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Son muchos los suplementos dietarios que al día de hoy ‘’seducen’’ la atención de los
atletas y gente activa que hace una práctica regular de gimnasio.
Es así que en esa búsqueda alocada y sin rumbo fijo ni certezas, se pierden de vista
nutrientes que sí son imprescindibles, ya no sólo para rendir deportivamente, sino a los
fines de conservar nuestro cuerpo funcionando a pleno y sin déficits nutricionales
evidentes.
Tal es el caso de los ácidos grasos esenciales (EFA’s) que a decir verdad, en nutrición
humana sólo son dos:
- Ácido Linoléico
- Ácido Linolénico
Se les llama esenciales, ya que no es posible para nuestro cuerpo poder obtenerlos
(sintetizarlos) a partir de otros sustratos y de no ser ingeridos con la dieta diaria se
presentarían carencias de los mismos.
Las funciones y propiedades de estos EFA’s son amplísimas y van desde ser precursores
de la síntesis de otros ácidos grasos y de sustancias hormonales o lipídicas, hasta ser
parte estructural de tejidos como por ejemplo los complejos armados que componen
las membranas celulares o aquélla que recubren neuronas.
La única asequible para nosotros es el aceite de lino orgánico (o aceite de linaza) (flax
oil o flaxseed oil) que es una sustancia muy delicada que debe respetar ciertos
cuidados para conservarse debidamente, como ser guardarla siempre refrigerada y
alejada del oxígeno y de la luz, razón por la cual se presenta en envases color caramelo
y siguiendo cadena de frío.
Otras fuentes de estos EFAs que menciono, sólo por curiosidad, son el hemp oil y el
black currant oil.