de su cuello,
trabajándola de adelante hacia atrás, luego se acercó a mí de nuevo.
—¡Detente! —Gruñó mientras yo me alejaba y casualmente deslizaba
alrededor del otro lado del escritorio—. Estaba tratando de protegerte. Se
estaba corriendo la voz. La gente estaba hablando y yo estaba haciendo
todo lo que podía para protegerte, Megan.
266
—¿Protegerme?
—De los reporteros. Paparazzi de toda clase.
Literalmente chillé pero no pude formar palabras. Esto era demasiado
para mí. Tan grande que ni siquiera podía manejarlo. Qué sería de Kieran
Página

cuando su novia fuera rastreada a sus raíces. A mi alcohólico, abusivo


padre. A mi madre perdida en acción. A mis años en hogares de acogida.
—Megan. ¿Me has visto en el periódico o las revistas además de esta?
Sacudí mi cabeza, mirando a ningún lugar sólo a él.
—Exactamente. Esto será noticia pero sólo por un caliente segundo y
luego podemos vivir nuestras vidas.
¿Vivir nuestras vidas? Abrí la revista hasta que lo encontré extendido en
el centro. Posando. Una foto de su hermana. Su familia. A él en la Corte.
Una foto de él parado en el funeral de sus padres. Detrás de él… parados
Joe y Vivian… ¡JOE Y VIVIAN! ¿Qué demonios? Comencé a temblar de
nuevo. ¡Oh mi Dios! ¿Había sido toda esta relación inventada… arreglada?
Oh Dios. Me sentí enferma. La sangre zumbaba en mis oídos
manteniendo el ritmo con mi pulso.
El vómito se movía lento hacia arriba desde mi estómago, quemando mi
esófago. Creo que era causado por la habitación girando.
Cuando la policía o una trabajadora social me sacaban de mi casa, ellos
me conducían a un nuevo hogar y no tenía control de lo que estaba
sucediendo. Cerraba mis ojos a veces y sólo esperaba que todo estuviera
bien. La ansiedad de ir de lugar en lugar… sola… era aterrorizante. Nunca
sabía lo que el futuro me deparaba. Y en este momento, todos esos
sentimientos y temores e inseguridades tomaron el control.
Tropecé sobre la zona de la alfombra en el centro de la habitación y huí
en completa cámara lenta por el piso y luego vino… el vómito. Gracias a
Dios, golpeé el basurero al lado de la puerta.
Los brazos de Kieran gentilmente se envolvieron alrededor de mí
mientras vomitaba en el recipiente de metal.
—Bebé… lo siento, —susurró contra la cavidad de mi oreja.
Vergonzosamente un escupitajo colgaba de mi boca y fui forzada a usar
mi mano para quitarlo. Luego lo barrí en la maldita blusa campesina que
quería quemar.
—Megan, no te vayas, —dijo él agarrándome y tomándome en sus
brazos. Su almidonada camisa de vestir crujió cuando jaló mi espalda
contra su pecho y estómago. Su cuerpo protegiéndome del daño físico pero
había un vacío emocional y mental.
—Kieran. ¿Cómo conoces a Joe y Vivian? —susurré.
—¿Phillips? Ellos son mis padrinos, —dijo—. ¿Por qué?
—Oh mi Dios, —dije con los dientes apretados y de pura exasperación,
golpeé su pecho con la base de mi puño. Él no se resistió. Tan pronto como
lo hice, jadeé, horrorizada. ¡Lo había golpeado!
—¡TE GOLPEÉ! —Grité, entrando en pánico al darme cuenta de lo que
había hecho—. ¡Lo siento!
—Megan. No me golpeaste. Apenas me tocaste. Bebé, no hagas esto. —
267
Sus brillantes ojos castaños claro me perforaron.
—No. No. No. No. tengo que irme. —Mis manos violentamente se
sacudieron pero abrí la puerta y me dejó ir.
Página
43
Kieran
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

Dejarla ir fue la cosa más dura en mi vida que jamás había hecho
aparte de enterrar a mis padres. Cuando ella abrió la puerta, se sintió
como si estuviera arrancando el corazón de mi pecho. Era el dinero, por el
amor de Dios. La observé mientras ella rodeó el escritorio de Bert, lágrimas
corriendo por su rostro, embistiendo directamente en Walt, que la derribó
por completo en su culo. El gruñido que surgió de mi pecho alarmó a Bert
porque sus grandes ojos me encontraron. Me tomó tres pasos largos para
llegar a Doc y ayudarla a levantarse. Una vez en pie, se limpió la cara.
—Lo siento —ella gimoteó y levantó la vista hacia Walt. Entonces su
rostro se desmoronó y su pecho pareció hundirse. —¿Sr. Brown? —ella
preguntó con las cejas en alto... reconocimiento de algún tipo se apoderó
de su rostro.
Walt no dijo nada. Ni siquiera lo siento. ¿Cómo diablos ella conocía a
Walt? Ella parecía una pequeña niña derrotada... un acongojado cachorro
en ese momento.
—¿Megan? —pregunto.
268
Enormes lágrimas crecieron en sus ojos de nuevo y se derramaron por
encima como presas.
Página

—Me tengo que ir —dije ella en voz baja y empujó el botón del
ascensor, el cual claramente no había bajado desde que ella había bajado
porque se abrió inmediatamente.
—Querida, ¿Estas bien? —preguntó Bert mientras ella daba un paso.
—Lo estaré —dijo Megan y mientras las puertas se cerraban, la oí decir
—Gracias.
Enseguida, me giré hacia Walt tan rápido, agarrando puñados de su
camisa de trabajo.
—¿Qué mierda fue eso?
—¡No tengo idea! —él gruñó.
—Kieran —Bert advirtió detrás de mí.
Yo estaba como un entrenado, feroz pitbull en ese momento, listo para
matar. —Walt. Eres un hombre de 45 años de edad. No me digas que no
sabes de donde la conoces.
—No lo sé, Kieran. Obtén tus manos fuera de mí.
—¡Kieran! —Duane gritó desde el pasillo, corriendo hacia nosotros. —
No.
Empujé a Walt hacia atrás. —Me enseñaron respetuosamente a
respetar a mis mayores, pero contigo... yo simplemente no puedo hacerlo.
No me gustabas cuando era joven. No me gustas ahora. Tienes
veinticuatro horas para averiguar cómo la conoces o estas acabado.
—Kieran —dijo Duane.
—Ya te dije que no lo sé —repitió Walt.
Hice un sonido de clic con mi boca. —Bueno, será mejor que lo
averigües, hijo de puta.
Golpeé el botón del ascensor con tanta fuerza que se quebró en el
centro.
—Kieran, cariño. Necesitas tus llaves y tu billetera —Bert me recuerda.
Asentí, mi respiración viniendo en cortos jadeos y mis manos
269
temblorosas por la adrenalina. Arrollador vuelvo a mi oficina, pateé la
jodida silla, golpeándola contra la pared.
Página

—¡Kieran Thomas Scott! Eso es suficiente. No voy a tolerarte actuando


de esta manera. Ahora siéntate —ella ordenó.
—No puedo Bert. No puedo. Tengo que...
—¡SIENTATE! ¡ABAJO! —ella dijo con la voz más dura que nunca
había oído, y a regañadientes me senté.
Después cojeando lentamente hacia su silla, ella se sentó también.
—Ahora escúchame —ella comenzó. —Tu padre siempre tuvo sus
propios problemas con Walt. Pero para tu padre esta compañía era
negocios. Nunca personal. Walt es un hombre inteligente. Infierno, a nadie
le gusta el tipo. Pero él conoce su negocio. Lo sabes. Ahora no doy un culo
de rana gorda si le disparas o no. Pero hazlo a causa de la empresa, no a
causa de la emoción.
Corriendo mis manos por mi cabello, agarro un puñado y tiro. Quería
sacarlo.
—Ahora. Con respecto a esta hermosa chica que claramente tiene tu
corazón, K. El amor es algo que tú tienes que equilibrar en tu corazón y tu
cabeza. Y eso es duro. Ella esta obviamente herida y no sé qué demonios
hiciste. Pero... tienes que hacer algo para arreglarlo. Y confía en mí, que
puede ser más divertido que cualquier cosa —ella explicó con un guiño. —
Pero Kieran. Nunca he visto esa mirada en tus ojos, cariño. No estoy
segura de dejar a esta chica escapar.
—No pienso en ello. Pero Bert, tengo que llegar a ella.
Ella lentamente se puso de pie y de repente mirándome
cuidadosamente. —Bueno, ¿Por qué demonios estas todavía aquí?
Con la billetera y las llaves en mano, eche a correr para el ascensor.

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Página
44
Megan
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

—¿Hola?

—Ruthie —yo sollozaba —¿Dónde estás?

—¡Megs! ¿Qué está mal?

Apenas podía respirar, mucho menos hablar, y navegar por las céntricas
calles de Portland con los ojos borrosos era una pesadilla.

—Es Kieran. ¿Dónde estás?

Ella titubeó. —Megs. Estoy junto a Tood. Larga historia. No te asustes.


Pero por favor ven aquí. Todd no está aquí. Por favor.

—Bueno. Ni siquiera sé dónde vive —le dije, sorprendida de que ella estaba
allí.

¿Qué demonios está pasando? —¡Ruthie! Le pegue. ¡Le pegue!

—Está bien, Megs. Vamos a hablar de ello. Está bien.

*** 271
Después de conseguir la dirección, conduzco directamente hasta Todd, de
todos los lugares, luchando contra el impulso de dar la vuelta. Kieran
había transformado demasiado rápido mi vida. No era el momento para
mirar atrás o lamentarse...nunca me arrepentiría de Kieran... sólo del
Página

dolor. Había sido entrenada para esto toda mi vida. Empacando y partir
son emoción...
El brutalmente largo viaje de 15 minutos fue insoportable mientras
parpadeaba las lágrimas de mi visión -principalmente porque mi celular
sonó desde el asiento de la escopeta de mi coche. El Hombre más sexy vivo
no podía detenerse. Después de doce llamadas consecutivas, lo apago,
incapaz de luchar contra la tentación.

El lugar de Todd era tan agradable como el de Kieran, y Ruthie está


corriendo a mi coche cuando me vio tirando de mí.

—¿Qué diablos pasó? ¿Por favor no me digas que ustedes dos rompieron?

Después de que bajé aturdida del auto, ella no acogió en un muy-necesario


abrazo luego me ondeó dentro de su casa. Necesitaba descubrir lo que
estaba pasando entre ellos ...pero apenas podía manejar mis propios
pensamientos o vida.

Una vez dentro, ella inmediatamente abrió una botella de vino que
encontró en la cocina de Todd y compartimos una copa mientras le
contaba todo... dejando nada fuera. Quiero decir literalmente, comencé
desde que entró en mi oficina por primera vez.

Se sentó de vuelta en el sofá y se quedó fuera.

—¿Así que realmente piensas que esto es una cosa planeada? ¿Cuál sería
el propósito? —preguntó.

Me encojo de hombros. —Honestamente no sé por qué. Pero mira todo. El


tribunal le ordenó venir a mí por Joe. ¡¿Él me compra un coche después de
conocerme como por dos semanas?! Me consigue comida. Me tiene
mudándome con él. ¡Ruthie! Él puede tener a cualquier mujer en el
mundo. ¿Coge a la pobre chica que ha sido golpeada por su padre, dentro
y fuera de cuidados de crianza y luchando alrededor tratando de averiguar
su vida? —niego con la cabeza con mis manos cubriendo mi cara. —No
tiene sentido. Nada de eso.

—Tal vez no se supone que tenga sentido.


272
Chasqueando los dedos, digo —¡Oh! ¡Y Joe y Vivian son sus padrinos! Fue
entonces cuando le pegué. Golpeé su pecho mientras él estaba
sosteniéndome. En serio. Esa fue la gota que colmó el vaso. Me rompí.
Página

Ataqué. Eso no está tan BIEN. Y, no puedes decirme que todas son
coincidencias. No hay manera.
Ruthie fuerza mi cabeza en su hombro. —Estoy segura de que no le has
hecho daño, Megs. Y tal vez él se lo merecía.

—¡OH! ¿Y Walt? El único hombre que odiaba de cuidado temporal trabaja


con Kieran. Por todas estas cosas que vienen juntas como esto -bueno,
tendría mejor probabilidades ganándome la lotería.

Me recosté, cerrando mis ojos, tratando de relajarme y aliviar algo del


dolor de mi cuerpo.

—¿Alguna vez pensaste que tal vez él estaba luchando alrededor tratando
de averiguar su vida también? ¿O pensaste alguna vez que quizás tú sólo
ganaste la lotería?

Tragando y forzando más lágrimas fuera, vuelvo mi cabeza para mirarla.

—Por favor explícame qué estás haciendo aquí. Si eso no es más de una
cosa anormal, que mi mejor amiga este viéndose con su mejor amigo...
¿Qué demonios pasó la otra noche? —cambié de tema.

Ruthie metió sus pies debajo de ella y engulló su vino.

—Creo que tienes razón, Megs. Me encanta mucho Jerry pero no de la


manera en que debería para pasar el resto de mi vida con él. Todd y yo
tenemos tanta diversión. Verdadera diversión. Manejando alrededor.
Riendo. Volvimos aquí y te juro que pensé que tal vez algo pasaría pero el
obtuvo un texto que lo hizo salir y bueno, nada pasó. Así que miramos TV
y hablamos.

—Han sido como tres o cuatro días. ¿Te has estado quedando aquí? —No
pude esconder mi shock... mi sorpresa.

—¡No! Bueno, no realmente. Creo que él me ha puesto en la zona de


amigos. A partir de este momento, no siquiera me ha besado. Y eso está
bien. Pero, yo lo remuevo un pelín —su rostro conteniendo decepción.

—¡Ruthie! ¿Por qué estás aquí? —casi grité porque ella estaba siendo
273
evasiva

—Le dije a Jerry que necesitaba tiempo para averiguar algunas cosas. Dijo
que si después de cinco años no me había dado cuenta entonces nunca
Página

iba a estar bien. Él se enojó y me dijo que me fuera anoche —Ruthie se


puso a llorar. —Nunca quise hacerle daño, Megs.
Me acerco a ella y la jalo en mí y estamos tendidas juntas.

—Lo siento —susurro acariciando su espalda —¿Así que, Todd te preguntó


para quedarte aquí? —todavía no lo entendía.

Ella aspiró, limpiándose su nariz con su mano. —No. No realmente. Lo


texteé y le dije que necesitaba un pequeño favor y él dijo ok. Él es un buen
hombre. Y sé que Jerry lo es también, Megs.

—Ruthie. Te amo. No me importa con quien estás mientras tu estés feliz.

—Lo sé. Creo que a pesar de que Todd sólo será un buen amigo, quizás yo
necesitaba esto para seguir adelante. Al ver la manera en la que Kieran
mira hacia ti... me hizo querer eso también.

Su dicho trajo lágrimas de vuelta a mis ojos y ambas éramos unos


desastres llorosos. Y lo último que recuerdo era ella diciendo "Te amo,
Megs" antes de que mis ojos se cerraran.

El tono de llamado trajo a mis ojos abiertos y miro fijamente hacia la parte
trasera del sofá pero no fue hasta oír la voz de Todd que me congelé y no
me moví, más al darme cuenta de donde estaba.

—Hey, ¿Qué pasa? —escuché a Todd decir. —Ruthie está aquí, ¿Por qué?

Mi nariz estaba picando pero no me atrevía a moverme.

—K. Megan está aquí —silencio mientras me mordía el labio —No lo sé.
Acabo de llegar a casa y ella está durmiendo en mi sofá —silencio de
nuevo. —No, idiota. Ruthie está aquí, también. Ella está durmiendo en mi
silla. ¿Qué demonios pasó? —silencio —¿Vas a venir aquí?

Sin pensarlo, me di la vuelta y miré a Todd. Sus cejas se alzaron y sonrió


sólo con media boca.
274
—Te lo dije. Ella está dormida —él no aparta sus ojos de mi —Está bien.
Diles hola.
Página

Él bajó el teléfono y lo metió en su bolsillo delantero.

—¿Él está viniendo? —pregunte en voz baja.


—No aún. Pero pronto —él se apoya en el marco de la puerta.

Me senté en posición vertical y me deslicé en mis zapatos.

—¿Te vas? —preguntó, sonando sorprendido.

Las ruedas giraban en mi mente al pensar en qué hacer. No podía


quedarme aquí. Este era el mejor amigo de Kieran. No importaba que
Ruthie estuviera aquí.

—Si.

—Prefiero que te quedes —dijo —Él quería que te mantuviera aquí.

Me estiro cuando me pongo de pie. —Puedes decirle que trataste. Pero,


tengo algunas cosas que averiguar.

El asintió hacia mí pero miró hacia Ruthie acurrucada en su silla. Supuse


que sabía que ella tenía algunas cosas que averiguar también.

—Dile a Ruthie que le enviaré un texto.

—Lo haré.

—Dile que se mantenga fuerte —le dije mientras abría la puerta principal.

—Megan. Kieran... te... necesita.

Sus palabras fueron como un cuchillo en el corazón y no estaba segura de


que fuera una herida que pudiera sanar. Me sentí... traicionada por Kieran
en cierto modo. Traicionada por Joe y Vivian. Traicionada por mí propia
cabeza y corazón por no saberlo mejor.

Una vez en mi coche, saqué la tarjeta de mi madre y me quedé mirándola


fijamente. La idea de ser capaz de ir a algún lugar al lado de papá estaría
bien.

Pero al mismo tiempo, sabía qué esperar de mi padre. Sus reacciones, sus
estados de ánimo eran familiares para mí. Cuando cumplí 18, había
275
puesto un candado en la puerta de mi habitación y él no me había
golpeado desde entonces. Metí la tarjeta de nuevo en mi bolso y me dirigí
al este.
Página
45
Kieran

Traducido SOS por Buty Maddox


Corregido por July CB

Todavía en mis pantalones y camisa de vestir, golpeé en la puerta de


Joe y Vivian. Vivian respondió.
—Kieran, cariño. ¿Que está mal?
—¿Cómo conoces a Megan Clark, Vivian?
Su rostro cayó y ella miró hacia otro lado por un minuto. Abrió todo la
puerta para permitirme la entrada, y di un paso más allá de ella.
—Toma asiento en el patio. Nos conseguiré una bebida.
Vivian me trajo una cerveza fría y tenía un poco de algo en su vaso
también. Yo no estaba seguro de cuánto ella bebía por lo que tuve la
sensación de que esta historia iba a ser buena.
—Megan vino a vivir con nosotros hace dos años y medio.
Enterré mi cara en mis manos, preguntándome cómo me perdí esto.
—Ella vino al refugio después de un altercado con un chico.
—Jared —dije, poniendo las piezas en su lugar.
Ella asintió.
—Sí. Jared. Necesitaba un lugar para quedarse. Pagó por su propia
276
universidad con sus préstamos estudiantiles y Preston se había ido... así
que Joe le permitió quedarse. Joe la conocía de sus cosas juveniles, pero la
Página

aceptó voluntariamente. Ella no permitió que la ayudáramos. Trabajó, se


quedó en el jardín de la casa y tan pronto como pudo, ella alquiló ese
pequeño mal lugar en donde la encontraste.
—Vivian —dije sin otro motivo que fuera de exasperación.
—Joseph pensó que si él te mandaba a la terapia, sería bueno para ti.
También pensó que ella sería buena para ti. Joe te conocía lo
suficientemente bien como para saber que nunca te abrirías a cualquier
mujer. Eso tomaría a alguien especial. Bueno, Kieran. Megan es especial.
Después de todo lo que ha pasado, ella es honesta y buena. Es muy
independiente. Y sin lugar a dudas inocente incluso con lo que ha pasado.
Me balanceé de un lado a otro en la mecedora del porche,
preguntándome si Megan se había sentado alguna vez en este columpio...
pensando en ella durmiendo en lo de Todd. Sabía que no debería estar
celoso, pero lo estaba.
—¿Y cuando llegué contigo para comprar su coche?
—Eso hizo feliz a Joe. Él sabía que tu corazón no estaba totalmente
apagado. Sabía que estabas empezando a preocuparte por ella entonces.
—¿Por qué no me lo dijiste? —dije apenas.
Ella miró hacia el jardín de la casa.
—Kieran. Le animé a hacerlo. Pero Joe realmente creía que iba a impedir
el proceso terapéutico. También pensó que si supieras, la alejarías.
Jesucristo. Arrastré mis manos toda la longitud de la cara.
—¿Y Megan no tenía ni idea de quién era yo para ti?
Vivian negó con la cabeza.
—No, Kieran. Joe y yo solo éramos capaces de tener a Preston, aunque
queríamos más. Y creo que cuando Megan vino aquí, él creció más
apegado de lo que alguna vez admitirá voluntariamente. Cuando Megan se
mudó, tuvo a viejos pandilleros checando a la pobre chica, pero cuando
necesitabas terapia, vio una oportunidad así. Y la tomó.
277
Me levanté de la silla tratando de mantener una onza de compostura.
—Vivian. Joe juega con las vidas de las personas. Debería haberle dicho
Página

a ella... o a mí... —El dolor haciendo eco a través de mi corazón no era


soportable.
—Kieran. ¿Te has enamorado de Megan?
—Ella nos vio en una foto. Creo que ella cree que esta toda esta cosa fue
inventada y la verdad sea dicha, lo fue. Yo no lo sabía.
Vivian se puso de pie ahora y colocó sus manos en las caderas.
—Kieran Thomas, te hice una pregunta. ¿Amas a esa chica?
Vivian era lo más parecido que tenía a una madre en este momento, ella
me estaba dirigiendo como tal. Había algo en sus palabras que me
calentaba. Yo sabía que ella se preocupaba y me emocionó saber que le
importaba más Megan.
Me quedé mirándola largo y duro cuando una sonrisa tímida avanzó a
través de mi cara.
—Sí. Más que a la vida —admití finalmente.
—Pues bien, no estoy segura de lo que tu culo está haciendo aquí
todavía, jovencito.
Después de besar la mejilla de Vivian, decidí que tanto si Megan quería
verme o no... Me dirigiría a lo de Todd a arreglar esto.
***
Agravación inmediata se deslizó en mí cuando avanzaba en calle de
Todd y el coche de Doc no estaba allí. Cerré la puerta del Porsche y caminé
hasta la casa. No golpeé, entré, y Ruthie y Todd estaban sentados
hablando. Agravamiento adicional.
—¿Dónde está? —gruñí.
—Ella se fue, hombre. Traté de mantenerla aquí —explicó Todd.
—¿Dijo dónde iba? —le pregunté mientras miraba a Ruthie.
Ruthie negó con la cabeza.
—No, perdón.
Empecé a cerrar la puerta detrás de mí cuando Ruthie gritó—: Kieran.
278
Con esperanza y optimismo en mi cara, levanté mis cejas hacia ella.
—En primer lugar, mis lealtades están con ella. Pero está herida.
Página

Deberías haberle dicho todas estas cosas.


—Sí. —Estuve de acuerdo.
—Voy a ser honesta contigo porque creo te preocupas por ella también.
—La amo —le interrumpí.
Cuando Todd enseñó los putos dientes en una sonrisa tonta, quería
golpearlo. Y qué, la amo... pruébame, imbécil.
Ruthie también sonrió, pero ella era más cálida.
—Ella no ha tenido muchas cosas buenas sucediendo en su vida. Sufrió
un cambio bastante malo y aunque siento que ella se merece el mundo en
bandeja de plata, todavía no está convencida de ello. No la empujes, ¿de
acuerdo? Ella siempre ha sido obligada a cerrarse emocionalmente para
sobrevivir. Se apagará a ti también si la presionas. Si no lo haces, puede
ser la mejor terapia que ella ha tenido —dijo con un guiño.
Yo tenía la posesión de la bandeja de plata que la que ella hablaba y
tenía el mundo para ofrecerle.
—Gracias —le dije a Ruthie, dándole un movimiento de cabeza, y cerré
la puerta detrás de mí.
***
¡Mierda! Cuando llegué a la casa, ella no estaba allí tampoco... pero yo
respiraba más fácil cuando vi que todas sus cosas estaban todavía en mi
habitación y en la de ella. Después de cambiarme de ropa, me senté y
llamé de nuevo. Nada. No había otra alternativa que esperar... odiaba
esperar. Y no había manera en el infierno de que resquebrajaba una
cerveza también... Si yo tenía que ir por ella, estaría listo
***
Cayó la noche y yo había luchado con el sueño durante varias horas
sosteniendo mi teléfono en mi mano. Sin tomar en cuenta el tiempo, llamé
a Todd.
—¿Qué pasa? —respondió soñoliento.
279
—¿Ha escuchado Ruthie de ella?
—K. Ella está dormida.
Página

—¿Por qué se está quedando allí? ¿Qué pasa con eso? —le pregunté,
completamente molesto y preocupado porque esto no haría feliz a Doc.
Le oí soltar un suspiro exasperado.
—Ella rompió con como sea que se llame y él la echó. Supongo que sus
padres se quedan allí y ella no quería hacer esta gran escena.
—¿La follaste? Te pedí que no lo hicieras. Megan no quería...
—No, K. Jesús. Ha sido duro pero he respetado lo que me pediste.
¿Cuánto tiempo más? Ella ha rogado, literalmente —susurró Todd.
Me froté los ojos con el dedo índice y el pulgar. Nunca hubiera tolerado
que alguien me dijera que no podía hacerlo con alguna chica. Todd estaba
siendo más tolerante con mi solicitud con Megan.
—No lo sé. Pero, solo necesito saber que está bien.
—Espera —dijo.
Cuando me rasqué la cabeza, le oí hablar. Juro por Dios que si me
entero de que Megan estaba allí...
—Ruthie dijo que envió un mensaje temprano y dijo que se alojaba con
su papá, K.
—¿Su PAPA? —Casi grité cuando él dijo algo a Ruthie.
—Sí. Supongo que él vive en Hood River.
Me tomó cerca de cinco segundos para colgar, cerrar el fondo de mi
sillón reclinable y agarrar la llave de la caja fuerte del arma. En la oficina,
abrí la caja fuerte, cogí la pistola calibre 40, junto con la munición. Cargué
sin dudarlo. Tan rápido como pude, me puse mis jeans, botas y una
camiseta, y luego me dirigí al garaje. Después de sacar mis chaparreras y
mi chaqueta, envolví la pistola en un par de paliacates y la metí con
seguridad en la alforja. Finalmente listo, encendí mi moto, cerré el garaje y
me dirigí a Doc.
280
Página
46
Megan

Traducido por Guga


Corregido por July CB

Cuando di vueltas en mi vieja cama, el crujido de mi colchón de resortes


causó que mis ojos se abrieran por centésima vez. En el reloj se leían las
12:30 a.m. Encontrar un lugar frío sobre mis sábanas se estaba volviendo
casi imposible. Tenía calor. Y no podía dormir. Y comenzó mi período. Y
Kieran ocupaba absolutamente cada célula cerebral en mi cabeza. Esta
noche fue una de las noches más miserables de mi existencia.
Sabía que la mayoría de las mujeres saltarían ante la oportunidad de
dormir con Kieran, de vivir con él, de amarlo… Tuve la oportunidad para
todo eso en este momento. Pero no comprendía por qué él se mantenía tan
alejado de mí. Me quité de un tirón la camiseta que usaba lejos de mi
pecho en un intento de aliviar el sordo dolor que sentía, pero no funcionó.
Las palabras de Ruthie hacían eco en mi cabeza… tal vez esto fue mi
lotería. Estuvo claro cuando Kieran vino a mí por primera vez que estaba
perdido… pero no pensé que me daría cuenta recién ahora cuán perdida
estaba yo también. Pensar que juzgué a la gente porque tenía dinero. Solo
281
porque una persona te trató de cierta manera no significa que alguien más
de esa edad, o raza, o clase económica haría lo mismo. Yo debería saber
eso mejor que nadie. Solo podía esperar y rezar a que nadie jamás volviera
Página

a tratarme diferente a causa de mi padre o mi madre o cómo me crié.


Di vueltas en la cama de nuevo, reacomodado mi almohada. Necesitaba
enviarle un mensaje de texto a Kieran. Necesitaba decirle dónde estaba y
qué estaba haciendo. Que estaba bien. No lo abandonaría. Sabía
demasiado bien cómo eso se sentía, y no era bueno. Pero… no sabía cómo
seguir adelante con él tampoco. El pensar en mi historia haciéndose
pública si él y yo seguíamos adelante juntos. El pensar en mi madre… o mi
padre… apareciendo en la prensa a causa de que lo amo… me hiere.
Kieran tendría que poner excusas por amarme y yo no querría eso.
Kieran me llamó unas dieciséis veces más temprano, pero cuando mi
teléfono sonó, me sorprendí. Al mismo tiempo que leía el texto, oí el
acelerador de su motocicleta.
Estoy sentado fuera. Por favor, sal.
¿Él estaba aquí? Qué puede pensar de este agujero de mierda… oh Dios.
Mi teléfono sonó de nuevo.
Tu auto está aquí nena. Sé que estás aquí. Por favor, ven a verme.
Me puse de pie y deslicé un par de mis andrajosas sudaderas, luego oí el
teléfono sonar una tercera vez.
Doc. Necesito verte. Juro por Dios, que soplaré y soplaré y derribaré
tu casa… así que trae tu trasero aquí.
Él vino detrás de mí… justo como un cuento de hadas. Mis ojos se
llenaron de lágrimas y las limpié rápidamente, arrojé un trozo de goma de
mascar en mi boca y suavemente abrí la puerta del frente. Oh santa
calentura. Él se inclinaba contra un árbol, teléfono en mano, mirándome
fijo. Solo la visión de él me robó el aliento. Era mi Kieran.
Tenía puesta su chaqueta de cuero. Sus botas de fóllame. Y la más
hermosa y gentil sonrisa que alguna vez había visto.
282
La puerta de tejido golpeó más fuerte de lo que pretendí e hice una
mueca de dolor ante el sonido al cerrarse. Pero cuando salí a la escalera de
Página

entrada, él comenzó a caminar hacia mí y no puede evitarlo… corrí hacia


él. Al momento que me tuvo en el aire, envuelta completamente en sus
brazos y estampada contra su pecho, respiré. Respiré amplia y
profundamente por primera vez desde el momento en que lo dejé parado
en su oficina.
—-Doccc —suspiró mi nombre—. No hagas eso de nuevo nunca. No me
dejes.
—No te dejé… yo sólo…
Aún alzada del piso, sostenida por su brazo, su otra mano recorriendo
mi rostro, no estaba segura de lo que él estaba buscando pero entonces su
mano arrastró mi cabello hasta que envolvió mi cuello y forzó su boca en la
mía. Kieran nunca fue agresivo pero usó más fuerza de la que jamás había
usado. Su boca y lengua en caliente persecución de la mía, y cuando se lo
concedí, un bajo gruñido acompañó su ternura. Yo, también, agité mis
dedos a través de su cabello, sin querer salir del aire.
—Kieran —lloré cuando nos apartamos.
—Megan. Te amo. Yo. Te. Amo.
Diablos. Todo mi rostro se arrugó en feo llanto, ese llanto incómodo
donde tu rostro se contorsiona en un horrible desastre. Esa era yo en ese
momento, incapaz de controlar el flujo de felices lágrimas.
Él continuó:
—Mi mundo estaba oscuro y silencioso antes de encontrarte. Sé que fui
forzado a hablar contigo al comienzo… pero ahora… ahora te necesito.
Quiero contarte mi día. Quiero saber del tuyo. Necesito saber si estás bien.
Sé que solo han sido dos meses, ¡pero te amo! ¿No es así como se supone
que suceda, cuando menos lo esperas? Bueno nena… me golpeaste en el
trasero.
Una sonrisa de oreja a oreja cruzó mi rostro, y mis brazos se hundieron
en su cintura.
283
—¿Quién demonios eres tú? —Oí el eco de la voz de mi padre a través
del patio.
Página

El temor se estremeció a través de mí. Mientras intentaba salirme de los


brazos de Kieran, él protectoramente me empujaba a su lado.
Alzando una mano hacia mi padre, la otra sostenida firmemente contra
mío, él comenzó a caminar de lado hacia su motocicleta que estaba a unos
seis pies de distancia.
—Señor. Mi nombre es Kieran. Estoy aquí para hablar con Megan.
Mi padre se deslizó fuera del primer escalón de cemento y fue cuando sí
el bate de béisbol en su mano. Él estaba apenas sobrio cuando llegué aquí
pero me había atrincherado en mi habitación y acomodado para la noche.
Su camisa desabotonada de franela azul ondeaba en el aire.
—Conozco a los de tu tipo, viniendo aquí, husmeando alrededor de mi
hija. He visto a los de tu clase toda mi vida. Primero, los hombres
husmeaban alrededor de su madre, Amanda. Ahora alrededor de mi hija.
—Él estaba tan delgado que sus costillas resaltaban.
—Papi, por favor —dije tratando de desplazarme alrededor del brazo de
Kieran, pero él me sostuvo segura en el lugar.
—Sr. Clark. No vine aquí a comenzar una pelea. Vine por Megan —dijo
Kieran y mi corazón se expandió.
Mi padre se resbaló cuando aterrizó en el piso sucio luego del último
escalón, pero permaneció recto.
—Quita tu trasero de aquí, muchacho —dijo elevando el bate desde
atrás de su hombro aunque él aún estaba a yardas de nosotros.
—Con gusto. Pero Megan se viene conmigo.
—¡Qué diablos dices! —gritó mi padre con ojos de loco, de ebrio.
—Sr. Yo solo quiero cuidar de ella. —Kieran se inclinó hacia su alforja,
la desabrochó y buscó dentro.
—¿Cuidar de ella? Piensas que yo no puedo, ¿hijo de puta?
Cuando mi padre osciló el bate, aún cuando no estaba
suficientemente cerca para herir a Kieran, me aparté de un tirón y me
lo 284
lancé hacia mi padre. Estaba tan harta de su mierda.
—¡Doc!
Página

—Papá. Tengo 23 años. No puedes hacerme más esto. Lo amo —lloré, y


la mirada que lanzó a través de sus ojos con mi contestación fue tan
familiar. Antes que pudiera agacharme, el revés de su mano azotó
atravesando mi rostro, enviándome rodando al piso. Agarrando mi cabello
fuera de mi rostro y a través de ojos brillantes, vi a mi propio padre ladear
el bate de regreso hacia mí… su hija.
El aullido de Kieran tronó antes que yo lo viera derribar a mi padre al
piso con un sordo gruñido acompañando.
—Kieran, ¡no! —grité, orientándome y poniéndome de pie. Su mirada
asesina me encontró, y se suavizó solo un poco antes de darse cuenta que
él estaba montado a horcajadas de mi padre con su puño levantado hacia
atrás. En su otra mano había un arma negra. Él rápidamente se paró,
apartándose de mi padre.
Confundida y shockeada, mi mano inmediatamente golpeó sobre mi
boca tratando de aguantar el grito. ¿Por qué él tenía un arma? Caminó
hacia mí; sus ojos atenuados escaneaban mi rostro. Yo no sé qué vio pero
lanzó el arma hacia la motocicleta.
Ambas manos ahuecaron mi rostro mientras él temblaba… se sacudía
como nunca lo había visto temblar ates.
—¿Llevas un arma? —pregunté, con sorpresa coloreando mi lengua.
Él restregó sus nudillos en mi mejilla.
—¡NO! Sí. La llevaba.
Cuando apreté mis ojos cerrados, las lágrimas se filtraron.
—Lo siento —lloriqueé, saboreando el sabor salado y rústico de la
sangre que yo odiaba.
—¿Sentirlo? Bebé… —gimió él, y las lágrimas inundaron sus ojos
mientras sus dedos recorrían la piel maltratada sobre mi mejilla pulsante y
labios inflamados.
—Estoy bien, estoy bien, estoy bien —repetía yo tratando de convencerlo
285
a él y a mí.
—Te necesito fuera de aquí ahora, Doc. Por favor, ven conmigo.
Página

—¡Aaaaugh! —Oí a mi padre y el bate golpeó la pierna de Kieran y él


gritó y cayó.
Cuando mi padre torpemente embistió contra mí, Kieran rápidamente
agarró su pierna y mi padre cayó duramente, primero el rostro sobre la
mugre. Sin pensarlo, agarré el arma y la levanté, lista para dispararle a mi
padre si necesitaba proteger a Kieran.
—Doc. No lo hagas. Baja el arma, cariño.
Reconocí la zona… la actitud… estaba escapando hacia eso lento pero
seguro. Era mi modo de supervivencia. Mis ojos se enfocaron en el rostro
yaciente de mi padre en la mugre. Aunque sabía que Kieran estaba ahí, no
fue hasta que él caminó hacia mí que giré en su dirección. Él esquivó de
lado mi objetivo.
—Doc. Por favor. Quita tu dedo del gatillo.
Lo hice… dejé caer el arma totalmente. Kieran me agarró y tiró de mí
hacia su pecho. Inspiraciones sibilantes soplaron sobre mi rostro mientras
él miraba fijo hacia mí con temor radiando en sus ojos.
—Megan —resolló.
Mi atención se arrastró hacia mi padre cuando un gemido bajo salió de
él. Parecía sin vida, el rostro vuelto hacia la mugre, y apartando de un
empujón a Kieran, caí de rodillas y me arrastré hacia mi padre, tratando
de voltearlo por sus hombros.
—Papi —sollocé mientras Kieran se movía a mi lado, tiernamente
apartándome y luego dando vuelta a mi padre—. ¿Él está bien?
Una mezcla de mugre y sangre drenaba de su nariz y su rostro estaba
deshecho, con mugre incrustada en la piel herida. Un rostro que sostenía
tanto odio y rabia antes, parecía inocente y pacífico ahora.
—¿Señor Clark? —dijo Kieran tocando su mejilla con el reverso de su
mano.
286
Mi padre no se movía. Entonces Kieran descansó sus dedos debajo de la
mandíbula de mi padre en el recodo de su cuello y jadeó.
Página

—Él está bien, nena, pero pienso que deberíamos llamar una
ambulancia para estar seguros.
Mis dedos cavaron en la espalda de Kieran.
—¡No! ¡Él estará bien! —decía yo frenéticamente.
Kieran se puso de pie, sacando su celular y marcó.
—¡Kieran! —gimoteé.
—Sí, necesitamos una ambulancia en el 312 de la calle Elm —dijo
calmadamente al receptor mientras las lágrimas se arrastraban por mis
mejillas. Alcanzándome, su brazo se enrolló alrededor de mi cintura y me
estrelló contra su pecho.
—Un hombre está inconsciente —continuó, presionando sus labios en la
parte superior de mi cabeza.
—No. Él ha estado bebiendo y cayó sobre su rostro al piso. —Silencio—.
Sí, tiene pulso y está respirando.
Las sirenas estaban ululando en la distancia y gradualmente haciéndose
más fuertes. Me arrodillé al lado de mi padre y Kieran caminó a mi lado.
—Sí. Ellos casi están aquí —dijo Kieran al teléfono—. Gracias. —Deslizó
el teléfono de regreso a su bolsillo.
—Cariño. Juro por Dios, no tuve la intención de herirlo —dijo él.
Asentí, limpiando con mi mano mi rostro, tratando de borrar las
lágrimas que estaban comenzando a secar. Y fue en ese momento que me
encontré en el trance de supervivencia de nuevo en el que había estado
tantas veces antes. Toda emoción puesta en segundo plano. No podía
sentir. No sentiría. Necesitaba de alguna manera mezclarme hasta el punto
donde las preguntas tal vez no fueran hechas. Más importante, necesitaba
a Kieran fuera de aquí. Esto solo le haría más daño y posiblemente lo
pondría en la tapa de alguna revista de chimentos.
—Vete —dije apenas en algo más que un suspiro.
Shockeado, ojos furiosos destellaron hacia mí.
287
—¿Qué?
—Vete. ¡Vete ahora! —Apunté a su motocicleta.
Página

—Al demonio que lo haré —dijo—. No hagas esto, Doc.


—Kieran. —Las sirenas se oían más cerca—. Por favor. Necesito que te
vayas. Puedo manejar esto. Por favor.
Él empujó sus manos en sus bolsillos.
—No existe la menor probabilidad que te deje aquí.
—Entonces, al menos saca el arma —dije fríamente con voz monótona.
Vergüenza. Bochorno. Pesar. Tantas emociones se enconaban dentro de
mí. Y todo lo que yo tenía para ofrecerle en este momento eran ojos vacíos,
huecos.

288
Página
47
Kieran

Traducido por Guga


Corregido por July CB

¿Cómo podía ella pensar por un segundo siquiera que yo la dejaría? Sin
intención, yo había herido a su padre. ¿Ella estaba enfadada? Su
expresión vacía me preocupaba. Su hermoso rostro típicamente me
permitía saber exactamente cómo se sentía y ahora mismo… nada.
En minutos, luces azules y rojas destellaron a través de su cabello y a
través de sus ojos mientras los de primeros auxilios atendían a su padre.
—¿Qué sucedió? —preguntó un tipo en uniforme.
—Mi padre estaba borracho. Estaba tratando de golpearme… y a él con
el bate —dijo ella, inclinando su cabeza hacia mí—. Cayó de bruces al piso.
Las palabras de Doc no contenían ninguna emoción mientras hablaba y
de alguna manera mintió. Eran simplemente palabras saliendo de su boca.
Monótonas. Luego de mis últimos años tratando con detectives y fuerzas
policiales, no negué su historia porque solo nos heriría.
—¿Cuánto ha bebido? —preguntó el encuestador, tomando su presión
arterial.
289
Ella se encogió de hombros.
—No lo sé. Yo estuve en mi habitación la mayor parte de la noche.
Dos patrullas de policía de Hood River aceleraron y se detuvieron,
Página

dejando sus luces destellando también. Odiaba a los policías de las


pequeñas ciudades. Los servicios de emergencia estaban levantando su
cuerpo inerte sobre la camilla y observé los ojos de ella sin expresión
siguiéndolos.
—¿Megan? —dijo el oficial, apurándose hacia ella—. ¿Por qué no me
dijiste que estabas de regreso en la ciudad? —dijo él.
Ella sacudió su cabeza.
—No estaba aquí para quedarme. Solo de visita.
—Sabes que deberías haberme avisado.
—Estoy bien, Cole —respondió ella y no estaba seguro acerca de cómo
quería responder yo a ese tipo hablando a mi chica.
Entonces la brillante luz golpeó su rostro y ella entrecerró los ojos.
—¿Te golpeó de nuevo?
Megan apartó la mirada y cubrió su rostro con su mano, tratando de
esconder la piel lastimada.
—Él está ebrio —susurró.
—Eso no lo excusa de esto. Nunca lo ha hecho.
El sentimiento conmoviéndome por dentro, lo odiaba. Mirarla
interactuar con ese hombre con quien ella obviamente compartía una
pequeña parte de su pasado.
—Cole. No lo hagas, por favor.
Esa fue mi maldita pista para adelantarme. Sus ojos destellaron en los
míos y sorprendentemente, eran lo suficientemente amigables.
—Soy Kieran —me presenté caminando fuera de las sombras.
Los ojos de él me midieron, no solo como policía sino también como
hombre.
—Kieran Scott —dijo—. Cole Lynch. Te reconozco.
Bueno. Bueno. Eso es fan-puta-tástico.
290
Asentí.
—¿Cómo conoces a nuestra chica? —preguntó él.
Página

Y no estoy seguro de si en realidad gruñí pero oír “nuestra chica” salir


de su puto agujero circular me hizo querer golpearlo hasta reventarlo. El
hecho de que no lo estaba haciendo en realidad probaba que estaba
haciendo avances. ¡La terapia funcionó!
—Ella es mi novia —lancé posesivamente allí. Uno a uno, tú pequeña
perra.
—¿Estás saliendo con Kieran Scott? —le preguntó a ella. Y mirando a
su boca, no pude pensar en un lugar mejor para insertar mi puño. Pero en
ese momento, todo lo que podía hacer era mirarla fijo y esperar por su
respuesta.
Ella asintió hacia él.
—Sí. Lo estoy. Y Cole, preferiría realmente que esto… —Ella hizo
ademanes hacia la casa de su padre y luego hacia su padre—. Todo esto,
que no saliera a la luz. Podría herir a Kieran.
Tragué duro mientras algo apretaba en mi pecho. Yo era tan indigno de
ella. Ella había sido golpeada por su padre alcohólico. Su madre la
abandonó, se volvió a casar y básicamente la reemplazó. El único tipo con
el que salió la golpeó. Incluso, aquí parada observando a su padre siendo
llevado en ambulancia, su rostro inflamado, la policía haciendo preguntas
y por quien estaba ella preocupada era por… mí.
—Te amo —dije muy rápidamente, incapaz de detener las palabras de
salir. Los ojos de Cole destellaron entre ella y yo, pero yo no estaba
mirándolo.
Doc cerró sus ojos, sin muestras de una sonrisa.
—Megan, debemos irnos —gritó el otro técnico de emergencias médicas.
¿Todos aquí la conocían? Sus protecciones eran abrumadoras. Yo quería
gritarles: ¡Lo tengo! ¡Me haré cargo de ella si ella me lo permite!
—Voy a quedarme aquí y obtener su declaración —le dijo Cole a Doc.
291
Ella asintió, trepando en la ambulancia, y cuando esas puertas traseras
se cerraron, por primera vez en largo tiempo yo estaba asustado. Había
Página

tenido un vistazo de cómo su mente trabajaba y ella estaba asustado de


que su pasado… su vida… pudiera herirme. Lo que ella no sabía, es que
me importaba una mierda eso. Todo podía irse mañana y yo estaría bien,
mientras la tuviera a ella.
***
Cuando entré en la sala de emergencia, las luces brillantes me forzaron
a entrecerrar los ojos y estos recorrieron la habitación buscándola.
—¿Kieran Scott? —preguntó una joven enfermera con los ojos bien
abiertos y sorprendidos.
Asentí.
—Estoy buscando a Megan Clark —dije.
Ella frunció sus labios.
—Carajo. —Sonrió, luego se dirigió a una pizarra y miró hacia esta—.
Hay un Clark en la habitación 7.
—Gracias —dije, trotando más allá de la 5,6 y deteniéndome en la 7.
Cuando di un vistazo alrededor de la cortina, ella estaba enrollada en la
silla cerca de la cama con su cabeza descansando sobre el colchón. Su
padre no estaba allí. Precavidamente me moví a su lado, descansando mi
mano sobre su espalda.
Su cabeza volteó hacia arriba y sus ojos cansados se enfocaron en mí.
—¿Cómo está tu padre?
Ella se estiró y se inclinó lejos de mí.
—Le están haciendo rayos X en su rostro ahora mismo.
—Quiero abrazarte.
Ahora que estaba más cerca, pude ver el borde rojo de sus ojos. Ella
había estado llorando. Creo.
—Kieran —susurró descansando su frente sobre la cama de nuevo—.
Creo que deberías irte. No quiero…
292
La cortina se azotó hacia atrás y un tipo vestido con ropas médicas se
paró allí.
Página

—Vamos a cambiar estas camas —dijo él, y Doc se paró cerca de mí; la
calidez de su cuerpo me hacía querer envolver mis brazos alrededor suyo.
Pero me contuve mientras ellos maniobraban una cama fuera y movían
a su todavía inconsciente padre dentro de la habitación.
Este hombre que había sido abusivo con su pequeña hija, no me
gustaba. Pero Doc, bueno, era todavía su padre. Su padre. Ella lo quería y
lo necesitaba para estar bien. Esto era importante para ella.
—Aquí está él… —susurró una chica y ambos, Megan y yo, atrapamos a
tres chicas husmeando por las cortinas, atrapando un vistazo de mí.
Megan volteó su cabeza mientras yo frotaba mis sienes, solo necesitando
tener el más pequeño de los respiros.
Cualquiera fuere la razón, ella emocionalmente me había suprimido y
estaba cortándome en seco.
Yo no sabía si esto era debido a lo que ella había descubierto de mí, que
yo había herido a su padre, el arma, su convicción de que ella me había
golpeado o si ella tenía miedo que los medios se agarraran de quién era y
de su pasado. Independientemente, yo necesitaba terminar con esto. Pero
era obvio que ahora mismo, ella necesitaba espacio. Por cualquier razón,
ella quería que me fuera.
—Lo siento —susurré en su oído, le di un imperceptible beso cerca de su
sien y comencé a caminar fuera de la habitación.
—¿Kieran?
Instantáneamente, giré hacia ella.
—¿Sí, nena?
—Siento haber traído esto a tu vida. —Ninguna lágrima cayó pero su voz
se rompió mientras ella hablaba.
Mi corazón dolía como nuca antes. No sabía si debería ir hacia ella o no
pero no pude… no hacerlo. Entonces, tomé dos cautelosos pasos hacia ella
293
hasta que levantó su mano.
—Por favor no. No ahora mismo. Debes salir de aquí.
Página

Con mis ojos diciendo las palabras que no podía, me volteé de nuevo y
partí. Ella no intentó detenerme pero caminé lentamente en caso que lo
hiciera. Cuando casualmente pasé por la estación de enfermeras y oí
algunas risitas, me giré, mirado a las mujeres.
—La mujer que amo está en esa habitación. Si por un segundo la hacen
sentir a la menos un poco incómoda, tendrán que lidiar conmigo y mi
equipo completo de abogados. No quiero que siquiera miren en su
dirección. ¿Soy claro?
Cada cabeza asintió lentamente, boquiabierta. Me fui…

294
Página
48
Megan
Traducido por Guga
Corregido por Briggitte

Cuando comencé a despertar, pude sentir los dedos recorriendo mi


cabello y yací allí por un momento saboreando el toque. Entonces el silbido
del brazalete de la presión sanguínea me sacó del sueño y levanté la vista
para ver el penoso rostro de mi padre.

—Hey, papi. ¿Cómo estás sintiéndote?

Rayos de sol estaban arrastrándose a través de las persianas. Mi cabeza


palpitaba por la forma en que había dormido sobre la cama de hospital.

—Lo siento, Meg.

Me empujé hacia arriba y fuera de la cama, estirándome. Sus disculpas


siempre me hacían sentir como si yo hubiese hecho algo malo.

—Megan —dijo él, demandando mi atención, entonces lo miré—. Lo


siento.

—Lo sé.
Él sacudió su cabeza y la puerta se abrió. Un joven doctor, diferente al
de la noche anterior, apareció en la entrada después del guardia quien, sin
saberlo nosotros, había sido instalado allí cuando nos trasladaron a la
habitación.

—Buenos días, Sr. Clark. 295


—Buenos días, Doc —dijo mi padre y oír la palabra Doc me paralizó
aún más—. Esta es mi hija, Megan.

El doctor estrechó mi mano luego se sentó al pie de la cama de mi


Página

padre.
—No trabajo en este hospital o en esta área. He sido traído como un
favor a un amigo. Usted, Sr. Clark, tenía un nivel de alcohol de .29 —El
doctor miraba fijo a mi padre, quien miraba fijo detrás.

—Usted, podría ser abordado con cargos de agresión contra su hija y un


amigo de ella también por sus acciones de anoche. El moretón en su rostro
es evidencia de su trabajo.

Un incómodo silencio cayó sobre la habitación mientras los ojos


inyectados en sangre de mi padre encontraban los míos, luego vacilaban
hacia el moretón sobre mi rostro.

››Usted, tiene roto un hueso de la nariz, como así también un hueso de


la mejilla. Su casa está en ejecución hipotecaria.

El doctor parecía mirarme, tal vez midiendo mi respuesta hacia esas


noticias. Él ofrecía una confortable mirada.

››Estoy aquí para proponerle la oportunidad de la vida. Hay un lugar


aguardando para usted. en una instalación de primera categoría en L.A.
para ayudarlo a tratar su adicción. Eso requerirá unos 180 días de
permanencia. No menos. Y eso no es negociable. A cambio, por completar
exitosamente el programa, su casa y facturas de hospital serán totalmente
pagadas. Si Ud. se va antes, nada será pagado y los cargos por agresión
contra su hija serán presentados.

Mi padre me miraba, sus ojos vacíos se agrandaban y oscurecían por


minutos.

—¿Es esto cosa tuya?— preguntó.

Sacudí mi cabeza, caminando hacia atrás de la cama. —No, Señor.

Su mandíbula hacía tic tac hacia atrás y adelante, haciendo que mi


corazón se acelerara.

Yo sabía exactamente de quien era esta obra. Era el hombre que yo


amaba con cada parte de mi alma viniendo por mí una vez más.

No había forma de que mi padre hiciera eso. Él nunca había hecho más
de 30 días.
296
Había perdido a mi madre y estaba queriendo perderme a mí también.

—Lo haré —dijo mi padre, y mi mandíbula cayó. Sus ojos oscuros me


dieron una mirada—. No sé si tengo muchas opciones.
Página

—Perfecto —dijo el doctor, parándose y palmeando sus manos sólo una


vez—. Se va hoy. Un auto lo recogerá y llevará al aeropuerto.
—No tengo ninguna ropa y mi casa, necesito…

—Papi. Puedo cuidar de la casa —dije, temerosa si mi padre iba a casa


eso sería romper el trato.

—La casa será cuidada como lo será tus ropas —dijo el doctor.

—Megan, puedo hablar contigo por un segundo.

Dejo escapar un suspiro y asiento, dando una mirada a mi padre antes


de encontrar al doctor en el pasillo.

—¿Cómo me conoce? —pregunté de inmediato.

Él frunció los labios. —Megan. Pienso que sabes la respuesta a eso.

—¿Kieran?

Los ojos del Dr. se suavizaron. —Sí, Megan. Kieran me contrató para
encargarme del caso de tu padre. Llamé a las instalaciones y la plaza fue
aprobada esta mañana. Su vuelo parte a las 11:30. Kieran querría que tú
estuvieras de acuerdo con esto.

Corriendo mi mano a través de mi cabello sucio, estaba avergonzada que


uno de los amigos de Kieran me viera así.

—¿No estás de acuerdo con esto? —preguntó.

—No, lo estoy. Sé que esto es para bien. Él sólo ha completado un


programa de 28 días antes y nunca ha funcionado. Seis meses es un largo
tiempo.

—Demasiado cortó en todo el esquema de cosas. Esto será bueno para


él.

Asentí. —Gracias. Por hacer esto. Por hacerlo por Kieran.

Él sonrió. —Cuando Kieran llama por un favor, dices que sí —dices sí —


dijo él con un guiño, y caminó por el corredor—. Un auto está esperando
fuera por tu padre cuando sea que estés lista.

He cancelado mis citas por el resto de la semana, tratando de dirigir mis


297
pensamientos dispersos que sólo parecían en espiral. Sentada en la casa
en la que en mayor parte había crecido, no la recordaba siendo tan
pacífica. Por primera vez, me doy cuenta que papá colgaba fotos de mí
sobre la pared de paneles —casi cada foto escolar que yo había tomado.
Página

Cómo no había notado eso antes?

Mi teléfono nunca estaba lejos de mis manos y abría mis mensajes de


texto incluso cuando mi pantalla no indicaba un mensaje, sólo para
asegurarme que mi teléfono no estaba dañado. No había manera que yo
fuera a ser herida porque Kieran no me enviara un texto. Soy quien no
había hecho contacto. Soy quien lo dejó ir cuando todo lo que él había
hecho fue pedir abrazarme. Tristemente, todavía estaba insegura de lo que
tenía para ofrecerle además de… mí.

Tratando de no preocuparme por el dolor en mi pecho, limpié. Limpié la


casa de mi padre de punta a punta y sólo me detuve cuando me topé con
un pote metido debajo de su cama. Cuando saqué la tapa de un tirón, mi
pecho cedió y literalmente grité. Una pila de fotos de mi madre y mías
estaban dentro de una caja de zapatos. En el hospital cuando yo era un
bebé. Cumpleaños. Navidades. Vestidos de Pascua que combinaban.
Halloween. Lanzando fuegos artificiales. Las lágrimas golpearon mi rostro
mientras miraba cada una de ellas.

En una caja de zapatos justo a la derecha de las fotos estaba una caja
de tarjetas de felicitación. Mientras estaba repasándolas, comencé a
reconocer cada una de ellas. Tarjetas que había hecho para mi padre… él
había conservado cada una. Incluso cartas de cuando yo estaba en
hogares de acogida… Él me amaba; él sólo necesitaba ayuda. Yo
silenciosamente rezaba para que esto fuera la ayuda que él necesitaba.

Mi teléfono zumbó y me abalancé sobre este. Ruthie.

—Hey, Ruthie.

—Hola, Megs. ¿Cómo estás?

Me recosté sobre la recién aspirada alfombra y comencé a llorar más


fuerte.

—Megs, ¿por qué estás llorando?

—Ruthie. Las cosas están sólo… no tan bien. Mi madre. Mi padre.


Kieran.

—Megs, Kieran es un desastre —dijo ella suavemente.

—¿Qué quieres decir? ¿Qué está mal?

—¿Qué está mal? —ella elevó su voz—. ¿Sabes cuánto ese hombre ha
298
hecho por ti? ¿Lo haces? Han sido cuatro días desde que te vio. Es un
desastre, Megs. Si tú no quieres verlo al menos díselo. Él merece eso.

—¡Lo siento! —grité de regreso—. Mi vida es bastante arruinada, Ruthie.


Página

Estoy enamorada de un cliente. Mi padre ha ido a un tratamiento por seis


meses que mi novio pagó. Mi novio, el cliente, está en la tapa de una
revista como el puto soltero del año de la Costa Oeste! ¿Y qué hice yo con
el más elegible soltero? ¡Lo golpeé! —Yo estaba gritando ahora—. Mi madre
quien ha estado MIA21 por años, ahora quiere ver a su hija a quien tiró a
los lobos y reemplazó. ¡Cómo está toda esta cosa yendo a resultar cuando
el mundo se entere que el dueño y heredero de Scott Software está
saliendo CONMIGO! ¡Criada en hogares de acogida porque su padre
alcohólico no podía cuidar de ella! Ella es toda una joya. Y LO GOLPEÉ. ¡A
ÉL! ¿Mencioné eso ya?

—¡Megan Clark! Fue suficiente. A Kieran no le importa nada de eso. Y


no te atrevas a decir esa clase de cosa de ti misma. Lo atacaste por
frustración. No te pareces a tu padre. Eres maravillosa y… detente,
¡Kieran! Dame el teléfono…

Una lucha era evidente al otro lado de la línea cuando quedó muerta.
Miré hacia el rostro de mi celular y la llamada había finalizado. ¿Kieran
estaba con ella? De celosa, lancé mi teléfono y este inmediatamente
comenzó a sonar. En vez de responder, me hice un ovillo y lloré.

Ruthie nunca me había hablado así. ¿Estaba yo siendo injusta dejando


a Kieran colgado? No estaba tratando de serlo. Estaba sucediendo
demasiado. Mantener mis pensamientos correctos era imposible. No sabía
cómo lidiar con cosas —yo siempre había sido quitada de la situación—.
Toda mi vida sólo había querido encajar… no destacar… y ahora, estaba
yendo a destacar si pertenecía a Kieran.

Nunca en mi vida había sido cuidada o protegida, y ese hombre hizo


ambas cosas simplemente porque quería hacerlo. Kieran Scott… quería
por mucho, sólo amarme. ¿Podía él ser fiel conmigo? ¿Entendía él la
gravedad de lo que yo quería de él? Yo no estaba todavía convencida que
sobrevivir sin él fuese factible. Yo quería todo de esto. Como mínimo
casamiento, y por un momento breve un bebé cruzó por mi mente, y hubo
una presión en mi vientre vacío que envió un escalofrío a mi espina dorsal.

299
Página

21
MIA: Missing In Action: perdida en acción.
49
Kieran
Traducido por guga
Corregido por Briggitte

El golpe en la puerta de mi oficina hizo que mis ojos se abrieran. El


sueño me había eludido la pasada semana. Había crecido acostumbrado a
tener mi pequeña caldera acurrucada cerca de mí. Era más caliente que el
infierno tener su cuerpo entrelazado con el mío, para despertar con su
mejilla sobre mi pecho, su cabello distribuido sobre mi hombro. Pero
nunca quería vivir sin esto.

A lo largo de mi vida, nunca había encontrado algo de lo que no podía


alejarme, hasta ahora. Los pasados siete días franqueaban como los
peores siete días de mi vida. Cuando mami y papi fueron asesinados, ellos
se habían ido, no había devolución y el dolor de nunca tener otro día de la
madre o día del padre… otro día de Navidad o cena de Acción de Gracias,
era desgarrador. Pero esto… estar sin ella… no podía continuar. Pensar
que ella destruiría mi vida si estaba conmigo completa, total tontería.

Y esa jodida creencia que me había golpeado. Cristo, su puño rozó sobre
mi pecho; sí eso había sido de rabia o frustración pero no me produjo
ningún daño. Eso sólo alimentó sus miedos de ser una abusadora.
Descansé mi frente entre mi pulgar y los demás dedos mientras mi codo
descansaba sobre el escritorio.

La había oído gritando en el teléfono a Ruthie. Durante todo nuestro


tiempo juntos, ella nunca gritó —excepto cuando azotó la puerta después
que la desnudista Penny la puso celosa. Una lenta sonrisa se esparce
sobre mi rostro. Un dulce recuerdo es todo lo que me trajo bienestar pero
300
tan pronto como el recuerdo se escabulle, el dolor está de vuelta.

—¿K? —Bert dijo al frente de mi escritorio.

Yo apenas llevé mi cabeza hacia arriba y mis ojos fue todo lo que moví
Página

cuando traté de enfocarme en ella. Nunca la oí entrar.

—Necesito decirte algo —dijo ella—. No sé lo que significa pero podría


ayudar.
—Bert —Duele respirar pero me forcé a mí mismo—. Por favor siéntate
— Sugerí apuntando a la silla.

—K. Te ves como la mierda. Ve a casa. Descansa un poco. Ella lo


resolverá.

Después de arrastrar mis manos por toda la extensión de mi rostro,


miré fijo hacia ella a través de ojos vacíos, huecos. —¿Es eso lo que viniste
a decirme?

Lentamente, ella se sentó en la silla, finalmente cayendo en ella una vez


que alcanzó cierto punto.

—Ella te ama. Vi el amor en sus ojos el día que vino aquí incluso si ella
estaba enfadada.

—¿Es eso lo que viniste a decirme? —Pregunté fríamente.

Instantáneamente su artrítico dedo voló hacia arriba y su rostro se


endureció. —No te atrevas a tener ese tono conmigo muchacho.

Descansando mis codos sobre el escritorio, una mezcla de pesar y miedo


me consumió. No había muchas personas a las que yo tuviera miedo. Bert
era una.

—Lo siento, Bert. Duele… hablar de ella.

—Sé que lo hace. Espera hasta que estés casado con ella por cincuenta
años luego ella muere antes que tú. Entonces eres abandonado sólo con
sus recuerdos y la esperanza que hay otra vida más allá, entonces hay una
oportunidad de verla de nuevo.

Traicionándome como nunca antes, mis ojos rebosantes y lágrimas se


deslizaron. Tan rápido como fue posible las limpié de un manotazo,
pretendiendo frotar mi rostro.

—Rezaré en silencio por irme antes que ella.

—Kieran. Mi amor. Ve hacia ella. Búscala y nunca la dejes ir.

—No puedo —dije sacudiendo mi cabeza—. Su mejor amiga me dijo que


no la presionara. Que le diera tiempo a superar todo esto. Se lo prometí.
301
Ella dijo que Megan nunca ha tenido el control sobre su vida y que se
estaba sintiendo fuera de control. Esta es su forma de controlar la
situación o esta clase de mierda.
Página

—Samuel solía decir, “ella tiene la vagina, ella hace las reglas,” y Samuel
era un maldito trasero listo.
Reí con ganas ante esa opinión, mejor, si bien momentáneamente. —
Diablos, ¿no es esa la verdad?

—Palabra —dijo Bert y rió aún más fuerte.

—Te amo, Bert. Tan condenadamente mucho.

—Bueno, no vas a amarme cuando te diga lo que sé.

Mientras nuestras risas se desvanecieron, supe que no me iba a gustar


esto. —Continúa.

—Prométeme que no le harás daño. No aquí. No hoy.

—¿Entonces, es acerca de Walt?

Sus ojos contenían la respuesta.

—Lo oí por casualidad hablando en su oficina tarde anoche. Él no tenía


idea que yo estaba aquí. Él estaba hablando con Blake. Megan estaba en
su hogar de acogida cuando tenía 16 o 17. Él estaba diciendo que ella lo
quería. Que ella se ofertó a él. Fue a él presionando su cuerpo contra el
suyo y que él frotó sus senos una noche. Se sintió mal y acabó diciéndole a
su esposa. Aparentemente…

Antes de que la mentira se detuviera, encontré toda la energía que había


faltado por los últimos siete días y eché a correr sobre mi escritorio en una
suave zambullida. Según mis cálculos, estaba yendo a tener a un tipo de
45 años enganchado a la pared en cerca de siete segundos. La voz de Bert
hizo eco en algún lugar detrás de mí pero, perdido en el momento, presté
ninguna importancia. Furia ciega. Había oído de esta antes, pero nunca
experimentado. Así era. Duane me vio pasar volando por su oficina porque
me gritó, también. A él no le gustaba Walt Brown más que a mí.

Cuando rodeé la esquina, el maldito tenía sus pies sobre su escritorio


—el viejo escritorio de mi padre— riendo acerca de algo. Cuando sus ojos
encontraron la furia en los míos, dejó de reír y sus ojos se agrandaron…
con miedo.

—¡Kieran! ¡Para! —Él gritó levantado una mano hacia mí.

Una malvada carcajada se formó en mi pecho mientras saltaba arriba de


302
su escritorio y embestía contra él… sin olvidar que él era casi veinte años
mayor que yo. Con una mano, agarré su cuello, empujándolo contra la
pared. Mi gancho izquierdo lo consiguió primero, luego disparé con un
Página

golpe poderoso de derecha.

—Kieran. Juro por Dios, yo no lo hice. Yo amaba a tus padres —dijo,


sus ojos no enfocaban bien.
¿Qué demonios? Eso detuvo mis pasos. Mis manos cayeron a mis lados,
mi boca cayó abierta y mis cejas se dispararon abajo al pensar lo que él
recién había dicho. Walt se balanceó y el dolor irradió a través de mi
mandíbula mientras mi cabeza giraba a los lados. ¡MIERDA!

—¿Kieran? —Duane gritó detrás de mí, y sin pensar, agarré a Walt de


nuevo.

—Ese golpe fue para mi satisfacción. Este es por Megan —apreté mis
dientes, y aterricé otro golpe en su rostro.

—¡Ella avanzó sobre mí!

El golpe a su estómago debería haber sido más duro. —Eso es por


mentir, tú, lamentable pedazo de mierda —escupí, continuando con un
uppercut22—. Y eso fue por faltar el respeto a mi madre y Kat.

De pronto Duane me empujó de pecho contra la pared; mi mejilla golpeó


el marco de un cuadro y la sangre se diseminó por la pared. No había
forma en el infierno que yo hiriera a Duane, entonces no me resistí.

—¿Qué demonios está pasando? —preguntó Duane en mi oído.

Dos fornidos oficiales de seguridad del primer piso entraron volando, me


miraron luego a Walt. Después apunté a Walt, quien aún no se había
levantado después de arrugarse en el piso, ellos lo flanquearon.

—Sáquenlo de aquí —siseé, escupiendo sangre.

—Llamen a la policía —murmuró Walt tratando de pararse sobre sus


piernas inestables.

Tomé cinco pasos medidos hacia él y se acobardó. —Sí. Por favor,


háganlo —dije en un tono amenazador, literalmente gruñendo.
Sus ojos llenos de temor encontraron los míos y él escupió sangre hacia
mí. —A la mierda esto. Olvídalo.

Liberándome del agarre de Duane, cargué de nuevo, agarrando su


camisa con mis dos puños. —¿Luego de la mierda que dijiste acerca de mis
padres? Oh, la policía será contactada, tú, idiota bueno para nada.
303
Ian, uno de los oficiales de seguridad, tocó mi hombro. —Sr. Scott, por
favor. Con todo el debido respeto, déjenos encargarnos de esto.

Ellos literalmente debieron quitar mis manos de su camisa. Yo quería


Página

matarlo. Luego las manos más delicadas tocaron mi bíceps.

22
Golpe en boxeo: gancho adelantado.
—Vamos, K —Bert dijo y me sentí mal por no honrar mi promesa hacia
ella.

—Lo siento —dije—. ¿Duane, oíste lo que dijo? ¿Lo oíste?

La cabeza de Duane subía y bajaba. —Lo hice, hijo. ¿Estás bien? No


quise estamparte contra la pared así.

Sonreí hacia el lado de mi boca que no dolía. —Eres bueno. Lo merecía.

Después de retornar a mi oficina, agarré mis llaves, escribí a Kat acerca


de lo que recién había sucedido y me largué al demonio.

***

Cuando aparqué mi motocicleta en Links, había ya una fila de chicas


escasamente vestidas chillando mientras yo caminaba a zancadas pasando
hacia la puerta del frente. Consíganse una puta vida.

—¿Qué demonios te sucedió? —preguntó Todd al minuto que me vio.

Eludí la respuesta con la mano. —Riesgos del trabajo, compañero.

—¿Walt?

Asentí. —Él se fue, sin embargo. Larga historia.

Me alcanzó una helada de detrás del bar. —¿Hablaste con ella?

—No. ¿Dónde está Wink? —La cerveza bajó más suave de lo que
debería.

Todd movió su cabeza hacia la habitación trasera, y me dirigí atrás.

—¿Estás dejándonos, no? —él preguntó.

Asentí. —Sí. Es hora.

Wink estaba sentado en su escritorio, teléfono en mano y parecía estar


testeando.

—¿Estás texteando? —pregunté con una sonrisa. 304


—Sí. Carolyn me pidió que comenzara —dijo, rodando sus ojos, y yo
sólo sonreí más grande.

—Ah, Wink. El poder de la vagina —reí, y él arrojó el teléfono sobre su


escritorio—. Ella puede esperar. Pero… bastante y jodidamente poderosa,
Página

K. ¿Qué pasa en tu mente? ¿Y qué le sucedió a tu rostro?

—Larga historia. Walt se fue. Para siempre. No hay vuelta atrás.


Wink asintió. —Eso es bueno. ¿Qué pasa con tu chica?

Me encogí de hombros, tratando de actuar como si yo no sintiera aquel


ácido que había sido vertido sobre mí desde la cabeza a los pies… el dolor
que ella no estuviera aquí no era factible… no vivible.

—Ruthie me pidió que le diera tiempo. Y estoy tratando pero no sé


cuánto más pueda darle. Ella ha estado en casa de su padre.

—¿Con él? —preguntó Wink, con shock enlazando su tono.

—Diablos, no. Él está fuera del estado por seis meses. Después de eso,
voy a negociar una casa a mitad de camino por otros seis.

—¿Ella está de acuerdo con eso?

Me encogí de hombros de nuevo. —No lo sé. —Miré fijo a Wink, mi


cuerpo insensible de sentimientos—. La amo, Wink.

Él se acercó a mí y no quería ser tocado, pero tenía el presentimiento


que él iba a hacerlo. Colocó sus manos sobre mis hombros y demandó mi
atención.

—Sé que lo haces, Kieran. No estaba seguro cuando o si te sucedería


pero sabía que cuando pasara, caerías duro. Caíste más duro de lo que
alguna vez imaginé. Ella es una chica afortunada.

Putas lágrimas escocían mis ojos. —¿Qué si ella no regresa?

—Bueno hijo, tienes dos opciones. Puedes levantarte como el hombre


que sé que eres, o puedes ver si esa nueva compañera terapeuta está
interesada en ti.

Wink en realidad guiñó y pienso que fue intencional, luego me abrazó y,


extrañamente, lo abracé también. Gracias a Dios esa lágrimas no cayeron,
porque hablando del poder de la vagina.

—¿Estás aquí para decirme que estás renunciando, no?

—Sí. Debo hacerlo Wink…

Me empujó hacia atrás. —¿Sabes lo que esto le hará al negocio? —


305
preguntó, rompiendo en una sonrisa.

—Lo siento. No quiero nada que le cause inseguridad a ella y además, ya


no quiero más esto. Quiero mis noches con ella.
Página

La firme palmada en mi espalda me condujo a pensar que él entendía.

—¿Puedes al menos irte por la puerta trasera, así ellas aún entran?
Reímos mientras regresábamos fuera al silencioso bar y miré en torno
al lugar que se sentía como el hogar. Cambios eran buenos… ¿no?

Al día siguiente, no fui a trabajar. Estaba mentalmente preparándome


para mi cita de terapia y la posibilidad de correr hacia ella. Quería
cancelar, pero estaba a dos citas de estar listo. La realidad de su no
regreso estaba instalada y había decidido que iba a seguir adelante o
tomar un extenso viaje o algo. Mierda, cualquier intento de hacer que el
dolor disminuyera.

—Kieran —Dale dijo desde donde ella solía pararse en el pasillo.

Su auto no estaba en el estacionamiento y entonces mis probabilidades


de tener una visión de ella eran bastante nulas. Aumenté la energía para
pararme y puse voluntad a mis pies hacia él.
—Hola, Dale.

—Entra de vuelta —dijo él y lo seguí a su oficina pero estudié su puerta


cerrada cuando entré.

—¿Cómo está yendo eso? —preguntó mientras yo caía en la silla.

Su oficina era más fría que la de Doc Bland.

—Oh, está yendo.

Él cruzó su pierna sobre la otra como si no tuviera pene.

—¿Qué sucedió desde la semana pasada con el Sr. Brown?

Después de rascar mi cabeza, respondí—: Bueno, Kat y yo nos reunimos


con el detective principal y él reabrió la investigación. Nunca estuvo
cerrado realmente pero verifican lo que Walt insinuó.

—Bueno. Eso sería lindo.

—¿Lindo?

—¿Quieres hablar de Megan? —preguntó, de alguna manera


precavidamente con una ceja fruncida. 306
—No — rápidamente respondí, cerrando mis ojos mientras el dolor de
oír su nombre resucitaba—. A menos que tengas algo para decirme.

Él sostuvo sus manos en alto. —No. Ella no ha estado en toda la


semana.
Página

—¿Está bien? —pregunté.


—Creo que sí. Encargándose de algunas cosas. ¿Estás enamorado de
Megan?

Wow… sólo lancemos esa mierda fuera. Pausé sólo por un momento
antes de responder. —Sí.

—¿Y ella te ama?

—Sí.

Él descruzó sus piernas pero las volvió a cruzar.

—Desearía haber podido evitar que todo esto sucediera como su


supervisor.

—Esto era imparable. No hay nada que podrías haber hecho. —Mi cuello
estaba tenso y lo hice sonar a ambos lados.

—Podría haber intervenido más pronto. Tal vez no dejarte verla el día
que tú lo pedías.

Reí a todo pulmón y miré fuera de la ventana.

—¿Qué es tan gracioso, Sr. Scott?

Mi sangre comenzó a hervir a fuego lento. —Nunca más me llames Sr.


Scott. Y Dale, no me habrías detenido ese día tampoco. Nadie podría
detenerme de llegar a ella.

—Entonces ¿qué demonios está deteniéndote ahora? —Su tono estaba


lleno de disgusto.

Disparé fuera de su duro sofá y él se encabritó hacia atrás un poco,


sosteniendo su brazo para detenerme de ir hacia él. —¡Yo estoy
deteniéndome!

Él dejó su bloc de notas a un lado y se quitó sus anteojos. Luego hizo un


paso más para igualarme. —¿Por qué? ¿Tienes miedo?

Me cerní sobre él, molesto porque me estaba presionando. Mis manos


dolían por envolverse en su escuálido y pequeño cuello. —Vete a la
mierda, Dale. Toda su vida, la gente la ha abandonado o herido. Tampoco
307
lo voy a hacer; sólo estoy dándole espacio. Estaré aquí para ella no importa
qué. ¿Y qué puta diferencia hace eso? No hay otra mujer para mí.
Esperaré… el tiempo que tome. Soy suyo.
Página

Él asintió, elevando sus cejas. —Bueno, creo que es genial que estés
diciéndome algo así amigo, pero realmente yo no tengo nada para
ofrecerte. Piensa en grande, chico listo. Piensa más allá de tus puños que
estás apretando mientras me mides. Seguro, podrías patear mi trasero.
¿Qué va a hacer eso? ¿Va eso a conseguirte a tu chica? —Él sacudió su
cabeza como si yo fuera la persona más tonta alrededor—. No. Lo sabes y
lo sé. Entonces sólo hierve a fuego lento tu trasero y escúchame.

No retrocedí siquiera una pulgada.

—¿Alguna vez cruzó tu mente ir tras ella? ¿Sabes, como en las


películas? Oigo de chicas que sacan a relucir esa mierda.

Él descruzó sus piernas en realidad se sentó como un hombre por una


vez, con una idea de una sonrisa. Yo quería sonreír… pero sonreír
significaba tener esperanza.

››¿Kieran?

Mis ojos volaron a los suyos.

—Ve a buscar a tu chica —él rió al final.

Di una mirada a mi reloj. Aún nos quedaban treinta minutos. Mi ceja se


bajó mientras pensé en esperar por otra media hora.

—Puedes ir. Nuestras sesiones han sido interrumpidas por algo más
importante. —Inclinó su cabeza hacia la puerta y una lenta sonrisa se
arrastró por todo mi rostro. Treinta minutos es lo que podría tomar llegar
hasta ella. Cuando pasé disparado ante Dale, él sostuvo su mano para
chocar los cinco. Tan juvenil como eso pareciera, abofeteé esa mano y
corrí.

308
Página
50
Megan
Traducido por Guga
Corregido por Briggitte

—He estado esperando por ti —dijo Vivian, abriendo la puerta antes


que yo pudiera tocar.

No estoy segura de con quien estaba yo enojada acerca de toda esta cosa
de Kieran, Joe y Vivian. ¿Cómo podía haber vivido con ellos por dos años y
no saber que Kieran existía? Nunca lo conocí. Nunca hablé con él. Nunca
lo vi.

—Hola.

—¿Te gustaría entrar?

—Sólo tengo un momento. Estoy reuniéndome con Joe en una hora en


la corte de justicia. —Yo no podía recordar siquiera estar enfadada con
Vivian antes. La verdad es, no estaba enfadada-herida, si ellos realmente
me tendían una trampa.

—Está bien. ¿Qué pasa por tu mente, cariño? —preguntó, saliendo al


pórtico.
—Cuando pasé a preguntarte todo acerca del auto, ¿sabías entonces que
era de Kieran?

—Sí.

Wow… —¿Por qué no me dijiste?


309
Vivian apuntó al escalón frente a ella. —Siéntate —ordenó, y lo hice—.
Kieran vino aquí la noche que te llevó a tu casa, a esos apartamentos.
Estaba preocupado por ti. Quería conseguirte otro auto. Eso fue
probablemente cuando me di cuenta… cuando vi que estabas comenzando
Página

a importarle. Había una mirada protectora en sus ojos. Le advertí a Joe


esa noche. Le dije que estaba jugando con fuego. Pero ese maldito hombre
cabeza hueca no pensó que te gustaría Kieran —rió.
¿Cómo podía a alguien no gustarle Kieran? Sacudí mi cabeza y la miré
con ojos confundidos.

—Exactamente —ella continuó, con una sonrisa elocuente—. Yo sabía


que necesitabas a alguien exactamente como Kieran. Pero no iba a
interferir para que consiguieras el trabajo y Kieran estaba yendo a terapia
ahora como se ordenó, entonces las cosas estaban… en marcha.

Dejé salir un largo suspiro.

—Necesitas saber que Kieran no sabía tampoco, cariño. Él vino a mí la


semana pasada. Después que habías descubierto cosas. Le dije
básicamente lo mismo. Él estaba tan en la oscuridad como tú lo estabas.
No feliz con eso pero más infeliz porque tú fuiste herida por esto.

El dolor en mi corazón era casi intolerable. El momento para ver a


Kieran había llegado. Necesitaba hacer las cosas bien si él aún me quería.
Había querido quedarme escondida toda mi vida, este era mi hora de
brillar y finalmente ser feliz. Tan duro como era hacerme creer que lo
merecía…

Después de ponerme de pie, me coloqué de manera que tapara el sol de


su rostro así ella podía verme.

—Vivian. Eres lo más cercano a una madre que tengo. ¿Necesito saber si
me apoyarías y aprobarías que yo salga con tu ahijado?

—Dos cosas —dijo ella, parándose también—. Primero. Necesitas saber


que la razón por la que Kieran no tenía el control de su dinero hasta
recientemente era porque la gente pensaba que él había asesinado a sus
padres por dinero. Todo estaba puesto a nombre de Joe hasta que Kieran
lo tomara. Kat, su hermana recibió su parte pero Kieran no quería nada
que ver con ese dinero. Yo todavía pienso que él lo devolvería todo por un
día con ellos.

El maldito tornillo alrededor de mi corazón giró otra muesca pero me


prohibí perder otro segundo llorando.

—La segunda cosa es. —Ella pausó—. Kieran podría ofrecerte el mundo,
Megan. Sé que hacer frente al hecho de quien es él podría ser difícil. El
hombre nunca ha encontrado nada que pudiera resistir o rechazar. Hasta
310
vos.

Su mano ahuecó mi mejilla y lágrimas estaban al acecho.


Página

››Sé exactamente lo que él ve en ti. Tú simplemente tienes que ver eso y


creerlo también.

››Ve hacia él, Megan. Permítele amarte.


Yo simplemente asentí.

***

Conduje ansiosamente hacia la corte de justicia, preguntándome si iba


a ser despedida. Sólo había perdido una semana de trabajo y había
cancelado y reprogramado todas mis propias citas, entonces no había
totalmente desertado. El estacionamiento estaba lleno tuve que estacionar
en un medidor. Luego de cruzar la calle imprudentemente, pasando por
seguridad y subiendo al elevador a la división de Joe, ofrecí a su asistente
una sonrisa tentativa.

—Buenas tardes, Megan. Joe está esperándote. Continúa al fondo.

Cuando abrí la puerta, el juez se sentó en su escritorio en una gran


silla de cuero negro detrás de su enorme escritorio de caoba.

—Buenas tardes, Megan.

—Hola, Joe.

De pronto, la silla frente al escritorio giró y Andrew se sentó con una


sonrisa.

—¡Megan! —gritó, tan fuerte que lo hice callar sólo un poco. Pero la
sonrisa en su rostro y su limpio aroma a algodón empujaron todas las
preocupaciones de mi cabeza mientras él corría a mi lado y me estrellaba
contra suyo.

—¿Cómo estas, compañero?

—Mejor. ¡Me dispararon! —dijo excitadamente.

—Lo sé. Estoy muy feliz que estés bien. Y nunca, jamás queremos que te
suceda de nuevo. Tienes que prometerme que darás lo mejor de ti, ¿está
bien?

Él asintió. —Mi hermano fue a quedarse con Dios.

—Lo sé, cariño. Y él te cuidará por siempre. Te ves como un chico mayor
en tus pantalones de vestir y camisa. 311
Él se estiró un poco más. —Lo sé.

—Quería decirte algo, Andrew ¿está bien?

Él asintió.
Página

—Sé que ahora mismo no estás viviendo con tu madre. Pero sé de hecho
que ella está trabajando realmente duro al intentar recuperarte. —Sabía
de corazón que eso era una mierda pero él no necesitaba saber nada
distinto—. Mi padre, Andrew. Él hizo algunas cosas que no estaban bien. Y
yo encontré algunas familias realmente geniales mientras no estaba con él.
Y no sé dónde estás ahora mismo pero te apuesto que ellos te amarán.

Otro asentimiento. —Ellos son blancos.

Reí nerviosa. —Incluso mejor —reí—. Yo estuve ubicada con tres


familias negras y eso me enseñó mucho, cariño.

—Ellos son realmente agradables.

—Y sabes que, eso es todo lo que importa. El color de la piel de alguien


no debería importar para nada. Quiero decir… mírate y mírame. —Sostuve
mi brazo cerca del suyo—. El hermoso marrón y blanco cremoso
contrastando, como debería. Y no debería importar si ellos son ricos o
pobres tampoco. Si ellos te aman, déjalos amarte —dije, y comencé a
llorar—. Todo depende en cómo te traten. Y este hombre aquí mismo —
dije, señalando al juez Joe—, a él es a quien debes decirle si hay un
problema.

Los ojos de Joe se suavizaron mientras rodeaba la esquina de su


escritorio y amablemente descansaba su mano sobre mi hombro, luego
frotó mi espalda y yo podía sólo asumir confortarme.

—Sherri, su trabajadora social está esperando —dijo él con su profunda


voz que demandaba atención.

La cabeza de Andrew asintió. —¿Te veré?

Me encogí de hombros. —No lo sé, compañero. Tal vez aquí en


ocasiones. Pero siempre estarás aquí y aquí —dije, señalando a mi cabeza
y corazón. Entonces Andrew lanzó sus brazos alrededor de mi cuello y me
abrazó fuertemente; mientras dejaba la sala del juez, Andrew me lanzó una
señal de te amo… y yo se la lancé de regreso.

Cuando volví a mi auto, miré a la pila de ropas que había arrojado sólo
en caso que las necesitara. Mis Converse sobre la pila me hicieron sonreír
y decidí… que era la hora.
312
Página
51
Kieran
Traducido por guga
Corregido por Briggitte

Mientras cambiaba el aceite en mi motocicleta, traté de pensar acerca


de donde más ella podía estar.

La casa de su padre era el único lugar que yo conocía para ver y ella no
estaba allí. O estaba en lo de Tom, lo cual de sólo pensar en ella estando
ahí sacaba la ira fuera de mí.

Mi teléfono sonó y salté por él.

—¿Hola?

—Kieran. El detective Hensel. Oye, sí, nosotros, uh, sólo queremos


hacerte saber que hemos reabierto el caso sobre tus padres.

—Siempre que no sea parte de su investigación, eso es genial. Tal vez si


Walt Brown habría sido sospechoso no los habría tenido a Uds. idiotas con
sus ojos puestos sobre mí.

Finalicé la llamada con el click de un botón.

Movía mi mandíbula de atrás hacia adelante, oyendo las palabras de


Walt una y otra vez en mi cabeza. ¿Alguna vez los detectives habían
considerado a Walt Brown? En los dos años que pasaron él podría haber
garantizado que toda la evidencia fuera destruida. No había entrada
forzada en la casa, se le habría permitido la entrada con facilidad. Y
pensar que, cuatro años previos a eso, él había tenido sus manos sobre
313
Doc.

El aceite se derramó en mis manos. —¡Diablos! —Apreté los dientes y


Página

lancé la maldita llave inglesa, enviándola volando a través del garaje,


golpeando con ruido sobre mi compresor de aire de metal. Luego agarré
una toalla, limpiando la suciedad.
—¿Sr. Scott?

Impactado, giré y ahí estaba Doc. Con un pequeño par de shorts hechos
de un pantalón, una camiseta y esas malditas zapatillas Converse. Sus
ojos estaban bien abiertos y contenían preguntas innecesarias.

Bajé la vista hacia mis sucios jeans con manchas de aceite, y mis
malditas botas eran mi par más viejo. Mi pecho estaba jadeando mientras
la miraba fijo. Los vacilantes ojos grises que yo amaba tomaron todo de mí
y se lo permití. Yo estaba haciendo lo mismo. Si ella me aceptaba de
nuevo… si ella estaba aquí para quedarse… ella iba a comer
inmediatamente justo después de acostarla y tomar hasta la última
pulgada de ella.

—Doc —Apenas salió, y me sentí débil.


Una ilusión, un truco de la mente, una falsa ilusión, una fantasía ¿era
eso lo que parecía?

Había sólo una manera de asegurarme que ella en realidad estaba aquí,
y eso era tocarla. Pero le había dado esa distancia para resolver las cosas…
esperaría por su señal. La paciencia nunca había sido una cualidad que
desarrollé.

—Lo siento —dijo ella—. Te amo, Kieran. Y…

Exactamente siete pasos son los que tomé para llegar a ella, ahuecando
su hermoso rostro en mis palmas y estampando mi boca en la suya. Sabía
y nunca olvidaría el tipo de beso que le gustaba, pero esto era recuperar lo
que una vez fue mío, y que ella no olvidara que mi boca le pertenecía a ella
también. Su beso me resucitó después de los últimos siete días sin ella.

Se quejó en mi boca y envolví un brazo alrededor de su cintura,


asegurándola cerca de mí. La calidez de su boca, el dominio de su lengua
fue todo lo que necesité. Ralentizando el beso, picoteé sus labios, luego la
miré fijo. ¡MIERDA! Manchas de aceite negro cubrían su rostro donde mis
manos habían tocado. No había pensado que ella podía verse más bonita
pero lo hacía.

—Kieran —susurró.
314
—Megan. Escúchame. Toda mi vida he sido capaz de alejarme de
cualquiera que alguna vez conocí. Pero Doc, juro por Dios, esta semana
podía apenas arrastrarme sin ti. Te quiero. Te necesito. Haces que mi
mundo gire.
Página

—Kieran. Te amo y necesito, también.


Luego de agarrar su mano y comenzar a guiarla hacia el garaje, ella se
resistió. Miré hacia atrás a ella. —¿Qué?

—¿Dónde estamos yendo?

—Estoy llevándote a la casa, a nuestra cama y luego voy a enterrarme


tan profundo como pueda conseguir dentro de ti.

Las comisuras de su boca subieron mientras un visible escalofrío la


sacudió de la cabeza a los pies.

—Espera. —Ella alzó un dedo.

Yo no esperaría mucho. Sabía lo que quería y no había vuelta atrás.

Ella abrió su boca pero no salieron palabras, estaba notablemente


sacudida por mi plan.

—Hablar está altamente sobrevalorado como medio de arreglar nada —


dije y tomé sus piernas por debajo suyo mientras ella reía nerviosa. No
había nada gracioso para mí. Una vez en la cocina, la senté sobre la
encimera mientras lavaba mis manos, también humedeciendo una toalla
de papel para limpiar su rostro. Después de secar mis manos, la levanté de
nuevo y caminé hacia la mesa del comedor.

—Agarra el papel —dije y ella lo hizo. Los resultados de mi análisis de


sangre probando que yo estaba limpio. Ella dio una mirada al papel luego
lo arrojó por sobre su hombro, sonriéndome.

Finalmente en la habitación, la acosté cuidadosamente sobre la cama;


lamentablemente, no pensé que sería necesariamente con cuidado. No la
heriría, sabía eso, pero iba a dejarle en claro que ella era mía. Que nunca
podría dejarme de nuevo. Ni emocionalmente, ni físicamente. Si se
enfadaba, podía azotar puertas y hacer mohines todo lo que quisiera,
pero geográficamente hablando, estábamos quedándonos bajo un mismo
techo.

Luego de despegarme de mi camisa y desabrochar mis jeans, comencé


sobre su ropa.

—No uses esos shorts si no estás conmigo, nunca más. —Ordené con
315
una mueca torcida.

—No pienses que ese gran pensamiento no entró en mi ropa cuando vine
aquí.
Página

Sonreí más grande. —Me tienes con las Converse blancas desde hace
tres meses.

—Tuve mi período —dijo ella, como si eso me detendría de estar con ella.
Poniéndome derecho, la miré fijo. —No me importa, Megan. Quiero estar
contigo independientemente de eso.

Su rostro se arrugó. —¡¡¡Asqueroso Kieran!!! No lo tengo ahora. Lo tenía.

—Eso no habría importado, te lo estoy diciendo ahora mismo.

Ella cubrió su rostro con una expresión arrugada. —¡No hay modo en el
infierno!

Me incliné hacia abajo y gentilmente mordí el interior de su muslo.

—Por favor dime, ¿cómo está yendo la terapia? —preguntó ella.

—Él me dijo que necesitaba hacerle el amor a mi anterior terapeuta y


estaré curado.

—¿Es así? —rió nerviosa mientras yo trabajaba sus sexis shorts sobre
sus caderas, exponiendo un par de negra, ropa interior de encaje que yo
había comprado para ella.

Aún de pie, tracé a lo largo de la seda, deslizando bajo esta y encontré


su centro, luego con un dedo me sumergí en ella. La calidez y humedad
sólo me puso más duro.

Agarrando los lados de sus bragas, tiré, fácilmente desgarrando el


encaje.

—¡Kieran! —gritó—. ¿Es tan jodidamente duro quitarlas? Amaba esas.

Agarré sus caderas y tiré de ella hacia el borde de la cama. —Te


compraré más, y cuida tu puta boca.

Sus ojos caídos y su perfecta boca formando una “O” mientras me


colocaba en su entrada.

—No soy un hombre egoísta, Megan. Pero esto va a ser por mí. Te
necesito ahora. Te necesito rápido y voy a acabar dentro de ti. Cuando
termine, prometo, me encargaré de ti. Y cuando me haya encargado de ti
sexualmente, prometo me encargaré de ti en cualquier otra forma que
necesites. 316
Mi dulce chica estaba jadeando y yo ni siquiera la había tocado,
realmente. Aún de pie, comencé a pujar dentro de ella… lentamente y
deliberadamente. Podía sentir todos y cada mueca, marca y cresta de su
suave, caliente, húmeda piel. Y cuando no pude ir más allá, sólo tan
Página

lentamente me tiré hacia atrás fuera, sucumbiendo al más dulce placer


conocido por el hombre. Doc era en cierto sentido consiguiendo mi
virginidad tanto como que yo nunca había estado dentro de una mujer sin
una barrera.
Y jodidamente celestial era la mejor manera de describir esto. Golpe tras
golpe, su cuerpo continuaba rindiéndose a mí y yo sabía que no había
posibilidad para mí de estar sin esta mujer. Avergonzado por la cantidad
de tiempo que me tomó alcanzar el punto de no retorno, decidí que no
había manera que yo fuera allí sin ella. Entonces con mi pulgar, comencé
a frotar su dulce punto y sus ojos volaron abiertos, sin esperar esa
estimulación.

—Kier-an —susurró—. Eso fue para ti, ¿recuerdas? —Su pequeño


cuerpo se retorció contra mi mano, empujando arriba hacia mí.

—No es más un yo, bebé… es un nosotros ahora. Un nuestro.

Cuando halo su cabello y luego estiró sus brazos sobre ella. Supe que yo
nunca había visto una criatura más hermosa en toda mi vida. Teniéndola
reviviendo contra mi toque era un subidón que lo consumía todo, y no
había intención de bajar.

Luché duro por aguantar en dejarme ir… pero cuando la sentí comenzar
a apretarse alrededor de cada pulgada de mí, mientras observaba su rostro
completamente deshaciéndose, y cuando una lenta mueca rasgó su
garganta y escapó de su boca apenas abierta, yo, por primera vez, me
aflojé completamente dentro de ella… disfrutando cada pulsación.

Cada parte de mí fue utilizada… Todavía dentro de ella, me coloqué a su


lado no queriendo romper la conexión física que había extrañado. Su
mano se colaba lentamente a través de mi cabello y besaba sutil mi frente.

Yo no había comido y dormido, y mis brazos era todo lo que sin


embargo necesitaba. La acuné tan cerca como era físicamente posible y
cerré mis ojos.

—¿Kieran?

Mis ojos lentamente pestañearon, dándose cuenta cuando sentí la


palmadita.

—¿Bebé?

Roté mi cabeza alrededor para encontrar mi ángel pegado cerca de mí


por la mitad de mi cuerpo y mi brazo.
317
—Lo siento. —dije, empujándome perezosamente de ella—. ¿Te hice
daño?
Página

—No. Amaba tenerte cerca de mí. Sólo necesito hacer pis no podía
respirar.
Ambos nos carcajeamos y ella se alejó de mi lado, dejándome ahí solo
mientras corría al baño. Enganché mi teléfono del bolsillo de mis jeans y
marqué.

—Entregas. —dije—. Quiero ordenar tres pizzas de pepperoni.

Doc sostuvo en alto tres dedos mientras regresaba y pronunciaba el tres


con cejas fruncidas.

—¿Treinta minutos? Perfecto. —Arrojé el teléfono sobre el vestidor y


palmeé la cama donde ella se enroscó a mi lado.

—¿Por qué tres? —se acurrucó en su lugar bajo mi brazo.

—Porque estoy hambriento y tú necesitas comer y planeo mantenerte en


la habitación por un tiempo.

Su pequeña risita nerviosa me trajo diversión.

—Tengo que trabajar Sr. Scott.

Como rodé hacia ella, nuestras piernas inmediatamente se enredaron.


—No, hoy no, y quiero hablar contigo acerca de eso. Programemos todos
tus clientes en un solo día así el resto de los días eres mía.

Ella sacudió su cabeza. —Estás loco. ¡Tú tienes trabajo también! ¡En un
maldito y caliente traje y corbata que yo no quiero, toneladas de chicas
mirándote, pero ahora estás pegado en las revistas!

—Cariño. Hablé con la revista hace tres días. Vamos a hacer unas fotos
en dos días… para hacerles saber que estoy fuera de mercado y
completamente ocupado.

Se empujó lejos de mí. —¡No lo hiciste!

Mordí su labio y sonreí. —Con toda seguridad lo hice.

Cuando sus hombros se hundieron en derrota, me puso un poco triste.


—Megan. Quiero que el mundo sepa que eres mía. Quiero que cualquier
tipo que piensa que tiene una oportunidad contigo sepa que no lo hace. Y
toda mi vida he tenido la atención de gente cuando entro en una
habitación. No puedo decirte cuan feliz estoy de tener gente que sólo te
318
mire a ti. Desapareceré completamente cuando entremos en una
habitación juntos.

—Kieran… —Susurró con una pequeña sacudida de cabeza—. Yo,


Página

también, quiero ser sólo tuya y quiero que tú seas sólo mío. Pero el mundo
ni tiene que saberlo. Sólo tú y yo. Soy tan, tan, tan, el opuesto de lo que tú
has sido toda tu vida. Yo siempre quise mezclarme. No sobresalir, y tú
estás pidiéndome que salga de esa zona de confort.
Arrastré mi dedo abajo de su sien, a lo largo de su mandíbula, y lo
presioné en sus labios para acallarla. —Sí. Es hora de que brilles. Te
protegeré. Se puede hacer en tus términos o los de ellos. Lo haremos en los
tuyos.

Su barbilla tembló un poco antes de asentir.

—Independientemente de lo que digan. Independientemente de lo que es


sacado a la luz de cualquiera de nosotros. Estamos en esto juntos.

—Juntos —ella repitió—. Eso es nuevo para mí. Siempre he sido de


alguna forma de un solo acto.

Tomé un largo, lento suspiro y lo soplé fuera con mis preocupaciones.


En mi mente, había preparado una narración larga, versión de lo que yo
necesitaba decir para hacerla quedar… para ver las cosas a mi modo…
para estar de acuerdo con mi estilo de vida… pero parecía como si ella
estaba contenta y deseando quedarse como estaba. Mi versión de Las
Notas de Cliff sirvió23.

Cuando miré hacia abajo al rostro más hermoso que había visto, no
pude evitar preguntarme quién demonios habría pensado que siendo
ordenado por la corte a terapia me tendría aquí hoy.

—No puedes jamás ir con tu padre sin mí. —Susurré, arrastrando mi


dedo a lo largo del desvanecido moretón sobre su mejilla.

—Kieran. —Ella inhaló profundo luego de decir mi nombre—. No le


tengo miedo. El golpe no duele tanto como el pensar en él hiriéndome
intencionalmente.

Picoteé su nariz. —Nunca puedes ir con tu padre sin mí. —Repetí.

Sus hermosos ojos grises dieron de repente con los míos y esperé no
haberla enfadado.

—Doc. No hay necesidad. Te construiré otra casa a la que puedes ir si


necesitas alejarte. Pero nunca a su casa. Necesito que lo prometas.

Su ceja bajó mientras sus ojos parpadearon adelante y atrás pensando.

—Lo prometo. ¿Hay alguna otra rotura de acuerdo que debería tener en
319
cuenta, Sr. Scott? —rió nerviosa.

El pensar en alguien rompiendo nuestro acuerdo causaba que mi


corazón considerara acelerarse. En el transcurso de un corto segundo, nos
Página

di vuelta, con ella a caballo y sujeté sus brazos.

23
The Cliff´s Notes: Guías de estudios [...] y notas.
—Doc. Eso no sería romper acuerdo, cariño. Sólo puedo aguantar una
oportunidad de tenerte herida. Nunca quiero herir a tu padre y si él te
hiere a ti eso sería… muy duro. —Hice sonar mi cuello de lado a lado—.
¿Qué quieres decir con rompe-acuerdos? Necesito conocer los tuyos.

Ella cerró sus ojos y su pecho lentamente subió y bajó. —Si alguna vez
amas a alguien más.

—Yo nunca amaré a otra. —Chica tonta.

Una mueca pensativa se disparó a través de su rostro. Ella estaba


pensando demasiado.

—La gente se va, Kieran. Incluso cuando piensas que no lo harán. Se


van.

Me aparté de ella, me senté al borde de la cama y tiré de ella sobre mi


regazo. Adorablemente, ella se acurrucó entre mis piernas.

—Escúchame. Estoy listo para pasar el resto de mi vida probándote


cuan equivocada estás. No te dejaré. Jamás. Te amaré, honraré, protegeré
y toda otra mierda todo el tiempo que vivas.

Emoción parpadeó en sus hermosos ojos grises. —Habrá momentos


malos —dijo.

—Habrá una cantidad de buenos.

—Podría engordar.

—Entonces te tiraré de la oreja. —Guiñé.

Ella rodó sus ojos y yo mordí su lóbulo.

—Rompe acuerdos. —Le recordé.

—No puedo pensar en nada fuera de amar a alguien más. Dime los
tuyos.

Luego de desgarrar su lóbulo por segunda vez, suavemente lo chupé con


mi boca, irritado y listo para la segunda ronda. 320
—Probablemente lo mismo. Nunca quiero las manos de otro hombre
viniendo cerca de ti.

—Sin preocupaciones —dijo ella, pero no podía posiblemente


comprender lo que ese pensamiento me hizo.
Página

—Doc. —Con mi lengua tracé hacia abajo su cuello y un escalofrío se


rizó a través de ella.
—Hay algunas cosas que la terapia sólo no puede arreglar. —Chupé su
cuello lo suficiente para dejar un chupón—. Mataré a alguien por tocarte.

—Si marcas mi cuello como una especie de “basura blanca”, te patearé


el trasero.

—Me gustaría verte intentarlo.

Se encogió de hombros. —Bien. Te cortaré el sexo entonces.

¡PATRAÑAS! Gateé hacia ella, la llevé a la cocina, puse un poco de hielo


en mi boca, caminé de regreso a la habitación luego sostuve el hielo contra
el leve moretón de su piel.

Su risita me hizo enloquecer.

—Te amo —dijo, tan suavemente, descansando su cabeza contra mi


hombro.

—Te amo también, Doc.

—Kieran…

Salté hacia atrás para ver su rostro. Ella diciendo mi nombre como lo
dijo requería mi total atención.

—Estoy verdaderamente apenada por golpearte. Nunca habría…

—Sabes bebé… tengo algo más grande que puedo meter en tu boca si
vas a seguir hablando y enfadándome. No tengo dudas que cerrará tu
boca.

Una exasperada exhalación vino de ella. —Estoy siendo seria, Kieran.

—Estoy siendo serio, también. Eso no fue siquiera cercano a un golpe e


independientemente, fue merecido. —Besé sus labios haciendo puchero y
golpeé mi lengua sobre su suave piel.

—Nadie merece ser golpeado.

Mi lengua disimuladamente se deslizó dentro de su boca y un eco de un


gruñido vino de su garganta.
321
—Cualquiera que toque a mi chica merece ser golpeado, destrozado, en
realidad. —Dije mientras mis dedos rastrillaban a través de su cabello,
apretando su cabeza y sosteniendo su boca en su lugar mientras mi boca
le hacía perfecto el amor a esta.
Página

Sus escasas uñas patinaban hacia abajo sobre mi pecho y un gruñido


creció profundo dentro de mí.
—La terapia no te ha enseñado una cosa, Sr. Scott. Voy a tener que
apuntártela como infructuosa, lo cual significa que puedes tener otros
tres meses más conmigo.

En un rápido movimiento, me di vuelta y miré hacia abajo a ella,


inseguro si ella estaba preparada para mis palabras. —Doc. Contigo…
Quiero una sentencia de años de vida.

Sus ojos instantáneamente se inundaron y agrandaron.

—Aww diablos. No vayas excitándote y comenzar a planear mierda


aún… tenemos algunos algunas cosas pendientes que hacer…

Ella rió nerviosa mientras yo aplastaba mi boca en la suya.

322
Página
Epílogo
Cuatro años después.
Kieran
Traducido por Kmila92
Corregido por Kmila92

—Kieran.

Lentamente me acerco mientras escucho la voz de mi ángel.

—Bebé, es el momento.

Mis ojos se amplían mientras la gravedad de sus palabras me golpea. Salto


de la cama.

—¿El momento? ¿Cómo el momento momento?

Ella sonrío frotando su palma encima de su hinchado estómago.

—Si. Como el momento momento.

Me paso ambas manos a través del pelo. —¿Cómo lo sabes? ¿Te duele?
323
¿Estás bien? ¿Has roto aguas?

Sus ojos pacientes me sonrieron más brillantes que su boca. —Estoy


tensando, bebé. Todo mi estómago esta contraído pero es consistente.
Página

Como cada tres minutos.

—¡TRES MINUTOS!
Instantáneamente, me precipite con ella en mis brazos y me dirigí al coche.

—¡Para! —ella rió. —Cálmate. Tengo que vestirme y quiero lavar mis
dientes. Necesitamos nuestra maleta. Por favor... estoy un poco asustada y
necesito que respires conmigo.

¡Joder! —Bien. Estoy respirando. Tú estás respirando —la siento abajo y


palmeo su culo. —Ve a cepillarte. Yo voy a conseguir la maleta —digo más
calmadamente y barro un beso sobre sus labios.

Una vez que ella estuvo fuera de mi vista, corro hacia la silla para bebes
del coche que estaba completamente segura. La atornillo de nuevo y
casualmente camino por delante de ella para conseguir una ducha como si
fuera cualquier otro día y no el día en que nuestras vidas estarán
cambiando para siempre.

Después de mi ducha, salgo de un salto y empiezo a secarme cuando la


diviso descansando y doblada contra la cama.

—¿Estás bien? —pregunto envolviendo la toalla alrededor de mi cintura.

Ella asintió y liberó una profunda respiración. —Creo que tal vez
deberíamos irnos.

—Ok, bebé. Déjame tirar algo de ropa encima —¡mierda! Me lanzo sobre
mis vaqueros y una camiseta, corro mis manos a través de mi cabello
mojado y me reúno con ella en la puerta.

—Esto es todo —ella dice con preguntas injustificadas en sus ojos —


¿Estás asustado? —preguntó.

¡Aterrorizado! —No, Doc. Tu. Yo. Nuestra pequeña criatura. Nuestra


aventura apenas está comenzando.

Una mueca dolorosa se dispara a lo largo de su cara reemplazando la


sonrisa que estaba allí. 324
—¡Vamos! —le digo perdiendo toda paciencia.
Página
Una vez en la sala de triage24 en el hospital, mi mandíbula marcando de
ida y vuelta mientras ellos la colocan en los estribos para hacer un
chequeo de su nivel de dilatación. Incluso después de cuatro años de estar
juntos, tres de ellos como marido y mujer, el mero pensamiento de otro
hombre tocándola -incluso si era por propósitos médicos- me volvía
completamente loco.

Ella llega por mi mano y le ofrezco una sólida sonrisa justo antes de besar
sus nudillos. Una doctora entra como si nada a través de las cortinas
chasqueando sus guantes de látex. Liberé una respiración agradecido.

—Hola, Sra. Scott. Voy a hacer una rápida examinación para ver si
debemos mantenerte o enviarte a casa. ¿Bien?

Ella asiente, mirando cuidadosamente a la doctora estando de pie entre


sus piernas. Cuando la doctora la tocaba, los ojos de mi chica se cerraban
y se apretaban. Cepillo un beso sobre su frente mientras ella apretaba mi
mano.

El chasquido de los guantes de la doctora mientras ella se los quitó, me


disparó en posición vertical.

—Buenas noticias. Estás en un cuatro.

Los ojos de Doc parpadean hacia los míos. ¿Eso es una buena cosa,
verdad?

—Importa que todavía estamos dos semanas antes —pregunta ella.

La ansiedad ha encontrado a mi chica.

La doctora palmeó su muslo y dijo —usualmente no hay preocupaciones


cerca de las treinta y ocho semanas. Déjame admitirla —la doctora habló
con la enfermera quien agarró un portapapeles.

325
Al cabo de una hora, Doc estaba luciendo adorable en una bata con
puntos pero note que su expresión no era una de comodidad. Mi bebe
Página

estaba haciéndole daño y esto hizo que todo dentro de mi duela.

24
Triage: proceso con el que se selecciona a partir de sus necesidades de recibir tratamiento médico.
Me incliné y beso la concha de su oreja —En toda mi vida, tú eres el mejor
regalo que me hayan dado nunca. Y no importa si es un niño o una niña,
seremos el mejor regalo para este bebé y él o ella será el mejor regalo para
nosotros. Te amo, Doc.

Ella cierra sus ojos, asintiendo con una leve sonrisa pero sopla lentas
respiraciones.

—Me duele, Kieran.

—Lo sé bebé. Lo sé. Respira a través de ello si puedes. Y vamos a


conseguir drogas si lo necesitamos. No hay que avergonzarse en eso.

Ella sacude su cabeza y una enfermera entró por la puerta.

—Megan. Vamos a darte algo de oxígeno, cariño. Estás sólo un poco bajo.

La enfermera agarro un tubo desde detrás de la cama y desliza los dos


tubos en la nariz de Doc.

—¿Qué quiere decir bajo? —le pregunté.

—Nada de qué preocuparse —ella dijo y se sentó junto a la cama mirando


un monitor.

Los ojos preocupados de Megan encuentran los míos y le guiño.

—Pronto bebé. Pronto voy a sostenerlo a él o a ella.

—No. Yo lo seré —ella bromeo entre respiraciones y le cepillo un beso


sobre su húmeda frente de nuevo.

La enfermera apretó un botón de la máquina y una tira de papel se lanza.


Ella lo rasga y sale de la habitación. Me gustaba más cuando éramos sólo
yo y Doc.

Ella poco a poco se da la vuelta sobre su lado y yo comienzo a frotar su


espalda cuando un grupo de enfermeras entran. La doctora caliente en sus
326
colas25. ¡Mierda!
Página

25
Hot on the tails: expresión que significa que alguien sigue a alguien o algo de cerca.
—Megan. Voy a chequearte de nuevo —la doctora dijo mientras dos
enfermeras la ayudan a rodarla a su espalda y poner sus piernas en las
estribos.

—¿Qué está mal? Puedo decir, ¿Algo está mal?

La doctora chasquea sus guantes en su lugar y Doc hizo una mueca


mientras ella desliza su mano dentro de ella.

—Quizás un 6 —ella dijo a una enfermera y se quita los guantes.

—¡Ahhhh! —Megan gritó y me disparo de nuevo a su lado mientras ella


aprieta la mierda fuera de mi mano.

—Megan. Escúchame, sé que tu cuerpo te está diciendo que pujes pero no


estas lista. Seguimos perdiendo los latidos del bebé cariño. Necesito que te
relajes y tomes algunas respiraciones profundas.

Rápidamente rastrillo mis dedos a través de su pelo, obligándola a


reunirse con mi mirada.

—Está bien, podemos hacer esto —dijo suavemente, inhalando yo mismo


tan lento cómo es posible y luego liberándolo. —Hazlo conmigo —repito la
profunda respiración y comienzo a marearme.

Mi novia asintió con vigor y atrajo la más profunda y larga respiración que
podía.

—Hay vas... —la reconforto mientras ella cierra sus ojos.

Pero tan rápido como los cerró ellos se dispararon abiertos y un gemido
doloroso viene desde su garganta mientras su cuerpo entero se puso
rígido. Su mirada se centró más allá de mí mientras su rostro comenzó a
enrojecer como si ella no pudiera respirar.

—¡Megan! —grito, mi corazón latiendo con fuerza en mis oídos.

—Sr. Scott. Necesitamos que salga de la habitación, por favor. —una


327
enfermera toca mi brazo.

Me retiro lejos de su toque. —¡Megan! —grito, otra vez agarrando su rostro,


obligándola a mirar hacia mí pero sus ojos rodaron hacia atrás y todo lo
Página

que veía eran blancos. Mis manos se abrieron, liberándola y su cuello


inerte cayó hacia el lado.
—Mindy, llama a la sala de operaciones y que preparen todo. Diles que
estamos bajando.

—¡Sr. Scott! ¡Necesito que salga de la habitación! ¡AHORA!

Negué con la cabeza —¡NO! No me voy. Por favor. Estaré de vuelta —


después de enlazar mis dedos detrás de mi cabeza, me aparté lejos de la
cama... lejos de Doc. Ruidos vienen desde mí que no puedo controlar.

Esas enfermeras literalmente comenzaron a desgarrar cosas lejos de la


pared y poniéndolas debajo de la cama mientras la camilla comenzó a
moverse.

—Muéstrenle al Sr. Scott la sala de espera, por favor.

—Te amo, Doc —le susurro y sentí cada onza de felicidad y vida fugarse de
mi cuerpo.

Para el momento que había llegado a la sala, ellos estaban corriendo con
mi esposa y el bebé no nacido abajo por el pasillo. Apoyo la espalda contra
la pared y me deslizo hacia abajo.

—Sr. Scott. ¿Hay alguien a quien podamos llamar por usted?

—No puedo perderla.

—Entiendo, señor. Por favor déjeme llamar a alguien por usted.

Obligándome a mí mismo a pararme, empujo mi celular y le marco a Kat.

Cuarenta minutos después, Kat, Todd, Ruthie y Wink están sentados


conmigo en la sala de espera con aún nada de noticias de qué sucedía.
Estaba harto de ser tocado y acariciado por ellos. Estaba harto de contar
328
los mismos malditos azulejos a lo largo del techo y el suelo. La televisión
en mute incluso está molestando el infierno fuera de mí.
Página

Mi vida podría ser alterada para siempre -podría perder la única cosa que
más amo en mi vida entera y todavía la gente camina pasando la sala de
espera como si todo estuviera bien.
—¿K? ¿Lo estás haciendo bien? ¿Puedo hacer algo? —Todd preguntó.

Me volví y lo golpeé con mis ojos.

— ¿Qué clase de jodido idiota pregunta eso? Si, T. ¡Estoy jodidamente


genial! ¿Hay algo que puedas hacer? —grité, agitando mis brazos a los
lados y Kat se puso de pie empujando contra mi pecho. —¿Qué hay de ti
tomando el respiro que yo estoy tomando y dárselo a ella? ¡Ella no podía
jodidamente respirar!

—Kieran, cálmate —susurró Kat —Por favor.

Lágrimas invadieron mis ojos y Todd cerró los suyos.

—Lo siento —él ofreció abrazándome y yo literalmente caigo sobre mis


rodillas.

—T. ¿Por qué no puedo ser yo? —lloro cubriendo mi rostro. —¡Llévame!

—K. No hagas eso. Ella va a estar bien. Es una luchadora, lo sabes.

Asiento deslizando mi mano por mi rostro y me senté de vuelta sobre mis


talones. Miré a Kat y Ruthie quienes estaban llorando ahora.

Aspiro —Lo siento. Sólo necesito un minuto —dije poniéndome de pie.

—¿Sr. Scott? —un médico masculino en bata dijo rodeando la esquina.

—¿Si?

—¿Le gustaría ver a su esposa y a su bebé?

Wink palmea sus manos. —Hay tienes, amigo.

—Si señor, me gustaría.

329
Cuando rodeé la esquina y entré por la puerta, Doc estaba acurrucada
sobre su lado, mirando un bebé como ella misma. Los grises en los que
confié sobre decirme sus emociones estaban cerrados. Sus respiraciones
Página

pesadas. Respiraciones -significan vida. Y finalmente el alivio se apoderó


de mí.

Ella estaba pálida, pero hermosa.


—Sr. Scott —el mismo hombre en bata susurró.

—Dr. Gardner. He realizado una cesárea a su esposa. Ella tendrá que


tomárselo con calma durante algunas semanas.

Asiento. —No hay problema. Yo cuidaré de ella.

—El cuidado de ella y de su bebé va a ser un desafío.

Desafío aceptado. —Lo tengo.

Esta vez, él asintió. —Muy bien. Felicitaciones.

Nos dimos la mano y me volví hacia Doc. Mientras me acercaba a la cama,


lo vi... a él... ella... nuestro bebé en el otro lado de la cama de Doc en una
cuna transparente. Me detuve muerto en mi vía 26... paralizado por nuestra
creación... intimidado por su tamaño. Una parte de mí se dio cuenta sobre
los últimos cuatro años en que fui puesto en esta tierra para cuidar y
proteger a Doc pero esa misión sólo creció para abarcar lo que descansaba
plácidamente en la cama junto a ella.

Lentamente, me moví hacia el bebé. Un gorro azul claro estaba deslizado


hacia abajo sobre... su... cabeza y me pregunté si eso era un indicativo de
su sexo. Entonces vi el pequeño cartelito escrito a mano que decía niño
Scott.

Mi corazón se expandió en mi pecho mientras fui a recogerlo. Nosotros


habíamos estado de acuerdo sobre el nombre de mi padre... Oh, él era
minúsculo y casi encaja en una mano.

—Hola, amigo —susurré hacia él mientras él gruñó con el movimiento. —


Soy tu papi.

Mi sonrisa era enorme en el temor de esta perfecta criatura. Tenía la nariz


de Doc y besé la punta de esta.

—Ahora escucha Samuel. Tu mami quería sostenerte primero así que esto
330
va a ser muestro pequeño secreto. Y tu aprenderás muy rápido, que mami
siempre tiene la razón incluso si tú y yo somos sensatos, nosotros
pretendemos que ella lo es.
Página

Sus párpados se movieron pero sus ojos no se abren.

26
Stop dead in tracks: expresión que significa detenerse completamente y de forma repentina por temor.
—Tienes a muchas personas esperando para conocerte pequeñín —cepillo
un beso en su frente. —Tu tía Kat y Todd y Ruthie y Wink y tu primo,
Andrew. Él es súper especial para tu mami.

Lo sostuve apretado mientras todo su cuerpo se ponía rígido estirándose


pero aún no habría sus ojos. Quería saber si los tiene gris como los de su
madre. Lo tumbe junto a mi pecho.

—Siempre voy a cuidar de ti pequeñín. Tienes mi palabra. Lo único que te


pido es que siempre seas bueno con tu mamá. Ella lo ha tenido duro
manejando las cosas y la quiero feliz. Tu sacudiste ese barco 27 y me
tendrás para lidiar con ello, mequetrefe.

Sus pequeños puños temblaron.

¡Mierda! No estoy seguro de si era una buena señal. Un pequeñísimo


gemido vino desde Doc. Me estiro sobre Sam acariciándolo hasta dejarlo al
lado de su pecho... su condenada cena por los próximos meses. Sí, yo
estaba celoso. Luego trepé en la cama detrás de ella, haciéndole mimos y
envolviendo mi brazo alrededor de nuestro chico. Mi familia... mi futuro.

331
Página

27
Rock the boat: causar problemas o un gran revuelo.
KRISTI PELTON
Soy Kristi Pelton… autor aspirante de
libros divertidos, sexys y románticos.
Estoy casada con un hombre que me
tolera llevar mi equipo a todas partes
conmigo y tengo dos de los mejores hijos
en el mundo. Tienen 18 y 15 y ellos y sus
amigos proporcionan material de
escritura interesante... Me encanta la
comida mexicana... las patatas fritas y la
salsa son un elemento básico en mi vida,
así como el Dr. P! Va a encontrar a cabo
que lee mis libros que soy una gran fan
de Kansas Jayhawk, Oregon Duck y
Cubs. Por lo general escribo sobre cosas
que me encanta. Por favor, siéntete libre
de ponerte en contacto conmigo en mi
página de Facebook, ahora...

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TRADUCIDO,
CORREGIDO Y
DISEÑADO

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